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Musica de camara, musica academica, historia, ensamble
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MÚSICA DE CÁMARA
Es necesario definir algunos conceptos y caracterizar momentos específicos de la
historia para poder llegar a comprender, lo que hoy se denomina como Música de
Cámara.
El renacimiento (a mediados del siglo XVI) fue el momento propicio para la creación
de uno de los géneros vocales más influyentes como fue el Madrigal. Esto es una
composición de 3 a 6 voces sobre un texto secular, que se ejecutaba a capella y algunas
veces con acompañamiento de instrumentos doblando las melodías de las partes
vocales. Su origen se remonta a Italia y Francia, especialmente al primer país pues, fue
en Venecia en el año 1533 donde el compositor Philippe Verdelot Publicó su primer
“Libro de Madrigales”. Se puede decir hoy en día que los Madrigales del renacimiento
fueron las primeras obras de “Música de cámara” que se crearon.
Debido a la necesidad de algunos músicos y personajes pertenecientes a la burguesía
de realizar reuniones sociales donde se discutieran temas de política y además se
pudiera disfrutar de ellos mismos interpretando música, los conciertos o reuniones de
este tipo se hacían más frecuentes. Como la mayoría de los compositores trabajaban
para la alta burguesía, era común que estos últimos realizaran reuniones sociales que por
supuesto ameritaban de algún tipo de gozo musical que era proporcionado por amigos,
compositores, músicos allegados que ejecutaban distintos instrumentos, y que lo hacían
por disfrute privado de la música, en una atmosfera más intima, y sin la mayor presión
de ser un concierto público. Estas reuniones se realizaban en habitaciones no muy
grandes, o dormitorios pues estas creaban esa sensación de privacidad y calidez. Estas
habitaciones para la época llevaban el nombre de cámaras.
También entre la sociedad de compositores y músicos era común estas reuniones
pues les permitían ejecutar obras, discutir sobre ellas, probar recursos y sonoridades.
Estas obras a veces eran compuestas solo para este fin, ejecutarlas en las reuniones de
“cámara” y no para un estreno público. Estas obras compuestas para pequeñas
agrupaciones, con partes individuales que no se repetían como en el caso de las
orquestas, y que se ejecutaban en estas cámaras, en habitaciones y espacios pequeños,
fueron evolucionando en cuanto al formato de composición, algo que comenzó con los
madrigales que eran composiciones netamente vocales, estaba tomando ya en la Época
del Barroco (1600-1750) un auge con más sentido instrumental, lo que dio paso a la
creación de la forma Sonata a Trío. Esta forma tomó mucha popularidad en los siglos
XVII y XVIII, pues por lo general permitía que dos instrumentos solistas (Ejemplo:
Violines) realizaran melodías y contrapunto más el acompañamiento del bajo continúo
que por lo general lo hacían dos instrumentos: Viola da Gamba y el Clavecín.
De los compositores más destacados en esta forma musical, se encuentran:
Arcangelo Corelli, Antonio Vivaldi, Tomaso Albinoni, George Philippe Telemann,
entre otros. Para este tiempo, las sonatas a trío se escribían como sonatas “da camera”
haciendo clara referencia a la atmósfera intimista necesaria para estos estrenos. Debido
ya a la creciente importancia que habían tomado estas reuniones, se empezaron a
realizar pequeños conciertos de obras en este tipo de formatos (Sonata a trío) lo que
permitía un lenguaje musical más cómodo, menos costoso (pues era más rentable
contratar 3 ó 4 músicos que una orquesta), y llenar espacios más pequeños de un público
selecto y muy interesado.
Ya en el período clásico (1750-1820) se crearon nuevos formatos para esta música de
cámara, como es el cuarteto de cuerdas, que esta conformado por dos violines, viola, y
violoncelo. Por lo general Compositores como Wolfang Amadeus Mozart y Joseph
Haydn escribieron varios cuartetos de cuerdas pero para ser tocados entre ellos mismos,
reuniones privadas, a veces solo por diversión. Uno de los responsables de llevar el
Cuarteto de Cuerdas al salón de conciertos fue Beethoven, con grandes obras tales como
su Septeto de 1800 y sus últimos cuartetos muy complejos tanto musicalmente como
técnicamente.
El primer gran ejemplo de lo que hoy día identificamos como música de cámara
apareció en Inglaterra a finales del siglo XVI y principios del XVII. En esa época se
escribió una gran cantidad de música para grupos de cuatro a siete violas, conformando
lo que se llamaría “Viol Consort” o conjunto de violas. Era una música de carácter
íntimo y a menudo intensamente emotiva.
Siguiendo el ejemplo de Beethoven, muchos compositores dedicaron gran parte de
sus composiciones a este formato de cámara, pero haciendo las combinaciones de
instrumento un poco más ricas y heterogéneas, como es el Caso del Cuarteto del Fin de
los tiempos de Olivier Messiaen donde mezcla Clarinete, Violín, Cello y Piano, ó
también el concierto para clave y cinco instrumentos de Manuel de Falla. Luigi
Bocherini compuso su fandango para cuarteto de cuerdas y guitarra. Por otra parte
compositores del siglo XX como Arnold Shoemberg redimensiona el concepto de
música de cámara con sus “Dos sinfonías de cámara” donde es recomendable un
director por la extensión de los ejecutantes, pero quizás se pierde el sentido cortesano y
burgués de música palaciega o para la reunión de aficionados como era originariamente,
convirtiéndose en una música de difícil ejecución para profesionales altamente
cualificados.
Luego de toda esta evolución se habla de forma clara y precisa lo que es la música de
cámara, siendo esta entonces un género de la música académica que es compuesta con
delicadeza para un reducido grupo de instrumentos. Las dos características principales
de la música de cámara son las siguientes:
- Cada músico toca o ejecuta una parte diferente (en contraposición con la
orquesta, donde una fila de violines por ejemplo ejecutan la misma parte).
- No hay director (Por lo tanto los músicos deben ubicarse de tal forma que
puedan observarse muy bien entre ellos para lograr la mejor coordinación, por lo
general uno de los músicos de la agrupación es el que lidera musicalmente).
Teóricamente no hay un límite máximo de instrumentos, pero si se recomienda que
sea entre 2 y 20 personas como máximo. Entre las diferentes combinaciones o formatos
conseguimos, la sonata a trío, cuarteto de cuerdas, quinteto de cuerdas, trío con piano,
dúo sonata (por ejemplo piano e instrumento melódico), Quinteto de vientos madera.
Los menos usados son los instrumentos de viento – metal pues debido a su potencia
sonora no son propicios para atmósfera intimista que requiere la música de cámara.
También existen orquestas de Cámara que pueden estar conformadas de entre 20 y
25 instrumentistas, este era el formato de las orquestas de cámara del siglo XVIII.
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