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Una historia de nuestras ideas
Dirigida a un pblico amplio, la nueva Introduccin al pensamiento uruguayo busca
identificar las lneas de pensamiento filosfico imperantes en Uruguay desde Artigas hasta el
presente, pasando por Rod, Vaz Ferreira y Ardao entre otros, con alguna relevante omisin.
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Carlos Vaz Ferreira
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Carlos Quijano -
ensayo filosfico -
pensamiento filosfico en Uruguay -
Jos Enrique Rod -
Carlos Vaz Ferreira -
Mario Sambarino -
Arturo Ardao -
Jos Luis Rebellato
Daniel Morenavie jul 24 2015 04:02
Hay dos libros capitales sobre historia del pensamiento en el Uruguay. Proceso intelectual
del Uruguay (1930), de Zum Felde; y Etapas de la inteligencia uruguaya (1971), de Arturo
Ardao. El Proceso abarca hasta 1930; Etapas hasta 1969. Etapas es una recopilacin de artculos temticos (piezas desprendidas de otros estudios de Ardao), orgnicamente
dispuestos, que van desde el examen de contenidos del primer curso de filosofa dictado en
Montevideo hasta "Despedida de Emilio Frugoni", una nota de 1969 escrita cuando la muerte
del poltico. El Proceso, reconstruye la tradicin intelectual segn coordenadas principalmente literarias, desde la proto-escritura hispanoamericana en tiempos de la colonia
hasta la llamada Generacin del Centenario (1930). La Berisso y Horacio Bernardo en la
nueva Introduccin al pensamiento uruguayo escogen otro camino. Casi la mitad (cinco de
once captulos) est dedicada al estudio exclusivo de un pensador, para lo cual eligen
momentos significativos de la historia del pas y evocan a un intelectual representativo, en
funcin de su competencia filosfica. As estn Rod y Vaz Ferreira para el 900; Sambarino
y Ardao para la Generacin Crtica del 45; Rebellato para el perodo posterior a la ltima
dictadura. Estos captulos unitarios son monografas, con un estudio detallado de obra y
fuentes. Los otros seis (el resto del libro) funcionan como marco histrico: sumario de
corrientes, tendencias, escritores influyentes, intelectuales filosficos (Carlos Quijano, por
ejemplo). La investigacin comprende desde las primeras lecciones de escolstica impartidas
a fines del siglo XVIII hasta las ideologas nacientes a fines del siglo pasado neoliberalismo, filosofa de la liberacin-. Un alcance temtico que convierte a Introduccin al pensamiento
uruguayo (ganador del Premio Categora Ensayo del MEC 2014 y del Premio Pensamiento
de Amrica Leopoldo Zea) en fuente muy reciente de consulta en filosofa nacional.
Probablemente, la ms actual.
ENFOQUE
Berisso y Bernardo manejan dos lenguajes. El del comentario filosfico, con una gama muy
precisa de palabras simples, para enunciar anlisis de obras no siempre simples; y el de la
historia, informativo, como contexto, sin pretensin de novedad interpretativa. Entre ambos
lenguajes, en intersecciones frecuentes, se da una refundicin de planos. La filosofa de la
historia. La historia de la filosofa.
No obstante, el lugar que ocupa la historia es el de una ciencia auxiliar, como marco,
subordinada. Lo cual permite, por un lado, un relato analtico sin la abstraccin conceptual
pura y dura; y por otro, eludir los excesos descriptivos, tan caros para el historiador promedio
y que tanto sueo provocan al lector. La historia, segn los autores, es una herramienta adicional de comprensin. Funciona como marco de referencia de las tensiones intelectuales y controversias sostenidas en el pas, desde el artiguismo y antes hasta nuestros das.
Binomios tales como escolstica liberalismo / espiritualismopositivismo / filosofa de la
liberacin- neoliberalismo, son considerados fuente conceptual primaria, motor de los
hechos. La historia propiamente dicha constituye un teln de fondo. El teatro del
pensamiento, entonces, surge de la filosofa, de la religin, de la ciencia, luego se instala en
un ambiente social determinado y finalmente ocasiona mutaciones en diversos campos,
generando el hecho en s, lo histrico. As, para el siglo XIX, el espiritualismo eclctico de
Cousin deviene romanticismo en literatura, y la teora darwiniana sobre el origen de las
especies suscita en el campo sociolgico el positivismo evolucionista ingls. Ambas
corrientes, con influencia y adeptos en Montevideo, determinaron aspectos educativos
cardinales en la ingeniera de nuestra sociedad. En la evolucin del caso, el positivismo,
cientfico y anti-estatista (su principal fuente es Herbert Spencer, y uno de sus principales
expositores en Montevideo, Jos Pedro Varela), prim casi medio siglo (algo suavizado por
la reforma educativa); hasta que Batlle y Ordoez, a partir de un nuevo espiritualismo de
corte krausista, reconfigur a principios del siglo XX la fe popular en el Estado. Ese esquema
de filiacin conceptual, vinculante de nombres a diversas corrientes y de sistemas, o ideas a
su devenir, funciona como lgica interna del libro, permitiendo comprender los cambios y las
permanencias, las vueltas en espiral del pensamiento en la comarca. A lo largo del volumen,
el esquema presenta referentes intercambiables, pero no vara su estructura. Es, por as
decirlo, el hilo que va enhebrando las cuentas.
ARTIGUISMO
Berisso y Bernardo inician su trabajo rastreando el ideario de la revolucin artiguista
siguiendo los documentos que insinan pautas sobre la filosofa poltica del movimiento.
Montesquieu y Thomas Paine, por ejemplo, por va de las Instrucciones del Ao XIII. Respecto al Reglamento de Tierras de 1815 relativizan la influencia de Flix de Azara,
que elabor un proyecto economicista cuya primera finalidad era aumentar la produccin (mientras que) la inspiracin filosfica del artiguismo en el terreno econmico no fue
productivista sino tica y poltica. Tambin pesquisan vocablos. As, las palabras soberana, o libertad, dependiendo del contexto, son relacionadas inductivamente a pensadores y
pensamiento de otras latitudes. Si bien no hubo manifiestos filosficos surgentes en la
emancipacin, se afirma una vez ms la relevancia de Barreiro y de Monterroso, secretarios,
en la redaccin de escritos clave del periodo. Se postula a Dmaso Antonio Larraaga como
tal vez, el primer filsofo.
POSITIVOS Y ESPIRITUALES
Una vez desdibujado el proyecto artiguista, tras la ascensin del partido rosista en Buenos
Aires y el exilio en Montevideo de los unitarios, comienza una marcada influencia intelectual
de Buenos Aires sobre Montevideo (ciudad que desde la expulsin de los franciscanos, en
1811, pervivi sin enseanza de filosofa). La influencia se hizo patente en el pensamiento
posterior a la formacin del Estado, con la presencia de Alberdi, de Miguel Can, de Jos
Mrmol. Figuras "a travs de las cuales se produjo la introduccin del sansimonismo en el
pas, corriente precursora del positivismo que influira dcadas despus. Una figura de gran
incidencia en esta etapa (dcada del 30) fue Juan Bautista Alberdi, quien influira sobre
Andrs Lamas. Juntos los dos, ms Can, fundaron El Iniciador, peridico que marc la influencia del sansimonismo y un hito dentro del tratamiento del problema filosfico rector
del siglo XIX.
En oposicin al positivismo aparece el espiritualismo eclctico. La doctrina, concebida por
Victor Cousin, segn la cual el mundo se halla constituido, en su fondo ltimo, por lo espiritual, fue expuesta en Montevideo a partir de 1848. Desde el punto de vista literario (el espiritualismo) devino en romanticismo. () Desde el punto de vista poltico, influy en el principismo () Desde el punto de vista religioso, el espiritualismo eclctico se vincul con el racionalismo, el cual fue origen del librepensamiento y la tendencia antidogmtica de la
filosofa posterior. Berisso y Bernardo atribuyen a esta doctrina la influencia (a largo plazo) sobre el laicismo, corriente que si bien tuvo como protagonista a la Sociedad de Amigos de la Educacin Popular, tuvo como antecedente el Club Universitario, de tendencia
espiritualista. El principal exponente del espiritualismo en Montevideo fue Plcido Ellauri, a partir de 1852, desde la ctedra de filosofa.
Ahora bien, ni Andrs Lamas, ni Plcido Ellauri, ni ningn otro intelectual del siglo XIX
llama lo suficiente la atencin a los autores, filosficamente hablando. No se dan
explicaciones al respecto. Cabe suponer que ello se debe a que en aquel perodo incipiente de
la formacin del Estado, hacia 1850, mitad por las guerras, mitad por regmenes excesivos,
mitad por el ambiente poltico encarnizado (as de impreciso es el lgebra del siglo), la
actividad intelectual sistemtica en el plano de la filosofa era impracticable. Recin hacia el
ltimo cuarto de siglo, desde la tribuna del Ateneo, se plantea la oratoria como
argumentacin a favor y en contra de las doctrinas, y se estabiliza cierta produccin
intelectual de contenido filosfico como sustrato de las conferencias. Ese material fue
rigurosamente publicado en Anales del Ateneo, desde 1881 a 1886, los aos de apogeo de la
institucin. Del ao 1881 (cuando ya el positivismo se impona al espiritualismo), data lo que
Zum Felde considera uno de los ensayos mayores del siglo en el Ro de la Plata: Crtica de la
moral evolucionista de Prudencio Vzquez y Vega.
DEL 900
Con Rod, el primer uruguayo influyente en el mundo de habla hispana, se inicia la serie de
captulos unitarios del libro. Este hombre silencioso, tmido, que pula los textos hasta la
fatiga, anotando en servilletas y en el puo de la camisa ideas al pasar, cuando los hombres
del ltimo cuarto del siglo XIX haban vaciado el Ateneo para dedicarse a la poltica y a las
profesionales liberales, era el nico que segua leyendo en esa misma biblioteca, horas por
da, solo, de la maana a la noche. Rod dio el salto cualitativo, es decir, hizo su transicin de
ser ledo entre nosotros a ser ledo en hispanoamrica a travs del Ariel, esa especie de
evangelio latinoamericano, (de) sermn laico () un gnero mixto entre lo literario y lo filosfico. Segn Henrquez Urea (citado en la obra) Rod es el primero, quizs, que entre nosotros (los latinoamericanos) influye con solo la palabra escrita. Berisso y
Bernardo dan cuenta del xito de Ariel por la necesidad espiritual y de esperanzas de la juventud del 900 y por tratarse de una fuerte crtica a una nueva potencia en ascenso: los Estados Unidos de Amrica, ya por entonces una sociedad acrticamente admirada, imitada. El trmino empleado por Rod para esa fascinacin fue Nordomana. Como si en aquella
hora sintiera acuciante el modelo de lo que estaba por venir. Dice: niego al utilitarismo norteamericano ese carcter tpico con que quiere imponrsenos como suma y modelo de
civilizacin. Los autores llaman la atencin sobre el hecho de que los intelectuales del 900, a raz del impacto de la lectura, se proclamaban a favor o en contra del ensayo en arielistas o
anti arielistas. Otras obras de Rod comentadas en el artculo son Motivos de Proteo y El
mirador de Prspero. Y se releva la polmica entre Rod y Pedro Daz por el retiro de los
crucifijos de los hospitales, a raz de un decreto que Rod impugnara.
EL FILSOFO URUGUAYO
La obra de Carlos Vaz Ferreira es vasta, y la comentada en el libro, tambin. Le asignan
cincuenta pginas. Este es el nico artculo elaborado de forma conjunta por los autores. En
el resto del estudio la redaccin inicial de cada captulo fue una tarea individual, despus
enriquecida por la discusin de fuentes y por la crtica del colaborador. En el artculo "Carlos
Vaz Ferreira, el filsofo uruguayo", La Berisso realiza un somero anlisis de Moral viva y
Estudios pedaggicos, y Horacio Bernardo de Lgica viva. Tambin son aludidas otras
obras del filsofo, Sobre feminismo, Sobre los problemas sociales, como forma de
explicitar las aplicaciones prcticas de la Moral viva, pero con un desarrollo temtico menor.
El criterio seguido para la eleccin de la Lgica viva y la Moral viva se debe a cierta
demarcacin ligada a la intensidad creativa de Vaz Ferreira. Segn Berisso y Bernardo, entre 1905 y 1910, se sita su perodo ms fecundo. El pensamiento de Vaz se establece fundamentalmente sobre dos columnas: la lgica y la moral a las que califica de
vivas.
Lgica viva fue y es una obra influyente. No slo se sigue leyendo en el Uruguay y en el
exterior sino que an hoy es posible escuchar expresiones vazferreirianas como falsa oposicin, o la distincin entre cuestiones de palabra y de hecho en discursos o discusiones cotidianas. Esta vigencia reconfortara al propio Vaz, que considera la Lgica viva no un libro sino un tipo de libros, que podran escribirse en nmero indefinido, porque su materia es inagotable, y siempre seran tiles. La obra fue concebida (segn Vaz) con muchos ejemplos, tomados no solo de la ciencia, sino de la vida corriente, de las discusiones
diarias: destinado no a demostrar o aplicar ninguna doctrina sistemtica, sino solo al fin
positivamente prctico de que una persona cualquiera, despus de haber ledo este libro,
fuera algo ms capaz de razonar bien. Esta mdica finalidad que Vaz bosqueja en el prlogo a Lgica viva en la obra se ensancha de forma diversa: al considerar un error pensar
por sistemas y no por ideas; al plantear nociones como el instinto emprico (sentido
hiperlgico) para resolver dificultades explicativas insuperables; al formular el concepto del
psiqueo, como flujo mental interno, prelingstico, entendido como la fuente original del pensamiento; al insinuar la injusticia como una vulneracin de la lgica.
Moral viva es ms un programa que un ttulo. Siendo indisociable de la Lgica viva debido a su radical unidad en el sentir, tenindose en cuenta que el sentir es para Vaz orientador y an rector de el pensar, la Moral viva deslegitima el aprendizaje metdico por sistematizaciones, arguyendo que la enseanza bien entendida habr de darse no solo a travs de sistemas () sino a travs de la utilizacin de ideas que habiliten al individuo a pensar por s mismo. El camino moral que recorre Vaz es el de los ideales dolorosos,
arribando por esta va a una definicin de extraa lucidez mstica (extraa por tratarse de un
filsofo de raz lgica; no extraara en un filsofo como Unamuno, de raz teolgica). Se
trata de los Cristos oscuros. Estos Cristos son annimos, silenciosos, y su principal virtud es la abstencin. Abstencin del mal, de la crueldad, de la venganza que pudieran haber
causado incluso justificadamente. Ellos siguen adelante, ignorados, heroicos, desconocidos.
Su nmero es legin y marchan por la tierra, vertiendo la sangre por sus costados entreabiertos, el costado de Cristo herido por la espada del centurin romano. Practican una especie de inaccin benfica, callada, a favor de los dems. Berisso y Bernardo advierten
en estos ideales dolorosos elementos constitutivos de las dos tradiciones fundadoras de la cultura occidental, la juda y la griega.
GENERACIN DEL 45
La divisin en perodos empleada en Introduccin al pensamiento uruguayo fue realizada teniendo en cuenta los problemas centrales que la filosofa abord en el pas, as como las
caractersticas generacionales de las distintas etapas del pensamiento advierten los autores. As, de Vaz Ferreira, que haba publicado sus primeros trabajos a fines del siglo
XIX, se pasa al 45 y a la filosofa de Mario Sambarino (Canelones, 1918), cuya trayectoria
acadmica se divide entre Uruguay y Venezuela, donde vivi exiliado a partir de 1974. El ncleo de su produccin se ubica lejos de una perspectiva fuertemente ideolgica, sostienen Berisso y Bernardo; aunque Sambarino perteneci a la Generacin del 45, por definicin
crtica, publicando varios de sus trabajos en el semanario Marcha. De formacin
principalmente autodidacta la principal obra es un voluminoso libro, Investigaciones sobre la estructura aportico-dialctica de la eticidad (1959) escrito en Uruguay y considerado por los autores como un libro radicalmente original, de alto nivel y solidez en su fundamentacin. El filsofo argumenta con un extraordinario nivel de erudicin () que no existe ningn fundamento ltimo que garantice la validez o la primaca de algn ethos
sobre otro. Afirma y muestra que no existe una posicin tica preferida, en tanto que
preferible. Siendo una de las contribuciones filosficas ms relevantes en nuestro pas () su publicacin no logr trascender el medio acadmico local. De la estancia del filsofo en Venezuela, donde se verifica un salto temtico y hasta de estilo, data el ensayo La cultura nacional como problema (1969). Un ttulo que recuerda o parafrasea aquel de Methol Ferr,
El Uruguay como problema, publicado en 1967.
El otro pensador asociado al periodo es Arturo Ardao. Integrante de una corriente revisionista
avocada al estudio de la historia de las ideas en latinoamrica, Ardao sigui en paralelo a sus
estudios historiogrficos (Filosofa de lengua espaola, Etapas de la inteligencia
uruguaya, La Universidad de Montevideo) una lnea de investigacin filosfica signada por el estudio y el tratamiento de la nocin de inteligencia. Producto de ello son sus obras Lgica de la razn y lgica de la inteligencia y Espacio e inteligencia. La inteligencia es
para Ardao una facultad humana que incluye la razn pero que la excede, ya que se le adicionan la accin y la intuicin. Aunque en Ardao lo historiogrfico es indivisible de lo filosfico, la clasificacin habilita relacionar la variedad temtica. En cualquier caso, la lnea
historiogrfica y la investigacin filosfica ms pura se cruzan en un punto: en el concepto de la emancipacin mental. Ardao considera que para construir un pensamiento filosfico universal debe comenzarse por la emancipacin mental local o regional. Es desde lo
regional que el pensamiento se extiende y se libera.
Solidarios a la moral del 45, cuyo pensamiento se desenvolvi principalmente en la demolicin, estos filsofos tambin demuelen. Sambarino, al postular la relativizacin de la
tica. Ardao, al espacializar el pensamiento. En una lnea menos enftica, y sin apiarse a la
generacin, por aquellos aos tambin compona su obra Emilio Oribe. El gran ausente del
libro.
DICTADURA Y DESPUS
Los filsofos de la historia de las ideas (Leopoldo Zea en Mxico; Arturo Roig en Argentina;
Ardao en Uruguay) son matriz de la filosofa de la liberacin. En el Uruguay esta nueva rama
de la filosofa dio nombres vinculados a la teologa y a la iglesia catlica. Tal es el caso de
Juan Luis Segundo y de Jos Luis Rebellato, al cual est consagrado el ltimo artculo. El
contexto en el que surge la obra de Rebellato es el proceso militar, cuando ya el espritu intelectual de la Generacin Crtica se haba difuminado. Doctor en filosofa por la Pontificia Universidad Salesiana de Roma, Rebellato fue separado de la Iglesia por falta al
voto de obediencia, e impedido a trabajar como docente en la dictadura. Influido, entre otros,
por el marxismo de cuo gramsciano, Habermas y el pedagogo brasileo Paulo Freire, su
proyecto se puede catalogar como una crtica al paradigma o modelo hegemnico neoliberal, a la que se agrega la bsqueda y puesta en accin de mecanismos para su
transformacin. La influencia de Rebellato se patentiza en el rea de las ciencias sociales y de la educacin popular; sus libros desarrollan antes un estado de espritu que una filosofa.
Berisso y Bernardo destacan conceptos pilares de su pensamiento: la tica de la libertad, la
cultura como factor educativo, el concepto de democracia radical. Entre las obras
comentadas figuran La encrucijada de la tica (1995) donde Rebellato refuta autores como
Francis Fukuyama (centra su crtica en El fin de la historia, donde Fukuyama haba postulado el capitalismo de mercado prcticamente como el mejor de los mundos posibles) y Karl Popper; y tica de la autonoma (1997), obra en la cual se propone "la construccin
colectiva de pautas y valores que permitan que los sujetos puedan determinarse a s mismos
() o sea libertad para hacer y ser. Finalmente, los autores afirman que Rebellato no tuvo una influencia unnime ni form corriente dentro del pensamiento uruguayo.
PENSAR FILOSFICAMENTE
No siempre el mbito de la filosofa estuvo divorciado como hoy de la sociedad. Parece haber un abismo desde el 900 hasta la poca actual, y una gran diferencia entre la
Generacin Crtica y el presente. Si hubiera que asociar interlocutores del pensamiento a esos tres perodos, considerando el factor de la incidencia social de la filosofa, se nombrara
a Vaz Ferreira, el filsofo, hacia el 900; a Carlos Quijano, un intelectual filosfico, para el 45,
difundido masivamente a travs de la plataforma de Marcha; y para nuestra poca, la figura
genrica del comunicador o periodista de la filosofa, de actuacin itinerante en algunos
medios. Esta mutacin del nexo entre filosofa y sociedad no es casual. Hacia el 900, Vaz
Ferreira fue todo lo masivo que un filsofo puede llegar a ser en nuestro pas. El 45 (ms o
menos corporativamente) crey en la obligacin de los intelectuales de que deban cambiar a
los uruguayos politizndolos, tarea para la cual ti el pensamiento casi exclusivamente del
color de la filosofa poltica, desde el examen de las artes hasta la concepcin de la historia,
relegando o suprimiendo los mltiples matices de que se compone la materia. Actualmente,
siendo escasas las publicaciones temticas, y esas pocas de circulacin acadmica (y adems
sin una va equivalente al semanario Marcha, con un tiraje de hasta 50 mil ejemplares), el
vnculo entre filosofa y sociedad se reduce a contados espacios de radio y televisin. Este
cambio de variables puede no ser irreversible, y de hecho Introduccin al pensamiento
uruguayo es un relevo significativo que permite a los interesados no resignarse al discurso
meditico para acercarse a la filosofa hecha ac.
Redactado con claridad expositiva, sin por ello abaratar el pensamiento en juego; dirigido a
un pblico amplio, que no necesariamente debe estar familiarizado con la jerga, La Berisso y
Horacio Bernardo dan a conocer una obra viva, actual, relativa. Una muestra una de las tantas posibles- de quienes pensaron filosficamente en el Uruguay.
INTRODUCCIN AL PENSAMIENTO URUGUAYO de La Berisso y Horacio
Bernardo. Fin de siglo, 2014. Montevideo, 341 pgs.
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