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Trabajo de investigación sobre el movimiento obrero ante la I Guerra Mundial de los alumnos de Historia Contemporánea II del Grado en Geografía e Historia de la UNED
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EL MOVIMIENTO OBRERO ANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL Y LA EVOLUCION DE LOS PARTIDOS SOCIALISTAS DURANTE EL CONFLICTO.
PROFESORES • Don Ángel Herrerín López aherrerin@geo.uned.es • Don Juan Carlos Rojas Riesco jcrojas@madridsur.uned.es
ALUMNOS Y ALUMNAS
• D. Jacob Serrano Donaire jserrano425@alumno.uned.es • Doña Teresa Juana Medrano Dell tmedrano1@alumno.uned.es • Don Carlos Raul Vidal Butler cvidal78@alumno.uned.es • Doña Elena Fresnillo Romero efresnill1@alumno.uned.es • Don Jesús María Antolín Sebastián jantolin9@alumno.uned.es • Don Carlos Subils Postigo csubils1@alumno.uned.es • Don José Ignacio Viñas Lacasa jvinas21@alumno.uned.es • Don Cosmín Sergiu Petricas cpetricas1@alumno.uned.es
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INFORME FINAL
El 5 de marzo de 2015, dentro del curso académico 2014-15 de la UNED, fue
puesto en marcha el denominado “Proyecto Redes” de la asignatura “Historia
Contemporánea II”. Una vez que los profesores directores del proyecto designaron los
alumnos que formarían el grupo, se procedió a la designación de un coordinador de
alumnos entre ellos mismos a fin de desarrollar el trabajo voluntario asignado, con un
orden y unos objetivos marcados previamente por los mencionados profesores, y
también adquirir una serie de competencias, a saber:
Competencias genéricas o transversales:
A) Instrumentales
• Capacidad de análisis y síntesis.
• Comunicación oral y escrita.
• Habilidades informáticas básicas.
B) Interpersonales
• Capacidad para trabajar en equipo.
C) Sistémicas
• Capacidad para trabajar de forma autónoma.
Competencias específicas:
A) Generales de la Historia
• Proporcionar a los alumnos conocimientos racionales y críticos del devenir de la
historia, relacionándolos con su ámbito cultural.
• Familiarizar a los estudiantes con los procedimientos propios del proceso
investigador en historia y en general en ciencias sociales.
B) Específicas de la materia
• Desarrollo de una conciencia crítica respecto a la relación entre los
acontecimientos y procesos actuales y el pasado. Capacidad de definir temas de
investigación que puedan contribuir al conocimiento y debate historiográficos.
• Conocimiento detallado de un período específico del pasado de la humanidad
Con el objetivo de llevar a cabo el trabajo se estableció dentro del grupo
“REDES movimiento obrero” una serie de hilos de conversación en los cuales se
marcaron por el coordinador unas pautas de trabajo a seguir. Estos hilos fueron:
• Hilo nº 1: “Consultas de funcionamiento”, activo durante todo el plazo
marcado para el desarrollo del trabajo, desde el día 5 de marzo de 2015 hasta el
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dia 30 de abril de 2015, el cual era para solo y exclusivamente para preguntar y
resolver todas las dudas al respecto de funcionamiento, estableciéndose dos sub-
divisiones del tema principal, “El movimiento obrero ante la Primera Guerra
Mundial” y “Evolución de los partidos socialistas durante el conflicto”, a fin de
facilitar el trabajo a la hora de confeccionar las preguntas y respuestas y su
posterior elección, con un total de 15 mensajes.
• Hilo nº 2: “Entrega de Preguntas”. Activo desde el día 8 de marzo de 2015
hasta el día 29 de marzo de 2015, este hilo sirvió para que cada alumno
participante entregase sus preguntas con sus correspondientes respuestas a fin de
poder organizarlas; con un total de 36 mensajes. Las preguntas y sus
correspondientes respuestas expuestas de forma individual por los alumnos y
alumnas participantes fueron las siguientes:
o Don Jesús María Antolín Sebastián: “El asesinato de Jaures y el fin de
la Segunda Internacional” y “El PSOE ante la Gran Guerra”.
o Doña Elena Fresnillo Romero: “Oposición entre obrerismo y
nacionalismo: del pacifismo al patriotismo” y “Evolución del Partido
Socialista Alemán (SPD) hasta llegar al Partido Social Democrático
Independiente (USPD)”.
o Doña Teresa Juana Medrano Dell: “Clara Zetken y la Internacional
Socialista de la mujer” y “La propaganda política en tiempos de la Gran
Guerra”.
o Don Jacob Serrano Donaire: “Eduard Bernstein y la traición al
programa de Erfurt” y “Lenin: Realidad sociopolítica de Rusia a
comienzos del siglo XX y el genio político”.
o Don Carlos Subils Postigo: “¿Qué es el austro marxismo?” y “El
asentamiento del socialismo antes del 1914”.
o Don Carlos Raul Vidal Butler: “La conferencia de Zimmerwarld
(1915) y sus repercusiones” y “El movimiento anarquista español desde
el inicio de la Gran Guerra al Trienio Bolchevique”.
o Don José Ignacio Viñas Lacasa: “Las Trade Union durante la Segunda
Internacional” y “Laborismo ingles: idealismo y realidad (1906-1918)”.
o Don Cosmín Sergio Petricas: Sin aportaciones.
• Hilo nº 3: “Debate de las preguntas”, activo desde el día 30 de marzo de 2015
hasta el día 19 de abril de 2015, este hilo sirvió para debatir y elegir en su caso,
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por un sencillo método de votación individual mediante sufragio universal, las
preguntas que por mayoría serian las designadas para formar parte del presente
informe y que al final del mismo vienen reseñadas; con un total de 18 mensajes.
• Hilo nº 4: “Elección de las preguntas del informe”, activo desde el día 20 de
abril de 2015 hasta el día 26 de abril de 2015, sirvió para elegir las preguntas y
sus correspondientes respuestas que serian incluidas completas en el presente
informe, y también designar a la persona que lo redactaría. Una vez transcurrido
el plazo de entrega de preguntas seleccionadas por cada uno de los participantes
del grupo, y habiendo dejado un periodo de cortesía de 24 horas, se realizo el
escrutinio para determinar las preguntas y sus correspondientes respuestas que
formaran el cuerpo principal del informe final, con un total de 19 mensajes,
siendo el resultado del mismo el siguiente:
Sub-tema 1 “El movimiento obrero ante la Primera Guerra Mundial”
5 votos: ANTOLIN SEBASTIAN, J. El asesinato de Jaures y el fin de la Segunda
Internacional.
3 votos: SERRANO DONAIRE, J. Eduard Berstein y la traición al programa de
Erfurt.
2 votos: VIÑAS LACASA, J. Las “Trade Union” durante la Segunda Internacional.
2 votos: SUBILS POSTIGO, C. El asentamiento del socialismo antes del 1914.
Sin votos: FRESNILLO ROMERO, E. Oposición entre obrerismo y nacionalismo: del
pacifismo al patriotismo.
Sin votos: MEDRANO DELL, T. Clara Zetken y la Internacional Socialista de la
mujer.
Sin votos: “SUBILS POSTIGO, C. ¿Qué es el austromarxismo?
Sub-tema 2 “Evolución de los partidos socialistas durante el conflicto”
4 votos: VIÑAS LACASA, J. Laborismo ingles: idealismo y realidad (1906-1918).
3 votos: VIDAL BUTLER, C. El movimiento anarquista español desde el inicio de la
Gran Guerra al Trienio bolchevique.
3 votos: VIDAL BUTLER, C. La conferencia de Zimmerwalrd (1915) y sus
repercusiones.
1 voto: FRESNILLO ROMERO, E. Evolución del Partido Socialista Alemán (SPD)
hasta llegar al Partido Social Democrático Independiente (USPD).
1 voto: SERRANO DONAIRE, J. Lenin: realidad sociopolítica de Rusia a comienzos
del siglo XX y el genio político.
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Sin votos: ANTOLIN SEBASTIAN, J. El PSOE ante la Gran Guerra.
Sin votos: MEDRANO DELL, T. La propaganda política en tiempos de la Gran
Guerra.
En base a lo anterior y vistos los resultados, las preguntas y respuestas que
formaran el informe final serán las siguientes:
1. -ANTOLIN SEBASTIAN, J. El asesinato de Jaures y el fin de la Segunda
Internacional.
2. -SERRANO DONAIRE, J. Eduard Berstein y la traición al programa de Erfurt.
3. VIÑAS LACASA, J. Laborismo ingles: idealismo y realidad (1906-1918).
4. -VIDAL BUTLER, C. El movimiento anarquista español desde el inicio de la
Gran Guerra al Trienio bolchevique.
• Hilo nº 5: “Comentarios del informe a entregar”: Visto que el plazo limite
marcado para tener activo el hilo nº 4 era excesivo, dado lo avanzado del trabajo
y la unanimidad de criterios, se procedió a abrir el hilo nº 5 el día 22 de abril de
2015, a fin de disponer de mas tiempo para que todos los alumnos y alumnas
dispongan de un más amplio margen a fin de enmendar, corregir y aprobar en su
caso, el informe final a entregar, estando activo hasta el día 27 de abril de 2015,
con un total de 15 mensajes.
• Hilo nº 6: “Entrega del informe final”: Una vez aprobado el informe por parte
de todos los alumnos y alumnas del grupo, se procedió a la entrega del informe
el día 28 de abril de 2015, con un total de 1 mensajes.
UNED. 28 de Abril de 2015.-
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PARTICIPACION DE ALUMNOS Y ALUMNAS
FOROS DE TRABAJO PLATAFORMA ALF
REDES “GRUPO MOVIMIENTO OBRERO
Don Jacob Serrano Donaire
Doña Teresa Juana Medrano Dell
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Pour quoi ont-ils tué Jaurès? tituló Jacques Brel su canción dedicada al líder
socialista francés asesinado el 31 de Julio de 1914. Esa noche, en el Café Croissant de
París, muy cerca de la sede del periódico L`Humanité que él mismo fundara en 1904 y
del que seguía siendo director, discutía junto a sus colaboradores el editorial del día en
el que pensaba lanzar un encendido llamamiento en contra de la guerra en ciernes. Un
exaltado joven nacionalista, Raoul Villain, un “nacionalista idiota” según Kautsky,
descerrajó dos tiros sobre “el más grande de los hombres de la Tercera República”
Trotsky dixit. Jaurès fue el “primer muerto, caído por delante de los ejércitos”(Max
Gallo).
Hasta el último momento, Jaurès peleó para impedir la catástrofe. Por su
impulso, la IS había celebrado una reunión en Bruselas, dos días antes, en la que se
convocó un Congreso para el 9 de Agosto con el objeto de que la alianza de los obreros
de Europa impidiera la guerra. Esa misma tarde del 31 de Julio, en la Cámara, clamó
por evitarla: ”Hay que seguir negociando… La Francia de la República arrastrada por
los mujiks contra la Alemania de la reforma ¿va a permitir esto?” Pero ya era demasiado
tarde. Como señala el historiador Jean-Jacques Becker, el error de los dirigentes de la
izquierda europea fue creer “que la crisis iba a ser suficientemente larga para permitir a
los pueblos, y en especial a los socialistas, movilizarse contra la guerra”.
Para Trotsky, su asesinato no fue fruto de la casualidad, sino “el último eslabón
de una campaña de odio, mentiras y calumnias que orquestaban sus enemigos”. Jaurès
siempre fustigó el imperialismo (también el francés) y defendía la reconciliación
francoalemana. Pacifista convencido, abraza la consigna de la huelga general en caso de
guerra, reafirmada en el Congreso Extraordinario de Basilea de 1912 sobre un único
punto: La situación internacional y la acción contra la guerra, que supuso una imponente
manifestación por la paz en la que los 555 delegados advierten a los gobiernos de que
no podrían desencadenar la guerra sin riesgo para ellos mismos. Allí, Jaurès electriza a
la multitud: “el pensamiento de la paz llena todas las cabezas, y si los gobiernos están
indecisos y dudan, debemos poner en marcha la acción proletaria”.
Con todo, cabe preguntarse por la actitud de este líder socialista y entusiasta
defensor de la República, enfrentado al dilema de tantos otros correligionarios una vez
iniciadas las hostilidades. Para E. Labrousse, de la Société d´etudes jauresiennes,
hubiera apoyado a la Unión Sacrée. Lo mismo piensa Azorín en un artículo del 30-9-
1915 en ABC, en el que recuerda su libro La nación armada y dice que Jaurès se habría
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felicitado de ver a un pueblo entero luchando por la independencia nacional y “¡aun
hubiera ayudado a la gran obra de liberación!”.
Jean Jaurès fue un socialista, pero también un republicano y un pacifista; era un
humanista. Su personalidad política conjugaba el espíritu progresista de la burguesía
francesa heredera de la revolución de 1789 con la defensa de los obreros .En la década
final del XIX comprendió que la República, por la que tanto había luchado, degeneraba
en un sistema político dominado por financieros y politicastros sin escrúpulos .Abrazó
el socialismo como lógica consecuencia de su visceral rechazo a toda injusticia y tras su
implicación en la defensa de los mineros de Carmaux en la huelga de 1893 (año en que
fue elegido diputado por dicha circunscripción en la candidatura socialista). Siempre
alzó su tronante voz contra toda tropelía, como en el famoso affaire Dreyfus, en que se
enfrentó a Guesde porque éste veía en aquél “un burgués”, que no merecía ser
defendido por los socialistas. Creía que centrarse sólo en la lucha de clases resultaba
estéril y su máxima era “perseguir el ideal y comprender lo real”.
Fernando Álvarez Uría dice de él que no fue un intelectual académico (pese a su
condición de profesor universitario de Filosofía) sino un hombre de acción, gran orador
y gran periodista. Defensor de la escuela pública y la laicidad, como parlamentario
luchó por mejorar las condiciones de trabajo de los proletarios a la vez que defendió la
vía republicana y democrática hacia el socialismo. Para Jaurès, cualquier atentado
contra la dignidad humana debía ser una causa del proletariado.
En el tenso debate que oponía al internacionalismo como garante de la paz frente
al socialpatriotismo de adhesión nacionalista, su síntesis acuñó esta obscura máxima:
“un poco de internacionalismo te aleja de la patria, pero un poco más te acerca”.
Su ardoroso pacifismo provocó la inquina de los sectores más chovinistas y
conservadores y al final le costó la vida. A tan execrable crimen se añadió en 1919 la
ignominia de una sentencia absolutoria para su asesino y ¡la condena en costas para la
viuda de Jaurès! en medio de la euforia nacionalista tras la victoria frente a Alemania.
Anatole France afirmó:”esta monstruosidad jurídica sentenciaba que el
asesinato de Jaurès no había sido un crimen”. O como dijo Lucano en la antigua Roma:
”lo que fue pecado de muchos queda sin castigo”. Ironías del destino: Raoul Villain
acabaría fusilado en Ibiza por milicianos españoles en Septiembre del 36 acusado de
espía de los fascistas.
Su asesinato, sin ser un factor decisivo para la guerra, sí allanó el camino para su
estallido. Su desaparición eliminó la resistencia de la izquierda francesa a la guerra y
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dio vía libre a la Unión Sagrada. Las Uniones Sagradas, las unanimidades patrióticas, se
extendieron por toda Europa y eso significó el mayor de los fracasos del movimiento
obrero y el fin de la Segunda Internacional. Su muerte simboliza el fracaso del
internacionalismo socialista que se mostró crudamente cuando los socialistas franceses-
como los alemanes- se integraron en grandes coaliciones nacionales para combatir
unidas por la patria.
Con todo, el horror de la Gran Guerra terminó por situar a Jaurès en la Historia.
Unos años y diez millones de muertos después, en Francia hubo un enorme sentimiento
de culpa colectivo que se manifestó en que se le dedicaran a este gigante de la
Humanidad multitud de espacios públicos, desde calles o plazas hasta estaciones de
metro y hasta la bella y triste canción de Brel: “¿Por qué han matado a Jaurès?”.
BIBLIOGRAFÍA:
-ABENNDROTH W., Historia social del movimiento obrero europeo. Revolta Global.
-ALVAREZ URIA, FERNANDO. Cuartopoder.es. 19-08-2014.
Formación, 1972.
-COLL, JOAQUIM. Jean Jaurès : asesinato sin crimen. El Periódico. 31-07-2014.
-FORCADELL ALVAREZ, CARLOS. La Segunda Internacional. .Historia 16. Siglo
XX. Historia Universal 2. Madrid 1983.
-MONTAGUT, EDUARDO. Nueva Tribuna.es. Julio-2014.
-DE RAMON, JUAN CLAUDIO. ¿Por qué han matado a Jean Jaurès? El País. 31-07-
2014.
-TROTSKY, LEON. Jean Jaurès .Marxists Internet Archive 2001.
-V.V.A.A. Historia Contemporánea (1914-1989). Madrid, Editorial Universitaria
Ramón Areces, 2014.
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Con el título de la pregunta se pretende hacer referencia a la influencia - en la
medida que esté determinada - que las tesis revisionistas del político alemán Eduard
Bernstein, “padre” del revisionismo de la teoría marxista, tuvieron en la posición que
adoptó la mayoría del Partido Socialdemócrata de Alemania respecto a la I Guerra Mundial.
Se trata de un tema complejo en cuanto a que es necesario delimitar que peso tuvieron estas
posiciones, o mejor dicho, en qué medida el revisionismo fue “calando” en las estructuras
de un partido fuertemente organizado y plenamente constituido; lo que se escapa a la
extensión del “artículo” que nos ocupa. Centraremos la atención en las tesis expuestas por
Bernstein respecto al estado y la inevitable influencia que éstas tuvieron respecto a las
posiciones internacionalistas del movimiento obrero, defendidas en mayor grado por la I
Internacional y durante la II Internacional en el Congreso de Stuttgart de 1907, en el que se
adoptan una serie de resoluciones sobre la posición que los partidos obreros debían adoptar
ante un conflicto bélico que se hacía inevitable ya por aquel entonces.
La historia de la socialdemocracia alemana es portadora desde el mismo momento
de su nacimiento del “virus” de la discordia. No debemos otorgar a este concepto de “virus”
un significado peyorativo, sino que nos referimos al hecho de que desde la constitución del
Partido Socialdemócrata de Alemania en el famoso Congreso de Gotha de 1875 se
apreciaban ya dos posturas diferenciadas respecto al carácter que el movimiento obrero -
constituido en partido y sindicato desde ese momento - debía adoptar. En ese momento las
posturas se encuadraban en los estatistas seguidores de Ferdinand Lasalle, y los
“genuinamente” revolucionarios, de tendencia marxista, Wilhelm Liebknecht y August
Bebel.
Las resoluciones de este congreso, que tan poco gustaron al mismísimo Karl Marx,
que gestó en torno a este acontecimiento su texto Crítica al programa de Gotha, - se trataba
en un principio de un texto de carácter reservado, destinado a unos pocos dirigentes obreros
alemanes - fueron modificadas en 1891 en el Congreso de Erfurt. Dicho congreso, que
contó con el beneplácito de un anciano Engels, modificó algunas de las disposiciones de
1875, que para muchos socialdemócratas se alejaban del objetivo último del movimiento
obrero: la destrucción del estado burgués y la supresión del modo de producción capitalista
para acabar con el antagonismo de clases. Nos interesa respecto al tema que estamos
abordando la resolución que en este congreso se tomó respecto al asunto del
internacionalismo obrero. De manera sintética, podemos decir, que en esta resolución el
Partido Socialdemócrata defiende la unión de la clase obrera a nivel internacional,
entendida ésta en un contexto de creciente mundialización de la economía en la cual se
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hacen más patentes los antagonismos de clases, entre los propietarios de los medios de
producción y el proletariado. Se debe por tanto anteponer este conflicto - “lucha de clases” -
a cualquier otro tipo de conflicto de índole internacional, es decir entre estados, pues no
responden a la lucha que el movimiento obrero debe desarrollar en busca del socialismo.
Bersntein, con sus artículos publicados entre 1886 y 1889 en la revista Die Neu Zeit
dirigida por el también político socialdemócrata alemán y teórico marxista Karl Kautsky, -
Los problemas del socialismo - comienza a exponer sus tesis, que serán posteriormente
elaboradas más a fondo en su obra de 1899 Las premisas del socialismo y las tareas de la
socialdemocracia. Se trata de una profunda revisión del marxismo, que sin renegar del
mismo, socava gran parte de los fundamentos que hasta ese momento habían dirigido una
parte importante de la producción teórica de la socialdemocracia alemana. Bernstein deja de
ver la revolución como el único medio mediante el cual se puede alcanzar el socialismo. Se
puede conseguir la emancipación de la clase obrera mediante la conquista parlamentaria, y a
partir de ahí, promulgar sucesivas reformas que conduzcan hacia ese objetivo; para
Bersntein lo importante es el proceso, no el fin en sí mismo. Se debe prestar atención al
contexto político y económico en el que Bernstein desarrolla su teoría; sin extendernos
diremos que se trata de un período de cierto aperturismo político que repercute en la
posición de los partidos obreros de Alemania y de cierto crecimiento económico. La vía
reformista lleva a la negación de la visión tradicional del Estado planteada por el marxismo
- el Estado entendido como el marco organizativo político que permitiría a la burguesía
ejercer su dominación sobre la clase trabajadora –. Según Bernstein no sería entendido este
como un Estado opresor, sino que se trataría del marco sociopolítico en el cual la clase
obrera competiría por conseguir mejoras en su situación económica - y por consiguiente
política y social - de manera pacífica.
Esta nueva visión del Estado tiene una repercusión muy importante en la postura
que un partido obrero que se digne a aceptarla adopte respecto al internacionalismo
anteriormente descrito – resolución del Programa de Erfurt al respecto -. Se crea de esta
manera una especie de “nacionalismo socialista” en el cual los obreros ya no sienten esa
alineación son los obreros de los otros países - aunque debemos apuntar que Bernstein trató
de conciliar esta contradicción -. Los obreros se sienten partícipes de este modo en el
proyecto de estado, lo que les conducirá sin temor a quebrantar su “lucha por la
emancipación” al participar en conflictos que realmente se escaparían a sus intereses de
clases - visto esto desde el punto de vista de la teoría marxista-. La I Guerra Mundial es
explicada, en cuanto a una de sus principales causas, como una confrontación entre
potencias imperialistas, que no es otra cosa que un conflicto entre estados que intentan
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acrecentar su comercio mediante el expansionismo colonial y que entran en disputa con
contrarios que poseen los mismos objetivos, pero lo que es más importante, no deja de ser
una confrontación entre Estados, y analizando más a fondo el asunto, se trata de un
conflicto en el que la competitividad del imperialismo capitalista juega un papel
fundamental en sus causas y desarrollo. Por lo tanto la clase obrera alemana, siguiendo
estos preceptos debe luchar por la conservación de ese Estado que ya no sería un estado
meramente burgués, sino que se trataría de un estado en el que la clase obrera a través de
una serie de sucesivas reformas conseguiría su emancipación y la consolidación del futuro
estado socialista. Lejos quedaría la proclama lanzada por Marx y Engels en 1848 en su
Manifiesto Comunista de “Trabajadores del mundo, uníos”, símbolo del internacionalismo
obrero.
Cierto es que las tesis de Bernstein fueron rechazadas en los congresos de Stuttgart
de 1898 y de Lübeck de 1901. Pero nos ha parecido interesante poner de relieve la
implicación que estas posturas adquirieron en el marco teórico del Partido Sicialdemócrata
Alemán y que llevaron a que en su gran mayoría votaran a favor del presupuesto de guerra
al comienzo de la contienda.
BIBLIOGRAFIA
-BERSTEIN, E, Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia.
Problemas del socialismo. El revisionismo en la socialdemocracia, Madrid, Siglo XXI,
1982.
-GOMEZ LLORENTE, L, Apuntes sobre el movimiento obrero, Madrid, UGT/Escuela
“Julián Besteiro”, 1992.
-LARIO, A: Historia Contemporánea Universal, Madrid, Alianza, 2010.
-LUXEMBURGO, R: Reforma o Revolución, Madrid, Akal, 1978.
-V.V.A.A., Historia Contemporánea (1914-1989), Madrid, Editorial Universitaria Ramón
Areces, 2014.
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El Partido Laborista nació como una personificación formal de una alianza entre
intelectuales de izquierda y el movimiento “Trade-Unionista”. Lo ayudó al éxito de la
unión fue el hecho de que el impulso fundamental de los socialistas tuvo que ser ético
más que económico. El laborismo británico no debe de confundirse con los demás
partidos socialistas del mundo, sino que ha de entenderse dentro del ambiente que le es
propio: el movimiento obrero y sindicalista inglés, en el primer país que se enfrenta con
problemas sociales y económicos, junto a los problemas políticos nacidos de la
revolución industrial, por ello el laborismo es un producto típicamente británico ,en una
coalición de fuerzas dispares que han podido ir desde personas sofisticadas a
extremistas marxistas, junto a posiciones religiosas, pero en el cual el espíritu de
compromiso y realismo ha prevalecido, siendo la consecuencia del proceso de lucha que
ha llevado a cabo, durante todo el siglo XIX y parte del XX, la clase obrera inglesa y un
grupo de intelectuales socialistas por implantar el ideario socialista, no marxista, que
permitiera transformar aquella sociedad nacida de la Revolución Industrial.
El descontento que sentía una parte de la población británica por su situación
laboral, política y social, motivó su intervención y participación en la política activa del
país. El Partido Laborista asumió estas formas de expresión popular con la intención de
hallar una solución. Pero en sus primeros momentos, se encontró con un grave
problema: no había una jefatura política única ni un principio ideológico único que
constituyera una base sólida para su total implantación y crecimiento en el país.
A partir de la década de los 90, se va a producir en Gran Bretaña un fuerte
impulso en el seno del movimiento obrero, para lograr que en el nuevo siglo XX se
logre la formación y consolidación del Partido Laborista. En 1890 se había formado la
“Labour Electoral Association” con el fin de preparar y organizar los manifiestos
electorales de los candidatos obreros que fueran atrayentes al electorado y que sirvieran
para conseguir un mayor número de votos. Pero los diferentes puntos de visión, las
dificultades de organización y la falta de ideas concretas dificultaban el camino a seguir.
La evolución en cuanto numero de afiliados manifiesta un marcado carácter
exponencial a lo largo del tiempo entre los años 1900 y 1906, momento a partir del cual
el numero de afiliados va aumentando de forma constante a lo largo del segundo y
tercer lustro del siglo XX, sufriendo un acusado descenso al comienzo de la Gran
Guerra, pero que en 1918 apenas se había notado tal, por haberse doblado en numero de
afiliados en 1918, según se puede apreciar en la siguiente tabla:
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PARTIDO LABORISTA INGLES
Numero de afiliados Año
375.931 1900
998.338 1906
1.158.565 1908
1.430.539 1910
1.895.498 1912
1.612.147 1914
2.219.764 1916
3.013.129 1918
El Partido Laborista en 1906 era una coalición de comunidades y sociedades
socialistas junto a las “Trade Unions”. Esta característica se reflejará en el Partido
Laborista Parlamentario, donde de los 30 miembros tan sólo 18 eran plenamente
socialistas. A partir de finales del siglo XIX, el revisionismo acentuó la moderación del
laborismo británico, renunciando a la perspectiva de una revolución proletaria y
permitiendo que en la Primera Guerra Mundial se comportara como un partido más en
apoyo del esfuerzo bélico, exigiendo únicamente mayor justicia social o mejoras en las
condiciones laborales, al entender que la estrategia de apoyar al estado haría que pudiera
influirse en él en beneficio de la clase trabajadora.
La primera guerra mundial provocó una táctica nueva en el Partido. El
historiador inglés Pelling escribe: “En 1914 el laborismo había consolidado su
influencia en ciudades y áreas industriales. El ascenso en el número de diputados hacía
posible que en las elecciones próximas se pudieran conseguir 100 o más asientos, con lo
que definitivamente el acercamiento con los liberales podía ser cosa del pasado. Pero al
mismo tiempo, ante el papel que representaba el Partido Laborista en el sistema político
inglés, se vio la necesidad de realizar un examen de conciencia interior que diera lugar a
debates internos que corrigieran todos los fallos y errores heredados del pasado,
presentando ante el electorado y el país un nueva imagen de unidad. Este será el motivo
primordial de las grandes reformas realizadas en 1918”.
Los partidos socialistas que aún no se habían convertido en los grandes partidos
de masas, legales desde hacía mucho tiempo, siguieron, en general, enemigos de la
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guerra, mientras que los partidos de masas institucionalizados, como es el caso de los
laboristas ingleses, se sometieron casi sin excepción, una vez que empezó la guerra, a la
política militar de sus gobiernos.
Aun desintegrada en agosto de 1914 la “II Internacional”, durante la guerra se
celebraron varias conferencias socialistas internacionales: la asamblea, dirigida por
Clara Zetkin, de la Secretaría Internacional de las Mujeres Socialistas, y la reunión,
organizada por Willi Münzenberg, de la Juventud Socialista Internacional en la
primavera de 1915; la conferencia de Zimmerwald, convocada por la socialdemocracia
italiana y suiza, en septiembre de 1915 y la conferencia de Kienthal en abril de 1916.
Estas conferencias fueron las únicas manifestaciones eficaces de solidaridad
internacional en un período de desgarramiento de Europa y de suicidio político.
BIBLIOGRAFÍA -ABENNDROTH W, Historia social del movimiento obrero europeo, Revolta Global /
Formación. 1972.
-PEREIRA CASTAÑARES J.C. El Partido Laborista Británico. Cuadernos de Historia
Moderna y Contemporánea. Madrid. UCM. 1988.
-V.V.A.A. Historia Contemporánea (1914-1989). Madrid, Editorial Universitaria
Ramón Areces. 2014.
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A pesar de su neutralidad, la Primera Guerra Mundial tuvo un gran impacto en
España, con repercusiones a nivel político, económico y social. Fueron años de crisis de
los partidos dinásticos (Conservador y Liberal), en una sociedad, además, polarizada
entre aliadófilos y germanófilos. Entre los partidarios de los aliados estaba la izquierda,
a excepción de los anarcosindicalistas y de una minoría de socialistas, que abogaban por
una neutralidad proletaria, mientras que, en general, la nobleza, la Iglesia y el ejército,
además del propio Alfonso XIII, deseaban el triunfo de las potencias centrales.
La economía española, a consecuencia de la guerra, experimentó una
espectacular expansión industrial, sobre todo en las regiones del norte (Cataluña,
Asturias y País Vaco), con grandes beneficios para la élite financiera y empresarial, al
tener que abastecer a los países beligerantes. Sin embargo, este auge económico no
repercutió en la mayoría de la población, sobre todo el campesinado y el proletariado
urbano, que se empobrecieron aún más debido a la subida del precio de los alimentos
básicos (que en algunos casos fue de un 70 y un 90 por 100 entre 1914 y 1918) y al
aumento del desempleo, lo que provocó un repunte de las tensiones sociales.
El progresivo deterioro de las condiciones de vida de las capas populares
produjo un efecto movilizador y las organizaciones obreras experimentaron un rápido
crecimiento. De esta forma, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), el gran
sindicato anarquista, que fue fundado en 1910 en Barcelona, pasó de 15.000 afiliados en
1915 a contar con 600.000 en 1919. El número de huelgas también creció rápidamente
en esos años, pasando de 169 en 1915 a 237 en 1916.
Sin embargo, el movimiento obrero español estaba profundamente dividido entre
anarquistas y socialistas aunque, a diferencia del resto de Europa, los anarquistas eran
mayoría, sobre todo en Cataluña y Andalucía. Su evolución no había sido rápida y
continua y, a períodos de organización, cuando crecía el número de afiliados, seguían
periodos de persecución y de actividad clandestina. La CNT fue prohibida sólo un año
después de su fundación y no volvió a ser legalizada hasta 1914, volviendo a ser
perseguido en 1923 tras la llegada al poder de Primo de Rivera.
La relación entre socialistas y anarquistas era de claro enfrentamiento. El
apoliticismo era la doctrina fundamental del anarquismo, que no creía en las urnas ni en
la conquista del poder político por la clase obrera. Para ellos, un Estado obrero no era
menos malo que un Estado burgués. Su objetivo era la revolución, pero como un acto
espontáneo de las masas y sin ser dirigida desde arriba, algo que fácilmente puede
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conducir a una mística de la violencia (aún hoy se considera al anarquismo como
sinónimo de terrorismo) y a un culto del superhombre revolucionario, a la manera de
Durruti.
Los socialistas despreciaban esta combinación de sentimentalismo y
revolucionarismo infantil, que convertían a los anarquistas en dudosos aliados. El
anarquismo, por su parte, siempre había criticado la excesiva moderación socialista y su
estrategia de lucha política. No obstante, y a pesar de las divergencias ideológicas, UGT
y CNT adoptaron una estrategia unitaria y convocaron una huelga general de un día el
18 de diciembre de 1916 contra la carestía de las subsistencias y el desempleo, con un
amplio seguimiento.
Ese éxito inicial les hizo proyectar otra huelga general en 1917, pero esta vez no
sería puntual, sino indefinida, revolucionaria y encaminada a derribar la monarquía. La
huelga comenzó el 12 de agosto y tuvo un seguimiento desigual, resultando caótica y
desorganizada. Hubo combates encarnizados en Madrid, Cataluña, Bilbao y Asturias y,
tras cinco días de revuelta, acabó con 79 muertos y un gran número de detenidos.
El fracaso de la huelga general no desanimó a los anarquistas, aunque supuso el
distanciamiento definitivo con el PSOE que, a partir de entonces, se abstuvo de la
actividad revolucionaria y se centró en la estrategia de reformismo gradualista y de
participación en el sistema parlamentario. Mientras tanto, el impacto de la Revolución
rusa y la crisis económica de posguerra, que acarreó abundante paro y bajada de
salarios, no hizo sino aumentar la conflictividad, dando paso a tres años de agitación
social y laboral ininterrumpida en Andalucía entre 1919 y 1921, conocidos como trienio
bolchevique. Por su parte, la zona industrial de Barcelona tuvo en esos años el índice de
huelgas más alto de toda Europa occidental.
La más importante fue la de la Canadiense, iniciada en febrero de 1919 tras el
despido de varios empleados de la empresa Barcelona Traction Light and Power, de
capital anglocanadiense. Este conflicto, en principio menor, desembocó en una huelga
general de enormes proporciones que dejó paralizada la ciudad. La huelga de la
Canadiense acabó, después de 44 días, el 19 de marzo con la aceptación de todas las
condiciones de los huelguistas y sin represalias. Además, se consiguió del gobierno de
Romanones la aprobación de la jornada de ocho horas.
Sin embargo, una implacable represión estatal (Ley de fugas, estado de guerra),
el choque frontal entre obreros y patronos (lockouts, el Somatén, la banda de Bravo
Portillo, etc.) y el pistolerismo, desembocó en una espiral de violencia sin precedentes,
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una auténtica “guerra social” de exterminio que llegó a su apogeo en 1921 y que
desembocó en el agotamiento y la crisis del movimiento obrero y sus organizaciones.
BIBLIOGRAFÍA -BARRIO, Á.: La modernización de España (1917-39), Madrid, Ed. Síntesis (2004).
-BUDAI, B. (Coord.): Historia Contemporánea de España (1808-1923), Ediciones
Akal, Madrid (2011).
-MARTORELL, M. y JULIÁ, S.: Manual de historia política y social de España (1808-
2011), Barcelona, Rba Libros (2012).
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