Reseña - Exponer una historia - Ricardo Aranovich

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Reseña por Nancy Poli

Exponer una historia: la fotografía cinematográfica.

Ricardo Aronovich, director de fotografía

Ed. Gedisa

Segunda reimpresión, Barcelona abril de 2005

140 páginas

Capítulo 1: Acercamiento a la fotometría

Ricardo Aranovich es un reconocido director de fotografía nacido en Buenos Aires en 1930, a lo largo de su carrera participó en numerosas películas y en este libro permite explayarse de su experiencia sin encansillarse en técnicas o “truquitos” para realizar una buena tarea a la hora de la acción en el set.

En este capítulo el autor comienza a introducirnos en la temática del manejo de la iluminación como recurso fundamental a la hora de exponer aunque sea una simple situación delante de una cámara:

“La tonalidad, el contraste, la profundidad de campo, la definición de imagen son los medios de los cuales dispone el director de fotografía para controlar los aspectos de la imagen que está creando. La medición de luz es indispensable para conocer precisamente los valores de las luminancias de las distintas áreas lumínicas que componen la imagen.”

El autor a su continuación describe tres tipos de exposimetría, pero al que más le dará importancia será el tercero donde establece la existencia de un spotmetro el cual no es más que un instrumento de medición de luminancia o brillo de superficies, este fotómetro le permite a l fotógrafo cuantificar la luz reflejada por pequeñas porciones de la imagen, el cual Aranovich llama metafóricamente <<el analizador de luz>>

Este utensilio consta de una escala tonal cinematográfica, que no es más que una escala de grises del 1 al 64, cuyos valores van incrementando siendo el doble que el anterior, yendo el gris casi negro al blanco quemado.

Capítulo 2: Uso del spótmetro - el spotmetro en el estudio.

Aquí desarrolla el acto de realización de la exposición de la situación a filmar, teniendo en cuenta a los actores, los planos, si al exterior o al interior, con luz natural o artificial, resalta el acto de ensayar con anterioridad, fijándose el estado de los instrumentos a utilizar, los cuales no son mágicos, sino que dejan muy librados a la imaginación y creatividad a los sujetos que los emplean:

“La utilización del spotmetro es completamente personal. Es decir que cada uno decide que intensidad otorgarle a un área lumínica determinada, ya que se trate de una sombra o de una alta luz. Así, si se desea que una luz baja sea muy poco visible pero a la vez proporcione detalles, se graduará la luz actuante…(…)Todo dependerá de lo que se quiera realizar en el lugar, de lo que suceda en la película y de lo que se desee que permanezca visible”.

En cuanto a la realización del trabajo en el exterior, existe una exposición un poco más compleja que debe ser bien evaluada tanto o más que en otros casos:

“…personalmete encuentro que en exteriores con un sol intenso, los rostros que caen en el tono 16 de la escala tonal están <<demasiado bien expuestos>>(…)Evidentemente habrá que tomar en cuenta tanto el momento del día como la geografía del lugar y también la época del año…”

De esta forma establece lo siguiente:

“Digamos que, en términos ideales, el tiraje de un film, debería poder realizarse con dos luces únicas, una para exteriores, y la otra para interiores.”

Capítulo 3: ¿Ajuste del diafragma o ajuste de la luz?

En este capítulo el autor desarrolla varios apartados acerca de conocimientos técnicos de los distintos instrumentos a utilizar entre ellos el diafragma, sin embargo complementa estas observaciones con otros apartados que tienen que ver más bien con sus propias apreciaciones fruto de su experiencia y trayectoria. Entre ellas se encuentran:

Particularidades del blanco y negro: En este texto el autor desarrolla su posición a favor del blanco y negro y la escala de grises, argumentando que las piezas cinematográficas son de índole más atractiva, estética y artística:

“Coincido totalmente con el pensamiento de Eisntein cuando dice que en ciertos films, el negro, el gris y el blanco no se perciben nunca como una ausencia de colores, sino como una cierta gama de colores en la cual reside no solamente el estilo plástico de la obra sino también su unidad temática y su movimiento general. Y agrega que la pantalla no nos debe ofrecer tarjetas postales. Por el contrario, nos hace falta una pantalla en la que el juego de los colores se funda orgánicamente con la idea, con la intriga, con la acción y también con la música del film. (…)”

Naturalismo: En este apartado el autor nos habla acerca de la evolución de los argumentos y formas de filmar, pone de manifiesto una inquietud la cual lo lleva a preguntarse si realmente la pieza fotográfica o cinematográfica es natural o real o si debe serlo o no, citando a Pablo Picasso con su “todo arte es mentira”, es aquí en donde el autor desarrolla lo siguiente:

“Ahora bien si partimos de la premisa de que el cine es una arte (¿es un arte?) y que todo arte es manipulación, tenemos que admitir que, en el sentido estricto de la palabra, se manipulan películas, ópticas, escenografías, baños de revelados, etc. Todo naturalismo no es más que una convención, en consecuencia es arbitrario. Sin embargo de acuerdo con la habilidad de manipulación del fotógrafo, una película podrá transmitirnos ese efecto de realidad con mayor o menor eficacia.”

Luego postula que el fotógrafo debe tener en cuenta que el todo es más que la suma de sus partes, es decir, que los distintos elementos de un cuadro se relacionan entre sí:

“Es como si se tratara de descortezar la realidad para luego poder recrear su aspecto externo, pero sin perder de vista nunca la realidad total, agregándoles los <<toques>> necesarios para ello que nos dicte nuestra creatividad.”

Capítulo 4: Interpretación fotográfica del guión

Ya adentrándonos al último capítulo, Aronovich aborda sobre la difícil tarea de pasar aquello que el director de la película imagina o relata con pocas palabras en una imagen que vale por mil palabras, citando al viejo proverbio chino. Habla de que por lo general los guionistas o directores no describen con lujo de detalle lo que esperan que haya en la imagen en cuanto a la luz, colores, estilo fotográfico, escuela pictórica, etc. Hay ciertas tareas en la que en este caso el director de fotografía debe vérselas solo librado a su imaginación y creatividad. Sin embargo, esto no quiere decir que no se puede ensayar junto al director general para coincidir con lo que él imagina o desea para el filme:

“Una posibilidad sería estudiar con él otras películas, fotos u observar tal o cual escuela de pintura y así intentar abordar el tipo de imagen que requiere el proyecto. Si existen los medios suficientes, debemos realizar una serie pruebas filmadas junto al director, con actores si es posible, en uno o dos decorados, en los cuales el director de fotografía practicará distintos estilos de iluminación, todo para poder analizar la multitud de posibilidades y tomar decisiones en conjunto.”

Y para terminar: Algunos conceptos sobre las nuevas tecnologías el video digital y la alta definición – Anexo.

En estos últimos textos Aranovich habla sencilla y brevemente acerca del avance tecnológico y su marcada influencia en cuanto al mundo cinematográfico y a todo lo sea audiovisual preferentemente. Sin embargo soslaya que esto no permite que la creatividad de los usuarios de estos instrumentos sea más fácil o más “achatada” sino que trata de aconsejar que quienes se van a integrar en el futuro a este ámbito deben aceptar que una pieza artística es realmente genuina y estéticamente atractiva y apreciada y reconocida si está bien elaborada junto con el buen manejo de los discursos que uno puede llegar a disponer.