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Revista Salud Pública y Nutrición Edición Especial 01- 2011
RESPYN
1 al 4 de Marzo del 2011 Aguascalientes, Ags.,
México
PONENCIAS 4° DE MARZO
Obesidad y Embarazo
LNCA Cinthya Muñoz Manrique
Objetivos
1. Identificar las complicaciones secundarias a la presencia de obesidad antes,
durante y después del embarazo.
2. Conocer las estrategias de nutrición para el manejo de pacientes con obesidad
previa y durante al embarazo.
Introducción
La prevalencia e incidencia de sobrepeso y obesidad, en mujeres en edad
reproductiva, aumentó en los últimos años. En la encuesta nacional de salud y
nutrición del 2006 (ENSANUT) se reportó una prevalencia del 70% en las
mujeres del grupo de edad de 30 a 60 años. El incremento de obesidad (1993
al 2006) fue de nueve puntos porcentuales aproximadamente; para el 2006, el
34.5% de mujeres presentaba obesidad (grupo de edad > 20 años).
De acuerdo a la Organización Mundial de Salud, se considera como obesidad
cuando existe un punto de corte en el Índice de Masa Corporal (IMC) > 30
kg/m2. Estudios realizados han considerado el IMC pregestacional como factor
de riesgo para complicaciones maternas y fetales durante el embarazo.
Obesidad como factor de riesgo
En las mujeres con obesidad pregestacional y/o ganancia excesiva de peso
existe mayor riesgo de presentar complicaciones maternas (diabetes
gestacional (DMG), desórdenes hipertensivos, preclampsia, cesárea de
emergencia, hemorragia posparto, infección de tracto urinario y genital,
infección de herida y morbilidad postoperatoria) y, complicaciones fetales y
neonatales (muerte intrauterina, macrosomía, distocia de hombro y aspiración
de meconio). Asimismo, se ha observado que aquellos recién nacidos de
madres con DMG y/o que presentaron macrosomia, tienen un mayor riesgo de
complicaciones metabólicas, obesidad infantil y enfermedades crónica-
degenerativas en edad adulta.
Ganancia de peso recomendada
La NOM-SSA2-043-2005 estable una ganancia de peso adecuada de acuerdo
a lo establecido por el Instituto de Medicina de los Estados Unidos (1999); sin
embargo, debido a que previamente no había una tasa de ganancia para las
mujeres que presentaban obesidad antes del embarazo, se reconsideró una
última revisión (2009).
IMC
pregestacional
Ganancia total (kg.) Tasa de ganancia 2do y 3er
trimestre
< 18.5 kg/m2 12.5-18 .51
(.44-.58)
18.5-24.9 kg/m2 11.5-16 .42
(.35-.50)
25.0-29.9 kg/m2 7-11.5 .28
(.23-.33)
> 30.0 kg/m2 5-9 .22
(.17-.27)
IOM 2009
Estrategias
Diferentes asociaciones internacionales recomiendan que todas aquellas
mujeres que se presentaban obesidad antes del embarazo deben de recibir
asesoría nutricia antes, durante y después del embarazo. Para antes del
embarazo, es importante considerar una reducción de peso (IMC normal) y
promover cambios en el estilo de vida. Durante el embarazo, la Asociación
Americana de Dietistas propone como objetivos principales: 1) Promover una
ganancia adecuada de peso, 2) Promover un consumo de alimentos dentro de
una dieta correcta, 3) Evitar complicaciones maternas, 4) Promover un
adecuado desarrollo y crecimiento fetal. La consulta de nutrición debe de ir
orientada al grupo de riesgo específico y considerando los cambios fisiológicos
y metabólicos durante la etapa de embarazo. Posterior al embarazo, se debe
evitar la retención de peso, logrando llegar a su peso pregestacional o, si es el
caso, hasta llegar a un peso que se considere saludable (IMC normal).
Porciones Controladas
LN Marcela Leal de Rondine
Cuadro Nº1: Resumen de las principales respuestas obtenidas en relación al
consumo de galletitas (n=388)
Envase chico
Envase
Mediano
Envase Grande
Lugar de
mayor
habitualidad
en el consumo
1º Calle
2º Trabajo
1º Casa
2º
Trabajo
Casa
Percepción
mayoritaria de
unidades por
paquete
La mitad percibe
que contiene entre
6 y 10 unidades
La mitad
percibe que
contiene entre
11 y 20
unidades.
8 de cada 10
percibe que
contiene más de
20 unidades
Cuantas come
la mayoría al
abrir el
paquete
1 a 5 unidades:
63%
1 a 5 unidades:
70%
1 a 5 unidades:
68%
Ventajas
Práctico para
trasladar
Para cuando
está solo o come
solo
Desventajas
Poca cantidad
/no rinde
No conviene
relación precio/
cantidad
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos recolectados en la encuesta
Tabla 1: Razones por las cuales compraría el envase chico de galletitas
(n=165)
Razones %
Para cuando come/está solo/a 30%
Para cuando está en la calle 13%
Para mi/s hijo/s para que lo lleven al colegio 11,00%
Para el trabajo/facultad 10%
Para no comer de más 7%
Menor precio 6%
Práctica para llevar en la cartera 6%
Envase práctico 4%
La cantidad es suficiente 4%
Como colación 3%
Para que no sobre/se humedezcan 3%
Otros 3%
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos recolectados en la encuesta
Tabla 3: Razones por las cuales compraría el envase chico de snacks (n=122)
Razones %
Para cuando come/está solo/a 42%
Para cuando está en la calle 14%
Envase práctico 8%
Para no comer de más 7%
Para que mi/s hijo/s se lleven al colegio 6%
Para que no sobre/se humedezcan 5%
La cantidad es suficiente 4%
Para el trabajo/facultad 4%
Como colación 3%
Otros 3%
Menor precio 3%
Para llevar en la cartera 1%
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos recolectados en la encuesta
Obesidad Infantil: Estrategias para Combatirla
Dr. Salvador Villalpando Hernández
La International Obesity Task Force (IOTF) ha estimado que cerca de 155
millones de escolares y 22 millones de niños menores de 5 años de la
población mundial tienen sobrepeso u obesidad. Padecer obesidad durante la
infancia representa un riesgo dos veces mayor de padecer obesidad durante la
edad adulta. La prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos mexicanos ha
aumentado alarmantemente. Tener un peso corporal no saludable durante la
infancia aumenta el riesgo de sufrir diabetes, hipertensión, enfermedades
cardiovasculares y dislipidemia durante la edad adulta. Por otra parte los niños
obesos son socialmente estigmatizados por sus compañeros y otras personas.
El objetivo de esta presentación es describir la prevalencia y distribución del
sobrepeso y la obesidad en niños de 2-18 años de edad su tendencia entre
1988y 2006. Asimismo describir el proceso de establecimiento de las políticas
de estado para combatir el sobrepeso y la obesidad.
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en población de 2 a 18 de edad fue de
24.3%; 16.7% en preescolares, 26.1 % escolares y 30.1% en adolescentes.
La prevalencia fue más alta en escolares y adolescentes de la región norte y de
la ciudad de México y en el nivel más alto de nivel socioeconómico sin
diferencias por sexo.
Tendencias. Durante la década pasada la prevalencia de sobrepeso y
obesidad aumentó a razón de 1.1 puntos porcentuales por año en escolares y
aumento casi tres veces en adolescentes mujeres.
La respuesta social organizada ha tardado en integrarse y fue hasta 2010 que
el Gobierno Federal lanzó una política de estado para reducirla contenido en el
documento Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria con los siguientes
objetivos:
1. Fomentar la actividad física en la población en los entornos escolar,
laboral, comunitario y recreativo con la colaboración de los sectores
público, privado y social.
2. Aumentar la disponibilidad, accesibilidad y el consumo de agua simple
potable
3. Disminuir el consumo de azúcar y grasas en bebidas
4. Incrementar el consumo diario de frutas y verduras, leguminosas,
cereales de granos enteros y fibra en la dieta, aumentando su
disponibilidad, accesibilidad y promoviendo su consumo
5. Mejorar la capacidad de toma de decisiones informadas de la población
sobre una dieta correcta a través de un etiquetado útil, de fácil
comprensión y del fomento del alfabetismo en nutrición y salud.
6. Promover y proteger la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses
de edad, y favorecer una alimentación complementaria adecuada a partir
de los 6 meses de edad
7. Disminuir el consumo de azucares añadidos en los alimentos, entre
otros aumentando la disponibilidad y accesibilidad de alimentos
reducidos o sin azúcares añadidos.
8. Disminuir el consumo diario de grasas saturadas en la dieta y reducir al
mínimo las grasas trans de origen industrial.
9. Orientar a la población sobre el control de tamaños de porción
recomendables en la preparación casera de alimentos, poniendo
accesibles y a su disposición alimentos procesados que se lo permitan,
e incluyendo en restaurantes y expendios de alimentos, tamaños de
porciones reducidas.
10. Disminuir el consumo diario de sodio, reduciendo la cantidad de sodio
adicionado y aumentando la disponibilidad y accesibilidad de productos
de bajo contenido o sin sodio.
Tratamiento Nutricional de la Obesidad Infantil
LN Isela Núñez Barrera
Objetivo:
El espectador tendrá las herramientas suficientes para el manejo nutricional del
paciente con sobrepeso y obesidad
Los diferentes grupos de expertos, asociaciones o academias, proponen
puntos clave para el apego y el éxito de la intervención nutricional. Una dieta
correcta tendrá que ser utilizada en niños tanto menores de 2 años de edad,
como los mayores. La dieta deberá basarse en la ingesta de verdura, fruta,
cereales integrales, productos de origen animal bajos en grasa o bien magros,
productos lácteos sin grasa o bien bajo en grasa y granos como leguminosas.
El hacer hincapié en los hábitos que tienen que generar un cambio en el estilo
de vida, derivando en la baja ingesta de grasas saturadas y grasas trans,
colesterol y azúcar y la sal, la ingesta de energía y la actividad física adecuada
para el mantenimiento de un peso normal para la estatura, e ingesta adecuada
de micronutrimentos[1].
MANEJO NUTRICIONAL
El manejo nutricional para la obesidad, tendrá que encaminarse a la
disminución en la ingesta de energía e incremento del gasto energético. El
objetivo del tratamiento nutricional será el promover la pérdida de peso o
mantenimiento durante el crecimiento lineal.[2, 3].
Energía
El aporte energético se establece de acuerdo a las recomendaciones de
energía de agua doblemente marcada de la Organización Mundial de la salud
[4]. El manejo nutricional se dará en dos etapas; primeramente la etapa no
restrictiva en la cual se espera tener una adecuada evolución de la disminución
de peso, de no ser así se tendrá que pasar a la etapa dos. [2, 3, 5]. La
academia americana de pediatría recomienda restringir de 300 a 400 kcal por
debajo de la recomendación energética de acuerdo a edad y sexo, o bien, por
debajo de la ingesta energética referida en la historia de alimentación[6, 7]. El
aporte energético para niños de 6 a 12 años no debe ser menor a 900 kcal al
día y para adolescentes de 13 a 18 años no debe ser menor a 1200 kcal por
día[6].
Proporción de nutrimentos
La proporción de macro nutrimentos debe ser equilibrada, con el aporte de
nutrimentos recomendado para edad y sexo[5].
Proteínas. Se debe cubrir la recomendación proteica de acuerdo a edad y
sexo, con proporción de 10 a 15% ( hasta 35%) del valor energético total[6].
Lípidos. Se recomienda una proporción menor a 30% (hasta 35%) del valor
energético total, proviniendo menos del 10% de grasa saturada[7, 8]. La
restricción de grasa saturada es recomendada en niños mayores de 2 años.[6,
8]
Hidratos de carbono. La proporción recomendada es de 45 a 65% , del valor
energético total, con menos del 10% de hidratos de carbono simples[6].
Fibra. Se recomienda la ingesta de alimentos ricos en fibra ya que producen
efecto de saciedad.[2] Una regla sencilla para brindar el aporte es la de “edad
en años + 5”[9].
Indicación de la dieta
La dieta debe ser estructurada, debe incluir desayuno, comida y cena, y 1 a 2
colaciones al día[3]. Los alimentos incluidos en una dieta correcta, serán
difícilmente aceptados ya que no están acompañados de aderezos, grasas,
frituras, etc. Por lo que se tendrá que reforzar la orientación alimentaria durante
cada una de las consultas a las cuales asista el paciente.
Jugos
Existen artículos que reflejan una clara asociación de obesidad a una mayor
ingesta de jugos 100% de fruta, cuando lo ingesta es mayor a 12 onzas por día.
Es de importancia considerar que los jugos que se ingieren no suelen ser 100%
de fruta natural, si no bebidas endulzadas y saborizadas; las cuales contienen
un aporte importante de azúcares. Para los cuales se ha encontrado asociación
de igual forma para obesidad[9].
Ayuno
Es evidente que los pacientes obesos ayunan con mayor regularidad de la que
uno se pudiese imaginar, lo cual incrementa el riesgo a adiposidad
principalmente en los adolescentes. La práctica del ayuno permitirá que el
paciente ingiera mayor cantidad de alimento en otra ocasión del día[9].
Comida rápida
Limitar a una ocasión por semana la compra e ingesta de alimentos preparados
de forma rápida y fuera de casa. Evitando el uso de carnes fritas, empanizados,
mayonesas, quesos, papas fritas, alimentos fritos, tocino etc.[9, 10] La comida
que se realiza en restaurantes por lo general es más basta, por lo que tendrá
que ser compartida y limitada a una ocasión por semana[10].
Bibliografía
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Adolescents: A Guide for Practitioners. Pediatrics, 2006. 117: p. 544-
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5. Vásquez-Garibay EM., et al., Guía clínica para el diagnóstico,
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Manual of Clinical Dietetics, A.S.K. Nevine Folino Nancy L, Liesje
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7. American Academy of Pediatrics, Pediatric Obesity, in Pediatric Nutrition
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8. August GP, et al., Prevention and Treatment of Pediatric Obesity. J Clin
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9. Spear, B., S. Barlow, and C. Ervin, Recomendations for treatment of
child and adolescent overweight and obesity. Pediatrics, 2007. 120(supl):
p. 254-288.
15. Kilsh WJ, et al. Clinical evaluation of the obese child and adolescent.
2010 Last literature review version 18.1 Enero 2010.
El Nutriólogo ante la Epidemia de Obesidad
MCS Ana Bertha Pérez Lizaur
Objetivo:
Descubrir con los asistentes las oportunidades del Nutriólogo en la acción para
prevenir y controlar la epidemia de obesidad.
Resumen
En los últimos años, México ha experimentado una transición epidemiológica
caracterizada por un aumento alarmante en la prevalencia de sobrepeso y
obesidad en la población. Es fundamental que se realicen acciones para
detener el aumento de personas con sobrepeso y ofrecer un tratamiento
adecuado a las enfermas. Los diferentes actores que inciden en la alimentación
y la nutrición de los mexicanos, convinieron el Acuerdo Nacional de Salud
Alimentaria (ANSA) en el 2010, con el fin de buscar la sinergias de estrategias
gubernamentales, privadas, de la sociedad civil y de la academia para resolver
la situación. A lo largo de las acciones que propone el ANSA, se encuentran un
sinnúmero de posibilidades de acción del profesionista de la nutrición; quien
requiere actualizar y profundizar sus conocimientos, mostrar una actitud
proactiva y creativa, así como utilizar sus habilidades para, en un contexto
multidisciplinario, impactar en el contexto actual de salud.
Intervenciones Psicoeducativas para el Paciente con
Obesidad
Lic. Psic. Verónica Vázquez Velázquez
Objetivo:
Que el asistente conozca la historia, la definición, las técnicas y los resultados
obtenidos de las intervenciones psicoeducativas dirigidas al tratamiento de la
obesidad.
¿Ha servido brindar información?
SI
• Cambia el concepto de la enfermedad (principios del balance de energía
y las conductas para modificar el peso, sus consecuencias).
• Conocen los riesgos y les refuerzan su situación médica.
• El miedo es un procedimiento de cambio conductual moderadamente
efectivo
NO
• Cambiar el peso de la población.
• No ha generado cambio en sus conductas.
• Las amenazas no predicen intenciones o conductas
Kip KE. et al. Am J Prev Med 2002;22:258-66.
Witte K. Health Educ Behav 2000;27:591-615.
Jeffery RW, Utter J. Obes Res 2003;11:12s-22s.
Educación
Pretende que las personas piensen por ssí mismas, tomen sus propias
decisiones y se fijen sus propios objetivos de acuerdo con sus circunstancias.
• No se debe concentrar toda al inicio del diagnóstico.
• No puede ser puntual, tiene que ser continuada.
• No motiva a través del miedo (no resulta a largo plazo).
• Es un proceso largo que requiere insistencia y paciencia.
• Habla siempre de ganancias, nunca de pérdidas (estímulos positivos).
• Se adapta a la persona involucrada y no al revés.
Psico-educación
• Proporciona al paciente una base teórica y práctica para la comprensión
y el afrontamiento de las consecuencias de la enfermedad y le permite
colaborar de forma activa con el equipo en algunos aspectos de su
tratamiento.
• Su aplicación en enfermedades crónicas ha demostrado ser eficaz para
reducir la intensidad, la frecuencia y el impacto de nuevas crisis,
mejorando significativamente la calidad de vida del paciente y de su
familia.
• Fue creada como un componente de la terapia cognitivo-conductual.
• Sobre la base de que las falsas creencias que pueden presentar estos
pacientes, se originan en parte por la falta de información o por una
información errónea.
• Se le transmite el sentimiento de que es respetado y valorado como
parte del proceso terapéutico, buscando la colaboración mutua entre el
paciente y el profesional a cargo.
Objetivos:
• Promover que la situación sea aceptada.
• Dar sentido a la información.
• Moderar la ansiedad generada a partir del desconocimiento y/o
desinformación.
• Desarrollar estrategias más adaptadas y saludables para el
afrontamiento efectivo de los síntomas.
• Detectar la recurrencia de las recaídas.
Burish y Broadley, 1983; Jacobs, 1993
Psicoeducación en el tratamiento de la obesidad
• Definición de la obesidad (lluvia de ideas).
• Etiología de la obesidad (origen y mantenimiento).
• Tratamiento: Dietas y actividad física.
• Importancia del cambio en el estilo de vida.
• Motivación y expectativas.
• Imagen corporal e ideal de belleza.
• Barreras.
• Conocimientos sobre nutrición, actividad física y factores psicológicos.
Relación de Tejido Adiposo Intra-Abdominal con
Problemas Metabólicos
Dra. Norma Ramos
Objetivo:
Establecer las características del tejido adiposo intra-abdominal y su asociación
con los problemas metabólicos.
Resumen
El aumento de la grasa corporal es factor de riesgo para el desarrollo de
problemas en la salud, particularmente la grasa que se ubica alrededor de la
cavidad abdominal se ha relacionado con problemas metabólicos como
hiperglucemia, dislipidemias e hipertensión arterial. Este depósito se conoce
como tejido adiposo intra-abdominal.
Diferentes métodos de composición corporal se han validado para estimar la
cantidad de tejido adiposo intra-abdominal, hasta la fecha solo las imágenes de
resonancia magnética y tomografía computarizada son las técnicas confiables
para evaluar este compartimento. La medición de la circunferencia de cintura
se ha utilizado como una herramienta práctica para establecer riesgo
metabólico tanto en población pediátrica como en adultos. Sin embargo, esta
medición no hace diferencia entre el tejido adiposo intra-abdominal y
subcutáneo.
Se ha observado que el tejido adiposo intra-abdominal tiene un aumento
natural durante la etapa de la adolescencia. Con la disminución de los
andrógenos y estrógenos durante el periodo de la menopausia y andropausia,
se observa un incremento de 6 cm2 de tejido adiposo intra-abdominal. Otro
factor que favorece la acumulación de este compartimiento es la ganancia de
peso corporal, la cual se presenta a mayor edad. Se reporta que el incremento
de tejido adiposo intra-abdominal puede ser de 2 cm2 por cada kilogramo de
peso corporal extra que se gane.
El tejido adiposo intra-abdominal se caracteriza por tener una alta actividad
lipolítica y secretar de una serie de adipocinas de origen peptídico y no
peptídico vinculadas a problemas metabólicos. El aumento de este tejido
adiposo favorece mayor secreción de adipocinas, resultando con ello el
desarrollo de complicaciones como hiperinsulinemia, hipertensión arterial y
dislipidemias. En contraste, el incremento de tejido adiposo intra-abdominal
afecta la secreción de la adipocina denominada adiponectina. Esto genera
resistencia a la insulina, aumento de la presión arterial y alteraciones en el
proceso de fibrinólisis.
Hasta el momento no se ha establecido la cantidad de tejido adiposo intra-
abdominal “saludable” o con menor riesgo para el desarrollo de problemas
metabólicos. Existen pocos estudios en población mexicana que establezcan la
cantidad de tejido adiposo que se presenta en la cavidad abdominal en el ciclo
de la vida y su asociación con el desarrollo de hiperglicemia,
hipertrigliceridemia, hipercolestorelemia, elevación de las lipoproteínas LDL e
hipertensión arterial.
Estilo de vida: Consideraciones sobre el concepto y su
relación con la construcción de hábitos alimentarios
Mtra. Jeanette Pardío
Objetivo:
Llamar a la reflexión sobre el uso constreñido que frecuentemente hacen los
profesionales de la salud sobre el concepto de estilo de vida.
Resumen
Recurrentemente encontramos el término estilo de vida en publicaciones
científicas encaminadas a cambios de conductas de riesgo y a la promoción de
la salud. De igual manera, el médico lo menciona de forma convencional en
su consulta diaria con la idea de motivar a las personas a que modifiquen su
estilo de vida para prevenir ciertas enfermedades. Lo inquietante de lo anterior
es que pocas veces queda claro qué es exactamente el estilo de vida. Una
primera aproximación al vocablo nos la ofrece el diccionario de la Real
Academia Española: modo, manera, forma de comportamiento, y también, uso,
práctica, costumbre, moda.1 Se trata de una aproximación porque ciertamente
el diccionario define la palabra estilo pero estilo de vida como tal no la incluye.
La presente ponencia tiene por objetivo llamar a la reflexión sobre el uso
reducido que frecuentemente se hace sobre el concepto estilo de vida. Si
bien esta reducción responde a la necesidad del campo de la salud de contar
con herramientas prácticas para la prevención y manejo de las enfermedades
crónicas, particularmente la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la
diabetes tipo 2, es importante señalar que esta visión deja de lado diversos
aspectos que explican la imposibilidad de la mayoría de los individuos de
modificar su estilo de vida.
El estilo de vida es un constructo psicosocial, aprendido y aprehendido desde
las etapas más tempranas de la vida. De acuerdo a Mayo,3 se caracteriza, al
menos, por dos niveles. El primero alude al tiempo histórico, contexto social,
cultural, económico y político en el que se desenvuelve el individuo. En este
sentido es objeto de estudio de la sociología, la economía y la filosofía. En un
segundo nivel, no de menor importancia, encontramos todo lo anterior pero
con una acción propia, es decir, alude a las acciones ligadas a la respuesta
subjetiva de cada sujeto. Adler, un autor del campo de la psicología de las
primeras décadas del siglo XX, admitió que estas respuestas están
condicionadas, al menos, por cuatro factores: a.- la dinámica familiar, b.- el
lugar que ocupa el individuo en la familia, c.- las minusvalías orgánicas, y d.-
el sentimiento de superioridad.4
Un tercer nivel que no cita Mayo pero que bien puede incluirse es el que tiene
que ver propiamente con la definición de la palabra estilo, como la que ofrece
el diccionario de la Real Academia Española presentada al inicio de este
capítulo. Se trata de un concepto idiográfico que refleja un fenómeno
irreproducible, es la construcción que cada persona hace en función de su
historia y cultura. Así, el estilo es un modo de funcionar y que se reconoce en
el individuo por medio de actos específicos, los cuales a su vez dependen de
otras variables.1
La palabra estilo de vida no se indexó al Index Medicus sino hasta 1972,2
precisamente cuando el concepto fue diferenciado del desarrollo de la
personalidad (personality development), a partir de este momento las
publicaciones que citan el término se triplicaron.
Con el propósito de contrastar las aportaciones que hizo Adler sobre el
concepto con el abordaje que actualmente se hace sobre el mismo, Coreil2
llevó a cabo una minuciosa revisión de los artículos indexados al Index
Medicus desde 1972 hasta 1983 que citan el término life style. Este autor
observa que la mayoría de las investigaciones utilizan el concepto sólo para
referirse a ciertos factores de riesgo relacionados con la salud (v.gr.
tabaquismo, alcoholismo, obesidad, sedentarismo y dieta incorrecta), inclusive
una buena parte de ellas consideran el vocablo estilo de vida y los factores
de riesgo como sinónimos. Esta visión hace suponer que el “estilo de vida”
se reduce a conductas aisladas del individuo, que actúan de manera
independiente de otras variables y que el individuo es capaz de modificar su
“estilo de vida” de manera voluntaria. Más aún, incluye poco o nada sobre las
influencias sociales, económicas, políticas, culturales, por mencionar sólo
algunas, que condicionan el estilo de vida de las personas. De esta manera, la
adquisición de los hábitos relacionados con la salud implícitamente quedan
relegados del marco de la transmisión cultural, ubicando al individuo como
único responsable de sus actos. De igual manera, traslada el concepto al
terreno del positivismo y empirismo, y lo divorcia del estudio integral que
exige por sí mismo el origen del concepto.
Referencias bibliográficas
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10. Mosak HH. Life style assessment: a demonstration focused on family
constellation. J Individual Psychology 1972;28:232-47.
Estrategias para la prevención de la obesidad infantil y
juvenil en España; a propósito del proyecto PERSEO.
Dr. Javier Aranceta
Objetivo:
Presentar el diseño, metodología y resultados del Proyecto PERSEO, un
ejemplo de estrategia comunitaria para la prevención de la obesidad en la edad
escolar que puede mantenerse en el tiempo y adaptarse a diferentes entornos
y necesidades.
Resumen
Los distintos cambios sociales y económicos que han tenido lugar en las
últimas décadas se han acompañado de una rápida evolución en los hábitos
alimentarios y en los estilos de vida. Como consecuencia de estas
circunstancias se han incorporado a la dieta habitual una gran cantidad de
productos procesados y refinados con una elevada densidad calórica y se ha
reducido el consumo de alimentos ricos en fibra y con alta densidad en
micronutrientes. Al mismo tiempo ha disminuido considerablemente el esfuerzo
físico realizado en las tareas cotidianas y desplazamientos habituales y cada
vez se dedica más tiempo a actividades sedentarias, tanto en el trabajo como
en el tiempo de ocio.
Estas transformaciones se han acompañado de un aumento alarmante de la
prevalencia de sobrepeso y obesidad en las últimas décadas, en mayor
medida en los grupos socioeconómicos menos favorecidos y especialmente en
la población infantil y juvenil, como quedó establecido en las conclusiones del
estudio Enkid del año 2000, para configurarse como uno de los principales
problemas de salud pública que requiere la puesta en marcha de acciones
decididas para revertir esta tendencia.
El Proyecto PERSEO pretende identificar los principales factores ambientales
determinantes del patrón de consumo alimentario predominante en los niños y
niñas de 6 a 10 años de edad, con especial detenimiento en el análisis de la
oferta alimentaria en el marco del colegio e indagar sobre otros aspectos de la
vida escolar y del proyecto educativo del centro que pudieran tener influencia
sobre la selección y el consumo de alimentos, bebidas y la práctica de actividad
física por parte de los escolares.
En la fase de evaluación inicial de este proyecto se realizó un estudio
epidemiológico transversal sobre una muestra aleatoria de escolares de
Enseñanza Primaria de seis Comunidades Autónomas (las de mayor
prevalencia de obesidad en estudios previos) y las ciudades autónomas de
Ceuta y Melilla. La muestra quedó configurada por 13.767 alumnos y sus
familias.
Se realizaron mediciones antropométricas individuales, análisis de la ingesta
mediante recuerdo 24 horas y recogida de información sobre actividad física
habitual y sedentarismo mediante cuestionario validado en el transcurso de una
entrevista individual en el centro escolar. En otro apartado se recopiló
información sobre la dieta habitual mediante cuestionario de frecuencia de
consumo y sobre factores determinantes del consumo alimentario y de la
práctica de actividad física mediante cuestionarios específicos completados por
los escolares, sus familias, dirección de los centros docentes y responsables de
comedores. En el comedor escolar se empleó el método de doble pesada para
la evaluación del consumo de alimentos y bebidas. También se analizaron las
planillas de menús ofertadas en los centros docentes durante el curso.
El protocolo se diseñó cuidadosamente, con material validado en estudios
precedentes y fase pretest para ajustes en la dinámica de trabajo de campo y
fue aprobado por la comisión ética de la SENC. Previamente se solicitó el
consentimiento y autorización de las familias para la participación de sus hijos
en el proyecto. Las mediciones se realizaron individualmente, en una sala
especialmente acondicionada para ello en el centro escolar, cuidando la
privacidad y el confort de los escolares.
En la fase de evaluación inicial han participado 13.767 niños y niñas entre 6 y
11 años escolarizados entre 1º y 4º curso de enseñanza Primaria en 67 centros
educativos y hemos contado con la colaboración activa de 640 docentes. La
tasa media de autorizaciones para el alumnado fue del 95% y la tasa de
respuesta de las familias es del 80%.
La fase de intervención en el proyecto PERSEO proponía el trabajo coordinado
en los centros educativos a través de 10 unidades didácticas con una
orientación práctica y una secuencia lógica y familiar para todos los niños y
niñas de primaria, de acuerdo a los diferentes momentos del día en los que
habitualmente se consumen alimentos y bebidas y la búsqueda de
oportunidades para practicar actividad física.
Se proponían actividades para trabajar en el aula con el fin de modificar
conocimientos, actitudes, hábitos, habilidades o preferencias, entre otros
aspectos. También se proponía crear ocasiones que favorezcan una mayor
disponibilidad y acceso a una oferta alimentaria saludable en el colegio, limitar
las posibilidades de acceso a alimentos y bebidas de alta densidad calórica y
baja densidad de nutrientes a través del comedor escolar, el recreo de la fruta y
sugerencias festivas alternativas. Se intentaba favorecer la práctica de
actividad física en el tiempo de descanso mediante sugerencias para un recreo
más activo. Toda la dinámica de trabajo buscaba también la complicidad del
profesorado y familias en las distintas actividades.
Los resultados de la intervención ponen de manifiesto importantes avances en
la mejora de los estilos de vida en relación a los alumnos/as participantes en el
proyecto pertenecientes al grupo de intervención.
Referencias
Aranceta J. El Programa PERSEO como modelo de prevención de la obesidad
en la edad escolar. Nutrición Hospitalaria 2008; Vol 1 (2): 50-51.
Aranceta Bartrina J, Pérez Rodrigo C, Serra Alías M, Iraeta Aranbarri I, Bellido
Lopez-Para A, Barinagarementeria Balentziaga A et al. Alimentación saludable.
Cuaderno del alumnado. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Agencia
Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, 2007
Aranceta Bartrina J, Pérez Rodrigo C, Serra Alías M, Iraeta Aranbarri I, Bellido
Lopez-Para A, Barinagarementeria Balentziaga A et al. Alimentación saludable.
Guía para el profesorado. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo. Agencia
Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, 2007
Orígenes en el Desarrollo del Síndrome Metabólico
Dr. Alfonso Bárbara
Objetivo:
Explicar cómo el estado nutricio puede modular la expresión genética en la vida
adulta mediante mecanismos epigenéticos
Resumen
La hipótesis del origen “fetal” o “temprano” de las enfermedades en la vida
adulta, postulada en Inglaterra por Barker y cols., establece que algunos
factores ambientales, en especial la nutrición, actúan en las etapas tempranas
de la vida programando riesgos para efectos adversos en la salud en la vida
adulta. Esta hipótesis ha sido apoyada por evidencia epidemiológica en todo el
mundo que confirma la relación existente entre las alteraciones en el ambiente
nutricio durante la etapa prenatal y postnatal temprana y los principales
factores de riesgo para cardiopatías, diabetes mellitus tipo II, síndrome
metabólico y muerte prematura en la vida adulta. Por ejemplo, en Noruega
Forsdahl reportó que la pobreza, al través de un déficit nutricio durante la vida
intrauterina, resulta en una vulnerabilidad de la salud que perdura toda la vida
postnatal, incluso cuando el estado nutricio mejora posteriormente. En 1985,
Wadsworth y cols., reportaron que la hipertensión arterial sistémica se
relacionó de forma inversa con el peso al nacer en hombres y mujeres nacidos
en 1946. En 1986, Barker y cols. notaron que los diferentes índices de
mortalidad por cardiopatías y accidente vascular cerebral en algunas regiones
de Inglaterra y Gales entre 1968-1978 estaban relacionados con mortalidad
infantil entre 1921-1925. Estos autores propusieron que los factores
ambientales que alteran el crecimiento y desarrollo durante etapas tempranas
de la vida resultan en un incremento en la incidencia de cardiopatía isquémica.
Por otro lado, diversos estudios experimentales muestran que una serie de
adaptaciones (fisiológicas, neuroendocrinas, metabólicas, celulares y
moleculares) a cambios en el ambiente nutricio en etapas tempranas de la vida
resultan en una alteración permanente del patrón de proliferación y de
diferenciación celular en el desarrollo de órganos clave que resultan en
patologías en la edad adulta. Por ejemplo, la hipótesis del fenotipo ahorrador,
propuesta por Baker y cols. en 1992, postula que un ambiente nutricio
intrauterino pobre induce modificaciones metabólicas postnatales que le
permiten al individuo adaptarse a un ambiente nutricio escaso en la vida adulta.
Sin embargo, estas modificaciones en el metabolismo resultan deletéreas si el
individuo tiene acceso a una nutrición más abundante en etapas posteriores de
la vida. Un elemento crucial de esta hipótesis es el concepto de periodos
críticos durante los cuales alteraciones nutricias específicas pueden generar
alteraciones metabólicas permanentes y heredables.
Otro concepto que ha surgido para explicar este fenómeno es el de imprinting
metabólico, el cual describe las adaptaciones del organismo a ciertas
alteraciones nutricias en la vida intrauterina caracterizadas por susceptibilidad
limitada a periodos ontogénicos críticos y efectos metabólicos específicos,
medibles y permanentes en la vida adulta. El concepto plasticidad del
desarrollo abarca, además de los fenómenos anteriores, la posibilidad de que
un genotipo pueda expresarse en varios fenotipos, lo cual implica factores
epigenéticos y evolutivos.
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