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P. Martín Cipriano SDB La catequesis, al servicio de la Palabra Nuevos horizontes para la catequesis bíblica de iniciación a la vida cristiana

«Cuando éramos chiquillos en Escocia, nosotros

católicos teníamos una idea muy clara: La Biblia

es el libro de los protestantes; el catecismo es el

libro de los católicos»

(Compañero escocés de E. Alberich)

ESTRUCTURA DE LA PRESENTACIÓN

I. LA CATEQUESIS AL SERVICIO DE LA PALABRA DE DIOS

La catequesis: profundización-identificación de la propia experiencia con las experiencias fundamentales cristianas contenidas en la Palabra de Dios.

II. LA CATEQUESIS AL SERVICIO DE LA INICIACIÓN CRISTIANA

El proceso iniciático y permanente del crecimiento de la fe.

III. NUEVOS HORIZONTES PAA LA CATEQUESIS BÍBLICA

Volver anunciar la Palabra e iniciar en el misterio - ‘La escuela de la Palabra’ de la diócesis de Verona.

I. La catequesis al servicio de la

Palabra de Dios

«La explicación de la Palabra de Dios en la

catequesis […] tiene como primera fuente la

Sagrada Escritura, que, explicada en el contexto

de la Tradición, proporciona el punto de

partida, el fundamento y la norma de la

enseñanza catequética»

(PONT. COM. BÍBLICA, La interpretación de la Biblia en la Iglesia

[15.04.1993], IV, C, 3; DV 21; DGC 96.127; VD 73-75, 86-87)

EXPERIENCIA

EXPERIENCIA RELIGIOSA

EXPERIENCIA RELIGIOSA CRISTIANA

Profundización-identificación de la propia experiencia

con las experiencias fundamentales cristianas

Se da una experiencia de fe cristiana, a la escucha

de la palabra de Dios, cuando una persona o un

grupo profundiza y expresa su propia vivencia

acogiendo las experiencias bíblica y eclesial como

fuente de sentido. Se actúa así un proceso de

identificación dinámica entre el propio itinerario

experiencial y las experiencias fundamentales

cristianas. Es éste el núcleo de la experiencia de fe

y lo que significa existencialmente escuchar la

palabra de Dios y ponerla en práctica. (E. ALBERICH,

Catequesis evangelizadora, p. 120)

MODELOS INADECUADOS

Catequesis como mera transmisión de

conocimientos religiosos

Catequesis como simple consideración

de hechos o problemas de vida

Catequesis como “aplicación” de

contenidos religiosos a la vida

Catequesis como “transición” de la

vida a la fe

MODELO PROPUESTO

La catequesis como profundización-

identificación de la propia experiencia

con las experiencias fundamentales

cristianas

II. La catequesis al servicio de la

iniciación a la vida cristiana

« Una catequesis inspirada en el proceso catecumenal ante todo es procesual, gradual, integral y mistagógica. En la actual sociedad … no se puede presuponer la fe y, por lo tanto, se ha de dar el espacio y el tiempo necesarios al primer anuncio y al kerigma… que despierte los interrogantes profundos del ser humano y permite que se abra al encuentro con la realidad de la fe en el contacto con la Palabra revelada y su máxima expresión que es Cristo» (CELAM, La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época, n. 60)

El crecimiento de la fe como un proceso

iniciático y permanente

De CONVERSIÓN, es decir, de transformación

profunda (siguiendo las fases de separación,

prueba y renovación) y de asunción de una

actitud totalizante, central (que confiere una

nueva identidad), como renuncia a la lógica

del orden “mundano” y de opción fundamental

por Cristo.

La adhesión a Jesucristo se traduce en un proceso

de profundización y aprendizaje de la vida cristiana

que lleva a la profesión de fe (DGC 56.66) y a la

incorporación a Cristo y a la Iglesia, como

experiencia de éxodo y de inmersión en el misterio

pascual (Rm 5) – interiorización de actitudes de fe,

esperanza y amor, en su triple nivel: cognoscitivo,

afectivo y comportamental.

Hacia la madurez de la fe, en un dinamismo siempre

abierto del adulto creyente.

III. Nuevos horizontes para la

catequesis bíblica

Volver a anunciar la Palabra

Una catequesis fiel a su cometido de anuncio de la palabra debe saber volver al mensaje esencial del Evangelio.

Este contacto experiencial con el núcleo de la Palabra permite el «encuentro personal con Cristo» que constituye, para Aparecida, la categoría central de toda formación cristiana. Se trata, en definitiva, de ir «del río a la fuente», de descubrir la fuente, más allá de todas las doctrinas transmitidas tradicionalmente y de «ir al corazón de la fe» como referencia esencial para penetrar en la experiencia cristiana. (E. Alberich)

Iniciar al Misterio

Para la fe cristiana la categoría de misterio es central. No se enseña y no se aprende el misterio, se es iniciado en él (como revelación, como develamiento).

Se necesita, por tanto, buscar el camino pedagógico para una catequesis de iniciación que haga gustar el misterio antes de develar su sentido y también antes de hacerlo razonable. Se aprende a nadar mientras se nada.

Para ello, es necesario, una inmersión en la experiencia de la liturgia, en la palabra de Dios y en el servicio del prójimo. (D. Villepelet)

La ‘Escuela de la Palabra’ de Verona

«“Escuela de la Palabra” es la denominación

dada a una iniciativa que ha permitido a los

adultos de la diócesis de Verona, cercarse en

modo correcto y continuado a los textos de la

Sagrada Escritura y de conjugar en manera

eficaz su vida con la Palabra de Dios»

(E. Biemmi)

Principios metodológicos

(1) establecer una correlación entre la experiencia

cotidiana y el mensaje cristiano, y (2) promover un

camino formativo en el cual redescubrir la Palabra

de Dios escrita como «alma y “libro” de la

catequesis» (RdC 105).

Los adultos no son considerados como simples

destinatarios sino como interlocutores.

Opciones

Una lectura basada sobre textos bíblicos (sobre

todo de tipo narrativo).

Una lectura respetuosa del texto (sobre todo los

Evangelios).

Una lectura sapiencial. Comprensión – actualización

del texto. (No un acercamiento erudito, sino en vista

de la vida, por tanto sapiencial).

En perspectiva temática.

Un camino “esencial” no exhaustivo.

Áreas temáticas y contenidos

fundamentales

Responde a dos ideas importantes de todo el

Evangelio: la revelación progresiva del misterio de

la persona y de la misión de Jesús y el camino

formativo que los discípulos son llamados a recorrer

para adherir a la persona de Jesús y su anuncio.

El itinerario presenta diez etapas:

1. Las parábolas que presentan el kerigma de Jesús:

el “rostro” del Padre. Objetivo: suscitar no solo un

conocimiento profundo del Dios de Jesucristo, sino

sobre todo la maravilla por el “rostro” inesperado del

Dios de Jesucristo, provocar en los adultos una

primera decisión por el mundo nuevo, por las

actitudes nuevas que Dios abre con el actuar de Jesús.

2. La novedad del Evangelio a través de la primera sección de Mc.

3. El encuentro con Jesús. Encuentro de Jesús con Jairo, la sirofenicia, Bartimeo, la pecadora, Zaqueo, Marta y María, cómo se han dispuesto al encuentro y cómo se han dejado cambiar.

4. El encuentro con Jesús que es un don pero también es un encuentro exigente: Las bienaventuranzas como exigencias evangélicas.

5. El padre nuestro, oración de los hijos.

6. En el camino de la cruz. Ponerse en el seguimiento de Jesucristo en el camino de la cruz.

7. Sobre los textos de la resurrección. Experiencia de la resurrección hecha por la comunidad y lo que comporta.

8. Con la fuerza del Espíritu Santo – Tiempo de la Iglesia.

9. Una Iglesia que sirve. Carismas – ministerios.

10. Hago nuevas todas las cosas. – El Apocalipsis. Una lectura profética de la historia y de la esperanza del complimiento escatológico.

Punto central del itinerario: fuerte reclamo a la

conversión, que encuentra en el encuentro y en

la adhesión a la persona de Cristo, el

fundamento y la referencia para la realización

de la propia vida.

«… Convencido de que ninguna formación es “neutra”, he escogido un modelo formativo que promueva una Iglesia de comunión, una Iglesia toda discípula de la Palabra y todo profética, con una idea de laicado adulto y maduro... Ha sido decisivo la elección de un método participativo y a la vez riguroso y de una modalidd de diálogo basado sobre los roles y competencias distinas y sobre la misma dignidad de hijos de Dios. En este espacio de interlocución hemos podido ver en acto un proceso hermenéutico entre Palabra y experiencia humana que ha beneficiado a los dos. Ha dado la palabra a la Palabra y ha devuelto palabra a los creyentes, ayudándoles a dar mayor razón de la esperanza que hay en ellos» (E. Biemmi)