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Procura desmentir los elogios que a un retrato de la Poetisa inscribió la verdad, que se llama pasión: una poética del sí-mismo1 en Sor Juana.
I. Introducción
Partiremos de la premisa de que todo conocimiento del que Sor Juana se hace
partícipe busca un reflejo en su poesía. Dicho conocimiento se encuentra entreverado
dentro de los múltiples recursos retóricos y estilísticos que concurren en su labor lírica, por
lo tanto es indispensable un escrutinio lento y detallado – una lectura filológica – de cada
verso para poder desentrañar su significado ulterior. Paralelamente es pertinente considerar
la forma en su poesía, pues esta se encuentra íntimamente asociada con el conocimiento
que desea transmitir.
Partiendo de estas dos miradas – el fondo y la forma; el contenido y la sustancia -
deseo retomar el soneto intitulado “Procura desmentir los elogios que a un retrato de la
Poetisa inscribió la verdad, que se llama pasión” con el fin de encontrar los rasgos
1 “sí-mismo” entendido desde una perspectiva de autoreconocimiento desde el Yo mediante la creación de un Otro que lo asemeja. En cierto sentido es relativo a ciertas ideas y conceptos de Heidegger: “(Dasein) En alemán significa corrientemente `existencia`. Heidegger hace aflorar los componentes semánticos del término, le otorga en consecuencia otro significado y lo convierte en el eje de su ontología fundamental (...) En tato que la distinción entre sujeto y objeto es producto del pensar metafísico, el Dasein o “ser ahi” es de entrada y sin aplazamientos uno con el mundo al que ha sido arrojado. El sí-mismo sería una identificación del “ser ahí” con el mundo perceptible externo”. También a cuenta se puede ocupar el término de “vocación”: “Por la vocación es alcanzado aquel que quiere que lo hagan retroceder en busca de sí mismo” (Escalante, 143-144: 2008)
esenciales que hacen de este poema, además de una obra maestra, una poética en sí – tanto
a nivel formal como sémico – del autoreconocimiento: una poética del sí-mismo.
Para conseguir mi objetivo inicialmente trancribiré el texto en cuestión para
considerar el elemento de análisis – el soneto – como autónomo. Después haré una sucinta
revisión crítica en torno a lo ya expuesto por especialistas en el tema y particularmente de
textos que hayan hablado en torno al soneto que analizaré de Sor Juana. Finalmente,
ocupando una lectura filológica enfocada en el fondo y en la forma del soneto mencionado,
intentaré demostrar los elementos que constituyen las condiciones del sí-mismo en el
soneto de Sor Juana.
II. El texto
Transcribo a continuación el texto de Sor Juana con el fin de hacer más esclarecedor
el análisis y las referencias subsiguientes:
“Procura desmentir los elogios que a un retrato de la Poetisa inscribió la verdad, que se llama pasión”
1. Éste que ves, engaño colorido, 2. que del arte ostentando los primores,3. con falsos silogismos de colores4. es cauteloso engaño del sentido;
5. éste, en quien la lisonja ha pretendido6. excusar de los años los horrores7. y venciendo del tiempo los rigores8. triunfar de la vejez y del olvido,
9. es un vano artificio del cuidado,10. es una flor al viento delicada,11. es un resguardo inútil para el hado:
12. es una necia diligencia errada,13. es un afán caduco y, bien mirado,14. es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
III. En torno y en contra
El soneto arriba transcrito ha sido tema de discusión por numerosos especialistas.
Podemos partir de la aseveración de José Pascual Buxó en torno a los rasgos temáticos que
contextualizaban la obra:
Uno de los temas predilectos del barroco hispánico es, como se sabe, los engaños que el mundo hace a nuestros sentidos, lo que trae como consecuencia inexcusable los errores en que suele caer la inteligencia, aristotélicamente fundada en los datos que aquellos le proporcionan. (Buxo: 21)
Dicha desconfianza de los sentidos se materializa en la temática misma del soneto.
La vista, entendida como un sentido preponderante y jerarquicamente superior a los demás
sentidos, no es confiable; no podemos fiarnos del retrato pareciaran declarar tanto Sor
Juana como Buxo. En este apartado conincido con la idea de que el soneto refleja la
temática barroca – los privilegios de la vista en cierta forma – pero también considero que
la vista es un elemento esencial del soneto: se desconfía de él, mas no existe otro vehículo,
es la única forma de acceso hacia el exterior en el soneto, el único contacto con el Otro. La
vista crea al Otro en el que el yo-lírico se reconoce.
Paralelamente, la contemplación del retrato comprende ya materia de estudio para
otros críticos, por ejemplo en el orden interpretativo Sylvia Graciela Carrullo argumenta en
torno al soneto: "Sor Juana presenta las reflexiones metafísicas a las que la conduce la
contemplación de su retrato" (89) mediante estas reflexiones Sor Juana construye un Otro
que es el sí mismo. La contemplación se entiende en el sentido que ocupa Carrullo como un
momento de quietud y de análisis: es una perspectiva racionalizada desde el silencio 2
mediante la cual pasa de la contemplación hacia la racionalización.
El arte pasa por el sentido de la vista pero desemboca en la razón de lo observado;
en ambos sentidos coincido plenamente tanto con Buxó como con Carrullo, sin embargo
ellos sostienen este proceso a nivel del contenido. Yo considero que también a nivel formal
el soneto expresa la racionalización; de cierta forma que la contemplación se nota en la
mirada, a la vez que deja intuir qué y cómo es aquello contemplado.
Jorge Checa coincide parcialmente con la idea anterior, pero centra el motivo del
soneto en la contemplación del retrato, así asegura:
De la presencia de un artificio visual, el soneto se centra menos en el retrato en sí que en los cautivadores efectos narcisistas suscitados por el acto de contemplarlo (o de contemplarse en él vanidosamente como ante un falso espejo) (Checa, 129)
Lo sigue William Clamurro quien sostiene: "the poet speculates upon the
implications of her portrait. Within the argument of the sonnet, the painting becomes an
object of meditation" (Clamurro, 26)
2 En torno al silencio considero pertinente revisar el ensayo deJulie A. Bokser: “ Sor Juana’s Rhetoric of Silence” (2009) De Paul University. En el cual explora los elementos de persuasión en torno al silencio y el “nombrar el silencio” por parte de la poeta.
Yo disiento. Al ser la contemplación el objeto del soneto, podríamos entenderlo
como espíritu narcicista puramente barroco3. Sin embargo, en mi opinión, es el retrato
mismo el objeto y motivo del soneto: mediante él Sor Juana consigue hacer encarnar al
Otro. El retrato funciona como una objeción del sí-mismo que se edifica en los límites del
Otro. Sor Juana consigue expresar la angustia de su decadencia mediante el reflejo del Otro
que es el sí-mismo: no podemos seguir a Checa ni a Clamurro puesto que el motivo central
no es el acto contemplativo, sino el reconocimiento a partir – y sólo a posteriori – de la
creación del Otro y el emparejamiento con el sí-mismo; el reconocimiento que surge de la
creación. El objeto entonces será el retrato mismo y no el acto contemplativo.
Otra interpretación del soneto nos es presentada por E.L. Bergmann quien sostiene
que el soneto se refiere a una doble distanciación del discurso de poder. Dice: "The terms
are reversed, as in any mirror, by the gender difference in the speaking subject, from
temporal pleasure to eternal salvation" (Bergmann 167). En este sentido el discurso
adquiere un caracter deconstructivista y relacionado con la heterogeneidad del discurso de
poder4. Sor Juana lleva a cabo una doble escición: la primera en torno al yo-lírico femenino
vs el yo-lírico masculino; la segunda el tema que es tratado desde un plan renacentista y no
barroco5. Esta idea la pueden completar Arena y Powell en su revisión crítica de la
Respuesta a sor filotea, mediante el siguiente fragmento:
3 En este sentido podríamos tender un eje transversal con otras obras que retomen el tema de la apariencia como “El divino narcico”.4 En torno a este tema se podría hacer un análisis de acuerdo a las corrientes post-estructuralistas para verificar la pertinencia de Sor Juana como un discurso descentralizado y con matices más allá de lo puramente feminista. Pienso que sería de sumo interes considerar el discurso sor juanino desde una perspectiva alterna; Sor Juana como una voz del subalterno que deja de serlo.5 Se deja a un lado la apariencia para optar por la esencia; la belleza por el cadaver.
She interrupts a masculine tradition to speak in a woman's voice. With her verbal art, the poet engages the convention by which a male poet (as an active voice) describes a passive portrait of a woman (as a passive image). She refuses women's idealized enshrinement into agelessness which implies a condemnation into worthlessness when they age.(Arena y Powell 147)
De nuevo considero poco pertinente esta perspectiva. En torno al yo-lírico pienso
poco importa el género. La sensibilidad de Sor Juana – a lo menos en el soneto analizado en
este trabajo – carece de rubricas que permitan reconocer textualmente genero alguno. Aún
más la referencia tácita hacia el carpe diem tampoco permite reconocer rasgos de
sensibilidad genérica y por lo tanto pienso que poco puede aportar en éste sentido la
inclusión de una mirada en torno a la vinculación del yo-lirico con el discurso del poder en
un orden de género.
Resumiendo. Sostengo que el objeto de análisis es el retrato mismo que Sor Juana
construye en el soneto. La construcción del sí mismo es la imágen contra la que se
confronta y la construccioón de la misma es tanto a nivel sémantico como formal dentro del
soneto. Partiendo de dicho objeto podemos hacer un escrutinio con el fin de encontrar cómo
es que pinta dicho retrato: qué elementos ocupa para poder llevar a cabo el
autoreconocimiento mediante el cual devela al sí-mismo. A continuación presento mi
propuesta de análisis.
IV. Análisis
La forma
Construcción típica del soneto clásico con dos cuartetos en rima identica A-B-B-A y
dos tercetos con rima C-D-C: D-C-D, siguiendo las fromas italiznizantes importadas por
Boscan y Garcilazo en el siglo XVI. Su estructura es perfecta siguiendo siempre una rima
consonante y situando los acentos de forma recurrente en las sílabas sexta y décima en casi
todos los versos (sólo el verso 12 es la excepción). Particularmente a nivel sílabico cabe
destacar la estructuración semejante desde la quinta hasta la onceava sílabas, donde Sor
Juana consigue elaborar acentuaciones idénticas sin caer en la monotonía. El flujo sonoro lo
consigue mediante la alternancia de acentos en las primeras cuatro sílabas de cada uno de
los versos; así permite dar “aire” a la expresión sonora del soneto. Sin embargo esta
primera lectura “sonora” del texto nos dice poco: hay que profundizar en su estructura para
conocer sus mecanismos subyacentes.
Podemos también analizar la estructura sintáctica básica de la versificación.
Notemos por ejemplo el caso del verso 1. Aquí se encuentra, al igual que en todo el soneto,
el sujeto de forma tácita suplantado por el pronombre “éste”; la función deíctica del
pronombre genera un reflejo extratextual, dice el yo lírico “éste que ves” indicando algo
que se encuentra fuera del texto y que sólo se completa en contraposición al título del
poema6, se informa al lector que el “éste” es un “retrato”. Sin embargo, a nivel sintáctico, se
encuentra el pronombre como eje central de la oración (también del verso y del poema
entero en cierta forma). Su función primordial es confundir sobre aquello que observa el yo
lírico en el poema. Se pueden desprender tres posibilidades del “éste”:
a. El retrato: haciendo conexión con el título6 En relación a éste apartado existen estudios interesantes sobre la pertinencia e incluso autoría de los títulos que preceden a ciertos poemas de Sor Juana. Véase “Retratos Engañosos” de Eugenia Robles para más información
b. El sujeto que habla: haciendo referencia al sí-mismo
c. El poema: siendo este el “engaño”, las palabras que mienten.
La sintaxis consigue la plurisemántica del texto. No estamos ciertos de cuál es el
“este” y a lo menos se generan 3 lecturas posibles en torno al mismo sujeto indefinido. Este
logro de Sor Juana crea una indefinición del ser; un desdibujo del sí-mismo paralelamente a
la enunciación de éste.
En otro sentido, pero en relación a la estructura también, Buxó sostiene:
El soneto transcrito más arriba tiene al estructura de un silogismo (o, si se prefiere, de un entimema, que es el nombre con que Aristóteles prefiere designar la analogía poética)(...) La belleza que nuestros ojos contemplan es un espejismo silogístico que pretende engañar a un mismo tiempo nuestros sentidos y nuestro entendimiento (Buxo:21-22)
Y coincido, el soneto se estructura (a nivel de macroestructura7) como lo anuncia
Sor Juana, en un silogismo. Sin embargo pienso que Buxó no ahonda 8 en esta cuestión que
puede ser de relevante interés para el análisis.
El silogismo se entiendo como una estructura lógica compuesta de tres
proposiciones siendo la tercera la que se deduce de las dos primeras. En el soneto de Sor
Juana encontramos el siguiente esquema lógico:
a. Primera proposición: Primer cuarteto: se establece (o más bien se
insinua) el objeto del soneto (que como sostengo se puede entender
como el retrato, la persona del yo-lírico o el soneto en sí).
7 En oposición a microestrucuras: los rasgos sémicos y fonémas en cada verso.8 O a lo menos no lo hace en el estudio que he consultado en esta ocasión.
b. Segunda proposición: Segundo cuarteto: se amplifica y extrapola la
situación del sujeto enunciado en la primera proposición
c. Resolución: Primer y segundo tercetos: se resuelve la situación del
sujeto y se extralimita por comparación metafórica con elementos
determinados.
En una línea secuencial se pueden re-enunciar las premisas de la siguiente manera:
a. Existe un “éste” que es visible mas es un engaño
b. El engaño se encuentra a merced del Tiempo9
c. El “éste”, al estar a merced del tiempo, cumple con las características
de todo lo que existe y deja de existir.
La construcción de Sor Juana en el soneto se enuncia desde el tercer verso, sin
embargo su distribución formal comienza a establecer los elementos que señalo como “de
retrato”. En cierta forma la enunciación en el poema genera primero un sujeto indefinido, el
cual podemos entender inicialmente como “el retrato”. Este sujeto-retrato se encuentra en
oposición a aquel que lo ve (el “ves” al cual se dirige el yo-lírico en el poema) y mediante
él crea un reconocimiento en dos planos: por una parte intertextual, donde el yo lírico se
descubre a sí mismo retratado como un engaño; por otra, extratextualmente el lector se ve
interpelado por el soneto pues se enuncia a sí mismo. En esta acción el Yo devela al sí-
mismo en el Otro; puede tratarse de un dibujo interno del poema haciendolo un caso de
9 “Tiempo” en contraposición a “tiempo” por su carácter metafísico.
existencialismo vivencial, o por otra parte (y con mayor mérito pienso yo) puede crear una
empatía con el lector que se reconoce en “Este que ves” que también puede ser él mismo;
que también puede ser cualquiera.
Así, el autoretrato se construye a partir de una articulación lógica de la sintaxis y de
la exposición de los conceptos, pero a la vez – hacia los dos últimos tercetos: la resolución
– el retrato mismo muta en “nada”. La poética del autoretrato desde una perspectiva formal-
lógica consigue construir la imágen y a la vez destruirla. Buxó sostiene en esta línea
Todo ocurre dentro de una paradoja fundamental: “los vanos silogismos de colores” que se ofrecían a la mirada con la eficacia que les presta el “engaño” seductor del arte, acaban siendo sistemáticamente anulados por la experiencia conclusiva de la muerte. (Buxo:23)
Cierto que la adaptación del soneto a este esquema “reduce” su logro artístico, sin
embargo la esquematización permite comprender la distribución sintáctica de ciertos
elementos en el plano formal para pasar a analizarlos en el plano semántico o del contenido.
Pasaré al fondo.
El fondo
A nivel del contenido podemos realizar el siguiente esquema de análisis mediante el
cual se articula semánticamente la imágen del retrato:
SUJETO(tácito/multiple)
SITUACIÓN(“es”)
CONDICIÓN(adjetivación)
“éste que ves”
Engaño ColoridoCauteloso
Artificio Vano
Flor Delicada
Resguardo Inútil
Diligencia NeciaErrada
Afan Caduco
Cadáver Bien mirado
Polvo Bien mirado
Sombra Bien mirado
Nada Bien mirado
El sujeto se mantiene como uno, mas se encuentra indefinido y por lo tanto permite
las lecturas plurisemánticas antes mencionadas. Algo sí se define con claridad y son las
distintas situaciones en que se encuentra el sujeto. Se trata de una serie de metáforas
encadenadas de manera isotópica10 .Más precisamente, Sor Juana construye una es una
alegoría progresiva en situación de gradación puesto que los elementos de situación del
sujeto – aquellas cosas con que compara al “éste” – van transformándose y lo hacen de
manera particular.
El primer concepto de situación así como los 3º, 4º y 5º, muestran características
propiamente del ámbito de lo humano y para cerrar se centra en el segundo y tercer casos
pasa de ser algo artificial (el “artificio”) a algo natural (”flor”) de lo cual surge una cierta
generalidad del concepto, pues el sujeto puede ser cualquier cosa ya que es comparable
tanto con el mundo natural como el artificial. Finalmente en los últimos cuatro conceptos se
10 Isotopía entendida desde la perspectiva de Greimas sobre una agrupación de conceptos con semas afines dentro de una estructura del texto artístico.
refleja la construcción de una isotopía de disforia pues todas las palabras implican el
thanatos como tema subyacente.
La construcción semántica principal puede ser entendida también como una
ékfrasis: un pintar con palabras. En este sentido seguimos a Frederick Luciani,quien explica
"the first line places Sor Juanas poem within the tradition of Ekphrasis, the poetic
description of visual art" (Luciani 427).
Sostengo que esta técnica no pertenece sólo a las primeras líneas del soneto. Para
probar mi punto quisiera recuperar las “Condiciones” establecidas en la tabla puesto que a
partir de la adjetivación es de donde Sor Juana – sostengo – consigue principalmente
obtener los “colores” para las imágenes.
La adjetivación de las situaciones o transformaciones del sujeto lleva a construir una
imagen más amplia de cada uno de los conceptos de situación. Por ejemplo en el caso de
“vano artificio” en contraposición artificial-natural a “flor (al viento) delicada)” los
adjetivos complementan semánticamente las características de oposición y hacen la tensión
entre dichos opuestos más fuerte y evidente. La tensión – equivalente al contraste pictórico
– se genera mediante la distanciación semántica.
En otro caso, cuando se habla de “diligencia”, Sor Juana crea una reiteración sonora
con “necia” y extrapola hiperbólicamente el significado mediante la ilación de un segundo
adjetivo “errada”. Se podría interpretar entonces que las reiteraciones semánticas y fónicas
– todas siempre en un mismo sentido istotópico y semántico – son las que generan la
intensidad de color en la “paleta verbal” de Sor Juana.
De particular interés es la condición de “bien mirado” puesto que implica
directamente a un sujeto. Lo interesante es que una vez más se deja a este sujeto en estado
de indefinición. El soneto no deja ver claramente quién o qué es el que se transforma, pero
tampoco define quién observa a aquello que se transforma: el retrato y el retratado se
entremezclan a nivel del significado.
También es pertinente en el nivel “del fondo” resaltar los siguientes versos
“éste, en quien la lisonja ha pretendido / excusar de los años los horrores / y venciendo del tiempo los rigores / triunfar de la vejez y del olvido,”
Resalta el uso del concepto del Tiempo en Sor Juana en estos versos. A pesar de que
no cuente con un lugar preponderante dentro del soneto, el cuarteto dedica una gran fuerza
semántica a destacar la tensión entre el engaño – de carácter artificial – y la situación real
del yo lírico – el cual como todo lo no artificioso o engañoso pertenece al terreno de lo
perecedero – . Así dictamina la monja un nivel de concepción metafísica del ser
mediandolo con la idea (lógica también como la forma misma del soneto) de pertenencia al
mundo de lo real: todo lo real se convertirá en nada.
Llegamos al final del soneto – y de este ensayo también – el verso: “es cadáver, es
polvo, es sombra, es nada”. De clara influencia gongorina11 consigue acelerar el ritmo del
poema entero al hilar consecutivamente y sin el uso frecuente de adjetivos – como lo venía
haciendo en las estrofas anteriores – numerosos sustantivos de comparación para el sujeto.
Se genera un punto climático en el primer sustantivo “cadáver” debido a sus rasgos sémicos
y fónicos; luego Sor Juana pasa a generar un sentimiento de degradación la cual tiene una
inmensa fuerza poética debido a la simultaneidad del proceso tanto a nivel sonoro como
semántico: para muestra el cierre con la palabra “nada” que refleja tanto a nivel fonético
(por su simpleza de construcción y locución) como a nivel semántico y metafísico (la nada
en oposición al todo) que clausuran definitivamente al ser – siempre indefinido – como al
soneto.
11 Las relaciones entre este soneto de Sor Juana y el de Góngora (“Mientras por competir con tu cabello”) podrían ser de tratamiento para otro ensayo (por cuestiones de extención), sin embargo en este ensayo se toma sólo al soneto de Góngora como elemento de inspiración para Sor Juana.
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