Un niño llamado Jose Kentenich El fundador de Schoenstatt nace el 18 de Noviembre de 1885 en...

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Un niño llamado Jose

Kentenich

El fundador de Schoenstatt nace el 18 de Noviembre de 1885 en Gymnich, Alemania.

Es bautizado el 19 de noviembre con el nombre Peter Joseph Kentenich, en la parroquia de S. Kunibert, en Gymnich.

El bautismo le regala al pequeño niño – traído al templo por su madrina – una vida eterna, un futuro más allá de la muerte.

El sacramento del bautismo le brinda la incorporación en Jesucristo, el portador de una vida nueva y eterna.

Desde el bautismo el pequeño Peter Joseph le pertenece a Jesucristo y participa de la relación de Jesús con el Padre.

La madre, Katharina Kentenich, es la menor de varias hermanas. La pequeña casa donde nace Joseph Kentenich y donde transcurren sus primeros años es propiedad de los abuelos maternos, Anna Maria y Mathias Kentenich.

Katharina Kentenich (18.7.1863 - 27.03.1939)

Cuando Katharina Kentenich tiene alrededor de 18 años va vivir como empleada en la granja Heuser en Oberbohlheim, un lugar ubicado a unos 13 Km de Gymnich.

Matthias Köp (09.12.1841 – 19.03.1931)

Matthias Köp, oriundo de Eggersheim, el padre de Joseph Kentenich, es administrador de esta granja.

El padre gozaba de buena reputación. Se dedicaba al área de la agricultura y en su vejez tuvo un colmenar. Según testimonio de sus conocidos, "llevaba una vida ordenada", era respetado, fue concejal durante muchos años e iba a menudo a misa, incluso durante la semana.

Cuando nace Joseph Kentenich, su madre tiene 22 años, su padre 44.

Existen diferentes teorías acerca de la pregunta sobre el motivo por el cual los padres no se casaron. Quizás por la diferencia de edad o por trabas de parte de la familia de ambos; esto son suposiciones que nunca podrán ser totalmente aclaradas.

El hecho es que nunca estuvieron casados entre sí, pero que tampoco lo hicieron con otra persona.

Sea como fuere, esa situación significó una pesada cruz para Katharina y su hijo.

Cuando Katharina se da cuenta de que está embarazada, deja la granza Heuser y va primero a vivir con su hermana mayor Sibilla y su esposo Peter Joseph Peters en Nörvenich; poco antes del nacimiento de su hijo regresa a la casa paterna en Gymnich.

Placa conmemorativa en su casa

natal

Katharina era muy piadosa, era particularmente devota de la virgen Maria.

A ella le había consagrado su hijo antes de nacer.

Anna Maria KentenichDe soltera Blatzheim

(08.12.1818 – 29.01.1909)

La abuela materna del P. Joseph Kentenich fue Anna Maria Kentenich.

Mujer muy generosa, regalaba mucho. Se dice de ella que era una mujer muy tranquila, amable y religiosa. Anna Maria se ocupa de la educación religiosa de sus hijos.

Reza con ellos y, tal como se cuenta, le hace preguntas a los niños sobre el catecismo.

Por las noches siempre bendice su casa con agua bendita. El abuelo paterno fue Matthias Kentenich (26.01.1819 – 17.07.1888) oriundo de Hürth-Kendenich.

A fines de 1891 Joseph Kentenich se muda con su madre a Estrasburgo, donde permanecen hasta mediados de 1892. 

Katharina se hace cargo de la casa de su hermano mayor, Peter Joseph, a raíz de la muerte de su cuñada ocurrida el 25.12.1891.

Estrasburgo

Estrasburgo

Allí aprendió el niño una oración a la Santísima Virgen:

“Maria, ayuda, ya es hora ayuda, Madre de misericordia

Tu eres poderosa para salvarnos de peligros y dificultades.

Muestra que eres Madre donde la dificultad es mas grande…”

El pequeño Joseph va a la escuela local durante un par de meses. Peter Joseph se vuelve a casar el 25.06.1892, entonces Katharina y su hijo Joseph regresan a Gymnich.

Un tiempo después del regreso a Gymnich cambia la situación familiar.

Katharina tiene que tomar un trabajo fijo para así poder mantener a su hijo.

La abuela, Anna Maria, a raíz de su edad avanzada, no puede ocuparse más del pequeño Joseph.

La escuela primaria, bajo la dirección de José Zimmermann, y más tarde de Augusto Klinkhammer, tiene 355 alumnos.

Joseph es un buen alumno, pero no se puede decir que iba con gusto a la escuela. La escuela apuntaba mucho a la disciplina y a la repetición; y él, a la libertad y a la actividad propia.

Los compañeros de clase de Joseph relatan que los maestros eran muy severos y propensos a tomar la vara para castigar.

De 8.00 a 11.00 hs., y de 13.00 a 15.00 hs., Joseph Kentenich aprendía a leer, escribir, historias de la Biblia, matemática, geografía, dibujo, canto, trabajo manual...

Mientras que la escuela no lo entusiasmaba demasiado, la "vida en el campo" era una verdadera alegría para él.

El foso del castillo servía en verano para pescar, y en invierno para patinar; los bosques, para jugar al escondite.

A los diecinueve años Joseph Kentenich escribe durante sus vacaciones en Gymnich:

"Estoy mejor de salud. En cuanto respiré los aires del pueblo... todo volvió a estar en orden. Se vive a gusto entre los campesinos."

En Colonia, Katharina conoce al sacerdote August Savels (12.07.1837 – 21.02.1915). Probablemente ella pertenece a la parroquia de los Santos Apóstoles donde él es párroco. Él es su confesor y consejero.

El párroco Savels, antes de su actividad en Colonia, había sido padre espiritual y rector en Oberhausen en la Iglesia de San José. Allí, juntamente con su hermana Antonie Savels, había comenzado a acoger y cuidar niños huérfanos en la casa parroquial.

Parece que Katharina habló sobre su hijo con el párroco Savels y siguió su consejo de internarlo en el orfanato. Quizás una de las razones que la llevaron a tomar esta decisión fue que la educación escolar en Oberhausen era mejor que en Gymnich.

Parroquia de los Santos Apostoles

Casa San Vicente en Oberhausen

La Casa San Vicente tenía una escuela primaria propia donde se impartían los dos primeros años de enseñanza y las Hermanas se preocupaban de tener buenos maestros en su escuela.

Joseph Kentenich va a este orfanato el 12 de abril de 1894.

En la capilla de la casa se lo entrega a la Santísima Virgen.

La despedida es dura para el niño y para la madre.

Maria deberá ser en el futuro su madre y cuidar de él.

Como signo visible de la entrega y consagración del niño cuelga de la Imagen de Maria una pequeña cruz con una cadena de oro.

Había sido el regalo de su madrina para su primera comunión.

Su hijo, que aún no había cumplido sus 9 años, participa plenamente de esta consagración.

Es un regalo central para él personalmente, pero más adelante también para la historia de Schoenstatt.

El cambio para Joseph con sus 8 años derivado de la mudanza de Gymnich a Oberhausen no podría ser más grande.

En Gymnich todo el pueblo era su lugar de juegos.

En Oberhausen tiene que conformarse con la casa y con la plaza infantil rodeada de muros.

Hasta ese momento su madre y su abuela se habían ocupado de él, tanto como podían.

En Oberhausen él es uno entre tantos.

En aquel tiempo vivían 200 chicos en el orfanato.

Para poder mantener un cierto ritmo durante el día y para poder cuidar a tantos chicos con poco personal y con poco dinero, las Hermanas tienen que velar porque se mantenga la disciplina y el orden.

Las condiciones son modestas, pero con una higiene impecable.

Se sabe que en 1911 se contaba con 45 céntimos por día para cada niño; tampoco entonces esto era mucho. Así es que – tal como en muchas familias de esta época – sólo los domingos se come carne.

En los días laborales los chicos andan descalzos, para la lluvia tienen zapatos de madera, sólo los domingos usan zapatos.

Es de suponer que Joseph añora su hogar y que se siente coartado.

Dos o tres veces trata de escaparse del orfanato, pero lo encuentran enseguida y lo llevan de vuelta allí.

Lo reconocen por el uniforme.

Los niños dormían en el piso de arriba y a partir de cierta hora tenían prohibido hablar.

En una ocasión Joseph fue descubierto conversando.

En penitencia la hermana lo mando al baño donde debía quedarse 10 minutos.

El niño obedeció. Pero cumplido el plazo impuesto no regresaba.

La hermana comenzó a intranquilizarse, y fue a investigar que había sucedido.

Al llegar al baño encontró a Joseph de rodillas rezando con mucha devoción.

“Confío en tu bondad y en tu poder, en ellos espero filialmente.

Madre Admirable en ti y en tu Hijo, en cada circunstancia, creo y confío ciegamente.”

Amén.

El 25 de abril de 1897, el Domingo de Cuasimodo, Joseph Kentenich recibe la Primera Comunión en Oberhausen.

Ese día le comunica a su madre el deseo de ser sacerdote.

El 24 de Septiembre 1897 es confirmado por el obispo auxiliar de Colonia, Antonius Fischer, en la Iglesia del Sagrado Corazón en Oberhausen.

Con este hecho finaliza su infancia.

Con fecha de 23 de septiembre de 1899 está registrada su partida en los libros de la Casa San Vicente. y es recibido en la Casa de Estudios de los Palotinos en Ehrenbreiststein, cerca de Coblenza.

Joseph no ha cumplido todavía sus 14 años.

Su infancia, ciertamente, no fue muy feliz. Sin embargo, una vez sacerdote, estaba destinado a regalar felicidad a cientos, a miles de personas, durante casi 60 años de ejercicio activo de su ministerio.

P. Joseph Kentenich

“Padre, hágase en cada instante lo que para nosotros tienes previsto. Guíanos según tus sabios planes y se cumplirá nuestro único anhelo. El ideal para el cual tu amor nos creó, esté presente ante nuestros ojos y plasme íntegra nuestra vida, por él lucharemos con todas las fuerzas. Haznos arder como antorchas, marchar con alegría hacia los pueblos y combatiendo como testigos de la redención, guiarlos jubilosamente hacia la Trinidad”. 

FIN

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