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Identidad negada JUDICIALES El crimen de Liliana Ledesma La madre acusa: Ernesto Aparicio pagó 20 mil pesos para que la mataran. Páginas 12 y 13 El otro como vergonzante. La visión sesgada. Ser y no ser lo que somos. Las posibilidades de vernos.
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INFORMACIÓN Y ANÁLISISSOBRE DERECHOS Y JUSTICIA
año 1número 25
24 de septiembre de 2011
Un suplemento de
AR
IAS
Identidadnegada JUDICIALES
El crimen de Liliana LedesmaLa madre acusa: Ernesto Apariciopagó 20 mil pesos para que lamataran.
Páginas 12 y 13
El otro como vergonzante. La visión sesgada.Ser y no ser lo que somos. Las posibilidades de vernos.
Páginas 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9
2 / otrosterritorios
derechos humanos hoy/ identidades negadas
HISTORIAS QUE SE OCULTAN Y SILENCIAN.
TrenzasLAURA ARIAS
otros territorios
información y análisis
sobre derechos y justicia
Producción: Colectivo editorial Otrosterritorios
Colaboradores: Elena Corvalán, Florencia Lance, Eloy López,
Laura Arias, Luján González, Lorenzo Langbhen, Hernán Ulm
Corrección: Marita Couto
Arte de tapa: Roly Arias
Ilustraciones: Andrea Fernández
Fotografías: Rolando Díaz
Comercialización: Norberto Barbieri (0387) 154130084
Suplemento de Nuevo Diario /otros territorios
24 de septiembre de 2011año 1 • número 25
otrosterritorios@yahoo.com.ar
Siempre me gustaron las
trenzas.
Hace mucho tiempo que
recuerdo estar mirando
fascinada a estas mujeres de
trenzas negras, con sus hijos
a cuestas y tantas otras
cargas.
Alguna vez, de tanto
interesarme, entendí que
había en ellas algo que
también era mío. Algo que
me hablaba de mi abuela,
una mujer que la peleaba
sola en situaciones hostiles,
que daba de comer, que
vendía plantitas en el
mercado y que siempre
tenía claro eso de cuidar a los
suyos.
Un día me enteré que mi
abuela era de Bolivia y que
por eso tenía los rasgos de
esa hermosa tierra. Llegó a
Salta huyendo de
situaciones que no eran
gratas ni para ella ni para su
familia. En el sur de nuestra
provincia, se encontró con
un señor que escapaba
también y que tenía los
mismos anhelos de construir
algo propio, de empezar de
nuevo.
En la reconstrucción de la identidad se ponenrecrean un legado de historias femeninas y
¿Quiénessomos?
compras, cuando conviene
económicamentey miramos el
mundo indígena para sentir
lástima o culpa, pero nunca
identidad.
Allí nomás, cerquita, hay
hermanos con los que tenemos
muchas más cosas en común
que con modelos importados.
Colores, olores,paisajes,
costumbres, comidas. Tanto
pero tanto que es un desafío que
no deja de estar presente en la
construcción de una identidad
latinoamericana que sienta
orgullo por ser parte,
compromiso por reconocerse y
alegría por lograrlo.
COLECTIVO EDITORIAL
OTROS TERRITORIOS
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Vivimos de espalda a
nuestro continente y a nuestra
identidad. Miramos a un lado y
a otro y nos desconocemos con
nuestros vecinos, con nosotros
mismos. No queremos ser algo
con ellos, ni siquiera parecernos.
¡Somos argentinos! Y ponemos
más interés y énfasis en
expresar lo que no somos que lo
que somos. En realidad no
sabemos qué somos. ¿Europeos?
¿Indígenas? ¿Colonizados?
¿Colonizadores? Y, en todo caso,
¿qué queremos ser?
Identidades compartidas y
comunes son negadas,
olvidadas, disimuladas.
Consumimos en la televisión
conflictos de modelos y
bailarines y nos
reconocemosallí: queremos
vestirnos como ellos, comer
como ellos, ¡hasta hablar como
ellos! En cambio, recordamos a
Bolivia solo para ir hacer
Era una mujer durísima.
La recuerdo siempre
enojada y molesta. Era una
matrona, una mujer muy
fuerte que controlaba todo
a su alrededor. Ahora
entiendo: su familia fue y
será un matriarcado, no
solo porque se quedó sola,
sino porque era mucha
mujer.
otrosterritorios / 3
derechos humanos hoy/ identidades negadas
para armarEl secreto de mi abuela
Esas cargas coloridas en
sus espaldas, esos bultos
escondidos, esas trenzas,
un día se cortaron. Luego
escuché, en algún lado, el
término virlocha, una forma
despectiva de llamar a las
mujeres que quieren “no ser
bolivianas”, que se cortan el
pelo, que se suben la falda,
pero que siempre usan las
enaguas. ¡Siempre me
llamaron la atención las
enaguas!
Cuando la conocí sus
trenzas ya no estaban. Conocí
un parte de ella, con la que no
me identificaba. No entendí su
sufrimiento.
Ahora puedo y quiero
reconstruir de a poco toda
esta historia, que no es solo
la mía. Mi abuela era
boliviana y no lo sabía.
Parece que este es un “tema”
complejo, un tema de varias
en juego recuerdos y secretos. En este relato, las trenzas negras que se arman y desarmandisparan preguntas para seguir.
PREGUNTAS QUE SE FORMULAN PARA AVERIGUAR CÓMO SEGUIR
Esas cargas coloridas ensus espaldas, esos bultosescondidos, esas trenzas,un día se cortaron.
vergüenzas (de cosas para
esconder), que lo único que
hacen es retrasar el
conocimiento y
reconocimiento de nuestra
identidad.
¿Seré parecida a ella?
¿Mi cuerpo tomará sus
formas? ¿Será por eso que
no me cuesta acomodarme
en cualquier lado a comer y
que me gusta hacerlo en la
calle, con pocos utensilios?
¿Será que mi carácter
femenino tendrá esa
arrasadora potencia?
Los secretos familiares
son temas repetidos en
todas las sociedades. Sus
protagonistas los sabemos y
los repetimos, entendemos
el por qué de estos secretos,
bien guardados. Los
naturalizamos, convivimos con
ellos, hasta el momento en que
tenemos que desempolvar
para entender qué pasó
antes. Me pregunto, no dejo
de preguntarme: ¿Cómo
habrá sido ser mujer en ese
momento? ¿Cómo fueron
ellas? ¿Cómo seguir yo, ahora?
¿Cuáles habrán sido sus
canciones? ¿Sus temores?
¿Sus refugios, sus orgullos,
sus penas? ¿Sus deseos?
¿Habrá tenido deseos?
¿Deseos de mujer? ¿O los
habrá escondido? ¿En qué
vírgenes habrá creído?
¿Cómo habrá entendido a
los hombres? ¿De dónde
sacaba su fortaleza?
Estas trenzas que tendré
que seguir armando, a veces
son débiles, y se aclaran,
pierden su color. Pero otras
veces son negras y tan
pesadas que cuesta
trenzarlas, pero cuando lo
logro quedan firmes. El
pasado habla en recuerdos,
y yo puedo y quiero
construir desde allí.
Estoy segura de este, que
era “su secreto”. Pero
también estoy segura que
no es solo suyo...
4 / otrosterritorios
derechos humanos hoy/ identidades negadas
La convivencia de múltiples y diversas identidades culturales en el norte de nuestro país.La frontera como zona de encuentros con otros y de discriminaciones.
El ser o no ser como opción de supervivencia.
LA CONVENIENCIA DE SER O NO SER
A veces sí, a veces no
ELOY LÓPEZ
eloylopez5@hotmail.comAlegrías y tristezas
Esta afirmación encuentra su
fundamento en experiencias
cotidianas y manifestaciones públicas
que se escuchan a diario en la calle,
en una cancha de fútbol, en el mercado
o en conversaciones de eventuales
reuniones en donde alguno puede
decir, como conclusión de la
discusión, “lo que pasa es que tienen
que volver a su país porque nosotros
no vamos al suyo a robarles nada”.
(¡Y lo dice sin que le dé vergüenza!).
Conversando con integrantes de la
colectividad boliviana respecto del
tema que se propone, manifestaron
alegría de tener un espacio para
opinar y debatir este tema. Las
alegrías, de a poco, se fueron
convirtiendo en seriedades. Cuando
ahondamos sobre las manifestaciones
negativas que reciben, de las
situaciones peyorativas en contra de
su nacionalidad, de su forma de vestir
o de su situación económica,
expresaron lo duro del día a día ya
que, ante su organización como
colectividad, solo reciben
reconocimientos y acercamientos en
las fechas festivas, y mucho
desconocimiento y desaires en lo
cotidiano. Por ejemplo, como son de
otro país, escuchan siempre que se
deben atender primero las
necesidades de los locales. Pero
también se muestran sorprendidos
cuando cuentan que tampoco ven que
se les resuelvan las cosas a esos
locales. En esta parte de la charla
Desde siempre fue difícil ser un
inmigrante en el norte de nuestro país,
debido a diversas variables: el color
de piel, la condición socio-
económica, los antepasados, el idioma
original y el adquirido, las
costumbres, la cultura, las fiestas, la
religión, la ropa, entre muchas otras
cuestiones.
Sin embargo, considero que la
variable más impactante y específica
es que estamos en una zona de
frontera, donde caminan diversas
complejidades que, en determinados
casos, rozan la violencia. Y ésta,
generalmente,
se encubre en
los tiempos de
l o s
administradores del
ingreso o egreso a otro país,
los uniformados custodios
fronterizos, los controles
aduaneros y la complejidad de la
dinámica de las personas que
caminan y atraviesan
permanentemente esa línea que
divide Estados. Por ende, estas
situaciones traen aparejadas
experiencias que se transforman en
paradigmas callejeros o símbolos
populares que se transmiten entre las
personas que a posteriori forjarán
una idea del otro (el del país vecino)
en muchos casos desacertada y
obviamente egocéntrica.
Discriminatoria en muchos casos.
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derechos humanos hoy/ identidades negadas
Bolivia, hay reconocimiento y un
deseo de que se conozca lo que
significa ese acto. Si los comentarios
no son halagadores hay una crítica a
la forma en que se trata a los
integrantes de esas comunidades y se
afirma que solo a sus comunidades les
pasan estas cosas. Porque, por
ejemplo, no se expondrían cuerpos de
miembros de la colectividad judía, ya
que esto significaría una falta de
respeto a esta cultura.
Por ahora, y para la gente que
participó de la charla con Otros
Territorios, estas son las estrategias
del ser o no ser en este norte, por lo
general, tan despectivo.
“A veces, uno niega ser de dónde es paraevitar problemas en la escuela, en elvecindario, o con algunas personas que deciden sobre cosas que a uno le hacen falta”.
analizábamos la cuestión de la falta de
viviendas. Una de las preguntas que
salió en la charla fue: ¿dónde se
origina toda esa fobia que manifiestan
algunas personas de este norte
argentino? Las respuestas fueron
variadas pero con una conclusión
general: “a veces uno niega ser de
donde es para evitar problemas en la
escuela, en el vecindario, o con
algunas personas que deciden cosas
que a uno le hacen falta, como
terrenos, casas o alimentos. Y a veces
es bueno no ocultar la nacionalidad
ya que se forman grupos de paisanos
para tratar de organizarse en las
fiestas y en proyectos de trabajo que
después nos ayudan a que entre
nosotros nos podamos dar una mano.
Por ejemplo, en las ferias en donde
nos ayudamos en los puestos ya que
hay mucha habilidad para manejar el
dinero y siempre volver a invertir
para seguir vendiendo, siempre nos
estamos dando una mano”.
Yo no soy boliviano
Una de las manifestaciones
públicas que más publicidad tuvo
hace un tiempo, en 2008, fue la que
aconteció en la ciudad de Jujuy, en
una cancha de fútbol, donde se
enfrentaban Gimnasia y Esgrima de
Jujuy y Argentino Juniors.
Ocurrieron dos cosas y tuvo que
intervenir el Instituto Nacional de
Lucha contra la Discriminación la
Xenofobia y el Racismo (INADI)
debido a lo impactante de la
situación. En el partido unos y otros
se profirieron insultos. Los jugadores
de Jujuy denunciaban que tanto el
referí como algunos jugadores del
equipo contrario los llamaban
peyorativamente aludiendo a su
supuesta condición de bolivianos y,
finalmente, el presidente del club
jujeño, con visible ira, entró a la
cancha de juego a increpar al árbitro
diciéndole que no insultara de esa
manera porque “yo no soy ningún
bolita”. El pertenecía a otra
colectividad, también representativa
en número en la provincia, pero
efectivamente con otra “posición”
dentro de la estructura de esa ciudad.
Estos acontecimientos fueron
filmados y se debatió mucho sobre la
naturalidad con que, para algunos, es
una ofensa que los señalen como
integrantes de determinadas
colectividades.
El análisis nos lleva ahora a otra
situación impactante. En el Museo de
Antropología de Alta Montaña
(MAAM) se muestran, con fines
turísticos, cuerpos congelados en un
ritual de la cultura andina. Esta
exhibición, también analizada en la
charla, dejó desazón; se conocían las
manifestaciones en contra de la
exposición pública de los niños de
Llullaillaco. Los partícipes de la charla
coincidieron en que esta mirada
sobre la condición boliviana los obliga
a una permanente evaluación para
determinar si deben o no reconocer
su pertenencia a esta colectividad: si
los comentarios son halagadores
acerca de la cultura andina de Perú y
6 / otrosterritorios
derechos humanos hoy/ identidades negadas
LOS VALORES DE LO ANDINO, LOS PREJUICIOS LIMITANTES
LUJÁN GONZÁLEZ
lulamaravilla@gmail.com
Pertenencia e identidad La revalorización de las culturas ancestrales y los, todavía, pre conceptos negativos
que existen con lo nuestro. La permanencia de la práctica, colonizada, de enajenarlo propio y amar lo ajeno.
“En nuestro caso, y
desde el ámbito del cual
puedo hablar, para mi país,
Bolivia, lo andino, es
sinónimo de nación y, esto
es mucho más que una
palabra. (...) Está asentado
en todo el plano cultural y
desde los últimos años
significa reconocimiento e
integración de las diferentes
naciones que integran a mi
patria”, explicó el
funcionario del consular
Ricardo Jesús Díaz.
“Lo andino como
nación, como sentido de
pertenencia comenzó en
nuestro país a partir de la
gestión de Evo Morales, y
como este rescató la idea y
revalorizóa los pueblos
indígenas”, añadió el
funcionario, que conversó
con Otros Territorios sobre
la negación de la identidad
andina.
Desde su perspectiva,
Díaz relativizó la negación la
negación de lo andino en
Salta y Jujuy. Se aprecia que
el desprecio por lo andino
no es atributo exclusivo de
esta parte del mapa y que en
Bolivia, a donde se dirigen
las miradas cuando se habla
de andino, el desapego por
lo propio puede ser aún más
notorio.
Más allá de la
experiencia de Evo, que
luego de convertirse en el
primer presidente indígena
de Bolivia, y de América
Latina, tuvo entre sus
primeras medidas la
introducción de la
denominación “estado
plurinacional”, dando una
de los Andes) con mucho
orgullo en manifestaciones
políticas, o actos
gubernamentales, dándole
una entidad muy
importante en cada acto
donde se presenta, algo que
en mi país solamente es
utilizado por los originarios
y antes de 2008, cuando fue
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reconocida como símbolo
del estado boliviano,
todavía era muy
denostada”.
El demonio de la quínoa
Para Díaz hay una
aceptación de lo andino en
el norte argentino, algo que
consideró muy positivo,
aunque señaló que todavía
hay mucho para hacer, dado
que aun existe un rechazo
cultural, aunque lo
consideró “mínimo”, y que
“cada vez se reduce más”.
“Es solo una pequeña
porción de la población que
continúa manteniendo
aquella mentalidad
otrosterritorios / 7
derechos humanos hoy/ identidades negadas
colonialista que continúa
imperando desde hace
siglos en toda la región. A
pesar de eso veo que acá los
jóvenes, o todos los sectores
aceptan o abrazan esta
cultura y se la puede percibir
en cotidianeidades como la
artesanía, la ropa, la música.
Estoy desde hace dos años
en Argentina y lo percibo
cada vez más fuerte, incluso
en la gastronomía acá se
fortaleció la exportación de
la quínoa o se la utiliza para
platos gourmet, un cultivo
que estuvo mucho
desarrolladas e intención de
implementarlas, con
organismos nacionales que
fomentan la integración y
castigan la discriminación,
tal es el caso del Instituto
Nacional contra la
Discriminación, la
Xenofobia y el Racismo
(INADI), que interviene
ante prácticas
discriminatorias.
“En cambio, en nuestro
país esta lucha la fuimos
ganando de a poco, y
todavía es necesario
continuar dando pelea.
Todo pasa por forjar una
nueva mentalidad, dejar de
lado esos pre conceptos que
nos hacían pensar que lo de
afuera era lo mejor y que lo
nuestro no. Es con esta que
debemos tener una mirada
crítica y con la nuestra
revalorizar nuestras raíces,
sabiendo que pertenecen a
las culturas ancestrales que
fueron el basamento de
toda la sociedad
latinoamericana”.
A pesar de los
obstáculos, el funcionario
del estado vecino de Bolivia,
tiene una mirada optimista
con respecto a la aceptación
de lo andino, como una
mirada de integración.
“Hoy los gobiernos
latinoamericanos, los
diferentes líderes de la
región, poseen una mirada
y el objetivo de revitalizar
esta unión andina de las
naciones latinoamericanas,
las cuales se erigieron y se
forjaron en el
Tahuantinsuyo (estado
precolombino situado en
crearon cultura y valores
muy propios de la zona,
como el respeto a la tierra
(con la Pachamama), de ya
no tener vergüenza de
donde venimos, sino
sentirnos muy orgullosos
de todo el pasado en común
que tenemos los
latinoamericanos”.
8 / otrosterritorios
La cuestión
derechos humanos hoy/ identidades negadas
LO INVISIBLE ENTRE NOSOTROS
HERNÁN ULM
Lo invisible no es la visibilidad negada sino la
imposibilidad de la visibilidad de aquello que
pasa por nuestra mirada, allí delante de
nosotros. Negarse a ver es todavía saber que
algo hay para ver.
El ojo está habitado por aquello
que no llega a ver. En la apariencia de
la mayor claridad, se esconde siempre
la sombra que se oculta a plena luz.
No ver, no poder ver, no querer ver,
forma parte de los modos
acostumbrados de la reacción
conservadora. Una política distribuye
lo sensible. El registro de lo visible
responde siempre a la operación
política por la que nuestra mirada se
abre un mundo y lo puebla de objetos
y personas. Esa mirada que traza
fronteras, que define afueras y
adentros, pertenencias y exclusiones.
Pero más allá y más acá de la frontera,
está aquello que ni tan siquiera puede
ser negado porque el ojo no ve. Más
acá o más allá de esas fronteras que
orientan nuestras percepciones, se
instala lo que ni siquiera adquiere el
estatuto de lo negado. Lo invisible
entre nosotros. Porque no se trata de
negar lo que se ve (esa operación
supone que se ha visto y, luego, se ha
negado, rechazado, lo que se ha visto).
Lo invisible no es la visibilidad
negada sino la imposibilidad de la
visibilidad de aquello que pasa por
nuestra mirada, allí delante de
nosotros. Negarse a ver es todavía
saber que algo hay para ver. Lo
invisible escapa también a esa
posibilidad. No se trata pues de no
querer ver sino más bien de no dar
entidad visible a aquello que, sin
embargo, está allí frente a los ojos.
Tanto como no se oye la voz de
aquellos a quienes no se le reconoce
la palabra (sea la voz de los niños, de
las mujeres, de los locos, de los viejos,
de los extranjeros). Entonces el
lenguaje corre en ayuda del ojo y
nombra: los bolivianos. Una forma
prolija y correcta de ofrecerle un
lugar a lo desconocido, de otorgarle
un estatuto y así ofrecerle sus
derechos y una correcta visibilidad
(¿pero por qué no los tenían, por qué
debemos garantizarlos, quién, cómo
y por qué los había estado negando?).
Es el viejo truco de reducir lo Otro a
una Identidad. El truco de sujetar las
fuerzas en un sustantivo y detener sus
potencias devastadoras, esas que
destruyen toda la seguridad de la
buena visión. El giro autoritario por
el que el fantasma se vuelve cuerpo.
Ahora el ojo y la palabra se unen y
hacen su vieja alianza: construyen un
visible sobre el cual disputar una
normalidad.
“La visibilidad es una trampa”
decía hace ya mucho tiempo Michel
Foucault. Se instituye así esa deseada
frontera en la que los otros son
separados de nosotros. Y allí están,
por supuesto, siempre presentes, las
tarjetas postales que se encargan de
definir, con claridad, lo otro, aquello
que no somos nosotros, que vuelven
la alteridad un estereotipo y lo
configuran de un modo tal que su
evidencia resulta tan aceptable como
innecesaria. Que inaugura también los
discursos xenófobos tanto como los
paternalistas. Pero por tras de esa
alteridad de almanaque (ese
almanaque puede ser tan pintoresco
como grotesco, en todo caso da lo
mismo ya que ambos son
irremediablemente falsos), las fuerzas
sin presencia
otrosterritorios / 9
identidades negadas / derechos humanos hoy
que se mezclan siguen perturbando el
ojo que no quiere ni puede ver aquello
que lo rodea y que él siente como una
amenaza (y por eso, porque se siente
amenazado, temeroso, reacciona
amenazante y violento. Asustado, no
quiere ver). Porque lo invisible no se
deja sujetar en ningún nombre, lo
invisible entre nosotros se hace cada
vez más difuso y más penetrante.
Las fuerzas que se mezclan entre
nosotros y nos crean siempre
distintos, no se someten sin resistir,
sin desajustarse. En suma, no se dejan
simplemente nombrar y hacer
visibles. Esas fuerzas desbordan
las identidades y las cuestionan en
cada gesto imperceptible en el que nos
sorprendemos ajenos a nosotros
mismos. Entonces, un día,
desprevenido, el ojo siente una
turbulencia, un movimiento
excéntrico, una fuga por la que se
abisma toda su seguridad. Y le aparece
aquello que siempre estuvo allí. Le
aparece que él es el otro. Que la
frontera cae. Y la fuerza de lo invisible
surge transformando todo el
paisaje. Algo se agrieta y ninguna
imagen postal puede ya
sostenerse sobre esa fractura.
Siguen estando allí, más
allá de los esfuerzos para
nombrarlos o para
construirles una imagen tan
obvia como falsa. Invisibles
fantasmas que nos conjuran.
Fantasmas de un tiempo
remoto agazapado en una
genealogía familiar, en una
tradición contaminada, impura,
ya que al fin y al cabo, estamos
hechos de esas impurezas. Ellos,
allí, es decir, aquí, entre nosotros,
nos muestran que toda nuestra
tradición es el producto de una
mezcla. Esa presencia sin imagen,
esa presencia que se sustrae a la
imagen, nos dice, con sus modos
tranquilos, que toda tradición es
impura, que toda estirpe es
contaminada, que toda pureza nace
de un desvío. Siguen estando allí,
como las fuerzas ocultas que
transforman la superficie del mundo.
En las historias que acarrean los
apellidos, en los colores con que
adornamos nuestras casas y en
nuestro modo de andar. Se han
mezclado de tal forma que se han
vuelto indiscernibles.
Y un día, frente al espejo, vemos
que en verdad siempre fuimos los
otros. Tal vez, el temor ante lo
invisible es que nos demuestra una
verdad insoportable: estamos hechos
de eso que no podemos ver, somos
esos que en su invisibilidad nos han
tomado por asalto. Somos el resultado
de un mestizaje secreto y vital. Esa
imagen, esa imagen imposible,
incongruente con cualquier principio
de identidad, es la que ningún ojo se
puede atrever a ver porque caería
inmediatamente en el abismo de su
ceguera, ya que le pertenece en su más
austera intimidad. Porque en esa
imagen, ellos y nosotros es una
diferencia que no existe. “Lo”
boliviano es tan inexistente como “lo”
argentino. Es la imagen sin frontera.
Es la imagen que ningún almanaque,
ninguna tarjeta postal puede arrancar
porque pertenece a eso que siempre
está por detrás de cualquier forma de
lo visible: la de aquello que no se deja
ver y garantiza, por eso mismo, lo
visible. La de aquello que a nuestras
espaldas nos ha construido sin que
sepamos que éramos lo que no
veíamos. Los fantasmas que,
poblando el mundo, escapan a toda
identidad y a todo nombre sustantivo
y que en su invisible presencia, entre
nosotros, exigen, en el borde de lo
visible, la suspensión de todas las
fronteras.
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10 / otrosterritorios
derechos humanos hoy/ ambiente
LA LEY DE BOSQUES, CUATRO AÑOS DESPUÉS
Contra las topadoras
LORENZO LANGBEHN
Santiago del Estero fue, junto con
Salta, una de las primeras provincias que
sancionaron su ordenamiento territorial
de bosques nativos en cumplimiento de
la Ley de Bosques. Aprobado por decreto
provincial el 28 de noviembre de 2008 y
ratificado por la legislatura santiagueña
en marzo de 2009 (ley 6942), el
ordenamiento clasifica un millón de
hectáreas en la categoría I (alto valor de
conservación, color rojo), 5,6 millones en
categoría II (mediano valor de
conservación, color amarillo), y 950 mil
hectáreas en la categoría III (bajo valor
de conservación, color verde). Sobre la
superficie total de la provincia, los bosques
contemplados por el ordenamiento
representan el 56 por ciento.
Por lo tanto, las áreas destinadas a las
diversas categorías en Santiago del Estero
son bastante comparables a las del
ordenamiento salteño, que tiene 1,3
millones en la primera categoría, 5,4
En Santiago del Estero un millón de hectáreas han sido calificadas como de alto valor deconservación. La provincia aprobó un sistema de sanciones que apunta a desalentar a los
topadoristas. Las sanciones para ellos son más duras que para los dueños de tierras.
millones en la segunda y 1,6 millones en
categoría III. Sin embargo, en Santiago
el ordenamiento estuvo lejos de generar
una polémica de intensidad comparable
a la que se produjo en Salta.
Esto se debe, entre otras razones, al
hecho de que en Santiago del Estero ya
existía una ley “de conservación y uso
múltiple de las áreas forestales” (ley
6841). Esta norma, aprobada en enero
de 2007 después de varios años de
discusiones y negociaciones, incluye un
ordenamiento territorial de bosques, de
estructura algo diferente de la que exige
la Ley Bonasso. Por un lado, no solo
ordena las tierras actualmente cubiertas
por bosques, sino la totalidad del
territorio provincial, clasificándolo en
once zonas, que incluyen áreas con riego,
bañados, salinas y lagunas. Por otro
lado, dentro de las áreas forestales define
seis zonas diferentes, en lugar de las tres
que propone la ley nacional. Para cada
una de estas zonas dispone qué
proporción de la superficie de un predio
se puede desmontar, qué parte se puede
destinar a un manejo silvopastoril y qué
parte se debe mantener con un manejo
forestal.
Así, en la zona “agrícola, ganadera y
forestal” se puede desmontar hasta el 70
por ciento de un predio, si tiene hasta
mil hectáreas, y el 60 por ciento si es
mayor, computándose como bosque
remanente también las cortinas
forestales obligatorias.
En la zona “ganadera, forestal y
agrícola”, se puede desmontar un 20 por
ciento, un 40 por ciento se puede destinar
a manejo silvopastoril, y el restante 40
por ciento a manejo forestal (si el predio
tiene más de mil hectáreas, la proporción
es 15 por ciento, 40 por ciento y 45 por
ciento). En la zona “forestal y ganadera”
estas proporciones son de 10 por ciento,
40 por ciento y 50 por ciento
respectivamente, sin límite de extensión.
En la zona “ganadera con restricciones”
se permite solo un 30 por cientode manejo
silvopastoril. Para las zonas de “áreas
protegidas” y de “bosques protectores”
(ubicados en las sierras) no se permite
ningún tipo de desmonte o desarbustado.
Una vez aprobada la Ley de Bosques
se realizó un nuevo ordenamiento,
clasificando los bosques en las tres
categorías previstas por esta ley federal,
pero no se derogó la ley anterior. Por esta
razón, un lote con bosque puede estar en
“verde” según el nuevo ordenamiento,
pero si a la vez se encuentra en la zona
“ganadera, forestal y agrícola”, solo
admite un 20 por ciento de desmonte.
Por otro lado, puede estar en “amarillo”,
La propiedad de la tierra
Desde las organizaciones campesinas y las ONG de desarrollo rural que trabajanen Santiago del Estero se ha criticado que para el sector campesino resulte muydifícil acceder a este tipo de planes. La mayoría de las comunidades campesinas deSantiago carece de títulos sobre sus tierras, y si bien existe un Registro de Poseedoresque viene trabajando en un relevamiento de la situación de tenencia, todavía hay unalto grado de incertidumbre en la situación jurídica. Para solicitar financiamiento porun plan de manejo de bosques nativos se exige el título de la tierra, o por lo menosestar inscripto en el Registro, pero si existen conflictos de tenencia, como ocurre engran parte de los casos, el plan no se aprueba. El subdirector de Bosques Nativosreconoce estas dificultades. “Lamentablemente tenemos que atenernos a lo quedicen las leyes, por más que hay voluntad de allanar los obstáculos que pone la letrafría de la ley”, asegura.
otrosterritorios / 11
derechos humanos hoy/ ambiente
pero si está en la zona “forestal y
ganadera”, se permite desmontar el 10
por ciento y realizar manejo silvopastoril
en el 40 por ciento de la superficie del
predio. Este criterio fue cuestionado por
las organizaciones ambientalistas y por
la Secretaría de Ambiente de la Nación,
pero sigue vigente.
Como en todas las provincias, hay
dificultades para hacer cumplir estas
leyes, debido a la falta de capacidad de
fiscalización. “Hay una decisión política
de que todas las leyes de bosques se
cumplan”, afirma Ricardo Bareiro,
subdirector de Bosques Nativos de la
provincia. “Todavía hay faltas,
imagínese que la provincia tiene
quinientos kilómetros de largo y
trescientos de ancho. Pero el trabajo se
va fortaleciendo gracias al porcentaje del
Fondo de Conservación destinado a
fortalecimiento institucional”.
La legislación santiagueña tiene la
particularidad de cargar las tintas sobre
el titular de la maquinaria utilizada en
un desmonte ilegal aun más que sobre el
dueño del terreno. Las topadoras usadas
en los trabajos sin contar con los debidos
permisos corren el riesgo de ser
secuestradas, y sus propietarios están
sujetos a multas dos veces mayores que
las que corresponden al titular del
predio en cuestión. “Muy pronto los
topadoristas no van a querer hacer
ningún desmonte sin los papeles”,
explica una funcionaria que atiende
al público en la Dirección de Bosques,
“porque se funden”.
Santiago del Estero es, después
de Salta, la provincia que más
dinero recibe del Fondo de
Conservación de
Bosques Nativos,
que se divide en
función de la
superficie total
de bosque y de
la proporción
de bosques
que se
protegen en
cada una. En 2010,
Santiago recibió 24,7
millones de pesos
destinados a ciento dos
planes de manejo y
c o n s e r v a c i ó n
presentados por
particulares. “Este año
hemos elevado ciento
veintidós planes, a la
provincia le tocan
aproximadamente 30
millones”, señala Bareiro. Sin
embargo, esta cifra
puede aumentar si
quedan fondos
vacantes de otras
provincias, por
subejecución o
porque las
provincias no
cumplen con
d e t e r m i n a d o s
requisitos, como
el de sujetarse a una revisión
técnica por parte de la Nación.
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judiciales/ el crimen de liliana ledesma
Veinte mil por una vidaERNESTO APARICIO Y LOS HERMANOS CASTEDO SIGUEN SIN SER INDAGADOS
A cinco años del homicidio, los sospechosos de haber urdido el asesinato de LilianaLedesma siguen fuera del alcance de la justicia salteña. La madre dijo que sabe que el ex
diputado pagó veinte mil pesos por el asesinato.
ELENA CORVALANelenacorvalan@yahoo.com.ar
El 21 de septiembre se cumplieron
cinco años del asesinato de Liliana
Ledesma, cometido en la fronteriza
Salvador Mazza, luego de que acusara
al ex diputado provincial Ernesto José
Aparicio y a los hermanos Delfín
Castedo y Raúl Amadeo “Ula” Castedo
por la obstrucción de caminos
vecinales.
Ni Aparicio ni los Castedo han sido
todavía investigados por este hecho,
a pesar de que se los señala como
responsables desde el mismo día del
homicidio. El 21 pasado, en el
aniversario de este crimen la madre
de Liliana, Élida Romero, dijo que sabe
que el ex diputado pagó veinte mil
pesos a su hermana, Gabriela
Aparicio, para que concretara el
asesinato. En 2010 Gabriela fue
declarada culpable por este hecho y
condenada a prisión perpetua, junto
a su pareja Aníbal Tárraga y a Lino
Abdemar Moreno y Casimiro “Nene”
Torres.
La Cámara en lo Criminal de Orán,
que en agosto del año pasado dictó
estas condenas y condenó también a
otros dos partícipes del hecho,
Patricia Guerra y Juan Moreno,
consideró que debe investigarse a
Aparicio. Pero hace más de un año
que el expediente está en la Corte de
Justicia de Salta, a la espera de que se
expida sobre los recursos
presentados por los condenados. El
juez instructor, Nelso Aramayo, dice
que por esto está impedido de
investigar, y en la Corte,
extraoficialmente, se señala que la
Cámara debió enviar copias al
Juzgado de Tartagal, para que la
investigación prosiguiera mientras se
resolvían las apelaciones.
Integrante de una familia de
pequeños productores ganaderos en
la frontera con Bolivia, Liliana
Ledesma acusaba al ahora ex
legislador (fue apartado de la Cámara
para facilitar que fuera investigado) y
a los Castedo de cerrar los caminos
con el propósito de dejar una zona
liberada para el contrabando y el
tráfico de drogas ilegales. En agosto
de 2006 la joven llegó hasta la Cámara
de Diputados para denunciar estos
hechos. También denunció
desmontes ilegales. Irónicamente, el
propio Aparicio, también
responsabilizado por los desmontes,
recibió las denuncias. Era presidente
de la Comisión de Ambiente de
Diputados.
Tal vez por ese encuentro, tal vez
por las amenazas y cruces que ya
venía soportando en Salvador Mazza,
Liliana tenía la certeza de que su
destino estaba decidido: “A mí me van
a matar”, afirmó en una charla con
esta cronista. Fue al final de una
entrevista en la que había dado
detalles sobre el tráfico de drogas.
Tenía fotografías de lo que a simple
vista parecían laboratorios instalados
en el exuberante monte fronterizo, las
conocidas “cocinas”. Estaban en la
zona de la finca El Pajeal, la que
administraban los Castedo pero que
antes había sido de Aparicio.
Horas después de que le quitaran
la vida a cuchilladas, con el claro
mensaje de un tajo en la boca, su
padre, Eugenio Ledesma, y su
hermano, Jesús Ledesma, acusaron
formalmente al diputado y a los
hermanos Castedo. El juez prefirió no
creerles. Solo llamó a los hermanos
para que hicieran una declaración
informativa y los dejó ir. Luego, tras
un mes en el que tuvieron tiempo para
salir del país, llegó a la conclusión de
otrosterritorios / 13
judiciales/ el crimen de liliana ledesma
que habían planeado el ataque y
ordenó su detención. Cinco años
después, la orden sigue sin cumplirse
y es motivo de constantes reclamos
de la madre de Liliana, que quedó a
cargo de su nieta, una niña de ocho
años en 2006.
Para Élida “no hay ninguna duda”
de que los “promotores” del asesinato
de su hija fueron Aparicio y los
Castedo. “Los absolutos responsables
todavía están libres”, afirma. “Los que
están (condenados) son los autores
(materiales) de la muerte de mi hija,
ellos han sido mandados por estos
señores asesinos el ex diputado
Ernesto Aparicio, que, según me
enteré, le pagó veinte mil pesos a la
hermana, a Gabriela Aparicio, para
que haga esto”.
“Los responsables son Aparicio,
Delfín Castedo y ‘Ula’ Castedo”,
ratifica. El menor, “Ula”, está
detenido en Santa Cruz, donde
cumple una condena por tráfico de
sustancias ilegales. Del mayor, Delfín,
se supone que está prófugo,
escondido en algún lugar, pero Élida
lo desmiente: “nosotros sabemos que
él anda acá por Salvador Mazza como
queriendo hacer la burla”. Élida repite
que “lo único” que pide “a las
autoridades es que pongan un poquito
más en hacer por lo menos una
justicia”, que continúe la
investigación sobre los autores
intelectuales, que Delfín sea detenido
y Aparicio responda ante la Justicia.
Aunque llora cada vez que
recuerda a su hija, Élida no deja de
hacer llamados y visitar al juez y a
cada funcionario judicial que tiene
intervención en la causa. Siempre es
el mismo pedido: que siga la
investigación sobre los “promotores”
del asesinato.
“Ella era una mujer que agrupaba
a la Asociación de Pequeños
Productores Ganaderos (de
Madrejones), ella era la única mujer
entre los hombres que había, a ella
siempre le ha gustado eso, cuando
cerraron los caminos ella todo lo hacía
por su hermano, por Jesús”. Y vuelve
a la carga: “Pido a la justicia que haga
un esfuerzo de pillarlo a Delfín
Castedo e investigarlo bien a Ernesto
Aparicio, porque él es el que hacía y
deshacía cuando estaba de diputado.
Él se pensaba que lo tenía a Salvador
Mazza en la palma de la mano, pero
no era así. Ellos no han visto que ella
tenía una hija, yo quedé con una nena
de apenas ocho años”.
La hija asesinada, dirá en
confianza, era la luz de sus ojos y el
sostén emocional de su casa. “Es
como si me hubieran sacado el brazo
derecho. Pero yo todo lo que nos han
hecho se lo dejo a Dios”.
Sobre el final, vuelve a Aparicio:
“Algún día él va a estar detrás de las
rejas”.
“Hace más de un año que el expediente estáen la Corte de Justicia a la espera deque se expida.
Para Élida no hay ninguna duda de quelos promotores del asesinato fueronAparicio y los Castedo.
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derechos humanos hoy/concurso de cortos
Cortos para conocerLA OBLIGACIÓN DE SABER Y EL DEBER DE EXIGIR
Convocatoria a participar del Concurso de Cortos de Video sobre derechos humanos, engeneral, y sobre derechos económicos, sociales y culturales y derechos de incidencia
colectiva, en particular. Hasta el 31 de octubre de 2011.
ANDREA FERNÁNDEZ
dreilazuli@hotmail.com
La Secretaría de
Derechos Humanos del
Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos de la
Nación, a través de la
Subsecretaría de
Promoción de Derechos
Humanos, y la Unión
Europea, en el marco del
Programa de
Fortalecimiento del Sistema
de Protección de los
Derechos Humanos,
convocan a participar del
Concurso de Cortos de
Video, sobre derechos
humanos, en particular
sobre Derechos
Económicos, Sociales y
Culturales (DESC) y
Derechos de Incidencia
Colectiva (DIC).
Podrán participar
personas mayores de
dieciocho años residentes
en Argentina, interesadas en
la promoción, respeto y
ejercicio de los derechos
humanos. La inscripción es
libre y gratuita y sólo podrá
presentarse una obra por
autor o autora. Las obras
que participen de este
concurso deberán abordar
al menos alguna de las
temáticas vinculadas a los
DESC y DIC y así contribuir
a su promoción,
c o n o c i m i e n t o ,
comprensión, difusión y
apoyo. El concurso tendrá
tres categorías: documental,
ficción, animación. Las
realizaciones podrán tener
un máximo de quince
minutos de duración total,
incluyendo el espacio para
títulos y créditos. Deberán
estar realizadas en territorio
nacional y, en caso de estar
en otros idiomas, deberán
contar con subtitulados en
español.
El jurado estará
integrado por cuatro
p e r s o n a l i d a d e s
reconocidas en la materia:
David “Coco” Blaustein,
Enrique Masllorens,
Albertina Carri y Mariana
Arruti.
Se seleccionarán cinco
obras ganadoras por
categoría; las obras
premiadas recibirán un
diploma y serán publicadas
en un DVD que se
distribuirá a instituciones
públicas y organizaciones
de la sociedad civil de todo
el país. El período de
recepción de obras es desde
el 12 de septiembre al 31 de
octubre de 2011. Para más
información se puede
ingresar a la página
www.videoderhuman.org
donde están las bases
completas de la
convocatoria.
Individuales
y colectivos
Los Derechos
Económicos, Sociales y
Culturales (DESC) y los
Derechos de Incidencia
Colectiva (DIC) constituyen
una amplia categoría de
derechos humanos
garantizados en el Pacto
Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y
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otrosterritorios / 15
derechos humanos hoy/concurso de cortos
Culturales y en otros
tratados internacionales y
regionales sobre derechos
humanos jurídicamente
vinculantes.
Casi todos los países del
mundo son Estados Partes
en alguno de estos tratados
que garantizan dichos
derechos. Entre estos se
encuentran el derecho al
trabajo, en concreto a
condiciones laborales
justas y equitativas, a la
protección contra el trabajo
forzado y obligatorio y a
crear sindicatos y formar
parte de ellos; el derecho a
la educación, garantizando,
por ejemplo, el derecho a
una educación primaria
gratuita y obligatoria y a una
educación suficientemente
disponible, accesible,
aceptable y adaptable a
cada persona concreta; los
derechos culturales de las
minorías y de los pueblos
indígenas; el derecho al
disfrute del más alto nivel
posible de salud física y
mental, incluidas
condiciones de vida
saludables y la
disponibilidad de servicios
de salud accesibles,
aceptables y de buena
calidad; el derecho a una
vivienda adecuada, que
incluye la seguridad de
“Los Estados son los principales responsablesde hacer realidad los derechos humanos,y todas las personas tienen la obligación yel derecho de reclamarlos.
tenencia, la protección
contra desalojos forzosos y
el acceso a una vivienda
asequible, habitable, bien
situada y culturalmente
satisfactoria; el derecho a la
alimentación, que incluye el
derecho a no pasar hambre
y el acceso permanente a
comida nutritiva suficiente
o a los medios para
obtenerla; el derecho al
agua, a disponer de agua
suficiente y a contar con
instalaciones higiénicas
seguras y accesibles física y
económicamente.
Se consideran derechos
de incidencia colectiva a
aquellos que corresponden
a la sociedad como una
colectividad estructurada y
que por lo tanto inciden en
cada uno de sus miembros y
en cada una de las
generaciones de sus
miembros. Son derechos de
carácter público (exceden la
esfera de los de carácter
subjetivo) que pertenecen
a una pluralidad de sujetos
en tanto integrantes de un
grupo, clase, categoría o
sector social. Solo pueden
satisfacerse respecto a
varios individuos
conjuntamente y suponen
una homogeneidad
cualitativa del contenido de
las pretensiones de los
integrantes del grupo, esto
significa que la calidad o la
naturaleza de sus
pretensiones será
colectiva.
Son derechos llamados
de tercera generación,
sociales. Los Estados –los
gobiernos nacionales– son
los principales
responsables de hacer
realidad los derechos
humanos, y todos
nosotros, de reclamarlos.
Se deben respetar los
derechos de las personas y
no violarlos. Se debe
protegerlos procurando
que otras personas u
organismos no perpetren
abusos contra ellos. Y
debemos luchar para
realizarlos, para hacerlos
efectivos en la práctica.
Esto lo tenemos que saber
todos, nuestro primer
derecho es conocer
nuestros derechos.
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