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¿QUÉ ES ADORAR?
“Adorar a Dios es reconocerle como Dios, como Creador ySalvador, Señor y Dueño de todo lo que existe, como Amor infinito ymisericordioso” (C.I.C. 2096)
“Adorar a Dios es reconocer, con respecto y sumisión absolutos, la“nada de la creatura” que sólo existe por Dios. Adorar a Dios esalabarlo, exaltarle y humillarse a si mismo, como lo hace María en elMagníficat…La adoración del Dios único libera al hombre del replieguesobre sí mismo, de la esclavitud del pecado y de la idolatría del mundo”.(C.I.C. 2097)
En el A.T. el verbo adorar expresa lareacción del hombre ante la cercanía, lasantidad y la grandeza de Dios: perotambién junto a esta actitud interiorprofunda se subraya el gesto externo de lapostración y de ofrecer sacrificios:
Gn. 24,48- Ex. 4,31- Sal. 5,8- Sal 95 (94),6Actitud interna y gesto de postración
Jn. 4,20Ofrecer sacrificios
2 Re. 17,35-36
Pero…
Jer. 7,21-23- Éx. 19,4-6- Sal 40 (39), 7-8
ESCUCHAR Y OBEDECER A DIOS
SUPREMO
ADORADOR
ES JESUS: Heb. 10,5-10
“La adoración al Padre, el reconocimiento de su santidad, de su señorío absoluto sobre la propia vida y sobre el mundo, ha sido ciertamente el móvil, la razón
propulsora de toda la existencia de Cristo Jesús. Su misterio pascual se convierte en el supremo acto de adoración al Padre por el Espíritu, la adoración más
perfecta, la única agradable al Padre.”
“Ante la Voluntad del Padre, Cristo , el Hijo vive una actitud de absoluta sumisión y dependencia, una
adhesión incondicional a todo el proyecto
divino sobre su vida. Y esa actitud la vivió en
todo momento”
“Ahora Cristo está en el cielo, junto al
Padre, ejerciendo su mediación sacerdotal a
favor de sus hermanos, hace valer
una vez más y para siempre, la fuerza
salvadora de su muerte sacrificial en forma de perenne intercesión.
La cicatrices gloriosas de su pasión son seguramente una
intercesión permanente ante el Padre y una súplica
omnipotente”
“Cristo revela la plenitud del culto que Dios quiere: un cultofilial. Este culto tiene como núcleo la inserción de la propiavida en la obediencia del Hijo, Jesucristo, mediante la fe en Ély la práctica del amor fraterno, que desemboca en la plegariafilial y en la acción ritual, todo ellos en la presencia delEspíritu Santificador”
En el A.T. la Presencia de Dios está vinculada a una Morada:
“la Tienda de Reunión” durante el éxodo por el desierto (Éx.
25,22, etc.)
…y luego en el Templo (1Re. 8,10-12)
Se trataba de la “Shekiná”, el lugar sagrado en el queDios quiso habitar de manera especial para que lohombres pudieran encontrarse con Él (Éx. 25,8)
En el N.T.:o La presencia de la Encarnación (Jn. 1,14): la tienda deDios, el lugar donde Él habita en medio de los hombres es unhombre, es Jesús el Verbo Encarnado
o Cuando por la Ascensión cesa la presencia históricade Jesús, surge la permanente presencia de Cristo enla Iglesia (Mt. 28,20) y en todo hombre quepermanece en la Palabra de Jesús, en Su Amor (Jn.14,16ss; 15,4-9)
o La Presencia Eucarística: “Esto es mi Cuerpo…Esta es mi Sangre…”
“La Eucaristía no es simplemente una
referencia a la Persona de Cristo, sino su misma
Persona viviente, operante, orientada al Padre y en donación
salvífica para los hombres, con la fuerza de su
resurrección comunicadora del Espíritu”
“La adoración eucarística se hace entonces un momento de intensa relación personal
con el Señor, que nos habla en su Palabra, nos alimenta con
su Cuerpo y siempre nos conduce por su Espíritu. Es
una experiencia privilegiada de una comunión profunda
con Cristo”
“Ahora el oferente, la víctima, y el lugar del sacrificio del nuevo culto en el Espíritu son el Cuerpo de Cristo (Jn. 2,19-21) y el del cristiano (Rom. 12,1)
“Puesto que la Presencia real en el Sacramento perpetúa la actitud de
Cristo en el sacrificio, el adorador de la Eucaristía debe sentir cada vez con
mayor claridad la necesidad de unirse a
los sentimientos sacerdotales y victímales
de Él: adorar y dar gracias, reparar e interceder por los
hombres”
“El que quiere “adorar al Padre en Espíritu y en
verdad”, ha de levantar ante todo la mirada al
Padre, en un pleno reconocimiento de su
santidad, de su señorío absoluto sobre todo y, al
mismo tiempo, ha de dilatar el ánimo
intercediendo, reparando,adorando en Cristo, por
sus hermanos” (Éx 32,30)
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