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TEMA 6
¿ESTA PERDIENDO VENEZUELA SU CARACTER
DE SOCIEDAD PETROLERA? ¿SE ESTA INICIANDO SU
TRANSICION A UNA NUEVA FASE?
Intervención delDr. Francisco Mieres, Ponente
Intervención delDr. Edgar Romero Navas, Coponente
Intervención delDr. Alberto cutres Corradi, Coponente
Intervención delDr. Policarpo Rodríguez, Coponente
Dr. Gastón Parra Luzardo, Moderador
Dr. Marco Tulio Troconis, Relator
¿ESTA PERDIENDO VENEZUELA SU CARACTER DESOCIEDAD PETROLERA? ¿SE ESTA INICIANDO
SU TRANSICION A UNA NUEVA FASE?
Francisco Mieres
Pienso que a estas alturas quedarán pocas dudas acerca de la pertinencia y oportunidad del tema propuesto porla Academia Nacional de Ciencias Económicas -ANCEpara este su primer seminario, pese a lo polémico de la cuestión planteada, o más bien por ello mismo. En efecto, si elasunto no fuera espinoso, si se tratara de cosa ya juzgada ocomo se dice en portugués, si fuera ya "ponto pacífico", notendr ia interés ni sentido este debate.
El que los editores de NUMERO hayan dedicado suquinta entrega aniversaria a "La Venezuela Postpetrolera", enuna iniciativa totalmente independiente de la nuestra, señalauna afortunada convergencia, indicativa de que la preocupación de la Academia por el futuro inmediato como historiaque nos compete comenzar a construir ya tiene un sólidopiso en nuestra realidad. Esa edición ha venido a constituirse, pues, en la apertura de u n diálogo que aqu i continuamosde viva voz y que está llamado a ensancharse, ahondarse yennquecerse en el pa IS poi rtico-social. y a expresarse seguramente en proyectos sociales alternativos.
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En otro sentido, a que se alude en el exordio de presentación del presente foro, éste anuda con la evaluación patrocinada por las universidades nacionales en 1978 con motivo del primer centenario de la industria petrolera, imbuidadel grave mensaje de J. P. Pérez Alfonzo, cuya vigencia seha agigantado con el tiempo transcurrido desde su muerte,tiempo de crisis persistente y desconcertante en medio de ensayos y errores abundosos.
Punto previo obligado al abordaje del tema que mecorresponde es deslastrarse de la enojosa querella terminológica. ¿Qué es una nación petrolera? Llamamos nación osociedad petrolera a aquella que vive esencialmente de laexportación de petróleo y en la que, por tanto.el ingreso dedivisas petroleras constituye la fuente principal de todo elflujo de ingresos dentro del país, a través de la intermediación del Estado, propietario del subsuelo.
No se trata pues de cualquier nación que produzcao exporte petróleo. Venezuela produjo petróleo desde 1878y lo exportó desde 1917, mas no viene a constituirse en sociedad petrolera sinoa partir de los años 30, luego de la grandepresión y en medio de avatares esenciales para la vida delpa ís, protagonizados por agentes internos y externos representantes de intereses encontrados. En suma, más de mediosiglo dura la conversión de pa ís agroexportador a pa ís petrolero, de una a otra forma de subdesarrollo.
Mi tesis es que hemos llegado al ápice de la parábolacomo sociedad petrolera y que nos deslizamos por la ramadescendente hacia una nueva configuración socioeconómicaque ya no girará en torno a la exportación de petróleo comoeje principal. Locual no quiere decir que dejará de exportarpetróleo y otros hidrocarburos. Es a esa nueva forma de organización 'socioeconómica hacia la que marchamos,pero queaún desconocemos con precisión,a la que denominamos pro-
visionalmente Venezuela postpetrolera. Su estructuración ysu bautizo definitivo serán cosa de un futuro, más bien próximo. La disputa aqu I no es nominalista, sino de contenido.
Algunos se refieren al "viernes negro" de febrero de1983 como el dta en que el país da "el salto" a la nueva fase.Ese d la, sin duda, marcó uno de los puntos de inflexión enlos niveles de la pol ítica económica y de la conciencia ciudadana (a partir de entonces el gobierno y el pa ís se percatansobresaltados de que ya no cuentan con petrodólares a placer,y el bol ívar deja de estar externamente sobrevaluado: dosrasgos de la sociedad petrolera). pero los procesos sociales nose dan de un día para otro. A mi juicio la transición se habla iniciado bastante antes, y en ella estaremos todavíaalgún tiempo.
Otra manera, qurzas más elocuente, de definir unanación petrolera dependiente es como lo hace E. RomeroNava en el NUMERO citado: "Venezuela fue virtualmentesuccionada por las compañlas transnacionales que operaronen el pa ís, a tal punto: que por más de 40 años nuestro pa ISfue el principal exportador neto mundial de hidrocarburos"."Venezuela no era sino sólo un proveedor seguro y confiablede hidrocarburos ... Miles de millones de barriles de crudosalieron <11 mercado internacional desde los puertos venezolanos, pero paralelamente no se generaba una riqueza y fundamentalmente un desarrollo acorde con el sacrificio que hacía ...... "Transcurridos casi 70 años desde que comenzamosa producir petróleo en volúmenes comerciales nos seguimospreguntando si, en realidad, hemos sembrado el petróleo.y la respuesta sincera que siempre nos hacemos es que no".
Curiosamente, esta cruda evaluación le sirve a Romero para sostener que el nuestro no era un país petrolero, "enel pleno y cabal sentido de la palabra". Si no lo era porqueno tenia la dirección real de su producción ni de sus asuntos
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petroleros o porque no logra crear una industria petroleraintegrada, es decir, porque no era un país petrolero independiente del dominio internacional, hay que constatar que talesrasgos negativos son t1picos de los únicos paises petrolerosrealmente existentes, esto es, los periféricos o dependientes,y que la categoria de país petrolero independiente no haexistido hasta ahora. La producción y exportación de hidrocarburos por, a través y en gran medida por las transnacionales constituye uno de los rasgos matrices en la conformaciónde las naciones petroleras. El capital petrolero y las poten
cias sedes movieron coordinadamente sus poderosas palancas en la adecuada modulación de los estados nacionales propietarios de reservas hidrocarburiferas para convertirlos enadecuados anfitriones como estados concesionistas. En otraspalabras, la condición petrolera de tales paises fue siempreInducida exógenamente, y Venezuela no era una excepción.
Ello no obsta para que a la postre -al cabo de un proceso deasimilación- la nación ferminara por aceptar "con muchogusto" su papel concesionista-rentista, en especial las capassociales beneficiarias directas de los nuevos roles. Por ciertoque la ilusión de la "siembra del petróleo" desempeñó unaeficaz función de lubricación de la conciencia nacional a lahora de legitimar el pacto social transnacional indispensablepara consolidar la explotación petrolera concesionaria comobase de la econom la y la sociedad venezolana.
Por ello hay no poca gente orgullosa del pars que hemos sido durante el último medio siglo, orgullosa incluso delrasgo de "proveedor seguro y confiable de hidrocarburos"para el epicentro del mundo occidental, gente muy cuidadosa de no perturbar los delicados equilibrios geopollticos quetodavía hoy alimenta la "confianza" en ese rol, de no sobrepasar los frágiles límites que esa condición comporta, etc.Porque si bien no hubiera el esperado desarrollo, SI que hubogeneroso trasiego de fondos a esas "nuevas generaciones deempresarios que de alguna manera comenzaron a tener vincu-
laciones con las grandes riquezas que se extralan del subsuelonacional". (E. Romero, Ibid). En efecto, la generación delnuevo empresariado y de la nueva burocracia fue abonada porel excremento del diablo, ya sea via royalties o contratos,ya a través del estado opulento -denteo o cerca de su aparato financiero-o Su idiosincracia se fue gestando y confor
mando junto con el acrecentamiento de su patrimonio
En general, la anatomla y fisiologla de la actividadproductiva, comercial y financiera del país es resultado de ladesigual circulación y apropiación del ingreso petrolero, cuyaconcentración ha creado la estructura oligopólica de propiedad controlada por una cúpula donde se entrelazan unoscuantos grupos económicos bien conocidos, asociados conprominentes empresas transnacionales. Por eso no es de extrañar que ya en su Carta de Mérida (1964) Fedecámaras seopusiera abiertamente a la incursión del estado venezolanoen la actividad petrolera, y que consecuentemente mantuviera su oposición a la nacionalización.
Pero además, sobre la misma base petrolera se hamontado y funcionado nuestra democracia y toda nuestrainstitucionalidad, y nuestro estilo de urbanización acelerada,y de transporte automotor embotellado, y de consumo y publicidad, y educación y comportamiento, de todo nuestroenajenado modo de vida, en suma.
Es todo esto lo que está en juego hoy. No es unasimple crisis, una crisis más o menos estructural, una crisismás de la Venezuela petrolera que somos hace medio siglo.Hoyes el d la del juicio de esa Venezuela petrolera, de sudiagnóstico final, su sentencia firme, su destino.
Me he atrevido a un subtitulo comprometedor, enblanco y negro, que no deja lugar a dudas sobre mi particularapreciación : "Autopsia del rentismo petrolero venezolano"
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Corriendo el riesgo de que la historia real me desmienta demedio a medio, lo que afirmo es que, el modelo de sociedaddependiente de la producción de petróleo para su exportación al mercado capitalista ha llegado en el caso nuestro alinicio de su final histórico, a su fase de decadencia irreversible. En tal sentido, nuestra organización económico-socialbásica está agonizando ipso facto dando lugar a una distinta.Esta reorganización puede venir determinada exógenamente,por razones y circunstancias ajenas a nosotros, tal como senos impuso el modelo petrolero, o puede ser obra soberanay deliberada de nosotros mismos, de los venezolanos mismos.
Si permitimos que la remodelación advenga desdeafuera, seguirán imperando los rasgos más negativos del parasitismo petrolero en una mezcolanza informe y humillante con las nuevas tareas que el imperio nos imponga, involucionando hacia un status colonial de facto a lo largo de unadecadencia, un empobrecimiento y un deterioro f rsico ymoral insoportables. Tal es el futuro que nos ofrecen quienespresentan el rentismo petrolero como el "Modelo ideal irremplazable" y pretenden que Venezuela debe poner todo su empeño en seguir siendo país petrolero por excelencia por lossiglos de los siglos, aun a costa de su condición esencial comonación, la independencia. De tales casos de degradación nacional, ruina y pérdida de soberanía está llena la historiade América Latina, en distintas épocas, desde México hastaArgentina, pasando por América Central y el Caribe.
Yo me sitúo, obviamente, en la posición opuesta: lade que el pa ís debe' superar a conciencia el esquema rentistapetrolero históricamente agotado para construir una Venezuela genuinamente nueva y propia, digna de nuestra herencia bolivariana, que no se conforme fatalistamente con sustituir un modelo de súbdesarrollo por otro, sino que sea capazje tomar el rumbo independiente que le permita superar el
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subdesarrollo. Esto significa, entre otras cosas, pasar a lafase post-petrolera.
Para ello hace falta diagnosticar adecuadamente loque es el modelo rentista petrolero, como pauta de organización de la vida de una nación, a fin de evitar frecuentes malentendidos. Una nación rentista petrolera o petrolera dependiente o petrolera subdesarrollada -que son diversas formas dedecir lo mismo- es fruto de la división internacional del trabajo generada por el capitalismo en su fase posterior a la grandepresión. Una nación a la que se le impone una función espcífica como rectora de toda la vida social: la de ser exportadora de petróleo con destino prioritario al centro industrialdel capitalismo. Vive por ello básicamente de una fracción delingreso petrolero que su exportación genera en los mercadosforáneos, el cual comparten básicamente con las transnacionales petroleras. Estas desempeñaron papel protagónico enel surgimiento, consolidación y evolución de tales naciones,y aún lo siguen desempeñando después de los procesos denacionalización, merced a su dominio del mercado internacional y de la tecnología.
De aqu í se derivan algunos rasgos constitutivos, comolos siguientes:
a) Papel decisivo de la inversión monopolista foránea enpetróleo como generadora y contra lora del sector motriz de toda la actividad productiva.
b) Econom ía de exportación fincada en la producciónindustrial de medios ("No renovables") de "capitalcirculante", indispensables para alimentar la maquinaria industrial y bélica del núcleo capitalista mundial.
c) Sometimiento intelectual y cultural "espontáneo"respecto de las potencias occidentales,en particular·
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respecto a Estados Unidos, cultivado y acentuado porlos esquemas de educación, información, tecnología,etc., importados y encarnados socialmente en la tecnocracia petrolera, la tecnoburocracia, los empresarios del comercio, la industria, la información, profesionales y técnicos de esas ramas, etc.
d) El dominio de las palancas claves de poder a cargo dela élite trasnacional, integrada por ejecutivos y técnicos de las empresas transnacionales, así como de altosfuncionarios gubernamentales, de la ciencia y de latecnología y de la comunicación.
e) La exploración, producción, transporte, exportación,refinación, industrialización, uso y abuso de los hidrocarburos -los mayores contaminantes de la civilización industrial- hacen del pa ís un caso de ecocidiogravísima a esca.la nacional.
f) Psicología social generalizada de minero, aventurera yazarienta, cada vez más divorciada de la concepcióndel trabajo como fuente de riqueza y más afincada enla habilidad, la audacia y el acomodamiento a los canales de poder polrtico para la obtención de ingresos,en el parasitismo y la corrupción para multiplicarlos,
y en el derroche y la despreocupación para gastarlos,basados en la fe de que tenemos garantizada una renta
petrolera infinita é inagotable. No es que todo el ingreso petrolero sea en verdad renta, pero lo gastamoscomo si lo fuera.
No se trata, como se ve, simplemente de que un pa ísproduzca petróleo, mucho incluso, o nada, para ser o no seruna sociedad petrolera. Dos de los pa íses que más hidrocarburos producen y han producido en el mundo, Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética, no son, por ello,
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"naciones petroleras" en el sentido en que las hemos definido aqu í. .En esos pa íses el petróleo es uno más entre sus di
versos productos y sus exportaciones de hidrocarburos, anteriores o actuales, son insignificantes como fuente de ingresosdentro del conjunto del ingreso nacional. Se trata de paísesdesarrollados en torno a una espina dorsal industrial. No envano ambas sociedades son naciones centros de los respectivos sistemas socio-económicos internacionales.
Las naciones petroleras, pues, son una especie dentrodel género de las subdesarrolladas. Cual más, cual menos,están hoy agrupadas en la OPEP, y exhiben en una u otramedida rasgos similares, como los ya mencionados.
Cuando se habla de superar la condición de sociedadpetrolera, o de la transición a una "Venezuela post-petrolera", no se está solicitando que dejemos de producir hidrocarburos. Ni siquiera que dejemos de explotarlos en términosabsolutos. Lo que estamos es planteando la constatación deque la renta petrolera de que vivimos está mermando en términos n-etos y reales, y el pronóstico de que esta reducción dela renta petrolera se constituye en una tendencia irreversiblea mediano y largo plazo, por lo que dicha renta se hará cadavez más insuficiente para cubrir los desmesurados niveles deconsumo e inversión que habíamos alcanzado, amén de losextravagantes compromisos externos contra ídos, como lo están mostrando elocuentemente los índices de empobrecimiento, encarecimiento y desempleo que hoy se abaten sobre la población venezolana.
La "explicación" fácil de esta aguda crisis venezolanaconsiste en que es provocada por un bajón en el "mercadopetrolero mundial", que la están sufriendo todos los paísesexportadores de petróleo, que incluso más allá los propiospaíses industrializados padecen de una severa recesión y quemás acá los demás del tercer mundo, los no petroleros, están
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en condiciones económicas infinitamente peores. Incluso losmás avezados aluden a las dificultades registradas en el crecimiento económico de países socialistas para llegar a la conclusión consoladora de que la crisis es mundial, y que somos losque "menos mal" hemos salido. A esto se añade como promesa que en cuanto se reanude la dinámica "normal" de laspotencias industriales,' el repunte del "mercado petrolero"nos sacará de apuros ... y volveremos a la dorada prosperidad bendecida por el oro negro. Tal fué a grosso modo la concepción que animó las promesas electorales de ambos partidos del status, y la que en general sigue dominando comoexpectativa social inducida.
Esta formulación alegre e ignara de la crisis venezolana no sólo es irresponsable y demagógica, sino además derrotista, pues impide la preparación anímica de la comunidadpara afrontar la verdadera realidad.
La verdad es que la crisis se manifiesta claramenteya desde mediados de 1978, con la ca ída del producto interno bruto en términos reales (precedida de una reducción dela tasa de crecimiento a la mitad en 1977-1978). de crecimiento del consumo público, escasez de crédito, déficit en labalanza de pagos, así como abultamiento del endeudamientoexterno. Todo esto ocurría a dos años de la nacionalizaciónpetrolera, a tres de la del mineral de hierro y cuatro de lamultiplicación sin precedentes de los montos de la rentapetrolera que aflu ía al pa (s, gracias a la acción conjunta dela OPEP, y a las acciones de emergencia de su núcleo árabe,en particular.
Que ese decaimiento ocurriera desde entonces, pese a medidas y circunstancias tan extraordinarias, y que semantuvieran luego, aun frente a otras todav ía más insólitas,como las que envolvieron al segundo shock petrolero, eranindicación clan de que "Ia procesión andaba por dentro" y
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de que la CriSIS afectaba al corazón mismo del funcionamiento del pa ís.
Sí, en efecto, estaba en marcha desde los años 60 unacrisis del capitalismo a escala mundial, una crisis de remodelación estructural que lo afecta globalmente. Pero parecíaobvio, hace 10 años, que los únicos pa íses que resultaríanbeneficiados por esa crisis serían los de la OPEP, merced precisamente a su capacidad conjunta dé negociación gracias asu asociación y al hecho de que suplen el factor clave del funcionamiento del capitalismo en esta etapa: el petróleo. Al sergolpeeadas sus importaciones por la inflación central, laOPEP contraataca reclamando como compensación preciosmás altos para el crudo, lo cual obtiene a la postre con creces.
El hecho de que el petróleo sea no sólo la fuenteenergética fundamental del capitalismo en esta fase, sinoademás en general su factor más importante, tiene relevantes connotaciones para el funcionamiento y dinámica del sistema a escala global, que ayudan a comprender el alcance ylas limitaciones de la "crisis energética". En efecto, el petróleo impregna todo el estilo tecnológico en su acepción másamplia (producción, transporte, consumo), basado en los automotores y la producción homogénea en masa de artículosintensivos en energía (1). Por ello mismo han ocupado lacima del poder económico las transnacionales petroleras yautomovil ísticas. El complejo militar-industrial es el máximo consumidor de petróleo. Para tal fin, el abastecimientopetrolero de los centros industrializados ten-ía que ser barato,abundante y seguro, pero para ello debían descansar en laperiferia exportadora, ya que su propia producción es escasay cara. Eso hace que un componente vital de la poi ítica internacional de los Estados centrales capitalistas haya sido elintervencionismo permanente en los pa íses petroleros paraasegurar el "adecuado trato" a sus transnacionales productoras o compradoras.
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Como contrapartida, dichos Estados y empresas lesotorgan a los países exportadores la consíderación de "satélites privilegiados". La explosión de precios de la pasadadécada marca sin embargo la exacerbación y el comienzo delfin de tal condición. Cuando los conflictos centro-periferiase agudizan como secuela de la remodelación en curso, hastaafectar a los países petroleros, la reacción de estos para revalorizar su principal producto y para controlarlo, que se manifiesta como una alteración del estilo energético establecido,amenaza la estabilidad, viabilidad económica y regularidaddel modelo de acumulación de capital en marcha. La poi íticade ahorro y autoabastecimiento energético, de fuentes alternas al petróleo y de pluralismo, que esto desata como estrategia colectiva de las potencias industriales, comandadas porEE. UU. (formación de la A. 1. E., conferencias de las 7 potencias, etc.), y las transformaciones que están teniendo lugaren el área técnica y energética realizadas por las propias empresas, son indicadores inequ ívocos de que el capital ismo pasa por una fase de transición hacia un nuevo modelo tecnológico, energético, económico, social y poi ítico, a un nuevomodelo integral, en suma, con nueva división internacionaldel trabajo, y nuevas relaciones centro-periferia y transnacio naIes-peri fer ia.
En otras palabras, la crisis energética de los años 70,que permite la elevación de los precios del petróleo a alturas insólitas, y el paso a una nueva era de energía cara,rompe el esquema tecnoeconómico y geopol ítico en que sebasaba el funcionamiento del capitalismo en su fase de prosperidad desde la segunda guerra mundial, acelera ipso factola remodelación ya en proceso desde el decenio anterior ymarca por ello mismo el inicio de la sustitución de los hidrocarburos periféricos como factor clave del circuito de acumulación. Por eso las circunstancias inusitadamente favorablespara los países de la OPEP que crea la ruptura de 1973 nopueden durar i.rdefinidamente, y han mostrado últimamente
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toda su fragilidad. A ello han contribuido los propios Estados petroleros, al manejar su poi ítica interna e internacionalcon "escasez de criterio" ante la abundancia súbita y pasajerade petrodólares. El atolondrado desarrollismo que pusieronen práctica, mediante la "ayuda" de las transnacionales enla propia rama petrolera y en las otras, con las secuelas deinversión desmesurada e indigerible y de filtraciones torrenciales de petrodólares hacia los lugares de origen, más lapráctica del reciclaje de los fondos líquidos sobrantes en elsistema financiero transnacional (para no hablar de las tácticas de autoengaño de las normas de precio y cantidad acordadas en la OPEP) acarrearon no sólo el desquiciamiento decualquier evolución ordenada' de sus propias econom ías,sino que contribuyeron eiestacadamente a la gran incontinencia monetaria y financiera de los años 70, causante delgigantesco endeudamiento que tiene al tercer mundo en lainsolvencia, y factor de incremento de la inflación.
De esta' manera, los satélites que se vieron de prontoante la expectativa de ascender a la categor la de planetas,lo que intentaron mediante la "industrialización instantánea", se han visto condenados a bajar los precios, a endeudarse algunos de ellos, a graves conflictos sociales e internacionales, y a una pérdida evidente de peso especifico einfluencia tanto en el mercado petrolero como financiero,que se manifiesta en un debilitamiento de la OPEP, colocada hoy a la defensiva, como área proveedora de últimainstancia para las potencias centrales. Por lo que a ella concierne, se puede aventurar que vive el 'epilogo de la crisisenergética.
Ser la excesivo, y hasta cruel, ensañarse con la coyuntura del mercado petrolero occidental, en especial paralos pa íses de la OPEP. En el cortisimo plazo, las expresiones van de la "situación más complicada que el año pasado" hasta "situación desesperada". En cuanto a Venezuela,
estamos sin duda por debajo del "escenario bajo" del VIIPlan de la Nación en materia de ingreso de divisas petroleras. En la revista NUMERO el ciudadano Ministro de Energla y Minas admite que la calda del mercado petrolerodurante este año ha desmentido las expectativas de todoslos analistas oficiales. El tono no ha mejorado después de lareunión de Taif.
Pero algo más significativo es que el Ministro ha levantado su mirada más allá del año en curso, y ha aseverado que para lo que resfa del quinquenio no se puede esperarningún mejoramiento en las condiciones del mercado externo para el petróleo venezolano.
De este modo, las esperanzas de un repunte robustoen el mercado externo se trasladan oficialmente ahora hacialos años 90. No ignoro que algo por el estilo ha sido tambiénla versión optimista del ejercicio -de prospectiva realizadorecientemente en .el Seminario "El Futuro de la OPEP" patrocinado por CENT i'{OPEP. Pero debo confesar el temor,aunque yo sea tan pro-OPEP como el que más, de que hayamos sobreactuado en el esfuerzo de hermosear lo que nosespera el próximo decenio. En efecto-el escenario optimistasupone una tasa de transformación tecnológica inferior a lareal en el centro del capitalismo, en especial respecto al proceso de sustitución del transporte por las comunicaciones,en los avances de la biotecnologla y la bioenergla, entre otrosfactores inhibitorios de la demanda de petróleo; deja de lado,por otra parte, los elementos debilitantes dentro del área dela OPEP, tales como los proyectos de refinación, venta y licuefacción de gas y complejos petroqulmicos, aSI como losefectos de los renovados requerimientos de exportación petrolera derivados de la futura reconstrucción de Irán e Iraq,y también la presión convergente que resultará del restablecimiento de las respectivas industrias petroleras; concibe además una capacidad de disciplina y cohesión dentro de la
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OPEP, que permitirá hacer frente a la sobrecapacidad persistente, verdaderamente inverosímil según la experienciareiterada.
En tales condiciones, en un mercado de compradores prolongado, el que los pa íses de la OPEP tengan en elpetróleo cerrado la unidad energética más barata, lejos defortalecer cualquier tendencia al alza de precios petrolerosinternacionales, gravita al contrario hacia la baja selectivade precios contra la OPEP, inducida por una poi ítica proteccionista como la que hoy predomina en el centro capitalista. Este parece decidido a pagar el costo necesario para
. retomar las riendas del sistema energético occidental, lo cualincluye un mayor grado de autoabastecimiento, aunque ellocomporte desarrollar fuentes más caras a corto plazo, lo quepuede compensarse importando petróleo más barato y financiándose con el monto de las tarifas aduaneras. Tal poI ítica de diferenciación de precios no es ajena a la prácticamonopolista. En todo caso, debe darse por descontado quelas favorables condiciones de los años 70 para el petróleo deOPEP no volverán a recrearse.
En resumen, pienso que el vaticinio más realista esel de una baja tendencial en los precios reales del petróleoexportado por los pa íses de la OPEP, aun suponiendo que ésta conserve no sólo su existencia sino también cierta eficacia.
Tales circunstancias golpean a Venezuela con másfuerza. Su principal comprador, Estados Unidos,ha logradoreducir en términos absolutos su importación de hidrocarburos, mediante ahorro de energía y aumento de su propiaproducción. Por otro lado, ahora importa ante todo de México y Canadá, y crece su importación del resto del hemisferio norte.
En Europa, donde antes el petróleo de Venezuelaocupó lugar destacado, ahora ha sido desplazado a posiciones secundarias.
Por su parte, las importaciones de los países latinoamericanos en su mayor proporción provienen de fuera delárea pues Venezuela no ha velado por realizar una políticaregional adecuada.
En suma, factores externos inducen a Venezuela areducir exportación y precios de hidrocarburos.
Ello no sería nocivo si el país hubiera logrado unavía interna para aprovechar sus recursos de hidrocarburosproductivamente. Pero estamos bien lejos de eso. Al contrario, los intentos de industrialización sustitutiva -queeran la manera principal de "sembrar el petróleo"- ya dieronsigno de agotamiento en los primeros años de la década 70,antes del boom de los precios, y éste, como hemos visto,no alteró esa decadencia. Por su lado, el intento del gobierno de acelerar y completar una industrialización pesada bajo su égida, se ha saldado por un fracaso monumental convertido en desaguadero permanente de la menguante renta petrolera. Pero lo más decisivo de todo está en la declinaciónirreversible de la productividad endógena del sector petroleromismo, nuestra columna vertebral.
Veamos algunos indicadores al respecto.
En 1967 el potencial de producción de crudo alcanzóa 4.238.000 barriles diarios, mientras a fines de 1983 descendió a 2.500.000 barriles diarios, pese a ias cuantiosasinversiones realizadas para contener esa caída. Se trata de undescenso superior al 400 10 de nuestra capacidad productiva,con el aumento consiguiente en los costos de obtención yextracción de cada nuevo barril de petróleo.
Paralelamente, la producción de crudo descendió desde un máximo de 3.708.000 barriles diarios en 1970 a unmínimo de 1.55 millones bid en 1985. en lo que influyó no
sólo la baja de potencial sino también las conocidasrazonesde la demanda. Aquí la reducción alcanza el 600 / 0 .
Las exportaciones de petróleo y derivados han descendido de 3.47 millones de barriles diarios en 1970 a 1.34millones de barriles diarios en 1985.
Asimismo ha descendido la utilización de la capacidad de refinación del país, desde casi el 1000 / 0 en 1970,hasta alrededor del 40 0 / 0 de petróleo procesado en 19821983, Y menos aún hoy día.
Todos estos indicadores señalan la reducción del rendimiento básico y técnico de los yacimientos y de la utilización de los equipos de -la industria petrolera. Para ellos setraducen ipso facto en mayores costos para la produccióny para la refinación del petróleo venezolano y por tantoen una menor capacidad endógena para generar beneficios.Este gravísimo proceso de deterioro ha sido ocultado por lassucesivas explosiones de impuestos y de precios petrolerosque permitieron incrementar a saltos los ingresos derivadospor el país de la renta petrolera global durante los años 70.
Pero aun así, si miramos cuidadosamente ciertascuentas nacionales, percibiremos los síntomas. Por ejemplo,la proporción del producto bruto del sector externo sobreel PTB sube de 22.20 / 0 en 1970 a 41.50 / 0 en el climax dela bonanza petrolera, pero luego desciende hasta 21.70 / 0
. en .1978, cifra que viene a ser rebasada hacia abajo sólo en1983, con el 20.90 / 0 . Eso a precios corrientes. Si ahoraconsideramos los agregados en magnitudes reales, esto es,a precios constantes. la proporción de las actividades externas baja casi continuamente desde 23.90 / 0 del PTBhasta 8.70 / 0 en 1983.
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Entre tanto el sector petrolero va exigiendo unacuota cada vez mayor del ingreso bruto para pagar costose inversiones, en detrimento del sector gobierno, que haabsorbido a partir de 1976 un sacrificio fiscal considerable.Así, mientras el beneficio de PDVSA pasaba de 3.761 MMde Bs. en 1976 a 10.751 en 1982, el sacrificio pasó de 4.017MM de Bs. en 1976 a 11.203 en 1981 y 8.591 en 1982, según cálculos del SCV. Deduciendo esa transferencia, la tasa de beneficio real de PDVSA desciende del 22.60 / 0 delpatrimonio en 1977 a un mero 2.60 / 0 en 1982, esto es,muy por debajo de cualquier tasa de interés (Fuente: SCVRemitido de su Presidente. El Nacional, 15-11-82). Tales un indicador significativo de la verdadera involución enla eficacia productiva y administrativa sufrida internamentepor la industria petrolera nacional.
En la búsqueda de otros índices objetivos hemoscalculado la razón excedente de explotación/costo de producción en términos reales (a precios constantes) y obtenemos que para la producción primaria (de crudo y de gas)esa razón era de 3.59 en 1970 y desciende casi ininterrumpidamente a lo largo de los años siguientes para llegar a sólo0.61 en 1982. Ello quiere decir que, apartando el efectoprecio, el ingreso petrolero neto, que en 1970 fue tres veces y media superior a los costos, ahora equivale a un poco más de la mitad de ellos. Esto es lo que denominamos
. productividad económica endógena de la industria petrolera venezolana.
Si añadimos a los costos las inversiones que se dedican cada año a la producción primaria y hacemos la comparación con el excedente generado, encontramos que éstefue en 1970, 2.45 veces el monto de aquellos gastos, peroque para 1982 apenas representa un tercio de los mismos.
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De all í por qué hay que dedicar una parte creciente del ingreso neto a financiar las nuevas inversiones petroleras y sin embargo, pese a todo, la capacidad productiva, enlugar de aumentar, se estanca o declina. De all í que entre1970 y 1983 se haya multiplicado por 5, a precios constantes, el costo más la inversión requeridos para obtener cadanuevo barril de petróleo crudo.
Al ampliar el espectro, tomando el lapso de 1967a 1983, hallamos que la relación entre excedente y costosmás inversiones a precios constantes baja de 2,55 a 0,29, loque equivale a decir que el rendimiento económico se redujo al 110/ 0 , esto es, casi a la décima parte de lo que fue hace16 años atrás.
Si aplicamos análogo indicador al resto de la actividad petrolera (refinación, transporte y comercialización).la razón excedente/costos más inversión desciente de 0,21a 0,13 en el mismo lapso. Aunque el descenso aquí es mucho más suave, confirma el empeoramiento de una actividadque siempre ha arrojado resultados mediocres para el país.
Para el conjunto del sector petrolero, el Indice utilizado baja desde 1,19 en 1967 hasta 0,22 en 1983, que representa el 180/ 0 , es decir, poco más de un sexto del nivel de 1967.
Hay motivos suficientes, como se ve, para preocuparse por la evolución reciente de la industria petrolera venezolana, motivos para pasar de la preocupación a la acción. Lasuprema dirección del estado venezolano debería tomar ensus propias manos esta problemática, someterla a un examenriguroso, capaz de discriminar nltidamente entre los factoresobjetivos y los de orden humano causantes de la prolongadadeclinación. Ya desde 1979 el Senado se había propuestouna evaluación al respecto, más se ha revelado incapaz de lIe-
varia a cabo. Pero decididamente el petróleo es un problema demasiado importante para toda la nación como paradejarlo sólo en manos de tos petroleros, por más renuentesque éstos se encuentren ~a permitir que otros se mezclen en"su;; asuntos"; pues en la medida en que éstos se revelan másy más "ultra dispendiosos", una pasiva tolerencia oficialbordearía la complacencia.
Se impone en particular, el examen y el reajuste delos factores de costo y de inversión que se han evidenciadoen los megaproyectos sobredimensionados, tanto de refinación como de exploración/explotación mar afuera, en la Fajadel Orinoco y en los tristemente célebres convenios de comercialización (tipo Aruba y Curazao, con que subsidiamosa la Exxon v a la Shell) y de pseudo asistencia técnica y tecnológica, por donde han drenado al exterior tajadas considerables del excedente petrolero. Debería erradicarse parasiemore el estilo faraónico de planificación petrolera corporativa, en su doble acepción de autocrática, realizada al margen de la planificación y dirección global de la econom ía,y de megaplanificación amante de las enormes dimensiones.Su fruto más conspicuo fue el plan maestro 2000, reveladopor Rodríguez Eraso en su famosa comparecencia newyorkina, que se puede resumir en su anuncio de que la industriapetrolera venezolana se propon ía invertir nada menos queunos 100 mil millones de dólares en los últimos 20 años deeste siglo. Su desmesura se pone de manifiesto con soloanunciarlo, y ello explica que se haya intentado negar suexistencia.
En cierto modo las cosas han comenzado a cambiarrecientemente. Constreñida por la realidad, que es demasiado terca, la industria se ha visto obligada a archivar sufamoso plan, que dio lugar no sólo a una serie de megaproyectos de las operadoras, sino también a la proliferaciónde proyectos de empresas privadas (metalmecánicas y otras)
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cuyo mercado es la industria petrolera. Los obligados reajustes y postergaciones de ésta -que son pasos en la buenadirección- han colocado a la empresa privada conexa en situación bien comprometida, con reducidas tasas de utilización de la capacidad instalada. También el sector metalúrgico nacional se habla inspirado, para su propia planificación, en la sobreexpansión petrolera que se anunciaba; yase sabe lo ocurrido allí. Lo que hace falta, por consiguien
te, es una reconsideración y una remodelación generales,que tenga como centro el sector petrolero, para respondera la oregunta zCórno hacer frente a la nueva realidad?
Recapitulando, el profundo deterioro económico,ambiental, social y moral que padece nuestro pa IS, tienesus causas en el auge y la decadencia de una "civilizaciónautomovil (stico-petrolera", dependiente de capital foráneoy seguidora a tal punto del "modo americano de vida" queha venido a convertirse en la "segunda naturaleza" de la sociedad venezolana actual. Sociedad rentista por excelencia,con vocación consumista y no productiva, su psicologlaparasitaria y derrochadora se manifiesta claramente en laconducta de sus estratos gobernantes y de sus partidospollticos. ASI se explica el tipo de polltica aplicada y suselocuentes resultados. El desarrollismo de los megaproyectos basados en técnicas y know how extranjeros realizadoscon· la cooperación trasnacional, el sometimiento a lasleyes del capital privado, el olvido de las secuelas socialesy ecológicas, etc., nos condujeron a la terrible paradoja quehe llamado en otro trabajo: "la gran frustración": la de unaextraordinaria bonanza fiscal y un ambicioso plan de industrialización, cuya principal cosecha fue el empeoramiento de los desajustes y las injusticias sociales, de un estatismoque beneficia y obedece al gran capital, de un presunto nacionalismo que multiplica la dependencia, de una democracia populista que empeora la calidad de vida del pueblo yminimiza su participación.
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Ciertamente, el petróleo como fuente de energla,no está muerto, pero el modelo petrolero como espina dorsal de la sociedad venezolana, sí está agonizando.
Ello nos sitúa ante una penosa disyuntiva: o empeñarnos en prolongar la agonía de un antimodelo ya inanimado, por medio del respirador artificial de la tecnología y el capital foráneos o decidirnos a desconectar el ilusorio aparato, para proceder a la remodelación de nuestraeconomía -y de nuestra sociedad- hacia la producción parael consumo interno, hacia el trabajo para la producción,hacia el esfuerzo productivo social en función de los requerimientos prioritarios de nuestra población.
Esta vía de emancipación, autoabastecimiento, austeridad y redistribución social es la única capaz de librarnosde nuestra infamante condición de negocio petrolero transnacional, a merced de compañ ías y potencias foráneas, y laúnica capaz de satisfacer material y espiritualmente a quienes la Constitución Nacional proclama dueños del subsueloy del poder en nuestro pa ís.
Pero lo dicho no equivale de ningún modo a sostenerque haya que abandonar el petróleo ni permitir que prosigael alarmante deterioro de su eficiencia. Por el contrario,ahora que la capacidad productiva y la rentabilidad decaen,se requiere un mayor celo para optimizar la comercialización,la inversión, la administración y el esfuerzo tecnológico nacional de modo de maximizar el rendimiento neto disponible para afrontar los requerimientos de inversión y remodelación hacia una economía diversificada, donde el petróleodesempeñará de todos modos un rol importante. No deboinsistir en la alternativa para no salirme del tema. Pero delo que se trata a la postre, es de replantear serenamente ya fondo el papel del petróleo en una sociedad que experimenta una transformación inevitable.
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¿ESTA PERDIENDO VENEZUELA SU CARACTERDE SOCIEDAD PETROLERA?
¿SE HA INICIADO SU TRANSICION HACIA UNANUEVA FASE?
Edgard Romero Nava
La primera pregunta que se nos ocurre es: ¿Cómose define una Sociedad Petrolera? ¿Cuáles son sus características, defectos y virtudes?
Si podemos contestar estas interrogantes, en formaclara también deberíamos respondernos: es México una Sociedad Petrolera? Lo es Argelia? Lo es Libia? Canadá loes? Gabón, Nigeria, Ecuador, La U.R.S.S., Holanda, Inglaterra, Kuwait, Arabia Saudita, son Sociedades Petroleras?, tomando en cuenta que todas estas naciones sonproductoras y exportadoras de petróleo.
'Si lo que queremos es plantear que Venezuela enlo económico ha dependido desde más o menos 1927 hasta hoy del ingreso producido por la act1vidad petrolera:que a partir de 1975 ha comenzado a declinar el volumende producción, y calculando hasta donde nos' alcanzan lasreservas probadas a un ritmo de declinación de más o menos
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200.000 bls.jd. por año, llegaríamos a la conclusión de quesi no hay cambios en el mercado mundial, y no tenemosen el futuro la posibilidad de vender petróleo, seríamos unanación que dejaría de ser EXPORTADORA de hidrocarburosprimarios, en unos 7 años, momento en el cual las líneas deconsumo interno y producción" se cruzarían.
Pero, ésto realmente es lo que está planteado?
Si es así, no cabe la menor duda que desde hacevarios a~os comenzamos el proceso para dejar de ser unpa ís exportador de petróleo.
Pero si ese no es el planteamiento, y de verdadsomos una Sociedad Petrolera, de acuerdo a la respuesta que se haya dado al comienzo, no pareciera que vamosa dejar de serlo por muchos años.
Porque no es inevitable que Venezuela continúeperdiendo mercados a razón de 200.000 bis/d. por año;porque sencillamente, las condiciones de declinación dela demanda mundial ya están llegando al punto donde nose puede ahorrar más, no se puede sustituir más, ni la economía mundial puede seguir en declive indefinidamente, ariesgo de caer en una grave crisis financiera internacional.
No se trata de hacer especulaciones, pues ya hemosvisto que los expertos más calificados han errado en suspredicciones. Se trata de reconocer que el petróleo comercial que se formó en la tierra, fué una cantidad finita; quehemos descubierto y desarrollado más de la mitad, y quehemos consumido de esa mitad descubierta, más de lasdos terceras partes.
Es cierto también que en el mundo todavía hay recursos de petróleo no convencional por descubrir-y desa-
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rrollar; quedan grandes volúmenes de gas por descubrir ydesarrollar; y del petróleo convencional, todavía nos quedan reservas del orden de los 698.667 millones de barriles, los cuales al ritmo del consumo actual (proyectado)nos durarían unos 30 años más, es decir, hasta el año 2015más o menos. Bajo esa premisa, todos los países productores de petróleo que conocemos hoy, dejarán de ser, sies que alguna vez lo fueron, Sociedades Petroleras. Perociertamente, nosotros no creemos que eso es lo que estáplanteado, y mucho menos en el caso ds.Venezuela.
Nuestro pa ís cuenta con reservas de petróleo convencional, probadas, en el orden de los 28.000 millonesde barriles; reservas de gas probadas, del orden de los -1.667.019 millones de metros cúbicos; y, hemos identif~cado en la porción sur de la cuenca oriental, llamada Faja Petrol ífera del Orinoco, hasta 1.000.000 de millonesde barriles de crudo, no convencional.
En un escenario que se estudió en 1980, la Industria Petrolera Nacional supon ía que nuestro mercado interno estaría en el año 2.000 en un nivel de consumo de -1.000.000 bis/día, y aun en este caso, todavía tendríamos petróleo para seguir siendo una Sociedad Petrolerapor bastantes años. Debemos destacar, que a la luz de la evolución actual del país, esta predicción tampoco se cumplirá.
Después de este análisis breve de los números, (quesirven para decir muchas cosas) consideramos que lo que realmente está planteado' es determinar si Venezuela ha entendido que, para garantizarles a sus ciudadanos el bienes
tar y el disfrute de una vida decente, debemos desarrollarsufioientes fuentes de riqueza (incluido el petróleo) que nospermitan independizarnos de un solo producto (ademásde exportación) para garantizarnos esas condiciones de vida a las que todos aspiramos.
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y si a este proceso es a lo qqe queremos llamar la"salida de la condición de Sociedad Petrolera", pues, ojalá que se esté produciendo un cambio.
Pero debemos reconocer y aceptar que no podemoscambiar en el corto plazo nuestra dependencia de la exportación del petróleo, porque él significa:
- ingresos anuales por 15.000 MM US$- 940/0 del ingreso total de divisas al pa ís- representa el 300/0 del P.T. B.- representa el 600/0 del total de los ingresos or-
dinarios del Gobierno
Por otra parte, no existen en el pa ís, ni a corto ni amediano plazo, sectores económicos capaces de sustituirla importancia y el peso que tiene la exportación de petróleo en la econom ía, en especial del sector público.
No hay que explicar, por obvio, que cualquier sector que en teoría pudiese cambiar la situación, requeriríade plazos no menores de los 20 años, para alcanzar los niveles de aporte que hoy en día representa la industria petrolera, si es que existe y podemos desarrollar este sector.
Quiere esto decir que estamos condenados a seguir siendo una Sociedad Petrolera?
Si lo vemos en términos reales, sí, y hasta dondenos alcance el petróleo, seguiremos siéndolo.
Donde hemos fallado de manera evidente, es en lautilización de los recursos .Qerivados de la explotación delpetróleo para diversificar nuestra econom ía, desarrollarotras fuentes generadoras de riqueza, y lo más lamentable,que a raíz de la NACIONALlZACION (o estatización) de
la Industria Petrolera Nacional hemos fallado rotundamente en crear una INDUSTRIA DEL PETROLEO, Y seguimosel patrón de las exconcesionarias de ser un país extractivopetrolero, exportador de materia prima.
Si la estatización significa la participación exclusiva del Estado, la Nacionalización implica la presenciatotal de la Nación, incluyendo al mismo Estado, al cualcomo parte importante en la globalidad de la Nación, lecorresponde trazar las estrategias y adoptar las decisionesque han hecho posible las etapas previas de Estatizacióndentro del proceso más amplio de nacionalización.
Así como no se puede concebir a la Estatizaciónsin el Estado, no se puede entender a la Nacionalizaciónsin la participación de toda la- Nación.
Por ello, la Cámara Petrolera de Venezuela ha venido sosteniendo la tesis de la participación de los venezolanos, tanto el sector oficial como el privado, en' el negocio petrolero, I~ cual puede ocurrir sin -perjuicio de la
a ••• ~
doctrina contenida en las etapas previas a la estatizaciónrealizada, mediante la delegación y regulación que él Estado considere discrecionalmente adoptar en el mejor interés de la Nación y dentro del marco de la legislación vigente.
Si bien entendemos que por ser la Nación venezolana la única propietaria de los hidrocarburos existentesen sus yacimientos, y es al Estado.a quien corresponde laplena disposición y administración de tal riqueza, ello noexcluye el que el Estado acuda y utilice a todos los venezolanos idóneos para realizar una actividad de la que sederive un beneficio que atienda a los supremos intereses
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nacionales. Apreciamos a los compatriotas al serVICIO delEstado sabiéndolos tan venezolanos como el resto de losque también formamos parte del cuerpo de la Nación ymanifestamos nuestro público interés para participar también en el desarrollo de nuestro pa ís.
Ojalá fuésemos una Sociedad Petrolera, con un elevado desarrollo INDUSTRIAL de nuestro petróleo, y noun exportador de crudos, como materia prima destinadaa generar riqueza y valor agregado en el exterior.
Es en este sentido que hemos planteado la necesidadurgente de convertir a la Industria Petrolera, en la proveedora de los insumes necesarios para industrializarlos y generar una mayor riqueza, a través del valor agregado nacionaly del mayor valor en la exportación de productos manufacturados, es decir, mantener la reserva de la explotación ycomercio de los hidrocarburos en manos del Estado, comoetapa primaria, y luego definiendo que la reserva se agotaen el momento en que la Industria Petrolera Nacional vende sus productos al extranjero o al venezolano, impulsary promover la etapa secundaria de suministro de la materia prima ·a las empresas nacionales, para que en el país seproduzcan nuevos productos, constituyéndonos así en unaverdadera Sociedad Petrolera y no dependiente de los ingresos por extracción y exportación de materias primas, comoha sido hasta la fecha.
Existe en el país una infraestructura industrial queno trabaja ni al 500/0 de la capacidad instalada. NuestraCámara ha cuantificado proyectos para los sectores qu ímicos y petroquímicos, en situación de comenzar su construcción, que en términos generales significarían:
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No. de proyectosInversión (en MM Bs)Empleos Fijos DirectosEmpleos Fijos IndirectosEmpleos Temporales enla ConstrucciónSustitución de Importaciones(en MM Bs.)
302.0001.5007.500
3.000
6.500 laño
Además, existen numerosos proyectos identificados, que generarían cifras muy superiores a las mencionadas, sobre los cuales no se ha avanzado por la indefinición y la falta de decisiones sobre la participación del Sector Privado en la industrialización del petróleo.
Estos son los elementos que cuestionan el que seamos en realidad una Sociedad Petrolera, y nos llevan a laconclusión de que lo que realmente somos es un país monoexportador de materia prima.
Dentro de este orden de ideas y de acción institucional de impulsar la industria del petróleo en el país, hemos hecho proposiciones concretas para el Sector Empresarial Petrolero Privado. Unas a través de la Cámara Petrolera y otras directamente por las empresas privadas interesadas, ante los organismos competentes.
Dentro de ellas hay dos (2) que nos parece oportuno resaltar, las cuales fueron solicitadas por el sector privado y se ha tomado la decisión de que sean realizadas porla Industria Petrolera Nacional. Ellas son: una planta de solventes a partir de nafta mejorada que con una inversiónadicional de 25 MM Bs., más otros equipos e instalacionespropiedad de la Industria Petrolera Nacional va a representar para el país ahorros en divisas por importación en elorden de 11 MM US$ año. Y el otro, es el proyecto BTX
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(Benceno, Tolueno, Xileno) el cual permitirá también unsustancial ahorro en divisas. Estos son ejemplos de aquellasáreas que se han solicitado para el sector privado y que auncuando no hayan sido aprobadas por este sector, nos complaceque se hagan en Venezuela y que estemos dando nuestrapequeña contribución a la apertura de un proceso industrialpetrolero en el país.
¿Se ha iniciado la transición hacia una nueva fase?
Es evidente que, independientemente de que se nospueda considerar o no como una Sociedad Petrolera, nohemos iniciado la transición hacia una nueva fase.
En todo caso, lo que estamos es sufriendo los efectos de la baja en los volúmenes y precios de nuestras exportaciones, lo cual se refleja en una disminución de losingresos de divisas extranjeras por ese concepto, ademásde cargar con el peso de la considerable deuda en la cualincurrimos, sin que los ingresos cuantiosos que hemos obtenido de la industria petrolera, sumados a los montos. .de los préstamos que originaron la deuda, hayan contri-buido de manera efectiva a crear y desarrollar otras fuentescapaces de generar riquezas y bienestar para los venezolanos.
y donde se encuentra la raíz de esa situación esevidentemente en las ejecutorias de un Estado ineficaz ysoberbio, que pasó del control fiscal de la industria petrolera en manos de las exconcesionarias, al control absolutodel proceso de búsqueda, extracción y comercializaciónde materia prima, sin cambiar el esquema de las trasnacionales, que fue y sigue siendo, exportar petróleo e ingresardivisas.
Si realmente hemos sido una Sociedad Petrolera, conlas características que así la definen, búsqueda, produc-
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cion y exportación de materia prima para ingresar divisas,n_o hay ninguna duda de que lo seguimos siendo, y no hemosiniciado la transición hacia otra fase, ya que se ve claramente que el país sigue haciendo lo mismo.
Hemos analizado si somos una Sociedad Petroleray si hemos iniciado el cambio a otra fase. A nuestra manera de ver, el término Sociedad Petrolera es ambiguo y pudiese ser aplicado a países tan disfrniles como Venezuela,Gabón, Arabia Saudita, Libia y Canadá, lo cual no lucecorrecto. Y en cuanto al cambio, si de Sociedad Petrolera se trata, y por ello entendemos buscar, explotar, exportar petróleo, tampoco se ha producido cambio en nuestropaís, hasta hoy.
Pero, aun cuando dentro de estos conceptos quenos ha tocado desarrollar no se incluyó el enfoque de nuestra visión hacia el futuro, pensamos que, efectivamente,deber íamos cambiar el tratamiento que les damos a los hidrocarburos y convertirlos realmente en motor y elemento dinamizador de la economía y del bienestar del país,a través de su verdadera industrialización, 'con el aporte,participación y disfrute de todos los venezolanos. Resultaabsurdo, por decir lo menos, que se permita la quema del50/0 del volumen del gas que se produce, el cual equivale a unos 30.000 barriles diarios de petróleo; y no se permita álos venezolanos establecer empresas e industrias que manejen y procesen ese gas, para llevarlo a las pequeñas poblaciones como combustible, transformarlo en metanol,negro humo o cualquier otro producto realmente aprovechable, y no para alumbrar como mechurrio las localidades petroleras, lo cual podrá ser muy turístico, pero esun imperdonable desperdicio que va contra los interesesdel país.
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De manera similar, un empresario venezolano podría establecer una planta procesadora de asfalto fueradel territorio nacional, y nuestras operadoras no tendríaninconveniente en venderle materia prima para su planta,pero se niega a suministrárselo en el país, aun cuando eseprocedimiento dejaría sueldos, salarios, pago de bienes yservicios, impuestos y valor agregado, además de motorizar economías locales deprimidas.
Es posible para un empresario venezolano comprarasfalto en Trinidad, a US$ 208 la tonelada para exportarloa Europa, pero nos negamos a permitir la operación delLago de Asfalto de Guanoco,. cuya reactivación estaría garantizada por el alto precio que se paga en el mercado mundial por el asfalto, además de todas las ventajas económicas ya antes mencionadas de valor agregado que quedaríaen el pa 15, y la inyección de riqueza en las econom las locales.
Lo criticable no es que seamos una Sociedad Pe·trolera, dicho en términos peyorativos, sino que no sepamos aprovechar esa condición de país petrolero para impulsar nuestro desarrollo, tal como lo hubiésemos podidoy debido hacer. Si la bonanza nos hubiese sido concedidaa través del oro, la ganaderla, la agroindustria o cualquierotra fuente de riqueza, si a cualquiera de ellas la hubiésemos usado de la misma manera, y dado el mismo trato demateria prima para la exportación en vez de industrializarlo en Venezuela.
, En conclusión, consideramos, que el cambio vendrá cuando con la participación de todos los venezolanos nosdediquemos a industrializar, en Venezuela, todos los recursos de que disponemos sean ellos petróleo, hierro, aluminio, café, pinos de Uverito, carbón de Guasare, de Naricual, de Taguay, pescado y cualquier otro bien nacional.
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Mientras seamos exportadores de todas estas materias primas, seguiremos siendo un país de econom ía extractiva, sujetos a las variaciones y presiones de los paísesindustrializados, y siempre tendremos un motivo paralamentar nuestra mala suerte y sentarnos a proclamarnosexplotados, con lo cual lo único que pretendemos es transferir a otros la responsabilidad de nuestro atraso, sin reconocer que nadie hará por nosotros, lo que nosotros no hagamos para salir de esa situación de subdesarrollo.
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¿ESTA PERDIENDO VENEZUELA SU CARACTERDE SOCIEDAD PETROLERA?
SE ESTA INICIANDO SU TRANSICION"HACIA UNA NUEVA FASE?
Al..erto Quirós Corradi
Contnamente a mi costumbre voy a comenzar con unpronóstico. Pronóstico que dentro de 15 o 20 años, si Diosnos da vida a Francisco Mieres y a m í, estaremos en un foro parecido, debatiendo el futuro y la Venezuela postpetrolera.
Qu iero comenzar con las preguntas que se han hechocasi todos los que han participado en este foro, y que sonobjeto de este tema: ¿Está perdiendo Venezuela su carácterde sociedad petrolera? zSe ha iniciado su transición a unanueva fase? A la primera pregunta mi respuesta es nó: y ala segunda pregunta mi respuesta es: probablemente sí. Depende.
Para poner en órbita esta primera parte de la Venezuela postpetrolera, quisiera leer un pequeño párrafo deun editorial recientemente publicado, donde digo: "LaVenezuela Postpetrolera -la frase está de moda- como no
aprovechamos bien los recursos, tenemos que echarle laculpa a los generadores de recursos, en este caso no enplural sino en singular: el petróleo".
Nadie sabe en realidad lo que post-petrolera quieredecir: "Será que habrá nuevas alternativas que le haránla competencia al petróleo reduciendo nuestra dependencia?" Como dijo Romero Nava "muy difícil", en los próximos veinte años decía yo, pero la cuenta de él dió 130años más.
¿Será que el petróleo se acabará y tendremos queregresar a la sociedad rural que algunos tanto añoran? Muydifícil. Tenemos petróleo para 200 años más por lo menos.
¿Será que la Venezuela postpetrolera se refiere aun cambio de mentalidad en nuestras instituciones vigentes, las cuales, de repente, se darán cuenta de sus errorespersonales? El mundo de la partidocracia entregará su cuota de poder o dejará de intervenir a las instituciones delpaís? é Tendremos elecciones directas de nuestros representantes ante el Congreso y los Concejos Municipales?¿Fedecámaras comprenderá que la industria privada por sísola no puede desarrollar al país y aceptará como variableposible el capitalismo de Estado? ¿La CTV entenderá queen un país sin capitales, el concepto de clase laboral nopuede subsistir y que lo que hay que desarrollar es el concepto de la sociedad industrial, agrícola y comercial, esdecir la sociedad integral? Muy difícil. Hay demasiadasconfusiones. Demasiados estamentos afianzados en la noción del corto plazo. No hay Venezuela postpetrolera a lavista, porque no ha habido Venezuela petrolera: la que aprovecha bien sus recursos, la que usa los ingresos del monoproducto para diversificar su econom ía, la que aprovechala bonanza para impulsar la educación, la que no se aver-
guenza del éxito institucional y personal; la que estimulaa la empresa privada y apoya a las empresas del Estado;la que no se administra bajo la poi ítica de la envidia; la quedemocratiza su sistema poi ítico y rompe el concepto de laparcela caudillista.
Seguimos bajo la democracia, siendo en muchoel país hacienda de Górnez. Ahora las trabas para la libertad no se llaman grillos, se llaman burocracia, permisología y abuso de poder. El tráfico de influencia no se materializa en hacienda y en otras propiedades rurales sino quese ocultan cuentas en Suiza y se exhiben formas de vidano explicadas, con el mismo desparpajo y tolerancia deantes. El .sentido comunitario recién empieza a despertar;no tenemos -salvo ejemplos notables como el del Metro noción de la propiedad colectiva.
Antes de pasar la hora de este cap ítulo petrolero, debemos cerrarlo dignamente. Tenemos tiempo como ya vimos.
Se habló mucho, sobre todo en la exposición deldoctor Míeres, sobre algunos números y algunas relacionesen términos económicos, quizás poco comprensibles paralos que no pudieron seguir con el papel en la mano su exposición. Sin embargo, Humberto Peñaloza hace algún tiempopreparó unas notas que él llama: "los grandes números delpetróleo". Yo creo que los ·grandes números en su dimensiónson más asequibles, simplemente por una razón que ustedes entenderán cuando pase a la tercera y parte final de miexposición. Ahora vamos a concentrarnos solamente en elperíodo de la nacionalización: 1976-1984.
Venezuela vendió 575.000 millones de bol ívares enhidrocarburos. Sus gastos de operación e inversiones, fueron113 mil millones. La ganancia operacional para la nación-la diferencia entre uno y otro fué de 462.000 millones y la
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participación fiscal casi 400.000 millones. Esto quiere decirque el negocio petrolero en los grandes números de 575.000millones de bol ívares, le dejó a la nación venezolana el 80por ciento de su renta. No hay negocio en el mundo quepueda generar este tipo de rentabilidad. A la industria petrolera de su propia ganancia le correspondió el 12 por ciento requerido para generar sus inversiones, es decir, que ese80 por ciento se repartió: 68 por ciento para el Estado propiamente dicho y 12 por ciento para reinversión en la propia industria.
Retomando algo que dijeron tanto e/ doctor Mierescomo Romero Nava, es importante ver cuáles han sido losesfuerzos que ha hecho la Industria petrolera para modernizar el entorno, para profesionalizar a esa serie de empresas y de Industrias periféricas que tanto dependen de ella,En 1980, el 84 por ciento de la ingeniería contratada fuera de la industria petrolera era extranjera; hoy en día es el27 por ciento. La participación nacional era el 16 por ciento, hoy en día es el 73 por ciento: Y esto sin tomar en cuenta la ingeniería nacional dentro de la industria petrolera,que consta de 3.500 ingenieros, cifra muy superior a laque se pueda contratar afuera. Y más importante que esotodavía, es la evaluación de empresas de materiales, deconstructoras de plantas y equipos. De 1978 a esta parte,91 sectores como el meta/mecánico, han sido evaluados;755 empresas han sido evaluadas y se les ha hecho seguimiento a 1.050 empresas; es decir, que sí ha habido unesfuerzo. por incorporar a estos factores exógenos y a estaindustria privada de la que hablaba especialmente el doctor Romero Nava.
Cuando pienso en la Venezuela petrolera -y no es queaqu í algu ien haya negado los adelantos que esta sociedadha tenido durante o entre el período prepetrolero y el período que hoy vivimos- no puedo dejar de mencionar alcunes pequeños datos, como por ejemplo: Los cambios
en la población en los últimos 50 años. Antes era de 3 millones de habitantes contra 16 millones ahora. Las expectativas de vida eran de 37 años contra 68 ahora. Había 142.000personas en el sistema de educación, y hoy casi 5 millones.y así por el estilo. De manera que las virtudes de la Venezuela prepetrolera bucólica, no resisten ningún análisis verdaderamente conceptual y serio. Ni en términos económicos. Ni en términos poi íticos. Ni en términos culturales;entendiéndose en este caso por cultura el gran telón de fondocontra el cual se desarrolla nuestra sociedad.
La primera conclusión es que hemos sido y seguimossiendo una sociedad dependiente del ingreso petrolero.Las proyecciones a largo plazo, todas las que tenemos paralos próximos 15 ó 20 años así lo demuestran. No hay unsustituto económico a la vista para la economía petroleradel país.
Ahora bien, Francisco Mieres al definir lo que es unpaís petrolero, no usó una palabra que yo vaya usar. Yo leagregaría que el país es monoproductor, porque ahí seconcentra toda la tragedia de la falta de diversificación y dela dependencia. Pero la pregunta es que si las característicasnegativas de un país monoproductor pueden o no ser superadas sin dejar de ser monoproductor durante una épocade transición.
Yo creo que una de las explicaciones más interesantes que ha habido en este seminario -por la forma novedosa como se elaboró- fué el desarrollo del viejo concepto rentista que presentó Asdrúbal Baptista. Creo que él está muyclaro cuando habla del petróleo y del ingreso petrolerocomo una renta, y define la renta más o menos como aquello que se produce y se genera de activos fijos y de recursosque no han sido producidos por la población. Es un poco,digamos, la descripción técnica, de lo que Uslar Pietri tarn-
bién i1amaba "la sociedad que tiene los beneficios sin haber efectuado el trabajo".
Pero al mismo tiempo dice Baptista, que la renta para que continúe y evolucione en la transición hacia un paíseficiente en términos capitalistas, tiene que estimular el consumo. Y una vez que se estimula el consumo, con todaslas ineficiencias de la sociedad rentista, puede llegar a agotarse el modelo rentista dado bajo esa definición, y pasarentonces al próximo paso que puede ser una sociedad capitalista, mucho más efectiva que la rentista anterior. Yo pongo eso en términos un poco más simples y digo: hay unadiferencia notable entre dinero y riqueza, yeso lo aprendieron los españoles cuando se llevaban la plata y el orode las colonias, se iban a Europa y creían que tenían riqueza, pero lo que tenían era dinero y ese dinero sirvió paracomprar bienes materiales y bienes de consumo a las sociedades y a los países industrializados del norte de Europa,y les produjo un grado enorme de desarrollo. Al final decuentas los españoles se quedaron sin dinero y los otrospaíses con la riqueza. El problema de los españoles fue quetambién se les acabó la fuente: el oro, la plata, y se les acabó la colonia; pero a nosotros no se nos ha acabado el petróleo. Y por eso es que pienso que se puede proponer unanueva división de la historia petrolera o de la historia económica de Venezuela, y esa podría ser: la época prepetrolera que todos conocemos; la época petrolera, vamos a llamarla ineficiente, aun cuando tuvo sus razones y produjosus beneficios, y la Venezuela petrolera eficiente, que esdonde yo creo que debemos entrar ahora, antes de pensaren una Venezuela postpetrolera, porque no hay transicióneficiente entre una Venezuela petrolera ineficiente y unaVenezuela postpetrolera; porque ese recurso no ha generado las bases para poder despegar con alternativas al petróleo, bajo cualquier criterio del desarrollo.
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Entonces é qué se requiere en una Venezuela petrolera eficiente? Lo importante es entender este conceptode eficiencia para enrumbarnos mejor. No voy a repetirtodas las cosas que aqu í se han dicho que se necesita hacer, con muchas de las cuales, por no decir todas, estoyde acuerdo. Pero hay una que quizás no se ha mencionadotan expl ícitamente y en la cual me quiero concentrar parafinalizar, y es lo que yo llamo 'la necesidad de' una distribución del poder en esta sociedad'.
Aquí se habla de distribución de ingresos, de distribución de trabajo, de creación de empleo, con las cualesestoy de acuerdo, pero una cosa muy importante es 'ladistribución del poder poi ítico', del poder efectivo de dominar a la sociedad. Hay que establecer una diferenciaconceptual entre lo que es "autoridad" y "fuerza". Bajoesta definición la "autoridad" es el uso legítimo del poder y la "fuerza" es el uso ilegítimo del poder, lo cual noslleva a la conclusión de que la legitimidad es verdaderamente lo importante. Y é cómo se define ésto? Vamosa definirlo -por supuesto dentro de mi propio diccionario- en sentido negativo. Vamos a decir lo que no es legítimo dentro de esta sociedad: concentración del poderen pocas manos. Partidización. Intervención institucional.No representatividad ni nacional ni regional en los Poderes Públicos. Toma de decisiones por capricho y sin profesionalismo. Ausencia de diálogo y discusión de los problemas álgidos del país. Terrorismo ideológico y descalificación personal como método de argumentación oficial.Hombres "sabios" a los cuales se les consulta todo lo trascendente e intrascendente del país. Corrupción comunicacional como medio de formar opinión. Cada quien hagasu propia lista., pero vamos a tener que llegar todos a latriste conclusión de que, en términos sociopol íticos, nuestrademocracia ha estado plagada por lo no legítimo y porlo tanto, tiene mucho de fuerza y una enorme ausencia deautoridad.
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Para concluir y resumir: no hay para Venezuela unaépoca post-petrolera a la vista, y esto no es malo. Hay unaVenezuela posible, petrolera eficiente. Yeso es bueno.La enseñanza de la Venezuela petrolera ineficiente debe aprovecharse para el próximo paso: el de la petrolera eficiente.Ningún progreso real es posible si no se legitimiza la democracia. Mientras el uso de la fuerza como sistema de gobiernono permita los cambios estructurales, sociales y psicológicos que requiere nuestra sociedad para poder hacer más conlo mismo o con menos, no habrá tampoco un aumento deproductividad porque no habrá motivación. No hay sacrificio sin compromiso. No hay noción de país sin participación colectiva. Y finalmente, déjenme decirles quizás lomás importante: no se construye una nu.eva sociedad ni sepasa al próximo paso, construyendo sobre las bases de laexcusa permanente.
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