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Luc Montagnier y Françoise Barré-Sinoussi
La primitiva descripción, firmada por Barré-Sinoussi en la revista Science (20
de mayo de 1983) del aislamiento de un retrovirus (el conocido como LAV, virus
asociado a la linfadenopatía) de un paciente en riesgo de desarrollar el SIDA, se acogió
con cierto escepticismo y tuvieron que llegar las descripciones posteriores de Levy
sobre virus similares, el HTLV-III y el ARV (retrovirus asociado al SIDA), y los estudios
comparativos, para poder asignar a estos virus, posteriormente denominados Virus de
la Inmunodeficiencia Humana (VIH), el papel de causantes del SIDA.
El descubrimiento del virus hizo posible el diagnóstico de la infección, el control
de la sangre y de los hemoderivados, así como el desarrollo de la terapia antirretroviral
y los estudios de vacunas.
Harald zur Hausen
Harald zur Hausen comenzó sus estudios sobre la posible participación de
los virus del papiloma humano (VPH) en la etiología del cáncer cervical uterino en
1972. Realizó numerosas pruebas tratando de localizar la presencia de material
genético del virus en muestras de pacientes, lo que le permitió definir los
denominados «VPH de alto riesgo», esto es, aquellos tipos de virus más
directamente relacionados con la producción del tumor, especialmente los tipos 16,
18, 31 y 45. La infección por estos virus sería el detonante para el desarrollo del
carcinoma de cuello; por ello, vacunas como aquellas de las que disponemos hoy y
que protegen frente a la infección, son de gran importancia para prevenir la
enfermedad.
El establecimiento de la relación causal entre algunos VPH y el cáncer de
cuello uterino ha sido un camino largo y difícil, ya que existen más de 100 subtipos
distintos de este virus.
Zur Hausen, que preside el Instituto de Investigación de Heidelberg, trabajó
en Filadelfia con los famosos virólogos Werner y Gertrude Henle sobre el virus de
Epstein-Barr y mediante hibridación de ácidos nucleicos, que luego aplicaría a sus
estudios con VPH ya que este virus no podía cultivarse en el laboratorio.
Thomas Huckle Weller (1915-2008)
El 23 de agosto de 2008, falleció el Prof. Thomas Huckle Weller a los 93 años
de edad, el último de los tres Premios Nobel de Fisiología y Medicina correspondientes
al año 1954, junto con John F. Enders y Frederick C. Robbins, fallecidos hace años.
Era Profesor Emérito de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de
Harvard.
Como dijo Sven Gard, Profesor de Virología en el Karolinska, al presentarles el
Premio Nobel: «ha comenzado una nueva era en la historia de la investigación
virológica» y «sus resultados contribuirán al avance de la Virología como los de Robert
Koch lo hicieron para la Bacteriología».
El Premio Nobel venía a reconocer el descubrimiento de la capacidad del virus
de la poliomielitis para crecer en cultivos celulares, lo cual constituyó en 1949 un
extraordinario avance, permitiendo cultivar el virus en laboratorio en grandes
cantidades, posibilitando su estudio, lo que abrió la vía para el desarrollo de la vacuna
de la poliomielitis, el aislamiento de muchos otros virus y el desarrollo de otras vacunas
como la del sarampión, rubéola, parotiditis y mejora de otras, como la de la rabia.
De esta manera, Thomas Weller se convirtió en uno de los primeros
investigadores en aislar virus como el de la varicela-zóster, el citomegalovirus y la
rubéola, este último de su propio hijo, Robert.
.
En el siglo XVIII Lady Wortley Montagu, esposa del embajador ingles en
Turquía, observó que a las mujeres turcas inoculaban a sus hijos con costras de
pacientes con viruela.
Edward Genner, impulsado por la afirmación de una joven vaquera, que
sostenía que ella no podía contraer la viruela porque había contraído variola (viruela
bovina), comenzó a inocular a seres humanos con material procedente de las lesiones
cutáneas producidas por este virus bovino. En 1798 publicó el resultado de 23 vacunas
satisfactorias.
En el siglo XIX los agentes nocivos solían asignarse a un único grupo y a veces
se les denominada virus (del latín virus, toxico o veneno). Incluso Louis Pasteur utilizó
el término virus para designar a todo agente patológico infeccioso vivo.
El desarrollo en 1884 por Charles Chamberland (colaborador de Pasteur e
inventor del auto clave) del filtro de porcelana para retener bacterias, hizo posible el
descubrimiento de los organismos que hoy en día conocemos como virus.
La enfermedad del mosaico del tabaco fue la primera en ser estudiada con el
filtro del Chamberland.
En 1892, Dimitri Ivanowski publicó estudios que demostraban que los extractos
de hojas procedentes de plantas infectadas transmitían la enfermedad del mosaico del
tabaco.
Martinus W. Beijerinck, trabajando independientemente de Ivanowski, publicó
en 1898 y 1900 los resultados de extensos estudios dedicados a la enfermedad del
mosaico del tabaco.
Ya que la savia filtrada de las plantas enfermas era infecciosa, propuso que la
enfermedad estaba causada por una entidad distinta a las bacterias, un organismo
filtrable: los virus.
Friedrich Loeffler y Paul Frosch, en Alemania, descubrieron que la glosopeda
del ganado bovino también estaba causada por un virus filtrable, y no por una toxina.
En 1900, Walter Reed comenzó su estudio de la fiebre amarilla, cuya incidencia
había ido en aumento en Cuba. Reed demostró que esta enfermedad de seres
humanos se debía a un virus filtrable que era transmitido por mosquitos.
Vilhelm Ellermann y Oluf Bang comunicaron en Copenhague que la leucemia
podía transmitirse entre los pollos mediante filtrados libres de células y que
probablemente estaba causada por un virus.
Las propias bacterias también podían ser atacadas por los virus. La primera
observación publicada que sugería este hecho provino de Frederick W. Twort en 1915.
Felix D´erelle aisló virus bacterianos de pacientes con disentería,
probablemente causada por Shigella dysenteriae. Observó que cuando una
suspensión de virus se extendía sobre una capa de bacterias que crecían sobre agar,
se desarrollaban áreas circulares claras (placas o calva) que contenían virus y células
lisadas.
Wendell M. Stanley anunció en 1935 que había cristalizado el virus del mosaico
del tabaco (VMT) y que había descubierto que gran parte o la totalidad del mismo
estaba formada por proteínas.
Frederick C. Bawden y Norman W. Pirie consiguieron separar las partículas del
VMT en proteínas y ácidos nucleicos. De ese modo, eran complejos de ácidos
nucleicos y proteínas capaces de reproducirse solo en células vivas.
¿Qué es un viral o virión?
A una partícula de virus individual con capacidad infecciosa se le llama virión.
Un virión es una partícula viral completa formada por una o más moléculas de ADN o
ARN rodeada por una cubierta de proteínas simple o por cubiertas más complejas que
contienen carbohidratos, lípidos y proteínas.
¿Es un organismo vivo?
El virión es considerado por la biología como un pedazo de código genético
que es considerado como un organismo vivo, aunque para su reproducción requiere de
una célula huésped a la que invade de forma siniestra y maligna, interviniendo en el
código genético de la célula y obligándola a crear copias del organismo invasor,
mismas que al salir destruyen la célula y contagian a otras.
Medios donde pueden cultivarse los virus
Se deben cultivar en células vivas en lugar de un medio químico simple. El
mantenimiento de las plantas y los animales vivos es difícil y costoso y los virus
patógenos que solo crecen cuando sus huéspedes son primates superiores y seres
humanos causan complicaciones adicionales.
En cambio, los virus que utilizan células bacterianas como huéspedes
(baceriófagos) crecen con relativa facilidad en cultivos bacterianos.
Cultivo de bacteriófagos
Los bacteriófagos se pueden cultivar en suspensión de bacterias en medios
líquidos o en cultivos bacterianos sobre medios sólidos. El uso de medios sólidos
posibilita el método de las placas para detectar y contar virus.
Una muestra e bacteriófago se mezcla con bacterias huésped y agar fundido.
Luego el agar con los bacteriófagos y la bacteria huésped se vuelca en una caja petri
que contiene un capa solidificada de medio de cultivo de agar.
La mezcla de virus y bacterias se solidifica en una delgada capa superior que
contiene una capa de bacterias de alrededor de una célula de espesor. Cada virus
infecta una bacteria, se multiplica y libera varios centenares de virus nuevos.
Cultivo en animales vivos
Algunos virus animales se pueden cultivar solo en animales vivos, por ejemplo
ratones, conejos y cobayos. La mayor parte de los experimentos destinados a estudiar
la respuesta del sistema inmunitario a las infecciones virales también se deben llevar a
cabo en animales vivos infectados por virus. La inoculación en animales se puede usar
como procedimiento diagnóstico para identificar y aislar un virus de una muestra
clínica. Después de inocular la muestra en el animal se lo observa para detectar signos
de enfermedad o se lo sacrifica para poder examinar los tejidos infectados e identificar
el virus.
Cultivo Celulares
Si el virus crece en un huevo embrionado esta modalidad de cultivo puede ser
una forma bastante conveniente y económica de contar con huéspedes de muchos
virus animales. Se perfora la cáscara del huevo embrionado y se inyecta en él una
suspensión viral o de tejido que presuntamente contiene un virus. Un huevo posee
varias membranas y el virus se inyecta cerca de la más adecuada para su desarrollo. El
desarrollo viral se detecta por la muerte del embrión, por el daño de las células del
embrión o por la formación de las típicas pústulas o lesiones en las membranas del
huevo.
CULTIVO CELULARES
Los cultivos celulares han reemplazado a los huevos embrionados como el tipo
de medio de cultivo preferido para muchos virus. Estos cultivos consisten en células
desarrolladas en medios especiales en el laboratorio y como en general son conjuntos
de células bastante homogéneos y se pueden propagar y manejar de manera similar a
los cultivos bacterianos, es más conveniente trabajar con ellos que con animales
enteros o huevos embrionados.
Las líneas de cultivos celulares se inician al tratar un corte de tejido animal con
enzimas que separan las células individuales. Estas células se suspenden en una
solución que les proporciona la presión osmótica, los nutrientes y los factores de
crecimiento necesarios para que crezcan. Las células normales tienden a adherirse al
recipiente de vidrio o plástico y se reproducen hasta formar una monocapa.
Los virus que infectan esta monocapa en ocasiones provocan que las células
que la componen se deterioren a medida que se multiplican. Este deterioro celular se
denomina efecto citopático (ECP). El ECP se puede detectar y cuantificar casi de la
misma manera que las placas causadas por los bacteriófagos en un cultivo de
bacterias y se puede informar como UFP/ml.
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