San Antonio María Claret Misionero Apostolico

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San Antonio Mara Claret: Escritos autobiogrficos Jess Mara Via y Jess bermejo

Primera vida de Claret escrita por D. Francisco de Ass Aguilar, muy conocedor, colaborador y amigo de Claret, escrita un ao despus de su muerte le dio el ttulo Misionero Apostlico, en segundo lugar aparece en pequeo en de arzobispo de cuba y de Trajanpolis. Misionero apostlico describe la personalidad ms autntica y profunda de Claret.Misionero Apostlico: en su sentido originario y jurdico, significa un sacerdote enviado por la Santa Sede Apostlica a suscitar la Iglesia all donde no est establecida; un sacerdote recomendado por la Santa Sede para que de misin cannica a fin de animarla y re evangelizarla.1841 Claret recibe este ttulo. Para l no fue un ttulo honorifico, sino una definicin de su ser, un reconocimiento de su carisma y un compromiso con la Iglesia (Cristbal Fernndez. El Beato Padre Claret Historia Documentada de su vida y empresa (Madrid1949 p. 271-397)

Para Claret, ser misionero apostlico significa ser continuador de la misin de Jesucristo, el Hijo enviado por el Padre y la de los apstoles, enviado por Jesucristo a todo el mundo para dar a conocer a Dios como Padre y suscitar su Reino mediante el anuncio del Evangelio.En primer lugar, enviado en misin universal En segundo lugar, misin evangelizadora: la Palabra es el primer medio, por as decir de salvacin.En tercer lugar, evangelizacin testimoniante, segn el estilo de vida de Jess y de los Doce. Este modo de entender la misin apostlica no es fruto de estudio, sino de una experiencia del Espritu y de una lectura carismtica del Evangelio, de una configuracin personal con Jesucristo evangelizador. Es fruto de mucha oracin en la bsqueda, y slo lo pudo realizar tambin con mucha oracin y docilidad al Espritu en la respuesta.Un libro capitular de la catedral de Tarragona nos ha dejado este cuadro sugestivo del misionero apostlico en sus primeros tiempos: Antonio Claret, misionero apostlico, va misionando por las poblaciones donde le llaman y destinan los prelados. Es de edad de treinta y ocho aos, hombre verdaderamente apostlico, de un celo y fervor muy grandes, infatigable y extraordinario. Anda siempre a pie; no admite dinero ni regalo alguno bajo ningn pretexto. Su trabajo es imponderable, pues desde la cuatro de la maana hasta la hora de acostarse, apena tiene tiempo de rezar y tomar el necesario alimento, ya que pasa del confesionario al plpito del plpito al confesionario (CRISTOBAL FERNANDEZ O.C., T. P227)