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La doctrina es algo más que solo saber, pues la doctrina debe impulsar el quehacer de la Iglesia Basado en los primeros 4 capítulos de la epístola a los Romanos
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Proclamar su Nombre LA MANERA DE VIVIR DE LA IGLESIA
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Proclamar su Nombre LA MANERA DE VIVIR DE LA IGLESIA
Índice
Introducción
Recibimos gracia y apostolado Romanos 1:1-5
Comunicar dones espirituales Romanos 1:8-15
Evangelio de Salvación Romanos 1:16-17
Evangelio vs. Impiedad Romanos 1:18-32
Sin distinción de personas Romanos 2:1-16
Cristianos de corazón Romanos 2:17-29
Justificados por la fe Romanos 3:21-31
Las pisadas de la fe Romanos 4:1-12
Epílogo
4
5
INTRODUCCIÓN
Hay más de una forma de acercarse a la epístola a los Romanos
escrita por el Apóstol Pablo. Muchas ocasiones, es presentada
como el más formidable documento doctrinal producido por la
Iglesia del Nuevo Testamento. En otras ocasiones se dividen los
contenidos de la epístola para enfatizar en su primera (1-11)
parte la teología: las doctrinas de Dios y de la salvación. Y en su
segunda parte (12-16) los elementos prácticos.
Esta forma de dividir la epístola, ha sido muy utilizada a lo largo
de la historia de la iglesia, pero de algún modo deja de lado el
carácter primario de la epístola. Pues sin dejar de observar esa
división y énfasis ya mencionados. La epístola fue escrita con la
intención de guiar a una iglesia. En su manera de vivir la fe.
Si bien el apóstol Pablo, no conocía personalmente la Iglesia de
Roma si tenía el deseo de visitarles de paso en un viaje misionero
que de haberse realizado hubiera sido el más grande proyecto,
misionológico de esa época. Realmente no es indispensable
conocer personalmente a un grupo de cristianos, y tener el deseo
querer compartir con ellos, lo que Dios nos ha dado.
Ese deseo de compartir con una iglesia es lo que llevo al apóstol
Pablo a escribir esta epístola, pero al hacerlo nos dejó también a
6
nosotros una serie de enseñanzas valiosas sobre lo que significa
vivir el vivir de la iglesia.
Uno de los asuntos a superar en nuestra lectura de la epístola es
recordar que la doctrina no puede en ninguna forma tratarse
solamente como algo que tenemos que conocer. Pues es la
doctrina o teología, lo que debe impulsar el quehacer de la
Iglesia. Por otro lado tampoco se trata del simplemente hacer,
porque fácilmente caeríamos en un activismo que
eventualmente aún con las buenas intenciones nos pueden llevar
a una práctica ajena a la Escritura. Generándose un esquema
semejante a este.
Donde la doctrina impulsa la práctica de la Iglesia, y la práctica
de la práctica de la iglesia motiva la reflexión teológica. Este
esquema bipolar, que se encuentra en la epístola permite no caer
en una mera actitud intelectual ni solo en el activismo. Pero
también puede llevar a la iglesia a una reflexión contextual, pues
está vinculada directamente con la práctica, de modo que sus
liderazgos partan del servicio y no solamente desde un cargo
delegado, pero también la práctica obtiene la dirección del Texto
bíblico y no solo de la que sentimos.
Doctrina Practica
7
Entonces nuestra lectura si bien está centrada en la práctica de
la iglesia, esta se hace desde una perspectiva donde se mantienen
en equilibrio ambas partes de doctrina y práctica, a lo largo de
toda la epístola sin hacer una división de los capítulos para poder
hacerlo.
Este tipo de lectura nos permitirá reconocer en los pasajes que
tradicionalmente son considerados como doctrinales, que la
práctica de la iglesia, siempre ha estado vinculada con lo que
cree. Y que la doctrina y práctica de la iglesia es eminentemente
misionológica.
Esperamos que en las siguientes páginas descubramos juntos,
cómo nuestra práctica de iglesia nos lleve a proclamar el
Nombre de Jesucristo para salvación de los no creyentes.
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9
RECIBIMOS GRACIA Y APOSTOLADO
Romanos 1:1-7 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol,
apartado para el evangelio de Dios, 2 que él había prometido antes
por sus profetas en las santas Escrituras, 3 acerca de su Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, que era del linaje de David según la carne, 4 que
fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad,
por la resurrección de entre los muertos, 5 y por quien recibimos la
gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones
por amor de su nombre; 6 entre las cuales estáis también vosotros,
llamados a ser de Jesucristo; 7 a todos los que estáis en Roma,
amados de Dios, llamados a ser santos: Gracia y paz a vosotros, de
Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
10
11
COMUNICAR DONES ESPIRITUALES
La vida toda de la iglesia, está vinculada con el dar. Es por ello
que es una lástima que erróneamente muchos cristianos
consideren que el ir a la iglesia es para recibir.
Son millares los que han sido enseñados que asistir al templo,
para recibir alguna bendición. Quizá por ello procuran llegar al
final del culto para recibir la bendición. Otros incluso se llegan
a materializar en exceso y consideran que ir al templo es para
recibir, ayuda despensas, o por lo menos algún tipo de
reconocimiento.
Las iglesias en muchas ocasiones también erróneamente han
ocupado un rol que la Escritura no les asigna, y tratan de proveer
una serie de actividades para que sus miembros se mantengan
unidos y desarrollen compañerismo entre sí.
Ahora es claro que al asistir a los templos, y participar de las
actividades culticas los participantes habrán de recibir
bendiciones. Y que junto con ello se generan grupos donde la
pertenencia y amor pueden ser su característica. Pero no es ese
el fin por el cual existe la Iglesia. La Iglesia primariamente ha
sido organizada para la predicación de la Palabra, como un
medio para el extendimiento del Reino de Dios y para el
cumplimiento de la misión de Dios.
12
En ese sentido, las bendiciones que se dan en la iglesia están
relacionadas con la forma de como el Reino de Dios se extiende
en una comunidad específica.
1. Proclamando el evangelio de salvación
2. Mostrando el amor de Cristo en el servicio a otros
3. Modelando un estilo de vida, conforme a la voluntad de
Dios
4. Anunciando de manera profética la voluntad de Dios
para la comunidad.
Así que el recibir o dar en las iglesias, tiene un enfoque
específico, que es el de comunicar dones para el ministerio
dentro de la obra de Dios. Los momentos en que somos sanados
por el Señor o que recibimos consuelo, son formas en las que
Dios se manifiesta para dar testimonio en la comunidad del
poder del Señor. La predicación o el servicio social, son distintas
fases de la tarea la misma tarea misionera. Pues cada una de
manera aislada nos llevaría a una pura religiosidad más pietista o
más pragmática pero igualmente otra religiosidad. Mientras que
la tarea de la iglesia sigue siendo preparar a hombres y mujeres
para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de
Cristo, Efesios 4:12
Las siguientes líneas habrán de mostrarnos que la dinámica
apostólica de la que es receptora la iglesia, está orientada a
equipar personas para el desarrollo de las misiones. Y esto no
como el adiestramiento de un equipo selecto de personas que
van a la misión, sino que la iglesia misma (toda) es el instrumento
que Dios ha designado como estrategia para la misión.
13
Un ejemplo a seguir
Romanos 1:8 Primeramente doy gracias a mi Dios mediante
Jesucristo con respecto a todos vosotros, de que vuestra fe se divulga
por todo el mundo.
Sin duda es alentador conocer de iglesias que están impactando
a sus comunidades y están siendo usadas por el Señor para
transformar muchas vidas. El Apóstol Pablo no conoce esta
comunidad de fe y sin embargo la fe de esta iglesia ha sido
conocida en muy diversos lugares.
Las iglesias hoy en día tienen diferentes formas de cómo están
impactando en sus ciudades. Algunas son conocidas en la
comunidad, por su trabajo asistencia, incluso por su militancia
política. Hay otras se dan a conocer por los programas sociales
y familiares, que integran a las comunidades, incluso hay iglesias
que son socialmente conocidas por la música que allí se
interpreta. De entre todas esas posibilidades, el apóstol señala la
razón por la que esta iglesia es conocida tan ampliamente. Se
trata de la fe.
Romanos 1: 8 En todas partes se habla bien de ustedes, y se sabe
que confían en Dios y lo obedecen. TLA
Sin duda es valioso que las iglesias puedan ser conocidas por sus
grandes instalaciones, servicio social que prestan a la comunidad
e incluso la excelencia de sus programas docentes. Pero todo eso
puede ser nada, si no está precedido de la fe.
La fe, es entonces el motor que ha de mover a la iglesia y forma
parte de nuestro testimonio cuando las personas de nuestro
derredor pueden que confiamos y obedecemos a Dios.
14
La oración y las misiones
Romanos 1:9-10 Porque testigo me es Dios, a quien sirvo en mi
espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin cesar hago mención de
vosotros siempre en mis oraciones, 10 rogando que de alguna manera
tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a
vosotros.
La oración y el progreso del evangelio, siempre están vinculados,
sin embargo es común que se deje en el olvido el orar por las
misiones. El apóstol sin conocer esa iglesia está oreando por
ellos. El apoyo en oración es importantísimo para que el
evangelio siga creciendo. Los siguientes textos nos pueden servir
a modo de prontuario para orar por las misiones.
1. Oremos por obreros. Entonces dijo a sus discípulos: La
mies es mucha, pero los obreros pocos. Por tanto, rogad al Señor de
la mies que envíe obreros a su mies (Mt.9:37-38)
2. Oremos por las autoridades. Exhorto, pues, ante todo
que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por
todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en
autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada
con toda piedad y dignidad. Porque esto es bueno y agradable delante
de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean
salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad. Porque hay un
solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres,
Cristo Jesús hombre (1Tim.2:1-5)
3. Oremos por puertas abiertas. Perseverad en la oración,
velando en ella con acción de gracias; orando al mismo tiempo
también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la
15
palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual
también he sido encarcelado… (Col.4:2-3)
4. Oremos por denuedo al compartir el Evangelio y
que este se proclame sin impedimentos. Oren también
por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a
conocer con valor el misterio del evangelio,… Oren para que lo
proclame valerosamente, como debo hacerlo. (Ef.6:19-20)
5. Oremos por protección. ….orad por nosotros…. para que
seamos librados de hombres perversos y malos, porque no todos tienen
fe… (2Tes.3:2)
6. Oremos por el apoyo de parte de los creyentes
hacia los misioneros. …que os esforcéis juntamente conmigo
en vuestras oraciones a Dios por mí,…para que mi servicio a
Jerusalén sea aceptable a los santos, (Rom.15:30-31)
7. Oremos por la dirección y la ayuda de Dios en los
viajes misioneros. …y para que con gozo llegue a vosotros por
la voluntad de Dios, y encuentre confortante reposo con vosotros
(Rom.15:32)
La oración a favor de las misiones, nos sensibiliza a dejar de
pensar de manera egoísta solo en nuestras necesidades, para
apoyar con nuestra oración el trabajo de Dios que se está
haciendo en otros lugares
También nos prepara para el momento en que nosotros mismos
estemos iniciando nuevos grupos misioneros. Pues al orar para
que el Señor envíe obreros a su mies, en oración también hemos
de decirle heme aquí, envíame a mí.
16
Compartir dones
Romanos 1:11-13 Porque deseo veros, para comunicaros algún
don espiritual, a fin de que seáis confirmados; 12 esto es, para ser
mutuamente confortados por la fe que nos es común a vosotros y a
mí. 13 Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me
he propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para
tener también entre vosotros algún fruto, como entre los demás
gentiles.
¿Qué te ha dado Dios? ¿Cuántos dones Él ha puesto en tu vida?
¿De qué manera estas compartiendo lo que El Señor te ha dado?
Muchas iglesias y personas, han recibido del Señor una gran
cantidad de dones, talentos, y recursos. Pero sigue ocurriendo
como la parábola que Jesús conto, de aquel hombre que
recibiendo un Talento, lo guardo, sin hacerlo producir para su
Señor. Iglesias y personas que siguen esconden los talentos que
Dios les ha dado, en lugar de compartirlos con otros creyentes
e incluso utilizarlos para financiar las misiones.
No es raro encontrar iglesias que hacen grandes inversiones en
cenas para sus miembros, comprar un costosísimo órgano o
gastar muchos miles de pesos en dotar de artículos suntuosos
sus templos. Pero cuando se trata de apoyar a los pobres, las
misiones e incluso buscar predicadores. Argumentan no tener
recursos suficientes. Estas son iglesias que han perdido la misión
por la que fueron organizadas. Pues cada iglesia en este mundo,
para ser iglesia, ha de cumplir con el Plan para el que Dios las
llamó que es Predicar la Palabra de Dios y hacer discípulos de
Jesucristo.
17
Dios doto a su iglesia con dones, para que a través de estos se
sirva a la comunidad de la fe, y se extienda el Reino de Dios en
el mundo.
Este viejo y enfermo apóstol, no se ha cansado de compartir de
lo que Dios le ha dado. En sus propias palabras, siente la
necesidad de seguir compartiendo de lo que Dios le dio.
1Corintios 9:16 Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué
gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no
anunciare el evangelio!
En este caso se trata específicamente de compartir dones
espirituales. En ese sentido lo que se comparte en realidad no es
nuestro pues primeramente nos ha sido dado por el Espíritu,
con la finalidad de ser edificados en la fe. Pero esta edificación
no se da en forma aislada, sino en y con la comunidad. Como se
manifiesta en la siguiente línea. Pues el ejercicio de los dones
espirituales siempre ha de ser útil para la mutua edificación.
Aquí es importante observar el carácter del que comparte, pues
si bien llega a haber personas que toman una postura de
superioridad al momento de compartir. No es este el caso del
apóstol, pues él se ve a sí mismo como ayudante del gozo de
ellos. Es más la actitud del que dice: ven vamos a aprender
juntos. Pues el fortalecimiento de la fe de ellos y de él son un
mismo acto donde incluso el maestro aprende de y con sus
alumnos.
Maestros y alumnos comparten una misma fe, y en ese sentido
ambos saben que el crecimiento finalmente no es producido por
los seres humanos, sino por Dios actuando en ellos. La mutua
18
edificación. Hace que el Reino de Dios siga creciendo entre ellos
y a partir de ellos se divulgue hasta alcanzar a toda la comunidad.
Listos para servir
Romanos 1:14-15 A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios
soy deudor. 15 Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros
el evangelio también a vosotros que estáis en Roma.
El servicio cristiano, no hace distinción entre las personas, no
existen personas más o menos dignas. Pues la dignidad de la
persona depende y es igual en todos, cuando Dios todo al ser
humano con su imagen, nuestra dignidad entonces no depende
del lugar, familia o etnia donde nacimos, sino de que todos
fuimos creados y somos portadores de la imagen de Dios.
Los distintivos que suele nuestra sociedad utilizar para apreciar
a algunos y despreciar a otros. Realmente son artificiosos
creados desde una posición egoísta, pues esencialmente todos
los seres humanos somos iguales y todos necesitamos y
podemos ser redimidos por el Señor.
De esta forma, por cuanto todos necesitamos redención, la
misión de la iglesia es proclamar el nombre de Jesucristo, todos,
en ese sentido somos deudores al mundo, porque todo el
mundo necesita ser redimido por el Señor.
Dios usará nuestra vida como al de su siervo Pablo, para
comunicar el don de la fe y salvación a muchas personas que
urgentemente necesitan ser reconciliadas con el Señor.
19
EVANGELIO DE SALVACIÓN
Una sola frase puede resumir, la fe y la práctica de la Iglesia, esta
es: El Evangelio. De manera popular hablamos de los que están
en el evangelio, para diferenciarlos de aquellos que aún no han
creído en Jesús como su salvador
Hablar de los que están en el evangelio, implica en sí mismo que
esperamos de ellos algunas cosas:
1. Son personas que han creen y confiesan a Jesús como su
salvador
2. Mantienen una relación con Dios a través de la lectura
de las Escrituras y de la oración
3. Se congregan regularmente con otros creyentes para
celebrar su fe
4. Se conducen e acuerdo con las enseñanzas de la Biblia
5. Comparten con otros el evangelio, a fin de que ellos
también experimenten la salvación por Jesucristo
Vivir el evangelio, es la característica de todos aquellos que han
nacido de nuevo. El evangelio, se traduce entonces no solo en
una categoría teológica para denotar la acción de Dios al traer
salvación a los pecadores, sino también la manera de vivir
cotidiana. El evangelio, también se traduce en la esperanza con
la que se vive el aquí y el ahora y la confianza con la que se espera
el encuentro con nuestro creador.
20
Orgulloso del evangelio
Romanos 1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es
poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío
primeramente, y también al griego.
Pablo empieza diciendo que está orgulloso del Evangelio que
tiene el privilegio de predicar. Es sorprendente considerar el
trasfondo de esta afirmación. A Pablo le habían metido en la
cárcel en Filipos, le habían obligado a escapar por su vida en
Tesalónica, le habían tenido que sacar de contrabando en Berea,
se habían reído de él en Atenas, y en Corinto su Mensaje les
había parecido una tontería a los griegos y un escándalo a los
judíos. A pesar de todo eso y mucho más, Pablo proclama que
está orgulloso del Evangelio. Había algo en el Evangelio que le
hacía salir victorioso de todo lo que los hombres le pudieran
hacer.
Lo primero que se afirma es que el evangelio es salvación.
En el entorno donde es dicho, la salvación era una de las cosas
más esperadas por la sociedad. Roma había extendido su
imperio a lo largo y ancho del Mediterráneo, pero hacerlo y
mantener el imperio significaba el pago tributos de muchos
países para que el imperio siguiera funcionando. Se presentaban
revueltas en uno u otro lugar, para deshacerse del yugo romano.
Al judaísmo mismo le costó la muerte de miles de personas y la
destrucción completa de su ciudad, así como de todos sus
símbolos religiosos, y finalmente la diáspora en calidad de
esclavos, regados por todos los puntos del imperio. La PAX
Romana se había impuesto, pero lejos estaba del ideal de paz y
bienestar que desea un ser humano para vivir quieta y
reposadamente.
21
La salvación en la Biblia si bien tiene solo como referente el
Shalom del AT, adquiere una amplia gama de significados.
(a) La salvación está orientada a rescatar al ser humano en
cuerpo y alma
Como en el caso de la mujer enferma de flujo.
Mateo 9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su
manto, seré salva.
O con el el endemoniado de gadarra.
Luc 8:36 Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido
salvado el endemoniado.
(b) Es la salvación del peligro
Mateo 8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo:
¡Señor, sálvanos, que perecemos!
Mat 14:30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y
comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor,
sálvame!
Salvación, no la garantía de una vida libre de riesgos y
peligros. Sino la seguridad para nuestro ser en cualquier
circunstancia.
Un poema del siglo pasado decía así:
A salvo estaré al salir secretamente armado frente a todas las
asechanzas de la muerte; a salvo, cuando se pierda toda seguridad;
a salvo cuando los hombres caigan; y, si estos pobres miembros
mueren, del todo a salvo. Rupert Brook
La Salvación de Cristo nos pone a salvo de las
circunstancias externas.
(c) Es la salvación de toda contaminación. El cristiano está
a salvo del contagio de una generación retorcida y
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perversa Hecho 2:40 Y con otras muchas palabras testificaba
y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.
Los que tienen la Salvación de Cristo tienen un
antiséptico divino que los guarda de la infección del mal
que hay en el mundo.
(d) Es la salvación de nuestra perdición
Mateo 18:11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar
lo que se había perdido
Por naturaleza nos encontramos en un camino
equivocado, que no conduce más que a la muerte.
Cuando recibimos la Salvación de Cristo vamos por el
camino verdadero de la Vida Juan 14:6 Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por
mí.
(e) Es la salvación del pecado Mateo 1:21 Y dará a luz un
hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo
de sus pecados.
La humanidad se encuentra sometida a esclavitud bajo
un tirano del que no puede escapar. La Salvación de
Cristo nos libra de la tiranía del pecado que paga el
servicio de sus súbditos con la muerte
Romanos 6:23 Porque la paga del pecado es muerte, más la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
(f) Es la salvación de la ira de Dios
Romanos 5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su
sangre, por él seremos salvos de la ira.
En el mundo una ley moral inexorable, y el anuncio de
un juicio ineludible forma parte del Evangelio. Si no
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fuera por la Salvación de Cristo, no podríamos esperar
más que la condenación eterna.
(g) Es la salvación hasta los últimos tiempos (escatológica)
Romanos 13:11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de
levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros
nuestra salvación que cuando creímos.
Que alcanza su plenitud en el triunfo final de Jesucristo
2Timoteo 4:18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me
preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de
los siglos. Amén.
1Pedro 1:5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la
fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser
manifestada en el tiempo postrero.
El Evangelio ofrece al mundo sin esperanza una Salvación que
puede mantener a salvo en esta vida y en la eternidad a todos los
que la aceptan.
Creemos el Evangelio
Romanos 1:17 Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela
por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
Al igual que la palabra salvación, fe también tiene una gran
reserva de sentido en el Nuevo Testamento
(a) Su sentido más corriente es lealtad o fidelidad.
Escribiendo a los tesalonicenses, Pablo quería tener
noticias de su fe; es decir: si su lealtad estaba resistiendo
la prueba. 2Ts 1:4 tanto, que nosotros mismos nos gloriamos de
24
vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas
vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis.
Se combinan fe y paciencia o firmeza. La fe es la
fidelidad a toda prueba que caracteriza a todo fiel
soldado de Jesucristo.
(b) Fe quiere decir creencia, la convicción de que algo es
verdad.
En 1Corintios 15:17 Pablo escribe: y si Cristo no resucitó,
vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados
La fe es el asentimiento al Evangelio, su aceptación
como verdad.
(c) Fe es también sinónimo del ser cristiano (La Fe).
2Corintios 13:5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la
fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros
mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis
reprobados?
(d) Fe es a veces equivalente a una esperanza indestructible.
2Co 5:7 (porque por fe andamos, no por vista);
(e) Fe quiere decir aceptación total y confianza absoluta. Es
decir: Jugarse la vida a que hay Dios, y que es como Jesús
nos lo ha mostrado. Es estar absolutamente seguros de
que lo que Jesús ha dicho es la verdad, y apostar el
tiempo y la eternidad a esa seguridad. «Creo en Dios -decía
Stevenson-, y si me despertara en el infierno seguiría creyendo en
Él." Job 13:15 He aquí, aunque él me matare, en él esperaré;
25
Por el evangelio se revela la fe
La forma de cómo se revela la fe en el ser humano, se puede
bosquejar en 3 pasos:
1. Receptividad. Cuando, por lo menos, estamos
dispuestos a escuchar el Evangelio.
2. Asentimiento de la mente: después de oír, estamos de
acuerdo en que es verdad; pero ese asentimiento mental
puede no desembocar en acción. Muchas personas
saben que algo es cierto, pero no cambian lo más
mínimo en consecuencia.
3. Entrega total. La fe salvadora se da cuando alguien
escucha el Evangelio, está de acuerdo en que es verdad
y se entrega en una rendición incondicional.
El medio para que la fe se revele en las personas es el evangelio,
la palabra escrita y escuchada es el recurso que Dios usa para
transformar a las personas y llevarles de la incredulidad a la fe.
Justificados por Dios
Cuando nosotros nos justificamos, lo que hacemos es mostrar
que teníamos razones para actuar de la forma en como lo
hicimos. Pero el sentido bíblico de justificó es distinta.
Aquí la palabra justificó (dikaioó) implica que se considera a la
persona como si fuera algo.
Si Dios justifica a un pecador, no quiere decir que le da la razón
y le acepta como justo. Si no que Dios trata al pecador como si
fuera justo
En lugar de tratarle como a un pecador que merece ser
condenado, Dios le trata como a un hijo al que ama.
26
Eso es lo que quiere decir la justificación: que Dios nos
considera, no como enemigos, sino como amigos; no como
merecen los malos, sino como merecen los buenos; no como a
transgresores de la ley a los que hay que castigar, sino como a
hombres y mujeres a los que hay que amar. Esta es la esencia
misma del Evangelio.
Esto quiere decir que ser justificados es entrar en una nueva
relación con Dios, una relación de amor, de confianza y de
amistad, en lugar del distanciamiento de la enemistad y el miedo.
Ya no nos dirigimos a un Dios que irradia justo y terrible castigo,
sino perdón y amor redentor.
La justificación (dikaiosyné) es la relación correcta entre Dios y
la criatura humana. El que es justo (dikaios) es el que está en esta
correcta relación con Dios. No por lo que haya hecho sino por
la fe.
Por fe y para fe.
El evangelio, nos muestra el camino de la salvación, esta
salvación solo se obtiene por la fe. Cuando nos entregamos
completamente a Dios. Entonces somos justificados. Dios de
allí en adelante nos trata como si fuésemos justos. Somos
declarados justos por el inmenso amor de Dios.
Como justificados, ahora vivimos la fe, como la forma de vida
que agrada y glorifica a Dios.
27
EVANGELIO VS. IMPIEDAD
Sin duda nuestro país enfrenta grandes problemas. Algunos de
esos problemas los hemos estado llevando durante muchos años
ya y en el momento actual solo se han agravado.
Algunos de ellos son:
La pobreza, el desempleo, el comercio informal, diversas
formas de delincuencia, el narcotráfico, el contrabando, la
emigración de mexicanos a Estados Unidos, la fuga de
capitales, la corrupción, la contaminación y destrucción
del medio ambiente, la impunidad, los homicidios sin
resolver, los levantamientos populares regionales y el
caciquismo, entre los más destacados1.
Un especialista considera que son tres los factores que
determinan el surgimiento de todos esos problemas.
(1) el empobrecimiento de una parte importante de la
sociedad como producto del desempleo y, en general, de
la falta de oportunidades;
(2) una tendencia por parte de los diversos grupos sociales
a no cumplir la ley (en sentido amplio, es decir cualquier
1 Los grandes Problemas actuales de México. Ruiz Nápoles Pablo. en http://estepais.com/site/?p=38433 1 de mayo de 2012. Accesado el 21 de octubre de 2013.
28
norma de carácter público) salvo en determinadas
circunstancias, y
(3) la total ausencia de una política industrial y comercial,
por parte del Estado, orientada al estímulo de la inversión
productiva.2
Sin ser exhaustivo, consideramos que este análisis que se nos
presenta tiene suficiente razón, pero que al mismo tiempo no va
al fondo del problema. Pues no es solo cuestión de políticas
públicas o de los indicadores macroeconómicos.
El problema que aqueja a nuestro país realmente esta acendrado
en el corazón de cada persona. Los resultados presentados en el
análisis arriba mencionado, realmente son la consecuencia del
pecado que aqueja al ser humano. De allí se deriva la inequidad,
injusticia, falta de solidaridad, etc. Que traen a su vez pobreza,
delincuencia y acumulamiento de capitales en unos pocos con la
consecuente pauperización de millones.
El pecado es el problema que ha afectado a la humanidad por
siglos, pero también desde hace 20 siglos atrás Dios proveyó una
respuesta para el problema de la humanidad. Que por cierto no
consiste en un simple mejoramiento de las finanzas públicas o
la implementación de otro programa para atender a las clases
desprotegidas del país, ni siquiera contempla el cambio de un
sistema político, pues estos pueden ser solo paliativos para el
problema real.
La solución que Dios ha provisto es descrita en la Biblia como
el Evangelio. Y el apóstol pablo presenta un análisis teológico
del problema.
2 Ruiz Nápoles Pablo. ob cit.
29
Negarse a ver la verdad
Romanos 1:18-19 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo
contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con
injusticia la verdad; 19 porque lo que de Dios se conoce les es
manifiesto, pues Dios se lo manifestó.
El problema del ser humano, radica en el pecado, esta es una
forma de decir que las relaciones con Dios están rotas. Decimos
que el pecado es el problema, porque Dios nos creó para que
estuviésemos en perfecta relación con Dios, pero también en
perfecta relación con nosotros mismos, con nuestros semejantes
y con la creación.
A esto le decimos las 4 relaciones perfectas, de las que el ser
humano gozaba antes de la entrada del pecado.
El proyecto de Dios, permitía un perfecto equilibrio entre todo
30
Una versión libre de este pasaje puede decir así:
Porque da ira de Dios se revela desde el Cielo, y se dirige contra toda
impiedad y maldad de los hombres que, en su maldad,
intencionadamente sofocan la verdad que está luchando en sus
corazones. Porque, lo que se puede conocer de Dios lo tienen claro en
su interior porque Dios mismo se lo pone claro Rom. 1:18-19
El problema está al interior mismo del ser humano, no es que
no sepa o no conozca de Dios. Sino que no quiere reconocerlo.
La verdad de Dios está en cada corazón, pero la impiedad
(ἀσέβεια) e injusticia (ἀδικία) humana, se empeñan en negarlo,
haciéndose necios.
Dice el necio en su corazón: No hay Dios.
Se han corrompido, hacen obras abominables; Salmo 14:1
Qué sencillo resulta invertir el orden que Dios ya ha provisto
para que seamos bendecidos. Sin darnos cuenta que al hacerlo,
no solo perdemos la bendición de Dios sino que nos
convertimos en enemigos suyos.
Las dos palabras que se utilizan que se utilizan en este texto
originalmente tienen un sentido positivo
Piedad de εὐσέβεια eu, bien, y sebomai, ser devoto, ser devoto,
denota aquella piedad que, caracterizada por una actitud
en pos de Dios, hace aquello que le es agradable a Él.
Justo de δίκαιο, son de personas observantes de lo recto dike,
especialmente en el cumplimiento de los deberes hacia
Dios
31
Pero cuando a lo piadoso y justo se le agrega un solo elemento.
Se convierte en la negación de lo que se estaba afirmando.
Impiedad ἀσέβεια, la negación y menosprecio de Dios y de sus
leyes
Injusticia. ἀδικία, es el engaño que se utiliza en la ausencia de
rectitud. Se convierte en un agravio, maldad, inequidad.
El pecado en sí mismo es tratar de querer ir más allá de lo que
ya Dios hizo, es tratar de corregir lo perfecto que hizo Dios. Por
ello es una actitud necia y pretenciosa, querer ser mejor que
Dios, pero cuando lo intentamos realmente lo que hacemos es
perjudicarlo todo.
Al hacerlo no solo rechazamos la perfección de Dios, sino aún
acarreamos su ira por descomponer lo que ya Dios ha hecho
correcto.
Cómo se genera el problema
Romanos 1:20-25 Porque las cosas invisibles de él, su eterno
poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo
que no tienen excusa. 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le
glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se
envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue
entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y
cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen
de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por
lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las
concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí
32
sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la
mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al
Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
Dios puso en su creación la posibilidad de que le conociéramos,
todo lo que está en nuestro derredor. A eso se refiere el texto
cuando dice:
Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas
por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa
Toda la creación manifiesta la gloria de Dios. Las cosas que
podemos observar muestras que hay un creador y un diseño
inteligente a tras de todo ello. Eso debería de ser suficiente para
que cualquiera pudiera reconocer al Dios creador y sustentador
de este mundo. Pero nos empeñamos en negarlo. Las cuatro
formas principales de como negamos su deidad son:
1. No le damos la gloria a Dios. El ser humano fue
creado para glorificar a Dios. Cuando no le damos la
gloria a Dios, estamos deshonrándole. No le damos la
gloria a Dios, cuando creemos que las cosas funcionan
por nuestros propios medios. Cuando en nuestra
autosuficiencia, pretendemos ser los que determinamos
todo cuanto está en derredor. Incluso la creación sufre
con nuestra actitud, pues en lugar de administrar los
recursos que Dios nos ha brindado nos volvemos
depredadores.
2. No somos agradecidos. El salmo 103 inicia diciendo:
Sal 103:1-2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser
su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides
33
ninguno de sus beneficios. Cuando olvidamos que todas las
cosas de las que disfrutamos vienen de la mano de Dios,
nos volvemos desagradecidos, creemos que somos
merecedores por nuestros propios medios de lo que
disfrutamos. Quiero que consideremos todo eso que
tenemos. Empecemos por el don de estar vivos, no
tenemos que hacer nada por estar vivos, pero Dios nos
ha otorgado esa bendición. Lo mismo podríamos decir
del día que hoy disfrutamos o de los estudios que
pudimos realizar, el trabajo que tenemos, etc. Sin duda
siempre habría alguien más apto que nosotros, pero por
la misericordia de Dios, somos nosotros quienes hemos
recibido lo que tenemos. En el evangelio (Lucas 17:11-
19) hay una historia clásica de ingratitud, y de sus
consecuencias. Un día en el camino 10 leprosos le
salieron al encuentro a Jesús. Todos ellos fueron
sanados, pero solo uno regreso a darle gracias a Jesús. Y
solo él fue salvado. Por la ingratitud de los otros no
recibieron la salvación.
3. Seguimos nuestro propio consejo. La biblia está llena
de ejemplos de hombres que siguieron su propio
consejo antes que el de Dios. Cada vez que eso ocurrió
las consecuencias fueron desastrosas para ellos y para
muchos de los que estaban con ellos. Una de ellas es la
de David (2 Samuel 11, 12) cuando decide salirse con la
suya para quedarse con la esposa de Urías Heteo. Si bien
David se arrepintió y Dios le perdonó. Las
consecuencias fueron muchas. Urías murió y con el
otros de sus soldados. El hijo que David tuvo con
Betsabé, también murió. Cuando uno lee
superficialmente la historia podría pensar que el
34
problema fue el adulterio, pero esto no es más que la
consecuencia, de haber tenido en poco el consejo de
Dios, tal y como el profeta Natán se lo dice a David.
2Samuel 12:9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de
Jehová.
4. Creamos nuestros propios dioses. El ser humano sin
Dios, es como algunos psicólogos han dicho: un ser
religioso. Y para ello crea sus propios dioses, a fin de
satisfacer sus propias necesidades religiosas. Pero los
dioses que crea. Siempre son de acuerdo a su propia
medida. Las mitologías antiguas (griegas, latinas,
babilonias) dan cuenta de muchos de esos dioses, llenos
de los mismos vicios que los seres humanos. Lejos están
esos dioses del ideal ético, del Dios de Israel. Cuando no
son esos dioses, entonces se busca adorar algunos
elementos de la naturaleza, de común se buscan los
elementos que se consideran fuertes e incontrolables. El
sol, la lluvia, etc. La teología indígena de nuestro país
está llena de ese tipo de emanaciones de la deidad. Pero
incluso esos dioses requieren que se les alimente para
poder seguir viviendo y sosteniendo el cosmos.
Entonces qué tipo de dioses son que necesitan ser
sostenidos por los seres humanos. El Dios de la Biblia
es Dios por sí mismo, no dependiendo de nada ni de
nadie. Más simple pero más común es cuando el ser
humano construye sus propios dioses aún con sus
propias manos o en nuestra época, va a una tienda a
comprar alguno que esté de acuerdo a sus gustos y
presupuesto. Cada una de estas formas son distintas
maneras de rechazar a Dios. Finalmente la intención es
construir un dios de acuerdo a nuestras necesidades, y
35
de no ser así entonces, el ser humano se constituye a sí
mismo en Dios (y al mismo tiempo rechaza que lo está
haciendo pero sus hechos lo delatan) constituyéndose en
un ególatra.
Resultados de rechazar a Dios
Romanos 1:26-27 Por esto Dios los entregó a pasiones
vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el
que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres,
dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos
con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y
recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28 Y
como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a
una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando
atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia,
maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y
malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios,
injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los
padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin
misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los
que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino
que también se complacen con los que las practican.
Los resultados de ese rechazo a Dios. Son más que descriptivos
en este pasaje. Van desde perversidades de carácter sexual, hasta
la destrucción progresiva de la sociedad a la que pertenecen, sin
hacer ninguna distinción. Incluso perjudicando particularmente
a los más débiles. Pero toda esa destrucción que se genera no es
solo de unos hacia otros, sino que se torna en autodestrucción
del género humano y de toda la creación en derredor. Y aun
cuando es capaz de darse cuenta del problema en que está
36
metido y de los problemas que está causando para sí y para las
generaciones subsecuentes, es incapaz de detener la destrucción
que provoca, por estar enceguecido por su propia soberbia, y su
egolatría. El resultado lógico para los que hacen y disfrutan de
toda esta maldad es el juicio y la muerte. Que en este caso, no
concluye con su muerte física, sino con el total rechazo y
separación de Dios en lo que la Biblia presenta como la segunda
muerte.
Una forma de representar el resultado de ese rechazo de Dios,
es la ruptura de las 4 relaciones perfectas con las que Dios creo
al ser humano.
Realmente todo se vuelve un caos. Las consecuencias por
supuesto ya no son de carácter personal, e incluso no solo son
para este tiempo, sino que también afectan la eternidad.
37
La solución de Dios
En medio de un panorama que se presenta por sí mismo como
desolador, El Evangelio representa la solución de Dios contra
toda esa impiedad y sus consecuencias. No es simplemente que
el Evangelio mantenga un versus impiedad, sino que el
Evangelio es la cura para esa impiedad y de esa manera la
impiedad puede ser solucionada.
Dado que las relaciones con Dios están rotas, y Él es el único
que puede restaurarlas, es entonces Dios quien toma la iniciativa.
La razón para restaurar estas relaciones rotas solo la podemos
hallar en el amor de Dios.
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en
que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Dios provee la solución, para esas relaciones rotas, el medio para
ello es la fe en Cristo Jesús. Solo al confesar nuestra falta de
piedad y arrepentirnos de lo que hemos hecho por nuestra falta
de rectitud, es que esas relaciones pueden ser restauradas.
Confesar es creer que solo Cristo puede perdonarnos y restaurar
mi vida, para que esta sea conforme al propósito de Dios.
Arrepentirme es, reconocer mi incapacidad para restaurar mis
relaciones rotas por mí mismo. Así como sentir dolor y
vergüenza por las consecuencias de mi falta de rectitud.
Es poner ahora toda mi vida en las manos de Dios, y pedirle que
Él sea quien restaure mis relaciones rotas.
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Al estar restauradas esas relaciones recibo diversos beneficios
1. Ser perdonado de mis pecados
2. Tener paz con Dios
3. Tener el propósito de Dios para mi vida
4. Recibir vida eterna
5. Tener el privilegio de pertenecer a la familia de Dios
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SIN DISTINCIÓN DE PERSONAS
En más de una ocasión se ha dicho que los cristianos somos los
que más abusamos de la gracia de Dios. Para algunos el sentirse
cristianos, en más de una ocasión les hace relajarse dentro de la
zona de confort que les provee el saberse ya del otro lado.
Incluso esa actitud se ve reforzada cuando dentro de esa
experiencia cristiana, tenemos algunos puntos a nuestro favor.
Los elementos que generalmente nos hacen descansar en
nuestra zona de confort, son:
1. Descendemos de familias de cristianos. Aún no se
quien acuño aquella frase de “Evangélicos de cuna” pero
sin duda ha causado enormes problemas a la fe. Pues
más de uno asumiendo eso como verdadero, ha llegado
a creer que efectivamente son cristianos, por que
descienden de una familia de cristianos. Descuidando su
propia fe. Imagine lo absurdo del argumento, es como
si creyera que soy médico, simplemente porque
desciendo de una familia de médicos. Se pasa por alto
que el ser hijos de Dios es por creer y recibir a Jesús
como nuestro salvador.
Juan 1:12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su
nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
40
2. Mi trabajo en la obra. Hay muchas personas que
cuando se habla de la fe, lo que hacen es exhibir las cosas
en las que están involucrados dentro del servicio
cristiano. Muestran a los otros la cantidad de ministerios
en los que están involucrados o se hace gala de los dones
que el Señor le ha dado. Pero aun cuando la fe y las obras
son dos asuntos que deben de estar vinculados, las obras
por sí mismas no son suficientes. Es por ello que se hace
necesario ver si esas obras en verdad proceden de la fe
o son simple activismo motivado por el deseo de
obtener reconocimiento. El trabajo en la obra realmente
no cuanta cuando se trata de la salvación la epístola a los
Efesios enfatiza que es solo por la fe, que llegamos a ser
hijos de Dios. Efesios 2:8-9 Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no por
obras, para que nadie se gloríe.
El servicio de la obra, entonces ha de estar acompañado
de un testimonio coherente con la fe que se predica. Y
aún más no solo es el hacer. Sino concretar en lo más
importante que es el dar frutos. Entonces una obra sin
frutos finalmente no está dando gloria a Dios y como tal
no ha pasado de ser una mera actividad religiosa.
3. Mi cumplimiento. Hay también una gran cantidad de
cristianos que viven sinceramente en un auto engaño.
Sinceramente han llegado a creer que con cumplir con
algunos deberes religiosos, ya están del otro lado, y no
tienen de que preocuparse. Van de vez en vez al templo.
Se ausentan por temporadas pero nunca dejan de asistir
del todo. Están más dispuestos a cooperar que a
participar. En ocasiones su involucramiento está más en
renglón de ser proveedor, que de Discipulador o
41
Evangelizador. No se ha percatado de que mantiene su
vida de fe básicamente en el mínimo. No es raro que sus
actitudes estén siempre en el límite. No crecen, y
tampoco por ello no pueden ayudar a crecer a otros en
la fe. Es difícil que puedan asumir responsabilidades y
cuando las asumen básicamente es para cumplir. Y
después se toman sus vacaciones. Lo más riesgoso de
este grupo es que como creen que sí están cumpliendo,
así también lo enseñan a otros, generando una actitud
displicente en cuanto a la fe.
Esta forma de caracterizar a los creyentes puede ser muy
semejante a la que encontró el apóstol Pablo cuando escribe la
epístola a los Romanos, y es por ello que tiene que hablar a los
judíos que creían igual que hoy algunos cristianos, que ya
estaban del otro lado y descuidaban su fe creyendo que ya eran
exentos del juicio de Dios.
No estamos exentos aún
Romanos 2:1-2 Por lo cual eres inexcusable, oh hombre,
quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te
condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. 2 Más
sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es
según verdad.
Posiblemente estas noticias cayeron como un balde de agua fría
al grupo que las escucho por primera vez y sin duda también a
nosotros nos causa algo de escozor. Pero esa es la verdad. Es
fácil juzgar a otros al respecto de lo que hacen sin reconocer que
de formas distintas también nosotros llegamos a ser
participantes de lo mismo que juzgamos.
42
Sólo Dios puede juzgar a los que hacen esas maldades. Sabemos que
Dios hace bien al juzgarlos. Romanos 2:2 PDT
El juicio en su sentido último realmente solo le corresponde a
Dios, y este juicio en realidad en nada demerita el amor de Dios.
De hecho Dios al juzgar hace lo correcto respecto a su justicia.
El problema aquí no es el justo juicio de Dios por las maldades
del ser humano, sino la actitud del ser humano de juzgar lo
mismo que el realiza, y pensar al mismo tiempo que podemos
estar inmunes al juicio de Dios.
El desprecio de los dones de Dios
Romanos 2:3-4 ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los
que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? 4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y
longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al
arrepentimiento?
En nuestro país tenemos un grave problema con la impunidad.
Hay muchísimos delitos de distinta índole que cada día quedan
impunes. Los delitos que quedan impunes son realizados lo
mismo por delincuentes, que por la población civil e incluso hay
algunos que incluso son realizados y aprobados por las mismas
autoridades. Con esto se genera toda una cultura de la
impunidad, donde unos y otros participantes llegan a considerar
que a ellos la justicia no les tocará. En muchas ocasiones incluso
se enarbola la bandera de los derechos humanos para protegerse
de la justicia, sin considerar que el ejercer el derecho de unos en
ocasiones está dañando el derecho de muchos otros.
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Todo eso llega a influir sobe la manera de como interpretamos
el pecado y el juicio de Dios, cuando infringimos la ley moral
que está presente en las Escrituras. Pero también en un sentido
más amplio cuando no ponemos en práctica Su consejo.
En este pasaje tenemos retratada la idea de quienes creen que
aún pueden quedar impunes delante del juicio de Dios y por ello
desprecian sus dones, representados en tres palabras.
Benignidad. crestotes (χρηστότης) Amabilidad. Esta es una
hermosa palabra, y expresa una idea hermosa. En griego
hay dos palabras para bueno: son agathós y créstós. Tienen
matices diferentes. La bondad de uno que es agathós puede
desembocar en reprensión, disciplina y castigo; pero la
bondad de uno que es créstós es siempre esencialmente
amable. Jesús fue agathós cuando echó del Templo a los
cambistas y a los vendedores de palomas con una ira al
rojo vivo; pero fue créstós cuando trató a la mujer pecadora
que le ungió los pies y a la que había sido sorprendida en
adulterio (Lucas 7 y Juan 8). Lo que Pablo dice realmente
es: Ustedes, están sencillamente tratando de sacar ventaja
de la gran amabilidad de Dios.
Paciencia. anoque (ἀνοχή) Aguante tolerancia. Anoque es
la palabra para tregua. Es verdad que quiere decir cese de
hostilidades, pero que tiene un límite. Pablo les está
diciendo a los judíos en realidad: «Creen que están a salvo
porque no les ha caído todavía el juicio de Dios; pero lo
que Dios les está dando no es “carta blanca” para pecar,
sino una oportunidad para arrepentirse y enmendarse.
Nadie puede seguir ofendiendo a Dios impunemente por
tiempo indefinido.
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Longanimidad. makrothumia (μακροθυμία), longanimidad,
paciencia, clemencia. Makrothumia es una palabra que indica
expresamente paciencia con las personas. Crisóstomo la
definía como la cualidad del que se puede vengar y escoge
deliberadamente no hacerlo. Pablo les está diciendo a los
judíos: No piensen que si Dios no los castiga es porque no
puede. El que Su castigo no siga inmediatamente al pecado
no es una señal de impotencia, sino de paciencia. Le deben
su vida a la paciencia de Dios.
Un gran comentarista ha dicho que casi todos tenemos “una
vaga e indefinida esperanza en la impunidad”, algo así como
decirse: “No me pasará nada”. Los judíos llegaban todavía más
lejos: Se atribuían abiertamente estar exentos del juicio de Dios.
Jugaban con Su misericordia, lo mismo que siguen haciendo
muchas personas todavía.
Dios no hace acepciones
Romanos 2:5-11 Pero por tu dureza y por tu corazón no
arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la
revelación del justo juicio de Dios, 6 el cual pagará a cada uno
conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien
hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, 8 pero ira y enojo a los
que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a
la injusticia; 9 tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace
lo malo, el judío primeramente y también el griego, 10 pero gloria y
honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y
también al griego; 11 porque no hay acepción de personas para con
Dios.
45
Hay personas que pasan por este mundo pensando que dado
que como Dios es un Dios de amor, sin duda los perdonará.
Otros creen erróneamente que la salvación es algo universal y
que sin importar como hayan vivido, todos nos iremos al cielo.
Lamentablemente para quienes piensan así, no es ese el esquema
con el que Dios trata a la humanidad. El en esta vida nos ha
brindado de sus dones para que los aprovechemos. De Modo
que procediendo al arrepentimiento, nos volvamos a Dios y de
esta forma recibamos la salvación.
Es por ello que después de brindarnos todas las oportunidades
posibles Dios procede al justo juicio. Para los que habiendo
recibido las bendiciones de Dios procedieron al arrepentimiento
reciben salvación. Para los que despreciando las oportunidades
que Dios les ha otorgado y se mantienen en su falta de fe y
conversión hacia Dios, solo les queda la retribución de sus malas
obras.
Dios pagara a cada uno según sus obras
Dios no hará excepciones. Cada uno recibirá lo adecuado según
haya recibido o despreciado los dones de Dios.
Corazón no arrepentido Atesoras ira
Contenciosos,
No obedecen a la verdad
Obedecen la injusticia
Ira y enojo
Hace lo malo Tribulación y angustia
Perseveran en el bien hacer Vida eterna
Al que hace lo bueno Gloria, honra y paz
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Dios nos brinda la oportunidad para que podamos ser salvados.
Pues tal y como el apóstol Pablo escribió.
2Pedro 3:9 El Señor no retarda su promesa, según algunos la
tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento.
El propósito de Dios es que aceptando el amor de Dios nos
arrepintamos de nuestros malos caminos y vayamos a la
salvación que Él nos otorga.
La ley como criterio
Romanos 2:12-16 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley
también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley
serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante
Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando
los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la
ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15mostrando
la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su
conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16en el
día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres,
conforme a mi evangelio.
Cuando se trata de la ley, una conocida frase legal dice: “El
desconocimiento de la ley no te exime de ella (ignorantia legis
neminem excusat) este es un principio de Derecho que indica que
el desconocimiento o ignorancia de la ley no sirve de excusa,
porque rige la necesaria presunción o ficción legal de que,
habiendo sido promulgada, han de saberla todos.
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Esto también es aplicable en cuanto a la ley de Dios, que será el
criterio a través del cual todos los seres humanos hemos de ser
juzgados por Dios.
Podemos hoy decir, que judíos y cristianos si hemos conocido
de la ley de Dios. Sería difícil encontrar gente en este país que
no tuviera algún conocimiento de Dios. Pues aun sin conocerse
al detalle todas las personas en este país tienen alguna noción de
lo que la Biblia enseña.
Por ejemplo, los diez mandamientos los conocen católicos,
evangélicos y por supuesto judíos y musulmanes.
Los que no tienen este conocimiento de la ley de Dios a través
de la religión, lo tienen porque la Ley de la Biblia está plasmada
incluso en nuestra cultura, las leyes de nuestro país, del seguro
social, etc. Han tenido como referente la enseñanza de la Biblia.
Alguno podría argumentar no conocerla porque no práctica
ninguna de las religiones ya mencionas, pero si partimos de que
no podemos negar lo que desconocemos. Entonces deben tener
alguna noción de la ley de Dios, para negar conocerla. Y esto es
por que como escribió el apóstol Pablo. La ley está escrita en sus
corazones.
De esta manera todos los seres humanos tenemos conocimiento
de la ley y es por ello será la ley el criterio para el juicio de Dios
a todo la humanidad.
El judío será juzgado como alguien que ha conocido la Ley; y el
gentil, como uno que tiene la conciencia que Dios le ha dado.
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Dios juzgará a cada uno según lo que ha conocido y ha tenido
oportunidad de conocer.
El Evangelio
El criterio de la ley aplica a todos por cuanto la justicia de Dios
no hace acepción de personas. Pero en medio de esto también
hay buenas noticias. Pues el Evangelio proclamado por Jesús y
su iglesia, nos recuerda que el propósito redentor de Dios.
Este propósito redentor nos muestra el camino de la fe, como
el cumplimiento de la Ley. Creer en los propósitos de Dios para
nuestra vida, nos lleva a entender que la benignidad, paciencia y
clemencia del Señor son para nosotros, dándonos en ello la
oportunidad de proceder al arrepentimiento. Para que
convirtiéndonos de nuestros malos caminos ahora por la fe
procedamos a perseverar en hacer el bien.
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CRISTIANOS DE CORAZÓN
¿Has considerado que la forma en cómo te conduces por la vida
influye directamente en la difusión del evangelio? En una época
sumamente conflictiva para la difusión del Evangelio el Apóstol
Pablo escribió una carta a la Iglesia de Corinto, para recordarles
que su ejemplo de vida era esencial para la difusión del
evangelio.
1 No decimos todo esto para hablar bien de nosotros mismos.
Tampoco necesitamos presentarles cartas que hablen bien de
nosotros, ni les pedimos que ustedes las escriban para que se las
presentemos a otros. Algunos sí las necesitan, pero nosotros no. 2
Todos pueden ver claramente el bien que Cristo ha hecho en la vida
de ustedes. Para que la gente hable bien de nosotros, sólo tiene que
fijarse en ustedes. Porque ustedes son como una carta que habla en
favor nuestro. Cristo mismo la escribió en nuestro corazón, para que
nosotros la presentemos. No la escribió en piedra, ni con tinta, sino
que la escribió con el Espíritu del Dios vivo. Y esa carta está a la
vista de todos los que la quieran leer. 2 Corintios 3:1-2 TLA
Cuando alguna persona ve nuestro ejemplo de vida, ellos
pueden ver claramente si Cristo ha actuado en nosotros
transformándonos o si solamente somos decimos ser cristianos
de palabra pero no de corazón.
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Lo que hacemos y la forma en como lo hacemos puede ser más
importante que lo que decimos. Nuestra misma vida es la forma
en como transmitimos ejemplos que guiarán la vida de otros.
Video: Te estoy viendo papá.
http://www.youtube.com/watch?v=2ulNIsxxd6U
Cada uno de nosotros somos cartas abiertas, dice el Apóstol
Pablo, con nuestras acciones estamos siendo ejemplo para la
gente que nos ve. Pueden ser nuestros hijos, nuestra familia e
incluso vecinos y compañeros de trabajo. Ellos ven como
actuamos en la vida. Aprenden de nosotros, si tenemos fe
genuina o si simplemente decimos ser creyentes. Es por ello que
tengamos muy claro ¿Que conocemos y cómo lo estamos
viviendo?
¿Que conoces?
Romanos 2:17-20 He aquí, tú tienes el sobrenombre de judío, y
te apoyas en la ley, y te glorías en Dios, 18 y conoces su voluntad, e
instruido por la ley apruebas lo mejor, 19 y confías en que eres guía
de los ciegos, luz de los que están en tinieblas, 20 instructor de los
indoctos, maestro de niños, que tienes en la ley la forma de la ciencia
y de la verdad.
Llevar el sobre nombre de judío, es un aspecto muy importante
para una persona que cree en Dios. Pues eso significa que
pertenece al pueblo escogido de Dios. Que es receptor de las
promesas del Señor y que el Todopoderoso cuida de su vida
desde ahora y hasta la eternidad.
51
Del mismo modo que para los judíos podemos decir ahora todo
esto para los cristianos. Pero incluso podemos agregar más.
Fuimos elegidos de entre muchos para formar parte de la familia
de Dios. Por el espíritu de adopción (Romanos 8:15…que habéis
recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!)
podemos llamar a Dios, Padre. Estableciendo así una relación
única y semejante solamente a la que guarda Jesús con el Padre.
Esta nueva relación filial a la que hemos sido llamados a
participar nos permite decirle hermano a Jesús quien es nuestro
Salvador y Señor. Por si fuera esto poco, la presencia del Espíritu
de Dios viene a vivir en cada creyente, de modo que siendo
habitados por su Espíritu, siempre podemos contar con la
presencia, guía y fortaleza de Dios en nosotros. Yo pienso que
todo esto sin duda habría de hacer sentir a cualquier cristiano
como alguien muy bendecido.
Por las Escrituras y el Espíritu de Dios que nos guía, incluso
podemos leerlas y entenderlas en su más profundo sentido
espiritual 1 Corintios Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. De esta
forma el conocer la voluntad de Dios no nos es ajeno. Porque
Su voluntad revelada nos es accesible a través de las Escrituras.
Los cristianos, podemos decir que a diferencia de los que tienen
otras confesiones de fe, nosotros si conocemos la Palabra de
Dios. Incluso el cristiano promedio puede repetir con mucha
facilidad diversos pasajes de la Biblia y hasta ayudar a otros a
encontrar algunos pasajes de la Biblia. Teniendo de esta manera
la oportunidad de convertirnos en maestros para otros. Es
posible que hasta gente en nuestro derredor nos pida consejo en
momentos difíciles o cuando menos que oremos por ellos.
52
En verdad que saberse parte del pueblo de Dios es todo un
privilegio del que podemos estar orgullosos y agradecidos con
Él Señor.
Pero hasta aquí, solo hemos considerado una parte de lo que
significa ser cristiano. Porque saber lo que significa ser cristiano,
no es lo mismo que serlo. Entonces la parte que tenemos que
considerar a continuación es la congruencia entre los que
sabemos y lo que hacemos.
¿Qué haces?
Romanos 2:21-24 Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a
ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? 22 Tú
que dices que no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas
de los ídolos, ¿cometes sacrilegio? 23 Tú que te jactas de la ley, ¿con
infracción de la ley deshonras a Dios? 24 Porque como está escrito, el
nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros.
El ser cristiano, no tiene que ver simplemente con lo que
sabemos, sino con lo que hacemos. Aunque la práctica en sí
misma tampoco es el objetivo, por ello en los evangelios se trata
de saber y hacer lo que la Palabra de Dios nos indica como
criterio para ser cristiano. Así nos lo muestras estas palabras de
Jesús.
Juan 8:31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él:
Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis
discípulos;
53
Juan 14:23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra
guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada
con él.
Ser discípulo de Jesús es creer y permanecer en su Palabra. La
idea de permanecer, no es otra cosas sino la de perseverar en la
práctica de lo que la Palabra dice. Se dan por asumidas tres cosas:
1. Para practicar la Palabra, primero la debemos conocer.
La práctica surge aquí del saber. De modo que podemos
decir que ser discípulo de Jesús significa pasar del Saber,
al Hacer para llegar a Ser.
2. Permanecer en la Palabra, es algo más que continuar en
los cultos como en ocasiones de manera popular se
piensa. Las personas podemos continuar en los cultos, y
al mismo tiempo estar lejos de la Palabra. La
perseverancia ritual, no es lo mismo que la práctica vital.
3. El verdadero cristianismo, no está basado simplemente
en el hacer. Pues no es eso lo que nos hace cristiano.
Pero la práctica (guardarla) de la Palabra es el punto de
referencia para permanecer también en el amor del
Padre. Para que la presencia del Dios Trino se manifieste
en la vida de los creyentes.
Entonces los verdaderos discípulos de Jesús son aquellos que
manifiestan una vida transformada por su Señor, y no solo los
que realizan tal o cual tarea religiosa.
Sin embargo nuestro texto de Romanos, nos presenta una serie
de preguntas que nos permiten analizarnos y ver nuestras
carencias en la práctica de la fe que hemos recibido del Señor.
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Carencias que todos tenemos y que ponen en riesgo el
testimonio del Cristianismo, no solo el nuestro.
Las preguntas tienen un toque retórico ya que lo mismo que se
afirma es también lo mismo que se cuestiona. Invitándonos con
esto a una acción subsecuente.
Enseñas a otro ¿Te enseñas a ti
mismo?
¿Cómo estas
practicando lo que
enseñas?
La dinámica en las diferentes preguntas está orientada a que
revisemos que tan congruentes somos en lo que decimos y
hacemos. Pues al no haber congruencia entre lo dicho y lo
hecho, queda mostrado que nuestro dicho carece de veracidad,
no en lo dicho, sino en la práctica. Pues en muchos casos
podemos ser expertos en lo que decimos, pero no lo somos en
lo que hacemos.
Revisar nuestra práctica, tiene dos objetivos que hemos de
considerar.
1. Evitar que estemos en un auto engaño. No es raro
que las personas creamos estar bien hasta que
contrastamos nuestra práctica con un estándar más alto.
Tomemos un ejemplo. Sabemos y enseñamos a no
robar. Incluso podemos no estar robando a nadie
deliberadamente. Sin embargo cuando no damos a otros
lo que merecen, estamos robando. No dar la honra a
quien merece honra en sí mismo ya es un robo. Hacer
como que trabajamos y no hacerlo también es un robo.
No dar la gloria a Dios por lo que recibimos y hacemos
55
también es un robo. Dentro de este mismo rubro estaría
incluso el concepto de ofrendas y diezmos, tal como
enseña Malaquías 3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues
vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado?
En vuestros diezmos y ofrendas. Cuando llevamos el
precepto de Dios a su últimas consecuencias, pronto nos
veremos cómo infractores de lo mismo que decimos que
no se haga.
2. Evitar que el nombre de Dios sea puesto en
entredicho. Muchas personas van a tener un
acercamiento o rechazo a Dios, a partir de lo que ven en
nosotros. Incluso hay quienes hablarán mal de la fe
cristiana, no por lo que conocen de Dios y de la Biblia,
sino por lo que conocen de los cristianos. En nuestro
testimonio, no está en juego solo nuestra veracidad sino
que llegamos es posible que alguien hable mal de Dios,
por causa de nosotros. Hay una frase conocida de
Gandhi, con la cual él se desligaba del cristianismo: "Me
gusta tu Cristo... No me gustan tus cristianos. Tus cristianos son
tan diferentes a tu Cristo"
Cristianos de Corazón
Romanos 2:25-29 Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si
guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene
a ser incircuncisión. 26 Si, pues, el incircunciso guardare las
ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como
circuncisión? 27 Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda
perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con
la circuncisión eres transgresor de la ley. 28 Pues no es judío el que lo
es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en
56
la carne; 29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la
circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza
del cual no viene de los hombres, sino de Dios.
Las prácticas externas del cristianismo, sin duda pueden ser muy
valiosas para algunas cosas. La filantropía del cristianismo en
muchos momentos ha sido motivo de brigadas médicas y
alimentarias que han salvado la vida de muchas personas. Los
cultos de adoración llegan a ser motivo de alegría y paz para
muchos que tienen contacto con los cantos. La influencia
cristiana, también se ha dejado ver en políticas públicas, como
el respeto a los derechos humanos, o la abolición de la
esclavitud. Cada una de estas expresiones si bien importantes
siguen siendo la parte externa del cristianismo y no
necesariamente muestras la fe del que lo practica. Incluso
pueden ser prácticas de inspiración cristiana, y al mismo tiempo
estar ausentes de la fe. Por ello hemos de ver que lo importante
no está en el exterior sino en el interior.
Pues no es judío el que lo es exteriormente… sino que es judío el que
lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu
La coherencia entre lo dicho y lo hecho procede de un corazón
que ha sido transformado por Dios. Esta vida transformada es
la que se convierte en un testimonio irrefutable. Pues al tiempo
que alienta a la fe a la Iglesia sirve de modelo a los que han de
ser llamados a la fe.
Cuando la fe dicha y la fe actuada son congruentes. Podemos
decir que somos cristianos. Y Dios usará ese testimonio para
alcanzar a otros.
57
JUSTIFICADOS POR LA FE
A cada paso de la humanidad los seres humanos han ideado
distintas formas de relacionarse con la deidad. Y se han hecho
todo tipo de intentos aunque todos tienen un factor común. Es
el ser humano quien intenta llegar a Dios por sus propios
medios.
Los intentos más comunes son:
1. Perfeccionamiento humano. Desde la época griega la
búsqueda de los estoicos de mente sana en cuerpo sano,
no era simplemente por el deporte, sino una búsqueda
del perfeccionamiento como un medio para alcanzar lo
divino.
2. Buenas Obras. La búsqueda va desde portarme bien
hasta cada día incrementar las obras, de modo que cada
vez se vuelvan más meritorias. Entre más grande sea la
ofrenda, lo que construyo o las personas a las que sirva,
estaré construyendo mi espacio para estar con Dios.
3. Búsqueda del conocimiento. Son diversos grupos que
han optado por la búsqueda de lo divino a través del
conocimiento. Algunos optaron por tratar de descubrir
los misterios secretos y generaron sociedades mistéricas
donde solo los iniciados pueden ingresar, pero olvidaron
que todo lo que necesitamos saber acerca de Dios, ya se
encuentra en la Biblia.
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4. Religión. El diseño de cada religión en buena medida
está basada en las percepciones que se tengan de la
deidad así como de las preferencias de cada grupo. En
algunos casos como se ha criticado, construyen
religiones de acuerdo a sus propios gustos y
expectativas.
5. Moralidad. En sus diferentes aspectos, es una de los
accesos más comúnmente usados. Se asume que
guardando algunos de los mandamientos y siendo
estricto, se puede estar bien con la deidad. En lo común
se enfatizan fuertemente algunos aspectos de la
moralidad, como por ejemplo las cuestiones de
sexualidad, pero se dejan de lado la crítica, hipocresía
etc. Olvidando que cuando eres infractor de una ley en
realidad has violentado toda la ley. Era una conducta
típica del fariseísmo de la época de Jesús.
6. Equilibrio. Es la búsqueda de estar en paz dentro y
fuera de sí mismo. Equilibrar las energías positivas y
negativas, estar en paz con la creación. Donde la
creación se convierte en el dios. Se genera una especia
de panteísmo o de animismo, donde la importante es
estar en paz con la energía y hacernos uno con la
creación, lo cual también equivale a hacernos uno con
un dios, que además no es personal, sino dios es todo en
uno.
7. Negación. Existen diferentes facetas de esta posición,
desde las más ligeras, donde a través del encuentro
místico la persona se funde en la deidad. Hasta las que
llegan a generar violencia contra sí mismos. Se fustiga al
cuerpo, para liberar al alma. En algunas ocasiones se
atenta literalmente contra la vida que Dios nos ha dado.
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Cada uno de estos intentos por llegar a Dios aun cuando pueden
llegar a ser muy sinceros, tienen también como característica,
que al tiempo que son las ideas de distintos seres humanos para
acercarse a Dios, también representan medios ajenos a los que
Dios mismo ha provisto para poder llegar a Él.
Y es que cuando se trata de cómo llegar a Dios, adorarlo y recibir
su bendición, se ha de hacer del modo que Dios ha previsto para
que lo hagamos y no siguiendo el método que a nosotros nos
pudiera parecer adecuado. Para ello es que Dios se reveló, para
mostrarnos con claridad, como es que Él quiere que nosotros
nos acerquemos, como adorar, y como gozar de su presencia
que trae bendición.
Podemos decir que a lo largo de la Biblia solo hay dos formas
de como Dios da su bendición a los seres humanos. En el
Antiguo Testamento, esto se desarrolló a través de la Ley. La
cual no es simplemente una serie de mandamientos que hay que
cumplir obligatoria e irreflexivamente. Sino que la Ley (Ha
Torah) son las instrucciones que Dios para para que su pueblo
viva en plena comunión con su Dios y así experimente su
bendición. El seguimiento de estas instrucciones expresadas en
el Antiguo Testamento a través de ordenamientos
principalmente de carácter sacrificial y leyes de pureza-sanidad
(con sus respectivos elementos profilácticos), ha de llevarse a
cabo desde el horizonte de la fe. De ninguna manera es el
cumplimiento del mandato o del sacrificio lo que habrá de traer
al individuo salvación-sanidad, sino el haberlo desarrollado
como un acto de fe y gratuidad ante las bendiciones que de Dios
han sido recibidas.
De común es Dios quien bendice y la respuesta del individuo es
en gratitud a lo que El Señor ha hecho en él.
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Nuevas formas de recibir la bendición de Dios
Romanos 3:21-26 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado
la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22 la
justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que
creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y
están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo
Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en
su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por
alto, en su paciencia, los pecados pasados, 26 con la mira de
manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el
que justifica al que es de la fe de Jesús.
Una lectura simple de estos textos parecería que a partir del
Nuevo testamento, Dios cambia las reglas del juego y ahora son
otras las formas de cómo nos hace cercanos a Él y de cómo
experimentamos su gracia y bendición.
Pero nada más lejos de la verdad, pues si bien algunos grupos
dicen que Antiguo y Nuevo Testamentos son diametralmente
opuestos, dicen: antes se trataba de obediencia y ahora es por
amor. La segunda parte es cierta pero la primera es incorrecta,
pues también en el Antiguo Testamento la salvación obraba por
la fe.
A partir de Jesús y en lo que llamamos Nuevo Testamento, se
presenta una aparente forma distinta de alcanzar a tener una
correcta relación con Dios. Pero lo nuevo no es que el
cumplimiento de la Ley fuera el criterio para alcanzar una
correcta relación con Dios, sino en que la Ley ha quedado atrás
para ser suplida por el Evangelio que proclamo Jesucristo y que
ha de seguir siendo proclamado por la Iglesia.
61
La nueva forma, entonces se llama evangelio, pero si bien está
establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:6). Guarda similitudes
con la antigua forma de estar en relación con Dios.
Antiguo Testamento Nuevo Testamento
La Ley El Evangelio
Sistema sacrificial El sacrificio de Cristo
Ofrenda por el pecado Jesús fue nuestra ofrenda
Presencia temporal del
Espíritu de Dios
Presencia eterna del Espíritu
de Dios
Pueblo de Dios Hijos de Dios
Fe Fe
En este breve cuadro se puede observar que la nueva forma en
cómo nos relacionamos con Dios es mejor que la del Nuevo
Testamento, sin embargo, se trata de promesas y bendiciones
más amplias, no distintas. Pero la base misma de toda la relación
con Dios es la misma. Se trata de la fe.
En esto el Apóstol Pablo habrá de ser enfático. La base para
tener la correcta relación con Dios es la misma en el Antiguo y
en el Nuevo Testamento. Somos justificados, es decir
declarados como justos. De la misma manera en cómo lo fueron
los profetas y todo el pueblo de Dios del Antiguo Testamento.
Veamos solo un breve fragmento de la epístola a los Hebreos
capítulo 11 1 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve. 2 Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.
62
3 Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la
palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se
veía. 4 Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín,
por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios
testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella. 5 Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue
hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo
testimonio de haber agradado a Dios. 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.
Tener una correcta relación con Dios solo es posible a través de
la fe. Pero la fe tiene un sujeto específico. Se trata de fe en
Jesucristo. La única forma de que los pecadores podemos recibir
la justificación de nuestros pecados es al tener fe en Jesucristo.
Y esto es:
1. Creer en la obra que Él ha hecho a favor nuestro.
2. Confiar nuestra vida a su cuidado.
3. Creer y llevar a la práctica sus enseñanzas
La necesidad de salvación y de regresar a una correcta relación
con Dio es porque el pecado está presente en los seres humanos.
Y la paga del pecado es la muerte y estar destituidos de la gloria
de Dios. La paga del pecado solo puede hacerse con sangre. Por
ello el sistema sacrificial del AT.
.
Hebreos 9:22 Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre;
y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
63
Levítico 17:11 Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo
os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas;
y la misma sangre hará expiación de la persona.
Esa era la condición de todo ser humano hasta ser redimidos
por Jesucristo. Él se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí
mismo para quitar de en medio el pecado Hebreos 9:26.
Jesucristo es nuestro redentor, porque el pago con su sangre en
lugar de nosotros. Es por ello que el camino para tener una
correcta relación con Dios es tener fe en El y en la obra que
realizo a nuestro favor.
Pero contrario a lo que el conjunto de religiones presenta e
incluso una mala interpretación judía proponía. Entrar a la
correcta relación con Dios no se logra por algún esfuerzo
propio. Sino que somos justificados (es decir Dios pasa por alto
el pecado que impedía una buena relación con Dios) de manera
gratuita, para nosotros (aunque significó que Jesús pagara con
su sangre por nuestro pecado). La justificación que es en Jesús
entonces implica:
1. Que la paga por nuestro pecado ha sido cubierta por
Jesucristo
2. Somos liberados de la culpa por el pecado
3. Somos redimidos, para poder iniciar la correcta relación
con Dios
4. En calidad de hijos de Dios, poner en práctica su Palabra
5. Recibir las bendiciones y promesas que Dios da a sus
hijos
6. Poder dar a conocer a otros la salvación que solo es
posible a través de la fe en Jesucristo
64
Todo esto Dios lo ha hecho posible de manera gratuita, para
nosotros, fundamentado solo en el amor que Él tiene para los
que antes estábamos perdidos, sin Dios y sin esperanza en este
mundo.
Dios lo hace posible
Romanos 3:27-28 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda
excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de
la fe. 28 Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las
obras de la ley.
Entrar a la correcta relación con Dios, para disfrutar de su
presencia y experimentar su bendición. No es algo que se gana,
sino algo que se recibe, por la fe.
No hay obras meritorias que pudiéramos hacer para poder
alcanzar el favor divino. Todo nos ha sido dado gratuitamente
por la gracia de Dios. No hay más cosas que ahora, debamos
hacer por causa de un compromiso religioso o con el fin de
obtener alguna bendición de Dios. Sino que nuestras acciones
ahora han de estar encaminadas como una respuesta a la obra
de gracia de la que Dios nos ha hecho partícipes.
Si fuimos justificados sin la mediación de obras meritorias,
entonces hemos de aprender a vivir en y por la misma gracia de
Dios que nos ha brindado la salvación.
Seguimos los consejos de Dios, no por obligación sino como un
acto de fe. Nos congregamos como pueblo suyo, para adorar y
dar gracias por su bendición. Servimos a nuestro prójimo y
65
proclamamos la salvación en Jesucristo, no porque nos haya sido
impuesto. Sino como dijo el Señor:
Mateo 10:8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos,
echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Dios es el mismo para todos
Romanos 3:29 ¿Es Dios solamente Dios de los judíos? ¿No es
también Dios de los gentiles? Ciertamente, también de los gentiles. 30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los de la
circuncisión, y por medio de la fe a los de la incircuncisión. 31 ¿Luego
por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que
confirmamos la ley.
No importa cuál es la etnia a la que pudiéramos pertenecer, si
perteneces o no a una familia de cristianos. Incluso, más allá de
cuál ha sido nuestra anterior forma de vida. Dios a todos nos
salva de la misma manera.
Dios es uno y trata de la misma manera a todo el género
humano. Sin la mediación de Cristo para redimirnos todos
estaríamos alejados de su presencia y por ello también perdidos
y ajenos a sus promesas y bendiciones.
Pero al ser justificados gratuitamente por la fe en Jesucristo,
Dios hace accesible la salvación para todos los suyos, que han
de entrar a la correcta relación con Dios solo al ejercer la fe en
Jesucristo.
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67
LAS PISADAS DE LA FE
¿Cuál debe ser el caminar de la iglesia? Responder a esta
pregunta históricamente ha encontrado muchas respuestas.
Algunas de carácter teológico y otras de carácter práctico, que
han servido para tratar de orientar el quehacer de la iglesia. Por
ello no es raro que el quehacer de la iglesia con mucha frecuencia
se vea desarrollar entre dos polos. El espiritualista de un lado y
en el otro la obra social.
Sin duda que ambos extremos deben de quedar dentro del
quehacer de la iglesia, y no excluirse mutuamente.
La búsqueda de lo espiritual, sin duda debe ser una parte del
hacer de la iglesia. A través de los medios de los cuales nos
instruye la Escritura, y más allá de nuestras preferencias, gustos
o estilos. En el otro extremo la labor social, impulsada por la
misericordia es la forma en cómo hacemos viva nuestra
espiritualidad, así que sin duda ambos deben estar presentes en
el quehacer de la iglesia.
Pero aun considerando el que históricamente la iglesia asuma
ambos extremos como su propia práctica, no nos brinda una
respuesta sobre la motivación real para realizarlos. Esta
motivación hemos de encontrarla en la sencilla frase que nos
proporciona nuestro pasaje cuando se trata caminar en la fe.
68
La experiencia de fe de Abraham
Romanos 4:1-2 ¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro
padre según la carne? 2 Porque si Abraham fue justificado por las
obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios.
El caminar en la fe, inicia al estar en la correcta relación con
Dios y esta solo se adquiere por la fe. En el caso del que se suele
llamar el Padre de la fe es así. Y habrá de servirnos de prototipo
para nuestro propio andar. Si las obras fueran la base de la
justificación de Abraham, tendría de qué gloriarse; pero por
cuanto es absolutamente cierto que ninguna de ellas tiene valor
ante los ojos de Dios, se sigue que Abrahán no podría haber sido
justificado por obras.” Y con esto concuerdan las palabras de la
Escritura. Porque ¿qué dice la Escritura? Y creyó a Jehová, y le fue
contado por justicia Génesis 15:6
Creer no es hacer, existen intérpretes que consideran el creer
como producto de la obediencia, de tal forma que el ser
justificados por Dios es producto de nuestra fe. Pero, si incluso
la fe fuera una obra meritoria para estar en buena relación con
Dios, entonces sería por obras y no por la fe. Pero esto sería una
total contradicción con todo el espíritu y la letra de la enseñanza
del apóstol. En estos versos es fácil observar que la fe está
contrapuesta directamente a las obras, en el asunto de la
justificación.
El sentido, pues, no puede ser que el mero acto de creer, fuera
un acto de obediencia exigida y que al cumplirla le fuera a
imputada a Abraham como obra meritoria para alcanzar la
salvación. Entonces en el caso de la justificación por la fe, esta
adquiere un papel instrumental y no la razón de la salvación
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como vemos en el texto de Efesios 2:8 Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Así que en última instancia en realidad somos salvos por la gracia
de Dios, donde la fe implica que Abraham creyó las promesas
que comprendían a Cristo
Génesis 12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te
maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la
tierra
Así como nosotros creemos en Cristo mismo; y en ambos casos,
la fe es tan solamente el instrumento que nos pone en posesión
de la bendición gratuitamente impartida.
Romanos 4:3-5 Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham
a Dios, y le fue contado por justicia. 4 Pero al que obra, no se le
cuenta el salario como gracia, sino como deuda; 5 mas al que no
obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por
justicia.
En el judaísmo de la época de Jesús sostenía que Abraham era
el único justo de su generación, y por tanto Dios le eligió como
patriarca de su pueblo escogido. Pero esto sería una salvación
por obras. Si aclaramos las relaciones, del texto podemos ver
con claridad el esquema de salvación por la fe.
al que obra como obrero dependiente de un pago
no se le cuenta el salario
como gracia
como asunto de favor
sino como deuda sino como asunto de derecho
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mas al que no obra El que deja de confiar en sus obras
como un asunto de derecho
sino cree en aquel que
justifica al impío
Confía y se atiene a la misericordia
de Dios
su fe le es contada por
justicia
Dios le justifica por creer en El
Abraham creyó que Dios tenía palabra; no se puso a discutir, ni
a dudar, sino que se puso en camino sin saber adónde iba. Por la
fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de
recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. (Heb. 11:8). Lo que
le puso en relación con Dios no fue el haber cumplido
meticulosamente los preceptos de una ley, sino el poner toda su
confianza en Dios y estar dispuesto a dedicarle su vida. Para
Pablo eso era la fe, y fue la fe de Abraham lo que hizo que Dios
le considerara bueno.
Aquí tenemos otra vez la raíz de la separación entre el legalismo
judío y la fe cristiana. La idea básica de los judíos era que el
hombre tiene que ganarse el favor de Dios; y la idea básica del
Cristianismo es que lo único que puede hacer el hombre es creer
que Dios tiene palabra, y descansar todo en que Dios cumplirá
sus promesas. El razonamiento de Pablo, realmente
incontestable, era que Abraham había entrado en relación con
Dios, no por cumplir toda clase de preceptos legales, sino por
dar crédito a la promesa de Dios, y obrar en consecuencia.
Las acciones de la Iglesia en ese sentido han de estar enmarcadas
por el entorno de la fe. Así el quehacer de la iglesia, no es por
obligatoriedad, sino la fe que actúa en respuesta al amor de Dios
expresado hacia nosotros, quien nos justica a pesar de nuestro
pecado.
71
También David
Romanos 4:6-8 Como también David habla de la
bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin
obras, 7 diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son
perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. 8 Bienaventurado el
varón a quien el Señor no inculpa de pecado.
Dos de los hombres claves son considerados en este pasaje para
mostrarnos que la correcta relación con Dios, no depende los
méritos que pudiéramos acumular a nuestro favor, sino de creer
en Dios.
Del mismo modo que se consideró al Padre de la fe, ahora toca
considerar a aquel de quien se dice que tenía un corazón
conforme a Dios.
David habla de la bienaventuranza del hombre al cual Dios
atribuye justificación sin obras. A quien, aunque carece de
buenas obras, sin embargo lo tiene por justo y le trata como
justo.
Sal 32:1-2 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido
perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien
Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.
David aquí canta en términos que expresan solamente “las
transgresiones perdonadas, el pecado encubierto, la iniquidad no
imputada;” pero como la bendición negativa necesariamente
incluye la positiva, lo dicho es pertinente.
La historia de David, nos muestra que el mismo fue perdonado
sin las obras meritorias de la Ley. De allí se desprende la gratitud
que ha de caracterizar a los que hemos sido perdonados.
72
Llamados a seguir las pisadas de la fe
Romanos 4:9-12 ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para
los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque
decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. 10 ¿Cómo,
pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la
incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. 11 Y
recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe
que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los
creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea
contada por justicia; 12 y padre de la circuncisión, para los que no
solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas
de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado.
El argumento del Apóstol Pablo está orientado para hacernos
entender que la justificación por la fe no está de ningún modo
restringido para los judíos. El mismo Abraham, como padre de
la fe, no puede en el sentido estricto ser llamado judío, pues el
judaísmo vendría después de él a través de sus descendientes.
Cuando fue justificado por creer en el que le llamaba era fiel para
cumplir sus promesas, aún no existía la Ley Mosaica, de modo
que no podía alcanzar justificación por la vía del cumplimiento.
El medio tradicionalmente utilizado por los judíos para mostrar
que pertenecían a pueblo de la promesa era la circuncisión, pero
Abraham, recibió la bendición del Señor, antes de ser
circuncidado. Recibió la circuncisión, como sello (señal externa)
de la justicia que es por la fe. Para nosotros esto equivale al
bautismo, somos salvos antes de ser bautizados, cuando
creemos y confesamos que Jesús es nuestro Señor y Salvador
Es en base a esto que el argumento ahora se extiende hasta
nosotros, los que no somos judíos, como Abraham y los que
73
como David, experimentados la bendición de que aun siendo
pecadores, hemos sido justificados y reconciliados con Dios.
Justificación, es que Dios ha pasado por alto nuestro pecado en
base a su amor. Habiéndonos elegido para ser integrados a su
familia en calidad de hijos.
1. La justificación no es algo que hayamos hecho o por lo
que dejamos de hacer. Pues entonces sería por algún
tipo de obras.
2. Somos declarados justos cuando creemos en la obra de
Cristo a favor de nosotros.
3. La fe en Jesús no es algo que nosotros producimos para
recibir el favor de Dios, la fe la recibimos también como
un don de Dios
4. Entonces somos justificados por la sola gracia de Dios.
Entonces, el punto de encuentro para las diferentes confesiones
de fe, se encuentra justamente representado en Abraham. Para
los judíos como el primer portador de la promesa que les haría
pueblo de Dios. Para los cristianos, el padre de la fe de los no
judíos. Pero en ambos casos la fe es la característica en la que
somos invitados a caminar. Pues solo cuando confiamos en la
obra de Cristo, es que somos justificados y así experimentamos
la paz para con Dios.
El llamado entonces, no es para los que cumpliendo con alguna
serie de cuestiones religiosas, confían en que por ellas están en
buena relación con Dios. Sino para aquellos que no confiando
en sus buenas obras, proceden a confiar en Cristo Jesús, pues la
reconciliación con Dios solo es posible a través de Él
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Seguir las pisadas de la fe, es andar en los pasos de los que nos
precedieron en ese camino. Donde el andar por la fe, se hace en
base a una plena convicción de que sin importar cuál sea el
camino, si es el que Dios me señala este será de bendición para
mí y para los que vienen detrás de mí.
Seguir las pisadas de la fe es obrar en gratuidad, no porque
tengamos la imposición de hacerlo. El motivo principal de la fe
cristiana, descansa en el amor de Dios y la gratitud al habernos
hecho parte de su propia familia.
Seguir las pisadas de la fe, ha de llevarnos a andar en la práctica
del consejo de Dios, como un modo de expresar la comunión
que guardamos con El Señor y de este modo llegar ser bendición
para otros, cuando seamos personas que estamos involucrados
en extender el Reino de Dios en este lugar donde Él nos ha
puesto.
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