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Por Andrés HENESTROSA
PRETEXTOS
Es profanación el vergonzoso olvido de lo.\' muertos. Esiniquidad el olvido de los escritores a quienes debemos una horade deleite y la simiente de una palabra oportuna. Burlane delas alegr'Ías, nada más porque un d'ía superamos sus móviles, esiniquidad. Va para tres meses que murió Euge'nio D'Ors, el deles glosas estrictas y enamoradas: Xenius, el catalán glosador,y casi ninguno de nosotros que lo leímos tanto le ha dedicadounas líneas de recuerdo. Es verdad que el pr'imer responsablc .de ese olvido era él por haberse quedado atrás de su historiacuando sobrevino la guerra espatiola. Entonces lo olvidamos, leafeamos su conducta, lo apostrofé "infeliz". Y nos pro'metimosno volver a sus libros y olvidar sus enseiianzas. Y lo hcmoswmplido. Pero olvidar, verdaderamente olv·idar sus libros, cuá'lIdo. De ellos dos quedan en casa: La bien plantada y Cuando yaesté tranquilo, si bien hace mucho que no los veo. Por una deesas casualidades que tanto abundan, hasta el grado que puedadecirse que lo 11w,ravilloso es lo cotidiano, esos fueron el p1'irnr.ro y el último libro de Eugenio D'Ors u Octavio de Romeu,como también solía firmar, que leí. El uno en los inicios, elotro en las postrimerías de mi formación literaria. Porque enmis tiempos, los escritores espaiioles merecían una frecuentación que ahora apenas si se insinúa en los jóvenes lectores; yeso a pesar de que nos eran familiares los autores en lenguaextranjera. Ahora parecería salvajismo, señal montaraz, signocave·rnícola, traer bajo el brazo a Galdós, a Pereda, a Va/era.Entonces no: qué bien sabíamos coordinar y armonizar, conciliar y avenir a Góngora y Quevedo, con Rilke y Cocteau; aGuldós y a Stendhal; lo nuestro con lo del mundo entero. Yesto hasta en los más europeizantes, que ya comenzaba a haherias. D'Ors fué muy leído por los críticos de aqtteUos días;un eco de sus reflexiones sobre artes plásticas, sobre filosofía,sobre literatura, puede descubri1'se en más de un contemporáneo de entonces. Más de un m.atiz de su estilo, también. ¿Noestá dedicada a Enrique Díez-Canedo uno de los libros de poe11WS más seiialados de aquella época'!
V'Ors era en cierto modo americano. Su madre había nacido en Cuba. Y tenía, según su prop'io decir, vuelta hacia Cubala, fantas'Ía, como H eredia el de Los Trofeos, el parnasiano.Aljonso Reyes ·-¿se puede hablar de estas cosas sin mencionarlo?- refiere en alguno de sus libros -¿ Reloj de sol, Losdos caminos?- que cuando lo conoció pudo percatarse desdeluego que no tenía acento madrileño ni catalán, sino que hablaba como nosotros los americanos, tributo, me pregunto, a latierra materna? Sin embargo, no son frecuentes en los librosde Eugenio D'Ors las alusiones a América, ni a SttS cosas, nia sus ~utores. Eso hay que buscarlo en Valera, en Unamuno, enDíez-Canedo, tan diestro éste en la caza de libros viejos, comolo era el, catalán.
Era un escritor muy afectado. Su afán de ser conciso, lollevó a una nueva manera de abundancia, de retórica. Comoel diaNa de Borges lo dijo de Gracián, de D'Ors y de Azorít";pudiera decirse que son unos charlatanes del aforismo JI dela concisión. Sus glosas, él fue quien las calificó de estrictas,estuvieron siempre sembradas de agudezas, de desenlaces repentinos, de divagaciones sorpresivas. Gustaba del ritornelo,de volver a la misma palabra, a la misma idea como si lesbuscara asonancias ji consonancias, que las tienen.. Glosarse paraevitar repetirse, erá uno de sus recursos. Citarse por sus p:e.udónimos, era otro. "Quisiera, decía Octavio de Romeu, qU1Ste·ra que cuando fuese llegada la hora, poder morir en .brazosdCun amigo tal que habiéndonos amado de toda la v'lda, 1'/0
nos llegásemos a hablar de tú, jamás." Texto que ahora recuerdo, sin responder de su autenticidad, puede darnos uuaidea de sus procedimientos . .. Pero dijimos que es profanación vergonzosa el olvido de los muertos, iniquidad pagarlesá los escritores con burlas. Y yo quer'Ía poner sobre su sepulturaun cemplolxúchitl, por la gozosa entretención que me dier01'~.sus libros: La bien plantada, en la mm7ana; Cuando ya estetranquilo, por la tarde.
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Yenderlas caro, brota del lugaruna estaca que irrumpe entresus piernas. L~\ sangre corre"rajant~ por las entrañas delhombre" .
.. Sambú, Chitré, Penomé.Michan. Coeolí, Portogan
dí"."Por Boca de los Dioses",
e~ quizá un relato algo desordenado, en el que se siente eldesahogo del autor. Arremetecontra disfraces y posturas.Don Diego. bastón y halitosis,enca rnan la trad ición frente aOli\'trio tan exaltado, aunquelllenos rabiosos que él. Se enfrascan en nna disputa en tornG a un lienzo del XVIU yun Tal1layo de 1958. Oliveriotoma la boca de la figu ¡"a delcuadro, v la tira en una cubeta. El "resto de la narraciónestá teñida de muecas, de horror, y de delirio de persecución precortesiano.
Leémos: "El que Inventó}¿¡ Pólvora". Aqui habla Fuentes de la ignorancia y ele laúltima moda como responsables del snobismo de nuestraépoca, y este a su vez, del progreso, la industria, y las actividades civilizadas. Cita palabras de un ingeniero norteame¡'icano que recog·e Huxley :"Quien construya un rascacielos que dure más de cuarentaaños, es traidor a la industriade la construcción".
Todo se disuelve en el tiempu a velocidad vertiginosa, porque -el espacio de utilidad delas cosas se reduce a segundos. Bicicletas, cuchillos, tenedores; los cepillos de dientesen la boca, se convierten enculebritas de plástico. La rop~
cae en jirones, y los coloresde las cOl,batas se separan y laemprenden como mariposas.Los aviones explotan en el airey los edificios se derrumbancuando se les ha cumplido elplazo justo. La algarabía industrial alcanza un maremagJlllm de locura. en el que losobreros ganan cantidacIes fabulosas, pero es tal la prodl;cción y el consumo que yaapenas pueden dejar las fábricas. Las calles se inunclan conmontañas dl' nlercancía inservible, quc se dl'rrite con el usomás mínimo. El dinero dejadl' ci rculén' por que los productores y consumidores, hacen de los dos actos uno. Enfin, todo se consume en laaCl'pric'm total de la palabra ...hasta no queda r "m~lS lllueblesl'n ,~l universo que dos estrellas, las olas y arl'nas". Fuentes toma unas ramas secas,las frota durante mucho tiempo, y nace la primera chispa ...
Así terminan f.os Días Enmascarados que nos. permitendesenmascarar a Carlos Fuentl'S en su primer libro. llenode aciertos y atropellos. Lovemos enterrado en un mundoen el que se lllueve y respirala asfixia él sus anchas .Es
Lo que sigue pudiera ser unadenuncia contra la perversiónsexual y las ambiciones d~l
dolar. Cuando Muriel se cortala flor para ver si nacen otrasen grandes cantidades y poder
Despierta en Panamá formulando la "Letanía de la Orquídea". Muriel sien.te comezón y ve en el espejo que lenac~ una en la rabadilla."¡ Chimbombó! j Chimbombó!"
ción grandemente valiosa paraentender nuestro pasado indígena en forma menos deficiente, Un estudio consciente de laescultura azteca Coatlicue realizada por un arqu.eólogo nocabe duda que sería un complemento al que ahora nosofrece Justino Fernández,más, sospecho que no cambiaría la concepción fundamental. Habría, naturalmente, discrepancias, pero ellas ayudarían en gran modo a afirmar1.1 interpretación que el hombre de hoy día hace del mundo indígená pre-hispánico parad,~ esa manera comprender másclaramente nuestro ser histórico actual. Por supuesto qu-eno cabe aquí tratar ni siquieralos problemas centrales dellibro y lo que de novedoso tenga. la actitud estética de Justino Fernández, eso tiene queser materia de otros ensayos.
UNIVERSIDAD DE MEXICO
1 CARLOS FUENTES, Los dias enmascarados. Los Presentes. México, 1954. 104 pp.
SEIS CUENTOS ENMASCARADOSl
Séis narraciones saturadasde una imaginación ágil, sostenida, como el zumbido y elvuelo de una avispa. Fuentestiene la inteligencia a flor depiel y transpira imaginaciónpor cada poro. Sus infltienciasson las de Michaux, Swift,Paz. .. pero allí está él vivotodo el tiempo. igualmente.ocupado en quehaceres ociosos. raspando el musgo de un<'":hacmool o pensando que enMéxico "hay que matar a loshnmbres para poder creer enpllos". Le quitan el sueño losídolos C1ue todavía d?nzan bajola tierra. .
De pronto se le olvidan lasídolos, y se pone a Trigo!ololibiar tan contento y feliz quehasta se le pasa la mano. LaTrigolibia es el valor supremo~ Por todas partes se levantan nusitanos, peruplos, tundrisios y troper.etas,. gimiendoy proclamando los derechosquiméricos del hombre, hastaque se olvidan de la Trigolibia consiguiendo así su mejordefensa.
y ahora 10 encontramos enuna vieja mansión del Puentede Alvarado en calidad de caldacción. Su prosa la ambienta; mira por una ventana elpequeño jardín y cierra losojos. Una llovizna pertinaz loenvuelve todo. Se traslada aFlandes ¡ Memling!, y ·vuelvecon los ojos cerrados al jardín, donde ve a una viejitaoctogenaria, flaca, vestida denegro y con la falda hasta elsuelo que va "recogiendo rocío y tréboles". Sale de su ensueño al ruido sordo de lostranvías y sinfonolas; al solmonótono de Puente de Alvarada.
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Cromberger, impresor, segúncontrato firmado entre ambosen Sevitla el 12 de junio de.'1539; documento que Millares Carla transcribe en laspp. 42-45. L.a. escala espiritualpara llegar al Cielo, de SanJuan Clímaco parece ser laprimera obra edita.da en México, en traducción castellanade Fray Juan de Estrada (pp.28-29), reconociendo que hastala fecha no se conoce ningúnejemplar de tal publicación.
1iterario, y le' gusta el. juegoque-disfraza su angustIa petsonal. Le interesa la fisonomíareal ·a través de la mascarilla.Casi todas sus figuras son dedía de muertos, aunque no deazúcar, sino más bien de musgo, de carne tumefacta adornada, y de lodo visceral.
Podrían señalarse dos caracteríticas que operan en sufavor y en su contra. Primero,una juventud desbordada y suextrema facilidad. Segundo,su inteligencia con la que imagina, y que se encuentra enprimer término a 10 largo desu ·relato.
Su enmascaramiento nos datoda la sensación de arte porfa ficción que encierra; sufluidez y su lenguaje, pero sinen~bargo, hay en ello todavíamás malicia que verdad. AFuentes, como buen equilibrista, le gusta jugar ~on el peligro, y si a veces da una queotra inaroma inesperada, nocae, por que la cuerda es suelemento.
Diremos que hay en él unescritor que posee un instrumental barroco y la valentíanecesaria para no permitir quele tapen la boca fácilmente.Su talento para recrear formas que hará suyas, es innegable. Carlos Fuentes retratacon hicl y agudeza el carnavalen que se vive. Su estilo meparece bueno aunque un pocorecargado. Podría usar la escoba, y dar más estructura a losrelatos sin perder su magnífica espontaneidad.
¿ Qué más pudieramos deciren nota tan breve? Que supluma posee mayor vigor queotras de cimentado prestigio.Lo lleva de la mano un demonio de cola corta con el quecomenta sus hazañas: diabluras pulcras, ácido satíricas, degracia festiva y retozante humor negro calcinado a costasde la "buena vida" y de utopías.
Carlos Fuentes se ha librado deI. fastidio recreándoloen su prosa punzante, alerta;jugando con la pedacería queve en su derredor.
Los Días Enmascarados queeditan "Los Presentes", sonuna aportación valiosa al cuento mexicano.
A. B.
JOAQUÍN GARcÍA IcAZBALCETA,
Bibliografía mexicana del sigloXVI. Nueva edición, porAgustín Millares Carlo. Fondode Cultura Económica. México, 1954. 586 pp.
Esta nueva edición de la famosa obra de Icazba1ceta contiene importantes adiciones ynotas históricas bibliográficasy críticas, así como valiososapéndice e índice analítico,debidos al bibliógrafo y pa-
leógraío Agustín MillaresCarla.
La primera edición de 1886era ya casi inasequible. De allíla importancia de la publicación que comentamos. Ademásde los 116 impresos mexicanos,del siglo XVI que Icazbalcetaconoció y describió, MillaresCado la ha complementado conotros 63 impresos que .el autoren su época no había conocido. En el apéndice, figurane'n breve relación, otros 85iinpresos del siglo XVI, de losque ,no se' conoce ningún ejemplar, pero cuya existenciaccnsta de modo mas o menosseguro; en fin también citaMillares Carla otros 48 impresos del .mismo siglo XVI
"existentes, por 10 común, enforma fragmentaria, la fechao el impreso de los cuales nopueden precisarse, o sólo sonsusceptibles de ser indicadoscI<.~ modo conjetural". Es decir que la opra ha sido básicamente ampliada con los resultados que la investigaciónbibliográfica ha obtenido desde 1886 a la fecha.
Par,ece interesante señalarque de las 312 referencias bibliográficas que en total incluye Millares Carla como'impresos en México entre1539 y 1600, hay un porcentaje bastante elevado, teniendoen cuenta la época, de obrasque interesan al antropólogoen el amplio sentido de la palabra. Así tenemos, sobre todoen el aspecto lingüístico, librostanto de índole religiosa comogramáticas y vocabularios enidiomas nativos; hemos encontrado: en mexicano o nahuatl(47), en tarasco o lengua deMichoacán (17), en otomí(4); huasteco (3), zapoteco(5), mixteco (6), chiapaneco(2), popoloca (1), maya (1),matlazinga (1), lengua chuchona c1e' Tepexic de la Seda(1), zaque (2), chinanteco(1 ). tzendal (1), zotzil (1),etc. Igualmente merecen mencional'se los tratados de Mec¡¡cina y Cirugía de Bravo, López de Hinojosa y Farfán, asícomo la interesante obra Problemas y secretos. maravillosos de las Indias, de Cárdenas.
En la "Noticia acerca de lair.troducción de la imprentaen la Nueva España", MilIares Carla hace un examen crítico de las fuentes utilizadaspor Icazba1ceta y las posteriores especificadas por Wagner,Valton, etc., llegando a la conclusión de que no hay pruebasaoerca de la llegada de unaimprenta a México con el primer Virrey D. Antonio deMendoza en 1535, y menos todavía en 1532 como afirmaFray Gil González Dávila; yque 10 único seguro es queJuan Pablos, cajista, llegó aMéxico hacia septiembre de1539 con la imprenta de Juan
J. c.ALFONSO REYES, Trayectoria de
Goethe. Breviarios, 100. Fondo de Cultur~ Económica. México, 1954. 178 pp.
Literatura v vida marcha-ban para Goethe a un mismotrote. "No halla posible describir una emoción sino bajoel choque del momento" ; y deaquí su condición proteica.Los personajes goethianos laten, están vivos" y AlfonsoReyes los rastrea por la existencia del poeta: registra loslunares, reconoce los gestos,compara telas y descubre en las 'obras la verdadera contexturade los personajes. Así da conel Aleister, con Helena, con laserie de Mefistos que circulanpor el camino de Go~the. Muchos de sus maestros se confunden, para gestar más adelante un sólo ser, en una curiosa urdimbre de rasgos demoníacos. Y Goethe, verdadero camaleón, no sabe cuál desus dos manos es la mano deFausto y cuál la del suicida.Es uno de esos hombres quecaminan soldados a su obra;sus libros grillete de papel, frenan su paso.
Al hablar por ejemplo, dela facilidad de Goethe paraimprovisar poemas en distin..tos metros, "prestidigitadorque se saca cintas de ·la boca",Reyes hace notar que M eistertoma de su creador esta virtud y compone un drama enterú durante una jornada. En laimagen de un arpista vagabundo protegido de Goethe, sehalla también la fuente delarpista que, como un acordemusical, aparece en el Meister.La Margarita. del Fausto esun complicado tejido de personajes reales; en ella convergen, semejantes a ríos de carne, la muchacha obrera deFranefort de quien se enamoró Goethe en su juventud, yotras mujeres. Y así, en laIfigenia o en el Tasso, asaltaa Goethe el alma de Carlotade Stein, uno de sus más importantes y prolongados amores.
Este breviario marca C'I1
r·ealidad una triple trayectoria:la del hombre, la del poeta yla del sabio. "Ultimo humanista", le llama Alfonso Re-
yes; pues la_época 'de Goethehace ver todavía menos difí€il 'la posibilidad de .codearsecon toda la cultura, aspiraciónqu<:- en las actuales condiciones)no parece realizable, Goethe se'preocupa profundamente porlas ciencias! natura,les, peroestudia a Kant 'con sintomática desconfianza. La filosofíade Goethe "es demasiado material", dice Schiller. El autordel Fausto no explota esa facultad totalizadora que permite al filósofo aprehender, enlos fragmentos de la realidadque se le' brindan, la totalidadde un ser no detallado, (como dijera Simmel acercándosea la heideggeriana "vaga comprensión del ser"). Goethe,por' lo contrario, no pareceinclinado a practicar lás disciplinas estrictamente filosóficas; parece recrearse en la tarea de presentar al mundo ensus detalles, como si pretendiese hallar así las ocultas leyes universales de la armonía.
Cada vez más semejante aFausto en su avidez 'vital,Goethe fulgura en Alemaniaoon su labor incansabLe depoeta y de sabio. Baña en súespíritu a los que lo rodean'y apunta con su inquietud a 'labrillante y fecunda generaciónromántica.
E.L.
PAUL WESTHEIM. El Grabadoen Madera. Traducción deMariana Frenk. Breviarios, 95.Fondo de Cultura Económica.México, 1954. 297 pp.
"La imprenta siempre hasido para mí un milagro, parecido al del grano de trigoque se vuelve espiga. Milagro de todos los días y poreso más grande aún: se siembra up. sólo dibujo y se cosechan muchísimos", dijo Vincent Gogh; y este es en efectoel mejor epígrafe que pudoescoger Paul Westheim parainiciar su libro. Westheim observa en todo momento que lafuerza del grabado oonsisteen su formidable poder de di~
fusión, 10 que 10 convierte enuna eficaz arma ideológica ysocial. El grabador hace untrabajo más visible que losmás ostentosos murales; porpequeños que sean sus dibujos, él traza en realidad enormes caracteres. El grabado' selevanta frente a todas las miradas, corre, es un arroyo detinta que tarda mucho en secarse.
\,yestheim presenta aquí,con' numerosas ilustraciones,un erudito estudio sobre elgrabado en madera desde e¡'siglo XIV hasta nuestros días.El libro, publicado en alemándesde 1921, incluye ahora doscapítulos que reseñan las actividades de ~os grabadore:s
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mexicanos y el estampado enel México precolombino.
A partir de la Revoluciónel grabado en México se distingue del europeo y del norteamericano. Nuestra bola estremece al país en todos susrincones, marca- la vida de todos los habitantes y produce,como otras revoluciones semejantes, una transformaciónen el ideario de un gran número de artistas. La consigna esentonces: hacer arte popular."El cuadro de caballete, diálogo íntimo entre artista y espectador es rechazado por laexaltación revolucionaria", porser "cosa privada, por burgués, anticuado y, en todossentidos reaccionario" ; aunquedesde luego no deja de produci rse por completo.. Se propone un cambio absoluto ··de laactitud pictórica: hay que mu~
dar de pinceles, de sitio parapintar, de público ; sólo quedan las manos, esa especie depinzas, esos útiles pegados alhombre. Los artistas mexicanos se deciden por el grabadoen madera y en linóleo considerando la ventaja de su fácilreproducción; y en esta formase trata de relacionarse con lasmasas temática y espirituaimente. La diferencia entre elnuevo grabado de Gauguin ode Munch y el de México, reside para vVestheim en queaquél, "parte _de una renovación del oficio", y éste, "de larenovación de los contenidos".
La Revolución, con ser tanimportante en este sentido, noes sin embargo para Westheimel único factor determinantede la originalidad en el nuevograbado en madera. La formidable contribución de JoséGuadalupe Posada (cerca de20,000 grabados), se ha convertido en el México postrevolucionario en la base de todala producción de las artes gráficas. Posada conscientementeen la temática popular, es unelemento indiscutible del impulso revolucionario en el gra-bada, como lo ~s también,~in duda, la costumbre iniciada en el siglo XVI de educaral pueblo por medio de la estámpa.
Es de esperarse que estaaguda y consistente obra permita en verdad, como el autor10 desea, una más profundacomprensión del grabado mexicano y de las corrientes extranjeras que dentro de él sefunden y asimilan.
E.L.
JOSÉ CÁRDENAS PEÑA. Retamadel olvido y otros poemas.Tezontle. Fondo de CulturaEconómica. México, 1954. 56pp.
Este poemario consta detres partes.
La primera, Retama del olvido} se divide en siete partes,
y las dos últimas son sonetos,forma extraña a la libertadcon que se inicia esta corrientelírica. Este poema elegiacocanta a la muerte como temauniversal. La inspiración esromántica. La imagen de unarosa se repite aquí, una y otravez, asociada a la idea de lamuerte. Aunque Cárdenas Peña no logra plasmar plenamente su sentimiento, éste esgenuino, de primera mano,no está constreñido por un tratamiento riguroso de tachaduras.
El poema a Fedra, de temaerótico, se divide en tres partes, éstas son por igual luminosas, estructuradas con unavoluntad creadora poderosa,limpias de los prejuicios empobrecedores de la moda.
Sane/os en la tierra de Dante_ Esta última consta de tressonetos descriptivos, que noson los mejores del libro, yaque la inspiración de CárdenasPeña se desenvuelve con másprovecho en la libertad.
e. V.
CARLOS EDUARDO ZABALETA. LaBatalla y Otros Cuentos. Ediciones Letras Peruanas. Lima,Perú, 1954.
El novelista peruano CarlosEduardo Zabaleta es aún muyjoven, tiene 26 años, pero suobra -es ya bastante extensa,cultiva la novela, el teatro y elcuento y ha hecho abundantestraducciones, entre ellas Música de Cámara de James Joycepublicada en Lima, en 1953.En 1951, mereció el PremioNacional Ricardo Palma.
Los cuentos que se acabande editar bajo el título generalde La Batalla, son los mejoresde cuantos se han escrito en elPerú en estos últimos años;en ellos podemos apreciar eldominio técnico del cuentistay al lado de la fluidez y claridad de su prosa, múltiples hal!azgos poéticos como, porejemplo, cuando describe el sacrificio de un cóndor en unafiesta indígena: "aquella araña gigantesca y fantasmal, durmiendo en el centro de sus hilos, en su nidal de sogas y correas".
Es muy arbitrario afirmarcomo se ha hecho que CarlosEduardo sea heredero de loscuentistas peruanos que cronológicamente lo anteceden. Suobra, aparte de ser muy personal está más cerca de la poesíaque del ejercicio retórico: máscerca de la vida que de la literatura.
A.L.
MALRAUX, BRETON, SILONE,
KOESTLER, HooK, ARON. Arte, Ciencia y Libertad. Asociación Mexicana por la libertad de la cultura. México,1954.
En este libro se reproduceun ensayo interesantísimo deAndré Breton, aparecido en elsemanario- Arts en noviembrede 1952, intitulado: ¿ Por quése nos oculta la pintura rusacontemporánea?
El autor protesta con palabras de Marx el control delarte por el Estado, establecidoen la U. R S. S.: "Admiraisla riqueza inagotable de lanaturaleza. No exigís que larosa tenga el perfume de lavioleta; pero lo más preciosoque existe, el espíritu, no debeestar facultado para ser sinode 'l-Jna 11wnera . .. Mi propiedad es la forma, constituye miindividualidad. El estilo es elhombre. i Y hasta qué punto!La ley me permite escribir;pero a condición de hacerlo enun estilo distinto del mío.j Tengo derecho a mostrar lafigura de mi espíritu; pero antes debo encerrarlo en los dobleces prescritos! ¿ Qué hombre de honor no enrojeceríaante semejante pretensión?Karl Marx. Oeuvres Philosophiques. Tomo I.
Con su habitual agudeza crítica Breton nos muestra loserrores y atentados causantesde la miseria por la que actualmente atraviesa la pinturarusa, ilustrando su exposicióncon los argumentos, listas detemas, prohibiciones y procesos que sustentan el llamado"realismo socialista".
Los otros ensayos, publicados en el mismo volumen son:Rehabilitar al hombre y recordarle su grandeza, por AndréMalraux; El derecho de cadaser humano y su alma, por Ignacio Silone; El falso dilema,por Arthur Koestler; Cienciay materialismo dialéctico, porSidney Rook, y La verdad declase y la verdad nacional enlas ciencias sociales, por Raymond Aron. De los trabajosenumerados e! de Sidney Rookes el más importante, estudiaen él las verdaderas relacionesque hay entre ciencia y materialismo dialéctico, desechandoel presupuesto soviético de quela validez de! comunismo traeconsigo la del materíalismo;siendo así que en todo caso esel materialismo quien daría validez al comunismo. Pecadooriginal éste, fuente de equivocaciones nocivas para e! libre desenvolvimiento de laciencia. Tal el caso de la negación del psiconálisis y la teoría de la relatividad.
A.L.
Sexto Congreso del InstitutoInteramericano de Literatura Iberoamericana. Agosto-septiembre de 1953. Homenaje aHidalgo, Diaz Mirón y MartÍ.Imprenta Universitaria. México, 1954. 282 pp.
El presente libro recoge lostrabajos del Sexto Congresode Catedráticos de LikraturaIberoamericana que se reunióen la ciudad de México el añode 1953. En este volumen encontramos un variado conjunto de temas y firmas, que enla brevedad de una reseña esimposible comentar una poruna.
El licenciado Luis Monguió,lamenta la ignorancia, aun elelos europeos cultos, que existesobre nuestra literatura, por 10que conside~a un eleber ele todoamericano con conciencia cultural: "profundizar y acenelrarcada vez más nuestro trabajopara que extrar.os y propios sepercaten mejor de los valoresde la literatura, faceta de lacultura y del mundo iberoamericano". Luego deslinda el deber: " ... seguir historiando laliteratura iberoamericana, dentro de sus límites, pero alcanzando hasta sus extremos límites y dimensiones ..."
John E. Englekirk, en Walt .Whitman, "indomable e intraducible", severo enjuicia a lostraductores del poeta norteamericano. No se salvan Vasseur, ni Zardoya y León Felipe, ni nuestro Usigli. Disgustaal crítico el que los traductoresno sean fieles al espíritu deWhitman.
Gabrie!e von Munk Benton,en La selva como símbolo enTierra de Promisión, estudiael influjo de la naturaleza americana en la poesía de EustasioRivera. Concluye: "El tema deRivera es americano; las influencias que le estimularon,cosmopolitas. Sus sonetos noshacen presente el hecho de que,a pesar de que se aprovecha deun ambiente particular, el poeta hispanoamericano sondea unproblema internacional y universal - el del hombre que sebusca a sí mismo a través desu soledad interior".
Antonio Castro Leal y Arturo Torres-Rioseco, tratan elmismo tema, Salvador DíazMirón. El primero se ocupa elesu vida y el segundo de la poesía del autor de Lascas.
Manuel de Ezcurdia, de laUniversidad de California, ensu Trayector'ia novelística deAgustín Y Míez, saca interesantes conclusiones de la obra enque se ocupa, y destaca la importancia de la técnica moderna empleada por Yáñez en susnovelas.
e. v.
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