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Un portento maya
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Un portento maya
Imagen sUgerIda de Un artIfIcIo mecánIco.
21 de dIcIembre del año 2012 Un anacronIsmo InqUIetante.
José Andrés García C.
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Agradecimiento especial a mi hija María Amanda por su asistencia en la transcripción de este libro.
5
INTRODUCCION
El presente escrito trae como propósito trasmitir al lector,
de una manera lo más lógica y clara posible, la inquietud por
parte del autor de dar explicación a un tema particular que atañe
a la civilización Maya, motivándolo a seguir con curiosidad e
interés una exposición que involucre su opinión sobre dicho tema.
Se explica aquí, lo más razonablemente, la interpretación que
se ha considerado dar a ciertos bajo-relieves que presentan
alguna conexión ó relación entre sí, con un determinado motivo
que es el actor principal de este escrito: un vehículo capaz de
volar del cual pudo tener conocimiento, por referencia ó
presencia, la referida civilización.
Entre los muchos tópicos de los Mayas que se pueden someter a
investigación ó estudio, está el tema a tratarse del cual ya se
ha escrito mucho pero que aún se puede escribir más mirando desde
6
otro ángulo; aquí se tratará de mostrar una visión más de intriga
y auto interrogación, que de investigación comprometida en dar
una respuesta única y contundente a todo lo que nos preguntemos.
Se invita pues al lector a involucrarse en la fabricación de
hipótesis a través de las posibilidades descritas en base a
opciones probabilísticas. En última instancia pueden ser tomadas
estas como un pasatiempo ó entretenimiento relajante.
Los bajo-relieves mencionados fueron descubiertos en el
complejo Maya de Palenque situado al sur-este de la actual
república de México, en el estado Chiapas, adentro de las
pirámides referidas a La Cruz y a Las Inscripciones, los cuales
han sido motivo de diversas interpretaciones desde que fueron
rescatados del olvido por los conquistadores españoles y
posteriores exploradores.
No se pretende darle a esta obra un carácter seudocientífico
con explicaciones técnicas rebuscadas, todo lo expuesto se da
desde el punto de vista de una lógica sencilla que no
necesariamente nos muestre ser la única solución posible
eliminando opciones y variantes que también lo pueden ser,
dejando que el lector se motive con la lectura y deje fluir su
imaginación.
Se trata entonces principalmente de llevar a los admiradores
de la cultura Maya y a los amigos de clarificar mitos con
explicaciones no muy claras, por el sendero de una especie de
saga o narración donde el protagonismo está a cargo de una parte
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de la herencia Maya, que nos transporte a los días de vivencia en
que quizás hacían uso del conocimiento referido, tratando de ser
lo más explicativo posible complementado con dibujos, diagramas y
fotografías que no dejen duda de la intención del escrito, además
del propósito de que el mensaje llegue a todos los lectores
posibles, tanto jóvenes como adultos.
Una descripción amplia de la forma de trasmitir lo propuesto
es en primer lugar un pequeño recorrido histórico con el fin de
tener una mejor ubicación en el tiempo y el espacio, que nos
lleve al momento y sitio propicios relacionados directamente con
el tema principal, en segundo lugar la exposición de dicho tema
con ayuda pictórica descriptiva, seguido en tercer lugar de
ciertas cavilaciones, complemento en alguna forma, incluidas por
estar relacionadas con una inquietud particular de actualidad que
tiene como protagonista una alineación planetaria a efectuarse
durante el solsticio de invierno para el hemisferio Norte, el 21
de Diciembre del año 2012.
El título, UN PORTENTO MAYA, no debe tomarse como
sustentación de un hecho real comprobado sino como un indicador
de que el tema relacionado tiene características muy acordes con
la realidad, como para llevarnos a pensar que fue un hecho su
existencia y podamos esperar una sorpresa en el futuro.
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orígenes
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ORIGENES
Cuánto tiempo ha pasado desde que los cientos de miles de
millones de galaxias se formaron y empezaron a separarse
sumergiéndose en el espacio infinito, cuánto tiempo de haberse
formado los miles de millones de estrellas o soles que se
aglutinan en una galaxia, donde muchos de ellos formaron a su vez
sistemas solares con su propio grupo de planetas alrededor. Todo
esto atribuido a un gran estallido original llamado popularmente
Big-Bang, por su connotación en inglés, que liberó a la materia
que dio inicio a este proceso, calculado entre once y quince mil
millones de años atrás (11.000.000.000 – 15.000.000.000). Números
estos que parecen ser inventados ó tomados al azar por no ser del
dominio común y corriente pero que tienen asidero científico.
El sistema solar al cual pertenece el planeta Tierra que
habitamos constituye una ínfima parte de la Vía Láctea, como se
llama nuestra particular galaxia, y su existencia se atribuye,
11
como una posibilidad, a la explosión posterior de una estrella de
las llamadas Supernovas, la cual habría proporcionado la materia
para la formación del Sol, sus nueve planetas, satélites de cada
uno de ellos, asteroides y demás circundantes.
La formación y transformación del planeta Tierra, su edad,
desde el inicio incandescente hasta nuestros días, es calculado
en cuatro mil quinientos millones de años (4.500.000.000), unos
pocos más, unos pocos menos, siendo esta cantidad de tiempo
también de difícil asimilación para nuestros acostumbrados
cálculos de pequeñas cantidades, como lo es la duración de la
vida para cada uno de los seres que lo habitamos.
De la cantidad de años antes mencionada se ha podido
comprobar con bastante acierto por métodos geológicos, físicos,
biológicos, etc., que la vida comenzó en la Tierra al momento de
estar dadas las condiciones mínimas, hace aproximadamente
quinientos cuarenta millones de años (540.000.000) a partir de
los cuales aparecieron los seres pluricelulares invertebrados y
luego los vertebrados o seres con vértebras articuladas, sin
incluir en esta relación de tiempo la aparición de los seres
unicelulares, anteriores en un tiempo indeterminado, como unidad
de vida primaria que nos trae a la memoria el estudio de la
célula en bachillerato y nos conduce a la aseveración de que “el
huevo fue primero que la gallina”.
De la totalidad del tiempo que se le ha asignado a la vida
sobre la Tierra, se ha dividido este en Eras, Períodos y Épocas
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principalmente, tomando como indicadores para tal fin la
aparición y desaparición significativa de especies tanto animal
como vegetal que han desfilado por la redondez del planeta,
llegando a los últimos dos millones de años (2.000.000), durante
la época del Pleistoceno, perteneciente al período Cuaternario de
la era Cenozoica, cuando hacen su aparición los homínidos o seres
bípedos y erectos de comportamiento parecido al hombre.
De aquí se originará la especie humana reflexiva, dando sus
primeros pasos como tal hace unos ciento ochenta mil años
(180.000) en el sur-este de lo que hoy conocemos como el
Continente Africano, dándosele el nombre de Homo Sapiens por su
capacidad de reflexión al saber y poder determinar con sus
actitudes, el mejor aprovechamiento de todo lo que lo rodea.
Se asigna un tiempo entre los últimos cincuenta y setenta mil
años (50.000 – 70.000) a la convicción de ya haber evolucionado
este Homo–Sapiens a Homo–Sapiens–Sapiens y tener para entonces
una conformación intelectual y física semejante al hombre actual.
Es este hombre que en su afán de buscar mejores lugares cuyos
ambientes le permitieran pernoctar y subsistir, emprende un largo
camino migratorio en diferentes direcciones que lo llevarán a
poblar distantes y diversas locaciones del planeta, siendo una de
ellas el actual Continente Americano.
Algo que nos facilitará la comprensión del tiempo tan corto
durante el cual el hombre ha habitado la Tierra, es el gráfico
(fig. 2) que nos muestra la totalidad, de una manera sencilla,
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del recorrido de los seres vivos, animales y plantas, a lo largo
de unos pocos cientos de millones de años sobre la faz del
planeta.
La hipótesis con mas fuerza sobre esta última directriz
emigratoria es que entre veinte y veinticinco mil años atrás
(20.000 – 25.000) durante la última glaciación o enfriamiento que
padeció el planeta, al contraerse los mares, quedó al descubierto
un puente de tierra firme entre Asia y el norte de América en lo
que se denomina actualmente estrecho de Bering, el cual fue
aprovechado, viniendo de Asia, para dar inicio a la población del
continente en un recorrido de Norte a Sur a partir de la actual
Alaska, al mismo tiempo que los grandes mamíferos como el Mamut,
Mastodonte, Tigre-Sable, etc., pernoctaban en la región y
empezaban a extinguirse.
Pasó mucho tiempo, en términos de siglos o cientos de años,
para hacerse posible la adaptación y asentamiento de los primeros
pueblos, dando origen a las civilizaciones que de una u otra
forma dejaron testimonio para la posteridad, como los Olmecas,
Mayas, Incas etc.
En la actualidad se estudia científicamente a través de
indicadores muy serios, la posibilidad de que la población del
Continente Americano pudo ser desaparecida en su mayoría, con
todos los adelantos, conocimientos etc., para el momento,
aproximadamente hace diez u once mil años (10.000 – 11.000), que
dicho sea de paso es mas ò menos el tiempo que se atribuye a la
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desaparición de la actualmente mítica Atlántida; el origen de lo
anterior mencionado debió ser un cataclismo, cuya causa es tema
de estudio, ocurrido particularmente en el Continente Americano
pero que desde luego debió tener alguna incidencia en el resto
del planeta.
Sin querer sugerir nada especial se indica aquí que estudios
geológicos transmitidos a través de diversos medios, dan como
posible que una marejada de enormes proporciones sucedida hace
siete mil quinientos años (7.500), como mínimo, tiempo cercano a
la circunstancia anteriormente indicada, recorrió el mar
Mediterráneo procedente quizás del Atlántico de Oeste a Este,
inundando la actual Turquía y sobrepasando la altura de su
cordillera oriental desbordándose en cantidades inmensas de agua,
para alojarse en la depresión que hoy ocupa el mar Negro.
Qué fenómeno originado quizás en el océano Atlántico desplazó
tal cantidad de agua para esa fecha, que de igual manera debió
desplazarse de Este a Oeste sobre las costas del futuro
continente americano ocasionando tal vez, el más reciente
cataclismo mencionado.
Actualmente, con todos los adelantos técnicos que posee, el
hombre tiene conocimiento de otro cataclismo anterior al
previamente descrito, sucedido hace sesenta y cinco millones de
años (65.000.000), el cual tuvo dimensiones mayores y acabó con
los denominados Dinosaurios, siendo la pauta del final de la era
Mesozoica y el inicio de la era Cenozoica en la escala del
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tiempo, y que actualmente se atribuye al impacto de un gran
meteoro en la parte norte de la península de Yucatán en México.
Igual a lo anteriormente descrito, se tiene conocimiento de
un tercer cataclismo, más retirado en el tiempo, ocurrido hace
doscientos cincuenta y un millones de años (251.000.000), durante
el sexto y último período, llamado Pérmico, en que se divide la
primera Era ó Paleozoica. Este último parece ser el más grande de
los tres cataclismos hasta ahora conocidos, que han afectado al
planeta en que vivimos pues acabó con casi todas las plantas y
animales vivientes para ese momento, dando paso ó inicio a la era
Mesozoica. De este cataclismo tampoco, como del más reciente, se
ha podido establecer plenamente la causa.
Aceptando como un hecho la ocurrencia del fenómeno descrito
como el más reciente, nos ponemos en la situación de pensar que
el inicio ó reinicio de los habitantes de América, en lo que
respecta a la acumulación de conocimientos, empezó de nuevo hace
unos diez mil años, tiempo del cual no se tienen referencias ni
relatos más ó menos reales, las narraciones a través de
generaciones nos llegan en términos míticos de dioses y
situaciones fantásticas creadas para llenar un vacío desconocido,
que de igual manera se da en la mayoría de las civilizaciones
conocidas, siendo producto de la tradición aumentada ó disminuida
por parte del trasmisor según los intereses y circunstancias que
lo rodearon en su momento.
Es la escritura la que viene a dar credibilidad a estos
relatos dando de esta forma paso a la Historia; se da como
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comienzo o inicio de la misma a la aparición de la escritura
cuneiforme en Sumeria, unos tres mil años antes de Cristo,
teniendo para la actualidad, conservadoramente, unos cinco mil
años (5.000).
Remontándonos en el tiempo vemos que aparecen las primeras
grandes ciudades tanto sumerias, egipcias, cretenses, etc.,
aproximadamente a partir del tres mil (3.000) antes de Cristo o
sea un lapso de tiempo parecido al descrito anteriormente; todas
estas civilizaciones de importancia se empiezan a manifestar a
través de sus construcciones, pinturas y esculturas, todo lo cual
nos auxilia para reconstruir el pasado al momento de aparecer la
escritura, siendo ésta el medio a través del cual el hombre
empieza a guardar conocimientos y experiencias vividas para
trasmitirlo a las generaciones venideras lo menos deformado
posible, encontrándonos de esta manera encerrados en un corredor
histórico de apenas cinco mil años (5.000), más o menos, donde
yendo y viniendo a través de esa historia acomodamos el pasado
humano de la mejor forma posible para comprender ó sospechar
nuestra trascendencia. Lo demás, para atrás, es una confusa
prehistoria.
Divagamos en el espacio y el tiempo hasta llegar a este punto
con el propósito de ubicarnos mejor en el tema que en este
escrito se quiere desarrollar, ya que nos ayudará a comprender el
esfuerzo de observación de fenómenos y acumulación de ideas, con
síntesis de las mismas y transferencia a las generaciones
posteriores, para llegar a entender mejor a las civilizaciones
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pasadas que con esa acumulación progresiva de conocimientos
mejoraron sus inicios, admirándonos en nuestros días con ello.
Regresando al mencionado corredor del tiempo, nos referiremos
más particularmente a la civilización Maya que se extendió en la
zona tropical de América, en parte de lo que hoy son territorios
de México y Centro-América, ubicándose a su vez en el tiempo a
partir del 13 de Agosto del año 3114 antes de Cristo, calculado a
través de nuestro actual calendario y concordante con la fecha
estipulada por ellos como “el comienzo de los días”, posiblemente
el inicio de su propio devenir histórico, a través de un singular
calendario de “ cuenta larga” de una exactitud que asombra a los
entendidos en cuanto que sincronizado con un sistema numérico
desarrollado ó mejorado también por ellos, da una diferencia en
el cálculo del tiempo de traslación de la Tierra alrededor del
Sol, de apenas unas diezmilésimas con el que usamos actualmente,
dejando ver con esto que tenían un dominio de conocimiento del
comportamiento de nuestro planeta, así como el estudio de otros
que los llevó a conocer y cuantificar el movimiento de Venus en
su recorrido relativo alrededor del Sol, respecto a la visión del
mismo ó apreciación desde la Tierra, conformado por el tiempo de
exposición tanto al Alba en el Este como durante el Ocaso en el
Oeste, incluido el tiempo oculto durante el traslado de uno al
otro punto cardinal en su ida y vuelta, para cerrar un ciclo de
584 días.
Todo lo anterior y quién sabe cuántos conocimientos perdidos
por el mal proceder humano, nos hace recapacitar acerca de los
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Mayas y ahondar en temas muy particulares que tienen velos de
misterio y que nos trasmitieron a través de sus esculturas y
pinturas así como en glifos y jeroglíficos que poco a poco se han
ido descifrando, develando de esta forma muchos conocimientos y
mensajes que nos impulsan a buscar amplitud y claridad para
comprenderlos mejor.
Haciendo un poco de historia trataremos de buscar el devenir
maya hasta el momento de ubicarnos en Palenque, sitio de donde
salta a nuestra presencia el tema principal que nos ocupará la
mayor parte de este escrito.
Son los Olmecas, el pueblo asentado cerca de las aguas del
golfo de México en el Océano Atlántico, en los sitios que hoy se
conocen como La Venta y San Lorenzo principalmente, los que dan
la pauta al inicio de ciertos pueblos constituidos después en
sociedades con tradiciones y costumbre propias, son los Olmecas
el pueblo que dejó las manifestaciones artísticas, culturales,
etc., más antiguas, las cuales se pueden tomar como inicio
histórico del hombre mesoamericano por su herencia y comienzos de
sistemas de trasmisión escrita que nos ubica en un tiempo cercano
más o menos a los tres mil años (3.000) antes de Cristo, tiempo
por demás parecido al inicio de otras civilizaciones que emergen
en los demás continentes, dando también inicio a la formación y
organización de un calendario como el medio para trasmitir a la
posteridad la narración de su historia a través del tiempo.
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Se le atribuye a los Olmecas, como civilización, un inicio
hacia el año tres mil cien (3.100) antes de Cristo, con un apogeo
en el mil quinientos (1.500), también antes de Cristo, y una
declinación cercana al inicio de la era Cristiana, que como se ve
es un largo trecho en el tiempo; a partir de esta última fecha
aproximada, sino antes, se dan unas corrientes migratorias que
darán forma a su vez a nuevas sociedades particulares con
características propias a través de lapsos de tiempo suficiente
para desarrollar lo anteriormente dicho, constituyéndose en
civilizaciones lo bastante diferenciadas entre sí como para
distinguirse por nombres genéricos diferentes.
Es así como nos encontramos con los Zapotecas constructores
de Monte Albán con un lapso de existencia entre los 200 antes de
Cristo y los 250 después de Cristo, así mismo con los
constructores y organizadores de Teotihuacán a quienes se les
atribuye la iniciación hacia el 250 después de Cristo, con una
caída y desaparición hacia el año 600 de nuestra era.
De igual forma surgen los Mayas en diferentes localidades de
ciudades-estado, que aunque ya existían sitios de menor
importancia hacia el 1.000 antes de Cristo y quizás más atrás, se
considera como el inicio de importancia hacia el 250 después de
Cristo, llegando a abarcar una extensión de territorio mayor que
los antes mencionados, teniendo dichas ciudades-estado inicios y
declinaciones propias que a su vez fueron influencia entre ellas
mismas, surgiendo algunas cuando declinaban otras, probablemente
por movimientos migratorios entre ellas debido a diferentes
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circunstancias como guerras entre ciudades, enfermedades
epidémicas ó endémicas y fenómenos naturales que llegaron tan de
repente, que de la noche a la mañana, figuradamente hablando,
eran abandonadas ciudades completas, al menos en lo esencial de
su organización, para dar inicio, como se dijo, a otras nuevas.
Todo este proceso llegará a su final hacia el 1550 de nuestra
era después de la llegada de los conquistadores y la consecuente
dispersión final del pueblo y la cultura Maya.
Ampliamente puede decirse que estas civilizaciones referidas,
incluyendo a los posteriores Toltecas de Tula y Aztecas de
Tenochtitlán, se conectaron entre si durante sus respectivos
lapsos de inicio, apogeo y decadencia, trasmitiéndose ó
intercambiando parte de su cultura particular y que cada uno
creyó conveniente tomar, asimilar y desarrollar, encontrándonos
con una influencia trasmitida desde los iniciales Olmecas hasta
el abandono de las últimas ciudades mayas precolombinas.
Nos queda el legado de todos a través de sus construcciones,
esculturas, pinturas, inscripciones, etc. muchas muy bien
conservadas, que nos dan testimonio de un pasado glorioso y
hermoso de nuestras civilizaciones ancestrales, inicio quizás de
las sociedades actuales repartidas ó constituidas en Repúblicas.
Se hace una correlación gráfica (Fig.3) con unas pocas
civilizaciones para dar una idea general de la ubicación de los
Mayas en el tiempo, con respecto a las presentadas aquí, por ser
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las de mayor importancia, y ubicar a su vez a Palenque en cuanto
a su apogeo.
De las emigraciones e influencia provenientes de los Olmecas
parece surgir pues, todos los componentes culturales iniciales de
los pueblos que habitaron la zona tropical del hemisferio norte
de América. Parte de las emigraciones hacia el Oeste dieron
surgimiento a los Zapotecas, Teotihuacanes, Toltecas y
posteriormente a los Aztecas, quienes al parecer provenían del
Norte y fueron el último reducto cultural destruido por los
colonizadores; otros emigraron hacia el Este dando origen al
inmenso territorio, con respecto a los demás, que sustentó a la
civilización Maya.
Es de los Olmecas que al parecer tomaron los mayas los
inicios de jeroglíficos ó escritura, calendario y sistema
numérico, posiblemente perfeccionándolos durante su apogeo en
cuanto a conocimientos, para con ello darse a conocer a la
posteridad con gran cantidad de inscripciones, estelas de piedra
talladas y fechadas, edificaciones y pinturas descriptivas.
Dejando a un lado el inicio de asentamientos Maya, con ó sin
la influencia de Olmecas u otros, por ser un camino largo, muy
amplio y de difícil precisión para transitarlo, tomaremos como
inicio de los mismos los comienzos ó cercanías al período
denominado clásico ó apogeo por sus más y mejores manifestaciones
del desarrollo alcanzado por esta civilización, comenzando a
partir del año 250 de nuestra era hasta el año 800
aproximadamente en que comienza a declinar dando paso a la etapa
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postclásica que, sin desmerecer en desarrollo, acepta influencias
diversas de otro pueblos olvidando ó perdiendo de esta forma
características Mayas sui-géneris y reduciendo su territorio al
Norte de la península de Yucatán, ejerciendo el dominio la
llamada liga de Mayapán compuesta por ésta, Chichén Itzá y Uxmal,
tres ciudades que vendrán a tomar la representatividad de la
civilización Maya hasta la llegada de los conquistadores,
aproximadamente para el año 1525, dando origen a su dispersión y
desintegración tanto poblacional como cultural, sumergiéndose en
el abandono y olvido con toda su grandeza.
Ubicándonos de nuevo hacia el 250 de nuestra era y habiendo
obviado la mayor parte de la trayectoria inicial de la referida
civilización, no por carecer de importancia sino porque el tema
principal de este escrito se particulariza en la etapa clásica,
describiremos el entorno imprescindible de la misma.
Se hace referencia de las ciudades de Copán, Tikal, Caracol y
Edsná, como grandes centros existentes al mismo tiempo de
Teotihuacán entre los 250 y 600 de nuestra era, por representar
los inicios del período clásico Maya o tiempo de apogeo, siendo
entre los años 600 y 800 que tienen su auge las ciudades de
Bonanpak, Uxmal, Piedras Negras, Quiriguá y Palenque, que
sobresalen entre otras también en el referido período. (Fig. 4).
Llegados a este punto, y sin restar importancia a la inmensa
gama de relaciones objetivas de peso que nos presenta la
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civilización en cuestión, y que son dignas de estudios
particulares a fondo, nos desligamos de todo para ubicarnos en la
ciudad ó asentamiento de Palenque, donde tomaremos de entre
muchos un tema muy particular con quien tiene una íntima
relación, no con el propósito de hacerle un estudio exhaustivo
sino para darlo a conocer un poco más por su misteriosa
controversia, y quizás de esta manera impulsar a los que están en
capacidad de ahondar más en el mismo, para poder obtener una
descripción más amplia con todo lo recopilado al respecto sin
haber sido divulgado, y de esta manera satisfacer nuestra
curiosidad ó interés en el particular tema.
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PALENQUE
Una de las ciudades Mayas que sobresalió en el período
clásico de esta civilización es Palenque, medianamente extensa
con respecto a muchas de ellas, ubicada en territorio mejicano
como se ha dicho, al sur del trópico de Cáncer dentro de la zona
tropical, donde se aprecia muy bien los eclipses, en tierras
regadas por numerosos ríos y de una vegetación poseedora de gran
diversidad de vida tanto vegetal como animal propicia para las
necesidades de un poblado con características permanentes, en la
zona central-oeste aproximada del vasto territorio de la
civilización Maya.
Su historia en cuanto a inicio está sujeta en parte a la
tradición, en tanto que el apogeo o máximo desarrollo tiene
narración escrita y fechas que determinan un espacio de tiempo
que podemos precisar como el de mayores logros por la cantidad de
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construcciones, donde sobresalen la calidad e importancia de
varias de ellas, las cuales conforman el núcleo principal de un
asentamiento Maya importante, formado casi siempre por el
edificio del gobernante, el juego de pelota y una plaza
ceremonial, todo esto rodeado en forma conveniente por
edificaciones piramidales que conformaban el centro ceremonial,
con su particularidad según para lo que estuvieran destinadas,
asignándole a dicho lapso fechas de entre los años 250 y 800 de
nuestra era, aproximadamente unos 600 años.
Los investigadores que relacionan el sitio de Palenque le dan
fecha del 100 antes de Cristo a su fundación, como un enclave
agrícola Maya con el nombre de Lakam Ha. Igualmente relacionan al
primer gobernante de importancia a partir del año 431 d. de C con
el nombre de K’uk B’alam.
Existe una lista en la Pirámide de Las Inscripciones donde
aparecen, a partir del mencionado, once o doce predecesores de
Pakal II, el gobernante a quien haremos referencia más adelante
como un actor importante en lo concerniente al tema principal.
Entre los inscritos se encuentran dos gobernantes mujeres, la
primera llamada Yohl Iknal (583-604) en cuyo gobierno el pueblo
de Calakmul invadió, saqueó y causó destrucción en Palenque en el
599, siendo quizás esto por lo que las construcciones más viejas
datan del año 600, como un inicio después de lo acaecido. Un poco
más adelante, bajo el gobierno de otra mujer llamada Zak K’uk
(612-615), Calakmul invade nuevamente con el mismo resultado
anterior, la mencionada reina pasa ó delega el mando a su hijo,
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30
Pakal II, quien parece no ser aceptado del todo como descendiente
real, y será el que dé comienzo al renacer y esplendor de
Palenque.
El padre de la mencionada reina Zak K’uk, de nombre Janaab
Pakal gobernó fugazmente durante un año con el nombre de Pakal I
desapareciendo del escenario tan rápido que extraña, en primer
lugar el no haber sido coronado rey, al parecer por no ser del
linaje anterior, y en segundo lugar tener el mando suficiente
para entronizar a su hija como reina regente mientras crecía su
nieto quien se supone ya había sido destinado como futuro rey de
Palenque. Aquí quisiéramos saber más al respecto pues es muy
atípica la situación originada dentro de la clase gobernante a
partir del abuelo de Pakal II. Nos preguntamos también quién fue
el padre de este último señor llamado a ser el iniciador del
esplendor de Palenque y poseedor del conocimiento que nos
intriga. Todo lo que antecede en este párrafo es digno de un
estudio particular diferente a lo que aquí se propone.
El propósito que nos orienta no estriba en hacer una relación
histórica con todos sus componentes y pormenores, sino ubicarnos
en el tiempo lo más cercano posible al acontecimiento del tema
principal, cuando hacen su aparición los mencionados bajo-
relieves, situaciones e inscripciones quizás no del todo
descifradas, teniendo una relación de ubicación formando un todo
con los acontecimientos históricos del momento.
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Situados en ese momento a partir de la subida al trono de
Palenque del rey K’inich Janaab Pakal II, a la edad de doce años
en el 615 de nuestra era, y con una regencia inicial de la madre
de éste la reina Zak K’uk, vemos como se da un impulso mayor al
desarrollo de la ciudad como es la ampliación y mejoras al
Palacio, residencia de la élite gobernante, construcción de
sistemas de riego y canales distribuidores de agua, así como el
inicio de la construcción de las pirámides ceremoniales.
A la muerte de Pakal II en el año 683, a la edad de 80 años,
lo sucede su hijo mayor K’inich K’an B’alam II conocido como Chan
Bahlam quién ocupará el trono y proseguirá todo lo emprendido por
su padre, entre los años 684 y 702 en que termina su reinado
después de 18 años de intensa labor, que sumados a los 68 que
reinó su padre con anterioridad y los 9 atribuidos a su hermano
menor como sucesor, totalizan casi 100 años de desarrollo
sostenido que vino a significar el zenit de Palenque.
De todas las pirámides erigidas en este asentamiento Maya son
de importancia para desarrollar el tema principal, la llamada de
Las Inscripciones, de La Cruz, de La Cruz Foliada y la Del Sol,
las dos primeras por ser una especie de certificado de nacimiento
del mencionado tema, y las otras dos como relación en tiempo y
espacio con las anteriores. Se tratará pues de describir la
importancia que nos interesa de cada una de ellas desde nuestras
posibilidades.
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Pirámide de Las Inscripciones: es una estructura ubicada
transversalmente a la esquina suroeste del Palacio del gobernador
y frente a la esquina sureste de la plaza mayor, debe su nombre a
la cantidad de glifos y jeroglíficos que se encuentran en ella,
donde los entendidos han tenido la oportunidad, mediante el
desciframiento, de conocer con visos de autenticidad los nombres
de diez generaciones de gobernantes anteriores al rey Pakal II;
dicha pirámide es la de mayores dimensiones del complejo, y como
la mayoría es de forma piramidal truncada, seccionada por ocho
terrazas escalonadas hasta llegar a donde está el santuario que
remata de forma rectangular y que viene proyectándose hacia
arriba a partir de una amplia base de la misma forma, teniendo
este santuario descrito, en su interior, un tablero de piedra
caliza contentivo de las citadas inscripciones, presenta cinco
pórticos hacia el Norte, de frente a la plaza mayor al igual que
las escalinatas de acceso.
De amplias inscripciones, como se dijo, y de mucha
ornamentación de estucos o bajo-relieves de argamasa adosados a
la estructura, presenta en el piso enlozado del referido
santuario una escalinata que desciende interiormente unos 26 m.
hasta la base donde se encuentra una cripta con un sarcófago,
cuya tapa nos muestra un bajo-relieve intrigante, orientado de
Sur a Norte longitudinalmente, conteniendo los restos humanos
supuestamente pertenecientes al rey Pakal II a quien se le
atribuye el inicio de su construcción en el año 675 de nuestra
era, unos ocho años antes de ocurrir su muerte en el 683, siendo
sucedido como se dijo, por su hijo Chan Bahlam quien continuaría
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34
las obras iniciadas por su padre así como otras ordenadas por él
mismo.
Sobre la cripta se puede decir que tiene unas dimensiones,
largo y ancho, que se ajustan casi al tamaño del gran sarcófago
que contiene, siendo la entrada a la misma una puerta triangular
de reducidas dimensiones, que hace imposible poder pasar a través
de ella tanto el sarcófago como la tapa del mismo, haciéndose
igualmente difícil bajar estos por la escalinata descrita.
Ante esto muchos investigadores coinciden en que primero se
construyó la cripta con el sarcófago y su tapa, dentro del
espacio proyectado para tal fin, y después se erigió la pirámide.
Habiendo ordenado su construcción el rey Pakal faltándole ocho
años para morir, es de suponer que conocía muy bien a qué se
refería el motivo esculpido en la tapa y quién era el personaje
que, teniendo ciertas aptitudes, ocupaba una posición relevante
en la misma para que no hubiera duda sobre su protagonismo.
A juicio de varios autores el tiempo de mayor florecimiento
del sitio de Palenque debió darse entre los años 600 y 800, un
espacio de 200 años, más o menos, que nos hace suponer que la
grandeza de Palenque radica en el largo tiempo descrito en que
gobernaron Pakal y sus dos hijos.
Habiendo sido la pirámide referida objeto de estudios más ó
menos someros inicialmente, como el empeño en descifrar los
jeroglíficos, dimensiones, etc., no es sino hasta el año 1952
35
que, después de años de mucho trabajo, es descubierto el complejo
subterráneo por el arqueólogo Alberto Ruz L’huiller quien
emprende la limpieza y estudio de lo encontrado, ofreciendo
detalles y descripciones de primera mano por haber estado intacto
durante casi 1270 años, trayendo con ello muchas expectativas que
poco a poco han ido ocupando su lugar en cuanto a la realidad de
costumbres y procederes poco conocidos como parte del acervo
cultural Maya, pero que aún guarda muchas interrogantes acerca
del sarcófago y su ocupante.
Siguiendo con pormenores como elementos que serán de utilidad
al momento de desarrollar el tema principal, vemos descripciones
no muy claras de este rey Pakal II, quien con una ascendencia o
relación de seis antecesores, tal vez no directamente pero si del
mismo ó parecido linaje Maya, debió ser una persona con todas las
características representativas de ese pueblo tales como personas
de baja estatura, 1.45 m., en promedio bastante generalizado,
cráneo deformado oblongadamente por costumbre tradicional pero de
suma importancia representativa para las clases gobernantes, así
como otras que complementaban características definidas para esta
raza con unos albores de 2000 y quizás más años atrás para ese
momento; en otro aspecto, habiéndose referido su muerte como
acaecida en el año 683, y teniendo para el momento 80 años de
edad, no concuerda con los resultados arrojados al examinar los
restos ubicados en el sarcófago, los cuales presentaron una edad
de 40 años para el momento de su muerte, y una estatura de 1.75
m., con una complexión fuerte un poco difícil de encontrar en el
pueblo Maya, cualquier excepción en este último aspecto sería
36
posible, pero extraña además que esté acompañado de otra
casualidad ó notoriedad al encontrar que el cráneo no tiene
deformación alguna, lo cual pudiera indicar no ser de linaje
noble sino alguien diferente en cuanto a lo que ya se ha
señalado, ocupando un lugar que no le correspondía, pudo ser
también que la costumbre de deformación craneal había cesado
tiempo atrás, lo cual se nos antoja difícil, ó prescribió para
este personaje por una razón especial aún desconocida.
Sobre el referido sarcófago podemos decir que interiormente
tiene forma ó moldura de un cuerpo para alojar al dueño de los
restos descritos, y exteriormente, esculpidos a su alrededor, la
referencia de los seis antecesores de Pakal II. La tapa ó lápida
nos presenta algo muy interesante en cuanto a sus
particularidades, posee ésta unas dimensiones ciclópeas de piedra
caliza muy pesada, de 25 cm. de espesor y una superficie de 3.80
m. de longitud por 2.20 m. de ancho, pudiéramos decir que viene a
ser holgadamente el doble de largo y ancho del referido ocupante,
siendo esto innecesario y discordante con la capacidad de
discurrir de los Mayas para el momento, ya que una de menor
tamaño estaría en mejor posibilidad de ser elaborada así como de
transportarla y manejarla a la hora de su ubicación, lo que nos
hace suponer que estas dimensiones tenían otra intención además
de estar destinada a servir como tapa del mencionado sarcófago, y
que bien pudiera ser una indicación implícita que aclarara parte
del propósito de la misma ó disponer de un espacio mayor donde se
pudiera esculpir con muchos detalles, algo que estaban
interesados en dar a conocer.
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38
Es de hacer notar también que la referida tapa tiene un
corte angular de aproximadamente cuarenta y cinco grados (45º) en
cada esquina del extremo izquierdo, cuyo propósito pudo ser
eliminar un dilema de traslado ó colocación de la misma, así como
también ser la indicación aflechada de un sentido de orientación
por no haberse hecho antes, pues fácilmente se deduce que estos
cortes se practicaron después del esculpido.
Lo más interesante, y es a lo que queremos abocarnos
principalmente, es el grabado en bajo-relieve de la parte
superior de dicha tapa que nos presenta la imagen de un hombre
con características Mayas bien conocidas, en una posición que
para algunos autores está descendiendo de espaldas, que también
pudiera ser ascendiendo de frente pero que en ambos casos nos
resulta bastante ridícula la comparación, en un complejo de
signos y líneas representativas de lo que puede ser un árbol en
forma de cruz, y las fauces de un dios del inframundo; para otros
autores el hombre está sentado en el diseño de una nave voladora
que él mismo conduce.
En lo anteriormente escrito vemos un punto de discusión al
que no se le ha llegado a dar una respuesta oficial, por llamar
de alguna manera a una conclusión aceptada por la mayoría, debido
a lo disímil de las respuestas ofrecidas sin aclarar
suficientemente la razón del porqué de las mismas, dejando una
senda de imprecisiones que nos ha llevado a una especie de
desentendimiento ó falta de interés que poco a poco va relegando
el tema en referencia para otra oportunidad.
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Se toma lo antes relacionado como la inquietud principal de
este escrito para dar paso al propósito de sacarlo del olvido,
transmitirlo y motivar a especialistas en dilemas Mayas a retomar
el reto de dar una explicación lo más aceptablemente posible,
basada en los estudios de la información obtenida a través del
descifrado de los jeroglíficos pertinentes al caso y la
interpretación razonablemente lógica dentro de lo físico-
matemático posible, del esquema en bajo-relieve que nos presenta
la mencionada tapa.
Tomamos lo anteriormente descrito aunado al motivo central
representado en el Templo de La Cruz, que se expondrá en su
momento, como los dos elementos que dan lugar al acta de
nacimiento referida al tema central del presente escrito, en
cuanto que a través de ellos se hará el análisis que, sin llegar
a ser exhaustivo, tratará de ser lógico para poder exponer una
visión clarificadora del tema en cuestión, a partir de la cual
podamos ver con más propiedad la explicación que se dará más
adelante a la mayor parte de los componentes que aparecen
esculpidos en ambas representaciones.
Por no tener alguna relación que nos indique una fecha
determinada de su conclusión, suponemos que por ser la pirámide
de Las Inscripciones la obra más grande construida de mampostería
revestida de piedra, con múltiples ornamentos de estuco,
crestería, etc., incluyendo el motivo de piedra del santuario,
requirió su construcción de un tiempo más o menos considerable.
41
Aquí se nos presenta un dilema de interés, habiendo ordenado
Pakal la construcción de dicha pirámide 8 años antes de su
muerte, acaeció la misma antes de culminarla ó sucedió después:
si ocurrió lo primero podemos asumir que ya estaba construida la
cripta en la parte inferior conteniendo a su vez el sarcófago con
su tapa, deducido esto de las dificultades explicadas
anteriormente que conllevaría hacerlo de otra manera, de igual
forma nos explicamos que la escalinata que baja por el santuario
debió crecer según lo hacía la pirámide; es por lo expuesto que
podemos cavilar, por un lado, que el cadáver se ubicó de una vez
en el sarcófago prosiguiendo la construcción, y por otro lado
fue colocado quizás al lado de su madre la reina Zak-k’uk, en una
estructura existente al lado de la obra en proceso, y trasladado
al término de la misma, dejando para después en ambos casos, la
ceremonia del sacrificio de las cinco personas encontradas a la
entrada de la cripta, al pie de la escalinata.
El mismo ó parecido problema se daría con la otra postura del
dilema, el haber sucedido la muerte después de terminada dicha
pirámide, por la dificultad de remover la tapa del sarcófago para
introducir el cadáver ya que el espacio de la cripta es reducido
y el peso de dicha tapa es de 5 toneladas, que bastante trabajo
le costó al señor Alberto Ruz elevarla ó levantarla para poder
contemplar el contenido del sarcófago, sin embargo la posibilidad
de darse esto último radica en la habilidad y herramientas
pertinentes en poder de los Mayas para ese momento.
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Llegados a este punto podemos hacer conjeturas y ponernos a
pensar que quizás no son los restos de Pakal los que se
encontraron y sí los de otro personaje muerto a los 40 años de
edad, a quien recordaban como un protector y por eso le erigieron
una pirámide como monumento recordatorio después de fallecido,
dejando también postergada la ceremonia de los sacrificados para
el momento del traslado del cuerpo que debió estar ubicado en
otro sitio.
En todo caso lo interesante estriba en que el sarcófago debió
estar destinado para alguien particular relacionado con el motivo
esculpido en la tapa del mismo, quedando por supuesto como
problema a resolver el cuándo y a quién depositaron en ese
especie de mausoleo conmemorativo.
Conjeturar no es fantasear, es buscar posibilidades que
asuman una realidad.
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Pirámide ó Templo de La Cruz: así llamada por la semejanza del
motivo central de los tres bloques esculpidos que se encontraron
en el santuario ubicado en la parte superior, con lo que los
primeros conquistadores y exploradores vieron como representación
de una cruz. Esta pirámide se ubica en el costado este y
dirigida hacia el frente de una plaza menor situada detrás del
Palacio y separada de éste por un afluente del río Usumacinta
llamado Otolum, dicha plaza está a un nivel más alto que la plaza
mayor o principal y rodeada de colinas cuyas curvas de nivel
fueron muy bien aprovechadas para cubrir con bloques de piedra y
terrasear en forma piramidal, ubicando siempre el santuario en la
parte superior. La Pirámide de la Cruz fue terminada según
algunos autores en el año 692 ó sea 17 años más tarde del inicio
de la pirámide de Las Inscripciones y por lo tanto ejecutada por
el hijo de Pakal en sus 18 años de gobierno. De los referidos
tres bloques de piedra caliza rectangular, el del extremo
izquierdo contiene un panel de jeroglíficos y la figura en bajo-
relieve de un personaje muy suntuosamente vestido que
representaría al hijo de Pakal, con los brazos extendidos en una
actitud ó posición de estar recibiendo algo de importancia y
trascendencia especial para él mismo, a quién se puede observar
subido en un cubo ó bloque de piedra tallada que quizás, como una
suposición por carecer de datos mejores, representara el trono al
que subía ó una forma de medir comparativamente la estatura de
dicho personaje con algo establecido como unidad de medida igual
que lo es para nosotros el metro, y de esta manera establecer una
diferencia de tamaño ó estatura importante.
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El bloque del extremo derecho nos muestra únicamente un panel de
jeroglíficos, en cambio el bloque central nos presenta el bajo-
relieve de otro personaje con vestimenta ceremonial, al cual se
le dan unas dimensiones físicas que nos indica claramente el
propósito de resaltarlas, por parte del escultor, ya que estando
de pie a nivel del piso sobrepasa en estatura al descrito en el
bloque del extremo izquierdo, su contextura física es resaltada
si se quiere un poco exagerada, sin representar gordura ó
músculos de fisicoculturista pero que no nos trasmite la idea de
un anciano de 80 años, quizás por no demeritar al representado, y
que inmediatamente no dudamos en asociarlo con el cuerpo descrito
del ocupante del sarcófago, más aún cuando está representado con
el mismo collar, en su forma, y los mismos brazaletes de pies y
manos esculpidos en la tapa, que aunque estos últimos se ven en
otras esculturas Mayas que no tienen nada que ver con Palenque,
son un atenuante casual más. (Ver fig. 10).
El ropaje y tocado de la cabeza de este último personaje, son
diferentes a los esculpidos en la tapa del sarcófago y no lleva
el aditamento en la nariz que sí está en la referida tapa, quizás
porque su uso fuera exclusivo de ese momento.
Este personaje descrito también tiene sus brazos extendidos
en una actitud de ofrecimiento ó donación de algo importante para
la ocasión, representado tal vez en el objeto que tiene en sus
manos parecido a unos grandes guantes ó en el motivo esculpido en
el mismo bloque central y que se interpone entre los dos
individuos protagonistas de estas descripciones. Como se dijo, en
45
46
el mismo bloque central nos encontramos con un extraño objeto
esculpido, que por la unión de sus trazos y lo complicado de los
mismos nos hace parecer el todo de algo muy especial,no contiene
este bloque jeroglíficos que descifrar como en los otros dos,
asumiendo que el referido objeto lo dice todo, pero sí podemos
ver una serie de detalles que concuerdan grandemente con los
esculpidos en la tapa del sarcófago descrito anteriormente, vemos
por ejemplo con bastante claridad un ave posada o muy cerca del
mismo extremo terminal del referido objeto, solo que este extremo
parece estar esculpido en planta ó plano, y en la tapa del
sarcófago está de perfil (ver figs.10 y 15). Se deduce fácilmente
una relación entre ambos bajo-relieve ubicado en dos diferentes
pirámides, por lo dicho y por otros aspectos similares que se
irán describiendo en su oportunidad.
Volviendo a la posición y actitud en que están esculpidos
los dos personajes referidos, y habiéndose construido esta
pirámide en el año 692 después de la muerte de Pakal acaecida en
683, parece indicar que el propósito de la representación en
bloques de piedra duradera, era la de trasmitir a la posteridad
la oportunidad y forma en que fue legado o dado en posesión por
parte de Pakal a su hijo Cham Bahlam, algo de suma importancia
que pudo ser el objeto mismo ó su conocimiento a través de un
códice con pormenores hasta ahora desconocidos o no descifrados.
Cabe señalar aquí que el periodista e investigador
norteamericano John Stephens, descrito como una persona dedicada
a desentrañar misterios de civilizaciones olvidadas, trasladó el
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48
bloque izquierdo de los tres mencionados hacia los EEUU,
posiblemente con ánimos de descifrar los jeroglíficos, después de
su expedición en 1840, habiendo sido devuelto a México dicho
bloque varios años después de descubierta la tumba de Pakal en
mucho tiempo falto de alguna relación, por parte del mismo bloque
1952, quedando de esta manera el referido bloque central
duranteausente ó con otro parecido que en alguna forma pudiera
aclarar su naturaleza, es posible que ahora de regreso el bloque
ausente se tenga el complemento para entender en su totalidad
todo lo referido en jeroglíficos al respecto, y de esta manera
apuntalar en alguna forma lo concerniente a la relación existente
entre ambos bajo-relieves mencionados.
Todo parece indicar que la pirámide de La Cruz fue la última
de importancia construida con el motivo de la llamada cruz, la
misma parece ser la culminación de las construcciones que
marcaron la etapa de gobierno del rey Pakal y sus hijos, Cham
Bahlam y el hermano menor de éste K’inich K’an Joy Chitan II,
quien le sucediera en la gobernación hasta el año 711 cuando
Palenque fue atacado por el reino de Toniná, llevándose
prisionero a dicho gobernante y desapareciéndolo, terminando así
la etapa que al parecer estuvo signada por el misterioso objeto,
de tal forma que todo lo emprendido de importancia en ese lapso
de tiempo lo relacionaba.
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50
Aquí se puede pensar en la posibilidad de que los atacantes
mencionados se llevaron con el gobernante también algo de
importancia, que con el advenimiento de la etapa post-clàsica
pudo quedar como depositaria de ese “algo” la ciudad de Chichen
Itzá donde, según medios informativos existe un sector al cual no
tiene acceso ni el Presidente de la República.
Es posible que esta sea una manifestación exagerada para
indicar la existencia de un sitio de extrema seguridad en la
mencionada ciudad. De ser cierto lo primero nos preguntamos,
quién o quienes manejan semejante prohibición, y de ser cierto lo
segundo nos gustaría saber cuál es el misterio que encierra la
mencionada área prohibida.
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Pirámide del Sol: construida como una estructura de tamaño
mediano con cuatro niveles en terrazas y un santuario en la parte
superior que aún conserva la crestería calada en su techo, posee
tres pórticos de acceso al interior y una escalinata ubicada
frente al costado Oeste de la plaza menor. El motivo interior
esculpido en bajo-relieve, según algunos autores, representa al
parecer la exaltación al trono de Cham Bahlam, por no tener
información de primera mano por la poca literatura que se puede
conseguir con información más amplia, no ahondamos más en mejor
descripción.
La importancia que creemos ver en esta pirámide mediana se
debe al año 690 que ha sido deducido como fecha de construcción
de la misma, indicándonos de esta forma que debió ser construida
bajo el mandato del hijo de Pakal, y muy posiblemente para
conmemorar una ocasión importante donde estuviera involucrado él
mismo, quizás su coronación como se insinuó anteriormente.
La referida plaza menor fue diseñada y ejecutada a base de
relleno o terraplén a un nivel superior al de la plaza mayor y
posiblemente destinada a magnificar acontecimientos de
importancia acaecidos antes y después de la construcción de la
pirámide de Las Inscripciones, siendo ésta dedicada
exclusivamente a guardar los restos del rey Pakal de una forma
muy particular, y resaltar a sus antecesores en el trono.
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Pirámide de La Cruz Foliada: ubicada en el lado sur de la
plaza menor, de frente a la misma y construida sobre una colina,
parece ser la de menor tamaño de todas las pirámides referidas y
posiblemente la de mayor deterioro por descripción de autores y
observadores, el santuario tiene además de algunos jeroglíficos,
la representación de una especie de cruz adornada con hojas de
maíz, según los que la describen.
Al igual que con el templo anterior, no entramos en detalle
por falta de información tanto literaria como pictórica, no sin
embargo aclarar que si se describe como una cruz el motivo
principal, como se ha hecho con el del Templo de La Cruz, creemos
debe haber entre ambos una relación de interdependencia que puede
servir para mejores conclusiones que clarifiquen más el tema que
se propone en este escrito.
Se atribuye al citado templo como fecha de construcción el
año 672 cuando Pakal tenía unos 69 años de edad, asegurándose que
fue construido 20 años antes que el de La Cruz, lo cual nos
indicaría anterioridad de planificación incluso con respecto a la
pirámide contentiva de los restos de Pakal. No se puede decir que
la plaza menor fue de diseño anterior a la plaza mayor, pero de
ser cierta la fecha mencionada debió construirse en tiempos de
Pakal. Otros autores difieren por una estela esculpida encontrada
en ese templo fechada en el 643, tiempo en que también reinaba el
mencionado gobernante. Aquí se puede barajar fechas con
representaciones de la cruz, notando que en el inicio de esta
última estuvo la presencia de Pakal.
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Por lo explicado anteriormente se puede decir que esta
pirámide debió iniciarse como el primer exponente, con sus
limitaciones para el momento en cuanto a falta de materiales,
artistas cinceladores, técnicas aprendidas etc. de algo que
recién habían conocido y querían guardarlo de la mejor manera
posible para trasmitirlo como algo especial que habían tenido la
ocasión de conocer y debieron suponer ser un portento de buen
augurio para sus descendientes.
Cronológicamente podemos hacer un esquema más o menos
aceptable de la relación de estos tres gobernantes o soberanos
mayas con las construcciones relevantes del sitio de Palenque.
Durante los años de mandato del rey Pakal (615–683) y ya en
edad adulta después de la regencia de su madre la reina Zac-Kùk,
tendríamos que aparte de los aumentos y mejoras al Palacio
iniciado de una forma sencilla por alguno de sus antecesores, se
construyeron en el siguiente orden, primero la estructura de la
pirámide de menor tamaño dedicada a guardar los restos de su
madre que probablemente muriera estando aún joven el referido
monarca, pero con capacidad para gobernar como así se había
determinado con su elección, seguidamente la pirámide de La Cruz
Foliada en el año 672, de ser cierta la fecha anteriormente
citada y dada como correcta, siendo este el primer indicio de la
disposición de guardar ó dar a conocer algo en extremo valioso en
poder de Pakal cuando éste tenía unos 70 años de edad, en tercer
lugar de importancia, con los datos que se manejan, y teniendo
este señor 72 ó 73 años de edad, ordena la construcción de la
55
56
pirámide llamada de Las Inscripciones en el año 675 para
albergar su sarcófago, siendo concluida probablemente después del
683, año de su muerte, por lo que anteriormente hemos descrito
como una posibilidad.
Habiendo sucedido el hijo, Cham Bahlam, cuyo reinado se
extiende por 18 años (684-702), comienza este sus obras quizás
realizando otras mejoras al Palacio para comodidad de la élite
gobernante, terminando en los años subsiguientes la conclusión
del Templo de Las Inscripciones ó tumba de su padre erigida al
lado de la pequeña pirámide, al costado oeste, que se atribuye a
la tumba de la madre de Pakal. Se cita el 690 como el año en que
se concluye el Templo del Sol, del cual se dice mayormente es una
exaltación a la subida al trono por parte de Cham Bahlam para ser
recordado por su pueblo. Por último, termina en el año 692 el
Templo de La Cruz siendo el de mayor tamaño de los ubicados en la
plaza menor y con un grado de importancia parecido al Templo de
Las Inscripciones, teniendo en su santuario los tres bloques de
piedra tallados ya descritos, donde se aprecia la posible
ceremonia de un legado de padre a hijo. Quizás sea también esta
pirámide poseedora de la tumba que contiene los restos de Cham
Bahlam aún no encontrados.
Después de esta última construcción no se efectúa otra de
importancia, ni antes de terminar el reinado de Cham Bahlam en
702 ni después; en un lapso de aproximadamente 30 años, desde la
construcción del Templo de La Cruz Foliada, hasta el final del
reinado referido, y en manos de tres soberanos Mayas (padre e
57
hijos), se hace público un legado posiblemente bien guardado
anteriormente, que vino a ser el catalizador del auge e
importancia de las construcciones en Palenque.
Los arqueólogos entendidos reconocen tres sectores
principales en el desarrollo de la mencionada ciudad, en primer
lugar denominan Grupo Norte al sector donde se encuentran las
edificaciones más antiguas, entre las que se pueden mencionar
como importantes el juego de pelota y la pirámide llamada del
Conde; el segundo sector o área central que contiene
principalmente las estructuras que conforman el complejo de El
Palacio, sede de los últimos gobernadores, y la pirámide ó Templo
de Las Inscripciones, la más grande de este asentamiento Maya,
con unas pocas estructuras aledañas; como tercer y último sector
identifican las construcciones al Sur de El Palacio separadas por
el río Otolúm, y denominadas grupo de las cruces, compuesto
principalmente por el Templo de la Cruz Foliada, Templo del Sol y
Templo de La Cruz. Es en estos dos últimos sectores donde
centraremos nuestra atención para desarrollar el propósito de
este escrito.
58
Un artIfIcIo mecánIco
59
60
UN ARTIFICIO MECANICO
Todo lo anteriormente escrito es resumido como importante
para poder ubicar en tiempo y espacio un tema particular,
asumiendo la importancia de hipótesis y escritos varios de
quienes han empleado su tiempo en estudiar y exponer referencias
de una civilización que por sus múltiples particularidades nos
acrecienta el interés por saber cada vez más de ella.
Como fue explicado con anterioridad, el tema principal nos
remite a la época de dos gobernantes Mayas entre los años 672 y
702, un lapso de tiempo relativamente corto pero que llena una
expectativa muy particular cuando queremos dar explicación a la
posibilidad de la existencia de un artificio mecánico volador en
conocimiento y tal vez en posesión de los referidos gobernantes
de Palenque.
Es posible también que en ese pequeño lapso de tiempo se
tomara la decisión de relatar ó hacer público algo acaecido con
anterioridad, con visos de actualidad, pero que por la forma en
que se conjuga con la presencia de los dos gobernantes es de
esperarse que todo lo relacionado estuviera en un entorno
cercano, tanto en ubicación como en el tiempo mencionado, donde
ambos, padre e hijo, toman la determinación de hacerlo público,
el primero con la decisión de construir, a la edad de 70 años
aproximadamente, el templo de La Cruz Foliada así como instruir
la construcción de una pirámide y posiblemente el diseño de la
tapa del sarcófago que albergará su cuerpo una vez acaecida su
muerte, la cual ocurrirá ocho años después de dar inicio a su
61
disposición; por otra parte el hijo, una vez en el trono de rey o
gobernante, hace pública la posibilidad de poseer por legado los
conocimientos ó la máquina misma, erigiendo lo que será la última
pirámide de importancia que contendrá tres bloques esculpidos que
darán fe de la posesión, conociéndose como templo de La Cruz.
Dónde radica la posibilidad de dar como una realidad esta
posesión Maya, más exactamente de estos dos personajes en
particular, de un artefacto fuera de contexto respecto a los
adelantos y conocimientos de la humanidad en los primeros siglos
de la actual época después de Cristo, más aún en una civilización
del continente Americano que no tuvo comunicación conocida ni
intercambio de ninguna clase con el resto del mundo sino hasta la
llegada de los conquistadores ó colonizadores en el ocaso del
siglo XV, quienes tampoco conocían algo parecido pues
considerando como cosas demoníacas desecharon, desaparecieron ó
destruyeron muchas cosas que se relacionaban entre sí, y que hoy
servirían para entender o comprender mejor lo escrito, más aún
cuando ya había pasado el esplendor o apogeo de muchos
asentamientos mayas, por razones desconocidas, dejando en el
abandono y olvido todo lo que tuvieron o conocieron, quedando las
actuales ruinas de las cuales hoy se hace el esfuerzo entre
diversas disciplinas profesionales para extraerlo y comunicarlo.
Será difícil llegar a conocer todo los conocimientos
desarrollados por los mayas, pero el empeño nos puede llenar de
satisfacciones particulares.
62
Es por lo expuesto, que aquí no se da la búsqueda de “algo” a
partir de una información confidencial y fidedigna, aquí se busca
esa información a partir de “algo” que ya estaba en su sitio con
características inexplicables que nos causan extrañeza,
curiosidad e interés por darle explicación real y lógica que nos
pueda llevar a la comprensión de la posible representación de un
objeto volador.
Tratando de contestar la pregunta inicial diremos que es
preciso observar y analizar con mucho detenimiento las figuras 10
y 15, pues debió ser de mucha importancia debido al extremo
cuidado que pusieron en esculpir la mayor cantidad de indicadores
en ambas obras, incluyendo detalles particulares que nos hacen
ver una conexión en la descripción de una misma cosa u objeto.
Como primera observación diremos que existe una diferencia en
cuanto a la calidad del esculpido entre las dos obras, la tapa
del sarcófago tiene mayor cantidad de detalles bastante bien
definidos, se ve un esmero en su elaboración, en cambio en la
obra del templo de La Cruz, aunque muestra detalles únicos
complementarios posiblemente así como otros comunes, se omite
parte de la información descriptiva que rodea a la referida tapa,
poniendo incluso menos esmero en la definición de los citados
detalles comunes.
De lo anterior podemos inferir dos cosas, una que fueron
obras hechas por diferentes escultores con habilidades también
diferentes, aún cuando no es posible que abundaran los
profesionales de ese ramo ni pertenecieran al común general más
63
de uno tuvo que haber de la misma escuela, lo otro sería que el
templo de La Cruz tuvo como motivo principal representar el
traspaso de ese objeto ó cosa especial de padre a hijo, sin tener
mucho interés en mostrar exceso de detalles, únicamente lo
suficiente para identificarlo con lo relacionado en la tapa del
sarcófago, transmitiéndonos así parte de las posibilidades a
tener en cuenta a la hora de compararlos, que de otra forma sería
más difícil llegar a una proposición placentera.
Aquí también podemos argüir que él o los artistas escultores
pudieron ó debieron estar en presencia del objeto a representar
en dos diferentes momentos, y con un lapso de tiempo entre ambas
elaboraciones de 15 a 17 años, a no ser que se los
describieraalguien que sí lo estuvo y recordaba muy bien la
cantidad de detalles recientemente percibidos. Pakal no pudo
estar en ambas obras pues para el tiempo de la segunda
elaboración posiblemente ya había muerto.
En ambos casos podemos concluir lógicamente que el objeto era
de actualidad para el momento en que se decidió darlo a conocer a
través de algo permanente que trascendiera en el tiempo.
Existen referencias acerca de que el hijo menor de Pakal y
último gobernante de la misma estirpe, pudo ser el ingeniero
diseñador de las pirámides y posiblemente el escultor
desconocido, lo cual nos indicaría que todo lo acaecido al
respecto se manejó en un entorno familiar muy particularmente.
64
Como se ha dicho, los restos humanos encontrados en el
interior del sarcófago, al ser analizados por diferentes métodos
científicos para establecer la edad al momento de su muerte,
arrojaron la cifra de unos 40 años que no concuerdan con los 80
que tenía Pakal al morir, lo que nos hace cavilar en cuanto a la
identidad del ocupante del mencionado sarcófago y del personaje
representado de mayor tamaño y en actitud de estar ofreciendo ó
traspasando “algo” esculpido en el templo de La Cruz y atribuido
a Pakal.
Lo anterior es una muestra de algunas impropiedades que
pueden aparecer y que los estudiosos capacitados ponen a veces en
reserva mientras adelantan otras investigaciones; en lo que aquí
concierne, aunque refiramos algunas cosas encontradas en el
camino y que desconcierten, nos avocaremos en lo posible a
describir y combinar posibilidades referentes a los motivos
representados en la tapa del sarcófago existente interiormente en
la base de la pirámide de Las Inscripciones y en el bloque
central de los tres encontrados en el santuario de la pirámide de
La Cruz, actualmente en el Museo Antropológico de México.
Como se ha venido diciendo las figuras 10 y 15 vienen a
representar el punto de partida del desarrollo que se quiere
mostrar al lector. Ambas figuras son dibujos representativos de
los esculpidos originales, bastante difundidos en publicaciones
diversas por estar muy bien apegados a la exposición de todos los
pormenores que contienen cada uno de dichos originales.
65
66
El dibujo de la figura 15 representa el motivo esculpido en
la parte superior del sarcófago ya descrito, y nos hace ver que
si tomamos como base la parte longitudinal de la misma,
obtendremos la figura también longitudinal de un objeto con
trazos dispuestos para representar elementos de un todo en
posición de perfil o vista lateral, esta manifestación la viene
apuntalar la imagen del sujeto representado como figura central
del total del motivo que nos muestra la mencionada tapa, ya que
indudablemente también está de perfil en una posición que luce
sentado para disponer más fácilmente los movimientos de pies y
manos.
Algo parecido a lo escrito anteriormente sucede con el dibujo
de la figura 10, solo que este nos presenta dos paneles a
izquierda y derecha respectivamente, con jeroglíficos que
probablemente se refieran a la parte central del motivo total
esculpido, referencias que de haber sido descifradas su
publicación nos allanaría muchos inconvenientes de quizás malas
interpretaciones. En el centro de la totalidad de los tres
bloques mencionados, tenemos la representación de dos personajes
en posiciones susceptibles a la interpretación particular de cada
quién, con un objeto central entre ambos que se ha sombreado
tenuemente para hacer más fácil la observación del objeto en
cuestión, pudiendo de esta manera observar también el parecido
con el motivo de la tapa del sarcófago.
67
La figura 16 nos presenta únicamente el motivo central de la
figura 10, aumentado convenientemente y volcado con un giro de
90º hacia la izquierda con el fin de que se haga más fácil al
observador apreciar la similitud de esta imagen con la figura 15,
tanto en forma como en proporciones, y de esta manera iniciar un
proceso analítico de ambos bajo-relieves que nos dé la pauta para
avanzar en consecuencia hacia el logro del propósito de visorar
la posible existencia, en su momento, de un artificio mecánico
capaz de volar.
Por la observación preliminar de las medidas de los componentes
similares en ambos dibujos (15 y 16), y aplicando
proporcionalidad, vemos que hacen referencia a un mismo objeto a
escalas diferentes, por lo cual podemos unificar estas para
representar el objeto en cuestión con medidas acordes a una
correlación cercana a lo correcto.
Si aplicamos también nuestra observación a una simetría
obtenida al relacionar el perfil de algunos componentes mostrados
en la figura 15, con la profundidad de los mismos observados en
la figura 16 de plano ó planta, estaremos en capacidad de manejar
las tres dimensiones (largo, ancho y alto) necesarias para
concluir en representaciones acordes a la realidad, deducidas
éstas a través del proceso descrito.
Se deja pues lo más claro posible el mecanismo inicial usado
para ajustar medidas, y obtener de esta manera una escala
representativa y razonable a partir de la cual podamos remitirnos
68
a un solo objeto con medidas y simetría deducidas, que nos
permitan una serie de dibujos explicativos en un proceso parecido
al proyecto de construcción del referido vehículo, sin pretender
por supuesto tener las características y pasos a seguir de un
verdadero proceso técnico de proyecto, pero que nos dará la
imagen que queremos sugerir.
69
70
Retomando la figura 15, vemos una profusión de detalles
cincelados que podemos clasificar en dos grupos, los que están en
el interior del objeto o vehículo, limitado éste por un contorno
bien definido que no deja dudas sobre su alcance, y los que están
fuera de ese límite, que muy bien pueden ser adornos, referencias
explicativas, instrucciones ó cualquier apunte sobre tal ó cual
cosa que nos pudiera ayudar en una mejor interpretación. Todos
estos detalles auxiliares están fuera de nuestro alcance para
describirlos como tales, pues no tenemos un código que relacione
la representación gráfica con la idea de lo que se quería
transmitir, es por esto que a la hora de entrar en detalles
prescindiremos de ellos; sobre el primer grupo se irán
describiendo o considerando a medida que el análisis vaya
avanzando según un determinado orden a seguir.
71
72
Inicialmente se ha procesado las imágenes de perfil y planta
descritas, ajustando medidas en ambas de tal manera que nos hagan
ver la misma referencia, complementando la imagen de planta con
los contornos observados en la imagen de perfil para unificar la
idea de un mismo objeto representado en ambos planos.
Se muestran aquí las figuras 17 y 18 como el resultado de ese
ajuste de medidas, con las mismas como acotamiento inicial para
el subsiguiente desarrollo de dibujos explicativos. Todos los
dibujos deducidos que se muestran a lo largo de esta segunda
parte del libro han sido trazados a lápiz con los implementos
mínimos necesarios, sin poner énfasis en la perfección por estar
abocados a trasmitir una especie de bocetos ó imágenes en
proceso, lo cual los hace susceptibles a una crítica técnica de
dibujo que, sin ser un propósito premeditado, será parte del
entretenimiento del lector el corregir y mejorarlos.
Hacemos aquí una descripción particular de la figura 1 porque
será relacionada como una ayuda visual en la observación de
detalles, se pintó la misma como un pequeño mural para ilustrar
la portada de este libro haciendo alusión a la máquina que
quisiéramos descubrir, en un entorno fantasioso que plasme y
trasmita la duda sobre lo que pudiéramos conseguir sin pasarnos
de los límites que razonen lo que se propondrá. Los colores
aplicados a las figuras del vehículo y el navegante fueron
elegidos para dar vistosidad, tomando en consideración una
posible relación de materiales sin que esto signifique querer
73
74
hacer ver que así debió verse originalmente en su momento de
creación. El referido vehículo está ajustado a la forma y
dimensiones que nos indica el dibujo de perfil en la figura 15,
obviando algunos detalles para evitar exceso de representaciones
que nos lleven a confusión, y de las cuales no podamos dar una
explicación placentera de su propósito para caer de esta manera
en descripciones equívocas y ridículas, a parte de las que
propondremos y corren el mismo riesgo pero que son de necesidad
tomarlas en consideración como complementos indispensables. Así
pues, en adelante la figura 1 será una herramienta de utilidad
para darle color a nuestra imaginación.
En la figura 17, además de tener las medidas ó dimensiones
que se ha considerado como las más aceptables, se manifiesta
quizás en forma especulativa inicial, la forma que se ha supuesto
debieron tener algunos elementos que, sin aclaratoria preliminar,
pueda servir al lector como cartas a barajar en las descripciones
particulares que se vayan haciendo.
Referente a las medidas homólogas que presentan las figuras
17 y 18 se puede decir que fueron consideradas com apropiadas
obtenidas a través del mecanismo explicado, y por lo tanto
vendrán a ser la base de medición para los consecuentes dibujos
referidos al mismo vehículo, sin que esto signifique restricción
para el lector en cuanto a una mejor ponencia que lo o las más
75
76
lleve al mismo propósito: lo que se nos está ocurriendo como algo
razonable y que tiene el apetito de indagar sobre el posible
vehículo volador.
La misma figura 17 nos muestra la división en tres secciones
que se ha hecho para mejorar la descripción de proposiciones
inherentes a cada una de ellas. De esta manera se asigna como
sección A la parte delantera del vehículo con sus elementos
integrantes tanto interior como exteriormente, sección B la parte
central o cabina de mando del navegante también con sus
componentes, y sección C la parte posterior y sus elementos
pertinentes. Se indica también en la referida figura un corte
vertical a-a’ que será de carácter necesario para visualizar
mejor un componente importante de la sección A.
Hemos venido asumiendo las palabras vehículo y navegante por
ser el propósito final a que se quiere llegar a través de una
exposición probabilística.
Sección A: conformada ésta por una carcasa o cubierta
exterior que por sus líneas curvas en el extremo izquierdo
podemos imaginarnos el límite de un cuerpo cilíndrico que se
propone como fuselaje o cuerpo del vehículo en su totalidad,
tomando como su parte delantera el extremo referido. Tiene la
mencionada carcasa, en ese mismo extremo, un espacio abierto que
se puede tomar como el diámetro de una circunferencia que limita
una boca o entrada en el centro de ella, y a través de la cual se
proyecta hacia el exterior una protuberancia adosada a un cuerpo
77
sujeto interiormente. Aquí describimos dicha protuberancia como
una parte externa aunque esté fijada a elementos interiores, la
cual se puede observar de perfil y planta en las figuras 17 y 18
respectivamente, donde por su forma y ubicación nos sugiere
funcionaría como un cortador a la oposición del aire frontal,
para ayudar al avance, debido a su diseño aerodinámico visto en
planta deducido esto como lo más razonable, aunque pudo tener
otros propósitos como ser un medidor de velocidad, radar, antena
para comunicaciones radiales, etc., de la misma forma que se
aprecia en los aditamentos aguzados delanteros que usan en la
actualidad los aviones de combate.
Alrededor de la carcasa, exteriormente, se notan elementos
tanto superior como inferiormente muy parecidos a especie de
aletas con su parte más fina o punta en dirección al avance hacia
la izquierda, y que funcionarían como deflectores de aire para
dar estabilidad direccional igual a las usadas por los cohetes en
balística, las que por el parecido sugerido debieron existir
también en ambos costados, la forma como fueron esculpidas éstas
nos hace ver la costumbre Maya de magnificar con adornos todo lo
importante para ellos quizás con el fin de que se comprendiera
mejor el mensaje. Interiormente en el dibujo de perfil de la
figura 15 se puede observar, adosados a la misma carcasa tanto en
la parte superior como en la inferior algo parecido a tres
dientes o triángulos con un vértice hacia el interior, pudiendo
indicar esto el filo de un anillo circular cual tornillo sin fin
fijo, que tuviera el trabajo de inducir hacia adentro el flujo de
aire proveniente de la boca mencionada, haciendo las veces de
78
álabes fijos de una turbina. En la figura 21 se asume como un
hecho esta posibilidad dibujando lo descrito en un espacio acorde
al resto del diseño de elementos interiores, y con una imagen más
definida para comprender mejor lo que se está proponiendo.
Observando nuevamente las figuras 17 y 18 tenemos un cuerpo
interior en la sección A que aparte de un posible apoyo o anclaje
delantero en la entrada circular de la carcasa, como un sostén
necesario que damos como existente, se puede decir que está
adosado o sostenido también en la parte posterior de dicha
sección. Viendo de nuevo el mismo cuerpo en ambas figuras
referidas se nota que es de forma cilíndrica abriéndose en forma
de campana para un mejor apoyo en la parte posterior a la derecha
de dichas figuras, y de forma esférica en la anterior a la
izquierda de las mismas, de donde depende la protuberancia
exterior ya descrita, la forma esférica referida suponemos tiene
el objeto de hacer una menor oposición al flujo de aire entrante
y direccionar el mismo hacia atrás. Remitimos al observador a la
figura 19 para que se vaya familiarizando con la explicación que
se quiere dar a los elementos que componen el mencionado cuerpo
interior de esta sección A, y que ha sido tomada de la
representación mural en la figura 1.
Para una mejor descripción de un elemento importante, tomamos
como primera parte del cuerpo interior en cuestión su parte
esférica, dejando la denominada acampanada para descripción
posterior, para lo cual nos referiremos a la figura 20 donde
79
80
además de ubicar y mostrar los elementos externos ya
descritos, se hace una descripción particular de la ubicación y
forma de las aspas que creemos ver en el esculpido de la tapa del
sarcófago. En dicha figura se presentan tres apartes (a, b y c)
que vienen a ser explicación de lo mismo pero que están separados
como dibujos independientes. En el aparte (a) se puede observar
un eje central de rotación hacia la derecha como indica la
flecha, sostenido por un cojinete situado a la izquierda dentro
de un cuerpo suspendido o sustentado por unos tirantes fijos que
lo inmovilizan a la carcasa o cubierta. El mencionado eje
presenta un diseño opcional que quizás no sea práctico pero aquí
nos hace ver la posibilidad de la forma del mismo; mostramos tres
referencias (1, 2 y 3) para indicar el diámetro y grosor
aproximado de cada uno de tres discos, dotados el primero y el
segundo de cojinetes que permitan el movimiento del eje a través
de ellos ya que ambos deben permanecer fijos, el numero 1 por ser
el sostén de los semicojinetes, que en número mínimo de cuatro
aseguran su característica estacionaria fijados convenientemente
al cuerpo interior, permitiendo de esta manera la rotación de una
banda circular rígida portadora de las aspas a la misma velocidad
que lo hace el eje, quién le trasmite el impulso a través de un
disco (3) sin cojinete por estar soldado o asegurado al referido
eje y que sostiene convenientemente a la mencionada banda a
81
82
través de un cuerpo circular de diámetro igual al cuerpo
descrito, fijado al mencionado disco fijo. El disco número 2 al
igual que el número 1 con característica estacionaria funcionaría
como un cojinete o sostén intermedio del eje, asegurado éste bien
sea por un cuerpo circular como se explicaba anteriormente ó por
tirantes adosados convenientemente al cuerpo interior que se
viene describiendo.
Vista la descripción de una parte del interior de este cuerpo
situado en la sección A, nos dedicaremos a describir lo que hemos
llamado aspas que conformarían a nuestro entender parte de los
componentes de una turbina. Regresando a la figura 19, vista la
parte izquierda como la totalidad de la mencionada sección A, nos
ubicamos en la parte derecha donde se ha magnificado el detalle
que queremos describir.
Remitiéndonos, como aclaratoria, a la aseveración que hacen
estudiosos de los motivos representados por los mayas, tanto en
pintura como en bajo-relieve, de lo poco o casi nada que usaron
la perspectiva para dichas representaciones, tomamos esto como
asistencia al razonar nuestra descripción de lo que queremos
explicar paso a paso.
Tomando la parte derecha de la figura 19 como representación
obtenida del dibujo inicial (figura 15), de lo que se ha
considerado como aspas de una turbina, y habiéndole quitado
83
detalles que no podemos explicar, nos centramos en el aspecto que
debieron querer representar visto de frente y con curvaturas que
por su dificultad en el esculpido optaron en representar la
figura con segmentos en ángulos que pudieran ser interpretados
como el todo de lo observado. Ocupando un espacio similar al que
tiene dicha figura relacionada, se dibujó lo que creemos
quisieron hacer ver, dándole las curvaturas más razonables
concordantes en medidas. Siempre en el aparte (a) de la figura
20, se puede observar que los triángulos referidos anteriormente,
ocupan un espacio de un ancho menor al perteneciente a la aspa
traducida como vista de frente.
En la parte (b) de la misma figura se nos muestra como se
pudo ver de perfil el aspa que nos ocupa, con curvaturas
dispuestas para el propósito de transportar el aire al interior
del vehículo, de la misma forma que accionan las aspas de un
ventilador. Vemos también en este aparte los referidos triángulos
que antes describimos como el perfil o corte vertical de lo que
pudo ser un anillo circular ó tornillo sin fin adherido a la
carcasa o cubierta del vehículo, y que hiciera el trabajo de
álabes fijos conformantes de una turbina, pues bien, aquí se
puede observar que al dibujar de perfil las aspas, el espacio
traducido como el ancho de las mismas, concuerda con el espacio
de lo que hemos llamado especie de tornillo sin fin, para de esta
forma conjugar una acción de complementación propia de la
distribución de los álabes de una turbina.
84
El aparte (c) independiente en el dibujo de los otros dos (a
y b), nos muestra la forma posible de haber estado ubicados
angularmente cada álabe en su disposición de conformación con la
banda circular que disponía el total de los mismos requeridos
para su buen funcionamiento. Todo lo que se ha escrito en nuestra
descripción como perteneciente a la sección A se ha hecho
tratando de llenar los vacíos de interés lo mejor posible, más
adelante consecuentemente se encontrarán referencias de los
mismos para ampliar explicaciones ulteriores, y de la misma forma
quizás algunas aclaratorias que acentúen mejor lo ya descrito.
Las figuras 20, 21 y 23 nos muestran los dibujos a una escala el
doble de la que inicialmente se propuso en las figuras 17 y 18
sugeridas éstas como una buena representación de lo que se quiere
analizar, sin embargo, para mejor claridad de ciertos detalles se
optó ampliar dichas figuras de tal forma que para evitar
confusión se muestra una escala gráfica representativa.
La figura 21 trae el propósito de hacer más explicito o
gráfico si se quiere lo anteriormente expuesto, representando el
corte (a-a´) sugerido en la figura 17 para mostrar la disposición
de las aspas, que en número de veinticuatro llenan el espacio
destinado a la ubicación de las mismas, sin que esto signifique
ningún diseño técnico pero que llena la expectativa para el
tamaño y mejor posición definidos con lo que se explicó en la
figura 20. En la figura sugerida se puede observar una pequeña
banda circular exterior sombreada que vendría a ser el corte de
la carcasa o cubierta del vehículo en su diámetro mayor de 2.15
m. que da forma a la sección A, seguidamente vemos un espacio
85
86
circular rayado en 45° que nos sugiere el ancho de lo que hemos
llamado anillo circular en espiral ó el símil de un tornillo sin
fin que viene a desempeñar el propósito de los álabes fijos de
una turbina, en la parte inferior de la citada banda se muestra,
con un corte sinuoso, el sitio donde se pudiera ubicar el inicio
hacia la derecha de la espiral mencionada.
Describiendo la secuencia de los álabes o aspas dispuestas
circularmente vemos que conservan la misma forma muy parecida a
la sugerida como vista de frente en la figura 20 aparte (a), la
cantidad de ellas nos parece conservadoramente bien, sin tener
una razón técnica que exponer aquí, por servirnos para mostrar
dos características necesarias, una es que el alto de dichas
aspas permite rozar su zona circular superior con el borde de la
espiral sugerida, dejando un espacio de forma parecida a una
especie de triángulo que debe desaparecer al pasar por el mismo
sitio las consecuentes aspas en su movimiento circular, empujando
el aíre contenido hacia la espiral circundante que se encargará
de dirigirlo hacia adentro, evitando así pérdidas de aire o
fluido en la cantidad total de admisión, y quizás la creación de
turbulencias que vengan a menguar la capacidad de trabajo de la
turbina.
Las aspas se han rayado intermitentemente horizontal y
vertical para visualizar un intersticio en blanco visto
frontalmente entre el paso consecutivo de dos de ellas, generando
de esta manera un espacio anular de visibilidad producto de todas
las aspas girando a gran velocidad alrededor del eje. Esto
87
vendría a ser la otra característica referida, y que es de mucha
importancia pues nos soluciona un problema al cual se le ha dado
otras respuestas no del todo satisfactorias, para ubicar mejor
esta característica la dejaremos para más adelante; siguiendo con
la descripción que venimos desarrollando vemos que hacia el
interior, debajo de las aspas, se encuentra un espacio circular
sombreado que sería el corte de la banda portadora de las mismas,
descrita en los apartes de la figura 20. El movimiento circular
concéntrico que debe tener la referida banda para un buen
funcionamiento como parte importante de la turbina que queremos
describir, radica en los ajustes que se hagan a los cuatro brazos
mínimos existentes para poder funcionar, portadores estos de
sendos cojinetes que hacen posible el rodamiento circular de la
banda descrita. Los brazos mencionados están sujetos en el
extremo superior, para su inamovilidad, probablemente al elemento
envolvente del cuerpo que los contiene, ver figura 20, teniendo
sus extremos inferiores adosados al disco (1) descrito en la
misma figura, el cual sustenta en su centro un cojinete que da
paso al eje en su movimiento circular que recorre todo este
cuerpo ubicado interiormente en la sección A.
Una vez hecha las descripciones pertinentes a la primera
parte, de las dos en que optamos por dividir la sección A, nos
encauzaremos a la segunda remitiendo al lector a la figura 22
para una mejor apreciación de lo que se quiere describir. El
constante llamado a las figuras, aunque sea muy tedioso, es
importante en cuanto ayuda a retener en imagen lo que se va
leyendo. Siguiendo el encauce dicho vemos que la referida figura
está compuesta de tres apartes para mejor distribuir las
88
descripciones. Observando el aparte (a) tenemos un corte A-A´,
hacia la derecha de la parte que llamábamos anteriormente forma
de campana, que aquí vemos en vista lateral o perfil,
mostrándonos una especie de mesa con patas adosadas a la parte
posterior que viene a ser la separación entre las secciones A y
B, esta mesa es el sostén posterior del eje descrito, ubicando en
su centro un disco similar en diámetro a los antes citados, y
observado éste como el número cuatro en la figura 23, dicho disco
referido es portador de un cojinete a través del cual gira
libremente el extremo derecho del referido eje.
En este aparte que se describe solo se indica la ubicación de
la banda circular portadora de las aspas para una mejor
orientación. A la misma altura o nivel de las patas superiores se
observa un pequeño aditamento rectangular que se ubica en el
aparte (b) de la forma que se vería frontalmente. En la parte
inferior, bajo el nivel de las patas, se ha dibujado dos líneas
horizontales punteadas que nos indican el diámetro del ducto que
conduce hacia atrás el flujo de aire inducido por la turbina. En
este aparte se indica también el corte A-A´ citado cuya visión
frontal vendría a ser el aparte (b) referido.
Lo que hemos llamado aparte (b) de la figura 22 prácticamente
nos muestra lo descrito en el (a) visto frontalmente, podemos
observar aquí lo que será el diámetro de la nave en el resto del
cuerpo formado por las secciones B y C, que se describe de 2.00
m. en la figura 18. La mesa circular con sus cuatro patas de
apoyo muestra el disco central portador del cojinete sostén del
eje. El aditamento rectangular en la parte central de las patas
89
90
superiores viene a ser la característica que nos permitimos dejar
atrás para describirla en este momento, como podrá ver el lector
observando el aparte (c) en perspectiva donde se muestra en
profundidad su ubicación, es la respuesta a la pregunta de por
dónde podía observar el navegante su derrotero, y que viene a
conjugarse con el espacio anular creado por las aspas descrito
anteriormente en la figura 21. Así mismo se muestra en el
referido aparte (c) el inicio del ducto en la parte inferior.
Una visión total de la sección A viene a ser la figura 23.
Habiendo descrito la mayor parte de elementos vistos en las
figuras anteriores, podemos observar que aquí se integra lo que
llamamos segunda parte de dicha sección a lo descrito visualmente
en la figura 20. Por otra parte el lector podrá ver aquí la
representación en planta de dicha sección A para mejor
descripción de algunos integrantes tales como la protuberancia
frontal, tomada y mejorada de la visión proveniente de la figura
16, ya que la imagen mostrada es más acorde al trabajo que
supuestamente desempeñaría. El eje ó rotor se nos presenta en
toda su longitud con sus sostenes y apoyos referidos
anteriormente, mostrando además un disco de engranaje, no
presente en los dibujos originales, que creemos debe ir en ese
sitio para encargarse de transmitir la velocidad de rotación al
eje en cuestión, proveniente ésta de una unidad de fuerza
integrada por dos o varios motores eléctricos dispuestos en la
forma que se presentan en esta figura. Se cuestionará lo
anteriormente dicho, pero razonamos que quienes tuvieron la
capacidad de diseñar semejante artificio muy bien debieron saber
91
92
producir electricidad, por otra parte, aceptada la disposición
descrita como un diseño inocentemente sencillo de producir
movimiento, nos resuelve la característica de independencia
operacional que le queremos dar a los integrantes de esta sección
A, de tal manera que el único elemento que la une al resto de la
unidad motriz ubicada en la parte posterior de la sección C, es
el ducto que conduce hacia atrás el aire necesario para su
funcionamiento.
Nos resta decir que al inicio del flechado que se ha dibujado
para indicar la trayectoria del aire ingresante, se dibujaron
tres pequeños círculos lineales que aparecen en la figura 15,
dándonos la impresión en este caso, de representar aire en
movimiento. Además se muestra al lector la posición y longitud
sugerida en planta de la ventanilla descrita en la figura 22,
ubicada en la división entre las secciones A y B, discurrida como
la solución al problema de mirar hacia adelante por parte del
navegante. Llegado a este punto se pauta la figura 24 como la
primera parte de la imagen que queremos sugerir ó vista en
perspectiva de la sección A. Más adelante ésta imagen se
integrará al todo representativo que se piensa sugerir.
93
94
Después de haber hecho una descripción preliminar de la forma
deducible para poder interpretar los dibujos de los bajo-relieves
que nos proporcionan los elementos a los cuales queremos darle
razón de ser, y habiendo hecho una presentación de lo que creemos
puede ser concordante con realidades actuales al describir lo que
hemos llamado sección A del vehículo, hacemos un alto para
introducir la idea de parte del propósito a que se quiere llegar
mostrando la posibilidad de estar ante la presencia de un
artificio mecánico capaz de volar impulsado por una fuerza
resultante de acción vs. reacción.
Igual que cualquier motor de una nave aérea a los que
llamamos jet, palabra en ingles que tiene como uno de sus
significados la correspondiente en castellano definida como
“chorro”, creemos pudo ser la forma de generar el impulso
necesario para que el eventual vehículo que nos ocupa pudiera
volar.
Una breve descripción de las partes elementales indispensable
de un motor a chorro para su funcionamiento, sin pretender una
descripción general técnica, nos hará ver la posibilidad de
aplicarla a lo que nos exponen los bajo-relieves como partes que
conforman el vehículo que creemos ver, justificando lo dicho por
la forma y ubicación de cada elemento, que hemos llamado
indispensable, para que se dé la similitud necesaria en una
correlación.
El dibujo de la figura 25 nos muestra cómo se conforma un
motor a chorro de la manera más elemental, sin recurrir a
95
96
descripciones técnicas sofisticadas de actualidad, y que viene a
ser lo necesario para relacionarlo con lo que tenemos en mente.
Dicho dibujo se copió con los indicadores (letras) que describen
sus elementos, tomando de ellos lo que nos interesa relacionar
para mostrar similitudes y obtener de esta manera una visión
acorde a lo que se viene proponiendo.
Aquí se nos presenta en forma compacta la totalidad de dicho
motor, lo que nos obliga a describirlo en tres partes para las
sugerencias que queremos hacer; la primera estaría representada
por la admisión de aire a través de una toma delantera a la
izquierda del dibujo, ejecutado esto por el accionar de una
turbina que admite o succiona por un juego conveniente de álabes
ó aspas, móviles unas y fijas las otras, que inducen por su
diseño específico el flujo de aire hacia atrás, representando
esto la secuencia existente entre el cojinete indicado como
frontal con la letra A y el descrito como cojinete central con la
letra F, que para nosotros estaría representado en la totalidad
de la figura 23 la cual nos muestra la ubicación de la toma de
aire, el cojinete de sostén del eje que vendría a ser el descrito
como frontal, los álabes en disposición centrífuga representado
en el dibujo con la letra C, y los álabes fijos, descritos como
un tornillo sin fin, representados en dicho dibujo con la letra
D. El cojinete central representado en el dibujo con la letra F
viene a ser el número 4 mostrado como final en la figura 23 dando
como concluida la fase inicial independiente del resto del motor
tal como se indica en la figura 26.
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La sugerencia que hacemos nos refleja la diferencia de diseño
separando la parte descrita del resto del motor, teniendo como
lazo de unión para seguir siendo uno solo, un ducto de diámetro y
longitud consecuentemente diseñados que partiendo de la sección A
de nuestra distribución original vista en la figura 17, recorre
inferiormente la sección B para desembocar en la sección C de tal
forma que el flujo a través de él pase a realizar el trabajo
necesario para un buen funcionamiento del referido motor.
El flujo de aire mencionado incidiría en una segunda sección
fijada detrás del asiento del navegante, la cual imprimiría mayor
velocidad de escape hacia una o varias cámaras de combustión
señaladas en el dibujo de la figura 25 con la letra H, llamando a
esta acción una compresión que le dé mayor fuerza y no permita su
regreso, de donde derivamos el nombre para indicar ésta segunda
sección importante de nuestro vehículo. El aire una vez
introducido a las cámaras descritas, es calentado
convenientemente por una fuente de calor producida por la
combustión de algún carburante, con características acordes a lo
que se precisa para inflar o aumentar el volumen del aire de tal
forma que se dirija hacia la parte posterior a través de una
tobera o tubo de escape, señalada con la letra L en la figura 25,
a una velocidad capaz de generar una fuerza que, al encontrar
oposición por parte del medio ambiente que lo rodea, produzca un
impulso o fuerza de sentido contrario que se traduzca en
desplazamiento hacia adelante del cuerpo que sostenga dicho
propulsor.
98
Vista esta descripción, si se quiere elemental, que nos
trasmite la imagen en su totalidad con lo mínimo necesario para
constituirse en un motor generador de un chorro de fuerza que se
traduzca en empuje, como se dijo, para hacer que se desplace el
vehículo, podemos decir que la descripción lo más aprovechable
posible de la sección A, haciendo ver similitudes razonables de
elementos coincidentes con el dibujo del motor descrito, nos
indica que caminamos sobre posibilidades no lejos de una
realidad, de tal manera que nos obliga a seguir haciendo
comparaciones; la secuencia establecida en la figura 17 nos
remite a la sección C para poder detallar las otras dos partes
del motor y comparar elementos similares existentes en dicha
sección como partes integrantes del total referido.
La figura 26 nos muestra lo insinuado con el propósito de
visualizar lo descrito hasta ahora y lo que describiremos más
adelante. Habiendo descrito la sección A, proseguimos con la
sección B haciendo ver que ésta sólo contiene el ducto mencionado
y por lo tanto será cuando describamos la sección C, como
dijimos, que demostremos las otras dos partes referidas a dicho
motor.
Se hace la salvedad de lo escrito anteriormente con el
propósito de hacer ver al lector la intención establecida de
querer intuir un vehículo que debió tener un propósito
determinado, pues es bastante difícil imaginar a un escultor maya
describiendo lo que hoy llamamos ciencia ficción poniendo una
cantidad de detalles sin conexión fiable o razonable, a este
99
100
señor le hubiera sido más fácil dibujar en un códice la cantidad
de esos mismos detalles desconcertantes, que para su época debió
significar provenir de un pensador fantasioso sino loco.
Inicialmente los aviones dotados de motores a reacción se
desarrollaron en la aviación militar durante la segunda guerra
mundial (1939-1945), de tal forma que hacia finales de la misma
algunos modelos participaron en combate; consecuentemente durante
la guerra de Corea (1948-1952) se hizo cotidiano los combates
entre estos aparatos, siendo de notoriedad el Mig-15 y el
Sabrejet F-86 como contendientes usuales.
Los modelos referidos tenían como característica la entrada o
admisión del aire ubicada frontalmente delante del piloto, de tal
manera que el ducto que llevaba el aire a la turbina del motor
situado en la parte trasera, pasaba o estaba situado debajo del
mencionado piloto. Ver figuras 27, 28, 29 y 30. Actualmente ya
no se ubica frontalmente la mencionada toma sino lateralmente a
los costados del fuselaje o cuerpo de la nave como mejora
técnica. La aviación comercial tiene la norma de ubicar
exteriormente los motores de tal forma que es fácil visualizar
las aspas de la turbina.
El mismo año en que termina la última guerra citada es dado
a conocer el descubrimiento de la cripta con su sarcófago
encontrados en el interior de la pirámide de Las Inscripciones,
después de haber estado ocultos durante más de mil doscientos
años; pasada la euforia del mencionado descubrimiento suponemos
101
102
que comenzó el interés por querer entender todo lo esculpido en
la tapa, empezando de ésta manera a fabricarse las diferentes
hipótesis que estamos acostumbrados a leer.
Si para la fecha del mencionado descubrimiento, la
civilización actual no hubiera desarrollado la aviación
propulsada por motores a reacción, tal vez se hubiese dedicado
más interés al bajo-relieve descubierto, toda vez que aún
pudiendo mostrar una tecnología pasada de moda, por los mil
doscientos años de estar olvidado, para la humanidad en ese
momento hubiera sido un portento de actualidad.
103
Sección B: Para analizar esta sección, se dividió la misma en dos
partes, algo parecido a lo que se hizo con la sección A,
elaborando para esto dos figuras en perspectiva que representen
las mismas y a través de las cuales se haga dicho análisis más
práctico, de tal forma que vista dicha sección abierta en dos
partes, nos podamos introducir en ella y apreciar mejor la idea
que se quiere hacer ver de los componentes de la misma, asistidos
a su vez de manera adecuada de la ampliación de ciertos detalle.
La figura 31 nos muestra a la izquierda el espacio
correspondiente a la sección B señalado anteriormente en la
figura 17, tomada de la pintura mural sin mostrar los límites
exactos. Como se puede apreciar, al ejecutar el bajo-relieve
hubo el especial propósito de mostrar los más y mejores atributos
pertenecientes al personaje para de esta manera magnificar su
presencia, eliminando incluso cualquier elemento que se
interpusiera entre el mismo y el observador. Remitiéndonos a
dicho personaje en un recorrido de arriba hacia abajo podemos ver
inicialmente el cabello que luce largo y lacio propio de los
mayas, adecuadamente trabajado con adornos muy especiales
demostrándonos con esto la importancia del personaje a quien se
le debió dedicar un tiempo necesario para poder elaborar lo
dicho.
Delante de la cara de este señor aparece aquí una especie de
cordel, cánula, etc. pendiente del tocado descrito, sosteniendo
en el otro extremo una especie de dije triangular, ciertos
autores describen lo anterior como un sobre-crecimiento nasal
104
usado como adorno, sosteniendo un hueso triangular con
características chamánicas especiales, nosotros queremos proponer
ser ambas cosas un dispositivo nasal cuyo trabajo consistía en
alimentar de oxigeno al navegante, de la misma forma que hemos
visto los aditamentos hospitalarios parecidos para llevar oxigeno
a través de la nariz a los pacientes necesitados de ello. Aquí
podemos ayudarnos sabiendo que a cierta altura en el espacio el
oxigeno disminuye, por lo cual los aviones de combate asisten a
través de mascarillas la necesidad del piloto de aspirar el
oxigeno necesario.
En la aviación comercial se presuriza todo el cuerpo del
avión y se inyecta oxigeno suficiente para el consumo necesario
de los pasajeros, habiendo también mascarillas auxiliares para un
caso de despresurización a gran altura.
Una característica digna de tener en cuenta en este momento
es la mirada fija hacia adelante que sostiene el navegante, en un
momento muy importante de atención responsable a través de un
visor frente a sus ojos.
Se deja aquí por un momento dos observaciones referentes al
tocado de la cabeza y al collar que luce el navegante, por
apreciarse mejor para una buena descripción en la figura 33 con
la cual se harán comentarios al respecto.
Prosiguiendo con el personaje que nos interesa, podemos ver
que muestra una posición inclinada hacia adelante para contra
105
106
restar el empuje hacia atrás que recibe el cuerpo al avanzar el
vehículo, pudiendo esto interferir en el accionar de sus manos,
incluso aferrándose con la izquierda a una especie de asa fija
para proporcionarse rigidez a la hora de un mal movimiento
traducido como bamboleo o cabeceo al inicio ó al final de cada
vuelo, permitiéndose de esta manera iniciar operaciones con la
mano derecha como el manejo de palancas, controles de comando,
etc. tal como se puede apreciar en la figura esculpida. Aquí
hacemos ver que este señor tiene el torso desnudo, sin ningún
indicio de prenda alguna, a parte del collar y los brazaletes en
ambos brazos, que nos indique la necesidad de su uso, y nos lleva
a pensar que los vuelos que ejecutaba no eran espaciales para
necesitar trajes especiales para ello, sino algo así como manejar
sin camisa una avioneta actualmente, que dependiendo de la altura
necesitara o no oxigeno para respirar mejor, para ejecutar vuelos
entre dos puntos del ámbito terrestre.
A la altura de la cintura, que se puede apreciar mejor a la
derecha en la misma figura, se describe una especie de cinturón
con una hebilla o broche frontal de una forma que creemos pudo
representar la cabeza de un jaguar, y que debieron ser de una
consistencia fuerte, broche y cinturón, posiblemente metálicos
pues creemos tenían el propósito de sostén o fijaciòn del cuerpo
al asiento, igual al usado actualmente en vuelos comerciales,
solo de un diseño diferente debido a la modalidad del vehículo,
algo que pudiera complementar lo que se ha dicho es la especie de
correa que nos muestran en la espalda del personaje como un
complemento para mejorar la fijación del cuerpo al asiento.
107
Presenta como vestimenta el referido señor una especie de
faldellín, pantalones cortos o algo similar, muy finamente
elaborado tanto en el tramado de la tela como en el remate
circundante inferiormente, se ha dibujado lo más fielmente
posible la representación del dibujo de la figura 15, dándosele
colores opcionales buscando semejanza y seriedad.
Seguidamente pasamos a fijarnos en la ubicación de ambos
pies, los cuales se aprecian mejor a la derecha de la figura que
venimos refiriendo, el pie izquierdo se nos presenta apoyado en
el borde de un travesaño curvo que forma parte del cuerpo o
fuselaje del vehículo y que más adelante, esta observación, nos
ayudará a mejorar otra descripción, aquí solo hacemos ver que el
apoyo del pie nos indica buscar una ayuda para conseguir la
inamovilidad que describíamos anteriormente como necesaria para
un momento determinado, a la vez que nos hace ver también lo
reducido e incomodo, hasta cierto punto, del espacio que disponía
el navegante para sus movimientos y accionar, por lo que se nos
ha ocurrido como algo razonable que el vehículo no estaba
diseñado para viajes largos por su incomodidad, sino como algo
necesario para establecer contacto entre dos puntos no muy
lejanos y con características inaccesibles de otra forma en un
período de tiempo corto, la posición encogida de la pierna
derecha nos apoya en esta aseveración.
Siguiendo con estas referencias describimos la visión que
tenemos del pie derecho en el dibujo, se observa el mismo
presionando una especie de pedal parecido a los que estamos
108
acostumbrados a ver en un automóvil, debiendo tener mucha
importancia para ser representado con bastante incomodidad,
apreciándose dicho pie por su planta podemos decir que debió
haber un espacio vacío entre la consola de mandos y el asiento
del navegante, a través del cual se pudieran desplazar ambos pies
de izquierda a derecha y viceversa, remitiéndonos a dibujar el
mismo en las figuras 17 y 18 dando como un hecho su existencia.
En la misma sección B creemos ver, como solución al acceso ó
salida del interior del vehículo por parte del referido
navegante, dos puertas laterales representadas en sección sinuosa
superior e inferiormente en el esculpido de la tapa del sarcófago
(ver figura 32), como una indicación de las mismas ya que de
esculpirse estas en su posición lateral era necesario una
perspectiva de poco uso o manejo por parte de los mayas, pues
interferiría con la imagen del navegante, lo que insinuamos
anteriormente, obviando de esta forma lo que para ellos era de
menor importancia mostrar.
Siguiendo con lo referido podemos decir que dichos
aditamentos esculpidos nos muestran una especie de bandas o
franjas, pintadas aquí en rojo y azul para una mejor observación
de lo que quizás quisieron indicar como la banda usada alrededor
de las puertas de acceso en los aviones de pasajeros como
necesarias para la presurización e igual a las que cubren el
borde de la puerta de un refrigerador. Siempre refiriéndonos a
estos dos elementos, vemos que cada uno de ellos muestra
adicionada una figura de dos puntas divergentes, pintada aquí de
109
110
color metálico para transmitir mejor la idea de lo que pudieron
ser cerraduras de presión como las usadas en las puertas de los
contenedores refrigerantes.
Lo que hemos venido describiendo se puede observar mejor de
la forma como lo concebimos en la figura 34 donde opcionalmente
hemos dotado a las puertas de ventanillas de forma y ubicación
casual, creyendo debieron existir para facilitar la observación
lateral del navegante. Las mencionadas puertas debieron estar
dotadas de pivotes o bisagras alrededor de las cuales pudieran
rotar en su movimiento de abrir y cerrar, debiendo existir
razonablemente al menos dos de ellas para cada puerta. En este
momento el lector podrá ver la similitud de lo dicho con los
cuerpos en forma de espiral que se ven en la figura 32, ubicados
tanto en la parte superior como en la inferior, en el límite de
separación de las secciones A y B, a los cuales están adheridos
en un extremo los elementos que venimos describiendo como posible
representación de puertas de acceso al vehículo. Si observamos al
abrir las puertas de un carro los elementos discretamente
colocados para permitir su movimiento de abatimiento, veremos la
similitud en cuanto a la forma de accionar, independientemente de
poseer o no una espiral; por estar familiarizados con este tipo
de puertas no creemos necesario hacer un dibujo aclaratorio del
concepto que se quiere transmitir.
Habiendo pormenorizado en lo posible lo referente a dichas
puertas y particularidades del navegante, retrocedemos a las dos
características que se dejaron pendientes pertenecientes a este
111
112
último, para lo cual nos remitimos a la figura 33. En la parte
superior de la citada figura, teniendo una ampliación adecuada,
podemos observar como parte del arreglo o tocado en el cabello
del personaje, una especie de horquilla rectangular pintada en
color oro por vistosidad pero que bien pudo ser de otro material,
carey por ejemplo, pues bien, esta llamada horquilla fue
esculpida en un plano anterior al paral curvo que se muestra
posteriormente, este dato es de importancia pues nos indica que
dicho paral o elemento estructural de la nave debió estar ubicado
en un ángulo de incidencia más allá de la verticalidad que ocupa
el navegante en su posición lógica como conductor del vehículo,
lo que nos indicaría también que en la parte anterior debió
existir otro paral igual que no se esculpió porque obstruiría
parte de la imagen que se quería mostrar. De igual forma sucede
con el pie izquierdo mostrándonos que el paral sobre el cual se
apoya debió ubicarse en una incidencia angular anterior-inferior.
Al momento de ubicar los cuatro parales mínimos, por la
sugerencia anterior, se debe tomar en cuenta que el mostrado en
la parte superior está situado en el costado posterior del
vehículo presentado de perfil en la figura 15, y el inferior en
el costado anterior del mismo. Esta aclaratoria es importante
pues nos ubica mejor a la hora de conceptuar los dibujos en
perspectiva que nos muestran cómo cada paral era el sustentador
de cada una de las cuatro aletas sugeridas con anterioridad.
Otra cosa que se puede apreciar en la imagen que venimos
describiendo es la forma en que fueron esculpidos el terminal de
113
los cabellos del navegante y el cordón portador del medallón que
luce en el pecho este personaje, existe la proposición de que
ambos están flotando por ingravidez, si así fuera, el navegante
no tendría el cuidado de estar asido con la mano izquierda, aquí
proponemos que se debe al impulso inicial de velocidad ejercida
por el vehículo en un momento de despegue, sin que esto nos lleve
a una discusión innecesaria para poder discernir que la imagen
que quisieron transmitir era la de una nave en movimiento, pues
es una característica inherente al vehículo que estamos
sugiriendo.
Siempre en la figura 33, en la parte inferior podemos
apreciar una ampliación del dibujo original (fig. 15) en lo
referente al medallón significativo que presenta en el pecho el
personaje en constante mención, esto viene a ser la otra
característica que se dejó para describir mejor en este momento,
no podemos decir qué representaba pero por su elaboración y
presentación frontal debió tener suma importancia, aunque no
fuera necesario para volar; vale la pena pues dedicarle atención
describiendo lo que apreciamos sin tratar de sugerir nada en
particular que nos haga caer en ridículo, aquí vemos lo que puede
ser la cabeza de un esqueleto animal que por el pico bien pudiera
representar un ave ó una tortuga por la caparazón de la cual a su
vez depende una cola, aunque ésta no concuerde en tamaño con las
vértebras que muestra la representación como indicadoras de la
misma, tampoco parecen concordar con una especie animal con las
características señaladas pues aves con vértebras de ese tamaño
en su cola es muy difícil que existan, y las tortugas actuales
114
tienen una cola muy pequeña; nada de lo anterior tiene relación
con el propósito del libro, pero como impropiedad encontrada en
el camino es digna de mención. Se nos ocurre pudiera ser una
composición de diferentes animales, sin querer remitir al lector
a nada que indique similitud ó alegoría alguna. Los antropólogos
son los únicos que pueden ayudarnos al respecto.
Remitiéndonos a la figura 31 vemos a la derecha un
acercamiento de lo que se propone como asiento del navegante,
aquí podemos diferenciar la parte donde está sentado el mismo,
como propuesta de asiento observado en planta en la figura 18, y
lo que también se propone como respaldo, ambos están igualmente
pintados en rojo semejando un material suave aterciopelado, la
parte superior que se nos presenta como flor de Lis (azucena)
mostrando tres pétalos lo dejamos a consideración personal, aquí
creemos ver el pétalo central como un sostén ó amortiguador
ubicado detrás de la cabeza del navegante y los dos laterales
como protectores a ambos lados de la misma, la razón que nos
asiste para pensar así es lo que se comentó sobre la perspectiva
poco usual en los mayas y la forma de representar frontalmente lo
que ellos creían importante mostrar. En la figura 17 inicial no
se muestra dicha imagen para hacer ver la posibilidad de estar de
perfil y permitirnos de ésta manera visualizar únicamente el
respaldo del asiento, en la figura 17a sí se dibuja para que no
se piense en el olvido de algo importante.
Volviendo al respaldo del asiento podemos observar en su
parte superior unos trazos curvilíneos que nos hacen ver en
115
cierta forma de perspectiva los dos costados del mismo, se nota
en el costado izquierdo una especie de amarre cruzado discordante
en calidad pero que no lo criticamos como tal por desconocer su
propósito. En la parte de abajo se puede notar una especie de
círculo interrumpido que nos pudiera indicar un amortiguador para
los movimientos superiores hacia atrás ó hacia adelante del
navegante cuando éste se encuentra sujeto al asiento, más abajo,
al final del mismo, se indican pequeños círculos (figura 15) que
vistos de planta en la figura 16 se convierten en la ubicación de
palancas de mando con ajustes de presión para seguridad. Las
partes de este asiento en descripción, tanto trasera como
intermedia, se pintaron de color metálico suponiendo lo que debió
ser un refuerzo consistente en la parte trasera, y una especie de
prensa mecánica ó magnética a ambos lados capaz de inmovilizar al
navegante en un momento determinado, conjugándose para tal fin
con su cinturón y correa descritos anteriormente.
En la parte externa de esta sección B, figura 32, se puede
observar una especie de cortador de viento en punta, inicio de lo
que hemos llamado aletas del vehículo, que por oponerse
frontalmente a una fuerza contraria producida por la velocidad
del vehículo en su avance, presenta una especie de apoyo o
contrafuerte que lo ayuda en su propósito. Lo descrito aquí se
definirá mejor en una exposición más amplia de dichas aletas.
Mencionada la elaboración de los dibujos en perspectiva para
visualizar mejor la sección B, nos obliga a dedicar una
apreciación particular a cada uno de ellos, figuras 34 y 35, ya
116
que lo descrito anteriormente lo hemos hecho apoyándonos en
extractos de la pintura mural, y con estos dibujos podemos
observar la descripción de algunos ajustes y detalles.
Aunque anteriormente se habló algo sobre la mencionada figura
34 aquí nos extendemos un poco más, presenta la misma la mitad de
dicha sección a la izquierda, desde la supuesta puerta lateral
hasta la separación de la sección A vista interiormente. Las
puertas están dotadas de ventanillas como nos hemos imaginado, se
puede apreciar en el interior de la puerta posterior a la
derecha, los dos goznes que creemos debió tener para la acción de
abrir y cerrar descrito anteriormente como detalle en la figura
32, al igual que se hizo con lo que suponemos ser una cerradura
de presión para fijar la puerta observada aquí en posición
cerrada. Nos muestra la misma figura la consola de mandos con
los instrumentos que hemos creído ver, dándole una forma que
congenie con la comodidad del navegante, ubicando bajo el nivel
del piso donde descansarían los pies del mismo, el ducto que
lógicamente hemos creído menester para inducir el aire hacia el
motor en la sección C, por parecernos la mejor disposición de la
idea sin que esto esté condicionado a ser lo más adecuado.
Podemos apreciar también en este dibujo la división que separa
ambas secciones (A y B) de una forma curvilínea tal como se
sugiere en la figura 22 de la sección A.
Pasando al observador a la figura 35, nos proponemos
finalizar lo concerniente a la sección B, describiendo la otra
parte de lo propuesto a través de un dibujo en perspectiva que
117
118
nos ubica en la parte trasera de la misma mostrándonos lo
relativo al asiento del navegante, obtenido esto de lo que
creemos ser lo más acorde con las representaciones facilitadas
por las figuras 15 de perfil y 16 de planta; habiendo manejado
los detalles descritos anteriormente de la mejor manera posible,
se muestra la perspectiva mencionada como una conclusión de lo
propuesto para ciertos aspectos particulares mostrados aquí como
un todo visual relativo a lo descrito, y sombreado tenuemente
para mostrar la razón de los mismos de una forma más agradable a
la vista.
La división que nos separa de la posterior sección C se
muestra como el límite, hacia atrás, de la sección B al cual está
adherido el respaldo del asiento del navegante, aquí se puede ver
el paso del ducto debajo del asiento mencionado presentándonos
éste la forma parecida al asiento que hemos visto en una
motocicleta, esculpido en planta en la figura 16. Como se
apreciará, se practicó una especie de seccionado o corte de la
carcasa o cubierta para poder mostrar mejor la totalidad del
mencionado asiento dejando ver a la vez la ubicación y forma de
lo que hemos sugerido como protectores de la cabeza del navegante
que se nos muestra en forma de pétalos frontales en la figura 15,
dándole una forma acorde a lo que creemos debió ser.
Aparte de la totalidad del asiento no tenemos mucho que
describir a excepción de lo que parecen ser palancas de mando
situadas al costado en la parte inferior del citado asiento, para
ser accionadas en su oportunidad por la mano izquierda del
119
120
navegante, y que nos parece estar sugeridas en el dibujo de la
figura 16 para mostrar desde donde se controlaba todo lo
concerniente a la operatividad del motor situado en la parte
trasera, sección C, de igual forma creemos pudo haber elementos
con el mismo propósito al lado derecho del mismo asiento. Aquí
podemos sugerir que la consola observada en el dibujo anterior,
figura 34, era la encargada mayormente de sustentar los
instrumentos destinados a controlar el accionar de la turbina
ubicada en la sección A. En la parte exterior de la sección en
descripción se dibujó lo correspondiente, en parte, a las cuatro
aletas que debió tener el vehículo, obviando una de ellas por el
corte hecho a la carcasa con el propósito antes explicado, dando
de esta manera término a la descripción de la sección B en lo que
creemos era menester conservadora y razonablemente.
121
Dando un espacio para proseguir con la descripción de la
sección C, introducimos aquí aclaratorias a lo que debe estarse
preguntando el lector: en primer lugar lo referente al
combustible usado por el mencionado motor para efectuar lo
relacionado a su trabajo: usualmente se hace la descripción del
llamado triángulo del fuego señalando la necesidad de tres cosas
para producir el mismo, siendo éstas el carburante, el
comburente, y el punto de ignición, un carburante es cualquier
material que genere combustión como el carbón, la leña, derivados
del petróleo y él mismo en su estado que llamamos crudo, el
comburente es el oxigeno componente del aíre que respiramos, y la
ignición puede ser una chispa obtenida del choque de dos piedras,
un fósforo, contacto eléctrico etc., de las tres cosas
mencionadas el oxigeno tiene que existir en el medio ambiente que
rodea al carburante, en el espacio exterior no hay atmósfera que
lo contenga y por lo tanto la toma de aire del vehículo en ese
medio sería innecesaria, lo que nos indica que su diseño era
pertinente a un desenvolvimiento dentro de la atmósfera
terrestre, el punto de ignición bien pudo ser el producto de una
chispa eléctrica comúnmente usada en el encendido de motores de
explosión como el de un vehículo de los que actualmente usamos,
nos queda la duda del tipo de carburante o combustible.
Actualmente los motores jet usan un derivado del petróleo
producido por destilación en las refinerías, viniendo a ser el
llamado corte entre la gasolina muy volátil y explosiva y el
gasoil, comúnmente llamado diesel, poco volátil y de explosividad
si se quiere retardada, entre estos dos cuerpos existe el
122
Kerosene ó Kerosín con características particulares que lo hacen
ideal para el mejor desenvolvimiento de dichos motores.
El problema que traemos a colación viene dado por las
circunstancias existentes en los años 600 de nuestra era, aunque
ya existía el petróleo la industria de extracción y refinación
del mismo no funcionaba como tal, se han encontrado ruinas de
pirámides pero no de torres petroleras mucho menos de refinerías.
De lo dicho al inicio como razonamiento, podemos deducir que se
necesitó un carburante para poder generar las calorías necesarias
que aumentaran el volumen del aire. No podemos imaginarnos la
posibilidad de haber sido un motor movido por energía atómica con
diseño de turbina, consumidora ésta posiblemente de un derivado
del petróleo.
En el golfo de México de donde eran cercanos mayas y olmecas,
siempre debió haber petróleo, pudieron quizás estos señores
extraer por métodos propios algún derivado de ese petróleo para
usarlo como combustible. Así como en Oriente fue usado en tiempos
remotos para calafatear barcos, ungüentos medicinales, en
lámparas para iluminar la noche etc., tal vez los mayas fueron
pioneros en el uso del petróleo como combustible de motores.
Estimado lector aquí no podemos sugerir nada con visos probables,
nada que se haya encontrado nos habla al respecto, si así fuera
hoy tendríamos quizás una alternativa energética.
Otra pregunta posible, por muy buen razonamiento, sería el
cómo y dónde aterrizaba éste vehículo, ya que el diseño sugerido
123
no nos presenta ningún tipo de ruedas por no ver algo parecido en
los bajo-relieves, y por otro lado no haberse encontrado alguna
pista de aterrizaje atribuida a los mayas a excepción de caminos
empedrados.
Aquí quisiéramos extendernos un poco más en lo referente al
desempeño del citado motor pues existen proposiciones que sí se
pueden tomar en cuenta interactuando con la realidad actual,
pudiendo ser las mismas un complemento del vehículo que hemos
venido describiendo.
Como introducción a lo que propondremos y que tomaremos en
cuenta más adelante, se hace ver que la Tierra tiene 40.000 km.
en su circunferencia mayor llamada ecuador terrestre, si la misma
gira esa distancia en 24 horas tendremos que la velocidad a que
lo hace en ese llamado también paralelo cero, viene a ser de
1.666 km/h; alejándonos hacia los polos la velocidad referida va
disminuyendo de tal manera que en los extremos de la franja
tropical viene a ser dicha velocidad un poco más de la velocidad
del sonido, algo así como 1.230 km/h.
Comenzando por lo más sofisticado pudiéramos decir que la
nave mencionada estaba dotada de un sistema anti-gravedad que le
permitía, en un momento determinado, estacionarse en el aire sin
ser atraída por la gravedad de la Tierra, esto traería como
consecuencia que al desplazarse ésta de Oeste a Este a una
velocidad mayor que la del sonido, al estar estático el vehículo,
sin tomar altura suficiente, alguna pirámide se lo pasaría
124
llevando con un choque perjudicial, igual consecuencia se daría
al momento de aterrizar por lo cual creemos que la suposición
tendría muchas limitaciones para ser tomada en consideración como
algo real y práctico.
En la actualidad existen aviones militares, más pequeños que
los comerciales, los cuales usan un sistema denominado VTOL por
sus siglas en ingles equivalentes a despegue y aterrizaje
vertical, basado lo dicho en un diseño de tobera variable que en
un momento determinado cambia la dirección del chorro de fuerza,
el cual en vez de dirigirse hacia atrás para originar una fuerza
de empuje hacia adelante, lo hace hacia abajo convirtiendo lo
dicho en una fuerza hacia arriba para que el vehículo tome tierra
suavemente. Aquí vemos algo razonable, práctico y con pocas
limitaciones, que permite el aterrizaje vertical de un vehículo
sin recurrir para ello a ningún tipo de rueda ni ningún tipo de
pista de aterrizaje.
Si se hiciera una investigación particular de todas las
plazas ceremoniales en todas las ciudades mayas del período
clásico (250-800), quizás nos encontremos con pequeñas pirámides
truncadas poseedoras en la parte superior de una área plana capaz
de servir de base para posarse un vehículo de la forma que se
describió anteriormente. Cualquier lector ha visto la manera
como toma tierra un helicóptero, de diseño diferente en lo
referente a producir la fuerza de amortiguación hacia arriba,
ejecutando la misma operación que le atribuimos a nuestro
vehículo. En ambos casos tendríamos que lo necesario para posarse
125
seria un par de esquíes para el helicóptero ó un par de aletas
que se vienen describiendo como parte estructural externa para el
vehículo que venimos sugiriendo.
Respecto a las pirámides truncadas que se hizo alusión
pensamos que no debieron ser muy altas, con su consecuente
gradería para que el personaje al aterrizar se encontrara a un
nivel superior al ocupado por los que lo recibían dándole así un
tratamiento de importancia.
Para cerrar este espacio nos queda decir que lo descrito
anteriormente sobre un sistema anti-gravedad, bien pudo existir
en una especie de sincronismo ó conjugación con el VOTL también
descrito, solo que aquí andaríamos rozando lo fantasioso pues de
esta manera tendría ése vehículo la capacidad de alcanzar un
punto fuera de la atmósfera terrestre, donde pudiera estar
estacionada prudentemente una nave nodriza que enviara y
recibiera al mensajero o personaje navegante de este vehículo.
Un sistema de aterrizaje y despegue vertical nos hace ver que
una vez alcanzada cierta altura se cambia la dirección del chorro
para iniciar el avance del vehículo en la dirección deseada y
manipulada convenientemente por el navegante. Si una vez obtenida
la velocidad de avance se aplica un sistema anti-gravedad,
estaría dicha nave en condiciones de abandonar nuestra atmósfera
para dirigirse hacia la supuesta nave nodriza. Aquí estamos al
margen de la realidad actual, pero en la oscuridad uno se agarra
de todo para no caerse.
126
Siguiendo con suposiciones, si una persona tuviera la
capacidad de estacionarse a cierta altura en el paralelo cero, y
aplicar de pronto, en ese estado, una acción anti-gravedad a
través de un sistema portátil para tal fin, vería de inmediato
pasar bajo sus pies la superficie de la Tierra con sus casas,
carros, personas y demás objetos viajando de Oeste a Este a la
velocidad antes apuntada de 1.666 km/h, lo contrario, un buen
señor descansando sobre un prado a cielo abierto y observando
plácidamente caer manzanas de un árbol, se sorprendería ver pasar
sobre su cabeza a la misma velocidad antes mencionada y en
sentido Este – Oeste al señor descrito anteriormente, que pusimos
en estado estacionario, de la misma forma que vemos pasar menos
veloz a nuestro sol durante el día.
Se dice que los OVNI (objetos voladores no identificados) han
sido observados ejecutando cambios de dirección en 90º grados,
será que usan un sistema parecido al descrito aplicado
convenientemente. Aquí creemos que nuestro vehículo no tiene nada
que ver con esto último, pero...
127
128
Sección C: la figura 36 nos muestra dicha sección con un aumento
a la derecha para apreciar mejor lo que describiremos como el
motor productor del impulso de la nave.
Iniciamos esta tercera y última parte de la secuencia de
descripciones que hemos venido haciendo, con una visión previa de
lo que conceptuamos como aletas que en número de cuatro creemos
debió tener en su parte externa el vehículo propuesto. La fig.
37 nos muestra la extensión total de las mismas en vista lateral
a la derecha, así como su altura en vista frontal posterior a la
izquierda. La referida figura se elaboró para aclarar el porqué
aparecen dichas aletas en diferentes tamaños o vistas parciales
de las mismas en varios dibujos, mostrando para esto su tamaño
real visto verticalmente en la parte superior (a), y el tamaño
que nos presentaría la misma en posición inclinada, por el ángulo
de 45° con que incide en el fuselaje, en la parte inferior (b),
ésta figura también nos hace ver que habiendo dos aletas
anteriores superior e inferiormente a un costado del vehículo, y
dos posteriores en igual posición, las primeras siempre se
muestran en su totalidad y las segundas solo parcialmente.
Extendiéndonos un poco más en lo representado por la figura
anteriormente mencionada, se podrá observar que la tercera parte
inferior de la misma nos representa los travesaños estructurales
de los que se ha venido haciendo referencia, mostrándonos de esta
manera su ubicación en la parte exterior del vehículo, lo cual
parece discordar con lo que nos enseña la fig. 15 donde parece
indicarnos que estaban ubicados interiormente.
129
130
Una de las razones por la cual se optó que así debió ser su
ubicación, se debe al acoplamiento que nos presentan dichos
travesaños con las figuras circulares posteriores que debieron
ser parte de los soportes o refuerzos exteriores en la parte
trasera, por otro lado, de ubicarse interiormente reducirían el
espacio de por sí incomodo ocupado por el navegante, por lo cual
creemos que solo parte del extremo curvo de dicho elemento se
ubicaba en el interior debido esto a lo que se nos indica con el
apoyo del pie izquierdo descrito anteriormente, y bien pudo ser
una especie de protección estructural para el mencionado
navegante.
Una importancia atribuida a las aletas es que probablemente
eran portadoras de los elementos necesarios para funcionar como
planos de deriva y profundidad, actuando éstos con cierta
sincronización en las cuatro aletas, una vez en el aire el
vehículo, para determinar el rumbo del mismo.
En el extremo posterior o trasero de cada aleta podemos
observar, en su parte superior, una especie de juego de espirales
apoyados en las formas circulares descritas como refuerzos,
debiendo funcionar como amortiguadores al momento del aterrizaje.
La fig. 38 nos asiste visualmente al momento de hacer las
consideraciones descritas.
Concluyendo esta visión previa añadimos que los travesaños
descritos debieron ser de un material fuerte que permitiera a las
aletas inferiores funcionar como esquíes de soporte de la nave,
131
132
con sus respectivos amortiguadores, al momento de posarse en
tierra.
Pasando al interior de la sección en descripción nos
encontramos con el motor que debía generar el impulso de la nave
en referencia, la fig. 39 nos muestra un dibujo tentativo para
poder dar alguna explicación lo más conservadoramente posible,
pues no tenemos conocimiento de causa técnica que nos permita
describir similitudes, basados simplemente en suposiciones dentro
de lo razonable. La mencionada figura visualiza las formas que
creemos ver en los dibujos de las figuras 15 y 16 como
integrantes de una máquina que pensamos debió funcionar como los
actuales motores jet.
La referida figura nos detalla parte del ducto que viene
desde la sección A, incidiendo en una forma acorde para llevar el
aire a la cámara de forma cuadrangular, situada detrás del
asiento del navegante, la cual vista en planta en la fig. 16 nos
muestra una línea punteada en forma de ocho en su parte superior,
adoptando lo mencionado como la insinuación de la existencia
interior de una hélice o aspas de una forma de ventilador
justificador de la fuerza de compresión necesaria para dirigir el
aire hacia las cámaras de combustión, conformando así lo que se
sugería en paginas anteriores como la segunda etapa de un motor a
reacción.
Avanzando hacia la derecha, en la misma figura, se puede
apreciar una especie de contenedores o recipientes rectangulares
133
134
sugeridos aquí como almacén de algún liquido que bien pudo ser el
misterioso carburante, la sugerencia la basamos en la especie de
abolladura en forma de estrella que nos presenta el esculpido
lateral en la fig. 15, debiendo tener esto el mismo propósito de
refuerzo al material como actualmente presentan los diferentes
contenedores de líquidos. Observando el mismo recipiente mostrado
en planta en la fig. 16 vemos, en vez de la estrella referida,
una especie de boca o toma para introducir líquido en su interior
lo cual ayuda a permitirnos la sugerencia hecha. Visto los
mencionados recipientes en las figuras 15 y 16 nos induce esto a
ubicarlos en la forma mostrada en el dibujo referido.
Es bastante difícil hacer referencia de imágenes no conocidas
del supuesto motor en la mayor parte de sus aspectos, sin embargo
se puede hacer suposiciones lo más razonable posible.
Siguiendo la descripción trataremos de explicar la forma en
que debió estar sustentado el citado motor en su sitio correcto
de ubicación. La fig. 15 presenta tanto en la parte superior
como en la inferior de la parte izquierda de dicho motor, un
juego de espirales o elementos curvos que nos sugieren la
capacidad de estirarse y encogerse a voluntad, indicándonos esto
ser apoyos ajustables que funcionarían a su vez como
amortiguadores anclados a los parales o travesaños en posición de
45º con respecto a la verticalidad del vehículo. La fig. 40 nos
presenta en la parte superior en posición horizontal lo referido,
y en la parte inferior y verticalmente lo que creemos es un apoyo
fijo en forma de pata, sustentado éste por un pivote sólidamente
135
136
ubicado en la parte interior y orientado en la misma dirección de
cada uno de los refuerzos posteriores dependientes de las formas
circulares ya descritas, de la misma forma que razonamos con los
denominados apoyos móviles ajustables, creemos debieron ser
cuatro y también situados en ángulos de 45°.
Un especialista en sistemas de amortiguación nos pudiera
ayudar para definir mejor lo antes dicho, sin estar interesados
en que alguien venga a sugerir, como un ejemplo, lo que nos
presenta la fig. 41 en su parte superior, como los bigotes y
dientes del Dios del inframundo. Cosas así, como otras
proposiciones ridículas, nos hacen pensar en un propósito de
desinformación muy bien orquestado que satisface a algunos pero a
otros nos intriga más, creándose de esta manera una aureola de
misterio que quisiéramos nos fuera aclarada.
Adentrándonos en el referido motor en la fig. 39 ya citada y
derivado de las consabidas figuras 15 y 16, podemos apreciar
entre los llamados recipientes un cuerpo sólido dependiente de lo
que sugerimos como sección de compresión, el cual no nos presenta
indicadores claros para poderlo describir pero teniendo en el
medio una especie de eje central, por apreciarse en ambos
dibujos, posiblemente el impulsor de la hélice perteneciente a la
cámara de compresión, suponemos debió estar dividido el cuerpo
mencionado en cuatro cámaras, pudiendo ser las descritas como de
combustión, que seguidas de un juego de pasadores mecánicos
desembocan en una cámara de trazos convergentes dirigidos hacia
un juego o serie de tubos que inducirían con más fuerza el flujo
137
138
dirigido a la tobera final de expulsión. Esto que se ha dicho
parecerá muy técnico por la poca amplitud de su descripción pero
es lo más que podemos hacer a falta de mejor visión en los
dibujos. La fig. 41 nos muestra en posición vertical y aumentado
lo último que se ha descrito.
Si observamos en la parte superior de la misma fig. 41
podremos ver el flujo final, coloreado a conveniencia, esculpido
con líneas curvas convergentes que nos hace ver la manifestación
de un movimiento de concentración de fuerza en el chorro de aire
producido.
Fig. 42 Ejemplo de la forma de accionar de un inversor de flujo ubicado al final o salida de la tobera.
139
Siempre en la misma figura, parte superior, se detalla en el
centro de la tobera dos rectàngulos con un orificio central cada
uno, sin tener alguna razón técnica que nos asista se nos ocurre
debieron ejecutar, a su debido tiempo, la inversión del flujo o
cambio de dirección del mismo, basándonos únicamente en la fig.
42 la cual nos muestra algo parecido, dándonos apoyo hasta cierto
punto en lo que se dijo en páginas anteriores sobre el despegue y
aterrizaje vertical de la nave en cuestión.
Llegados al final de descripciones posibles pasamos a mostrar
los dibujos que nos llevarán a imaginar la sugerencia final, no
sin antes anotar que las medidas o acotamientos del largo y alto
que se le ha dado a la nave en las figuras 17 y 18, vienen a ser
parecidas a las limitantes de la tapa del sarcófago dejando ver
con esto lo que se llamó una posible razón implícita al describir
la misma.
140
Imagen sUgerIda
141
Como podrá observar el lector, en esta figura frontal se
puede apreciar el aditamento o protuberancia delantera sujeta al
cuerpo central interior de la sección A, dentro de la
circunferencia que limitaría la boca o entrada de aire,
mostrándonos también la ventanilla o mirilla de observación para
el navegante y los cuatro sustentadores del mencionado cuerpo
central adosados a la carcasa.
Hacia el exterior nos muestra esta vista los cuatro
deflectores de aire frontal, y en la periferia del vehículo las
cuatro aletas en 45° que hemos descrito como muy importantes en
varios aspectos, siendo uno de ellos el funcionar como esquíes
para posar la nave en tierra.
142
143
Tenemos aquí una imagen lateral que aglomera la mayor parte
de los elementos descritos como componentes de ésta simpática
nave, se puede decir que de todos los dibujos presentados en éste
libro, éste será el que llene más las expectativas del lector
sobre la imagen sugerida.
Todo lo que vemos en esta figura creemos debe concordar con
la secuencia descriptiva hecha, incluyendo la forma y ubicación
de la puerta de acceso que, sin estar muy clara en el esculpido
mostrado por el bajo-relieve de la fig. 15, nos tomamos la
libertad de sugerir como lo más apropiado.
144
145
De igual forma que describimos la figura anterior, proponemos
aquí un corte longitudinal del vehículo que creemos es
representativo de varios elementos descritos particularmente, sin
embargo nos gustaría hacer hincapié en dos cosas, la primera es
la forma como se representan en lo que sería la sección A, las
estrías indicadoras de un anillo sin fin circular adosado a la
carcasa, teniendo éste la misma función de los llamados álabes
fijos o estator de una turbina. La segunda es hacer notar la
visión parcial que nos presentan las aletas posteriores, para
concordar con lo descrito anteriormente.
Vemos también la disposición de los refuerzos traseros en
ángulo de 45º como una prolongación de la dirección angular de
las aletas. Hacia el exterior se puede ver la diferencia de
diámetros existente entre la sección A delantera y el cuerpo o
fuselaje del resto de la nave compuesto por las secciones B y C.
146
147
En esta figura se puede apreciar en el centro, la tobera de
salida del producto impulsor o chorro de aire, observando
alrededor de la misma lo que se describió como posibles
inversores de flujo, en número de ocho por mostrarnos la vista
lateral de la fig. 15 un par de ellos ubicados entre dos aletas
consecutivas.
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149
Aquí tenemos la visión como creemos debió ser la forma
tridimensional del vehículo, sugiriéndola como el logro obtenido
después de las múltiples descripciones que se hicieron a través
de supuestas similitudes particulares, con respecto a realidades
actuales, ayudados por la imaginación consecuente.
Lo más cercano a lo dicho es el dibujo referido elaborado en
concordancia, y de esta manera mostrar la imagen que se ha
querido sugerir.
150
151
CONCLUSIÓN
Como conclusión, en revisión, podemos manifestar que la
referida nave no era un vehículo familiar vacacional ni
transportador de carga, y a su vez no era de desplazamiento
marino, submarino ó terrestre, aun teniendo un parecido con las
motonaves de esparcimiento playero creemos debió ser diseñada
para conducir a un individuo importante, hacia un sitio
importante, usando el espacio aéreo para su desplazamiento.
Sobre el navegante se puede decir, por la imagen esculpida en
el bajo-relieve, que era tan terrestre como cualquier habitante
del planeta en la actualidad, pues no presenta ninguna
característica física de las que estamos acostumbrados a ver en
representaciones de personajes descritos imaginariamente como
extraterrestres.
No se adicionaron más expectativas relacionadas al vehículo
sugerido por falta de razones que las puedan sustentar, dejando
amablemente esto al lector para ejercitar su imaginación.
La hipótesis como suceso probable, se dé ó no, ha sido y será
siempre la fiel compañera del hombre reflexivo.
Se agradece a la civilización Maya perdida habernos
proporcionado el motivo especial para elaborar este libro.
152
Un anacronIsmo InqUIetante
153
AÑO 2012
No se puede dudar en nuestros días, asumiendo una noción de
profecía que puede ó no cumplirse, del hecho que el 21 de
Diciembre del año 2012 de nuestra era tendrá lugar un fenómeno en
nuestra galaxia particularmente en nuestro sistema solar, debido
a los adelantos científicos que actualmente están en manos del
hombre con los cuales puede predecir muchos eventos a producirse.
La Astrofísica auxiliada de una variedad de ciencias afines
hace posible la datación y ubicación de sucesos que ocurren en el
espacio, tanto interior como exterior a nuestro sistema solar,
con la exactitud y prevención necesarias para establecer como un
hecho lo anunciado, con precisión en algunos casos de horas y
154
minutos tal como sucede con el anuncio previo a la ocurrencia de
un eclipse de Sol o Luna, movimientos de la misma, horarios de
mareas, etc.
Cuando nos referimos a un fenómeno, aquí lo hacemos
caracterizándolo como algo natural dentro de nuestra concepción
física del comportamiento de la materia que nos rodea, tanto en
forma como en magnitud y distancia, apreciado por nuestros
sentidos o por los mismos auxiliados por aparatos inventados y
construidos por el hombre para una mejor definición de la misma
apreciación, no hacemos pues alusión a algo sobrenatural ó
metafísico.
Dado que en el Universo se suceden muchos fenómenos o eventos
con períodos de tiempo, distancia y ubicación constantes,
denominados cíclicos, las leyes físicas junto a las matemáticas
desarrolladas por el hombre, nos permiten concluir con previa
anticipación lo que ocurrirá en un futuro cercano con un fenómeno
determinado.
El fenómeno que aquí nos ocupa se refiere a una posición de
alineamiento de nuestro Sol y algunos de sus planetas con el
centro de la Galaxia, situado éste a una distancia medida en años
luz o distancia recorrida durante un año a la velocidad de la luz
(300.000 kilómetros por segundo), poco asimilable a nuestro
sentido de orientación y percepción, y con una fuerza
gravitacional que afecta o influye a todos y cada uno de los
componentes de la misma galaxia en diferentes formas, con tantos
155
millones de soles o estrellas que conforman la Vía Láctea es
lógico pensar que estén ocurriendo en este momento una gran
cantidad de alineamientos disímiles no perceptibles por el hombre
y que no influyen en nuestro sistema solar, mucho menos en el
planeta Tierra. En lo particular, y es lo que nos atañe, es lo
referente al que ocurrirá, como dijimos, el 21 de Diciembre del
año 2012 durante el solsticio de invierno para el hemisferio
norte.
Conocido por el hombre el efecto de fuerza desarrollado por
la atracción de masas, como lo hace la Luna influyendo sobre las
mareas en la Tierra, tiene que tener sumo interés en estar a la
expectativa de lo que puede suceder el mencionado día, ya que se
pondrá en juego la interacción de grandes fuerzas ejercidas por
las masas del Sol y los planetas participantes, algunas mayores
que la de la Luna, en conjunción con el centro de la galaxia.
De esta interacción de fuerzas, unas pequeñas, y otras
grandes, dependiendo del tamaño y ubicación de cada planeta en la
alineación, aunada a otras circunstancias que aquí no estamos en
capacidad de definir, podemos decir que de alguna forma puede ser
afectado nuestro planeta como resultado de este concurso de
fuerzas, sin que tenga necesariamente que ser un cataclismo, y sí
una manifestación de admiración de las cosas que pueden ocurrir
en nuestro Universo, con una visión inédita e irrepetible para
nuestras actuales generaciones como ocurre cuando observamos un
eclipse total de Sol. Sin embargo los científicos especializados
en el tema son los únicos que nos pueden orientar mejor sobre
156
nuestra expectativa. No podemos presagiar sin cálculos, no
podemos imaginar situaciones de terror colectivo, no tenemos por
qué pensar, por ejemplo, que todos los planetas junto con el Sol
nos dirigiremos como un trencito en línea recta directo a las
fauces del agujero negro del centro de la galaxia donde
desapareceremos todos y para siempre.
Como se dijo anteriormente, los fenómenos cíclicos o
periódicos ocurren y concurren en tiempo y espacio según un
patrón de comportamiento establecido, que quizás pueden a su vez
combinarse entre sí formando un nuevo fenómeno cíclico en
ocurrencia y concurrencia; un ejemplo sería el caso del planeta
Venus, llamado el planeta de los 500 días por tener un período de
584 días en su movimiento total relativo de traslación apreciado
desde la Tierra, conocido y calculado por los Mayas, aunque su
movimiento real de traslación alrededor del Sol es de 224 días,
pues bien, este planeta en conjunto con el Sol y la Tierra
efectúan una alineación cada 105 años, habiendo ocurrido la
última en el año 2004, sin embargo parece que los tres
concurrirán también a la cita de la mencionada alineación que
está por ocurrir en el año 2012; pero no estamos buscando
enredarnos, los procesos de comportamiento de la Naturaleza
parecen ser sencillos, el hombre se encarga de explicarlos a
través de leyes hechas para su mejor entendimiento y comprensión.
Siendo la Vía Láctea una galaxia en forma de espiral plana
con cuatro brazos, y teniendo un diámetro aproximado a la
distancia recorrida a la velocidad de la luz durante cien
157
millones de años (100.000.000), ubica a nuestro sistema solar en
uno de sus brazos a una distancia de su centro equivalente a las
dos terceras partes de su radio, o sea en el extremo de los dos
tercios de cincuenta millones de años luz de distancia, algo así
como unos 32 millones de los mismos. Cabe pues imaginarse la
cantidad de estrellas y posibles sistemas solares que se
interponen entre el nuestro y el referido centro, supuestamente
un llamado Agujero Negro con un poder o fuerza gravitacional
teóricamente capaz de atraer, absorber como un embudo y
desaparecer poco a poco todo lo que lo rodea dentro de sus
propios límites, un diámetro de cien millones de años luz.
Fig. 48 Dibujo explicativo de la forma y tamaño
de nuestra galaxia, La Vía Láctea.
158
Para que nuestro sistema solar tenga un fin parecido a lo
descrito anteriormente, tendremos que esperar a que desaparezcan
primero las dos terceras partes de los miles de millones de
estrellas que iluminan el cielo de nuestras noches.
Acercándonos a distancias menos engorrosas como sería la
limitante de nuestro sistema solar y analizando posiciones o
ubicación de los componentes del mismo, nos encontramos con que
si situamos en la eclíptica o plano ideal sobre el cual se
traslada la Tierra alrededor del Sol, y al cual están referidos
los demás planetas en sus respectivos movimientos de traslación,
incluido Plutón que tiene una órbita muy irregularmente
inclinada, un imaginario segmento de línea recta con el Sol en el
medio del mismo, obtendríamos un sin número de alineamientos
dependientes de donde estén ubicados los planetas para el
momento, todos a la izquierda o todos a la derecha, unos a la
izquierda y otros a la derecha, cuantos y cuales a cada lado,
aparte de si están sobre la línea recta ó cercanos y fuera de
ella; si también consideramos la posición, para el momento, de la
totalidad de satélites del conjunto de planetas alineados y la
dirección en que se orienta la alineación, apuntando o no al
centro de la galaxia, la teoría combinatoria, matemáticamente
hablando, nos sorprendería con un listado enorme de disímiles
situaciones o tipos de alineamiento, incluyendo aquellos donde no
participa la Tierra. De entre todos ellos, uno sería el tipo que
se dará en el año 2012, y del cual sí participará nuestro
planeta.
159
Pues bien, el alineamiento al que nos hemos venido refiriendo
se ha calculado que sucede cada veintiséis mil años (26.000), así
que caminando hacia atrás en el tiempo nos encontramos con que la
Tierra es veterana participante de este evento en particular, lo
que nos dice que si cada vez que se repitió este fenómeno hubo un
cataclismo, con los años que tiene de existencia, la Tierra
estaría hecha añicos o hace tiempo que no existiera si todos los
componentes de la Vía Láctea ya hubieran sido chupados por el
agujero negro mencionado.
Fig. 49 Dibujo que muestra una forma de
Alineamiento ya sucedido.
160
Podemos pensar en consecuencias, desde las imperceptibles
hasta las que pueden causar asombro, pasando por las moderadas,
quedando claro que habiendo causa tiene que haber efecto, y en
este caso habrá algún efecto lógicamente.
Como efecto, por ejemplo, se pudiera pensar hipotéticamente
en un alejamiento de la Luna hasta una distancia desde la cual ya
no influiría en las mareas ni afectaría los cultivos, cambiando
de esta forma los hábitos de pesca y siembra así como el de los
enamorados; lo contrario, el acercamiento, aumentaría las mareas
y la influencia en los cultivos, y se multiplicarían los
enamorados contemplando una muy hermosa luna llena, total,
generaría en ambos casos cambios de costumbre y nuevas
realidades; pudiera ser también que un cambio hiciera variar el
ángulo de veintitrés grados (23º) que tiene de inclinación el eje
de la Tierra con respecto a la normal o vertical al plano
horizontal ideal del sistema solar o eclíptico: si aumentara
habría una mayor inclinación y la franja tropical también
aumentaría acercándose hacia los polos los límites del trópico,
Cáncer y Capricornio, con lo cual las regiones polares
disminuirían; si el citado ángulo disminuyera, los límites del
trópico también lo harían y se acercarían más al ecuador
terrestre, la franja tropical disminuiría, las regiones polares
aumentarían y las estaciones variarían menos tornándose más
estáticas a medida que fuera mayor la disminución del referido
ángulo, la superficie de la Tierra se convertiría en regiones de
invierno y verano casi permanentes, quedando a su vez los
eclipses de Sol y Luna a la orden del día según lo que ocurriera
con ésta ultima; todo lo descrito traería su respectiva
consecuencia como cambio de patrones climáticos, cambios en el
comportamiento humano, variaciones genéticas, etc.
161
Fig. 50 Representación del ángulo de Inclinación
que mantiene la Tierra hacia la derecha.
162
Todo lo anterior es a manera de ilustración a través de
ejemplos hipotéticos, suposiciones de algo que pudiera suceder y
que sería en todo caso muy extremoso.
Los que hemos llamado efectos imperceptibles no tenemos mucho
que hablar pues sería simplemente eso, imperceptible.
Recién, en el año 2000, como nos muestra la figura 49, hubo
un alineamiento donde la tierra estaba a un lado, el Sol en
medio, y cinco planetas al otro lado, el cual no pudo ser
observado pues el Sol no nos permitía verlo de día, y de noche
los observadores estábamos con la cara contraria al sitio donde
sucedía el evento, de tal manera que el común no nos dimos cuenta
de nada perceptible.
La faja tropical que circunda el globo terráqueo, existente
entre los límites imaginarios a ambos lados de la línea
ecuatorial, conocidos como trópico de Cáncer al Norte y trópico
de Capricornio al Sur, debe su amplitud a los veintitrés grados
(23º) de inclinación que tiene el eje alrededor del cual gira la
Tierra en su movimiento de rotación diaria, con respecto a la
perpendicular trazada al plano imaginario de nuestro sistema
solar sobre el cual, como se dijo, se lleva a cabo la traslación
de los planetas alrededor del Sol.
Debido a ésta inclinación mencionada, es que nos parece que
el Sol tiene un movimiento de desplazamiento en el firmamento de
Norte a Sur y de Sur a Norte durante el año de traslación de la
Tierra, dando origen de esta forma a la existencia de cuatro
estaciones anuales sin las cuales la vida sería diferente a como
la conocemos actualmente.
163
El origen de la inclinación es posible que se deba a la
teoría de la colisión que se supone sucedió en tiempos pretéritos
entre un cuerpo de gran tamaño, asteroide o planetoide, y la
Tierra, que hiciera perder la verticalidad del eje de la misma y
posiblemente también diera origen a la formación de la Luna.
Regresando a la posibilidad de algún cambio, no es de
esperarse que suceda en un instante tan preciso como lo hace un
interruptor eléctrico para apagar o encender un bombillo, ó dar
paso a la corriente eléctrica que inicie el movimiento de un
motor. Es de preverse que acercándose la fecha, los integrantes
de la mencionada alineación irán concurriendo poco a poco a la
cita según su posición y velocidad de movimiento en su recorrido
alrededor del Sol, con lo cual la influencia del fenómeno sobre
la Tierra se iría efectuando también poco a poco, aumentando
hasta llegar el momento de la esperada alineación, que no
precisamente tiene que ser linealmente perfecta como cebollas
ensartadas en una varilla perfectamente derechita, de igual
manera los efectos irán disminuyendo paulatinamente después de
ese momento máximo de la misma forma que comenzó a darse el
fenómeno, como ocurre con un eclipse de Sol, lo cual significa un
lapso de tiempo durante el cual estaríamos afectados de menos a
más y de más a menos. Queda por decir al respecto que el momento
máximo tampoco tendría las características de un rayo láser ó un
cañonazo neutrónico que desintegre en un instante nuestro planeta
Tierra, que de paso nos proporcionaría una muerte sutilmente
inconsciente e indolora.
Antes de sucedernos lo anteriormente dicho, el agujero negro
de nuestra galaxia pulverizaría primero a millones de soles que
se interponen entre el nuestro y el citado centro galáctico,
produciendo tal vez una especie de fuegos artificiales
164
maravillosos que de repente no tendríamos la oportunidad de
apreciar, pues dependería de nuestra ubicación a uno u otro lado
del Sol para el momento.
Se habla de la posibilidad que, para la fecha referida, se
produzca un impresionante eclipse total de Sol, al respecto
podemos decir que han sido calculados y publicados los que
ocurrirán antes y después: para el año 2010 se anunció un eclipse
total que efectivamente ocurrió el 11 de Julio, en el 2011 no
hubo, en el 2012 tendrá lugar el 13 de Noviembre, y en el 2013 se
producirá el 3 de Noviembre, etc.
Como un dato pertinente apuntamos aquí que los eclipses se
repiten cada 18 años y 11 días o el tiempo que dura en ocurrir
223 lunaciones ó ciclos efectuados por la Luna alrededor de la
Tierra. Durante ese período se llegan a producir 70 eclipses de
los cuales 29 son de Luna y 41 de Sol. Teniendo el mencionado
ciclo un período de tiempo relativamente corto, suponemos que los
Mayas, incansables observadores, pudieron manejar la predicción
de los mencionados eclipses para tenerlos en cuenta a la hora de
predecir un “final de los tiempos”.
Quedaría pensar en la interposición de Mercurio ó Venus por
ser los planetas interiores existentes entre el Sol y la Tierra,
pero la distancia que nos separa de ellos es tan grande que se
apreciarían como pequeñas manchas solares. Resumiendo, nos
quedaría ver por la noche de la anunciada fecha algunos de los
planetas exteriores como Marte, Júpiter y Saturno en una
secuencia inusual, no así Urano y Neptuno por estar muy alejados,
y más aún Plutón, el más lejano, que como se dijo tiene una
órbita tan irregular que se le hace difícil calificar para este
evento.
165
La civilización Maya estipula como “el comienzo de los días”
una fecha datada en su sistema calendárico de cuenta larga, que
los estudiosos ó especialistas del tema hacen coincidir con el 13
de Agosto del año 3.114 antes de Cristo, y ponen esos mismos
Mayas como fecha de “el final de los tiempos” la que coincide con
la nuestra del 21 de Diciembre del año 2012; estamos ante un
lapso de tiempo de 5.124 años que sería algo así como la quinta
parte del período de 26.000 años ya mencionado.
Conociendo como premisa la costumbre Maya de adoptar y
manejar eventos cíclicos como directrices en su comportamiento
cotidiano a corto y largo plazo, vemos que no coinciden en tiempo
de duración ambos períodos (5.124 y 26.000) que aquí describimos,
y por lo tanto podemos conjeturar que “el comienzo de los días”,
que para ellos se inicio el año 3.114 antes de Cristo, marca
quizás un evento del cual no tenemos referencia como algo
extraordinario acaecido en esa fecha, que desde luego debió tener
mucha importancia para ellos, y que termina, dicho ciclo, cuando
otro independiente de 26.000 años lo hace justamente en la fecha
común del año 2012 a la que ya nos hemos referido.
Los Mayas para el año 3114 antes de Cristo, y los
subsiguientes o descendientes, pudieron haber fechado un evento
que pasó oralmente como una tradición ò escrito de alguna forma
de generación a generación, para esa fecha no había escritura
formal conocida, no sabemos qué evento pudo haber marcado ese
inicio pues con tanta destrucción de códices con alguno
desapareció esa posibilidad, lo que sí se puede asegurar
actualmente es que hace 26.000 años el hombre quizás no había
pisado lo que hoy llamamos América y los Mayas no existían como
tales. De lo que pudo ocurrir durante la alineación anterior a
166
la que esperamos, hace 26.000 años, los que la pudieron ver no lo
legaron de ninguna forma conocida a la fecha, ya que ninguna de
las civilizaciones desaparecidas ó actuales nos habla de ello.
Posiblemente la fecha descrita como “el comienzo de los días”
no fue sugerida por los Mayas pues para el año 3114 a.de C. aún
no se habían estructurado como una civilización de avanzada, en
cambio de los Olmecas se dice que ya estaban constituidos como
civilización, y por lo tanto cabe la posibilidad que para ese
entonces poseyeran un calendario en donde basarse para determinar
con él esa fecha, como inicio de una nueva realidad producto de
un suceso especial que debieron tomar como un cambio bastante
radical que les invirtiera su forma de vida anterior. No vale la
pena preguntarnos desde cuando eran poseedores de ese maravilloso
calendario tan exacto, pues “la noche de los tiempos”, como se
suele decir, no nos lo deja ver, pero podemos sugerir que era el
mismo que siglos después manejaban muy bien los Mayas,
manteniendo por tradición apuntado el momento en que se dio el
suceso, usándolo a su vez para sus dataciones particulares ó como
referencia inicial para los fenómenos que en el tiempo iban
observando y estudiando.
Los recopiladores de la historia dan como cierto un suceso
ocurrido 3.000 años antes de Cristo con características
universales, refiriéndose al ambiente del planeta Tierra, al cual
se le denomina Diluvio Universal. Se apunta aquí que la
referencia a lo llamado por mayas y olmecas como “el comienzo de
los días” pudo ser el concluir de un evento, devastador en alguna
forma, que casualmente es casi concordante en el tiempo de
ocurrencia con lo descrito anteriormente. Este evento se pudiera
tomar como un cuarto cataclismo conocido del cual, al igual que
con el anterior hace diez u once mil años, se desconoce su causa.
167
Los cronistas españoles de la conquista refieren que Gil
González de Ávila, llegado al territorio del cacique Nicarao en
la actual Nicaragua de Centro América, se asombrara que éste le
hablara de los movimientos de la Luna y un diluvio de
proporciones cataclísmicas ocurrido en el pasado y guardado por
tradición.
Por todo lo anterior expuesto podemos decir que los Mayas no
pudieron asociar “el final de los tiempos” con una alineación
planetaria que desconocían, usándola como inicio o final de un
ciclo particular, se puede especular que pudieran conocerla por
intermedio de una civilización extra planetaria que los visitó y
les indicó que para el 2012 de nuestra era se completaría un
ciclo en nuestra galaxia que originaría un fenómeno que afectaría
al planeta, lo cual los Mayas interpretaron como “el final de los
tiempos”, solo que esto sucedería para ellos muchos años antes
con la desaparición, con visos de misterio, de los logros
alcanzados por esa civilización.
Quizás el Valúm Botám que muchos referían haber conocido y
del cual esperaban su regreso, les había dado esa fecha
prometiéndoles un regreso de auxilio. En un mar de suposiciones
posibles, cualquiera de ellas con visos lógicos se puede tomar
como ayuda para aclarar nuestros temores.
Así como la fecha de “el comienzo de los días” para los Mayas
no concuerda en lo más mínimo con el inicio de la vida sobre la
Tierra, “el final de los tiempos” tampoco tiene que concordar con
el fin de la misma. Habría que ver también hasta dónde se puede
aceptar como correcta la traducción de ambas frases, para poder
darles una aplicación concordante.
168
Otro planteamiento muy posible, dentro del marco de lo
hipotético, sería que el ciclo al que ellos se referían tenía
como final el día que la Tierra ocupara la posición en el punto
de la elipse descrita por su recorrido alrededor del Sol, que
marcara el solsticio de invierno para el hemisferio Norte, y
concordante con un Baktún 13 de su cuenta larga calendárica, pues
tanto los referidos solsticios como los equinoccios los conocían
muy bien usándolos para ubicar edificios ceremoniales y producir
efecto de luz y sombra, como actualmente se puede apreciar en la
pirámide de El Castillo en Chichén Itzá durante los equinoccios,
incluso para ejecutar sacrificios, siendo lo referido, un ciclo
particular que terminaba para empezar otro pero nada que ver con
un alineamiento planetario desconocido por ellos.
El comportamiento social de cada pueblo, raza ó civilización,
con respecto a la interacción humana, viene definido por el
producto de muchos factores que actualmente pudiéramos decir
comienza por el legado genético, todo un proceso afectado por el
medio ambiente (fauna, geografía, clima, entre otros) en lo
físico, así como las tradiciones y leyendas pasadas de generación
a generación con sus tabúes y ceremonias en lo espiritual.
Todo lo anterior conlleva a la formación social de una
civilización, cualquier cambio en lo expuesto trae como resultado
un desequilibrio en lo establecido, esto sucedería de ocurrir en
el año 2012 algo que pudiera afectar al globo terráqueo y con
ello de alguna forma a toda la humanidad, teniendo como resultado
obligatorio un cambio en las relaciones interpersonales tanto
entre los habitantes de trato constante como entre las naciones.
Actualmente entre los descendientes Mayas existen diferentes
dialectos, razón quizás de su dispersión como un todo incapaz ya
169
de volver a sus raíces, guardan sí las mismas costumbres
cotidianas de supervivencia de cualquier pueblo olvidado, guardan
genéticamente las características de una raza muy particular,
pero nada que nos haga suponer nexos con los constructores de las
pirámides monumentales que nos llenan de admiración con los
glifos y jeroglíficos transmisores de narraciones que nos
desconciertan, pues en muchos casos se desconocen sus contenidos
y se hacen malas interpretaciones que vienen a modificar el grado
de conocimiento que ellos tenían, quedándonos con la facilidad de
atribuirlo al consabido inframundo y chamanes que, cierto ó no,
nunca podrán volver al presente la grandeza de sus antepasados.
Tal vez hubo un adelanto en años de ese “final de los tiempos”
que ellos pudieron haber esperado para el 2012 de nuestro
calendario actual, y que viene a formar parte de todo lo que nos
intriga sobre los mismos.
Toda cavilación es válida, lo que no podemos hacer son
suposiciones hipotéticamente imaginativas sobre algo que nunca se
dijo, pues esto da pie a interpretaciones erradas y por tanto
llamadas a confundir la imagen de un pueblo que, sin demeritar
todos sus conocimientos, no pudo haber sabido cuándo y cómo
sucedería el fin del mundo, y que apenas se atrevieron a
sospechar el final de una época o ciclo particular.
A los habitantes común y corriente nos queda esperar, pues lo
que ha de suceder sucederá, avocándonos a la idea positiva que de
haber algún cambio, este marcará el inicio de otra etapa de mejor
comportamiento del ser humano sobre la faz de la Tierra debido a
las circunstancias que resulten del fenómeno en ciernes.
A todas estas, es más de temer el acercamiento a la Tierra
por parte de un asteroide identificado por los astrónomos con el
170
nombre de Apophis. El mencionado asteroide describe una elipse en
su movimiento alrededor del Sol, de tal manera que se interpone
ocasionalmente con la trayectoria descrita por la Tierra en su
movimiento de traslación alrededor del mismo Sol. De estas
interposiciones algunas pueden estar cerca del paso de nuestro
planeta, despertando el lógico temor de que se pueda producir una
colisión. El paso anterior con las características mencionadas,
en el año 2004, permitió a los astrónomos calcular su próximo
acercamiento a ocurrir el 13 de Abril del 2029, lo que hace esa
fecha de mucha importancia para la humanidad.
De igual forma que lo anterior, debe temerse también el
inicio a corto plazo de una tercera guerra mundial con armas
nucleares, debido a que todo el proceso de la evolución de la
vida puede terminarse rápidamente a causa del mal comportamiento
del recién llegado ser humano, que actualmente tiene la capacidad
de apretar un botón y de esta forma desencadenar la extinción de
toda clase de vida, incluyendo por supuesto la raza humana,
quedando, si acaso, el cúmulo de bacterias almacenadas por ahí
con todos los malos propósitos que encierran ellas mismas, lo que
significaría el comienzo, tal vez, de otro ciclo de vida parecido
al que nos ha precedido. Todo esto es más factible que el pensar
en una profecía que además de inexistente, porque nunca se dijo
en el sentido que se le ha querido dar, no tiene asidero
razonable ó científico.
Al final de cuentas sería bueno para la humanidad un
comunicado temprano y aclaratorio por parte de la sociedad
mundial de científicos, quienes tienen una labor loable por su
persistencia y tenacidad que los convierte en sacrificados por el
bien de la humanidad, pero que a veces no nos echan el cuento
completo guardándose para ellos temores posibles, por no ser
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imprudentes, pero que en oportunidades dejan filtrar
aprovechándose de ello los especuladores del temor racional,
únicos culpables de tanta inquietud generada donde no tiene nada
que ver la civilización Maya que reposa en paz envuelta en sus
grandes logros.
Lo que se ha expuesto en esta tercera parte, tiene como
propósito desvirtuar en lo posible tanto temor acumulado por lo
que pueda ocurrir durante el fenómeno descrito y previsto a
suceder en la fecha mencionada, causa de estos temores es el
exceso de información con particularidades divergentes entre
ellas, tendiendo de esta manera más a confundir que aclarar y
llevar sosiego a los interesados.
No se pretende, por supuesto, remitir al lector a una
posición de seguridad cien por ciento de que nada ocurrirá para
entonces y para el resto de nuestras vidas en un planeta Tierra
eternamente sin peligro. Desde que ésta se formó y durante la
existencia de la vida en ella, ha estado expuesta a todos los
avatares por el hecho de pertenecer a un universo cambiante, en
constante transformación, un universo que tiene por límite el
infinito que para nuestros sentidos significa el nunca acabar por
los siglos de los siglos; un ejemplo, el más sencillo quizás, es
que la luz recorre durante los 365 días del año la distancia de
nueve billones cuatrocientos sesenta mil ochocientos millones de
kilómetros (9.460.800.000.000 km.), la estrella más cercana a
nuestro Sol llamada Alfa (ά) de Centauro se encuentra a 4.3 años
luz de distancia, sacando la cuenta nos encontramos con una
cantidad representativa de kilómetros desconcertante tanto para
recorrerla como para contarla uno a uno. En cambio es más fácil
quedarnos con el corto tiempo de 8 minutos que tarda en llegarnos
la luz emitida por nuestro sol ó el fácil recorrido de apenas
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cuarenta mil kilómetros (40.000 km.) que tiene la circunferencia
alrededor de la Tierra en el paralelo cero del Ecuador.
El hombre actualmente vive una etapa en que puede obtener
información de lo que ocurrirá en un futuro en el universo
cercano que nos rodea, sin basarse en la adivinación ó profecías
extraviadas, controversiales y manipuladas, sin que esto
signifique la total incredulidad sobre la profetización seria.
Indudablemente no tiene la capacidad de cambiar o acomodar un
suceso cósmico, tiene que aceptar con resignación lo que pueda
ocurrir remitiéndose consoladoramente a la posibilidad de que el
evento sea variado por alguna circunstancia imprevista. El
asteroide cuya trayectoria se prevé lo lleve a pasar cerca de la
Tierra en el 2029, está condicionado a poder tener una colisión
con otro asteroide que lo desvíe para acercarse más ó alejarse,
los astrónomos tienen una observación pertinente y permanente
esperando que pase sin novedad.
Lo que sí se puede cambiar es la extinción de la humanidad
por parte del mismo hombre, haciendo conciencia y respetándonos
los unos a los otros.
En lo material el hombre siempre ha tenido y tendrá temor de
lo inesperado proporcionado por el cosmos, en lo espiritual cada
quién se aferra a sus creencias que indudablemente juegan un
papel importante en la existencia del ser humano. Los que
vivieron antes de nosotros y los que vivirán después, tuvieron y
tendrán las mismas interrogantes que ahora nos intrigan. El
Universo es infinitamente vasto, demasiado en todo aspecto para
el ser humano.
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Dibujos y Fotografías.
Fig. 1 2 3 4 5 Autor
Fig. 6 7 8 9 es.wikipedia.org/wiki/palenque.
Fig. 10 Revista National Geographic
Fig. 11 12 13 es.wikipedia.org/wiki/palenque.
Fig. 14 Autor.
Fig. 15 Colección Infinito. Edit. Kier
Fig. 16 Extracto figura 10
Fig. 17 17a 18 19 20 Autor.
Fig. 21 22 23 24 Autor.
Fig. 25 El mundo de la Aviación
Publicaciones EGC
Fig. 26 Autor.
Fig. 27 28 29 30 EL mundo de la Aviación
Publicaciones EGC
Fig. 31 32 33 34 35 Autor.
Fig. 36 37 38 39 40 41 Autor.
Fig. 42 El mundo de la Aviación
Publicaciones EGC
Fig. 43 44 45 46 47 Autor.
Fig. 48,49 Ciencias de la Tierra
Ediciones Santillana.
Fig. 50 Autor.
174
Bibliografía
El mundo de la aviación, Ediciones EGC.
Ciencias de la Tierra y el Universo, Ediciones Santillana.
Palenque, es.wikipedia.org/wiki/palenque.
Diccionario enciclopédico LAROUSSE.
Enciclopedia SARPE de la Astronomía.
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