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Construcción narrativa de los vínculos de familias sustitutas permanentes del
programa Aldeas Infantiles SOS Bogotá
Carlos Arturo Castelblanco
Johana Moreno Cortes
Alejandra Moreno Liévano
Sonia Sánchez Sarmiento
Directoras
Dora Isabel Garzón
Rosa Elena Duque
Maestría en Psicología Clínica y de la Familia
Universidad Santo Tomás
Bogotá, D.C., 2010
Página aprobatoria
AGRADECIMIENTOS
Agradezco al señor mi Dios maestro por excelencia, a la vida fuente inagotable de
inquietudes, a mi familia, personas que amamos y compañeros de investigación porque son la
motivación, la persistencia, la puntualidad, el dicernimiento y la contrariedad en medio de la cual
surge este texto; en este mismo sentido a la Maestria en cabeza del equipo de docentes que la
orientan y particularmente a Dora Garzon y Rosa Helena quienes nos acompañaron en este ejercicio
compresivo y constructivo invitándonos permanentemente a mirarnos como un recurso de
observacion, gracias por su paciencia, exigencia, reflexión, precisión en sus comentarios,
experiencia personal y profesional; finalmente agradecemos a las madres, tias, jovenes, niños, niñas
y equipos directivo y pedagógico de Aldeas Infantiles quienes con su dispocision permitieron el
desarrollo de este proceso investigativo interventivo llegara a su termino.
TABLA DE CONTENIDO
Pág.
PRESENTACION
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………. 12
1.1 Problema de investigación …………………………………… 14
1.2 Hipótesis ……………………………………………………. 15
1.2.1 Hipótesis específicas ……………………………………. 15
1.3 Objetivo general …………………………………………… 16
1.3.1 Objetivos específicos ………………………………….. 17
1.4 Campo narrativo …………………………………………… 17
2. ESTADO DEL ARTE DOCUMENTAL …………………….. 19
2.1 Comprensiones sobre la familia ……………………………. 19
2.2 Comprensiones sobre la familia sustituta ……………… 23
2.3 Configuración de familias que no se rigen por la Consanguinidad ………………………………………….. 28
2.4 Perspectivas de la configuración vincular ……………….. 33
2.5 Construcciones de órdenes de significado con relación a los sentidos de identidad, pertenencia, permanencia familiar y proceso organizacional …………………………………. 42
2.6 La ecología de los vínculos ………………………………. 49
2.6.1. Contexto social …………………………………….. 49
2.6.2. Contexto educativo …………………………………. 50
2.6.3. Contexto jurídico …………………………………... 51
2.6.4. Contexto Institucional ……………………………… 52
2.7 Intervención psicosocial con organizaciones que trabajan con protección a la infancia …………………... 54 2.8 Teorías psicosociales que sustentan los modelos generales
de organizaciones que trabajan con la infancia………... 56 2 8.1 Intervención psicosocial en protección a la infancia desde el modelo sistémico……………. …. 58
2.8.2 Socio-construccionismo……………………………... 59
2.8.3 Narrativas como intervención ……………………… 61
3. ESTADO DEL ARTE TESTIMONIAL …………………….. 67
4. CONCLUSIONES DEL ESTADO DEL ARTE DOCUMENTAL Y TESTIMONIAL ……………………………………………………….. 78 5. MARCO TEORICO…………………………………………………… 83
5. 1 Perspectiva epistemológica y paradigmática…………………… 83
5.1.1Perspectiva sistémica…………………………………………….. 83
5.1.2 Cibernética……………………………………………………….. 84
5.1.3 Socio – construccionismo……………………………………… 85
5.1.4 Narrativas como metáfora en la comprensión de la existencia humana……………………………………….. 85
5.2 La construcción narrativa de los vínculos en la familia………. 87
5.3 Familias Sustitutas Permanentes……………………………… 90
5.4 Ordenes de significado en relación a los sentidos de identidad familiar…………………………………………… 91
5.5 Órdenes de significado en relación a los sentidos de pertenencia familiar………………………………………………………. 94 5.6 Ordenes de significado en relación a los sentidos de permanencia familiar 95
5.7 Ordenes de significado con relación al proceso organizacional 97
5.8 Perspectiva de las narrativas………………………………… 98
5.9 La narrativa conversacional…………………………………. 100
5.10 Intervención Narrativa………………………………………. 101
5.11 Proceso narrativo de la construcción de la Realidad………… 103
5.12 Los Vínculos y la narrativa en un contexto de protección… 104
6. METODO………………………………………………………… 108
6.1 Perspectiva metodológica…………………………………….. 108
6.1.1. Consideraciones acerca del proceso Investigación – Intervención…………………………………………………. 110
6.1.2. Sistemas observantes……………………………………. 112
6.1.3. La investigación cualitativa………………………………… 113
6.2 Línea proyecto de investigación…………………………….. 116
6.2.1 Proceso narrativo conversacional………………………. 117
6.3 Sistema conceptual……………………………………………. 118
6.3.1 Conceptos Metodológicos de la Línea de Investigación 118
6.3.2 Conceptos metodológicos del estudio…………………… 120
6.4 Contexto de investigación…………………………………… 122
6.4.1 Participantes…………………………………………… 126
6.5 Diseño………………………………………………………………… 129
6.5.1 Escenarios………………………………………………….... 133
7. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN – INTERVENCIÓN…… 151
7.1 Identidad Familiar………………………………………………… 152
7.2 Sentido De Pertenencia Familiar ………………………………… 174
7.3 Sentido De Permanencia Familiar ………………………………. 191
7.4 Proceso Organizacional…………………………………………. 203
8. DISCUSIÓN DE RESULTADO…………………… ………………. 220
8.1 Construcción De Sentido. La ambigüedad de construirse como familia al interior de una organización………………………….. 220
8.2 El Encuentro de múltiples sistemas: Una oportunidad para definirse en la diferencia o para diluirse en la misma…………………….. 222
8.3 Las familias organizacionales de La Aldea: un contexto donde se convocan diversidad de voces y multiplicidad de posibilidades experienciales. 227
8.4 La familia biológica un referente que emerge de forma recurrente en la experiencia vincular de las familias de La Aldea………………. 231
8.5 Historias de vida configuradas dentro de un contexto organizacional que trasmite expectativas y lineamientos para el desarrollo de las mismas. 233
8.6 Retomando los recursos para continuar construyendo posibilidades de bienestar y autonomía…………………………………………. 235
8.7 Reflexionando los sentidos de identidad y pertenencia como posibilidad para la emergencia de experiencias de bienestar y autonomía ………… 238
8.8 Estereotipos que convergen en la experiencia vincular de ser familia 243
8.9 El ser madres es un compromiso de vida……………………….. 249
8.10 Relatos de tiempos paralelos y realidades posibles con relación al sentido de Permanecía …………………………………………………….. 253
8.11 Proceso hetero y autoreferencial: Ejercicios reflexivos en la construcción de comprensiones………………………………… 258
9. CONCLUSIONES E IMPLICACIONES ……………………………. 267
9.1 En relación a la construcción narrativa de los vínculos………… . 267
9.2 Implicaciones para el contexto de la investigación intervención de la Aldea Infantil SOS Bogotá……………………………………… 272
9.3 En relación a la psicología clínica ……………………………… 276
9.4 Implicaciones para el proyecto institucional historias familiares y narrativas en diversidad de contextos ………………………….. 280
9.5 En El Orden Autorreferencial ………………………………….. 284
9. REFERENCIAS …………………………………………………. 292
APÉNDICE.
Anexo 1: Trascripción de las entrevistas realizada a los niños, madre e independizados (3 entrevistas) Anexo 2: Narrativas Presentes En El Pre-diseño Matriz 1: Entrevista realizada a niños y niñas Matriz 2: Entrevista realizada a una madre Matriz 3: Entrevista realizada a un joven independizado.
Anexo 3: Trascripción de los seis escenarios de investigación- Intervención Anexo 4: Matrices realizadas para la organización de los resultados de los escenarios.
LISTA DE TABLAS
Pág.
Matriz 1. Narrativas Que Construyen Vínculos En El Contexto …………………… 69
Matriz 2.Escenario No 1. Construcción del contexto investigativo Interventivo …………………………………………………………….. 133
Matriz 3. Escenario No 2. Evocación de narrativas presentes en la experiencia de ser familia sustituta permanente………………………. 135
Matriz 4. Escenario No 3. Ordenes de significado que surgen en la experiencia de ser hijo de una familia de Aldea…………………………………… 138
Matriz 5. Ordenes de significado que surgen en la experiencia de ser hijos y madres de las familias de Aldea………………………………….. 141
Matriz 6. Estrategias fortalecedoras del bienestar y autonomía de los miembros de las familias de aldeas…………………………………………….. 143
Matriz 7. Quinto escenario……………………………………………………. 146
Matriz 8. Matriz de organización de la información de los escenarios……… 150
LISTA DE FIGURAS
Figura 1. Exposición del fenómeno de estudio apoyado gráficamente
Figura 2. Exposición del problema de investigación-intervención apoyado gráficamente
Figura 3. Exposición de la hipótesis de estudio apoyada gráficamente
Figura 4. Exposición del campo narrativo de estudio apoyado gráficamente.
Figura 5. Exposición del estado de arte documental apoyado gráficamente.
Figura 6. Exposición de la integración de las conclusiones de los estados del arte conceptual y testimonial apoyado gráficamente.
Figura 7. Exposición proceso recursivo de los referentes teóricos apoyado gráficamente.
Figura 8. Genograma familia sustituta 1.
Figura 9. Genograma familia sustituta 2.
Figura 10. Red nocional de comprensión del escenario.
Figura 11. Primer escenario investigativo-interventivo.
Figura 12. Segundo escenario investigativo-interventivo.
Figura 13. Tercer escenario investigativo-interventivo.
Figura 14. Cuarto escenario.
Figura 15. Quinto escenario.
Figura 16. Sexto escenario.
RESUMEN
El fenómeno del estudio, realizado en las familias sustitutas permanentes de la ONG Aldeas infantiles SOS
Colombia, en el programa de Bogotá, es la construcción narrativa de los vínculos, en relación con los sentidos
de identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso organizacional asociados a la construcción de
posibilidades de bienestar y autonomía. Se busco comprender la experiencia vincular de ser familias sustitutas
de la Aldea, y la participación de los actores de los diversos contextos en la configuración de los sentidos
antes expuestos. Se asume una perspectiva sistémica construccionista, de enfoque cualitativo con diseño de
escenarios conversacionales basados en equipos reflexivos posibilitadores de la emergencia de diversas voces
y versiones del fenómeno. Como resultado se redefine el concepto de ser familia como sistema generativo en
la construcción de la experiencia vincular, comprendiendo la narrativa conversacional reflexiva como
engranaje de la construcción del sí mismo.
Palabras Claves: Experiencia vincular, Proceso Narrativo conversacional, Familia, Familia sustituta, Aldea
Infantil, Identidad Familiar, Pertenencia, Permanencia, Proceso Organizacional, investigación-intervención.
ABSTRACT
The phenomenon of the study, conducted in permanent foster care of SOS Children's Villages NGO
Colombia, in Bogotá program, is the narrative construction of links, in relation to the sense of family identity,
membership, retention and organizational processes related to building opportunities for wellness and
autonomy. We sought to understand the experience of being foster families to link the Village, and the
participation of actors from the various contexts in shaping the ways described above. It is assumed a
constructionist systemic perspective with a qualitative focus, design of conversational scenarios based on
reflexive teams facilitators of the emergency of diverse voices and versions of the phenomenon. As a result
of redefining the concept of family as a system to be generated in the link building experience, understanding
the conversational narrative and reflective gear self construction.
Key words: Experience link, conversational narrative process, Family, Foster Family, Children's Village,
Family Identity, Belonging, permanence, organizational processes, research-intervention.
PRESENTACION
La presente investigación intervención busca comprender desde el paradigma de la
complejidad , la construcción narrativa de los vínculos de familias sustitutas a partir del proceso
formativo en la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia de la Universidad Santo Tomás,
particularmente desde la línea-proyecto “Historias y narrativas familiares en diversos contextos”,
para co-construir posibilidades interventivas que permitan entender los dilemas emergentes en los
diversos sistemas y generar narrativas configuradoras de autonomía y bienestar que nutra todo el
sistema interactuante.
Esta investigación-intervención asume los postulados de la perspectiva narrativa
constructivista-construccionista, en la cual la realidad es una construcción relacional, compartiendo
los fundamentos de la ontología del lenguaje en los cuales se propone que “los seres humanos
somos seres lingüísticos, el lenguaje es generativo y los humanos se crean a sí mismos en el
lenguaje y a través de él” (Estupiñán, González y Serna, 2006) por lo que, proponemos que la
construcción narrativa del vínculo es un fenómeno relacional que construye identidad individual,
familiar y contextual, gracias a la naturaleza interaccional y reflexiva del lenguaje.
Dentro del planteamiento metodológico investigativo-interventivo, se busca explicar y
comprender la construcción narrativa del proceso vincular de las familias de la ONG Aldeas
infantiles SOS Colombia, en el programa Aldea Bogotá, en sus componentes ecológicos
organizados para la protección a la infancia vulnerada. Esto con el fin de “evocar y develar la
significación y sentido contextual, experiencial y relacional, histórico y emergente de las
construcciones narrativas” (Estupiñán, González y Serna, 2006) propias de los sistemas humanos.
Por ello, retomando las herramientas que propician los procesos de investigación-
intervención, se amplía el conocimiento investigativo sobre las narrativas que disponen procesos
vinculares en familias sin parentesco biológico o jurídico en los contextos relacionales emergentes,
que van desde lo individual hasta el macrocontexto organizacional que da posicionamiento a los
sentidos, incluyendo por supuesto el propio contexto del equipo investigativo.
Al mismo tiempo se genera un proceso interventivo, que favorezca en escenarios
narrativos conversacionales incluir las voces de los diferentes actores en referencia a
resignificaciones generadoras de cambio en aquellas interacciones en los que se ha consolidado
narrativas cristalizadoras de la experiencia en familias sustitutas de la Aldea.
En este sentido se da el espacio para que estos aportes permitan configurar conocimiento en
torno a la manera como operan los procesos conversacionales en la construcción de los fenómenos
clínicos, en la coordinación de sentidos admisibles y posibilitadores para la vida relacional de los
jóvenes, familias, instituciones y protagonistas de mencionados contextos.
De esta manera se espera aportar al desarrollo de modos diferentes de comprender y
acercarse a la realidad, que tengan en cuenta la coordinación compleja de significados de los
diversos escenarios sociales comunicacionales para la apertura a configuraciones narrativas
alternativas de la experiencia, de manera que posibiliten relaciones satisfactorias que sean útiles
para aquellos que vivencian y/o forman parte en esta estrategia de intervención surgida como una de
las respuestas al abandono de la niñez en las comunidades.
INTRODUCCION
La existencia de niñas, niños y jóvenes que experimentan en su historia de vida la orfandad
o el abandono familiar es una situación compleja asociada a dinámicas socioculturales,
psicológicas, políticas y económicas, como extrema pobreza, situaciones familiares de
vulnerabilidad, guerras o violencia en todas sus manifestaciones que enfrentan al ser humano a
eventos adversos. Como respuesta a ello se han generado diversas alternativas por parte del Estado,
instituciones privadas o convenios mixtos y dentro de estas instituciones se encuentran programas
como los de Aldeas Infantiles SOS, donde al acogerlos se busca proporcionar a los niños, niñas y
jóvenes un entorno familiar que brinde seguridad y protección, desde una idea de familia que
además de cuidar, conservar la vida, humanizar y regular el comportamiento social de sus
miembros, se espera que sea un espacio de construcción de vínculos afectivos que brinden
seguridad emocional y sentido de pertenencia, para que de esta forma se posibilite que los derechos
de la niñez y de la juventud sean restituidos y que su desarrollo integral sea un hecho.
Sin embargo, estas intenciones para la experiencia de los actores dentro de la organización
se han cumplido de forma parcial, lo que genera desesperanza y sentidos de frustración en el
modelo. En primera instancia porque se percibe a través de su voz que en la dinámica interaccional
de ciertas familias se narra insatisfacción en cuanto a la experiencia vincular de hacer parte de una
familia sustituta permanente de la Aldea. En segunda instancia porque el último estudio de impacto
realizado por la organización a los jóvenes que ya habían culminado su proceso en los programas
titulado “tras las huellas 2008”, dejó algunas sugerencias para próximas investigaciones con miras a
fortalecer el modelo de atención referidas a: involucrar a otras personas que han participado en el
proceso de formación y acompañamiento, construir espacios de reflexión y análisis en torno a la
experiencia afectiva, revisar las prácticas y pautas de crianza, fomentar y rescatar las actividades
que favorecen la interacción, profundizar en la comprensión que hacen los independizados acerca
del concepto de familia y su sentido de pertenencia a la misma en los diferentes momentos del
proceso. Y por último, los estados del arte documental y contextual dieron cuenta de relatos de los
miembros de las familias que generan dilemas dentro de su cotidianidad debilitando la sana
interacción como son: la definición de roles y funciones, la participación de la institución en los
procesos de toma de decisión, el papel de la familia biológica, los lineamientos institucionales y
jurídicos.
Por todo lo anterior, la presente investigación-intervención delimita y comprende su
fenómeno de estudio como la Construcción narrativa de los vínculos en las familias sustitutas
permanentes de Aldeas Infantiles SOS Bogotá y las voces de los actores de diversos contextos
sociales, en relación con el sentido de identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso
organizacional asociados a la construcción narrativa de posibilidades de bienestar y autonomía en
los miembros de dichas familias, tal y como se aprecia en la Figura 1.
Figura 1. Fenómeno de estudio. Proceso narrativo y diversos sentidos que emergen en la
experiencia vincular de las familias sustitutas permanentes de la Aldea.
Problema de Investigación
De manera que el problema de investigación fue configurado en el acercamiento Dilemas
entre la experiencia narrada y la experiencia vivida en la propuesta organizacional de conformar
vínculos familiares similares a los configurados por las familias biológicas. Apreciándose
gráficamente en la siguiente figura.
Figura 2. Problema de investigación
Pregunta de Investigación
¿Cómo emerge la construcción narrativa de los vínculos de los miembros de la
Aldea SOS Bogotá y las voces de los actores de diversos contextos sociales en relación al
sentido de identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso organizacional asociado
a la construcción narrativa de posibilidades de bienestar y autonomía en los miembros de
dichas familias?
Hipótesis
La construcción narrativa de los vínculos dentro de la experiencia de ser familia sustituta
permanente, se relaciona con dilemas en la configuración de los sentidos de pertenencia,
permanencia, identidad familiar y el proceso organizacional, por lo tanto al generarse escenarios
conversacionales reflexivos, se favorece la emergencia de relatos alternos de bienestar y autonomía
de los miembros de las familias de la Aldea. Aspecto que se observa en la figura 3.
DILEMASENTRELAEXPERIENCIANARRADAYLAEXPERIENCIAVIVIDAENLA
CONFIGURACIONVINCULAR.
PROPUESTAORGANIZACIONALDE
LAALDEADECONFIGURARSEDEFORMASIMILARA
LASFAMILIASBIOLÓGICAS.
DISTANCIAMIENTODELASFAMILIASBIOLÓGICAS.
ESTEREOTIPOS,PARÁMETROSYEXPECTATIVAS
ACERCADELOQUESIGNIFICASER
FAMILIAYCADAUNODELOSROLESQUESE
ENCARNAN.
INGRESOYPARTICIPACIÓNDE
ENTIDADESEXTERNASCOMO
ICBFENLASRUTINASDELASFAMILIASDE
LAALDEA.
Figura 3. Exposición de la hipótesis de estudio apoyada gráficamente
Hipótesis Específicas
De Investigación
• Las narrativas dominantes de los actores de las familias sustitutas permanentes de Aldeas y
las diferentes voces sociales con las que interactúan se desencuentran en sus expectativas y
formas de comprensión del ser familia, tendiendo a cristalizar la construcción narrativa del
vínculo en paradojas y contradicciones asociadas al sentido de pertenencia, permanencia,
identidad familiar y a la vivencia del proceso organizacional.
• La experiencia humana de vivir en Aldeas se haya atravesada por relatos y practicas
dominantes que permiten establecer diversos ordenes de significados, los cuales son
recursivos y se configuran en un tiempo y espacio de forma actualizante, fortaleciendo y
desarrollando vínculos en la interacción de los sentidos de identidad familiar, pertenencia y
permanencia con la vivencia del proceso organizacional.
• La coordinación semántica de las voces de los diferentes actores sociales como colegios,
familias biológicas e ICBF pueden generar dilemas construidos como contradicciones que
obstaculizan la construcción generativa del sentido de pertenencia, de permanencia e
identidad familiar y de la vivencia del proceso organizacional.
De Intervención
HIPOTESISGENERAL
PARADOJAS Y DILEMAS EN LOS RELATOS SOBRE LA CONTRUCCION VINCULAR QUE REALIZAN LOS MIEMBROS DE LAS FAMILIAS DE LA ALDEA
PROCESO NARRATIVO CONVERSACIONAL Y ESCENARIOS REFLEXIVOS DE SEGUNDO ORDEN
POTENCIALIZAR NARRATIVAS ALTERNAS Y SU CONEXIÓN CON EXPERIENCIAS DE BIENESTAR Y AUTONOMÍA.
DILEMAS EN LAS FAMILIAS DE LA
ALDEA QUE SE CONSTRUYEN EN LO
VINCULAR A PARTIR DE RELATOS
CARACTERIZADOS POR LA
IDENTIDAD FAMILIAR, LA
PERTENENCIA, LA PERMANENCIA Y
LOS PROCESOS
ORGANIZACIONALES.
• En la construcción narrativa del vínculo dentro del contexto investigativo surgen dilemas
que requieren posturas de apertura y flexibilidad para facilitar la emergencia de órdenes de
significado alternos que posibiliten la articulación de experiencias de bienestar y autonomía
en la co-construcción tanto de los sentidos de permanencia, pertenencia e identidad familiar
como del proceso organizacional.
• En los procesos narrativo-conversacionales y autoreflexivos emergentes en los escenarios
de investigación-intervención, es posible generar posiciones metaobservacionales que
facilitan el reconocimiento y la articulación de recursos para el surgimiento de autonomía y
bienestar.
Objetivo General
Comprender la construcción narrativa de los vínculos en la experiencia de ser familias
sustitutas permanentes de la Aldea SOS Bogotá, y la manera como participan las voces de los
actores de los diversos contextos sociales en la configuración de los sentidos de identidad familiar,
pertenencia, permanencia, y proceso organizacional, para que en los escenarios interventivos
conversacionales se potencialice la emergencia de narrativas de bienestar y autonomía en sus
miembros.
Objetivos Específicos
De Investigación
• Comprender la manera como las Historias que emergen en los escenarios narrativo
conversacionales de la investigación-intervención, organizan la experiencia vincular de
Familias Sustitutas de la Aldea en la configuración tanto de los sentidos de pertenencia,
permanencia e identidad familiar como de la vivencia del proceso organizacional.
• Comprender cómo la coordinación de los órdenes de significado en la voz de los diferentes
actores, facilita la construcción de ser familia sustituta de la Aldea en relación con la
configuración de los sentidos de la experiencia permanencia, pertenencia, identidad familiar
y proceso organizacional.
• Comprender cómo emerge la experiencia de familia sustituta permanente de Aldeas, en la
convergencia de las voces de diferentes actores sociales como colegios, familias biológicas
e ICBF en la construcción narrativa del vínculo.
De Intervención
• Construir narrativas conversacionales alternas que reconfiguren los dilemas asociados a la
experiencia víncular de las familias sustitutas permanentes de la Aldea, posibilitando la
emergencia de bienestar y autonomía en los miembros de dichas familias.
• Generar escenarios interaccionales y reflexivos para la construcción de nuevas lecturas que
faciliten el posicionamiento de los miembros del equipo investigativo-interventivo y los
miembros de Aldeas como autores del cambio.
Campo Narrativo
La experiencia vincular de las familias sustitutas de Aldeas y sus miembros, está
configurada en relatos que facilitan la emergencia de paradojas y dilemas respecto a los sentidos de
permanencia, pertenencia e identidad familiar y a la vivencia de los procesos organizacionales.
El contexto social donde se ubica la investigación lo componen de manera central el
programa Aldeas Bogotá que es una comunidad integrada por 19 familias cada una con una madre
social y nueve niños o niñas; un equipo pedagógico y el equipo administrativo. Así mismo
instituciones externas de cooperación y participación para los usuarios como: la localidad de
Barrios Unidos, colegios y familias biológicas que hacen parte del contexto social. De manera
simultánea se han tejido Redes sociales con organismos como ICBF, IPS en convenio e
instituciones distritales.
Con relación a los actores que participan en la investigación se encuentran claramente
identificados los niños, niñas, jóvenes, madres sustitutas, tías, independizados, equipo pedagógico
de la organización (trabajadora social, psicóloga, acompañantes juveniles, asistente de dirección y
director) y el equipo investigativo-interventivo; así como otras voces evocadas que aportan en la
construcción de las narrativas de este contexto. En cuanto al marco legal en primer lugar, está
presente la constitución nacional y por ser un programa relacionado con la infancia lo rigen además
los derechos de los niños y las niñas, la ley de la infancia y la adolescencia y los lineamientos
institucionales de la organización Aldea. Aspectos que se pueden observa más claramente en el
siguiente gráfico.
Figura 4. Exposición del campo narrativo de estudio.
ESTADO DEL ARTE DOCUMENTAL
En el presente capítulo se realiza un recorrido teórico a través del cual se reconocen los
aportes que diversos autores e investigaciones han realizado para la comprensión del fenómeno de
estudio referido a: la construcción narrativa de los vínculos en relación con los sentidos de
permanencia, pertenencia e identidad familiar, con la vivencia del proceso organizacional.
Igualmente este recorrido teórico incluye consideraciones comprensivas para el mismo desde la
perspectiva sistémica.
Comprensiones Sobre la Familia
La actual investigación-intervención se desarrolla en un contexto institucional en donde
emerge la noción de Familia Sustituta por lo cual se inicia dando una clarificación conceptual e
investigativa de lo que se comprende como familia y las configuraciones que han emergido desde
diversas perspectivas.
Tradicionalmente se ha entendido la familia como aquel grupo humano unido por vínculos
biológicos, que en el caso del ámbito legal se extiende apenas a aquellos miembros que incluyen
parentesco: de adopción, de matrimonio y deudos de consanguinidad de ese otro. Pero desde el
momento en que la terapia familiar aparece volviendo central el contexto en que se desarrollan los
sujetos, no como otro elemento más para comprender lo intrapsíquico sino como la reformulación
misma del paradigma donde ahora se entiende la construcción de la psique como fenómeno
relacional, la familia deja de ser fondo para convertirse en figura por ser el grupo primario de
desarrollo humano, encerrando un significado complejo. De hecho autores reconocidos en su
trabajo con este grupo como Minuchin (2001), la definen como una estructura social básica que
cumple dos fines distintos: interno (proteger y socializar a sus miembros), y externo (acomodarse a
una cultura y transmitirla) para así moldear y programar la conducta del niño/a y su sentido de
identidad. Hernández (1991) coincide con esta definición al decir que es un sistema en la medida en
que está constituida por una red de relaciones y con carácter natural porque responde a las
necesidades biológicas y psicológicas inherentes a la supervivencia humana, en cuanto a que no
existe ninguna otra instancia social que haya logrado remplazarla como fuente de satisfacción de las
necesidades psicoafectivas tempranas de todo ser humano.
Estructura, funcionamiento y evolución, conducen a identificar la cosmovisión de la
familia, la sociedad y los individuos sobre ella, por lo tanto su estudio debe incluir no solo lo
psicológico, sino perspectivas antropológicas, sociales y jurídicas para comprender complejamente
las relaciones que subyacen. La influencia va desde la sociedad hacia la familia y a la inversa: la
familia es un sistema abierto que intercambia influencias con el ambiente (Minuchin, 2001). Siendo
así, una definición de familia incluye tres perspectivas: una estructural relativa a los aspectos de
composición jerárquica, limites, roles, etc.; otra evolutiva donde se considera como un sistema
morfo-genético en creciente complejidad y otra funcional, relacionada con patrones y fenómenos de
la interacción (Hernández, 1991).
Para Estupiñán J, Gonzalez O y Serna A (2006) los sistemas familiares y sus miembros
construyen patrones que nutren la configuración de su identidad, de su experiencia vital y formas de
acción y relación de cada uno entre si, en una ecología social mayor de prácticas discursivas
relacionales. Es una construcción dinámica de sentidos, como un juego de recursividades que
involucra tres planos: el racional o de pensamiento, el cibernético o pragmático y el emocional; que
surgen en el proceso narrativo y son los ejes que enmarcan la vida relacional humana (Ceberio y
Linares, 2005).
Como sistema se hace necesario tener en cuenta los principios de los mismos para el estudio
de cualquier familia: el de totalidad, por lo que no es posible que la identidad de una familia sea la
sumatoria de cada uno de sus miembros, de manera que se deben comprender narrativamente los
patrones relacionales que surgen en el contexto y no limitarse a las características individuales. En
esta línea, también el principio de equifinalidad rompe con la lectura lineal de que ciertas
características de los cuidadores o de los niños, niñas y adolescentes “garantizan” la construcción de
vínculos. Algunos estudios en relación con estos elementos se han realizado con el fin de encontrar
un perfil idóneo para estos tipos de familias, como el estudio desarrollado en España por Herce,
Achurraco, Gorostiaga, Torres, Balluerka (2002) quienes investigaron sobre los factores que
facilitan la integración del niño/a en las familias de acogida y en el que consideraron de carácter
primordial el estudio de variables directamente ligadas como: la relación que se establece entre el
niño/a y la familia acogedora y la calidad de los cuidados que reciben los niño/as. La investigación
fue llevada a cabo con 68 familias acogedoras y 93 niño/as acogidos, cuyo objetivo radicó en
analizar el nivel de integración de los niño/as en las familias de acogida como un indicador de éxito
del acogimiento familiar, y como un fenómeno determinado por variables de distinta naturaleza
como: actitud y estructura de la familia acogedora, variables asociadas al niño/a que se acoge y
ligadas al tipo de acogimiento. Los datos se recopilaron por medio de las historias
sociodemográficas de las instituciones a cargo e instrumentos de medición como inventarios y
protocolos estandarizados. Estos autores encontraron desde la variable de la familia de acogida y su
actitud al acogimiento, una mejor integración de los niño/as, en familias sin hijos o con un sólo hijo
propio, acogedores de edad inferior a los 50 años, que acuden al acogimiento porque desean realizar
un acto de solidaridad y que aceptan la relación y vinculación del niño/a con su propia familia.
Además, parece que los niño/as acogidos por familias monoparentales desarrollan una
identidad más firme de pertenencia a dichas familias, variable que sorprendió a los autores de la
investigación, porque la tipología familiar del perfil de acogida preferente desde un marco socio-
legal en España es la nuclear. Con relación a las características del niño/a acogido, se confirma la
importancia de su edad para que preferiblemente se inicie el proceso antes de los siete años, siendo
vital que éste pueda establecer un vínculo de apego seguro con los acogedores. Los datos también
apuntan a una mejor integración de los niño/as acogidos en familias ajenas a ellos, respecto a los
acogidos en sus familias extensas. Esta investigación identifica características especificas respecto a
la edad de los actores y la estructura de la familia de acogida para el éxito de dicho proceso, sin
embargo desde una mirada compleja más allá de variables especificas de las partes involucradas y
de un concepto de familia ideal para este tipo de procesos, se debe recordar que la viabilidad de los
hogares de acogida no está determinada únicamente por los recursos iníciales sino por los procesos
que se construyen y mantienen en la interacción junto a todos los otros contextos que participan,
atendiendo al principio de equifinalidad. Otro aspecto que se debe analizar en torno a esta propuesta
es la poca atención que se presta a la construcción que se realiza dentro de la interacción acogedor -
acogido, elemento que reduce la comprensión al supuesto de que el éxito de la relación se podrá
asegurar en el cumplimiento de unas variables. Por último, el principio de autorregulación se
refiere a la tendencia del sistema a equilibrarse ante los cambios, como lo mencionó Minuchin,
Colapinto y Minuchin (2000) al resaltar que el ingreso de los niños a los hogares sustitutos
determina transiciones importantes.
Dentro de la tipología familiar Barrón (2002) realiza una clarificación conceptual y
sociológica sobre la familia en un esquema monoparental, ampliando la definición estructural
tradicional que se ha hecho de este tipo de familia (conformada por progenitor y progenie). El autor
enfatiza en algunos aspectos poco estudiados como: las situaciones que las han originado, el tipo de
organización doméstica que adoptan, los roles particulares que asumen sus miembros, los
potenciales integrantes del hogar, además del núcleo monoparental y la duración o cronología de los
trayectos monoparentales. La literatura especializada sobre el tema parece confirmar que como
progenitores monoparentales las madres son en general, quienes tienden a asumir la mayor parte de
labores y responsabilidades diarias de las cuestiones que afectan directamente a la progenie, esto es,
un liderazgo emocional y material con respecto a los/las hijo/as que requieren diariamente toda una
serie de servicios y cuidados.
Así mismo, Larson, Dworkin y Gillman (2001) hacen una investigación para identificar las
características de las familias monoparentales que están asociadas con la inversión del tiempo en
actividades constructivas y no constructivas de los adolescentes. Se investigaron variables
independientes como el manejo o gestión familiar, uso del tiempo de la madre, bienestar emocional
de la madre, las horas de trabajo de la madre, colaboración entre madre y padre. Los resultados
informan que muchas de las madres llevaban a cabo una organización de la vida familiar que
facilitaba experiencias positivas para el desarrollo. Dos de las variables significativas fueron: firme
control parental y rutinas familiares. Las rutinas familiares daban la percepción de ser sistemas
ordenados con agendas diarias definidas, esta variable se diferencia del control parental en que no
está centrada únicamente en la madre y sugiere la distribución de responsabilidades entre sus
miembros. Para los adolescentes mayores que están más a gusto haciendo sus actividades propias,
las rutinas y la predictibilidad facilitaban su habilidad de emplear el tiempo constructivamente,
predecir el comportamiento de otros les permitía ser autónomos. Al examinar los casos de forma
particular, aparentemente las madres de adolescentes con más tiempo constructivo manejaban su
tiempo diario con una rutina más o menos establecida pero permitiendo ser flexibles a las demandas
de los adolescentes.
El anterior estudio le aporta a nuestro fenómeno porque permite comprender que sin
importar el tipo de estructura familiar es importante dentro del funcionamiento interaccional de las
familias la construcción de rutinas y hábitos propios que le proporcionen a sus miembros mayor
seguridad e identidad familiar, constituyéndose como elementos enriquecedores de la construcción
de sentidos y significados del vínculo. Un segundo orden de comprensión es el papel central de las
madres dentro de este tipo de organización familiar ya que éstas asumen un liderazgo emocional y
afectivo donde las narrativas y sentidos permiten una lectura de sí mismas que co-construyen su
proceso de vinculación y conformación de familia. Todo esto posibilita comenzar a comprender la
complejidad de las relaciones dando cuenta de la construcción de vínculos en el sistema familiar,
apertura para ampliar el foco de comprensión a otro tipo de elementos a parte de las rutinas y el
liderazgo de la madre, pues en el contexto familiar se potencializa los procesos narrativos de
desarrollo del individuo como ser social en construcción de su realidad y de si mismo.
Comprensiones Sobre La Familia Sustituta
En la configuración de las relaciones dentro del contexto familiar, emerge como una
posibilidad de vinculación el modelo de la familia sustituta, que se comprende como uno de los
tipos de configuración familiar no consanguíneo que han surgido como opción para la protección y
el desarrollo de la niñez, siendo además el modelo familiar en el que está inmerso el contexto del
fenómeno de abordaje de la presente investigación intervencion, por esta razón se busca entender la
familia sustituta a partir de diversas comprensiones que dan cuenta de su compleja organización y
dinámica interaccional con los contextos circundantes.
La familia sustituta (family foster care) se entiende, según la fundación Child Walfare
League Of America (1959), como una práctica natural de organización muy antigua en la que una
familia con mejores recursos tanto emocionales como económicos acogía niños/as en su propio
núcleo para brindarles cuidados sin que mediaran otras partes como el Estado u otras instituciones.
Sin embargo, el significado del concepto que hoy se usa y los estándares esperados para esta
población aparecen en Norteamérica en 1959 cuando esta fundación lo acuña para referirse a una
estrategia de apoyo social a la infancia consistente en proteger temporal o permanentemente a los
niños/as pobres que no pueden permanecer en su hogar de origen por negligencia o abuso (Wired
Humanities Project, 2007).
Esta estrategia, desde entonces y bajo otros nombres similares (familias de acogida, hogares
de guarda), ha venido tomando mucha fuerza y cambiando. En la actualidad está normalizada en
casi todas las leyes de infancia y adolescencia del mundo y se espera que sea: “una alternativa de vida en familia, en donde se retoma el proyecto de vida de cada niño o niña, se reconstruye y fortalece, buscando a futuro la formación de un ser humano autónomo seguro y con capacidad para enfrentarse a los retos personales, familiares, sociales y laborales” (ICBF, 2007 Pág. 8).
Es importante recordar que la mayoría de modelos de familias sustitutas u hogares de
cuidado familiar (foster families care) son temporales y están organizados alrededor de una familia
natural que presta sus espacios y su capacidad de atención para que el ente regulador de la infancia
en cada nación ubique niños/as bajo su amparo. Al respecto, Minuchin y colbs (2000) afirman que
el servicio en hogares sustitutos tiene características muy especiales: en primera medida involucra
dos familias, la biológica y la sustituta; en segunda medida existen dos conjuntos de empleados de
la institución que son los profesionales que trabajan en ellas y las familias sustitutas propiamente.
Fruto de procesos en capacitación y consultaría con instituciones que trabajan con este tipo de
familias, los autores propusieron el modelo ecológico como un modelo viable si incluye las
siguientes características para la implementación: mantener presente que la colocación en un hogar
sustituto crea un sistema triangular entre familia biológica, familia sustituta y la institución
interviniente; el sistema triangular debe incluir a miembros de ambas familias extensas y la
colaboración debe prevalecer sobre el antagonismo; conferir poder a la familia biológica es esencial
pues crea igualdad entre los roles, emergiendo la colaboración; la colocación de los niños/as en
hogares sustitutos determina transiciones importantes y esos periodos transicionales requieren una
atención especial; los servicios de colocación de niños/as en hogares sustitutos deben tener en
cuenta el desarrollo evolutivo y por último, la colocación de un niño/a con miembros de su propia
familia es un caso especial que requiere una clase particular de servicios. Por lo tanto, el
acercamiento a estos servicios debe darse desde un punto de vista ecológico, es decir, tomando en
cuenta la complejidad de la estructura y basándose en la reflexividad; postura que le da a la presente
investigación un marco de comprensiones amplio frente al modelo familiar mencionado.
En este sentido también se han realizado investigaciones con relación a las familias
sustitutas, poniéndose en juego múltiples comprensiones sobre la manera como se configura y
conforma las mismas y sobre las dinámicas internas dentro de este sistema, como las de Wilson y
Conroy (1999) y Sinclair (2005). La primera de las investigaciones identifica la percepción que se
tiene de este tipo de experiencia y la satisfacción de los participantes en ella. Este estudio se
desarrolló durante cuatro años preguntando directamente a los niños/as acerca de su vivencia y el
nivel de la satisfacción en el hogar. En él se incluyó la voz de los directos beneficiados como
miembros claves en los equipos de planificación para decisiones presentes y futuras de los servicios
de protección. El estudio proporciona los datos de entrevistas con 1.100 niños/as en edades entre 5 y
18 años de 1993 a 1996, pertenecientes al sistema de protección a la infancia de Illinois y ubicados
en su mayoría con familias sustitutas (86%) y los restantes en internados. El instrumento de
recolección de la información fue construido por el mismo grupo investigativo consistente en un
cuestionario con 49 preguntas cuantitativas y siete preguntas cualitativas. En términos generales, las
respuestas de los niños reflejan su satisfacción afirmando que su calidad de vida había mejorado,
principalmente con el modelo de familia sustituta, donde además tienen una percepción más alta de
ser amados y protegidos que los niños que se encuentran en centros de protección. No obstante una
de las dificultades percibidas hizo referencia al deseo de los niños por participar en la planeación de
sus propios objetivos cuando ingresaban a una familia sustituta, pues menos de la tercera parte
ayudaron a sus asistentes sociales a decidir sus metas de permanencia. Los niños expresaron
también las quejas acerca de la manera en que ellos fueron tratados por los tribunales de niño/as
sintiendo que nadie los escuchaba en el tribunal o que el acto fue tan complejo que ellos no
entendieron lo que sucedía. Las características del contexto institucional en donde se desarrolló la
anterior investigación son similares a las del presente estudio, ya que los niños tienen edades
promedio entre la segunda infancia y la adolescencia, así como también ingresan al programa con el
objetivo de favorecer su integración y desarrollo a lo largo del tiempo. Esta investigación permite
reconocer como una característica favorable el modelo de familia sustituta pues los niños/as la
evaluaban como una alternativa que ofrece protección y amor, a pesar de que su estadía es temporal.
Por su parte Sinclair (2005) realiza una investigación titulada “Familia de acogida: ¿Por qué
tienen éxito y por qué fallan?” Este estudio se realiza con niños/as que no están en vía de adopción
y retoma algunos estudios que hacen seguimiento a los niños desde su ingreso al sistema de
atención. La investigación se realizó en una muestra de 535 personas comprendidas en edades de
los 5 a 16 años, igualmente se identifica género y tipo de etnia (india – africano). Abordan los
motivos por los cuales los niños son ubicados en las instituciones, las características de ubicación,
las habilidades que pueden contribuir a su éxito e información relacionada con los cuidadores
(adoptivos). Los resultados de esta investigación más allá de una caracterización de los hogares de
guarda, en términos generales concluyen que los hogares no suplen todas las necesidades y deseos
de los niños/as. Sin embargo, se hace evidente que estos hogares trabajan con el propósito de lograr
cambios en el crecimiento y desarrollo que les posibilite un futuro mejor. Estos autores utilizan la
metáfora de “un puerto en la tormenta” para ejemplificar el significado que le dan los niños a estos
hogares, los niños informan que se sienten felices con su ubicación en estos hogares. Los
investigadores también identificaron que los cuidadores muestran un alto nivel de compromiso en
su labor. Desde esta investigación se debe resaltar que se validaron las voces de los niños ante su
experiencia de estar en hogares de acogida, esto no sucedió en la investigación anterior,
concluyendo que para ellos es favorable tener un lugar que los acoja en el momento de crisis, pero
no se puede, por esto, asumir de forma directa el desarrollo de vínculos afectivos y representativos
dentro de las familias a donde son asignados. En este sentido surgen inquietudes acerca de la
emergencia narrativa del vínculo y su trascendencia en las pautas relacionales de los seres humanos,
así como las expectativas que han construido los niños/as y jóvenes que ingresan al contexto de la
familia sustituta.
En esta misma línea Cano, Herrera y Salazar. (2005), realizo una investigación acerca de las
relaciones vinculares titulada “Re…creando vínculos desde la interacción”, el objetivo era mostrar
una estructura coherente entre la relación existente de tres elementos básicos: el niño en riesgo de
calle, los vínculos socio-afectivos de los mismos y la recreación propiamente dicha como estrategia
o camino hacia el fortalecimiento de los vínculos socio-afectivos de 20 niños de género masculino
entre los 6 y 12 años de edad, que se encuentran bajo la protección de Hogares Calasanz
(institucionalizados y que han sido declarados en abandono por el ICBF) de la ciudad de Pereira.
Uno de los constructos sobre los que se fundamenta este estudio es que la familia construye una
imagen y un ejercicio permanente en la vida humana que se caracteriza por sus relaciones de
intimidad, solidaridad y duración y es, por tanto un agente estabilizador. En este estudio se
considera que la atención y cuidado amoroso de la familia empieza a engendrar bases sólidas para
que ese desarrollo físico, psicológico y social del niño, se dé a plenitud. El autor concluye que un
niño no sólo necesita protección sino adquirir una gran cantidad de habilidades y conocimientos
para sobrevivir, de modo que en el futuro necesite menos la ayuda de su familia. Aproximando este
concepto a la realidad que viven los niños de los Hogares Calasanz afirma que es posible mencionar
que se encuentra muy relacionado con la opinión que tienen los niños sobre el afecto ya que, para
ellos éste está mediado por beneficios materiales que puedan recibir de otras personas como: la
comida, el vestido, el techo, el alivio de una enfermedad y la protección de alguien fuerte. De esta
investigación nuevamente interesa para nuestro fenómeno que la satisfacción de necesidades
básicas adquiere sentidos y significados vinculares, trascendiendo la configuración como familia: la
intimidad, solidaridad y el tiempo compartido, enriqueciendo y complejizando el vínculo para
favorecer el desarrollo de la autonomía.
Por último se incluye como un elemento enriquecedor para terminar la comprensión de las
familias sustitutas pero referidas directamente al contexto de la Aldea de Bogotá, la investigación
oficial de impacto que hace la organización a nivel internacional denominada Tracking Footprints
(Tras las huellas) que se inició en el año 2001 para explorar las experiencias y los procesos de vida
de personas que vivieron en una Aldea Infantil SOS buscando, dentro de una de sus principales
metas, aprender de los procesos y las recomendaciones de los adultos independizados para
cualificar el modelo de intervención. Para esta segunda investigación en Colombia del proyecto
Tras las Huellas (2008), la primera fue realizada en el 2003, se contó con el trabajo del equipo del
Observatorio sobre Infancia de la Universidad Nacional de Colombia, quienes se centraron en la
situación de vida de los egresados (independizados) y en la percepción que ellos tenían sobre el
modelo de atención de Aldeas SOS.
Tuvieron en cuenta para la población a aquellos que permanecieron más de cinco años en
la institución pero que al mismo tiempo llevan más de dos años fuera del programa, y que además
tenían 22 años como mínimo, participando las tres Aldeas más antiguas del país en su orden:
Bogotá, Ibagué y Rionegro (Antioquia); la muestra quedó conformada entonces por 42 egresados
recientes (entre 2 y 5 años de su salida) y 33 egresados antiguos (más de 7 años desde su salida).
En la metodología se aplicó una entrevista individual estructurada dirigida a toda la muestra
y una entrevista a profundidad que complementaba la información referente a relatos de vida en la
relación de los entrevistados con Aldeas SOS, eligiendo a cuatro de éstos. De acuerdo con los
resultados de la investigación, la mayoría manifiesta sentirse satisfecho con su vida actual teniendo
unas condiciones de vida correspondientes a un sector medio de la población y logrando satisfacer
sus necesidades básicas: más del 60% ha conformado una familia, sus condiciones de vivienda son
aceptables, el promedio de años de escolaridad es de 13, mayor en Bogotá y entre los hombres.
Los egresados recientes son más cercanos a sus familias biológicas y a sus madres y
familia SOS, llamando la atención que entre las redes de apoyo aparecen las madres SOS, pero muy
poco los hermanos SOS. Ante la pregunta sobre los acontecimientos influyentes en su vida desde lo
negativo, los entrevistados expusieron acontecimientos referidos a la frustración por no haber
estudiado, dejar la Aldea, el duelo por perdida de padres o familiares cercanos, no tener padres o
familia biológica y algún tipo de maltrato al interior de la Aldea. El principal motivo de ingreso a la
Aldea fue la orfandad, seguido de la incapacidad física o económica de los padres para sostener a
sus hijos y por el abandono. Los sentimientos de la llegada a la Aldea más referidos fueron de
felicidad, curiosidad, susto y alivio. Los entrevistados tuvieron en su paso por la Aldea entre 1 y 7
madres SOS. En general tienen una percepción positiva del rol y de la relación con la madre SOS, la
mayoría de valoraciones del ambiente al interior de la casa son igualmente positivas, presentándose
algunos casos que consideraban poco favorable el ambiente, resaltando el maltrato físico o
psicológico que recibían por parte de la madre o tía SOS.
Respecto a la relación de la Aldea con la comunidad, un poco más de la mitad recuerda que
era tratado como cualquier persona, de igual manera manifiesta que la relación de la Aldea con la
comunidad era distante. Cuando comparan los resultados de esa investigación con la hecha en el
2003 encuentran que ha mejorado la situación económica de los egresados, su nivel de estudios y su
situación laboral. Se mantiene un profundo agradecimiento con Aldeas por la oportunidad que les
brindó, que les permitió valorar la familia, pese a todas las dificultades y problemas vividos, no
obstante las críticas a los malos tratos, las represalias y la falta de afecto real e incondicional,
también sigue presente en algunos casos.
Esta investigación, totalmente contextualizada, permite vislumbrar cómo en muchas
ocasiones los dilemas de los grupos humanos se configuran en la interfaz de lo semántico y lo
pragmático en donde entra en juego lo paradigmático, pues en el caso de lo que esperan los jóvenes
y sus familias de Aldeas como miembros de la misma vs los lineamientos de la organización, se da
un quiebre que permea las distintas narrativas vinculares haciendo que la experiencia sea ambigua
desde el discurso que son familia y todo el montaje que tienen para que así se opere y las narrativas
que evocan macrocontextos y otras instituciones con las que se interactúan donde son definidos
como parte de una institución.
Configuración de Familias que no se Rigen por la Consanguinidad
Además de la familia sustituta que es el modelo familiar de la institución donde se está
realizando la presente investigación, existen otros modelos que han surgido con el fin de brindar y
suplir las necesidades de los niños/as. Según Pilotti (s.f.) en el manual de procedimientos para la
formación de la familia adoptiva de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.), la orfandad,
el abandono, la pobreza crítica y la separación de los cónyuges, son experiencias que provocan un
deterioro o quiebre en los vínculos que unen a los padres y/o a éstos con sus hijos. Debido a estas
circunstancias, la mayoría de las sociedades disponen de instituciones alternativas a la familia
biológica, es decir familias sustitutas, en el seno de las cuales se completará el proceso de
maduración del niño desamparado. Es así como en muchas sociedades la familia extensa (abuelos,
tios, etc…) no sólo está en condiciones de acoger al niño cuyos padres biológicos se encuentran
incapacitados para atenderlos, sino que es también el único arreglo socialmente aceptado para estos
propósitos. La solución a este problema también se puede encontrar en la incorporación de estos
niños en familias ajenas dispuestas a cumplir con las funciones inherentes a la paternidad y
maternidad biológicas. Los fundamentos que impulsan a una familia a aceptar la responsabilidad de
criar a un niño con el cual no existe vínculo sanguíneo son diversos y varían culturalmente, aunque
es probable que la solidaridad humana esté presente en todos los casos. En este punto es preciso
señalar también que muchos núcleos ven interrumpidos el desarrollo esperado del ciclo familiar a
causa de la esterilidad de uno o ambos cónyuges. Para estos casos, el niño ajeno aparece como una
solución para asegurar la continuidad de esas familias. Es aquí donde la adopción en su versión
moderna, aparece como la solución óptima para la crisis del matrimonio sin hijos y, especialmente,
para la crisis del niño sin familia propia. Si bien los hogares de guarda o de colocación familiar
(foster homes) generalmente brindan una crianza integral al niño/a, no lo desarraigan totalmente de
su familia biológica y no cambian su apellido. Generalmente se trata de una relación temporal, aún
cuando puede transformarse en una adopción informal. A menudo los niño/as en colocación
familiar mantienen vínculos afectivos tanto con los padres de guarda como con los naturales
(Pilotti, s.f).
Continuando con el manual para la formación de la familia adoptiva, la literatura
antropológica y sociológica se ha referido con bastante detalle a la institución del ''compadrazgo",
bastante difundida en América Latina. A pesar que el énfasis ha estado en la naturaleza y función de
la relación de reciprocidad que se establece entre "compadres", no debe olvidarse la función
específica que se le asigna al "padrinazgo" que es parte fundamental del ritual que da origen a esta
institución. Los padrinos, considerados como padres espirituales del niño/a, no sólo deben
contribuir en la educación religiosa de éste, sino que también proveer al auxilio económico en
situaciones de crisis en las que los padres naturales están incapacitados para cumplir con las
funciones propias de la paternidad biológica. Según este manual, la adopción, al compararla con
otras formas de sustitución de la familia biológica es el modelo más coherente con las bases de la
familia biológica; es por ello que generalmente se le considera como el método más universal para
asegurar la continuidad de núcleos familiares amenazados por crisis, tales como la incapacidad de
procrear voluntariamente. (Pilotti, s.f).
En la adopción como modelo alternativo familiar no consanguíneo se presenta dos etapas 1)
la adopción "clásica", institución destinada a solucionar la crisis de matrimonios sin hijos, situación
que representaba una seria amenaza para la continuidad del ciclo familiar, especialmente en
sociedades donde el culto ancestral y la herencia constituían una preocupación fundamental; 2) la
adopción ''moderna" en la que el énfasis está en solucionar la crisis del niño sin familia. Es por ello
que se dice que el fundamento de la adopción pasó de ser "un niño para una familia" a "una familia
para un niño''. (Pilotti, s.f).
Por otro lado, según el Institute for Human Services (1998) para prevenir los potenciales
efectos traumáticos y dañinos de la separación y la colocación o la adopción, el mejor resultado
posible de los servicios sería que los niño/as fueran protegidos y cultivados en sus propios hogares.
Sin embargo, siempre habrá niños/as que no pueden ser protegidos en el hogar, aun con los
servicios intensivos, y llegarán a ser ubicados para asegurar su protección. Una colocación elegida
apropiadamente reunirá las necesidades físicas y emocionales, sociales y culturales, fortalecerá y
preservará la relación del niño/a con los miembros de la familia, y minimizará los cambios para los
cuales el niño/a deberá adaptarse. Los niño/as deberían ser situados en ambientes menos
restrictivos, en lo posible en un ambiente de hogar tan similar y cercano al hogar del niño/a como
sea posible. En orden de preferencia, el medio de colocación sustituta sea en los diversos modelos
existentes deben cumplir con los siguientes parámetros: a) Con miembros de la familia extensa del
niño/a; b) Con una familia no relacionada al niño/a pero a quien el niño/a conoce y en quien confía;
c) En un hogar sustituto aprobado por una agencia en la comunidad hogar del niño/a. Los niño/as
para quienes sus necesidades especiales requieran un medio de tratamiento terapéutico deberían ser
situados: a) En un hogar temporal/sustituto que también es de tratamiento; b) En un hogar de
familia comunitaria; c) En un hogar comunitario; y d) En una institución residencial.
El cuidado temporal debe ser visto como componente integrado del continuo de servicios
del bienestar de niños/as basado en una comunidad de amplio rango, servicios centrados en la
familia para asegurar que el niño tenga una familia permanente y segura. El cuidado temporal es un
sistema de último recurso que toma parte solamente cuando otras intervenciones del bienestar del
niño/a han fallado. Los servicios del cuidado temporal son considerados como uno de muchos
servicios que protegen a niño/as y fortalecen a las familias. Un sistema de cuidado
temporal/sustituto basado en una agencia y que está bien integrado tiene la capacidad de proveer
una jerarquía de servicios a los niño/as y sus familias dentro de una serie de los cada vez más
complejos problemas y necesidades. Los hogares dentro de esta serie pueden ser divididos en 4
tipos generales: a) Hogares de descanso, los cuales proveen cuidado a niño/as diariamente, por
cortos períodos, por hora, incluyendo una guardería de protección, los que pueden prevenir la
necesidad de una colocación por 24 horas; b) Hogares temporales/sustitutos tradicionales, los cuales
proveen guardería las 24 horas al día para niño/as por períodos de semanas a meses; c) Hogares
temporales/sustitutos especializados, donde cuidan a niño/as que tengan problemas inusuales
físicos, cognitivos, o de desarrollo, los cuales requieren habilidades de atención que sobrepasan a
aquellos que se necesitan para los encargados tradicionales del cuidado; y d) Hogares
temporales/sustitutos de tratamiento, en los que el ambiente diario de hogar esencialmente se
transforma en un medio de tratamiento para el niño/a de manera similar a aquella de un centro
residencial o un hogar de grupo, pero en un ambiente consistente de familia. (Institute for Human
Services, 1998)
Desde una perspectiva sistémica Satir (2005) se refiere a las configuraciones de familias no
consanguíneas como familias mixtas o familias reconstituidas, comprendidas por familias adoptivas
y sustitutas cuyos hijos son de crianza pues sus progenitores biológicos ya no pueden hacerse cargo
de ellos. Otro modelo es el de la familia comunal que es un grupo de adultos que tienen hijos y
viven juntos en el mismo edificio o complejo de edificios, en donde todos comparten tareas y
posiblemente una propiedad común. Un elemento importante en este tipo de configuración familiar
es que también comparten la paternidad de muchos hijos, inclusive comparten en algunos casos una
vida sexual. Satir (2005) menciona que una ventaja de esta clase de familias es que el niño está
expuesto a gran diversidad de modelos, el problema es que debe haber una relación óptima entre
todos los adultos para que la paternidad conjunta ofrezca ventajas. Por último, otro tipo de
configuración en las familias son las que cuentan con institutrices o nanas de tiempo completo que a
menudo representan familias sustitutas informales en donde se presenta distancia entre niño y sus
padres reales.
Se han realizado estudios de este tipo de configuraciones familiares como el de Gardner
(1996) coordinado por el departamento de psicología de la universidad tecnológica Swinburne
Hawthorn, Australia y titulado “El concepto de familia: percepción de niños en familias sustitutas”,
en donde retoman las teorías al respecto (Schneider 1968, citado por Gardner 1996), encontrando
que los adultos norteamericanos daban una gran variedad de respuestas a la pregunta sobre ¿Qué
comprendían ellos como familia? Sus juicios fueron basados en la existencia de una "relación
sanguínea" con los miembros de la familia, siendo esta "distancia" el factor determinante para la
inclusión o la exclusión. Schneider delineó tres aspectos de la distancia: la distancia física sencilla,
la distancia socioemocional y la distancia genealógica. En contraste (Fanshe 1982, citado por
Gardner, 1996) planteó que muchos niños bajo cuidado de familias sustitutas se sentían
identificados con éstas, estando satisfechos y pensando que como habían crecido allí esa era su
propia familia. A partir de estas premisas teóricas los investigadores organizaron para su estudio la
participación de 43 niños/as en edades entre los 8-15 años que viven en hogares sustitutos por largo
tiempo y 42 niños/as que vivían con sus familias de origen. La metodología empírica empleada
para reunir la información obedeció a la técnica Kvebek de escultura familiar, solicitándoles que
eligieran figuras para representar los miembros de la familia y ubicando además en el mismo lugar
que tan cercana sentía su relación con cada uno. Los resultados mostraron que el total de los
niños/as de las familias sustitutas, representaban a estas como su propias familias por encima de la
biológica pero los autores plantean algunas diferencias: Primero, los niños en hogares sustitutos se
ubican a sí mismos más distantes de sus padres sociales que lo hecho por los niños en familias
intactas con respecto a sus padres biológicos; esta situación aumentó en el ejercicio de la
representación ideal (se pedía en una segunda ocasión que dibujaran su casa ideal e incluyeran los
miembros), los niños bajo protección movieron a sus padres sustitutos aun más lejos; segundo, los
niños bajo protección se colocaron a sí mismos más a menudo en la orilla de la escena antes que en
medio de sus esculturas, según los investigadores esto puede indicar que su familia sustituta no es
exactamente como una familia “verdadera” y que ellos se perciben, en alguna manera sutil, como
estando por fuera.
Es así que las diversas configuraciones familiares que han sido adoptadas del modelo
biológico tradicional y han emergido como parte del cambio de la sociedad, dan cuenta de factores
que se relacionan con las construcciones que hace el niño/a y el cuidador de su realidad, que según
lo anteriormente descrito por los manuales e investigaciones, posibilitan su desarrollo y amplían las
comprensiones de nuestro fenómeno de estudio y lo que es una familia y como ésta puede cambiar
y adaptarse a las diversas necesidades, siendo un elemento importante para la nutrición emocional
de los individuos. Por lo tanto las familias sustitutas se convierten en una alternativa favorable de
experiencia familiar para el restablecimiento de derechos dentro de las posibilidades que brindan las
familias no consanguíneas, sin embargo siguen narrándose desde las diferentes fuentes revisadas
como una composición grupal que no alcanza a ser vivida, para la mayoría de los casos,
reemplazante de la familia biológica en cuanto a los sentidos de identidad, permanencia y
pertenencia que se le otorgan; al menos las familias sustitutas temporales, que son a las que hacen
alusión todos los estudios consultados.
Perspectivas de la Configuración Vincular
El ser humano se configura en una amplia diversidad de sistemas y contextos, dentro de
éstos, como se mencionó, está la familia, nicho que se fundamenta en la relación con otros
favoreciendo así la configuración de vínculos. Sin embargo, la comprensión del vínculo es
compleja por lo cual se hace necesario ampliar el foco de observación siendo pertinente retomar
algunas de las posturas que lo han estudiado y para esto se reviso a Hernández y Bravo (2009) en
su libro de la línea Vínculos, Ecología y Redes de la Universidad Santo Tomas, quienes
desarrollaron un estudio sistemático acerca de ello. En el siguiente apartado encontrara los
postulados que se han hecho sobre vínculos desde: el psicoanálisis contemporáneo, la etología, la
teoría del vínculo de Bolwy y algunos planteamientos sistémicos para finalmente revisar la
propuesta eco-eto-antropológica de los autores.
El psicoanálisis contemporáneo acoge los vínculos como objeto de estudio y propone tres
grandes modificaciones: la ampliación metapsicológica a tres espacios psíquicos, la redefinición de
vínculo como dos yoes conectados por representaciones y la noción de sujeto vincular. La noción de
tres espacios psíquicos postula un sistema de triple registro simultáneo de un mismo suceso o
fenómeno, como un objeto interno, un vínculo y un lugar. Así, se vive simultáneamente en calidad
de habitantes de tres mundos: intrasubjetivo, intersubjetivo y transubjetivo, cada uno de los cuales
operaría con leyes de funcionamiento y características propias. Dentro del psicoanálisis no hay aun
una definición unívoca de vínculo, pues en algunos casos se denominó así a las relaciones primarias
con los objetos primordiales (vínculo constitutivo), en otros casos a la relación entre lugares de la
estructura familiar inconsciente (EFI) y otras veces se denomino vínculo a aquello que es posible
describir como producto de una interacción (Hernández y Bravo, 2009)
Krakov (2000, retomado por Hernández y Bravo, 2009), considera el vínculo como una
construcción conjunta, que surge por el intercambio afectivo entre los miembros que lo componen
constituyendo un nuevo ámbito de producción de sentido. Propone pensar el vínculo como un tercer
término simbolizante, producto de la interacción y generador de los sujetos de ese vínculo en
particular, así el vínculo con los otros significativos pasa a ser también instituyente de sentido y de
subjetivación. Desde esta postura el otro del vínculo es una construcción representacional que
incluye tanto lo representable del otro como lo irrepresentable e incognoscible. Todo nuevo vínculo
significativo implica para sus miembros una puesta en cuestión de su participación y su
posicionamiento como sujetos de los anteriores. Puede apreciarse que esta versión del psicoanálisis
contemporáneo, da mayor apertura pues no se centra en determinismos intrapsíquicos sino que
reconoce en las relaciones actuales un contexto potencialmente transformador de las experiencias
vinculares tempranas. No obstante, continúa fundamentándose en el mundo representacional como
hábitat del vínculo. Otro autor de esta perspectiva es Enrique Pichón-Riviere quien concibe a la
persona como una totalidad integrada por tres dimensiones: la mente, el cuerpo y el mundo exterior.
El individuo es el resultado del interjuego establecido entre el sujeto y los objetos internos y
externos, en permanente interacción dialéctica (Pichón-Rivière 2002, retomado por Hernández y
Bravo 2009).
En la perspectiva etológica clásica la vinculación temprana en los animales y en el hombre
se explica con las nociones básicas de impronta y acostumbramiento. Su abordaje desde la
observación natural y la experimentación, representa un salto de la visión intrapsíquica del
psicoanálisis clásico a una perspectiva cuyo foco de observación son las relaciones en sí. La
impronta es la adquisición de las características del objeto hacia el cual se dirigen ciertos actos
instintivos. El acostumbramiento es el proceso comportamental donde estímulos claves activan una
respuesta a una configuración perceptual global y compleja. El proceso de acostumbramiento es en
efecto complementario de la impronta propiamente dicha, en la medida en que permite al niño y
recíprocamente al adulto frente a su hijo, seleccionar al individuo ante el cual se activan el
comportamiento de apego y el comportamiento parental (Lorenz 1978, retomado por Hernández y
Bravo 2009).
Desde la teoría del apego Bowlby (1976, retomado por Hernández y Bravo 2009) quiso
ampliar la observación del contexto y se enfocó en las reacciones de los infantes ante el alejamiento
temporal de la madre e introdujo la idea de sistema comportamental de apego. No obstante, como él
mismo lo plantea (Bowlby, 1976 retomado por Hernández y Bravo 2009) su marco de referencia
fue también el psicoanálisis. Este autor observó niños pequeños en situaciones específicas para
inferir posibles conductas futuras, se enfocó en la pérdida de la figura materna en los primeros años
de vida como experiencia traumática intentando inferir sus consecuencias psicológicas futuras. Al
referirse al apego lo asume como una actividad instintiva de vinculación que el niño despliega
desde el nacimiento hacia las personas que encuentra en su ambiente. Se estructura y se diferencia
en el curso de la existencia, siendo el objeto de perturbaciones normales o patológicas que
modifican su expresión (apego ansioso, reacciones de duelo, estados depresivos). Esto significa que
la necesidad de apego permanece despierta todo el tiempo, haciendo que se experimente un estado
emocional de estrés y de sufrimiento crónicos, los cuales se pueden agudizar cuando las
circunstancias son aún más amenazantes. El sistema de apego es a la vez sistema de anclaje y
sistema de adquisición de grados de libertad en el establecimiento de las relaciones. Para describir
sus alteraciones, Bowlby (1976, retomado por Hernández y Bravo 2009) ha descrito un apego
ansioso, ligado a la experiencia de una disponibilidad insuficiente o inestable de la madre, a
actitudes ansiosas de ella o a separaciones impredecibles y repetidas. Comparte así la teoría
freudiana, haciendo de la angustia un signo que informa del riesgo de la pérdida del objeto de amor,
de modo que en casos de pérdida efectiva de este objeto, surgen mecanismos de duelo y de
depresión (Hernández y Bravo 2009).
Otro autor relevante dentro de la temática vincular es Mary Ainsworth (2002), quien
influenciada por Bowlby (1999), creó con su equipo del instituto africano una investigación acerca
de las reacciones de los niños pequeños ante las separaciones cotidianas. Como una etapa del
estudio, desarrolló la "situación extraña", que es un proceso de laboratorio que implica estudiar al
niño en su interacción con la madre y con un adulto (extraño) en un entorno no familiar (Arcus,
1998). En ella se observa la exploración de niños entre 12 y 18 meses de edad dentro de una
habitación que le es desconocida y que contiene juguetes. En la situación se le hace pasar al bebé
por ocho secuencias distintas que duran 3 minutos cada una. Pudieron diferenciar tres tipos claros
de comportamiento del bebé hacia su madre después del retorno que se convirtieron en la base para
clasificar categorías de apego: ansioso/evitativo, seguro y ansiosos/ambivalente. En conclusión,
mientras que la mayoría de madres y lactantes interaccionan de manera que logran la comodidad y
seguridad, algunos casos indicaron tensión y conflicto muy relacionados con el nivel de
receptividad que mostraban las madres a sus hijos (Ainsworth 1965, retomado por McCarthy, R.
1998).
Desde la perspectiva sistémica se retoman algunos autores que aunque no han trabajado
directamente el vínculo, han retomado elementos que configuran el mismo, Murray Bowen citado
por Hernández y Bravo (2009), en su teoría de la diferenciación del self afirma que una de las
funciones fundamentales adquiridas por el individuo es la pertenencia familiar. Supone que la
familia es un sistema en continua transformación; un organismo complejo que se modifica a través
del tiempo a fin de garantizar la continuidad y el crecimiento psicosocial de sus miembros; es decir,
permite simultáneamente el desarrollo de la familia como sistema y la diferenciación de los
individuos que la componen. Cada persona debe ser progresivamente menos necesaria para el
funcionamiento de su familia de origen para poderse separar y crear a su vez un nuevo sistema
familiar. Es decir, debe pasar de una etapa de fusión-diferenciación a una de diferenciación
separación dentro del complejo de interacciones de la familia como sistema de referencia. Para
Bowen, la huella de la familia es tan determinante, que el grado de autonomía individual se puede
evaluar a través de la infancia y prever su desarrollo futuro, con base en el grado de diferenciación
de los padres y el clima emocional prevaleciente en la familia de origen. La noción de
diferenciación caracteriza a las personas, según su grado de fusión o de diferenciación en su
funcionamiento emocional e intelectual (Hernández y Bravo, 2009).
Dentro de la comprensión del vínculo Boszormenyi-Nagy (1983, retomando por Hernández
y Bravo 2009) representante de la perspectiva sistémica, retoma la lealtad como concepto central de
la terapia familiar contextual intergeneracional y la define como un determinante motivacional,
cuyas raíces relacionales alimentan una fábrica invisible de expectativas del grupo. Las fibras
intangibles de la lealtad están hechas de consanguinidad, como salvaguarda del linaje biológico y
familiar y de los méritos que ganan entre sí los miembros de la familia. La lealtad marca la
pertenencia al grupo y aparece como una característica del grupo y una actitud individual. Ser un
miembro leal implica la internalización de las expectativas del grupo y un comportamiento de
acuerdo con estos mandatos tácitos internalizados. En las familias, como en los demás grupos, la
lealtad más fundamental tiene como objetivo la supervivencia del grupo y su fuerza, casi siempre
enmascarada, se revela sobre todo en las situaciones amenazantes (Hernández y Bravo 2009).
Continuando con la línea sistémica en la experiencia de ser familia es pertinente retomar a
Minuchin (1984, citado por Hernández y Bravo 2009) quien afirmaba que los límites de un
subsistema son las reglas que determinan quién y cómo participa en una interacción, conforme a los
respectivos roles. Tienen por función proteger la diferenciación del sistema y de sus miembros y
permiten a la vez la adquisición de competencias interpersonales en subsistemas autónomos y en los
contactos con el exterior. Según la diferenciación y la permeabilidad de los límites, las familias
pueden escalonarse en un continuo que va del amalgamamiento, donde los límites son difusos y
permeables, al desligamiento, donde los límites son hiper rígidos e impermeables. De esta distinción
se desprenden formas de relacionarse que configuran el vínculo.
Desde el modelo circumplejo de Olson se afirma que la cohesión es una de las dimensiones
de la vida familiar que describe el vínculo emocional entre sus miembros; plantea la hipótesis de
que los niveles moderados, tanto de cohesión como de adaptabilidad, son facilitadores del
funcionamiento familiar, en tanto que los extremos se asocian con la presencia de dificultades. Si
son amalgamadas, se caracterizan por sobreidentificación de los miembros con la familia y
exigencias de lealtad y consenso que frenan la individuación; si son desligadas, se favorece un
excesivo grado de autonomía, de modo que cada persona hace lo suyo, con escaso apego o
compromiso hacia su familia. No obstante, el grado de cohesión varía de acuerdo con la etapa del
ciclo vital, con el tipo y severidad de los estresores presentes, con la cosmovisión y con los valores
propios de la familia y de su entorno. (Hernández y Bravo, 2009).
Otro autor desde la perspectiva sistémica que retomó algunos elementos de la teoría del
apego de Bolwy es John Byng-Hall (citado por Hernández y Bravo, 2009) quien ha desarrollado el
concepto de Base Familiar de Seguridad, definiéndola como una familia que provee una red segura
de relaciones de apego y de cuidadores adecuados, de modo que los miembros de ésta se perciban
respaldados para explorar su capacidad. Sugiere que hay dos factores asociados a la base de
seguridad: uno relativo a la conciencia compartida de que las relaciones de apego son importantes y
que el cuidado de los demás es una prioridad y la otra a la creencia en que los miembros de la
familia se deben apoyar y cuidar mutuamente. A su vez, los factores que amenazan la base familiar
de seguridad son: la pérdida real de una figura de apego o el miedo a perderla; el apego excesivo a
un cuidador y el rechazo de las relaciones con otros cuidadores (“captura” de una figura de apego);
el apego a una figura inapropiada de apego; conflictos relacionales, en especial de abuso; profecías
autocumplidoras negativas, tales como expectativas de que se repitan pérdidas que se han vivido en
generaciones anteriores (Hernández y Bravo 2009).
En relación a la vinculación familiar Oliveros (2004) realizó una investigación cualitativa a
partir de una propuesta de investigación intervención que buscaba hacer una aproximación a las
formas de vinculación familiar como opción de vida en la convivencia y encontrar en esas formas
de vincularse alternativas para prevenir o cambiar las formas de relación que se están viviendo y
que resultan “dolorosas”. Esta investigación estuvo compuesta por 11 madres de familia del
municipio de Coello Tolima, en donde se identificó que el establecimiento de vínculos de las
madres con sus hijos, se posibilita debido a la creencia que tienen del rol materno ligado
directamente con la religión y el amor de Dios. En esta misma línea se plantea que las
manifestaciones de afecto son necesarias e importantes, debido a que los hijos/as son concebidos
como seres frágiles que se hacen merecedores del cuidado por parte de la madre. El amor que se les
entrega a los hijos/as se basa en las imágenes que se proyectan de ellos y en las carencias y
necesidades afectivas que tienen ellas mismas. Otra conclusión fue que el amor que las madres
desarrollan y que han trasmitido, es la cúspide de las formas progresivas de la relación interpersonal
que sostienen. Las madres dan a entender que el vínculo afectivo establecido fomenta una relación
satisfactoria al interior de la dinámica familiar, permitiendo con ello el desarrollo saludable de sus
miembros. Por último, el estudio plantea que la seguridad y confianza que los demás brindan en el
núcleo primario resulta una base fundamental, por ello la confianza se acrecienta con el
cumplimiento de los contratos familiares o sociales que se han establecido. Para hacer hijos felices,
según las mujeres del estudio, existen tres cosas fundamentales: el amor, el respeto y la ayuda
mutua. Esta investigación permite reconocer la riqueza del vínculo en cuanto a las fuentes de
nutrición de éste, identificando epistemes relacionadas con un sistema de creencia en un contexto
en donde la religión es un elemento primordial sobre la forma de narrarse y narrar el mundo.
Volviendo a retomar la etología pero desde una postura clínica, Cyrulnik (2000, Hernández
y Bravo, 2009) a partir de sus observaciones etológicas y de su trabajo como psiquiatra tanto con
adultos perturbados como con niños abandonados y con serios problemas del comportamiento, hace
evidente la interrelación que existe entre el funcionamiento biológico y la dinámica psicoafectiva y
relacional, destacando el efecto de las interacciones lingüísticas sobre la biología de los
interlocutores (Hernández y Bravo, 2009). Este autor parte de la premisa acerca de los diversos
significados que se le pueden otorgar a situaciones complejas y “traumáticas” a partir de lo cual
propone que el ser humano puede relatarse desde una amplia variedad de posibilidades de lectura
frente a su realidad y por ello se considera un autor enriquecedor para comprender la construcción
narrativa de los vínculos en familias sustitutas permanentes.
Por último, se retoma el planteamiento de Hernández y Bravo (2009) dando cuenta de la
complejidad para comprender el fenómeno vincular desde la perspectiva eco-eto-antropológica.
Para abordar los procesos de vinculación humana desde esta perspectiva, los autores retoman a
Miermont con su concepto de operadores espaciales del vínculo -rituales, mitos y epistemes-, en
cuanto que son dispositivos articulados que organizan la interacción humana y activan los sistemas
de significación en contextos específicos. La aproximación eco-eto-antropológica de los vínculos
pretende comprender cómo el hombre es producto y productor de su ecosistema, en complejos
procesos interaccionales que integran la cognición y comunicación, así como la ecología y sus
variadas formas de organización familiar y social.
Siguiendo a Miermont (1993, citado por Hernández y Bravo 2009), se entiende que un
vínculo es aquello que une o conecta a una persona con otras, consigo misma o con las cosas. Es
aquello que asegura una conexión témporo-espacial entre personas físicamente separadas, gracias a
los procesos de simbolización que contribuyen a su mantenimiento. Los vínculos se cristalizan a
través de diversos modos de comunicación (amor, odio, amistad, etc.), que crean eventos que
pueden llamarse vínculos reales. Esos vínculos se traducen igualmente en la puesta en escena de
representaciones y de afectos que dan cuenta de la naturaleza de la relación. Como los vínculos
tienen un valor de supervivencia, todas las amenazas y estímulos a dicho proceso se relacionan con
la percepción de bienestar. Así mismo, Miermont al referirse a la conexión témporo-espacial
menciona tres operadores: el ritual, el mito y la episteme; los cuales a su vez son agrupados por
Hernández y Bravo en dos grandes dimensiones: los sistemas de significación y las modalidades de
organización de la interacción humana pero que para efectos de comprender sus postulados a
continuación se retoman por separado (Mitos, ritos y epistemes).
La episteme es la disposición que permite a todo ser humano orientarse con respecto a sí
mismo, a los otros y al mundo, y por otra parte, es el efecto producido por el ambiente sobre esta
orientación. La episteme es coextensiva de las funciones rituales y míticas. Si el mito permite
estructurar las distorsiones de la trasmisión de información, la episteme concierne al conocimiento
objetivable, reconociendo que no accedemos a la realidad más que por la intermediación de los
fenómenos (Hernández y Bravo 2009).
Los mitos por su parte son sistemas explicativos sobre asuntos trascendentales para la
existencia como el origen del mundo, de la humanidad, el matrimonio, la familia, la muerte. El mito
garantiza la cohesión y la regulación de los grupos humanos, estructura los sistemas de creencias y
organiza la transmisión de información. En el sentido cibernético, el mito funciona como un
“convertidor”, en cuanto permite transcribir unidades de información digital en información
analógica; es decir, transcribe información de un sistema racional de codificación a otro intuitivo y
emocional.
Los rituales según Morin (1980 citado por Hernández y Bravo 2009) se entienden como una
forma particular de organización de la interacción humana desde aspectos vitales filogenéticos y
culturales como: la crianza, las relaciones entre hombres y mujeres, el tránsito de una etapa a otra
del ciclo vital, el nacimiento, la muerte, etc.; teniendo consecuencias sociales y psicológicas sobre
la dinámica del grupo. Los rituales son significativos en el entendimiento que manifiesta la
idiosincrasia del grupo en el que tiene lugar y en el sentido cibernético, cumplen igual función al
convertir información analógica en digital, a través de verbalizaciones que reducen la ambigüedad
de las relaciones. Si el mito es una representación del sistema de significados vigente y por
consiguiente, se sitúa fuera del tiempo, el rito es una posibilidad de actuar sobre el mito,
introduciendo el curso temporal. Los rituales, además de introducir significados y emociones,
introducen comportamientos nuevos. Uno de los aspectos fundamentales del ritual es que pone a
todos los miembros de una familia en el mismo plano al realizarlo (Boscolo, 1996).
En esta línea de investigación sobre Vínculos, Ecología y Redes que maneja la universidad
Santo Tomas dentro de las tesis de posgrado revisadas, se encuentran dos trabajos que se quieren
retomar como son el de Rodríguez ,Medina y Vargas (2002), titulada “Conexión de los mitos y
creencias con la construcción del vínculo emocional de la adolescente Embarazada
Institucionalizada”. Y la de Colorado (2007), titulada “Investigacion-Intervencion sobre la
interpenetración entre mitos, ritos y epistemes en la evolución de la dinámica vincular familia-niño
con autismo- institución”.
Con referencia a la primera investigación, en el estudio relacionado con la conexión entre
los mitos y creencias con la construcción del vínculo emocional de la adolescente embarazada
institucionalizada, se evidenció el propósito de generar procesos reflexivos y autorreferenciales que
permitieran dar cuenta de la conexión de los mitos y creencias de la adolescente institucionalizada
en la construcción de vínculos emocionales. Este proceso se llevó a cabo en una institución de
carácter religioso de ayuda para adolescentes, en donde participaron adolescentes embarazadas,
religiosas representantes de la institución y el equipo investigador. La metodología consistió en
posibilitar espacios conversacionales donde todos los actores fueron observantes, cuya constante
retroalimentación permitió revelar el vínculo y las creencias sobre la familia de origen, en la
relación construida con el padre de su hijo, con su hijo y la institución. Se diseñaron escenarios con
varios momentos en los cuales se utilizó como estrategia un equipo reflexivo con diferentes niveles
de observación, lenguaje metafórico, preguntas circulares y reflexivas, con el objetivo de movilizar
a la luz del paradigma sistémico constructivista procesos vinculares posibilitadores y generativos,
entre los diferentes actores que constituían la red de las jóvenes y futuras madres. El impacto de este
estudio se reflejó en la potencia de las herramientas utilizadas como la metáfora y el equipo
reflexivo, mostrando ser técnicas movilizadoras a nivel cognitivo, emocional y conductual, pues
generó nuevas puntuaciones respecto a la construcción del vínculo a nivel de las adolescentes,
permitiendo el gestar un proceso de independencia y de la utilización de recursos propios. Este
estudio nutre la compresión relacionada sobre los contextos institucionales ya que se logro redefinir
el rol del psicólogo y la visualización de la adolescente como persona autogestora. Un aporte
significativo que nutre la comprensión del vínculo de la presente investigación, fue la de su
construcción como un proceso relacional y comunicativo en que participan los diferentes actores
haciendo explícitas sus expectativas, creencias y temores. El aporte y la recomendación de este
estudio fue dar cuenta del impacto generativo de los procesos que narrativamente construyen una
lectura más abarcadora y ecológica de la realidad para las adolescentes, redefiniendo el concepto de
ayuda y de los procesos individuales inmersos en un contexto institucional, que para el presente
estudio permite nutrir la comprensión que se tiene de los recursos del sistema y del mismo contexto
para generar lecturas y narrativas movilizadoras que den cuenta de los procesos en las construcción
del vínculo.
El segundo estudio fue realizado por Colorado (2007) quien realizo un ejercicio
investigativo acerca de la evolución de la dinámica vincular familia, niño con autismo e institución,
en la cual pudo concluir que: la dinámica vincular familia, niño e institución evoluciona según
pueda afrontar cinco dilemas básicos: aceptar la diferencia en que yo (terapeuta o miembro de la
familia) significo algo para ti (niño/a). Confiar en las propias capacidades (terapeutas y miembros
de la familia) y en las del niño para poder iniciar un proceso terapéutico dirigido hacia la
autonomía. Sentir el respaldo y la comprensión de los otros miembros del grupo familiar tanto en
las maneras en que se toman decisiones como en los dilemas a los que se ven enfrentados. Asumir
la responsabilidad institucional de realizar los esfuerzos necesarios para que los niños y las familias
desarrollen sus capacidades respetando sus propias decisiones; y definir un límite con el entorno,
capaz de utilizar criterios internos para facilitar el contacto externo en un contexto cooperativo.
También se concluye que es importante ayudar a padres y terapeutas para encontrar fuentes
complementarias de reconocimiento de su rol, para esto se requiere salir del propio instituto hacia
otros vínculos institucionales que puedan dar continuidad al proceso de autonomía e integración, se
puede considerar la base segura del instituto como plataforma para proyectar el grupo familiar más
allá del mismo.
La anterior perspectiva centra el foco de comprensión de la construcción del vínculo en los
operadores témporo-espaciales ya mencionados. Sin embargo para este estudio en la comprensión
del fenómeno de estudio se articulan como lentes lectores de esa “realidad” otros aspectos que
emergieron en los encuentros iniciales con el sistema narrado como organizadores de las relaciones
de las familias sustitutas permanentes de la Aldea y que cobraron sentido en la construcción
narrativa del vínculo, pues en diferentes relatos de los miembros surgieron agentes que configuran
el vínculo, siendo ellos: los órdenes de significado con relación a los sentidos de identidad,
pertenencia y permanencia familiar, así como el proceso organizacional que permea todo el sistema
en los diferentes niveles delineando muchas de las formas de relacionarse.
Construcción de Ordenes de Significado con Relación a los Sentidos de Identidad,
Pertenencia, Permanencia Familiar y Proceso Organizacional
La identidad ha tenido diferentes explicaciones que han contribuido a la comprensión del
desarrollo del ser humano en relación con su entorno y sin embargo es una cuestión no resuelta;
diversas perspectivas han dado teorías sobre cómo emerge la identidad, explicaciones que han
evolucionado y cambiado a través de los paradigmas y que a continuación se esbozan.
El concepto de identidad tiene diversos significados y se utiliza en una variedad de
contextos que necesitan ser diferenciados. Un primer significado de identidad se encuentra en las
tradiciones metafísicas escolásticas y aristotélicas que la concebían como uno de los principios
fundamentales del ser y como una ley lógica del pensamiento. El principio ontológico de identidad o
de "no contradicción" afirma que todo ser es idéntico consigo mismo y, por lo tanto, una cosa no
puede ser y no ser al mismo tiempo y desde un mismo punto de vista. Sin embargo, para muchos
filósofos modernos la reflexividad era crucial para la identidad humana y marcaba una diferencia
importante con la identidad de las cosas inanimadas y los animales. Por eso insistían en que la
auto-conciencia y el auto-reconocimiento eran elementos necesarios de la identidad humana,
siendo el problema establecer qué garantizaba el auto-reconocimiento en el tiempo. La principal
preocupación de estos filósofos no era tanto la identidad en sí misma sino la dependencia de la
responsabilidad moral de ésta (Larrain, 2001).
Un significado más adecuado de identidad según el autor deja de lado la mismidad
individual y se refiere a una cualidad o conjunto de cualidades con las que una persona o grupo de
personas se ven íntimamente conectados. En este sentido, la identidad tiene que ver con la manera
en que individuos y grupos se definen a sí mismos al querer relacionarse "identificarse" con
ciertas características. Esta concepción es interesante para los científicos sociales porque, aquello
con lo que alguien se identifica puede cambiar y está influido por expectativas sociales (Larrain
2001).
Al explorar este concepto de identidad cualitativa, Tugendhat (1996 Citado por
Larrain, 2001) ha destacado el carácter subjetivo de las cualidades que constituyen la identidad y
el hecho de que ellas pueden cambiar. La identidad cualitativa responde a la pregunta acerca de lo
que cada cual le gustaría ser. La respuesta a esta pregunta puede estar influida por el pasado,
pero se refiere básicamente al futuro. (Tugendhat 1996 Citado por Larrain, 2001) propone que las
cualidades que constituyen la identidad son lo que Aristóteles llama "disposiciones", que consisten en
la capacidad para actuar de una manera particular. La concepción filosófica moderna de identidad se
basó en la creencia de la existencia de un sí mismo, o centro interno, que emerge con el nacimiento,
como un alma o esencia, que permanece fundamentalmente igual durante toda la vida. Desde Marx
en adelante, muchos sociólogos y psicólogos sociales (en especial George Mead, 1932) han
desarrollado una concepción alternativa de acuerdo con la cual las expectativas sociales de los otros
juegan un rol fundamental en el proceso de identificación con algunas cualidades. De este modo, la
idea de un sujeto producido en interacción con una variedad de relaciones sociales llegó a ser crucial
(Larrain, 2001).
En esta misma línea Giménez, (2009) propone que existe una pregunta fundamental, ¿qué
es lo que distingue a las personas y a los grupos de otras personas y otros grupos? la respuesta para
el autor es la cultura, la cual se comparte con los demás a través de las pertenencias sociales, y el
conjunto de rasgos culturales particularizantes que definen a los individuos como únicos, singulares
e irrepetibles. Para desarrollar la identidad las personas toman recursos culturales disponibles en sus
redes sociales inmediatas y en la sociedad como un todo, de este modo queda claro en qué sentido
la cultura es la fuente de la identidad.
Desde Robert Merton (1965 citado por Giménez, 2009), sólo pueden ser actores sociales, en
sentido riguroso, los individuos, los grupos y los que él llama “colectividades” como las iglesias
universales y la nación. Para avanzar en esta reflexión, es necesario introducir una distinción
fundamental entre identidades individuales e identidades colectivas, aunque se deba reconocer al
mismo tiempo que no se trata de una dicotomía rígida, ya que las identidades colectivas son
también componentes de las individuales a través de los vínculos de pertenencia a diferentes grupos
y viceversa. La importancia de esta distinción radica en lo siguiente: la identidad se aplica en
sentido propio a los sujetos individuales dotados de conciencia y psicología, y esto se utiliza por
analogía a las identidades colectivas, atribuyéndose a los grupos y a las colectividades que por
definición carecen de conciencia y psicología propias (Giménez, 2009).
Si se asume el punto de vista de los sujetos individuales, la identidad puede definirse como
un proceso subjetivo (y frecuentemente autoreflexivo) por el que los sujetos definen su diferencia
de otros sujetos (y de su entorno social) mediante la autoasignación de un repertorio de atributos
culturales frecuentemente valorizados y relativamente estables en el tiempo, esta autoidentificación
del sujeto requiere ser reconocida por los demás sujetos con quienes interactúa para que exista
social y públicamente. En términos interaccionistas, se diría que la identidad es una “identidad de
espejo” (looking glass self) (Cooley, 1922 citado por Giménez, 2009), es decir, que ella resulta de
cómo se ve el individuo y cómo lo ven los demás. Este proceso no es estático sino dinámico y
cambiante. Una contribución del sociólogo francés Morín (2001 citado por Giménez, 2009) quien
destaca la importancia de la red personal de relaciones íntimas como operador de diferenciación,
consiste en que cada quien tiende a formar un círculo reducido de personas cercanas, cada una de
las cuales funciona como alter ego (otro yo), es decir, como extensión y “doble” de uno mismo y
cuya desaparición (por alejamiento o muerte) se sentiría como una herida, como una mutilación,
como una incompletud dolorosa. La ausencia de este círculo íntimo generaría en las personas el
sentimiento de una soledad insoportable.
Para fines comprensivos de los órdenes de significado acerca de la identidad se incluyen
algunas propuestas psicológicas. Desde la psicología clásica se define la identidad como el carácter
distintivo de un individuo: lo que son, sus papeles y capacidades (Feldman, 1999), propuesta
paralela a corrientes filosóficas clásicas que como se menciono anteriormente consideraban, que
todos los entes están constituidos por una sustancia que permanece a través de los cambios en el
tiempo, lo cual induce a concebir la identidad como algo estático y permanente. Para Dicaprio
(2000), la identidad se define como el lugar del ser humano en la sociedad a través de la
identificación con papeles aceptados culturalmente y reforzados con un compromiso ideológico. En
la perspectiva sistémica, la identidad se podría relacionar como ese proceso en el cual un sistema
vivo se autorregula estableciendo límites con su entorno, que le permiten interactuar con éste y al
mismo tiempo diferenciarse de él.
Linares (2006) afirma que la identidad es un producto narrativo que se empieza a
desarrollar precozmente dirigida por la relación nutricional. Expresa que en la dinámica familiar se
nutre la narrativa de las historias de la identidad pero la identidad se encarna en el individuo, por lo
tanto, hablar de identidad familiar es un error epistemológico para este autor, pues ni las culturas ni
los grupos poseen identidad, la organización y la mitología son los dos grandes elementos
definitorios de una cultura o de un sistema como puede ser el familiar. Para este autor es importante
retomar que dentro de la dinámica familiar se construyen rutinas y hábitos particulares que dan
referencia de sentidos y significados compartidos. Estos dan cuenta de unos marcos implícitos
donde se definen expectativas, valores, cuidado, protección, amor, afecto, proyectos conjuntos,
límites de lo que está permitido y no; estando en constante transformación en la medida en que
narran y se resignifican los significados construidos.
Postulados como el de Satir (2005), en relación con la identidad familiar, hacen la similitud
con una red argumentando que cada persona tiene un yo individual que puede ser descrito con un
nombre y características físicas, intereses, gustos, habilidades, capacidades, cualidades, que tengan
relación con él o ella como individuo; esto muestra a los miembros de la familia como islas pero
cualquiera que haya vivido en un grupo familiar sabe que nadie conserva su condición de isla
durante mucho tiempo pues los diversos miembros de la familia están conectados mediante una
vasta red de enlace que puede ser invisible pero que se halla presente con toda solidez y firmeza
como si fuera de acero.
Estudios como el de De Diego y Riaño (1998) titulado “Adolescencia y familia: identidades
que se construyen en la interacción entre la familia y el contexto psicosocial” de la Universidad
Santo Tomas, respalda el anterior planteamiento. El objetivo del estudio era comprender cómo la
familia con hijos adolescentes construyen su identidad como tal y cómo a su vez, sus hijos
adolescentes construyen su identidad individual. Las investigadoras concluyeron que la identidad no
es algo que se busque o que llegue en determinado momento de la vida, plantean que la identidad
familiar y la del adolescente se construyen en la interacción cotidiana que se suscita al interior y al
exterior de la familia. En este sentido, para comprender la identidad familiar tomaron como focos
centrales de análisis la conyugalidad y la parentalidad y para la identidad del adolescente retomaron
dichos focos unidos al contexto sociocultural.
Los autores continúan afirmando que, la identidad familiar se construye a través de un
continuo de diferentes momentos, en el que se puede hablar de un inicio, cuando los recién casados
se unen; una fase intermedia, en los años en los que se crían a sus hijos/as, donde reinan
condiciones optimas para consolidar la identidad familiar, también se podría reinterpretar como una
reconstrucción de la identidad ya formada; la fase tardía de la familia, es un periodo de transición y
perdida, en donde cada situación de cambio podría constituir una crisis, y su efecto sobre la familia
es la inestabilidad de la identidad. En esta fase se hace más evidente el desplazamiento de los hijos
fuera de sus familias, esto implica necesariamente reorganización de los miembros del sistema
familiar en donde los roles se modifican, los hijos adquieren mayor autonomía y los padres se
retiran de los sistemas sociales amplios. La identidad familiar está muy influida por las creencias y
recursos de la familia acerca de su pasado ya que este aspecto histórico modela su identidad y la
medida en que comprende su condición actual como parte de un continuo que se extiende a lo largo
del tiempo. El pasado motiva a la mayoría de las familias a preservar su identidad de generación a
generación.
Desde el construccionismo social autores como Gergen (1996) refieren que la identidad es
logro de las relaciones humanas y como se cambia de unas relaciones a muchas otras
constantemente, el ser humano puede lograr o no estabilidad en cualquier relación dada, por lo que,
no hay razón para sospechar de la existencia de un alto grado de coherencia en las actuaciones de la
identidad entre un contexto y otro. Las personas no tienen un único yo sino uno potencial para
comunicar y representar su yo. Este autor propone un enfoque relacional que considera la identidad
no como una estructura cognitiva privada del individuo, si no como un discurso acerca del yo: en el
cual las personas significan y relatan las experiencias de sus vidas.
De hecho autores como Munné (2000) retoman dos teorías de la complejidad para explicar
el proceso identitario, una de las cuales coincide con la anterior idea de Gergen (1996) al afirmar
que las estructuras que guardan el equilibrio son menos ordenadas y coherentes que las que están
alejadas del mismo, lo que lleva a pensar que no existe estabilidad y predictibilidad en la
configuración de la identidad, siendo éste un proceso caótico. La otra teoría por su parte, aporta un
modo de entender la identidad a través de la capacidad autoorganizativa del self. Elementos que
serán ampliados en el marco teórico para retomar con mayor profundidad la comprensión que
realiza este autor sobre la identidad familiar.
Ahora bien, cuando se realiza el ejercicio de comprensión de los órdenes de significado del
sentido de identidad surge de forma cercana y casi indiferenciable los conceptos que apuntan al
sentido de pertenencia familiar, por lo que este es el siguiente punto que se entra a desarrollar. A
nivel del sentido de pertenencia autores como Krakov (2000, citado por Hernández y Bravo, 2009)
desde la teoría psicoanalítica contemporánea postulan como el sentirse mutuamente reconocido por
el otro y designado como perteneciente a ese vínculo le otorga a cada sujeto una doble marca: la
marca de pertenencia y la marca de reconocimiento. Cuando ambas marcas son lábiles o tienden a
desaparecer, se genera en el sujeto ansiedad de inexistencia. Desde la etología Lorenz (s.f retomado
por Hernández y Bravo 2009) afirma que el acostumbramiento es un proceso de adquisición que no
se modifica con recompensas ni estímulos aversivos, ni por experiencias condicionadas de ensayo y
error. Una vez que el niño tiene la impronta y el acostumbramiento a la percepción detallada y
holística de su madre o de su padre, las experiencias agradables o desagradables asociadas no
cuestionan la identidad de estas figuras reconocidas por lo que continúan sintiéndose parte o
pertenecientes a ellas. Esto explicaría, en alguna medida, la permanencia de las figuras parentales
como referentes en la vida de los seres humanos, pero este sentido se retomará más adelante.
Volviendo al sentido de pertenencia, Byng-Hall (citado por Hernández y Bravo, 2009)
quien como se mencionó anteriormente desarrolló el concepto de Base Familiar de Seguridad,
resalta algunos elementos dentro de las relaciones, uno relativo a la conciencia compartida de que
las relaciones de apego son importantes y que el cuidado de los demás es una prioridad y la otra a la
creencia en que los miembros de la familia se deben apoyar y cuidar mutuamente. Esto tiene
relevancia en la construcción del sentido de pertenencia ya que es importante los significados
compartidos en relación a la construcción del vínculo que permitan la disposición para la
proyección del mismo.
En igual medida, según Hernandez y Bravo (2009), el miedo a perder una figura de apego o
el que realmente suceda; el apego excesivo a un cuidador y rechazar relaciones con otros
cuidadores; apegarse a una figura inadecuada; conflictos interaccionales como los de abuso y
expectativas de que se repitan pérdidas vividas en el pasado, son aspectos que amenazan la base
familiar de seguridad. Por eso la unión emocional, los patrones de interacción y las historias que
justifican y explican dichos patrones en el tiempo son aspectos que se deben revisar pues son
siempre modelados con el otro tanto intra como extra-familiarmente. Así, autores como Ugazio
(2001) señalan que los esquemas, los sistemas de creencias, los mismos objetivos e intenciones, los
sentimientos y las emociones, se estructuran y se mantienen en la interacción social en procesos que
dan cuenta de lo que se denomina mente o self, vinculados a los contextos conversacionales, lo que
exige poner en la perspectiva de explicación del aspecto familiar la dimensión de las construcciones
narrativas sociales, que son la principal hipótesis del construccionismo social. Por lo tanto, la
propuesta de mencionado autor genera ampliaciones del sentido de identidad familiar y hace un
acercamiento narrativo y socioconstuccionista enriquecido desde diferentes elementos de la
complejidad que facilita la comprensión del fenómeno de estudio, y por ello se retomará en el
sistema teórico.
Enlazando el sentido de pertenencia para comenzar a incursionar en el de permanencia, la
psicología social abre el camino en estudios realizados con referencia a la etapa de la infancia donde
se señaló como estos dos sentidos se encuentran. Al respecto Baumeister y Leary (1995) afirman
que los niños necesitan y tienen el derecho humano de ser criados en un ambiente que promueva su
desarrollo pues el ser miembro de una familia provee la base de seguridad para un crecimiento
óptimo. No obstante estar ubicado dentro de una familia no es suficiente, es esencial un sentido de
pertenencia a ella compartido entre los mismos niños y la familia. Por lo que el concepto tiene dos
componentes: la confianza segura en un enlace permanente del cariño mutuo y tener interacciones
agradables y positivas regularmente. Para Baumeister y Leary (1995) si una configuración solida no
puede ser creada o imaginada, es posible que el niño no pueda permanecer con su familia natal
dentro de sus redes personales. Entonces el sistema de protección a la infancia entra a intervenir
obligado a hallar una familia alternativa que pueda proveer un sentido de inclusión, de ser miembro
de algo, una garantía de la permanencia, de un ambiente que tiene o puede aceptar apoyo adecuado.
Ampliando ahora la comprensión del sentido de permanencia, el filósofo Ricoeur (1999
retomando a Wittgenstein s.f.) expresa que la temporalidad es una estructura de la existencia que
accede al lenguaje mediante la narratividad, mientras que la narratividad es la estructura lingüística
que tiene como último referente dicha temporalidad. La denominación del tiempo se puede hacer en
la medida en que “es tiempo para hacer algo”, un tiempo propicio o desfavorable. En la capacidad
narrativa y en su correlato, la trama esconde relaciones con el tiempo mucho más complejas que las
distinguidas a simple vista, haciendo incomprensibles las rápidas alusiones al tiempo lineal del
relato cronológico. El autor agrega que el relato implica la posibilidad de las personas de
encontrarse en un “ahora” compartido, situación que se expresa en lo público y les permite
conectarse con el mundo, por lo tanto la primera dimensión del tiempo público es el carácter interno
de la interacción. De esto se puede interpretar cómo en la interacción, en el estar con otros, es de
donde se hacen afirmaciones que dan cuenta del tiempo y aunque el autor se refiere explícitamente
al presente “ahora”, también se puede aplicar para el futuro o permanencia vincular que permite
construir narrativas en mundos posibles incluyentes para planes venideros. Se necesita de los otros
para poder configurar los sentidos de permanencia.
Otro autor que trabaja la concepción del tiempo es Boscolo (1996, retomando a Elías 1984),
quien afirma que el tiempo, por un lado, no es un objeto sino una abstracción derivada de nuestra
experiencia de sucesión y cambio, y por el otro, es la constancia de los objetos que cambian. Por lo
tanto, los diferentes tiempos no son más que descripciones efectuadas por distintos observadores.
Aunque de forma específica en el campo de atención del observador, quien es el que determina el
tiempo, en cada instante están presentes un pasado (memoria) y un futuro (intencionalidad) que
orientan al individuo en su actividad presente. La construcción narrativa de los vínculos no puede
prescindir de este planteamiento puesto que el sentido de permanencia de los vínculos presentes se
nutre y configura en relación a estos dos aspectos, el pasado o memorias y el futuro o
intencionalidad, implicando que la intencionalidad hace parte de la narrativa por medio de la cual
los miembros de un determinado sistema se narran y co-construyen. En este sentido se puede
retomar los postulados de Ugazio (2001), al trabajar la configuración de la identidad dentro del
sistema familiar para posibles aportes para la comprensión del sentido de permanencia, ya que
estudia los procesos conversacionales a través de los cuales se construye y reconstruye la identidad
de cada uno. Planteamientos de ambos autores que se profundizarán en el sistema teórico donde el
fenómeno de estudio entra a elaborarse en mayor detalle.
La Ecología De Los Vínculos
Todas las familias establecen vínculos con sistemas amplios que significan su experiencia
dando contextos de sentido a los relatos que a su vez se conectan permanentemente en diferentes
niveles y dominios entre el mundo subjetivo y el mundo interaccional configurando la complejidad
de la construcción de los vínculos, pues como lo anota Imber-Black (2000) la autosuficiencia de las
familias es solo un mito. En realidad todos los grupos humanos funcionan de forma
interdependiente con otros sistemas utilizando la información que éstos le suministran para crecer y
desarrollarse. La familia como organización social y sistema no es ajena ello, por lo que cumple
unos propósitos en diversidad de escenarios a los que ingresa, siendo parte de prácticas sociales que
se han configurado y las cuales a su vez obedecen a concepciones de una cultura o sociedad
determinada con peso de supervivencia. El comprender la familia como una organización implica
asumir que tiene capacidad de mantener su cohesión interna y de producirse a sí misma, por lo tanto
el sistema no realiza esfuerzos transitorios o accidentales. Según Etkin (2003), calificar como
organización a un conjunto social es afirmar que su existencia no finaliza con el producto que
genera en ese momento y tampoco depende de esfuerzos aislados. En el caso humano la
complejidad de las relaciones que se establecen en diversidad de contextos se aprecian en una serie
de pautas que afectan la apertura frente a los sistemas extensos por parte de las familias. Algunos de
estos sistemas amplios con los que se relaciona la familia son: el social, educativo, jurídico e
institucional que presentan particularidades en sus relaciones y que a continuación se presentan
consideraciones en relación con dichos sistemas.
Contexto social
El contexto social hace referencia al tejido de redes más amplio donde se encuentra siempre
inmersa la familia permeándose y adoptando modalidades específicas de relación según la
idiosincrasia familia e individual, las condiciones históricas y socio-culturales, las etapas del ciclo
vital. De aquí que el concepto de red social se una implicando un proceso de construcción
permanente tanto individual como colectiva en un sistema abierto que gracias al intercambio
dinámico entre y con integrantes de otros grupos sociales posibilita la potencialización de los
recursos que poseen. Pakman (1996) considera que la red es una metáfora que permite hablar de
relaciones sociales que unen, que vinculan en torno a, sucediendo que no solo se hace la metáfora
de red como observadores ajenos sino que al interactuar, o en este caso investigativo “estudiar la
red”, también se hace parte de ella. Interacciones que tienen la característica de ser espontáneas,
posibles de describir en un momento dado y de aparecer en un contexto definido por la presencia de
ciertas prácticas más o menos formalizadas. El concepto de red social puede aplicarse al intento de
organizar esas interacciones de un modo más formal, trazando una frontera o un límite que permita
nombrarlas para generar así un nuevo nivel de complejidad.
Contexto educativo
Dabas (2001) afirma que la red en su praxis está más relacionada con los macrocontextos
que con entornos locales, sin embargo en estos últimos está la posibilidad de democratizar los
contextos de existencia y participación de los actores sociales, como son los microcontextos
familiares y escolares. La generación de participación en este caso, basada no en grandes grupos o
colectividades sino por el contrario en redes, nodos y reductos que involucran activamente a
diversos niveles relacionales cercanos (sobre todo el ser personal, el ser familiar y el ser escolar),
termina favoreciendo una creciente concentración y retención en el ejercicio del poder; orientación
que para desarrollar redes en microcontextos debe partir de un trabajo de valoración de la
participación de todos los individuos y de mantener en cualquier escenario vital una búsqueda por el
consenso en los contextos donde se hace cotidianamente la vida, entendido con: el ser pareja, la
familia, el sistema escolar y el contexto de trabajo.
El contexto educativo entonces tiene una estrecha relación con el contexto familiar porque
se espera que desarrollen formas más o menos coherentes entre sí de educar sujetos, sin embargo en
el caso del modelo de Aldeas choca más fuerte este supuesto comparándose con el que puedan tener
familias biológicas-escuela debido a las narrativas dominantes de uno y otro espacio, sobresaliendo
la paradoja de familia vs. Institución desde toda la comunidad educativa, dando diversas
emergencias a la construcción del vínculo. Con ello se recalca que estos contextos están atravesados
por multiples subjetividades y procesos históricos, que desembocan en una amplia pluralidad de
mundos relacionales enriquecedores para los sujetos que hacen parte dichos sistemas. Dabas (2001)
Contexto Jurídico
En Colombia desde el año 2006 entra en vigencia el código de infancia y adolescencia
(CIA), ley 1098, el cual establece nuevos principios rectores de la manera en que se narra
legalmente la infancia, por lo que éste se constituye en un marco de referencia obligatorio para
definir una diversidad de relaciones desarrolladas a partir de la garantía y protección de los
derechos entre el estado, la sociedad y las familias. Desde allí la importancia de destacar los
aspectos más significativos para la presente investigación pues delimita, modifica, incluye sentidos
pragmáticos en el modelo de Aldeas como organización, siendo sensible a la interacción de las
narrativas vinculares de todos los actores y su respectiva autonomía y desarrollo de los niños, niñas
y adolescentes.
En cuanto a quienes son considerados menores de edad, se entiende por niño/a de acuerdo
con el artículo 3, donde para todos los efectos de esta ley son sujetos titulares de derechos, las
personas menores de 18 años. Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 34 del Código Civil, más
exactamente se clasifica como niño/a si es una persona entre los 0 y los 12 años y por adolescente
las personas entre 12 y 18 años de edad.
Se establece por tanto que todos los niños, niñas y adolescentes tienen una protección
integral donde se les reconoce como sujetos de derechos, siendo los principios orientadores los más
importantes de comprender porque permiten tomar decisiones que los beneficien. Estos son: el
interés superior, la prevalencia de los derechos, la exigibilidad, universalidad, equidad de género,
solidaridad e integralidad. (Vargas, 2006)
El principio del interés superior de los niños, niñas y adolescentes, obliga a que la garantía
de los derechos de los niños esté por encima de todo lo demás. La prevalencia de los derechos,
contenido también en la Convención sobre los Derechos de los Niños, hace referencia a que en
cualquier situación en donde estén inmiscuidos derechos de los niños con derechos de otros, debe
privilegiarse la garantía de los derechos de aquellos con primacía no excluyente de los derechos de
terceros. La exigibilidad de los derechos de los niños/as se orienta a que cualquier persona puede
exigir su cumplimiento y restablecimiento, siendo también exigible al Estado velar por la protección
y restablecimiento de los derechos de los niños/as. La universalidad tiene que ver con la imposición
de garantizar todos los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes, sin excepción ni
discriminación. La equidad de género está estrechamente ligada con la igualdad, en tanto se
persigue que se den las condiciones necesarias para que cada niño/a o adolescente tenga las
condiciones y oportunidades suficientes para tener mejor calidad de vida y poder desarrollar sus
fortalezas y superar sus debilidades.
Finalmente, el principio de solidaridad establece la cooperación de todos los asociados para
crear las condiciones que favorezcan el disfrute de los derechos de los niños, niñas y adolescentes,
encontrándose toda la comunidad comprometida con la preservación de los derechos de ellos y
ellas. Tiene que ver con el principio de corresponsabilidad, que reza que la familia, la sociedad y el
Estado son corresponsables en su atención, cuidado y protección.
Es importante rescatar que el CIA destaca al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar,
como ente coordinador del Sistema Nacional de Bienestar Familiar, siendo su obligación mantener
todas las funciones que hasta la fecha de la puesta en vigencia del Código tenía (Ley 75/68 y Ley
7ª/79), definiendo los lineamientos técnicos que las entidades deben cumplir para garantizar los
derechos de los niños, las niñas y los adolescentes, y para asegurar su restablecimiento. Así mismo
co-ayudara a los entes nacionales, departamentales, distritales y municipales en la ejecución de sus
políticas públicas, sin perjuicio de las competencias y funciones constitucionales y legales propias
de cada una de ellas.
Contexto Institucional
Para comprender los vínculos construidos narrativamente en una organización como Aldeas
infantiles en el programa Aldea Bogotá, es necesario realizar un acercamiento a las características
del contexto más amplio que se configura en las prácticas discursivas en el lenguaje pues la
estructura organizacional o macro sistema presenta relatos dominantes en relación a las familias que
se constituyen al interior de la organización de forma isomorfica; de manera que dentro de esa
construcción social de la realidad que posibilita la emergencia en el relatar y ser relatados, es
necesario reconocer cómo la voz de la institución hace parte primordial de esta polifonía.
Por lo tanto el primer contexto que se va a abordar es el de la organización como tal
enmarcada en la perspectiva dinámica y cambiante propia de los grupos, donde existen procesos
recurrentes relacionados a la identidad, la cultura y la estructura (Etkin, 2003). Después se
retomarán elementos claves utilizados en el campo del análisis institucional para reflexionar sobre
las redes sociales y las intervenciones como lo son: lo instituido, lo instituyente y la transversalidad.
Lourau (s.f citado por Dabas 2001). Pero que solo se ampliarán en el capítulo 5 referido al marco
teórico.
En relación con el contexto institucional Araneda y Arriagada (2006) por ejemplo,
estudiaron discursos maternos, partiendo del constructo que el lazo afectivo se puede comprender a
partir de estos y la construcción de la realidad desde un paradigma interaccional. El estudio es un
análisis descriptivo de los relatos de las madres cuyos hijos se encuentran en una residencia para
niños, donde se indaga: los tipos de apego que se presentan en el vínculo madre e hijo, las
estrategias de apego para afianzar tales lazos afectivos a pesar de la lejanía, las razones de la
separación, las practicas institucionales que afectan el vínculo, las percepciones que ellas tienen
frente a la institución, para finalmente conocer las expectativas y deseos que las madres tienen en
torno a sus hijos. La investigación logra a través de los discursos y estrategias maternas poner en
evidencia los vínculos de apego con niños institucionalizados dentro de una residencia de menores.
Es así como se identifica la predominancia de un apego ambivalente en la relación de la madre con
su hijo, caracterizado por sentimientos de amor y odio, que generan en la madre culpa (rol
maternal), lo que deja entre ver un duelo no resuelto en la díada, esta situación marca una necesidad
en estas madres por la reparación del vínculo con el niño, generando la elaboración de estrategias de
apego, donde las más representativas son las lúdicas, las físicas y psicológicas. En cuanto a las
prácticas institucionales se identifica el no abordaje del duelo por la separación del hijo con la
madre, que empobrece la imagen materna y la presencia de una relación principalmente evitativa-
demandante con la institución frente al servicio esperado para su hijo. Araneda y Arriagada (2006)
retoman el relato como un instrumento para describir el fenómeno pero según el uso que posibilita
el proceso conversacional narrativo éste debe comprenderse de forma amplia ya que, entre otras
cosas, permite generar discursos alternos en torno a la compresión de eventos significativos dentro
de las relaciones. Así mismo cabe rescatar que una de las dimensiones de indagación que tuvieron
en cuenta fue la participación institucional en relación al vínculo, donde concluyeron que este no
era colaborativo y de allí que sea una narrativa interesante para revisar en las conversaciones
presentes entre la organización y las familias sustitutas permanentes de la Aldea.
Por lo tanto sí se retoma el estudio ya expuesto y la situación que se presenta en la Aldea se
aprecia que la postura tomada por la institución y/o organización, aporta de forma representativa en
la construcción narrativa vincular de los miembros de las familias de la Aldea dando pautas del tipo
de identidad, pertenencia y permanencia que es relatado como apropiado y los límites que de allí
surgen. Sin embargo queda sin ahondar en la investigación retomada la decisión propia desde la
singularidad de los grupos familiares y es aquí donde se deben encontrar los relatos subdominantes
que pueden dar cambios a las narrativas interacciónales que sean obstaculizantes.
Intervención Psicosocial con Organizaciones que Trabajan con Protección a la
Infancia
Entrando nuevamente en el concepto de organización se debe aclarar de manera breve la
diferencia entre esta y la palabra institución, puesto que aquí se encuentra enmarca la postura de
análisis y comprensión del presente estudio. El concepto de organización surge de los partidarios
del organicismo social que equiparan los sistemas biológicos y sociales entre sí, usando el término
órgano; mientras que la institución es aquella comunidad en la que se pretenden circunstancias
objetivas independientes de los individuos y ordenamientos racionales, consensuados por un grupo
y de un aparato coercitivo sobre su actuar (Lugo, 2005).
Por lo tanto, la organización es un conjunto social que va mas allá de la realización de un
producto, implica que ese conjunto no es accidental ni azaroso, sino que mantiene su capacidad de
seguir haciendo. La organización es un doble intento de darle autonomía al sistema y también de
permitir su adecuación a los cambios ambientales, sin perder identidad. Una organización tiene
rasgos de complejidad, pues está formada por múltiples actores y grupos con diversidad de fines. En
su interior las fuerzas se mueven en varios sentidos, no solo hacia los objetivos, es un sistema que
crece a medida que enfrenta situaciones que no son previstas (Etkin, 2003). Así mismo la
organización tiene propósitos o fines que busca satisfacer necesidades individuales o colectivas por
medio de servicios, planteándose relaciones de mutuo beneficio.
Los servicios psicosociales que trabajan con protección a la infancia maltratada, en
situación de vulnerabilidad, o como se conoce legalmente a partir de la entrada en vigencia del
Código de Infancia y adolescencia en Colombia: con vulneración de derechos (ley 1098 de 2006),
intentan afrontar la problemática de diversas maneras, siendo las más conocidas los programas de
intervención que mantienen a los niños/as en el propio medio familiar y si se considera que la
situación es más delicada porque pone en grave riesgo su bienestar integral, los espacios de
acogimiento en familias sustitutas o centros de protección de manera temporal o permanente. Para
Colombia el ICBF constituye la entidad reguladora y basándose en los Lineamientos técnico
administrativos y estándares de estructura de los servicios de bienestar en protección (2004),
existen tres subproyectos y modalidades para la protección integral a los niños, niñas y adolescentes
que son: el medio socio familiar, la atención en los centros zonales y la atención en medio
institucional; de los cuales se ampliará el primero y el último de los subproyectos en las
modalidades que estén relacionadas directamente con el fenómeno de investigación-intervención,
pues el segundo es otro tipo de apoyos que presta el ICBF a las familias muy relacionado al área
administrativa, civil y penal.
Medio Socio-familiar
Se entiende como la protección integral de niños y adolescentes en el marco de una red
afectiva familiar cuando es indispensable la separación de su propia familia por representar riesgo
para su vida y seguridad. Las modalidades relacionadas al interés investigativo son:
• Hogares sustitutos y amigos: familia seleccionada y capacitada que acoge voluntariamente
y de tiempo completo a niños, niñas o adolescentes menores de 18 años con o sin
discapacidad, con medida de colocación familiar, por encontrarse en situación de abandono
o de peligro y les brinda en un ambiente propicio para su desarrollo. La familia amiga a
diferencia de la sustituta asume prácticamente todos los gastos de sostenimiento para la
atención.
• Hogar Biológico: atención en medio familiar de origen dirigida a niños, niñas y
adolescentes con discapacidad, que se encuentran en situación de peligro y cuyas familias
presentan una alta vulnerabilidad social y carecen de oportunidades para satisfacer
adecuadamente las necesidades fundamentales. Consiste en un apoyo económico y
acompañamiento por parte del ICBF con el compromiso de la familia para superar las
condiciones de vulnerabilidad.
• Casa Hogar de Protección: modalidad de protección integral a niños y adolescentes en
situación de abandono o peligro a través de un ambiente semejante al de familia,
conformado por subgrupos reducidos con acompañamiento de adultos que representan las
figuras de vínculos afectivos para la convivencia y el desarrollo integral. El número de
niños y adolescentes a atender en este servicio es de máximo 12.
• Adopción: medida de protección que restituye el derecho fundamental de los niños, niñas y
jóvenes menores de 18 años declarados adoptables, a pertenecer, crecer y desarrollarse en
una familia. A través de ella se establece de manera irrevocable una nueva vinculación
paterno-filial entre el niño/a y la familia adoptante.
• Seminternado: consiste en una jornada de atención de ocho (8) horas diarias. Los niños y
adolescentes beneficiarios de este servicio viven con sus propias familias y asisten a las
jornadas que brinda la entidad.
Atención En Medio Institucional
La protección integral de niños y adolescentes a través de instituciones con carácter de
internado que implica una atención de 24 horas día, dado que es indispensable la separación de su
medio familiar por representar riesgo para su integridad. Incluye así mismo, las instituciones para
adolescentes en conflicto con la ley en cumplimiento de las medidas de reeducación impuestas por
el juez competente.
• Instituciones de Protección – Internado: es una institución que presta servicio de atención
Integral a niños y adolescentes vinculados al Proceso Administrativo de Protección y con
medida de “Atención Integral en un Centro de Protección”.
• Centros de Emergencia: servicio de atención integral que se brinda de manera inmediata a
niños y adolescentes que se encuentran en situación de abandono o peligro, mientras se
adelantan las diligencias pertinentes y los Defensores de Familia adoptan las medidas de
protección del caso. Es un servicio de recepción permanente (sin límite de día u hora de
llegada), atención inmediata y ubicación transitoria.
Teorías Psicosociales que Sustentan los Modelos Generales de Organizaciones que Trabajan
con la Infancia.
Como ya se explicó en otros apartados, el acompañamiento y co-ayuda a niños/as de
familias vulnerables son estrategias con décadas de implementación lo que ha facilitado los estudios
acerca de la protección a la infancia, y estos a su vez influyen en la manera como se desarrollan los
programas.
Ciertos estudios respaldan la preferencia por medios de ubicación en modelos similares al
contexto familiar y no a la instituciones como internados, entre los que se encuentran algunos
abordados ya en la presente investigación como los hechos por Wilson y Conroy (1999), Gardner
(1996), Sinclair (2005), que concluyen que dicha modalidad da mayor satisfacción a los niños y
una percepción más alta de ser amados y protegidos que los niños que se encuentran en centros de
protección. Otros estudios más antiguos y que dan cuenta de las teorías que subyacen a la
implementación de los programas son los realizados por ejemplo por R. Spitz (1945, retomado por
Domingo s.f.), quien fue uno de los primeros en abordar el tema al estudiar niños/as en su primer
año de vida que habían sido apartados de sus madres, permaneciendo en una institución y
presentando un conjunto de síntomas característicos como: lentitud motora, pasividad, anomalías en
la coordinación muscular, etc., con elevados índices de mortalidad; a la que después nombraría
como Síndrome de hospitalismo, condenando a las instituciones en general. Así mismo J. Bowlby
(1951, retomado por Domingo s.f.) quien creara la denominación de «privación maternal» para
destacar las anomalías que, con motivo de la ausencia de relaciones íntimas y duraderas con la
madre, pueden aparecer en los niños/as, o los efectos perversos que la institucionalización puede
ocasionar en el carácter y en la conducta posterior de los mismos, aportó otro tanto a esta idea.
Como lo explica Fernández (1992), en una corriente mas conductual y menos
psicodinámica y determinista, autores como Rutter (1972) identifican que los estímulos son
diferenciados en la medida que tienen efectos relativamente concretos en los infantes, es decir, que
la privación visual, por ejemplo, tiene su efecto sobre la capacidad para guiar conductas que se
asocien visualmente, o que la privación social tiene su efecto en conductas como el temor a
situaciones novedosas. Por lo que si bien queda respaldada la influencia del aspecto biológico a la
hora de adquirir ciertas habilidades específicas según el momento de desarrollo humano, para este
autor es más propositivo operacionalizar los aportes que da la función materna que hablar de la
privación de la figura materna como concepto abstracto, pues cambia el énfasis de las dificultades
en la infancia por la separación de la madre, como se encuentra aún, entendiendo las características
que debe tener la persona que cumpla las veces de cuidador (padre, educador, enfermera) para que
enriquezca el intercambio de estímulos entre dicho adulto y el niño/a. Entonces, Fernández (1992)
hace un llamado a ampliar los aspectos a incluir cuando se quieran hacer aportes en la línea del
cómo apoyar las estrategias de atención infantil, teniendo en cuenta: la psicología ecológica, la
ecología social, el enfoque conductual y la ecología del desarrollo; para acercarse de esta manera a
las nuevas evaluaciones y puestas en marcha de los modelos de atención antes de darle el peso a
pocas variables, como ha sucedido con las instituciones hasta ahora, cuando se concluye sobre
éstas. De hecho, continua el autor, las condiciones actuales de los centros de protección ya distan
mucho de las macroinstituciones de mala calidad (al menos en su país España), lo que invita a dejar
de lado las lecturas de mediados de siglo pasado que creían que la madre era insustituible per se y
por ello debía incluirse en las estrategias, al mismo tiempo que basándose en una explicación así,
los esfuerzos en el acompañamiento en las edades tempranas de los niños y niñas dejan de lado el
interés por la protección de ciclos vitales más adelante. Sin embargo, habiéndose ampliado la
perspectiva para comprender y aplicar los modelos de una forma que incluya más elementos, la
comprensión ecológica no se da solo por la sumatoria de dichos elementos sino por el cambio en la
unidad de análisis del sujeto a la familia y los grupos significativos que interactúan con esta, de
manera que aparezca una verdadera complejidad posibilitándolo los modelos sistémicos.
Intervención Psicosocial en Protección a la Infancia Desde el Modelo Sistémico
Aunque se sabe que cuando se interviene a un niño/a porque se considera que necesita
protección, se incluye a la familia, es importante observar que aún se siguen haciendo
intervenciones centradas en individuos olvidándose que, la familia ocupa un lugar relevante en este
escenario y que para la situación de vulneración de derechos en particular, se incluye muchos otros
sistemas e instituciones significativos que deben articularse entre sí (Munichin, Colapinto y
Minuchin, 2000). De la misma forma el interventor social no está por fuera del sistema intervenido
pues su epistemología enmarca el pensar y el accionar a través de los instrumentos de trabajo que
elija y las decisiones que tome (Coletti y Linares 1997), de manera que la intervención sistémica
más que un lujo académico es una herramienta efectiva y respetuosa que intenta tener en cuenta la
complejidad de los sistemas vivos.
Según Vega (s.f, retomado por Coletti y Linares, 1997) para que una intervención
psicosocial sea sistémica debe de tener seis (6) enfoques generales que permitan ser responsable con
la epistemología que se adopta, de manera que se realicen selecciones que pongan orden a lo
inabarcable de la complejidad humana en un contexto. El primer enfoque se refiere a la visión
global multidimensional propia de la comprensión de causalidad circular, azar y la emergencia de lo
novedoso en los sistemas humanos, siempre en una visión ecosistémica.
El segundo enfoque remite a concebir el individuo, las comunidades, los grupos sociales en
su construcción cultural, como resultante de las interacciones de un nexo bio-socio-cultural que
genera cambios de comportamientos y relaciones; este enfoque es clave cuando se trabaja con
familias multiasistidas por la incidencia de los movimientos migratorios y la disonancia cultural a
que estos conllevan, así como las diferencias socioeconómicas que generan verdaderas culturas
marginales y de pobreza.
El tercer enfoque tiene que ver con la concepción de cambio como un proceso que es de
naturaleza discontinua, a través de sistemas auto-organizadores regidos espacio y tiempo; lo que
resulta importante en estas familias expulsivas porque se necesita reconocer y valorizar los procesos
de cambio mínimo.
El cuarto enfoque se refiere a la noción de realidad como una construcción social, que
acepta que ésta es una perspectiva y no una verdad; los sistemas preexisten a cualquier
conceptualización que se haga de ellos por lo que al tenerse claro es posible la co-construcción de
realidades alternativas.
El quinto enfoque expresa la idea de interdependencia entre el pensar y el accionar a través
de los instrumentos de trabajo de manera que se reconozca, acepte y analice esa posición de
interdependencia entre todos los actores implicados en el proceso de ayuda con sus efectos
circulares, resonancias emocionales e intersecciones. En este punto Munichin, Colapinto y
Minuchin (2000) centran su atención como estrategia interventiva en la necesidad de coordinar
eficientemente los diferentes subsistemas e instituciones que se encuentran (familias sustitutas y de
origen, entidades que acogen a la infancia y otras que acogen a la madre maltratada, etc…) para no
aniquilar el sentido de competencia de los miembros de la familia y fomentar su separación,
desaprovechando los recursos curativos que pueden aportar y haciendo posible que en algún
momento se proteja al niño por medio de su red completa.
El último enfoque expresa la noción misma de instrumentalización del operador sistémico
refiriéndose a la dialéctica entre el “si mismo” y el rol terapéutico. Aquí se vuelve importante
aceptar la existencia del involucramiento emocional, pues sobre todo en familias
multiproblemáticas son muchos los puntos de desencuentro con el otro pero también de contacto
con el dolor, exigiendo un buen entrenamiento en el autoconocimiento personal y adecuado soporte
emocional que evite el desgaste de los interventores. (Vega s.f, retomado por Coletti y Linares,
1997)
Socio-construccionismo
Según Cañon, Pelaez y Noreña (2005) al socioconstruccionismo se le puede considerar
como una metateoría en la medida que es un enfoque disciplinar y epistemológico de la
construcción de las teorías, siendo relevante su fijación en el propio investigador en cuanto a punto
clave del conocimiento, pues reconoce que más que lo que se encuentra “afuera” es aquel quien
interpreta el mundo el llamado a modificarlo e intervenir en el. De esta forma para Álvaro (2003,
citado por Cañón y Colbs, 2005): “los significados influyen en las acciones y decisiones de los seres
humanos, el conocimiento científico que se caracteriza por dar nuevos sentidos afectaría la forma
en que entendemos nuestro entorno y, por tanto, influiría de modo impredecible en nuestro
comportamiento” (p. 240). Continúan los autores afirmando que, interpretar la realidad desde una
postura positivista ya se convierte en algo que raya con lo aceptable pues lo social compartido en
las diferentes relaciones es el eje complejo de la construcción de la realidad, porque quien conoce,
al generar interpretaciones, genera acuerdos y coordina acciones para transformar dicha realidad.
Al respecto Gerger (s.f. retomado por Evans, 2005) postula algunas características
fundamentales del construccionismo como lo son:
- Cuestionar lo incuestionable: Es preguntarse la objetividad de la realidad. Quien observa
parte de su propia percepción para la acción y por ello es ingenuo negar la participación en
la concepción de lo observado. Se debe entonces estar atento a la generación de una
realidad como resultado de conocimientos ya validados socialmente.
- Tener en cuenta la especificidad histórica y cultural del conocimiento: No se puede perder
de vista que las condiciones a nivel político, económico y cultural son propias a la época
histórica en que se producen, de manera que aceptar un tipo determinado de conocimiento
es coyuntural y por tanto relativo.
- El conocimiento se genera en procesos sociales: Los paradigmas son acuerdos sociales de
característica absoluta pero que al igual que todos los conocimientos se generaron
mediante las interacciones cotidianas, ya que se considera que son resultado de un continuo
proceso de construcción y mantenimiento colectivo. Respaldado por Foucault y su
concepción de saber/poder que expresa como no existe, aun que a veces pareciera, una
imposición por parte de los poderosos de las estructuras y valores predominantes en una
sociedad, sino que desde lo cotidiano ya se ejerce poder, tomando la forma de verdades o
nuevas concepciones que pueden entrar en conflicto con otros conocimientos (realidad
difusa).
- La dimensión simbólica del conocimiento: De manera constante se esta
confrontando las ideas, significados y símbolos generados socialmente (representaciones
sociales).
Narrativas Como Intervención
El método narrativo cuestiona la jerarquía tradicional entre cliente y terapeuta y trata la
identidad personal como un constructo social fluido. El interés en la narración no parte del cliente,
la popularidad del método narrativo y de otros métodos similares tiene que ver con el atractivo que
tiene para los terapeutas porque aumenta el sentido de lo posible y hace que se vuelva a sentir
esperanza y entusiasmo. La terapia narrativa supone mucho más que un nuevo conjunto de técnicas,
es un movimiento al que se podría llamar la «tercera oleada de la psicoterapia». La primera oleada,
que empezó con Freud y estableció las bases para el campo de la psicoterapia, estaba centrada en la
patología y estaba dominada por las teorías psicodinámicas y la psiquiatría biológica. La primera
oleada fue un avance muy importante porque ya no consideraba que las personas con problemas
fueran moralmente deficientes y nos dio un vocabulario común -codificado en el Diagnostic and
Statistical Manual- para describir los problemas del ser humano, aunque se centraba tanto en la
patología que sesgaba nuestra noción de la naturaleza humana. Muchas personas acababan
identificándose con etiquetas estigmatizadoras como «narcisista», «personalidad fronteriza» o «hijo
de padres alcohólicos». (O’Hanlon, 2001).
La segunda oleada de la psicoterapia -las terapias centradas en los problemas- apareció
durante los años cincuenta, aunque no sustituyó por completo a la primera. La segunda oleada
intentaba compensar la excesiva fijación en la patología y en el pasado. Las terapias centradas en
los problemas, incluyendo la terapia conductista, los métodos cognitivos y la terapia familiar, no
partían del supuesto de que el cliente estuviera enfermo. Se centraban más en el «ahora y aquí» en
lugar de buscar significados ocultos y causas finales. Ya no se veía la personalidad como algo
herméticamente encerrado dentro de la piel, sino como algo influenciado por las pautas de
comunicación, la familia y las relaciones sociales, los estímulos y las respuestas e incluso el
«diálogo interior». Para la segunda oleada, el cambio no era tan difícil como para la primera:
bastaba con influir en algunas de las variables, para que cambiara todo el sistema, incluyendo
características personales que parecían talladas en piedra. Los terapeutas de la segunda oleada
consideraban que sus clientes estaban básicamente sanos y simplemente hacían una «visita al
taller». El objetivo era arreglarlos con la mayor rapidez posible y devolverlos a la carretera de la
vida. No intentaban ajustar nada que no se les hubiera pedido que arreglaran. (O’Hanlon, 2001).
A principios de los años ochenta, algunos terapeutas empezaron a adoptar una postura
basada en las capacidades del cliente que podría considerarse precursora de las terapias de la tercera
oleada. Se consideraba que el hecho de centrarnos en los problemas restaba importancia a los
recursos y soluciones que el cliente ya poseía. Al igual que la tercera oleada que vendría después, se
considero que el terapeuta ya no era la fuente principal de las soluciones y que éstas se encontraban
en la propia persona y en sus redes sociales. La filosofía que subyace a la terapia orientada a
soluciones se resume en cultivar y hacer crecer aquella parte de la vida de la gente que le ofrece
soluciones y da sentido a su existencia en lugar de destacar las partes patológicas y problemáticas,
se pueden obtener unos cambios asombrosos y con mucha rapidez. (O’Hanlon, 2001).
Los terapeutas de la tercera oleada se caracterizan por la predisposición a reconocer el
tremendo poder de la historia pasada y de la cultura presente que conforman nuestra vida, integrada
con una visión poderosa y optimista de la capacidad del ser humano para liberarse de ellas en
cuanto son conscientes de su presencia. La tercera oleada dirige la atención a sistemas mucho más
grandes como el sobrecogedor océano cultural del que se hace parte -los mensajes de los anuncios
de televisión, las escuelas, los «expertos» de la prensa, los jefes, abuelas y amigos- y que dicen
cómo se debe pensar y quién se debe ser. El ser humano no sabe muy bien de dónde proceden
muchos de estos mensajes y va pensando que es parte de él mismo aunque muchos de ellos sean
profundamente destructivos. Este proceso de formación de la propia identidad es sumamente
empobrecedor en una cultura como la actual, dominada por los medios de comunicación.
(O’Hanlon, 2001).
Según la teoría de la tercera oleada, el terapeuta puede potenciar esta sensación de
empobrecimiento e impotencia si parte del supuesto de que tiene derecho a la autoridad que el
cliente y la cultura le confieren. Los métodos de la tercera oleada se toman muy en serio el concepto
del filósofo Martin Heidegger según el cual, como arcilla arrojada a la rueda de un alfarero, vamos
siendo conformados desde el momento de nuestro nacimiento, no sólo por nuestro legado familiar,
sino también por la cultura que crea nuestra manera de ver y hablar del mundo y de nosotros
mismos. Los terapeutas de la tercera oleada están interesados en sacar a la luz este proceso de
modelado que damos por sentado y que es la base de la sensación de inutilidad que tienen las
personas. (O’Hanlon, 2001).
El método narrativo conduce a una visión muy distinta de la personalidad y, en
consecuencia, del cambio terapéutico. Muchas de las creencias y los pensamientos a que nos
aferramos con más fuerza no son más que inmensos taras culturales. Según los partidarios de la
tercera oleada, si se aprende conscientemente a reconocer los efectos insidiosos de estas creencias,
ya no se verán como algo inherente a cada persona y se podrán librar de ellas. Éste es el tipo de
«conversación liberadora» que se espera mantener con los consultantes. Los métodos narrativos
parecen ayudar al terapeuta a no enzarzarse en luchas improductivas y le permiten evitar uno de los
mayores riesgos de esta profesión: dejarse atrapar por la desesperación del cliente. Enfatizando su
esfuerzo por separar a los clientes de las etiquetas que traen consigo. Ya que estas etiquetas
estáticas y generalizadas minimizan las creencias en las posibilidades de cambio de todos los
implicados. (O’Hanlon, 2001).
El sello distintivo del método narrativo es el lema acerca de que el problema no está en la
persona sino en el problema, en un panorama donde la dimensión temporal está fuertemente
arraigada permitiendo más que organizar los acontecimientos coherentemente en una línea que
entrelaza el pasado y presente, señalar los significados importantes que se prolongan de las
experiencias, incluyendo el futuro como otro interpretador determinante de los eventos actuales.
Tanto es así, que sin tiempo no se podrían construir las narraciones porque no se percibirían los
cambios, pues estos, traen “la noticia de una diferencia” (White y Epson 2002 retomando a Bateson
1972). En esta misma línea Ramos (2001) aclara que en la narración existen dos órdenes: el
cronológico y el interactivo, en el primero hay eventos que pasan antes, otros que son simultáneos y
otros que ocurren después, ya que las personas tienen una lógica de las cosas que les han sucedido y
las cuentan a través de mencionada lógica, lo que tiene mucho que ver con la lógica de la acción.
Aunque, Haber (1996) llama la atención acerca de los individuos que en ocasiones quedan
atrapados en una visión lineal del tiempo en donde el pasado determina el presente, que se convierte
en el futuro, lo que relacionándolo con los niños, niñas, madres, independizados y equipo
profesional de las familias sustitutas de Aldeas, pueden llegar a tener imaginarios conectados a la
idea de que si se vivencia una historia de abandono, maltrato u otro en la infancia, puede llegar a
determinar la vida de los niños, anticipándose al desarrollo y autonomía que ellos pueden llegar a
construir, terminado inclusive en el encasillamiento, lo puede confluir en narrativas dominantes de
victimización e incapacidad. Volviendo a los planteamiento de Ramos (2001) en el segundo orden,
el interactivo, lo que da sentido a la narración es la configuración, la ordenación de lo que sucedió
y de cómo se cuenta lo que sucedió, “las cosas se arman de tal manera que van apuntando hacia
algo” y todo esto debe ir formando un sentido para alguien, para el lector real o el lector posible.
Estudios como los realizados Cuellar y Peña (2000), Fernández, Pardo y Orozco (2001); y
Garzón y Pulido (2009) en la línea narrativa de la universidad Santo Tomas, muestran cómo este
enfoque es utilizado con buenos resultados en la práctica para los procesos interventivos. La
primera titulada: Movilización de Equipos en Instituciones de Protección desde un Proceso de
Consultoría Sistémica, específicamente en el Club Amigo Las Nieves de la Comunidad de
Terciarios Capuchinos, en la Ciudad de Bogotá; fue trabajada por medio de los procesos de meta
observación, equipos reflexivos y la reconstrucción de las narrativas que se han tejido profesionales,
directivos, jóvenes y familias alrededor del trabajo de equipo y las relaciones de estos con los
diferentes sistemas, facilitando la resignificación de la dinámica generada por el grupo de
profesionales y la organización para la prestación del servicio. La segunda llamada Procesos
conversacionales: Historias y Narrativas con Familias y Equipos en un Contexto de Intervención
Reflexiva. Aborda los procesos conversacionales, historias y narrativas con familias y equipos en
un contexto de intervención reflexiva; cuyo propósito fue el de comprender la dinámica de las
narrativas dominantes y alternas de los sistemas familias - terapeutas y equipos reflexivos, en un
contexto terapéutico - reflexivo, en donde se develaron los mecanismos a través de los cuales se
construyeron y deconstruyeron relatos dominantes y alternos, en todos los sistemas participantes,
desde una perspectiva sistémico-construccionista. Esta investigación se llevó a cabo en los
consultorios USTA, en donde se contó con la participación de dos familias consultantes. Cada una
de las cuales contó con la participación de un terapeuta y un equipo reflexivo distinto, generando
procesos recursivos de reflexión que posibilitaron la de-construcción y co-construcción de relatos
dominantes y alternos.
La última investigación, además, une las narrativas con la construcción de la identidad
siendo muy apropiada como base teórica para el presente estudio, titulada: Narrativas Construidas
Contextualmente y Órdenes de Significado de los Sistemas Individual, Familiar y Ecológico
relacionados con la Construcción de Identidad en la Pauta Adictiva. En esta investigación se trabajo
en comprender, desde el paradigma de la complejidad, la construcción de identidad en los jóvenes,
mediante los procesos narrativos dominantes que configuran y mantienen la pauta adictiva a nivel
ecológico, para co-construir narrativas alternas, entendiendo los dilemas que emergen en los
sistemas donde se presenta la pauta adictiva con el fin de redefinir este concepto y así
despatologizar a dicha población. Dentro del planteamiento metodológico investigativo-interventivo
en este estudio se trabajó con los jóvenes de la institución educativa Santa Catalina de Siena que
han sido considerados como consumidores de Sustancias Psicoactivas, concluyéndose al final de
todo el trabajo, entre otros aspectos, que la pauta de la adicción es mantenida por un consenso social
basado en narrativas de déficit, lo cual se ajusta a las teorías, investigaciones, y técnicas que se
relacionan con este fenómeno donde se espera mantener un status quo de control y de
patologización de los sistemas que tienen eventos y experiencias en torno al consumo de Sustancias
Psicoactivas. Estas experiencias constituyen una postura vivencial-existencial de rechazo que
convoca a diferentes contextos a prácticas que mantienen enajenados, descalificados y
desconfirmados a los sistemas humanos, mediante narrativas que se complementan para mantener
la pauta adictiva. Pero, mediante una lectura ecológica y contextual, es posible construir
dispositivos que movilicen a los sistemas al cambio de posturas en el orden cognitivo, emocional y
pragmático, desde un proceso conversacional que permita ver que lo que está en juego en la pauta
adictiva no es un problema comportamental, o de conocimiento por parte de expertos, sino una
serie de dilemas humanos que pueden ser resueltos desde una apertura relacional, que devuelva la
voz a aquellos que se hallan en dichos dilemas.
Estos estudios ya descritos y realizados en el campo de la complejidad, más exactamente en
la línea narrativa, le aporta a nuestro fenómeno de estudio la comprensión de cómo es en el proceso
narrativo que emergen enlaces de significado, definiciones y relatos, influyentes en las
posibilidades de construcción de particularidades que organizan las dificultades o las posibilidades
propias de los sistemas convirtiéndose en la realidad para sus actores y que para el caso de la
identidad, aporte de la investigación inmediatamente anterior, esta se puede comprender fundada
desde las voces que más fuerza tienen en lo individual. Muchas veces el dilema humano termina
definiendo dicha identidad, entrampando otras posibilidades de narrarse y significarse que es donde
se debe entrar a agrietar el discurso dominante para que la autonomía y desarrollo tengan cabida en
aquellas familias donde éste es obstaculizador. De hecho la identidad como construcción narrativa
está en un constante movimiento que permite el self, por lo que abrir la posibilidad a otros discursos
y otros modos de realidad potencia el reconocimiento de todos, tocando las otras partes de la
construcción narrativa vincular al mismo tiempo, como son: los sentidos de pertenencia,
permanencia y el propio proceso organizacional.
Así, para ampliar la comprensión de los constructos logrados a partir de este capítulo y a
modo de resumen, se incluye a continuación un gráfico que da cuenta de los diferentes aspectos
incluidos (ver figura 5).
Figura 5. Estado del arte documental.
LA MOVILIZACION NARRATIVA COMO POSIBILIDADES DE CONSTRUCCION DE
EXPERIENCIAS DE AUTONOMIA Y BIENESTAR DE LOS MIEMBROS DE LA
ALDEA.
ESTADO DEL ARTE TESTIMONIAL
Hablar de la construcción narrativa de los vínculos desde la ecología de los sistemas
familiares y organizacionales, incita a reconocer en las expresiones humanas la emergencia de
diversas realidades e historias propias de los mismos, como una forma de comprender la
multiplicidad de sentidos, significados, creencias, mitos y ritos que han llevado a realizar lecturas
de este fenómeno a nivel contextual.
El estado del arte testimonial invita a configurar comprensiones contextualizadas que
permitan reconocer a los seres humanos como seres lingüísticos, creados y recreados a sí mismos en
el lenguaje y a través de él, dentro de un componente conversacional y generativo que rescata las
diversas posturas narrativas dando apertura a la comprensión del proceso narrativo vincular en las
familias sustitutas. De allí que la interacción en el reconocimiento del otro amplié el contexto
conversacional, ya comenzado a ser autorreferenciado desde este estado del arte documental, para
permitirse aperturas que generen procesos reflexivos desde el sentir, actuar y pensar, de forma que
se movilicen narrativas cristalizadoras hacia una interacción posibilitadora de nuevas experiencias.
Aldeas Infantiles SOS Colombia es una organización independiente dedicada al desarrollo
social que se encuentra en 144 países y territorios. Ofrece asistencia a largo plazo a niños huérfanos,
sin la protección de sus padres o algún adulto cercano, dentro de un entorno familiar, así como
apoyo a comunidades locales por medio de programas educativos, sociales y de atención médica. El
programa de Aldeas propiamente dicho es la marca institucional y se encuentra dentro de la línea de
protección infantil con más de 400 Aldeas en el mundo, 6 de las cuales están en Colombia en las
regiones de Bogotá (Cundinamarca), Ibagué (Tolima), Rionegro (Antioquia), Ipiales (Nariño),
Floridablanca (Santander) y Cali (Valle). El modelo de atención se caracteriza en términos
generales por: una mujer capacitada al interior de la organización, quien convive en una casa sola
con 9 niños, niñas y/o adolescentes bajo su responsabilidad, realizando por completo el rol
tradicional de madre, sus funcionen son: oficios del hogar, acompañamiento escolar, apoyo
emocional, normas y disciplina, etc. A su vez, existen otras mujeres que prestan asistencia a la
Madre por periodos cortos de tiempo rotando en unas casas específicas a las que son designadas,
quienes se llaman Tías; ellas están en entrenamiento para ser, cuando se presente la oportunidad y
estén listas, Madres, pero mientras tanto apoyan activamente las familias. El grupo de profesionales,
por su parte, generalmente interviene a solicitud de las familias pues se procura respetar su
autonomía de cada casa.
La Aldea de Bogotá en particular cuenta con 170 niños, niñas y adolescentes repartidos en
19 hogares organizados a modo de conjunto cerrado estrato socio-económico 3, que se ubica en el
barrio J.J Vargas de la localidad de Barrios Unidos; también cuenta con 32 jóvenes y jovencitas más
en programas de independización por fuera de las instalaciones principales. Los colaboradores/as
que tienen directa influencia en los niños, niñas y adolescentes se encuentran conformados por
madres, tías de apoyo, acompañantes juveniles, psicóloga, trabajadora social, asistente
administrativo, asistente de dirección y director.
Al ser el objetivo general de este estado del arte testimonial, acercarse a la vida en Aldeas
retomando a sus actores, se decidió entrevistar a las personas que forman parte de las familias pues
se consideran los protagonistas de la experiencia satisfactoria o no, del modelo, bien como
beneficiarios o bien como implementadores directos. En primera instancia a partir de la voz de
quienes aún viven en la Aldea (niños, niñas o adolescentes pertenecientes a una casa) y en segunda
medida incluyendo la voz de independizados con más de 5 años de salida del programa, pues esto
permite realizar un ejercicio de acercamiento a la manera como la experiencia de Aldeas se
configura en narrativas dominantes de los miembros del sistema, contrastándola con quien ya ha
salido del entorno y por lo tanto tiene diferente posicionamiento o perspectiva frente a esta
experiencia, lo que podría dar aperturas no solo para comprender la experiencia como parte de su
historia sino para potencializar narrativas subdominantes que favorezcan experiencias de autonomía
y bienestar.
Para este estado del arte testimonial se eligió a una de las madres por ser paralelamente
miembro de la familia y representante directa de la organización, lo que se entiende como el
cumplimiento de un doble rol. Cabe aclarar que no se incluye en esta fase las voces de otros
miembros del equipo pedagógico ya que una de las investigadoras/interventoras perteneció a dicho
equipo tanto en la Aldea como en otras instancias, con ella se pueden retomar las versiones de la
experiencia de una persona que hizo parte del equipo.
La primera entrevista se realizó el día 15 de Octubre 2008 con 3 niños/as elegidos de tres
casas distintas por sus habilidades conversacionales y la cercanía personal de una de las integrantes
del equipo interventor a las madres SOS de estos: Susana, María y Edward, entre los 11 y 13 años.
El foco de éste al igual que el de los otros encuentros, estuvo centrado en la valoración que los
diferentes grupos dan a la experiencia de pertenecer a una familia sustituta de Aldeas desde los
ordenes epistemológico, pragmático y simbólico que emergen en sus narrativas, teniendo como
guión de las entrevistas la manera como se relacionan al interior de la familia y con otros contextos
cercanos con los que interactúan, así como los puntos en los que se encuentran y se desencuentran sí
se comparan con las narrativas que han organizado la experiencia de pertenecer a una familia
biológica.
La segunda entrevista se realizó el 18 de Febrero 2009 con una madre, Rubiela, quien lleva
en la Aldea 8 años y que por su fluidez y por las referencias del equipo pedagógico y directivo
acerca de su experiencia en la conformación de familia sustituta, se consideró un referente
enriquecedor para la comprensión que se está haciendo dentro del funcionamiento de las familias de
Aldeas. Con ella el guión se centró además en las estrategias que ha implementado como eje
organizador de la familia en la construcción de los vínculos y la manera como ha sorteado
ambivalencias propias del modelo.
La última entrevista se concretó el 18 de Abril de 2009 con un joven independizado,
William, quien egresó de la Aldea hace 8 años pero que mantiene contacto frecuente desde entonces
con la institución, aspecto que permitió ampliar el guión hacia la permanencia de los vínculos y la
resignificación que ha realizado de la experiencia cuando se reflexiona sobre ella.
Antes de comenzar con la interpretación propiamente dicha es importante explicar que se va
a tener en cuenta como línea conductora del texto que de ahora en adelante se presenta la Matriz 1,
que aparece a continuación, y que surge de la consolidación de otras tres matrices organizadas
según las narrativas emergentes privilegiadas en la conversación con los actores convocados para el
pre-diseño, en referencia a los dominios epistemológico, pragmático y simbólico: los niños/as
(Anexo 2: Matriz 1), una madre ( Anexo 2: Matriz 2) y un independizado (Anexo 2: Matriz 3).
Por lo tanto estas primeras matrices también son puntos de apoyo para la ampliación de la
interpretación y que el lector puede ubicar en su totalidad en el Anexo 2, matrices N° 1 a la N°3.
Matriz1Narrativas Que Construyen Vínculos En El Contexto
ORDEN EPISTEMOLOGICO ORDEN PRAGMATICO ORDEN SIMBOLICO
Educación futuro Reconocimiento en el tiempo. Dilemas institución vs madres, arraigo
Espacios compartidos con la madre fuera de la Aldea. Lenguaje respetuoso y Expresiones afectivas Practica de individuación y Practica de acompañamiento
El vínculo consanguíneo Importancia de la madre social La separación del programa un momento que significa cambio.
Sentido de supervivencia en la satisfacción de necesidades básicas Proyecto de vida acorde al modelo. Claridad sobre motivos de ingreso al programa para los NNA.
Practicas y hábitos que les permite vincularse dentro del contexto El modelo está ubicado para tiempo completo de trabajo. La experiencia en contexto dentro de los procesos de ingreso de una nueva madre sustituta La manera de construirse el vínculo ha cambiado mucho influenciado por los nuevos aprendizajes.
El cuidador ve alterado su proyecto de vida a raíz de la carga afectiva y simbolización que realiza de su familia. El mantenimiento del vínculo con la familia de origen en su red extensa o nuclear se evidencia como un aspecto importante de vinculación La casa se vuelve un espacio que representa un hogar
Otros contextos explican las dificultades de los NNA por su orfandad. El relato de otros significativos para las madres crea o no disposición. Dilema de modelo familiar que termina con el tiempo.
El preservar los vínculos de origen. Mantener los grupos de hermanos El retomar el relato autobiográfico recuperando su origen para resignificar las perdidas. Trabajo de reconocimiento como familia en otros contextos.
El presupuesto de que se llega con una carencia. Este aspecto se asocia al mito del niño desamparado, La familia en vínculos más allá del espacio y el alimento no solo propiciado por el cuidador.
Narrativas que Construyen Vínculos
Orden Epistemológico
En las tres voces retomadas emergen narrativas privilegiadas relacionadas con aspectos
como: la educación, la inclusión, la pertenencia y algunos dilemas generados por el modelo
institucional que influyen en las epistemologías del sistema familiar. La educación aparece narrada
como una situación que consideran importante y que guía muchas de las formas de vincularse al
interior de la familia pero también con otras personas significativas para ellos “… (Madre) para
educarlos para un futuro… qué más quisiera yo que verlos mejor, verlos profesionales, que
estudien, las mejores notas…” “(Independizado refiriéndose a su salida de la Aldea) Me fui a donde
un tío que tenía un taller de mecánica y me dijo que me tenía que poner a mecaniar, yo le dije que
quería estudiar y que no quería ser solo mecánico. Él no me iba a ayudar en lo que yo quería
entonces dije: no, me toco solo”.
La inclusión y pertenencia desde el independizado resalta el nexo que mantiene con la
Aldea y con su madre, dentro de un proceso que define su vida y la relación que sostiene con el
programa como algo propio, moviéndose desde unos inicios de desarraigo “(joven) no, yo casi no
hablaba (cuando era niño), no en cuanto a eso (no vivir con la familia), yo no decía nada, tal vez
por el malestar de la gente o tal vez por no generar en la gente esa lastima por estar en un
internado…”, con el tiempo y en la actualidad “…para mi es chévere por eso yo sigo yendo allá,
además que con Aldeas tengo también una relación laboral…siempre voy a estar ahí…”… “mi tía
es más que eso, es mi amiga”. Sin embargo en el relato del vínculo con los hermanos de casa no se
percibe tanta apropiación, siendo historias que se sienten ajenas “…Yo sé uno que otro que se casó
y tiene cuatro hijos; otro, Jorge Enrique, estaba en la calle y llego al Vicio. Hay casos en que la
gente aprovecha estudia y trabaja, hay otros que no, hay gente que se va a perder, hay muchas
cosas que el contacto cuando se pierde se pierde…”
Las narrativas de la madre por su lado, permiten observar cómo los lineamientos
institucionales moldean u orientan algunas formas del vínculo que se posibilita en la relación con
sus hijos/as y que en ocasiones puede generarle dilemas muy fuertes sobre el deber ser de una
madre, incluso por encima de dichos parámetros pues ellas están en una doble función “Pero no
puedo ponerme de redentora porque yo sé el problema tan terrible que tengo con ellos… uno
piensa como más por ese lado de madre, se me están llevando los niños míos pero en si no es una
decisión que la tomamos nosotras sino la organización sobre qué es lo mejor para los niños”.
Así mismo, la familia de Aldea ha construido de otros contextos y de sus propias
experiencias la explicación de que lo más importante es cubrir las necesidades básicas que la
familia de origen no puede satisfacer y que la institución sí provee “(niña), acá a uno le dan de
todo, afuera a veces no hay con que comer, acá le dan todo, los útiles para estudiar, la comida, la
pijama”; inclusive en las madres se aprecia “en todos los sentidos aquí es un lugar seguro, todas las
prestaciones, tenemos una casa bonita, nuestro espacio, nuestro cuarto, tenemos buena
alimentación, prácticamente lo que nos ganamos acá es libre…” .Sin embargo esto no es por sí solo
negativo siendo un recurso que genera confianza, seguridad y compromiso para relacionarse con
todos “(Madre)… somos muy bien tratadas, nos quieren, nos valoran, eso ante todo lo otro
económico”,“(Joven) compañeros iban a la casa de uno y se daban cuenta cómo vivía y decían que
era muy bonito, que uno todo lo tiene, entonces ya la gente decía ¡que chévere usted tiene todo!, ya
no va la pregunta ¿oiga usted porque es huérfano? porque ustedes tiene todo, usted vive bien,
entonces uno deja eso de lado y yo invitaba mucho a mis compañeros a venir a la casa a
trabajar…”
Un aspecto que sobresale en la relación que se dibuja entre la Aldea y las madres es el
reconocimiento de cierto perfil esperado por parte de la institución y a partir del cual ellas deben
desarrollarse. En la entrevista con la madre se observa que la forma en que se ha apropiado de la
narrativa institucional, se relaciona con la epistemología que tiene de su rol como madre, “me dijo
(el director) que yo tenía el perfil, que yo los quería mucho pero tengo carácter, los niños más que
grito, golpe, es cariño”.
Es significativo encontrar que para el independizado la falta de claridad sobre los motivos
que lo llevaron a la Aldea, máxime cuando llegó siendo bebé, no fueron explicados claramente en
su niñez y ello le generó entendimientos difusos sobre situaciones que experimentaba dificultando
algunos campos de comprensión y definición de si mismo “…(Joven) de porque me dejaron acá,
uno no sabía, pues hay psicóloga, no le cuentan o le meten un cuento ficticio de por qué uno esta
acá, no, traten de explicarle a uno, bueno usted está acá porque la realidad es esta y esta, bueno
uno lo asimila pero uno se pregunta por qué los hermanos de casa los visita una tía y a mí no me
visitan y es mi casa”.
Esto se relaciona con el hecho de que muchas de las personas que están en situación de
orfandad de alguno de sus padres ven como los otros explican las dificultades que puedan
presentarse en la vida precisamente desde esta condición, haciendo de ella una narrativa dominante
que en ocasiones los menoscaba “(niña)…yo tengo compañeros que a veces me molestan y dicen
que yo no soy normal porque vivo en Aldeas, pero para mí, si soy normal. Porque para mis amigos
ser normal es que tengan los papás y les den de todo, yo les digo que yo vivo mejor que ellos…”,
otra niña agrega “Mis amigas saben y hasta han venido. Y dicen que es bonito, pero que es mejor
vivir con los papás…”
Por otro lado, las narrativas de la familia de origen de la madre SOS ante la labor que ella
realiza en Aldeas es aprobada, permitiendo que se sienta satisfecha de lo que hace y gratificada,
“(madre) …pero gracias a Dios mi mamá se recuperó, mi familia siempre me ha apoyado a estar
acá, les gusta mucho que yo trabaje aquí, … porque esto es un lugar muy agradable, es muy bonito,
es un lugar agradecido, aquí todos estamos bien, los niños están bien y nosotras también estamos
bien…”
Mientras que las narrativas del independizado ya con el pasar del tiempo reafirman su
identidad al sentirse perteneciente a Aldeas, refiriéndose éstas a un lugar que lo acogió desde
pequeño, ya que estaba solo, desprovisto de la figura materna y al decir que marcó su vida reafirma
esta identidad y configura una manera particular de vinculación institucional. Sin embargo, los
parámetros institucionales configuran una versión diferente de lo que es familia como algo que
puede finalizar, aspecto que contradice la versión cultural y permanente de la familia en el mito del
compromiso perdurable que se asocia a una lealtad desde el amor y la sangre. En este sentido, se
aprecia una narrativa de la perdurabilidad y el compromiso en el tiempo que puede ser paradójica
con lo que ellos viven “(Joven)…El que sale bien de aldeas y sale por la puerta grande sabe que
tiene las puertas abiertas, pero también pasa eso, que hay niños que definitivamente hay que
sacarlos porque no pueden estar en Aldeas, pues obviamente es gente que no va a volver.”
Orden Pragmático
En el orden pragmático en las familias se relatan diversas situaciones que configuran los
vínculos como lo son los espacios alternos y celebraciones de fechas importantes, las expresiones
físicas y verbales incluyentes y la posibilidad de individuación que se brinda. Con respecto a lo
primero, las familias organizan, por fuera de los espacios y tiempos institucionales establecidos,
actividades variadas que resultan significativas para todos los miembros porque se reafirman roles
no mediados por un contexto institucional únicamente: “(niños) a mí y a mi hermano mi mamá nos
llevó a la casa de ella y compramos la ropa de cumpleaños, salimos a un centro comercial y como
salimos muy tarde de allá, nos quedamos allá a dormir. (Eso lo disfrutan)”. Así mismo las fechas
socialmente indicadas de unión como cumpleaños, navidad, entre otros, son tenidas en cuenta
“(Joven) en diciembre siempre voy y ya está la tradición de que yo abro los regalos, además tuve la
oportunidad de comprarles el año pasado unas bicicletas, me gusta ver la cara de ellos, eso es lo
que yo hago ahorita y me gusta”
Las expresiones de cariño y el lenguaje respetuoso son prácticas también entendidas por las
familias como importantes dentro de la construcción de los vínculos pues aporta a estilos
relacionales que fortalecen el anclaje afectivo “(Niña)…pues así uno sí hace caso, en cambio si una
tía me grita pues no hago caso. Mi mami siempre me habla”, “hijo/a con mi mamá la abrazo duro,
le doy picos, la consiento, le ayudo a hacer tareas con los niños más pequeños para que me dé más
picos, me carga, me consiente, me dice que me estoy portando así con todos los fierros, juega con
nosotros a las escondidas. También me gusta hacerle cartas por cada día que se va (a descansar)”.
En cuanto a la aceptación en su individualidad se brinda un trato particular que permite
aprender a conocer a cada uno, invita a no desconectarse de las relaciones que mantiene con la
familia teniendo en cuenta ritmos y momentos de aprendizaje particulares, más aun en cuanto a las
características de los miembros al ingresar por ejemplo la edad, sexo y al momento de entrada
“(Madre)…debe uno aprender a conocerlos. Yo sé que unos son más activos que otros… Tania es
por ejemplo una niña que se irrita con mucha facilidad, no de responderle ni de agredirlo a uno,
sino por ejemplo el mal genio, no acepta las críticas que uno le hace, yo sé que en eso ella es
diferente a Carolay, por ejemplo. Es saber manejarlos en esas cosas y aprender a respetarles un
poquito como sus espacios como su forma de actuar”.
Con referencia a las costumbres también se aprecia que se han estipulado normas y límites
para el funcionamiento de las familias a su interior y en la comunidad, operacionalizados en hábitos
relativos a la colaboración con ciertas tareas domésticas, el cumplimiento de unos horarios de
ingreso y salida de la casa, acompañamiento de responsabilidades escolares, entre otras. Todo ello
se da con cierto grado de libertad y autonomía familiar lo que genera bienestar para desarrollar el
estilo personal y grupal en la forma de vinculación “(madre) Y lo que más me gusta a mi es que
somos muy autónomas de nuestros grupos, como que no tenemos un jefe parado a toda hora
mirando qué estamos haciendo, por qué lo hacen, por qué no lo hicieron…”, “(madre) …es
moldearlo a mi forma, enseñarles normas, los límites, costumbres, cómo se construye con ellos,
cómo me los voy a ganar para que ellos vean que llegó esta mujer y es alguien que me va a enseñar
algo muy bueno, ¡es mi mamá!”.
De la misma manera, el modelo de protección y las políticas institucionales exige
disposición en las madres más allá de una simple responsabilidad “(madre)…entonces en la
cotidianidad con 8 niños ó 9 todos los días: que el colegio, que las tareas, que la reunión, que me
citaron pa´lli, que me citaron aquí, eso va cansando y se vuelve estresante muchas veces… pero ahí
seguimos…”. Por eso el proceso de selección de una madre es largo, dándose prácticas que permitan
familiarizar a la aspirante (madre) frente a las labores que se desarrollan, como compartir con una
familia sustituta por tres días; esperándose así dar continuidad a un proceso que busca estabilidad en
el tiempo, al querer que los niños/as tengan unas figuras significativas permanentes “(madre)
Cuando yo conocí acá me llevaron a la casa de ella (una madre antigua para conocer lo que
hacía)”. Dentro del proceso, cuando se vincula una mujer, inicialmente cumple el rol de tía
enmarcándose dentro de esa dinámica una relación más “tranquila” entre ella y los niños, niñas y
jóvenes, como pasa en muchas familias biológicas y que se evidencia en la manera de relacionarse,
más aliada y confidente, las tías y los sobrinos versus las madres; alimentando la hipótesis de que
los procesos de vinculación son mediados no solamente por las figuras dentro de la relación sino
por escenarios representativos que van cambiando y creciendo de acuerdo a los recursos de todos.
Por otro lado, el desarrollo de un vínculo cercano entre los miembros del subsistema
fraterno está definido por el contexto social, espacio y tiempo en que se desenvuelven, dentro del
relato del independizado se puede observar cómo los espacios compartidos son cada vez menos al
comparar las generaciones y lo que en su comprensión es una perdida “(Joven) nosotros
molestamos mucho en la noche, salíamos, entonces ya me he dado cuenta que los muchachos de
hoy en día ya no hacen eso, hacen otras cosas… Ahorita hay escuela de fútbol, de natación pero no
hay muchos espacios de integración entre los mismos niños como lo hacíamos nosotros”. Dentro de
la construcción del vínculo los espacios y las actividades compartidos son importantes ya que
permiten el desarrollo de narrativas en torno al sentido de pertenencia e identidad en un grupo
especifico que en este caso es la comunidad de Aldeas (ritos).
Como se aprecia las prácticas que se narran como formadoras de vínculos experienciales
son las propias organizadas desde el programa. En primer lugar las narrativas institucionales
reconocen la importancia de la familia biológica, dando cuenta de lo significativo de la
permanencia de los lazos con la familia y por lo tanto generan espacios para que esto suceda. La
madre en su relato también connota como primordial que los niños establezcan este grado de
vinculación “(madre)…si llegan 4 ó 5 niños se ubican en la misma casa porque aquí no deben estar
desintegrados, aquí el grupo sanguíneo hay que fortalecerlo, por eso te decía también ahora con
las familias biológicas, que si tienen la abuelita, la tía, el primo, tiene que tener contacto con ellos.
Entonces eso de los lazos afectivos hay que agrandarlo, se debe fortalecer…”.
En segundo lugar la madre debe abrir espacios para dialogar sobre las pérdidas que han
tenido sus hijos/as y poder resignificarlas en el nuevo contexto, siendo una práctica inicial en el
proceso de adaptación de ellos a la Aldea, “(madre)…cuando un niño llega a la Aldea lo primero
que tenemos que hacer es trabajarle el duelo, la perdida de la familia, porque de todas maneras
algunas se murieron…”
Y en tercera instancia se aprecia una práctica de reconocimiento de otros contextos de
desarrollo por parte de la familia para que los otros contextos la reconozcan como tal “(madre)…lo
primero que hacemos es presentarnos (en los colegios) y decirles que yo soy la mamá de Fulano y
Fulano, cualquier cosa es conmigo y con nadie más porque yo soy la representante de ellos. Allí no
voy de parte de Aldeas infantiles sino de ellos…”.
Orden Simbólico
Dentro del orden de lo simbólico en las narrativas de los niños/as y el joven son frecuentes
los discursos que hacen referencia a sus padres biológicos como referentes de vida bien nutricios o
bien de decepción, convirtiéndose en un punto para los significados que están creando de sus
experiencias relacionales con otros en el presente y futuro. “(Niño)…no me gusta que se metan con
mi mamá en bromas y esas cosas, yo sé que ella no me quiere pero ella fue la que me tuvo en el
vientre”. No obstante la relación entre madre sustituta e hijos se perciben de forma integradora y
agradable “(niña) yo tengo la mejor mamá, es bonita, me quiere mucho, es cariñosa, yo creo que a
mi es a la que más me quiere, es toda cariñosa nos carga”, “(Joven)…yo le decía cuando era niño
que me metiera en la maleta para yo viajar con ella las veces que se iba”
La familia social o sustituta experimenta períodos significativos en relación al momento
vital que atraviesan asociados con varios aspectos como por ejemplo la independencia y la
desvinculación al hogar “(Joven)…pero el golpe cuando uno sale es durísimo porque cuando uno
sale no sabe cuánto cuesta ni una aguapanela. Uno no sabe de la vida, uno nunca ha pagado
realmente nada, no sabe qué costo tiene un servicio, entonces es una estrellada que es
grandísima… pero yo no calcule eso, yo dije -pues yo estoy trabajando y ya-, pero yo no tenía que
invertir un peso en la casa, no sabía a qué me enfrentaba cuando deje de estudiar por ir a trabajar
saliendo de la Aldea…”
Así mismo en lo referido a las creencias se aprecia que estas familias pueden llegar a tener
un nivel de cohesión tal que hasta la misma madre ve modificando su proyecto de vida a raíz de la
carga afectiva y simbolización que realiza de sus hijos e hijas “(madre)…pero ahora no estoy
preparada por mucho que quiera a irme con este hombre. En este momento estos chinitos pesan
más que él. Yo pienso en ellos y qué será con otra persona”, esto permite observar que la familia de
Aldea como las demás familia son sistemas abiertos en los cuales participan otros actores que
enriquecen la construcción del sí mismo y los significados que se le otorgan al ser familia. Dentro
del discurso de la madre se aprecia cómo el vínculo afectivo con los hijos ha generado compromiso
que influye y cuestiona algunos proyectos personales que no compaginan con el perfil de madre
sustituta de la Aldea.
Para el equipo investigador surgen inquietudes acerca de la participación de la familia
biológica en relación con el proceso de configuración del sí mismo durante el tiempo de estadía en
la Aldea, como en su etapa de independizacion ya que estos (familia biológica) son un referente en
la construcción de su futuro: “(Joven) …Salí y busque a mi familia biológica, hermana de mi
mamá, pues no es que sean tan pobres, más bien de un estrato medio, mi tía tiene una casa muy
grande y tiene arriendos y dije que por aquí podía ser la cosa, pero no pues me dijeron que esto se
arrienda, que esto vale y tiene un precio, pues la idea no era esa…” este relato nos invita a indagar
acerca de las narrativas y sentidos institucionales sobre la familia biológica dentro del proceso de
desarrollo y el momento de independizacion de los jóvenes.
Dentro de las pautas interacciónales el tiempo y el espacio son marcadores de contexto para
que la casa, más que una construcción, se vuelva un espacio que representa un hogar donde la
madre permanece para todos sus hijos/as construyendo recuerdos (un lugar que no cambia o que
siempre está ahí) lo que permite continuar desarrollando el proceso de individuación y
configuración narrativa del vínculo. Esto lo tiene en claro el modelo de Aldeas, pues de hecho uno
de los cuatro principios pedagógicos lo constituye La casa, como un sentimiento de bienestar y
seguridad, un lugar donde se quiere volver siempre (Manual Aldeas, 2004). Las narrativas que se
encuentran en el marco de este contexto en particular para configurar la experiencia son de diversos
tipos: las de orfandad, las del apoyo de los familiares de la madre y nuevamente las de los dilemas
que genera el modelo.
Por último, a nivel del contexto y lo simbólico se vuelven a destacar dos creencias
narradas: el mito del niño desamparado y la creencia de la familia más allá del tiempo. Por un lado,
la forma como se define las relaciones hacia los niños y niñas está enmarcado como desprovistos
pues se dice que “(madre)…los niños que llegan acá son carentes de afecto, tuvieron una vida unos
más pesada que otros y que no se borran tan fácil y debemos estar ahí. Que a veces se encuentran
tristes, se encuentran reacios a cosas, ¡claro! Pero para eso estamos nosotras, para mirar qué
necesidad tiene cada niño. Entonces algunos niños necesitan psicología, otros, psiquiatría. Hay que
hacer las cosas como se debe…”. No obstante su práctica se desarrolla en lo que Ramos (2001)
refiere como interesarse en los relatos como puntos de referencia para interpretar la experiencia y es
a partir de estos donde se organiza su acción. Pero por otro lado, se resalta en el relato como el
vínculo se simboliza en el sentirse parte de una familia que va mas allá del espacio y el alimento, en
este proceso la narración del si mismo se ve como parte de un grupo familiar que lo confirma como
alguien significativo, relato que es solo valido en el caso particular de un niño, niña o joven si elige
dar respuesta al cariño ofrecido por la mujer que lo acoge y con quien sostiene una relación que se
puede proyectar mas allá de los límites temporales propios de proceso concebido por la institución,
pero que aún falta por comprenderse mejor a este momento de la investigación-intervención.
CONCLUSIONES DE LOS ESTADOS DEL ARTE TESTIMONIAL Y
DOCUMENTAL
De acuerdo con los estados del arte documental y contextual, el paradigma sistémico
complejo y la línea de investigación “Historias y narrativas familiares en diversidad de contextos”
desde la cual se posiciona esta investigación-intervención; se presentan a continuación las
comprensiones propias que emergen en torno al fenómeno de estudio entendido como:
Construcción narrativa de los vínculos en las familias sustitutas permanentes de Aldeas Infantiles
SOS Bogotá y las voces de los actores de diversos contextos sociales, en relación con los sentidos
de identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso organizacional asociados a la
construcción narrativa de posibilidades de bienestar y autonomía en los miembros de dichas
familias.
Un primer reflejo del estado del arte documental es que gran parte de las investigaciones
que se han realizado en relación con las familias sustitutas, parten de las características o de la
construcción de un perfil de los niños acogidos y de los adultos acogedores para poder “predecir” el
tipo de relaciones que se establecerán, perdiendo de vista la complejidad de elementos que se
relacionan en la cotidianidad de la configuración de los vínculos y de los mismos sistemas. Así, una
de las características que se puede retomar de los dos estados del arte dentro de este ejercicio de
establecimiento de perfiles, es la disposición de la madre o de los padres acogedores hacia los
miembros de la familia por ser ellos quienes asumen el papel de liderazgo emocional y formativo en
sus grupos. Dentro de las investigaciones revisadas también surge la solicitud que hacen los/las
niños de ser tomados en cuenta con mayor frecuencia, pues se corre el riego de continuar
percibiéndolos como sujetos pasivo u objetos de las decisiones de los adultos sin reconocer la
riqueza de los aportes que ellos pueden hacer al proceso de adaptación a la familia sustituta y a la
configuración de la misma.
Los diversos estudios permitieron comprender que independientemente de la tipología o de
la estructura entorno a la que se configuran las familias, es esencial dentro del funcionamiento la
construcción de rutinas y hábitos propios que brinden a sus miembros un sentido de pertenencia e
identidad familiar, constituyendose como elementos enriquecedores de la construcción de sentidos y
significados del vínculo. Esto se entrelaza en la comprensión del contexto familiar como un sistema
donde entran en juego diversas dinámicas relacionales que a su vez construyen patrones que nutren
la configuración de la identidad, la experiencia vital y formas de acción y relación de cada uno entre
si, como un juego de recursividades involucrando diversas dimensiones: la racional o de
pensamiento, la cibernética o pragmática y la emocional; que surgen en el proceso narrativo y
aportan desde allí a una mirada del fenómeno de estudio pues las narrativas vinculares emergentes
están en la praxis y en la semántica circularmente.
Continuando con la familia como foco de interpretación, cabe retomar que el modelo de
familia sustituta ha sido aceptado favorablemente a nivel mundial ya que ha evidenciado buenos
resultados en términos de la estabilidad que brinda a la infancia. Esta tipología familiar permite
hacer visible cómo en la familia se construye una imagen y un ejercicio permanente en la vida
humana de relaciones de intimidad, solidaridad y duración, caracterizándose como un agente
estabilizador en donde el cuidado amoroso de sus miembros sienta bases sólidas para el desarrollo
físico, psicológico y social de todos. El estudio de estas familias requiere lo que Minuchin y colbs
(2000) denominan estudio de la ecología del sistema que en el caso de hogares de protección y
específicamente de las familias sustitutas, implica tres sistema: Familia sustituta, familia biológica e
institución, porque se corre el riesgo de acercarse de forma ingenua, dirigiendo el foco de
observación solo a uno de ellos. Situación que por medio del estado de arte contextual se pudo
comprender que no se puede pasar por alto ya que la construcción del vínculo puede estar
configurada por narrativas y directrices institucionales que en ocasiones genera dilemas en la
construcción de dichos vínculos. De este planteamiento de Minuchin y Colbs (2000) también surge
como invitación no solo a integrar a las familias biológicas en los programas sino también a
construir relaciones familia biológica y familia sustituta que sean protectoras y que favorezcan el
desarrollo de los niños, siendo clave para la comprensión del fenómeno de estudio.
Tanto en el estado del arte documental como en el contextual se hace clara la relación que
guardan las familias de Aldeas con otros sistemas, pues su característica de ser un sistema dinámico
y abierto implica permeabilidad en sus límites. Algunos sistemas con los que tienen una relación
directa son: la familia biológica o de origen, los sistemas legales o juzgados que tienen la custodia
de los niños y los colegios. Este último se convierte en un foco alrededor del cual se enrique el
vínculo pues la madre tiene la oportunidad de brindar apoyo y acompañamiento, siendo fuente de
construcciones narrativas de proyección tanto de los/las niñas como de la permanencia del vínculo.
Así como lo menciona la madre: “… (Madre) para educarlos para un futuro… qué más quisiera yo
que verlos mejor, verlos profesionales, que estudien, las mejores notas…”
Continuando con el ejercicio de acercamiento a la construcción del vínculo como un
proceso que se da en el lenguaje, gran constructor de realidades que definen y redefinen a los
participantes de la conversación, se hace prioritario retomar algunos elementos que suplen
necesidades básicas humanas como son la alimentación y educación, y que fueron comunes a
ambos estados del arte como un primer mediador del vínculo entre los niños/as con la institución,
pudiendo ser la apertura para construir otro tipo de conexiones entre los miembros de las familia.
Por medio de la revisión conceptual se encontró que la configuración del vínculo ha sido
estudiada en diversas posturas que incluyen el psicoanálisis, la etología, teorías del aprendizaje,
hasta miradas sistémicas complejas, últimas que incluyen múltiples factores para comprender el
vínculo como: el grado de cohesión, la etapa del ciclo vital, el tipo y severidad de los estresores
presentes, la cosmovisión y los valores propios de la familia y su entorno. Sin embargo es el
socioconstruccionismo el que permite comprender que es en el lenguaje donde afluyen todos estos
factores, pero no como predeterminantes sino como procesos interactivos y coordinativos, que
emergen en la conversación con los otros miembros familiares dirigiendo la configuración de los
vínculos de manera que se construyen significados que hacen derivas de sentidos vitales en la
interacción, para ubicarse en lo cotidiano. Con relación al fenómeno, al interior de las familias de
Aldea se narran diversidad de formas de vinculación pero es la madre la experiencia más cercana y
fuerte en relación con los lazos construidos entre hermanos de casa, siendo un elemento importante
la diferenciación de acuerdo al momento vital de cada niño. Este aspecto es de conocimiento de la
madre y en el estado del arte contextual se retomó al referenciar la disposición que ellas tienen para
reconocer dichas diferencias y a partir de estas enriquecer las relaciones.
También se observa que las narrativas emergentes en el contexto de Aldeas configuran de
manera rígida la situación del niño, definiéndola en una lógica de causalidad determinista como
resultado de su origen o de las dificultades de sus historias de vida iniciales, perdiendo en ocasiones
de vista que en el curso de la experiencia se favorecen otro tipo de construcciones o la posibilidad
de retomar alguna de las habilidades para potencializar el desarrollo. Pertenecer a una familia es ser
miembro de ella lo que debe ofrecer beneficios que son esenciales al desarrollo y crecimiento del
individuo. El ser miembro de una familia drinda un sentido de pertenecer a algo, un sentido de
conexión emocional, un sentido de inclusión, un sentido de identidad, una fuente de conexiones
sociales, una fuente de entendimiento, una fuente de poder.
Dentro de esta comprensión de la configuración narrativa del vínculo el mito de la
consanguinidad hace parte de las narrativas de los niños y jóvenes, como un referente fuerte dentro
de la construcción de los sentidos y significados de los pertenecientes a un mismo núcleo
(recuérdese que en una misma familia de Aldea pueden existir varios grupos de familias
biológicas), pues por más que se logre sentir acogido y respaldado por las familias sustitutas el
interés por la familia biológica se mantiene, surgiendo como foco los dilemas existente entre los
sentidos que se han construido con las personas con las que se tiene relación de consanguinidad, vs.
Definirse como familia con personas que son “extrañas” en un principio.
Finalmente se puede concluir de los estados del arte documental y contextual que el vínculo
desde diversas perspectivas es considerado como una construcción conjunta que surge por el
intercambio afectivo entre los miembros de la familia, emergiendo una producción de sentido. El
pensar que el vínculo es una construcción simbólica que incluye tanto lo representable de las partes
que en él participan como lo incognoscible, nos habla de cómo el otro configura su mundo
representacional a partir de las narrativas co-construidas de la realidad en donde los significados
están relacionados con las experiencias vividas y la movilidad que permite el self. Bowen (1991)
dentro del contexto familiar lo retoma como la huella de la familia, que determinando el grado de
autonomía individual se puede evaluar a través de las experiencias de la infancia, con base en el
grado de diferenciación de los padres y el clima emocional prevaleciente en la familia de origen.
Desde la construcción de sentido se refiere a que la familia provee una red segura de relaciones de
apego y de cuidadores adecuados, en donde debe existir la percepción de respaldo y la conciencia
compartida de que las relaciones de apego son importantes y que el cuidado de los demás es una
prioridad. Pero para que sea una perspectiva compleja debe incluirse otros aspectos de la ecología,
pues el vínculo emerge en un tiempo y espacio determinado donde a su vez se conjugan otros
elementos, que para el caso del contexto específico de Aldeas pueden ser orientados desde la
identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso organizacional, dando sentido a los
sistemas de significación y a las modalidades de organización de esta particular interacción humana.
Aspectos apreciados en la figura 6.
Figura 6. Integración de las conclusiones de los estados del arte conceptual y testimonial.
MARCO TEORICO
Perspectiva Epistemológica Y Paradigmática
Perspectiva Sistémica
¿Qué es, pues, la verdad? Un ejército móvil de metáforas, metonimias, antropomorfismos... que tras un prolongado uso parecen firmes, canónicas, y obligatorias para la gente: las verdades son
ilusiones que hemos olvidado que son ilusiones.
Nietzsche (s.f)
Tal y como lo dice Nietzche en esta cita lo que se nombra no es la cosa en si o lo que está
sucediendo, sino una manera de acercarse a las situaciones. Por esto el error epistemológico que
durante años ha mantenido la ciencia y del que no podía salvarse la psicología consiste en confundir
lo nombrado con la realidad. El modelo sistémico en todas las ciencias al que ha sido aplicado hace
este salto paradigmático en donde la realidad es el producto de distinciones activas. Eso significa
que en principio es posible reducir de distintas formas la complejidad del mundo y expresarla, en
conceptos que, a modos de mapas, proporcionan pautas de acción. Lo que parece firme e
inamovible es un proceso, está en continuo movimiento. El mundo es un proceso, el mundo no es,
ocurre.
Desde este principio la perspectiva sistémica hace un planteamiento genérico de la
comunicación humana, que analiza las relaciones interpersonales dentro de todo el entramado de
redes sociales en que se desenvuelve el ser humano, en donde se le considera en relación con los
demás pero siempre dentro de un contexto.
Selvini (1987, retomando a Hall y Fajen 1956 y Watzlawick 1983), afirma que un sistema
puede definirse como el conjunto de objetos y de relaciones entre estos y sus características, de
manera que siendo así, los objetos son parte del sistema, las características vendrían siendo las
propiedades del objeto y las relaciones son las que mantienen unido al sistema. Es decir, un sistema
está formado por un conjunto de elementos que interactúan entre sí. La comprensión de los sistemas
humanos debe partir del principio de ser abiertos, con historia y que se diferencien tres atributos:
1. Totalidad: todo sistema es afectado por el cambio de una de sus partes, pasando a ser
después del cambio algo diferente a lo que era anteriormente.
2. Autorregulación: las informaciones del contexto, al tener respuesta mediante el
feedback, se transforman en actos de comunicación. Si de ellos se desprende una
realimentación positiva, posibilitan la transformación del sistema, por el contrario si se
conceptualizan como negativos se atenúa o anula el impulso al cambio y el sistema
favorece la homeostasis.
3. Equifinalidad: las modificaciones del sistema derivan de los procesos internos de cada
sistema y no de su estado inicial, por eso, de condiciones iguales pueden surgir
resultados diferentes y viceversa.
Estos principios están enmarcados por el concepto de la complejidad (Morin, 1990) que se
entiende como la emergencia de procesos, hechos u objetos multidimensionales,
multirreferenciales, interactivos (retroactivos y recursivos) y con componentes de aleatoriedad, azar
e indeterminación, que incluyen en su interpretación inevitablemente la incertidumbre. Hacer una
lectura de un fenómeno desde la complejidad exige tener en cuenta la interacción de todos los
contextos en los cuales participa. Por ello, al comprenderse la realidad se integran muchos
elementos y nunca se estará completamente seguro de cómo es aquello que se observa puesto que se
está modificando con nuestra propia perspectiva de análisis las experiencias, redefiniéndose la
noción de sujeto-objeto, el que observa aparte de lo observado, para crearse la noción sujeto-sujeto.
En primer lugar es importante recordar cómo se comprende el paradigma sistémico, pues este
consiste principalmente en comprender el mundo en totalidades y conexiones que son la base de la
complejidad. El pensamiento sistémico es integrador, tanto en el análisis de las situaciones como en
las conclusiones que emergen, proponiendo soluciones en las cuales se tienen que considerar
diversos elementos y relaciones que conforman la estructura de lo que se define como "sistema", así
como también de todo aquello que conforma el entorno del sistema definido.
Cuando se utiliza la metáfora de los sistemas para comprender los fenómenos humanos se
debe tener presente la idea de las conexiones y las pautas, así como a otros rasgos de los sistemas
como: la presencia de subsistemas, la forma en que sus partes influyen unas en otras, como ya se
mencionó anteriormente, y el hecho de que los sistemas pasan por periodos de estabilidad y de
cambio. De esta forma tal y como lo expresa Minuchin y Colbs (1998) las instituciones de
asistencia social como el programa Aldeas SOS, son sistemas organizados y su realidad es
compleja, hacen parte de estructuras sociales y políticas más amplias, están subdivididas en
subsistemas internos y coexisten con otras instituciones.
Cibernética
El esfuerzo por el desarrollo de un paradigma general que permitiera liberar el
reduccionismo y simpleza epistemológica de las teorías del individuo y pasar así a explorar
conceptos y técnicas en la resolución de problemas más amplios, dentro de un panorama que hacía
su mirada por fuera de los horizontes de la disciplina psicológica, llevó a la conformación de la
cibernética. Como lo anota Anderson (1999) la teoría de los sistemas cibernéticos, homeostáticos,
de realimentación negativa y la teoría de los sistemas sociales normativos estructurados
jerárquicamente, describieron y explicaron el sistema humano como una combinación de partes
cuyo proceso viene determinado por su estructura dentro de un paradigma sistémico contextual ya
que “la gente vive y siente los sucesos de su vida dentro de sistemas interaccionales” (Anderson
1999, p. 96). En los sistemas cibernéticos la atención se centra no solo en el sistema sino también en
el observador como parte del mismo, de manera que en la cibernética de segundo orden el
observador debe aclarar sus intenciones para que se pueda responder por aquello que se quiere
indagar y que sin lugar a dudas tiene más responsabilidad del sujeto observante que del sujeto
observado (en la cibernética de segundo orden se supera el paradigma sujeto-objeto por el de sujeto-
sujeto)
Por tanto, gracias a la inclusión del sujeto observador la cibernética tomo alcances de
epistemología, una disciplina que tenía algo que decir no solamente sobre la estructura filosófica de
la realidad sino sobre el conocimiento de esa realidad. La cibernética se volvía sobre sí misma y
usaba sus conceptos para ver a los usuarios de dichos conceptos y la relación que a través de esos
establecían con su entorno pasándose, como ya se explicó, del observador que indica qué se debe
identificar al observador que permite la emergencia del mundo que significa con el otro.
Socio-construccionismo
Hablar de modelos sistémico y de cibernética nos remite a paradigmas o perspectivas de
construcción de la realidad, amplios flexibles y complejos y desde allí a la pertinencia de retomar el
construccionismo social o el socio construccionismo, modelo teórico para el cual la actividad
constructiva del sujeto es central, rechaza la concepción de la realidad como única, objetiva y fuera
del observador para ser comprendida. En esta corriente cada acción o reflexión refleja siempre la
posición en la conversación de quien la expresa. La principal hipótesis del construccionismo social
es que los esquemas, los sistemas de creencias, los mismos objetivos e intenciones, así como los
sentimientos y las emociones, se estructuran y se mantienen en la interacción social. Esto se puede
comprender como que los procesos que dan cuenta de lo que se denomina mente o self, así como el
comportamiento interactivo, están vinculados a los contextos conversacionales. (Ugazio, 2001)
Desde esta perspectiva individuo y familia son dos abstracciones vacías fuera del patrón
que los conecta: el individuo fuera de las relaciones comunicativas en las que está inscrito se
disuelve y la familia no existe sino como “com-posición” de individuos. Desde allí se desprende
que la atención se desplaza de la familia como unidad a la “com-posición” de los individuos en la
familia. El objetivo se convierte en el estudio de los procesos conversacionales a través de los
cuales se construye y reconstruye la identidad de cada uno. Para los construccionistas la
conversación constituye el proceso primario en el sentido fundacional, los otros procesos como: las
emociones, las modalidades de percepción, la memoria, los sistemas de creencias; son secundarios,
es decir, son resultado de las practicas coordinadas que organizan las conversaciones entre
personas. Esto no reduce la importancia de dichos procesos, pero los inserta en la conversación
(Ugazio, 2001). De manera que de aquí y con relación al fenómeno de estudio, se comprende la
concepción de los vínculos como construcciones narrativas que posibilitan formas particulares de
relaciones, existiendo operadores que deben emerger como grupales, tal como la identidad familiar,
pues esta solo es posible con sujetos que están interactuando con otros que lo definen y ayudan a la
definición de los self que se encuentran entre todos, para construir un nuevo self que es diferente a
la suma de sus partes.
Narrativas Como Metáfora En La Comprensión De La Existencia Humana
Dentro de esta perspectiva donde la conversación tiene un papel central como configurador
de realidades, se han construido algunos mapas para acercarse a dicha “realidad”, entre los cuales se
identifica: la comunicacional, la estructural, la estratégica y la narrativa, entre otras. Esta última
constituye el eje transversal de esta investigación pues adquiere sentido en la comprensión de los
fenómenos humanos por el énfasis que hace la perspectiva narrativa en el lenguaje como
constructor de realidades. Shotter (1993, p. 64) lo expresa al afirmar “la vida diaria se arraiga en el
encuentro oral y el discurso mutuo, se vive en una atmósfera de conversación, discusión,
argumentación, negociación, crítica y justificación”. Mencionado énfasis en el lenguaje da cuenta
de un contexto en el que surge y por lo tanto es central para su configuración, la dimensión social.
Bruner (1991 retomando a Michell Rosaldo s.f ) sostiene que las nociones surgen de la experiencia
en un conjunto de significados, imágenes y vínculos sociales, en el que toda la ecología se
encuentra inevitablemente implicada. White (2002) lo complementa expresando que el modelo
narrativo es social, permitiendo poner en evidencia la presencia de formas de discursos dominantes
que terminan en lo singular y en ocasiones puede obstaculizar la emergencia de interpretaciones o
significados alternativos, existiendo siempre un reservorio de historias alternativas acerca de cómo
podría ser la vida.
Estupiñan y Colbs (2006) plantean algunas hipótesis que se deben tener para acercarse
desde la complejidad cuando se abordan los fenómenos desde la narrativa: Las narrativas tienen
efectos específicos sobre las familias y los individuos e influyen sobre la manera en que conducen
sus vidas, las narrativas dominantes o cristalizadas pueden limitar las posibilidades de experimentar
y desarrollar la vida y las narrativas alternas abren nuevas posibilidades y opciones de vida más
satisfactorias; las experiencias familiares y los relatos en los que son organizados y narrados son
elaborados junto con otros a través de la interacción social, el posterior sentido de la realidad e
identidad de la familia; en la interacción con otros es donde emerge el desarrollo de cualquier
historia alterna, por medio de una permanente renegociación de significados de la experiencia y
acción, organizados narrativamente.
Por lo tanto para esta investigación las narrativas son la expresión humana de la emoción,
cognición y acción en un espacio y tiempo recursivos que surgen en la experiencia a través de la
interacción discursiva, generando multiplicidad de significados y sentidos. Las narrativas son
trasformadoras y solo posibles en la construcción con el otro. Es por esto que cuando se retoman las
narrativas, de forma simultánea se están evocando los procesos interacciónales y vinculares que
emergen en ellas, de manera que la construcción narrativa del vínculo es un dominio cotidiano a la
comprensión narrativa y por tanto apropiada para acercarse al fenómeno de estudio que ahora
interesa.
La Construcción Narrativa De Los Vínculos En La Familia
“entonces apareció el zorro:… -Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado. -¡Ah, perdón! -dijo el principito. Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?... -Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-… Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito. -Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos..."
-¿Crear lazos? -Efectivamente, verás -dijo el zorro-.
Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí.
No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro.
Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo... -Comienzo a comprender -dijo el principito-…”
El Principito. Saint-Exupéry, A. 1962
Para comprender la construcción vincular desde una perspectiva narrativa esta investigación
retoma a Gergen (2000) quien establece dos vertientes de la narrativa, una asociada a la semántica
entendida como significados del mundo o racionalidad (cognitivo) y otra asociada a la pragmática
entendida como acciones mediadoras entre dos o más participantes dentro de un proceso de
diferenciación privilegiada en un contexto. A su vez Ceberio y Linares (2005), complejizan esta
comprensión afirmando que las vertientes semántica y pragmática no solo dan cuenta de los ejes
racional y cibernético (acción) sino que también incluyen el eje emocional. De manera que: la
acción, la cognición y la emoción, son ejes que se articulan circular y complejamente dentro de la
semántica y pragmática de las narrativas (de la vida) por lo que los lazos que emergen con los otros
significativos, vínculos afectivos, están enmarcados allí, siendo el lenguaje encarnado el que le da
sentido a lo que se hace a la vez que resignifica las comprensiones. En conclusión, para este mapa
de la “realidad” el lenguaje es generativo creando condiciones para sí mismo y con los otros a
través de él, por lo que la semántica dará cuenta de las epistemes y los mitos que otros autores
resaltaron en sus postulados como los operadores vinculares, mientras que la pragmática lo hará
para los ritos.
Al respecto Cyrulnik (2002) afirma que la identidad narrativa provoca sentimientos para
con los demás que se expresan por medio de los comportamientos que se dirigen a estos, en un
espiral de interacción en el cual toma fuerza la historia, los significados, los sentidos, los recuerdos,
entre otros; que las partes encarnan en el hoy para constituir el vínculo afectivo. De hecho, para
comprender elementos indispensables en la construcción del vínculo, este autor continúa apoyando
la idea de cómo los modelos operatorios internos configurados en la narrativa, enriquecen el tipo de
relación que los padres y sus hijos aportan a la construcción de la identidad. El narrarse como
madres está impregnado de disposición para posicionarse frente a su rol y de esta forma el narrar y
participar en la construcción del otro. Aquí vuelve a recobrar sentido el postulado que afirma que
los seres humanos se crean en el lenguaje y a través de él, de esta forma se entiende que cada
persona esté soldada en las construcciones históricas de sus grupos significativos, como la familia,
del mismo modo como ellos lo están en las de cada uno (Gergen, 1996).
De manera amplia, posicionarse desde esta perspectiva es reconocer que las exposiciones
narrativas están incrustadas en la acción social, lo que implica que los acontecimientos son
socialmente visibles y establecen característicamente expectativas para acontecimientos futuros; por
lo que los vínculos deben comprenderse y ubicarse en un contexto de acontecimientos precedentes
y consecuentes que trascienden los contextos inmediatos. (Gergen, 1996)
La pragmática de la interacción familiar debe comprenderse como una retorica en acción
del proceso narrativo conversacional, donde recursivamente se articulan, negocian y sostienen tales
significados y relatos (Estupiñan y Colbs 2006) dando posibilidad a la construcción del vínculo. De
allí que aspectos que den sentido a la relación permitiendo cohesionar y articular las conexiones en
las familias, son posibles de ser comprendidos mediante la capacidad de mantenerse en el tiempo en
las relaciones, sentirse aceptado e incluido en el grupo familiar y compartir sentidos y significados
comunes que a la vez los diferencias de otros sistemas. Tal como se evidencio a través del recorrido
con los distintos autores incluidos como fuentes de referencia en el transcurso de todo esta
investigación: desde Boscolo (1996) y sus planteamientos en relación a la intencionalidad y
proyección, y Ricoeur (1999) con sus ideas del tiempo abstracto vs. el tiempo interaccional; Krakov
(retomado por Hernández y Bravo 2009) y su postulado de la doble marca de pertenencia y
reconocimiento, Bing Hall (retomado por Hernández y Bravo 2009) con su teoría de la base de
seguridad familiar y Linares y Carreras (2006) con el concepto de nutrición relacional como factor
que favorece la individualidad; Por último Munne (2000) que retoma elementos de la mismidad, si
mismo e identidad, Ugazio (2001) con los constructos de las polaridades semánticas y Gergen sobre
el self social. Teóricos que en conjunto con los mismos actores del contexto cuando narraban la
experiencia vincular familiar, permitieron la emergencia de los conceptos metodológicos. Por ello
los sentidos de permanencia, pertenencia, identidad familiar y proceso organizacional se vuelven
ejes de comprensión para guiar la creación de una trasformación de los modos de ser familia y una
oportunidad de inventar otras formas de configuración de la experiencia en este particular modelo
social.
En el presente estudio en la construcción narrativa de los vínculos emergen conceptos que
aportan a la comprensión del fenómeno de estudio, es así que se retoman varios conceptos en el
marco teórico como el de familia sustituta, pues autores como Bruner (1991), refieren que la
elaboración e interpretación de los significados debe reconocer el contexto donde surgen, que en
este estudio hace referencia a la familia sustituta principalmente, por lo cual se definirá con mayor
claridad y se traerán las voces de autores que desde una perspectiva diferente hacen una lectura
ecológica de este contexto.
Familias Sustitutas Permanentes
Recordando el concepto ya expuesto en el anterior capítulo, las familias sustitutas se
entienden en la actualidad como una estrategia de apoyo social a la infancia consistente en proteger
temporal o permanentemente a los niños y niñas pobres que no pueden permanecer en su hogar de
origen por negligencia o abuso (Wired Humanities Project, 2007). En Colombia la estrategia es
regulada por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar dentro de un modelo que se comparte a
nivel mundial dirigido a que sean familias naturales ya conformadas las que alberguen en su interior
a un niño/a o adolescente temporalmente; modelo que va en aumento porque los estudios afirman
que los niños se sienten más satisfechos con su vinculación a hogares sustitutos en comparación con
la vinculación a internados, a pesar de que no siempre se retoma la voz de ellos en las decisiones
que afectan sus vidas.
Minuchin, Colapinto y Minuchin (2000), hacen un importante aporte referido a cómo hacer
de los hogares sustitutos una estrategia ecológica, proponiendo seis ideas básicas para su
adecuación, las cuales se decide ampliar en este capítulo para observarlas en el contexto de la
investigación-intervención como guía. La primera, es mantener presente que la colocación en un
hogar sustituto crea un sistema triangular entre familia biológica, familia sustituta y la institución
interviniente, sucediendo además que ingresan dentro de la red de sistemas otros externos a la
institución que afectan en las decisiones importantes de la familia; realidad que debe ser reconocida
por la totalidad del sistema.
La segunda, es que el sistema triangular debe incluir a miembros de ambas familias
extensas y la colaboración debe prevalecer sobre el antagonismo; idea que debería entenderse como
una meta para que las personas en contacto con el niño compartan información y resuelvan
problemas a través de un esfuerzo común que garantice el bienestar y protección de todos los
sistemas.
La tercera, es conferir poder a la familia biológica como aspecto esencial pues crea igualdad
entre los roles lo cual puede contribuir a la emergencia de la colaboración. La cuarta idea, es que la
colocación de los niños/as en hogares sustitutos determina transiciones importantes que requieren
una atención especial para reconocer su componente de vulnerabilidad y turbación; dichas
transiciones van desde el mismo ingreso hasta los encuentros temporales o el regreso a casa de los
niños. De hecho si se retoma nuevamente a Cyrulnik (2002) para verlo desde lo ecológico y
enlazado con la comprensión que se tiene de lo vincular, la transición no es únicamente para el niño
sino también para su madre sustituta, pues la disposición ante un hijo está desde antes de incluirlo
en el mundo personal (bien sea que haya nacido o no) delineando varias características de la
relación, por lo que revisar los relatos que se tejan ante la llegada de ese otro a casa, no solo desde
el niño sino desde su cuidador principal, da pistas del medio en que se estará desarrollando y el
cómo de esas transiciones.
La quinta, es que los servicios de colocación de niños/as en hogares sustitutos deben tener
en cuenta el desarrollo evolutivo pues el efecto de la separación y la adaptación son procesadas por
niveles diferentes de comprensión cognitiva y enfoque emocional según la edad. Por último, la
colocación de un niños/as con miembros de su propia familia es un caso especial que requiere una
clase particular de servicios pero es un aspecto que no se amplía por no aplicar en la investigación.
Entonces, a partir de la elaboración de los estados del arte documental, testimonial y la
comprensión narrativa del vínculo ya mencionada, surgen otros elementos que nutren la
construcción narrativa del vínculo en estas familias, construcción que emerge de los órdenes de
significado con relación a los sentidos de identidad, pertenencia, permanencia familiar y proceso
organizacional, abordados en este momento desde una lectura narrativa para enriquecer la
comprensión del fenómeno del presente estudio de ahora en adelante y por lo tanto entraran a
conversar con las diversas voces de los autores retomados.
Ordenes De Significado En Relación Con Los Sentidos De Identidad Familiar
Para comprender la construcción del sentido de identidad familiar en la configuración
narrativa de los vínculos se parte en un inicio de cómo se comprende la identidad. La identidad
puede ser entendida como una construcción determinada por las convenciones del relato, por lo
tanto se construye ampliamente mediante narraciones que a su vez, son propiedades del intercambio
comunal, estando estos relatos cargados de significados en el uso que se les da en las relaciones
interpersonales, en tanto las construcciones de la realidad son definidas por las formulaciones
conjuntas dadas en la sociedad y aceptadas por los individuos. Al comprender la identidad de esta
manera en relación con el construccionismo social, se aprecia que es en el ejercicio conversacional
y en las interacciones en diversos contextos, donde el individuo desarrolla un sentido de identidad
ya que por medio del lenguaje se construyen y se reconstruyen “las realidades” que definen al
individuo para conocerse e identificarse (Gergen 1996).
De acuerdo con lo anterior se puede afirmar que la identidad narrativa tiene un rasgo
relacional de interdependencia, pues permite definir a otros y que esos a su vez definan el sí mismo
que precisa a otros. Gergen (1996), lo explica cuando refiere que una persona logra sostener una
autonarración dependiendo fundamentalmente de la constancia de los otros que lo rodean para
mantener determinados relatos del pasado que lo identifican y definen en relación a sí mismo.
Es así que el sentido de identidad familiar es una construcción relacional que se actualiza
constantemente, se propicia en una comunidad relacional (familia) y se mantiene interactuante en
un plano dialógico donde efectivamente individuo y medio se configuran mutuamente definiéndose
y actualizándose de manera continua mientras se mantenga esa relación. El paso del individuo a la
relación implicó hacer un cambio en la comprensión desde una perspectiva del sujeto (privado,
reservado interno) a una postura postmoderna de la relación donde la vida se vuelve más expresiva
y rica, suspendiendo la exigencia de coherencia personal, de reconocimiento o de enfoque
determinante y simplemente se “es” dentro de un proceso en curso de relación con los demás
(Gergen, 1992). Entonces, la persona es comprendida en una trama relacional y su vida mental
evoluciona en diversos niveles de relación que configuran y definen discursivamente su identidad.
Sin embargo, Munné (2000) y Ugazio (2001) amplían este postulado afirmando que si
bien la identidad es cambiante y posee un aspecto dinámico también tiene una dimensión una poco
más consistente y continua, siendo la mismidad el punto de integración y conexión con un
componente más móvil que es el self, el cual se caracteriza por tener mayor plasticidad y
pluralidad, poniéndose en juego en los diversos contextos autorreferentes y heterorreferentes donde
se construye conversacionalmente la realidad. Estos planteamientos se enmarcan en una
comprensión amplia de los fenómenos humanos donde se encuentran dos de las teorías de la
complejidad: una de las más influyentes teorías del caos, la de las estructuras disipativas y el orden
por fluctuaciones de Prigogine, que consiste en que las estructuras que guardan el equilibrio son
menos ordenadas y coherentes que las que están alejadas del equilibrio. La segunda teoría, la de la
autopoiesis, que consiste en la autoorganización y autoproducción a partir de la diferenciación del
sistema (Munné, 2000). Las historias que alimentan el self, entendido por Ugazio (2001) como
biografía personal, tiene como objeto la posición del individuo en las diversas narraciones de las
que forma parte, narraciones que se refieren a su vida y a los demás, el self es una forma narrativa y
su misma unidad coincide con la disponibilidad en su propio repertorio, de narraciones que ligan
las diversas historias entre sí.
De allí que la identidad se pueda comprender desde una dimensión paradójica al encontrar
equilibrio en el caos, pues debe ser susceptible a responder de forma plural ante los desafíos y
aunque está en constante retroalimentación con el medio, tiende a clausurarse para diferenciarse del
mismo. Esto equivale a hablar de una identidad configurada en y con las relaciones, teniendo
sentido la comprensión del proceso autorreferencial de los grupos, en este caso las familias, para
diferenciarse de los demás sistemas con la misma lógica como se desarrolla la identidad en el
campo individual.
En la trama relacional y para la comprensión de la identidad familiar, Ugazio (2001) anota
desde el conocimiento de las polaridades semánticas (que son significados que se construyen dentro
de la conversación en las familias configurando así la realidad), que en cada familia sobresalen solo
algunas polaridades presentes en el contexto socio cultural dando cuenta de su identidad familiar.
Esta autora refiere que naturalmente, todos conocen las principales semánticas de su cultura pero se
trata de un conocimiento abstracto; de hecho, cada uno de ellos es capaz de interactuar en contextos
interpersonales que presentan, por lo menos, algunas polaridades semánticas ya experimentadas en
sus contextos relacionales de referencia. En síntesis, una familia es tal en la medida en que sus
miembros comparten una estructura semántica relevante, normalmente formada por un cierto
número de polaridades. El elemento de parecido entre los miembros de una familia se limita a
aquello que comparten. Es así que en las relaciones familiares la identidad se construye en el
conversar y construir significados.
Este aspecto es complementado por Mateo Selvini (1990 retomado por Ugazio, 2001) al
afirmar que cuando el comportamiento de un miembro de la familia ejerce una influencia
desfavorable en la conducta de los otros, es un error establecer que su conducta es la causa de la
conducta de los demás; por el contrario se debe afirmar que dicho comportamiento es el resultado
de modalidades interacciónales de todo el grupo familiar, por lo que las narrativas dominantes
cristalizadas pueden ser consideradas como una modalidad de relación de la identidad familiar. De
hecho autores como Ugazio (2001) al dar una comprensión de la identidad familiar refiere que una
familia, como cualquier otro contexto intersubjetivo, se distingue y adquiere en consecuencia una
identidad y especificidad propia en tanto que sus miembros construyen la conversación y, por tanto,
la realidad social de un modo distinto a otras familias.
Dentro de las dinámicas familiares se construyen sentidos y significados dinámicos en torno
a la intimidad y solidaridad que los vincula, convirtiéndose así en un agente estabilizador. La
familia es una fuente de atención y cuidado. Dado que a través de la narrativa se construye la
realidad, el hecho de narrar al otro y ser narrado por el otro genera unas configuraciones
compartidas acerca de lo que significa un rol en específico dentro de una familia (padre, madre, hijo
entre otros).
Ordenes De Significado En Relación Con Los Sentidos De Pertenencia Familiar
Dentro de la construcción narrativa del vínculo, el sentido de pertenencia se puede
comprender como lo menciona Krakov (2000 citado por Hernández y Bravo 2009) en la
experiencia de sentirse reconocido y designado como perteneciente a un vínculo otorgándole a cada
sujeto una doble marca: de pertenencia y de reconocimiento; la reafirmación continua y sistemática
promueve la complejidad vincular. Otro elemento importante dentro de la configuración de los
sentidos de pertenencia en la experiencia de ser familia está asociado a lo que dice Byng-Hall
(1999, citado por Hernández y Bravo 2009) cuando sugiere que hay dos factores asociados a la
base de seguridad: una conciencia compartida de que las relaciones de apego son importantes y que
el cuidado de los demás es una prioridad y la creencia de que los miembros de la familia se deben
apoyar y cuidar mutuamente.
Los sentidos de identidad y pertenencia en la familia están entrelazados, como ya lo
menciona Ugazio (2001), más allá del contenido semántico en la definición de las relaciones, que
se trata además de un contenido especifico: los participantes de la familia en el proceso
comunicativo se ven inevitablemente inducidos a definirse, a componerse respecto a las polaridades
semánticas relevantes en sus propio contexto de referencia. Este proceso es espontáneo y en gran
parte inconsciente. Cada participante en la conversación, componiéndose respecto a las dimensiones
semánticas relevantes de su propio grupo, incrusta su propia identidad en la de los otros miembros
del grupo, garantizando así, desde el principio, ínter subjetividad. Por ejemplo, cuando dos personas
se encuentran por primera vez, inician un proceso de negociación acerca de su relación reciproca,
que lleva a restringir progresivamente la gama de posibles comportamientos que caracterizan la
relación. A medida que se define la naturaleza de la relación, se abren algunas vías y, en
consecuencia se cierran otras, donde toda posibilidad es también un vínculo.
La pertenencia en la familia para Linares y Carreras (2006) se comprende desde diversos
sistemas relacionales de los que se hace parte y con los que se identifica el individuo, articulándose
entre sí y ejerciendo una influencia determinante sobre la individualidad de los miembros,
dependiendo de la nutrición relacional como de la forma en que se produce la citada articulación
íntersistémica. Por lo tanto, la familia de origen es el sistema de pertenencia más importante, que
nutrirá relacionalmente a sus hijos dependiendo tanto de sus procesos internos (organizaciones y
mitologías) como de su capacidad y sus posibilidades de integrarse armoniosa y críticamente en
sistemas más amplios, de cuyas culturas actúa como intermediario.
Ordenes De Significado En Relación A Los Sentidos De Permanencia Familiar
La construcción del sentido de permanencia en la configuración narrativa de los vínculos
está asociada con la acción presente que tiene una intencionalidad y proyección. Boscolo (1996,
retomando a Steiner, 1978) resalta desde los planteamientos de Heidegger (s.f. retomado por
Boscolo, 1996) la evidencia psicológica según la cual los acontecimientos del pasado se ven
modificados y reciben significado de cuanto acontece ahora y de cuanto sucederá mañana.
Heidegger (s.f. retomado por Boscoso, 1996) recuerda las circularidades recíprocamente
generadoras y reinterpretadoras del presente, pasado y futuro. Dentro de este campo de movilidad
temporal en el que se encuentran los sistemas, Boscolo (1996) introduce el concepto de horizonte
temporal, haciendo referencia a la forma como cada uno se ve y se siente en el tiempo, siendo una
construcción individual, dinámica y que varía con los cambios propios del contexto.
De esta manera se considera que la permanencia da cuenta de una tendencia circular en el
horizonte temporal del sistema, siendo relevante reconocer en la narrativa de los grupos la tendencia
que tienen en el tiempo, si hay más referencia al pasado o al futuro pues esto hace parte de la
configuración relacional en la que participan. Dicho horizonte temporal es influenciado por
diferentes factores (edad, cultura, estatus social entre otros) que pueden tener efectos relevantes en
las narrativas temporales predilectas de los miembros de las familias así como la forma en que se
llega a consensos (Boscolo 1996). En esta misma línea el autor plantea que una de las razones que
lleva a las personas con dificultades sociales a reducir al presente su propio horizonte temporal
puede estar en su imperiosa necesidad de adaptarse, en el aquí y en el ahora, al contexto del que
hacen parte pues el tipo de relación que establecen con los asistentes sociales se ocupa sobre todo
de sus problemas coyunturales.
Al respecto Ricoeur (1999) continúa afirmando que del encuentro de las personas emerge el
tiempo. Carácter que se pone en relieve narrativamente cuando surge la relación entre la acción y el
orden del mundo. Esta relación muestra claramente la conexión que existe entre el tiempo abstracto
y el “estar en el tiempo”, actuarlo. Se trata del momento en que la acción posible pasa a ser
presente. En esta línea el sentido de permanencia inicia en el tiempo abstracto donde emerge
diversidad de órdenes de significados que se configuran en la narrativa y se concretan en la
interacción.
En la configuración narrativa de la permanencia, las polaridades semánticas compartidas
dentro de los miembros de una familia, organizan los campos de interacción posibles y generan en
sus miembros un sentido de identidad familiar donde emerge la posibilidad de permanecer
vinculados a ese sistema a través de su organización semántica (Ugazio, 2001). Desde esta autora es
posible realizar un acercamiento a la dimensión ontológica del lenguaje en la medida en que es en
ésta donde los miembros de una familia pueden configurarse en relación a su individualidad ya que
emergen aquí las polaridades semánticas que dan cuenta de ello. Los sentidos y significados, como
el de permanencia, toman especial relevancia ya que como lo afirma esta autora cada miembro de la
familia construye la conversación dentro de una estructura semántica relevantemente compartida.
Desde este planteamiento se puede realizar el análisis de la denominación de permanencia o
proyección del vínculo familiar como una de estas polaridades semánticas significativas para la
familia teniendo en cuenta, como se menciono anteriormente, que cada una construye los
significados de su realidad. Es decir el elemento de parecido entre los miembros de una familia se
limita a aquello que comparten (Ugazio, 2001). La identidad de cada participante de la
conversación, pasa a depender de modo crucial de quien, ocupando otras posiciones, hace posible la
existencia y continuidad de las dimensiones semánticas relevantes, dentro de ésta se puede plantear
la comprensión de unión o vinculación familiar a través del tiempo (permanencia).
Los sentidos de permanencia surgen dentro de la experiencia de ser familia, cuando se
mantiene de forma presencial o se recuperan por medio de los relatos y las memorias los
significados que como familia han construido y los cohesiona. Para Montero, (2000) el tiempo se
construye en la intersubjetividad, donde lo social y lo individual vienen a ser uno a través de la
creación social de significados. Para el autor es dentro de las relaciones creadas por individuos que
interactúan, que el espacio adquiere significado y el tiempo es construido como parte de esa
relación y definido por ella. No existe tiempo fuera de la relación. De modo que, no es el tiempo el
que borra o desvanece las relaciones, sino que es la erosión de esas relaciones y el apagarse de esos
recuerdos.
Entonces la relación entre los miembros de las familias de Aldeas puede no ser permanente
para algunas personas si se comprende desde la interacción presencial, pero si se reactualizan los
significados y sentidos acerca de esta experiencia, el vínculo narrativamente comprendido
permanecerá; esta explicación nos permite retomar una idea central del paradigma donde se inscribe
esta investigación como son los procesos narrativos conversacionales donde se parte de “la
conceptualización de los sistema humanos como sistemas lingüísticos” (Goolishian, Pulliam y
Winderman 1986 retomados por Anderson 1997, p. 67) a partir de los cuales inventamos la
realidad y en donde se “Acentúa la naturaleza relacional del conocimiento y la naturaleza generativa
del lenguaje” (Anderson, 1997 p. 88), tema que se amplía en siguiente aparte.
Ordenes De Significado Con Relación Al Proceso Organizacional
Para el caso de Aldeas la mirada ecológica exige ampliar las implicaciones de la institución
interviniente pues ésta adquiere mayor fuerza al tenerse en cuenta que el modelo no tiene una
familia natural de base sino un ambiente familiar simulado donde una organización es la que
instaura narrativas para la convivencia de los grupos y por ende de la construcción de los vínculos
entre sus miembros, existiendo procesos recurrentes relacionados con la identidad, la cultura y la
estructura propias de las organizaciones. Procesos identitarios que mantienen las relaciones y los
acuerdos básicos que sustentan la organización; procesos culturales que comunican, enseñan y
renuevan las ideas y los conocimientos compartidos; y procesos vinculados con el diseño y la
actualización de la estructura para producir en forma eficaz, en este caso, el servicio (Etkin, 2003).
Por ello lo instituido, lo instituyente y la transversalidad tienen que ser elementos claves en
el campo de análisis organizacional que permitan comprender cómo se crean las redes de los
órdenes de significado en la familia-organización para leer desde allí los relatos (Lourau s.f, citado
por Dabas 2001). Lo instituido, que no es más que la cosa establecida, las normas vigentes, que para
el caso de Aldeas están en los manuales, lo que dice el modelo, lo que se debe aprender. Lo
instituyente, vaciándose de la significación de instituir, en el sentido de fundar, crear, transformar
un orden antiguo en otro nuevo, lo cual estaría dado por un movimiento que lo hace la misma
condición de ser un grupo vivo y los constantes cambios que emergen. El concepto de
transversalidad, por último, que ayuda a comprender la dificultad de las personas en lograr
universalidad en el conocimiento del medio en que viven pues siempre la experiencia es más amplia
que quien la narra. Se define, según Guattari (s.f retomado por Dabas 2001), por la oposición a la
verticalidad, estructura piramidal del organigrama y la horizontalidad (relaciones más o menos
informales); la transversalidad tiende a realizarse cuando se efectúa una comunicación máxima
entre los diferentes niveles y en diferentes sentidos. Se compone en el basamento de la acción
instituyente, en la medida en que toda acción colectiva exige un enfoque dialectico de la autonomía
del agrupamiento y de los límites objetivos de esa autonomía. Aspectos que interesan co-construirse
en las narrativas conversacionales al mismo tiempo que se logren resignificar desde lo más rígido
que es lo instituido.
Perspectiva de las Narrativas
La comprensión de lo que se entiende por realidad en el modelo sistémico se haya influida
por la perspectiva posmoderna donde las orientaciones propias de una cibernética de segundo orden
han sido cruciales en la evolución de las elaboraciones que han orientando la psicoterapia desde un
marco narrativo, en este sentido el conocimiento no es representación o reflejo de la realidad como
en la tradición moderna, si no una adaptación funcional del sujeto donde los seres humanos en tanto
sujetos experimentan el mundo construyen e interpretan la realidad, en esta orientación el
observador construye, hace, “pare” una observación (Maturana 1978 citado por Anderson 1997) de
modo que:
El conocimiento es un compendio de los conceptos y las acciones que uno considera exitosos desde el punto de vista de los propósitos que uno tenía en mente… la realidad y por lo tanto el conocimiento son construidos e interpretados personalmente, el mundo en el que vivimos no es descubierto si no inventado. (Von Glasersfeld, 1984 citado por Anderson 1997, p. 92)
Esta postura hace parte de algunos referentes que atañen al socio construccionismo y que con
relación al fenómeno de investigación implica asumir que las familias que se organizan dentro de
un contexto de protección con unos presupuestos o condiciones especiales, se configuran a modo
de versiones que existen y confeccionan en una construcción social particular, las cuales están
presentes en las narraciones y comprensiones de las experiencias y los dilemas de los miembros del
programa de Aldeas SOS sobre la configuración de vínculos en las familias sustitutas permanentes
y las voces de los actores de diversos contextos sociales.
La pregunta por el sujeto de cómo conoce y da cuenta de su experiencia cognoscente en el
pensamiento moderno es punto de inicio para ver un cambio en el concepto de realidad pues en
dicho proceso no existe una perspectiva más valiosa que otra, como lo afirma Gergen (2009, en
conversación con Cisneros), por lo contrario se reconoce que existen múltiples posturas o versiones
de la realidad, lo cual también Maturana (1996) resalta al afirmar que no existe un acceso
privilegiado a la realidad y por lo tanto una única descripción de esa realidad por parte de un sujeto
“la realidad es lo que él o ella hacen al validar sus explicaciones de la praxis de vivir, y que al
hacerlo él o ella, producen tantos diferentes dominios de realidad como diferentes dominios de
entidades que están constituidos en su acto de explicar” Maturana (1996, p. 73). Situación que
plantea una alternativa epistémica y ética en cuanto a la forma como constituimos el conocimiento
que invita a tomar distancia de epistemes absolutas o permanentes en relación a la naturaleza y la
vida, y si ampliar la mirada hacia una perspectiva de versiones donde existen todas las razones para
hablar con los extraños. Sin embargo es razonable pensar que la falta de fundamentos últimos para
la perspectiva propia invita a la curiosidad y a cierto grado de humildad considerando los propios
puntos de vista (Gergen en conversación con Cisneros, 2009)
Al respecto Duque, Laverde y Rubiano (2009) afirman que la posmodernidad permite
deconstruir el método científico comprendiendo que no sólo hay una ilusión de objeto observable
sin el riesgo de ser modificado por el observador, refiriéndose a que la realidad se crea en el
encuentro con el otro en donde se co-construyen mutuamente. Como construcción narrativa la
realidad depende del lenguaje de los sujetos que ponen en juego sus ideologías y significaciones
para definirla. En este sentido no está fuera de quien interactúa, siendo más aún parte de aquel que
la recrea.
Esto va en contra sentido con la ciencia moderna, que espera lograr conceptos teóricos
universales para producir verdades absolutas, queriendo controlar y adelantarse a los eventos. Pero
en esta intención científica se pasa de lado el que configura la experiencia y atraviesa toda la
actividad como seres sociales, pues se construyen aparatos conceptuales por y para otros, pasando
rápidamente por contado el lenguaje. (Duque y Colbs, 2009)
Tal y como diría Estupiñan y Colbs (2006):
El significado de cualquier experiencia depende del lenguaje, concebido no como mecanismo de apropiación de un mundo externo, sino como el origen mismo del proceso de establecer distinciones que dan lugar a un mundo, es decir, que no refleja una realidad social pre-existente, sino que la constituye. (p. 48)
De manera que no existe un antes que por medio del lenguaje se identifique y “salga a la luz”,
sino un ahora que se crea y emerge gracias a él, hilado por la experiencia actual de los actores
que permiten que surja y desde los cuales se interpreta el mundo. Esta comprensión para el
caso del fenómeno de estudio involucra activamente a todos los convocados, incluyendo a los
propios investigadores-interventores, y permite incluir la incertidumbre como un factor que
va a mantener activos los constructos que se realicen en relación al mismo, pues de hecho se
paso de comprender como operadores de las narrativas vinculares tres aspectos iniciales
(identidad familiar, pertenencia y permanencia) para permitir la inclusión de un cuarto, que
solo es posible en un tipo de estudio complejo como estos y donde el lenguaje es el
posibilitador de las realidades.
La Narrativa Conversacional
La narrativa se aprecia como una producción mental discursiva de naturaleza interpersonal
que solo tiene existencia en un proceso interpersonal de construcción discursiva y como tal es
inseparable del contexto cultural donde ocurren como los anota (Estupiñan y Colbs 2006)
Acordando la narrativa como una matriz fundamental que organiza modos en que pensamos
e interactuamos unos con otros Ochoa (1997 citada por Estupiñan y Colbs 2006), desde la
perspectiva sistémico-construccionista que se acoge, prefiere comprender la narrativa como un
producto emergente de la conversación social, y en este sentido se considera como una co-
construcción entre interlocutores o co-narradores. Por lo tanto la conversación se aprecia como una
interacción social viva que mantiene una dinámica de salida y retorno que se encuentra situada,
como un espacio de coordinación de los significados posibles atribuibles a los eventos acciones y
experiencias vividas y por ende como espacio relacional y simbólico para la organización de la
memoria y sus proyecciones en el horizonte de futuros, donde por medio de la acción de co-narrar
para re-conocerlos y re-construirlos tanto en los significados representados-vividos, como en sus
sentidos relacionales funcionales para una organización social. (Estupiñan y Colbs 2006)
Podemos entonces comprender la narrativa como una narrativa conversacional, donde hay
una presuposición cognitivista construccionista de una base narrativa del conocimiento y de la
acción personal, y por otra, destacar el papel de los sistemas de significación y organización social
(Estupiñan y Colbs 2006)
Entonces la narrativa conversacional por una parte refiere a situaciones y escenarios
sociales comunicacionales en la que los interlocutores hacen preguntas y comentarios y además
contribuyen explícitamente a un relato en desarrollo; y por otra, en cuanto a la dimensión
experiencial de la construcción narrativa del sentido y organización de los acontecimientos y
experiencias vividas, donde la producción interactiva de la narración mantiene y transforma a
personas y narraciones como lo señala Ochs (1997, citada por Estupiñan y Colbs 2006), “lo que
pensamos de nosotros mismo y de los demás está influido por el contenido del mensaje de los
relatos narrados en conjunto y por la experiencia de trabajar juntos para construir una narración
coherente” (p. 53)
Esto permite entender que el proceso narrativo conversacional queda implicado en la
concepción de la narrativa, en este proceso se construyen y relatan los viejos y nuevos relatos, en
esta interacción conversacional efectiva se verifica y procede (o no), el proceso co constructivo de
coordinación y negociación de significados de acciones con base en aquellos, cuyos efectos pueden
ser apreciados como satisfactorios o no (Estupiñán y Colbs 2006)
Se comprende entonces la narrativa conversacional como un fenómeno de comunicación, en
el que se nos posibilita estudiar tanto las diversas producciones discursivas (el texto) de los sistemas
sociales lenguajeantes personales, familiares e institucionales, como la conversación o contexto del
texto, y sus interacciones reciprocas Estupiñan y Colbs (2006) sucediendo que se nos constituye y
constituimos el mundo en la actividad conversacional. (Shotter 1993).
Intervención Narrativa
Es necesario aclarar que hay diversos principios organizadores y operadores del paradigma
sistémico en el cual está inmersa la narrativa y algunas de estas como el aconexionismo,
autorreferencia, y contextualidad de manera simultánea generan un proceso emergente del
participante / observador en los escenarios conversacionales. El observador se entiende como una
organización lenguajeante cuya ontología de su realidad es co-creada con otros en el proceso de sus
interacciones conversacionales donde el observador no existe en el sentido del realismo, sino
disposiciones de observación y cada una corresponde a su propio sistema cartográfico donde la
realidad se convierte en una explicación de la experiencia (Setengers I 1998 citado por Estupiñan y
Colbs 2003).
En esta línea de pensamiento algunos de los aspectos que le caracterizan implica asumir que
la ciencia parte del asentimiento a un relato o a una narración con cierto grado de fuerza retorica
(Booth, 1974; Lyotard 1984 citado por Shotter 1993), por lo que lo esperado es ver el mundo social
reproducido en sus límites y rodeado por el caos. Actividad que solo puede ser estudiada desde la
participación y no como un observador externo. (Giddens, 1984; Prigogine y Stengers 1984 citados
por Shotter 1993)
En este sentido según Gergen (1996 citado por Estupiñan y Colbs 2003) al asumirse la
narrativa como elemento estructurador de la existencia, se está necesariamente aceptando la
naturaleza inherentemente dialógica de la misma, la narrativa resulta inseparable de una matriz de
relaciones, por lo tanto en esta postura la compresión no se funda en la representación individual si
no que se constituye en la acción interpersonal. Es decir en el ámbito social, que permite
comprender las dificultades humanas como sucesos que se movilizan en un dominio socialmente
lingüístico, sin que ello implique desconocer la presencia de un individuo con autonomía, que se
define así en gran medida gracias a los otros.
En la práctica y como ya se mencionó, estudios como los realizados por Cuellar y Peña
(2000) y Fernández, Pardo y Orozco (2001) en la línea narrativa de la universidad Santo Tomas,
muestran cómo este enfoque es utilizado con buenos resultados para la intervención. En el caso del
primer estudio la investigación facilita la emergencia de nuevas narrativas en torno a la posibilidad
de co-crear propuestas para la dinamización del modelo de intervención; del desentrampamiento de
la lectura que se hacía de la estructura organizacional jerárquica inicial trascendiendo de un “juego
de poder” a un juego para fortalecer los procesos institucionales; se reconoció que existe una
relación directa de los procesos individuales en interacción con los institucionales y la importancia
de la participación de los actores involucrados para el desarrollo institucional. Así mismo se
reconoce como aporte de la investigación el ejercicio de consultoría sistémica a una organización,
siendo necesario pasar siempre de mecanismos Técnicos a mecanismos de Conocimiento, ya que el
riesgo con este tipo de instrumentaciones en algunos tipos de contextos es que se vea como una
técnica más, por lo tanto el mecanismo reflexivo debe referenciarse a procesos de conocimiento con
capacidad autorreflexiva, autonarrativa y co-constructiva para que la propuesta sea interiorizada,
pues la esencia es encontrar la naturaleza de los procesos humanos.
En el caso del segundo estudio, el enfoque investigativo resalta la investigación contextual
en tanto que abordo la construcción social de la realidad, desde una metodología de narrar
reflexivamente en donde se comprende las conexiones emergentes entre el contexto y escenario
circunstancial de las prácticas discursivas entre los sistemas participantes. Este estudio permite
vislumbrar la recursividad de los procesos conversacionales pues en sus conclusiones dan cuenta de
una co-construcción permanente y recursiva entre las familias, los equipos reflexivos y los
terapeutas, movilizando procesos que en unos contextos y escenarios específicos posibilitaron el
surgimiento de nuevos relatos y significaciones en los sistemas participantes en cuanto al motivo
inicial de consulta las familias, y en cuanto a la comprensión de los dilemas humanos que impactan
las narrativas, donde se entiende por qué ellas son en si las posibilitadoras de la construcción de la
realidad. (Fernández, Pardo y Orozco, 2001). De manera que para la intervención en el fenómeno
de estudio favorecer la emergencia de narrativas subdominantes que permitan los procesos de
autonomía y desarrollo en la contrucción narrativa del vinculo es posible en la medida que se
organicen escenarios reflexivos y metareflexivos que viabilicen la inclusión de la mayoría de voces
y que permitan que los dilemas aparezcan como lo que son, humanos y propios a los sistemas.
Proceso Narrativo De La Construcción De La Realidad
Shotter (1993) habla de un énfasis dialéctico tanto en la construcción de nuestras realidades
como en el hecho de que ellas nos construyen. Las formas ordenadas de hablar componen nuestras
formas de explicarnos y entendernos y de hacer lo mismo con nuestro mundo, en este sentido es
importante retomar al autor cuando afirma “la vida diaria se arraiga en el encuentro oral y el
discurso mutuo, se vive en una atmósfera de conversación, discusión, argumentación, negociación,
critica y justificación”(p. 106) atravesado en esencia por la palabra, por relatos que se configuran a
través de la experiencia en un marco espacio temporal. Por lo tanto una comprensión de la acción
humana difícilmente puede proceder de otras cosas que no sean razones narrativas. Por otro lado
entre un relato y otro no existe uno mejor, al ser singulares, en cambio se debe atender a los efectos
reales de esas historias que constituyen las vidas de las personas. Pues como diría Sarbin (1969,
retomado por Gergen 1996), en el ser humano narrativa y existencia son indisociables y es por esta
indisociación que resulta la fuerza creativa de la experiencia construida narrativamente, haciendo
referencia a un plano cibernético.
Se observa que el modelo narrativo es social y permite poner en evidencia la presencia de
formas discursivas dominantes que terminan desembocando en lo singular y en ocasiones puede
obstaculizar la emergencia de interpretaciones o significados alternativos, en lo que White (2002, p.
28) anota, de la siguiente forma: “estoy interesado en lo que las personas determinan que son sus
maneras preferidas de vivir y de interactuar consigo mismas y con los demás”, existiendo siempre
un reservorio de historias alternativas acerca de cómo podría ser la vida. De lo anterior se puede
comenzar a concluir que la narración, o el relato como lo enuncia Ramos (2001), vehiculiza una
versión de un mundo que tiene mucho del mundo compartido, dando cuenta de la posición en ese
mundo para la persona que lo narra y su posición ante los que están (o lo podrían estar) escuchando.
Por lo tanto la narrativa es el discurso de la mente, la forma como se hace vida a través de
los significados construidos en la experiencia cotidiana, donde el ser humano modifica el mundo y a
su vez es modificado por éste, allí surgen los significados y sentidos que se le otorgan a ciertas
experiencias permitiendo que el ser humano se encuentre con otros, evidenciando la relación
constante entre el plano cognitivo y el pragmático. Bruner (1991) reafirma esta idea retomando a
Rosaldo (s.f) cuando sostiene que nociones como las del “yo” o “el afecto”, no surgen de una
escena interior relativamente independiente del mundo social, sino de la experiencia en un conjunto
de significados, imágenes y vínculos sociales, en el que toda la ecología se encuentra
inevitablemente implicada. El contexto juega entonces un papel central ya que solo se pueden
comprender los principios que rigen la elaboración y la interpretación de los significados en la
medida en que se es capaz de especificar la estructura y coherencia de los contextos más amplios en
que se crean y trasmiten significados específicos.
Los Vínculos Y La Narrativa En Un Contexto De Protección
El significado de cualquier experiencia o interacción solo puede provenir de su
posicionamiento relativo a sus contextos de sentido, entendidos como las construcciones discursivas
de la experiencia (relatos), como el proceso relacional narrativo conversacional del cual forman
parte, en el cual y para el cual se estructuran y se relatan. La inteligibilidad de la propia experiencia
y la de otros depende de estos contextos desde donde se interpreta. Atribuir significado a una
experiencia en el seno de una comunidad de interlocutores implica hacerla inteligible para dicha
comunidad, y es en este sentido que el lenguaje es concebido no como un mecanismo de
apropiación de un mundo externo, sino como el origen mismo del proceso de establecer distinciones
que dan lugar a un mundo (Estupiñan y colbs, 2006).
Muchas familias han estado vinculadas con sistemas amplios a lo largo de varias
generaciones en diversos momentos de su ciclo vital: instituciones educativas, religiosas, culturales,
sociales, centros de salud, entre otros; como parte de procesos que buscan enfrentar situaciones
asociadas al desarrollo individual y el bienestar familiar, Imber-Black (2000). En este proceso se
identifican una serie de problemas en el vínculo asociado a múltiples causas, que al realizarse un
seguimiento cuidadoso al contexto en el que se inicia la relación familia- sistema amplio permite la
emergencia de algunas pautas propias de la primera y que se activan cuando se inicia una relación
con dicho sistema. Mientras que otras pautas operan a la inversa (del sistema a la familia),
apreciándose el papel dinámico en el que juega la idiosincrasia tanto de la familia como de la
institución. Cyrulnik (retomado por Hernández y Bravo, 2009) enriquece la comprensión de la
conexión entre vínculo afectivo, psicopatología e intervención transdisciplinaria con la familia,
desarrollando además la noción de resiliencia, cuyos aportes pueden ser muy significativos para
comprender e integrar las experiencias traumáticas como parte de una vida con posibilidades,
siempre y cuando el llamado “tejido social”, sea visto también como un dominio donde son
inseparables las dimensiones biológicas, psicológicas y socioantropológicas del ser humano, dado
que una importante característica de este contexto es que las personas incorporadas al programa dan
cuenta en sus historias de vida de afrontado dilemas vitales. Cabe resaltar que el autor ha realizado
estudios sobre la resistencia al trauma y los sucesos desestabilizadores como las perdidas y las
separaciones, así como la capacidad para enfrentarse a las dificultades y la adaptabilidad. La postura
del autor respecto de la relación entre el vínculo y el significado facilita definir el trauma como la
interacción mental que permite, lo que el autor llama, una alternancia o intermitencia del vínculo,
llenándose la experiencia dolorosa con una figura desconocida que cumple el propósito de ajustar.
Es así que el cambio de mundo provoca una adaptación del comportamiento sin conciencia,
entonces el trauma en un niño se entiende a partir de la existencia de una representación que le
permita generar vínculo, la no presencia implica el que no haya una elaboración.
Cyrulnik (retomado por Hernández y Bravo, 2009) afirma que la narración permite volver a
coser los trozos de un yo desgarrado, también anota que los relatos que se sostienen pueden
procurar desarrollar un estilo que divida en dos partes la historia de una situación confusa y
agonizante en el psiquismo a una viva que se convierte en fuente de luz y alegría, este tipo de
relatos se califican como escindidos, porque marcan una diferencia. Es así que la narrativa
conversacional, refiere a situaciones y escenarios comunicacionales en las que los interlocutores
hacen preguntas y comentarios, y además contribuyen explícitamente a un relato en desarrollo; y
por otra, en cuanto a la dimensión experiencial de la construcción narrativa del sentido y
organización de los acontecimientos y experiencias vividas, destaca el hecho de que la producción
interactiva de la narración mantiene y transforma a personas y relaciones. Situación que puede irse
en apertura o cristalización dependiendo, entre otros, de las narrativas institucionales y familiares
que orientan el curso de las relaciones y por lo tanto de los vínculos.
Al respecto el estudio realizado por Garzón y Pulido (2009) permitió encontrar las bases
metodológicas para realizar intervenciones en contextos no clínicos, como instituciones educativas,
que relacionado a el contexto del presente estudio Aldeas da una perspectiva de cómo se pueden
generar procesos de cambios a nivel de consultoría e intervención sistémica, no solo a familias sino
a contextos y sus diversos actores; además este estudio permitió comprender la adición como pauta
y rastrearla desde las secuencias comunicacionales repetitivas en diversidad de contextos, que
permiten su construcción y su mantenimiento, que con la ayuda de los diseños interventivos en
donde se generaron escenarios conversacionales reflexivos, movilizaron elementos semióticos de la
narrativa, como son el acontecimiento, la experiencia, la historia y la memoria. Este estudio además
da una comprensión del vínculo desde la generación de rituales de intervención con el fin de buscar
la consolidación de nuevas narrativas haciendo participes no solo a los investigadores
interventores, sino a la ecología de contextos presentes en dicho proceso.
Autonomía y Adaptación
Un aspecto que puntualmente se debe analizar dentro de este apartado de los vínculos y la
narrativa en un contexto de protección, tiene que ver con la capacidad autónoma y de adaptación de
los niños, niñas y jóvenes que pertenecen a las familias de Aldea, pues este es el fin último que se
espera desde lo que se percibe desde la misma organización, en el Manual de Aldeas en lo referido
al joven que desean formar, y en general de la semiótica que la sociedad ha construido en relación a
ser adulto formando parte integral de una comunidad. Tal y como a su vez se describe dentro del
mismo fenómeno de estudio cuando se expresa, de manera resumida, que este es la construcción
narrativa del vinculo asociada a la construcción narrativa de posibilidades de bienestar y autonomía
en los miembros de las familias de Aldea.
Así para Hernández y Bravo (2010, retomando a Miermont 1995, p. 311) la autonomía es
entendida como “la capacidad de un sistema complejo para organizar por sí mismo sus propios
comportamientos, para autodeterminarse, constituir, organizar y administrar sus propios recursos, y
sobre todo para intercambiar signos de reconocimiento de esta autodeterminación en los contextos
vitales que habita y que contribuye a crear” (p. 19).
Lo que significa que la libertad es una emergencia y la autonomía surge de todas las
dependencias que se tienen y han construido, como lo son los vínculos con los sujetos más
representativos afectivamente de los cuales se necesita ser reconocido y amado, hasta situaciones
sencillas como escribir y hablar, parte todas de asimilar una cultura cada vez más diversificada para
tener autonomía. Entonces, la autonomía es parte de la dependencia por lo que solo puede ser
connotada en el terreno vincular (Hernández y Bravo, 2010). En esa línea surje para el fenómeno de
estudio la comprensión a cerca de que los diferentes referentes que tienen los niños, niñas y
adolescentes como lo son la propia institución, su familia biólogica y su famila de Aldea; sí trabajan
en coordinación pueden lograr la construcción de mayor autonomía en ellos que si se desencuentran
en los acompañamientos grupales, como suele suceder hasta el momento, pues estos menores de
edad tienen mayores posibilidades de anclaje a grupos sociales que pueden ser un soporte
importante en sus vidas y en esa medida la autonomía y la adaptación puerde emerger de manera
más posibilitadora.
Figura 7. Proceso Recursivo de los Referentes Teóricos
METODO
En este aparte del texto se explica la metodología y epistemología de la cual se parte para el
desarrollo de una perspectiva de índole investigativo-interventivo, que retoma algunos de los
planteamientos expuestos en el marco teórico. En primer lugar, se expone la Perspectiva
metodológica, con base en los referentes epistemológicos del paradigma sistémico construccionista
complejo que guía la investigación-intervención, profundizando en la metodología cualitativa como
principal herramienta de la perspectiva investigativa-interventiva, la teoría de los sistemas
observantes y el proceso narrativo conversacional este ultimo estrategia pragmática del proceso
interventivo que atraviesa y dinamiza la experiencia humana organizándose a través del lenguaje.
Le sigue el sistema conceptual, con los conceptos metodológicos de la línea de
investigación y los propios del estudio que se relacionan con el enfoque y los propósitos de la
investigación-intervención.
Posteriormente, se presenta el contexto de investigación-intervención, con aquellos
presupuestos generales, los actores involucrados, los procesos que desarrollan y que han venido
configurando así como los criterios de inclusión y otras prácticas organizacionales.
Finalmente, se presentan el diseño de los escenarios de investigación-intervención, los
cuales dan cuenta de la relación entre el sistema conceptual y el horizonte de estrategias de
investigación, presentándose las fases desarrolladas en el estudio con sus respectivos objetivos,
estrategias y focos, así como la categorización y organización de la información emergente en
dichos escenarios.
Perspectiva Metodológica.
Esta investigación se desarrolla desde una estrategia que es propia de la comunidad de
posgrados de la Universidad Santo Tomas la cual se ha venido configurando como parte del
quehacer en la construcción del conocimiento que entra en concordancia con una tradición de la
psicológica clínica general y de la psicoterapia sistémica en particular Estupiñán y colbs (2003) que
corresponde a la orientación investigativa-interventiva; perspectiva que propone reconocer los
efectos interventivos de las acciones investigativas, algunas de las cuales están deliberadamente
intencionadas a movilizar cambios terapéuticos en la configuración narrativa de la experiencia de
las personas, la historia familiar o de sistemas vinculados; con un propósito de propiciar
transformaciones en estos modos de organización experiencial y relacional en los contextos socio
familiares que pueden hacia configuraciones de historias y experiencias de vida satisfactorias.
Esta metodología parte de la conjugación de los principios ontológicos sobre la naturaleza
del conocimiento y de la perspectiva epistemológica de los sistemas observantes asimilados de las
corrientes paradigmáticas del constructivismo social y del construccionismo (Estupiñán y colbs
2003).
En este sentido “comprender el comportamiento humano es esencialmente comprender los
sistemas interpretativos utilizados por los sujetos en el sentido de desarrollar y dar significado a sus
experiencias” (Concalvez 2002, citado por Estupiñán y colbs 2006, p. 50). “…lo que implica para
un proceso que conecta lo formativo investigativo e interventivo; orientado a la búsqueda
simultanea recursiva de comprensiones y explicaciones de los fenómenos y procesos propios del
campo del proyecto a su vez que a la creación de alternativas éticas y pragmáticas para los dilemas
y vicisitudes humanas que se construyen y emergen entre los sistemas humanos como son las
familias y sus contextos ecosociales” (Estupiñán y colbs 2003, p. 65).
Esta estrategia sistémico – construccionista se caracteriza por hacer comprensible los
procesos y como tal que generen alternativas viables en la transformación de la vida, de los equipos
y de las comunidades organizadas; por ello esta perspectiva asume un reconocimiento de las
miradas compartidas de los observadores y las imbricaciones posibles; y la simultaneidad de los
procesos de cambio producidos por el acto interventivo con los procesos de explicación /
comprensión, surgidos de niveles descriptivos, reflexivos y coevolutivos presentes en la
conversación de los participantes entre otros (Estupiñán y colbs, 2003).
Una característica de esta perspectiva es la practica reflexiva donde para un practicante
tanto sus procesos de investigación como sus intervenciones se dan siempre en tanto partícipe en
interacción, por lo tanto investigar no es concebido como recoger información acerca de un sistema
familiar al que el terapeuta observa desde una posición idealmente distante asumiendo el poder
entender una dinámica de interacciones en la familia que precede y excede a sus propias
intervenciones, intervenir tampoco es un acto independiente de la investigación basada en
información obtenida con anterioridad acerca de una dinámica subyacente organizada en términos
causales. Desde la perspectiva de un participante en interacción que reflexiona como parte de su
práctica interactiva, investigación e intervención se alimentan mutua y circularmente y se vuelven
dos modos posibles de describir la interacción como totalidad. El acto fundamental es distinguir, en
palabras de Bateson la “noticia de la diferencia”, que se acompaña de un tipo de conocimiento en
acción que tiene como lema conocer desde, al que se accede solo cuando se está en el contexto
donde ejercita el tipo especifico de practica en el que ha desarrollado cierta experiencia o condición
de experto (Shotter 1993, retomado por Delgado 1995). Esta experiencia se acompaña de una
práctica reflexiva donde el terapeuta tiene un repertorio de metáforas diversas que organizan la
reflexión y acompañan la práctica.
La necesidad de una praxis reflexiva se funda en el hecho de que todo lo que observamos lo
hacemos como participantes que no tienen un acceso privilegiado ni a una realidad por fuera de
toda observación, ni a observar las condiciones de su propia observación y sus propias restricciones,
condicionamientos y presupuestos, porque toda intervención es también una intervención sobre
nosotros mismos y toda investigación es, en cierta medida, el descubrimiento de nosotros mismos.
(Ibañez 1990, retomado por Delgado 1995)
Investigar-intervenir se constituye entonces en un proceso recursivo, un dialogo permanente
entre investigación e intervención, un proceso circular desarrollado sobre principios reflexivos que
conectan a los seres humanos de manera recursiva y generativa que conduce a la construcción del
conocimiento de modo que convoca y concierta las diversas voces dentro de espacios prediseñados
que son participativos, reflexivos experienciales y conversacionales desde posturas auto -exo-
referenciadas del investigador interventor que invite al acople emocional y lingüístico de los
participantes (Estupiñán y colbs, 2003). Para tal fin se ha diseñado un dispositivo caracterizado por
organizarse como espacios conversacionales con un sentido de escenario conversacional, tema que
posteriormente se retoma en este capítulo.
Consideraciones acerca del Proceso de Investigación-intervención
Cuando se habla de un enfoque de investigación-intervención nos referimos a una estrategia
sistémico construccionista propia para generar procesos humanos donde se asume una
epistemología, en la que se reconoce plenamente las miradas compartidas de los observadores y las
imbricaciones posibles entre éstas. En este sentido, el conocimiento con las familias es una
construcción social de las realidades humanas elaboradas por personas, parejas, familias y
colectivos. Donde se aprecia un carácter emergente del conocimiento y de las realidades sociales
que invita a que los actores en los escenarios coinventados, den sentido a sus propias explicaciones
en las situaciones y contextos concretos; siendo los acontecimientos de la vida de carácter temporal
e histórico, donde el comprender es un proceso, un acontecer y no meramente una acción
individual de la subjetividad de manera que las intervenciones se ubican en un campo de razón
práctica o razón experiencial; que es una razón preñada de tiempo, historia y de lenguaje, de
sentimientos y valores donde finalmente el sentido es construido no impuesto (Anderson, 1997).
Así la intervención es concebida como un acontecer narrativo conversacional desarrollado
en un tiempo y un espacio con estructuras propias de la trama de la experiencia humana. La
simultaneidad de los procesos de cambio producidos por el acto interventivo con los procesos de
explicación, surgidos de los niveles descriptivos, reflexivos y coevolutivos presentes en las
conversaciones de los participantes. La relatividad de los roles asumidos en el proceso de
investigación en el cual el investigador puede ser interventor si hace las distinciones del nivel del
rol en la observación situación también similar para el consultante quien juega un papel de
observador participante en la construcción del conocimiento y por lo tanto tiene un carácter de co-
autor. La modelización de los procesos cognitivos en su relación permanente con los procesos
emocionales, como modo de construir conocimiento, de tal manera que una explicación
comprensiva es aquella que es generatriz por la sinergia desplegada en el ámbito de la
fenomenología experiencial de sus autores.
La validez del conocimiento está dada por el carácter transdisciplinar de su construcción y
por lo tanto por el impacto social generado. Esta perspectiva se fundamenta en la teoría de la
observación que parte de la segunda cibernética (constructivismo sistémico) y en los enfoques de
análisis conversacional y del constructivismo ecológico (constructivismo social), en este sentido un
punto de comprensión para el proceso radica en la constitución de un estatuto para la construcción
social de la realidad, dicho estatuto esta en relación con el modo como definimos los escenarios y
las escenas propios para la generación de conocimiento.
En este sentido, se propone reconocer los efectos interventivos de las acciones
investigativas algunas de las cuales están deliberadamente intencionadas a movilizar cambios
terapéuticos en las configuraciones narrativas o historias familiares de la experiencia de dichos
sistemas sociales estructurados, mediante la co-construcción de configuraciones o relatos
novedosos, desde escenarios diseñados para estos fines. En este mismo sentido se mantiene una
comprensión de los procesos narrativos (contextuales, relacionales y conversacionales) desde
movimientos en la narrativa de carácter recursivo y reflexivo con el fin de originar, mantener o
transformar los fenómenos investigados e intervenidos. (Estupiñan y Colbs 2003).
Sistemas Observantes
Dentro de la perspectiva sistémico construccionista que se sustenta en la teoría de los
sistemas observantes de Foerster fundamentada en la segunda cibernética y en los enfoques del
análisis conversacional y del constructivismo ecológico (constructivismo social), la observación da
forma a lo que es, los observadores influyen e interpretan lo que estudian es así que las distinciones
no están allí afuera sino en el observador, entonces lo que hasta un momento se había considerado
sistemas independientes del observador aparecen ahora dependientes del observador o de lo que
Von Foerster llamaría sistemas observantes, a través de la idea de la reflexión como proceso
cuestiona la idea de realidad objetiva, estas dos ópticas sobre lo observado son la preocupación
central en la constitución de un estatuto para la construcción social de la realidad, dicho estatuto
esta en relación con el modo como definimos los escenarios y las escenas propios para la
generación del conocimiento donde en la medida en que se trazan distinciones se participa de la
construcción del sistema ( Estupiñan y Colbs 2003).
El sistema ya no está fuera del observador, sino que es trazado por él mismo, mejor aún, el
sistema se constituye en un concepto o categoría generador de formas de relación. En donde se
entiende que tanto el fenómeno a ser explicado como el mecanismo generativo son propuestos por
el observador en el flujo de la praxis del vivir y, como tales, le acontecen como experiencias que
provenientes de la nada, se originan en él. “todo lo dicho es dicho por un observador” (Maturana
1992 citado por Estupiñan y Colbs 2003). En este sentido todo fenómeno, entendiendo este
concepto como una producción compleja de la adaptación que realiza la vida con la generación de
un conocimiento de acoplamiento, es un fenómeno cognoscitivo “…que surge de la observación
cuando el observador opera en el lenguaje para explicar su praxis de vivir, esta observación no
revela una realidad independiente, si no constituye lo observado como una configuración de
coordinaciones consensuales de acciones en el lenguaje… así la existencia de los observadores
mismos está constituida en las distinciones del observador en la explicación de su praxis de vivir”
(Maturara 1996, p.92), lo que permite comprender cómo se redefine el sistema desde una
cibernética de segundo orden, donde se aprecian tres conceptos que Foerster plantea y a los que
había asignado funciones: el observador, el lenguaje, y la sociedad; el observador hace la
descripciones, el lenguaje es usado por los observadores para conectarse y la sociedad es creada por
ellos en el uso del lenguaje. (Estupiñán y Colbs 2003).
En este sentido se asimila la idea de sistema como principio paradigmático para construir
los mundos mentales ya que es puesto en marcha por el observador que opera mediante procesos de
distinción. Ahora bien estas operaciones se inscriben en una cultura dada, la cual nos proporciona
paradigmas, ámbitos en donde se suscita la dinámica conversacional pues “cambiar de paradigma
es, a la vez cambiar de creencia, de ser y de universo (Morin 1992, citado por Estupiñan y Colbs
2006,)
Un presupuesto de carácter reflexivo es la inclusión del observador en la observación,
donde la conciencia de que lo observado lo construye el observador y emerge del encuentro entre
observadores, lo cual nos lleva a la idea de que la investigación o las comprensiones que se
desarrollen se harán más ecológicas en la medida en que se haga más reflexiva, (Estupiñan y Colbs
2003)
La Investigación Cualitativa
La investigación cualitativa se ha caracterizado por ser un enfoque que en cuanto a la
producción de conocimiento, brinda preponderancia a lo subjetivo en sus diferentes dimensiones
donde se parte de postulados que reconocen al sujeto involucrado en la descripción que realiza del
objeto en este sentido también termina describiéndose así mismo en lo descrito del objeto como se
retomara más adelante, situación que lleva a considerar cómo la misma investigación cualitativa se
enmarca, en un paradigma complejo a diferencia de un paradigma de simplificación en el que
impera la noción del sistema con una lógica de entradas y salidas en la que las entradas (inputs) van
del ecosistema al sistema y las salidas (outputs) del sistema al ecosistema, determinándose variables
de control por ser independientes y en el otro caso variables dependientes que se llamarían de
estado, donde se aprecia un sujeto que manipula y un objeto como lo manipulado dentro de una
aparente condición en la cual se percibe al sujeto como independiente del objeto (Ibañez, 1991).
En un paradigma complejo de cibernética de segundo orden se diferencia aparte de un nivel
tecnológico, que describe y prescribe como se hace; un nivel metodológico en el que se indaga por
el ¿por qué se hace así?, es decir la pregunta es de orden semántico, y por otro lado un nivel
epistemológico en el que se pregunta por el: ¿para quién? y ¿para qué? es decir una pregunta de
orden pragmático; que se cruzan en una horizontal con las perspectivas -distributiva, estructural y
dialéctica- situación donde se aprecia el lenguaje como un sistema informacional que es reflejo de
un sistema biológico como el familiar o el social.
Otra característica de la investigación cualitativa es la noción de participación que se
explica en el proceso de auto-observación como proceso social, en un intento de dar cuenta de esa
dimensión participativa donde es irreductible, en el sentido de todas las interacciones de las que
cada uno hace parte no pueden ser abarcadas por la observación de otro, pues cualquier otro está
limitado a su vez por su propio carácter participante, “en el mismo momento que nos observamos
mutuamente damos cuenta de nuestra propias cegueras a través de la mirada ajena, somos ciegos a
aspectos de la interacción en la que estamos envueltos y que condicionan nuestra mutua
observación, observación y auto-observación, en tanto procesos que se dan desde un dominio
participativo se vuelven parte de ese mismo dominio, configurando un fenómeno auto-referencial”
(Pakman s.f, citado por Delgado 1995, p. 40) situación que implica una preponderancia del
dominio de lo participativo con respecto al dominio de observación.
Continuado con el presupuesto donde el observador participa de la observación como
constructor de realidades se brinda importancia a los mecanismos cognitivos involucrados en esa
construcción y al lenguaje entendido desde un perspectiva más que todo biológica, que el
constructivismo social centró en la exploración de esas realidades construidas desde una orientación
critica, social e ideológica, cimentada en la noción de narrativa. “Esta noción de lo narrativo
permite entender la interacción social al centrarse en el texto como objeto de estudio” (Pakman s.f
citado por Delgado 1995, p. 35), aspecto que la terapia familiar enfocó en el discurso como el
producto interpersonal de una conversación, como una co- construcción; “comprensión que
permitió superar la descripción (objetivista) de la familia como sistema observado, así como la
atención excesiva a los procesos subjetivos individuales determinantes de las acciones terapéuticas”
(Sluzki 2000, citado por Delgado, 1995 p. 57) conformándose un nosotros en la conversación que
reemplazó la polaridad terapeuta-paciente o familia, expresándose narrativas a través de las cuales
tanto “problemas” como “soluciones” se hacen “reales”, abren y cierran posibilidades de acción,
que determinan las luces y sombras de la vida cotidiana. (Pakman s.f, citado por Delgado, 1995)
Para evitar que la noción de narrativa retome las concepciones de cierre y univocidad
propias del discurso objetivista, se mantiene la primacía del criterio de la dimensión participativa
que se interesa por la polifonía buscando ampliar los aspectos verbales de la experiencia en la
construcción de realidad reorientando la noción representacional del lenguaje; interpelando a la
historia, que desde el paradigma narrativo se enriquece con una versión mas batesoniana de la
historia, donde la realidad se construye desde tres dimensiones históricas que se distinguen: las
historias que contamos a manera de intercambios verbales cotidianos; las historias de las que somos
parte dentro de eventos interactivos en los que participamos que pueden ser organizados entorno a
diferentes aspectos de la experiencia y unas ultimas que son las historias encarnadas comprendidas
como precipitados formales biológicos y culturales los cuales van desde elementos muy generales
como nuestra estructura de especie, que se puede apreciar en las diferencias de género a situaciones
más particulares, como las maneras de caminar de hombres y mujeres en una cultura patriarcal o
una de índole matriarcal. (Pakman s.f, citado por Delgado, 1995)
En este sentido, el enfoque cualitativo de investigación es por su propia naturaleza un
modelo de generación de información que toma distancia de los métodos “objetivos”
cuestionándose sobre la generación de conocimiento que cuando opera en contextos familiares o
sociales, el conocimiento que emerge es de naturaleza dialéctica y sistémica. Entendiendo lo
dialéctico como un conocimiento producto de una recursividad entre el sujeto (sus intereses,
valores, creencias, etc.) y el objeto de estudio. Este objeto a su vez, sería visto y evaluado por el alto
nivel de complejidad estructural y sistémica, producida por el conjunto de variables que lo
constituyen. (Martínez, 2004). En este sentido, los métodos cualitativos parten del supuesto básico
de que el mundo social está construido de significados y símbolos. De ahí, que la intersubjetividad
sea una pieza clave de la investigación cualitativa y punto de partida para captar reflexivamente los
significados sociales. La realidad social así vista está hecha de significados compartidos de manera
intersubjetiva.
Según lo anterior, la investigación cualitativa puede ser vista como el intento de obtener una
comprensión profunda de los significados y definiciones de la situación tal como la presentan las
personas más que como la producción de una medida cuantitativa de sus características o conducta
como lo anota (Ruiz, 1989). En ese sentido, la investigación cualitativa es interpretativa de un
problema determinado en el que el investigador es responsable en la producción del sentido. Para el
campo clínico, la metodología cualitativa permite la adopción del modelo sistémico
construccionista constructivista complejo, tal como afirma Sluzki (2000, citado por Delgado, 1995)
permite abarcar el desarrollo o la adopción de nuevos modelos y lenguajes para poder abarcar al
complejo conjunto co-construyente del proceso terapéutico, a saber, la-familia-y-el-terapeuta-como-
sistema, inmerso a su vez en sistemas discursivos sociales y culturales más amplios.
Un criterio que se hace necesario precisar para una investigación cualitativa con orientación
investigativa interventiva con grupos familiares desde una perspectiva constructivista, son una serie
de consideraciones axiológicas con las historias que se co-desarrollan en la práctica y se realiza en
los contextos individuales, familiares o sociales, en lo pragmático, implica para lo familiar abrir
nuevas posibilidades de acción eficaz generando una diferencia mutuamente observable en el operar
de la familia; en lo ético, un respeto por la condición de los sujetos y de todos los involucrados en la
situación en juego la cual debe ser regulada a lo largo del proceso; en lo estético, toda nueva
construcción de realidad que promueve un movimiento del malestar al bienestar para los miembros
del sistema en el dominio acordado como problemático o en dominios que surjan como relevantes
en el curso de la intervención terapéutica; y finalmente en lo político, toda nueva construcción de la
realidad que ha de surgir de un proceso terapéutico como una práctica social critica, en la cual no
somos tecnócratas ciegos a nuestros propios condicionamientos sociales étnicos o ideológicos, sino
seres políticos capaces de revisar los criterios de normalidad social contra cuyo trasfondo la
patología es creada y perpetuada, en ello juega un papel de ser ecólogos que piensan globalmente
mientras actúan localmente. (Pakman s.f, citado por Delgado, 1995)
Finalmente, hablar en términos de narrativas evoca necesariamente un proceso consensual
dinámico que retoma en conjunto a todos los participantes de la conversación familias, jóvenes,
miembros de los equipos de acompañamiento y red social. En coherencia con los anteriores
señalamientos las técnicas metodológicas cualitativas empleadas en ese estudio son: revisión
documental, revisión testimonial, escenarios narrativos conversacionales con guiones a manera de
entrevista semiestructurada y técnicas de conversación con utilización de equipos reflexivos.
FIGURA SIN NUMERACION
Línea Proyecto de Investigación
Como parte de lo descrito en el presente estudio, es necesario aclarar que éste se desarrolla
dentro un Proyecto línea de investigación institucional de la Historias y Narrativas Familiares en
diversidad de contextos que forma parte del plan institucional de investigación de la familia de la
maestría en psicología clínica y de la familia de la Universidad Santo Tomas.
Los principios orientadores de este proyecto institucional son: Transdisciplinariedad e
interdisciplinariedad, Contextualidad y lenguaje, Procesos conversacionales, Autorreferencia y
reflexividad, recursividad y construcción compleja de configuraciones narrativas de la experiencia,
que se articulan dentro de los procesos narrativos y en donde los conceptos metodológicos propios
del proyecto organizan la configuración del conocimiento los cuales emergen de los procesos
narrativos conversacionales.
Proceso Narrativo Conversacional
En el contexto del proyecto, la narrativa es entendida como producción discursiva que
organiza el significado de la experiencia y sostiene patrones organizacionales de los sistemas
humanos, no solo es vista como un fenómeno y proceso, en principio de base social, si no como
dominio explicativo comprensivo privilegiado para conceptuar y abordar (intervenir y transformar)
los fenómenos y procesos de las familias en interacción con diversos contextos sociales; la
conversación como interacción social viva y abierta en su devenir, mas siempre situada como
espacio de coordinación de los significados posibles atribuibles a los eventos, como a experiencias
vividas dentro de un espacio relacional y simbólico para la organización de la memoria, así como
sus proyecciones en un horizonte de futuro (Estupiñán y Colbs, 2006).
En síntesis se asume para esta investigación la narrativa, como narrativa conversacional,
entendida en el fenómeno de la comunicación, lo que nos posibilita estudiar tanto las diversas
producciones discursivas (el texto) de los sistemas sociales lenguajeantes (personales, familiares o
institucionales) como la conversación o contexto del texto y sus interacciones reciprocas. Donde se
aprecia la conversación social como interacción social viva abierta en su devenir, siempre situada
como espacio de coordinación de significados posibles atribuibles a los eventos, acciones y
experiencias vividas dentro de espacios de índole relacional que atañen lo simbólico para la
organización de la memoria y sus proyecciones en un horizonte donde habría que llevar
permanentemente los relatos, por medio de la acción de co-narrar, para re-conocerlos y
reconstituirlos, en este sentido la narrativa conversacional por una parte refiere a situaciones y
escenarios sociales comunicacionales en la que los interlocutores hacen preguntas y comentarios y
además contribuyen a un relato en desarrollo.
De modo que se asume la narrativa en el proyecto institucional como una forma de
desplegar los fenómenos humanos en el universo del lenguaje, en disposición de recuperarlos en sus
órdenes espaciales y temporales que nos remiten a un tiempo futuro Estupiñan y Colbs (2006).
Donde lo narrativo conversacional es entendido como contexto de evocación y articulación de
relatos en la interacción conversacional entre co-narradores, los cuales se construyen, asumiendo un
particular sentido y función. Punto en el que la interacción conversacional efectiva permite que se
genere la movilización o transformación narrativa con base en el proceso co-constructivo de
negociación y coordinación de significados y acciones (Estupiñan y Colbs, 2006).
Sistema Conceptual
Conceptos Metodológicos de la Línea de Investigación
El estudio asume para los procesos de construcción y deconstrucción una serie de conceptos
propios del proyecto institucional de narrativas que es el sistema conceptual categorial del proyecto
para la investigación intervención de los fenómenos que estudia y que en el caso particular
corresponde a la construcción narrativa de los vínculos en las familias sustitutas permanentes de
Aldeas SOS y las voces de los actores de diversos contextos sociales. Cabe resaltar que todo relato
que se configura por parte de individuos o colectivos es una organización de significados, que se
otorga a la experiencia vivida dentro en un espacio y tiempo determinados, donde esas
descripciones que corresponden a esos eventos y situaciones interpersonales que se desarrollan a
modo de una trama y sus desenlaces, se califican como acontecimientos, así como el mundo
emotivo de valoraciones, interpretaciones, motivaciones expectativas que el narrador asume como
posturas de vida entendidas como experiencias, procesos los antes descritos que configuran y
cualifican de manera particular el relato dándole sentidos diversos como se amplía en detalle en los
siguientes conceptos que forman parte del proyecto de narrativas y que se asumen en el presente
estudio:
Experiencia
Entendida como la vivencia, el significado y sentidos como son vividos (interpretados) los
acontecimientos acaecidos y que definen la propia postura vivencial- existencial (identidad) de los
actores (Estupiñán y Colbs 2006). La experiencia presenta dos distinciones notorias en la base de lo
vivido y de lo narrado, la primera refiere a todo lo experienciado que incluso no se contiene desde
el lenguaje y por lo tanto no es inteligible; y lo narrado como todo aquello de la experiencia que
viene siendo organizado a partir de diversos hitos o momentos llamativos (acontecimientos) y en
diversos consensos sobre esta experiencia de quien y quienes lo configuran precisamente abarcados
desde el lenguaje.
Acontecimiento
Entendido como los eventos contextuales, históricos; situaciones y acciones interpersonales,
y sus efectos, referidos o identificados como especialmente relevantes y significativos en la trama
del relato. En el conjunto de intercambios comunicacionales e informacionales que tiene lugar
dentro del sistema humano particular. La experiencia y el acontecimiento se consideran dos
dimensiones presentes en todo relato, tanto en aquellos considerados que se consideran historia
como en los referidos a memoria. (Estupiñan y Colbs, 2006).
Historia
La historia se entiende como las versiones dominantes compartidas en sus significaciones y
sentidos, por los actores y/o la voz narrativa del relato, con sus contextos de referencia acerca de los
acontecimientos y experiencias vividos-narrados, por lo tanto tiene el carácter de versión
convencional y oficial es decir tiene en sumo grado un consenso, la historia constituye la
construcción de la realidad privilegiada de un sistema humano, de esta manera a través de la misma,
los sistemas humanos refuerzan su carga comunicacional e informacional para replicarse y
mantenerse a sí mismos. Siendo crucial en los procesos homeostáticos de los sistemas,
preservando la integridad dentro de una orientación sinérgica y evolutiva. (Estupiñan y Colbs,
2006).
Memoria
Entendida como las posibles versiones subdominantes, periféricas, marginales, incluso aun
insuficientemente articuladas en el relato propio, configurando selecciones y versiones del
significado y sentido de los acontecimientos y experiencias vividas/ narradas, alternas, potencial o
actualmente de la historia. Dichas memorias, por lo tanto, en cuanto versiones no oficiales ni
dominantes aparecen referidas por lo actores o voces narrativas de solo alguna(s) parte(s) del
sistema humano que narra. (Estupiñan y Colbs 2006). Historia y memoria legitiman la experiencia
y son centrales para la comprensión de pautas relacionales y organizacionales del contexto, y de
sistemas de prácticas discursivas del contexto socio cultural. En la relación de historia y memoria se
comprende la generación y mantenimiento de algunos síntomas clínicos “psicopatología” un
ejemplo puede ser cuando la memoria es excluida de la versión dominante (historia). (Estupiñan y
Colbs 2006) es decir se impone el meta contexto ese mundo diferente al del sujeto que se haya
configurado de grandes consensos y tradiciones en los relatos, desapareciendo un espacio o lugar
para la experiencia particular en una especie de enajenación que experimenta el sujeto.
Relatos alternos
Los relatos alternos o novedosos, evolucionan a través del proceso conversacional a partir
de la inclusión de narraciones que amenazan la coherencia y resonancia familiar, social y cultural de
la historia dominante. La generación de relatos o versiones dominantes y alternas, involucra tanto la
regulación del proceso social de conversación (formas de hablar, preguntar, a quienes, que, cuando
cuanto, etc.), como el contenido de los mismos relatos (Estupiñan y Colbs 2006).
De lo anterior es importante destacar como la dinámica de mantenimiento y cambio en los
significados se realiza en la interaccion de los relatos de historias y memorias que se nutren de
experiencias y acontecimientos, los cuales generan orientaciones en las acciones y por lo tanto en la
vinculación que se tiene entre los actores involucrados en un contexto determinado, donde los
relatos novedosos son la apertura a un nuevo nivel de comprensión y de relación y por lo tanto de
significado frente a una experiencia.
Conceptos Metodológicos Del Estudio
En este estudio sobre la construcción narrativa de los vínculos en las familias sustitutas se
apela a los siguientes constructos metodológicos, como producto de la realización de los estados de
arte documental y contextual y luego de un ejercicio de decantación que permitió la posibilidad de
realizar una serie de distinciones que establecen conexión o son referentes con los cuales se
interpreta el fenómeno, temas que se cruzan con los conceptos de la línea de manera que lo
vincular se aprecia de forma policromática; situación esta que se describe de acuerdo a las
configuraciones relacionales que se suscitan en el contexto de las familias sustitutas,
particularmente en el programa de Aldeas Infantiles, emergiendo de este modo la identidad
familiar, el sentido de pertenencia, la permanencia y el proceso organizacional como último
concepto desde la experiencia de los escenarios conversacionales.
Identidad Familiar
La identidad, se comprende como un constructo narrativo social de significados que se
configura constantemente desde la interacción a través de una red de relaciones intimas establecidas
en la experiencia (Gergen, 1996); donde la posibilidad de narrarse indeterminado pero diferenciado
a la vez, gracias a la reflexividad propia del self (Munné, 2001), dispone la emergencia de un
carácter distintivo para el individuo. Como esta forma particular de relacionarse está impregnada
por los sentidos y significados que otros han ayudado a construir, la identidad familiar se entiende
como la variedad de relatos particulares que constituyen y definen las relaciones al interior del seno
del grupo familiar que se visualiza de manera pragmática, siendo reconocidas por todos sus
miembros y que entran en relación con su entorno. En la construcción de esa identidad familiar las
personas toman recursos culturales disponibles en las redes sociales inmediatas y en la sociedad
como un todo (Giménez 2000). Es necesario que la familia identifique esas características que los
diferencian, pero así mismo esas características sean reconocidas por el contexto haciéndose
público. El sentido de identidad familiar surge en el proceso narrativo donde sus relatos en relación
a su experiencia de ser familia la definen pero a la vez están en constante actualización, en el mismo
proceso narrativo conversacional.
Sentido de Pertenencia
Este concepto se halla unido al de identidad pues cada uno le confiere al otro su carácter. La
pertenencia se describe como una modalidad relacional en donde converge todo el grupo familiar
configurándose a través de los relatos consensuados del self interaccional. Este sentido de
pertenencia emerge en la experiencia de sentirse reconocido como miembro del sistema familiar y
de la seguridad y confianza que surja de ese reconocimiento y el sentirse vinculado al otro u otros.
Dentro del sentido de pertenencia se ven involucradas las experiencias y significados relacionados
con: solidaridad, intimidad y contexto estable. Para comprender el sentido de pertenencia también
se puede retomar el planteamiento de Bing Hall (1999 retomado por Hernández y Bravo 2009)
cuando expresa el concepto de base de seguridad familiar y lo explica como la conciencia
compartida de que las relaciones de apego son importantes, el cuidado de los demás y la creencia de
que los miembros de la familia se deben apoyar y cuidar mutuamente.
Sentido de Permanencia
El sentido de permanencia surge en la medida en que las experiencias como familia generan
sentidos de pertenencia y seguridad en la continuidad del vínculo. Dado que la temporalidad es una
estructura de la existencia que accede al lenguaje mediante la narratividad (Ricoeur 1999), es por
medio de esta última que se puede realizar el movimiento en el espacio temporal y en éstos los
discursos informan de la proyección del vínculo, emergiendo así hitos en el relato que están en
movimiento, por el carácter de reflexividad que está en el individuo en su constante interacción, con
una renovación en los significados y sentidos que se otorgan a cada nueva experiencia, que se
sostiene narrativamente en la recursividad del tiempo. Para esta investigación el sentido de
permanencia se puede comprender a través de los relatos de proyección del vínculo que como lo
menciona Boscolo (1996) si son en relación al futuro, expresan intencionalidad de continuidad del
vínculo.
Proceso Organizacional
El proceso organizacionales emerge como derrotero de los muchos relatos que median y
definen a la familia de aldea, sin lugar a duda este constructo incorpora diferentes niveles de
relación a la vez que de relatos dominantes que se asocian a meta reglas propias de lo instituido y
que organizan también las relaciones de los diferentes miembros de la organización con cada una de
las familias y de estas de manera ulterior a través de las madres y las tías, quienes desarrollan un
modelo de atención, tema que atañe a reconocer una forma de intervención. Este aspecto también
implica a la misión de la organización así como las diversas creencias que tiene sobre su papel y de
algún modo sus posturas es decir todo el horizonte que define su operar como configuración social
de apoyo en este caso particularmente, donde también se aprecia una ecología especifica que ha
venido evolucionando como estrategia que brinda respuesta y a la vez vigencia a su papel dentro de
la sociedad. Que incorpora un proceso recursivo donde emergen la experiencia vivida de los actores
cuando encarnan de manera particular cada uno de los roles, matizando las narrativas vinculares
familiares que se configuran en las relaciones de la Aldea, movilizando a su vez los procesos
organizacionales.
FALTA NUMERACION PARA ESTA GRAFICA
Contexto De Investigación
El presente estudio se realiza en la ONG Aldeas infantiles cuya historia data desde 1949
Aldeas Infantiles SOS aparece en el mundo, específicamente en Austria, y actúa en beneficio de los
niños/as, como una organización independiente no gubernamental de desarrollo social. Se respetan
las diferentes religiones y culturas, se trabaja en países y comunidades diversas según el espíritu de
la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Es la organización pionera en
definir el enfoque familiar en el cuidado a largo plazo de niños/as huérfanos y abandonados,
quienes tienen la oportunidad de encontrar una familia que los acoge, en una casa donde viven con
una madre SOS, los hermanos biológicos se mantienen unidos y establecen relaciones de
hermandad con otros niños y niñas que hacen parte de la familia basándose en cuatro principios:
La Madre: Cada niña y niño está al cuidado de una madre.
Hermanos y Hermanas: Niños y niñas de diferentes edades crecen juntos
La Casa: cada familia crea su propio hogar.
La Aldea: la familia SOS es parte de la comunidad.
En la actualidad Aldeas Infantiles SOS está presente en 144 países con más de cuatrocientas
aldeas y cerca de 1150 programas de desarrollo social tales como colegios, centros de salud,
jardines infantiles, centros de producción, centros sociales de atención a primera infancia y sus
familias, programas de asistencia en emergencia. En Colombia hace presencia con Aldeas en
Bogotá, Ibagué, Rionegro (Antioquia), Ipiales (Nariño), Floridablanca (Santander) y Cali (Valle).
La visión es que cada niña y cada niño pertenecen a una familia y crece con amor, respeto y
seguridad. La misión es que crea familias para niñas y niños necesitados, los apoya a formar su
propio futuro y participa en el desarrollo de sus comunidades.
El modelo familiar implementado en Aldeas SOS visualiza como resultado formativo de las
niñas y niños, a un/a joven (se refiere a un joven que ha pasado el proceso en una Aldea que es
independiente y está insertado en un entorno social diferente) con apropiado desarrollo emocional y
afectivo, con sentido de pertenencia a un hogar en el que recibió y promueve protección y buen
trato, que reconoce y practica los positivos patrones socioculturales, valores espirituales y morales
de su entorno y se integra a redes sociales que le aportan a su desarrollo integral. Joven que utiliza
adecuadamente sus habilidades sociales y que de acuerdo a sus capacidades, logró los niveles
educativos en cada etapa de su desarrollo formativo, que cuenta con un oficio o profesión que le
permite ser independiente y económicamente autosuficiente; saludable, con buenos niveles de
nutrición, con adecuados hábitos de higiene y conservación de una salud física acorde a su edad,
que usa organizadamente su tiempo libre en la práctica de actividades recreativas, deportivas y
culturales de acuerdo a sus intereses y habilidades.
Capaces de asumir la responsabilidad de construir su propio futuro, de llegar a ser exitosos
y contribuir activamente al desarrollo de la sociedad. Para ello incluye el aporte de “mujeres de
cada país que posean la pasión, la fuerza y el compromiso para sumir el rol de madre SOS” (Manual
para la Organización de Aldeas Infantiles SOS. Página 1, 2004), “capaces de convivir con los niños
y niña, aceptarles y darles amor”, se ubican en una casa, donde forman un hogar, que forma parte de
una Aldea y con el auxilio de un equipo, dirigido por un Director, desarrollan una familia. En los
años de práctica de este modelo familiar, “el profesionalismo ha entrado en el trabajo” de las
Aldeas.
Lo anteriormente descrito en forma general se desarrolla a través de unos principios y
componentes en cuanto al modelo de atención se refiere, los cuales se abordaran a continuación.
Integralidad: En el marco de las políticas para la atención a niños y niñas dentro de una
Aldea Infantil SOS, (reflejadas en el Manual para la Organización de Aldeas, 2004), amparados en
el modelo familiar de atención a largo plazo en donde se crean familias para niñas y niños
necesitados, como apoyo para formar su propio futuro, buscando darle al niño un hogar propio
dentro de una aldea (entorno de apoyo entre los hogares, se comparten experiencias y se ayudan
unas con otras) donde una madre establece una relación estrecha con los niñ@s, desarrollando lazos
familiares en la figura de hermanos, viviendo de acuerdo a su propia cultura y religión, apoyándolos
para que reconozcan y descubran sus habilidades, intereses y talentos individuales.
Atención Personalizada: A cada niño o niña se le ofrece oportunidades individuales de
desarrollo diseñadas de acuerdo a sus necesidades y potenciales. La madre SOS guía el desarrollo
de los niños y niñas en el seno de su familia SOS, otros colaboradores/ras la apoyan ofreciendo
servicios y actividades organizadas no disponibles en la comunidad local. Todos los
colaboradores/ras de Aldeas Infantiles SOS respetan y promueven los Derechos del Niño y de la
Niña, estableciendo un PDI (Planificación del Desarrollo Individual) individual en el cual se
manejan las siguientes áreas: desarrollo familiar, desarrollo de la salud y nutrición, desarrollo
educativo, desarrollo recreativo, deportivo y cultural, desarrollo social.
Atención al Niño/a en su Contexto: Cada niño/a es considerado como un individuo único y
recibe el apoyo necesario para llegar a ser una persona independiente; al promover el desarrollo del
niño/a, la madre SOS fomenta el bienestar físico, emocional, intelectual, social y espiritual del
niño/a, teniendo en cuenta sus raíces biológicas, sociales y culturales; el acompañante de jóvenes
continúa con este apoyo al desarrollo cuando el joven o la joven se trasladan a una Comunidad
Juvenil. Mediante su documentación, el progreso de cada niño/a es verificable y sus éxitos pueden
hacerse visibles. El proceso estructurado del desarrollo del niño ayuda a la madre SOS, a al
acompañante de jóvenes y a otros colaboradores a reconocer, respaldar y estimular el desarrollo de
los interese de cada niño/a, sus habilidades, talentos y potenciales.
Preparación para la Vida: Desde el día que un niño/a ingresa es guiado hacia la meta de
convertirse en un miembro independiente, autónomo y participativo de la sociedad. Es importante
en el trabajo de una familia perteneciente a la Aldea Infantil SOS que los y las jóvenes asuman con
responsabilidad las diferentes situaciones de su vida, empleo y manutención. En cada aldea se
desarrollan programas para jóvenes que ofrecen oportunidades de aprendizaje y crecimiento. Los y
las jóvenes desarrollan actitudes y comportamientos, la confianza y las destrezas necesarias para
asumir las responsabilidades de construir su propio futuro y de llegar a ser adultos exitosos capaces
de contribuir activamente al desarrollo de la sociedad, por medio de las siguientes etapas: vida en la
aldea, comunidades juveniles y vivienda independiente con asesoramiento.
Componente familiar: La prestación del servicio a la niñez necesitada se enmarca en un
modelo familiar en donde los niños/as tienen la oportunidad de crecer con el cuidado y la seguridad
de una familia y de construir vínculos duraderos; este modelo de atención esta destinado a niños/as
que requieren atención a largo plazo; el proceso de admisión de niños/as garantiza una cuidadosa
evaluación de cada niño/a antes de que sean parte de una familia SOS, únicamente a aquellos que
requieren de un nuevo hogar hasta que son lo suficientemente maduros para empezar vidas
independientes. Para esto se constituyen hogares compuestos normalmente de siete a máximo diez
niños/as que viven como hermanos/as con una madre SOS en una casa familiar. La madre SOS
comparte su vida con los niños/as ofreciéndoles seguridad emocional y la oportunidad de construir
nuevos vínculos duraderos en su familia SOS, en un entorno en donde el amor puede crecer. Cada
familia SOS vive como parte de la comunidad local y comparte la vida comunitaria, de esta manera
el niño/a establece relaciones, aprenden importantes destrezas y desarrollan la confianza y certeza
de ser parte activa de la sociedad.
Componente Pedagógico: Niños/as y jóvenes que de acuerdo a sus capacidades logran los
niveles educativos en cada etapa de su desarrollo formativo, para la obtención de un oficio o
profesión que le permita ser independiente y económicamente autosuficiente.
Componente Cultural: Niños, niñas y jóvenes que reconocen y practican los patrones
socioculturales, valores espirituales y morales de su entorno y se integran a redes sociales que le
aportan a su desarrollo Integral, utilizando adecuadamente sus habilidades sociales.
Componente Terapéutico: Este componente no se brinda de forma directa, aunque se cuenta
con un grupo de profesionales de planta: psicólogo, psicopedagogo, trabajador social; pero de
acuerdo a la problemática y gravedad se realizan contactos con instituciones considerando la
afiliación que se tiene del niño/a en salud y se envía a redes gubernamentales o privadas que
ofrecen sus servicios.
Componente de Gestión: En esta área la institución se halla inmersa en diferentes redes de
la localidad y del trabajo con niños/as, para lograr intervenciones interinstitucionales e
interdisciplinarias que permitan maximizar esfuerzos, recursos y medios para la atención de la
problemática que se detecte. Para esto se trabaja con instituciones públicas, privadas y
organizaciones comunitarias, estableciendo un directorio de contactos reales que puedan intervenir.
Componente de Salud y Nutrición: Niños, niñas y jóvenes saludables, con buenos niveles de
nutrición, con adecuados hábitos de higiene y conservación de una salud física acorde a su edad.
Todo esto atendiendo a programas de promoción, prevención, atención y planificación, de la salud y
la alimentación que requieran las familias.
La Aldea de Bogotá comenzó sus actividades en 1971 y desde esta fecha se mantiene en la
misma sede: Cra 60 Nº 66-55, barrio José Joaquín Vargas. En la actualidad cuenta con 170 niños,
niñas y adolescentes repartidos en 19 hogares, más 32 jóvenes y jovencitas en programas de
independización por fuera de las instalaciones principales: en las casas de Bonanza, San Fernando y
Galerías, así como en viviendas que ellos mismos han conseguido dentro de la última etapa de su
proceso. Los colaboradores/as se encuentran distribuidos así: 19 madres, 11 tías de apoyo, 3
acompañantes juveniles, 1 psicóloga, 1 trabajadora social, 1 asistente administrativo, 1 asistente de
dirección, 1 secretaria, 4 personas de servicios generales y el director.
Participantes
La investigación se realizó en el programa de Aldeas Infantiles SOS Bogotá, con la
participación de dos familias sustitutas permanentes y algunos miembros de los equipos pedagógico
y directivo. Cada familia está compuesta por una madre social, nueve hijos (que pueden o no tener
lazos consanguíneos), una tía y un egresado. El equipo pedagógico está conformado por una
psicóloga, una trabajadora social y varios asistentes juveniles y el equipo directivo por el director y
subdirector. Para los fines de esta investigación participaran algunos miembros de dichos equipos
en calidad de representantes del equipo al que hacen parte. Los grupos de participantes que se
convocaron fueron:
1. Dos (2) familias sustitutas permanentes (madres, tías, jóvenes y niños) 2. Equipo pedagógico (trabajadora social y psicóloga) 3. Equipo directivo (Director y subdirector) 4. Acompañantes juveniles.
Criterios de Elección de los Participantes
El criterio de elección de estas familias en primer lugar fue el hecho de configurarse como
familias sustitutas permanentes y en segundo lugar, que las madres encargadas de estas familias
llevaran más de diez años (10) en la Aldea como madres y que estuvieran interesadas en participar
de forma voluntaria.
En el desarrollo de la escena uno del escenario uno, se compartió con el director el
parámetro de selección de familias construido por el equipo investigativo interventivo y se acordó
que el contacto lo haría la institución por medio de un profesional delegado en este caso una
psicóloga. Por otro lado los participantes de los equipos pedagógicos y directivo fueron convocados
por su experiencia dentro del programa, su contacto regular con los niños y las madres, su papel
orientador y enriquecedor dentro de las dinámicas de configuración de las familias, así como el ser
portadores de una postura organizacional encarnando esta voz desde los diversos roles que
cumplen.
Convenciones Para los Participantes
Para la organización interna de las voces de las personas involucradas y a fin de poder
determinar un orden y origen a los relatos que emergen y se configuran durante el desarrollo de los
diversos escenarios conversacionales se estableció una nomenclatura a modo de convención la cual
se organizó por voces que en este caso representan a las familias, equipo pedagógico, equipo
directivo y equipo investigativo interventivo. Nomenclatura que se retomara en las diversas
matrices que se elaboren a lo largo del desarrollo de los capítulos de resultados y discusión.
Nomenclatura: (A) asistente juvenil, (AD) asistente directivo, (C) consultores, (CA)
coautores, (D) director, (#H#) hombre hijo, (M 1 o M2) madre, (#M#) mujer hija, (T) tía, (TS)
trabajadora social, (P) psicóloga. Las combinaciones con números indican qué miembros
pertenecen a las dos familias que forman parte del estudio y un número representativo de esa
persona en esa familia. Estos códigos acompañarán las matrices que se elaboraron con el fin de
conectar, describir e interpretar la información emergente con base en los diversos conceptos
involucrados en el ejercicio investigativo.
Voz familiar compuesta por las familias uno y dos
Familia 1.: Gladys. (M1), Yolis (T1), José (1H1), María (1M2), Mayerli (1M3), Marcela (1M4),
Leydi (1M5), Daniela (1M6), Aylin (1M7), Sergio (1H8), Rosa (1M9), Pedro (1H10)
Familia 2.: Ruby (M2), Ximena (T2), Olga (2M1), Yury (2M2), Luisa (2M3), Mauricio (2H4),
Diego (2H5), Miguel (2H6), Anderson (2H7), Diana (2M8)
Voz organizacional compuesta por el equipo directivo equipo directivo y el pedagógico:
Fabio (D), Rodrigo (AD), Adriana. (TS), Isaura (P), Henry (A1), Martha (A2), (A3).
Voz investigativa interventiva compuesta por los consultores y lo coautores:
Sonia (C1), Carlos (C2), Alejandra (C3), Johana (C4), Dora Isabel (CA1), Rosa Elena (CA2).
Genogramas
A continuación se realiza la representación gráfica de las familias ya mencionadas convocadas en la
presente investigación.
Figura 8. Familia Sustituta 1
Figura 9. Familia Sustituta 2
Diseño
En este apartado cabe resaltar cómo los escenarios conversacionales reflexivos son una
estrategia de la investigación/intervención donde son posibles identificar, deconstruir y transformar
las narrativas de los vínculos en familias sustitutas permanentes. Estos procesos de construcción de
conocimiento se caracterizan por incorporar procedimientos, a los contextos y escenarios de
investigación / intervención, como espacios de conversación generativos entrelazados en bucles
recursivos, realizados entre los diferentes actores participantes (familias, redes sociales, equipos
profesionales…) (Estupiñan y Colbs 2006)
Estos dispositivos sociales que llamamos escenarios narrativo conversacionales reflexivos
operan como espacios que poseen sentido y se transforman en la medida que buscan evocar las
historias significativas vinculadas a los fenómenos familiares de estudio, lo que se logra
comprender desde estas historias es la vida de quienes las organizan, así como las formas de
interacción conversacional que permiten la emergencia de nuevos relatos posibilitadores.
En el proceso que se desarrolló se establecieron dos momentos en la elaboración de estos
escenarios uno para el estado de arte testimonial con jóvenes, tías y madres y el otro momento que
se realizo dentro del proceso que correspondió a los fines de la investigación intervención a partir
de las orientaciones brindadas por el ejercicio testimonial donde se realizó mediante la narrativa
conversacional una comprensión y reconfiguración de lo narrativo vincular en los miembros de la
organización, jóvenes, madres, tías, equipos de acompañamiento pedagógico y directivo así como
para el equipo investigativo interventivo, apreciándose los significados y la ecología particular a
partir de la cual se entiende y otorga sentido a la experiencia de vinculación en una familia
sustituta en la organización de Aldeas Infantiles.
Dentro del desarrollo de los escenarios narrativo-conversacionales y al interior de cada
escena se utiliza el equipo reflexivo como estrategia investigativa interventiva, con la intención de
formar una comunidad de aprendizaje colaborativo. En esta forma de trabajo no se aspira a
“reflejar” la realidad, sino a compartir lo que los miembros del equipo piensan y sienten a raíz de lo
que han escuchado durante la entrevista entre clientes y terapeutas. Los integrantes del equipo
reflexionan en presencia del sistema terapéutico (clientes y terapeutas). La estructura del equipo
ofrece a aquellos que la experimentan la posibilidad de que en la medida que escuchan al equipo se
hagan nuevas preguntas, estableciendo al mismo tiempo nuevas distinciones, se considera el sistema
de entrevista como un sistema de autónomo que define por sí mismo de qué y cómo se habla.
(Andersen, 1994).
El equipo reflexivo que escucha nunca da instrucciones sobre lo que el equipo de entrevista
va a decir o cómo sus miembros deben hablar. En este sentido, cada miembro del equipo reflexivo
escucha en silencio el ejercicio conversacional que desarrolla el equipo de entrevista. Los miembros
del equipo reflexivo no se hablan si no que cada uno de ellos se habla a si mismo haciéndose
preguntas como: de qué manera lo que tratan pueden ser presentado de otra forma además de la
descrita, o de qué manera se puede explicar el tema o situación ya explicado, después de un rato los
miembros del equipo presentan sus ideas si es que el sistema de entrevistas se las pide, los
miembros del equipo hablan entre sí acerca de sus ideas y preguntan sobre los temas, mientras los
miembros del sistema de entrevista los escuchan configurando progresivamente nuevas versiones en
la medida en que los miembros del equipo se hablan en forma de pregunta. El proceso permite al
sistema entrevistador tener un dialogo interno a medida que escuchan las versiones que les presenta
el equipo. Terminada la reflexión del equipo los miembros del sistema de entrevista hablan entre sí
sobre las ideas que tuvieron mientras escuchaban las reflexiones de manera que se tiene una
conversación sobre lo que habló el equipo reflexivo, en la primera conversación del sistema de
entrevista. (Andersen, 1994)
En este ejercicio la mayor parte del tiempo el entrevistador hace preguntas y evita dar
opiniones o consejos, por otro lado las versiones del equipo reflexivo son especulativas subrayando
que cada miembro tiene su versión subjetiva y por lo tanto no hay una versión objetiva o final, con
notoriedad en este ejercicio cabe destacar el papel de la curiosidad al pensar en el contenido de
todas las conversaciones que se pueden tener que luego de haber podido ser grabadas en video
permite la realización de nuevas preguntas durante esas aperturas realizadas en esa medida la
conversación nos hace sentir curiosidad (Andersen, 1994)
White (1995) señala que a través de estos espacios se logra generar nuevas aperturas de los
integrantes del equipo rompiendo con definiciones que pueden estar patologizando, o con
descripciones funcionalistas y estructuralistas de las personas, por lo que el empleo de nuevas
formas de conversación puede producir novedades con discursos que destacan situaciones
particulares o refuerza un relato que no es dominante, tema que es llamativo para el desarrollo del
estudio, en la medida que permite generar un espacio que logra reivindicar o exponer relatos sobre
lo narrativo vincular desde la emergencia de narrativas alternas o nuevas comprensiones entorno a
la relación y la experiencia de vinculación en un contexto como el de las familias sustitutas.
Durante el desarrollo de los seis escenarios se generan cambios en su organización y los que
se hicieron están relacionados con miembros que no asisten por motivos de cursos y otras
actividades que son parte de la dinámica familiar y organizacional sin embargo es notoria la salida
del egresado como participante por la dificultad en la coordinación de su presencia durante los
encuentros tomándose la decisión de no convocarlo. Como estrategia se trae como voz
ocasionalmente en algunas escenas y se retoma la versión de futuro en los jóvenes sobre todo de
quienes pronto ingresaran a la comunidad juvenil que es una de las etapas del proceso de
acompañamiento que se realiza en las Aldeas.
En el escenario cinco se presenta un evento asociado a dificultades en la coordinación con
la persona que desde un inicio se delego para coordinar la asistencia de las dos familias así como la
participación del equipo directivo y pedagógico y la separación de un espacio para el desarrollo de
los escenarios conversacionales; dicha dificultad manifiesta una indisposición frente al rol asumido
a su vez como la poca apertura que brinda al espacio desde su postura individual, situación que se
hace necesario comprender mediante un ejercicio de red a la relación establecida desde un inicio
entre el equipo de intervención y el contexto de investigación intervención, donde figuran los
vínculos y contextos que se han venido definiendo desde la intensidad, la cercanía con algunos
actores, el manejo de información así como las impresiones emocionales configuradas a partir de la
delegación establecida en la persona que coordinó la asistencia de los diferentes actores de acuerdo
a los escenarios que se desarrollaron. Actividad que se grafica mediante un mapa nocional que a
continuación se presenta:
Figura 10. Red nocional de comprensión del escenario.
El ejercicio permite establecer que las relaciones del equipo interventor con el contexto de
investigación intervención en su mayoría recaen sobre un miembro del equipo investigador que
tiene un vinculo como antecedente, el cual consiste en haber laborado con la organización, tema que
le brinda un conocimiento sobre el contexto con relaciones previamente configuradas con diferentes
miembros de la Aldea. Se destaca igualmente que quien manifiesta indisposición es la persona que
reemplazó al miembro del equipo que inicialmente citamos, sobresale igualmente cómo la relación
delegada por la dirección para coordinar tiempos y espacios se vuelve un tema que genera efectos
de vulnerabilidad en la persona y el equipo investigador donde emergen temas asociados a la
dilatación del proceso investigativo, la generación de indisposición en el contexto, la pérdida del
control desde ambos puntos donde las relaciones de tiempo y poder parecen influir en el desarrollo
de este proceso por parte del equipo pedagógico, las familias y el equipo directivo. La meta lectura
HENRYFAMILIAS
DIRECTIVO
EQUIPOPEDAGÓGICO
RECURSIVIDAD
AMENAZA
TIEMPOLIMITADOPoderycontrol
INDISPOSICIÓN
ISAURA
ASESORA
Alejandra
ELTIEMPO.
EQUIPOINVESTIGATIVO
MAILDESCALIFICACIÓN
INSEGURIDAD
COMPROMISOINSTITUCIONAL
PRACTICO
ALDEAS
PROTEGERLA
INTMIDAD
de este evento permite comprender cómo los consensos que se establecen son insuficientes para un
nivel de autonomía que se maneja desde los diversos miembros en la Aldea, practica promovida
desde los propios principios organizacionales y que se destaca como un recurso del sistema.
El ejercicio permite también visualizar una predisposición al ingreso de terceros en el papel
de investigadores y otras circunstancias que también entran en conflicto con un nivel de intimidad
que se busca establecer desde la autonomía de las familias y que se encuentra acompañado por los
equipos pedagógico y directivo. Estas situaciones en ocasiones se evidencian con mayor notoriedad
cuando las demandas vienen de contextos externos a las desarrolladas por la propia organización
como la investigación de “tras las huellas”, sin embargo unas y otras presentan un dilema frente al
desarrollo de una autonomía y un nivel de intimidad que se aprecia en otras prácticas donde para
algunas comprensiones se es organización y para otras se es familia.
Finalmente la incidencia de este evento para el proceso permite entender uno de los
recursos del sistema como es la configuración de relaciones de intimidad que buscan consolidar
niveles de autonomía necesarios para el desarrollo de procesos de individuación dentro de contextos
sustitutivos a la familia de origen, tema que se retomará dentro del momento de resultados y
discusión. Por otro lado, este aspecto refuerza la emergencia del cuarto concepto metodológico el
cual implica los procesos organizacionales en la configuración de las relaciones de acompañamiento
y las sinergias que establece en los procesos de vinculación. Un ultimo tema por destacar es que a
partir de la aplicación del primer diseño se genera un neodiseño que es resultado de la experiencia y
el conocimiento configurado desde el equipo investigador y coautoras con el director este momento
se encuentra mediado por procesos autorreferenciales que generan niveles de comprensión los
cuales parten de acuerdo a los relatos desarrollados de la experiencia emocional de los
investigadores y participantes asi como de las observaciónes de las asesoras, en este sentido y ha
medida que evolucionan los escenarios por cada uno se desarrolla un neodiseño, al cambiar
participantes, focos, o estrategias a lo largo del proceso investigativo interventivo.
Escenarios
En este segmento se muestran los escenarios que se diseñaron y desarrollaron con los
miembros de la organización, de acuerdo a la evolución de una planeación que tomó en cuenta los
tiempos de las familias y de la organización así como los propios del equipo para el desarrollo y
asimilación de los escenarios ya diseñados; estos ejercicios conversacionales se realizan teniendo en
cuenta unos focos, objetivos y preguntas orientadoras así como ejes temáticos que son planeados
por parte del equipo investigativo interventivo (consultores y coautores) y en algunos casos con
dinámicas emergentes de cada encuentro; para tal fin se presenta la organización de cada escenario
con los parámetros descritos y una figura que ilustra los actores involucrados así como los diversos
momentos desarrollados.
Procedimiento general para el desarrollo de los escenarios
El proceso de investigación intervención como se ha descrito para este ejercicio narrativo
parte de una serie encadenada y recursiva de escenarios conversacionales que permiten la
emergencia de narrativas las cuales se comprenden de acuerdo a cuatro categorías desde lo
narrativo en relación a lo vincular que son el modo de comprender y estudiar el vinculo; categorías
que evolucionan a lo largo del proceso de investigación y que se relacionan con unos objetivos de
trabajo los cuales buscan comprender como se construyen narrativamente los vínculos en las
familias de Aldeas en este proceso interesa potencializar los relatos de bienestar y autonomía
aspecto que se aprecia a lo largo de los relatos emergentes de los escenarios que con los conceptos
de la línea de narrativas como son la historia, la memoria y el relato novedoso dan cuenta de la
evolución del cambio, en una relación contextual de comprensión investigativa establecida con
Aldeas Infantiles.
En el desarrollo de los escenarios se mantuvo una observancia de las siguientes pautas que
permitieron realizar un proceso conversacional orientado a la emergencia de relatos pero a la vez al
establecimiento de un nivel de reflexividad que se brindo durante el propio escenario en una de las
escenas y en la retroalimentación que se tenia luego de su aplicación con el equipo de asesoras:
Encuadre de contextualización, donde se retoma el anterior momento de trabajo y se realiza
una revisión de intereses e inquietudes surgidas, con posterior actividad de acercamiento (rompe
hielo) que introduce el tema y genera un ambiente de distención.
Actividad de trabajo grupal e individual que resuelve una pregunta establecida para el
escenario de manera lúdica o artística. Con acompañamiento de los investigadores.
Ejercicio conversacional a partir de material desarrollado y ha propósito de su contenido
como pretesto de dialogo con meta observación durante el proceso de desarrollo que pretende
deconstruir la experiencia de los participantes y de los investigadores con una puesta en juego de las
experiencias de vida frente a lo familiar.
Ejercicio de reflexión que se divide en tres momentos uno que retoma lo deconstruido en la
conversación desde elementos destacados por los meta observadores y los propios investigadores
que dinamizaban la conversación evento que es escuchado por los participantes. Un sengundo
momento que busca un retorno o eco en cuanto a las imprensiones que tiene el grupo sobre la
conversación y aspectos mas llamativos, los cuales se amplian y sobre los cuales se busca generar
inquietudes, establecer comprensiones y determinar dilemas existente con los que se interactua en la
conversación. Un tercer momento retoma aprendizajes y cierra el espacio conversacional.
Terminado el desarrollo del escenario conversacional y con posterioridad se realiza un
ejercicio de retroalimentación con las asesoras donde se genera un proceso autorreferencial, la
información obtenida orienta la aplicación de próximo escenario y los ajustes necesarios en las
estrategias y en las preguntas de trabajo, focos y revisión de los objetivos de la investigación
generando un neo diseño en la mayoría de los casos.
Durante el proceso es notoria la importancia de aprovechar y desarrollar habilidades
conversacionales para generar reflexión desde los niveles de metaobservacion en los equipos
reflexivos y con el recurso de los participantes y el equipo de investigación intervención retomando
aspectos significativos representandos en memorias con evolución a relatos novedosos en el
desarrollo del escenario conversacional; en la grafica a continuación se describe la orientación que
tuvo en su metodología el desarrollo de los escenarios. Falta establecer que numero de grafica es
Matriz 2
Escenario No 1. Construcción del contexto investigativo interventivo
Objetivo Focos Preguntas orientadoras Preguntas Conversacionales
• Explicitar intereses de la investigación y ganancias para quienes participan delimitando grupo de trabajo y estableciendo un primer acercamiento desde lo narrativo conversacional que brinde sentido y confianza al grupo
• Presentación de la investigación-intervención a todos los actores que participaran en ella, reconociendo intereses e inquietudes que permitan construir un clima de confianza y calidez.
• ¿Quiénes vamos a participar de este estudio?
• ¿Cuáles son los propósitos de este estudio en el cual van a participar?
• ¿Qué expectativas les genera la participación en este estudio?
• ¿Cuáles son los momentos y espacios que vamos a desarrollar?
• ¿Cuáles son los beneficios de este estudio?
• ¿Qué ideas traen sobre este encuentro y que esperan del mismo?
• Después de lo conversado y teniendo en cuenta las características que hemos propuesto ¿Cuáles serian las personas a convocar y como es más acertado hacerlo ? (escena 1)
• ¿Cuándo sería oportuno desarrollar el segundo encuentro, teniendo en cuenta que aquí se incluyen la mayoría de los actores? (escena 1)
• Después de habernos escuchado ¿Qué nuevas ideas aparecen?
• ¿Qué creen que podrían llevarse con la participación en la investigación?
• Teniendo en cuenta que el punto central de esta investigación es la experiencia de ser familia en aldeas ¿Qué les interesaría trabajar al respecto?
• ¿Qué espacios y que tiempos vamos a acordar para los siguientes encuentro?
Actores: Equipo investigativo-interventivo, Asesoras de investigación, madres (2), tías (2),
jóvenes, equipo pedagógico (trabajadora social y psicóloga) equipo directivo (Director y
subdirector).
A continuación se presentan los propósitos de cada una de las escenas que se realizaron
para el primer escenario.
Escena 1: Encuentro con el director
Propósito: Reafirmar el convenio con la institución sobre el contexto investigativo interventivo y
conversar entorno a los actores convocados.
Escena 2: Contextualización del estudio.
Propósito: Compartir con los actores los intereses del estudio, construir el contexto investigativo
interventivo. Desde lo narrativo conversacional.
Escena 3: Proceso de conocimiento de grupo
Propósito: Generar un ambiente de mutuo conocimiento que permita el acercamiento con el
contexto de investigación intervención, facilitando el espacio para escuchar sus inquietudes y
brindar algunas orientaciones sobre el proceso.
Neodiseño:
El escenario uno presenta una modificación que se refiere a la ausencia del egresado como
voz que se hizo importante involucrar a partir de la socialización de una investigación interna de la
organización que se conoce como “tras las huellas”. En este mismo sentido se había programado la
participación de las coautoras quienes tampoco pudieron asistir al desarrollo de este escenario de
contextualización de la investigación intervención, quedando configurado de la siguiente manera.
Figura 11. Primer escenario investigativo-interventivo.
El segundo escenario presenta una modificación que se refiere nuevamente a la ausencia del
egresado como voz, motivo por el cual se mantiene la posibilidad de su vinculación en el cuarto
escenario, realizándose sin la presencia de esta figura que forma parte de los jóvenes que han
adquirido un nivel de autonomía e independencia.
Actores: Equipo investigativo-interventivo, madres (2), tías (2), equipo pedagógico, equipo
directivo y acompañantes juveniles.
Matriz 3
Escenario No 2. Evocación de narrativas presentes en la experiencia de ser familia sustituta permanente.
Objetivo Focos Preguntas orientadoras Preguntas Conversacionales
• Comprender los relatos dominantes presentes en la construcción narrativa del vínculo y los órdenes de significado que se configuran en la experiencia de ser familia sustituta en relación al sentido de permanencia, pertenencia e identidad familiar mediante un espacio narrativo conversacional con los miembros de las familias de Aldeas Infantiles SOS
• Sentido y significado en la experiencia de ser familia en Aldeas
• Conversación reflexiva sobre órdenes de significado en identidad, permanencia y pertenencia de modo deconstructivo.
• Conversación que permite la emergencia de narrativas frente a la experiencia de ser familia con nuevas formas de narrarse.
• Aprendizajes sobre los procesos heteroreflexivo y autorreferenciales en los relatos sobre la experiencia de ser familia, y las narrativas emergentes en relación a la identidad familiar, la pertenencia y la permanencia.
• ¿Cómo se construye narrativamente el vínculo en relación a los sentidos de pertenencia, permanencia e identidad familiar?
• ¿Qué sentidos y acciones construyen las narrativas familiares acerca de su interacción y vínculos?
• ¿Como la experiencia en la Aldea aporta a la configuración de su identidad?
• ¿Cómo participan las familias y los contextos que eco-sistémicamente comparten sus emergencias vitales, en la generación de narrativas familiares y sus efectos en el desarrollo de la familia y de sus miembros?
• ¿Cómo emerge la permanencia del vínculo en los jóvenes independizados?
• ¿Cómo se construye la autonomía de los miembros de la familia de aldea?
•
• ¿Me gustaría comprender que es para ustedes una familia?
• ¿Teniendo en cuenta esto para ustedes la experiencia que han vivido en Aldeas se asimila a lo que sienten que es una familia?
• ¿Ustedes que creen que faltaría para que esta experiencia fueran como ustedes desearan y así se construyera familia?
• ¿Cual consideran que es la mayor fortaleza de estar en este programa?
• ¿Que favorece la consolidación de una familia de Aldea?
• ¿Cómo se expresa el amor al interior de estas familias?
• ¿Cómo se resuelven las diferencias en la familia y como hacen para establecer acuerdos?
• ¿Qué es lo que recuerdan con mayor agrado de la experiencia de estar en la Aldea? Porque?
• ¿Cuáles son las metas que se ha planteado esta familia?
• ¿Cómo se maneja en esta familia la llegada y la salida de personas?
• ¿En qué medida es importante para ustedes la duración de un grupo familiar?
• ¿Qué es lo que se puede y que no puede hacer en esta familia?
• ¿Qué es lo que más les preocupa del futuro como personas y familia?
• ¿Cómo se ve el futuro en las familias desde lo conversado con otros?
• ¿Aparte de los cumpleaños que otra actividad se celebra?
• ¿Que caracteriza a esta familia? • ¿Ustedes que admiran de esta familia? • ¿Cuáles son las diferencias que ustedes
encuentran entre una familia y otra aquí dentro de la aldea?
Escenas: los diversos momentos de las escenas del segundo escenario se describen a continuación
así como un gráfico que destaca la forma como los actores se disponen durante las cinco escenas
que se han establecido para el escenario 2.
Escena 1 ¿Qué significa ser familia de Aldeas?
Propósito: Conversar con respecto a los sentidos, significados y meta-contextos que se encuentran
en la experiencia de ser familia de Aldea.
Escena 2 Compartiendo algunas comprensiones.
Propósito: Compartir las hipótesis que surgen de la primera escena acerca de la construcción
narrativa del vinculo en relación a los sentidos de pertenencia, permanencia e identidad familiar.
Escena 3 Resaltando nuevas comprensiones
Propósito: Retomar las comprensiones y sentidos que les genera el escuchar las hipótesis
propuestas en la segunda escena.
Escena 4: narraciones a partir de la conversación desarrollada por los investigadores y aspectos que
generaron reverberación en el equipo directivo, pedagógico, madres y tías.
Propósito: favorecer la emergencia y resaltar relatos a partir de la reacción al dialogo desarrollado
con anterioridad donde se puedan generar relatos alternos, memorias o historias con relación a la
construcción narrativa del vinculo.
Escena5: Ejercicio autorreferencial y heteroreferencial sobre las nuevas comprensiones a partir del
dialogo sostenido entre las madres, tías, equipo pedagógico, equipo directivo y equipo de
investigadores.
Propósito: Retomar y destacar de forma apreciativa las narrativas emergentes y alternas con
relación a la construcción narrativa del vinculo.
Neodiseño:
El segundo escenario, nuevamente se presenta una ausencia del egresado al igual que emerge una
nueva escena dentro del ejercicio de meta observación donde el equipo pedagógico, directivo y
madres y tías conversan entorno a un dialogo sostenido por el equipo de investigación y las
coinvestigadoras modificación que establece un paso entre el escenario de emergencia de nuevos
relatos de meta observación y el de aprendizajes. Se mantiene la posibilidad de la vinculación en el
cuarto escenario, del egresado.
Figura 12. Segundo escenario investigativo-interventivo
Escenario 3. Este escenario se titula como ordenes de significado que surgen en la experiencia de
ser hijo de una familia de aldea.
Objetivo: Generar un contexto reflexivo que permita evidenciar las narrativas periféricas asociadas
a la experiencia de ser Hijo(a) en una familia de aldeas, realizando movimientos en bucles
recursivos, posibilitando la resignificación de la experiencia de ser familia como fuente de
construcción de autonomía y bienestar.
Actores: Equipo investigativo interventivo, jóvenes, niños, niñas e independizados (as).
Matriz 4
Escenario No 3. Ordenes de significado que surgen en la experiencia de ser hijo de una familia de Aldea.
Objetivo Focos Preguntas orientadoras Preguntas Conversacionales • Generar un contexto reflexivo que permita evidenciar las narrativas periféricas asociadas a la experiencia de
• Escena 1: escenario que a través de una actividad lúdica expone la experiencia de ser hijo de una familia de Aldeas.
• Escena 2:
• ¿Qué órdenes de significados se han configurado en los jóvenes, niños y niñas a través de la experiencia de ser miembros de una familia sustituta en la aldea?
• ¿Cómo se construye
Escena 1 • Expresa mediante cualquiera de estos medios tu experiencia
de vivir en aldeas • Representa un momento significativo antes de vivir en
aldeas, cuando comenzó a vivir en aldeas, y como le gustaría llegar a vivir
• ¿Qué es para ti una familia? ¿Cómo sabes que la familia de Aldea es una familia?, ¿Como es ser familia en la Aldea?, ¿Cómo funcionan las familias en Aldea?, ¿Cómo se organizan teniendo en cuenta que son 9 hijos y una mamá?,
ser Hijo(a) en una familia de aldeas, realizando movimientos en bucles recursivos, posibilitando la resignificación de la experiencia de ser familia como fuente de construcción de autonomía y bienestar
escenario conversacional donde se aprecia desde los relatos la experiencia de ser hijo desde la identidad familiar, permanencia y pertenencia.
• Escena 3: espacio conversacional donde se reflexiona sobre las narrativas emergentes en la experiencia de ser hijo resaltando las narrativas sub dominantes.
• Escena 4: contexto que mediante conversación retoma los aprendizajes en la experiencia de ser hijo de una familia a través de los relatos sub dominantes como formas alternativas de narrarse en relación a la identidad familiar, la pertenencia y la permanencia.
narrativamente los vínculos dentro de la experiencia de ser familia sustituta desde la mirada y reflexión de los hijos de estas familias?
• ¿Cómo estos vínculos construidos narrativamente enriquecen los sentidos de permanencia, pertenencia e identidad familiar de los niños, niñas y jóvenes?
¿Cómo se expresan el amor en estas familias?, ¿Como solucionan los conflictos en estas familias?, ¿Como es un día normal de ustedes?
• Representa un momento importante de vivir en familia antes de llegar a aldeas.
• Representa los momentos más significativos de vivir en aldeas.
Escena 2 • ¿Qué fue lo que más les llamo la atención de lo dicho por los
otros grupos? • ¿Qué cosas han cambiado a través del tiempo? • ¿Qué cosas se han mantenido? • ¿Que facilita las relaciones positivas entre la familia? • ¿Que lo dificulta? • ¿Si se reúne lo dicho en los diferentes grupos sobre cada una
de las familias ¿Qué dirían todos que caracteriza a la familia X ?
• ¿y a la Z? • ¿Qué creen que puede hacer cada uno para acercarse más
entre todos? • ¿De todos estos momentos recordados cual les llamo más la
atención? • ¿Esto que representaron que les hace recordar? • ¿Al recordar esto que sienten y eso que quiere decir? Escena 2 • ¿Qué fue lo que más les llamo la atención de lo dicho por los
otros grupos? • ¿Qué cosas han cambiado a través del tiempo? • ¿Qué cosas se han mantenido? • ¿Que facilita las relaciones positivas entre la familia? • ¿Que lo dificulta? • ¿Si se reúne lo dicho en los diferentes grupos sobre cada una
de las familias ¿Qué dirían todos que caracteriza a la familia X ?
• ¿y a la Z? • ¿Qué creen que puede hacer cada uno para acercarse más
entre todos? • ¿De todos estos momentos recordados cual les llamo más la
atención? • ¿Esto que representaron que les hace recordar? • ¿Al recordar esto que sienten y eso que quiere decir? Escena 3 • Cuando el dijo que este cuadro… representa las relaciones
entre… pensé en que esta idea es importante tratarla. Yo representaría esa idea así
• Algunas preguntas ¿Que fue lo más significativo del escenario uno y el escenario dos? ¿Qué conversaciones resonaron mas en nosotros?, ¿qué historias nos parecieron nuevas?
• ¿Qué significados encierran los productos realizados por los diferentes grupos?, ¿Cuáles son los recursos de cada una de las familias y de las dos?
• Cuando el dijo que este cuadro representa las relaciones con la figura, estaba pensando que lo representado podía también hacerlo de esta manera y así poder conversar sobre lo que ellos representaron con esta figura queremos representar lo que ellos hicieron.
Escena 4 • ¿Que entendieron de lo tratado y conversado, alguna imagen
que les llamo la atención? • ¿Qué podemos comprender de lo conversado o de lo
dibujado? • ¿Qué ideas les genero lo que hablaron los fantasmas? • ¿Cómo se sintieron escuchando estas ideas de los fantasmas? • ¿Qué les agrado de esta espacio? • ¿Que se llevan de este espacio? • ¿De lo escuchado y vivido aquí que le gustaría unir a su
actual experiencia de vivir en Aldeas como en familia? • ¿Al llegar a la casa que podrían compartir con sus madres
para hacer de esa familia algo más agradable para todos?
• En relación a lo que han construido podrían decir que su idea de ser familia de aldea ha cambiado? Y porque?
• ¿Qué mensajes o ideas nos quedan de lo que se converso o de las imágenes realizadas sobre el vivir en Aldeas?
Escenas
Escena 1: Expresando el sentido de ser familia a través del tiempo, evocación
Propósito: Por medio de una pintura, grafitti o collage los niño(a)s, jóvenes e independizados
expresaran lo que para ellos significa ser parte de una familia sustituta en Aldeas, en diferentes
tiempos.
Escena 2: Proceso reflexivo deconstructivo
Propósito: Encuentro de diversas narrativas familiares con relación al sentido otorgado a momentos
significativos en la experiencia de ser parte de una familia sustituta.
Escena 3: Proceso reflexivo ante las narrativas presentes
Propósito: Por medio de un equipo reflexivo se resaltan las narrativas subdominantes reflexionando
sobre diversos sentidos emergidos con los actores de este escenario.
Escena 4: Proceso co-constructivo de las narrativas emergentes.
Propósito: Generar un contexto conversacional donde se co-construya las nuevas formas de
narrarse. Con relación al vinculo en cuanto al sentido de permanencia, pertenencia e identidad
familiar.
Figura 13. Tercer escenario investigativo-interventivo.
Escenario 4. El escenario se titula ordenes de significado que surgen en la experiencia de ser hijos
y madres de las familias de Aldea.
Objetivo: construir conversacionalmente la experiencia de ser miembros de las familias de Aldea.
Actores: madres, jóvenes y equipo investigador.
Matriz 5.
Ordenes de significado que surgen en la experiencia de ser hijos y madres de las familias de Aldea
Objetivo Focos Preguntas orientadoras Preguntas Conversacionales • construir en un espacio narrativo conversacional la experiencia de ser miembros de las familias de Aldea
• Escena 1: Por medio de una dinámica de integración se construye un ambiente la calidez y la confianza
• Escena 2: A través de una actividad de expresión artística se facilita la emergencia de experiencias de colaboración y apoyo que sean
• ¿Cómo se ha configurado la experiencia de ser familia de aldeas en relación a los órdenes de significado con los sentidos de permanencia, pertenencia e identidad?
• ¿Cómo se construyen narrativamente los vínculos en la experiencia de ser familia sustituta en la voz de los hijos y las
Escena 1 • ¿que venían pensando antes de llegar a este
encuentro el día de hoy? • ¿Alguien pensó que le gustaría que se hablara
sobre cierto tema o lo contrario? • ¿cómo te llaman los muchachos en la casa y
que siente cuando se lo dicen? • ¿qué momento del dio es el que más esperan? • ¿que está prohibido decir por fuera de la casa? • ¿con quién esperan encontrarse al iniciar el día
o al terminarlo? • ¿en la casa le tienen un nombre diferente a uno
de sus compañeros? • ¿a quienes les gusta que los llamen por su
nombre?
insumos para el proceso narrativo conversacional y reflexivo de ser familia.
• Escena 3: Espacio narrativo conversacional que permite la emergencia de relatos alternos, memorias e historias en relación a la experiencia de ser familias de Aldeas.
• Escena 4: Espacio narrativo conversacional para realizar el cierre co- construyendo narrativas alternas en relación a la experiencia de ser familias de Aldeas.
madres? • ¿Como los vínculos
construidos narrativamente se conectan con la configuración de experiencias de bienestar y autonomía en los miembros de las familias de Aldeas?
• ¿cuándo es de salir a la calle con quien le gusta hacerlo?
• ¿una historia o situación que paso y que se acuerden todos en la casa?
• ¿alguien de la casa conoce los gustos de todos los que viven en ella?
Escena 3 • ¿cómo se sintieron en las actividades? • ¿cómo se organizaron? • ¿que figura les gusto más? • ¿cómo se sintieron trabajando con compañeros
de la otra familia? • ¿como hubiera sido la actividad con los
miembros de su familia? • ¿si tuvieras que realizar un escudo familiar que
figura escogerías? Escena 4
• ¿Qué relato le llamo más la atención? • ¿alguna de las experiencias que se relataron le
permitió entender algo? • ¿Cómo la experiencia de ser familia en aldeas
se encuentra relacionada con las orientaciones de las madres?
Escenas.
Escena 1: por medio de un ejercicio conversacional generar un ambiente de cercanía en en el grupo.
Propósito: Se organiza el grupo en dos círculos concéntricos cada círculo esta conformado por una
familia y dos de los investigadores interventores. A medida que se diga cambio, cada persona tendrá
la oportunidad de conversar con una persona de la otra familia. Las preguntas estarán dirigidas a
retomar aspectos personales como gustos e intereses que permitan construir un ambiente cálido de
confianza favoreciendo el proceso conversacional.
Escena 2: por medio de un ejercicio representativo permitir la emergencia de relatos que se
configuran en las prácticas relacionales.
Propósito: Se organizan dos grupos conformados aleatoriamente por miembros de las dos familias,
a cada grupo se le solicita la realización de un escudo familiar con materiales previamente
entregados, que se explicaran por grupo en un ejercicio de conversación.
Escena 3 relatos de familia entorno a un símbolo que la representa.
Propósito: Espacio conversacional con todos los actores donde se retoman experiencias
individuales y de grupo a partir de un símbolo construido por todos los miembros donde se aprecian
experiencias de vinculación que se desarrollan desde relatos de identidad familiar, pertenencia,
permanencia y procesos organizacionales.
Escena 4 relatos de aprendizajes y experiencias de vinculación en la familia de aldeas.
Propósito: Espacio conversacional donde se retoman los relatos de algunas de las experiencias que
se han desarrollado como parte del proceso de vinculación, destacándose y evaluándo su papel en la
construcción de un futuro como miembro o como grupo familiar.
Neodiseño:
El cuarto escenario, presenta un ajuste en la estrategia metodológica que busca la emergencia de
relatos asociados a los conceptos metodológicos de identidad familiar, permanencia y pertenencia
en este sentido se pasa de una actividad central en la expresión corporal a una actividad de
expresión artística como la realización de un escudo familiar que permite una mayor representación
de elementos asociados a los conceptos metodológicos y por lo tanto de la comprensión narrativa de
la vinculación en las dos familias de aldeas, sin otra modificación manteniéndose los cuatro
escenarios establecidos, los cambios se generan a partir de la asesoría brindad por las
coinvestigadoras de la investigación intervención.
Figura 14. Cuarto escenario.
Escenario 5. Aquí se trabajaron las estrategias fortalecedoras del bienestar y autonomía de los
miembros de las familias de aldeas.
Objetivo: En un contexto reflexivo co-construir relatos alternos de identidad, permanencia y
pertenencia familiar de manera que emerjan estrategias que puedan ser fortalecedoras de la
autonomía y bienestar convocando a los diferentes actores que han participado en los anteriores
escenarios y que forman parte de la experiencia de ser familia sustituta.
Actores: Representantes del equipo pedagógico, equipo investigativo interventivo, jóvenes,
madres, tías, independizados de estas casas.
Matriz 6.
Estrategias fortalecedoras del bienestar y autonomía de los miembros de las familias de aldeas. Objetivo Focos Preguntas orientadoras Preguntas Conversacionales
• En un contexto reflexivo co-construir relatos alternos de identidad, permanencia y pertenencia familiar de manera que emerjan estrategias que puedan ser fortalecedoras de la autonomía y bienestar convocando a los diferentes actores que han participado en los anteriores escenarios y que forman parte de la experiencia de ser familia sustituta.
• Escena 1: Por medio de una dinámica de integración se construye un contexto de empatía y se organiza la distribución de la próxima escena.
• Escena 2: Retomando relatos e imágenes significativas de escenarios anteriores con relación a la identidad permanencia y pertenencia así como otras emergencias propias de un momento de socialización.
• Escena 3: contexto que destaca relatos alternos entorno a la identidad permanencia y pertenencia con un ejercicio de meta observación.
• Escena 4: contexto que posibilita una construcción a través de la devolución de los relatos y meta observaciones configurando narrativas de bienestar y autonomía
• ¿Cómo se ha configurado la experiencia de ser familia de aldeas en relación a los órdenes de significado con los sentidos de permanencia, pertenencia e identidad?
• ¿Cómo se construyen narrativamente los vínculos en la experiencia de ser familia sustituta en la voz de los hijos y las madres?
Escenario 1 • ¿Qué recuerda de la última sesión en que
participo? • ¿Qué espera de este encuentro? • ¿Cuál es el recuerdo más agradable que tienes
de la aldea? • ¿Comparte sobre alguna costumbre propia de
tu familia? • ¿Recuerdas una travesura que hayas realizado
en el colegio? • ¿Cuál es el regalo que te han dado y que más
te ha gustado?
• Escenario 2 • ¿Qué ideas surgen cuando observan estas
carteleras? • ¿Que tienen esas imágenes y frases en común? • ¿Cómo esas imágenes y frases en común son
vívidas por las familias de Aldeas y cómo favorecen el que cada uno de sus miembros se sienta acogido, aparte de, importante etc.
Escenario 3 • ¿Cuáles son los recursos de cada una de las
familias y como podrían potenciarse? • ¿Qué estoy dispuesto(a) hacer desde mi papel
para apoyar mi familia? • ¿Qué de lo dicho puede ayudarme a estar
mejor en mi familia/en aldeas? • ¿Cómo lo dicho me habla de lo que vivo y
siento en mi familia/en aldeas?....
• Escenario 4 • ¿En lo que se trato alguien quisiera aportar o
complementar?
Escenas. A continuación los propósitos de cada una de las escenas y grafico que destaca la
organización del escenarios y los autores en un ejercicio narrativo conversacional.
Escena 1: Dinámica de integración
Propósito: Acercar a todos los participantes del escenario entre si para crear un clima de confianza
que posibilite la construcción de un contexto narrativo-conversacional entre los distintos actores.
Escena 2: Sincronizándose en un mismo momento. Proceso reflexivo deconstructivo
Propósito: Retomar de manera audiovisual narrativas significativas de los anteriores escenarios en
la experiencia de ser parte de una familia sustituta, para facilitar emergencias que permitan la
articulación de semánticas identitarias, de permanencia y de pertenencia
Escena 3: Proceso co-constructivo de las narrativas emergentes.
Propósito: Destacar relatos alternos entorno a la identidad permanencia y pertenencia con un
ejercicio de meta observación
Escena 4: Proceso de construcción y consolidación de relatos emergentes.
Propósito: posibilitar meta observaciones para la co-construcción narrativa de relatos alternos
configuradores de la experiencia de bienestar y autonomía.
Escena 5: aprendizajes y comprensiones alcanzadas sobre la autonomía familiar desde un proceso
que destaca el ejercicio auto referencial y heterorreferencial
Propósito: realizar un cierre destacando los aprendizajes o inquietudes alcanzados en el proceso
investigativo interventivo, estableciendo una metáfora que represente la inquietud o tema que le
permita proyectarse y se parte de los relatos de autonomía y bienestar.
Neodiseño:
El quinto escenario, presenta un ajuste al no participar los jovenes una tia y una madre ,
desarrollándose con el resto de actores previstos, se presentan ajustes en la primera escena la cual se
desarrolla respondiendo a una contextualización, y segundo buscando un reconocimiento de los
actores que participarían, el evento de la no asistencia de los actores programados demanda la
realización de un mapa nocional en cual se describen la actual red de apoyo de la investigación
intervención y la participación de los diversos actores, para este encuentro tampoco se tiene la
presencia del egresado, se desarrollan el total de las escenas con dos una escenas más, entre las
escenas tres de emergencia de nuevos relatos y cuatro de aprendizajes donde se realiza meta
observación. En la que el equipo pedagógico, directivo, madres y tías conversan entorno a un
dialogo sostenido por el equipo de investigación y las coinvestigadoras, en la escena cinco se busca
explorar los aprendizajes adquiridos y consolidarlos a nivel individual a través de una metáfora.
Figura 15. Quinto escenario.
Escenario 6. Este escenario estaba orientado hacia las estrategias fortalecedoras del bienestar y
autonomía de los miembros de las familias de Aldeas.
Objetivo: En un contexto reflexivo co-construir relatos alternos de identidad, permanencia y
pertenencia familiar de manera que emerjan estrategias que puedan ser fortalecedoras de la
autonomía y bienestar convocando a miembros de las familias.
Actores: Equipo investigativo interventivo, jóvenes, madres, tías de estas casas
Matriz 7.
Estrategias fortalecedoras del bienestar y autonomía de los miembros de las familias de Aldeas. Objetivo Focos Preguntas orientadoras Preguntas Conversacionales
• En un contexto reflexivo co-construir relatos alternos de identidad, permanencia y pertenencia familiar de manera que emerjan estrategias que puedan ser fortalecedoras de la autonomía y
• Escena 1: Por medio de una dinámica de integración se construye un contexto de empatía y se organiza la distribución de la próxima escena.
• Escena 2: Retomando relatos e imágenes significativas de
• ¿Como los escenarios anteriores han contribuido en el sentido que se le brinda a la permanencia, pertenencia, identidad familiar?.
• ¿Como las narrativas de cada uno de los conceptos metodológicos que emergieron en los anteriores escenarios son amplificadas
Escenario 1 • ¿Cómo relaciona el ejercicio integración con
el tema de la investigación? Escenario 2
• ¿Cuál fue la frase que más te gusto y porque? • ¿Cuál fue la frase que más te causo dificultad
representar gráficamente?, ¿Por qué? • ¿Qué recuerdos experimento haciendo el
ejercicio? ¿Cómo te lo explicas? • ¿Qué frase te gustaría que hubiera aparecido
allí? Escenario 3
• Elegir a alguno de los participantes y darle un beso en un lugar poco común. ¿Por qué se
bienestar convocando a miembros de las familias.
escenarios anteriores con relación a la identidad permanencia y pertenencia así como otras emergencias propias de un momento de socialización.
• Escena 3: contexto que destaca relatos alternos entorno a la identidad permanencia y pertenencia con un ejercicio de meta observación.
• Escena 4: contexto que posibilita una construcción a través de la devolución de los relatos y meta observaciones configurando narrativas de bienestar y autonomía.
buscando la emergencia de nuevas memorias o relatos alternos?
eligió a esa persona? • Hacerle una mueca que represente lo que
piensa del compañero del lado derecho ¿Por qué hizo eso?
• Cantar un pedazo de una canción que le recuerde alguien de la familia.
Escenario 4
• ¿Qué de lo dicho puede ayudarme a estar mejor en mi familia/en aldeas?
Escenas
Escena 1: Dinámica de integración
Propósito: Acercar a todos los participantes del escenario entre si para crear un clima de confianza
que posibilite la construcción de un contexto narrativo-conversacional entre los distintos actores.
Escena 2: Sincronizándose en un mismo momento. Proceso reflexivo deconstructivo
Propósito: Retomar de manera visual narrativas significativas de los anteriores escenarios en la
experiencia de ser parte de una familia sustituta, para facilitar emergencias que permitan la
articulación de semánticas identitarias, de permanencia y de pertenencia
Escena 3: Proceso co-constructivo de las narrativas emergentes.
Propósito: Destacar relatos alternos entorno a los sentidos de identidad, permanencia y pertenencia
con un ejercicio de meta observación y con proyección a experiencias facilitadoras de autonomía y
bienestar.
Escena 4: Proceso de construcción y consolidación de relatos emergentes.
Propósito: posibilitar meta observaciones para la co-construcción narrativa de relatos alternos
configuradores de la experiencia de bienestar y autonomía.
Figura 16. Sexto escenario
Organización de la Información Presente en los Relatos Emergentes
En este aparte del texto se ilustra sobre la manera como se fue organizando la información
que emergió de los escenarios narrativo conversacionales descritos con antelación, previo a un
proceso de transcripción de cada escenario con diferenciación de los actores a través de una
nomenclatura establecida, material que queda consignado en los apéndices del documento; durante
el proceso se retoman los cuatro conceptos metodológicos de la investigación: identidad familiar,
pertenencia, permanencia y procesos organizacionales, que se desarrollan en el texto en el orden
descrito, esto como resultado de la manera como fueron apareciendo estas categorías durante el
desarrollo de los estados del arte documental y testimonial, así como parte también de la
exploración de lo narrativo vincular desde el fenómeno de estudio donde se ha venido
comprendiendo el vinculo como una configuración en lo narrativo estructurada por relatos que se
aprecian en el contexto de las familias sustitutas a través de cada uno de los conceptos
metodológicos; los cuales asu vez se cruzan con los conceptos de la línea de Historias y Narrativas
Familiares en Diversidad de Contextos como son: historias, memorias y relatos alternos, que
permiten construir una comprensión del fenómeno-problema, mediante un ejercicio
heterorreferencial y autorreferencial, en el sí mismo con el nosotros desde las versiones de
acontecimientos y experiencias que dependiendo del énfasis, sentido y tránsito, pueden
diferenciarse en los conceptos ya descritos de la línea, que se interpretan desde lo lingüístico con
categorías como lo semántico, lo semiótico y lo pragmático. En este caso con las voces presentes
en el sistema consultor configurado como son la voz organizacional, la voz familiar y la voz
investigativa interventiva.
Las actividades que se establecieron después del desarrollo de los escenarios conversacionales
se describen a continuación, estas permitieron la organización y emergencia de relatos de acuerdo
al siguiente proceso:
a. Transcripción de los seis escenarios posterior a su realización información que se encuentra en
medio digital. (Ver Anexo 3).
b. Ejercicio donde se conectan los conceptos metodológicos por todos los escenarios con los
conceptos del proyecto.
c. Efectuada una primera organización de la información se inicia un ejercicio de categorización
de los relatos de la siguiente manera:
1. Diseño y organización de matrices de relatos, diferenciadas por conceptos metodológicos
del estudio: identidad familiar, sentido de pertenencia, sentido de permanencia y proceso
organizacional.
2. Distribución de la información en las matrices de acuerdo a los conceptos metodológicos de
la línea según sea historias, memorias o relatos alternos. Con finalidad de ver la evolución
en el desarrollo de una narrativa de memoria a una narrativa de relato alterno desde cada
uno de los conceptos metodológicos del estudio, siendo abordada la primera columna de la
matriz.
3. Terminada la organización de la información se entra al desarrollo de un nivel
interpretativo de las narrativas de acuerdo a los conceptos del estudio verificando que estos
correspondan con los conceptos de la línea en su clasificación, en este proceso las voces de
los diferentes participantes de los escenarios conversacionales se diferencian en la matriz en
los planos heterorreferencial y autorreferencial; para el plano heterorreferencial se implican
las voces del equipo pedagógico y directivo en una sola columna que se nomina proceso
organizacional asi como se establecen dos columnas para las voces de los miembros de las
dos familias y en el plano autorreferencial se destaca la experiencia sucitada en el desarrollo
del escenario conversacional de la voz del equipo investigativo interventivo y
particularmente con el relato seleccionado.
4. Se inicia posteriormente el desarrollo de la columna de interpretación de las descripciones
según órdenes de los dispositivos para generar un segundo nivel de comprension. Esta
lectura interpretativa se hace con base en los siguientes criterios:
• Orden pragmático en donde se define el efecto significativo de las narrativas en las
interacciones generadas en los sistemas terapéutico y consultante.
• Orden semántico en donde se definen las conexiones de las narrativas con el contexto de
la relación que favorecen la organización de sentidos y polaridades familiares.
• Orden Semiótico en donde se reconocen las conexiones de significado de los meta
contextos o sistema de significación condensados en los relatos y narrativas-
conversacionales emergentes.
La información que se ubicó en cada una de las columnas de las matrices hace referencia a
un primer nivel de lectura del equipo investigador-interventor acerca de cada uno de los relatos que
emergieron durante el proceso narrativo-conversacional, y es paso inicial para el proceso de
resultados que se caracteriza por el desarrollo de un texto que retoma la descripción en los planos
anteriormente descritos, finalmente viene un ejercicio que implicara la discusión de esos resultados
retomando la columna de interpretación de todas la matrices y el desarrollo de un texto que
compendie lo ocurrido para iniciar el ultimo capitulo de la investigación que son las conclusiones.
La tabla No. 8 muestra el diseño de la matriz que se desarrolló para la organización de la
información en cada uno de los escenarios realizados.
Matriz 8.
Matriz de organización de la información de los escenarios
DESCRIPCION
HETEROREFERENCIAL AUTORREFERENCIAL
VOZ FAMILIAR NARRATIVAS
VOZ ORGANIZACIONAL FAMILIA 1 FAMILIA 2
VOZ INVESTIGATIVA INTERVENTIVA
INTERPRETACION
SEMANTICO: nivel de comprensión que se realiza del relato desde el significado atribuido a la experiencia de manera subjetiva y que se aprecia como referente de interaccion o comprensión de una situación determinada para un sujeto es decir su horizonte de sentido.
Relato tomado del texto trascrito de uno de los escenarios conversacionales que es un aparte narrativo que correponde según sea con cualquiera de los conceptos metodogicos de la investigación (identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso organizacional) y que se cruza con los conceptos de la línea como pueden ser: Historia, Memoria o Relato Novedoso.
Los relatos de las diversas voces encarnadas en los actores identificados que en este caso forman parte de los miembros directivos de ALDEAS o del equipo pedagógico que refieren a narrativas que pueden ser historias, memorias o relatos alternos en cuanto a los procesos organizacionales y en relación con la identidad familiar, la pertenencia y la permanencia.
El relato de las diversas voces que conforman el grupo familiar (madre, jovenes, niños y niñas y tias) y que se asocian a los procesos de comprensión de lo vincular en los términos de identidad familiar, permanencia, pertenencia y procesos organizacionales. Que se cruzan con los operadores de la línea como son: historia, memorias y relatos novedosos
Las voz de los investigadores que emerge a lo largo del proceso narrativo conversacional entorno a la configuración de comprensiones sobre la contruccion de la investigación intervención en la experiencia con el contexto de interaccion desde los diferentes recursos individuales puestos en escena asi como de los prejuicios individuales o del equipo que se consolidan o desvanecen a lo largo del proceso.
SEMIOTICO: nivel de comprensión de los relatos que se caracterizan por destacar una orientación social en el discurso que se asocia con referentes culturales, costumbres, valores y concepciones de la vida que se han venido realizando desde concensos que se mantienen vigentes en la cultura de modo generalizado como en sectores específicos de la sociedad.
SEMANTICO: nivel de comprensión que se realiza del relato desde el significado atribuido a la experiencia de manera subjetiva y que se aprecia como referente de interaccion o comprensión de una situación determinada para un sujeto es decir su horizonte de sentido.
SEMIOTICO: nivel de comprensión de los relatos que se caracterizan por destacar una orientación social en el discurso que se asocia con referentes culturales, costumbres, valores y concepciones de la vida que se han venido realizando desde concensos que se mantienen vigentes en la cultura de modo generalizado como en sectores específicos de la sociedad.
Relato tomado del texto trascrito de uno de los escenarios conversacionales que es un aparte narrativo que correponde según sea con cualquiera de los conceptos metodogicos de la investigación (identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso organizacional) y que se cruza con los conceptos de la línea como pueden ser: Historia, Memoria o Relato Novedoso.
Los relatos de las diversas voces encarnadas en los actores identificados que en este caso forman parte de los miembros directivos de ALDEAS o del equipo pedagógico que refieren a narrativas que pueden ser historias, memorias o relatos alternos en cuanto a los procesos organizacionales y en relación con la identidad familiar, la pertenencia y la permanencia.
El relato de las diversas voces que conforman el grupo familiar (madre, jovenes, niños y niñas y tias) y que se asocian a los procesos de comprensión de lo vincular en los términos de identidad familiar, permanencia, pertenencia y procesos organizacionales. Que se cruzan con los operadores de la línea como son: historia, memorias y relatos novedosos
Las voz de los investigadores que emerge a lo largo del proceso narrativo conversacional entorno a la configuración de comprensiones sobre la contruccion de la investigación intervención en la experiencia con el contexto de interaccion desde los diferentes recursos individuales puestos en escena asi como de los prejuicios individuales o del equipo que se consolidan o desvanecen a lo largo del proceso.
PRAGMATICO: nivel de comprensión en cuanto a las practicas existentes individuales o sociales que brindan soporte a los relatos y les permiten reinvindicarlos, recrearlos y conferirles sentido, afianzar posturas, dicursos, tendencias y procederes estableciendo un referente desde la experiencia de vida en eventos particulares los cuales se aprecian en el curso que asumen comportamientos sociales en diferentes contextos que se establecen.
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN – INTERVENCIÓN
A través del trayecto metodológico propuesto en el sistema conceptual de análisis de las
producciones narrativas de la estrategia investigativa-interventiva, este estudio ha podido acercarse
a la postura presente en la ecología de sistemas sociales específicos como lo son las familias
sustitutas permanentes y los otros sistemas con los que interactúa, posibilitando la comprensión de
la construcción narrativa de los vínculos en dichos grupos humanos y las tramas que de ellos
emergen tanto generativas como deficitarias; dando fuerza a la evocación y distinción de aquellas
memorias posibilitadoras de los vínculos afectivos entre los actores para después hilarlas en nuevas
narrativas alternas que fortalezcan la relación.
Así, por medio del relato de los contextos familiar (madres, tías e hijos/as), organizacional
(equipo pedagógico y directivo) y del equipo investigativo-interventivo (grupo de estudio), se
retomo en este capítulo las narrativas registradas en las transcripciones que fueron conectadas con el
marco paradigmático, la pregunta de investigación, objetivos e hipótesis y que han sido organizadas
en matrices desde los conceptos metodológicos de la investigación apareciendo en su orden: el
sentido de identidad familiar, el sentido de pertenencia, el sentido de permanencia y el proceso
organizacional; integrados con los conceptos metodológicos del proyecto institucional: historias
(acontecimientos), memorias (experiencia) y relatos alternos (movilización narrativa hacia nuevos
acontecimientos y experiencias). Siendo los dispositivos del contexto narrativo conversacional en el
orden pragmático, semántico y semiótico de las diversas voces convocadas, parte también de las
matrices y del orden lógico utilizado para acercarse a la información pero encontradas en el
siguiente capítulo que corresponde precisamente a la discusión de resultados. La decisión de
aparición de los relatos también lo constituye el orden en que se trabajaron los seis escenarios.
Para mayor comprensión y ubicación de los actores, se identificó cada narrativa presente
dentro del proceso narrativo conversacional en grupos referidos a los contextos mencionados al
inicio del párrafo anterior, pero cuando se quiere puntualizar sobre la voz donde emergió el relato
para traer su ejemplo se usarón las convenciones ya mencionadas en la metodología: D (Director),
AD (asistente de dirección), TS (trabajadora social), P (psicóloga), A1,A2,A3,A4 (alguno de los
acompañantes juveniles); C1,C2,C3,C4 (alguno de los consultores…investigadores-interventores);
CA1,CA2 (alguna de las consultoras asesoras). En cuanto a las familias se da una organización más
puntual dividiéndose en primera instancia en 1 y 2 que se coloca al principio; de manera que M1,
M2, es para las madres según su grupo al igual que T1, T2 para las tías. Con los hijos/as de estas se
une al número de su grupo la asociación por género (M=mujer y H=hombre) que va en la mitad, y
la ubicación descendente según la edad que posee dentro de la familia. De esta manera, por
ejemplo, un relato encontrado con 1H1 es porque corresponde al hijo de la familia uno, que es
hombre y el mayor de todo el grupo, pudiéndose observar en el genograma de capítulos anteriores
de cada familia.
Es importante finalizar comentando que todas las transcripciones fueron numeradas según
la forma de aparición de las voces de los actores, por eso la referencia encontrada al final de los
apartes da cuenta del escenario donde se importo y el numeral del párrafo en que puede ser hallado,
que se encuentra ubicado dentro del Anexo 4.
Identidad Familiar
Escenario 1
Historias que Emergieron en el Escenario
Dentro de las narrativas registradas en el escenario uno en la voz organizacional que en esta
narración es representada por el Director, el sentido de identidad familiar se comprendió desde
directrices organizacionales que le daban un sentido particular a la experiencia vincular, en donde
en las historias se observó una producción discursiva enfatizada en referentes sociales como la
visión clásica de la familia, en donde se sostiene que los niños o jóvenes que están desde muy
pequeños y llevan un tiempo prolongado en la Aldea, tienen la posibilidad de establecer una
relación más cercana con los miembros de las familias de la organización, pues según lo
comprendido por la voz directiva estos tienen una mejor “disposición” de construir vínculos al
interior de la Aldea; la creencia se relaciona a la idea de que no tienen referentes biológicos de
familia que se “interponga” en su experiencia actual con la madre sustituta:
(D) “…ya tienen un lazo afectivo con ella (la madre sustituta), y los niños saben que no hay
nadie más afuera, que no hay por ahí un fantasma que se llama abuela, hermana, mamá o tía; que
los niños que si tienen ese personaje amenazan a la madre de aquí diciendo: usted no es mi
mamá…” (Escenario 1, No 150)
Lo cual da cuenta de los significados que se han construido alrededor de la familia
biológica y de la configuración del sí mismo del niño o joven con respecto a la construcción de su
mundo vincular, permitiendo comprender que la identidad familiar está inmersa en referentes
organizacionales que connotan a las familias biológicas como un elemento que obstaculiza los
procesos de construcción de vínculos y que en sus procesos limitan la trascendencia de este
referente biológico en el marco relacional de los niños, jóvenes y madres del mismo contexto
organizacional.
Por lo tanto en el marco de referencia de la organización la construcción de familia se da
partir de procesos limitados a la experiencia dentro de la Aldea, en donde la identidad familiar se
construye por medio de procesos de negociación dentro de cada familia y las directrices de la
organización, siendo importante la toma de decisiones y la participación en lo relacionado a la
organización del hogar por todos los miembros:
(D) “…Con los jóvenes se inició la discusión sobre qué entienden por participar, y había
una sorpresa en términos que para ellos participar era: “yo quiero ir a fiestas cada ocho días,
déjeme, déjeme porque es mi decisión”; fue muy rico porque pudimos aclarar muchas cosas, pero
también con las mamás en que fueran flexibles, porque algunas pretendían mantener las normas
iguales para todos los muchachos. Entonces no es lo mismo darle permiso al niño de ocho años
que al niño de dieciséis años, hay una diferencia abismal, entonces eso mejoró la percepción de
participación de los jóvenes…” (Escenario 1, No 163)
Esto da cuenta de cómo el vínculo está nutrido por una ecología de significados que entran
organizar la autonomía del sistema, en este caso de las madres, para direccionar el hogar y lo
esperado y requerido por el sistema organizacional.
Para el equipo investigativo interventivo fue necesario evidenciar la posición narrativa del
director respecto a la experiencia de ser familia en la Aldea, en lo relativo a su comprensión de ser
familia biológica versus ser familia sustituta, pues esta es una historia que se identificó desde el
estado del arte contextual como movilizadora de varios significados en la interpretación de la
experiencia familiar de mencionadas familias:
(C2) “… ¿eso le quita algo a eso de lo natural? (D) claro… o no necesariamente. Porque
eso nos tiene que poner en una dimensión real de lo que somos. Nosotros no somos una familia
natural ¿sí? Y pretender construir esa, digamos que ese concepto cuando estamos traspasados por
muchas situaciones que permanentemente nos dicen ojo con esto, ojo con lo otro; ahí sí como digo,
pendientes de una serie de normatividades. El hecho mismo de que tengamos un nombre que se
llame Aldeas Infantiles implica que tenemos unas responsabilidades legales ya que, jurídicamente,
no somos un ente natural, somos una institución, una organización que responde por unos
procesos” (Escenario 1, No 166, 167)
En este sentido desde la voz del director emergen historias que dan cuenta de las
construcciones de significados matizadas a partir del modelo familiar creado dentro de la
organización, en donde es claro para la organización que la experiencia vivida en la Aldea no es
similar a la experiencia vivida dentro una familia natural, pues como sistema amplio deben
responder a demandas y requerimientos puntuales del contexto donde está inmerso el sistema, que
deben ser atendidos acorde con la interpretación que ellos mismos construyen de su realidad.
En otro aspecto desde la voz de las familias en este caso desde las madres, se da cuenta
cómo emerge la experiencia narrada a partir de los significados construidos en la vinculación con la
organización, ya que para ellas es una experiencia que paulatinamente va reconfigurando sus
expectativas y proyectos de vida, enriquecida por los procesos de formación que se dan dentro de la
misma organización, señalando como aquí se muestra:
(M2) “… ahí se va teniendo en cuenta que cuando uno entra a la organización, o sea
cuando uno llega acá, uno no llega pensando en un proyecto de familia, si ve, nosotros eso se va
fortaleciendo, se va metiendo porque uno cuando llega acá, llega buscando un empleo.” (Escenario
1, No 262)
Tema que forma parte de la intervención organizacional en sus procesos de capacitación y
que contribuye en las prácticas e intencionalidades que previamente se establecen dentro de
comprensiones y practicas organizacionales que orientan y aportan en la configuración vincular
dentro de los miembros de estas familias. Es así que el equipo investigativo interventivo reiteró la
importancia de la construcción de estos significados para el proceso de la experiencia de las madres,
los jóvenes y en sí de todos los actores que forman parte de la organización y que participan en el
proceso conversacional donde cada historia es nutrida de significados que hacen parte de la forma
de vincularse. En este ejercicio el equipo investigativo interventivo connotó positivamente y
destacó los recursos desarrollados en la decisión de emplearse dentro de la organización, al
resignificar como se convirtió una circunstancia laboral en un espacio para el desarrollo de una
vocación y para la nutrición del sí mismo:
(C2) “…mira como se cruza una intención de empleo con una vocación”. (Escenario 1, No
264)
Paulatinamente, surgieron historias desde la voz del equipo directivo sobre las diferencias
sociales de la familia en la actualidad, resaltando algunas características de las familias de la
organización donde se aprecia una identidad propia de los grupos familiares, que se estructuran de
acuerdo a lo que se espera socialmente en la línea de los referentes culturales sobre cómo debe
construirse una adecuada calidad de vida, destacando con notoriedad el acompañamiento de
diversas personas como el equipo pedagógico en los procesos y la inversión de diversos recursos
humanos como materiales que hacen de la organización un espacio nutritivo para el desarrollo
individual y social del individuo:
(AD) “…somos un modelo familiar muy parecido a las familias de nosotros y resulta que
en las familias de nosotros somos abandónicos, yo estoy aquí mis hijos en este momento ¿dónde
están?, ¿hasta qué horas solos en Internet?, chateando en facebook, en soledad, y este modelo
familiar tenemos que estar seis, siete, diez personas, una madre, una tía pendientes de diez chicos
24 horas, una familia muy cercana, la idea es que hace mucho tiempo cambio la tendencia de que
la mujer era para el matrimonio… entonces era para casarse tener hijos y criarlos y tener diez,
quince y doce, y que todos fueran profesionales y el papá era el que llevaba el sustento a la casa
hay un referente de mamá 24 horas, ahora una madre tiene que salir a trabajar y conseguirse plata
y tiene que llegar a la casa a trabajar sin remuneración pero bien, y cuál es la sugerencia y porque
no tener una mirada de núcleos familiares cuales la familia de la estratificación aquí cuatro que los
chinos están metidos en facebook… los chicos lo dicen no me la monten, déjenme respirar, déjeme
la vida en paz”. (Escenario 1, No 266)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En el escenario uno emergieron memorias que posibilitaron en la comprensión del sentido
de identidad familiar en la voz organizacional narrativas de referentes como el tiempo, siendo un
significado trascendente en la construcción y organización de los lazos afectivos familiares. En este
sentido, en el relato del director, se da cuenta de cómo se trasciende las historias sobre los referentes
culturales de cómo construir familia; se hace un paralelo de cómo las madres consideran más
sencillo construir vínculos “familiares reales” con niños de edades tempranas fundamentado en el
significado de que pueden “criarlos como a sus propios hijos” y la narrativa relacionada a la
experiencia vivida del director pues siente que este significado de las madres no es acorde a lo que
pueda surgir en la realidad en la recursividad de las relaciones dadas en la Aldea; la voz
organizacional termina reconociendo lo significativo e importante que es para las madres construir
vínculos relacionados a las preferencias y expectativas individuales que muchas veces es difícil de
comprender para la misma organización:
(D) “… entonces una de las hipótesis de ellas es que con estos niños ya uno no construye
familias, estos niños son muy grandes,…. si, ya no es fácil hacer eso. (C3) si, ya hay como más…
(D)… uno construye, o sea, la palabra que usaste al inicio de toda la explicación de lo que van a
hacer es correcta….uno de los imaginarios de las mamás es que los niños entre más pequeños nos
permiten construir lazos afectivos a largo plazo y construir realmente familia, casi son como
hijos nuestros, los más grandes no, entonces eso ha estado pesando mucho. Para mí eso es falso,
pero pues es una hipótesis también, porque de hecho hemos tenido niños grandes que tienen una
ventaja sobre los niños que recibíamos antes que tenían algún familiar, que tienen una abuela, un
tío, incluso su mamá, que rondan por ahí, que saben que existe, que está en algún lado, que ayer
la vieron que dijeron que estaba en Putumayo y que después estaba en la Guajira, pero ahí
digamos que está en el imaginario del niño, viva y con la expectativa de que seguramente se
puedan encontrar algún día. (Escenario 1, No 146,147, 148)
Escenario 2
Historias que Emergieron en el Escenario
En el segundo escenario para el equipo investigativo interventivo fue importante retomar
los sentidos y significados que se han construido en torno a la experiencia de ser familia en la
Aldea, pues daban cuenta de elementos como la identidad familiar y a su vez de las diversas
configuraciones que emergen en los procesos narrativos dentro de la construcción y nutrición del
vínculo, representados por los diversos actores por medio de dibujos que facilitaron la creatividad y
la emergencia de diversidad de narrativas.
En el segundo escenario desde la voz de las familias se conjugaron historias connotadas
desde la afectividad e inmersas en las relaciones que daban cuenta de la identidad familiar, con
respecto a referentes como la unión, el amor, el respeto y el apoyo. Desde la voz de las madres, se
fundamenta estos referentes como base de la nutrición afectiva dentro del sistema familiar de la
Aldea, que configuran narrativamente el vínculo entre sus miembros, connotando las relaciones
desde una particularidad especial en su dinámica y posibilitando la emergencia de nuevos vínculos,
pues otros miembros como las tías aportan e enriquecen el rol materno en este sistema:
(M1)… “dibujamos la familia como: la mamá, la tía, los niños y la casa que es el lugar de
ellos. Dibujamos las huellas, el corazón y la carita feliz porque nosotros como familia somos
felices, somos unidos, hay fraternidad porque se trabaja mucho de eso, que los niños se vean como
hermanos, que se respeten, que se valoren… el corazón es mucho afecto, mucho amor, pues en la
familia eso lo trabajamos pues huellas dejamos y ellos también dejan huellas en sus vidas”.
(Escenario 2, No 2)
Paralelamente en las voces del equipo pedagógico emergieron historias dadas dentro del
sentido de la identidad familiar, que relacionaban la experiencia familiar propia dentro de su
sistema biológico a una acción característica de las prácticas familiares de Aldeas, al retomar el
ritual de preparación para la llegada de un nuevo miembro a la familia sustituta dentro de la
practicas de la organización, resaltando cómo esto nutre las relaciones y son marcadores del vínculo
a construirse. Es así que en la voz del equipo investigativo interventivo fue importante retomar la
experiencia personal de cómo se vive, trabajando en la narrativa que el ser parte de una familia
propia da una connotación y un significado diferente a la experiencia de ser parte de la Aldea, lo
cual permitió evocar narrativas de sentido a esta experiencia y connotarla diferente:
(A2) “... Así como mi mamá nos preparo a nosotros diciendo que va a nacer un hermanito y
nos trajo esa idea tan bonita inculcando antes de nacer el amor por ese hermano, así igualmente lo
hacen las mamás en Aldeas. Yo estoy segura que habrá muchos niños que antes de conocer el
hermano nuevo o miembro de la casa ya le están tomando cariño, como la expectativa, como la
ilusión.” (Escenario 2, No 28)
Dentro de las narrativas de las voces del equipo pedagógico se observa que la identidad
familiar es vivida además como un deber ser de la madre, connotándola como una constante en la
relación para construir vínculos, lo que se relaciona con las bases del modelo familiar de la
organización cuyo centro es la figura materna. En la voz de equipo pedagógico el tiempo
compartido vuelve a surgir como en el anterior escenario como referente central en la definición del
vínculo que se configura entre madres e hijos:
(TS) “Yo diría que lleva una ventaja económica en la familia SOS y es que tienen a su
mamá todo el tiempo con ellos. Muchos no tienen esa ventaja porque incluso nuestra mamá no la
veíamos todo el tiempo o no tenemos la ventaja de estar con nuestros hijos… Los chicos de ahora
de la sociedad moderna se crían solos, viven solos… en cambio ellas tienen eso, tiene a sus hijos
en la casa, hacen compras entre semana, y yo las veo y digo hay ojala pudiera hacer eso con mis
hijos... Eso es una forma muy bonita que une lazos…” (Escenario 2, No 31)
Con relación a la organización, para el equipo investigativo interventivo fue importante
comprender cómo el modelo de la Aldea opera y da cuenta de sus principios fundamentales,
permitiendo conocer el contexto con sus diferentes dilemas y los recursos del sistema para
enfrentarlos, surgiendo en la voz del equipo pedagógico historias sobre cómo el modelo de la Aldea
trata de dar lo “necesario económicamente” a los niños según lo estipulado por la organización
siendo un marcador en las relaciones y en la forma de organizar las familias de la Aldea asociado a
las “normas y limites”. También surgieron narrativas en esta voz describiendo las relaciones
inmersas dentro del contexto de la Aldea, referente al “paternalismo” en lo institucional, pues se
critica esta postura al definirla como nociva para la formación de los niños y jóvenes, que también
es parte de la misma cultura de la organización. Frente a esto el equipo investigativo interventivo
conversa sobre los sentidos construidos sobre la familia, comprendiendo la diversidad de
significados emergentes entre la familia biológica y la familia de la Aldea, que den cuentan de la
singularidad de las relaciones siendo la identidad familiar el punto de encuentro:
(C3) “Bueno ¿ustedes por qué creen que vuelven a la Aldea…? (D) Porque insisto ellos
aquí se quedaron y fueron su familia y si tu entras a las casas ellos vuelven y ven una foto en donde
están ellos y se reconocen, aunque en la casa no esté la mamá. (TS)Yo también siento que la
organización en general tiene un modelo paternalista y entonces esa mirada paternal da pie para
que ellos vuelvan, o sea, esa mirada de que si yo voy me van a apoyar. Hay chicos que no vienen
solo a buscar ayuda económica si no la ayuda de la mamá... Uno a veces ve niños chiquitos que no
son de la Aldea y se lo dejó a la mamá para que lo cuiden un rato, pero que requieren ese apoyo. Si
hay una mirada paternalista que me pregunto ¿qué tan benéfica o mala es? porque cuando C3
preguntaba porque no se culminan esos procesos, es eso también, es que les damos y le damos que
ya tienen todo que no saben que hacer. Se van y se aburren y pasa lo que dijo D entonces allí esta
esa otra mirada que de pronto uno en su casa natural, si también le daban pero también le
quitaban. Pero aquí uno no le puede decir a un niño -aquí no te compro zapatos- porque igual está
incluido dentro del rublo de su ropa, o sea este mes te portaste mal y no te dio los zapatos, no la
Aldea no se puede dar estos derechos porque está dentro de los rubros de su ropa, y esto da a que
la Aldea no pueda cumplir y hacer otros ideales”. (Escenario 2, No 77, 78,79)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En las narrativas que surgieron en este escenario se posibilitó la emergencia de memorias
relacionadas a la experiencia vivida en que la familia construye identidad, enfrentando diversos
elementos en donde el cambio fue un referente importante para asumir las demandas del contexto
institucional. Pues el narrarse madre, está mediado por el estereotipo y lo esperado por el contexto
organizacional en el rol y el cumplir con los requisitos como “empleada” de la Aldea. Aquí el
equipo investigativo interventivo intentó comprender cómo el “self narrativo” de los miembros de
la Aldea entra en juego en los diversos contextos: en el familiar y en la organización, para permitir
conversar sobre los órdenes de significados emergentes de las diversas narrativas organizacionales.
Para comprender la construcción narrativa de los relatos de las experiencias vinculares vividas por
la familia, se dio a lectura de cómo las madres y el equipo pedagógico perciben las vivencias en la
Aldea; en donde se observó cómo la “emoción” emergió en los relatos de las madres y en el equipo
pedagógico lo “racional” y lo autorreferencial cobró sentido:
(C3)” Digamos en el ejemplo que está dando en este momento D, ¿cómo es para ustedes
esta vivencia?, es decir cómo seria para ustedes ese poder ser madre para unas cosas pero por
ejemplo en otras digamos en el castigo que nos decía D no pueden hacerlo, ¿cómo se siente eso de
ser y no ser?(M1) Yo pienso que una mamá debe estar dispuesta al cambio o sea tener uno como la
mentalidad o tomar conciencia que esto debe tener unos cambios y debe asumirlo, es duro sí y más
difícil para algunas que llevamos más tiempo, pienso yo que las que están asumiendo casas un año
o dos años, pero para nosotros es más duro. (C3) Dices que es más duro ¿qué es más duro? (M1)
Digamos esa cosa de la gestión de calidad. Tanta documentación que debemos tener, que hay que
asumir pero para nosotras es nuevo”. (Escenario 2, No 36, 37, 38,39)
En la voz del equipo investigativo interventivo en este escenario fue importante comprender
el sentido que se da a la “experiencia vivida” en el contexto de la Aldea, comprendiendo así la
configuración de la identidad familiar, relacionado a las construcciones de sentidos por las madres y
cómo éstas narran la experiencia en la interacción con él otro. Es así que desde la voz de las madres
se resaltó cómo los procesos en la configuración de la “identidad familiar” se conjugan diversos
referentes en la construcción de los vínculos, pues en los “proyectos de vida” de las madres lo
económico y la estabilidad laboral ocupan un primer lugar en la jerarquización de intereses pero que
en la medida que se experimenta la vivencia del ser mamá con los niños, el trabajar en la Aldea
adquiere un nuevo sentido de familia, narrativa prevalente en los escenarios realizados:
(CA1) “Han pasado varias cosas interesantes. En primer lugar, es impacte ver cómo hacen
dos figuras diferentes, una, la figura de las mamás donde hay personas cogidas de la mano, hay un
corazón pintado, las huellas, la casita, pero son ellos los protagonistas. Y el dibujo del otro grupo
son dos casas que representan la estructura, ¿pensaba cómo se complementan? ¿Cómo los unos
brindan digamos el medio y las condiciones para que allá esto y se pueda construir lo que ellos
definen: sus vínculos, las relaciones y todos ellos puedan estar viviendo esa experiencia. Era muy
claro que ellas empezaron a dibujar y no hablaron mucho. Ellas empezaron a hacerlo como desde
una emoción que las conecta fácilmente con la acción que quieren realizar. Pero ellos lo que
hicieron fue comenzar a conversar y a organizar. Todo muy racionalmente, pensando voy a hacer
esto. Entonces me pareció que eso fue muy interesante. Digamos representativo de cómo vive la
experiencia cada uno de estar acá. Y luego cuando comienzan a conversar, las conversaciones son
diferentes porque son unas mamás hablando de emociones, las tías hablando también de emociones
y ellos empiezan hablando un poco, los pedagogos, más desde la… digamos desde cómo ellos
piensan cosas, cómo son esa familia, pero el hecho de ya haberse conectado con su familia de
origen ha permitido hacer un ejercicio auto- referencial de cómo es esta diferencia entre mi casa y
cuando A1 habló me encantó cuando dice mi mamá no se iba de vacaciones y yo también
inmediatamente en ese momento pensé en mi propia mamá. Y oyendo también a D hablando por
ejemplo de su hijo ha sido una experiencia donde cada uno ha ido moviéndose, digamos, de eso que
es lo administrativo en cómo funciona la casa que tiene que pensarse, y cómo se vive allí, como lo
decía ahora AD, que ahora habla de los vínculos y de otro tema que conecta todo eso de los
referentes sociales, culturales que igual lo tenemos ahí… entonces son muchas cosas, digamos
como formas de verlo, pero lo que estaba pensando es cómo hay conexiones. Oía por ejemplo a la
TS, y tiene una idea que me encantó, que es como también en todos los grupos hay alguien que se
atreve a pensar y decir cosas que de pronto se salen de lo que habría que decir… entonces
cuestiona y pone otros diálogos que entran a hacer unas reflexiones diferentes…. (Escenario 2, No
95)
En la voz del equipo investigativo e interventivo, se observa la emergencia de nuevas
narrativas como la de “familia social” atribuyéndole un sentido característico a las familias de
Aldeas, connotándola desde la multiplicidad de elementos, que hacen que cada familia sea diferente
pero resaltando que emergen características muy similares al de cualquier familia biológica, como
“el reconocer a la madre como tal y ser llamada como tal, la ausencia o permanencia de la madre”
elementos que le dan a la familia una identidad propia. Además el equipo investigativo interventivo
retoma los procesos de identidad por medio de los recursos desarrollados para enfrentar los dilemas
vivenciados a partir de experiencias anteriores que se resolvieron en determinados momentos en la
Aldea, conjugándose además en esa constante demanda de los diversos roles como madre y como
empleadas en donde deben responder a externos frente a su rol. Se retomaron elementos de cómo
se connota de forma diferente la evolución que ha tenido la organización para responder a las
diferentes demandas externas para “mejorar y aprender” sobre la misma experiencia vivida, y cómo
está es una organización diferente a las demás pues se construye vínculos que emergen en la forma
de narrarse como seres humanos:
(CA1) “… Me gusta la idea de no nombrarse como una familia como todas. Eso de darle
un nombre somos una familia social, pero además una de las familias, la Rodríguez, la Pérez…
pero somos esa familia. Yo creo que tener una identidad de Aldeas es una cosa y es una gran
familia. Pero creo que aquí hay familias diferentes y creo que eso también cuenta porque cuando,
me acordé cuando M1 dijo que él ya no me dijo mamá, yo inmediatamente me conecté también
como si mi hijo no me dijera mamá, ¿cómo me siento? Y lo viví como si fuera mi hijo, ¿sí? Y
entonces pensé eso no es simplemente una explicación racional, sino cómo me siento yo como
mamá si no me dice mamá si yo lo he sentido como hijo, porque eso habla de mi identidad, ¿sí?
Eso me hizo inmediatamente conectar y entonces me dije, ¿cómo se nombra aquí cada uno y qué es
lo que significa cada uno como sea definido? (CA1) Pensaba también cómo ha emergido un relato
de un cambio que se estaba haciendo que hubiera sido casi imposible hoy conversar sin que esto se
hubiera puesto acá en el dialogo y es el sentirse de alguna manera digamos “supervisado” o algo
así porque están viviendo esta experiencia y digamos es más reciente. Entonces el vivir esa
experiencia los ha puesto en un cuestionamiento sobre las cosas que hacen. Pero lo que vi es que
esto ha llevado a no vivirlo solamente como una supervisión o un control sino que los ha llevado
también, TS hablaba que en algún momento hubo una evaluación, esto de alguna manera se puede
vivir también como una evaluación, inclusive llegar a tener otra connotación y es de todo eso qué
sacamos que nos ayuda a ser mejores y qué es lo que nos ayuda a aprender. Por lo que veo esto
tampoco tiene que venir siendo es que lo vivieron y ahora ya no, o sea esto también puede ser
transitorio y si es posible que también pueda tener una, digamos, sea una experiencia vivida que
permita aprender… Estamos hablando de seres humanos. Entonces me parece que eso ha sido
interesante porque ha emergido eso, creo que es una institución que tiene una identidad diferente a
otras instituciones. Es una institución que tiene una características que digamos la hacen tan
particular en esta construcción de vínculos que no hablar sobre vínculos es no dar cuenta de lo que
ella diariamente vive. Como en la familia hablamos de los problemas de las tristezas y todo lo que
se vive en una familia, pues hay que hablar de eso y eso es lo que ha emergido”. (Escenario 2, No
97, 130)
Escenario 3
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario tres emergieron historias en donde los relatos daban cuenta de cómo se
configuran diversos ordenes de significados inmersos en la construcción del sí mismo en los
jóvenes con relación a la experiencia vivida en la Aldea, en donde la identidad familiar es
comprendida desde los referentes de la fortaleza que da cuenta de lo que cada miembro es,
transcendiendo lo estipulado y lo esperado por el contexto organizacional, aquí lo vivencial se
connota como significativo sin obviar los procesos organizacionales que atraviesan de forma
contante la experiencia vincular en la Aldea. El equipo investigativo interventivo co-ayudó a la
emergencia del relato al conversar sobre el significado vincular representado en los dibujos
realizados por los miembros de las familias en carteleras, alrededor de la pregunta orientadora de
cómo se comprende la familia y cómo se solucionan las dificultades cotidianas. Específicamente
este aspecto que se vio reflejado en las narrativas de ellos con relación a la identidad en las
relaciones familiares, que en este espacio conversacional se utilizó el recurso de la metáfora
interpretada en ellos como la metáfora del árbol, que simbolizaba la unión, la fortaleza y el lugar
donde nacieron y se construye las metas de vida:
(C2) “Y ¿qué representa el arbolito acá? (2M2) Que la familia está unida (2M1) Se
fortalece cada vez más (C2) Y el nene en el centro ¿por qué? (2M1) Porque ahí es donde se fluye,
o sea, donde está el fruto. Desde ahí nacen sueños, ¿ves?. Desde ahí empieza a crecer el niño y
eso. (C2) Bueno, y esta otra que está acá, ¿Cómo solucionan los problemas en estas familias,
cómo está representado en la cartelera? (2M1) La de allá dialogando, la que está abajo de amor
(C2) Abajo de amor, ah ¿esta figurita que está acá? (2M1) Si (C2) Dialogando. Se dialoga
¿mucho? (2M1) Si”. (Escenario 3, No 139-148)
La figura de la madre en varios escenarios es significativa para los niños y jóvenes y para la
misma organización pues además de ser la principal cuidadora de los miembros de la familia es la
figura representacional de la misión de la Aldea, comprendida como un actor principal en la
experiencia vincular. Lo anterior se refleja en los relatos de los jóvenes en la narrativa gráfica donde
seleccionaron una mujer en embarazo que se asociaba fácilmente con el rol y la ubicaron de manera
notoria dando cuenta de cómo la identidad familiar esta fortalecida por las practicas de la madre
dando cuenta de su disposición. Después de emergido el relato, se resaltó el valor que le dan a la
experiencia maternal como organizadora del vínculo familiar en esos grupos:
(C1)” Al parecer para ti, una familia es la figurita donde está la mujer embarazada, ¿sí?
(C1) Bueno pero explícanos tú… (1H1) Pegamos este recorte de la mujer embarazada porque aun
que no son nuestras madres propias pues nos guían superando el rol de ellas”. (Escenario 3, No
172,173,174)
En la configuración de la identidad familiar emergió desde la voz de los jóvenes de las
familias, la metáfora de las manos unidas como ligada a la narrativa de la construcción de los lazos
afectivos familiares. En este sentido, el compartir, el cuidado y todas las otras características
propias de este grupo dan cuenta de la trascendencia de los vínculos que van más allá de una
connotación biológica. Aquí el equipo investigativo e interventivo resignificó y connotó
positivamente el concepto del apoyo para facilitar la emergencia de las características propias de la
relación familiar en Aldeas, lo cual tuvo sentido para los jóvenes y permitió nuevas comprensiones
con relación a lo biológico y a lo afectivo que se relacionaba a cómo ellos mismos se veían en la
relación y aportaban para que ésta se transformara y se fortaleciera:
(C2) “Cómo es ser familia aquí… ¿dónde de lo que está ahí elaborado se representa lo que
es ser una familia en Aldeas? (C1) a ver ustedes acá ¿cómo lo representaron? (1H1) Podría ser el
de las manos porque todos se apoyan entre todos.(C1) Ajá, o sea en Aldeas una familia es ser una
familia que se apoya entre todos (1M6) Así no sean de la misma familia.(1H1) Que les abre su
corazón. (C1) umh… ¡ja! qué bonito, que les abre su corazón”. (Escenario 3, No 187-202)
Escenario 4
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario cuarto por medio de la elaboración de un escudo simbólico con relación a la
familia se retomaron los elementos centrales a partir de los cuales se comprendía la identidad
familiar, lo cual permitió la emergencia de historias que daban cuenta de este concepto. En la voz
del equipo investigativo interventivo se retomó la dimensión emocional que se puso en juego al
realizar el ejercicio posibilitando la emergencia de narrativas diversas que dieran cuenta de las
compresiones de los jóvenes sobre el sí mismo y su mundo vincular en la construcción de la
realidad en el contexto de la Aldea. Por lo anterior en el proceso conversacional los jóvenes
resaltaron un aspecto que da cuenta de su particularidad y son las diferencias individuales sentidas
como nutricios de la identidad de la familia, haciendo énfasis en la necesidad de respetar dichas
diferencias para favorecer la unión del grupo. En los relatos se dio cuenta de cómo el referente de
unión adquiere un sentido propio como familia que han desarrollado a través del tiempo, en donde
la figura de la madre es percibida como la fuerza dentro de este sistema. Es así que en la
configuración de los significados el sentido de identidad familiar esta nutrido por la diversidad que
existe entre los hermanos en el contexto familiar, que como se observo en la escena se
representaron a cada uno en una figura igual pero de colores diferentes, dando cuenta de cómo se
observa en su marco relacional una familia con elementos comunes, la cual está enriquecida por la
diferencia entre sus miembros. Aquí la voz del equipo investigativo interventivo resignificó las
diferencias que en las narrativas emergieron como parte de su experiencia como familia, para
conversar sobre otros sentidos configurados en su identidad familiar:
(C1) “Cuando estaba haciendo el escudo de mi familia sentí que hacía falta mi familia
para que ellos también hubieran plasmado otras cosas, me gustaría saber ustedes ¿cómo se
sintieron al hacer su escudo? (M2) Bueno nosotros nos reunimos y habían diversidad de ideas,
entonces recopilamos y quisimos representar los ocho niños y la unión. Pero ellos me decían que:
no van a estar ahí toda la vida permanentes porque ellos cambian. Por eso al pintar el agua
queríamos representar lo que ellos decían que necesitan libertad para compartir con las demás
personas. (2H4) va a compartir algo (2H4) El águila que dibujamos representa la fuerza del grupo
familiar y lo relacionamos también con mi mamá porque como ella es brava nos dice que ella
cuando se siente cansada prefiere irse como el águila que se guarda y cambia su imagen y después
está más dispuesta, como cuando llegan niños nuevos; y los muñequitos que están hay de un color
para cada uno significan que cada persona es diferente”. (Escenario 4, No 15, 16, 17)
(C1) “Tú decías que todos son de un colorcito diferente porque todos son personas
diferentes, pero como familia ¿Qué es lo que los caracteriza?, ¿Qué es lo que más los une?(2H4)
En si es la familia lo que nos une, desde cuando llegue no hemos tenido la misma casa, pero la
misma familia es lo que nos hace unido (M2) Y pues también respetar como la forma de ser de cada
uno, somos un grupo pero cada personita es diferente y además tiene una historia diferente, la
unión es: decir las ideas de cada uno y respetar las ideas de los demás”. (Escenario 4, No 20, 21,
22)
Desde otro aspecto en las madres, se reconoció la libertad como un referente que define y
representa a la familia, pues da cuenta de elementos que posibilitan en los niños y jóvenes que sean
ellos mismos es decir que se de apertura a la identidad y a la autonomía en las decisiones, de
acuerdo a lo estipulado dentro de la dinámica interna de la organización de la familia. Además, en
sus narraciones emergieron referentes y valores representativos y centrales de la experiencia de ser
familia, como la fortaleza, unión, ayuda y apoyo entre otros, que de acuerdo a lo narrado por la
madre son marcos de su forma particular de construir vínculos:
C4: Y digamos si pensaras en cualquier persona de la Aldea, ¿cómo creen ustedes que ellos
los ven? …¿Qué ven los otros que los une?, ¿cuál es la cinta que une a esta familia? ….C3: ¿está
claro?, como cuando uno dice la familia de Rocio a uno se le venían ideas a la cabeza o la familia
de Liliana y se le venían otras ideas a la cabeza.M1: Yo veo que hay libertad. (Escenario 4, No 30,
31,32)
Con relación a lo anterior desde la voz del equipo investigativo e interventivo la
conversación se direccionó de forma tal que emergieron comprensiones que se han consensuado
acerca de lo identitario en este caso de la familia, pues desde la perspectiva narrativa se asumió que
la configuración de la identidad requiere que la familia se reconozca desde ciertos elementos,
siendo necesario que estos elementos sean validados y configurados en la narración con los otros.
En la narración de los miembros de la familia, se reconoce en el otro algún tipo de cualidad o aporte
que nutre la experiencia familiar; en donde emergieron narrativas posibilitadoras las cuales
validaron la relación con el otro, surgiendo elementos como el liderazgo, organización, ternura,
unión, etc.:
(C3) “Ustedes también decían que se habían dibujado de distintos colores porque cada uno
es como un mundo que comparte a otros ¿Cuál sería el aporte que cada uno le da a la familia?
Todos ríen. (C4) M2. (2M1) Ella es la que lidera. (2H4) Y 2M1 es la que organiza. (M2) 2H6 es
muy tierno. (C1) ¿2H6? Risas. (C4) Y 2M3 y ¿2M3 qué aporta? (M2) Apoyo. (2M3) Yo apoyo
pero también en el orden. (2H4) Y 2H5 es como el que nos une”. (Escenario 4, No 35-47)
El equipo investigativo interventivo por medio de la elaboración del escudo familiar intentó
evocar las narrativas por medio de las cuales se ha configurado la identidad familiar. En el espacio
conversacional se preguntó por los aportes que dieron los jóvenes, pues sus sentidos y significados
en relación a la experiencia de ser familia nutren de forma relevante la configuración de los sentidos
de identidad. La familia dentro de esta representación de lo que los caracteriza como familia,
realizó una casa relacionándola con el sentido de “protección”. En la voz del equipo investigativo se
retoma uno de los elementos mencionados por los miembros de la Aldea “la casita” para
comprender los sentidos y significados que se han construido entorno a esto y que enriquecen la
dinámica interaccional:
(C1) “… y ellos ¿qué ideas te dieron? (M1) El color rosado y las manos cruzadas qué
significan: la fortaleza, unión, ayuda y apoyo todo está en esas manos y tiene diferentes colores
porque una de las niñas me dijo, “Mami hagámosla así porque se nota la diferencia de cada niño”
porque esa idea fue de ellos también. (1M2) Los muñequitos representa la unión, el amor de la
mamá y también de los niños hacia la mamá, la casita supone que si uno tiene problemas uno le
puede contar a un miembro de la casa y las imágenes representa el amor porque estamos todos de
la mano”. (Escenario 4 No 76, 77,78)
(C1) “¿Qué significa la casita? (M1) Es un lugar donde guardarse es la protección eso lo
dijo 1H1. Eso demuestra un poquito de él porque el casi no sale”. (Escenario 4, No 83, 84)
Desde otro aspecto en las voces de las familias dentro de la construcción de la identidad
familiar se diferenciaron diversas practicas y tipos de hábitos y rutinas que son propias de cada
sistema, pero que en este contexto familiar dentro de una organización están mediadas por límites
que dificultan la naturalidad de asumir ciertas circunstancias como parte del desarrollo de las
familias, como es la emancipación de los jóvenes o el libre manejo en el ejercicio de la autoridad y
disciplina por parte de las madres, por lo cual para el equipo investigativo interventivo se consideró
importante retomar los sentidos que se han configurado al respecto para co-construir narrativamente
nuevas posibilidades de narrar y ser narrados en la experiencia vincular:
(C4) “¿Cómo hacen para establecer una norma? (M1) Es que el ambiente se pone pesado
cuando pasan esas cosas. (C4) Como en todas las familias. (M1) Si, como en todas las familia. Se
pone el ambiente pesado cuando yo les digo las cosas y se molestan; yo les digo ustedes ¿qué
proponen? Porque yo lo único que quiero es que en mi casa haya comida y que acá seamos felices
y contentos todos. Yo quiero ver propuestas, ellos me dicen mami ¿por qué tal sale hasta por la
noche a las ocho de la noche? o ¿por qué yo no? ¿Por qué se queda trasnochándose por fuera?,
entonces ellos me dicen “queremos salir desde las dos hasta las doce” y yo les digo no tampoco las
cosas son así. Niños ríen. (C4) Eso puede pasar que quieran hasta las doce de la noche.(M1) Pero
las cosas no pueden ser así, todo tiene un límite, de dos a cuatro hacen tareas y de cuatro a seis
salen, eso sí es bueno.(C4) Y también acordaron ¿qué pasaría si eso no se cumplía?, o ¿saben qué
pasa si no se cumple?(M1) Hay momentos en que de pronto hum si alguien se pasó de la hora, sabe
que después no sale y punto, yo les digo: si ustedes no cumple son ustedes, porque ustedes se dan y
ustedes se quitan. Si ustedes hoy no cumplieron mañana no salen”. (Escenario 4, No 100-108)
El ser parte de dos familias como muchos de los miembros de la organización lo relatan,
esta nutrido por elementos donde la construcción de la experiencia vincular es enriquecida por
significados que hablan de la complejidad del vínculo en este contexto organizacional, pues las
madres son claras al referir que sienten que su familia es la que han construido en la Aldea, es así
que en su narración las madres refieren que cuando el desempeño de uno de sus hijos es
sobresaliente, a ellas les parece importante realizar algún tipo de reconocimiento con aspectos
importantes para ellos como salidas o invitaciones, que es parte de los significados que ellas han
construido en la configuración vincular en su familia:
(C1) “¿Ustedes chicos cómo viven el tener dos familias? (C4) Más allá de irlos a visitar
¿cómo se siente teniendo dos familias? (M1) Cuando dijeron dibuje su familia yo pensé en ésta de
una vez porque ésta es mi familia. Pero no sé ellos”. (Escenario 4, No 198, 199,200)
Por lo anterior en la experiencia vincular en la configuración de las familias en la
organización implicó tener en cuenta la conexión que emerge entre las dos familias, la biológica y
la organizacional, pues ambas experiencias hacen parte de los sentidos que dan cuenta de la
identidad familiar al seguir los referentes construidos de las historias de vida de los miembros a la
hora de construir una familia y de los parámetros sociales y organizacionales que establece el
contexto de la relación; por eso desde el equipo investigativo interventivo se realizó un
acercamiento a la forma como los jóvenes y las madres vivencian el referenciarse en dos familias,
dando cuenta de que esto depende en cómo cada quien vivencia la experiencia y le da algún
significado en su vida. Por esto en la narración de las familias se retomó que las prácticas vividas
dentro de su contexto familiar biológico, son similares a lo que se experimentan en la familia de la
Aldea, emergiendo así historias que connotaba ambas relaciones como validas pues son parte de los
sentidos construidos y de la particularidad del ser humano en interacción con el otro.
(C2) “¿En la casa de ustedes hacen varias celebraciones y fiestas? (M1) Sí, cuando a
alguien le va muy bien en una materia, le digo tan chévere y me lo llevo a comer hamburguesa. O si
quieren una pizza pues le doy una pizza, solo a la del desempeño bueno. O si fue la mejor durante
todo el año y uno escucha propuestas le puedo comprar una bicicleta. Yo sé que eso lo admiran de
mi casa. (2H4) Yo creo que en eso las familias nos parecemos mucho porque igual en nuestra casa
también nos dan un premio del mejor”. (Escenario 4, No 119, 120, 121)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En las memorias dentro del proceso conversacional del escenario cuarto emergieron
narrativas posibilitadoras de cambio, sentidos que surgieron como una constante en las relaciones y
en la configuración del vínculo que narrativamente nutre el sentido de identidad familiar;
posibilitadas en un escenario reflexivo, que como se observa en los relatos de las madres, rescató
algunos elementos propios de su vivencia familiar que en la cotidianidad no se reconocen, pero que
al narrarse y ser narrada les permitió comprender el engramado de sentidos que tienen para sí
misma y sus hijos la experiencia de ser familia en la Aldea:
C1” ¿qué más nos quisieran compartir del dibujo de M2 y de sus chicos?… (M2) Nos hizo
caer en cuenta en los valores que tenemos porque uno vive sin pensar a veces, pero hay muchos
valores en la casa por ejemplo que los niños son responsables, colaboran, sienten la casa como su
hogar y a veces uno se siente muy cercano a ellos. (Escenario 4, No 33,34)
Dentro de las narrativas de la experiencia vivida en la Aldea al conversar sobre cómo
narrativamente a partir del sí mismo se nutre la relación familiar, se conjugan elementos como el de
liderazgo, que para los miembros de la familia de la Aldea es un eje de su fortalecimiento en la
relación, emergiendo una narrativa enriquecedora que se fortalece al expresar cómo éste se
diversifica en otros contextos. El investigador como estrategia posibilitadora connota de forma
positiva los aportes que cada uno de los miembros de la familia de la Aldea desde su identidad
brinda al contexto familiar, favoreciendo que se continúe este proceso de auto reconocimiento y así
se extienda al reconocimiento de cualidades o recursos en la madre o hermanos en la familia:
(C1)” Entonces cada uno tiene algo muy especial que aportar y tú 2H4 ¿Qué aportas?
(M2) Lidera. (2H4) No pues lo que podemos decir es que mi mamá siempre es la que nos da la
fuerza y la razón, pero en momentos especiales cuando mi mamá se va y se quedan los niños yo soy
el que lidero”. (Escenario 4, No 56, 57,58)
Un momento particular que está viviendo la Aldea ha requerido la reconfiguración de varios
elementos dentro de la organización de las familias. Dentro del proceso conversacional surgieron
narrativas en donde las madres de la familia refieren circunstancias que demandan adaptación y
asimilación relacionado una situación novedosa que es la llegada de niños provenientes del ICBF,
que son niños de hogares con historias de violencia y abandono y por lo general de edades mayores,
lo que le da un matiz particular a la configuración de la experiencia vincular en la propia Aldea; así
mismo la madre da cuenta de recursos que ha desarrollado para hacer frente a esta situación que
están relacionados a herramientas construidas dentro de la estructura y organización del propio
núcleo familiar. Desde allí la voz del equipo investigativo interventivo connotó de forma positiva la
metáfora del águila empleada por esta familia para representar su identidad, relacionándola con la
apertura para los cambios, pues es una experiencia que da cuenta de cómo en esta madre se
moviliza diversas emociones que la hacen renovarse constantemente en su rol materno :
(C1) “Me gustó mucho cuando ustedes hablaban del cambio de plumaje me parece muy
simbólico porque es cierto que las águilas cambian de plumaje y en cada cambio se vuelven más
hermosas, lo que yo sentí en ese momento es que esta familia da como la sensación de ser muy
transformadora, se respetan los cambios que hay dentro de la casa porque ustedes hablaban
acerca de que llegaban chicos y esto también implicaba cambios en la casa. No sé si recientemente
se han presentado cambios en la familia, si han llegado nuevos hijos y ¿cómo han hecho?, ¿cómo
han enfrentado esos cambios? o ¿cómo se han sentido con esos cambios?
(M2) Ahorita nosotros estamos en cambios pues antes no teníamos niños del ICBF, nos
estamos adaptando y ha sido difícil, pero buscamos la manera de hacer la vida agradable. Cuando
van a llegar niños nosotros nos reunimos y los recibimos y después nos volvemos a reunir para ver
cómo ha evolucionado cada niño, esto tiene muchas cosas positivas porque a veces son ellos los
que me colaboran y me ayudan para ayudar a los niños nuevos.”(Escenario 4, No 72,73)
Escenario 5
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario cinco emergieron narrativas de acuerdo a la experiencia vivida dentro de la
organización, que dan cuenta de los procesos que se han configurado dentro del sí mismo al estar en
la recursividad relacional con el contexto, en donde se rescata la manera en que cómo seres en
constante relación con el otro se busca validación y reconocimiento. Un ejemplo lo retoma el
equipo investigativo interventivo al rescatar la experiencia individual vivida, dando cuenta de la
identidad construida por los miembros de cualquier familia a partir del reconocimiento de la
diferencia con sus figuras parentales:
(C3) “…pensaba en lo que sucede en las familias de fuera, entonces pensaba en una prima
que a los trece años decía que necesitaba de una prueba genética porque creía que no era parte de
la familia, porque ella era diferente a mi tía y al papá, y a nosotros nos daba risa como primos,
….haber con lo biológico, estos son sus papás, haber estás en la foto del embarazo, estás en la foto,
pero finalmente llegó un momento como que ella misma se dijo: ellos son así yo no soy así,
entonces la diferencia pues que se da aquí es obvia, si ves que esto no es ajeno al ser humano por
decirlo así”. (Escenario 5, No 33)
Memorias que Emergieron en el Escenario
El equipo pedagógico de la organización retomó ideas de cómo se construye la familia en la
Aldea, reevaluando lo ideal de la familia y lo real de la familia, connotando positivamente una
experiencia vivida con una psicóloga que rescataba la idea de “involucrar la familia biológica de los
niños y jóvenes en la construcción de ese modelo familiar” en la Aldea, dando apertura a nuevos
niveles de comprensión con respecto a las relaciones construidas e involucrando a los otros en esta
configuración de la experiencia vincular como son las figuras parentales biológicas, elementos que
nutren la comprensión de la identidad familiar, reflejándose en las narrativas emergidas en los
diversos espacios conversacionales:
(A1) “ Yo quisiera decir que no es ajeno pero sí es ajeno, pues hombre hay dinámicas, uno
no puede idealizar tampoco una familia perfecta, una niña bonita que crece y bajo ese imaginario
bajo ese concepto comenzar a meter nuestras familias pero si hay unos puntos básicos y mira que
lo que hicimos la semana pasada, les comento estuvimos haciendo un trabajo con una psicóloga
especialista en constelaciones familiares, lógicamente también es sistémica y ella hacía un
elemento que a mí me parecía muy importante y de pronto es el elemento para rescatar aquí y es el
darle el puesto a los padres, incluirlos porque es que nosotros tendemos a sacarlos y cuando los
sacamos entonces los chicos comienzan a ser agresivos, yo pienso que en la medida que los
involucremos a medida que, ella hace un ejercicio muy bonito y es que en la dinámica de construir
una familia con figuritas y es que le pedía a los papás permiso para que nosotros los criemos,
hombre gracias por haberme dado ese permiso intentaré hacerlo y que los chicos sepan, a mi me
parece también que eso puede también dar un toque diferente a su pertenencia de ellos no sé si
familiar”.(Escenario 5, No 34 )
Escenario 6
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario seis emergieron historias con relación a la identidad familiar en los relatos
de los niños y de los jóvenes en donde se da cuenta de cómo el sí mismo se afianza y se
reconstituye en las relaciones establecidas independientemente de la connotación que se le dé a la
relación como familiar o fraternal. Desde la voz de las familias, emergieron narrativas en el proceso
conversacional asociadas a este sentido de identidad, en la que se reconoce la experiencia individual
de todos los miembros estando vigente en el modo de narrarse como miembros de una familia.
Dentro de las narrativas surgieron relatos en donde los niños y jóvenes sienten a su contexto
vincular de la Aldea como un grupo en el cual se pueden apoyar unos a otros, donde se aprecia una
diversidad de relaciones configuradas en la experiencia de carácter intimo, con relatos particulares
que se constituyen y permiten definir su manera de relacionarse al interior del seno familiar:
(C3) “¿Cuál fue la frase que más te gustó y porqué? (T2) Nuestra familia es una familia
muy particular ¿sí? porque empezando cada niño tiene su propia historia, vivimos si como una
familia natural pero cada persona tiene su propia historia y tratamos de llegar a tener lazos
afectivos y vivir como una familia natural. Por todos comparten experiencias diferentes. (C3) Nos
podrías ampliar más lo que colocaron allí porqué les gusto… qué hablaron de esa frase. (C1) ¿Por
qué les llamó la atención? (2H4) Pues porque cada uno viene con su historia y pues al momento de
llegar a la casa la comparte con los demás niños, entonces las experiencias que uno ha tenido las
comparte con los demás. (C3) Es decir que ustedes consideran que esas vivencias enriquecen esta
situación tan particular de Aldeas”. (Escenario 6, No 26-30)
A sí mismo, en la voz de la familia surgieron historias sobre identidad familiar en donde los
jóvenes en su narrativa destacan la experiencia de fortaleza en la unión de las personas, asociada
con las practicas que han vivido en su familia enfatizando en los sentidos de apoyo y ayuda. Esta
narrativa se conjuga con la voz representada por las tías de la misma familia desatancándose una
actitud de apoyo con los demás, aspecto que nutren desde su rol, el cual realizan desde una
narración de sí misma que la posibilita en la configuración de una identidad familiar:
(C3) “Bueno ¿Cuál fue esa frase que más te gusto y porqué? (2M1) Ah es esta, el apoyo
que ella me da el apoyo que yo le doy ella o sea, ¿sí?, en los momentos difíciles que yo tengo le
digo mami necesito tal cosa, mami no se qué, o sea pues hay también mucha confianza, muchísima
confianza. (C3) Ya. (2M1) Porque sé que no estoy sola y siempre me da el ánimo para levantarme y
seguir adelante. (C3) Ah entonces esa te llegó. (C4) ¿Cómo sabes eso Lucia? ¿Cómo sabes que no
estás sola, Que siempre te va a defender la mamá? (2M1) Pues porque yo sé que en cualquier
problema o algo puedo contar con ella o con alguien de la casa y por la forma también de expresar
porque yo sé que cuando necesite algo ellos van a estar allí para ayudarme y para decirme haz esto
o haz tal cosa”. (Escenario 6, No 49-54)
(T1) “yo empiezo, pues yo pegue así como un grupo de muchas personas, porque yo
pienso que el apoyo con los demás es fundamental, entonces por eso fue que coloque un grupo de
personas”. (Escenario 6, No 231)
En las historias en los relatos de los jóvenes se connotó la autonomía y la individualidad de
cada familia como características y cualidades que le dan un matiz particular a lo experimentado en
la organización de la Aldea, en donde dentro de su dinámicas internas hay un sentido de
identificación por los miembros pues las historias vividas se conectan desde lo emocional,
permitiendo que cada uno de ellos comprendan y sientan al otro como un referente de apoyo pues
viven y comparten experiencias similares, lo que hace que se signifique a la fortaleza, que es un
relato emergente, como punto de encuentro entre las familias, dando cuenta de identidad familiar:
(C3) “Bueno entonces, ¿Cuál fue la frase que más te causó dificultad representar y
porqué? (1H1) Pues una la de la de: (Muestra la frase)…elegimos un árbol porque es como la
familia unida que se fortalece cada vez más. (C3) ¿Porque les causó dificultades? (1H1) Porque
todos pensábamos diferente. No sabíamos (C3) ¿Qué pensaban unos, que pensaban otros? (1H1)
Pues yo pienso que la fortaleza no se puede representar casi así, en un árbol, ahí. (C3) ¿Qué
decían los otros?… (C4) ¿Si tú no hicieras la fortaleza en un árbol cómo más la representarías o
cómo terminaste representándola? (1H1) No porque no la dibujé yo (C4)… pero entonces, no es un
árbol para ti, ¿cómo sería? (1H1) Yo la representaría varias personas unidas (C1) O sea ¿que tú
ves la fortaleza en las personas que te rodean en el apoyo que te dan las personas? (1H1) Pues si
(C1) Y lo ves en tu casa… ¿cómo lo ves? (1H1) Como allá todos se apoyan cuando hay una
dificultad o algo tratan de hablar”. (Escenario 6, No 60-74)
(C3) “Bueno entonces ¿Qué frase te gustaría que hubiera aparecido aquí? (2H4) De que
me acorde cuando leía las frases de las reuniones anteriores (los anteriores escenarios). (C3) ¿Qué
cosa en específico te acordaste? (2H4) De todo un poquito digamos de los dibujos que hablábamos
de la forma de ser de las familias y de la autonomía que tenía pues cada familia”. (Escenario 6, No
116-119)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En las narrativas del escenario seis emergieron memorias en las diversas voces con relación
al proceso de ser parte de una familia en la organización de la Aldea, se entró a compartir historias
que nutren las experiencias vividas; esto se dio cuenta de manera recursiva en un ejercicio
autorreferencial nutriendo la identidad individual y familiar. El equipo investigativo interventivo
destacó en el relato la singularidad de la experiencia compartida en los diversos contextos a nivel
relacional, pues los deseos de querer ser como una familia natural habla de la disposición de cada
uno de los miembros para construir un espacio en donde se conecten y construyan nuevos sentidos,
que parten de la necesidad de arraigo y de compartir con los otros; narrativa en los jóvenes que
permitió afianzar en el espacio familiar su mismidad, desde la diferencia de historias en la
interacción permitiendo la generatividad en la experiencia. En el siguiente relato se destacó el
aprendizaje a partir de los relatos como parte de la experiencia vivida, resignificando este
aprendizaje como un recurso desde la diferencia y el conocimiento que brinda ser hijo de una
familia:
(C3) “ ¿ Cuál fue la frase que más te gustó y porqué? (T2) Nuestra familia es una familia
muy particular ¿sí? porque empezando cada niño tiene su propia historia vivimos, si como una
familia natural pero cada persona tiene su propia historia y tratamos de llegar a tener lazos
afectivos y vivir como una familia natural. (C3) Nos podrías ampliar más lo que colocaron allí
porque les gustó…que hablaron de esa frase (C1) ¿Porqué les llamó la atención? (2H4) Pues
porque cada uno viene con su historia y pues al momento de llegar a la casa la comparte con los
demás niños, entonces las experiencias que uno ha tenido las comparte con los demás”. (Escenario
6, No 120-124)
(C3) “¿Y tú crees que eso que pasó te puede servir en otros espacios para usar también
como aprendizaje? (2M1) Sí, porque o sea porque uno sabe lo que hay en la casa de uno, cómo
son las relaciones de la casa que si que a uno le digan; hay que usted es la de mostrar, no es la de
mostrar porque los hijos de la casa sentimos que sí somos diferentes y tenemos ese respeto ves”
(Escenario 6, No 162, 163)
Sentido De Pertenencia Familiar
Escenario 1
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario uno el sentido de pertenencia se comprendió a partir de significados
construidos en relación al sí mismo y al reconocimiento y validación de este en la interacción. En
la experiencia vincular la organización de la Aldea retoma el tema de la calidad de los vínculos en
las familias configuradas desde la categorización como vínculos más profundos en su experiencia
con relación a otros que se califican de distantes; en el contexto de la organización se da cuenta del
interés que emerge por desarrollar vínculos estrechos desde una mirada tradicional familiar; es así
que en los relatos se aprecia cómo el sentido de pertenencia se comprende desde la presencia de
relaciones cercanas o distantes, donde las voces involucradas buscan fortalecer los vínculos en los
sistemas familiares sustitutos, con relaciones en las que el tiempo es un elemento configurador de la
pertenencia:
(D): “ahora, de las que pienso que hay vínculos débiles y que han estado un buen
tiempo… Monita, aunque con los últimos si, si, pero ella lleva más de 15 años y entonces creo que
tiene buenos vínculos con unos dos o tres, pero el resto me pregunto siempre ¿qué paso…?”
(Escenario 1 No 58)
La pertenencia en este sentido implica el establecimiento de vínculos que parecen
perpetuarse desde la frecuencia y la proyección de la relación en contacto frecuente, tema que para
la organización implica la observación de los vínculos que se configuran desde la perdurabilidad en
el tiempo:
(C3) “ y entonces en esa misma línea como que nosotras pensábamos, bueno, que rico
precisamente escuchar voces de familias que hayan tenido procesos más sólidos, lo que decimos
nosotros aquí que hayan sido consolidadas, versus familias que no tanto, porque ahí es donde se ve
la riqueza de la posibilidad y de la generatividad versus la dificultad, por decirlo de alguna
manera, entonces para nosotros es importante en este encuentro por ejemplo identificar ¿qué
familias?, como qué familias sientes tú que nos podrían y nosotros le podríamos aportar…. (D):
tener las dos alternativas, aquellas en que se generan vínculos y aquellas que son un poco más
débiles, digámoslo así”… (Escenario 1 No. 17 y 18)
Escenario 2
Historias que Emergieron en el Escenario
En el segundo escenario emergen historias asociadas a diversas estrategias que las familias
de la organización de la Aldea diseñan con el propósito de acomodarse y responder a las demandas
del contexto, en una situación especial que es el ingreso de un nuevo miembro a la familia
mencionada, en los relatos esta práctica se convierte en un propósito que construye y renueva
narrativamente los vínculos permitiendo favorecer relaciones que se asocian a la unión y la
fraternidad, este aspecto se destaca por parte de la voz del investigador como una práctica en la
construcción del sentido de pertenencia en relación a lo vincular donde se marca de manera
simbólica el inicio de un nuevo proceso para quien llega y quienes le reciben dentro de la familia y
la organización que da cuenta de la recursividad narrativa del vínculo:
(M1): “Si, eso al principio no era tan fácil. Por ejemplo en mi caso yo pienso que eso se va
dando con el dialogo, se va construyendo constantemente haciéndolos entender que nosotros somos
una familia donde hay hermanos que se respetan, donde aprenden a hacer familia… eso se va
construyendo poco a poco con cada niño que va llegando y se va preparando… por ejemplo cuando
va a llegar un niño uno se prepara y a ellos se les dice –va a llegar un nuevo hermanito, hay que
quererlo, tuvo las mismas dificultades que ustedes tuvieron, hay que apoyarlo- yo creo que eso va
en inculcarle a ellos los valores.” (Escenario 2 No. 4)
Referentes desde lo simbólico aportaron a la comprensión que se dio a la experiencia
vincular, pues en la organización de la Aldea, se destacó el espacio de la “casa” donde se creció o la
“fotografía” del niño puesta en un lugar visible en ésta, como referentes narrativos a los que se
apela para retomar un sentido en la experiencia, la cual es configurada en una historia relacional que
les permite experimentar un nivel de pertenencia a los miembros de la familia. Este relato logra un
acercamiento al carácter social e individual en el que se construye la narrativa donde practicas como
la fotografía configuran contextos, que apelan a la historia relacional, generando una recursividad
en el relato que permite establecer un retorno a descripciones que forman parte de lo identitario,
tomando como referencia espacios y momentos que son contenedores de experiencias emocionales.
Practicas que de acuerdo con la vida cotidiana son producto de comprensiones y hábitos que se
configuran en interacciones individuales, sociales; bajo contextos de políticas y normas
instituyentes propias de organizaciones como Aldeas:
(D): “porque insisto ellos aquí se quedaron y fueron su familia y si tú entras a las casas
ellos vuelven y ven una foto en donde están ellos y se reconocen, aunque en la casa no esté la
mamá”. (Escenario 2 No 78)
En este sentido cabe señalar en las voces organizacionales, familiar e interventiva
diferencias en torno al significado del acogimiento y protección denominado por los miembros del
equipo pedagógico como “asistencialismo o paternalismo”, en relación a las posturas en el ejercicio
de la autoridad propias de la experiencia individual o de las practicas organizacionales, donde lo
personal se diluye en los parámetros institucionales en una configuración vincular en que se
contrastan posturas y comprensiones sobre el acompañamiento o acogimiento en una relación en
donde existe interés por el otro, dando cuenta de la construcción de procesos de vinculación
asociados por lo general con el sentido de pertenencia y con una cercanía mas individual de los
jóvenes con la figura materna, que con todo el grupo familiar:
(TS): “Pues más que el paternalismo, es el asistencialismo. Yo te doy todo, no puedes vivir
sin mí, pues paternal viene de esa fraternalidad, de esa cobertura, de ese abrigo que viene de la
protección pero que aquí va mucho más allá que se convierte en asistencialismo, es decir, que si el
chico viene cada mes o que si viene uno o dos veces se les da. De pronto esa es la mirada de
algunos jóvenes, no de todos pues si se le tiene que apoyar se le apoya”… (M1): “No de verdad a
nosotras a veces nos da rabia que D sea tan alcahueta como lo dijo A, si hay momentos que se
vuelve alcahueta pero oyendo ahorita la otra versión pues a quién van acudir ellos… pues a
nosotros si ve, pues finalmente así son los hijos y los padres, pase lo que pase vuelven y lo hacen y
vuelven lo hacen y se vuelven alcahuetas claro pero se han dado cuenta que la cosa ahora es más
exigente y lo piensan.” (Escenario 2 No 82, 87)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En el segundo escenario emergieron memorias relacionadas al rol de la figura materna y a
la disposición de ésta en la configuración del vínculo, en donde en la voz de las familias, sobresale
relatos de experiencia en él que se valora en la madre la vinculación y entrega con su familia de la
Aldea, pues ésta disposición muchas veces incondicional ha influido en su vida familiar con
relación al tiempo que dedica estableciendo un acompañamiento y cuidado que generalmente
pondera dentro de sus otros espacios de vida dando cuenta de un sentido de pertenencia. Se aprecia
en este sentido cómo la experiencia emocional de acompañar a los niños en la familia genera un
nivel de involucramiento a través de la experiencias de apoyo y afecto, en donde las relaciones
atraviesan la historia de vida brindando un valor familiar a la experiencia con los niños puestos a su
cargo. Este tema es ampliado desde la voz investigativa a través de la disposición de los miembros
que realizan el acompañamiento donde los relatos brindan y son parte de la subjetividad de cada
uno; reflejándose la recursividad en los vínculos y en la nutrición del sí mismo de cada individuo
que interactúa en la configuración de la experiencia de ser familia, construyendo entramados de
narraciones de pertenencia que atraviesan el proyecto de vida y se combina con intencionalidades
organizacionales:
(M1): …“mis hermanos, mi mamá. Si porque yo tengo mi familia biológica pero no sé
cómo explicarlo… ahora mi familia es ésta (señala el dibujo). O sea, cuando llevo tanto tiempo en
mi casa donde esta mi mamá al principio está bien pero a los 11 días ya me quiero venir, porque
esto es lo mío. O sea, esta es mi casa. (C2): si te quieres venir extrañas algo. ¿Qué extrañas, qué te
hace querer venir, qué te llama acá? (M1): pues el estar con los muchachos, compartir las peleas,
las alegrías. Pues en mi caso uno extraña todo eso. El estar con ellos, por allá siento soledad, en
cambio acá me siento más acompañada… no sé. (C4): ¿acá tienes un propósito diferente al de
allá? (M1): allá uno va de visita, allá está de visita. Acá lo mío es esto. (Escenario 2 No 11, 12, 13,
14, 15).
(CA2) “Escuchándolos siento ahora cómo ese sentido de pertenencia de las personas que
llevan un tiempo significativo en la institución, esta institución no es una institución cualquiera, es
una institución que se convierte, o sea como que engrana en toda la posibilidad de ustedes de ser
mamá de ser papá, de ser amigo, de ser familia; como que se mezcla y es parte fundamental del
proyecto de vida le decía CA1, esto lo que dice lo dicen los más antiguos, las personas más
antiguas rescatan todo el valor del afecto, de los vínculos, todo el valor de lo que significa trabajar
en Aldeas, o sea uno viene por un sueldo pero ya el sueldo es como lo adicional…” (Escenario 2
No. 129).
Es llamativo para la voz investigativa desde las coautoras, cómo las experiencias
individuales demandan una adaptación de las practicas organizacionales ya que éstas permiten una
actualización en la relación a través de la manera como se construyen vínculos, situación donde se
observa una tensión entre lo instituyente y lo particular de cada miembro que acompaña, que altera
y orienta narrativamente las relaciones y posturas frente a la pertenencia, cuando se retoman los
relatos de un directivo, tías y madres, en un proceso donde se realiza una devolución que destaca la
experiencia de quienes acompañan a las familias apareciendo en contraste con el esfuerzo
institucional, lo cual se ve acompañado de una respuesta progresiva de apropiación que lleva en
muchos casos a la reorientación del proyecto de vida, entrelazándose con los principios de la
organización e integrándose en la configuración de narrativas de pertenencia, en esta construcción
vincular se aprecia con notoriedad los relatos de los jóvenes con sus madres y tías e incluso con
directivos, dentro de relaciones que forman parte de la protección y el ejercicio de la autoridad:
(CA2) “…A mi me parece que en esta institución hay una riqueza tan fuerte en ese plano de
construir vínculos que marcan la historia de los chicos y parece que es un reto de ustedes que son
los más antiguos “empleados”, como pasar eso que ustedes están viviendo tan dentro de su cuerpo,
digamos como esto hace parte de ustedes y eso hace parte de esto y no es algo que se pueda
manejar solo con la cabeza. Vengo y aquí hay que cumplir ciertas cosas: hay que cumplir el plan,
la organización en el proceso. Ustedes lo llaman proceso. A mí me llama la atención que ustedes
llamaran – que no termina un proceso- y yo me autorreferenciaba como hija y pensaba yo no
termine el proceso en la casa de mis papás, es toda la dinámica que se va jugando y yo los invitaría
a ustedes como personas que han vivido más tiempo en esta situación que puedan pasar ese vibrar
con lo que viven acá. Ese sentir de corazón que estoy acá con un plan, con un sueldo también, pero
que también es algo más que me permite acercarme a ese chico y trasmitirle que hay pertenencia,
¿cierto? Sé que ustedes como tías están preparándose para cumplir algún día el rol de mamás y es
preguntarse ahora, como escuchando a M1, ¿qué les hace pensar a ustedes y lo que podrían llegar
a ser como mamás ahora que escuchan a M1 en toda su experiencia de ser mamás? Y ustedes
escuchando a AD diciendo esto es más que un trabajo, como se ponen en juego más allá de sus
profesiones en esta relación con estos chicos, en esta institución en donde a veces hay que ser
estrictos pero también a veces hay que ser flexibles porque el control digamos es también como
ilusorio en algunas circunstancias entonces rescato eso, la particularidad de esta institución y la
riqueza que tienen que pasarla de generación en generación para que se mantengan unas cosas y
otras se replanteen como en todas las familias”(escenario 2 No. 129)
Escenario 3
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario tres emergieron historias sobre prácticas que se configuran al interior de las
familias que se asocian a la comprensión de la protección y cuidado dados en la interacción con los
miembros de éstas y de toda la organización en general. En el proceso conversacional se dio la
oportunidad se facilitar relatos de la experiencia vivida por medio de representaciones que
narrativamente dieron sentido a lo vivido por las familias en la experiencia vincular, un ejemplo se
refleja en “la casa” que se da a manera de icono en donde se concentra unión y se brinda un afecto
especial que se acompaña de una proyección en la que se visualizan sueños o metas de los
miembros, que en cuanto al sentido de pertenencia implica protección y una seguridad asociada a la
construcción de un futuro. Por otro lado vuelve a emerger cómo la familia configura pertenencia a
partir de la construcción recursiva entre sus miembros de un aprendizaje donde el cariño, las rutinas
de integración y el buen trato son sentidos construidos por experiencias de unión y apoyo:
(C1): “No, el que quiera participar, quién me cuenta un poquito frente a lo que ustedes
hicieron. umh…(1M2): Son un conjunto, es un conjunto de personas que se quieren mucho,
realizan sueños y eso. (C1):… ¿sí? ¿Es lo que plasmaron?, (2M1): Con quienes se puede contar
para momentos agradables, cuando uno está mal. -Se dan otras intervenciones de aclaración a la
pregunta inicial- (C2): … Entonces, retomando, qué es para ustedes una familia aquí
representada. (2M1): Abajo, la de la casita. (C2): ¿La de la casita? (C2): y ¿por qué escogieron
esa figura? (2M1): Porque… es una actividad donde todos están ahí reunidos.” (Escenario 3 No.
104, 105, 107, 106, 112, 113, 114, 117, 118)
En este relato la voz familiar desde los jóvenes explica respondiendo a la voz del
investigador, que cuando se brinda una protección y se construye un espacio para aprender a través
del cariño se configuran prácticas asociadas a la integración como: el juego, la actitud de
acompañamiento frente a las necesidades del joven, el manejo que se da a los conflictos a través del
dialogo y la reivindicación de los derechos. Donde la narrativa de la preocupación por el otro
permite configurar experiencias de pertenencia que fortalecen las relaciones al interior del sistema
familiar:
(1H8): “Un grupo de personas que se aprende a querer… (C1): Un grupo de persona que
se aprende a querer, ¿qué más? (1H1): También que realizan juegos entre ellos. (C1): Ok,…. umh
¿qué más? (1M5): Que están pendiente de la salud de uno, que están pendiente de cualquier cosa
que a uno le pase. (C1): O sea que están pendiente del cuidado, la protección de que ustedes estén
bien, ¿qué más?(1M5): Que cuando hay un problema en vez de maltratar se dialoga.” (Escenario 3
No. 176, 177, 178, 182, 183, 184,185)
Se aprecia desde los relatos de los jóvenes la prevalencia que se brinda a la relación con su
familia de origen a la cual valoran con mayor sentido de pertenencia, reconociendo la experiencia
de vivir en una de las casas de la comunidad como algo que es importante, sin embargo esta
experiencia no suplanta a su sistema familiar de origen el cual es referente narrativo en la definición
del sí mismo, lo que le brinda una base de emocional y espacio temporal desde el relato:
(C1): “…ustedes nos dijeron hace un momento y es la familia que ustedes tienen acá en
aldeas y las familias de sangre, las podemos llamar así, ¿cierto? La familia de sangre quiero saber,
¿cómo es esta familia de aldeas?, quiero saber ustedes cómo viven estas familias de aldeas y ¿cuál
es la diferencia de esa familia que ustedes tienen de sangre?, ¿cuál es la diferencia?, si existe
alguna diferencia. (2H4): Es que digamos o por lo menos en nuestra casa solo somos compañeros
si nos hablamos y todo eso pero somos compañeros de casa, nuestra familia es nuestra familia,
nosotros queremos a nuestra familia aquí nos hablamos los que vivimos y ya.” (Escenario 3 No
271, 272)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En este escenario emergieron memorias en donde se aprecian sentidos diversos que
contrastan desde la experiencia individual de los jóvenes que se otorga a la pertenencia, donde para
algunos jóvenes la familia de la Aldea es una “familia parecida a la de origen” en la cual se
reconoce a unos hermanos y una madre desde un trato cercano que establece con ellos, mientras que
para otros es un grupo con el que se sostiene relaciones de apoyo con diversos grados de
solidaridad; para la voz de los investigadores interventores fue relevante la presencia de estas dos
versiones que conviven en diferentes familias y que presentan diversas estrategias de afrontamiento
en las que se configura pertenencia con el grupo o familia, siendo también dos estrategias de
adaptación que corresponden a eventos experimentados de forma subjetiva que permite entender el
relato del sentido de pertenencia como una experiencia interpretativa de una relación que posee una
calidad de supervivencia:
(1M7): “Nosotras la queremos como si fuera nuestra mamá. (C2): Tú dices nosotras y
¿quiénes son nosotras? Niñas: La familia. (C2): o sea que ustedes todos se sienten más… (1M2):
Nos sentimos más familia que ¨compañeros¨, como dicen ellos… (2M3): Aahh, pero eso también es
como la edad… (C2): A la Edad, Tú piensas eso, ¿porqué?..(2M3): Por si digamos yo llego a 13
años y yo sé que ella no es mi mamá, entonces yo ¿por qué le voy a decir mamá?..(1H1): No,
porque yo con 17 años y aprecio a mi mamá. Estamos todos juntos desde que llegamos acá”
(Escenario 3 No 288, 289, 290, 291, 292, 293, 294, 295)
(2M3): “Pues sí, y no le damos importancia si digamos si es nuestra familia o no. (C1): Es
muy importante, entonces no le das importancia, ¿porqué? (2M3): No me importa si es de mi
familia o no, igual nos vamos hablar y vamos a estar juntos. (C1): o sea no sé si es lo que tú
quieres decir pero entonces tú me dices si estoy equivocada, ¿no te da importancia que sea de
sangre o no sea de sangre?, pero ¿es tú familia? (2M3): o sea, es que digamos no soy de tú familia
entonces chao, no, no se meta conmigo, no, hablamos y eso”. (Escenario 3 No. 277, 278, 279, 280,
281)
Escenario 4
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario cuarto emergieron historias que dan cuenta de la autonomía en las
relaciones familiares de la Aldea. En el relato de la familia de la organización emergen prácticas
que realizan los hijos, en la que se afirma su iniciativa en el desarrollo de actividades al interior del
hogar, en donde la madre afirma promover en su relato dentro de la familia una orientación hacia la
autonomía desde las practicas que realiza con sus hijos anotando ejercer un acompañamiento desde
el apoyo, contexto que genera un sentido y proyección para el joven dentro de su familia, tema que
se asocia al sentido de pertenencia; cabe destacar que desde la voz investigativa se fortalece la
individuación con un relato de autonomía el cual se construye en la interacción entre protección y
apertura, evento que configura progresivamente una pertenencia e identidad; que en un relato
posterior emerge desde la voz de una madre de la familia en narrativas sobre prácticas que preparan
para el futuro dentro de un contexto de afrontamiento de la independencia promoviendo la
autonomía; en el joven de este relato se aprecia la emergencia de una narrativa que reafirma lo
anotado desde la madre en una distinción de su interacción a partir de la autonomía:
(C2): “Si las personas te dejaran hacer todas las cosas tú ¿te sientes muy bien? (2H4): Si,
yo creo que si me dejan hacer las cosas es mejor. (M2): Es el apoyo, por ejemplo las tareas de
pronto un chino tiene una dificultad hay que explicarle no hacerla porque nunca va a entender”
(Escenario 4 No 67, 68)
En este relato la voz familiar amplía su comprensión frente a una inquietud sobre cómo la
madre se relaciona con los niños (as) y jóvenes a partir de la idea que su relación no será
permanente, destacándose en el relato, que desde un inicio se plantean narrativas dentro de un
referente de proyección en el futuro que indica la provisionalidad del apoyo o la culminación del
mismo en un momento determinado, relato que para la relación define un sentido para el hijo y para
la madre en su acompañamiento. Este aparte también permite comprender cómo la pertenencia
establece límites temporales a partir de un ejercicio recursivo que se aprecia en el sí mismo de la
madre y el joven caracterizando el vínculo:
(C4): “(M2), cuando tu empezaste hablar del dibujo decías eso, “que los hijos no eran
permanentes”, a ti ¿cómo te parece eso, el saber que los hijos va a llegar un momento en que se
van?, ¿tú cómo has manejado eso con estos muchachos y con los otros que ya se han ido? (M2): Lo
que decía antes, hay que enseñarles y hay que prepararlos para un futuro, toda la vida no van a
estar conmigo ni yo con ellos, tienen que prepararse.” (Escenario 4 No. 70, 71)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En el escenario cuarto en los relatos de la familia de la Aldea de una madre emerge
experiencias con relación a las directrices que organiza en la crianza, en este sentido se establece
cómo se da espacio para la validación de la voz de los niños y jóvenes al permitirles ser parte de las
decisiones del contexto familiar, dando cuenta del sentido de pertenencia a través de la
configuraciones del liderazgo, situación que también brinda a la figura materna seguridad en su
interacción y rol; cabe resaltar como el relato permite vincular desde la voz del investigador
interventor una práctica desde la semántica la libertad, situación que configura progresivamente un
sentido de pertenencia a raíz de la cualificación emocional y validación del otro en el significado
que se otorga a la relación:
(M1): …“Yo por ejemplo soy muy estricta, para ellos soy muy dura pero yo les doy varias
opciones y dejo que elijan lo que mejor les parezca, normalmente nos reunimos cuando hay alguna
situación en la casa y les pregunto ¿ustedes qué piensan?, la solución la dan ustedes. (C1): Lo que
tú cuentas me conecta mucho con la idea de la familia de (M2) cuando decía que daba libertad
para tomar decisiones y así enfrentar las diferencias. (M1): Más sin embargo si yo veo que no se
ponen de acuerdo y no van por el camino correcto, yo les digo las cosas son así y asa o no estoy de
acuerdo con eso, pero ustedes son las que deciden.” (Escenario 4 No 86, 87, 88)
Emerge en el relato de la voz familiar de algunos jóvenes, comprensiones previas sobre
quiénes son y en este sentido confirman en sí mismos características de su familia como el apoyo,
el amor y la felicidad; relatos que afirman su identidad y que a la vez, forman parte de prácticas de
vida que se asocian al cuidado o protección. Esta actividad parece generar dilemas en la forma de
estar en esa relación que implica una evolución del contexto de cuidado tanto para quien lo brinda
como para quien lo otorga, donde relatos sobre el tiempo, el compartir, el apoyo incondicional y la
confianza resultan ser escenarios que configuran la pertenencia:
(C4): “… ¿Qué creen ustedes que diría otra familia de ustedes? (1H8): Que siempre nos
apoyamos. (1M7): Que siempre nos vemos unidos y nos queremos mucho. (C4): ¿qué otra cosa
creen que dirían de ustedes? (1M2): Pues que… somos felices y que no todo el tiempo estamos con
rabia”. (Escenario 4 No 109, 110, 112, 113, 114)
En la voz familiar desde el relato de la madre y una hija se comprende cómo se configuran
los vínculos a través de esa experiencia particular en una relación que se puede connotar como
exclusiva, este relato permite visualizar cómo se configura el sentido de pertenencia desde
experiencias donde el tiempo compartido, el apoyo y la confianza vuelven exclusiva la relación,
adquiriendo un nivel de supervivencia y seguridad para quienes la estructuran:
(C4): “Cuando te escucho, me pregunto ¿Cómo logran eso?, ¿cómo pueden llegar a amar
hasta ese punto? Porque cuando te escucho yo escucho amor. (2M1): Por el cariño que yo le tengo
a ella, porque yo llegué acá desde muy pequeña, yo he aprendido a quererla muchísimo y el apoyo
que ella me da y el que yo le doy a ella en los momentos difíciles, yo sé que yo le puedo decir lo que
necesito porque entre nosotras hay muchísima confianza. (M2): Ella llegó muy pequeñita acá y yo
creo que los lazos afectivos se logran con el tiempo no de la noche a la mañana, porque todo se da
en el diario vivir compartiendo con ellos todos los momentos por más sencillos que sean”.
(Escenario 4 No 171,172, 173)
Relatos Alternos que Emergieron en el Escenario
En el escenario quinto en la voz familiar emerge un relatos novedosos de jóvenes que dan
cuenta del proceso de aprendizaje dado en la experiencia vincular en la organización de la Aldea,
siendo parte de la configuración del sí mismo, observándose cómo semánticas de la autonomía y la
independencia se disponen para ser elementos centrales que dan sentido a las relaciones
establecidas con el otro, lo anterior se refleja en relatos asociados a las narrativas de las madres que
promueven estos referentes (autonomía e independencia) con orientación a un momento vital que es
la emancipación de los hijos de los núcleos familiares:
(C4): “¿Qué cosas aprendiste? ¿Cuándo tiempo estuviste? (2H4): Estuve 10 años y
aprendí que uno no está solo pero tiene que aprender a defenderse. (C1): Yo siento que en esta
casa hay mucha necesidad de vivir, de ser profesional, de crecer, de evolucionar pero también
siento que hay algo que los caracteriza y es contar el uno con el otro de diferentes maneras, porque
tú y Lucía lo dicen de formas diferentes pero se sienten especiales e importantes y expresan que
quieren crecer, hacer sus cosas y vivir más experiencias pero también volver”. (Escenario 4 No
193, 194, 195)
En la voz familiar desde el relato de algunos jóvenes emerge la experiencia de sentirse
protegidos como en familia, equiparándose a lo vivenciado en su familia biológica, equivalencia
que se realiza desde la experiencia en la Aldea, donde se refieren reconocidos y pertenecientes a
una relación familiar en la que el tiempo y el acompañamiento configuran espacios de bienestar:
(C1): “Cuando les pedimos hacer el símbolo de su familia, ¿ustedes qué pensaron? (1M2):
Para mi yo siento como si esta fuera mi familia porque es con la que comparto. (2M3): Yo me
siento más unida acá que con mi otra familia, porque comparto muchas cosas, recocho y me
divierto mucho más acá que con mi familia verdadera. (C4): ¿Cómo así la familia verdadera?
(2M3): Pues los de afuera, yo me siento más cómoda acá porque compartimos más tiempo. Me
siento más alegre estando acá porque el tiempo es el que lo que hace todo. (C1): Entiendo que
para ti son importantes todas las experiencias que se han acumulando durante el tiempo y que
hacen que ellos sean tu familia. (2M3): Y el amor que tenemos entre nosotros, porque recochamos,
nos divertimos, a veces jugamos y eso nos ayuda a que nos queramos mucho más”. (Escenario 4
No. 201, 202, 204, 205, 206, 207, 208)
Escenario 5
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario quinto en la voz organizacional emergen historias que expone la existencia
de dos discursos en la manera de ser familia en la Aldea, uno se refiere a la experiencia cotidiana de
cada grupo familiar en la interacción y el otro se describe en la orientación que brinda la
organización, sin embargo se plantea una condición de subordinación donde la experiencia
individual de la vida en la familia termina siendo desconocida por las directrices de la misma; cabe
destacar cómo el tener un proceso con parámetros establecidos es para la organización un parámetro
de confianza configurando en las familias sentidos de pertenencia. En este sentido, para la misma
voz es reconocible que los que no entran en esos parámetros son considerados desadaptados. Se
aprecia en el relato organizacional cómo se construye una práctica que es estrategia de vinculación:
(A1): …“yo estoy trabajando frente a ello y es que permanentemente uno entra en el dilema
de, ¿Es tú familia?, ¿La sientes como tu familia?, ¿En qué ocasiones la sientes como tu familia?,
lógicamente uno no se hace esa pregunta porque para uno esa es una pregunta que fluye
normalmente, mi mamá es mi mamá, mi papá es mi papá, mi casa es mi casa. … yo no siento que
ella sienta que esa es su casa, 1H3 solo está ahí porque sabe que la situación afuera es muy difícil
con su familia. Se me hace que ella se ve muy amenazada permanentemente por su
comportamiento… (C3): ¿Cómo así amenazada en qué sentido? (A1): En que se tenga que ir pero
no por otra cosa sino por su misma forma de ser, por su forma de… además es una chica que llegó
mayor también a la casa entonces es una dinámica muy diferente, entonces noto esos elementos,
por un lado está el discurso de lo que se piensa de familia, de lo que se quisiera de mi familia y por
otro lado está la realidad” (Escenario 5 No. 18, 19, 20)
En las narrativas de la voz institucional emerge la confianza que se brinda a las buenas
prácticas de cuidado que además de ponerse en interacción, con el tiempo posibilitan la
construcción de pertenencia, donde los cuidados de la madre y los parámetros de la organización
dan cuenta de la configuración de la experiencia vincular. Este relato es retomado por el equipo
investigador interventivo sobre la base de los significados que se comparten desde el equipo
pedagógico y el tipo de estrategias que establecen para configurar espacios de pertenencia como la
disposición de la madre dentro de ese proceso de crianza:
(CA1): “¿Y qué crees que hace las mamás para que un niño se sienta acogido?, ¿A ti que te
parecería importante que hicieran las mamás? (P): Yo creo que lo que hacen el defenderlo,
cuidarlo, muchas entran es a defenderlo porque no falta que lo ataquen, los celos de que me lo
quitan, tratan de que todo sea equitativo, los reúnen para decir pues obviamente el trato adecuado
se preparan de alguna forma que va a llegar un niño. (CA1): Eso es un ritual, ¿no? Porque si los
hermanitos de uno son difíciles de que llegue y son así de chiquitos y uno se siente celoso, cómo
será un hermanito más grande, o sea que sí hay cosas en aldeas que permiten esa acogida, que
permiten esa posibilidad de que los niños asimilen. (A2): Yo creo que ayuda también un poquito la
actitud que asume la mamá, yo he escuchado muchas mamás cuando tienen acogidas que dicen
hoy estoy de parto hoy empiezo parto, si llega las cuatro o sea a las cuatro es la acogida nace a
las cuatro, entonces todo empieza también como en la actitud que asume la mamá con esa emoción
esa alegría y yo he visto varias mamás diciendo venga vecina la invito a la cogida venga a mi
parto, entonces como esa emoción así como esa mamá biológica que se prepara para la llegada de
un nuevo ser.” (Escenario 5 No. 91, 92, 93, 95)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En este escenario en el relato de la voz de los investigadores a propósito de las narrativas en
las voces familiares en las madres emerge la preocupación sobre el cambio en los vínculos a través
del tiempo, siendo para ellas difícil establecer un sentido de pertenencia en relación a otros
momentos de su experiencia como madres en la Aldea, tema que es de conocimiento de los
directivos y que se asocia a los cambios experimentados en la Aldea con el ingreso como actor de
los procesos de acompañamiento de los niños o niñas, de entidades como el ICBF:
(C1): “…M1 decía algo muy interesante y es que ella sentía que en estos momentos los
vínculos no eran iguales a los que se presentaban anteriormente, que sentirse perteneciente a la
familia no es tanto como se hacía antes, donde ella sentía que como que había más arraigo, ¿Si?,
no me acuerdo si esa era la palabra que ella utilizaba pero si como que había más arraigo, como
que había más interés, entonces también surgieron elementos de cómo cada uno tiene ese proceso
de individuación, ese proceso de autonomía y eso como entra a jugar en la dinámica de la misma
familia” (Escenario 5 No 22)
En la voz institucional se destaca por parte del equipo pedagógico, la emergencia de
narrativas asociadas a la importancia que los jóvenes brindan a sus vínculos biológicos y en este
sentido, a la presencia de una expectativa en donde los niños o niñas al salir de la organización
esperan contar con sus padres. Sin embargo, el equipo pedagógico en este proceso de sentirse
perteneciente a la familia de Aldea anota que los jóvenes con relación a su padres o familia
biológica presentan situaciones de frustración ya que no los apoyan, quedando el vínculo
establecido con la madre sustituta, tema que expone el carácter recursivo en las narraciones de los
miembros que se asocia a lo vincular en este caso de los que se encuentran pendientes de brindar
una protección, configurándose un contexto de pertenencia a partir de la necesidad de apoyo de los
niños o familias que forman parte de la organización:
(TS): “Otra cosa que veíamos y que yo le decía a C3 es el imaginario que ellos tienen de
sus familias biológicas, porque lo que dice P es importante, nosotros no podemos pelear con su
pasado y con sus familias, hay chicos que tienen un imaginario de que yo salgo de acá y mi familia
me va apoyar, y yo voy a ir donde mi familia y voy a construir lo que nunca tuve y muchas veces se
chocan y yo le decía a C3, a veces de ese choque ellos comienzan a unirse más con esa mamá,
porque esa mamá se vuelve el apoyo afectivo entonces hay veo como mi mamá todo lo que hizo por
mí, pero primero es ese choque de ese imaginario que yo tenía, precisamente por eso porque no lo
ha podido vivir” ( Escenario 5 No. 27)
En la voz de la institución con relación a las madres, se destaca el papel que juega la
disposición de ellas para realizar su rol materno dentro de una circunstancia que progresivamente
las lleva a sentirse perteneciente de la organización como madres o como empleadas de acuerdo a la
significación que otorgue a su experiencia. Algunos miembros afirman cómo en esta vivencia de su
trabajo se configura un sentido de vida más allá de una forma de poseer una labor, en esta línea la
voz investigativa resalta que al presentarse en este trabajo una serie de experiencias diversas sobre
sentidos otorgados, se genera un estilo de vida dentro de la propia practica e involucramiento en el
oficio de acompañar o brindar un trato protector. En este proceso el sentido de pertenencia atraviesa
la vinculación de los niños, madres y profesionales encontrando en el macrocontexto de la Aldea,
momentos que replantean su vida de manera que establecen una vocación de acuerdo a su rol con el
propósito brindar apoyo:
(CA1): “¿en qué consiste ese estilo de vida? (A2): Es un estilo de vida CA1 porque al
ingresar a la Aldea, cuando tu comienzas a convivir con los chicos y que tienes que estar al frente
por ejemplo en una comunidad como yo lo estoy, cuando hay momentos en los que uno siente que
está sacrificando espacios propios y personales, que bien puedo estar compartiéndolo con mi
familia o yo sola en mis cosas pero por lo mismo, que es un estilo de vida, uno debe entregar cosas,
uno sacrifica cosas y pues por el acompañamiento y la permanencia que se necesita en el espacio
donde estés ubicado. (CA1): Tú sientes que ese estilo de vida implica que tú sientas a las personas
de acá como tú familia. (A2): En algunas personas sí, hay caso donde yo siento que llego y hay
mucha cercanía y incluso las mamás tienden hacer muy maternales hasta con nosotros mismos, las
mamás que sienten ese que están empoderadas en su rol de madre.” (Escenario 5 No. 63, 64, 65,
66)
Desde la vos del investigador se resignifica lo que se comprende como familia por los
miembros de la organización de la Aldea otorgándole un sentido novedoso que es atravesado por las
experiencias vividas por todos los miembros, traspasando los referentes sociales por órdenes de
significado que se construyen en la interacción dando cuenta de la ecología y complejidad de las
relaciones y de que cómo narrativamente el sí mismo se co-construyen en la interacción nutrido
por significados que emergen en la experiencia vivida. Se utiliza la metáfora como punto de
encuentro en el lenguaje entre los diversos significados:
(CA1): “O sea que familia, hablar de familia es una metáfora de cómo se vincula los niños
acá, metáfora como una especie de comparación, o sea los niños llegan acá como cuando un niño
nace y hay una mujer que lo está esperando como cuando una mujer está embarazada, pienso que
si tomamos a la familia como una metáfora y no como lo que debería ser en el ideal, creo que se
podría entender mucho más la experiencia tanto de los profesionales y de las mamás acá como de
los niños, es una forma de ser y de estar aquí que se parece a una familia y en eso se parece pues a
veces yo le digo a mi mamá cucha no le digo mamá, por ejemplo y a veces algunos niños elegirán
decirle a la mamá por el nombre, yo no sé si se dejarán decir cucha pero finalmente, entonces si lo
vemos como una metáfora pues creo que, podríamos salir un poco de los dilemas de los que
hablaba el compañero resolverlos, ¿de acuerdo?, porque creo que cuando un niño no siente aquí
como familia pues entonces empiezan aich este no se está adaptando, que tal que si se está
adaptando pero que se esté adaptando a un grupo de apoyo que necesita en ese momento y no a
una familia, como ustedes lo piensan.”. (Escenario 5 No. 96)
Escenario 6
Historias que Emergieron en el Escenario
En el escenario sexto en la voz familiar de las madres el tiempo recobra importancia en la
relación trayendo como ejemplo los actuales niños que ingresan a las familias con unos tiempos
definidos dentro de medidas legales de protección por parte de un defensor de familia, esta nueva
condición en el desarrollo de los procesos de crianza y apoyo en las familias, se asocia al corto
tiempo que altera el establecimiento de vínculos donde la pertenencia emerge producto de una
relación que proporciona seguridad; en la narrativa de la madre se aprecia una comprensión de la
situación de estos niños:
(C3): “Y para ti ¿qué es sentido de pertenencia?, ¿qué es eso para ti cuando lo escuchas?,
qué idea se te viene a la mente?. (M1): Que vean la casa como su casa, o sea que esta es su casa,
que cuando yo tengo sentido de pertenecía yo no espero a que me digan haga esto si no yo me
encargo dificultades ellos se preocupan por el otro por tareas por dificultades (C4): Como algo
que les nace a ellos (M1): Pienso yo decirlo pero que se ven las acciones. (C3): ¿Y eso cómo se
logra? (M1): dándoles la confianza y responsabilidad a cada uno y hacerlos sentir. (C1): Y con el
tiempo también (M1): Si porque eso no es de la noche a la mañana, eso no es de la noche a la
mañana, tal vez con mucho trabajo, o sea es un trabajo lograr eso, ahoritica por ejemplo con la
niña nueva, si porque ellos tienen un… como le digo hay, no ellos viene de un ambiente muy
distinto”. (Escenario 6 No. 95, 96, 97, 98, 99)
Continuando, para la voz investigativa interventiva de acuerdo con el relato de la madre,
sobresale el tema de los niños que llegan con tiempos cortos y definidos por un defensor de familia,
situación que altera el proceso de vinculación en la familia y en este sentido, la construcción de una
relación de pertenencia, esta alteración en el tiempo tiene efecto en la dinámica familiar por las
variaciones y retos que genera para las madres que se sienten exigidas; se aprecia desde la
configuración relacional la importancia que se brinda al tiempo que forma parte de ese punto inicial
en la construcción del vínculo, en esta circunstancia el contexto de crianza se afecta por los
movimientos que se realizan en los relatos que se asocian a lo temporal alterando colateralmente el
proceso de pertenencia:
(2M1): “Ellos generalmente hacen eso, ellos a uno lo amenazan diciendo, usted me toca y
yo voy y no sé qué, ellos son así, digamos cuando uno la tía o alguien les dice algo dicen tengo mi
defensor ellos a mi me dicen que no le pueden decir nada, a ellos mandarse solitos y no hacer nada
en la casa (C1): Y ellos de donde vienen, vienen de bienestar familiar cierto, ellos no han venido
de familias, tú ¿qué crees que están sintiendo al llegar acá? (2M1): Pues o sea, es un cambio
diferente, porque no es lo mismo estar encerrado y de estar en una casa en donde ellos pueden
jugar, divertirse, pueden de todo pero también, al tiempo que llegan uno los ayuda pero ellos
también tienen que poner de su parte, uno les puede ayudar pero si ellos no se ayudan es porque
ellos tampoco quieren hacer nada.” (Escenario 6 No. 204, 205, 206)
En la voz de la familia dos sobresale un relato de pertenencia desde una madre que anota
cómo la defensa de su familia por parte de sus miembros es resultado de la comparación en los
extremos de mejor y peor, sin embargo este punto de diferencia que confronta, también permite
afianzar la características propias de la familia y consolidar discursos sobre sí mismos, que resuenan
en la identidad y que forman parte de la pertenencia, donde se destaca la defensa de la experiencia
configurada en estas relaciones. Para la voz investigativa interventiva se destaca las narrativas que
son diferentes para cada familia, al marcarse con notoriedad las características particulares del
grupo como su cohesión que contribuyen al desarrollo de sentimientos de lealtad:
(M2): “Yo creo que ese día se pusieron a defender cada uno el punto de vista de su familia
si entonces ellos decían no en mi familia pasa esto y defendían su familia y los de acá también, eso
fue pues como lo que me contaron si cada uno defiende bueno que haya si hay respeto y acá
también respeto. (C1): Si no que se ve de formas diferentes (M2): Si se ve como de formas
diferentes”. (Escenario 6 No. 159, 160, 161.)
En las historias de las madres emerge la importancia de demostrar la satisfacción de
pertenecer a la Aldea, lo que se retoma como una experiencia que está mediada por lo individual al
contrastarse con el relato de los jóvenes quienes afirman que muchas cosas se demuestran con otras
actitudes, es decir que frente a la satisfacción no es necesario demostrarla; el relato permite destacar
cómo el bienestar es una forma de expresar y de configurar vínculos de sentido de pertenencia
donde emerge como consideración la experiencia individual frente al bienestar:
(C3): “Se aguanta las ganas de decirlo porque será, digamos si yo estoy contenta, lo voy a
poner desde mí, si yo estoy contenta en un trabajo pues a uno hay veces se le sale: estoy contenta
en este trabajo, porque será que en algo que es como de alegría no pasa. (2H4): Porque no hay
necesidad yo creo que no hay necesidad de decirlo porque uno lo puede expresar con lo que hace si
estoy en un trabajo uno hace las cosas bien, la gente se da cuenta no tiene que estar diciendo estoy
contento arregle este desorden. (2M1): Uno lo puede expresar ayudando en la casa”. (Escenario
6 No. 181, 182, 183)
En la voz de la familia se aprecia historias que retoman el sentido de la pertenencia desde el
valor otorgado a la configuración vincular en las practicas dadas en la cotidianidad del contexto
familiar de la Aldea. Para los miembros de la familia en este caso en particular una de las tías, si el
joven o niño se siente perteneciente al hogar debe actuar en conforme a ese sentimiento, lo que
habla de cómo las familias interpretan las acciones de los jóvenes muy en la línea de la
normatividad y el deber ser:
(C3): ¨¿Y eso qué tiene ver digamos con lo que en algún momento decía la flaca de sentirse
perteneciente a la casa o de sentirse que uno está con ese grupo cómo se relaciona esa situación?
(T2): nace con esa dependencia, con ese cariño de la casa, de cuidarla, unos quienes están aquí y
no piensa en nada y hacen lo que les toca, pero otros solitos hacen sus cosas, solitos arreglan y
cumplen con sus deberes en cambio otro que no quieren hacer, como nosotros decimos, es un
camello estarles diciendo, mire arregle su cuarto, mire esto repítele y repítele todo el día¨
(Escenario 6 No. 198,199)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En el proceso narrativo conversacional en la voz familiar emergen memorias de una
experiencia a la que se apela sobre la confianza en la madre, que es eje en la narración de forma que
le permite a los jóvenes, configurarse con seguridad y apoyo, relato que nuevamente aparece como
característica del sentido de pertenencia donde el vínculo presenta una relación de exclusividad
relacionado a lo significativo que se es en la vivencia que se comparte con el otro, tema que permite
comprender la pertenencia desde lo interpersonal en relación a un sentido que es experimentado de
manera individual. Las narrativas surgidas por los jóvenes expresan un recurso en el afrontamiento
de la vida, relato que brinda posibilidad y motivación apreciándose desde la experiencia con la
madre:
(2M1): ¨Ah es esta, el apoyo que ella me da el apoyo que yo le doy ella o sea, ¿sí?, en los
momentos difíciles que yo tengo le digo mami necesito tal cosa, mami no se que, ósea pues hay
también mucha confianza, muchísima confianza. (C3): Ya. (2M1): Porque sé que no estoy sola y
siempre me da el ánimo para levantarme y seguir adelante. (C3): A entonces esa te llego. (C4):
¿Cómo sabes eso Lucía? ¿Cómo sabes que no estás sola, Que siempre te va a defender la mama?
(2M1): pues porque yo se que en cualquier problema o algo puedo contar con ella o con alguien
de la casa y por la forma también de expresar porque yo sé que cuando necesite algo ellos van a
estar allí para ayudarme y para decirme haz esto o haz tal cosa.¨ (Escenario 6 No. 49, 50, 51, 52,
53, 54)
Sentido De Permanencia Familiar
Escenario 1
Historias que Emergieron en el Escenario
En los diversos escenarios el sentido de permanencia en relación a la construcción narrativa
de los vínculos dio cuenta de historias en donde se aprecia anclado a un referente de temporalidad y
es un punto de partida para la comprensión del self actualizándose recursivamente en la relación
con él otro. En este escenario las historias que sobresalen están encarnadas en la voz de las madres
dando cuenta de la preocupación que sienten acerca del cambio que están teniendo en su
experiencia vincular actual con la inmersión de un actor fiscalizador de su sistema más amplio en su
grupo familiar como es el ICBF, pues éste exige cambios en la organización de las familias ya que
interviene en los tiempos de proyección del vínculo, al recibirse niños/as más grandes y con
expectativas de menos duración en el programa, situación que a las madres les genera ambigüedad
pues se sienten vulneradas en su intimidad dentro del hogar y evaluadas constantemente en su rol:
(M2) “pues como saber las nuevas leyes los nuevos convenios, igual que para mi yo lo
siento que es como un cambio, pues antes llegaban niños que venían por familia y estaban
permanentemente como hasta los 20 años acá, entonces como podría, yo puedo decir que uno se
lograba un vínculo más seguro de hecho y ahora pues llegan… con menos tiempo y están en un
proceso de adaptabilidad” (Escenario 1, Nº 261)
Aspecto que el equipo investigativo interventivo conversa retomando las herramientas ya
desarrolladas y que se pueden actualizar para asumir los nuevos cambios, dando cuenta de la
experiencia que las madres han construido desde los diversos roles en la emergencia de los sentidos
dados en la experiencia de ser familia en la Aldea, donde cada uno ha configurado una historia en la
cual se referencia el proceso de vinculación en una co-construcción.
Escenario 2
Historias que Emergieron en el Escenario
En el presente escenario se identifica la construcción de historias que permiten comprender
los órdenes de significado que la familia y la voz institucional realizan respectivamente sobre el
sentido de la permanencia al referenciarse elementos como el aprovechamiento de recursos que
provee la Aldea y la correspondencia del vínculo del joven con la madre al cumplir con los procesos
organizacionales; interpretando a los jóvenes en su experiencia vivida en Aldeas cuando, se refiere
a la concepción de la madre acerca de que el programa es la “mejor” opción de restitución de sus
derechos por todas las condiciones que brinda, desconociendo su propia voz y otras opciones. Este
aspecto emerge cuando el equipo investigativo interventivo connota positivamente los recursos que
brinda la institución para que un joven se integre a una familia y a partir de esto indaga acerca de las
comprensiones que tienen los miembros de la Aldea, madre o empleados, en relación a la salida de
algunos de ellos sin terminar el proceso:
(M1) “…yo tuve un niño que terminó proceso, no porque la Aldea lo haya decidido, él
mismo se salió; dijo: - no quiero estar, no quiero estar-. Un muchacho que ya llegó grande, de 13 ó
14 años, situación difícil, a pesar que tuvo ayuda de nosotros y del psicólogo. El dijo me voy, y
comenzó con su rebeldía, a uno le da lástima, le da pesar, porque uno quiere que esas personas de
verdad con sus derechos vulnerados darle lo mejor y brindarle lo mejor. ¿ y no se deje ayudar? uno
dice – hay que pesar, qué hago para que este muchacho saque su voluntad para una vida digna,
una vida bien- A mí en lo personal me genera frustración, pero no quiso y no quiso, igual uno está
averiguando por él, lo único que sé es que está pagando servicio militar” (Escenario 2, Nº 58).
En las historias que emergieron la organización resalta como ya se ha señalado en
escenarios anteriores el rol de la madre como eje central de la experiencia vincular en las familias
de la Aldea, a la que se le atribuye la responsabilidad de que el vínculo transcienda en los niños y
los jóvenes perdurando en el tiempo; narrativa dominante que constantemente emerge en las
historias pues sin duda la comprensión que se hace de la configuración del vínculo aun esta
permeada por los estereotipos y roles que culturalmente se le han asignados a la madre, olvidando a
los demás miembros del sistema tanto familiar como organizacional cuyas semánticas y
pragmáticas nutren la experiencia vincular de igual forma nutriendo la construcción de los sentidos
en este caso de la permanencia.
(AD) “(La mamá) es importante para nosotros. Una responsabilidad más que un
compromiso… Es el motor familiar que construye, es la líder, es la que defiende, es la que
gestiona… Pero no con plata, no con recursos físicos sino también con recursos humanos como
afecto, amor que es importante. El caso de un joven que volvió a los 10 años y la casa 19 la
cerraron porque se reducen casas y la mamá ya no está en la casa y el vuelve y dice hay, yo ya no
tengo casa... Y nosotros nos preguntamos bueno, entonces ¿dónde están los lazos afectivos con las
otras casas, con las otras mamás, con la comunidad, con los hermanos biológicos? ¿A dónde están
los amigos de mi cuadra?. Los referenciados a mi barrio, mis amigos del barrio siguen en el barrio
y crearon una red” (Escenario 2, Nº 93)
Memorias que Emergieron en el Escenario
Se aprecian tres momentos del proceso narrativo conversacional en que surgieron memorias
que dieron cuenta de la narrativa vincular desde el sentido de permanencia, referidos a la vivencia
de los jóvenes, las madres y la voz organizacional que en relación a los sentidos construidos de la
experiencia dan cuenta de elementos configuradores como el tiempo y los significados vinculares
que le da un matiz complejo y narrativo a la construcción de mundos o de sentidos en la interacción.
El primero, cuando el equipo investigativo interventivo intenta comprender desde la lógica de la
organización cómo se explican que algunos jóvenes no continúen en la Aldea a pesar de los
contextos bien organizados que se recrean, dando cuenta de elementos que transciende lo estipulado
por la organización, como los nuevos cambios generados por entidades externas, las preferencias de
los jóvenes a querer tener oportunidades para elegir su preferencias para un futuro conjugando la
libertad de narrarse como hijo o como amigo sin sentir que atenta contra lo esperado por la Aldea,
haciendo que desde el relato de la experiencia de la madre se devele la permanencia del vínculo de
ella con uno de los jóvenes el cual en algún momento estuvo en su casa, pero describiéndose de
forma diferente a la narrativa dominante en donde el joven la nombraba a ella cuando convivían
como madre y en este momento al continuar en contacto la denomina tía, emociones que en ella
despierta conmoción y nostalgia:
(M1) “y no es porque no ha habido lazos, en el caso mío siempre hay lazos, porque a
pesar del poquito tiempo que estuvo, porque él se iba y sin embargo cuando volvía me preguntaba
que hubo tía, ya no me decía mamá, me decía tía, ¿hola cómo estás? y yo le respondí que bien, le
preguntaba si estaba estudiando qué hacía, yo sentía que algo de mi quedo en él, en ese poquito
tiempo” (Escenario 2, Nº 60)
El segundo momento aparece cuando el equipo investigativo interventivo hace relevante
retomar la experiencia de los demás miembros del equipo de la Aldea ante el planteamiento hecho
por uno de ellos, donde expresa que la institución ha modificado su postura frente a los jóvenes al
apoyarlos cuando regresan al salir del programa dando cuenta de la ambigüedad en los roles en
dónde se sume un apostura paternal y de acogimiento versus la directriz que refiere que los jóvenes
que salen sin culminar procesos no tienen nuevas oportunidades para regresar, comprendiendo que
en ocasiones son el único referente de apoyo para muchos de ellos. La historia de la familia aquí,
desde la voz de la madre, retoma un acontecimiento frente al cual la institución dio permanencia al
vínculo con un joven pero dando la oportunidad a narrar el vínculo de forma alterna, pues aunque el
joven optó por retirarse de la Aldea, después, por medio de la madre, se gestionó ayuda para apoyar
la formación académica superior:
(M1) “si por ejemplo yo lo tuve en el caso de Oscar, fue un muchacho que en algún
momento dijo no quiero más no quiero más y salió y que regresó, mami ayúdeme, ayúdeme y D lo
apoyó y es uno de los muchachos que lo estamos apoyando, lo ayudamos en lo que estaba
estudiando y ya lo terminó en una carrera técnica quiere seguir el ciclo universitario”. (Escenario
2, Nº 74)
Sin embargo la madre no es la única que da apoyo en este tipo de situaciones, pues la
emergencia de nuevas experiencias ha requerido en la organización dar cuenta de las necesidades de
los jóvenes y movilizarse de alguna forma ante esto:
(A1) “importante y es que la puerta nunca se ha cerrado del todo, porque eso también
pasa mucho por la personalidad de la persona, que está liderando la organización y en este caso de
Aldea y nosotros como equipo pedagógico hemos criticado a D en que sea tan paternalista con los
muchachos, en que sea tan alcahueta con ellos y en muchas ocasiones nos ha callado la boca
diciéndonos es que ellos no tienen más opciones pues esta es la familia de ellos… esto lo hago para
decir que no es exclusivamente de una mirada externa si no es para que haya conciencia que esta
es la familia de los muchachos y que ellos no tienen otras opciones y otros referentes familiares”.
(Escenario 2, Nº 75)
Esta comprensión es confirmada por otro miembro del equipo que retoma su experiencia
personal dentro del contexto familiar como principal referente en la construcción de sentidos y
significados de lo implica la configuración familiar.
Finalmente, el tercer momento lo cierra el equipo investigativo-interventivo recogiendo en
la conversación el posicionamiento desde lo personal no solo para el ejercicio de análisis y reflexión
sino también en esa apertura personal que se pone en juego al construir los vínculos con los/las
jóvenes, dando esta posición apertura para construir nuevos significados en relación a la vinculación
joven institución:
(CA2) “…Lo rico que fue la conversación porque se permito mas allá de lo racional, más
allá de la estructura, hablar de sí mismo como hijo, como padre, como ese persona que está en la
institución y ve el sufrimiento, la alegría y todas la vivencias de estos niños. Y me parece que era
bien interesante ir comprendiendo que los hace estar acá y volver, o volver a golpear la puerta,
volver a pedir ayuda o volver solamente a saludar. Porque decía la mamita -este chico se quiso ir
con la abuela ya no me dice mamá me dice tía, pero viene y me cuenta cómo le va, se cómo esta
porque él viene y me cuenta-. Entonces yo me preguntaba qué lo hace volver, la plata no, ¿cierto?
Lo que entendí es que él no viene a pedir plata, viene a decir me está yendo así” (Escenario 2, Nº
96).
Escenario 3
Historias que Emergieron en el Escenario
Las historias resaltadas en este escenario permiten diferir la experiencia narrada que
emergió en los jóvenes de ambas familias, pues en el relato se centra en la continuidad del vínculo
con sus familias de origen cuando afirman, que no van a vivir y a continuar sus experiencias de vida
con las personas con las que hoy comparten (con las familias de la Aldea) sino con aquellas que son
su “verdadera familia”; dando cuenta de que a pesar de las narrativas dominantes de la organización
que reiteran la transcendencia de los vínculos establecidos con los miembros de la familia como
permanentes, en los jóvenes las experiencias vividas en su núcleo original familiar adquieren mayor
significado, dando cuenta de cómo el sentido de permanencia recursivamente es actualizado
narrativamente en los sentidos construidos.
(2M1) “Porque después de que salgamos de acá ya empezamos a hacer, o sea, no vinimos
aquí con los que vivimos sino ya vamos a estar con la familia de uno ¿sí? o sea, hacer ya la vida de
uno independiente” (Escenario 3, Nº 216).
Relato que cobra importancia para los investigadores y por ello se amplía en la experiencia
narrada de este joven por estar próximo a culminar los procesos en Aldeas y salir hacia las
comunidades juveniles, realizando la emergencia del relato desde las proyecciones. En contraste, en
las historias de otros jóvenes, el rol que desempeña la madre es comprendido como una postura
vivencial que supera el compromiso laboral haciéndolos sentir vinculados afectivamente a ella y
marcando su sentido de permanencia en la relación:
(1M7) “Que la señora que nos cuida en vez de irse a hacer la vida de ellas con la familia
de ellas vienen a quedarse con nosotros… O sea que ellas en vez de organizar su propia vida, se
vienen aquí a cuidarnos a nosotros con decisión propia de ellas” (Escenario 3, Nº 208)
Es de anotar que los investigadores buscan la emergencia de la comprensión que la familia
tiene sobre el rol de la madre ya que es una historia compartida en la Aldea acerca que ella, M1,
pudo cambiar su proyecto de vida hace algún tiempo pero se decidió quedar por el afecto hacia sus
hijos… sin embargo no emergió puntualmente esta historia.
Memorias que Emergieron en el Escenario
El equipo investigativo interventivo con el propósito de comprender los significados
construidos por los jóvenes para regresar al contexto de la Aldea cuando concluyen el proceso,
conversaron sobre los sentidos que son parte de la experiencia vincular y de cómo emerge el sentido
de permanencia en este contexto:
(C1) “Acá quiero decir algo importante y fue que ella dijo que ella vuelve si está la mamá,
que si no está pues no, ¿cierto?” (Escenario 3, Nº 223)
En conexión con el relato anterior en la voz de los jóvenes de la familia se manifiesta que
el vínculo se construye entre las personas, no con las instituciones o los programas, por lo que para
él volver a encontrar su referente de cuidadora mientras creció, es lo que le da sentido a regresar a la
Aldea, dando cuenta de la valoración que se le da a la figura materna de la organización
transcendiendo lo consanguíneo privilegiando el significado que se le da a la experiencia vivida:
(2M1) “No si o sea, porque uno vivió con la persona que a uno lo está cuidando, y uno si a
la persona le coge afecto y eso no se va a acabar y uno viene a la cita pero si esta aburrida, ¿a qué
viene?, ¿vez?” (Escenario 3, Nº 224)
Escenario 4
Historias que Emergieron en el Escenario
Las historias que emergieron en el proceso narrativo conversacional de este escenario dan
cuenta de la recursividad del vínculo dentro de un tiempo complejo que transciende la linealidad
(pasado-presente-futuro) para emerger narrativamente en la experiencia de forma circular. Esto se
pretendió comprender por medio del dibujo simbólico de un escudo familiar en donde el equipo
investigativo interventivo retomó los sentidos y significados que los jóvenes y las madres
construyeron en relación a su experiencia de ser miembro de una familia de Aldea, sucediendo que
desde la comprensión de ellos como familia emergió la necesidad de narrarse como independientes
del sistema organizacional, reconociendo que el sentido de permanencia no se traduce al estar en un
lugar o a regresar a este, si no a lo representativo que fue la experiencia compartida y al aporte que
significo para su historia de vida:
(M2). ”Bueno nosotros nos reunimos y habían diversidad de ideas, entonces recopilamos y
quisimos representar los ocho niños y la unión. Pero ellos me decían que no van a estar ahí toda la
vida permanentes porque ellos cambian. Por eso al pintar el agua queríamos representar lo que
ellos decían que necesitan libertad para compartir con las demás personas” (Escenario 4, Nº 16)
Por lo anterior para comprender el sentido de permanencia, para el equipo investigativo fue
importante retomar el proceso de independización pues por medio de éste se dio cuenta de diversos
sentidos que se relacionaron con la proyección y permanencia del vínculo cuando ellos como hijos
ya no vivan dentro de la Aldea, es así que desde la voz del joven se comprendió que el proceso de
salida de la familia de Aldea se vivencia como en sentido de libertad, que es asociado con las
sensación de pérdida al dejar a la figura materna pues fue significativa en su desarrollo y le otorgó
un sentido familiar a la experiencia vivida de la Aldea:
“(C4)… ¿Cuánto te falta para salir? y ¿Cómo ves ese partir? 2H4: Casi el mismo tiempo
que 2M1, en parte me parece chévere por la libertad que voy a tener porque es diferente y uno sabe
que mi mamá es un apoyo y que ya no la voy a tener cuando la vaya a necesitar pero igual me
parece chévere salir. C4: ¿Y tú te ves volviendo a la casa? 2H4: Pues sí porque yo creo que son
personas que uno nunca olvida” (Escenario 4, Nº 187-190)
Memorias que Emergieron en el Escenario
En las memorias retomadas sobresalen las narrativas que configuran la experiencia del salir
definitivamente de la casa de Aldeas, por lo que el equipo investigativo interventivo retoma de
forma cercana la experiencia y las comprensiones que desde allí emergen para los jóvenes, en donde
el proceso de separación de la familia de la Aldea genera expectativas desagradables; lo cual hace
referencia a la ausencia de la madre como referente de apoyo emocional porque se comprende que
es un momento que puede generar tensión para el sistema pues implica una reorganización de los
roles, las funciones y los significados que se han construido, lo cual se refleja en el siguiente relato
de uno de los jóvenes de las familias:
(2M1) “Para mi va a ser muy duro, porque cuando llegue a la casa donde viva ya no va a
estar la persona ahí para preguntarle ¿cómo le fue?... yo le digo a mi mamá usted nunca en mi vida
va a dejar de ser mí mamá porque usted es la única que tengo, es el apoyo que yo nunca tuve,
porque ella está conmigo… con la que yo puedo contar cuando tengo algún problema y sé que me
va a dar muy duro porque ella siempre va a ser mi mamá así ella no sea mi mamá, aunque mucha
gente me diga que ella no es nada mío yo a ella la siento como mi mamá... ”. (Escenario 4, Nº 170)
Así mismo la experiencia vincular familiar ha tenido recientemente varios desafíos o
cambios como ya se ha retomado en los escenario anteriores, que se han comprendido como
obstáculos para algunos miembros, como es el ingreso de niños nuevos o la próxima salida de los
jóvenes para la comunidad juvenil, que son reflejo de cómo cada uno de los integrantes de las
familias de la Aldea encarnan la experiencia vincular que nutren dan significado a sus proyectos de
vida:
“C2: y en la casa ¿ustedes han hablado de eso? .M2: Si.2M1: Si, yo le digo a mi mamá que
me da mucho miedo.M2: Y yo la corrijo por ejemplo cuando llegan niños nuevos porque ella es
muy celosa yo le explico que el amor que le tengo no va a cambiar así lleguen todos los niños que
lleguen siempre va a ser igual; ella solo me responde: mami yo nunca te voy a dejar, pero yo sé qué
ella necesita su libertad, le toca seguir estudiando, ser profesional, ella va enfocada al proyecto de
vida, a los 28 años por ejemplo quiere tener dos hijos, pero primero debe terminar la profesión.”
(Escenario 4, Nº 174-177)
Relatos Alternos que Emergieron en el Escenario
El equipo investigativo interventivo retoma el momento vital de las familias de la Aldea
como una oportunidad para poner en juego la fuerza para volar, que metafóricamente relacionaron
en su dibujo, lo cual favorece que los miembros de la familia de la Organización se narren dentro de
ese proceso colectivo en el cual cada uno ha posicionado al otro como parte de ese logro. Así, la
familia de la Aldea reconoce como un elemento fundamental en su configuración familiar la
preparación de los jóvenes para la vida externa a la Aldea y se reconoce a la madre como
favorecedora para adquirir herramientas útiles para su proyecto vital:
“C2. Me gustaría relacionar que en la casa de las águilas……. todos están en un momento
relacionado con los sueños del futuro, pensando en mejorar o preparándose para volar, yo
entendía eso cuando escuchaba a 2H4 y lo relacionaba con fuerza y proyección para volar..M2:
Ellos también piensan en ser autónomos en un determinado tiempo, pues eso es lo que yo les
digo.2H4: Si eso es lo que representa el águila, un águila coge el polluelo y le enseña a volar, acá
nos dan las pautas para guiarnos y saber cómo movernos.C4: Y, ¿cómo te ha enseñado M2 a ser
independiente y a ese volar como un águila?2H4: Yo creo que desde que llegué me ha dejado hacer
mis cosas, ella me da apoyo pero de una manera diferente, no diciéndome las cosas son así sino
dejándome que yo las haga y en el momento de equivocarme me dice: “mire lo que hace” como
para que me reubique”. (Escenario 4, Nº 61-65)
Escenario 5
Historias que Emergieron en el Escenario
Las historias del sentido de permanencia en este escenario resaltan a la madre como
principal organizador de la experiencia vincular como se ha retomado en escenarios anteriores. Los
relatos que se construyen cuando el equipo investigativo interventivo generó un espacio de
conversación en donde se buscó comprender los significados y sentidos construidos en la
experiencia en la Aldea y generando narrativas novedosas de la misma experiencia por medio de
preguntas de reflexión como ¿Qué de lo dicho puede ayudar a estar mejor en las familias de
Aldeas? ¿Cómo lo dicho me habla de lo que vivo en y con las familias de Aldeas? Sentido que en la
voz del equipo pedagógico permitió que emergiera la permanencia desde la relación de cercanía con
la madre el cual está mediado por las experiencias vividas al salir de la Aldea, donde se pone en
juego los vínculos construidos, los cuales hacen regresar a los jóvenes solicitando ayuda, generando
cuestionamiento sobre las razones del porqué regresan y moviendo los significados en que solo
regresan cuando están en una situación difícil o bien por el sentido que construyeron en torno a la
relación:
(TS) “Lo emocional que se vio, si como haciendo click de que es lo importante para los
chicos, ¿qué los hace volver?, reflexionando en eso y pues que viven en una misma casa en una
misma época y son nueve, pero de esos nueve solo vienen dos, entonces ¿qué es lo que los motiva?,
si es la cercanía, que son más cercanos a la madre o que de pronto esa madre apoyo un poco más
a estos dos jóvenes cuando ellos salieron o si es que su misma experiencias de vida los han hecho
retroceder y pensar , oiga lo que yo deje en la Aldea es valioso es importante” (Escenario 5, Nº 16)
El segundo relato pone aun mayor fuerza en el papel de la madre dentro de la interacción al
surgir el cuestionamiento sobre cómo los vínculos más fuertes se dan con una figura diferente a la
de ella, pues esta es la figura principal en la generación y nutrición de las relaciones familiares
inmersas en la Aldea:
(TS) “Se da en algunas familias y en otras no, aun cuando tiene la posibilidad pero pues
uno en ocasiones ve que ese chico llega es a otra casa a donde la casa de la tía, ¿Por qué? No sé,
porque no va a donde su mamá, si fue con ella con la que vivió, si todavía ella está pues esas son
preguntas que uno se hace, ¿por qué lo apoyó más , porque estuvo con él?” (Escenario 5, Nº 25)
Este aspecto complementa la voz del equipo investigativo interventivo pero en otra
comprensión sobre cómo el vínculo transciende lo económico y se configura en lo emocional,
acompañado con la “disposición” dada por la madre que construye y nutre la relación con los niños
y jóvenes:
(C3) “Porque, digamos también algo que decían en el grupo y que me parecía súper
importante es precisamente cómo mover la ayuda de lo económico a lo emocional, porque entonces
si sigue habiendo un apoyo económico y que de hecho la Aldea lo da, pero que el apoyo emocional
ya decían ellas que de pronto era un elemento que surgía más de la misma actitud de la persona
que acompaña esta familia de la madre es decir, que puede ser que su mismo estilo, su mismo
compromiso dan para que sean más abiertas…” (Escenario 5, Nº 24)
Escenario 6
Historias que Emergieron en el Escenario
En el último escenario los investigadores interventores reconocieron varias historias que
dan cuenta del sentido de permanencia vincular con referencia a prácticas narrativas y que se
pueden agrupar en dos significados: aquellas que se asocian con el papel construido en las
narrativas de límites y normas; y aquellos en que se evidencia la participación de sistemas más
amplios con los que se relacionan los sistemas familiares como lo es el ICBF. En el primer aspecto
el investigador mantiene un acercamiento a las experiencias en cuanto a la explicación de cómo
algunos jóvenes se sienten con el manejo de la norma y la relación de ésta con la permanencia en la
Aldea preguntando, por ejemplo, por el límite como una situación que surge y pone final a la
interacción entre pares y al interior de los grupo, llevando a ordenar el sentido de estar o no en
Aldeas:
“C3: ¿Y tú por qué crees que esto sucede, por qué crees que tiene que llegar un momento
límite para que expresen que no se quieren ir? T1: Porque yo pienso que, o sea es lo que yo siento,
que ellos se sienten muy seguros acá de alguna manera protegidos por la mamá, eh en su casa, en
su hogar, ellos nunca se imaginan que si llegan hacer pueden tener una salida acá, entonces es
cuando ellos reflexionan no me quiero ir de acá ¿sí?.” (Escenario 6, Nº 169-170)
En el segundo aspecto la madre explica desde su relato en el sentido de permanencia que la
vinculación al proceso familiar de un tercero, que además es autoridad, brinda al niño una sensación
de protección que puede ser generativa o restrictiva a la vez porque puede permitir seguridad o
alterar el ejercicio de la autoridad al interior de los hogares por la forma de acceder a los derechos
que saben que tienen:
“M2: pues de pronto también ellos se pueden sentir como sobreprotegidos ¿sí? Entonces
esa señora a mi no puede decirme nada, porque yo tengo mi defensora ¿sí?… como que entiendo
por ese lado… C3: ¿Y aquí hacen lo que quieran con relación a que, comparándolo con qué? 2M1:
Algunos, no algunos pueden hacer lo que se les da la gana, y que la mama no les dice nada. 2H4:
pues tampoco lo que se les da la gana, no mas poniendo un ejemplo a los del ICBF como que no
tenían la misma libertad y no tenían las mismas cosas que se les dan acá, al estar acá quieren
aprovechar todo eso”. (Escenario, Nº 19; 191-194)
Proceso Organizacional
Escenario 1
Historias que Emergieron en el Escenario
La propuesta investigativa fue recibida con agrado especialmente por el Director quien
mostro interés por el avance en términos de conocimiento y de orientaciones para el trabajo con las
familias después se compartió con otras personas involucradas, esto implica equipo pedagógico y
familias, entre ellos la respuesta fue diversa, algunos al igual que el director se mostraron
interesados mientras que otros mantuvieron una actitud de compromiso y obligación desde su rol
como empleados que siguieron la instrucción del Director.
Desde el primer escenario el Director, por medio de sus narrativas, hace referencia a las
demandas que enfrenta actualmente la Aldea al estar en contextos institucionales más amplios,
modificando de esta forma los espacios y prácticas de las familias, lo que se ha vivido como
disminución de la autonomía y libertad con la que contaban las familias, cuando de cierta forma
sentían o se comprendían en su devenir de forma similar a las familias de vínculos consanguíneos.
Todo esto da cuenta de un momento de cambio que vive la Aldea y por ende las familias en su
funcionamiento interno y en el posicionamiento que toma frente a otros sistemas externos. Dado
que en la actualidad el vínculo de la Aldea con otros macrocontextos como el ICBF se ha hecho
más evidente en esa permeabilidad de un sistema en el otro, el Director resalta que el proceso de
acomodación les ha significado empezar a definirse y comprenderse de formas diferentes a una
familia natural como se pretendía en otra época:
(D): la autonomía entendida como que la mamá es la dueña de su familia, de la casa,
resuelve, toma todas las decisiones, etc. pero esa autonomía se sentía a veces como una
independencia, o sea, yo estoy acá con mis hijos, yo soy la que decide, yo soy la que mando… y
con esta nueva ley de infancia, es otro escenario nuevo para nosotros, eso implica que ahora no
podemos responder como una familia natural, como pretendíamos ser y además es como que se
vendió la idea que nosotros somos unas familias como cualquier otras y de pronto nos empiezan a
generar unas demandas ¿sí? que decimos que por ejemplo, todos los niños tienen que tener un
plan de desarrollo individual(PDI), con unas características determinadas … Pero eso no se hace
en una familia normal, o sea.. O a ustedes en su casa…. ¿Si les tenían psicólogo y el PDI…? todo
ese tipo de cosas.(Escenario 1 No 155)
El equipo investigativo interventivo reconoce que la participación de otros sistemas de
forma directa en la dinámica de las familias de Aldeas genera unas condiciones particulares propias
del modelos de las familias sustitutas, donde la voz de la organización o de otros macrocontextos
hace parte de la construcción narrativa de los vínculos pero que al intervenir de forma directa en la
cotidianidad de las familias requiere un manejo especial por parte de la organización para intentar
causar el menor traumatismo posible. Desde la voz del Director se comprende como la
configuración narrativa del vínculo en este modelo familiar está nutrida por una serie de narrativas
sociales más amplias que incluyen la situación económica mundial, pues el apoyo del modelo
familiar de Aldeas proviene de sociedades internacionales.
El reconocimiento de este elemento da apertura para comprender que dada la situación de
crisis económica que se está viviendo a nivel mundial, donde los aportes para la Aldea se han visto
afectados y han tenido que recurrir a buscar otro tipo de aportantes, que a su vez también traen sus
particularidades a la dinámica del programa, como por ejemplo las exigencias de certificaciones
para considerar la Aldea una organización apta en la participación en sus procesos de asignación de
recursos. Estos cambios les han exigido como organización mayor trabajo y cercanía especialmente
con las madres antiguas intentando construir con ellas nuevas narrativas sobre la definición de su
rol y sobre el horizonte de su trabajo:
(C4): y cómo están haciendo ustedes para manejar esas dos cosas, el supuesto o el
imaginario que tenían antes de que somos familias naturales, tenemos autonomía, independencia;
con estos nuevos lineamientos que les dicen: vaya llévelo al odontólogo y después infórmeme que
les dijeron…(D):….Ha sido un camino complicado, sobre todo con las más antiguas que dicen que
entonces ya no somos familias, nos pone en otra situación, como las visitas del ICBF que son
intempestivas, nadie esculcaba acá, … informar de todo lo que hacemos, dar cuenta de todos los
mecanismos de prevención que tenemos… y presentarlo con evidencia… ha sido un proceso de
resistencia, al sentirse que ya no somos familia y nosotros seguimos diciéndole que lo fundamental
que hemos tomado de las familias permanece, y es lo que nos hace ser sólidos y nos permite estar y
ser, a pesar de los años, vigentes..(Escenario 1 No 156, 157)
Para la organización es importante presentar una propuesta que viabilice el programa de
acuerdo a unas necesidades y demandas contextuales, lo cual hace parte de la base sobre la cual se
cimienta o se proyecta la configuración de los vínculos de la familia. Uno de los focos que emergen
dentro de este proceso de dar respuesta a la actualidad, es lo relacionado con los procesos
educativos de los niños/as.
Por lo tanto el modelo familiar dentro de una organización en este caso la Aldea, implica
identificar que la configuración de la identidad familiar y los vínculos que se construyen entre los
miembros de estas familias, están mediados y nutridos por las narrativas y comprensiones propias
de la organización entorno a lo que significa ser familia, madre, hijo entre otros. Es así que el
proceso organizacional toma fuerte influjo sobre el desarrollo y el devenir propio de las familias de
Aldeas, pues desde allí la voz toma un tono más alto al designar o determinar los lineamientos
principales sobre los cuales se deben organizar como familia, estas narrativas toman un papel
central dentro de la configuración de sus rutinas, hábitos y prioridades, situación que difiere de las
familias naturales donde lo instituido está dado por otros aspectos como el vínculo consanguíneo, es
así que en las familias de Aldeas los vínculos están construidos por la polifonía de múltiples voces
entre estos la organización y las historias de vida de cada uno de los miembros y sus expectativas,
sentidos y significados sobre lo que implica ser parte de una familia mediada por una organización.
Dentro de lo anteriormente descrito se pasa también a los casos de forma específica, como
por ejemplo las negociaciones que hace una mujer que es madre SOS al disponerse para cumplir
con su rol como madre de acuerdo a los lineamientos de la organización, las comprensiones propias
que ella tiene sobre el rol de una madre y poder desarrollarse en otras dimensiones sin pasar por alto
los límites que le implica el estar vinculada con la organización como empleada, por ejemplo: la
dimensión de pareja, pues por lineamientos ella podrá tener su pareja pero ésta no podrá convivir
con ella y sus hijos SOS dentro de la Aldea, esto permite realizar un acercamiento a algunos
dilemas que se pueden presentar al desempeñar un rol como empleada de la organización intentando
asumir su posicionamiento como madre natural. Lo cual inevitablemente se verá reflejado en su
posicionamiento frente a los niños/as.
Escenario 2
Historias que Emergieron en el Escenario
El espacio conversacional permitió comprender cómo los sentidos de identidad, pertenencia
y permanencia que se configuran en la construcción narrativa del vínculo están fuertemente
arraigados en el direccionamiento o lineamientos de la organización, por ejemplo la comprensión de
lo que es una familia está mediado por lo estipulado por la Aldea, comprendiéndose cómo un grupo
de personas con roles específicos: madre, tías e hijos. Así mismo los sentidos de lo que es la familia
están mediados por otros elementos que toman un posicionamiento simbólico como por ejemplo la
“casa”:
“(T1): es que la Aldea se refleja allí (el dibujo), la casa, la tía, la mamá, los niños. Las
huellas son, digamos los egresados que ya han salido, los niños cuando crecen en la Aldea y dejan
huellas. Aunque puede ocurrir que la tía se vaya, aun que uno no olvida eso porque son personas
que pasaron con uno las 24 horas del día. En el caso mío, yo comparto más con ellos porque mi
familia está lejos y por eso los conozco mejor. (M1): por ejemplo acá todos vamos unidos…
(Señalando el dibujo)(T1): estamos en la misma casa”. (Escenario 2 No 7, 8,9)
Surge nuevamente dentro de la conversación la experiencia de apertura de la organización
para que otro tipo de entidades que hacen parte del macrocontexto como el ICBF puedan entrar a
ser parte de las dinámicas de la Aldea, esto como un elemento implícito de lo que significa estar en
constante retroalimentación con otros sistemas, a partir de esto se realiza una diferenciación clara
acerca de su intención de funcionar de forma interna de manera similar a una familia biológica para
identificar que en la práctica este tipo de aperturas hacen que la configuración de los vínculos sean
particulares y diferentes a una familia natural, favoreciendo la emergencia de dilemas y
ambigüedades a las cuales se les puede hacer frente definiendo con mayor claridad su estatus de
familia social. Esta experiencia es retomada por algunos miembros de la organización por medio de
la metáfora de “puertas abiertas” por medio de la cual se puede comprender que las familias de la
Aldea a diferencia de las otras familias que no se rigen por una organización pueden tener mayor
privacidad de la que están actualmente experimentando:
“(D): lo que pasa es que como Bienestar está colocando el 30% del costo de un niño en
todas las modalidades de contrato que tenemos y por eso no queremos ser simplemente un
contratista y en eso estamos trabajando si no que nos permitan hacer convenios con ellos, que nos
permita a nosotros negociar este tipo de relaciones y por eso yo les explico a las mamás …hoy
estamos una dinámica diferente porque ni siquiera somos nosotros ahora, es un agente externa que
le pregunta a los niños y se encierran con ellos y las sacan a ellas para que esperen afuera y lo
que dices tú eso no pasa en ninguna familia. (C1): No definitivamente es como a si mi mamá le
preguntan…(D): … hoy me decía una mamá que esta señora abrió la nevera y le comenzó a oler la
frutas …habíamos resguardado mucho la intimidad familiar pero vamos aprendiendo que somos
una familia social y con estos ejemplos cada vez se nos recuerda más que ustedes no son una
familia normal, este concepto a una dinámica interna apuntamos a esto pero con estas otras
situaciones es diferente porque afuera somos una institución hay lujos que no nos podemos dar, yo
creo que una mamá puede pegar un grito y nosotros como papás biológicos le hemos dado una
palmada a un niño … pero una mamá aquí si lo hace significa una investigación implica abuso y
aquí tenemos que tomar decisiones como dejar esos niños sin esa mamá, por un hecho de esos”.
(Escenario 2 No 33, 34, 35)
Surge otro foco dentro de la conversación y es en relación a la salida de algunos jóvenes del
proceso evidenciándose preocupación por parte de los miembros de la organización en relación a las
decisiones que los jóvenes toman para sus vidas, pues el modelo familiar implementado en Aldeas
SOS visualiza como resultado formativo de las niñas/os, a un/a joven (se refiere a un joven que ha
pasado el proceso en una Aldea que es independiente y está insertado en un entorno social
diferente) con apropiado desarrollo emocional y afectivo, con sentido de pertenencia a un hogar en
el que recibió y promueve protección y buen trato, que reconoce y practica los positivos patrones
socioculturales, valores espirituales y morales de su entorno y se integra a redes sociales que le
aportan a su desarrollo integral y la salida de los jóvenes sin terminar todo el proceso en ocasiones
es comprendido como un “error” connotándose desde el déficit y pasando por alto que la
construcción de historias de vida de bienestar y autonomía pueden emerger en contextos diversos a
la misma organización; cuando se estaba retomando las comprensiones del equipo organizacional
sobre la salida de los jóvenes sin terminar el proceso, emergieron relatos acerca de los entes
externos que evalúan el desempeño de la organización en cuanto al cumplimiento de objetivos y la
autoevaluación que ellos también hacen sobre sí mismos:
“(A2): yo pienso, que a nivel personal cuando no se cumple las metas que ha tenido
propuestas que nosotros también nos propusimos con el joven, hay cierto grado de frustración
porque lo ideal es que todos los jóvenes terminen, terminen sus carreras, salgan con un trabajo,
que el día que salga de esta institución que estén bien, con un buen nivel de vida bueno, con sus
metas satisfechas, pero en el caso de una niña que este embarazada uno dice Dios mío que va a
pasar con esta niña ahora y no por la falta de motivación y de interés, pero también hay que tener
en cuenta y lo hemos hablado con todo el equipo, que no todos los jóvenes tienen el mismo proyecto
de vida que nosotros quisiéramos que lograran, de pronto puede ser que para un joven un proyecto
de vida sea tener un hogar, un hijo, un marido, vivir solos, otra cosa es lo que nosotros
queremos…(Escenario 2 No 61, 65,66)
Han recibido observaciones de entes superiores que están al tanto de su desempeño como
organización:
(C3): ¿de la regional o de donde?(D): a Colombia. Que era un lío, que es lo que está
pasando en el programa, que es lo que estamos haciendo, como hemos tratado a los niños, que es
lo que está pasando, que hemos hecho o que no”. (Escenario 2 No 61, 65,66)
En relación al posicionamiento de la organización frente a los jóvenes que salen del proceso
sin haber pasado por los parámetros establecidos, retoman que a diferencia de unos años atrás, la
organización ha tomado una postura más flexible en la cual en algunos casos se puede prestar
apoyo o ayuda aunque hayan salido en las condiciones anteriormente descritas. Pero como una
estrategia para hacer frente a estos casos han construido una “ruta” de salida que implica que antes
de que un joven salga por su decisión o por decisión de la organización se debe certificar que haya
tenido un conducto donde se agoten todas las posibilidades para que el joven o el niño permanezcan
dentro de la Aldea:
“(D): … Eso había sido algo que nos confrontó tanto el año pasado que para este año fue
parte de nuestro plan operativo siendo la estrategia reducir el número de los niños que salieran;
haciendo un proceso que construyeran una ruta, para antes de tomar decisiones esto con el fin de
no ser tan emotivos, que si la madre o el director estaba indispuesto y mandaba todo al carajo eso
no nos contaminara trata de hacer un debido proceso antes de tomar una decisión con un
chino…”(Escenario 2 No 72)
Para los casos en los que los jóvenes salen sin terminar el proceso pero regresan solicitando
apoyo, la organización posiciona a la madre como mediadora entre ellos como institución y los
jóvenes, pues ella es definida como uno de los ejes de la propuesta en la configuración de un
contexto familiar para los/as jóvenes, y aun cuando ellos están fuera de la Aldea ellas son las
representantes reconocidas para seguir abogando por ellos. Desde la voz institucional el hecho de
que la madre pida ayuda a los entes administrativos para su hijo da cuenta del vínculo que había
construido con él/ella. En la voz de la madre se evidencia la aceptación y el posicionamiento desde
el rol que se le ha asignando y lo vivencia como parte de su experiencia como madre,
argumentando que la conexión y los vínculos que ha construido con los hijos hacen que ella se
movilice para obtener algún tipo de ayuda para ellos. La apertura de la organización para apoyar a
los jóvenes cuando regresan ha sido definida por algunos miembros de la organización como
“paternalismo” del Director, mientras que para otros miembros este tipo de postura da cuenta del
interés por el bienestar de los jóvenes, objetivo principal de la propuesta:
“(AD): yo he identificado en muchos años no es tanto el paternalismo del D en cómo éste
maneja el dinero, es la actitud de la madre para ir a gestionar, ir a meter las manos al fuego y
gestionar por los hijos. (C3): ¿cómo así? (M1): pero entonces uno tiene el muchacho al pie y ve la
necesidad del muchacho también entonces uno que hace… pues va, busca al D, gestiona y pide por
él. (AD): entonces les coloco el ejemplo quien representa al NN hoy en la familia. D? No, la mamá.
Y porque tienen que ir donde D o al equipo a pedir y muchas veces D lo devuelve y le dice donde
está su mamá… yo hago referencia al referente madre como una persona que gestiona, que mete
las manos al fuego por su hijo y que si vuelve a los 45 años y todavía la mamá está aquí y ella dice
listo, le doy un plato de comida y quédese aquí porque está llevado… Entonces yo lo veo muy
importante dentro de lo administrativo. No es el problema administrativo, no es el ir a hablar con
D o un equipo, es también la gestión, es el vínculo afectivo que el niño de 15, 20 o 19 años, quedo
con su familia.” (Escenario 2 No 88, 89, 90, 91)
Surge también dentro de la conversación la experiencia de algunos miembros de la
organización quienes vivencia la Aldea como una familia en la cual ellos también han sido
acogidos, esta situación fue retomada en el equipo reflexivo por algunos miembros del equipo
investigativo interventivo utilizando la metáfora de “una gran familia, donde todos se apoyan como
una red mas grande” relacionándola con la inquietud que surgió sobre cómo mediar los dos roles
que juegan las madres al ser madre para la familia y empleadas de la institución, experiencia que
también pueden tener los demás miembros al narrarse como miembros de la familia de Aldea pero
de forma simultánea también definiéndose como empleados de la organización, vínculo laboral
sobre el cual se relacionan otro tipo de narrativas. Este foco de la experiencia de algunos empleados
quienes se sienten acogidos por la Aldea como miembros de una familia, se conecta con un
elemento y es el perfil y la disposición de las personas que trabajan en esta organización pues desde
la voz del Director deben tener una vocación social y total disposición para servir y para adaptarse a
los cambios, también se espera que en las actividades propias de la Aldea se observe esa disposición
para el trabajo con los niños/as:
“(M1): (madres) si a las recientes, de pronto esas que no vienen con ese compromiso como
con esa…claro que eso pues no pasa a todas en un principio porque uno llega acá en un principio
buscando un sueldo, eso de mamá eso va creciendo se va fortaleciendo porque uno llega acá en un
principio y eso es un trabajo, después uno asume su compromiso de ser mamá y aparece todos esos
vínculos que aparece con los niños de ser una familia 118.AD: yo quiero traer una frase muy
interesante que seguramente las personas anteriores plantearon: gran familia gran red, si en
realidad si es lo que tratamos hacer en la cotidianidad, en la vida, cuando llegamos a la Aldea es
como llegar tal vez …yo llevo muchos años acá, yo no llego a mi trabajo yo siento que llego a
como si fuera parte de lo que acabas de decir una gran familia...“ (Escenario 2 No 117,118)
Memorias que Emergieron en el Escenario
Desde la voz organizacional se retoma la diferencia que existe en relación a las familias
biológicas cuando se intenta comprender las familias de Aldeas, pues desde la experiencia los
miembros de la organización reconocen y resaltan que estas últimas son configuradas desde una
organización, lo cual da una mirada y elementos diferenciales a cualquier otro tipo de familias. De
esta comprensión que hacen rescatan dos aspectos en la configuración de las familias de Aldeas:
uno es la ausencia de una figura paterna y que en ocasiones es asumida por el Director o el
Asistente de Dirección y la otra diferencia es que las familias de Aldeas están incrustadas en un
marco institucional lo que hace que deban responder a otro tipo de exigencias propias de una
organización. Estas comprensiones las hacen retomando su experiencia como miembros de familiar
naturales reconociendo que esto favorece la emergencia de diversos significados, sentidos,
expectativas y por lo tanto diferentes formas para la dinámica interaccional propia de dichos
sistemas:
“(A1):..Para mí fue importante hacer contraste con las diferencias porque hay elementos
diferenciados por eso están las dos casas, los dos estilos de familia pintados sobre una superficie.
Dos realidades muy semejantes en una dinámica interna en cuanto a que los niños tienen un
espacio en particular, un espacio privado: tienen mamá, tienen unos hermanos o unas personas a
las cuales pueden ver como hermanos, pero de todos modos una dinámica en que también existen
diferencias porque de hecho SOS es una familia formada por una institución. Pues entonces se
reflejan dos diferencias específicas como la ausencia de una figura paterna que en muchos tipos de
organización, D tiene mayor autoridad para hablar de eso o el AD, que ven a ese D o AD como el
padre, pero que definitivamente nunca la gente lo podría explicar cómo eso. Eso por un lado y las
otras diferencias se ven en que la familia de Aldeas esta incrustada en un marco institucional y por
eso debe de responder a unos parámetros, a una exigencias, si a unas exigencias, las cuales tiene
otra forma de marcar la dinámica. Ahora otra cosa que tomábamos era que el mismo ambiente
institucional está enmarcado en la… por ejemplo mi mamá nunca se fue de vacaciones… yo no sé
qué es lo que pasa en los muchachos cuando eso pasa y queda bajo la responsabilidad de las tías”
(Escenario 2 No 22)
La participación de otros sistemas dentro de la cotidianidad de las familia de Aldeas ha
generado para algunos un poco de indisposición pues va en contra de la forma como se definían
anteriormente pues se comprendían como familias sociales que intentaban configurarse como
familias naturales, para hacer frente a esto la organización ha dispuesto ciertos procedimientos para
poder cumplir con las exigencias institucionales que les hacen otros macrocontextos, como por
ejemplo algún profesional que ayude a las madres para realizar los PLATINFAS (formatos de
seguimiento y acompañamiento que se deben diligenciar por cada niño/joven), procedimientos que
desde su intención tratan que este tipo de situaciones no generen mayor impacto a la cotidianidad de
las familias:
“(C4): ¿Cómo hacen? digamos para tratar de generar ese tránsito tranquilo para que el
niño no sienta que tiene que… o mejor para que no se vea expuesto a todo ese control: que
PLATINFAS y eso otro… (TS): para que esto sea más tranquilo se trata que la mamá con el niño
llene ese PLATINFA y halla esa privacidad. Ahora lo que hemos tratado es que una persona del
equipo sea cercana a esa familia y ayude esos procesos…” (Escenario 2 No 26,27)
En el proceso organizacional el comprender la participación directa de las otras
instituciones que hacen parte del macrocontexto como el ICBF ha causado algunas confusiones en
relaciona los acuerdos explícitos del contrato laboral, como por ejemplo lo que expresa una de las
madres al afirmar “(M1): algunas podemos tener esa disposición y otras no, porque algunas se
sienten hablando de eso del bienestar y de las instituciones como si tuvieran jefe doble; D que es
uno como director de Aldeas y bienestar familiar como protector de los niños.” (Escenario 2 No
45), situación que desde la experiencia de la madre crea confusión y algo de molestia.
Desde la propuesta de la Aldea se direcciona con claridad las expectativas de lo que los
jóvenes deben hacer en su futuro, esta propuesta se visualiza en las narrativas de los miembros de la
organización pero esta narrativa dominante ha entrado a ser cuestionada por ellos mismos, al ver
que los/as jóvenes pueden tener otro tipo de futuros diferentes a lo que ellos han establecido y que
aun así también pueden ser proyectos favorables para su desarrollo como ser humano, ésta situación
ha hecho que su forma de proceder para intentar responder a otras circunstancias sea diferente a
como se manejaba hace algunos años pero se evidencia que finalmente aunque se intente afrontar de
forma diversa la voz del macrocontexto todavía tienen mucho peso sobre las decisiones que se
tomen. Esto favorece que se retomen las diferencias de lo que implica intentar vivir en la Aldea
guiándose por los manuales que hacen parte de las directrices de la organización y otra el
posicionamiento que se puede dar cuando se piensa desde la vivencia resaltando que esto daría
oportunidad para pensar en otra forma de hacer las cosas, como por ejemplo se retoma la edad en la
que deben estar los jóvenes para que se consideren que pueden ingresar a la comunidad juvenil:
“(A1): yo quisiera hacer el paralelo de mi familia y este modelo de familia y si bien hay
muchas semejanzas yo quisiera señalar esas grandes diferencias que hay, que hacen que el modelo
familiar en muchas ocasiones se desvirtúe, y eso lo pienso en particular en mi familia y cuatro de
mis hermanos no estudiaron y cuatro de ellos quedaron solamente con bachiller, si por ejemplo si
cuatro de ellos se quedaron solamente como bachilleres, como los de la flaca, salieron como
bachiller sería un fracaso…(M1): para la mamá. (A1): Si para la mamá, en mi casa seguramente
no se considero un fracaso, se considero como algo normal y natural dentro de las decisiones que
una persona puede tomar dentro de su propia vida, pero aquí no es normal, en muchos casos seria
como fracaso o éxito, y la situación es como condenatoria… (Escenario 2 No 121, 122, 123)
Escenario 4
Historias que Emergieron en el Escenario
Surge una historia de su experiencia de ser familia en relación a los sentidos de identidad,
pertenencia y permanencia familiar y la forma en que se comprenden los miembros de las familias
de Aldeas retomando la diversidad que se vive al interior por la multiplicidad de historias que cada
miembro trae consigo pero anteponen que esto se intenta equilibrar para vivir como una “familia
natural”, objetivo implícito dentro de la propuesta de la organización y elemento que nutre la
configuración de la identidad familiar:
“(M2): ¿Qué pensaran los de afuera? Que somos una familia muy particular, empezando
porque cada niño tiene su propia historia y vivimos si como una familia natural pero cada persona
tiene su propia historia y tratamos de llegar a tener lazos afectivos y vivir como una familia
natural. (C4): Cuando dices eso ¿te refieres a que diría una persona que este fuera de la Aldea?
(M2): Si. (Escenario 4 No 27, 28, 29)
Escenario 5
Historias que Emergieron en el Escenario
La organización ha construido estrategias para mediar en las tensiones y ambigüedades que
emergen en la propuesta de configurar familias con características de modelos familiares de
vínculos consanguíneos pero dentro del contexto de la organización, una de estas estrategias
consiste en un mediador o asesor familiar que apoya los procesos organizacionales que deben
asumir las familias y que irrumpen en la cotidianidad. Para algunos miembros de la organización la
fortaleza del vínculo que se construye entre los miembros de las familias está mediado por el tiempo
que se compartió, por lo tanto si un niño llega de menor edad esto es comprendido como una
oportunidad para que el vínculo tenga mayor trascendencia a través del tiempo. Emerge dentro de la
conversación que otro elemento que posiblemente hace parte de la construcción narrativa de los
vínculos dentro de las familias de Aldeas sea la necesidad de cubrir ciertas necesidades básicas
como: alimentación, vivienda, educación entre otros:
“(A1): Nosotros estamos ahora hablando o intentando tratar un esquema de trabajo
diferente a través de los acompañantes o asesores familiares, y es una persona que entra a jugar
como un rol de apoyo, un rol de puente entre la familia especialmente de apoyo, pero es que hay
muchas preguntas que se cruzan dentro de la propuesta de alternativa y preguntas que en
ocasiones no tienen una respuesta clara, y es que como pretender seguir hablando de familia
cuando no son familia, cuando se involucra entre un ambiente institucional, ese es el gran dilema
de la organización entre lo familiar y lo institucional, porque lo digo es que ahora que estamos con
ICBF con mayor veras porque ICBF trae los chicos mayores, pues no mayores de edad de 17 hasta
de 12 años entonces difícilmente, 1H3 en particular, esta 1H3 y esta 1H2 dos dinámicas diferentes
uno justifica que 1H3 no se sienta parte de la familia pero es que 1H3 lleva tres años, pero que
triste es ver a 1H2 que llego de tres o cuatro años y en ocasiones no se siente de la familia
tampoco, pero uno no acepta que 1H2 se comporte brusca con su mamá en ocasiones como niña
ajena digámoslo así cuando ella ha crecido, pero es que en las familias normales también esto se
ve, otra persona o otra familia que hace exactamente lo mismo o peor pero si esta el lado de 1H3
por ejemplo una chica que llega a los, ¿Cuántos años tiene 1H3?15 Fíjese llego a los 12, 13 años
¿el vínculo a nivel de familia que va a durar? además cuando tiene a su papá a menos de un
kilometro de distancia entonces entra en un juego y una dualidad de vida muy fuerte” (Escenario 5
No 29)
El contexto organizacional y la propuesta sobre la cual se fundamentan al intentar
configurar familias que proporcionen amor y protección a los niños/as y donde se pretenden que los
vínculos trasciendan la familia para pasar a convertirse en un apoyo comunitario, en ocasiones es
vivenciado por algunos miembros de la organización como un proceso de acogida también para
ellos convirtiéndose en un “estilo de vida” donde se implican de forma completa y se definen más
allá del rol de empleados:
(A4): La parte en la que si lo trabajo como un estilo de vida, pues yo llevo poco tiempo
aquí en la organización, pues el trabajo como tal que yo desempeño es acompañante de jóvenes
entonces pues igual yo tuve que cambiar mi estilo de vida, yo si lo tuve que hacer y lo tengo como
estilo de vida nuevo y reciente mi cambio de casa, yo venía de casa de mis papás hasta ahora estoy
viviendo sola con diez jóvenes más y si es un estilo de vida porque todo absolutamente cambia.”
(Escenario 5 No 99)
Memorias que Emergieron en el Escenario
Uno de los miembros de la organización retoma los dilemas que se generan entre la
propuesta que se hace de configurar familias con características similares a las familias donde
existen vínculos consanguíneos pero retoma que esto dentro de la cotidianidad es complejo y no se
da de la forma como se tiene proyectado. Desde la voz del equipo investigativo interventivo esto se
comprende y comparte como un desafío para la organización en la medida en que esta situación
implica que se definan con mayor claridad los roles, las expectativas que puedan emerger y los
sentidos y significados en general de lo que se puede ofertar a los niños/as y jóvenes:
“(C4): Pero yo me preguntaría entonces, ¿cuál es la expectativa de la institución?, o sea
¿qué es lo que espera la institución que haga 1H3? (A1): Ese es el problema, que ese tipo de
pregunta la organización no se la hace, la organización cree ideológicamente que hacemos
familias, creamos familias y con ese discurso se mantiene y con ese discurso se vive pero otra es la
realidad, no hombre ¿qué familia se va a crear? y todos nosotros somos consientes de que bien
difícil que una chica se sienta de su familia o que sienta que esa es su familia, cuando nunca ha
sido su familia, y ella sabe realmente que esa no es su familia, entonces eso es lo que me parece
complejo, sobre como proponer a partir de todo este trabajo a nivel de la concepción de familia a
nivel de imaginario, familia o a nivel de concepto familia.(C4): Yo pensaría que eso le implica a la
institución ser mucho más flexible reconociendo que los momentos de ingresos, el mismo tiempo de
vinculación y el ser parte de ese núcleo familiar son diferentes de acuerdo a los momentos vitales
de cada miembro y así mismo pues tendrán que ser más amplio el rango de lo que se espera de
cada persona, porque lo mismo pasara con las mamás, ¿Si? Se supone que la mamá hace esto y
esto pero hay algunas que lo hacen de una manera y otras que lo hacen de otra” (Escenario 5 No
30, 31, 32)
El rol de madre dentro de la organización está mediado por las comprensiones que se han
generado en relación al mismo, algunas de las comprensiones son las de una madre que debe tener
disposición, ofrecer afecto, aspectos relacionados con la permanencia del vínculo aun cuando los
jóvenes ya no tienen ningún vínculo directo con la organización, lo cual permite complementar ésta
postura para plantear que en la construcción del vínculo se conectan diferentes sentidos de la
familia como son su identidad, la pertenencia y la misma permanencia, los cuales solo son posibles
de existir en las relaciones pues son las personas en su interacción quienes hacen posibles dichas
experiencias de afecto, reconocimiento y disposición:
“(M1): Yo pienso que eso no es desde hoy a mañana eso es con el transcurso del tiempo
con los lazos afectivos que se van dando con la familia, porque algunos por ejemplo en mi caso hay
yo tengo una niña que viene y me visita y me trae los nietos, hay amor, hay afectividad, ¿si?, como
otros como mamá porque uno, uno les da a todos lo mismo, o sea afecto buen trato, el cariño, lo
mejor que uno tiene para dar, pero así como dice, como cualquier familia unos son mas
agradecidos que otros, entonces hay, uno de mamá también se hace esa pregunta, ó sea ¿eso en
que va? (CA1): Tú te la contestas como en todas las familias unos hijos son más agradecidos que
otros. (M1): Si (CA1): ¿Cómo cree que se la contesta el equipo que trabaja con ustedes, los
psicólogos?, ¿aquí hay psicólogos pedagogos? (M1): Pueden pensar que no hubo entendimiento,
que no hubo afectividad, que falto más compromiso. (Escenario 5 No 50, 51, 52, 53, 54)
Un referente para algunos de los miembros de la organización desde la cual se posicionan
para comprender la configuración de los vínculos familiares de la Aldea da cuenta de su propia
historia como miembros de sus sistemas familiares biológicos, allí emergen algunos sentidos que
han construido al hacer parte de la Aldea describir sus vínculos como afectivos pero manteniendo
presente la relevancia de los vínculos que tienen fuera de la Aldea. Este relato favorece retomar
desde la experiencia de los miembros de la organización la posible experiencia similar de los
niños/as y jóvenes para quienes en ocasiones es necesario un referente que los oriente para asimilar
estas diferencias. Cabe aclarar que para algunos miembros de la organización su vinculación a la
Aldea ha favorecido la construcción de sentidos en relación a su trabajo como un “estilo de vida” y
para otros es tomado como un trabajo o empleo, esta diferencia se retomó como una elemento que
nutre de forma diferencial la forma como se posiciona cada uno en la relación que establece con las
madres, los jóvenes e incluso entre ellos mismos como equipo.
Relatos Alternos que Emergieron en el Escenario
Al retomar los posibles aportes que ha generado la investigación intervención a la Aldea
pero en voz de ellos como miembros de la organización, se utiliza la metáfora de la “semilla”
intentando retomar relatos alternos frente a los significados que han construido para posicionarse
como miembros de la organización o en su comprensión de la experiencia de ser familia en la
Aldea, después de los escenarios conversacionales en los que han estado participando. Una de las
propuestas que emergen es empezar a comprender y a definir los grupos que se construyen en la
Aldea con el nombre de familias de forma diversa posiblemente como “grupos de apoyo”, lo
diferente no sería solamente la forma de connotarlo sino lo que implica pues también las
expectativas, las exigencias y la comprensión sobre los grupos cambiaria:
“(CA1): … una de las tres grandes preguntas como investigadores, y sé que es inquietud de
ellos es, ¿Cómo les aportamos a ustedes? … a mi me gustaría que en la Aldea quedara como, así
por aquí vinieron unos psicólogos y nos dejaron estas preguntas para que nosotros sigamos
creciendo, un poco, a mi me gustaría que eso que tú contabas de esta psicóloga de las
constelaciones que les daba tantas preguntas y tantas inquietudes constructivas, a mi me gustaría
que ustedes algún día pudieran decir algo de nosotros, ah sí por aquí vinieron unos investigadores
y esto nos dejaron por lo menos esto, ¿Si?, y una pregunta que constantemente como asesora
nosotros le hacemos a ellos y bueno ¿Ustedes cómo van a contribuir para que allá haya algo
mejor?, no porque este mal sino por el solo hecho de que por donde uno camine debe sembrar algo
bueno en las personas y es un poco la pregunta del cierre, si pudiéramos pensar, yo quisiera
pensar como en la metáfora de nosotros estamos tratando dejar una semilla acá para que crezca
algo en una tierra que ya existe que son ustedes, la institución, la organización y eso me llevo hoy
de acá el querer sembrar una semilla en una tierra que estoy tratando de conocer, que son ustedes,
eso para mejorar…”(Escenario 5 No 110)
Para los miembros de la organización los referentes del amor y el compromiso son
comprendidos como elementos nutricios del vínculo centrales de la construcción de los vínculos,
resaltan que cada una de las personas involucradas en el programa pueden tener diferentes
comprensiones y posturas sobre lo que implica ser familia y sobre el cómo responder a las
demandas a las que se enfrenta la Aldea como organización por lo cual resaltan la importancia de
tener espacios de encuentro para poder conversar y reconstruir de forma colectiva algunas
estrategias consensuadas:
“(T2): Pues yo digo que se deben hacer las cosas con amor, no puedo decir que, todo con
amor basta, pues por qué no puedo decir que así vive una familia se crea una familia. (CA1): Pero
es un terreno donde puedes hacer las cosas con amor. (T2): Eso si todo con amor hasta donde yo
esté. (P): No si hacer las cosas con mucho compromiso.(TS): Pues tal vez estas preguntas que nos
hemos hecho, yo llevo cuatro años en la institución y son preguntas que a diario vivimos y que el
equipo a repisado, ha tocado los temas no es nada nuevo parea nosotros lo hemos venido
trabajando de diferentes formas, tal vez de pronto en esto de las frustraciones familiares hemos
encontrado de pronto una cura y nos abierto el panorama, el panorama de cómo acompañar estas
familias, de cómo abrirnos a estas cosas, yo siento que nos ha dado una apertura de cosas que se
pueden ir haciendo con las mamás, si siento que lo que hemos hablado no es nuevo para nosotros,
o sea no es algo que no lo hayamos pensado que no lo hayamos hablado lo que pasa es que como
uno ve las cosas diferentes desde otro lado, las mamás ven las cosas diferentes porque ellas tienen
otras rutinas, porque ellas trabajan diferentes, la forma de equipo lo ve diferente, tal vez ellas se
hayan hecho las mismas preguntas y han llegado a otro tipo de respuesta y yo creo que lo que
debemos hacer es llegar a hablar el mismo idioma, no sé cuando lo vallamos hacer porque
llevamos muchos años en eso y hasta ahora no lo hemos podido hacer espero que algún día lo
logremos y no sea cual sea la ruta pero espero lo logremos.” (Escenario 5 No 113, 114, 115, 116,
117)
Este escenario favoreció la emergencia de comprensiones de las familias de Aldeas como
grupos que necesitan tiempo y espacio que les facilite vivirse como personas cercanas y con
disposición para apoyarse entre ellos, sin la participación tan constante y directa de los procesos
organizacionales de los que hacen parte, favoreciendo así un ambiente más tranquilo para los
miembros de las familias. La anterior idea se respalda desde la voz del equipo investigativo
interventivo quien propone que ésta postura facilitara el reconocimiento y aceptación de la
diversidad de vínculos que pueden construirse en la experiencia de ser familia en la Aldea:
“(A1): … yo pienso que es necesario rescatar lo sencillo de la familia, nosotros
traumatizamos mucho o complejizamos mucho lo sencillo, bien sea a través de documentos, bien
sea a través de procesos, bien sea a través de cualquier elemento pero si dejáramos por lo menos a
las familias más ser familia, sin importar que imaginario tenga cada uno de los que están allí
viviendo pero que las dejáramos ser en su dinámica propia, su mamá o su madre eso se podría
hacer cada uno de los jóvenes empoderado de lo que tiene que hacer y si no está empoderado pues
hay continuara la dinámica propia de exigencia para que lo logren, entonces pienso que podrán
haber menos preguntas y más dinámicas de familia. (C1): Yo estaba pensando algo muy parecido a
lo que dices y algo que decíamos antes de empezar el proceso y es que nosotros los seres humanos
somos cambio, entonces no sabemos que pueda pasar y pienso que nuestras experiencias como
pues desde lo que viví están inmersas en eso y siempre estarán las expectativas de lo que nosotros
esperamos, pero de pronto perdemos como esa, no sé qué palabra colocarle, pero si esa esencia de
la vida que es dejar como nosotros mismos vamos resolviendo las cosas y como todo se va
organizando sin necesidad de tratar de buscar un porque, un cómo y qué valla por una línea
especifica, sino que como nosotros mismos estamos buscando, como esa manera de solucionarlo,
entonces me llevo esa metáfora que todos somos como en ese cambio como en ese juego, en esa
danza como la experiencia de ser mamá, de ser hermano, de ser hijo, de ser un hijo nuevo, de
llegar a una familia nueva y como ustedes mismos y como nosotros mismos nos vamos organizando
en eso y vamos a encontrar respuestas a veces sin preguntarnos cosas.” (Escenario 5 No 122,
123)
Escenario 6
Historias que Emergieron en el Escenario
La experiencia de ser miembros de una familia de Aldea favorece la construcción de
vínculos donde la dimensión afectiva se posiciona como uno de los elementos importantes que da
cuenta de la satisfacción en la misma, por lo tanto las narrativas de los miembros reconociendo la
familia como un lugar que los hace “felices” se toma como un referente importante de la
experiencia de los jóvenes, esta postura da cuenta de la comprensión que hace uno de los miembros
de la organización donde se rescata la propuesta de la Aldea como la opción más favorable para los
jóvenes, pues en su relato retoma que los jóvenes deberían valorar más esta oportunidad:
“(C1): ¿Qué frase te gustaría que hubiera aparecido también en lo que leíste? (T1): Me
siento feliz en ALDEAS (C3): ¿Por qué te hubiera gustado que eso hubiera aparecido? (T1):
Porque a veces, o sea lo que yo le decía a M2, no lo dice pero cuando hay una dificultad con el
Director hay si lloran y hay si no me quiero ir, entonces cuando uno siente ese tipo de cosas no me
quiero ir y también uno puede decir me siento feliz en Aldeas, es mi familia, es mi hogar ¿si?, no
esperar a que haya una dificultad o un problema si y que se sienta que haya la posibilidad de que
se vaya por algo grave que cometió para esa persona o ese niño; manifestar que realmente que
Aldeas si es su familia y esta es su casa.” (Escenario 6 No 169, 170, 171, 172)
DISCUSION DE RESULTADOS
En este capítulo se discuten los referentes planteados en el marco teórico en relación con
los objetivos, preguntas e hipótesis formuladas inicialmente y los resultados ya expuestos. En un
ejercicio auto y heterorreferencial se busca comprender e interpretar las conversaciones llevadas a
cabo en los escenarios investigativo-interventivos, en relación con la construcción narrativa de los
vínculos y la emergencia de experiencias de bienestar y autonomía de los miembros de la Aldea
Bogotá e interventores.
La discusión se organiza en primer lugar, teniendo en cuenta los referentes del Proyecto de
Narrativas en Diversidad de Contextos a saber: Historias, Memorias y Relatos Alternos, en la
comprensión de las reconfiguraciones semánticas de la construcción narrativa de los vínculos; en
relación con los conceptos particulares de este trabajo (Identidad Familiar, Pertenencia,
Permanencia y Procesos Organizacionales). En una segunda parte se presentan las reflexiones
construidas, resaltando los procesos auto-heterorreferenciales en el trabajo investigativo-
interventivo.
Construcción de sentido: La ambigüedad de constituirse como familia al interior de
una organización.
El concepto tradicional de familia es una historia que emerge metafóricamente en este
contexto, pues la Aldea como organización plantea desde su misión un modelo enmarcado en “crear
familias para niños y niñas necesitados, con la finalidad de ayudarlos a construir su propio futuro y
participar en el desarrollo de sus comunidades”(Manual para la organización de Aldeas, 2004 pág.
8), con la intención de restituir derechos a aquellos menores de edad que se encuentran en situación
de vulnerabilidad. Dicho concepto generalizado de familia es entendido desde un orden semiótico
“natural o biológico” (referido a las familias que no han tenido intermediación de sistemas
institucionales en su constitución) como una estructura social básica que cumple los fines internos
de proteger y socializar a sus miembros y externos de acomodarse a una cultura y transmitirla
(Minuchin, 2001); Así mismo, se espera que la familia al estar constituida por una red de relaciones
responda a las necesidades biológicas y psicológicas inherentes a la supervivencia humana,
permitiendo el desarrollo integral de sus miembros en cuanto que no existe ninguna otra instancia
social que haya logrado remplazarla como fuente de satisfacción de las necesidades psicoafectivas
tempranas de todo ser humano (Hernández, 2001), además como fuente de identidad personal en
relación con la identidad propia que posee como grupo humano.
El intentar replicar estas condiciones en las familias de Aldea, (constituidas dentro de esta
organización), genera narrativas dilemáticas en los miembros del sistema familiar. Se quiere que el
relato organizacional de ser familia logre encarnarse de manera idéntica a los estereotipos de lo que
significa ser familia, estableciéndose contradictoriamente parámetros y expectativas que restringen
las experiencias vinculares propias de estas familias, lo cual se comprende en la siguiente
conversación del equipo de investigación y el director de la organización: “(C4): y como están
haciendo ustedes para manejar esas dos cosas, el supuesto o el imaginario que tenían antes de que somos
familias naturales, tenemos autonomía, independencia; con estos nuevos lineamientos que les dicen: vaya
llévelo al odontólogo y después infórmeme que les dijeron… (D):….Ha sido un camino complicado, sobre
todo con las más antiguas que dicen que entonces ya no somos familias, nos pone en otra situación, como las
visitas del ICBF que son intempestivas, nadie esculcaba acá, … informar de todo lo que hacemos, dar cuenta
de todos los mecanismos de prevención que tenemos… y presentarlo con evidencia… ha sido un proceso de
resistencia, al sentirse que ya no somos familia y nosotros seguimos diciéndole que lo fundamental que hemos
tomado de las familias permanece, y es lo que nos hace ser sólidos y nos permite estar y ser, a pesar de los
años, vigentes...(Escenario 1 No 156, 157)” Se destaca cómo el sistema se organiza por sentidos que
favorecen la emergencia de mensajes ambiguos que configuran la forma como cada persona desde
la vivencia se define y se recrea en la relación con el otro y con el contexto mismo de apoyo. Dicha
situación se construye no solo en este modelo particular, también en otros programas que se
establecen con la finalidad de proteger a los niños/as que experimentan condiciones de vida
precarias, se le asigna una familia diferente a la biológica (hogares amigo, familias sustitutas
temporales, etc) con paradojas en lo que se puede y no esperar en las relaciones de esta nueva
familia, desarrollándose limitaciones en la construcción de la experiencia de ser familia en la
singularidad del vínculo, porque aunque se asume la vivencia de familia como principal red de
apoyo en el proceso de crecimiento, socialización y desarrollo de los seres humanos que la integran,
se desconoce que puede tener múltiples derivas semánticas en sus configuraciones de la experiencia
única que representa ser familia en esta forma organizacional.
En este sentido emergieron como narrativas dominantes de una madre de Aldea relatos
sobre lo estipulado desde la proyección organizacional para la construcción de familia, con un
parámetro similar a la biológica que designa en el contexto de la Aldea a cada uno de los miembros
un rol propio como el dado en las familias tradicionales biológicas (madre, hijo/a, tía) pero sin
perder de vista el vinculo laboral que define la relación con la organización, aspecto que permea las
narrativas vinculares que se configuran entre los miembros de estas familias, leído en repetidas
ocasiones como contraproducente. Sin embargo, estas familias como cualquier sistema vivo, al
incluir libremente otras versiones y opciones de relación, puede ampliar su organización vincular,
constituyéndose como un grupo singular de apoyo solidario, donde sus miembros pueden asumir
roles, que si bien, tienen en cuenta la pretensión organizacional de ser familia, les permitan la
emergencia y creación de nuevos sentidos contextuales de vincularse, facilitando formas
particulares de afrontar y salir de sus dilemas, lo que conlleva a la necesidad de repensar la
vivencia de espacios de intimidad y privacidad para cada familia que les concedan conectarse y
definirse en su individualidad para generar experiencias de seguridad y correspondencia en el
vinculo, gratificantes y generadoras de autonomía. Lo anterior se refleja en el siguiente relato en
donde una de la madres refiere: “(M1):si a las recientes (mamas), de pronto esas que no vienen con ese
compromiso como con esa…claro que eso pues nos pasa a todas en un principio porque uno llega acá en un
principio buscando un sueldo, eso de mamá eso va creciendo se va fortaleciendo porque uno llega acá en un
principio y esto es un trabajo, después uno asume su compromiso de ser mamá y aparece todos esos vínculos
que aparece con los niños de ser una familia “(Escenario 2 No 117)
El Encuentro de Múltiples Sistemas: una Oportunidad Para Definirse en la Diferencia
o Para Diluirse en la Misma.
En relación con las ideas expuestas anteriormente, otra historia privilegiada proveniente
principalmente de la voz organizacional (equipo directivo y pedagógico) es afirmar que las familias
de la Aldea son sistemas autónomos e independientes, tomando como referente la manera misma
como está estructurado el modelo: los espacios, la conformación grupal, los roles de todos los
miembros, etc; en relación a esto otra narrativa es que la construcción de los vínculos depende
únicamente de las personas que encarnan los roles familiares (madre, tía o hijo/a), siendo tenue el
valor que se le otorga a la experiencia de ellos (equipo directivo y pedagógico), lo cual se ve
reflejado en el relato de un miembro de la organización del equipo pedagógico “(A1):... Para mí fue
importante hacer contraste con las diferencias porque hay elementos diferenciados, por eso están las dos
casas, los dos estilos de familia pintados sobre una superficie. Dos realidades muy semejantes en una
dinámica interna en cuanto a que los niños tienen un espacio en particular, un espacio privado: tienen mamá,
tienen unos hermanos o unas personas a las cuales pueden ver como hermanos, pero de todos modos una
dinámica en que también existen diferencias porque de hecho SOS (la familia sustituta de la Aldea) es una
familia formada por una institución. Pues entonces se reflejan dos diferencias específicas como la ausencia
de una figura paterna que en muchos tipos de organización, D tiene mayor autoridad para hablar de eso o el
AD, que ven a ese D o AD como el padre, pero que definitivamente nunca la gente lo podría explicar cómo
eso. Eso por un lado y las otras diferencias se ven en que la familia de Aldeas esta incrustada en un marco
institucional y por eso debe de responder a unos parámetros, a una exigencias, si a unas exigencias, las
cuales tiene otra forma de marcar la dinámica. Ahora otra cosa que tomábamos era que el mismo ambiente
institucional está enmarcado en la… por ejemplo mi mamá nunca se fue de vacaciones… yo no sé qué es lo
que pasa en los muchachos cuando eso pasa y queda bajo la responsabilidad de las tías (Escenario 2 No
22)”. No obstante desde la perspectiva sistémica adoptada y lo que se interpreta en el devenir
cotidiano, es que nuevamente desde esta instancia se entra en otra paradoja pues como organización
están altamente permeados y en ocasiones hasta supeditados por otros metacontextos entre los que
se destaca el ICBF (Instituto Colombiano de Bienestar Familiar) como entidad rectora de este tipo
de programas desde el Sistema Nacional de Bienestar Familiar, el marco legal propio de la Ley de
Infancia y Adolescencia (Ley 1098 de 2006), las familias biológicas, que mantienen o propician
muchas maneras de interacción para que todo se integre a la complejidad de la ecología donde se
configuran estas familias y los sentidos que emergen en la experiencia, esto se comprende en el
relato de un miembro del equipo pedagógico“(A1): Nosotros estamos ahora hablando o intentando
tratar un esquema de trabajo diferente a través de los acompañantes o asesores familiares, y es una persona
que entra a jugar como un rol de apoyo, un rol de puente entre la familia especialmente de apoyo, pero es
que hay muchas preguntas que se cruzan dentro de la propuesta de alternativa y preguntas que en ocasiones
no tienen una respuesta clara, y es que como pretender seguir hablando de familia cuando no son familia,
cuando se involucra entre un ambiente institucional, ese es el gran dilema de la organización entre lo
familiar y lo institucional…(Escenario 5 No 29)”. De hecho Imber-Black (2000), recuerda que
cualquier grupo humano establece vínculos con sistemas más amplios, cuestionando el mito de la
autosuficiencia de las familias pues ellas funcionan de forma interdependiente con otros sistemas
utilizando la información que estos le suministran para crecer y desarrollarse.
En este sentido cabe ampliar que la autonomía de la familia, similar a la de un organismo
viviente, no es una unidad de clausura en situación de aislamiento si no una conectividad con el
contexto bajo condiciones de dependencia inmanentes, porque el contexto brinda soporte como
preexistencia al organismo, en este caso al familiar, teniendo vinculación con la génesis misma de
este y su condición de aparición en el mundo (Maturana, 1996). Se plantea una complejidad
paradójica para toda familia e individuo entre autonomía y dependencia, ya que para ganar
iniciativa, apertura al mundo, seguridad en las acciones y procesos de autogestión, entre otros, se
establecen procesos de dependencia con el entorno que progresivamente permitirá autonomía
(Hernández y Bravo 2010), por eso hablamos de una autonomía en relación.
Dichas interdependencias se hacen visibles en el contexto organizacional donde hay
extralimitaciones dadas las relaciones jerárquicas que lo constituyen. Por ejemplo, cuando las
familias de Aldea conocen o deciden con algún tiempo de anterioridad el ingreso de un nuevo
miembro a su grupo, pero los convenios con otros sistemas como el ICBF y las propias necesidades
de la organización son las que determinan finalmente ello. La experiencia de las madres en cuanto a
la vinculación con los niños remitidos por el ICBF es relatada muchas veces, como problemática,
porque aunque la entrada de un nuevo miembro es anunciada, en ocasiones no se les brinda el
tiempo suficiente para prepararla como ellas lo desearían, y consideran que a pesar de las acciones
tomadas para integrar al nuevo miembro y consolidarse como grupo familiar, en momentos no
logran satisfacer con éxito las nuevas demandas; como en el caso de ingreso de jóvenes en edades
mayores a las tradicionalmente manejadas de o meses hasta máximo 10 años, en el siguiente relato
de un miembro de la organización se da cuenta de lo anterior: “(A1):…es que ahora que estamos con
ICBF con mayor veras porque ICBF trae los chicos mayores, pues no mayores de edad de 17 hasta de 12
años entonces difícilmente, 1H3 en particular, esta 1H3 y esta 1H2 dos dinámicas diferentes uno justifica que
1H3 no se sienta parte de la familia pero es que 1H3 lleva tres años, pero que triste es ver a 1H2 que llego
de tres o cuatro años y en ocasiones no se siente de la familia tampoco, pero uno no acepta que 1H2 se
comporte brusca con su mamá en ocasiones como niña ajena digámoslo así cuando ella ha crecido, pero es
que en las familias normales también esto se ve, otra persona o otra familia que hace exactamente lo mismo o
peor pero si esta el lado de 1H3 por ejemplo una chica que llega a los, ¿Cuántos años tiene 1H3?15 Fíjese
llego a los 12, 13 años ¿el vinculo a nivel de familia que va a durar? además cuando tiene a su papá a menos
de un kilometro de distancia entonces entra en un juego y una dualidad de vida muy fuerte (Escenario 5 No
29)”. Configurada en este sentido una narrativa dominante en el relato de algunas madres, para el
establecimiento de un vínculo de calidad: “(M1)…yo tuve un niño que termino proceso, no porque la
Aldea lo haya decidido, el mismo se salió; dijo: - no quiero estar, no quiero estar-. Un muchacho que ya llego
grande, de 13 o 14 años, situación difícil, a pesar que tuvo ayuda de nosotros y del psicólogo. El dijo me voy,
y comenzó con su rebeldía, a uno le da lástima, le da pesar, porque uno quiere que esas personas de verdad
con sus derechos vulnerados darle lo mejor y brindarle lo mejor. ¿ y qué no se deje ayudar? uno dice -que
pesar, que hago para que este muchacho saque su voluntad para una vida digna, una vida bien- A mí en lo
personal me genera frustración, pero no quiso y no quiso, igual uno está averiguando por él, lo único que sé
es que está pagando servicio militar (Escenario 2, Nº 58)”.
Esta experiencia habla de la necesidad de actualizar los recursos desarrollados dentro de las
dinámicas internas de la organización para dar respuesta a las demandas externas, sin desatender las
prioridades del sistema familiar de la Aldea, que aunque hacen referencia a la diversidad de las
formas de vinculación que se están configurando actualmente, también requieren encaminarse a
organizar desde acciones concretas esas formas de vinculación para un mayor enriquecimiento y
fluidez de las mismas de manera planeada en beneficio de todos los integrantes de la familia y de la
organización.
En este sentido, sin embargo, emergieron memorias, cuando el director refiere que algunos
niños que llegan de mayor edad declarados en abandono, al no tener referentes de su familia
biológica se identifican y se acoplan rápidamente con la propuesta de Aldea, generando un
importante sentido de pertenencia. Con una de las familias participantes que llevaba algunos meses
con integrantes provenientes del ICBF, emergieron relatos de la reestructuración y estrategias que
han dispuesto para poder integrarlos al sistema familiar y facilitar el proceso de adaptación, y
aunque se comprende lo complejo que puede ser este proceso la propuesta de la Aldea de ofrecer un
hogar permite organizar a la familia para ello como se refleja en el siguiente relato de una de las
madres de las familias “(M2) Ahorita nosotros estamos en cambios pues antes no teníamos niños del ICBF,
nos estamos adaptando y ha sido difícil, pero buscamos la manera de hacer la vida agradable. Cuando van a
llegar niños nosotros nos reunimos y los recibimos y después nos volvemos a reunir para ver cómo ha
evolucionado cada niño, esto tiene muchas cosas positivas porque a veces son ellos los que me colaboran y
me ayudan para ayudar a los niños nuevos”.(Escenario 4, No 73) Estos relatos organizacionales también
son generadores de aperturas para recibir a nuevos miembros y constituirse como grupo familiar de
apoyo; así los integrantes de la familia se disponen para recibirlos, relatando que con el pasar del
tiempo y bajo el imaginario de que son desprovistos de cuidado terminan reconociéndose con
facilidad al interior del grupo. Esto evoca una característica de la experiencia vincular de las
familias de Aldea y es que los sentidos generados en las narrativas organizacionales disponen el
orden pragmático y desde allí lo interaccional, para acoger, adaptarse y asumir situaciones muy
críticas, con la puesta en juego de múltiples recursos de afrontamiento y adaptación.
Se podría suponer que, el macrosistema ha retado a la organización en la construcción de
estrategias para reducir el impacto que pueden causar las nuevas experiencias, en cuanto a los
cambios, especialmente para las madres ha sido complejo el proceso de asimilación de dicha
participación institucional. Participación incrementada en los últimos años a raíz de sucesos
complejos que atraviesan la organización desde el plano internacional, como lo fue la crisis
económica del 2008, que afectó a la Aldea en sus recursos económicos, obligándole a crear
convenios con organizaciones, que así como aportan económicamente y en asesoría, influyen en la
forma de organización de La Aldea como entidad de protección y cuidado de la infancia.
La inclusión activa de estos macrocontextos como el ICBF como actores que realizan unas
demandas y como agentes que hacen parte de las dinámicas propias de las familias de Aldea,
interviniendo incluso en su privacidad, trae consigo presupuestos o sentidos de lo que “debe
cumplir una organización que presta sus servicios a niños/as y jóvenes”, lo cual es susceptible de
ser interpretado bien como evaluación o como una oportunidad de “evolución” sí se redefine desde
la posibilidad de enriquecer las dinámicas propias de la organización y por ende de las familias. Al
respecto retoma una de las integrantes del equipo investigativo interventivo: “(CA1)… Entonces el
vivir esa experiencia los ha puesto en un cuestionamiento sobre las cosas que hacen. Pero lo que vi es que
esto ha llevado a no vivirlo solamente como una supervisión o un control sino que los ha llevado también, TS
hablaba que en algún momento hubo una evolución, esto de alguna manera se puede vivir también como una
evaluación, inclusive llegar a tener otra connotación y es de todo eso que sacamos que nos ayuda a ser
mejores y que es lo que nos ayuda a aprender. Por lo que veo esto tampoco tiene que venir siendo es que lo
vivieron y ahora ya no, o sea esto también puede ser transitorio y si es posible que también pueda tener una,
digamos, sea una experiencia vivida que permita aprender…”. (Escenario 2, No 130) Pensar en esta
condición implica retomar el planteamiento de Anderson (1999) cuando afirma que los seres
humanos viven y trabajan en sistemas relacionados múltiples, simultáneos y superpuestos, como si
fuesen sistemas horizontales, donde la contribución intra e intersistémica viene determinada por las
conversaciones relevantes. Es decir, algunos de estos sistemas pueden construir comprensiones
similares, otros pueden discrepar; algunos pueden ser interdependientes; otros independientes. Es
necesario que los actores involucrados continúen construyendo espacios conversacionales donde en
el lenguaje se puedan crear consensos que respeten la diferencia y faciliten la apertura para
múltiples formas de relacionarse.
Las Familias Organizacionales de la Aldea: Un Contexto Donde se Convocan
Diversidad de Voces y Multiplicidad de Posibilidades Experienciales.
Para el equipo investigativo interventivo fue importante construir con las madres procesos
narrativos en relación a los sentidos de pertenencia configurados en la experiencia de ser familia de
Aldea, los vínculos madre-hijos en esta forma de organización familiar y los cambios a través del
tiempo en la construcción de ese vínculo, configurándose relatos privilegiados en los que la
experiencia vivida con sus hijos de Aldea eran más “profundos” y comprometidos: porque
“llegaban pequeños”, “eran niños fáciles de guiar”, y las veían como unas “verdaderas mamás”.
Comprensiones que no les permiten avanzar en el proceso emergente de cambio que experimentan
en la Aldea, asumiéndose los diferentes actores del contexto, en este caso las madres, desde las
paradojas que viven continuamente en la configuración del vínculo y que requieren enfrentar para
asumirse en sus singularidades, donde el tiempo corresponde a su experiencia vital, emocional y
psíquica como los seres humanos y no a la cronología del tiempo físico del pasado – presente –
futuro como tal,Boscolo (1996, retomando a Elias 1984) afirma que el tiempo, por un lado, no es
un objeto sino una abstracción derivada de nuestra experiencia de sucesión y cambio, y por el otro,
es la constancia de los objetos que cambian. Por lo tanto, los diferentes tiempos no son más que
descripciones efectuadas por distintos observadores. Aunque de forma específica en el campo de
atención del observador, quien es el que determina el tiempo, en cada instante están presentes un
pasado (memoria) y un futuro (intencionalidad) que orientan al individuo en su actividad presente.
El ejercicio de comprensión de la construcción narrativa de los vínculos en las familias que
se conforman dentro de la Aldea en las diferentes relaciones que se configuran entre los miembros
de la organización, se comprende que cada actor desempeña un rol importante en el cual pone en
juego la emocionalidad y sus experiencias de vida, por lo tanto lo individual se transfigura
recreándose en un “self colectivo” que responde a lo cultural, social e individual, de esta forma se
comprende cómo la experiencia vincular no depende de la relación que se pueda establecer solo con
el otro, sino del encuentro de múltiples sentidos como lo esperado y construido en la ecología
compleja, como se refleja en el siguiente relato en el proceso conversacional entre el equipo de
investigación, el equipo pedagógico de la organización y uno de los jóvenes de las familias: “(C3)
¿Cual fue la frase que más te gusto y porque? (T2) Nuestra familia es una familia muy particular ¿si? porque
empezando cada niño tiene su propia historia, vivimos si, como una familia natural pero cada persona tiene
su propia historia y tratamos de llegar a tener lazos afectivos y vivir como una familia natural. Por todos
comparten experiencias diferentes. (C3) Nos podrías ampliar más lo que colocaron allí porque les gusto…
que hablaron de esa frase. (C1) ¿Porque les llamo la atención? (2H4) Pues porque cada uno viene con su
historia y pues al momento de llegar a la casa la comparte con los demás niños, entonces las experiencias
que uno ha tenido las comparte con los demás. (C3) Es decir que ustedes consideran que esas vivencias
enriquecen esta situación tan particular de Aldeas. (Escenario 6, No 26-30)”
Por otro lado, ya en la experiencia investigativa-interventiva del contexto conversacional
reflexivo recreado, donde cada uno de los miembros de la Aldea pudo compartir sus comprensiones
acerca de lo que significa ser familia, favoreció la emergencia de tres situaciones enriquecedoras
para la construcción narrativa del vínculo. En primera instancia el reconocimiento de los aportes
dados en la experiencia colectiva de ser una familia particular de Aldea, reconociendo las
diferencias en las historias de vida y en las procedencias de todo tipo, situación que promovieron
los interventores, invitando a configurar más espacios donde fueran ellos mismos como actores de
su historia quienes connotaran estas bondades. Aunque esto implicara narrarse desde metáforas de
vinculación diversas a las direccionadas por la organización, ya que la prioridad no es solo
responder a las demandas externas sino también propiciar experiencias de bienestar y autonomía a
nivel interno. Lo cual se comprende en los relatos que emergieron en el proceso conversacional
entre la madre y los jóvenes en el contexto de la investigación, dando cuenta de cómo la
particularidad y diferencia de los miembros de las familia de Aldea son elementos que nutren la
experiencia vincular: “(C1)Cuando estaba haciendo el escudo de mi familia sentí que hacía falta mi familia
para que ellos también hubieran plasmado otras cosas, me gustaría saber ustedes ¿cómo se sintieron al
hacer su escudo? (M2) Bueno nosotros nos reunimos y habían diversidad de ideas, entonces recopilamos y
quisimos representar los ocho niños y la unión. Pero ellos me decían que: no van a estar ahí toda la vida
permanentes porque ellos cambian. Por eso al pintar el agua queríamos representar lo que ellos decían que
necesitan libertad para compartir con las demás personas…” (Escenario 4, No 15, 16).
En segunda instancia fue posible retomar en el proceso conversacional, como ya se ha
mencionado en otro título, algunas situaciones en relación a la permeabilidad de las familias de la
Aldea con respecto a entes externos que están generando crisis, como el ingreso de niños del ICBF,
propiciando la construcción de nuevos sentidos en términos de las oportunidades que puede
representar para ellos como organización y como invitación a realizar algunos cambios sin por eso
tener que modificar radicalmente la forma como han venido configurándose como familias y como
comunidad. De hecho los procesos organizacionales cuando están cumpliendo los objetivos que se
propusieron tienden a cristalizar sus formas de proceder, pero cuando enfrentan una crisis, como lo
hace actualmente la Aldea en relación a la participación de otras organizaciones, se generan
cambios en la misma organización y a su vez en la cotidianidad de las dinámicas familiares, que
recursivamente llevan a cambios de la organización, pudiendo posicionarse para comprenderlo
como una oportunidad de resignificar sus planteamientos. Así, en las organizaciones la comprensión
de las posiciones jerárquicas que dan cuenta de los sentidos de poder y autoridad que hacen parte de
las relaciones, facilita la reorganización para el cumplimiento de funciones, aún mas, en las
situaciones de crisis estas deben reacomodarse para ubicarse de forma horizontal y poder disponerse
para un trabajo en común, donde el proceso conversacional facilite la emergencia de las
subjetividades y desde allí la posibilidad de validar la polifonía que existe al interior de la
organización, permitiendo procesos de co-gestión, lo anterior se refleja en la voz organizacional
cuando relata: “(D): lo que pasa es que como Bienestar está colocando el 30% del costo de un niño en todas
las modalidades de contrato que tenemos, y por eso no queremos ser simplemente un contratista y en eso
estamos trabajando si no que nos permitan hacer convenios con ellos, que nos permita a nosotros negociar
este tipo de relaciones y por eso yo les explico a las mamás …hoy estamos una dinámica diferente porque ni
siquiera somos nosotros ahora, es un agente externa que le pregunta a los niños y se encierran con ellos y
las sacan a ellas para que esperen afuera y lo que dices tú eso no pasa en ninguna familia. (C1): No
definitivamente es como a si mi mamá le preguntan…(D): … hoy me decía una mamá que esta señora abrió
la nevera y le comenzó a oler la frutas …habíamos resguardado mucho la intimidad familiar pero vamos
aprendiendo que somos una familia social y con estos ejemplos cada vez se nos recuerda más que ustedes no
son una familia normal, este concepto a una dinámica interna apuntamos a esto , pero con estas otras
situaciones es diferente porque afuera somos una institución hay lujos que no nos podemos dar, yo creo que
una mamá puede pegar un grito y nosotros como papás biológicos le hemos dado una palmada a un niño …
pero una mamá aquí si lo hace significa una investigación implica abuso y aquí tenemos que tomar
decisiones como dejar esos niños sin esa mamá, por un hecho de esos. (Escenario 2 No 33 a 35)”
Y en tercera instancia, los miembros del equipo profesional de la organización resaltan que
las formas como ellos comprenden el proceso y las demandas que afronta la Aldea son diferentes a
los sentidos que han configurado las madres, tías e incluso los hijos; reconocer esto implica validar
la voz del otro y desde allí la posibilidad de construir espacios donde sea susceptible escucharse
para de esta forma reencontrarse y nutrirse en la diferencia, como se comprende a partir del
siguiente relato de un miembro del equipo pedagógico de la organización: “(T2): Pues yo digo que se
deben hacer las cosas con amor, no puedo decir que, todo con amor basta, pues por qué no puedo decir que
así vive una familia se crea una familia. (CA1): Pero es un terreno donde puedes hacer las cosas con amor.
(T2): Eso si todo con amor hasta donde yo este. (P): No si hacer las cosas con mucho compromiso.(TS): Pues
tal vez estas preguntas que nos hemos hecho, yo llevo cuatro años en la institución y son preguntas que a
diario vivimos y que el equipo a repisado, ha tocado los temas no es nada nuevo parea nosotros lo hemos
venido trabajando de diferentes formas, tal vez de pronto en esto de las frustraciones familiares hemos
encontrado de pronto una cura y nos abierto el panorama, el panorama de cómo acompañar estas familias,
de cómo abrirnos a estas cosas, yo siento que nos ha dado una apertura de cosas que se pueden ir haciendo
con las mamás, si siento que lo que hemos hablado no es nuevo para nosotros, o sea no es algo que no lo
hayamos pensado que no lo hayamos hablado lo que pasa es que como uno ve las cosas diferentes desde otro
lado, las mamás ven las cosas diferentes porque ellas tienen otras rutinas, porque ellas trabajan diferentes,
la forma de equipo lo ve diferente, tal vez ellas se hayan hecho las mismas preguntas y han llegado a otro
tipo de respuesta y yo creo que lo que debemos hacer es llegar a hablar el mismo idioma, no sé cuando lo
vallamos hacer porque llevamos muchos años en eso y hasta ahora no lo hemos podido hacer espero que
algún día lo logremos y no sea cual sea la ruta pero espero lo logremos” (Escenario 5 No 113 a117)
Otra historia desde la voz organizacional da cuenta que los niños o jóvenes que se aceptan
en el programa no deberían vincularse exclusivamente bajo el interés de suplir necesidades básicas
(alimentación, vivienda, educación etc), pero dado que ellos están en la Aldea precisamente por su
situación de vulnerabilidad, reconocen sin embargo, que es probable que para algunos los sentidos y
significados vinculares que se han construido frente a la propuesta estén mediados precisamente por
este tipo de necesidades. Vinculación que genera polos de interpretación: para algunos miembros de
la Aldea, el que los vínculos permanezcan y después de partir los jóvenes vuelvan sin aportar nada,
solo pidiendo la ayuda que la institución les brinda, implica una posición “paternalista”, mientras
que para otros esto es definido como “ayuda familiar” lo cual se refleja en el siguiente relato desde
la voz organizacional: “(C3) Bueno ¿ustedes por qué creen que vuelven a la Aldea…? (D) Porque insisto
ellos aquí se quedaron y fueron su familia y si tu entras a las casas ellos vuelven y ven una foto en donde
están ellos y se reconocen, aunque en la casa no esté la mamá. (TS)Yo también siento que la organización en
general tiene un modelo paternalista y entonces esa mirada paternal da pie para que ellos vuelvan, o sea, esa
mirada de que si yo voy me van a apoyar. Hay chicos que no vienen solo a buscar ayuda económica si no la
ayuda de la mamá... Uno a veces ve niños chiquitos que no son de la Aldea y se lo dejó a la mamá para que
lo cuiden un rato, pero que requieren ese apoyo. Si hay una mirada paternalista que me pregunto ¿qué tan
benéfica o mala es? porque cuando C3 preguntaba porque no se culminan esos procesos, es eso también, es
que les damos y le damos que ya tienen todo que no saben qué hacer. Se van y se aburren y pasa lo que dijo
D entonces allí esta esa otra mirada que de pronto uno en su casa natural, si también le daban pero también
le quitaban. Pero aquí uno no le puede decir a un niño -aquí no te compro zapatos- porque igual está
incluido dentro del rublo de su ropa, o sea este mes te portaste mal y no te dio los zapatos, no la Aldea no se
puede dar estos derechos porque está dentro de los rubros de su ropa, y esto da a que la Aldea no pueda
cumplir y hacer otros ideales (Escenario 2, No 77 a,79)” Esta comprensión genera dilemas, ya que sí se
posicionan como “familia natural” el apoyo se esperaría que fuera incondicional, especialmente en
situaciones de riesgo, pero ante la narrativa de la organización donde ese tipo de ayudas fuera de los
momentos de crianza establecidos por el programa no se debe dar, genera confusiones. El dilema es
para la organización en términos de su proceder y para los niños y jóvenes que no definen con
claridad el vínculo que han construido con la Aldea.
En este sentido cabe retomar una historia más en relación a la configuración narrativa de los
vínculos en las familias de la Aldea y esta corresponde a la voz de las familias biológicas traídas al
escenario por medio de la intervención de los niños y jóvenes, quienes expresan que para algunas de
sus familias biológicas la experiencia de estar en la Aldea es entendida como un espacio de paso
para su crecimiento y desarrollo, porque su verdadero vínculo familiar esta por fuera del contexto
organizacional. La construcción narrativa de las familias biológicas es una contradicción más en la
configuración de este vínculo, pues los niños y jóvenes están inmersos en mensajes contradictorios
en donde deben establecer diferencias en como significan y encarnan la experiencia vincular en las
relaciones vividas en la Aldea con los mensajes de que son y deben actuar como familia en
contraste con los de sus familias biológicas que validan su posición natural, esto se refleja a
continuación desde la voz de un joven: “(C1): …cómo viven estas familias de Aldeas y ¿cuál es la
diferencia de esa familia que ustedes tienen de sangre, si existe alguna diferencia? (2H4): Es que digamos o
por lo menos en nuestra casa de la Aldea solo somos compañeros si nos hablamos y todo eso pero somos
compañeros de casa, nuestra familia es nuestra familia, nosotros queremos a nuestra familia aquí nos
hablamos los que vivimos y ya. (Escenario 3 No 271, 272)”
La Familia Biológica un Referente que Emerge de Forma Recurrente en la
Experiencia Vincular de las Familias de la Aldea
En relación a la familia biológica de los niños y jóvenes emergieron como historia en la voz
organizacional comprensiones desde el déficit, relatadas como poco comprometidas o faltas de
responsabilidad en relación a sus hijos/as. A pesar de ello en los escenarios reflexivos
conversacionales propiciados en la intervención, los miembros del equipo organizacional retomaron
su experiencia personal en sus contextos familiares para comprender que ésta (la familia de origen)
no desaparece por el hecho de estar los niños vinculados a la Aldea, asumiendo que aunque la
organización, aparentemente han tenido en cuenta a la familia biológica en su propuesta de servicio
a los niños y jóvenes, debe ser involucrada de forma más activa y visible pues es parte de la vida de
los menores de edad y red de apoyo para cuando ellos terminen su proceso en la organización. Al
respecto Minuchin y colbs (2000) realizan un importante aporte referido a cómo hacer de los
hogares sustitutos una estrategia ecológica que genere experiencias de bienestar para las personas
involucradas, señalando varias ideas entre las que se encuentran en primer lugar tener presente que
la colocación en un hogar sustituto crea un sistema triangular entre familia biológica, familia
sustituta y la institución interviniente, además de otros sistemas externos que afectan en las
decisiones de la familia; realidad que debe ser reconocida por la totalidad del sistema. La segunda
idea es que el sistema triangular debe incluir a miembros de ambas familias y la colaboración debe
prevalecer sobre el antagonismo. Esto debería entenderse como una meta para que las personas en
contacto con el niño/a compartan información y resuelvan problemas a través de un esfuerzo común
que garantice el bienestar y protección de todos los sistemas implicados. La tercera propuesta de de
este autor es conferir poder a la familia biológica como aspecto esencial pues crea igualdad entre los
roles, emergiendo procesos colaborativos que benefician principalmente a los niños.
Algunos miembros del equipo organizacional de la Aldea han empezado a integrar en sus
narraciones a las familias biológicas de los jóvenes y niños como referentes recurrentes,
reconociendo de esta forma que hacen parte de la construcción identitaria de los niños y jóvenes y
de su necesidad de sentir arraigo en las relaciones. Ese cambio en las narrativas vinculares de la
familia biológica favorece su inclusión más allá de que los niños/as y jóvenes lean o no a la familia
de la Aldea como propia; enriqueciendo así con otros elementos los sentidos de identidad familiar.
Frente a esto surgen diversas posibilidades de construcción semántica, al encontrarse todos los
actores para la denominación de “familia” como metáfora de opción mas no de obligación,
facilitando un contexto de mayor apertura para movilizar las relaciones y validar los múltiples
sentidos que pueden construir los jóvenes y niños/as de su vivencia dentro de una familia de Aldea,
emergiendo relatos diversos en los parámetros que valoran la generación de los sentidos de
pertenencia como se expresa desde el equipo investigativo a continuación: “(CA1): …hablar de
familia es una metáfora de cómo se vincula los niños acá, metáfora como una especie de comparación, o sea
los niños llegan acá como cuando un niño nace y hay una mujer que lo está esperando como cuando una
mujer está embarazada, pienso que si tomamos a la familia como una metáfora y no como lo que debería ser
en el ideal, creo que se podría entender mucho mas la experiencia tanto de los profesionales y de las mamás
acá como de los niños es una forma de ser y de estar aquí que se parece a una familia y en eso se parece pues
a veces yo le digo a mi mamá cucha no le digo mamá, por ejemplo y a veces algunos niños elegirán decirle a
la mamá por el nombre, yo no sé si se dejaran decir cucha pero finalmente, entonces si lo vemos como una
metáfora pues creo que, podríamos salir un poco de los dilemas de los que hablaba el compañero resolverlos,
¿de acuerdo?, porque creo que cuando un niño no siente aquí como familia pues entonces empiezan aich este
no se está adaptando, que tal que si se está adaptando pero que se esté adaptando a un grupo de apoyo que
necesita en ese momento y no a una familia, como ustedes lo piensan. (Escenario 5 No. 96)”
Los jóvenes asumen como referente principal a su familia biológica y narran a la familia de
Aldea como otra familia que les proporciona experiencias de amor, tranquilidad y apoyo
incondicional, lo cual fortalece el sentido de pertenencia y vinculación con esta última. En este
sentido como lo menciona Anderson (1999), los miembros individuales de una comunidad solo
pueden sentir que “pertenecen” a la “realidad” de esa comunidad sí quienes los rodean están
dispuestos a responder seriamente a lo que estos miembros hacen y dicen, es decir, si son tratados
como participantes legítimos en la “autoría” de aquella realidad, y no excluidos de ella de una u
otra manera, lo cual se refleja a continuación por una de las madres en conversación con los niños y
jóvenes: “(C1)… y ellos ¿qué ideas te dieron? (M1) El color rosado y las manos cruzadas que significan:
la fortaleza, unión, ayuda y apoyo todo está en esas manos y tiene diferentes colores porque una de las niñas
me dijo, “Mami hagámosla así porque se nota la diferencia de cada niño” porque esa idea fue de ellos
también. (1M2) Los muñequitos representa la unión, el amor de la mamá y también de los niños hacia la
mamá, la casita supone que si uno tiene problemas uno le puede contar a un miembro de la casa y las
imágenes representa el amor porque estamos todos de la mano” (Escenario 4 No 76, 77,78) “ (C1) ¿Qué
significa la casita? (M1) Es un lugar donde guardarse es la protección eso lo dijo 1H1, eso demuestra un
poquito de él porqué el casi no sale” (Escenario 4, No 83, 84)
Historias de Vida Configuradas Dentro de un Contexto Organizacional que Trasmite
Expectativas y Lineamientos Para el Desarrollo de las Mismas.
Una historia privilegiada que dificulta la emergencia de experiencias singulares y creativas
en las familias de Aldea es la exigencia de la organización que los jóvenes atraviesen todo el
proceso según las etapas establecidas por el modelo, siendo una narrativa validada y que toma más
carácter de obligatoriedad porque proviene de la organización y sus directivas a nivel mundial.
Ellos han establecido que la finalización de todas las etapas del programa por parte de los jóvenes
es uno de los parámetros de eficiencia del desempeño e impacto de la organización y también se
relaciona frecuentemente con el nivel de sentido de pertenencia en la experiencia de ser un miembro
de la familia de la Aldea. Se considera que sí se forma parte de estas familias se debe actuar en
consecuencia con los parámetros y límites establecidos por la organización, un ejemplo es lo
relatado por un miembro de la organización a continuación. Con todo, en la cotidianidad surgen
elementos que entran a discutir esta postura, la cual parece ser rígida frente a la complejidad propia
de los sistemas humanos, máxime si se tiene en cuenta que el sentido de pertenencia está ligado al
sentirse reconocido y validado como sujeto en la relación y en el contexto por lo que narrativas
como estas pueden obstaculizar interacciones novedosas.
Cabe retomar que en los escenarios se pudo reflexionar sobre la familia de Aldea como una
familia particular y diferente a las familias mediadas por los vínculos de consanguinidad, haciendo
énfasis en lo que implica su configuración dentro de la organización, dando apertura para retomar
las dinámicas o dilemas que se generan en este contexto. Un ejemplo utilizado por los miembros de
la institución fue “(TS)… mi mamá biológica nunca se fue de vacaciones o nunca tuvo que llenar
conmigo un PLATINFA”(Escenario 2 No 26) (instrumento valorativo por áreas de desarrollo que
utiliza el ICBF en los programas de protección) pues este tipo de elementos que hacen parte de la
dimensión organizacional de las familias nutren la narrativa que configura afectiva y
emocionalmente el vinculo, creándose en ocasiones confusiones para los/as jóvenes y madres, no
solo en relación a sus vínculos familiares sino en general en su vinculo con la organización.
Existiendo una oscilación entre definiciones de alguien que entra a hacer parte de una familia vs
alguien a quien una organización ha acogido.
En el programa se encuentran estipulados unos parámetros como la edad y el nivel
educativo para que un joven pase a la siguiente etapa de convivencia en la Aldea, denominada
“comunidad juvenil” y aunque esto no se da de forma similar a las familias biológicas que pueden
decidir o no continuar en su casa de origen, el poder asimilar la primera etapa de la familia en la
Aldea como un espacio donde adquirieron ciertas fortalezas y con el cual cuentan de forma
incondicional, favorece el proceso de individuación propio de su momento vital. Esta narrativa
frente a dicha salida es generativa si se puede comprender de manera incluyente la existencia de la
familia biológica y la familia de la Aldea pues favorecería que los jóvenes puedan narrarse y vivirse
como pertenecientes a las dos sin ningún tipo de juicio, lo que se convierte en un recurso en el caso
que ellos retornen a dichas familias, asimilándolas en ese momento como su red de apoyo.
Retomando los Recursos Para Continuar Construyendo Posibilidades de Bienestar y
Autonomía
En relación al sentido de pertenencia que emerge en la construcción narrativa del vinculo en
los espacios interventivos se fortalecieron narrativas integradoras donde los jóvenes expresan su
experiencia de sentirse parte de la familia, aunque reconocen que en un momento determinado de
su proceso deben salir por lo menos de la estructura física de la casa, pues la lectura
complementaria que emerge se nutre recursivamente con la narrativa de la madre que comprende a
los hijos como personas que están en el hogar pero que en determinado momento deben construir
otras historias de vida que les permita ser autónomos e independientes. En el dialogo se crean
oportunidades de autodeterminación, libertad y posibilidades únicas para cada uno de los miembros
de la familia (madres, tías, hijos/as), en otras palabras, el cambio ocurre conforme el dialogo fluye
(Anderson, 1999). De esta manera el proceso de la construcción del vinculo de las familias de Aldea
emerge desde que los niños y jóvenes ingresan al programa, vivenciandose constantemente sentidos
de apoyo a los hijos para la autonomía. Por lo tanto desde muy temprano se facilita el espacio para
el desarrollo individual en algo básico como permitirles tomar decisiones, lo que es comprendido
por las madres y los hijos como una forma de prepararse para el futuro, definido en términos de la
salida de la Aldea, de esta manera es posible pensar en otra forma de definir la permanencia del
vinculo comprendiéndola desde la trascendencia en el tiempo de las enseñanzas que se dieron en el
núcleo familiar, aunque en ocasiones los hijos no vuelvan a él físicamente.
Comprender la construcción del vinculo en un contexto organizacional remite a identificar
cómo este trasciende los límites de la misma familia de la Aldea para involucrar a los miembros de
la organización, favoreciendo la emergencia de una narrativa subdominante mencionada
anteriormente por el Director, referida a la necesidad de que la familia se defina y a la vez sea
comprendida por otros como un grupo con características y formas diferentes a las de una familia
biológica. Presupuesto que hace parte de las comprensiones de algunos miembros de la Aldea pero
que en la cotidianidad genera ambigüedades y dilemas por lo que se reconfigura en el proceso
conversacional del trabajo investigativo-interventivo, el ser familia, pensándola más desde el orden
de un “grupo de apoyo” en donde se co-construyen vínculos como en cualquier tipo de relación.
Fortalecer esta nueva narrativa permitiría dar cuenta de la complejidad del contexto organizacional,
despojando a los miembros de la Aldea de la preocupación por el sujeto idealizado según la
organización y en cambio acercándose al sujeto real que es con el que se interactúa, en la
cotidianidad, existiendo mayores aperturas para la configuración y aceptación de las múltiples
posibilidades del self. Al respecto Anderson (1999) afirma: la familia es una realidad basada en la
comunicación, hay tantas familias como miembros del sistema existen, incluido el terapeuta que lo
define. La familia es importante para la existencia y la identidad, pues es el contexto íntimo en el
que se vive. Pero cada miembro la vive, describe y explica de una manera distinta, y tiene una
visión particular de su posición en la familia y de sus motivos para ser parte de ella. En este sentido
el permitirse narrarse y comprenderse como personas que se apoyan y acompañan, pero no
necesariamente como una familia estereotipadamente concebida, podría facilitar experiencias para
tomar decisiones que permitan construir su sí mismo de forma tal que se conecta con experiencias
de autonomía e independencia.
La opción de definir y comprender las familias de la Aldea de diversas formas, también
válidas, facilita la construcción de narrativas de cambio y de posibilidades de bienestar y autonomía
para construir desde y a través de la diferencia. Esto representa una invitación para rescatar lo
sencillo, lo esencial de la propuesta que hace la Aldea en cuando a poder ofrecer un ambiente de
cuidado y protección para niños/as y jóvenes que lo necesitan, facilitando así la recursividad entre la
forma como se vive y cómo se narra nutriendo la configuración del sí mismo. Esta narrativa
emergente posibilita asumir lo vivido y comprender la riqueza de las diversas voces que
narrativamente construyen una forma de ser familia o de trabajar en la Aldea, pues en este contexto
se establecen vínculos particulares que acrecientan la complejidad de los seres humanos, pero que
en ocasiones por las voces institucionales, no solo de la organización sino de otros entes
influyentes, puede representar más obstáculos que facilidades para desarrollar lo propuesto, como lo
expresa un miembro de la organización a continuación “(A1): … yo pienso que es necesario rescatar lo
sencillo de la familia, nosotros traumatizamos mucho o complejizamos mucho lo sencillo, bien sea a través de
documentos, bien sea a través de procesos, bien sea a través de cualquier elemento pero si dejáramos por lo
menos a las familias más ser familia, sin importar que imaginario tenga cada uno de los que están allí
viviendo pero que las dejáramos ser en su dinámica propia, su mamá o su madre eso se podría hacer cada
uno de los jóvenes empoderado de lo que tiene que hacer y si no está empoderado pues hay continuara la
dinámica propia de exigencia para que lo logren, entonces pienso que podrán haber menos preguntas y más
dinámicas de familia. (C1): Yo estaba pensando algo muy parecido a lo que dices y algo que decíamos antes
de empezar el proceso y es que nosotros los seres humanos somos cambio, entonces no sabemos que pueda
pasar y pienso que nuestras experiencias como pues desde lo que viví están inmersas en eso y siempre
estarán las expectativas de lo que nosotros esperamos, pero de pronto perdemos como esa, no se qué palabra
colocarle, pero si esa esencia de la vida que es dejar como nosotros mismos vamos resolviendo las cosas y
como todo se va organizando sin necesidad de tratar de buscar un porque, un cómo y qué valla por una línea
especifica, sino que como nosotros mismos estamos buscando, como esa manera de solucionarlo, entonces
me llevo esa metáfora que todos somos como en ese cambio como en ese juego, en esa danza como la
experiencia de ser mamá, de ser hermano, de ser hijo, de ser un hijo nuevo, de llegar a una familia nueva y
como ustedes mismos y como nosotros mismos nos vamos organizando en eso y vamos a encontrar
respuestas a veces sin preguntarnos cosas (Escenario 5 No 122, 123)”
De la misma manera se connota de forma positiva, dentro de los escenarios investigativos,
la apertura que tiene cada uno de los miembros de la organización para asumir un rol asignado
organizacionalmente pero permitiéndose la experiencia de relacionarse con los otros más allá de lo
esperado, de esta forma se destaca la disposición afectiva en términos de amor y compromiso para
interactuar con los jóvenes como una red de apoyo emocional que construyen los adultos. Esta
misma disposición permite que los sentidos de la organización trasmitidos narrativamente a todos
los miembros desde el marco de la visión, misión y objetivos, y que es dominante por ser lo
instituido, se matice gracias a la experiencia subjetiva de estos actores, quienes favorecen la
emergencia de lo instituyente y por lo tanto de la posibilidad de crear múltiples historias alternas
para la vida de bienestar y autonomía de los jóvenes, como lo afirma Dabas (2001) al referir que lo
instituido es la cosa establecida, las normas vigentes, la visión, la misión, los objetivos, los
manuales, es decir, el direccionamiento estratégico de una organización, de los rasgos duros de los
que habla Etkin (2003), se debe convertir en el centro de la propuesta de la cual se apropiaran los
miembros de la organización para que les indique el horizonte por el que se propende; mientras que
lo instituyente, se comprende como emergencia de la singularidad de los actores que encarnan esa
propuesta instituida de las organizaciones, es la que permite la flexibilidad y la regulación del
sistema para que sea viable.
En el espacio investigativo-interventivo emergieron narrativas en donde se comprende a la
organización como una posibilidad para crecer y ser persona en un contexto de cambio, sin embargo
esto requiere contenerse para que emerjan narrativas potencializadoras porque la Aldea como
sistema está pasando por un momento coyuntural donde las rutinas establecidas, más allá de los
dilemas que surgen por el modelo mismo y que ya se han abordado, se cuestionan y hasta se
invalidan. Esto le implica a la Aldea, especialmente al equipo directivo, destinar espacios donde se
permita compartir de forma clara y tranquila los nuevos dilemas que viven los miembros de la
comunidad para poder resignificarlos y construir, como organización, estrategias que puedan hacer
frente a los desafíos que está enfrentando y que en ocasiones de forma individual se intentan
manejar. Ubicarse de forma horizontal en el proceso conversacional entre los miembros de la Aldea
para favorecer el reconocimiento y la validez de la sabiduría que cada uno desde su rol tiene, es una
demanda constante que ahora, si se le da cabida, puede darse como una posibilidad de
comprenderse y disponerse ante las nuevas demandas del contexto tanto a nivel externo como
interno.
Reflexionando los Sentidos de Identidad y Pertenencia Como Posibilidad Para la
Emergencia de Experiencias de Bienestar y Autonomía
Comprender la construcción narrativa del vinculo en la experiencia de ser familia de Aldeas
da cuenta de que es en el ejercicio conversacional y en las interacciones en diversos contextos
donde el individuo configura un sentido de identidad y de pertenencia, ya que por medio del
lenguaje se construyen y reconstruyen las realidades que definen al sí mismo para conocerse e
identificarse (Gergen, 1996). De acuerdo con esto la identidad narrativa que surge en esta
experiencia vincular tiene un rasgo relacional de interdependencia, permitiendo definir a otros y que
a su vez estos me definan a mí. .
En este proceso narrativo recursivo en el contexto de la investigación-intervención,
emergen relatos en las familias de Aldeas que posibilitan comprender la experiencia vincular desde
diversos ordenes de significado, dando cuenta de cómo los miembros de la organización y las
familias de Aldea construyen la realidad e interpretan sus experiencias de vida. Es así que el sentido
que se le da a la experiencia de ser familia en la Aldea habla de una conexión de significados
nutridos por prácticas dentro de la experiencia vincular que reflejan, por ejemplo en el caso de la
preparación de los hermanos de Aldea para la llegada de un nuevo miembro al hogar, la disposición
de cada uno de los miembros para facilitar los procesos. Ello da cuenta de la manera en que los
sentidos identitarios individuales recursivamente se desarrollan para la configuración del sentido de
identidad familiar lo que, como lo menciona Dicaprio (2000 citado por Garzón y Pulido, 2009),
define el lugar del ser humano en la sociedad y en estas familias de la Aldea en particular, a través
de la identificación con papeles aceptados culturalmente y reforzados con un componente
ideológico. En este sentido Gergen (1996) lo explica al referir que las identidades se construyen
ampliamente al narrarse y ser narrado en un contexto que da cuenta de relaciones y recursividades
que refieren el intercambio comunal. Al respecto uno de los miembros del equipo pedagógico
afirma: “(.A1): Ese es el problema, que ese tipo de pregunta la organización no se la hace, la organización
cree ideológicamente que hacemos familias, creamos familias y con ese discurso se mantiene y con ese
discurso se vive pero otra es la realidad, no hombre ¿qué familia se va a crear? y todos nosotros somos
consientes de que bien difícil que una chica se sienta de su familia o que sienta que esa es su familia, cuando
nunca ha sido su familia, y ella sabe realmente que esa no es su familia, entonces eso es lo que me parece
complejo, sobre como proponer a partir de todo este trabajo a nivel de la concepción de familia a nivel de
imaginario, familia o a nivel de concepto familia. (C4): Yo pensaría que eso le implica a la institución ser
mucho más flexible reconociendo que los momentos de ingresos, el mismo tiempo de vinculación y el ser
parte de ese núcleo familiar son diferentes de acuerdo a los momentos vitales de cada miembro y así mismo
pues tendrán que ser más amplio el rango de lo que se espera de cada persona, porque lo mismo pasara con
las mamás, ¿Si? Se supone que la mamá hace esto y esto pero hay algunas que lo hacen de una manera y
otras que lo hacen de otra” (Escenario 5 No31 y 32)
Adicional a lo anterior, dentro de las experiencias vividas y narradas por los miembros de la
familia de Aldea, particularmente la madre, emergen referentes como el amor y el respeto que dan
sentido a la experiencia vincular, lo cual se vislumbra a través de diversos modos de comunicación
(amor, odio, amistad, etc) que se traducen igualmente en la puesta en escena de representaciones y
de afectos que identifican la naturaleza de la relación (Miermont, 1993 citado por Hernández y
Bravo 2009); pero que al mismo tiempo señalan un orden semiótico del lenguaje en la construcción
de la experiencia vincular de la relación madre-hijos. Las madres se reconocen así mismas solo en
la relación con el hijo, resaltando elementos que configuran su identidad y recursivamente el
sentido de identidad familiar. Es en el lenguaje generativo que el sentido de ser familia de la Aldea
se traduce en construir las relaciones más allá de lo consanguíneo, redefiniendo significados, la
madre lo refleja a continuación: “(C2) “Y ¿que representa el arbolito acá? (2M2) Que la familia está
unida (2M1) Se fortalece cada vez más (C2) Y el nene en el centro ¿por qué? (2M1) Porque ahí es donde se
fluye, o sea, donde está el fruto. Desde ahí nacen sueños, ¿vez?. Desde ahí empieza a crecer el niño y eso.
(C2) Bueno, y esta otra que esta acá, ¿Como solucionan los problemas en estas familias, como está
representado en la cartelera? (2M1) La de allá dialogando, la que está abajo de amor (C2) Abajo de amor,
ah ¿esta figurita que esta acá? (2M1) Si (C2) Dialogando. Se dialoga ¿mucho? (2M1) Si. (Escenario 3, No
139-148)”.
Los muchos significados construidos en relación a la vivencia dentro del contexto
organizacional de las familias de Aldea, dan cuenta que las personas crean su realidad en lo que
consideran significativo y por ello el tema es recurrente, sin que se evoque necesariamente la
experiencia de familia tal y como se concibe usualmente, pues la experiencia vincular de estas
familias favorece la emergencia de sentidos de pertenencia que están más ligados a la connotación
de la familia de Aldea como grupo de apoyo o de acompañamiento que como familia de origen. El
comprender que estas connotaciones se configuran narrativamente en la forma en que cada
individuo vive e interpreta su realidad de acuerdo a los referentes que son parte del sí mismo,
permite transcender las narrativas dominantes de la organización que afirman que el vinculo se debe
dar en un sentido familiar, mostrando que de la forma en que cada miembro se narra y narra al otro
lo posiciona y se posiciona diferente para el vinculo, sin descalificar ninguna de las opciones de
narrarse y vivirse. Concalves (2002 citado por Estupiñán, Gonzales y Serna 2006) sugiere con lo
anterior al referir que, comprender el comportamiento humano es esencialmente comprender los
sistemas interpretativos utilizados por los sujetos en el sentido de desarrollar y dar significado a su
experiencia. De acuerdo a estos sistemas interpretativos utilizados en los sentidos de identidad y
pertenencia, se aprende que por medio de procesos de reconocimiento y de validación narrativa en
los significados que se construyen desde el rol desempeñado en la Aldea, se configuran las
relaciones y en estas los vínculos, en donde narrativa y recursivamente se da sentido a la
experiencia.
La configuración de la identidad familiar esta enriquecida por los elementos de la identidad
de sus miembros, por los recursos y posibilidades de afrontamiento de la familia, sus dilemas y su
elaboración productiva o no, en donde, a través de la interacción conversacional surge el relato para
narrar y reconstruir (Estupiñán, Gonzales y Serna, 2006), de manera que emerge la identidad de la
familia como una narrativa que trasciende las descripciones individuales. Es por esto que se
comprende que los significados y sentidos que se construyen en las experiencias familiares de la
Aldea dan cuenta, como se planteó en una de las hipótesis investigativas del presente estudio, de
cómo las familias y la organización nutren las diversas relaciones, articulando dispositivos
narrativos que van configurando su identidad y que por el arraigo con las narrativas dominantes, se
dificulta dar apertura ante nuevas posibilidades de vivirse en las relaciones. Gergen (1996) lo
amplia al referir que la concepción y las acciones del yo que uno tiene son esencialmente
dependientes de las actitudes y de las acciones de los otros, por lo que nuestro yo es siempre
cambiante. Puesto en el contexto de las familias de la Aldea, se ve como los procesos de
diferenciación dados dentro de las mismas surgen de la construcción del vínculo que pauta la
identidad de la familia. Es así que la identidad familiar se co-construye con la identidad individual,
lo que exige para el flujo propio del sistema movilizar narrativas y experiencias que involucren a
todos los actores como participes en la construcción de sus realidades y recrear la experiencia
vincular. La dificultad para hacer movilizaciones en este contexto se asocia con las historias en
relación al sentido de identidad, que se encauzan a parámetros organizacionales, referentes
culturales, demandas sociales de funcionalidad, que como explicación de la vida se cristalizan y
atenúan la capacidad creativa en relación a las opciones del sí mismo. Por ejemplo en uno de los
escenarios se les pidió que dibujaran el escudo familiar, algo que los diferenciara de los demás y
una familia por medio de una grafica simbolizo las diferencias individuales que existen entre los
miembros de la familia de la Aldea y la mamá de esta familia expreso: “(M2)… también respetar
como la forma de ser de cada uno, somos un grupo, pero cada personita es diferente y además tiene una
historia diferente, la unión es: decir las ideas de cada uno y respetar las ideas de los demás…”(Escenario
4, No 22)
Otro elemento importante para la comprensión de la experiencia vincular es que las familias
de la Aldea están conformadas por miembros de diversos orígenes, algunos de ellos pueden o no
tener vinculo consanguíneo. Por lo tanto dentro de la comprensión que ellos hacen de su experiencia
como familia indican la diferencia como un elemento propio de su identidad familiar, siendo parte
de su realidad, en donde en la configuración del sí mismo, hacen conexiones significativas en la
diferencia, como el sentido de apoyo, que les permite comprenderse y construir vínculos. Al
respecto Shotter (2001) afirma que el sí mismo se nutre en la diferencia y emerge en el contacto con
el mundo, en el diálogo cotidiano con otros que permite dichos contrastes. Estas entidades se hallan
en proceso de construcción y adquieren existencia a través de la mediación semiótica de los signos
dentro de los procesos conversacionales. Es así, que en los relatos emergentes, tanto de las madres
como de los jóvenes, se da apertura a lo que se planteó en una de las hipótesis investigativas, al
comprender que la experiencia vivida se haya atravesada por relatos y practicas dominantes
evocando diversos ordenes de significados recursivos, que se configuran en un tiempo y espacio de
forma actualizante, fortaleciendo y desarrollando nuevos sentidos del vínculo. Es así que los
procesos narrativos vinculares responden a la conexión entre la diversidad y la configuración del sí
mismo, posibilitada en el lenguaje recursivo y planteada en un tiempo narrativo.
49. Dentro de las historias de los jóvenes se aprecian relatos en donde se destaca la experiencia
de identidad entorno al apoyo con su grupo familiar de la Aldea, convirtiéndose en un recurso
dentro de la configuración del sí mismo, “el sí mismo es la forma en que nos relatamos, explicamos,
hablamos sobre nuestras acciones” (Madison, 1988 citado por Anderson, 1999). Surgen además
relatos de identidad a partir de la experiencia en su familia de la Aldea, donde se destaca cómo la
identidad familiar llega a ser una configuración colectiva de historias, que están unidas en el tiempo
por una experiencia que las convoca en la diversidad de voces que constituyen al grupo familiar.
Como lo expresa una de las jóvenes en relación a su experiencia en la familia de la Aldea “( 2M1)
Ah es esta, el apoyo que ella me da el apoyo que yo le doy ella ósea, ¿si?, en los momentos difíciles que yo
tengo le digo mami necesito tal cosa, mami no se que, ósea pues hay también mucha confianza, muchísima
confianza” (Escenario 6 No 50)
En esta narrativa familiar de Aldea aparecen sentidos de pertenencia comprendidos según
Krakov (2000 citado por Hernández y Bravo 2009), desde la experiencia de sentirse reconocido y
designado como perteneciente a un vínculo, otorgándole a cada individuo una doble marca: de
pertenencia y de reconocimiento. La reafirmación continua y sistemática promueve la complejidad
vincular, pero este proceso no se vive solo por parte de los miembros de las familias de la Aldea
como se menciona en apartados anteriores, pues el equipo de profesionales que tiene la
organización también se involucra de forma cercana con la experiencia de las familias, y entre estos
y las familias se generan sentidos de pertenencia y reconocimiento que nutren de forma recursiva la
configuración de los sentidos de identidad familiar, lo que hace referencia a la dinámica propia de
una organización que intenta propiciar espacios de cuidado y protección para niños y jóvenes en
situación de vulnerabilidad.
Por lo tanto en la experiencia vincular no solo de las madres sino también de las tías, hijos,
hermanos o empleados de la organización, se da cuenta de un proceso dinámico de transformación
en la conversación permitiendo la negociación de múltiples sentidos, configurando entre estos los
de identidad y pertenencia, pero que de acuerdo al actor esta nutrido por diferentes elementos. Un
ejemplo de esto es que los relatos de las madres y las tías están constituidos en términos de la
experiencia vivida con los jóvenes y se valida desde lo emocional, mientras que los empleados de la
organización en sus relatos dan cuenta de las perspectivas de la familia en términos de los
parámetros organizacionales. Para estos últimos la movilización de significados emergió al retomar
la experiencia subjetiva de sus propios sistemas familiares de origen, favoreciendo la emergencia de
memorias (narrativas subdominantes), donde se empieza a pensar de forma diferente los
presupuestos de la organización y las mismas expectativas que se construyen sobre las familias de
la Aldea. En esta línea cabe retomar el postulado de Gergen (1996) cuando afirma que, cada
persona esta soldada en las construcciones históricas de sus grupos significativos como la familia,
del mismo modo como ellos lo están en las de cada uno. Lo que permite comprender como la
emergencia de la subjetividad de los empleados con relación a su propia experiencia familiar
flexibiliza lo estereotipos que se imponen a la familia de la Aldea. En relación al sentido de
pertenencia que se configura en la dinámica vincular, el Asistente de Dirección expreso:
“(AD):…gran familia gran red, si en realidad si es lo que tratamos hacer en la cotidianidad, …yo llevo
muchos años acá, yo no llego a mi trabajo yo siento que llego a como si fuera parte de lo que acabas de
decir una gran familia, si! esa gran familia tiene unas grandes dificultades, tenemos conflictos; unos no se
hablan con los otros, pero es como entrar en esa gran familia…”(Escenario 2 No 118)
Estereotipos que Convergen en la Experiencia Vincular de Ser Familia
La convergencia de relatos de experiencias significativas son engranajes en las diversas
formas de comprender y dar lectura a la realidad donde los contextos son vitales en la
configuración, por esto en el conocimiento de la experiencia vincular de las familias de Aldea se
permite observar cómo desde la ecología se nutren los diversos sentidos que hacen parte de esta
vivencia, como lo expone Estupiñán, Gonzales y Serna (2006) al referir que la emergencia de
nuevos significados implica comprender los elementos contextuales de la acción humana.
En las historias de las madres y los jóvenes se dio cuenta de ordenes de significados donde la figura
materna adquiere un sentido vital para la experiencia vincular de la familia de Aldea. Los jóvenes
describen a la madre sustituta como el principal referente vincular, en la narrativa familiar el rol que
ellas ejercen es altamente valorado y confirmado por todos los miembros de la organización. Al
respecto de esta experiencia vincular Miermont (1993, citado por Hernández y Bravo 2009) señala
que el vínculo une o conecta a una persona con otra, consigo misma o con las cosas, asegurando una
permanencia témporo-espacial entre personas físicamente separadas, gracias a los procesos de
simbolización que contribuyen a su mantenimiento. Por ejemplo, en uno de los escenarios de la
investigación intervención una familia de Aldea realizó la grafica de un águila para describir a la
madre, esto se puede comprender desde lo interpretado, en relación al posicionamiento que adquiere
en la familia de la Aldea y la importancia de ella en la experiencia narrativa vincular, la retomaron
simbólicamente para resaltar su fortaleza y la forma de afrontar las dificultades; esta comprensión
de la madre se conecta con estudios como el de Barrón (2002) quien realizo una clarificación
conceptual y sociológica sobre la familia monoparental y dentro de sus conclusiones identifico que
en este modelo familiar la madre es la que asume el liderazgo emocional y material de las familias.
Al respecto en uno de los escenarios emergió el siguiente relato: “(C2) Me gustaría relacionar que en
la casa de las águilas……. todos están en un momento relacionado con los sueños del futuro, pensando en
mejorar o preparándose para volar, yo entendía eso cuando escuchaba a 2H4 y lo relacionaba con fuerza y
proyección para volar..(M2): Ellos también piensan en ser autónomos en un determinado tiempo, pues eso es
lo que yo les digo.(2H4): Si eso es lo que representa el águila, un águila coge el polluelo y le enseña a volar,
acá nos dan las pautas para guiarnos y saber cómo movernos (C4): Y, ¿cómo te ha enseñado M2 a ser
independiente y a ese volar como un águila?(2H4): Yo creo que desde que llegue me ha dejado hacer mis
cosas, ella me da apoyo pero de una manera diferente, no diciéndome las cosas son así sino dejándome que
yo las haga y en el momento de equivocarme me dice: “mire lo que hace” como para que me reubique”.
(Escenario 4, Nº 61-65) y desde la voz del Asistente de Dirección este aspecto se retoma como:
“(AD)…es importante para nosotros. Es el motor, los principios, por decirlo así. Es el motor familiar que
construye, que la líder, que la defiende que es la que gestiona. La que llama al Director para que se vayan de
paseo a algún sitio. Pero no con plata, no con recursos físicos sino también con recursos humanos como
afecto, amor que es importante…” (Escenario 2, Nº 93)
Adicional a esto existen varios aspectos de relevancia para la organización de la Aldea que
están complementados por referentes culturales y sociales, como son: que en las relaciones dadas en
un contexto de familia se debe mantener el vínculo indefinidamente en el tiempo, o también que en
el núcleo familiar son los padres quienes hasta un determinado momento de la vida representan a
sus hijos, esto en términos de proveer diversos aspectos a nivel emocional, económico y material;
en las familias de la Aldea basadas en el modelo familiar monoparental como ya se menciono, se
incorpora el estereotipo en donde es la madre quien termina asumiendo esta labor de representación
y liderazgo, es el principal eje de la experiencia vincular en la familia, siendo la narrativa dominante
que ella desde su rol debe repercutir y de cierto modo garantizar la transcendencia en el tiempo de
las relaciones generando en los niños o jóvenes la necesidad de regresar y renovar la relación. Al no
cumplirse esta expectativa organizacional, se piensa que esta figura no tiene la disposición necesaria
para dar cuenta de este rol, ingresando los niños y jóvenes en estereotipos en los que son leídos
desde la pasividad, pues dentro de la concepción cultural ellos son comprendidos como inmaduros
para tomar decisiones correctas para su vida, situación por la cual en algunas ocasiones su voz no es
legitimada. Aunque en los relatos de los niños y jóvenes no emergió la narrativa de la madre como
principal actor encargado de garantizar la continuidad del vinculo en el tiempo, si se puede
interpretar que asumir a la madre como única responsable de esto, deslegitima el proceder de los
niños y jóvenes y se está perdiendo de vista la complejidad de la ecología vincular, pues como lo
plantea Estupiñán, Gonzales y Serna (2006) en cuanto a la dimensión experiencial de la
construcción narrativa del sentido y organización de los acontecimientos y experiencias vividas, la
producción interactiva de la narración mantiene y trasforma a personas y relaciones. Continuando
con la idea de la importancia de retomar la voz de los niños y los jóvenes en los procesos de
acogida, Wilson y Conroy (1999) estudiaron la percepción de niños/as acogidos en familias
sustitutas y afirman que, estos tienen una percepción más alta de ser amados y protegidos que los
niños/as que se encuentran en centros de protección, no obstante solicitan que su voz sea tenida en
cuenta para la elaboración de sus planes de estadía ya que menos de la tercera parte ayudaron a sus
asistentes sociales a decidir sus metas de permanencia. Los/as niños/as expresaron como queja la
manera en que fueron tratados por los tribunales de niño/as, sintiendo que nadie los escuchaba en el
tribunal o que el acto fue tan complejo que ellos no entendieron lo que sucedía.
En relación a lo anterior se puede afirmar que en la configuración de los sentidos de
identidad familiar se aprecian procesos en los cuales los miembros de la familia de la Aldea se
narran y comprenden según el rol estipulado por la organización, que al interactuar en los diversos
contextos se definen y connotan desde determinado estereotipo que posibilita la experiencia y la
identificación propia y publica, narrándose, sintiéndose y aceptando dicho rol, pero el asumirse
como miembro de una familia de Aldea no se da con inmediatez al ingresar a la organización o
recibir un rol especifico (madre, tía, hijo/a) sino que emerge solo en el proceso interaccional y
relacional, pues el disponerse para encarnar ese rol tiene un efecto en la configuración misma del
vinculo con los otros miembros de la familia de la Aldea, incluso en cómo se presenta frente al resto
de la comunidad y la organización. Esta comprensión parte de un supuesto del construccionismo
social donde se afirma que los esquemas, los sistemas de creencias, los mismos objetivos e
intenciones, así como los sentimientos y las emociones, se estructuran y se mantienen en la
interacción social. Por lo tanto los procesos que dan cuenta de lo que se denomina mente o self, así
como el comportamiento interactivo, están vinculados a los contextos conversacionales (Ugazio
2001).
Pero este proceso solo es posible por medio de la construcción de una figura que integra y
transciende los roles, dando cuenta de la recursividad narrativa emergente del self que negocia con
el contexto muchas de las comprensiones y sentidos de la experiencia de las familias de la Aldea,
permitiendo la configuración del sí mismo, al respecto Munné (2000) y Ugazio (2001) afirman que
si bien la identidad es cambiante y posee un aspecto dinámico también tiene una dimensión una
poco más consistente y continua, siendo la mismidad el punto de integración y conexión con un
componente más móvil que es el self el cual se caracteriza por tener mayor plasticidad y pluralidad,
poniéndose en juego en los diversos contextos auto-heterorreferentes donde se construye
conversacionalmente la realidad.
El sentido de pertenencia emerge desde diversas configuraciones que están matizas por los
contextos familiar y organizacional, pues en las historias de las madres se anota que este sentido se
logra entregando responsabilidades a los jóvenes, brindándoles confianza, haciéndolos sentir
participes en las decisiones familiares, proceso que se va arraigando y fortaleciendo con el tiempo.
Dentro del contexto de la Aldea este sentido de pertenecía constantemente se ve desafiado en
nuevas exigencias, pues la nueva población de niños que llegan de mayores edades y por periodos
cortos de estancia en la organización, define nuevas estrategias en la experiencia vincular, así en
los relatos de las madres se reitera el agotamiento que sienten con aquellos que no se ciñen a las
directrices establecidas dentro de la organización, connotándolos desde la rebeldía, particularidades
que hablan de la complejidad que se da dentro de las relaciones familiares de la Aldea como en
cualquier familia y que dan cuenta de narrativas dominantes que cristalizan nuevas posibilidades de
narrase y de comprender el narrar del otro. Una de las jóvenes comparte su experiencia de la
siguiente forma: “(2M1) Para mi va a ser muy duro, porque cuando llegue a la casa donde viva ya no va a
estar la persona hay para preguntarle ¿cómo le fue?, porque uno está acostumbrado que llega del colegio
dice hola y alguien está pendiente de cómo me fue, yo le digo a mi mamá usted nunca en mi vida va a dejar
de ser mí mamá porque usted es la única que tengo, es el apoyo que yo nunca tuve, porque ella está conmigo,
es la que me apoya, la que me ayuda, con la que yo puedo contar cuando tengo algún problema, y sé que me
va a dar muy duro porque ella siempre va a ser mi mamá así ella no sea mi mamá, aunque mucha gente me
diga que ella no es nada mío yo a ella la siento como mi mamá. Cuando visitamos la familia de ella y nos
encontramos con sus sobrinas yo les digo que son mis primas porque ellas me hacen sentirlo así”
(Escenario 4 No 170)
En contraste, el relato de la madre da cuenta del sentimiento de frustración con respecto al
no sentirse validada en la experiencia cuando los niños o jóvenes no corresponden a sus
expectativas cuando salen de la Aldea antes de lo establecido, dando cuenta de discursos
dominantes de la organización con relación a las alternativas de construcción de vida en la narrativa
de “con nosotros puede estar bien o afuera sufriendo”, lo que da a entender que hay niveles y
dominios diferentes de significados que están en contradicción y congelando la posibilidad de
narrarse y narrar al otro desde la posibilidad, como Estupiñán, Gonzales y Serna, (2006) afirman al
decir que los relatos construyen el conflicto o problema fijando identidades, participaciones y
responsabilidades de las personas en aquellos, tienden a generar pautas de comportamiento que
confirman el relato; cuando se configuran procesos narrativos en que los actores se contradicen y
descalifican entre sí, las pautas de relación que se generan entre tales autores, tienden a cristalizar,
rigidizando los marcos morales utilizados para comprender y evaluar los roles de los personajes. En
esto, las personas quedan deslegitimadas y presas en el relato de los otros, incapaces de participar
en la construcción de su propia legitimidad.
Otra narrativa dominante que hace parte de la configuración de los sentidos de identidad
esta en relación con el objetivo de la organización de ofrecer un entorno que favorezca la formación
de los jóvenes, esperando que lleguen a ser autónomos y productivos, es por esto que el hecho de
que alguno de ellos no alcancen las condiciones establecidas por la Aldea cuestiona lo construido en
la posibilidad de ser familia en la Aldea desde la óptica de la generatividad. Aquí la experiencia
vincular esta inervada por una serie de significados y sentidos organizacionales que se han
construido en relación a la proyección de los jóvenes al independizarse de la Aldea, cuando esto no
se da acorde a lo esperado por la organización, el mismo vinculo se ve desvirtuado, afectado y
desafiado para validarse en sí mismo y transcender a las expectativas y los estereotipos que hablan
de historias culturales que leen al joven desde la productividad; al respecto uno de los Asistentes
juveniles afirmo: “… a nivel personal cuando no se cumple las metas que ha tenido propuestas que
nosotros también nos propusimos con el joven hay cierto grado de frustración porque lo ideal es que todos
los jóvenes terminen, terminen sus carreras, salgan con un trabajo, que el día que salga de esta institución
que esté bien, con un buen nivel de vida bueno, con sus metas satisfechas, pero en el caso de una niña que
este embarazada uno dice Dios mío que va a pasar con esta niña ahora?...”; En uno de los escenarios se
retomo la situación de la siguiente forma: “(CA1): ….¿Qué es lo que hace que los chicos se vinculen o no
de determinadas formas a la institución?, y eso se traduce en la pregunta, ¿Qué es lo que hace que unos
vuelvan cuando se van y que otros no vuelvan… (M1): …Yo pienso que eso no es de hoy a mañana eso es con
el transcurso del tiempo con los lazos afectivos que se van dando con la familia…uno les da a todos lo
mismo, o sea afecto buen trato, el cariño, lo mejor que uno tiene para dar, pero así como dice, como
cualquier familia unos son mas agradecidos que otros, entonces hay, uno de mamá también se hace esa
pregunta, ó sea ¿eso en que va? (CA1): Tú te la contestas como en todas las familias unos hijos son más
agradecidos que otros. (M1): Si (CA1) ¿Cómo cree que se la contesta el equipo que trabaja con ustedes, los
psicólogos?, ¿aquí hay psicólogos pedagogos? (M1) Pueden pensar que no hubo entendimiento, que no hubo
afectividad, que falto más compromiso. (CA1) ¿De quién? (M1) De parte y parte, más que todo yo pienso que
de los muchachos hacia uno por qué o también de la mamá, porque hay mamás que son más comprometidas
que otras. (CA1) ¿Cómo las mamás de vida de afuera?(M1) exacto, si señora. (Escenario 5 No
49,50,51,52,53,54,55,56,57); pero al retomar las experiencias subjetivas de cada uno de los
miembros del equipo de profesionales de la organización haciendo referencia a sus familias
biológicas, se permitió la emergencia de una amplia gama de posibles historias de vida que pueden
construir los jóvenes sin tener la connotación de fracaso, dando la opción de comprenderse solo
como historias de vida diferentes sin que esto implique juicios de valor, generando así aperturas
para experiencias de autonomía donde se facilite el espacio para la toma de decisiones de forma
libre y tranquila. Esta narrativa subdominante requiere potencializarse de forma tal que se valide la
diversidad, favoreciendo espacios para que los miembros de la Aldea, especialmente los jóvenes,
puedan tener experiencias de individuación que favorezcan la autonomía y el bienestar. La narrativa
subdominante emerge en la narrativa de uno de los asistentes juveniles quien expresa: “(A1): yo
quisiera hacer el paralelo de mi familia y este modelo de familia y si bien hay muchas semejanzas yo quisiera
señalar esas grandes diferencias que hay, que hacen que el modelo familiar en muchas ocasiones se
desvirtúe, y eso lo pienso en particular en mi familia y cuatro de mis hermanos no estudiaron y cuatro de
ellos quedaron solamente con bachiller, si por ejemplo si cuatro de ellos se quedaron solamente como
bachilleres, como los de la flaca, salieron como bachiller sería un fracaso…(M1): para la mamá. (A1): Si
para la mamá, en mi casa seguramente no se considero un fracaso, se considero como algo normal y natural
dentro de las decisiones que una persona puede tomar dentro de su propia vida, pero aquí no es normal, en
muchos casos seria como fracaso o éxito, y la situación es como condenatoria… (Escenario 2 No 121, 122,
123)
En medio de este contexto saturado de historias dominantes, las madres y los jóvenes
narrativamente co-contruyen y se validan en la experiencia vincular reactualizándose en el lenguaje.
Por ello el sentido de pertenencia emerge en la vivencia de ellos, viéndose reflejado en las practicas
que cada quien configura con el otro a partir de la diversidad del sí mismo y que al ser cuestionadas
en algún momento ya sea por la organización o por un miembro de la familia de la Aldea, suscita
para quienes las viven, malestar, emergiendo una movilización emocional que da una lectura de
lealtad, que refleja el sentimiento de pertenencia.
El Ser Madres es un Compromiso de Vida
Los diseños y ejercicios metafóricos como la construcción del escudo familiar favorecieron
la emergencia de relatos en relación a la experiencia vincular dando cuenta de los sentidos de
identidad familiar y de pertenencia, en donde a nivel pragmático los relatos de las madres sobre su
trabajo en la organización dan valor al significado que adquiere esta experiencia de ser madres en la
Aldea en sus proyectos de familia, apreciándose como un motivo y proyecto inicial de trabajar y
vincularse laboralmente con la Aldea, que se fue revaluando y adquirió progresivamente un sentido
diferente al inicial cuando se ingresó. Para la madre en la definición de sí misma, esta evolución de
su relato juega un papel trascendental por el compromiso de vida que establece y que supera el rol
esperado por la organización e incluso para ella misma siendo algo espontáneo, en este proceso se
configuran nuevos sentidos con referentes como la unión, el amor y la fraternidad, que nutren las
relaciones familiares dando cuenta de la experiencia vincular y cómo esta se reactualiza diariamente
en la interacción. Las relaciones familiares descritas por ellas son construidas con la intencionalidad
de superar el momento histórico de estar en la organización transcendiendo los estereotipos o las
expectativas del contexto social, es así que estas memorias de disposición son parte del self,
entendido por Ugazio (2001) como biografía personal, que tiene como objeto la posición del
individuo en las diversas narraciones de las que forma parte, narraciones que se refieren a su vida y
a los demás, ya que el self es una forma narrativa y su misma unidad coincide con la disponibilidad
en su propio repertorio, de narraciones que ligan las diversas historias entre sí y con otros.
Esto se ve reflejado a nivel pragmático, en las rutinas familiares que dan una connotación
especial al vínculo que emerge en la interacción entre todos los miembros de la Aldea, donde
relatos sobre el compartir y el estar juntos hablan de sentidos de identidad familiar, de pertenecer y
permanecer, en donde se construye una forma diferente de narrar la relación que transciende el
nombrarse madre por el estar juntos, aunque no se sean madre, hijo o hermano, un ejemplo de esto
se refleja para el ingreso de un nuevo miembro a la familia de la Aldea, en donde se configura un
rito que simbólicamente da cuenta del nacimiento de un miembro que es la representación de la
llegada de un niño a la familia; practica similar a la que se vive en los demás sistemas familiares
mostrando cómo se reorganizan los roles, y como estas acomodaciones se dan independientemente
de lo establecido o esperado por la organización, estas prácticas adquieren una connotación desde lo
simbólico que narrativamente construyen un realidad rica de sentidos de identidad y de pertenencia
renovando la configuración del sí mismo, aspecto que Cyrulnik (2002) retoma en lo vincular, al
afirmar que la transición no es únicamente para el niño sino también para su madre sustituta, pues la
disposición ante un hijo está desde antes de incluirlo en el mundo personal (bien sea que haya
nacido o no) delineando varias características de la relación, por lo que revisar los relatos que se
tejan ante la llegada de ese otro a casa, no solo desde el niño sino desde su cuidador principal,
configura el medio en que se estará desarrollando y el cómo de esos intercambios. La trabajadora
social afirma: “(TS)…Por ejemplo en el proceso de acogida de un niño yo soy la que estudio los casos, la
que traigo el niño, la que hace ese proceso. Pero la parte importante la hace la mamá pues ella es la que
habla con los chicos, hace las reuniones familiares, pero en la intimidad de la casa es ella quien empieza a
construir esos lazos, cuando lo lleva al colegio, cuando él siente que él es importante y logra hacer esos
vínculos…” y una acompañante juvenil agrega: “(A2)…Así como mi mama nos preparo a nosotros
diciendo que va a nacer y nos trajo esa idea tan bonita inculcando antes de nacer el amor por ese hermano,
así igualmente lo hacen las mamas en aldeas. Yo estoy segura que abra muchos niños que antes de conocer el
hermano nuevo o miembro de la casa ya le están tomando cariño, como la expectativa, como la
ilusión…”(Escenario 2 No 26,27,28) y “(A2): Yo creo que ayuda también un poquito la actitud que asume
la mamá, yo he escuchado muchas mamás cuando tienen acogidas que dicen hoy estoy de parto hoy empiezo
parto, si llega las cuatro o sea a las cuatro es la acogida nace a las cuatro, entonces todo empieza también
como en la actitud que asume la mamá con esa emoción esa alegría y yo he visto varias mamás diciendo
venga vecina la invito a la cogida venga a mi parto, entonces como esa emoción así como esa mamá
biológica que se prepara para la llegada de un nuevo ser” (Escenario 5 No 95) Lo anterior es asumido por las madres de la Aldea quienes se posicionan como responsables
de la formación de sus hijos, retomando para esto aspectos del manejo de la disciplina y de los
limites, de forma tal que les indica y trasmite desde su comprensión y rol, como debe ser el
proceder de ellos, expresando interés por su cuidado y protección, lo que se conecta a lo referido
desde la propuesta vincular de Byng-Hall (1999, citado por Hernández y Bravo 2009) al hablar de
los factores asociados a la base de seguridad, que son una conciencia compartida de que las
relaciones de apego son importantes y que el cuidado de los demás es una prioridad además de la
creencia de que los miembros de la familia se deben apoyar y cuidar mutuamente. De este tipo de
experiencia los jóvenes y niños/as de las familias de la Aldea resaltan en el proceso conversacional
de los escenarios, sentidos y significados relacionados con la alegría, satisfacción, el apoyo
incondicional, la confianza y amor que experimentan al ser parte de las familias y de poder sentirse
reconocidos y pertenecientes a dicho grupo. Una joven de las familias de la Aldea expresaba su
experiencia en los siguientes términos: “(1M2)…Los muñequitos representa la unión, el amor de la
mamá y también de los niños hacia la mamá, la casita supone que si uno tiene problemas uno le
puede contar a un miembro de la casa y las imágenes representa el amor porque estamos todos de
la mano…”(Escenario 4 No 78)
Una expresión de este proceso se ve en las practicas familiares que resaltan desde los
relatos de los jóvenes la intimidad, el aprendizaje y la cercanía, como juegos familiares que dan
calidez a las relaciones establecidas y a las experiencias vividas, como por ejemplo el uso del
dialogo para solucionar problemas, acciones que son parte de su convivencia y que va mas allá de lo
determinado por la connotación familiar, prácticas que se constituyen como constructoras del sí
mismo en relación con el otro. De modo que en estas historias se aprecia que el sentido de identidad
familiar y de pertenencia se construye en la reciprocidad de significados, que en la configuración de
los sentidos atribuidos a la experiencia vivida emerge recursivamente en la cotidianidad del sistema
familiar de la Aldea.
En este proceso conversacional donde se configura de forma colectiva el sentido de
identidad familiar y de pertenencia se parte de una historia de vida que trae consigo cada uno de los
miembros que ingresan a la Aldea en calidad de empleado o de beneficiario del programa, a partir
de las cuales han desarrollado diversas estrategias que les han ayudado a organizarse ante las
demandas que enfrentan al configurar su experiencia como familia del contexto organizacional,
siendo el ejercicio autorreferencial de los escenarios conversacionales lo que connota y resignifica
esa experiencia, en donde la identidad emerge como un elemento principal en la lectura de las
relaciones, pues los sentidos construidos dan cuenta de cómo cada quien se acopla y actualiza su
experiencia narrativamente, resaltando sentidos de autonomía, recursividad y negociación en los
roles, desprendiéndose ciertos ordenes de significado que también configuran su postura vital y
disponen que su interacción se de de forma recursiva y continua, proceso que da cuenta de un
consenso social solo posible en la conversación pero que también habla del sentido de pertenencia
que puede emerger entre los miembros de las familias o incluso de forma amplia entre los miembros
de la organización. Así mismo el sentido de pertenencia se nutre en el sentirse reconocido en la
familia, que recursivamente emerge en la forma de relacionarse, independientemente de si se es tía
o madre, pues lo significados se construyen al narrarse y ser narrado de acuerdo a la experiencia
vivida y a los órdenes que constituyen los sentidos de ser madre o tía en el contexto familiar.
De esta manera el narrarse permite confirmar su experiencia de vida y reafirmarse de
manera recursiva con su familia, reconfigurando igualmente los sentidos de identidad del colectivo
familiar del que hacen parte. Este sentido de identidad familiar se refleja en como las familias de la
Aldea están organizadas en su interior por una jerarquía que les permite disponerse de acuerdo a
unos significados consensuados que validan que algunos de ellos asuman la autoridad en ausencia
de la madre, la persona designada tendrá la responsabilidad de garantizar el cuidado y la protección
de los otros miembros del sistema, esto se relaciona con el sentido de pertenencia al tener implícito
el reconocimiento de que el otro es importante y en este sentido se hace necesario su cuidado y
protección, las expresiones afectivas en las cuales se reconoce la forma en que el otro es
representativo favorece la emergencia de narrativas de connotación positiva frente a la forma de
relacionarse y comprenderse como soporte afectivo los unos de los otros.
En la actualidad la organización está haciendo frente a demandas que hace que cuestione su
proceder ante las familias y los macro contextos sociales por el nuevo vínculo con el ICBF lo que se
refleja en las nuevas configuraciones de las relaciones, trascendiendo los presupuestos y referentes
tradicionales del contexto, exigiendo a la organización y a las familias la emergencia de novedosas
formas de relacionarse para continuar fortaleciendo el sentido de pertenencia en los miembros de las
familias. Es en la cotidianidad y en los significados construidos que dan cuenta de esa experiencia
en la Aldea, donde se puede comprender como los procesos de identidad evolucionan y enriquecen
la realidad construida en el lenguaje; ya que en el actuar la Aldea demuestra que no es una
organización como todas y no son familias como todas, y que se constituyen con la pretensión de
generar procesos de autonomía y de vinculación. Entendiéndose esta autonomía como la capacidad
de los miembros de las familias de valerse por ellos mismos como seres independientes pero que se
configuran en las relaciones interpersonales. En relación a lo anterior, otros aspectos que nutren el
sentido de pertenencia en la configuración de las familias de la Aldea son las experiencias
recursivas de los miembros de la organización, donde retomando la subjetividad se da apertura para
asumir de forma flexible las situaciones que se van presentando, permitiendo que en la organización
emerja mayor generatividad a partir de cambios enriquecedores en la construcción narrativa del
vinculo, flexibilidad para responder de acuerdo a las demandas especificas del momento sobre todo
en los procesos de desarrollo e individuación de los hijos/as, pues las comprensiones sobre como
acompañarlos están construidas de acuerdo al momento vital en el que se encuentran.
La posibilidad de validar y comprender las familias de la Aldea de diversas formas facilita
la construcción de narrativas de cambio y de posibilidades de bienestar y autonomía en donde se
construye a través de la diferencia. Esto representa una invitación para rescatar lo sencillo, lo
esencial de la propuesta que hace la Aldea en cuando a poder ofrecer un ambiente de cuidado y
protección para niños/as y jóvenes que lo necesitan, facilitando así la recursividad entre la forma
como se vive y cómo se narra, nutriendo la configuración del sí mismo; esta narrativa emergente
posibilita el sentir mayor tranquilidad ante lo vivido y comprender la riqueza de las diversas voces
que narrativamente construyen una forma de ser familia o de trabajar en la Aldea, pues en este
contexto se establece vínculos particulares que enriquece la complejidad de los seres humanos, pero
que en ocasiones por las voces institucionales no solo de la organización sino de otros entes puede
representar un obstáculos que limite desarrollar lo propuesto. Un acompañante juvenil lo expreso de
la siguiente forma: “(A1): yo quisiera hacer el paralelo de mi familia y este modelo de familia y si bien hay
muchas semejanzas yo quisiera señalar esas grandes diferencias que hay, que hacen que el modelo familiar
en muchas ocasiones se desvirtúe, y eso lo pienso en particular en mi familia y cuatro de mis hermanos no
estudiaron y cuatro de ellos quedaron solamente con bachiller, si por ejemplo si cuatro de ellos se quedaron
solamente como bachilleres, como los de la flaca, salieron como bachiller sería un fracaso…(M1): para la
mamá. (A1): Si para la mamá, en mi casa seguramente no se considero un fracaso, se considero como algo
normal y natural dentro de las decisiones que una persona puede tomar dentro de su propia vida, pero aquí
no es normal, en muchos casos seria como fracaso o éxito, y la situación es como condenatoria… (Escenario
2 No 121, 122, 123)
Relatos de Tiempos Paralelos y Realidades Posibles con Relación al Sentido de
Permanecía
En el proceso conversacional en relación a la construcción narrativa de los vínculos
emergieron historias en donde el sentido de permanencia se aprecia anclado a un referente de
temporalidad y es un punto de partida para la comprensión del self en el lenguaje, ya que este se
actualiza en relación al presente y de forma simultánea se proyecta dentro de esa praxis lingüística,
en este sentido la familia biológica es evocada por la voz de los niños/as y jóvenes desde una
comprensión como única y “real”, relato que se asocia a sentidos de seguridad en la continuidad
del vínculo. El proceso narrativo tiene un sentido social donde la construcción de la realidad solo es
posible en relación a otros, al respecto Ricoeur (1999) explica que el relato implica la posibilidad
para las personas de encontrarse en un “ahora” compartido, situación que se expresa en lo público y
les permite conectarse con el mundo.
Cabe destacar como algunas narrativas privilegiadas en relación a la vinculación familiar de
los miembros de la Aldea acogen el papel del tiempo como un elemento relevante para la nutrición
de los mismos, permitiendo que los relatos de la experiencia sean encadenados a partir de la
recursividad y reflexividad en el sí mismo de modo convergente, brindando soporte a la
configuración de una identidad donde “el sí mismo es la forma en que nos relatamos, explicamos,
hablamos sobre nuestras acciones” (Madison, 1988 citado por Anderson, 1999). Estos relatos de
identidad a partir de la experiencia que han venido teniendo en la familia, se configuran de manera
colectiva apreciándose en las historias la unión de estás en el tiempo por una experiencia que las
convoca en la diversidad de voces que constituyen al grupo familiar, “Vivimos nuestras narrativas y
nuestras narrativas devienen nuestro vivir; nuestras realidades devienen nuestras historias y nuestras
historias devienen nuestras realidades” (Anderson 1999, p. 282).
En este ejercicio de construcción vincular en las familias de la Aldea se establecen una serie
de sentidos para la identidad que implica dar cuenta del sí mismo en lo que Ricoeur (1996 p.113)
indica “… el conjunto de signos distintivos que permiten identificar de nuevo a un individuo
humano como siendo el mismo. Por los rasgos descriptivos que vamos a expresar, acumula la
identidad numérica y cualitativa, la continuidad ininterrumpida y la permanencia en el tiempo”, es
así que las construcciones de la realidad son definidas por las formulaciones conjuntas dadas en la
sociedad y aceptadas por los individuos, donde el ejercicio conversacional y las interacciones en los
diversos contextos que ofrece la Aldea, permite configurar los sentidos de identidad para los
miembros de la organización y comprender el modo como la vinculación se enriquece y configura
de manera narrativa y recursiva.
En los relatos de la organización se aprecian historias donde el sentido de permanencia está
anclado al sentido de identidad familiar y al de pertenencia, no solo en narrativas de tiempo
cronológico, refiriéndose que al llevar mayor tiempo en la organización se establecen vínculos más
perdurables, sino además relacionado a un actor determinante en la relación que es la figura
materna, pues ella es un eje modulante y generativo en las relaciones establecidas en las familias de
la Aldea. En estos relatos de la organización se aprecia una comprensión del vinculo entre madre e
hijos, el cual debe configurarse a través de sentidos de apoyo y reconocimiento que superan lo
estipulado por la misma organización; desde la disposición de las madres, dando más de sí mismas,
con el propósito de que la relación perdure y se nutra; esto se refleja en el relato emergente del
Director para quien el mantenimiento de la relación entre una madre y los egresados del programa
da cuenta de un vinculo perdurable; narrativa dominante en la organización ya que esta valora y
evalúa la eficacia de la vinculación desde una interacción frecuente entre el joven y la madre luego
de iniciada la etapa de independencia en la que se lee el vinculo desde la posibilidad de que este
perdure.
En este sentido la historia del tiempo compartido se comprende como un determinante para
la construcción de vínculos permanentes, esta ponderación que se realiza desde la experiencia de
una madre de la Aldea entra en discrepancia con las nuevas condiciones de la organización,
cuestionándose como se puede generar vínculos con los niños y jóvenes cuando algunos de ellos
están llegando a la Aldea de edades avanzadas y con poco tiempo para construir una relación que
perdure, donde el relato dominante reduce la posibilidad de vivir el vinculo que emerge en las
relaciones más allá del tiempo en que se convive lo que hace pensar que el tiempo es comprendido
como lineal y desprovisto de un sentido recursivo como lo refiere Ricoeur (1999) afirmando que
del encuentro de las personas emerge el tiempo. Carácter que se pone en relieve narrativamente
cuando surge la relación entre la acción y el orden del mundo. Esta relación muestra claramente la
conexión que existe entre el tiempo abstracto y el “estar en el tiempo” actuándolo. Se trata del
momento en que la acción posible pasa a ser presente. En esta línea, el sentido de permanencia
inicia en el tiempo abstracto donde emerge diversidad de órdenes de significados que se configuran
en la narrativa y se concretan en la interacción. Al respecto una mamá de la aldea expresa: (M1) “y
no es porque no ha habido lazos, en el caso mío siempre hay lazos, porque a pesar del poquito tiempo que
estuvo, porque él se iba y sin embargo cuando volvía me preguntaba que hubo tía, ya no me decía mamá, me
decía tía, ¿hola como estas? y yo le respondí que bien, le preguntaba si estaba estudiando que hacía, yo
sentía que algo de mi quedo en él, en ese poquito tiempo” (Escenario 2, Nº 60)
Por otro lado desde la voz de la organización emerge un relato privilegiado y es el
cuestionamiento en relación al no cumplimiento de los jóvenes en las condiciones establecidas para
el proceso de la Aldea, no solo las etapas que tiene la Aldea establecidas dentro de su desarrollo
sino también el no cumplimiento de las expectativas que se tienen sobre el futuro de los jóvenes.
Este aspecto nutre la configuración de los vínculos entre el joven y la familia, de manera que la
narrativa vincular está configurada por una serie de significados y sentidos organizacionales que se
han construido en relación a la proyección de los jóvenes al independizarse de la Aldea, cuando esto
no se da acorde a lo esperado por la organización, el mismo vinculo se ve desvirtuado, afectado y
desafiado para validarse en sí mismo y transcender a las expectativas. Desde la voz de algunos
niños/as y jóvenes la salida de la organización adquiere un sentido de libertad, y aunque no es claro
cuál es su proyección en relación al vínculo con las personas que hacen parte de su familia de la
Aldea, expresan que es posible que vuelvan a la organización buscando reencontrarse en esa
relación. De esta forma el sentido de permanencia en relación al vinculo se encuentra mediado por
situaciones meta contextuales que se manifiestan desde los intereses de la organización, de las
madres de las familias de la Aldea e incluso de la sociedad, que atañen y remiten a una proyección
que se tiene y que media en el presente y en el curso de las acciones en el futuro frente a lo vincular.
En este mismo sentido los relatos de las madres de la Aldea dan cuenta de la emergencia del
sentido de permanencia del vinculo no solo con los hijos/as que se tiene actualmente, sino evocando
los hijos/as que han salido del programa, sentido que como se menciono anteriormente también está
configurado desde la narrativa organizacional; la experiencia vincular de las familias de la Aldea, es
algo que necesariamente se construye en el tiempo y en el contacto, y esta construcción del vinculo
bajo la denominación de familia o relación madre hijo, retoma los sentidos de permanencia del
vinculo equiparándolos a la experiencia de haber construido “lazos” en el tiempo que se compartió,
aunque haya sido cortó; este contexto favoreció la emergencia de una narrativa subdominante
acerca del sentido de permanencia del vinculo, la narrativa está asociada a la posibilidad de
mantener el contacto y reactualizar el vinculo, aun cuando este definido por otros parámetros mas
allá de vivir en una misma casa de la Aldea.
En esta misma línea, las memorias emergentes destacan como desde un marco
comprensivo, los sentidos de permanencia del vinculo están descritos por parte de los miembros de
la organización (empleados) como el hecho de que los jóvenes vuelvan a la Aldea, relato que por
medio de los escenarios reflexivos donde se pudo retomar la dimensión subjetiva o instituyente de
las relaciones fue susceptible de pensarse de forma alterna a lo tradicional, al respecto en los
escenarios de la investigación intervención se referenciaron experiencias en las cuales era probable
que un hijo/a no volviera pero eso no significaba que no se hubiese construido el vinculo con la
madre o la organización, este relato que sobresale como una alternativa que permite la emergencia
de relatos alternos y brinda posibilidades diversas para la experiencia vincular, donde el sí mismo se
configura narrativamente en relaciones que apelan a lo simbólico y que no necesariamente implican
lo tangible para establecer un vinculo, si no, desde la dimensión semiótica y la simbolización
abstrae y proyecta un sentido que genera una experiencia alterna al encuentro físico en la
configuración vincular. Las narrativas organizacionales retoman el tiempo lineal (cantidad de
tiempo compartido) como categoría determinante para la configuración del vinculo, sin embargo
durante el proceso conversacional emergieron relatos subdominantes, donde el tiempo que el/la
joven estuvo dentro de la Aldea fue poco, pero que, cuando este volvió mostró interés por las
personas con las que convivió, lo cual en relación al sentido de permanencia del vinculo puede
interpretarse como, que el tiempo compartido es uno de los diversos elementos que entran en juego
en la experiencia vincular y no el único.
Pensar en los sentidos de permanencia del vínculo entre los miembros de las familias de
Aldea aun cuando los jóvenes deben salir de la casa porque terminan una etapa, le implica a la
organización y de forma específica a los hijos/as y madres reestructurar y resignificar los sentidos y
significados que configuran la experiencia vincular. Esta situación de salir de la familia de la Aldea
porque se pasa a comunidad juvenil, convoca a pensar que la familia tradicionalmente es
comprendida como un refugio, fuente de cuidado y protección, y la experiencia de los jóvenes que
están próximos a salir de este contexto, hace comprensible que vivan una serie tensiones, que en
algunos casos plantea dilemas frente al proceso de autonomía que experimenta todo ser humano.
El relato sobre la posibilidad de que los jóvenes cuando salgan de la Aldea mantengan el
contacto con sus familias de la Aldea por medio de visitas o llamadas sobresale como una demanda
y también como una representación de la permanencia del vinculo donde se equipara a sentidos de
seguridad para los jóvenes, la madre y la organización, como se destaco en otro aparte, esta
narrativa dominante evoluciona a la presencia de algunos relatos subdominantes donde se brinda la
posibilidad de vivenciar el sentido de permanencia del vinculo de forma alterna a las expectativas
de los contextos descritos, donde la postura subjetiva en las compresiones de algunos miembros del
equipo sobresalió a través de lo que significa apoyar a los jóvenes egresados, esto en la dimensión
pragmática le ha implicado al equipo de la Aldea tener disposición y recursos para ayudar a los/as
jóvenes que solicitan un apoyo. Aspecto que implica una adaptación en la organización frente a su
papel en el desarrollo de los jóvenes que están en condición de vulnerabilidad pero que también
implica una revisión de lo vincular precisamente desde la connotación de carencia, que como lo
anota Imber – Black (2000) define el curso de la relación desde el relato que se construye con el
joven. Dos miembros del equipo de la Aldea opinan al respecto: “(A1) yo quisiera decir algo que me
parece importante y es que la puerta nunca se ha cerrado del todo, porque eso también pasa mucho por la
personalidad de la persona, que está liderando la organización y en este caso de Aldea y nosotros como
equipo pedagógico hemos criticado a D en que sea tan paternalista con los muchachos en que sea tan
alcahueta con ellos y en muchas ocasiones nos ha callado la boca diciéndonos es que ellos no tienen más
opciones pues esta es la familia de ellos… esto lo hago para decir que no es exclusivamente de una mirada
externa si no es para que haya conciencia que esta es la familia de los muchachos y que ellos no tienen otras
opciones y otros referentes familiares. (D) si, es que una familia particular cuando sus hijos están mal
regresan a la casa, por ejemplo con el desempleo que se ha dado, si una familia particular normal a donde
llega a la casa, inclusive mi papá hizo mismo lo hizo con algunos de mis hermanos cuando se presento una
situación dolorosa… eso es lo que tenemos que hacer, no tienen otras posibilidades, saben a dónde llegar, a
la puerta de mi casa, yo soy quien recibo esa quejas, D no tengo para el arriendo, es que tengo a mi niño
enfermo, es que D representa incluso si no está la mamá bien sea yo o el D que sea, es quien representa
como la protección la ayuda, como el papá que me brindo la Aldea y los muchachos afortunadamente lo han
sentido así, para mí esto pesa tanto y lo acabo de hablar en la reunión nacional que nosotros teníamos un
poco de holgura con el presupuesto como que podríamos hacer más gastos, hoy no y yo preguntaba de donde
sacamos dinero para un muchacho que nos llegue en esta situaciones, de donde los sacamos porque nosotros
somos su familia… (Escenario 2 No 75, 76)
Sin embargo es de anotar que las narrativas en relación a lo que se espera de los jóvenes
cuando terminan su proceso en la Aldea dan cuenta de horizontes de acción que se establecen desde
la narrativa organizacional y forman parte de un proyecto evolutivo cimentado en la idea del
hombre/mujer productivo, y en este sentido responde a consensos sociales que son imperantes en
sociedades que se configuran para el trabajo como centro de sus procesos de desarrollo, este aparte
permite exponer las apuestas sociales, que entre las múltiples voces que relatan formas de entender
la existencia. Pero esto también se puede comprender desde el proceso que Haley (1985) describe
como la emancipación o logro de la autonomía, situación que para un joven genera tensión a partir
de la responsabilidad que se adquiere con la propia vida y que en el caso de los jóvenes de la Aldea
que ingresan a comunidad juvenil contrasta con un contexto de protección continua como se
advierte en otros pares que conviven con las familias biológicas, esta transición es un evento que
reorganiza y termina de cerrar algunas líneas en cuanto a la experiencia vincular de las familias de
la Aldea y la construcción del sí mismo en esa configuración permanente de la identidad.
FIGURA SIN NUMERACION
Proceso Hetero y Autoreferencial: Ejercicios Reflexivos en la Construcción de
Comprensiones.
“El relato es un objeto singular que trasciende el discurso. A pesar de ser vehiculizado por la lengua, no puede
ser reducido a ella” Nathan, 1997
Durante el desarrollo de los escenarios conversacionales y como parte del proceso
investigativo-interventivo de segundo orden se mantuvo reiterativamente un ejercicio hetero y
autorreferencial recursivo, el cual permitió la distinción en las emergencias; entendiendo este
término como lo anota Estupiñán (2010, retomando a Von Foerster, 1998) como una noción
secundaria de algo que estaba en primera estancia sumergido y en condición de turbiedad,
indefinición, impersonal y nebuloso, y en el que estamos sumergidos y del que debemos emerger
para convertirnos en aquel que decimos ser, de modo que se alcanza una condensación del sujeto
apreciado en la psique donde en la recursión de este estado emerge la mismidad, descripción que
permite comprender como nos constituimos como seres mediante un proceso constructivo en lo
narrado. Estas emergencias se aprecian en los relatos conforme avanzaba el proceso narrativo
conversacional configurándose de acuerdo a la orientación de los investigadores-interventores y del
contexto de intervención, favoreciendo la emergencia de: historias, memorias y relatos alternos,
estos últimos relacionados con el desarrollo y evolución del cambio en los órdenes semántico,
semiótico y pragmático.
En este sentido White (2002) afirma que, los seres humanos son seres interpretantes que
desentrañan activamente su experiencia a medida que van viviendo sus vidas, sin embargo no es
posible interpretar la experiencia si no se tiene acceso a algún marco de inteligibilidad que brinde
un contexto para su interpretación y posibilite la atribución de significado. De esta manera el
lenguaje, en el relato, constituye ese marco de inteligibilidad derivado en el proceso de
interpretación lo que lo convierte en configurador de la realidad personal y conjunta, determinando
que aspectos de la historia se rescatan o se subrayan. En el contexto de investigación-intervención
este aspecto de interpretación se aprecio con notoriedad en la experiencia vivida de uno de los
investigadores del presente estudio debido a que fue parte del equipo pedagógico de la organización
de la Aldea, desde sus lecturas desarrollo un mapa del contexto que posiciono emocionalmente al
equipo investigativo interventivo desde su postura vivencial, orientando la relación con la
organización de tal forma que en ocasiones el equipo se mostro poco desafiante ante narrativas
organizacionales dominantes que desde la comprensión del fenómeno de estudio, estaban en
relación con las posibilidades de bienestar y autonomía.
Algunos de los aspectos a destacar en este proceso investigativo-interventivo fue la
trascendencia de un relato organizacional asociado a la búsqueda de procesos de mayor impacto en
las vidas de las familias de la Aldea, específicamente en relación a su intención de que la
experiencia de las familias de la Aldea fuera lo más similar posible al desarrollo de una familia de
vinculación consanguínea, este tema como parte de la construcción narrativa de la experiencia
vincular permitió realizar un recorrido reflexivo a través de diversas conversaciones por parte del
equipo en el contexto de las asesorías de la investigación, donde las asesoras de investigación en el
proceso narrativo facilitaron ejercicios reflexivos de segundo orden, espacios de los cuales
emergieron novedades ante la propuesta investigativa de forma recursiva al ejercicio comprensivo e
interventivo, apoyados en los estados del arte documental y contextual donde emergió
progresivamente la importancia de comprender la experiencia vincular, y como las diversas
elecciones de vida de todos los actores, van más allá de los presupuestos o parámetros que impone
una organización con los cuales pretenden favorecer el desarrollo humano o el tipo de hombre o
mujer que se constituyen para una sociedad. Gadamer (2001) refuerza esta idea afirmando que en el
abordaje interventivo no se trata tanto de la supresión de algo que consideramos “está mal” en los
sistemas sino que lo importante es la reincorporación de los sujetos al círculo de lo humano, al
ámbito de la vida familiar, social y profesional, que se cumple por medio de la comunidad de las
personas y más aun de la posibilidad de ser humano desde otros horizontes a los comúnmente
definidos. En este sentido el ejercicio investigativo y sobre todo el interventivo, se dirigió de forma
intencional a cuestionar las narrativas dominantes que podían estar relacionadas con comprensiones
cristalizadas de las posibilidades de desarrollo para los miembros de la Aldea (familias y
empleados), generando espacios reflexivos que favorecieran la emergencia de narrativas alternas
que se conecten con experiencias de autonomía y bienestar.
Este aspecto también permitió comprender en el presente estudio, como esas nociones o
mapas preexistentes que nutrieron la configuración del proceso de investigación determinaron con
facilidad el curso del proceso interventivo, estos relatos de la experiencia de acuerdo a los
consensos y formas de legitimación que se adquirieron en los escenarios de conversación y que
particularmente desde el ámbito narrativo conversacional interventivo invitaron a un nivel de
distinción critica con la finalidad de exponerlos, se apreciaron formas de poder que circulaban y
daban cuenta de meta reglas o meta relatos que organizan la vida de los miembros de las familias y
de la misma organización de la Aldea, lo que nos exigió como investigadores-interventores
sistémicos dar una lectura ecológica y pertinente de la configuración vincular cuestionándonos
nuestro papel como interventores pues también hacíamos parte de esa trama relacional. Un
elemento dinamizador en este ejercicio de cuestionamiento como investigadores interventores fue,
el posicionamiento desde un paradigma que parte del reconocimiento de los fenómenos humanos
como procesos complejos que hacen parte de una ecología amplia que está en constante dinamismo
y que nos exigió como equipo reconocer la incertidumbre como compañera fiel en cada uno de los
ejercicios reflexivos que hacíamos, pero que nos fortalecía para ser más atentos a las líneas finas de
los procesos psicológicos humanos.
El ejercicio autorreferencial también nos permitió un mayor acercamiento a lo que implica
la emergencia del sí mismo dentro de los escenarios de conversación, no como algo definido con
claridad y que se mantiene en el tiempo, sino dando cuenta de la complejidad que implica al
relacionarse con la emergencia de relatos alternos que circulaban como situaciones subdominantes
en los escenarios y que se retroalimentan de forma recursiva, lo que se aprecio con notoriedad
cuando se realizaron aperturas para comprender relatos de algunos miembros de la Aldea o del
equipo investigativo interventivo. En este mismo sentido el ejercicio de investigación-intervención
realizado en la línea de narrativas complementa nuestro proceso de formación como terapeutas, ya
que tuvimos la oportunidad de poner en juego nuestras habilidades clínicas para configurar procesos
interventivos con organizaciones o sistemas amplios como la Aldea, de esta forma nuestra
formación sistémica no es una estrategia de manejo de casos sino una perspectiva desde la cual
quisimos comprender en lo amplio de su complejidad un fenómeno humano como lo es la
construcción narrativa de la experiencia vincular.
Así mismo la experiencia que se adquirió en este ejercicio conversacional posibilito volver
sobre los relatos y aprender sobre la experiencia vincular y sobre la posibilidad de cambio que
como terapeutas configuramos, y que se aprecia en los relatos e intervenciones realizadas o no
ejecutadas, teniéndose la oportunidad de observar la incidencia en las familias y en la organización
de la Aldea y en cada uno de los investigadores-interventores así como en las asesoras, dentro de
una cibernética de segundo orden.
Otra distinción que adquiere trascendencia y que emergió con reiteración en la
configuración de los escenarios conversacionales fue el modo de generar un ambiente de confianza
ya que era el primer acercamiento para propiciar un contexto agradable en el desarrollo de los
escenarios, sin embargo este interés desde los relatos iniciales por parte de nosotros como equipo de
la investigación se muestra configurado por temor a no desarrollar un espacio fluido y profesional
que pudiera ser de utilidad para la organización, tema que permitió en un primer momento nos
cuestiono acerca de nuestro posicionamiento como investigadores de segundo orden o como
investigadores posicionados desde el positivismo; y también nos permitió comprender que se tenía
la necesidad de encarnar narrativamente la experiencia como interventores para así realizar un
ejercicio seguro en el desarrollo de los escenarios, lo que finalmente permitió destacar como nuestro
posicionamiento emocional como investigadores modulaba nuestras intencionalidades
transcendiendo en la interacción en los diversos escenarios conversacionales.
En cuanto a los encuentros iniciales se pretendió propiciar comprensiones referidas a la
construcción de la experiencia de convivir como familia sustituta con las características particulares
que enmarca el modelo de Aldeas y las problemáticas que de ellas se derivan para la construcción
narrativa del vínculo al interior de las familias, incluyendo la capacidad reflexiva hetero y
autorreferencial. En estos relatos como equipo investigativo-interventivo logramos acercarnos a las
vivencias en los diferentes contextos por parte de los miembros en los que está inmersa su ecología
(grupos exteriores, niveles jerárquicos de la organización, familias de origen), reconociéndose en su
relación con el otro asumiendo nuevas interpretaciones de su realidad complementando relatos
dominantes o contrastándose siendo memorias emergentes que permitieron el desarrollo de otras
posibilidades en la forma de narrarse como familias de la Aldeas.
La segunda parte de todos los encuentros y en especial los últimos escenarios organizados,
se dispusieron para permitir la emergencia de relatos subdominantes, proyectando las implicaciones
prácticas de lo articulado en el contexto narrativo conversacional para reinterpretar la vivencia y
algunas paradojas propias de este sistema humano, incluyendo actores participantes y ausentes, de
manera que se diera espacio para la construcción narrativa de posibilidades de bienestar y
autonomía en los miembros de las familias y los grupos participantes en la investigación y los
contextos más amplios. Todo desde la perspectiva del equipo interventivo que considera, tal y como
lo afirma Estupiñán y Colbs (2006), que los procesos conversacionales son donde se construyen los
relatos que organizan con sentido e inteligibilidad las experiencias, los acontecimientos y acciones
propios y de otros; en este proceso dentro de los escenarios conversacionales los investigadores-
interventores diseñaron escenarios conversacionales que favorecieran la emergencia de memorias y
algunos relatos alternos acerca de la experiencia vincular de las familias de la Aldea; es llamativo
que el tiempo fue un tema que orientaba las sesiones y así mismo delimitaba el paso de una escena a
otra, volviéndose rígida la experiencia en algunos momentos del desarrollo del escenario
conversacional, situación que se retomo con las asesoras quienes acompañaron algunos escenarios
brindando un mensaje de apertura para el desarrollo de las conversaciones con conexión en el sentir
y también en la experiencia individual de los investigadores interventores.
Con referencia al interés del equipo investigativo interventivo de construir espacios de
confianza después del encuentro tres que se desarrollo únicamente con jóvenes, se ratifico la
importancia de crear espacios iniciales en los escenarios que permitieran el acercamiento y calidez
entre los participantes, pues la premisa de nosotros como equipo investigativo-interventivo fue
suponer que los miembros al pertenecer a una misma comunidad tenían un nivel de intimidad por
lo cual no ameritaba un espacio de integración, tema que se amplió a partir de la dinámica que
surgió en el tercer escenario y que permitió reivindicar la imprevisibilidad de los sistemas humanos
demandándonos como investigadores-interventores un esfuerzo para rediseñar de forma tal que se
mantuviera el objetivo de los escenarios. La experiencia permitió que se realizara una apertura a
este tipo de condiciones que por lo general son las que presentan los fenómenos humanos, y que en
nosotros fue un aprendizaje que se consolido como oportunidad de intervención y construcción de
nuevos relatos a partir de la crisis como pretexto para fines que no estaban propiamente establecidos
si no que la misma experiencia investigativa determinaría, sin embargo se opto por una contención
que buscaba estabilizar el desarrollo del encuentro y así continuar con el proceso narrativo
conversacional.
El equipo reflexivo por su parte fue la herramienta central para articular y facilitar los
encuentros tanto en los lineamientos “originales” propuestos por Andersen (1991) como los
provenientes desde el mismo modelo narrativo, que en el caso de Freedman y Combs (1996
retomado por Licea, Paquentin y Selicoff 2003) aportan, por ejemplo, que el sistema interventor
debe de unirse al grupo familiar, apoyar el desarrollo de nuevas narrativas y facilitar la
deconstrucción de las descripciones saturadas de problemas. En este proceso se valora y
comprende que el movimiento desde dicha estrategia es potente porque se vuelve imposible
seleccionar de antemano los relatos que podrían ser más interesantes para los diferentes sistemas
permitiendo tejer y resignificar los intereses de los propios actores en la historia y por ende en su
experiencia; sorprendiéndonos que aquellos fragmentos que elegían las familias y los otros actores
de los encuentros en repetidas ocasiones estaban lejos de lo que a nosotros como investigadores
interventores nos hacia sentido. De allí que siempre se buscaba que los participantes se llevaran más
de una idea con respecto a su situación y se sintieran parte integral de un grupo de trabajo,
intentando enfatizar, sobre todo, en los relatos novedosos que emergían.
La Metáfora fue otras de las herramientas incluidas en nuestro abordaje investigativo-
interventivo pues en el proceso de ensayo y error permitió evocar la diversidad de comprensiones y
lógicas que se han configurado en la experiencias de las familias de la Aldea no solo los miembros
de las familias sino los mismos colaboradores de la Aldea (equipos pedagógico y Directivo)
retomando la semántica familiar en la organización Aldeas, lo que nos permitió comprender como
interventores que el trabajar desde las narrativas que hacían sentido a los miembros de la
organización de la Aldea (familias y empleados), posibilitaban la creación natural de un mundo
compartido por todos, incluyendo al equipo investigativo interventivo.
Durante los escenarios conversacionales como equipo nos movilizamos en general de la
siguiente manera: al principio de los encuentros se configuraron un mayor número de metáforas que
a medida que avanzaba el proceso, permitió intervenir activamente en la co-construcción narrativa
de alternativas más posibilitadoras, encaminadas a conseguir algún cambio. En la sesión intermedia,
los relatos metafóricos configurados por nosotros como equipo investigativo son narraciones
propias, no tomadas o recogidas de las emitidas por las familias. Orientándose por ser de carácter
interventivo. En los últimos escenarios se recogieron las metáforas que a su vez suscitaron las
conversaciones provenientes de los propios sistemas consultantes dirigidas a consolidar el cambio
narrativo y relacional producido en el proceso. De esta manera se paso, por ejemplo en el escenario
cuatro, de narrativas cerradas en cuanto a una única forma valida de relacionarse entre la familia de
Aldeas, a varias opciones que apuntan igualmente a la autonomía y bienestar siendo igualmente
potenciador la familia que se concebía (y que se dibujo) como águila, a aquella que se veía como un
grupo de personas agarrado por las manos, que en el proceso de cooperación terapéutica queda
plasmado en el lenguaje integrador de la analogía compartida por todo el sistema.
En este mismo escenario se puede resaltar el trabajo con narrativas visuales que son
principalmente metafóricas, usadas como otra herramienta de resignificación de la vivencia y que se
utilizo a lo largo de todo el proceso bien con dibujos dirigidos, fotos, recortes, fragmentos de
conversaciones impresos, entre otros. Así, el significado actual de las imágenes se encuentra, no
tanto en sus factores visuales, sino en lo que estos detalles evocan en la mente (y en el corazón) de
cada observador. Al observar una fotografía, las personas generalmente recrean el significado que
ellos creen esta proviniendo de la foto misma, y este significado puede o no ser el que el fotógrafo
originalmente intento expresar. Entonces, su mensaje (y su "mensaje" emocional) depende de quién
este mirando, porque las percepciones de las personas y sus experiencias de vida automáticamente
encuadran y definen lo que se ve como “real”. De esta forma, las reacciones de las personas hacia
las imágenes que encuentran especiales, pueden de hecho revelar mucho acerca de ellos mismos,
abriendo memorias impredecibles cuando se acompañaron de las preguntas adecuadas que guiaran
co-construcciones.
Es de destacarse que dentro del proceso de cambio, en el escenario quinto con exactitud,
uno de los mayores hallazgos a nuestra comprensión de la relación con los sistemas consultantes lo
ofreció la incertidumbre y la consecuente creatividad a la que nos avocó, pues al no asistir los
actores convocados inicialmente se debió rediseñar el desarrollo del encuentro. La forma de este
rediseño ya se explicó en la metodología, así como un ejercicio comprensivo que permitiera
apreciar la red nocional que debió construirse para visualizar las relaciones entre un actor destacado
y el equipo de investigación intervención, así como la modelización que se implemento por parte de
una de las asesoras para dar continuidad con la imprevisibilidad, que no se advertía como recurso
desde el equipo de investigación y que permitió recordar un aprendizaje frente a la incertidumbre;
por otro lado se lícita de forma definitiva la trascendencia de los macrocontextos en la
configuración del vínculo entre los miembros de las familias de Aldeas, situación que evoluciona a
la inclusión del proceso organizacional como concepto metodológico, tema que se logro a través de
las historias y reflexiones suscitadas con la supervisoras; otro aprendizaje de índole autorreferencial
fue entender que el trabajo no era necesario con las familias completas; lo que permitió definir las
intervenciones en función de un nivel de organización social o de quienes estaban físicamente en
los espacios. A esta comprensión “propia” Anderson (1999) llamo sistema determinado por el
problema, pero lo que se quiere además connotar aquí, son los frutos del constante proceso hetero y
autorreferencial que emergió y que llevaba a mover, reubicar, mantener o cambiar como
característica constante del proceso las comprensiones y mejores entendimientos de todos los
conceptos y caminos experimentados por el equipo investigativo interventivo, potencializado en el
ejercicio de la asesoría de la investigación ya que tuvimos la posibilidad de pensar la forma como
nosotros estamos haciendo parte del proceso narrativo conversacional de nuestros escenarios,
configurando así niveles de reflexión ecológicos, con mayor apertura para los siguientes encuentros.
La modelización fue el último de los mecanismos que usamos para orientarnos y conectar
las emergencias conversacionales en la interacción con el contexto de la organización, pues las
supervisoras y coautoras desde el primer encuentro nos acompañaron y externalizaron las formas de
conversar para que así se lograra relatos generativos en procesos reflexivos con la propia
experiencia, de manera que se recrearan contextos que ayudaran a organizar para construir
conjuntamente con el otro.
CONCLUSIONES
En el presente capítulo se plantean las principales conclusiones que emergieron en la
investigación-intervención realizada en la Aldea Bogotá y que expresan aperturas para la
comprensión del fenómeno de estudio, las implicaciones clínicas e interventivas, los aportes que se
derivan para la línea de narrativas del proyecto institucional de la maestría en Psicología Clínica y
de la Familia: “Historia y narrativas familiares en diversidad de contextos” y los aprendizajes que
surgen para el equipo investigativo-interventivo.
El propósito del presente estudio, como ya se mencionó, está relacionado con la
construcción narrativa de los vínculos en las familias sustitutas de la Aldea de Bogotá y los actores
de diversos contextos sociales inmersos en su ecología, en relación a los sentidos de identidad
familiar, pertenencia y permanencia, así como el proceso organizacional que lo constituye. Los
escenarios y los procesos de reflexión están enmarcados en una lectura de segundo orden que
favorecieron la emergencia de diversos niveles comprensivos que dan cuenta de la construcción
narrativa del vínculo en un contexto organizacional; pues como lo afirman Méndez, Coddou y
Maturana, (1986, citados por Estupiñán, González y Serna, 2006) desde el momento en que se
pretende una explicación se está reflexionando, ya que toda explicación es una reformulación de la
vida misma. “Y esta reformulación es un hecho creativo y generador de realidades humanas donde
el proceso conversacional se constituye en una posibilidad de crear transformaciones en los modos
de ser humanos; una posibilidad de inventar otras maneras de relacionarnos” (Estupiñán, González
y Serna 2006, p. 51).
En Relación a la Construcción Narrativa de los Vínculos
Los procesos narrativos conversacionales en relación a la experiencia vincular de la familia
de la Aldea, inmersa en una ecología organizacional, permitieron comprensiones acerca del modo
como los sentidos de identidad familiar, pertenencia y permanencia se configuran en la trama
narrativa que recursivamente se actualiza en las versiones dominantes, en los dilemas de los
sistemas de relación y en la vinculación afectiva de todos los miembros de la organización Aldeas.
Algunas conclusiones en relación a la construcción narrativa del vínculo en la Aldea dan
cuenta de la misión que se han propuesto como organización al intentar suplir las necesidades
afectivas y materiales de los/as niños/as y jóvenes en situación de vulnerabilidad, emergiendo
narrativas en torno a la comprensión del vínculo detenidas en versiones privilegiadas asociadas a
relatos de dificultad y ambivalencias en su quehacer, su deber ser, los roles y estereotipos que
limitan y restringen las posibilidades de diversificación de la experiencia humana; configurándose
comprensiones cristalizadas que tienen implicaciones en los procesos relacionales entre los
miembros de la Aldea. Sin embargo, en el proceso narrativo conversacional de la investigación
intervención se desafiaron estas limitaciones, activando reflexivamente versiones subdominantes y
diálogos entre las múltiples voces acerca de lo que significa ser familia en la Aldea y como se
construyen vínculos en la experiencia. Esto se refleja en la posibilidad de narrarse y vivirse de
múltiples formas, rompiendo estereotipos de identificación y denominación como madre o hijo, por
el de permitirse relacionarse por ejemplo, como compañeros en el apoyo brindado frente a los
procesos de adaptación de un nuevo miembro, lo que se ha configurado como una estrategia para
hacer frente a los dilemas que viven al construir familias en un contexto organizacional, bajo el
referente de la familia biológica, dando cuenta de un orden pragmático del vínculo donde en la
experiencia vivida se puede hacer frente a los dilemas, ya que en los contextos relacionales se
permite conciliar o negociar narrativas dominantes respecto a los parámetros establecidos para los
procesos de desarrollo de los miembros del sistema que se construyen en la organización .
Elementos como los referentes culturales tradicionales de las funciones que debe cumplir
una familia biológica son parte del engranaje narrativo privilegiado por la organización,
centrándose de manera sustancial en la experiencia vivida de formar hijos/as de Aldea para ser
productivos y autónomos, creando una postura que reduce la complejidad del fenómeno vincular en
estos grupos, porque pierde de vista la toma de decisiones libre, la creatividad y espontaneidad del
ser con sus posibles historias de vida, puesto que la proyección de los/as jóvenes está estipulada
desde la voz organizacional quien define sus expectativas y estándares como la alternativa única y
válida para su desarrollo. De forma específica, el ser productivo desde la voz organizacional se
comprende como la posibilidad de terminar la educación superior, la vinculación laboral estable y
cierto nivel adquisitivo económico aceptable. De esta forma lo productivo adquiere un sentido único
de experimentarse como personas autónomas y hace parte de la dinámica de la emancipación
juvenil, de manera que se señala negativamente cualquier forma alterna a lo establecido por la
organización. Esta perspectiva implica a nivel comprensivo del vínculo que los órdenes semióticos
de la cultura acerca del desarrollo y evolución de los individuos trasmitidos por la voz
organizacional, se convierten en un referente modular del mismo que limitan la diversidad en la
configuración de la experiencia humana en un contexto como el de la Aldea, donde precisamente lo
que se vive es la diversidad de formas de experimentar la vida desde diferentes referentes culturales,
puestos en juego en las relaciones y en la construcción de los futuros posibles y realizables para sus
integrantes, especialmente los jóvenes y niños.
En esta dinámica discursiva relacional el sí mismo se configura, donde a medida que se
construye, construye a otros, Ochs (1997, retomado por Estupiñán, González y Serna, 2006)
afirman que la narrativa conversacional refiere a escenarios sociales comunicacionales en los que
los interlocutores hacen preguntas y comentarios, contribuyendo al relato en desarrollo; y que la
producción interactiva de la narración mantiene y trasforma a las personas y las relaciones; en este
sentido la experiencia vincular de las familias de la Aldea se da en la dinámica discursiva
relacional, donde se configuran sentidos como los de identidad familiar, pertenencia y permanencia
en el proceso organizacional, sentidos que conectan el mundo discursivo interno de cada uno de los
miembros de la Aldea con las posibles experiencias donde estos sentidos se encarnan en contexto.
Desde la voz organizacional la configuración del vínculo se había comprendido en
referencia a los sentidos de pertenencia y permanencia, por lo que hablar de sentido de pertenencia
en la familia o en sus miembros era asegurar que existía sentido de permanencia del vínculo. Sin
embargo los escenarios conversacionales de la investigación intervención favorecieron la
configuración de nuevas compresiones de los mismos, ampliando la gama de posibilidades
semánticas y pragmáticas desde las cuales se puede entender la permanencia del vínculo entre los
miembros de la Aldea, ya que, aunque no haya contacto físico por medio de visitas o llamadas
cuando los jóvenes salen del programa, este vínculo puede trascender en el tiempo, en narrativas
que permiten comprender la proyección de lo vincular en la trama narrativa donde el futuro se
configura y reconfigura narrativamente. (Ricoeur, 1999)
Los sentidos de permanencia del vínculo en la familia de Aldea son posibilidades de
generatividad del sí mismo, del mapa de sentidos y significados que recursivamente reconstruyen y
validan la experiencia más allá de un tiempo y espacio lineal. Por lo anterior, aunque desde la voz
organizacional el sentido de permanencia del vínculo está significado en términos de que un hijo/a
vuelva o mantenga el contacto físico con la Aldea como ya se mencionó, se rescata o retoma que el
sentido de permanencia del vínculo también puede surgir cuando se actualiza al narrarse de forma
recursiva sí se recuerdan por ejemplo los aprendizajes que se tuvieron, o las personas que apoyaron
el desarrollo, anécdotas, sentires, experiencias, emociones, etc que transcienden lo presencial desde
las posibilidades mismas del lenguajear de los seres humanos (Maturana 1996) Así mismo,
siguiendo a Miermont (1993, citado por Hernández y Bravo, 2009), se asume el vínculo como
aquello que une o conecta a una persona con otras, consigo misma o con las cosas, es aquello que
asegura una conexión témporo-espacial entre personas físicamente separadas, gracias a los procesos
de simbolización que contribuyen a su mantenimiento, en referencia a esto Hernández y Bravo
(2009) afirman que el contexto relacional como una característica de la vida, genera una serie de
ámbitos de acuerdo a la idiosincrasia individual y familiar con las etapas del ciclo vital y con las
condiciones históricas y socio culturales y en este proceso se aprecia una paradoja en la
construcción de lo individual donde solo es posible la autonomía en el seno de adecuados procesos
de vinculación afectiva y social a través del ciclo vital. Donde la autonomía es entendida como lo
afirma Miermont (1995 pág. 311 retomado por Hernández y Bravo, 2009) la capacidad de un
sistema complejo para organizar los propios comportamientos, para autodeterminarse, constituir,
administrar y organizar sus propios recursos, y sobre todo para intercambiar signos de
reconocimiento desde esta autodeterminación en los contextos vitales en que habita y que
contribuye a crear. Continuando con el autor, afirma que: la autonomía de un sujeto individualizado
reposa sobre la paradoja de: ser el mismo asimilando las reglas de su sistema de pertenencia
biológica, familiar y social; entonces la libertad es una emergencia y la autonomía una construcción
incesante de los individuos a partir de innumerables dependencias (Hernández y Bravo, 2009).
En el ejercicio comprensivo de la experiencia vincular de las familias de Aldea, el sentido
de pertenencia se relacionaba principalmente con el hecho de denominarse familia, pero las
narrativas emergentes de la experiencia vivida cuestionan esto, al dar cuenta que la configuración
del mencionado sentido puede emerger de los significados atribuidos a narrarse como miembros
reconocidos y validados como parte del grupo en el que son asignados, lo que comprende ir más
allá de un nombre específico. La experiencia, el conocimiento de la misma en este caso en relación
al ser familia, surge no como una representación del mundo allá afuera sino como un proceso
continuo de construcción de la realidad del mundo a través de la misma vida (Estupiñán, González
y Serna, 2006), esto remite a el proceso narrativo no como instrumento representacional de la
experiencia humana sino como fuente de construcción de sentidos y realidades, en conclusión el
denominarse familia por sí misma no implica que tengan que vivirse como tal.
Por otro lado es importante resaltar que la familia biológica es un foco significativo en la
construcción de los vínculos en las familias de Aldea, ya que es un referente evocado
frecuentemente por la voz organizacional cuando se toma como modelo a seguir, y por lo jóvenes,
quienes hacen un paralelo entre su experiencia en la Aldea y las ideas y vivencias que han
construido sobre su familia biológica. Por lo tanto en la experiencia vincular este contexto de origen
es un punto de encuentro en las narrativas, pues dicha experiencia favorece la emergencia de relatos
que se relacionan con la génesis del sí mismo, con la visión del mundo y a la vez con el proceso de
interacción y estilo personal asumidos en los diferentes contextos de relación. Además este
referente de la familia biológica adquiere otros sentidos cuando se comprende como una red de
apoyo proveedora de recursos materiales y emocionales para el desarrollo de los jóvenes y niños.
La construcción narrativa de los vínculos en la experiencia de ser familia en la Aldea esta
modulada por metarelatos producto de la voz organizacional que orientan los ordenes semánticos y
pragmáticos de la experiencia de la familia, como se muestra en la asignación de roles y funciones
especificas que delimitan el contexto sobre las posibles dinámicas vinculares. En esta línea la
identidad organizacional por medio de sus relatos y metarelatos tienen implicaciones en la
configuración de la experiencia vincular y a su vez en la configuración del sí mismo de cada uno de
los miembros de la Aldea. Al respecto cabe retomar a Botella (1999, citado por Estupiñán,
González y Serna, 2006 pág. 58) cuando analiza el “poder” y la “autoridad” familiar que en esta
investigación se retoma de forma analógica para la Aldea, el autor refiere que cuando la familia y en
este caso la Aldea se concibe como un núcleo de inteligibilidad con unas reglas de legitimidad
discursivas propias, el término “autoridad” refiere más a su raíz etimológica de “autor” que al
ejercicio del poder. Así la autoridad de los miembros de la Aldea (familias y empleados) en un
sistema de creencias compartido en la organización emerge de/hasta qué punto su versión de los
hechos prevalece sobre las demás, los limites internos de la Aldea son los límites de su discurso y
de sus reglas de legitimidad; y el “poder” dentro de tal sistema lingüístico depende de la posibilidad
de hacer oír la propia voz.
En definitiva, la familia biológica es retomada por la organización como referente valido
para guiar la experiencia de la Aldea, institucionalizando la experiencia vincular, ya que desde su
voz como organización pretende establecer órdenes de interacción semánticos, semióticos y
pragmáticos que encasillan las posibilidades vinculares de las familias. Esta metáfora de la familia
biológica da cuenta de una comprensión tradicional acerca de ésta como un sistema que proporciona
cuidado, protección, socializa y garantiza la supervivencia del ser humano, pero limitada solo a las
funciones. Desde la investigación intervención realizada se propone pensar a la familia de la Aldea
no solo desde estas funciones sino también como un sistema generativo donde sus miembros
pueden desarrollar y fortalecer todas sus dimensiones, por lo tanto la familia de Aldea también
estaría formando para el desprendimiento y la salida de sus miembros, así se de de maneras
diferentes a las proyectadas por la organización tanto en forma como en tiempos.
Desde el planteamiento de Estupinan y Hernandez (2006), con referencia al Modelo
solidario para la inclusión y la atención de familias en los programas y servicios del ICBF, se
estipula que las situaciones que relacionan a niños, adolescentes y familias con el ICBF y con el
Sistema Nacional de Bienestar, surgen en la confluencia simultánea de circunstancias de orden
vincular, social, político y económico, las cuales ubican a las familias en un continuo de
vulnerabilidad y de generatividad, dependiendo de cómo ellas se apropian de los recursos
disponibles. Por lo tanto hablar de una familia generativa hace referencia al grado de autonomía y
de autosuficiencia de esta para satisfacer sus necesidades de toda índole. En esta hipótesis está
implícito que las familias no “son” vulnerables o generativas, sino que pasan por momentos críticos en
los cuales están en mayor vulnerabilidad, y permanentemente la vida las desafía a afianzar su
generatividad. De esta forma cuando se plantea que las familias de la Aldea deben afianzar su
generativa se está proponiendo la posibilidad de que se apropien de sus recursos o lo que ofrece el
contexto de forma tal que pueda cubrir sus necesidades incluida la propiciar espacios afectivos que
favorezcan la emergencia de experiencias de autonomía en sus miembros. FIGURA SIN
NUMERACION
Implicaciones Para el Contexto de la Investigación Intervención de la Aldea Infantil
SOS Bogotá
La construcción social de la realidad remite a la consolidación de ciertos consensos que
orientan lo que esta validado o no para determinado grupo de personas, permitiendo la emergencia
de narrativas privilegiadas que en el caso de la organización de la Aldea hace que la familia este
inmersa en estereotipos que llevan consigo exigencias y parámetros estipulados, que intentan desde
la voz de la organización institucionalizar el concepto de “familia”. Esto es válido desde que se
tome como lo que es, una metáfora, que ha ayudado a organizar las dinámicas y los roles que abarca
la propuesta de la organización para cumplir sus objetivos de ofrecer cuidado y protección a
niños/as y jóvenes en situaciones de vulnerabilidad; pero si se toma literal es una narrativa
dominante que puede ser obstaculizadora, pues impide la emergencia de narrativas alternas de los
miembros del sistema que comprendan su experiencia de pertenencia desde otros significados como
el de un grupo de ayuda, de crecimiento, de generación de formas de vida diversas, con otras
perspectivas del cuidado y la protección, entre otras. En relación a ello algunas voces de la
organización rescatan esta diferencia y desde nuevas comprensiones se resalta que narrativas
incluyentes y generativas favorecerían un campo más amplio para definirse y, en este sentido, para
disponerse en las relaciones con los demás miembros del sistema; de esta forma una persona logra
sostener una auto-narración dependiendo fundamentalmente de la constancia de los demás para
seguirlo interpretando desde determinados relatos que vienen dándose con referencia a él (Gergen,
1996).
En este sentido se comprende lo que proponen Etkin (2003) en relación a que las
instituciones tienen unos “rasgos fuertes” que dan cuenta de su esencia y que deben mantenerse
pues son los que direccionan su razón de ser y su horizonte, pero que si se rigidizan, en este caso en
un campo organizacional que trabaja con la familia no permiten la emergencia de esa diversidad y
dinamismo de construcción del sí mismo narrativo que es propio de este contexto, en donde se están
permanente configurando y reconfigurando nuevas formas de ser personas en su diversidad, de ser
familias en sus transformaciones y dinamismos, integradas a macrocontextos que están
continuamente evolucionando y complejizándose.
Entonces, aunque la Aldea en su propuesta bajo la denominación de familia pretende
brindar un contexto de protección y cuidado para los niños/as y jóvenes, es importante que
recuerde que la complejidad del ser humano y el ejercicio de su autonomía permite que cada uno de
los miembros decida como narrarse y narrar a los otros, construyendo de forma recursiva y
generativa los sentidos y significados que proyectan su vida; lo cual se puede pensar como una
invitación para la organización en términos de validar experiencias diversas a sus expectativas. En
este sentido se hace un cuestionamiento a los estereotipos que implican la comprensión y
conceptualización de la familia, pues traen consigo descripciones rígidas de lo que se espera de cada
uno de los roles y tienden a limitar la multiplicidad de construcciones vinculares que se
configurarían entre los colaboradores de la Aldea: no sólo de la mujer que hace el rol de “madre” y
los niños y jóvenes que tienen el rol de “hijos”, sino de todos los otros integrantes de ese gran
proyecto institucional, partiendo del reconocimiento de que las experiencias vinculares que se
configuran en este contexto están nutridas desde la disposición y el interés de dar respuesta a las
necesidades que tiene cada uno de ellos de acuerdo a su momento vital y a su experiencia de vida.
Se considera que favorecer esta apertura para comprenderse y narrarse desde diferentes
perspectivas, posibilitando espacios de conversación y reflexión, podría facilitar la emergencia de
las subjetividades de cada uno de los integrantes de estos grupos familiares y experiencias
empoderadoras de vivir la autonomía como un proceso adaptativo que incluya a los diferentes
actores del contexto desde posturas éticas que permitan construir el bienestar no sólo individual sino
colectivo.
Se remite al sentido de permanencia en relación a la construcción narrativa del vínculo,
pues si se da apertura para narrar la experiencia en la Aldea desde otras versiones diferentes a la de
“la familia tradicional” pueden emerger en el diálogo formas diferentes de comprender dicho
sentido entre los jóvenes y los miembros que encarnan la Aldea como organización, en donde el
sentido de permanencia no se limita a regresar a la Aldea o mantener el contacto directo con esta
sino que se amplía también a la posibilidad de ser actualizado en los procesos narrativos que
configuran la experiencia vincular. En este sentido se podría reconocer por medio del ejercicio
reflexivo a la “familia o grupo de la Aldea” como un sistema generativo que apoya a los jóvenes y
niños/as formándolos para la vida, sin importar su denominación, favoreciendo sentidos y
significados entorno a la autonomía e independencia más amplios y solidarios donde haya
reconocimiento del otro en la diferencia, posibilitando experiencias en los jóvenes de valor y
crecimiento personal y social. Entonces, la organización en sus espacios conversacionales
reflexivos puede activar recursos conversacionales para que lo instituido pueda verse enriquecido
por lo instituyente, como lo plantea Dabas (2001), configurando así versiones novedosas de mayor
amplitud para su campo de acción en un mundo complejo y cada vez más demándate de seres
humanos solidarios y recursivos para proponer posibilidades de cambio y mejora frente a la
adversidad y la precariedad de un país como Colombia.
Ante esto la Aldea y en general el programa desde el cual se posicionan a nivel mundial,
puede pensar a la familia dentro de la organización, no sólo desde las funciones y los estereotipos
de los roles que implica hablar de familia de forma tradicional, para hacer un salto narrativo que
permita la definición de esta como una experiencia posibilitadora en el afianzamiento de su
generatividad como ya se mencionó y desde allí el fortalecimiento de los recursos de afrontamiento
de las diversas dimensiones del ser humano. Ello se verá reflejado en una formación para la vida y
la autonomía, lo cual implica que se está formando para el desprendimiento y la salida pero como
un ejercicio del ser humano con recursos y posibilidades, que configura narrativamente el vínculo
solo posible en contextos relacionales afectivos y nutritivos, relato con poca resonancia aún en
algunos miembros de la Aldea. La poca resonancia se debe a que no coincide con los sentidos que
se han construido en relación a la permanencia del vínculo, que como plantea Ricoeur (1999)
emergería temporalmente en el encuentro humano poniendo en relieve narrativamente que cuando
surge la relación entre la acción y el orden del mundo se muestra claramente la conexión que existe
entre el tiempo abstracto y el tiempo actuado “estar en el tiempo”. Se trata del momento en que la
acción posible pasa a ser presente y en este espectro entre el tiempo abstracto y el tiempo de acción
se encuentra la construcción del vínculo, ya que también es viable comprender el sentido de
permanencia del vínculo en una dimensión abstracta, sin que esto implique invalidarlo o connotarlo
desde el déficit como lo ha leído la organización. En resumidas cuentas, es pasar de ver a los
jóvenes en un “volver” futuro (tiempo de acción) para narrarlos y narrarse en el desprendimiento
con experiencias de vida en la Aldea que configuraron sentidos de autonomía, bienestar y valor
personal (tiempo abstracto).
En esta línea pensar y comprender la propuesta de la Aldea como un sistema generativo que
participa en el proceso del fortalecimiento de recursos para la vida, también le exige reposicionarse
en relación a como comprende y define a la familia biológica de los niños y jóvenes, ya que en
ocasiones la definición como un sistema de riesgo o vulnerabilidad para estos, ubica a la familia de
origen como no apta para su formación. De esta reflexión se propone que si la Aldea se sitúa desde
una perspectiva apreciativa para comprender y narrar a la familia biológica, se podría nutrir la
construcción narrativa de la experiencia vincular entre dicha familia, la familia de la Aldea y la
organización misma, como lo sugieren Minuchin, Minuchin y Colapinto (2000) cuando afirman que
en estas relaciones la colaboración debe prevalecer sobre el antagonismo. Idea que podría
entenderse como una meta para que las personas en contacto con el niño/a compartan información y
resuelvan problemas a través de un esfuerzo común que garantice el bienestar y protección de todos
los sistemas, confiriendo poder a la familia biológica como sistema que puede adquirir recursos
para acoger y cuidar, pues crea igualdad entre los roles, emergiendo la colaboración.
Estas conexiones son reconfigurantes del self gracias a su carácter diverso y flexible que le
da movilidad a la identidad; el cuestionar los estereotipos como se mencionó anteriormente, de ser
madre e hijo, permite comprender a cada niño y joven desde su experiencia vital, dando respuesta a
lo singular y de forma pertinente a las necesidades del momento, asumiendo además, que las
narrativas organizacionales pueden movilizarse desafiando las semánticas construidas desde la
vulnerabilidad para logra validar al niño y al joven en lo humano, lo que concluye que la dinámica
de la organización necesita reactualizar el vínculo desde diversos ordenes, por ejemplo
posibilitando la resignficación de experiencias asociadas a relatos que estipulan que cuando un
joven no vuelve a la Aldea es porque no se construyo el vínculo o es tan escaso y vulnerado que no
permite esta vivencia. No obstante la Aldea por medio de los miembros que la integran ha
favorecido la construcción narrativa de los vínculos no solo al interior de las familias sino entre los
diferentes miembros de la organización, mediados por significados y sentidos en torno a la
disposición afectiva para cuidar y proteger al otro, relacionándose con experiencias de arraigo ante
lo cual se plantean este tipo de posicionamientos en todas las instancias del sistema para beneficiar
sus dinámicas relacionales y vinculares. FIGURA SIN NUMERACION
En Relación a la Psicología Clínica
Para retomar los posibles aportes de esta investigación intervención se establecen en el
presente apartado dos ámbitos de distinción en lo clínico, el primero con relación a la psicología
compleja desde la perspectiva narrativa del fenómeno vincular en las familias de la Aldea y el
segundo ámbito relacionado a un ejercicio comprensivo sobre lo narrativo en la configuración de
procesos de vinculación a través de los cuatro conceptos metodológicos; que progresivamente se
configuran como elementos que dentro del plano lingüístico y con la recursividad propia del
lenguaje, organizan la experiencia de quienes están en contextos protectores, orientando el curso de
las relaciones en medio de diferentes tonalidades emocionales y significados construidos.
Desde la comprensión narrativa de la experiencia vincular en las familias de la Aldea,
emerge un derrotero asociado a la ecología que interactúa y está presente en las diferentes voces,
apareciendo la unión entre lo lingüístico y lo vincular, lo individual y lo relacional, las familias de
la Aldea y la organización, que para los jóvenes y las madres de las familias enmarca sus dinámicas
y donde si bien se configuran dificultades, también permite que se aprecien movimientos de índole
recursivo. En este sentido el plano de la supervivencia parece orientar el curso de las relaciones de
los organismos involucrados, sucediendo que las familias de Aldea que se configuran y organizan
fluctúan de acuerdo a los cambios que se presenta en una especie de ecosistema sociolingüístico.
En referencia al contexto de la familia de Aldea emerge una comprensión relacionada con la
manera como se construyen los sentidos de identidad familiar, asociándose al proceso de mediación
de diversas experiencias individuales, las narrativas dominantes de la organización, y la experiencia
vivida y narrada desde los diferentes roles que se asumen (madre, tía, hijo/a, empleado) donde de
acuerdo a como se relaten así mismos en la relación se posicionan como actores dentro del contexto
de vinculación. Ello permite comprender el lenguaje como configurador del sentido de identidad
entre los miembros de la familia de la Aldea, y en esta línea los aspectos o experiencias que
adquieren significados relevantes en la experiencia relacional, que enriquecen y nutren a su vez la
configuración del vínculo; en lo cual Gergen (1996) anota que la identidad se construye mediante
narraciones que son propiedades del intercambio comunal, donde la carga significativa de los
relatos, está en relación con el sentido y uso que se les da en las relaciones interpersonales, las
cuales son orientadas por construcciones consensuadas en la sociedad y aceptadas por los
individuos a través de prácticas.
De lo anterior se aprecia cómo el sentido identitario de la familia, circula entre lo
individual y lo colectivo en un ejercicio recursivo del self que se desencadena de forma
autopoietica, reorganizando la experiencia y nutriendo la identidad del grupo familiar y/o de sus
miembros comprendiéndose en las historias y memorias que emergieron en el proceso narrativo
conversacional de la investigación intervención, donde el lenguaje actuó como modo narrativo para
enmarcar la experiencia y los recuerdos (Bruner, 1991). En este sentido el sí mismo está envuelto en
un devenir conversado, en una construcción y reconstrucción que ocurre a través de la continua
interacción donde los miembros de las familias de Aldea no siempre están en un ambiente de
reflexividad que componga y recomponga su experiencia colectiva e individual; pues se hace
notoria la presencia de la voz organizacional que media en la configuración del sí mismo, en relatos
relacionados con ordenes semióticos, pretensiones sociales e intereses metacontextuales que se
localizan en los principios misionales de la Aldea o de otros ámbitos que intervienen como la Ley
de Infancia y Adolescencia, y políticas nacionales o internacionales en relación a esta misma
población, entre otras; la presencia de esta voz organizacional en ocasiones parece silenciar la
experiencia individual y subjetiva de los diferentes actores, destacándose en los relatos personales
de la experiencia vivida construcciones donde se han venido “acomodando” las narrativas
organizacionales progresivamente, combinando lo estipulado y lo individual en un contexto
ambiguo que explica una diversidad de dilemas que experimentan madres, hijos, directivos y hasta
los propios investigadores interventores.
A partir de lo anterior se puede afirmar que la construcción narrativa del concepto de
familia de Aldea exige realizar una adaptación en la experiencia vincular como estrategia de
afrontamiento a los dilemas de existencia y experiencia, como en situaciones concretas del caso de
ser madre y ser empleada al mismo tiempo, tema que permitió evidenciar formas de narrarse
alternas a lo familiar que emergen como relatos en la identidad. Adaptaciones realizadas al contexto
y que por ello implicaría un sí mismo flexible y mutable que dé respuesta a la experiencia cotidiana
que se afronta en programa de protección y los sistemas con los cuales interactúa. Lo ya descrito se
podría comprender desde la perspectiva narrativa en una explicación complementaria de la
adaptación de los organismos o de las comunidades con fines determinados en los diversos
contextos sociales, que refiere procesos de co-adaptación, donde se pone en juego permanente el
self. Anderson (1999) aclara con más detalle que esta identidad no se basa en una continuidad o
discontinuidad psicológica de la personalidad sino en la constancia de una narrativa en progreso,
complementando al respecto Rorty (1979, citado por Anderson, 1999) que los seres humanos son
constantes generadores de narrativas nuevas y no seres susceptibles de ser fijados en una
descripción.
Esto último permite realizar un acercamiento a las definiciones que la sociedad conforma
como estrategias asociadas a la estabilidad, en el sentido que el establecimiento de estereotipos son
descripciones fijas sobre lo esperado para los individuos o sus relaciones que permiten “eliminar la
incertidumbre” generando tranquilidad a los sistemas de control acerca del fenómeno que quieran
manejar, y que para la experiencia de Aldeas, prefiguran el vínculo en los procesos
conversacionales generando un efecto de cierre en el sí mismo ya que tienden a cosificar u objetivar
la experiencia vincular. Sin embargo la propia naturaleza recursiva de la conversación que oscila
entre la descripción la acción, brinda aperturas para configurar la experiencia vincular de forma
alterna a las voces dominantes y los estereotipos que implantan, como se mencionó en algunas
memorias que emergieron en el ejercicio investigativo interventivo.
Cabe destacar que los procesos de individuación presentan una conjugación de experiencias
más que la suma de sus contextos, a partir de lo cual el self permite que se compongan diversidad
de relatos, experiencias o relaciones en las que sobresale el self narrador, dentro de una orientación
ecológica donde dicho self es diverso y lo configuran múltiples voces que progresivamente lo
diferencian en la interacción con otros contextos. En esta dinámica se mantiene una práctica que es
común al desarrollo de la experiencia narrativa vincular de los miembros de las familias de Aldea y
es la orientación semántica hacia las experiencias de autonomía y libertad, que se reitera en los
relatos de crianza, formación y en una narrativa que se localiza en el futuro como forma de preparar
para la independencia, la vida laboral y el auto-sostenimiento. En este proceso narrativo se
configura y renueva progresivamente el individuo, alcanzando un nivel de diferenciación en
relación a otros entornos vitales y contextos de interacción, reafirmándose la idea de autonomía e
individuación que como ya se expuso, en donde se habla de procesos de adaptación que implican
desarrollos de coevolución de los sistemas en donde van emergiendo nuevas formas de ser y de
vivirse como humanos en crecimiento.
Por otra parte, en cuanto a la comprensión e intervención de la construcción narrativa de los
procesos de vinculación se establecieron cuatro conceptos metodológicos que se relacionan entre sí
como son: los sentidos de identidad familiar, pertenencia, permanencia y los procesos
organizacionales de la Aldea; disponiéndose desde aquí una opción comprensiva de lo psicológico
para el fenómeno relativa al papel del lenguaje, pues como lo explica Estupiñan (2010, retomando
a Holliday, 1982) la función que posee este (lenguaje) es la de crear texto y sujetarse igualmente
con el contexto, es decir, con la situación y el texto precedente. Los conceptos metodológicos
permitieron ampliar el desarrollo del vínculo en esas dimensiones de manera diversa, articulada y
compleja, apreciándose en este sentido una colección de configuraciones en términos de
asociaciones, reflexiones y comprensiones, para responder al nexo existente entre lo narrativo y lo
vincular. La selección de cada concepto metodológico fue realce de una característica que permitió
extender la complejidad de lo vincular narrativo al tiempo que logra articular una misma unidad
comprensiva, siendo interesantes las reflexiones y comprensiones que emergieron en el encuentro
de dos perspectivas, la construcción narrativa y experiencia vincular.
Con todo lo ya nombrado, en el ejercicio de resaltar los posibles aportes de la presente
investigación intervención a la psicología y sin olvidar la singularidad de los contextos, emerge
como foco la configuración de la identidad de los miembros de las familias que se encuentran en un
contexto organizacional, que retomando a Munné (2000) cuando afirma al respecto que si bien la
identidad es cambiante y posee un aspecto dinámico también tiene una dimensión un poco más
consistente y continua, siendo la mismidad el punto de integración y conexión con un componente
más móvil que es el self, el cual se caracteriza por tener mayor plasticidad y pluralidad, poniéndose
en juego en los diversos contextos autorreferentes y heterorreferentes donde se construye
conversacionalmente la realidad. Entonces, de esto se puede comprender que el sí mismo se
flexibiliza y se nutre en la medida en que el self entra a mediar con los significados de los diversos
contextos, en este caso el organizacional de la Aldea, quienes podrían marcar parámetros rígidos y
estereotipados pero donde self narrador esté en disposición y capacidad de asumir la circulación de
significados y sentidos alternos superando los obstáculos asociados a las cristalizaciones narrativas
sobre el “deber ser” como familia o lo esperado de cada uno de los roles, de manera que se creen
nuevos mundos posibles, que puedan impactar a toda la organización, a sus referentes más cercanos
y desde allí sea más factible superar posibles impases, desde órdenes de recursión generativos
construidos narrativamente.
Otro aporte significativo para la psicología, como ya se mencionó, gira en torno a la
posibilidad de comprender de forma novedosa la experiencia vincular posicionándose desde la
perspectiva narrativa y desde allí bajo el foco de los sentidos de identidad, pertenencia y
permanencia en un proceso organizacional de la experiencia de las familias de Aldeas. Esta manera
de acercarse al proceso narrativo vincular de forma particular en la investigación emergió en
relación a la experiencia que conforman las familias cuando no tienen vínculo consanguíneo y están
orientadas por los lineamientos de una organización, en donde se pudo reflexionar en relación a la
configuración del sí mismo la voz organizacional como un constructo con especial injerencia, dado
que desde su proyecto institucional aporta al proceso vincular una serie de ordenes desde la
semántica y semiótica que dan cuenta de lo que se espera y se exige en el proceso de la Aldea,
ordenes que están conectados recursivamente con el orden pragmático.
Un último aporte para la psicología se relaciona con la emergencia de nuevas
comprensiones en relación al sentido de permanencia del vínculo, ya que tradicionalmente se había
definido desde un tiempo lineal en la continuidad del contacto por medio de visitas o llamadas; pero
la propuesta que se realiza desde las memorias y relatos emergentes en el presente estudio está
relacionada con la posibilidad de reactualización del vínculo con otros actores del contexto familiar
en la organización y con otros contextos sociales de los jóvenes y niños, evocando, configurando y
reconfigurando la experiencia vivida en el relato “tiempo abstracto” de la narración. FIGURA SIN
NUMERAR
Implicaciones para el Proyecto Institucional Historias Familiares y Narrativas en
Diversidad de Contextos
La presente investigación intervención partió de la base que proporciona la línea de
investigación del proyecto Historias y Narrativas Familiares en Diversidad de Contextos, donde se
busca comprender el sentido, organización y función de las narrativas de las familias y de diversos
contextos sociales de asistencia y control y su incidencia en los procesos conversacionales en los
que aquellas emergen. En este sentido se exploran “los procesos narrativos conversacionales de los
escenarios de investigación e intervención que permiten la identificación y deconstrucción de
narrativas referidas a pautas relacionales problemáticas, dilemas que son fuente de malestar
personal, familiar y social, que faciliten la construcción de narrativas posibilitadoras de historias
familiares saludables” (Estupiñán, González y Serna, 2006 p. 46). Así mismo se espera el desarrollo
de nuevos conceptos y metodologías en la perspectiva sistémico-construccionista con la realización
de contextos transdisciplinarios, intrainstitucionales e interinstitucionales.
En este sentido se ha logrado comprender en la presente investigación intervención la
importancia de la narrativa conversacional reflexiva de la experiencia vincular como engranaje de
la construcción del sí mismo en los miembros de las familias de la Aldea y en general del contexto
organizacional, con el fin de posibilitar experiencias favorecedoras de bienestar y autonomía.
Se realizó una aproximación reflexiva a la construcción narrativa del vínculo en la
experiencia de ser familia en un contexto organizacional emergiendo narrativas dominantes que dan
cuenta del orden semiótico de referentes sociales relacionados a estereotipos y roles que limitan la
recursividad de la dinámica vincular. Ello se relaciona con lo propuesto por las hipótesis de esta
investigación e intervención y los referentes teóricos e investigativos que se asocian con este
fenómeno, respecto a su vez a los dilemas y contradicciones que emergen en la experiencia de los
miembros de las familias de la Aldea dentro de los procesos organizacionales.
Es por esto que mediante esta investigación e intervención se ha podido generar
conocimiento en torno a cómo, mediante una lectura compleja y relacional, es posible construir
dispositivos narrativos que movilicen a los sistemas al cambio de posturas en el orden semántico,
semiótico y pragmático, desde un proceso conversacional que permita comprender que lo
relacionado a la experiencia vincular no se limita a la configuración de familias según un modelo
familiar biológico y/o tradicional, sino que este objetivo de configurar familias va más allá y se
complejiza con la emergencia de una serie de conflictos y contradicciones en las practicas
discursivas en donde está en juego la configuración del sí mismo. A nivel comprensivo, la
investigación también ha permitido construir un diseño que mediante escenarios conversacionales
posibilita la emergencia de relatos subjetivos en la experiencia vincular, resaltando la diversidad de
recursos que posee un sistema familiar como los que integran la Aldea y la misma organización
para hacer frente a los distintos dilemas encarnados en historias organizacionales y familiares en
diversidad de contextos.
Las narrativas que emergieron dan cuenta de relatos dominantes relacionados con el
proceso organizacional como un actor activo en la experiencia vincular de las familias de Aldea,
quien de forma clara direcciona y establece lo esperado para cada uno de los roles que personifican
las personas que ingresan a la Aldea. Situación que permiten retomar la complejidad de las
relaciones que se establecen al interior de este tipo de sistemas, tema que no es novedoso en cuanto
a las organizaciones pues como bien lo refiere Etkin (2003) en la comprensión que realiza de ellas,
cuando afirma que tienen rasgos de complejidad al estar formadas por múltiples actores y grupos
con diversidad de fines. Estos a su vez obedecen a procesos de supervivencia que mantienen
pragmáticas que recursivamente reafirman algunos aspectos que son característicos de la
organización, situación que forma parte de procesos de autoréplica en el conocimiento permitiendo
la persistencia de la estructura y su perpetuación, y que conlleva a la comprensión de los procesos
identitarios y culturales de las organizaciones con las cuales la familia entra en interacción,
referente a tener en cuenta en la complejidad de la ecología de los sistemas, no sólo en la
investigación, sino en la intervención desde el dominio de lo narrativo.
En este sentido para la Línea de Investigación de Narrativas se destaca que en el encuentro
de los discursos dominantes y los espacios de reflexión del proceso narrativo conversacional, surgen
significados como la emergencia de una autonomía propia del contexto que refleja la complejidad
de los sistemas en aspectos asociados a los procesos identitarios, como es el caso de las madres de
la Aldea en el significado que construyen de su experiencia vivida, y a lo comprendido en una
pretensión de los procesos organizacionales que busca cada familia de Aldea configurar, cómo es la
autonomía. Situación que al engranarse nutre los sistemas interpretativos como ya se mencionó en
la construcción narrativa de la experiencia vincular en la Línea del Proyecto de Investigación
Institucional de Narrativas dando cuenta de “conexiones significativas y novedosas en el relato,
entre los dominios espacio-temporales, cognitivos, emocionales, conductuales o relacionales de la
experiencia o praxis vital de las personas” (Estupiñán, González y Serna, 2006, p. 49), que se
relaciona con la definición del sí mismo en el tiempo, y el establecimiento de un referente de
identidad que parte de la diversidad de sentidos que se configuran de lo esperado para un niño o
joven en situación de abandono. Esta compresión orienta y da una lectura ecológica de los
significados que están en juego como metalenguaje en el desarrollo y curso de las relaciones que se
instauran en los relatos de los contextos familiares y organizacionales como los de la Aldea.
Es así que estos aspectos brindan a la Línea de Narrativas una nueva perspectiva
comprensiva de la experiencia vincular en el encuentro de los órdenes del lenguaje: semántico,
semiótico y pragmático y en su dinámica recursiva, comprendiendo los procesos narrativos en
dichos contextos en relación a la vinculación, entendida desde los sentidos de la identidad familiar,
la pertenencia, la permanencia en los procesos organizacionales de las familias de la Aldea,
integrando y brindando un sentido lingüístico que se configura de manera recursiva entre actores y
contextos, en una narración que es acomodada de acuerdo a la experiencia individual dentro de un
panorama de supervivencia por parte de los actores involucrados, sentido desarrollado en diversidad
de relatos que definen la puesta en la relación que se establece desde marcos que presentan meta
discursos no explicitados, los cuales son también relatos subdominantes que se reflejan en el
desarrollo de conceptos que califican la experiencia de la familia de Aldea como un grupo de
apoyo, o relatos de un miembro significativo que orienta el proceso de adaptación y son referentes
de acomodación en los relatos que se configuran desde los actores. Por lo anterior, en la
comprensión para la Línea de Investigación de Narrativas de los sistemas complejos en este proceso
narrativo, la voz organizacional termina desplazando o silenciando de manera intermitente algunos
miembros en el proceso de vinculación, lo que da una lectura del self narrativo de cada participante
de las familias como un self adaptado al contexto apreciándose estructuras recursivas en el lenguaje,
acomodadas a los contextos o dominios de existencia que son parte del derrotero de cada actor en el
proceso de apropiación del sistema de desarrollo.
En otro nivel se concluye que para la creación de escenarios conversacionales se hace
necesario convocar a los diferentes contextos donde circulan los dilemas humanos, con el fin de
formar redes narrativas que no estén en contradicción a la hora de asumir fenómenos como la
construcción narrativa del vínculo en las familias de la Aldea, pues cada contexto construye a su
vez, a través de sus epistemes y encargos sociales, sus propios significados y maneras de afrontar
los dilemas de las personas, por lo que las narrativas son múltiples y variadas. Por lo anterior es
preciso mediante escenarios conversacionales coordinar sentidos admisibles y favorables para la
nutrición del sí mismo en contextos organizacionales, sin que se tenga que encasillar, sino construir
nuevas maneras de narrarse y de narrar a los otros.
En cuanto al horizonte interventivo, se concluye que se ha logrado fomentar el cambio
mediante reflexiones y metáforas que adquieren en el escenario conversacional una fuerza que
conecta de nuevo a los individuos, familias de Aldea y contextos organizacionales con sus propias
experiencias de vida, de manera que permiten reescribir mediante una postura subjetiva y vivencial
nuevos significados de la propia existencia dando cuenta de la capacidad del sí mismo para
renovarse y encontrarse en la diferencia.
Como recomendación para otras investigaciones en la movilización narrativa, es necesario
en los escenarios conversacionales validar los sentidos y significados que los miembros de las
organizaciones han construido de su experiencia en los diversos contextos conversacionales donde
construyen y reconstruyen su realidad, para que, se reconozcan como expertos de su propia vida y
pongan continuamente en juego sus recursos y experiencias de forma apreciativa ante otro tipo de
desafíos.
Por último, la investigación e intervención ha viabilizado a la línea de investigación de
Narrativas aportar una conexión en las diversas formas como se comprenden en un contexto
organizacional, múltiples experiencias que están relacionadas a narrarse, narrar y ser narrado como
familias de acuerdo a nivel semióticos de la realidad, dando cuenta de la capacidad del ser humano
para adaptarse a contextos que pueden obstaculizar su creatividad sin despojarlo de su posibilidad
de resurgir y construir nuevos vínculos en cualquier espacio donde exista la posibilidad de
interactuar con el otro.
FIGURA SIN NUMERACION
Reflexiones En El Orden Autorreferencial
Involucrados En Lo Que Hablamos Del Contexto
Dentro del proceso que se desarrolló se lograron establecer algunas diferencias que
permitieron evidenciar cómo desde el equipo investigativo interventivo se realizo la observación del
fenómeno. En este sentido un aspecto a destacar se asocio a la manera como se comprendía el
contexto y sus interacciones, sobre todo desde uno de los investigadores que había sostenido
vínculo laborales con el contexto de estudio y que como anota Luhmann (1990, p. 47) “para poder
observar debe poseerse un esquema de diferencias de modo que no hay nunca una observación
neutral que no se encuentre dirigida por una diferencia o por un conjunto de diferencias”. Este
conjunto de distinciones se concretan en la experiencia de cada investigador con relación al ser
parte de una familia pero también de la interacción desarrollada y la experiencia propia desde el
quehacer profesional acompañando procesos con familias de estas características, como es el caso
del investigador mencionado, lo que permitió explicitar las distintas voces dominantes dentro del
contexto con la emergencia en los relatos de algunos dilemas que forman parte de la organización,
así como de la propia comprensión que se tiene de lo familiar desde la experiencia o desde las
teorías y constructos sociales, en este caso para quienes se acercaron como investigadores. En
ambos actores (quien perteneció laboralmente a Aldeas como quienes no) se aprecio un interés por
reconocer el valor de proteger a esta comunidad a la vez que se resaltaba la ambigüedad que se
plantea de ser o no familia, tema que recordó a los investigadores cuanto estaban interpenetrados
por el contexto de investigación lo que expone Estupiñan (retomando a Bateson, 1993, p. 36) al
afirmar que “cuando el investigador comienza a sondear en zonas desconocidas del universo, el otro
extremo de la sonda penetra siempre en las propias partes vitales”. De modo que se comenzó a
narrar la contradicción del vínculo desde diversos relatos como se amplió a lo largo del texto. En
este proceso la paradoja fue un elemento que se expuso con constancia como parte de algunos de
los relatos que se desarrollaron con las familias de Aldea, sin embargo esta se asimila desde los
investigadores interventores como un evento posibilitador y como refiere Luhmann (1990) a apelar
a la alternativa de verla de un modo creativo y no tautológico que impida pensamientos y
actuaciones eficaces.
Otro aspecto que desde el ejercicio autorreferencial fue evidente en el equipo de
investigación intervención tiene que ver con la comprensión que se adquirió a partir del estudio de
lo que implican los dilemas humanos desde un marco narrativo, donde se aprecio el sentido de
muchos de los elementos que se pusieron en juego desde la experiencia de los investigadores en el
contexto de investigación. Este ejercicio fundamentalmente marco una proyección constructiva de
lo psicológico en el plano del lenguaje, que es fenomenología de la vida, experiencial, siendo esta
una continuidad en la formación clínica desde el desarrollo de contextos interventivos que
permitieron entender el cambio desde las emergencias e intervenciones realizadas. En este mismo
sentido el ejercicio recursivo propio de lo narrativo presenta en sus reflexiones distinciones que
atañen a la vida y que implican una ética en la comprensión de lo humano, el trabajo que se realizó
con los grupos progresivamente mostraba las comprensiones teóricas, pero también cómo lo
describían los investigadores en las construcciones que se estaban configurando sobre los diversos
conceptos que atañen a la familia y a los conceptos metodológicos.
Voces Entre Nosotros
Dentro del proceso narrativo conversacional que se desarrolló por medio de los diversos
escenarios que se diseñaron, se generó la emergencia de múltiples relatos donde se aprecia la
oportunidad de destacar narrativas subdominantes. Sin embargo los investigadores interventores
brindaron mayor realce a la posibilidad de generar una conversación cómoda y con fluidez entre el
contexto de investigación y el equipo investigativo, donde la intimidad familiar así como la actitud
de prudencia orientaran las aproximaciones y lecturas del contexto. Experiencia que al tomar curso
limitó la emergencia de múltiples relatos alternos en contraste con la diversidad de historias y
memorias que sobresalieron, situación que se mantuvo a lo largo del proceso siendo exigente para
los investigadores interventores en la manera de desplegar el dialogo, pues este respondía al
bienestar del grupo de trabajo. Este aspecto se vio acompañado desde la experiencia de uno de los
investigadores como ex miembro de la Aldea, quien expone con claridad algunas de las narrativas
propias de la institución al igual que los prejuicios existentes brindando curso a la relación y a la
manera como se comprendía el fenómeno de investigación.
Adicional a esto en relación a la comprensión del fenómeno y a la construcción y
conducción de los escenarios y los procesos globales que emergieron en la investigación
intervención, los espacios de asesoría conformado por los investigadores interventores y las
asesoras del Proyecto de Investigación de la Línea de Narrativas, fueron importantes y necesarios
para el diseño y desarrollo del presente estudio, pues se configuraron como procesos de
construcción de segundo orden, desde el diálogo, interacción y autorreferencia generados por las
coautoras (asesoras), conceptualizando los procesos abordados desde una visión compleja,
sistémica, construccionista y narrativa; permitiendo actualizar las experiencias y emociones de los
investigadores como recursos para la concertación y desarrollo de los escenarios, reconociendo y
convocando a las diferentes voces, emergiendo así neodiseños que fueran pertinentes para la
comprensión y explicación de los procesos de movilización. Todo esto permitió desarrollar un
proceso de investigación intervención desde una lectura sistémica y ecológica, reconociendo los
alcances y limitaciones que emergieron en el estudio, afianzando las competencias como
investigadores interventores e enriqueciendo la Línea de Investigación de Narrativas con los nuevos
aprendizajes co-construyendo realidades posibles.
Un Aprendizaje En La Experiencia
A propósito de la reflexividad y la conectividad, porque pedagógicamente hablando son
más sencillas de unir para explicar aunque en la práctica todos los principios surgen en conjunto, se
puede decir que fueron las que más crecieron desde el punto inicial del proceso al compararlo con
las construcciones finales, pues los primeros textos escritos así como las primeras intervenciones en
el contexto de la investigación estuvieron cargados de historias que se representaron en la forma o
bien de documentos sin interlocutor o bien en historias sin memorias. Sucediendo que, al no
reconocer en los investigadores interventores las diversas narrativas que se tenían en relación al
fenómeno de estudio, lo que se comprendía y no se comprendía de los autores con lo que se
pretendía dialogar, las distintas formas de interpretación del campo narrativo, y el paso que se
espera dar en la intervención compleja de una postura terapéutica de “solucionador de problemas” a
una de posibilitador de nuevas comprensiones y movimientos relacionales; se estaba trabajando con
herramientas de segundo orden pero con pensamiento de primero pues faltaba la inclusión de los
investigadores, consciente y reflexiva, como principal elemento de cambio.
Al igual que en la propia práctica clínica la transformación en doble vía emergió
permitiendo en el encuentro con el otro la creación y re-creación de forma recursiva, pasando de
antiguas distinciones o la remarcación de relatos que son dominantes a nuevas conexiones que
movilizaron el sistema; permitiendo memorias, relatos alternos y la percepción de no existir una
única forma de narrarse como familia, entrando a descontinuar la concepción y el nombrar grupos
en un orden valorativo como por ejemplo “exitosos y no exitosos”. Este acercamiento al mundo del
otro es posible porque existen procesos conversacionales reflexivos, que permitieron que se
construyeran relatos que organizaran la experiencia dando sentido y comprensión a los
acontecimientos y acciones de los diferentes actores.
Para los procesos conversacionales se reconoce la importancia del lenguaje como creador
de mundos y sujetos, ya que al conversar emerge no solo el sujeto sino también nuevos significados
de la experiencia. A propósito del tema Anderson (1997) puede reforzar la explicación cuando dice
que primero viene la actividad del lenguaje y luego el pensamiento. Volviendo a la perspectiva del
investigador interventor implica el reconocimiento y conjugación de tres aspectos: el etnográfico
“como especie humana”, el conversacional “acto de libertad” y el ecológico “entramado de
relaciones de los sistemas posibles que pueden participar” (Estupiñán, 2001).
En el aspecto etnográfico se permite, como ya se toca en el párrafo introductorio, ser
personas trabajando con personas, lo que significo en la práctica eliminar al experto para reconocer
que no se tiene el conocimiento de la experiencia vital mayor al que posee la propia familia y
miembros del sistema; pero si se tienen muy probablemente vivencias parecidas compartidas como
pertenecientes a una misma sociedad, de manera que la metáfora de la caja de resonancia cobro un
fuerte sentido para conversar autorreferencialmente. Existieron, por ejemplo, momentos narrativos
conversacionales en que todos evocaron experiencias como hijos y como padres pertenecientes a
una familia, comprendiendo cómo ello, era una perspectiva desde la que se posicionaba para
realizar lecturas de los relatos vinculares de otros para aprobarlos o negarlos.
En el aspecto conversacional, se comprendía ese dialogo contante entre las voces internas y
externas que se tocan circularmente para construir las concepciones que se tienen sobre el mundo,
siendo un acto totalmente selectivo el posicionamiento de unas voces por encima de otras que
permiten reconfigurar el self y su movilización . Las conversaciones se ponían en un polo, aquel de
la narrativa institucional que es la de mayor peso jerárquico y por lo tanto la más difundida, pero
después en los diferentes bucles narrativos todas se encontraban en otros polos ayudando a construir
ideas a veces nuevas, a veces conocidas, pero siempre intentando narrarlas de otro modo, para
experimentarlas distintas.
Y en el aspecto ecológico, se comprendió la importancia de la clausura-apertura que
explica Varela (1998) pues como equipo interventivo fue necesario cerrarse individual y
grupalmente para reorganizarse e identificarse, para luego sí regresar al sistema ecológico que
contenía, sin permitir perder el horizonte. Por lo tanto fueron cambios que no solo afectaron a los
participantes directos de la investigación-intervención sino que, como afirma la teoría del caos en
un “efecto mariposa”, paralelamente fueron impactados otros sistemas más amplios, resultando
importante considerarse cómo los distintos miembros participan en diversos contextos, lo cual
modifica implícita y explícitamente las posibilidades de interacción de sus integrantes de manera
continua afectando nuevamente el sistema de donde “inicio”.
El último principio organizador autorreferencial lo posibilito la contextualidad, entenderlo
y aceptar la incertidumbre y las emociones que se conectan con ella, con el aquí y el ahora, que
permite emergencias nuevas y muchas veces indeterminadas pues el conversar se da en un espacio-
tiempo definido, pero que redirecciona y moldea las interacciones hilando de maneras diversas los
procesos; posibilitó verdaderamente intervenir con una mirada de segundo orden. Los actores
presentes, aquellos que se expresaron con el hablar y aquellos que se expresaron con el silencio, los
aspectos socio temporales de la interacción cursante, los fines que aparecen explícitos y los que se
dan en una agenda oculta, las relaciones sociales poco observables o identificables en el curso del
intercambio, todo ello, como bien lo menciona Estupiñán (2001) se convierten en el marco de la
acción autorreferencial cuando aparece en los discursos presentes.
En definitiva, hablar de lo psicológico invita a conversar del contexto en el cual se quiere
ubicar, la historia, los recursos, las multiplicidades del autonarrarse y el narrar los fenómenos; lo
que hace que la postura compleja de un salto importante al incluir la autorreferencia como ese
proceso de reconocimiento de lo ético, lo estético, y lo pragmático que da una apertura particular a
las relaciones y en este caso permitió aprendizajes narrativos vinculares no solo en el programa de
Aldeas sino en los demás actores que participaron (autores y coautores) de la experiencia
interventiva.
Movimientos Entre lo Rígido y lo Flexible
Durante el desarrollo del proceso conversacional fue claro un desplazamiento en las
posturas del equipo investigador entre epistemologías de orden lineal y de orden recursivo, donde
fue esta ultima la que permitió percatarse del tipo de conocimiento que se estaba configurando y por
otro lado la emergencia del observador. En este proceso progresivamente la subjetividad adquirió
un valor significativo por brindar la posibilidad de incluir todas las voces sin demeritar alguna, así
como validar la polifonía representada en muchas narraciones donde las opciones siempre superan
la univocidad de una epistemología lineal. En estas subjetividades se encuentran los relatos alternos
como posibilidades de narrarse diferente pero además de comprender el mundo con un sentido
particular con relación a un evento similar desde cada uno de los miembros de las familias
convocadas, sin lugar a dudas esta adaptación que realiza el individuo sobre el contexto es un
esfuerzo en la asimilación del entorno, que para el caso de las familias de Aldeas y el equipo
investigador interventor permite comprender la experiencia de vinculación dentro de las diferentes
facetas o alternativas que se aprecian donde se resignificó no solo el concepto de familia sino se
resalto el papel de algunos relatos en la experiencia de vinculación al interior de la aldea por parte
de sus miembros.
Preguntas y sugerencias del ejercicio investigativo interventivo
Algunos temas de interés fueron emergiendo a lo largo de la investigación intervención los
cuales son suceptibles de ser retomados en próximas investigaciones como la manera en que el ciclo
vital se desarrolla y las crisis que se suscitan cuando los contextos de protección son diferentes a los
comúnmente evidenciados que calificamos como naturales en este sentido refiriéndose a las
familias sustitutas específicamente desde un horizonte organizacional; otro aspecto atañe a la
manera como participan en la configuración vincular los meta contextos y definen el curso no solo
de las relaciones de inserción en la vida si no de la propia definición del sujeto reduciendo el rango
de posibilidades para desplegar existencia; en este mismo nivel emergen como otro tema de interés
las relaciones de poder desde las narrativas dominantes en contextos que se han rigidizado y que
estructuran pragmáticas que les permiten ser funcionales sin embargo no estar centradas en el
bienestar y la autonomía que se apreciaría en el ejemplo de la generación de un totalitarismo.
¿Cómo construimos y orientamos narrativa y conversacionalmente los procesos y escenarios de
investigación intervención de un fenómeno clínico en un contexto organizacional?; Desde una
óptica ecológica emerge la inquietud sobre como los procesos conversacionales son los que definen
los contextos y por lo tanto el curso de las relaciones que allí se suscitan de manera que lo vincular
y lo narrativo se encuentran desde el significado, que es propio de una vida mental o psíquica que
seria alterno y superpuesto a lo vincular que presenta un derrotero de estrategias de vida en
acoplamiento del organismo con su contexto, siendo concomitante a lo mental mas operando con
una autonomía propia que se puede calificar de soporte, es decir que la vida de un organismo es la
convergencia de diversas autonomías superpuestas con clausuras respectivas pero dentro de un
grado de coordinación recursiva que posibilita la integración o unidad sistémica. Tema que
permitiría una nueva relación con lo vincular desde un marco como el de la autonomía de los
organismos.
Otro elemento que surgió y es importante entrar a comprender es la complejidad de la
experiencia vincular de las familias y la organización, sin desconocer el carácter institucional y
legal que hace parte del proceso, por esto se recomienda la participación de diversos actores, y la
generación de estrategias complejas que realicen aproximaciones a los fenómenos reconociendo y
respetando la ecología propia de los mismos.
En el diseño de escenarios conversacionales para nuevas propuestas investigativas desde la
línea de Narrativas se recomienda convocar a los diversos contextos relevantes según el fenómeno
de estudio, donde transitan las contradicciones humanas, con el fin de formar tramas narrativas que
no estén en discrepancia a la hora de asumir fenómenos como la experiencia vincular, ya que cada
contexto construye sus propios significados y maneras de afrontar las disyuntivas, es así que se
sugiere para otras investigaciones que se validen los sentidos y significados que los diversos
sistemas han configurado en su experiencia, para que, se reconozcan a sí mismos como expertos en
su vida utilizando recursos y aprendizajes de forma recursiva en la paradoja de la vida.
Algunas sugerencias para la investigación intervención desde el paradigma sistémico en
contextos organizacionales que se posicionan desde el apoyo a los niños y jóvenes en situaciones
vulnerabilidad podrían pensarse en la línea de: continuar construyendo espacios de reflexión en
relación a los sentidos y experiencias de autonomía desde la voz organizacional, dando apertura a la
emergencia de múltiples versiones válidas.
En esta línea de organizarse y disponerse para el desarrollo de experiencias que favorezcan
los sentidos de autonomía en los miembros de estos sistemas, se sugiere reestructurar la forma como
se está comprendiendo y convocando a las familias biológicas de los niños y jóvenes, ya que el
desarrollo de esa autonomía solo es posible en la medida en que el contexto relacional afectivo de
ellos genera seguridades para iniciar el proceso de diferenciación y construcción de los recursos
propios.
Para el contexto especifico de la Aldea se sugiere de continuar en esta línea de
investigación, retomar la voz de los jóvenes que han salido del programa sin haber cumplido la
totalidad del proceso, para poder enriquecerse desde la experiencia de los actores que se permitieron
escribir su historia aunque esta implicara estar en oposición a las narrativas privilegiadas por la
organización, para construir nuevas comprensiones de lo que implica la dinámica vincular en las
familias de la Aldea y el sentido de permanencia de los vínculos que se configuran. FIGURA SIN
NUMERACION
POST ESCRITUM
Durante la sustentación uno de los ejes que intereso a los jurados aun antes de terminar la
exposición fue el método; indagaron por aspectos específicos que dieran cuenta del proceso que se
había realizado para responder a la pregunta de investigación (¿Cómo se construyen narrativamente
los vínculos en las familias sustitutas permanentes de la Aldea Infantil Bogotá?) De forma recursiva
se retomo la pregunta de investigación para hacer más clara la inquietud metodológica de los
jurados, como se puede observar a continuación “Mónica Polo: ¿Cómo emergen los vínculos en la
narrativa? ¿Cómo se apropiaron de su pregunta para responderla? Jairo Estupiñan: ¿Cómo en la
puesta en escena emergen los relatos que ustedes sugieren para retomar del proceso de
intervención? Ustedes nos tienen que mostrar la bondad de sus procesos. Felipe Parra:
Particularmente lo que nos interesa es ver en el método como se hace la integración de los
objetivos, preguntas orientadoras y matrices”
Este interés nos remitió a la matriz de interpretación del proceso narrativo conversacional
de los escenarios y de esta forma hacer explicito el proceso conversacional interventivo y la
configuración de narrativas dominantes por narrativas posibilitadoras en relación al fenómeno de
estudio. La matriz que se construyo para interpretar el proceso narrativo interventivo permitió el
encuentro de los conceptos metodológicos de la línea de investigación (historias, memorias y
narrativas alternas) y los conceptos metodológicos de la investigación (construcción de los vínculos
en relación a los sentidos de identidad familiar, pertenencia, permanencia y proceso
organizacional), pero mediante las preguntas e inquietudes de los jurados se evidencia que hace
falta mayor claridad en el texto que permita a los lectores comprender la forma en que esta matriz
fue una herramienta útil para interpretar la emergencia narrativa de la experiencia vincular. Desde
allí realizan una sugerencia para enriquecer el trabajo de investigación y es que: en la metodología
se debe describir el procedimiento donde se explique como se iba haciendo la investigación, pero no
escenario por escenario sino el procedimiento general que se utilizo en todos los escenarios y que
después de cada escenario se fue puliendo.
Finalizada la sustentación por parte de los investigadores interventores, los lectores y
jurados comparten sus apreciaciones, resaltan la claridad y organización de la investigación así
como su conexión con el proyecto de la Maestría. Por otra parte se realizo un reconocimiento en
relación al rigor de la investigación social, ya que desde la voz del jurado, esto favorece el mostrar a
los grupos sociales experiencias donde no solamente se califica (bien o mal) sino que se da
posibilidad de aportar a nuevas emergencias.
El director de la Maestría Doctor Jairo Estupiñan, sugirió que en la metodología el
procedimiento general debe ser más preciso antes de describir todos los escenarios. Con respecto a
los aportes de la investigación expresó: en primer lugar el método de intervención social asociado a
las posibilidades de cambio en las organizaciones, desde allí resalto que para el proyecto
institucional el aporte se da en términos metodológicos ya que no se puede predeterminar el modelo
de intervención de la investigación sino que los procesos conversacionales hacen performancia
además de lo que se conquista en el proceso del conocimiento, ya que el enfoque no garantiza
absolutamente la conquista y éxito del prediseño sino que al desarrollar el prediseño el diseño
mismo abre la posibilidad de más diseños; en segundo lugar retomo la reconstrucción del concepto
de familia, a partir de esto el Doctor realiza un segundo nivel de análisis y expresa lo siguiente:
“mas allá de la transformación del concepto de familia tradicional es el concepto de comunidad y
self, el concepto de familia es muy pobre para lo que puede hacer la comunidad en todo el
desarrollo del self y otra conquista que no fue resaltada es el proceso del desarrolló del self y la
ambigüedad desde el punto de vista de la psicología compleja porque pretender resolver la
ambigüedad del desarrollo es lo que es paradójicamente contrario al cambio, justamente es
interesante porque es ambiguo y por lo tanto el punto de la ambigüedad es el que hay que sostener
en las organizaciones, el concepto de ambigüedad creo que está ligado al self y este punto es un
aporte de la misma tesis porque implica que el desarrollo del self debe estar ligado a la ambigüedad
y la ambigüedad está en la pluralidad de las narrativas y no en la unicidad de la narrativas” y por
último el Doctor menciono la capacidad autorreferencial de los investigadores interventores lo cual
favoreció mantener una perspectiva de hospitalidad aspecto importante en la dinámica
conversacional.
En el equipo reflexivo de los investigadores interventores emergieron algunas ideas y
emociones de la experiencia, en general hubo una sensación de satisfacción al escuchar los aportes
de los jurados frente al trabajo de investigación, así mismo se experimento inquietud y ansiedad al
intentar dar respuesta a las preguntas de los jurados en relación a la metodología, tópico que
después es retomado por ellos mismos como aporte a la línea de investigación. Otro eje de
conversación fue la recursividad del proceso narrativo conversacional en la comprensión e
intervención de los fenómenos humanos. El proceso autorreferencial se significo como un ejercicio
constante y de un alto nivel de exigencia que implico la participación activa de las asesoras de
investigación quienes desde su acompañamiento académico y personal favorecieron la emergencia
de ejercicios reflexivos de segundo orden.
También para el equipo investigativo interventivo pero desde la voz de las asesoras,
emergen expresiones de satisfacción por el proceso desarrollado, especialmente la forma como los
conceptos metodológicos de la investigación se conectaban con los de la línea para comprender la
construcción narrativa de los vínculos. Otro aspecto que compartieron desde su experiencia como
asesoras fue la pregunta que una de ellas se llevaba y fue “¿Cómo metodológicamente diseñar
escenarios de asesoría en donde puedan emerger como investigadores sociales de segundo orden?”
Este escenario cierra cuando los jurados salen del salón de sustentación a deliberar y al
ingresar el Doctor Estupiñan informa que han calificado la tesis como meritoria.
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