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Muchas veces se plantea y replan-
tea la cuestin sobre la relacin
del hombre y el tiempo. La cosa es
as: es el tiempo el que pasa por
el hombre, o es el hombre el que
pasa por el tiempo? Debates me-
tafsicos de envergadura discurren
sobre estas cuestiones y proponen
alternativas diversas. Desde la vi-
vencia particular de un simple
existente, sin pretensiones me-
tafsicas ni siendo un filsofo de la
naturaleza, creo que en realidad la
respuesta es sencilla.
Siendo que hombre y tiempo son
dos variables dinmicas, mviles,
es lgico pensar que puedan darse
ambos procesos. Si uno de los dos
fuera esttico, sera posible pen-
sar que uno pasara por el otro.
Es decir, creo que el tiempo pasa
por nosotros y nosotros pasamos
por el tiempo.
Cuando el tiempo pasa por noso-
tros deja sus huellas, inexorables
e inevitables, aquellas mismas que
llamamos envejecimiento Las
canas, las arrugas, los cambios
fsicos, todas ellas son seales de
su paso. Del mismo modo, cuando
nosotros pasamos por el tiempo,
tambin dejamos huellas de nues-
tro trnsito. Aquellas son inevita-
bles y no podemos ms que acep-
tarlas. Pero estas, son responsa-
bilidad genuina de nosotros mis-
mos. Aquello que de testimonio
final de nuestro paso, aquello que
hablar de nosotros mismos, que
revelar quienes somos y quienes
hemos sido, aquello mismo es res-
ponsabilidad indeclinable.
Nuestras obras, aquello que hemos
hecho y dejaremos para siempre
en este mundo, el producto de
nuestro trabajo, todas las sonrisas
regaladas, la huella de nuestra
presencia, todo eso y mucho ms,
dar cuenta de que hemos pasa-
do por este tiempo. Pero lo que
mayor testimonio dejar de noso-
tros, es aquello que hemos amado.
Nuestra firma, nuestro sello, nues-
tra huella digital ms profunda,
queda revelada a travs de lo que
amamos. Tal como cantaba el
querido y siempre admirado Fa-
cundo Cabral, si el hombre es lo
que ama me conocern a travs
de lo que amo.
Si les hablara ahora de alguien que
am tanto a la persona humana,
que se entreg en el servicio; que
am tanto a su esposa, que juntos
eran la luz y el calor; que am tan-
to a sus alumnos y a los jvenes,
que era incansable en el aula; que
am tanto a su Dios y a la vida,
que era imbatible su esperanza
podran darse una idea de cmo
es ese alguien? Claro que s.
Ante un nuevo aniversario del fa-
llecimiento de Viktor Frankl (02 de
septiembre de 1997- 2014), no pre-
gunten cmo era, tengan en cuen-
ta lo que amaba.
Admirado Dr.Frankl, gracias por
tanto trabajo. Querido Viktor, gra-
cias por tanto amor. Descansa en
Paz.
La huella de Viktor EDITORIAL
EDITORIAL
La huella de Viktor
Por Claudio Garca Pintos
LENGUAJE, SALUD Y
PSICOPATOLOGA (pp.3-5)
AUNTES DE DOCENTE
ES LA LOGOTERAPIA
UNA PSICOTERAPIA? (pg. 6-9)
EL SENTIDO DE LA
VIDA (pp. 10-17)
MOBBING: CRNICAS
DE VACILACIN (pp.18-19)
LA PAGINA DE
CAVEF (pg. 20-22)
ENTRE LOS LIMITES Y
LA LIBERTAD (pp. 23-24)
VIKTOR FRANKL Y
JUAN BAUTISTA
TORELL (pg.25-29)
LA TERCERA ESCUELA
VIENESA DE PSICOTE-
RAPIA. UNA REVISIN
MS ALL DE FRANKL (pg. 30-44)
LOGOTERAPIA VINCULAR
LA ORIENTACIN
VOCACIONAL DESDE
LA LOGOTERAPIA
VINCULAR (pp. 46-47)
LA PAGINA DE
LOGOFORO (pg. 48)
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S alud y libertad estn siempre nti-mamente ligadas, ya que lo que ca-racteriza al hombre sano es el sen-timiento del uso de la libertad en su peculiar modo de existencia pero liga-
da a la responsabilidad frente a la comu-
nidad a la que pertenece. Cuando hace-mos coincidir nuestra libertad con el or-
den asignado a nuestra vida personal en
la comunidad, nos sentimos sanos.
La enfermedad mental, en cambio, es el
anuncio de nuestro apartarnos de la ex-
presin autntica de nuestro proyecto y la constatacin de nuestra integracin a
un mundo extrao, extranjero Cabe re-
cordar aqu que, etimolgicamente, ex-
tranjero est ligado al concepto de aquel que fue desterrado de la patria, el
alienus, mas all de la linea demarca-toria de la Ciudad de Roma. Este con-cepto se relaciona con extrao (del la-tin estraneu y de all se deriva extranjero) que es aquel que viene de otro pas. Recordemos al gran Pinel quien ha creado el trmino alienacin para englobar a todas las psicosis, que-riendo significar que el enfermo mental
se ha hecho extrao (alienus) a s mis-mo.
En este trabajo continuamente opone-
mos alteridad, como la posibilidad de ser uno mismo, libre y responsable, fren-te al otro, a alienacin como el poder ilegtimo de lo inautntico que ocupa el
primer plano de su existencia e impide la
plenitud del ser y el uso responsable de
su libertad.
El polmico campo de las neurosis nos muestra personas con distintos modos de
condicionamiento de su libertad. Sus mani-
festaciones se hallan impregnadas de an-gustia, tanto en el lenguaje como en su ex-
presin significativa corporal. La ambiva-
lencia es el sentimiento predominante. La angustia del neurtico es descripta por Von
Gebsattel[1] como el barmetro que mide la nada. Y contina diciendo este au-tor:Que se es libre y no se es libre, que aunque se est no se es, que se desea huir,
pero no se sabe de qu ni donde, en esto
consiste la paralizante, acechante dualidad de la angustia, una osciliacin del hombre
angustiado entre la posibilidad de querer y
la impotencia de la voluntad, una disposi-cin de nimo que Kierkegaard llama con
gran acierto vahdo de la libertad. En las entrevistas realizadas para nuestra Tesis hemos encontrado muchas referencias a
este estado en los momentos previos a la
decisin de partir hacia lo desconocido de la emigracin. Sujetos pasibles de recibir la
influencia de personas cercanas a su cir-
cunstancia, no deciden en libertad y res-
ponsabilidad y son llevados hacia la partida sin su verdadero consentimiento. Una vez
en el pas de acogida pueden permanecer
en esta ambivalencia, bloqueando la reali-zacin autntica de un proyecto de vida.
Este mundo del neurtico, plagado de me-
canismos de defensa que pauperizan su creatividad y disminuyen los efectos de la
libertad, casi siempre culmina en un colori-
do repertorio de sntomas de origen hipo-condraco. Si predomina la negacin prefie-
ren mimetizarse con el medio de acogida e
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LENGUAJE, SALUD, Y PSICOPATOLOGA
Por Jos MARTNEZ-ROMERO GANDOS
Mail de contacto: sentido@cop.es
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in tentar produc ir una imagen adaptada a las circunstancias del me-dio.
Se nos muestra evidente en la enferme-dad la importancia de los signos, espe-
cialmente los expresados por la palabra
y el lenguaje. Este lenguaje nos exige desde su constitucin y cualifica nues-
tras interpelaciones existenciales por la
amplitud de su horizonte posible. La pa-labra y el lenguaje son nuestras princi-
pales herramientas en las entrevistas
psicolgicas.
Cuando digo yo esta palabra, como sig-no, representa una parte de mi psique
muy indiferenciada en la interpelacin que realiza el otro. Cuando agrego yo amo, el horizonte se ampla subjetiva-mente, casi hasta el infinito. Infinito del
amor que solamente yo completo. Pero cuando digo Yo, Jos, amo a Pilar, la interpelacin no se limita a mi yo sino que compromete al otro, Pilar.
Se pone en juego algo que debe centrar-
se en la lectura cualificada. Pilar inter-
pretar una cualidad existencial especial del signo amor. El espectador tendr su propia versin.
El signo es la sombra proyectada de mi amor pero no debe negarse a compren-der lo que ella (la proyeccin) no ha pro-
ducido como totalidad. Los distintos mo-mentos en que expreso mi amor contie-nen diferentes subjetividades emitidas
por el mismo sujeto. All es donde se ins-taura la necesidad del otro que escucha.
Y esta escucha puede ser pasible de anlisis objetivo. Solamente cabe pre-guntarse si este anlisis ser verdadera-
mente objetivo, efectivo, legtimo y fe-
cundo.
En el despliegue de la existencia munda-
na cada hombre se enfrenta con la sole-
dad de su proyecto, una tarea formida-ble que intenta superar la angustia por
la finitud de su propia empresa. Cada
uno es nico e irrepetible frente a este
proyecto. Y la tarea se presenta como una lucha constante por sostener el sen-
tido de vida.
Frente a la oscuridad que presenta la perso-na para la captacin de ese sentido, el signo
intenta la universalizacin de lo que al saber
objetivo le est vedado resear. Se estable-cen, as, conciliaciones posibles entre la vi-
vencia subjetiva y la interpretacin de los
signos que sta persona produce, de los cua-
les el lenguaje es uno de los principales.
El lenguaje es la expresin de la actividad de
la conciencia que da cuenta de vivencias nicas e inenarrables en su verdadera di-
mensin.
Podramos apelar, como tantos colegas pres-tigiosos lo han hecho, a la proyeccin de es-
tas vivencias. Utilizaramos pruebas proyec-
tivas que daran cuenta de una parte del fenmeno. Porqu le damos, entonces, tan-
ta importancia al lenguaje, si no es mas que
la huella mundana de un trnsito vivencial?
Por qu aceptar la ciencia que en nuestro trabajo hermenutico alcancemos una re-
construccin aceptable de tantos fragmentos
dispersos en el fondo endtimico personal de
cada entrevistado?
Creemos que la proyeccin, parcialmente,
ilustra sobre la conflictiva subyacente. Pero
es en la interpelacin en que confiamos.
La interpelacin es la apelacin que uno rea-
liza al otro, para llamarlo, valga la redun-dancia, a un destino comn. Apelamos al
otro como investigadores y como psiclogos
para que nos manifiesten, a travs del len-guaje, lo que sintieron, sienten y esperan en
relacin a este proceso migratorio.
En la apelacin al otro para que se exprese en relacin a este sentido especial, hacemos
uso del conocimiento que poseemos sobre la
emigracin y proponemos que servir para alertar a la humanidad sobre las consecuen-
cias psicolgicas que enfrentan los migran-
tes. Prometemos la solidaridad con quienes la padecieron desde nuestro compartir el
mismo solum natal. Ofrecemos la cura (el cuidado) del otro sabiendo que, a travs de este vnculo especial establecido en el relato
de su historia de vida, nos obliguemos a in-
terpretar de la mejor manera su posibilidad
de alteridad o alienacin.
La interpretacin de los signos es una pre-
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prediccin que la conciencia del investiga-dor realiza para acercarse a lo originario
del saber. Al realizar una investigacin
comprometida con el otro y su realidad histrica e inmediata, cumple con lo origi-
nario de su saber. En nuestra calidad de
psiclogos existenciales, este tipo de inves-tigacin nos acerca a nuestro deber esen-
cial que es el de detenerse, escuchar y
comprender al otro, con quien nos encon-tramos en una relacin de vnculo circuns-
tancial.
Llega a nuestra conciencia, es decir, so-mos concientes que esta tarea nos acerca
tambin a un imaginario de poder. Tem-
plados en la escuela de lo inexplicable
cuando asistimos al otro que enfrenta la muerte, la enfermedad, la crisis o la an-
gustia, nuestra interpretacin del fenme-no aprovecha la perplejidad que todo
cientfico experimenta frente a lo real y se
dirige a dar cuenta de muchos aconteci-mientos que desbordan el alcance de la
razn y se acrecentan en la escucha de corazn para comprender cabalmente el sufrimiento del otro y el sentido de su vi-
da.
(Extracto del Capitulo de la Tesis Doctoral Emigracin y Psicologa Alteridad y alienacin en los emigrantes gallegos al Ro de la Plata 2005)
Publicado por Martnez-Romero Gandos, Jos V.
en mircoles, mayo 04, 2011
logoterapiagalicia.blogspot.com.ar
El deporte y el arte son instrumentos esenciales para EDUCAR a nios y jvenes, y
dar testimonio vivo de que la PAZ es posible. GENERARTE y CAVEF acompaan el
programa SCHOLAS OCURRENTES y participan de la iniciativa de SS.Francisco.
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C ompartiendo la reflexin y el de-bate con colegas y amigos, mu-chas veces aparece la cuestin de s la Logoterapia frankliana es re-almente una psicoterapia. La duda aconte-
ce a partir de algunas expresiones del pro-
pio Frankl, refirindose a su propuesta co-
mo complemento de la psicoterapia y, en ocasiones, como sustituto de la psi-coterapia. De tal modo, la cuestin es: si la
complementa, no es psicoterapia; si la
sustituye, no es psicoterapia.
Creo que para poder comprender las ex-
presiones franklianas y el propio lugar de la Logoterapia en el contexto de la Psico-
loga moderna, primero deberamos dete-
nernos en definir o delimitar las categoras con las que pretendemos clasificarla. Vea-
mos.
Salud/Enfermedad
La temtica de la salud ha madurado a
travs del tiempo, acorde a cmo se ha ido
entendiendo y comprendiendo el hecho de enfermar (y, por ende, el de sanar/curar)
Desde interpretaciones misteriosas y
msticas, otras exclusivamente fisiolgicas u orgnicas, algunas psicosomticas, pa-
sando por las eminentemente emocionales,
enfermar y curar es mbito de interpreta-
ciones variadas.
Sin pretender (en absoluto) historiar la
evolucin que ha sufrido la salud-enfermedad a lo largo de la evolucin de la
Humanidad, simplemente refiero que par-
timos de considerarla con ribetes de un cierto misticismo, un castigo de los dioses
o una condena (o consecuencia) de debili-dades personales. Luego comprendimos
que existen mecanismos fsicos, orgnicos,
fisiolgicos, que justifican o explican los procesos mrbidos de una naturaleza
humana corruptible, sea por agentes que
la afectan o, simplemente, por usura (por
el uso del cuerpo) Ms tarde, la irrupcin del componente emocional en el universo
de las explicaciones, pudieron ampliar el
horizonte de la cuestin, y supimos que, ms all de lo meramente orgnico y fi-
siolgico, pueden identificarse resortes o
mecanismos ms abstractos (por llamarlos de alguna manera) pero igualmente con-
tundentes al momento de enfermar-curar,
asociados con el misterio de las emocio-nes, vivencias, fantasas, impulsos, dese-
os, etc. As, cremos por un tiempo que ya
habamos completado el espectro de posi-
bles desarrollos de la salud-enfermedad. Sin embargo, la aparicin del espritu en
las ciencias de la salud (antes era exclusi-
vo imperio de la filosofa o la religin), pate el tablero por decirlo de manera coloquial- y hace presente una nueva po-
sibilidad: la de enfermar o curar por moti-
vos espirituales.
Sin atribuirle a Viktor Frankl la paterni-
dad exclusiva de dicha revolucin (para no correr el riesgo de ser injusto con otros
tantos cientficos), s es posible afirmar
que ha sido uno de los principales expo-nentes de este giro copernicano en la com-
prensin del enfermar humano.
Lo cierto es que cada poca, no solo justifi-ca un estilo de vida particular (lo que vul-
Apuntes de docente
ES LA LOGOTERAPIA UNA
PSICOTERAPIA?
Por Dr. Claudio Garca Pintos
Mail de contacto: cavef@yahoo.com
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garmente llamamos cultura, entendida como estilo de vida vigente, la cosmovisin
de cada poca), sino tambin, una nueva
modalidad para comprender y abordar el
modo propio de enfermar de cada cultura.
Inicialmente fueron los mdicos brujos de
las tribus y curanderos, luego aparecieron los mdicos diplomados cientficamente,
posteriormente los mdicos-filsofos que
terminan deviniendo en psicoterapeutas, y, ltimamente, un conjunto variado de
personas honestamente interesadas en el
hombre, que, en un arco de propuestas amplsimo y de diferente sustento terico,
hacen sus aportes desde las terapias alter-
nativas, el new-age, la meditacin, hasta el mindfulness, la psicologa positiva, etc.
Lo que me queda por claro es que el miste-
rio de la persona humana es tan profundo
e inabarcable, que la comprensin de sus manifestaciones se nos hace difcil, a par-
tir de nuestra pretensiosa intencin de lo-
grarla desde un solo punto de vista. Por eso mismo, ha habido y sigue habiendo,
espacio para brujos, curanderos, mdicos,
psicoterapeutas, terapeutas alternativos, etc. Todos conviven y hacen sus aportes,
desde la ilusin de lograr la cura o sana-
cin del sufrimiento del hombre.
Esta sobresimplificacin del tema, no ex-
enta de posibles inexactitudes puntuales
(reitero que no pretendo historiar la cues-tin ni ser preciso) sirve como un amplsi-
mo marco para detenerme en lo que s re-
presenta mi inters actual. Esto es, si la
Logoterapia es una psicoterapia.
La primera presentacin que hace Frankl
de su mtodo, lo refiere como un complemento de la psicoterapia. A partir de esta declaracin, muchos insisten en
considerar que, entonces, no es una psico-
terapia sino una simple tcnica que pue-de instrumentarse en el contexto psicote-
raputico. Sin embargo, estas afirmaciones
omiten un detalle de relevancia. Viktor Frankl se forma en un contexto cientfico
copado por la figura de Sigmund Freud.
Todos los jvenes, particularmente los vie-neses, queran ser Freud y, de hecho, su figura gener una revolucin cientfica de
envergadura indiscutida. Si bien ya exist-an antecedentes de peso, tales como los
trabajos de Charcot, por sealar solo uno
de ellos, fue Sigmund Freud quien intro-duce un mtodo revolucionario para en-
tender, comprender y actuar sobre el en-
fermar humano, que terminar conocin-dose como psicoterapia. Obviamente, el abordaje de la psicodinamia no era sus-ceptible a travs del acto meramente clni-co-mdico, y necesit de un mtodo propi-
cio (psicoterapia), tambin conocido o des-
cripto como cura a travs de la palabra Ya no eran solo frmacos o intervenciones quirrgicas o prcticas de laboratorio, si-
no que la psicodinamia se expresaba a travs de un nuevo y distinto lenguaje, y la palabra era el instrumento fundamen-
tal para entrar en dilogo con ese misterio
inconsciente (in/consciente, sin conoci-miento), develarlo, ordenarlo, hacerlo consciente (con/ciencia, con conocimiento)
Lgicamente, el impacto cientfico del
aporte freudiano fue tan profundo, que sacudi las estructuras del mbito de la
salud mental. Superando resistencias ini-
ciales (y lgicas), la psicoterapia termina siendo aceptada cientficamente. Pero, ob-
viamente, por psicoterapia se entiende casi con exclusividad, aquello que define
el psicoanlisis freudiano.
En ese contexto, aparece Viktor Frankl
tratando de proponer un modelo distinto, introduciendo lo espiritual como una
cuestin teraputica. Esto significa una
lucha por rescatar el concepto de espritu del mbito de la filosofa y llevarlo al
mbito de la salud mental, y, por ello, su
primer libro cientfico se llama La cura mdica de almas (Arztliche Seelsorge en el original, cuya traduccin al espaol
lo presenta como Psicoanlisis y Existen-cialismo) Choca su propuesta con el des-lumbrante aporte freudiano, y este
choque le significa a Frankl una vacila-cin personal y profesional importante.
Recordemos que, regresado a Viena y gra-
cias a la gestin de su querido amigo Paul
Polak, Frankl ingresa a trabajar en la Po-liclnica de Viena de la calle Mariannen-
gasse 10, y es desde all desde donde pue-de impulsar su nueva teora. Si bien ya
haba hecho experiencia antes de la guerra
en el Rothschildspital y en Steinhof, ahora tiene una posicin personal y profesional
ms dispuesta para hacerlo. Pero un am-
biente psicoanalista le resulta hostil a sus propuestas ms filosficas por llamarlas de alguna manera. La hostilidad fue tal
que, hasta lleg a sentirse burlado en am-bientes profesionales al plantear sus ideas.
Tan es as que, en los primeros aos de la
dcada del 50, hasta pens en salir de
Viena y radicarse en Australia junto a su hermana Stella. Pero la intervencin opor-
tuna (y providencial) del Rebe Schneerson
(de Brooklyn, EE.UU.) hacindole llegar un mensaje a travs de Margaret Chajes, pi-
dindole que contine en Viena y luche
por sus ideas, augurndole que significar-an de gran provecho para la Humanidad,
lo convence de persistir. Al poco tiempo es
nombrado profesor titular de la Universi-dad de Viena y desde all, su trabajo cobra
mayor envergadura y trascendencia.
Desde esta brevsima semblanza del mo-mento, comprendemos por qu Viktor
Frankl llama a su propuesta como
complemento de la psicoterapia. Lo que pretende complementar no es el proceso psicoteraputico sino, el universo vigente
de las propuestas teraputicas! Es decir,
al margen, ms all de la psicoterapia (que por entonces era exclusivamente psicoan-
lisis), Frankl nos propone otro mtodo, que complementa la oferta de posibles
abordajes del sufrimiento humano.
Ms tarde, en otro trabajo, habla de
sustituto de la psicoterapia; debemos entenderlo en la misma lnea. Es decir, pa-
ra aquellos casos en los cuales el sufri-
miento del paciente no es ocasionado por los mecanismos descriptos por la psicodi-
namia ortodoxa, el tratamiento con psico-
terapia (lase, psicoanlisis, el freudiano y todas sus derivaciones), puede ser susti-tuido por otro tipo de abordaje teraputico, ms propicio y, por ende, efectivo, que es
la logoterapia.
Entonces, es psicoterapia?
Tomando en consideracin lo anterior, en-
tiendo que:
1- No es psicoterapia en sentido es-
tricto. Quiero decir, en el sentido or-todoxo. La psicoterapia es cura a travs de la palabra y por eso hace necesaria la interpretacin del len-guaje inconsciente. La Logoterapia
es cura a travs del sentido, y solo hace necesaria la promocin de la
c o n f r o n t a c i n c o n s c i e n t e -inconsciente, la confrontacin con la
persona espiritual.
2- Es psicoterapia en sentido am-
plio, si por tal entendemos el trata-
miento que tiene como objetivo el cambio de pensamientos, sentimien-
tos y conductas.
3- No es una tcnica complementa-ria de la psicoterapia, sino un mto-
do psicoteraputico completo y dis-
tinto, sostenido por un sistema (terico, filosfico y tcnico), que per-miti a Soucek llamarlo tercera es-cuela de psicoterapia de Viena, y a Allport denominarlo el tercer movi-miento.
Es el propio Viktor Frankl quien puede
aclarar esta cuestin, precisamente, en su
primer libro terico, diciendo: Pues, hemos puesto de relieve la necesidad de complementar la psicoterapia tal y co-
mo viene siendo practicada, con un
mtodo psicoteraputico que se mueve, por as decirlo, ms all del complejo
de Edipo y del de inferioridad o, en
trminos ms generales, ms all de esa dinmica y que, por detrs de los pa-decimientos psquicos del hombre neurtico, se da cuenta de su combate espiritual. Se trata, por tanto, de una psicoterapia que arranca desde lo espiritual (de Psicoanli-sis y Existencialismo, FCE, 1991, pp. 30-
31)
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Ms all de todo, siempre prefiero la d e f i n i c i n d e I r v i n g Ya l om
(Psicoterapia existencial, Herder, Bar-celona): La Logoterapia de Frankl no pertenece ni a las escuela psicoanalti-
camente orientadas, ni a la psiquiatra
formal, ni a los estudios religiosos, ni a la psicologa de orientacin conduc-
tista y, ni siquiera, a los movimientos
pop de desarrollo personal. La Logoterapia
es, finalmente, Logoterapia
En lo personal no me considero un
psicoterapeuta, ni siquiera un terapeuta. Prefiero presentarme como un analista existencial que acompaa a aquel que busca sentido y al que sufre
cuando no lo descubre.
Jos SARAMAGO Premio Nobel Literatura
V iktor Frankl pertenece a la es-tirpe de los hombres con una misin. Se los reconoce por una mezcla de serenidad, apasiona-miento y grandeza. Y porque nunca ad-
mitirn que la misin est cumplida.
La fuerza interior de este neurlogo y psiquiatra de 85 aos, creador de la lo-
goterapia y sobreviviente de los campos
de concentracin, es la misma del joven de 19, a quien Freud public un artculo
en la revista Internacional de Psicoanli-
sis. La misma que lo retuvo en su Viena natal (la de Wittgenstein, Schnitzler y
Popper) cuando irrumpi el nazismo.
Frankl, de ascendencia juda, recorri tres campos de concentracin. En
Auschwitz se convirti en el prisionero
119.104 y estuvo frente a frente con
Mengele. Enb los campos perdi a su es-posa, a sus padres y a un hermano. Y
tambin el manuscrito de su primera
obra: Psicoanlisis y Existencialismo.
Cuando tuve que arrojar el manuscrito en Auschwitz me dije: ahora tengo la oportunidad no ya de escribir algunas ideas, sino de vivirlas. Vivir lo escrito cuenta durante su quinta visita a Bue-
nos Aires- es algo pleno de sentido
Pleno de sentido, una frase recurrente en la entrevista y en la obra de Frankl. En el con-
cepto y la vivencia del sentido de la vida,
Frankl encontr la piedra basal para la te-ora y prctica de la logoterapia (del griego
logos, que en una de sus acepciones es sentido)
Las dos primeras grandes corrientes de la
psicologa concibieron un hombre condicio-
nado. El psicoanlisis vio en l, un com-puesto psicosomtico gobernado por instin-
tos y pulsiones. El conductismo, un conjun-
to de respuestas a estmulos. Luego la psi-cologa humanista o existencial (con Abra-
ham Maslow, Karl Rogers y Frankl) agreg
al cuerpo y a la psiquis la dimensin espiri-
tual e introdujo el concepto de libertad.
El hombre explica Frankl en la confitera de un hotel porteo- se mueve en tres di-mensiones: la biologa, con sus causas org-nicas de enfermedad; la psicolgica, donde juegan las causas psquicas de las neurosis, y la noolgica o dimensin del fenmeno ver-daderamente humano, donde hay, por ejem-plo, conciencia moral y el amor diferenciado del sexo. En este plano, alguien que piensa que la vida no tiene sentido, puede desarro-llar una depresin por causas puramente existenciales
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EL SENTIDO DE LA VIDA
Por Jorge Urien Berri
Entrevista de Jorge Urien Berri
Diario LA NACIN, 20 de enero de 1991, Buenos Aires
Autor de Ante el vaco existencial, El hombre en busca de sentido, La pre-sencia ignorada de Dios, La psicoterapia al alcance de todos, El hombre do-liente y otros libros que le han granjeado gran notoriedad por su contribucin a la psicologa del ltimo medio siglo, el doctor Frankl expone para LA NA-
CIN, aspectos sustanciales de su pensamiento
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Como Freud y Adler, Frankl se aplic al estudio y cura de las neurosis. Slo que
para l no todas derivan de lo sexual, co-
mo sostuvo el padre del psicoanlisis. Ni de la voluntad de poder, como propuso
Adler. Las neurosis nogenas sobrevie-
nen cuando la vida se vaca de sentido, cuando vivir es apilar mecnicamente
horas y das. Como destaca el doctor Os-
car Oro, presidente de la Sociedad Argen-tina de Logoterapia, la actitud ante la vi-
da puede ser el factor enfermante.
Cundo pasamos de la angustia o de-
sesperacin sanas al mbito de la en-
fermedad mental? Enfermedad mental no es un diagnstico psiquitrico. Puede ser una neurosis, pero tambin una psicosis. La desesperacin nunca es sana, porque es sufrimiento, y el sufrimiento no es sano. Hay, s, una de-sesperacin fructfera en trminos existen-ciales, cuando no puede evitarse la causa del dolor y damos un sentido al sufrimien-to Arte y dolor a veces parecen necesit-
yarse. Van Gogh y Dostoievsky volca-
ron el dolor en sus obras. Exacto. Sufran epilepsia, una enferme-dad de causa orgnica. Pero el sufrimien-
to no es indispensable para el arte. Si us-ted est condenado a sufrir sin ayuda, entonces tiene la oportunidad de hacer lo mejor que pueda con el sufrimiento. Subli-marlo, para usar el trmino acuado por Freud.- El logro espiritual de esos artistas consisti en que fueron grandes artistas, no a causa del sufrimiento sino a pesar de l. Si en vez de epilepsia hubieran sufrido profundas neurosis, les convendra
haberse sometido a terapia?
Un famoso poeta austraco dijo: No de-jar que el psicoanlisis cure mi neurosis, pues perder mis capacidades artsticas. Pero no puede tomarse en forma incondi-cional. Recuerdo, sin embargo, el caso de un hombre a quien no haba posibilidad de curar su neurosis obsesivo compulsiva
pues era mayor. S de disminuir el sufri-miento, aunque al precio de que no pudiera dedicarse a su trabajo tanto como antes. Se trataba de una de las mximas autoridades mundiales en desciframiento de jeroglficos.
Su compulsividad neurtica lo mantena in-merso en su mundo, y yo no quise quitrse-lo. Era preferible que la humanidad se be-neficiara de este especialista y no que l perdiera su neurosis. El amor tiene un papel importante en su
sistema. Hay una escala tica para el
amor? Muchos artistas hicieron sufrir a quienes los rodeaban, postergndolos en
beneficio de una obra que, por el solo
hecho de haber sido ejecutada, supone un cierto amor por la humanidad o el
prjimo. Un amor perjudicara al otro?
No lo creo. Pero el caso podra aplicrseme. Mi esposa tuvo que sacrificar su vida por m. Temblaba ante la posibilidad de que tu-viera un colapso en una conferencia, pues no puedo hablar ms que dndome por en-tero. De otro modo no tiene sentido para m, y mucho menos para mi audiencia. No se sacrific por m, sino por mi trabajo. Sabe que a mi edad tengo el privilegio de vivir lo que enseo. Sera uno de los sentidos de su vida Hay una voluntad de sentido, y en la medi-
da en que haya una misin para llevarlo adelante, mi salud puede resistir los sacrifi-cios. Me arrogo el privilegio de poseer una voluntad de sentido. Estoy obsesionado, no psiquitrica sino humanitariamente obsesio-nado, porque siento que debo dar, debo de-jar algo Y no piensa que ya ha dejado bastante? Espero haberlo hecho, y que por algn tiem-po me sobrevivir. Cuando me invitaron a la Universidad de Stanford, mis colegas me enfrentaron con una mujer con cncer que saba que morira en un par de semanas. Tenan curiosidad por lo que yo poda decir-le. Dej que hablara. Ella, lamentaba aban-donar a su familia y a su hijo. Casi golpe la mesa con mis puos y le dije: Ahora esccheme, usted est desesperada, pero
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yo le pregunto cun desesperada estara una mujer que no tuviera nada que dejar al mundo. En un momento ella compren-di su fortuna y empez a sonrer
Qu ocurre cuando alguien tiene cla-
ro el sentido de su vida, pero no lo puede realizar porque est ms all de
su capacidad?
Hay varias clases de realizaciones. A ve-ces la resignacin, el reconocer que hay una posibilidad ms all de mis limitacio-nes, es un logro an mas alto que crear algo con las propias dotes. Pero como psi-quiatra, agrego que no hay que resignarse antes de comprobar que se alcanzaron los
lmites. Tuve un gran maestro, Rudolf Allers, que dijo: Hay que actuar como si todo fuera posible Solo entonces se llega al lmite donde las posibilidades estn fuera de nuestro alcance. Mantener la fic-cin de que todo es posible. Sin caer en el autoengao Tarde o temprano se sabe si los lmites se alcanzaron. Nunca hay que detener a al-guien antes de que sea evidente, tambin para l, que alcanz sus lmites, porque puede que hubiere alguna posibilidad. Y lo mismo es vlido en situaciones extre-mas de sufrimiento o desesperanza. Cuando llegu a Auschwitz y estuve fren-te a Mengele, ignoraba que la probabili-
dad de sobrevivir era 1 en 29. Entonces desarroll una mxima: en la medida de que nada me garantiza absolutamente que morir aqu, tengo la responsabilidad de actuar como si fuera a sobrevivir con certeza. Nada pierdo manteniendo la ilu-sin de que vivir. En El hombre en busca de sentido, usted habla de su innato optimis-mo. Puede este optimismo haber condicionado, en el buen sentido, su
obra y su pensamiento?
Lo dije en el libro? Por primera vez lo dije en pblico ayer, en la conferencia, y habl de un optimismo heurstico: actuar y com-portarse como s (riendo) Habra que co-rregirlo entonces en el libro. Yo era pesi-mista
No le creo An soy un pesimista. Escuche, lo soy en la medida, y me pregunto si usted estar de acuerdo, en que siempre espero lo peor, y, entonces, disfruto ms la sorpresa, la agra-
dable sorpresa, si las cosas salen bien. De todos modos, su obra, hasta su forma
de hablar, trasuntan optimismo Lo tengo en la medida en que conserv la conviccin de que cada situacin puede ser convertida en algo positivo y pleno de senti-do. Podemos convertir la tragedia en un triunfo personal. Recuerde que en el libro cuento que les dije a mis compaeros de ba-rraca: No slo deseamos vivir, sino tambin morir con un sentido. En ese aspecto, era optimista. Le pido disculpas porque la pregunta es un poco tonta Solo hay respuestas tontas Hoy parecen predominar las teoras so-
bre la responsabilidad de los factores
bioqumicos en algunas enfermedades
mentales. Suponiendo que ciertas pato-logas puedan explicarse a partir de los
neurotransmisores, no habra tambin
personas orgnicamente optimistas y pesimistas?
Hasta cierto punto es posible. Pero no con-
fundamos neurosis con psicosis, como hacen no solo los legos sino tambin los psi-quiatras, especialmente, en los Estados Uni-dos. Usted habl hace un rato de gente des-esperada, de gente deprimida, podra decir-se, y yo me puse alerta, y usted lo not. Adems de las depresiones endgenas cau-sadas por factores internos, como agentes bioqumicos y hereditarios, estn las depre-siones reactivas o psicognicas o neurti-cas. En las primeras, la persona tiene eta-pas de semanas o meses de severa depre-sin, incluso con impulsos suicidas. En los intervalos se ve libre. Esta enfermedad es curable, excepto por la recurrencia. Se con-tra-ataca a los agentes qumicos con los agentes tricclicos o con carbonato de litio, que actan solo en este tipo de depresiones. Tenemos luego las depresiones psicgenas,
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porque usted, por ejemplo, tiene una neu-rosis, o porque su matrimonio est por romperse. Pero, como ensea la logotera-pia, tenemos en tercer lugar las depresio-nes debidas a razones existenciales. Si al-
guien est deprimido y desesperado con este tema haba empezado usted- porque piensa que la vida no tiene sentido, no es-tamos ante algo endgeno que requiere medicacin, tampoco ante algo psicgeno que requiere psicoterapia. En ese caso, hay que aplicar la logoterapia. Esa deses-peracin no es una enfermedad sino una equivocacin, porque no se arrib al cono-cimiento de que pese a todo, hasta el lti-mo momento, literalmente hasta el ltimo
suspiro, la vida retiene un sentido poten-cial que es preciso actualizar.
La falta de sentido es tambin una con-cepcin filosfica. Sera noolgica-
mente patolgica?
La desesperanza por la aparente falta de sentido no siempre es una neurosis, pero en ciertos casos puede convertirse en neu-rosis. Si para m, la vida carece de sentido, es comprensible que tenga insomnio y ca-rezca de energas e iniciativas, y me vuel-va aptico. Son sntomas de neurosis no-olgica, enraizada en una dimensin exis-tencial o espiritual.
Hoy ninguna cosmovisin quiere preva-lecer sobre las otras Eso es lo que llamo relativismo una cierta clase de relativismo. Segn este esquema, hay casos que
requieren la terapia freudiana, otros la
adleriana y otros la logoterapia? (Sonriendo) Ahora convirti el relativismo en eclecticismo. Tiene razn hasta cierto punto. No tiene sentido que un freudiano dogmtico trate a quien se deprime porque su vida ha perdido sentido. Caricaturizan-do, el freudiano puede tenerlo en su divn cincuenta minutos, cinco veces por sema-na, durante cinco aos, porque piensa que, como escribi un freudiano de California, el sentimiento de la falta de sentido se de-be al complejo de castracin. Tras cinco
aos de adoctrinamiento, el paciente dir: S, tiene razn, tom conciencia de que su-fro del complejo de castracin. Un sinsenti-do. Pero un paciente con una perversin sexual severa podra recurrir a un psicoa-
nalista que lo retrotraiga a la niez tempra-na para producir algn alivio. La logotera-pia no es un sucedneo de otras escuelas, sino un complemento. Hay casos en que slo puede aplicarse la logoterapia. A un paciente no neurtico, pero desesperado por la aparente falta de sentido, sin perder tiempo, en dos o tres sesiones, se le puede ayudar a encontrar el sentido espontnea-mente, con las tcnicas logoteraputicas. Nunca drselo.
Segn la logoterapia, qu circunstan-
cias producen neurosis?
He denominado trada trgica de la exis-tencia humana al sufrimiento, la transito-riedad de la vida y la culpa. Dolor, muerte y culpa. La logoterapia trata de mostrar al paciente que estos aspectos negativos pue-den ser positivos. Una vez les dije a los asesinos sentenciados a muerte de la pri-sin de San Quintn, California: ustedes fueron libres para cometer los crmenes, ahora son responsables para cambiar y convertirse en otros seres humanos, elevn-dose por encima del pasado, creciendo co-mo personas, cambindose a s mismos Y cuando uno dijo que aguardaba la silla elctrica, le respond que, en una situacin anloga, yo no abandon mi conviccin de que la vida tiene sentido. Dos aos ms tarde, le una entrevista que le hicieron el da previo a la ejecucin. Dijo que senta lstima por el gobernador de California, que estara agobiado por haber firmado la sentencia de muerte. Ocurre que a esos hombres, siempre les decan que eran vcti-mas de la educacin, o de sus complejos, pero no que tenan la libertad para cam-biar. Usted vino aqu por primera vez a la Ar-
gentina en 1954. El 22 de octubre de
ese ao, dio una conferencia sobre Un psiclogo en un campo de concentra-
cin
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Y tuve la sensacin de que Eichmann es-taba sentado en mi audiencia. Haba es-cuchado que viva cerca de Buenos Aires y hubiera sido muy propio de l, ir a curio-sear lo que este tipo podra decir.
En aquel entonces nadie imagin que en la Argentina habra luego campos
de concentracin y desaparecidos. Mu-
chos militares piensan que esa forma de represin fue correcta. En cambio
en Alemania hay S, sentimientos de culpa colectiva Y aqu no. Hace un rato usted habl de
la culpa como un componente de la
trada trgica. La ausencia de culpa, en este caso, es una patologa social
peligrosa?
Parece una represin en el sentido freu-diano, como si se reprimiera la memoria de lo que ocurri. Es peligrosa, o puede serlo en cualquier momento, si se reprime la memoria de esos hechos. Mantener el pasado histrico para aprender la leccin que entraa es la nica manera de preve-nir la represin de esos hechos. As actu Alemania posteriormente, Pero esa perma-nencia de la memoria no debe exagerarse al punto de generar culpa colectiva. No existe la culpa colectiva.
Por qu? La culpa slo es personal. nicamente se permite el castigo cuando se acusa y con-dena a una persona concreta. Por eso la justicia investiga a los sospechosos y los castiga si son personalmente culpables. No tiene sentido decir que todo un grupo, que todas las fuerzas armadas son culpa-bles. Desde el primer da de mi liberacin me opuse al concepto de culpa colectiva. Actualmente me atacan una y otra vez porque dicen que abogo por la inocencia colectiva. No es verdad. Abogo por la cul-pa individual y el castigo individual. Se ha descubierto ahora, que tanto alemanes como austracos, sufrieron de culpa colec-tiva a lo largo de cuatro dcadas. Espe-cialmente los ms morales e inteligentes. Pensaban: Quiz fui culpable por no in-
corporarme a la resistencia. Cualquiera pue-de reclamar eso siempre y cuando l haya integrado la resistencia, decidido a sacrificar su vida y su familia y a enfrentar la posibili-dad de ir a un campo de concentracin, o
morir. Pero si no lo hizo y emigr, no puede reclamar herosmo a los dems. El herosmo es algo que siempre hay que reclamar a uno mismo, nunca a los dems, comprende? El 10 de marzo de 1988, habl a 40.000 perso-nas en la Plaza de la Intendencia, en Viena. Repet estos conceptos y hubo una increble sensacin de alivio entre la gente, entre la mejor gente. Jvenes socialistas de 15, 16, 17 aos lloraban y me agradecan que los aliviara porque se sentan colectivamente
culpables. Aprovech la oportunidad. Como psiquiatra, como psicoterapeuta, tena que aliviar a miles de personas de ese complejo. Una terapia colectiva contra la neurosis co-lectiva. Qu ocurre con las culpas personales? Aqu se indult a muchos sospechosos y
los pocos condenados, lo sern a la bre-
vedad. Es correcto este tipo de perdn?
(NR: esta entrevista se realiz un mes antes de los indultos de miembros de las fuerzas
armadas, acusados de crmenes de lesa
humanidad durante la dictadura militar de 1976-1983, del mes de febrero de 1991) Depende de si cada uno lo merece o no. En
principio, veo en el castigo algo muy signifi-cativo, pues brinda al condenado una opor-tunidad de crecer por encima de s, de cam-biar y mejorar. Si lo hace a travs del arre-pentimiento sincero, el castigo cumpli su mi-sin. Entonces, bien puede merecer la liber-tad. Pero no si an afirma que estuvo bien lo que hizo. Usted aprecia la obra de Heidegger que
segn algunos estuvo afiliado al nazismo Podemos separar la obra de las actitu-des morales? Parece ms fcil hacerlo
con los escritores como Cline y Drieu La
Rochelle, que fueron nazis, que con un
filsofo. Simplificando, puede ser buena la obra, y malo el autor?
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Hasta cierto punto. El ser humano no est absolutamente determinado ni por la bio-loga ni por la psicologa ni por la sociolog-a. Siempre permanece un mnimo de liber-tad para decidir en un sentido o en otro.
Por eso nadie est totalmente libre de cul-pa. Pero al mismo tiempo somos capaces de reconocer una verdad objetiva: dos por dos equivale a cuatro, incluso si un idiota lo dice. Es una verdad objetiva. No pode-mos afirmar que todo cuanto dice el idiota es falso. O que si se afili al nazismo, co-mo Heidegger, su filosofa es falsa. Era, indudablemente, un genio. Ahora, si a ca-da ser humano normal hay que permitirle comprender su error y arrepentirse, por
qu no a un genio? No se le permiten errores a un genio?No los cometi Freud? Heidegger se uni al Partido Nacionalso-cialista, creo que en 1938. Y un ao des-pus, bajo el rgimen nazi, abandon el partido ostensible y demostrablemente. Demand un gran coraje arrojar su carnet y decir no deseo permanecer afiliado Se arrepinti pblicamente de su na-
zismo? Si no hubiera lamentado su pertenencia al partido, no habra tenido un ao despus el coraje de abandonarlo arriesgando su vida.
Y despus de la guerra? Seguro, pero lo conoc personalmente y no iba a tirarse al suelo y decir fui un gran idiota. Evidentemente lo lament y tuvo canales para mostrar pblicamente que lo hizo. No se puede pretender humillar a un genio. Est el caso de Konrad Lorenz, el famoso bilogo. Cuando junto con Tinber-gen recibi el premio Nobel, los peridicos austracos lo atacaron duramente. Decan fue nazi y cosas por el estilo. No fue na-zi. En 1940, como un joven cientfico, hab-a publicado un artculo muy importante donde por primera vez delineaba su teora y hablaba de cualidades raciales. Deca que tales razas tienen esta cualidad y ta-les la otra. En una frase mencion el racis-mo en una forma que no estaba totalmente en contra de conceptos racistas. Pero lue-go sostuvo: Esa frase fue la mayor estu-
pidez que comet en mi vida y lo lamento profundamente. Pero, qu puedo hacer? Lo dijo pblicamente y sin embargo lo ataca-ron. Qu pretenden? Estuvimos a punto de hacernos amigos. Cuando muri, en todas
las necrologas no se mencion ms que ese hecho de 1940. La gente haba dicho que deba arrepentirse pblicamente. Cuando lo hizo, decan que igual era un nazi. En El hombre en busca de sentido, us-ted dice que los mejores no sobrevivie-
ron a los campos de concentracin
(Turbndose por un momento) Que no vol-vieron, s
En qu sentido son los mejores?Los ms capaces, los ms inteligentes?
Los mejores en lo moral. Los que siempre estaban compelidos a sacrificar desde su comida hasta su vida por los dems. Por ejemplo, el sacerdote catlico Maximiliano Kolbe, quien entreg su vida para salvar a un padre de familia. Hubo otros. Tambin entre los guardias hubo quienes me dieron su propio pan. Hay dos razas, la gente de-cente y la indecente, y la lnea divisoria en-tre ambas segua incluso dentro de las SS. Algunos SS salvaron vidas judas, estoy au-torizado para afirmarlo. Los decentes siem-pre fueron, son y continuarn siendo los me-nos, pero la lnea divisoria atraviesa todas
las naciones y partidos polticos. Cul es su concepto de Dios?
El concepto personal o la visin que la lo-goterapia tiene de la religin? Ambas cosas
En el primer caso, debo rehusarme, porque hay un mbito de intimidad que debemos reconocer y preservar. Si fuera presidente prohibira que se fotografen y muestres tres cosas en los peridicos: una persona agoni-zando, la intimidad sexual y una persona en la iglesia, inmersa en la oracin. Siempre crey en Dios? Mi educacin en la religin juda no fue orto-doxa. Mis padres eran personas piadosas, pero no dogmticos o rgidos. Tuve plena li-bertad durante la pubertad, no vigilaban
Siempre hay una verdad, pero nadie alcanza la verdad total, entera. Cada uno ve otro as-pecto, ve la verdad desde otra perspectiva. La humanidad llegar a conocer la ver-
dad absoluta?
No. Los lmites del individuo humano son tambin los lmites de toda la humanidad Hace poco se suicid Primo Levi, un so-breviviente de los campos de concentra-
cin S, en Italia Y se dijo que los sobrevivientes arrastra-
ban una carga de conciencia, de culpa,
por haberse salvado cuando tantos mu-rieron. Usted lo siente as?
Un psicoanalista norteamericano propuso es-te concepto de la culpa del sobreviviente. Re-cientemente se lo ha abandonado. Nunca cre en este tipo de culpa. Yo experiment al-go distinto: la responsabilidad del sobrevi-viente. Si usted hubiera estado en la esta-cin ferroviaria de Auschwitz, con esa peque-a chance de supervivencia de 1 en 29, y si hubiera sobrevivido, sentira el peso de la responsabilidad, y se hara el propsito, ca-da maana, de vivir de acuerdo con esa gra-cia, y hacer el mejor uso de ese da. Esa ser-a su responsabilidad. Y a la noche debera confesarse que aunque lo haya hecho, solo
habra sido parcialmente. No se trata de cul-pa, sino de emplear fructferamente esa res-ponsabilidad. Vio el documental de Claude Lanzman
sobre los campos de concentracin?
Si es el que pienso, me pareci muy poco se-lectivo. Debi incluir slo las entrevistas ms informativas. Vea usted, cuando Hitler anex Austria en 1938, en las paredes aparecan inscripciones en contra. Entonces apresaban a los judos y los obligaban a borrarlas. El ao pasado se inaugur cerca de la pera, un monumento con la figura de un judo lim-piando el suelo. El smbolo de la mxima humillacin. Inocentemente, los turistas se sentaban en la espalda del judo a comer sus viandas (re) Pero lo cercaron con alam-bre de pas, un sinsentido. Nunca debi ocu-
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cmo me desafiliaba de la religin institu-cionalizada. Vivimos en una sociedad pluralista, y hay gente religiosa, medio religiosa y no religiosa. Como mdico no impuse mis enfoques religiosos o irreligio-
sos a mis pacientes. La religin no es slo un problema teolgico, sino tambin un fenmeno antropolgico. Desde el punto de vista de la logoterapia, hay una volun-tad, una bsqueda de sentido inherente al ser humano, pero en algunos seres tambin hay una voluntad y una bsque-da del sentido ltimo. Si esta bsqueda se combina con la presuncin de la hipottica existencia de un ser ltimo, a este ser generalmente se lo llama Dios.
Un mismo Dios para las distintas
confesiones?
Las confesiones son como los idiomas. Ningn idioma puede proclamarse supe-rior a los dems porque todos sirven tan-to para encontrar la verdad como para mentir. Cada confesin es una cierta aproximacin a la divinidad desde un ngulo particular. Hay una sola verdad, pero diferentes aproximaciones o puntos de vista. Nadie puede conocer con absolu-ta certeza si su verdad es la correcta y las dems, falsas.
Hay una sola verdad?
Una sola, por eso no soy indulgente con el relativismo. Sin embargo, y esto se llama perspectivismo, s que cada uno ve la verdad en una perspectiva diferente. An as, no caigo en el relativismo. Usted se refiere ahora a las verdades
de esta vida? En general, pero en este caso es aplicable tambin a la religin. El musulmn, el catlico y el judo, ignoran si su concepto de Dios es el correcto. Seguramente Dios es diferente, pero en la medida en que no puedo saber con absoluta seguridad que mi concepto es correcto, debo ser toleran-te. Hay para usted una sola verdad en
ciencia, poltica, psicologa?
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las pintadas?... Ah, qu buenos tiempos!
LA NACIN, 20 de enero de 1991
rrir. No hubo nada peor que Auschwitz. El monumento minimiz lo ocurrido, pero lo convirtieron en una gran cosa. Porque en las barracas habr amos dicho: Recuerdas, Hans, cuando los SS obliga-ban a los judos a limpiar las calles y borrar
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Del 7 al 9 de noviembre de 2014
SALON DE ACTOS de UFRGS, Porto Alegre (RS)
E l presenta trabajo de investiga-cin longitudinal, sobre Mobbing data de 3 aos de anlisis de da-tos. Es sabido que el Mobbing es una afeccin
frecuentemente observada en la clnica.
Esta afectacin influye funcionalmente,
en el aspecto social, relacional, disposi-
cin acadmica y/o laboral, falta de vi-
sualizacin del proyecto de vida, a su vez
en autocuidado y desempeo cognoscitivo
existe desmedro posterior.
Representa un desafo tanto en el dia-
gnstico como el tratamiento y especial-
mente para el tratamiento interdiscipli-
nar. Despliegan dficits variados tanto
biolgicos, psico-sociales, producido por
agentes agresores que favorecen el des-
gaste e imposibilidad en el afrontamiento
ante el estrs. Inicialmente es necesario,
diagnstico certero, clnico y neurocog-
nitivos, a fin de no prolongar el desgaste
que comienza con depresin, ansiedad,
insomnio, fatiga, fallas de atencin, dfi-
cits en memoria inmediata y funciones
ejecutivas, surgen seguidas de intenso
periodo de desprestigio, aislamiento e in-
timidacin. As el lapso de vacilacin en-
tre interconsulta y tratamiento, determi-
nan el grado de deterioro cognitivo, el
cual es de gran impacto y duracin en la
recuperacin posterior. Son en s, las con-
secuencias del vaco existencial, como con-
secuencia de una profunda sensacin de fal-
ta de sentido.
Los mtodos empleados, a partir de la Es-
cala Cisneros, se observa persistencia de
conductas de acoso.
El ndice otorga medios de valoracin de
estrategias de acoso sufridas representa:
(NEAP) son el nmero total de estrategias
con puntuaciones mayores a la media.
El segundo ndice de acoso psicolgico
(IGAP), referido al grado de acoso sufrido.
El tercero, el ndice medio de la intensidad
de las estrategias de acoso (IMAP) y el ndi-
ce NEAP revela la intensidad promedio de
las estrategias de acoso sufridas.
En esta muestra de 59 pacientes entre cui-
dadores, docentes, mdicos y empleados
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MOBBING: CRNICAS DE VACILACIN
Por Dra. Dides Iliana HERNNDEZ SILVERA
Mail de contacto:
didesilianapsico@yahoo.com.ar
comparando: alejamiento laboral, licencia y
cambio de sector. Se observa, detrimento
cognitivo posterior al estrs percibido, con
significativas modificaciones orgnicas.
Los efectos luego de dos a aos fueron con-
tundentes, es necesaria una revisin legis-
lativa y en el uso de medicamentos para la
recuperacin de esta patologa poco estu-
diada a la fecha, as como repensar estrate-
gias logoteraputicas que insten al encuen-
tro y logro de sentido.
Referencias
Frankl, Viktor E. (1983:61) La psicoterapia
al alcance de todos, Barcelona: Herder.
Fidalgo Angel; (2004) La escala Cisneros
como herramienta de valoracin del mob-
bing, Vol. 16, n 4, pp. 615-624, Psicothema.
Hernndez Silvera Dides I. (2014)
Caricatura Indicadores de Mobbing. Indi-
to
(1) Frankl, VE (1983:7) La Psicoterapia al alcance de todos, Herder: Barcelona
administrativos, se observa a partir de los
datos: deteccin de alto grado de insatis-
faccin y desafeccin; sumamente com-
prometidas todas en acciones laborales,
caractersticas depresivas, fallas de aten-
cin y memoria. Los mtodos diagnsticos
empleados, son la Escala Cisneros, Esca-
la de Beck y la Escala de Hamilton, de
los cuales surgen indicadores que actan
afectando la esfera cognitiva.
El objetivo principal del estudio, fue: Eva-
luar los factores relacionados con el
mobbing, clasificados en tres grupos dis-
tintos: Acoso Aislamiento emocional
Abuso y maltrato
El instrumento arroja 11 indicadores psi-
cosomticos, entre los que se encuentran:
trastornos de angustia, sueo, irritabili-
dad y entre otros: trastornos bioqumicos
y metablicos.
El resultado del trabajo registra en los
puntajes de corte presentan Alto ndice de
licencias prolongadas, cambio de sector, y
alejamiento laboral.
En resumen, la respuesta al tratamiento
clnico y terapia cognitiva, es evaluada
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Concluy en Bogot (Colombia) el IV Con-
greso Colombiano de Logoterapia y Anli-
sis existencial, organizado por SAPS (Sociedad para el Avance de la Psicotera-
pia Centrada en el Sentido). Con la presi-
dencia del Dr. Efrn Martnez Ortiz, PhD. Y la secretara general del Lic. Juan Pablo
Daz del Castillo, el evento transcurri
durante tres intensas jornadas en el aco-
gedor barrio de Usaqun.
El evento cont con la participacin de
ponentes internacionales, entre los que
cabe mencionar a Domnico Bellantoni
(Italia), Stephan Schulenberg (EE.UU.), Claudio Garca Pintos (Argentina), Paulo
Kroeff (Brasil), Cuca Valero (Mxico) y
Luca Copello (Argentina). Asimismo, po-nentes colombianos como el caso de Lu-
ca Cuellar, Juan Carlos Carvajal, Clara
Martnez, Juan Felipe Almario, Jorge
Rodrguez, entre otros.
Con distintos espacios de participacin
(conferencias centrales, mesas redondas y aulas de trabajos libres), la actividad se
desarroll contando con la presencia de un
auditorio interesado y entusiasta.
CAVEF adhiri al evento y siente el gusto de haberlo hecho, al tiempo que ya est
dispuesta a adherir al prximo congreso co-
lombiano que, seguramente SAPS, ya tiene
en carpeta para dentro de dos aos.
DISTINCIN
En el congreso SAPS 2014, se inicia la tra-
dicin de reconocer a aquellos que han
hecho aportes para el crecimiento de la Lo-
goterapia en Colombia.
El Dr. Efrn Martnez se encarg de anun-ciar la iniciativa al auditorio, sealando que
la pretensin es la de promover el agradeci-
miento. Muchas veces ocurre que, una rela-cin se va convirtiendo en amistad, y cuan-do es amistad, obviamos agradecer. No s por qu, a los amigos es a quienes menos agradecemos... Queriendo subsanar ese error es que SAPS ha decidido otorgar este ao este reconocimiento como muestra de agradecimiento a un amigo que ha hecho una gran contribucin para que todos poda-mos entender la Logoterapia haciendo sim-ple lo complejo
De tal modo, esta primera distincin SAPS, me fue concedida acompaada de una bo-
nita placa que reza: La Sociedad para el Avance de la Psicoterapia centrada en el Sentido, reconoce al Doctor Claudio Garca,
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facebook.com/claudio.garciapintos.1
La pgina de CAVEF
Por Dr.Claudio Garca Pintos
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d i o O l m p i c o d e R o m a . La gacetilla de prensa de la Agencia ZE-
NIT, da cuenta de los detalles del progra-
ma y de los horarios de transmisin televi-siva del evento (para Argentina).
La invitacin a todos es que se sumen a la
propuesta y se conviertan en "sembradores del encuentro por la paz en
el mundo"
Estrenar el himno oficial 'Sembradores del Encuentro'. Participarn jugadores de
t o d a s l a s r e l i g i o n e s
Argentina, a travs de la televisin pbli-
ca, a las 15.45 local.
Por Redaccin ROMA, 29 de agosto de 2014 (Zenit.org) -
El Partido Interreligioso por la Paz, promo-
vido por el Papa Francisco, que se reali-zar este prximo lunes 1 de septiembre,
al anochecer de Roma en el Estadio Olm-
pico, ver el estreno del himno oficial de uno de los promotores de la iniciativa,
Scholas Ocurrentes.
Lo inform en una nota llegada a la redac-
cin de ZENIT, Arepago Asociacin Civil, que recuerda participarn del encuentro,
futbolistas internacionales de todas las re-
ligiones para mostrar que los deportistas, ms all de sus creencias, estn compro-
metidos a promover la paz y el encuentro
entre los hombres. Titulado Sembradores del Encuentro, la cancin ha sido elegida como el Himno
Oficial de la iniciativa Scholas Occurren-tes, la red mundial de escuelas promovida
por el Papa Francisco, que junto a la Fun-
dacin Pupi, encabezada por el goleador
argentino Javier Zanetti y su esposa Paula El himno tiene libro y msica de Chacho
Garabal, Domingo Romano y Jano Piccar-
do, quienes ya preparan las versiones en distintos idiomas de la cancin, para re-
presentar a Scholas en todo el mundo
Chacho Garabal y Domingo Romano can-tarn el Himno en el marco de este evento
y han invitando a participar a artistas de
todas partes del mundo para sumarse a la iniciativa de construir la Paz a travs de la
msica. En una de sus estrofas, la can-
Pintos, PhD., por su contribucin al desa-rrollo de la Logoterapia en Colombia
Recibo con honra y gratitud este recono-cimiento de parte de SAPS y de todos
aquellos que votaron para que as sea, la
mayora de ellos ex-alumnos y actuales colegas, que tambin se hicieron presen-
tes en la ceremonia.
Me considero un formador, no soy un
investigador (al menos de investigaciones duras cuantitativas) y, habiendo tenido
el privilegio de conocer personalmente a
Viktor Frankl, y sentirme como joven tan bien recibido por el Maestro, he asumido
el compromiso de devolver lo recibido en
la misin de transmitirlo de la manera ms fidedigna posible. Mi nica ilusin
es que se cumpla aquello que para m
siempre ha sido un objetivo, y es que los alumnos superen al maestro.
En esta edicin del congreso no solo me
llevo la distincin formal de SAPS, sino
la satisfaccin de ver, a travs de dife-rentes ponencias, como este objetivo em-
pieza a cumplirse.
El compromiso se sostiene y, Dios me-diante, seguiremos llevando la tarea ade-
lante.
Al amigo y al presidente de SAPS, mi gratitud y, en su nombre, a todos los que
decidieron este reconocimiento.
PARTIDO POR LA PAZ
Este lunes 1 de septiembre, tendr lu-
gar el partido inter-religioso por la paz
organizado por el Papa Francisco a travs del programa SCHOLAS OCU-
RRENTES (elaborado y puesto en mar-
cha por el propio Pontfice). En la ocasin, se estrenar el himno de
Scholas Ocurrentes, "SEMBRADORES
DEL ENCUENTRO", compuesto por GE-NERARTE (Chacho Garabal-Domingo
Romano y Jano Piccardo)
GENERARTE -CAVEF se sienten felices de ser parte del encuentro y la propuesta
de SS.Francisco, y orgullosos de la parti-
cipacin en particular de Chacho Gara-bal y Domingo Romano, cantando el
himno para todo el mundo desde el esta-
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cin dice: El cambio empieza hoy; busca en tu corazn. Somos Scholas por el mun-do, sembramos un olivo por la Paz. El partido ser emitido en vivo en varios pases del mundo. En el pas de los au-
tores, Argentina, a travs de la televisin
pblica, a las 15.45 local. En los pases
latinoamericanos de la zona Pacfico os-cilar entre las 17,45 y 19,45 horas loca-
les. El encuentro reunir a las estrellas
de todo el mundo, de distintas religiones, para demostrar unin dentro del campo
de juego. Martina Stoessel (Violetta)
brindara un espectculo musical, sumndose solidariamente a la propues-
ta Los jugadores y tcnicos del ms alto nivel
que ya confirmaron su presencia son Lio-
nel Messi, Neymar Jr, Gianluigi Buffon, Zinedine Zidane, Gabriel Batistuta, Rober-
to Baggio, Francesco Totti, Andrea Pirlo,
Filippo Inzaghi, Alessandro Nesta, Yuto Nagatomo, Samuel Eto'o, Suley Muntari,
Andrea Ranocchia, Yosi Benayoun, Fer-
nando Muslera, Roque Santa Cruz, Cris-tian Ledesma, Mikel Arteta, Maxi Rodr-
guez, Gabriel Heinze y David Trezeguet, y
los entrenadores Gerardo Martino, Arsne
Wenger y Diego Simeone.
INSCRIPCIN E INFORMES Para participar deber inscribirse mandando un mail a congresos.logoterapia@gmail.com o acercarse a la Secretara en la Fundacin Argentina de Logoterapia Vktor E. Frankl, de lunes a viernes de 12 a 20hs., Charcas 3151.
La FUNDACION ARGENTINA DE LOGOTERAPIA anunciar la realizacin
del XXIII Congreso Argentino de Logoterapia bajo el ttulo
Logoterapia: actitud y profesin.
Invitado especial Dr. Julio Csar Labak y la participacin de reco-
nocidos Logoterapeutas de la Argentina y Latinoamrica.
Nuestra intencinanunciaes enfatizar la integracin frankleana en-tre vida y obra en una tarea comprometida, que se abre al mundo hacia una transformacin de la realidad para el bien comn. Como es habitual
en mbitos de la logoterapia, compartiremos un espacio para el inter-cambio de ideas y la profundizacin de conceptos
Este evento se realizar los das 24 y 25 de octubre del corriente ao, en el aula magna y anexos de la Facultad de Psicologa y Psicopedagoga de
la Universidad del Salvador, Marcelo T. de Alvear 1314, 1er. Piso (C.A.B.A.).
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U na de las tareas ms difciles de la paternidad es lograr el equili-brio de marcar lmites que no sean ni exageradamente rgidos ni demasiado permisivos.
Responder a las demandas de libertad
que plantean los hijos debe ser uno de
los desafos ms grandes con los que se
encuentra cualquier padre.
Las respuestas a esta demanda pueden
ser muchas. Desde las que reprimen de
tal modo que atrofian la libertad, hasta
aquellas que, de tan permisivas, se transforman en promotoras del libertina-
je.
Sin embargo, la libertad de nuestros
jvenes necesita respuestas que puedan ordenar un deseo ntimo, un caudal po-
deroso que cuando se desborda nos
plantea un dilema al que no siempre sa-
bemos responder: los lmites.
Que los chicos crezcan solos! Una bro-ma. Triste broma. La mnima verdad en-
sea que se nace y se crece a la sombra de los otros que ah estn con nosotros,
antes que nosotros, nos dice el profesor Jaime Barylko e ilumina el sentido pro-
fundo que tienen los lmites, que no es
otro que acompaar.
El lmite acompaa el crecimiento, orde-
na el caudal para que llegue a destino,
es tutor para enderezar lo torcido, indica la manera ms conveniente de encarar la
ruta de la vida, busca el bien del ser
amado.
El lmite contiene al ser humano, lo enfren-ta consigo mismo, con lo bueno y con lo
malo, le permite al hombre conocerse tal
cual es y, de esta manera, tener una real aceptacin de su persona. Ese conocimien-
to le posibilita que, en el momento de elegir,
lo haga desde su ser ms ntimo, y no des-de los condicionamientos internos o exter-
nos, en definitiva, le permite ser verdadera-
mente libre. La libertad humana no es slo
una libertad de, sino tambin una liber-tad para. Para qu ser libres?
Algunos piensan que los lmites daan la
libertad, la condicionan, la traumatizan.
Pero si no hay lmites, qu hay del otro la-do? A veces, la soledad; otras, el abismo del
que cae al vaco sin ser contenido, del es-
clavo de sus caprichos, o vctimas del per-misivismo. stas son puertas abiertas a
conductas adictivas no deseadas para
nuestros jvenes si de verdad los amamos.
El amor exige firmeza y compromiso, si no se transforma en mero sentimentalismo o
en pura afectividad.Firmeza es limitar y
Cartas para gente muy ocupada
ENTRE LOS LMITES Y LA LIBERTAD
Por Lic.Adrin DallAsta
Mail de contacto: ad@adriandallasta.com.ar
exigir para lograr desarrollar lo que poten-cialmente est en aquel que amo, sostie-ne el Padre Antonio Cosp en su libro
Firmeza y ternura.
Existe una estrecha relacin entre amor y bien: porque te amo te cuido y porque te cuido muchas veces te digo no. Sin em-bargo, es cierto que hoy los lmites no tie-
nen buena prensa.
El correcto ejercicio de la autoridad es co-
lumna vertebral del comportamiento
humano. Ni el autoritarismo vaco de sen-
tido ni el permisivismo facilista permiten un sano crecimiento y, mucho menos,
una preparacin para la exigente vida mo-
derna.
Trabajosa, y a veces ingrata, la tarea de guiar, de enderezar, de corregir y de dar
respuestas que, quizs, ni uno tiene. Pero,
qu gusto da ver el rbol florecido, no?
Adrin DallAsta es director ejecutivo de la Fundacin Proyecto Padres
Fuente:
Economa Para Todos
(www.economiaparatodos.com.ar)
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Seguinos por FaceBook y mantenete informado acerca de
nuestras prximas actividades y los anticipos del congreso
2015. Ya estamos trabajando en su organizacin y en breve
iremos publicando los primeros anticipos. No te los pierdas!
avisos uno no saba si Frankl era judo,
catlico o agnstico!!
Lejos del espritu del propio Frankl, que,
en no pocas oportunidades, supo afirmar que la curiosidad sobre la creencia religio-
sa de alguien era necia, tonta, impruden-
te, irrespetuosa. Nunca declar formal-mente su fe, quiero decir, nunca hizo ban-
dera con su creencia religiosa, porque lo
consider innecesario. Quiero declarar pblicamente que soy judo y nunca pens
en convertirme al catolicismo, hubiera si-do una tonta confesin en boca de Frankl. l mismo se hubiera sentido faltndole el
respeto al auditorio que la recibiera y a su
propia persona al hacerlo. De todos mo-
dos, bien sabemos que era una persona extremadamente religiosa, de culto diario,
de tradiciones firmes; un hecho contun-
dente es que solicit ser enterrado en el viejo sector judo del cementerio municipal
de Viena, circunstancia que su esposa Elly
lamenta, porque cuando ella fallezca, sien-do catlica, no podr ser enterrada a su
lado.
Ms all de su creencia de fe, Frankl siem-pre manifest un espritu muy ecumnico
(incluso en la ciencia, si nos permitimos
ampliar el ecumenismo a la actitud cientfica ante los aportes de autores con
pensamientos diferentes al suyo) Muy po-
siblemente resultante de una educacin familiar que as lo permiti y promovi.
Recordemos que los padres de Viktor, par-
ticularmente Gabriel Frankl, eran tradicio-
nalistas religiosos y que Frankl admiraba
a su padre orando diariamente con los
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U na de las circunstancias ms in-slita e inexplicablemente polmi-cas de la vida de Viktor Frankl, es su creencia religiosa. De cuna, tradicin y conviccin juda, muchos han
fantaseado con la posibilidad de su con-
versin al catolicismo o han criticado que se casara con una mujer catlica que
educ a su hija en el catolicismo.
Recuerdo que una vez se organiz una jor-nada sobre Logoterapia en una institucin
catlica, y los organizadores sugirieron que no se mencionara el libro El hombre en busca de sentido, por considerarlo pro-semita, lo que podra irritar la sensisibili-
dad de la concurrencia!!. En otra ocasin,
alguien me confes que haba convencido a muchos que Frankl se haba convertido
al catolicismo, para que pudieran leerlo
sin culpa!! Por el otro lado, he escuchado a algunos afirmar que la Logoterapia es
una psicoterapia de judos para los ju-dos, como diciendo la logoterapia es nuestra y ustedes, catlicos, deben abste-
nerse.
La necedad lleg a tal punto que recuerdo que el 2 de septiembre de 1997, cuando
Frankl fallece, en las noticias necrolgicas
de uno de los diarios ms importantes de
Argentina, aparecieron varios avisos de personas e instituciones vinculadas con la
Logoterapia, anunciando su muerte y soli-
citando oraciones por su descanso. Lo ms inslito es que algunos de esos avisos
incluan una estrella de David, otros una
cruz y otros nada. Es decir, leyendo los
Viktor Frankl y
Juan Bautista Torell
Por Dr. Claudio Garca Pintos
Mail de contacto: cavef@yahoo.com
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atributos (filacterias) tpicas con las que se invisten los judos al orar. Elsa Lion,
su madre, era descendiente directa de dos
rabinos de particular importancia en la tradicin del jasidismo, el Rabi Loew y el
Rabi Rashi. Sin embargo, el nio Viktor
cruzaba la calle del Prater algunas tardes, y corra hasta el convento de las Herma-
nas Carmelitas, y despus de jugar con
los nios en el patio, tomaba con ellos el chocolate caliente que ellas servan mien-
tras, seguramente, les enseaban el cate-
cismo catlico. Y los padres de ese nio,
tradicionalistas judos, no encontraban
inconveniente en ello.
En una ocasin, de las varias visitas de
Frankl a Buenos Aires, alguien encuentra al matrimonio Frankl rezando en la Cate-
dral Metropolitana. l siempre era lleva-
do hasta la Sinagoga Central de Buenos Aires, el hermoso templo ubicado en la
calle Libertad. Ante la sorpresa de verlo
rezando en una catedral catlica, quien lo cruza le pregunta por qu est all y no en
la sinagoga. Frankl, con cara de ingenui-
dad (solo la cara), solo respondi : Acaso Dios no est en todas partes? Alguna vez coment que le encantaba orar en la
catedral metropolitana, porque tena una
mstica propicia para el encuentro con
Dios.
Es ms, cuando uno entra al departa-
mento de Frankl en la calle Mariannen-gasse 1, encuentra al lado de la puerta
una pieza de cermica propia de los hoga-
res judos. Esta mezuzah forma parte de las tradiciones religiosas ms comunes en
y significa un pedido de proteccin del
hogar y de uno mismo fuera de l. Del otro lado de la puerta, puede verse un
hermoso crucifijo. Elly respetada y vene-
raba la mezuzah, tanto como Viktor, lo
haca con el crucifijo.
Una de las versiones ms inslitas que
pude escuchar, es cuando algunas perso-nas me preguntaron si era verdad que
Viktor Frankl se haba convertido al cato-
licismo, y se haba incorporado al movi-
miento Opus Dei. Cuando dije que no era cierto, no solo no me creyeron sino que
me afirmaron que estaba equivocado y que ellos tenan documentacin fidedigna que
as lo demostraba.
Creo que Viktor nunca habra pertenecido a movimiento religioso alguno, catlico ni
judo, y nunca estuvo en su sentimiento
abandonar su tradicin y fe juda. Bsica-mente porque no lo hubiera sentido necesa-
rio. Su vnculo con la Trascendencia no re-
quera de patente alguna que certificara
desde qu vereda lo haca.
Es cierto que tena relaciones estrechas, de
respeto y afecto personal, con personalida-des reconocidas del universo catlico. Sen-
ta gran simpata por la Madre Teresa de
Calcuta (ella misma lo propuso como candi-dato al Premio Nobel de la paz), por
SS.Juan Pablo II (Karol Wojtyla lo admiraba
a Frankl, desde sus tiempos de profesor de
filosofa en la Universidad de Cracovia, donde enseaba la logoterapia frankliana),
admiracin por Maximiliano Kolbe, entre
otros, y amistad personal con sacerdotes y cardenales. Recordemos su estrechsima
vinculacin con el salesiano Eugenio Fizzot-
ti, a quien muchos consideran uno de sus
ms destacados y queridos discpulos.
Pero dentro de todos esos vnculos, quiero
recordar hoy, en un nuevo aniversario de su fallecimiento, a uno de ellos en particu-
lar. Cuando en 1986 pude defender mi te-
sis doctoral sobre la vejez, desde una mira-da logoteraputica (El crculo de la vejez. Sobre la psicologa normal de la persona que envejece, 1986), una de las primeras cosas que hice fue remitirle un ejemplar a Frankl.
Con su generosidad habitual, inmediata-
mente me respondi, agradeci el envo, me
felicit por mi graduacin summa cum laude y me alent a seguir adelante con el tema. Para mi sorpresa, me pidi referen-
cia sobre una cita de Hlderlin que haba incluido en el trabajo y me solicit permiso
para pasrsela a un colega suyo que podra
apreciarla mucho ms (en tanto el trabajo estaba escrito lgicamente en espaol) Ob-
viamente, mi respuesta fue afirmativa. Ese
colega al que Frankl haca referencia era
Juan Bautista Torell.
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Monseor Juan Bautista Torell, sacerdo-te, psiquiatra y escritor, vivi durante ca-
si 46 aos en Viena, rector de la Iglesia de
San Pedro (Peterskirche) y vicario regio-nal, precisamente, del Opus Dei en Aus-
tria. Excelente pastor, profundo telogo y
gran predicador, adquiri gran prestigio, no solo para la comunidad catlica, en
funcin de su participacin activa en la
cura de almas Supo desplegar una es-trecha amistad con Viktor Frankl, amis-
tad que ambos apreciaban por igual.
Fue l quien acompa a Frankl y su es-posa Elly a la entrevista con SS.Paulo VI
en Vaticano y quien lo present a Jose-
mara Escriv de Balaguer (fundador del
Opus Dei), organizando una entrevista entre ambos que tuvo lugar cuando
Frankl lo visit en la Villa Tevere. Des-
pus de visitarlo, coment: Este hombre tiene en la cabeza una bomba atmica, al referirse al entusiasmo de Escriv de Ba-
laguer vinculado con todos sus proyectos
relacionados con el Opus Dei.
Me detengo hoy en la relacin de amistad
entre Viktor Frankl y Juan Bautista To-rell, porque hace 17 aos, cuando
Frankl fallece, l supo escribir una nota
necrolgica que me interesa compartir
con los lectores de Logored en este nuevo
aniversario.
A continuacin, la nota:
RECUERDO DE VIKTOR FRANKL
Autor: Joan Baptista Torell
Revista STUDI CATTOLICI
Un encuentro querido
Al trasladarme a Viena en 1964, trat de
ponerme en contacto enseguida con el fa-
moso psiquiatra Viktor E. Frankl, de quien haba ledo varias obras con gran
satisfaccin y provecho. Encontr su
nmero telefnico en el directorio y, al primer intento, he aqu que estaba l mis-
mo, sin intermediarios, en el telfono, co-
mo despus supe era su costumbre desde
siempre y hasta su muerte.
Nuestro primer encuentro tuvo lugar en su habitacin, vecina al Policlnico de Viena,
donde durante veinticinco aos imparti
sus lecciones de logoterapia. Inmediata-mente me envolvi su franqueza: que yo
fuera un sacerdote catlico (con uniforme)
no lo alej de m, por el contrario, me pare-ci que le agradaba. Como dos perros dicho
sea con todo respeto se husmean para co-
nocerse, as fue entre nosotros, decentsi-mamente, en aquella conversacin que ini-
ci una amistad jams interrumpida ni nu-
blada.
No me referir a nuestras coincidencias en
materia de antropologa y de psiquiatra
(acerca del puesto eminente de Frankl en
estas disciplinas habr que escribir mucho todava), sino dar a conocer algunos aspec-
tos de su personalidad humansima y que-
ridsima.
Sobreviviente de cuatro campos de concen-
tracin
Discpulo de Rudolf Allers tambin psiquia-
tra austraco, catlico y tomista, Frankl se
gradu como neurlgo con patentes inter-
eses sociales, tanto que rpidamente fund una cadena de consultorios para jvenes
con dificultades, con la colaboracin de un
notable, culto y celoso pastor de almas de la dicesis de Viena y de la psicloga Char-
lotte Bhler, quien llegara a gozar de fama
internacional.
Como Freud, tuvo la oportunidad de huir
del terror nazi yndose al extranjero, pero
por fidelidad a su jovencsima esposa y a sus padres, prefiri quedarse en Viena. To-
dos fueron arrestados y brutalmente con-
ducidos a los campos de exterminio de los hebreos. Frankl conoci muy bien cuatro, y
logr sobrevivir gracias a sus servicios
mdico-psicoteraputicos que prest sin
discriminaciones.
Una tarde, mientras conversaba con l, me
invit una vez ms a acompaarlo con su segunda mujer, Eleonor (Elly, su gran cola-
boradora), a un paseo sobre la Rax, la mon-
taa de cerca de mil metros de altura bas-
tante prxima a la capital austraca, de la cual l era uno de los escaladores ms ex-
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pertos. Objet que justamente aquel sbado deba celebrar un matrimonio en
uno de los barrios ms populares de la
ciudad: el Vigsimo. La noticia lo agit de modo evidente. Me explic que, exacta-
mente detrs del bside de aquella igle-
sia, haba vivido con su familia, y precisa-mente ah se haba despedido de los su-
yos antes de ser llevado al confinamiento
que se revelara mortal para todos, excep-to para l. Mientras celebraba aquel ma-
trimonio, en un momento determinado, vi
aparecer en la iglesia a Frankl, su mujer
y su hijo, que permanecieron hasta el fi-nal de la liturgia y vinieron despus a la
sacrista a felicitarme a m, dado que los
esposos les resultaban totalmente desco-
nocidos
Frankl era as. No un sentimental, pero s
un hombre de una afectividad riqusima, a la que su fuerte inteligencia y vasta cul-
tura deban no poco: adhesin a lo real
concreto, al paciente singular, al amigo. No slo con su conviccin de que cada
persona y cada situacin vital poseen un
significado (en ltima instancia, trascen-dente), sino tambin su temperamento
abierto, aventurero e inalterable hicieron
de l un intelectual y un ciudadano in-
quebrantablemente fiel a s mismo y, al mismo tiempo, un hombre comprensivo,
estimulante y siempre dispuesto a acudir
en ayuda de cualquier necesidad o dolen-cia tambin en las circunstancias extre-
mas, sin salida (recurdense sus conver-
saciones con los presidiarios de San
Quintn)
l es el ltimo psicoterapeuta de nuestro
siglo, creador de un sistema completo, terico y prctico, original, con races an-
tropolgicas clsicas y modernas: en l se
dan la mano, Scrates y Max Scheler, Toms de Aquino y Heidegger; todo junto
a la pasin integradora de metafsica y
fenomenologa de una Edith Stein y del
Karol Wojtyla de Persona y accin.
Muchos lectores de su obra escrita en un
lenguaje vivo e impactante, lo han tenido por catlico, pero l permaneci fiel a la fe
de sus padres y de su jovencsima mujer,
mrtires de la persecucin nazi. La lectura de sus memorias de la vida en los campos
de concentracin conmueve y sorprende
porque, sin minimizar en efecto los horro-res de aquel infierno, revela su nimo gene-
roso, libre de rencores y de espritu de ven-
ganza, frecuente en la literatura del gnero; pero su persona sorprenda todava ms:
siempre alegre, siempre acogedor, jams
encerrado en etiquetas polticas. Fue un gran defensor del Presidente Kurt Wald-
heim, vctima de una campaa calumniosa
desencadenada por los socialistas austra-
cos y victoriosamente conducida por un grupsculo de potentes hebreos estadouni-
denses; y, al recibir la ms alta distincin
honorfica austraca, no se recat de citar a Heidegger (colaborador del nazismo, an
hoy casi innombrable en su patria) entre
las personas a las que ms deba, no slo por su anlisis del existente, sino sobre to-
do por su integridad intelectual que le impi-
di la publicacin de la segunda parte de Sein und Zeit que habra sido un aconteci-
miento, tambin de ventas porque no esta-
ba convencido de su verdad filosfica.
Frankl, que en tantas naciones tiene insti-
tutos y ctedras sobre su logoterapia, vio
surgir finalmente con gran retardo, en los
aos ochenta, un centro dirigido por sus discpulos, que sin embargo, pocos aos
despus debi desautorizar porque ellos,
con tal de obtener la licencia de la burocra-cia oficial todava dominada por la vieja or-
todoxia freudiana, llegaron a un acuerdo
con procedimientos que Frankl consideraba incompatibles con sus tesis sobre la perso-
na humana Y no se trataba de testarudez,
sino de aquella coherencia y rectitud de conciencia que el mundo mundano puede
considerar vanidades hipersensibles o, pos-
modernamente, fundamentalismos. Pero
Frankl tena razn y, aunque el parangn es un poco arriesgado, la juventud lo sigue
como a Juan Pablo II: ambos han predicado
lo contrario al relativismo absolutista y al hedonismo dominante, pero los jvenes tie-
nen el olfato sano que husmea el sentido
de la vida, tambin all donde se lo niega. Y es esto lo que jala, en torno a un Papa y a
un cientfico, multitudes de personas jve-
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nes y entusiastas.
Frankl, profesor universitario en Viena,
Pittsburgh, Harvard, Dallas, San Diego
(California), con una ctedra que lleva su nombre en la Academia de Filosofa de
Liechtenstein y con casi una treintena de
doctorados honoris causa, autor de best-sellers internacionales, conferencista in-
fatigable (en ms de 200 universidades de
los cinco continentes),
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