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Julia Arribas Marina
Neus Caparrós Civera
Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
Grado en Trabajo Social
2015-2016
Título
Director/es
Facultad
Titulación
Departamento
TRABAJO FIN DE GRADO
Curso Académico
Psicofármacos: ¿curación o adicción?
Autor/es
© El autor© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones,
publicaciones.unirioja.esE-mail: publicaciones@unirioja.es
Psicofármacos: ¿curación o adicción?, trabajo fin de gradode Julia Arribas Marina, dirigido por Neus Caparrós Civera (publicado por la Universidad
de La Rioja), se difunde bajo una LicenciaCreative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a lostitulares del copyright.
PSICOFÁRMACOS: ¿Curación o adicción?
Alumna: Julia Arribas Marina
Tutor: Neus Caparros Civera
Trabajo Fin de Grado. Curso 2015-2016
Grado en Trabajo Social
Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
1
ÍNDICE
1. Introducción……………………………………………………………….. 4
2. Justificación………………………………………………………………... 5
3. Objetivos…………………………………………………………………… 6
4. Metodología………………………………………………………………... 7
5. Situándonos en el ámbito………………………………………………….. 8-9
5.1. Conceptos clave…………………………………………………. 10-13
5.2. Historia de los fármacos contra el estrés y la ansiedad………. 14-17
5.3. Uso de los fármacos contra el estrés y la ansiedad…………… 18-20
5.4. Efectos de los psicofármacos…………………………………... 21-22
5.5. Consecuencias del uso de psicofármacos……………………… 23-24
6. Conclusiones……………………………………………………………… 25-27
7. Reflexión personal……………………………………………………….. 28-30
8. Bibliografía……………………………………………………………….. 31-32
8.1. Referencias bibliográficas……………………………………... 31-32
8.2. Bibliografía consultada……………………………………...…. 32
2
“Tú puedes lo que las pastillas no pueden. Supera tus problemas con esfuerzo y ganas
y evita tomar una pastilla para solucionar un problema, porque después ese problema
puede convertirse en dependencia” Arribas Marina, J.
3
RESUMEN
El aumento del consumo de psicofármacos en los últimos años se ha convertido en un
tema novedoso y de gran incertidumbre. A raíz de la crisis económica dicho consumo
aumentó considerablemente siendo objeto de estudio de muchos investigadores pero
siempre ha estado presente. Actualmente son muchas las personas que visitan un
psiquiatra en busca de que un psicofármaco acabe con sus problemas de ansiedad, estrés
y depresión. ¿Pero es esa la solución para hacer frente a los problemas?, ¿o es la vía más
fácil y cómoda de no querer enfrentarse a ellos? Lo que en un principio puede ser un
problema de depresión o ansiedad con el paso del tiempo se puede convertir en una
adicción o dependencia a un psicofármaco que va a impedir realizar el día a día de una
persona.
Palabras clave: Psicofármaco, antidepresivo, tranquilizante, adicción, dependencia.
ABSTRACT
The increase of the consumption of psychotropic drugs in the last years has turned into a
novel topic and of big suspense. Immediately after the economic crisis the above
mentioned consumption increased greatly being an object of study of many investigators
but it has always been present. At present there are great the persons who visit a
psychiatrist in search of whom a psychotropic drug finishes with its problems of anxiety,
stress and depression. But is the solution this to face to the problems?: or is it the easiest
and comfortable route not to want to face them? What in the beginning can be a problem
of depression or anxiety in the course of time can turn into an addiction or dependence
on a psychotropic drug that it is going to prevent from realizing every day of a person.
Keyword: Psychotropic, antidepressant, tranquilizer, addiction, dependency.
4
1. INTRODUCCIÓN
El presente documento hace referencia a los psicofármacos, sobre si realmente solucionan
un problema o acaban generando una dependencia a ellos.
El documento se divide en cinco apartados: justificación, objetivos, metodología,
desarrollo y conclusiones.
En los tres primeros apartados se habla de porqué se ha hecho este trabajo, qué se quiere
estudiar y conseguir y cómo se ha hecho.
En cuanto al apartado de desarrollo, se explican una serie de conceptos que son
preliminares para comprender y situarse en el ámbito de estudio. Posteriormente se extrae
la historia tanto de antidepresivos como de tranquilizantes y con ello estudiar el antes y
el después de estos psicofármacos. En los siguientes sub-apartados se exponen unas
gráficas extraídas de la Encuesta Domiciliara sobre alcohol y drogas en España que
muestran el aumento del consumo de psicofármacos en los últimos años, por otra parte se
exponen los efectos tanto de antidepresivos como de tranquilizantes y las graves
consecuencias que generan el consumo prolongado de ellos.
El apartado de conclusiones refleja las ideas principales de los apartados que componen
el texto, con los aspectos más importantes a tener en cuenta así como aportaciones de
diferentes autores que debaten sobre este tema.
Para finalizar se ha incluido un apartado de Reflexión Personal que responde al título del
trabajo “¿curación o adicción?”, apoyada en las argumentaciones de la psiquiatría desde
el enfoque de tratar los problemas desde la terapia y no desde la receta de psicofármacos.
5
2. JUSTIFICACIÓN
Hoy en día es muy frecuente que cuando una persona sufre una crisis de ansiedad o está
atravesando un periodo de depresión acudan al psiquiatra y éste les recete un
medicamento para tratar dicho malestar.
Hay varios tipos de medicación que necesitan ser prescritos por un médico o psiquiatra,
los más usuales para tratar problemas de ansiedad o insomnio son los pertenecientes a la
familia de las benzodiacepinas como por ejemplo Tranquimazin, Orfidal, Diazepan,
Lexatin, Tranxilium, Noctamid, Valium, etc.
Se pueden extraer cuatro tipos de consumidores de estos tipos de medicamentos, por
ejemplo personas que abusan de otras sustancias como cocaína, anfetamina, cannabis y
que además consumen tranquilizantes para contrarrestar los efectos de exaltación de esas
drogas, también existen personas que pasan por un periodo de depresión o trastorno y que
con el tiempo se vuelven dependientes de estos medicamentos, al igual que personas que
deciden abandonar el consumo de drogas ilegales como las anteriormente citadas y que
se les receta estos medicamentos para mantener a la persona estable y por último personas
que combinan tranquilizantes con alcohol, lo cual les provoca una reacción en el cerebro
que actúa e influye gravemente en los comportamientos de la persona que los consume.
El principal motivo por el cual he elegido este tema es que he vivido esta realidad social
muy de cerca en mi entorno, el ver cómo tras tener una depresión el psiquiatra te receta
una serie de medicamentos de este tipo y cuando estas más estables y quieres dejarlo
resulta muy complicado porque tu bienestar depende de tomarte dicha medicación, lo que
genera una dependencia con el tiempo que no eres consciente de ello y para dejarla
necesitas realizar un decalaje para ir reduciendo la medicación y asumiendo las posibles
consecuencias a nivel psicológico que te puede generar este procedimiento. Por otro lado,
tras haber realizado las prácticas en Proyecto Hombre La Rioja, he podido observar todos
los casos de personas citadas en el tercer párrafo, además de haber estudiado los perfiles
de usuarios residentes en Comunidad Terapéutica y ver el abuso combinado de fármacos
y otras drogas.
6
3. OBJETIVOS
Los objetivos del trabajo son tres; un objetivo general y tres objetivos específicos, todos
ellos orientados al estudio e investigación del abuso de los fármacos como tranquilizantes
y ansiolíticos.
Objetivo general:
Realizar una aproximación al uso y abuso de los fármacos contra la ansiedad y el estrés
y sus consecuencias.
Objetivos específicos:
1. Estudiar la historia y la evolución de los fármacos contra la ansiedad y el estrés
(tranquilizantes, antidepresivos y ansiolíticos).
2. Conocer el uso, efectos y consecuencias que generan los antidepresivos y los
tranquilizantes en las personas que los usan.
3. Realizar una reflexión personal respondiendo al título del trabajo y proponer
futuras líneas de intervención.
7
4. METODOLOGÍA
Para realizar este trabajo se han utilizado principalmente fuentes secundarias, ya que es
un trabajo de investigación y por el tema del que se trata lo más accesible son las fuentes
bibliográficas. Junto con esta revisión bibliográfica también se ha realizado una búsqueda
documental para obtener diferentes puntos de vista. Se ha utilizado libros, artículos de
periódico, revistas científicas, estudios y encuestas del INE, etc. En dialnet se ha podido
extraer gran parte de la información, aunque este tema a pesar de los estudios actuales
sigue siendo de gran controversia porque existen personas que reconocen el problema y
otras muchas que no, con lo cual la muestra de los estudios es muy relativa.
Por otro lado se ha asistido a un taller de psicodrama y psicoterapia ofrecido por la
Universidad de La Rioja e impartido por el psiquiatra Gregorio Armañanzas Ros. Tras
realizar este taller y recabar una serie de información, se ha mantenido una conversación
individual con Gregorio Armañanzas Ros y profundizar en una serie de aspectos de
interés para este trabajo.
La información referente a antidepresivos es más fácil de recoger que la de los
tranquilizantes, debido a que el uso y abuso de tranquilizantes está más escondido por la
población y es un tema tabú hoy en día.
La realización de las prácticas curriculares en Proyecto Hombre también ha sido de gran
ayuda a la hora de elaborar dicho trabajo, para comprobar y ver de primera mano lo que
se expone en dicho trabajo. También se ha podido hacer uso de los conocimientos de los
terapeutas que allí trabajan y con su experiencia aportan ejemplos claros para comprender
dicha realidad social.
Por último se ha preguntado en las farmacias cercanas cuales son los psicofármacos más
vendidos o utilizados por la población y de ahí establecer una relevancia a dichos
fármacos.
8
5. SITUÁNDONOS EN EL ÁMBITO
En el presente apartado se realiza una diferenciación de lo que es un fármaco, un
medicamento y una droga a través de la definición de dichos conceptos para comprender
el significado de cada uno de ellos. Posteriormente se desglosan una serie de sub-
apartados relacionados con ampliación de conceptos, historia de los psicofármacos, uso
en los últimos años, efectos y consecuencias que generan los fármacos contra el estrés y
la ansiedad.
¿Qué es un fármaco?
“Es una sustancia con composición química exactamente conocida y que es capaz de
producir efectos o cambios sobre una determinada propiedad fisiológica de quien lo
consume; un fármaco puede ser exactamente dosificado y sus efectos (tanto benéficos
como perjudiciales) perfectamente conocidos, luego de utilizar dicho fármaco en un
número de personas lo suficientemente grande. Ejemplos de fármacos son el
Acetaminofen, el Propranolol y el Haloperidol.” (Proyecto Hombre, 2012:5)
¿Qué es un medicamento?
“Es la combinación de uno o más fármacos con otras sustancias farmacológicamente
inactivas llamadas excipientes, que sirven para darle volumen a la presentación
farmacéutica y que facilitan la producción, el transporte, el almacenamiento, la
dispensación y la administración de los fármacos; los medicamentos se identifican por la
denominación común internacional (DCI) o nombre genérico del fármaco que contienen
y mediante un nombre comercial o de marca que escoge libremente cada fabricante.”
(Proyecto Hombre, 2012:5)
¿Qué es una droga?
“Es una mezcla bruta de compuestos, de los cuales por lo menos uno tiene actividad
farmacológica pero se desconoce tanto el tipo como la composición de la mezcla, es decir
9
no se conoce la identidad de otros componentes ni mucho menos su concentración […],
también se consideran como drogas los extractos de plantas, tinturas o extractos obtenidos
a partir de productos naturales que se usan popularmente con fines terapéuticos.”
(Proyecto Hombre, 2012:5)
10
5.1. Conceptos clave
En este apartado por un lado se centra en los conceptos fundamentales referidos a la
adicción y dependencia, y por otro se desglosa en dos apartados que incluyen conceptos
relacionados de los antidepresivos y los tranquilizantes.
Adicción: Es el esquema de conducta hacia una droga que se manifiesta por la aparición
de tolerancia y dependencia, y está caracterizado por un uso compulsivo, su obtención de
cualquier manera y una marcada tendencia a la recaída tras su retirada.
Uso compulsivo o abuso: situación en la que los consumos, bien por su cantidad o por su
mantenimiento continuado a lo largo de un tiempo prolongado, generan consecuencias
negativas en el propio consumidor, en su entorno o en ambos a la vez.
Uso: Se habla de uso de sustancias psicoactivas, cuando su consumo es ocasional,
relacionado con sólo unos pocos acontecimientos, sin llegar a que se produzca
dependencia ni habituación a la sustancia, ni repercusiones negativas en áreas importantes
de la vida de una persona (la familia, el trabajo, los amigos, la pareja, salud física y
psicológica…). La persona que ha avanzado hacia la fase de dependencia, no puede (en
circunstancias normales), volver a hacer uso de esa sustancia.
Dependencia: cuando una sustancia se consume repetidamente, puede desarrollarse, una
necesidad ineludible de seguir tomándola, es a este proceso al que se le conoce con el
nombre de dependencia.
Dependencia psicológica: ocurre cuando una persona experimenta un deseo imperioso
de experimentar las sensaciones que le proporciona la droga, tales como exaltación,
euforia, sedación o percepción alterada de la realidad, sin tener repercusiones orgánicas,
al punto de preferir el estado modificado de conciencia a la normalidad.
Dependencia física: se produce cuando después de un periodo de consumo de una
sustancia se producen alteraciones reales del organismo, hasta el punto que el tóxico se
hace necesario para el mantenimiento del equilibrio del medio interno; como resultado de
esta situación orgánica este deja de funcionar con normalidad si se suspende la
administración de dicha sustancia, desencadenándose un cuadro patológico conocido
como síndrome de abstinencia (cada sustancia tiene un síndrome de abstinencia
11
diferente, por ejemplo: el de la heroína es diferente al de la cocaína, pero ambas sustancias
lo tienen).
Tolerancia: se puede producir cuando a medida que se insiste en el consumo de una
sustancia se va necesitando una dosis mayor para conseguir los mismos efectos.
El concepto de “personalidad adictiva” se refiere a un tipo de personalidad que tiene
tendencia a llevar a cabo una conducta de dependencia, y esto puede ser no sólo para una
sustancia, sino para cualquier sustancia que le ofrezca la “recompensa” apropiada. Por
ejemplo: una persona piensa que ha superado la adicción por que no consume cocaína,
pues era su sustancia preferida, pero al tener una personalidad adictiva, con el tiempo,
termina abusando del alcohol, pues creyó que “no tenía problema” con él.
Una vez definidos estos términos se desglosan dos apartados con los respectivos
conceptos que forman los antidepresivos y tranquilizantes.
Antidepresivo: Son los fármacos utilizados para el tratamiento de la depresión, aunque
también son utilizados para otro tipo de trastornos como la bipolaridad, el abuso de
sustancias, trastornos alimenticios, trastornos de ansiedad (en combinación con otros
fármacos prescritos), etc.
Depresión: “El paciente se siente hundido con un peso sobre su existencia.
Es un trastorno afectivo que varía desde: bajas transitorias del estado de ánimo
que son características de la vida misma, hasta el síndrome clínico, de gravedad y
duración importante con signos y síntomas asociados, marcadamente distintos a
la normalidad. La depresión es una enfermedad tratable, al igual que la diabetes o
la hipertensión. (Celia Antonini, 2011).
“Síndrome caracterizado por una tristeza profunda y por la inhibición de las
funciones psíquicas, a veces con trastornos neurovegetativos.” (Diccionario de la
lengua española. RAE)
Antidepresivos más utilizados: Citalopram, Mirtazapina, Escitalopram,
Paroxetina, Sertralina, Fluoxetina, Bupropión, Venlafaxina y Nefazodona. (Toda
esta lista de fármacos se ha extraído a través de artículos de internet y preguntando
en las farmacias más cercanas.)
12
Tipos de antidepresivos: según el grado de depresión que tenga la persona o
dependiendo del trastorno se utilizan cinco tipos de antidepresivos:
o Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS):
generalmente usados para personas que toman por primera vez un
antidepresivo.
o Antidepresivos tricíclicos: Aumenta los niveles de serotonina y los de
norepinefrina.
o Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y norepinefrina
(ISRSN): se utilizan para cuando se está tomando otro fármaco y es
incompatible con los antidepresivos SSRI.
o Inhibidores selectivos de la recaptación de norepinefrina y dopamina
(ISRND): se utiliza para tratar trastornos de hiperactividad, dependencia
a sustancias como la cocaína y dejar de fumar.
o Inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO): degrada los
neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la norepinefrina.
Provoca reacciones muy peligrosas si entra en contacto con determinados
alimentos u otro tipo de medicamento y es por ello que su uso es poco
frecuente.
Tranquilizante: “Es un tipo de fármaco que se utiliza para modificar la actividad
psíquica en momentos de ansiedad o estrés y que influye activamente en el
comportamiento del sistema nervioso, calmando la ansiedad de una persona sin disminuir
su conciencia.” (Pascual, F., 2013). Los tranquilizantes pueden ser mayores o menores,
por ejemplo un antipsicótico se utiliza para mantener estable a una persona con un
trastorno de esquizofrenia, y un ansiolítico se utiliza para un episodio de ansiedad o para
situaciones de menos gravedad y temporalmente.
Estrés: Es generado por una serie de circunstancias en la que la persona llega a
un punto en el que se sobrepasa o se desborda, puedes ser causado por
innumerables factores de diverso índole, pero los más habituales pueden ser
problemas familiares o de pareja, estrés laboral, sobrecarga emocional, etc.
Ansiedad: Es un periodo en el que la persona esta intranquila, preocupada y con
extremo nerviosismo y que le impide realizar su día a día de forma habitual, puede
ser una ansiedad leve o moderada según la persona y la situación, ya que hay
13
personas que inherentemente son más capaces que otras de afrontar y superar una
situación.
Tranquilizantes más utilizados: Trankimazin, Tranxilium, Lorazepam,
Diazepam, Fluracepam, Bromacepan y Mirazolam. Todos ellos pertenecen a la
familia de las benzodiacepinas y cada uno de ellos tiene una acción más rápida y
más duradera. Por ejemplo para casos de ansiedad leve se suele recetar el
Lorazepan y para casos más graves Trankimazin, siempre dependiendo de la
cantidad que te prescriban el efecto será más rápido.
Benzodiacepinas: Son fármacos que producen una inhibición cerebral que ante
situaciones de estrés, ansiedad o insomnio permiten a la persona mantenerse
estable. El gran problema que conllevan estos fármacos es la dependencia y en
algunos casos la mortalidad.
Barbitúrico: “Son fármacos sedantes o hipnóticos, de los primeros
tranquilizantes que salieron, actúan de manera depresora sobre el cerebro y deja a
una persona en una plena relajación o sueño profundo durante horas.” (Azanza
Perea, J.R., 1994).
Opiáceo: En este concepto están incluidos la morfina, la codeína y la tebaína. Por
otro lado se obtienen los derivados, los opioides, en los que está incluida la heroína
(semi-sintétito) que se extrae de la morfina y la metadona (sintético).
14
5.2. Historia de los fármacos contra el estrés y la ansiedad.
Como se ha dicho en la justificación del tema para el tratamiento de distintos problemas
de ansiedad o estrés se suelen recetar tres tipos de fármacos: antidepresivos,
tranquilizantes y ansiolíticos. De estos tres tipos, los tranquilizantes son los que más
adicción crean y tienen más abuso por parte de la población y por ello se va a empezar a
comentar su aparición y posteriormente la de los antidepresivos.
Como afirma Francisco Pascual (2013) entre los años 1853 y 1900 el primer sedante-
hipnótico que aparece fue el bromuro, posteriormente aparecen el hidrato de cloral, el
paraldehído, el uretano y el sulfonal.
Más adelante, en 1903 se utilizan los barbitúricos como el Barbital y el fenobarbital, los
cuales en la actualidad tienen muy poco uso.
Otro de los tranquilizantes es el Clorodiazepóxido más conocido como Librium. Su
descubridor fue Randall que aseguraba que tenía un efecto de relajante muscular y sedante
muy fuerte y en 1957 lo utilizaban para los ataques de epilepsia.
En 1963 aparece el Diazepan o también conocido como Valium, el cual está muy utilizado
por la población junto con otros tranquilizantes, ya que es una benzodiacepina con
grandes efectos relajantes e hipnóticos y por ello tiene un gran poder de adicción.
Según el Observatorio Español de drogas y toxicomanías, el consumo de hipnosedantes
ha aumentado considerablemente, junto con el de somníferos y tranquilizantes. Y según
varias fuentes y artículos este aumento es debido principalmente a la crisis, que
posteriormente desemboca en una dependencia severa a estas benzodiacepinas.
Por otro lado se sitúan los antidepresivos que son utilizados para personas que sufren de
depresión. Normalmente suelen ser combinados con otros fármacos como los
tranquilizantes. Los antidepresivos se utilizan para una amplia serie de trastornos, como
trastornos de alimentación, de ansiedad, migrañas, hiperactividad, trastornos por abuso
de sustancias, insomnio, etc.
Según Piedad Medina Alvarez (2009) hasta 1950 los opioides como la heroína eran
utilizados para tratar problemas de depresión, al igual que las anfetaminas, que desde hace
ya muchos años son consideradas como drogas ilegales. En el caso de las anfetaminas se
15
siguen utilizando compuestos para tratar diversos trastornos como la hiperactividad o el
déficit de atención, el fármaco Rubifen suele ser el más común para tratar dichos
trastornos y es un derivado de las anfetaminas.
A pesar del peligro que corren las personas al tomar medicación sin ser recetado por un
médico o de tomar drogas ilegales para el tratamiento de la depresión, hoy en día es muy
habitual observar este tipo de comportamiento en la población, sin ser conscientes que
una dosis equivocada en un momento determinado puede provocar la muerte.
Como se ha dicho en los párrafos anteriores el uso de los opiáceos y las anfetaminas para
tratar depresiones se prohíbe en 1950 porque descubren los efectos adictivos y graves
para la salud de una persona.
El litio fue el primer compuesto que se utilizó como método antidepresivo sobre 1945
aunque los primeros antidepresivos conocidos como tal fueron la Isoniazida y la
Iproniazida, descubiertos a partir de 1951 por diferentes psiquiatras que sometían a sus
pacientes a pruebas. En un primer momento se utilizaron para el tratamiento de la
tuberculosis y posteriormente se comercializaron como parte del tratamiento para la
depresión. (Celia Antonini, 2011)
La primera clase de antidepresivos en descubrirse fueron los IMAO, inhibidores de la
monoanimo oxidasa, como la Iproniazida y la Isoniazida. Actualmente esta clase de
antidepresivos como bien se ha dicho anteriormente no se suelen utilizan porque tienen
graves efectos colaterales para el organismo de una persona.
A su vez, en 1956 descubren los antidepresivos tricíclicos, comentados en el apartado de
conceptos clave. Fue creado por Roland Kuhn y se incluyen los antidepresivos como la
Imipramina, Doxepina, Amoxapina, Amitriptilina, etc. Estos antidepresivos tricíclicos
son considerados de los más importantes para el tratamiento de la depresión.
Como afirma Hans-Jurgüen Möller (2005) por esa década el antidepresivo más
comercializado fue la Imipramina, un tipo de antidepresivo tricíclico, aunque el uso y
venta de tranquilizantes o ansiolíticos era más grande ya que aparentemente se
consideraba más potente y eficaz para tratar los comportamientos y el malestar de una
persona.
A medida que trascurrían los años, los investigadores empezaron a clasificar los
antidepresivos según sus compuestos y a estableces clases de antidepresivos para cada
16
tipo de depresión, dando así lugar a la clasificación anteriormente citada en el apartado
de conceptos clave.
Los primeros compuestos fueron la zimelidina, la indalpina y la fluoxetina. Dichos
compuestos están presentes en los antidepresivos actuales, y los últimos en aparecer que
son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son ahora los más
utilizados por la población, aunque para casos de depresión mayor o extrema se utilizan
los demás tipos que producen otros efectos a nivel neurológico.
Conceptos como serotonina, norepinefrina, monoanimo oxidasa y dopamina fueron
fuertemente investigados para dar con los antidepresivos correctos para cada tratamiento
y cada problema.
Descubrieron antidepresivos que inhibieran la serotonina o que la potenciaran, al igual
que inhibieran la norepinefrina, el monoanimo oxidasa y la dopamina, de tal manera que
se potenciara o que se inhibiera, ambos neurotransmisores o por separado (en el apartado
de conceptos clase se puede ver como la norepinefrina y la dopamina se inhibe a la vez
con ciertos antidepresivos).
Con todas estas investigaciones y un largo trabajo por delante y que actualmente se sigue
haciendo dieron lugar a la aparición de los siguientes antidepresivos: Citalopram,
Escitalopram, Paroxetina, Fluoxetina, Fluvoxamina, Sertralina, Atomoxetina,
Reboxetina, Viloxazina, Mianserin, Mirtazapina, Nefazodone, Trazodone, Bupropion,
Amitriptilina, Imipramina, Nortripilina, Moclobemide, Fenelzina y muchos más de
diversos tipos.
Por otra parte, Hueso Holgado, H. (2001) en sus artículos sobre psicofármacos afirma que
se comprobó que tanto la nicotina como la cafeína y el litio pueden actuar como
antidepresivos en combinación con otros compuestos, ya que ambos liberan dopamina y
norepinefrina, pero ambos tienen riesgo de padecer otras enfermedades, como por
ejemplo una persona que toma demasiada cafeína tiene riesgo de tener más ansiedad que
otra que no toma.
En resumen, se establece un orden de aparición de los respectivos antidepresivos; en un
primer momento, en 1950 aparecen los IMAO, posteriormente en 1956 se descubren los
antidepresivos tricíclicos con la Imipramina y por último los Inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina.
17
Ha todo esto anteriormente citado hay que añadir que tras pruebas e investigaciones para
dar con los antidepresivos y tranquilizantes idóneos, los investigadores, psiquiatras y
psicólogos ven la necesidad de incorporar a los tratamientos la terapia tanto individual
como grupal. La necesidad de un grupo de autoayuda que comparta los problemas con
los demás y que entre ellos se ayuden es fundamental para lograr la superación de un
problema.
18
5.3. Uso de los fármacos contra el estrés y la ansiedad.
Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), el
consumo de antidepresivos y tranquilizantes se ha triplicado en 10 años. El uso de
Mirtazapina, Bupropión y Alprazolam ha aumentado considerablemente, el primero para
la depresión, el segundo para dejar de fumar y el último para la ansiedad.
En el informe de utilización de antidepresivos en España durante el periodo 2000-2013
destaca la siguiente tabla:
Tabla 1: Consumo de antidepresivos en España
Fuente: Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad 2013
En esta tabla se puede ver el aumento considerable de consumo de antidepresivos del que
se habla en el anterior párrafo. Los antidepresivos más usados son los Inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina en los que se incluye Citalopram, Escitalopram
y Duloxetina. Los antidepresivos tricíclicos como la Imipramina no tienen tanto uso como
los anteriores. Los IMAO son los menos utilizados, ya que como bien se ha dicho
anteriormente tienen muchas limitaciones y por lo general los psiquiatras no los
recomiendan. Por último en el grupo de “otros antidepresivos” se incluiría la Mirtazapina
y el Bupropión, que a pesar de su aumento en los últimos años, su consumo se puede
considerar estable en comparación con el primer grupo de antidepresivos.
19
Por otro lado, según la Encuesta Domiciliaria sobre alcohol y drogas de 2015 (EDADES),
se afirma que la tercera sustancia más consumida por la población española son los
tranquilizantes, en los que se incluyen el Tranquimazin, Orfidal y Lorazepam. En primer
lugar se sitúan el alcohol y el tabaco.
En la siguiente tabla se puede observar la evolución del consumo de tranquilizantes hasta
2013, de aquí se corrobora lo que dice la EDADES.
Tabla 2: Evolución de la prevalencia de consumo de hipnosedantes con o sin receta y
edad media de inicio en el consumo de hipnosedantes con o sin receta en la población de
15-64 años (porcentajes). España, 2005-2013.
Fuente: Encuesta Domiciliaria sobre alcohol y drogas en España (EDADES) 2015
La edad media de inicio de consumo es de 34´5 que se ha mantenido estable en la mayoría
de los años, pero sin embargo el consumo ha aumentado tanto alguna vez en la vida como
diariamente en los últimos 30 días.
Generalmente la población admite que su uso es para calmar nervios, frenar la ansiedad
o simplemente para dormir. Pero sí es cierto que tras la crisis económica dicho consumo
se ha disparado, sobre todo en mujeres, las cuales superan considerablemente el
porcentaje en comparación con los hombres. Los datos son relativos, ya que muchas
20
personas que consumen tranquilizantes no lo dicen o los compran a otras personas sin
receta médica.
21
5.4. Efectos de los psicofármacos
En este apartado se dividen los efectos de los antidepresivos según su clasificación y los
efectos de los tranquilizantes o más concretamente de las benzodiacepinas.
Antidepresivos:
IMAO: Son peligrosos al tomarlos con ciertos alimentos como el queso, el
chocolate, ciertas frutas y verduras, etc. Puede producir hipotensión ortostática,
hepatoxicidad, insomnio, boca seca, somnolencia, aumento de apetito y peso y
disminución de la libido. Este último se considera un efecto que todos los
antidepresivos producen. También puede producir efectos hipomaníacos y
desarrollar manías que antes no tenías.
Este antidepresivo comienza a funcionar a partir de las dos semanas, pero en
muchos casos requiere de más semanas o incluso meses, por eso se combina con
ansiolíticos. No suele recetarse apenas, generalmente suele ser usado por personas
que no responden a otros tratamientos o tienen una depresión diferente a las
demás.
Antidepresivos tricíclicos: Estos antidepresivos bloquean la recaptación de
norepinefrina y serotonina y no son muy usados por la población porque se suelen
utilizar para depresiones muy graves. Entre sus efectos destaca la sedación pero
también tienen muchos otros como: constipación, disfunción sexual, sequedad
bucal, retención urinaria, visión borrosa, taquicardia, puede producir infarto,
náuseas, anorexia, disminución de peso debido a los vómitos, diarreas y falta de
apetito, también generan hipotensión ortostática, palpitaciones, retraso en la
capacidad de reacción y en los reflejos, temblores, exceso de sudoración y al igual
que los IMAO pueden producir episodios maniacos.
Su efecto en el organismo es visible entre las dos semanas y un mes.
Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS): Según Doncel
Escobar, A. (2015) el efecto adverso más visible son las náuseas y la diarrea, pero
según qué tipo de antidepresivos sea también puede generar estreñimiento.
Provoca bastantes problemas sexuales, como la anorgasmia, eyaculación
retardada o impotencia. Por otro lado puede crearte ansiedad o ataques de pánico
22
al igual que insomnio. En los ancianos todos estos efectos son más acentuados
como por ejemplo la aparición de parkinson y hay que tener cuidado con el tipo
de medicamento que sea. El suicidio en todos los antidepresivos es otro hecho que
preocupa, sobre todo en este tipo.
La eficacia de su efecto antidepresivo es más tardía que los demás tipos, suele
hacer efecto desde las tres a las seis semanas, aunque depende de la persona que
lo tome, al igual que sus efectos adversos que no son los mismos para todos.
Tranquilizantes:
Como afirman Mori, E. y Baltazar, G. (2011) principalmente el efecto de un tranquilizante
es romper la ansiedad de la persona, generando una sensación calmante tanto a nivel físico
como psíquico.
Fármacos como el Diazepam, Tranxilium, Loracepam y Trankimazin tienen un efecto
sedante, amnésico y relajante muscular. Esto quiere decir que para personas que abusen
de drogas o que decidan desintoxicarse, estos fármacos ayudan a mantenerse tranquilo y
a conciliar el sueño. El abuso de estos fármacos puede generar con el tiempo anorexia,
porque disminuye el apetito de tal manera que la persona que lo toma deja de comer y
también dificultad para respirar que puede desembocar en un coma o la muerte.
Al mantener a la persona calmada y tranquila se disminuyen los impulsos que esa persona
pueda tener en cierto momento. Con la toma de estos fármacos se aumenta el tiempo total
de sueño y disminuye el sueño en la fase REM, es un sueño similar en todo momento.
A corto plazo reduce las reacciones ante emociones, disminuye el estrés y la angustia y
produce aparentemente sensación de tranquilidad y bienestar general. También puede
ocurrir que produzca mareos y cansancio al igual que confusión y sensación de bloqueo
mental.
A largo plazo los efectos se multiplican, además de tener confusión se puede presentar
dificultad para hablar y realizar movimientos, conductas agresivas, constantes cambios
emocionales e incluso ligeras pérdidas de memoria.
A esto hay que añadirle el peligro que corre una persona al combinar benzodiacepinas
con alcohol, ya que los efectos en conjunto se triplican, llegando incluso a no recordar lo
que ha ocurrido cuando combinas estas dos sustancias.
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5.5. Consecuencias del uso de psicofármacos
En este apartado se reflexiona sobre una serie de consecuencias comunes a la hora de
tomar estos psicofármacos, ya que a largo plazo las consecuencias de ambos aspectos son
similares.
Ceverino Dominguez, A., Rodriguez Rus, S., Iraurgi Castillo, I., (2009). La principal
consecuencia y que es más visible en las personas que toman medicación de este tipo es
la dependencia que genera con el paso del tiempo. Tal es la dependencia que esas personas
se ven en la imposibilidad de realizar su día a día sin tomar dicha medicación. Por otro
lado si no se toman la medicación se produce una inestabilidad emocional que puede
desencadenar en una serie de episodios en esa persona, como por ejemplo, crisis de
ansiedad, conductas agresivas, imposibilidad de moverte de la cama, pensamientos e
ideas irracionales, idas y venidas en el estado ánimo, momentos de estar muy contento y
a la vez pasar a estar muy triste, cambios de humor repentinos, etc. En general con esta
serie de conductas se trasmite la inestabilidad tanto física como emocional de una persona
que deja de tomar repentinamente esa medicación, ya que para ello se requiere realizar
un deshabituamiento progresivo y un decalaje y con ello evitar dichas consecuencias.
Un suceso significativo que ocurre en las personas que toman psicofármacos es el
suicidio. Aunque este tema tiene gran controversia, ya que realmente no se puede asociar
un suicido con tomar psicofármacos, si bien existen numerosos estudios que revelan un
alto porcentaje de esta relación. El comportamiento suicida se asocia a una persona que
tiene depresión, conflictos emocionales, inestabilidad y es por ello que quiera poner fin a
su vida, pero se puede relacionar directamente con los fármacos en cuanto al abuso de
ellos. Con un control adecuado y supervisión médica se puede mantener estable a una
persona, pero si en un momento dado dicha persona abusa considerablemente tanto de
antidepresivos como de tranquilizantes puede generar una inestabilidad emocional que
empujen a esa persona a acabar con su vida. Y es por ello que en la mayoría de estudios
relacionan directamente psicofármacos y suicidio. (Fermoso Gangoso, A., Martinez
Granero, M.A., Montañes Rada, F., 2009)
Existen también consecuencias sociales para la persona, y generalmente en una persona
con problemas de adicción se tiende al aislamiento, dejando por completo de salir con tu
entorno o de realizar actividades que antes te gustaban y que ahora no te generan ningún
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tipo de interés, en concreto se trata del abandono de hábitos o costumbres para centrarse
únicamente en su problema.
Por otro lado el hecho de creer que con una pastilla se van a solucionar tu problemas es
algo erróneo, porque cuando pasas a la fase de necesitar esa pastilla para el día a día, los
problemas que generaron dicha ansiedad o malestar se pueden ver incrementados en gran
medida, y es que al dejar de realizar actividades se suman muchos más conflictos, por
ejemplo se aumentan los problemas de pareja, los familiares, con las amistades, en el
trabajo, etc. Añadiendo a todo esto que con el tiempo necesitas tomar más cantidad de
psicofármaco para que tenga los mismos efectos que al principio y esto genera a largo
plazo problemas de memoria, problemas a la hora de dormir y mucha más ansiedad.
(Doncel Escobar, 2015)
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6. CONCLUSIONES
Tras haber elaborado este trabajo y conocer muchos aspectos de los psicofármacos se
extraen una serie de conclusiones que se exponen a continuación.
La historia de los psicofármacos antidepresivos y tranquilizantes se descubren en el
mismo periodo, sobre 1950. Si es cierto que antes se utilizaban otras muchas vías para
tratar problemas como los opiáceos, pero como tal se conocen entre 1940 y 1950.
Los tranquilizantes se dividen en tres: benzodiacepinas, barbitúricos y pastillas para
dormir. Los barbitúricos como el Barbital y el Fenobarbital son los primeros en aparecer,
pero son utilizados muy al principio del descubrimiento de los tranquilizantes, porque
desde 1950 se utilizan las benzodiacepinas y el concepto y uso del barbitúrico se dejó a
un lado.
El descubrimiento de los antidepresivos fue un periodo más largo y costoso, debido a
todas las pruebas y creaciones de diferentes tipos de antidepresivos. Los de tipo IMAO
fueron los primeros en aparecer, seguido de los Antidepresivos Tricíclicos y
posteriormente los Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina y otros
antidepresivos.
Se puede considerar que el descubrimiento de ambos psicofármacos es relativamente
reciente, estamos hablando de alrededor de 66 años atrás.
Según Marvin E. Lickey y Barbara Gordon, ambos psiquiatras, afirman que antes de
descubrir y estudiar la cura para las depresiones o comportamientos anormales, a esas
personas que padecían algún “comportamiento anormal” como una esquizofrenia eran
consideradas como “locos” y eran encerrados. Con el tiempo y la existencia de mucha
población con problemas mentales decidieron ir más allá y poner fin a esas ideas
retrógradas.
Resulta increíble que antiguamente se utilizaban compuestos para tratar problemas de
depresión o ansiedad que ahora son reconocidos como drogas, como el uso de opioides
como la heroína o de tipo antidepresivo como las anfetaminas.
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Ahora según el DSM-IV o el CIE-10 cualquier persona puede padecer un trastorno
mental. Tanto es así que existe el síndrome post-vacacional, el cual está siendo en los
últimos años tratado por muchos psiquiatras y psicólogos.
El uso de psicofármacos se ha disparado considerablemente en los últimos años. En
España en 10 años su aumento ha creado muchas cuestiones a los investigadores. En
numerosos artículos nombran la crisis económica como primera causa de ese aumento.
La crisis económica conllevó numerosos despidos, pobreza, desahucios y con ello
problemas familiares, laborales, económicos y sociales. Se puede decir que parte de la
población entró en un bucle depresivo lleno de problemas a los cuales hicieron frente con
la toma de psicofármacos.
En los estudios es más fácil adquirir información sobre el uso de antidepresivos que sobre
el de tranquilizantes. La respuesta a esto es que los antidepresivos te los receta el médico,
al igual que los tranquilizantes, pero estos últimos son considerados una droga y como tal
muchas personas que lo toman no lo adquieren con receta médica o por padecer un
problema emocional, sino que los pueden comprar a otras personas sin necesidad de pasar
por un psiquiatra.
En varias farmacias a las que se acudió para adquirir información afirmaron que para
ciertas medicaciones como por ejemplo Trankimazin o Tranxilium, según la cantidad que
sea, piden el documento nacional de identidad a la persona que lo compra, ya que tanto
uno como otro tiene diversos usos y se puede comercializar ilegalmente.
A la hora de buscar información sobre el uso de psicofármacos los estudios son muy
escasos, gráficos o tablas como tal se han obtenido de la misma fuente, de la Encuesta
Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España y del Plan Nacional sobre Drogas, con
lo cual el apartado referente al uso de psicofármacos se ha quedado relativamente escaso.
A esto hay que añadirle que dichos estudios revelan que el uso de psicofármacos es mayor
en mujeres que en hombres, aunque se vuelve a incidir que esta información es subjetiva
en función de los casos que se revelan y los que no se saben.
En cuanto a los efectos adversos que provocan tanto antidepresivos como tranquilizantes,
se ha podido comprobar de primera mano muchos de ellos. La explicación a esto es que
al iniciar las prácticas curriculares en Proyecto Hombre La Rioja van llegando diferentes
usuarios que empiezan a tomar dichas medicaciones allí, con esto puedes ver todo el
trascurso hasta que la medicación estabiliza tanto cuerpo y mente del usuario.
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Se debe tener en cuenta que cada persona es diferente y con ello la reacción tanto física
como psíquica al tomar un determinado psicofármaco no será igual en unos que en otros.
Por eso es que al principio los psiquiatras prueban con unas y otras medicaciones hasta
que dan con la que mejor le siente a esa persona y consiga los resultados esperados.
En el trascurso del que se habla de las prácticas de Proyecto Hombre La Rioja se han
podido observar diferentes casos:
Una persona que le dan un psicofármaco y consigue los resultados esperados en
cuestión de un mes sin tener que pasar por los efectos adversos de los que se habla
en el punto 5.5. del trabajo.
Una persona que tiene que pasar por diferentes psicofármacos hasta que consiguen
llegar al que lo estabilice, pasando por un trascurso de entre dos y cuatro meses y
sufriendo muchos de los efectos adversos y consecuencias que generan la toma de
un psicofármaco.
Una persona que entra allí con un abuso a estos psicofármacos y con una gran
adicción y tienen que ir poco a poco reduciendo esa cantidad hasta llegar a
estabilizarse, pasando por constantes cambios de humor, crisis de ansiedad,
ataques de pánico, conductas agresivas, etc.
Hay que destacar que en Proyecto Hombre acuden personas con adicciones a sustancias
como cocaína, anfetamina o cannabis o incluso adicción a estos psicofármacos y al dejar
dicho consumo pasan por una fase de gran ansiedad que aumenta al verse alejados de su
realidad. Por otro lado, en cuanto a las mujeres que realizaban el tratamiento allí, la
mayoría contaban con abuso a psicofármacos, un porcentaje más elevado que el de los
hombres.
Las consecuencias estudiadas que pueden provocar los psicofármacos son similares a las
que puede provocar cualquier otra adicción, ya que en el momento en el que tu cuerpo y
tu mente crean tolerancia a una sustancia y dependes de ella para realizar el día a día las
consecuencias tanto a nivel personal, familiar, laboral y social son excesivamente graves.
La relación entre la conducta suicida y la toma de psicofármacos es un tema que
actualmente sigue en controversia y es modelo de estudio para muchos psiquiatras y
psicólogos. Si es cierto que una persona con una conducta depresiva y que tome
psicofármacos tiene más probabilidades de querer acabar con su vida que una persona
que pase puntualmente por un mal momento.
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7. REFLEXIÓN PERSONAL
A partir de lo estudiado y analizado para la realización de este trabajo a continuación se
exponen unas reflexiones personales que pretender responder al título del mismo,
“Psicofármacos, ¿Curación o adicción?”.
Actualmente los psicofármacos son la vía más fácil y cómoda de resolver un problema de
depresión o ansiedad. Una persona que tiene uno de estos problemas emocionales y
decide ir al médico para que le den una solución lo primero que se hace es recetar
cualquiera de los tipos de antidepresivos o tranquilizantes que se han mencionado durante
todo el trabajo.
¿Pero un psicofármaco realmente da una cura o una resolución al problema? La respuesta
a esta pregunta tras lo observado es un no rotundo. En un principio puede parecer que la
depresión y la ansiedad disminuyen porque provocan en el estado psíquico una sensación
de mayor tranquilidad. Pero la vía rápida y cómoda de un psicofármaco no aborda la raíz
de los problemas, no trata los conflictos emocionales por los cuales se ha generado dicho
malestar en la persona con lo cual la persona va seguir teniendo esos problemas y aunque
mentalmente este más estable no se ha resuelto nada.
El tomar un psicofármaco para resolver un problema emocional es una respuesta
equivocada. Si es cierto que hay casos en los que se requiere tomar medicación como por
ejemplo personas con trastornos mentales o adicciones en los que la ansiedad es mayor e
incluso por ello puede estar en riesgo su vida. Una respuesta eficaz a la resolución de un
conflicto sería la terapia ya que aborda la raíz de los problemas y trabaja con la persona
y el entorno en la superación de dichos problemas.
¿Qué ocurre con la terapia y la sanidad pública? El realizar terapia con una persona para
resolver un problema implica mucho tiempo dedicado exclusivamente en esa persona y
formación específica en los profesionales, con lo cual la sanidad pública no puede hacer
frente a este coste además de que implica mucho más tiempo del que la salud mental
pública requiere para cada persona. Por ello es que la vía más fácil y cómoda es la toma
de un psicofármaco y realizar breves sesiones con el psiquiatra, pero se vuelve a incidir
en que esto no aborda la raíz de los conflictos emocionales de la persona y por ello el
problema sigue existiendo sin dar oportunidad a la parte de resolución y superación.
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Según Gregorio Armañanzas existen tres tipos de personas que visitan un psiquiatra:
Personas que no quieren trabajar los aspectos emocionales y solo quieren un
psicofármaco como modo de resolución del problema.
Personas que no les dan la oportunidad de decidir entre terapia o psicofármacos y
el psiquiatra decide por ellas.
Personas que asumen y tratan sus problemas únicamente desde la terapia y el
trabajo constante con ellos mismos y su entorno.
Para Gregorio Armañanzas este último tipo de personas son las que tienen mayor
oportunidad de resolver sus problemas con éxito. Además el simple hecho de superar los
problemas trabajando con ellos da a la persona aspectos que un psicofármaco no puede
dar como por ejemplo: fuerza en uno mismo, crecer como persona, ganas y afán de
superación entre otros.
Por otro lado, Gregorio Armañanzas es un psiquiatra que no receta medicación a sus
pacientes ni establece un diagnóstico porque afirma que el gran problema que existe hoy
en día es el excesivo diagnóstico psiquiátrico el cual llega a considerar cualquier mínimo
problema como un trastorno mental. Es un psiquiatra que trata todos los problemas desde
la terapia empleando el tiempo necesario hasta que la persona recupera su bienestar.
Muchos centros de desintoxicación y deshabituación de drogas utilizan la terapia como
pilar fundamental para el tratamiento del abandono del consumo. En Proyecto Hombre
La Rioja se realiza una terapia constante durante todo el día, por una parte bajo
supervisión de un terapeuta en unos horarios determinados y por otra parte la autoayuda
entre usuarios el resto del día. Se trabaja tanto con ellos mismos, sus comportamientos,
actitudes como con su entorno y los problemas internos y externos derivados de la
adicción para conseguir dos fines, por un lado, superar la adicción y por otro, solucionar
por ellos mismos los problemas que tengan en todos los aspectos.
Como modo de reflexión, la decisión de tomar un psicofármaco es algo que se debe
meditar con antelación porque además de no solucionar la raíz de los problemas puede
generar otro problema como adicción o dependencia a ello para toda la vida. En el
momento en el que dependes de tomar un psicofármaco para estar bien es entonces
cuando tienes un grave problema que puede desencadenar muchas consecuencias.
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Los psicofármacos no son el camino para tratar un conflicto emocional, solo son una vía
fácil y sencilla para escapar de los problemas y no enfrentarse a ellos. Merece la pena ser
consciente y realista con lo que ocurre y poner medios eficaces que realmente pongan fin
a esa situación de malestar en la persona. Cuando se hace frente a los problemas y se
realiza un esfuerzo para resolverlos aporta a la persona una serie de sentimientos positivos
que ningún psicofármaco pueda darle.
Como manera de finalizar este estudio interesaría proponer una serie de posibles líneas
de intervención para abordar este tema. Principalmente sería recomendable trabajar con
la prevención en todos los aspectos que ello conlleva, ya que hoy en día lo más visible es
la prevención en el tema de drogas legales como el alcohol y el tabaco e ilegales como la
marihuana, la cocaína o las anfetaminas, ¿pero hasta punto se trabaja la prevención del
consumo de psicofármacos como tal? La respuesta queda en interrogante.
Es fundamental que las personas tanto adultos como niños tomen conciencia del riesgo
de los psicofármacos y más aún que en la actualidad se ha disparado el uso y abuso de los
mismos. Para ello considero de gran relevancia el invertir tiempo en la prevención de
dicho consumo a través de campañas publicitarias en televisión y otros medios de
comunicación, talleres y charlas en las escuelas, institutos y universidades y sobre todo
información en los centros de salud, tanto directa por medio de los profesionales de la
salud como indirecta con carteles, folletos, etc.
Para concluir considero que si se trabaja la fase de prevención en el consumo de
psicofármacos se pueden llegar a evitar futuros problemas de uso, abuso y dependencia.
Además si se incide en la parte de concienciación y prevención se puede llegar a evitar
que las personas pasen por una segunda fase, como por ejemplo la intervención o el
tratamiento de un problema de abuso o dependencia a los psicofármacos.
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