View
219
Download
0
Category
Preview:
Citation preview
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA Y
RELACIONES INTERNACIONALES
Violencia Sacrificial y discurso de poder sobre seguridad
en la construcción del imaginario de los linchadores/vapuleadores:
Estudio de Caso del vapuleo “El Reducto” enero 2010 y su
correlación con los sujetos de seguridad generados en las propuestas
de marketing político del 2007 (UNE, GANA, PP).
TESIS
STEPHANIE ANACELIA LÓPEZ VILLATORO
Carné: 10222-07
Guatemala de la Asunción, marzo de 2012
Campus Central
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA Y
RELACIONES INTERNACIONALES
Violencia Sacrificial y discurso de poder sobre seguridad
en la construcción del imaginario de los linchadores/vapuleadores:
Estudio de Caso del vapuleo “El Reducto” enero 2010 y su
correlación con los sujetos de seguridad generados en las propuestas
de marketing político del 2007 (UNE, GANA, PP).
TESIS
Presentada al Consejo de la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales
Por:
STEPHANIE ANACELIA LÓPEZ VILLATORO
Carné: 10222-07
Previo a optar al título de:
POLITÓLOGA
En el grado académico de:
LICENCIADA
Guatemala de la Asunción, marzo de 2012
Campus Central
Dedico esta tesis…
A Dios,
Por ser mi guía y mi luz.
A mis padres,
Por su amor y apoyo incondicional.
A mi hermano,
Por ser mi compañero, mi cómplice y mi risa.
A mis licenciados,
Por alumbrar el sendero del conocimiento.
A mis compañeros,
Por acompañarme en la lucha por mis ideales.
Índice
0. Introducción…………………………………………………………………………….1
1. Objetivos………………………………………………………………………..2
2. Metodología…………………………………….................................................4
3. Estructura de la investigación…………………………………………………...6
I. Violencia y Víctima Sacrificial en Sociedad……………………………………………8
1. Teoría Mimética………………………………………………………………..10
a. Deseo mimético………………………………………………………..10
b. La rivalidad mimética…………………………………………………12
c. Crisis mimética o sacrificial…………………………………………...13
d. Fase de resolución “Chivo Expiatorio”………………………………..16
2. Víctima sacrificial: Chivo Expiatorio…………………………………………..19
3. Teoría mimética: ¿Solución o ilusión?................................................................21
II. Guatemala: Una sociedad violenta para un tiempo de crisis…………………………...24
1. Deseo Mimético: El origen……………………………………………………..28
2. Rivalidad Mimética…………………………………………………………….29
a. Estrés, histeria, amenaza…………………………………………..29
b. Ataque Sorpresa…………………………………………………...30
3. Crisis Mimética………………………………………………………………...32
a. Fantasía: Una realidad extorsionada……………….……………...32
b. Dobles monstruosos……………………………………………….37
c. Violencia buena, violencia mala………………………….……….38
d. La ambivalencia de la Violencia…………………………………..41
4. Fase de Resolución: “Chivo Expiatorio”…………………………………….…43
a. Los linchamientos…………………………………………………43
i. Crisis: Causalidad del linchamiento………………………..43
b. Los linchamientos como espectáculo: El papel de los medios de
comunicación…………………………………………………..…..46
i. Más que terror… ¡Un show!.................................................46
ii. ¿Video o cámara?… ¡Sensacionalismo y morbosidad!........47
5. La Víctima Sacrificial………………………………………………………….48
a. El castigo físico como norma……………………………………...48
b. ¿Inocente o culpable?.......................................................................50
c. Perfil del “enemigo”……………………………………………….51
d. Perfil del enemigo nacional………………………………………..53
III. De la Sociedad a la Política: De la Víctima Sacrificial al Hombre Sagrado……….56
1. Hombre Sagrado……………………………………………………………58
2. Campo de Concentración…………………………………………………..59
3. Girard y Agamben: Un diálogo teórico…………………………………….60
a. Derecho y violencia, violencia y derecho…………………………60
b. Hombre Sagrado- Víctima Sacrificial……………………………..61
4. De la teoría a la práctica……………………………………………………64
IV. “Se vende violencia sacrificial a cambio de su voto”…………………………...…75
V. Conclusiones……………………………………………………………………….95
VI. Bibliografía……………………………………………………………………….102
1
0. Introducción
“Dos hechos temporalmente distantes. Un hecho A no produce otro hecho B siguiendo un camino lineal de causa-efecto,
sino que sólo lo prefigura. O sea, que en vez de empezar la interpretación por el hecho A, se parte de B a fin de
reinterpretar A captando todo su significado, que aparece plenamente en B”
(Girard, Los Orígenes de la Cultura)
Los linchamientos y vapuleos han incrementado… tal parece que se encuentran a la orden
del día. Varios estudios apuntan a señalar situaciones culpables, actores cómplices, en fin,
no han dejado de ser importantes para un vasto campo de estudio. Ante ello, se intenta
indagar aún más sobre el tema, así como los enfoques desde los cuales se ha abordado,
estudiado y analizado. Bajo una recopilación de aproximadamente veinte investigaciones,
se catalogaron los estudios en cuatro grandes categorías de explicación: a) fenómeno en una
sociedad pos-conflicto, b) fenómeno en grupos indígenas y culturales, c) debilidad
institucional del Estado y d) enfoques de organizaciones de Derechos Humanos.
Con las explicaciones de los linchamientos a partir de una sociedad pos-conflicto (García,
2009; Mendoza, 2003; Minugua, 2002; Gutiérrez, 2001; Mendoza, 2005) se determina la
existencia de una continuidad de la violencia estatal hacia una violencia privada,
manejando como causalidades, el pasado violento y su permanencia en la actualidad. Los
trabajos basados en los enfoques culturales y étnicos, consideran que es relevante la
herencia cultural determinada por factores ancestrales (Mendoza, 2003; Fuentes, 2006;
López, 1999; UNESCO, 2003; Mendoza, 2007; López, 2000). Por su parte, desde otro
enfoque, se propone que los linchamientos son el producto de la debilidad del sistema de
justicia y de la incapacidad Estatal para aplicar las leyes (Mendoza, 2004; Torres-Rivas,
2003). Finalmente, desde la perspectiva de las organizaciones de los Derechos Humanos
(Martínez, 2007; Masaya, 2003; Ferrigno, 1998; Minugua, 2000; Minugua, 2003) la
importancia ha girado en torno al manejo de diversas propuestas para la disminución de
estos hechos, acompañados de proyectos viables que aborden el fenómeno.
La mayor parte de investigaciones pretenden encontrar una causalidad al fenómeno de los
linchamientos, sin embargo ningún estudio guatemalteco, de los mencionados, se toma la
2
molestia de analizar el fenómeno como tal, a profundidad, mucho menos intentar
encontrarle una relación con la política, o bien, con los discursos políticos. Por ello, en el
campo de estudio de linchamientos/vapuleos, esta investigación aportará un nuevo enfoque
de análisis, distinto a los presentados hasta ahora.
1. Objetivos
La pregunta que origina esta investigación se encontraba lejos de aportar una nueva
causalidad a estos actos. Por ello, el objetivo general del estudio, se presenta como el
establecimiento de similitudes entre el imaginario de los linchadores/vapuleadores y los
discursos sobre seguridad dentro del marketing político. Inquieta el hecho de saber ¿Cómo
se desarrolla un vapuleo/linchamiento? ¿Qué hay detrás de ellos? ¿Como los
linchamientos/vapuleos forman parte de una serie de articulaciones sociopolíticas más
complejas? ¿Se maneja un discurso político basado en la idea del linchamiento al ser
abordado el tema de seguridad? ¿Existen similitudes entre ambos objetos de estudio? Aun
siendo fenómenos completamente distintos, ambos se manejan bajo una misma lógica que
se evidenciará en este estudio: violencia sacrificial.
Se planteó un objetivo específico que pretende estudiar analógicamente el imaginario del
linchador/vapuleador y su simbología en torno a la concepción del sujeto a partir de la
caracterización de los discursos de poder sobre seguridad de los partidos políticos.
Suponiendo que ambos objetos de estudio manejan la distinción de dos imágenes
fundamentales: la del sujeto amenazado y la del sujeto amenazante. En términos generales,
y sin mayores pretensiones teóricas, se propone que la imagen del sujeto amenazado es
aquel al que se le intenta vender la propuesta del miedo y malicia existente, en aras de
brindarle protección contra una perversidad latente. De la misma forma se propone que la
imagen del sujeto amenazante puede objetivarse en el ser políticamente irrelevante aunque
relevante en términos de amenaza, el cual infecta a la sociedad y atenta contra la protección
del ciudadano. En sociedad, el amenazado puede ser representado como un
linchador/vapuleador quien en defensa de la seguridad, protección y bienestar de la
comunidad, se autoperfila como el justiciero pero también como la víctima de la crisis. Al
3
amenazante entonces, la comunidad lo enmarca como el indicado a linchar/vapulear, no así,
se le pinta un rostro y se le adjudica la responsabilidad de la crisis comunitaria. Este
personaje, juega el rol del sujeto que amenaza, el que arriesga al resto de pobladores, ya
que no es más que el victimario de la situación.
En otras palabras, es posible suponer que los linchadores/vapuleadores manejan un discurso
sobre sí mismos, en el cual se identifican como sujetos en riesgo, mientras que los
linchados serán identificados como los sujetos “que arriesgan”, los cuales será necesario
eliminar. Esta premisa se abordará en el capítulo cuatro bajo el concepto de buenos y
malos creado por Shmitt (1963). La incógnita en este punto es entonces, ¿Cómo se
caracterizan las distinciones entre sujeto amenazado y sujeto amenazante? Se considera de
esa cuenta, que la construcción del sujeto amenazante en manos del marketing político es
posiblemente análoga al sujeto amenazante construido en el imaginario de los
linchadores/vapuleadores.
El segundo objetivo específico consiste en analizar la importancia del linchamiento/vapuleo
para la definición de estrategias de marketing político en las propuestas de seguridad y sus
reciprocidades en el sujeto que interioriza dicho discurso. La pregunta que interesa
responder en este punto es, ¿Cuáles son los elementos simbólicos comunes entre el
imaginario del linchador/vapuleador y los discursos de marketing político? ¿Qué tan
importante se perfila la existencia de linchamientos para los discursos de seguridad? En
términos teóricos (Girard, 2002), la función del linchamiento/vapuleo recae en la
posibilidad de restaurar la paz perdida, por medio del sacrificio de un culpable. La finalidad
del individuo es protegerse de ese sujeto amenazante, por ello, la comunidad en consenso,
le encuentra culpable de la crisis que los azota adquiriendo de esta manera, la figura
sacrificial del chivo expiatorio (Girard, 2005). Cabe resaltar que esta violencia encargada
de redimir a la comunidad del “mal” que la acecha concluye como acto purificador y
justicia colectiva. De igual manera, en términos teóricos, el discurso de seguridad político,
no solo resalta la existencia de una amenaza, sino también ofrece víctimas para el sacrificio.
Su finalidad es ganar votos y con ello, juega con las emotividades del individuo, las cuales
4
se encuentra con mayor susceptibilidad en tiempos de crisis. Es decir, si el individuo pide
violencia y muerte de un culpable, la política a través de sus discursos de seguridad lo
ofrece.
2. Metodología
Esta investigación cuenta con un método deductivo y se basa en el establecimiento de
analogías del imaginario de los participantes del linchamiento en el Reducto y los discursos
de las campañas políticas. La explicación para dicho fenómeno, se basará en la teoría de la
mímesis (víctima propiciatoria o chivo expiatorio) de René Girard (2002; 2005; 2006), para
argumentar la ejecución de linchamientos/vapuleos y su funcionalidad en la sociedad. Así
mismo, se basará en la teoría de la biopolítica de Giorgio Agamben (2006) para el análisis
de los discursos de poder de los partidos políticos y la construcción de la “esfera soberana”
en la cual se decide por la vida y la muerte. Dos abordajes con enfoques cualitativos.
Además esta investigación se basa en la realización de trabajo de campo para argumentar lo
expuesto en la investigación: Estudio de Caso del vapuleo “El Reducto” enero 2010 y su
correlación con los sujetos de seguridad generados en las propuestas de marketing político
del 2007 (UNE, GANA, PP).
A partir del “Caso Reducto” será reconstruido el imaginario de “víctima sacrificial” o
sujeto amenazante reproducido por los linchadores/vapuleadores, así como el imaginario de
sujetos amenazados que los linchadores tienen de ellos mismos. Este suceso tuvo lugar el
22 de enero del año 2010, y fue registrado en video por algunos participantes. En dicho
material, puede ser constatado que los vapuleadores/linchadores son estudiantes de una
universidad privada aledaña al sitio del suceso. Se considera que este caso, no es un hecho
aislado, sino que forma parte de una lógica generalizada en donde seguridad, violencia y
política son los ingredientes fundamentales para la reproducción de la sociedad
guatemalteca contemporánea, en la cual los discursos de seguridad pueden ser considerados
como los productores de la dialéctica entre sujetos amenazados y amenazantes. Por ello, se
5
toma la iniciativa de encontrar a cinco individuos involucrados en el hecho y realizarles una
entrevista.
El objetivo de esta entrevista, permanecía en el hecho de saber qué los motiva a un acto de
esa naturaleza, entender y profundizar en la lógica de fondo en la mentalidad violenta del
vapuleador/linchador. La estructura de la entrevista, fue diseñada colectivamente junto al
asesor de esta tesis y otros estudiantes que se encontraban en el mismo proceso. Este
intercambio, permitió debatir de mejor forma aspectos sobre la estructura y aplicación de la
entrevista, ya que era posible debatir y problematizar los elementos teóricos que
fundamentan este trabajo de investigación. Igualmente, se compartieron experiencias
orientadas a evitar incomodar a los entrevistados al momento de abordar lo delicado de los
temas.
Por ello, cuando se pasó el instrumento, se intentó crear un ambiente amigable, para
brindarle al entrevistado libertad de expresarse. La entrevista se realizó como una plática
“de confianza” evitando caer en un tipo de interrogatorio, ya que a mayor confianza por
parte del individuo, habría mayor facilidad de obtener la honestidad requerida para el
análisis. La entrevista como instrumento de la investigación es individual y estructurada. La
misma, es documentada por una grabadora de voz, con una duración aproximada de una
hora y media. Antes de realizarla, se le promete al entrevistado, mantener su identidad en
el anonimato. Luego de obtener las cinco entrevistas, se procedió a transcribirlas y así,
substraer las respuestas de interés para el respectivo análisis.
Para el análisis de los discursos políticos sobre seguridad del marketing político, fue
realizada una consulta hemerográfica para rastrear el marketing político de seguridad usado
por los partido Patriota (PP), Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Gran Alianza
Nacional (GANA) en la campaña electoral del 2007. Es relevante comprender cómo esos
imaginarios de sujetos de amenaza y sujetos amenazantes son instrumentalizados por los
partidos políticos; es decir, cómo estos se apropian de esas manifestaciones imaginarias en
sus estrategias de marketing. La búsqueda de los discursos de seguridad dentro del
marketing político, inicialmente abarcaba varios medios de comunicación tales como spots
6
publicitarios. Finalmente, por razones operativas, se optó únicamente por analizar dos
diarios matutinos, Prensa Libre y Nuestro Diario.
Se optó de igual manera, por no profundizar en los elementos propios de un análisis
discursivo, sino identificar y tomar todo artículo que de alguna manera hiciera mención a
alguno de los partidos políticos a analizar. Tras varias visitas a la Hemeroteca, se revisó
cada prensa desde mayo, mes en el cual oficialmente empieza la campaña electoral, hasta
principios de noviembre, momento en el cual termina la segunda vuelta. Se decidió
fotografiar todo artículo o campo pagado que hablara de los tres partidos mencionados,
recopilando así más de quinientas fotos. Luego, se procedió a desechar la información que
no interesó, clasificando finalmente unos ciento cincuenta y dos artículos de interés. Se
ordenaron cronológicamente y luego se identificaron los elementos teóricos necesarios y así
poder realizar un breve relato de lo acaecido en ambos diarios respecto a sus campañas de
seguridad.
3. Estructura de la investigación
La investigación consta de cuatro capítulos, cada uno de ellos fue pensado para dar
respuesta a las preguntas parciales de investigación y los objetivos que de ellas se derivan.
El primer capítulo: “Violencia y Víctima Sacrificial en Sociedad”, será abordado desde una
perspectiva teórica, el tema de ¿cómo se desarrolla la violencia sacrificial en un
vapuleo/linchamiento? ¿Qué uso les da la sociedad a las víctimas sacrificiales? Abordando
las respuestas desde un enfoque estrictamente teórico. El segundo capítulo: “Guatemala:
Una sociedad violenta para un tiempo de crisis”, pretende aplicar los elementos teóricos del
capítulo anterior, a un caso práctico, y de esta manera responder a las incógnitas, ¿puede el
caso analizarse desde la teoría mimética? ¿Es factible identificar el proceso previo al
vapuleo? ¿Existe un perfil del sujeto amenazante que conlleve a la victima sacrificial en la
sociedad guatemalteca? Desarrollada la teoría en la práctica desde un enfoque puramente
sociológico, se procede a la segunda parte de la investigación.
7
En el tercer capítulo: “De la Sociedad a la Política: De la Víctima Sacrificial al Hombre
Sagrado”, se introduce el tema político como bien lo menciona el título. El objetivo de este
capítulo consiste en responder a las incógnitas siguientes: ¿qué papel juega la política
partidista en este mecanismo? ¿Es la teoría mimética aplicable desde el punto de vista
político? ¿Las víctimas sacrificiales están presentes? ¿Existe un perfil político del sujeto
amenazante? Para ello, se exponen dos teorías a dialogar para encontrar similitudes que
dieran paso a la introducción de lo político en el tema, así como una breve exposición de la
teoría analizada, ejemplificada con hechos históricos guatemaltecos. Y por último, en el
cuarto capítulo llamado: “Se vende violencia sacrificial a cambio de su voto”, lo principal
es responder si ¿el marketing político utiliza como recurso la violencia sacrificial en sus
discursos de seguridad? ¿Estos discursos de seguridad manejan la construcción de un sujeto
amenazante y uno amenazado?
Este estudio se fundamenta en una perspectiva transdisciplinaria, basado en referentes de
investigación sociopolítica y socioantropológica. La finalidad entonces, no será dar una
respuesta o propuesta para la disminución de los linchamientos/vapuleos, ni aportar una
nueva causalidad, sino, entender cómo funciona en sí la ejecución de estos dos fenómenos y
encontrar alguna correlación entre ambos.
8
Capítulo I
Violencia y Víctima Sacrificial en Sociedad
“Lejos de sernos ajeno, el conflicto es la cosa más cercana a nosotros. Evidentemente no hay que ver en estas
afirmaciones una justificación ingenua de la violencia, sino más bien una lúcida constatación de su carácter radical.
Porque sólo a partir de la plena conciencia de ello, podremos convivir con algo que es, a la vez, definitorio del ser
humano y causa de su fracaso.”
(Pierpaolo Antonello y Joao Cezar de Castro Rocha, Orígenes de la Cultura)
“La violencia en todas sus dimensiones es uno de los principales constituyentes de la realidad social del planeta y está
condicionando los estilos de vida individuales y redibujando todas las formas de relación social”
(Julian López, Santiago Bastos, Manuela Camus, Guatemala: Violencias Desbordadas)
“La violencia castiga desproporcionadamente a los sectores estructuralmente vulnerables de la sociedad y
frecuentemente no es reconocida como violencia ni por las víctimas ni por los verdugos, que a menudo son uno y lo
mismo”
(Philippe Bourgois, Guatemala: Violencias Desbordadas)
“Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es al pretorio, y convocaron a toda
la compañía. Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas
comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los Judíos! Y le golpeaban en la cabeza con
una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. Después de haberle
escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para
crucificarle”. Dos mil años después, un miércoles de mayo del 2009, un hombre de 37 años
es perseguido por una turba a consecuencia de un robo. El presunto ladrón quedó con el
rostro desfigurado, numerosos golpes y hematomas por todo el cuerpo, fruto de las
numerosas patadas que finalmente le dieron muerte1.
Sociedades distintas, tiempos incomparables, culturas diferentes, entonces, ¿Cómo se puede
explicar la permanencia de este tipo de acontecimientos? Esta pregunta inicial, pasó a ser la
generadora del tema de investigación situado en el ámbito guatemalteco, en el cual diversos
estudios le apostaban a la violencia sacrificial, causalidades específicas que con el tiempo,
se pronunciaban únicamente como mitos. Más que intentar encontrar nuevas causalidades,
este capítulo pinta un matiz menos explorado: ¿Cómo se desarrolla la violencia sacrificial
1 Noticia obtenida de un blog llamado Cibermedia, “Linchamiento en Málaga”.
9
en un vapuleo/linchamiento? ¿Qué uso le da la sociedad a las víctimas sacrificiales? Estas
serán las primeras incógnitas a aclarar desde un punto de vista teórico.
Sociedad, violencia y sacrificio, tres conceptos necesarios para dar respuesta a las preguntas
formuladas con anterioridad. Conceptos que incluso, han sido utilizados por los filósofos
clásicos, dando fe a su existencia: Para los hobbesianos, la finalidad del Leviatán es regular
la autodestrucción que la raza humana podría generar. Al igual que Hobbes, Rousseau
insiste en la utilización de un contrato social para evitar convivir en el estado natural del
hombre: “Supongo a los hombres llegados a un punto en que los obstáculos que se oponen
a su conservación en el estado natural vencen con su resistencia a las fuerzas que cada
individuo puede emplear para mantenerse en ese estado. Entonces, ese estado primitivo no
puede ya subsistir, y el género humano perecería si no cambiase su manera de ser”
(1970:16). Locke (1969), afirma que cada individuo tiene derecho a defender su libertad, su
propiedad y ante todo su vida. En especial, cuando estos derechos se encuentren en peligro
por la irracionalidad de otro sujeto. Bajo estas circunstancias, el agredido tiene la facultad
de castigar al culpable por haber cometido tal atrocidad, ejecutando con ello, “la ley
natural”. Entre otros, Nicolás Maquiavelo (2004:102) insistía en que a los hombres se les
conquista o se les elimina, “Pues se ve que los hombres… proceden en forma distinta:
…uno por la violencia, el otro por la astucia…”. En efecto, ningún filósofo de la política,
niega la existencia del conflicto en las sociedades y en algunos casos, remarcan el uso de la
violencia como factor indispensable para concluir con dicho conflicto. Pero a pesar de ello,
ninguno llega a exponer una teoría con la capacidad de dar respuesta a las incógnitas
formuladas.
Es hasta el Siglo XX que Rene Girard, historiador, antropólogo y filósofo finalmente logra
captar el papel estructural que juega la violencia en la política y las víctimas sacrificiales en
sociedad. Girard propone una teoría con la capacidad de identificar un proceso mediante el
cual toda sociedad se adentra en el conflicto, genera violencia (y deseo de violencia), para
finalmente desembocar en el sacrificio de un “culpable”, una víctima de recambio o “chivo
expiatorio”. Hipótesis que construye adentrándose en la literatura, la religión, la etnografía
y la mitología griega. Las nociones de Girard se basan en la idea de la “Teoría mimética”,
la cual se utilizará de base para el análisis de esta investigación.
10
1. Teoría Mimética
Girard (2006), desea comprobar la existencia de un proceso arraigado en las sociedades,
constatando a través de ritos, mitos y literatura, una prueba indirecta del comportamiento
humano en tiempos de crisis. Su tesis se desarrolla aunada a una perspectiva del
psicoanálisis, que intenta demostrar cómo funciona la teoría mimética desde el interior del
sujeto, hasta llegar a la colectivización del fenómeno. Al igual que en toda teoría, esta
encuentra sus limitantes; el propio autor admite que este estudio sigue tropezando con
muchas incomprensiones como en cualquier otra ciencia, sin embargo, esto no deja de ser
algo sumamente iluminador.
La teoría de Girard basada en la propuesta de una víctima sacrificial consta de cuatro
niveles:
a. Deseo mimético
b. La rivalidad mimética
c. Crisis mimética o sacrificial
d. Fase de resolución “Chivo Expiatorio”
a. Deseo mimético
Girard parte del hecho que todo individuo posee deseos y apetitos. El apetito es una
referencia a la necesidad, se habla por ello de un asunto meramente biológico. Por ejemplo,
una persona sedienta necesita agua; una persona hambrienta necesita comida. El deseo, por
su parte, es una construcción social donde la necesidad se torna en deseo, se refiere al
momento “cuando entra en juego la imitación de un modelo” (Girard, 2006: 51), es decir
cuando se quiere tener lo que alguien más desea. Por ejemplo, una persona sedienta desea
una soda; una persona hambrienta desea determinada marca de comida rápida. A esto se le
llama deseo mimético.
Este deseo mimético es establecido ya sea por mediación externa o mediación interna. La
mediación interna, (la de interés a esta investigación) toma lugar, cuando un sujeto desea lo
que posee su prójimo, su vecino. El conflicto, por consiguiente, puede aparecer ya que el
11
objeto de deseo se torna accesible para el imitador. Al referirse a una mediación externa, se
habla de una relación indirecta en la cual el modelo a imitar no es el prójimo, el vecino. Por
ejemplo, un cantante podría ser un modelo a imitar, pero al no existir una relación directa,
imposibilita la existencia de un posible conflicto.
Se debe tomar en cuenta que el deseo mimético es algo que todo ser humano reproduce,
brindando la capacidad al sujeto de aprender y participar de su propia cultura, la cual se
copia, no se inventa. Por ello, para Girard es necesario remarcar la existencia de la mímesis
“buena” y de la mímesis “mala”. Como mímesis buena, se entiende todo deseo mimético
destinado al aprendizaje de la cultura y la educación; como mímesis mala, se califica todo
deseo mimético generador de conflicto entre los sujetos. En esta investigación interesa
estudiar la mímesis “mala”.
El individuo, luego de cubrir sus necesidades/apetitos básicos o incluso antes de ello,
empieza a desear. Pero en ausencia de deseos propios, siendo estos ajenos a él, el individuo
opta por imitar el deseo de su prójimo, convirtiéndose este último en su modelo2. Al igual
que un niño que imita todo cuanto oye, ve y siente “…el deseo adulto no es diferente en
nada, salvo que el adulto, especialmente en nuestro contexto cultural, casi siempre siente
vergüenza de modelarse sobre otro… se presenta como modelo a los demás a fin de
disimular su propia imitación” (Girard, 1995: 153). En fin, los deseos, no son más que una
construcción social impuesta por otros.
Encontramos dos modelos de sujeto, el modelo y el imitador, con dos deseos distintos sobre
un solo objeto. Žižek (2005:18), en torno a la relación deseo-fantasía, propone un esquema
de análisis similar al propuesto por Girard. El objeto se convierte en algo deseable y a la
vez ajeno, percibiéndose, de esta manera, como digno del deseo del otro. El modelo al
percatarse de que posee un imitador se sorprende y se molesta. De alguna manera siente
que su imitador le ha traicionado y únicamente anhela despojar el objeto de sus manos. Por
2 Žižek (2005: 17), afirma que los deseos no son más que una fantasía; fantasía que se hace presente con la
intención de realizar un deseo de forma alucinatoria, en otras palabras, es la fantasía la que “enseña como desear”. Por lo tanto, supone una relación directa deseo-fantasía.
12
el otro lado, el imitador se siente humillado, ya que percibe que su modelo le califica de
inferior e incapaz de alcanzar lo que desea.
Al codiciar un mismo objeto, ambos amenazan con evitar satisfacer el deseo común. Y
mientras mayor sea la lucha por evitar que el otro alcance el objeto deseado, más se
reforzará la atracción de ese deseo. Solo entonces, el imitador se convierte en obstáculo
para el modelo y el modelo a su vez, se convierte en obstáculo para el imitador, hasta llegar
al punto donde el deseo solo interesa por lo que lo obstaculiza3.
Sin que el modelo se percate, se convertirá en imitador de su imitador. A partir de este
momento, la alternancia en los papeles es la única relación que mantienen, gracias a la cual
es imposible identificar personajes concretos. Sea cual sea el caso, ninguno está dispuesto a
admitir que se encaminan hacia la rivalidad.
b. La rivalidad mimética
Ahora bien, la rivalidad mimética no aparece al mismo tiempo que el deseo mimético. La
existencia de dos deseos sobre un mismo objeto no es el causante de la rivalidad. Ésta, toma
presencia únicamente cuando el sujeto pasa a desear el objeto solo porque el propio rival lo
desea. En esta etapa, el objeto pasa a un segundo plano y el objetivo principal de los sujetos
consiste, no en obtener el objeto deseado sino en derrotar a su oponente. En las primeras
obras de Lacan, el autor evidencia la misma lógica, ya que el objeto es devaluado en lo
referente a sus cualidades inherentes, por lo que cuenta entonces, como lo que está en juego
en las luchas intersubjetivas por el reconocimiento (Žižek, 2005:19).
El individuo se mueve más allá del deseo entrando al extraño dominio del impulso4, un
impulso que se hará acompañar de la “violencia real”5. Esta violencia conduce al individuo
a sentirse vulnerable y amenazado ante cualquier situación, donde, acompañado de histeria,
reduce al sujeto cada vez más a aquello que puede ser lastimado. La violencia provoca en el
3 Van Rillaer (1978: 72), apoya este planteamiento, afirmando que la agresión, solo aparece cuando el yo se
siente herido por el obstáculo, la privación o el rechazo. 4 Žižek (2005) afirma que el deseo fuertemente anhelado, conlleva a un accionar impulsivo.
5 La violencia “real” es una especie de escenificación que surge cuando la ficción simbólica que garantiza la
vida de una comunidad está en peligro.
13
individuo un desconocimiento personal, que lo prepara para el combate, pero esta, será solo
una reacción temporal que se calmará una vez que el deseo de violencia haya sido saciado.
Incluso Hobbes hace mención de ello bajo la misma lógica: “Esta es la causa de que si dos
hombres desean la misma cosa, y en modo alguno pueden disfrutarla ambos, se vuelven
enemigos, y en el camino que conduce al fin tratan de aniquilarse o sojuzgarse uno a otro.”
(1940:101).
A este tipo de comportamiento adoptado por el individuo se le cataloga como una estrategia
del conflicto llamado “ataque sorpresa” (Schelling, 1964: 233). Esta consiste en evitar las
sorpresas, ya que si esta implica una ventaja, vale la pena impedirla golpeando primero. “El
temor de que el otro pueda estar a punto de actuar, en la errónea creencia de que nosotros
estamos a punto de actuar, nos da motivo para actuar nosotros, y eso justifica el motivo del
otro”.
c. Crisis mimética o sacrificial: Violencia Recíproca
El objeto de deseo, iniciador de la rivalidad entre dos sujetos, se vuelve atractivo para un
número cada vez mayor de individuos6. Con ello, la rivalidad que inicialmente se da entre
dos sujetos se disemina, el objeto de la discordia desaparece, y el deseo solo se puede
orientar hacia la propia violencia. Todo lo que en primera instancia fascinaba al individuo
se transforma en todo lo que desea destruir, eliminar, expulsar.
Este es un juego de violencia en el que parece que todos los individuos desempeñan el
mismo papel. Es decir, la rivalidad no parece ser extraña para el individuo tomando en
cuenta que la represión de los instintos de agresión y destructividad, son exigencias sociales
de la comunidad. Replicando esta premisa del instinto agresor, Marie Bonaparte7 afirma
que la renuncia de ello, se torna en sufrimiento, ya que toda privación de este instinto
agresor acarrea represión y dolor (Ruitenbeek, 1973:169). Zimbardo (1974: 59) maneja una
teoría similar afirmando que, cuando las condiciones sociales de la vida destruyen la
identidad individual, percibiéndose el individuo como anónimo, desencadena
6 Žižek (2005), conceptualiza el deseo por un grupo de individuos como “Fantasía social”.
7 Ha contribuido en el campo del psicoanálisis; Fue psicoanalizada por el mismo Freud y colaboró con él
hasta su muerte.
14
comportamientos fuera de los límites tales como la agresión, los actos de destrucción,
crímenes justificados, etc.
En este momento el fenómeno de los dobles entra en acción, el yo deja de existir y el sujeto
pierde conciencia de sí mismo y de sus objetivos. Ahora, se encuentra poseído por el
modelo mimético y solo el “otro” existe. Los modelos imitan, los imitadores modelan y de
esta manera, llegan a ser dobles de sus modelos, y como todos los dobles son idénticos, se
convierten en el doble de todos los demás.
Oprimidos bajo una especie de “doble monstruo”, las diferencias no dejan de existir,
únicamente se mezclan, haciendo incapaz el reconocimiento de las identidades
individuales, ya que todos son intercambiables: “Bajo el doble monstruoso alienamos todos
los fenómenos de alucinación provocados por la reciprocidad ignorada, en el paroxismo de
la crisis. El doble monstruoso surge ahí donde se encontraban en las etapas anteriores un
“otro” y un “yo”” (Girard, 1995: 171). La monstruosidad se manifiesta en el individuo y
fuera del individuo al mismo tiempo. Este “monstruo” no será más que producto de la
ilusión, que con el tiempo encarnará la realidad. Ilusión que procede de la misma sociedad,
porque solo cuando todos comparten la misma ilusión, esta se transforma en verdad.
Estos dobles monstruosos son lo equivalente a la reciprocidad violenta, la cual se torna en
una especie de cobertura cultural en la que los individuos se encuentran preparados para
“diferenciar” la buena violencia de la mala violencia, presenciando la unión de lo maléfico
con lo benéfico. La lógica continúa una línea muy simple: la buena violencia conducirá a la
unidad de la comunidad y la mala violencia se asimilará a la brutal reciprocidad.
Y justo en medio del catastrófico desastre, cuando la única solución se encuentra en
identificar las causas de la crisis que los agobia para atacarla desde la raíz; la
desconcertación del individuo llega a tal nivel que encontrar las causas de la crisis, ni
siquiera es catalogado como una posible opción. Su única salida se remite a encausar la
culpa en un individuo particular, atribuyendo la carga de esta responsabilidad a la sociedad
en su conjunto, la cual solo a través de la solidaridad y la cooperación resolverá el
antagonismo. Solo hasta este momento, se concientizan de la única manera de reconciliarse
entre sí: la unanimidad contra una víctima.
15
Pero, ¿cómo se explica la unidad surgida de un contexto de rivalidad, odio y desgracia?
Ningún hombre está de acuerdo en nada, se escuchan insultos, se sienten golpes, se expresa
el odio, se vive la venganza, todos son enemigos de todos, y no se encuentra un solo factor
que restaure el orden de la comunidad. Nadie se encuentra a salvo, los peligros reales e
imaginarios de la comunidad se hacen presentes, la mimesis de la violencia se favorece
cada vez más, multiplicando los efectos de espejo entre los adversarios hasta llegar a la
fobia de la semejanza.
La crisis llega al punto más alto y las diferencias son irreconciliables, o al menos es lo que
los individuos piensan. El orden cultural se encuentra dañado así como las diferencias
familiares y jerárquicas; El vínculo social ha sido destruido. Pero, no es exactamente una
guerra de todos contra todos, como literalmente se lee en Hobbes, valdría la pena, analizar
dicha postura bajo el análisis de Giorgio Agamben8. Autor, que encuentra un estado en el
cual el individuo entra en esa zona de indiferenciación, donde este, cree ser hombre pero a
vistas del resto, es un lobo, una bestia feroz (1998: 137).
Al presentarse la “guerra total”, el individuo regresa al estado natural, sin nadie que lo
proteja, apoderándose el miedo de este. Zambrano, una investigadora de las víctimas
sacrificiales, afirma que el hombre en dicho estado, ya no se encuentra dentro de una
comunidad y mucho menos protegido por un contrato social, entonces es ahí, donde el
individuo se extravía en la naturaleza y el terror viene a su encuentro (1988: 97).
Entonces, la unanimidad solo puede surgir del mismo fenómeno de los dobles: “El ciego
instinto de las represalias, la imbécil reciprocidad que precipita a cada cual sobre el
adversario más cercano o más visible, no se sustenta sobre nada realmente determinado; de
modo que todo puede converger en cualquier momento, pero preferentemente en el instante
más histérico, sobre cualquier persona” (Girard, 1986: 115). Sin diferencia alguna entre los
individuos, todos pasan a desear el mismo objeto, con el mismo odio y la misma estrategia,
en fin, se asemejan a una identidad perfecta, donde todos son dobles monstruosos. De este
modo, si todos los deseos llegan a converger en un mismo objeto, si todos ceden sus
propios deseos para consensuar en uno solo, es porque el objeto central alimenta el apetito
8 Se explicará la relación de Agamben con Girard en el cuarto capítulo de esta investigación
16
de violencia de la multitud. En este punto, el panorama pinta una masa común dispuesta a
imaginar intensamente e imitar servilmente.
Según Galtung, la violencia genera traumas y la única manera posible de superarlos es
creando las condiciones para la reconstrucción de las relaciones. Esto, solo a través de un
consenso entre la multitud, mirando más alto y estipulando metas comunes para llevar a
cabo la ejecución de un proyecto (Calderón, 2009), y en el caso de la teoría mimética, la
ejecución de un chivo expiatorio.
De esta manera, la crisis pasa a ser de la multitud, y a medida que el mecanismo avanza, el
deseo se torna más homicida. Inmediatamente, la multitud tiende a la persecución, no para
identificar las causas que la turban, sino para encontrar una causa accesible que satisfaga su
sed de venganza. A raíz de ello, los perseguidores creerán fielmente la causa adoptada, pero
en realidad carecen de causa para aborrecer y esto es lo que los perseguidores jamás
logran descifrar. La realidad de la unanimidad no es más que una fantasía paranoica.
Es en esta etapa donde se encuentra en juego la posibilidad de existencia de las sociedades
humanas, donde solo el consenso de la comunidad en torno a la culpabilidad de una sola
víctima, mata a uno para salvar al resto, posibilitando el paso a la última fase de la teoría.
d. Fase de resolución: “Chivo Expiatorio”
Llegado este punto, la violencia aún se encuentra insatisfecha, la multitud busca una
víctima de recambio, sustituyendo el causante de su furor por otro individuo, ni violento ni
culpable, pero con la cualidad perfecta para estar al alcance de su mano: Vulnerabilidad
social9 (Girard, 1995: 10). Sin esta cualidad, la víctima de recambio seleccionada, será
protegida por su grupo y se enfrentará al grupo del individuo que clama por saciar la
violencia, originando con ello, ciclos de venganza. En estos casos, el sacrificio desencadena
la violencia en lugar de encadenarla. Por consiguiente, todo indica que la resolución de la
crisis solo puede darse al superar el deseo del objeto para consensuar en el odio del rival.
De la variedad de acusaciones expuestas, una se antepone al resto y sobre ella delegan al
chivo expiatorio, el odio grupal.
9 La incapacidad de protección social que posee un individuo ante el resto de la comunidad
17
La psicosociología provee una explicación hacia la existencia de estas víctimas: la sociedad
ofrece al individuo una variedad de papeles para ejercerlos como parte de su propia
identidad. La clasificación de estos individuos parece indispensable para el uso social,
proporcionando a cada uno, una forma y una situación estandarizadas y un tipo especial de
reconocimiento y status (abogado, medico, ama de casa, marero). De esta manera, solo con
las etiquetas adjudicadas previamente, la sociedad sabe cómo “tratar con ese individuo”
(Ruitenbeek, 1973). En base a esto, las sociedades comprometen a ciertos individuos con
el papel de “delincuentes” o bien “culpables” para luego utilizarles como chivos
expiatorios.
Es por eso que el odio de todos contra todos se transforma en la convicción de todos contra
uno, revistiendo de ingenuidad. La sospecha más ilusa, la acusación más absurda podrá ser
prueba suficiente para justificar el sacrificio. Cualquier prueba que avale la inocencia de la
comunidad y la culpabilidad de un solo individuo será bienvenida. El psicoanálisis de Žižek
(2005:81), asevera que una mentira compartida une a un grupo en una forma
incomparablemente más poderosa que la verdad, y con ello es sencillo probar la inocencia
de la comunidad. Solo de esta manera la multitud podrá sacrificar a la víctima sin sentir
perturbación alguna; la comunidad se encuentra preparada para identificar a la vida indigna
de vivir, para proseguir con su eliminación. “La mentalidad persecutoria suscita un cierto
tipo de ilusiones y las huellas de estas ilusiones confirman más que anulan la presencia de
un cierto tipo de acontecimiento.” (Girard, 1986: 20). Y es que a fin de cuentas, las grandes
crisis sociales apenas se ven afectadas por las causas reales.
Esta víctima seleccionada, este culpable, este chivo expiatorio, debe de ser sacrificado
(eliminado o expulsado), para así poner fin a la crisis y restablecer por un momento la paz
en la comunidad, ya que solo la tranquilidad repentina confirmarán la culpabilidad de la
víctima.
De pronto, la “buena violencia” se hace notar y por medio de ella, la víctima debe ser
eliminada o expulsada por la misma comunidad, quienes juegan al papel del árbitro
imparcial, del juez soberano, del justiciero purificador. La violencia recíproca y destructora,
se convierte pues, en la violencia ritual, creadora y protectora, con la diferencia de que esta
última no promueve ya enemigos, más bien difumina los antagonistas delante de sí.
18
La finalidad es mantener la seguridad de la comunidad, obstaculizando la venganza, esto, a
través de una reconciliación grupal, basada en un arreglo a manera de que la violencia no
siga esparciéndose. Por ello, la misma violencia polarizada por la inmolación sacrificial, se
calma y se apacigua. Esto no se traduce en una adoración del hombre a la violencia como
tal, sino en una adoración a la violencia por conferir la paz que tanto anhelan.
Para la eficacia del proceso, es necesaria la participación colectiva de la comunidad o al
menos su representación simbólica (Girard, 1995: 108), sin ellos el sacrificio no alcanza los
resultados esperados. De una u otra forma, los miembros de la comunidad son partícipes del
acto y aún en la representación simbólica, la opinión pública sobreexcitada permanecerá
presente.
Al final, lo perpetrado por la comunidad será considerado purga y nunca crimen, justicia
más que venganza. Si efectivamente, luego de la crisis de violencia, las relaciones
deterioradas se restablecen con el sacrificio de la víctima, no habrá duda alguna que en una
próxima crisis, el mecanismo del chivo expiatorio sea invocado con la falsa ilusión de curar
nuevamente a aquella sociedad contagiada de violencia. Zambrano (1988: 44) apoya la
premisa de Girard, afirmando que el ídolo sacrificado restablece por un momento la
igualdad de sus miembros, y con ello, su continua repetición convierte la acción en rito.
Ritos que son esenciales, ya que acaban por prevenir la violencia. A pesar de que
provengan de la violencia y permanezcan atados a esta, el ritual se focaliza en la paz,
dedicándose por ende, a promover la armonía entre los miembros de la comunidad (Girard,
1995: 145).
Estos actos colectivos cargados de violencia pueden interpretarse de tres maneras según
Ralph Turner (1974: 505) como eventos de protesta social, como un requisito de balance
entre la súplica y la amenaza o bien como un aspecto de conciliación para evitar un
conflicto a mayor escala. En base a esto, la teoría mimética se situaría en la tercera opción,
evitando un conflicto a mayor-escala donde los individuos se aniquilen entre sí.
Así el mecanismo del chivo expiatorio es un patrón universal, inconsciente e injusto, pero
que a su vez conlleva a la paz de la comunidad y a la solidaridad de sus miembros. He ahí
la razón de su continua repetición.
19
2. Víctima sacrificial: Chivo Expiatorio
La víctima sacrificial, eje central de la teoría mimética, es el elemento más importante para
este estudio. Por ello, es necesario aclarar varias interrogantes en relación a la misma: ¿Por
qué es necesaria una víctima? ¿Cómo se escoge una víctima? ¿La víctima es realmente la
culpable? ¿Es menester su eliminación física?
Para los conflictos existentes en tiempos de crisis existen dos posibles soluciones:
eliminarse entre los miembros de la comunidad o encontrar un único culpable y focalizar la
violencia, la ira y el odio contra ese individuo. Desde luego la segunda opción es más
viable si se quiere conservar la vida de la población. Por ello, en tiempos de crisis siempre
habrá alguien a quien culpar, pero ese alguien no es cualquier individuo. Para llegar a ser
una víctima propicia para el sacrificio es necesario que cumpla con ciertos requisitos.
La víctima siempre se adecua a un perfil que varía según la sociedad en la que se encuentre.
Pero a grandes rasgos, la mayoría de víctimas sufren de discapacidades físicas, poseen
algún tipo de limitación o son individuos que no pertenecen o pertenecen muy poco a la
sociedad. “Las minusvalías, los rasgos externos desagradables, son tomados erróneamente
por signos de culpabilidad… cuando no hay ninguna señal que propicie una victimización
determinada, se designará de todas maneras un chivo expiatorio. En el momento decisivo,
algo será interpretado como un signo, ¡y puede ser cualquier cosa!” (Girard, 2006: 65-66).
Estas dificultades de adaptación no son necesariamente físicas, las hay en el plano social.
Cuanto más se aleja un individuo del status social común, corre mayor riesgo de ser
perseguido, sobre todo si se encuentra jerárquicamente en el nivel más bajo de la pirámide
social. Pero aún, el poder de los grandes individuos de la más alta posición, puede
convertirse en una debilidad frente a la multitud. Por ello, las dificultades de adaptación se
asimilan a un inválido, por su incapacidad de aportar fluidez a los intercambios sociales.
“La preparación sacrificial convierte a la víctima en los suficientemente semejante a los
objetivos “naturales” y directos de la violencia (…) para asegurar la transferencia de las
tendencias agresivas, para hacer de esa víctima, un objeto “apetitoso”, que siga siendo la
mismo tiempo extranjera y diferente como para que su muerte no corra el peligro de
arrastrar la comunidad a un ciclo de venganza. La única persona susceptible y tal vez
20
obligada, hasta cierto punto, a abrazar la causa del prisionero, es su mujer. Si se toma este
papel excesivamente en serio, es inmediatamente ejecutada. Y si la pareja tiene hijos, son
igualmente ejecutados.” (Girard, 1995: 289).
Entre la comunidad y la víctima no existe lazo social alguno que los una, por ello, las
represalias de sus allegados que sienten la obligación de vengar lo sucedido, son
inexistentes. Los más débiles callan, mientras los más fuertes se encargan de esparcir el
terror en la comunidad, convirtiéndoles en sospechosos de traicionar una comunidad a la
que sólo pertenecen a medias (Girard, 1995: 271). He ahí que el menos sanguinario, y por
ello, el más débil y el menos protegido de todos, resulta a fin de cuentas, inculpado.
Primero, construyen la figura del enemigo, luego le adjudican la responsabilidad de ser el
intruso que ha envenenado y corrompido el sano cuerpo de la nación, concluyendo en su
extirpación, para que la nación pueda recuperar la salud perdida.
Elegir a una víctima propiciatoria prohíbe a la comunidad continuar con la violencia
recíproca que había perdurado, al mismo tiempo que se cercioran de no ser potenciales
víctimas del sacrificio10
. El carácter monstruoso de los miembros de la comunidad se refleja
en la víctima propiciatoria (Girard, 1995: 281). No hablamos de individuos exteriores a la
comunidad, más bien el término correcto es marginales de la comunidad. A mayor odio de
la comunidad por la víctima, mayores resultados obtendrá el mecanismo del chivo
expiatorio.
La víctima por ende es un malestar que simboliza, en la forma más simplista, quién es parte
de una sociedad y quién no lo es. Locke afirma: “Vemos pues, que al quedar excluido el
juicio particular de cada uno de los miembros, la comunidad viene a convertirse en árbitro y
que, interpretando las reglas generales y por intermedio de ciertos hombres autorizados por
esa comunidad para ejecutarlas, resuelve todas las diferencias que puedan surgir entre los
miembros de dicha sociedad en cualquier asunto de Derecho, y castiga las culpas que
cualquier miembro haya cometido contra la sociedad, aplicándole los castigos que la ley
10
“Cuando otro es sacrificado en mi lugar, estoy en libertad de seguir viviendo con la tranquilidad de que pague por mi culpa… cuando el Otro se sacrifica en mi lugar, yo me sacrifico a través del Otro.” (Žižek, 2005: 132).
21
tiene establecidos. Así resulta fácil discernir quienes viven juntos dentro de una sociedad
política y quiénes no." (1969: 64).
La víctima “necesariamente debe ser culpable” para que pueda ser castigada. Ahora bien,
cuando se dice que “debe ser culpable”, esto no implica la veracidad de los hechos y
pruebas contra la víctima, únicamente se requiere el consenso de la población en la decisión
tomada. Una vez se identifique al culpable, este debe ser sacrificado o expulsado, ya que al
identificar una solo víctima, la rabia no resurge una vez que se le ha matado (Girard, 2006:
63). Por último, la comunidad deberá mentalizarse que el acto perpetrado no es asesinato
sino “purga social”, y de esta forma encontrar el sacrificio como acto de justicia y no como
crimen. Pero a fin de cuentas, el trasfondo de todo sacrificio, ya sea bueno o malo, posee un
común denominador: la violencia.
Desde la perspectiva de la comunidad, el sacrificio de la víctima es doblemente “benéfico”:
la unanimidad de la comunidad pone fin a la violencia que anteriormente se dejaba ver en
todos los planos, así como también impide a toda costa que la verdad jamás aflore entre
ellos. Debido a estos impactantes resultados, se encuentra necesaria la culpabilidad de la
víctima, ya que sin ella, el mecanismo del chivo expiatorio no tendría sentido alguno.
Y es que la muerte de una víctima para la restauración de toda una comunidad no es una
premisa nueva y mucho menos inventada. Caifás en el libro de Juan 11,50 lo reconoce
claramente: “Nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación
perezca”, o bien, como dice Mateo 12,15: “Todo reino dividido contra sí mismo, es
desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá”, será entonces
necesario presentar una víctima al sacrificio.
3. Teoría mimética: ¿Solución o ilusión?
En páginas anteriores, se ha remarcado la existencia de paz y solidaridad en las
comunidades luego del sacrificio de la víctima. Esto de ninguna manera significa, que las
crisis presentes en dichos lugares sean solucionadas. Sin embargo, las crisis se perciben
como tales cuando éstas afectan directamente las relaciones humanas. Para Zambrano
(1988), es de la comunidad donde se obtiene la seguridad, certidumbre y tranquilidad
necesarias para vivir y convivir. La angustia solo se apodera del individuo cuando este deja
22
de ser reconocido en su comunidad, y como Girard lo menciona, si alguien no es
reconocido en la comunidad, es porque todos se encuentran en el papel de dobles de todos
los demás. Es entonces donde la sociedad se torna análoga a la naturaleza y el deterioro de
las relaciones sociales toma presencia.
En otras palabras, lo más importante de esta teoría es remarcar el hecho de que las crisis
nunca son solucionadas realmente. Este mecanismo solo provee la percepción de su
supuesta solución, pero en el fondo, esta teoría lo único que restaura son las relaciones
humanas perturbadas por la crisis. Žižek (2005: 31) aporta un supuesto en la misma línea de
Girard, ya que afirma que lo que comienza con placer (deseo) termina en repulsión y
violencia. Claro está en que el punto clave de este trastorno violento es que en realidad
nada cambió, la causa de todo esto es simple: el cambio se dio en la posición del otro en
relación al propio marco de referencia fantasmático.
En fin, el terror, la histeria y la violencia desaparecen cuando el prójimo ya no es percibido
como un lobo, una bestia salvaje, sino nuevamente como individuo. Esto restaura las
relaciones humanas trayendo consigo una percepción de paz y tranquilidad, que no se pinta
de otra manera que como un simulacro de resolución de conflicto.
“Es cierto que los chivos expiatorios no curan las auténticas epidemias, ni las sequías, ni las
inundaciones. Pero ya he dicho que la dimensión principal de cualquier crisis es la manera
en que afecta las relaciones humanas… el chivo expiatorio se limita a actuar sobre las
relaciones humanas trastornadas por la crisis pero dará la impresión de actuar igualmente
sobre las causas exteriores, las pestes, las sequías y otras calamidades objetivas” (Girard,
1986: 62). La violencia reafirma la idea de sacrificar víctimas para el bienestar social; no es
una necesidad del sacrificio como tal, sino una necesidad al sacrificio por restaurar los
lazos sociales que deterioran dichas crisis.
Las incógnitas iniciales se acuerpan de respuestas bajo la explicación teórica de Girard.
Este estudio basado en la mímesis afirma que lo que desemboca en vapuleo/linchamiento,
se origina con un deseo que en ciertos casos es el causante de conflicto. Un conflicto que de
no ser solucionado, se convierte en rivalidad y con ello, se hace uso de la violencia. El
proceso se colectiviza, promoviendo un ambiente de inseguridad social que terminará
23
únicamente, cuando en consenso, encausen la culpa, el odio y la violencia en una sola
víctima. La paz regresará a los miembros de la comunidad cuando el chivo expiatorio haya
sido eliminado o expulsado.
La víctima sacrificial, por ende, juega un papel muy importante en la vida de una sociedad
en crisis. Ya que será necesaria su muerte para restablecer la paz y seguridad perdida. Su
fallecimiento no solo es percibido por sus miembros como la eliminación del “mal”, sino
además faculta a la comunidad de solidaridad y cooperación al momento de inculparlo. Y
lo más importante: La víctima sacrificada restituye las relaciones humanas que a causa de la
crisis se habían agrietado.
Si esta teoría encuentra limitantes, será necesario analizarla desde algún caso concreto para
determinar la veracidad del mecanismo y la importancia de las víctimas sacrificiales.
24
Capítulo II
Guatemala: Una sociedad violenta para un tiempo de crisis11
“Guatemala es un pueblo que no canta, que no habla, inhibido. Un pueblo alerta, introvertido, ignorante e ignorado… Le
han roto los dientes, Se blinda de cautela o indiferencia fingida, semidormido, en guardia hace siglos, esperando la más
pequeña oportunidad para gritar audazmente su miseria… No ha sido el país de la eterna primavera, sino el país de la
eterna tiranía. Un pueblo golpeado, silencioso y verídico. Un pueblo que no canta”
(Luis Cardoza y Aragón)
“…el héroe popular parece ser una multitud en vez de una persona: ya no se trata de individuos autónomos sino de otro
ser –la muchedumbre paranoica- estúpidamente aterrorizado por unos rumores absurdos”
(Diane M. Nelson, Guatemala: Violencias Desbordadas)
“Ni usted ni yo podemos estar seguros de que usted es malo y yo tampoco”
(Testimonio de un entrevistado)
Era un viernes pasadas las 9 de la mañana, se rumoraba entre los estudiantes que en las
afueras de las instalaciones de la Universidad Rafael Landívar, habían capturado a unos
ladrones y los retenían justo enfrente de la entrada al parqueo no. 5. En cuestión de
minutos, los alumnos saturan el lugar encaminados desde diversas direcciones, todos se
aglomeran para presenciar el hecho. Los primeros en llegar, encuentran en el piso boca
abajo a tres presuntos ladrones: un niño de 11 años, un joven de 16 aproximadamente y el
más grande de 21 años, “…de ahí típico, alguien dijo démoles verga y cabal a los tres que
estaban en el suelo les empezamos a dar”12
. La desesperación impulsa al más grande a
fugarse, con torpes intentos logra levantarse corriendo en la única dirección posible: la
parada de buses, seguido por unos ocho estudiantes que intentan frustrar su escape. Sin
salida, el presunto ladrón ansía alejar a empujones a sus cazadores para evitar que le
atrapen. Sin embargo, la suerte le traiciona, y justo por la parada de buses, otras personas se
percatan de lo sucedido y lo aprisionan (sin certeza, versiones apuntan estos, fueron los
choferes de los buses, otras versiones señalan que fue uno de los que cuida el parqueo). Lo
cierto es que al atraparlo, nuevamente los estudiantes reviven el calvario de aquel hombre
entre patadas y golpes.
11
Título copiado del blog de Ernesto Milá del martes 15 de agosto del año 2006. 12
Lo que se encuentra entre comillas es el relato de los entrevistados.
25
Llegado este punto, el grupo de ocho alumnos se convierte en una turba de treinta, y entre
agitaciones violentas, gritan “…sos un marica, sos un maldito, deja de hueviar…”. Entre
insultos y alaridos una voz lidera sugiriendo “muchá, quitémosle los zapatos y lo
amarramos puro coche y órale dijimos todos. Le quitamos los zapatos, lo amarramos de las
manos y de los pies y lo dejamos puro cochito ahí tirado… y empezó la fiesta de patadas”.
Un motorista13
que pasaba por el lugar se detiene a contemplar el show del momento e
incluso, toma la iniciativa de ofrecer gasolina para prenderle fuego. Los jóvenes
tranquilizan al autor intelectual de la idea exclamando “Lo vamos a patear y todo pero,
tranquilo”. Los policías del centro educativo, los únicos intermediarios en el lugar,
pretenden calmar los instintos agresores de la enardecida turba. Filtrándose entre la
muchedumbre, logran llegar a las primeras filas, intentando resguardar la vida del presunto
ladrón. Dos de ellos, pretenden levantarlo, el joven apenas puede sostenerse en pie, con
dificultad trasladan ese bulto de carne y huesos a la garita para auxiliarle. Esta obra trágica
ya no cuenta con ocho ni con treinta actores, ahora son más de cincuenta personas
exigiendo a las autoridades entre empujones y gritos que les entreguen al ladrón, con
inútiles resultados.
De pronto, otro estudiante incursiona en la escena y les grita “muchá, allá están los otros
dos arriba… ya éramos como 70-80 y todos para arriba”. En el lugar inicial de los hechos,
se percatan de que el niño y el adolescente se encontraban dentro del parqueo, asegurados
tras la única puerta en cerrojo. La malla, la única protección entre los ladrones y la turba, se
convertía en su única esperanza de vida. El niño lloraba desconsoladamente mientras el
joven de 16 años se culpaba a sí mismo de su desgracia y aceptaba a voz audible el castigo
que la multitud quería imponerle. El miedo se había apoderado de sus palabras y sentido
común, sus declaraciones solo podían alimentar ahora las acciones de esa violenta turba que
no hacía más que intentar eliminar esa malla de por medio. Tras varios intentos fallidos, era
inútil, la malla seguía separándolos. Una sirena se escucha cada vez más, acompañándose
de una patrulla negra… llegó la policía nacional.
Los policías de la universidad, sin perder tiempo alguno, abren las puertas del parqueo e
intentan entregar los ladrones a la PNC. Pero es inútil pasar por una jauría de lobos feroces
13
No hay seguridad en estos hechos, algunos de ellos son contradictorios en cada relato.
26
sin que arrebaten su presa, la turba se deja ir contra los policías, quienes ante la desigualdad
de fuerzas, no tienen más remedio que soltar al joven de 16 años, dejándole en manos de
los estudiantes. Estos, lo arrastran hacia la malla y las patadas aperturan su llegada.
Dentro de la multitud, se distingue un estudiante que con palo de madera en mano desata su
furia contra el cuerpo del ladrón. Otro, corre hacia su carro en busca de una manopla y
regresa ansioso para impregnar en su cuerpo un recuerdo de esta, pero al percatarse del
obstáculo que representaba la patrulla en la escena, se acerca hacia uno de los policías:
“Mire poli, mueva la radiopatrulla que no nos deja agarrarlo limpio… No tenga pena joven
y retrocedieron la patrulla”. Con la patrulla fuera de escena, más personas se acercan a
pegar, patear, cualquier acción que implicara lastimar al joven, hasta que este, no reaccionó
más.
La policía nacional al percatarse de la situación, se acerca a la víctima para cargarla en
calidad de bulto e intentan subirlo a la palangana del pickup. Pero este movimiento suscita
las pocas fuerzas del joven, quién abre los ojos nuevamente, reactivando la violencia en los
estudiantes que empiezan a patearle. Muchos toman la iniciativa de agarrar piedras y
arrojarlas a la radiopatrulla, los policías también están siendo apedreados. Uno de los
participantes se instala en la parte de atrás del pickup y en la primera oportunidad que se le
presenta, le suministra al joven el golpe de gracia, el último golpe: “…estaba en la
palangana, yo lo jalé por atrás y lo agarre, como cuatro cuentazos y el cuarto se lo pegué
bien puesto que ahí quedo tirado… todos va de aplaudirme…”. Con un presunto ladrón
inconsciente en la radiopatrulla, van en busca del niño que aún permanecía dentro del
parqueo, a quién la multitud deja pasar tranquilamente, dejando entrever la “inmoralidad”
que implicaba vapulear a un menor, quién en pleno llanto y aterrado de lo que presencian
sus ojos, sube al pickup.
Terminado el suceso, los estudiantes se disponen a retornar a sus actividades, cuando de la
multitud, otro estudiante se hace notar, gritando “Muchá se van a llevar al otro, lo van a
sacar de la garita”. Esto, reúne nuevamente a la multitud, quienes corren hacia la garita en
espera de que lo intenten subir a la patrulla. Y el mismo proceso se repite, mientras lo
llevan a la patrulla, los estudiantes se acercan a pegarle, patearle, algunos le tiran cerveza y
27
uno de ellos, le escupe un chicle que casualmente cae en su boca. Los dos mayores
terminan con la ropa rasgada, llenos de sangre y en un estado crítico.
La ambulancia que llega ya ausente la policía y los presuntos ladrones, atiende a varios de
los victimarios que por la golpiza se quejaban de la mano que minutos antes no paraba de
chocar bruscamente contra el cuerpo de aquellos hombres “malos”. Un bombero, molesto
con lo ocurrido, se dirige a uno de ellos reprochándole: “¿por qué no los mataron hombre?
Nosotros a ustedes los venimos a ayudar, a esos desgraciados se los hubieran quebrado en
lugar de llevárselos vivos”.
Minutos después, sin ladrones, sin policía y sin ambulancia en el lugar, varios espectadores
cierran los celulares que en su momento lograron captar toda la escena del vapuleo y en
cuestión de segundos el lugar es despejado, y los comentarios de lo sucedido se relatan en
forma de asombro y risas. ¡El show ha terminado!
Este vapuleo perpetrado por los alumnos de la Universidad Rafael Landívar el viernes 22
de enero del año 2010, ¿puede acaso analizarse desde la teoría mimética? ¿Es factible
identificar el proceso previo al vapuleo? ¿Existe un perfil del sujeto amenazante que
conlleve a la victima sacrificial en la sociedad guatemalteca? Para dar respuesta a las
interrogantes, será necesario evidenciar si efectivamente existe una crisis que posibilite la
explicación de la víctima sacrificial, identificando a su paso, los cuatro niveles de la
mímesis.
Para el respectivo análisis, fue necesario realizar entrevistas de las cuales se pudiera
identificar, extraer y analizar factores que dieran lugar a la existencia de deseo mimético,
rivalidad mimética, crisis sacrificial y la fase de resolución: chivo expiatorio. Se optó por
entrevistar a los alumnos14
de la Universidad Rafael Landívar que participaron en el
vapuleo relatado con anterioridad. La modalidad de la entrevista intentaba crear un
ambiente cómodo para encontrar en el estudiante la mayor honestidad posible sin sentirse
estos, temerosos de que se les tachara de inhumanos o violentos.
Dicha entrevista se conforma de varias partes: la primera, pretende conocer la forma de
vida del entrevistado: su rutina. Esto, con la finalidad de encontrar una vida llevada por
14
Los alumnos entrevistados son cinco hombres partícipes del vapuleo.
28
estrés, tensiones, etc. En la segunda parte se le presenta una serie de escenarios, donde el
alumno debe responder cómo reaccionaría en cada uno de ellos o bien como ha reaccionado
si este ya ha sido su caso. Lo anterior, para conocer los pensamientos, percepciones e
impulsos que el alumno tendría ante algún hecho específico donde su vida, sus bienes o su
libertad peligren. Seguido de la realización de un listado de momentos, cosas o personas
que le influyen miedo y temor, y una segunda lista de momentos, cosas o personas que
inciten su furia, su enojo. Con estos listados se pretende conocer todo lo que inquieta, enoja
y teme el entrevistado, así como la facilidad de perder los estribos y el temor que amenaza
su vida diaria.
La siguiente parte consta de preguntas aleatorias que ayudan a la argumentación de detalles
específicos de la investigación, así como su percepción de la vida en Guatemala. Se
continúa con la base central de la entrevista, que es el relato del vapuleo, concluyendo la
misma, con el tema electoral y la inclinación de los estudiantes en torno a ciertos
candidatos y sus propuestas.
Como una epidemia, las crisis crecen a medida que las comunidades intentan encontrarles
una cura, aunque el principal reto, radica en controlar el miedo y la paranoia que se
extiende más rápido que la propia crisis. La única solución ante una epidemia viral, consiste
en localizar la causa original del gran desastre que amenaza a la comunidad, es decir, el
deseo mimético.
1. Deseo Mimético: El origen
Los hallazgos indican que una multiplicidad de conflictos iniciales fácilmente pueden ser
posibles causantes del sacrificio final. Un buen ejemplo puede encontrarse en las modas
juveniles, donde la tenencia de un cierto modelo de celular es anhelado por cada vez más
estudiantes, como lo es el blackberry por ejemplo. Al indagar del porque de la compra de
ese aparato en especial, todos los entrevistados contestaban “me es más fácil
comunicarme”; “todo el mundo lo tiene”. En otras palabras, las modas promueven gran
variedad de deseos sociales, deseos que posteriormente pueden transformarse en posibles
29
rivalidades. Especialmente cuando el deseo adquirido es arrebatado por otro individuo, en
un robo por ejemplo.
Por otro lado, las largas estadías en el tráfico parecen ser el detonante de futuras rivalidades
entre miembros de la comunidad, así como ofender la honorabilidad masculina ya sea por
mujeres, fuerza, etc., donde un simple descontento, se puede tornar en una rivalidad a
muerte. En fin, en varios ámbitos de la vida, el joven es acechado continuamente por deseos
en la casa, en el trabajo, en el tráfico, en el Estadio, en las fiestas, etc. Deseos que solo en
algunos casos proceden a transformarse en rivalidades.
2. Rivalidad Mimética
a. Estrés, histeria, amenaza…
En esta fase, la rivalidad emerge como ya se ha planteado, sin embargo, esta continúa
siendo a nivel individual. La presencia del estrés, la histeria y la amenaza son comunes en
este punto. En algunos casos, el enojo proviene de los tres sentimientos anteriores y con
ello, varios sucesos pueden desencadenarse.
En el caso de los entrevistados, se identifica que el mayor problema se da en el tráfico. A
pesar de declarar directamente su tranquilidad frente al volante, la desesperación invade sus
cuerpos, especialmente cuando van tarde a algún lugar y con ello una simple luz roja, la
imprudencia de otros conductores, los “inoportunos” de Emetra, o bien un simple carro
descompuesto hace del individuo una persona dominada por el impulso, activando su
vulnerabilidad ante cualquier situación.
Mencionan que la demora de apenas minutos más en casa, puede transformarse en horas de
tráfico, repercutiendo negativamente en el humor manejado en las actividades restantes del
día. La amabilidad en cuatro ruedas existe únicamente cuando la persona no está estresada
o en palabras simples, cuando ésta, no va tarde a su destino predilecto; “Hay un punto
donde ya no puedo más y me empiezo a tirar entre los carros como que soy baboso” afirma
uno de los entrevistados. La cultura de dar y pedir vía es una regla que siempre termina
siendo la excepción, como bien lo confiesa otro entrevistado: “…la verdad yo sí me meto,
30
yo sé que no está bien… si me le tiro a la mara debería dejar que se me metieran, pero a mí
sí me cae mal que se me tiren… a veces doy y pido vía, pero cuando voy estresado y tarde a
algún lado, no doy ni pido vía”.
En cuanto a la lista realizada con todo lo que enoja y enfurece al alumno entrevistado, se
encuentran las peleas. Una mala mirada, un simple empujón, atentan con la honorabilidad
masculina, es decir, esta ha sido amenazada, y el disgusto se hace presente para defenderse,
ya sea amenazando de vuelta o peleando directamente para evitar ser reducido a aquello
que puede ser lastimado.
La intolerancia, se encuentra en niveles sumamente altos, donde incluso los hermanos
fácilmente pueden enojar al individuo por el detalle más mínimo, desencadenando la furia
del mismo. Un dato interesante se encuentra en una respuesta común en el 50% de los
entrevistados y es: “que me contradigan cuando tengo la razón”. Esto claramente demuestra
que no hay lugar a segundas opiniones, y una perspectiva distinta puede ser motivo de
conflicto, rivalidad y posteriormente, violencia.
b. Ataque Sorpresa
Si la sorpresa implica una ventaja, vale la pena evitarla golpeando primero… un
comportamiento que se deja notar en repetidas ocasiones. Donde el tema de la portación de
armas ayudó a comprender en gran manera esta estrategia del conflicto. Argumentan, los
entrevistados, que a raíz de la inseguridad, varias personas están optando por la protección
de un arma, “Yo paso todos los días por ahí donde dan los permisos para portar arma y
siempre hay cola…”. Y mientras unos se oponen a la portación de armas y otros lo
encuentran como una necesidad, absolutamente todos concuerdan en que un arma de alguna
manera modifica la manera de actuar del individuo, convirtiéndose estos en “machitos”,
“desprotegidos” o “prevenidos”.
El abordaje de un ladrón sería más seguro sin arma para unos y con arma para otros, de una
u otra forma, no dejan de pensar bajo la lógica del ataque sorpresa, donde el temor de que
el otro pueda estar a punto de actuar, en la errónea creencia de que nosotros estamos a
punto de actuar, nos da motivo para actuar nosotros, y eso justifica el motivo del otro. Los
entrevistados se manifestaron: “… uno no sabe si el otro tiene pistola, entonces mejor no
31
hago nada.”; “…Si un ladrón me mira con arma, creo que la usaría el primero antes que yo.
Entonces si me asaltan y no tengo pistola, creo que sería más sencillo”.
Aunque algunos aseguran no ponerse nerviosos en casos como este, evitan las sorpresas
manteniéndose en constante alerta con acciones sencillas: En semáforo, dejar un carro y
medio de distancia con el de adelante, ver por todos los retrovisores para saber que se tiene
a los lados, atrás y controlar si hay motoristas y que tan cerca del carro se encuentran.
En la misma línea, se presenta una anécdota muy particular, que literalmente ejemplifica la
estrategia del ataque sorpresa:
“En el paso a desnivel para salir de San Cristóbal, subís y hay un paso a desnivel para salir
al periférico. Pasando ese paso a desnivel yo venía con las ventanas abajo, con la música y
todo y bajando había cola, entonces baje la velocidad y se me puso una moto a la par, yo
iba solo. Mi reacción fue voltear a ver, el chavo se hizo así (se metió la mano atrás como
para sacar algo) y se me quedo viendo. Cuando me hizo así yo lo único que hice fue poner
la mano del lado del copiloto para ver que hacia (simulando agarrar un arma). Unos tres,
cuatro minutos se me quedo viendo así con la mano atrás, y cuando vio que ni él ni yo
reaccionaba fue como ni modo, y se fue. Porque yo siento que si en ese momento hubiera
tratado de cerrar los vidrios, yo digo que me saca la pistola y me roba, pero me le quede
viendo como que me vas a hacer va. Y no cargaba nada a la par, pero él pensó que yo tenía
arma, y cualquier cosa me dispara, pero mi reacción fue voltear a ver, poner la mano en el
copiloto y ver que hacía.”
Existen casos que han acontecido bajo la misma lógica en la sociedad guatemalteca y
muestra de ello es la noticia de portada leída de la siguiente manera: “Confuso incidente
deja dos muertos en la zona 10”15
. Incidente que según la policía consta de dos versiones, la
de Otto Said, quién relata, se encontraba con sus dos hijos en el picop placas P-785 CSQ,
dirigiéndose a trabajar. En un semáforo, ven a un vendedor de tarjetas telefónicas,
ofreciéndose uno de sus hijos, bajar para comprar una. Corre hacia el vendedor, y un
hombre en motocicleta junto a este último, al ver al joven acercarse hacia ellos con rapidez,
desenfunda su arma de fuego y le dispara. Said al ver lo ocurrido, acelera y atropella al
1515
El Periódico, Guatemala, 15 de diciembre del año 2009
32
motorista para luego bajar del picop, tomar el arma de fuego que se encontraba en el suelo
para matar a Córdoba Gómez, el motorista. Sin huir del lugar, espera a la Policía y se
entrega. Fiscales tratan de establecer lo ocurrido, pues otra versión es que el joven iba a
asaltar a los vendedores de tarjetas, lo que motivó la reacción de Córdova Gómez.
Con las respuestas de los entrevistados y el anterior, como un caso a mencionar, dan fe del
constante estado de alerta en el cual se mantienen los ciudadanos guatemaltecos ante
cualquier situación sospechosa, o bien, que emane histeria, estrés y sobre todo, amenaza.
3. Crisis Mimética
a. Fantasía: Una realidad extorsionada
Entre tanto estrés, histeria y amenaza, la pregunta es, ¿en qué realmente cree el ciudadano?
Es decir, es evidente la existencia de una crisis de inseguridad, pero hasta que punto, esto
llega afectarle al ciudadano en términos reales. Bajo la línea de Žižek (2005:67), cabe
resaltar por ende, el análisis de estos hechos deplorables no como realmente son, ya que
esta realidad de crisis es en efecto, la expresión pervertida y distorsionada de un problema
real. Siendo este, el principal punto que se desea probar en este subtema: la distorsión de la
realidad. Por ello, se mencionan a continuación algunas estadísticas aunadas a la percepción
del entrevistado en torno ciertos hechos, en la actual crisis de inseguridad.
Primero, es necesario pintarle un panorama general al país en términos de inseguridad, en
base a estadísticas de la ONU. El “Informe de Desarrollo Humano para América Central
2009-2010” posiciona a Guatemala, solo atrás de El Salvador y adelante de Honduras, en
los primeros lugares con la mayor tasa de homicidios16
. Según datos abstraídos del informe
“Guatemala: Hacia un Estado para el desarrollo humano 2009-2010” de PNUD, del año
2000 al año 2008 dicha tasa, muestra un patrón ascendente, a excepción del año 2007. De
igual manera, el promedio de secuestros incrementó de 28 en el año 2000 a 326 en el año
2008.
16
Estadísticas correspondientes al año 2005
33
Incluso los jóvenes entre 15 y 24 años, tienen treinta veces mayores probabilidades de ser
víctimas de homicidio que un joven de Europa y setenta veces más que los jóvenes de
países como Grecia, Hungría, Inglaterra, Austria, Japón o Irlanda17
.
Basados en estas estadísticas, el ciudadano guatemalteco posee una idea general de la
inseguridad en Guatemala. En base a esto, toma sus precauciones para no ser víctima de
robos, asaltos u homicidios y en “momentos oportunos” evita dichos incidentes eliminando
al enemigo antes que pueda atacar, o castigándole severamente luego de haber perpetrado el
hecho. Es decir, la constante alerta evidenciada en el subtema anterior, supone un
comportamiento del individuo, no en base a la realidad, sino en base a la distorsión de esa
realidad que incorpora una fantasía horrorífica potenciada. En fin, el peor de los escenarios
se centra como el único y más probable a suceder en cualquier momento y en cualquier
lugar.
Dentro de los escenarios propuestos en la entrevista, se pintaba uno de ellos a secas, sin
mayores detalles… “Te para la policía”, escenario que no arrojó repuestas hipotéticas sino
diversas experiencias incómodas con referencia a estos servidores públicos. La primera de
ellas empezaba el relato de esta manera: “Me pararon hace tres semanas y no cargaba la
tarjeta de circulación, al principio me puse nervioso… empezaron a revisar el carro, mi
bolsón, las calculadoras, todo. Abrían la tapa de las calculadoras y revisaban ahí, la
guantera, todo…no encontraron nada pero se iban a llevar el carro… de ahí se fue a hablar
con otro policía y me dijo metete al carro con tus amigos, junta dinero y me lo das en la
mano así disimuladamente… [¿te da miedo que te paren?] Sí, me da miedo… ponete de
noche a veces pasan radiopatrullas y siempre busco evitarlas para que no me paren”
Un segundo relato se introdujo entre risas, al recordar el extraño acontecimiento: “El
semestre pasado lleve marco legal, entonces entre el montón de cosas que nos enseñó el
licenciado dijo que un policía no te puede sacar del carro si no tiene orden. Entonces me
pararon en la zona 12 como a las dos semanas que me habían enseñado eso y yo también
por ingenuo o no sé. La cosa es que me parqueé, y se acercó un policía. Yo iba con un cuate
y se acercó del lado del copiloto y nos dijo, miren jóvenes bájense, y yo le dije momento,
17
Estadísticas obtenidas del informe “Guatemala: Hacia un Estado para el desarrollo humano 2009-2010”, PNUD.
34
yo si quiere le puedo mostrar mis papeles, mi licencia pero no me voy a bajar porque no
tiene orden. Y ellos, sí que no sé qué, y como tenía los vidrios abajo, agarro la manecilla de
la puerta y quería abrirla y nos decía bájense, y tenía un radio en el hombre y dijo por ahí,
estos jóvenes están poniendo resistencia. Entonces ya me puse enojado porque de tanto
jalar la manecilla de la puerta ya sentía yo que se la echaba. Entonces le dije yo, sabe que,
ahorita me voy a bajar pero deje la puerta porque se la va a echar. Y el, no que bájense, y se
acercó otro policía de mi lado y me encañonó y yo dije, está bueno. Apague el carro y me
baje, y me gritaron tiene arma y yo le respondí, no imbécil, revíseme hijuelagran, y me
empezó a revisar, entonces me di la vuelta y le dije ya vio que no tengo arma que le pasa. Y
él me dijo, no es que ustedes como hacen eso, pero si ustedes no tiene derecho a bajarnos
cuál es la onda. Pero nos ha pasado que a veces hablamos normalmente y nos disparan, ya
le ha pasado a otros compañeros. Si le dije yo, pero yo sé de policías que han asaltado a
gente, los encañonan les quitan todo y se van. O sea ni usted ni yo podemos estar seguros
de que usted es malo y yo tampoco… al final se pararon disculpando, pero me dio risa…”
Con estos dos ejemplos encontramos una percepción de desconfianza hacia la policía, la
cual en lugar de brindar protección, influye temor en relación a que les puedan hacer, ya sea
robarles, implantarles droga o bien pedirles mordida. Estos dos testimonios no pretenden
asegurar la generalización de temor en torno a la policía, ya que no son encuestas
representativas, pero aunado a este sentimiento se presenta una gráfica que refleja lo
anteriormente discutido:
Fuente: Barómetro de las Américas, por LAPOP (2009) utilizado por PNUD en su informe Guatemala 2009-2010
0 10 20 30 40 50 60 70
Haití
Costa Rica
El Salvador
Guatemala
Percepciones de que la Policía estáinvolucrada en crimen en América Latina y el Caribe (2008)
(en porcentajes)
%
35
Es necesario hacer énfasis nuevamente en una parte del testimonio: “Pero nos ha pasado
que a veces hablamos normalmente y nos disparan, ya le ha pasado a otros compañeros. Si
le dije yo, pero yo sé de policías que han asaltado a gente, los encañonan les quitan todo y
se van”. A pesar de contar con diversos casos donde la policía no es de fiar, la fantasía
eleva el nivel de desconfianza hacia estos servidores públicos. Todas las entrevistas lo
confirman: “…Incluso la PNC es bien insegura, ya ni se siente uno seguro cuando va cerca
de una patrulla”; “[me da miedo]… que me pare la policía” es el sentimiento generalizado
de los entrevistados.
La guerra de todos contra todos como lo exponía Girard en la teoría, está presente en la
sociedad, la misma gente no sabe en quien confiar, quién es bueno, quien es malo, quien es
un criminal y quien es un amigo. Por ello, la mejor actitud del ciudadano es mantenerse en
constante alerta, porque lo que antes era un ciudadano, hoy su prójimo lo percibe como un
lobo, una bestia que puede atacar en cualquier momento.
Como se mencionó, las estadísticas reflejan una realidad: En el año 2009, se crea el decreto
105-2009 por medio del cual se autoriza la circulación de motocicletas solamente con una
persona al volante. Además todos los motoristas deben portar un chaleco y casco con el
número de placa legible. Medida implementada de urgencia debido al incremento de
crímenes en dichos vehículos. Pero, el problema que aquí se presenta, no es el incremento
de crímenes en motocicletas, sino la falsa percepción de la sociedad de que todas ellas son
conducidas por un ladrón u homicida. Como bien lo afirma Žižek (2005: 15), “en lugar de
una verdadera descripción de los antagonismos que recorren nuestra sociedad, nos
permitimos una percepción de la sociedad como un todo orgánico…”. Es decir, una mala
experiencia o la información de cierto hecho, conlleva a los ciudadanos a generalizar que
un hecho similar al experimentado o conocido, será exactamente igual.
El mejor ejemplo de esta percepción, fue el escenario donde se mencionaba la espera en un
semáforo y la llegada de una motocicleta a la par del carro: “…uno no sabe si le van a
poner, siempre estoy al tanto de las motos en los semáforos”; “a mí me han asaltado una
vez, me tocaron el vidrio unos motoristas y me pidieron mi celular y mi billetera”; “[Me da
miedo]… cuando una moto se pone a la par en un semáforo”; “Por el tipo de moto uno sabe
si le van a poner… si es una Harley no te van a robar, pero si es una moto normal, si me
36
asusto”, en fin, el estado de alerta se mantiene aún en el tráfico, ya que los ciudadanos
manejan el pensamiento de que cualquier motorista puede robar en cualquier momento.
De igual manera, se manejan estadísticas sobre la inseguridad por la noche, especialmente
de los lugares destinados para las reuniones sociales. Las percepciones se manejan en la
misma línea, pero con una mezcla de fantasía potenciada. La mayoría de padres de los
entrevistados, sugieren a sus hijos no salir de noche o al menos, regresar temprano,
comunicarse constantemente y mejor aún, si las reuniones se realizan en casas evitando los
lugares públicos como la “Zona Viva”, ya que varios de ellos han sido víctimas de robo o
bien, partícipes u observadores de actos violentos por estos lugares. Uno de ellos da
testimonio del auto-consuelo que obtiene al saber que en cualquier lugar donde lleve carro
de noche, siempre habrá carros mejores para robar antes que el de él, pensamiento que lo
tranquiliza siempre que parquea su carro en lugares desolados o peligrosos.
Por último, a los entrevistados se les pide identificar el principal problema de Guatemala:
La mayoría de ellos, están convencidos, que lo que en la siguiente fase se maneja como
crisis, es la inseguridad, la violencia y en menor escala, la pobreza. La mayoría se percibe
en Guatemala en un ambiente violento, delincuencial; Donde quién debe permanecer tras
las rejas es libre y el ciudadano que es libre, opta por resguardarse tras sus balcones y
puertas con cerrojo. Y la culpa de la situación nacional para la mayoría de entrevistados,
radica en el gobierno por ser estos incapaces de velar por la seguridad y el bienestar, y para
una minoría, la culpa de lo que sucede proviene de cada uno de los individuos.
Afirmaba un entrevistado: “En realidad nadie hace nada por nadie, que es lo que tiene más
fregado a Guatemala, yo pienso en mí y en nadie más, por mi familia y los demás que se
frieguen y así piensa el presidente, así piensa todo mundo. O sea, tal vez conscientemente
dicen no soy así, pero en el inconsciente, si somos así, sino Guatemala no estaría como está
ahorita. Cada uno, piensa en su pellejo y en el de nadie más. ¿La culpa de quién es? de
todos, para mí de todos.”
El problema por ende, radica en lo que Žižek menciona “lo que la fantasía se esfuerza por
representar es, a fin de cuentas, la escena imposible” (2005: 22).
37
b. Dobles monstruosos
Llegado a este punto, la identidad individual desaparece y el anonimato toma presencia. E
igual que robots, todos piensan y actúan de la misma manera. Ya no se tiene conflictos
individuales, sino una turba enardecida producto de la crisis. Turba que a pesar de ideales,
nivel educativo, status social, moral, político o económico, actúan exactamente de la misma
manera, y solo luego de saciar esa sed de violencia, vuelven a la calma.
Esta colectividad activa su radar para buscar culpables, pero, ¿Culpables de qué? Pregunta
que ni aún el victimario es capaz de responder, lo único que sabe es que alguien debe pagar
por el constante estado de alerta que maneja en calles, semáforos, lugares públicos, etc.
donde cada día, el ciudadano se siente carnada potencial para el “enemigo”. Diariamente la
amenaza es latente y en este nivel, es necesario redirigirla hacia el enemigo, el culpable de
mi estadía en ese estado natural.
Al actuar todos de la misma manera, cualquier sugerencia es acatada como orden y se
ejecuta. En la entrevista, esta turba lo compara con la “presión de grupo”, de la cual dicen
haber sido víctimas al justificar su participación en el vapuleo: “…la verdad que la presión
de grupo es bastante fuerte”; “…uno se deja llevar por la multitud”; “yo soy tranquilo, pero
en ese ratito me deje llevar por lo que la mara hacía”. Incluso, al comportarse todos de la
misma manera, se podría afirmar que el liderazgo se da en todos al mismo nivel: “alguien
dijo, démoles verga y cabal a los tres que estaban en el suelo les empezamos a dar”; “no sé
quién grito, muchá quitémole los zapatos y lo amarramos puro coche y órale dijimos todos
va.”; “salió otro chavo corriendo del caminito que va para el pueblo y nos dice, los otros
dos están allá arriba, ya éramos como 70-80 y todos para arriba”; “De repente, uno grito:
muchá se van a llevar al otro, lo van a sacar de la garita y órale y volvimos a bajar todos a
la garita”.
Como se había mencionado, no es que el hombre sea malo por naturaleza, pero en
momentos de crisis, el prójimo puede ser considerado como lobo y ante ello, el hombre
debe estar alerta porque la vida, los bienes y la protección se encuentran en juego. Esta
premisa continúa teniendo lógica al encontrar en el entrevistado un sentimiento de
arrepentimiento y asombro por lo realizado, solo después del sacrificio. Como lo afirma
38
Girard, el sacrificio de la víctima, restaura los lazos sociales que en algún momento se
encontraban rotos, y con ello, el individuo recupera su identidad individual.
Desintegrado el fenómeno de los dobles, el recuerdo del sacrificio o castigo tortura al
individuo, desconociéndose este durante el acto. “cada quien se fue por su camino y
nosotros regresamos al Reducto y cuando me vi el tenis lo tenía lleno de sangre y yo como
que, ala gran qué feo, y de ahí me puse a pensar que si tal vez mi patada había matado a
alguno porque uno nunca sabe, pero la verdad uno se deja llevar por la multitud”; “el único
cargo de conciencia que me da fue cuando estaba en la palangana, yo lo jale por atrás y lo
agarre, como cuatro cuentazos, y el cuarto se lo pegue bien puesto que ahí quedo tirado va.
Al inicio, todos va de aplaudirme pero ya en mi casa me sentí con un orgullo de la patada
porque dije, que desgraciado soy, porque ya no se levantó”; “… fue como entre mitad me
siento mal y mitad así como que se lo merecían”.
De víctimas de la inseguridad se convierten en victimarios de la misma, por ende en un
linchamiento quien empieza en el papel de agredido termina transformándose en el agresor.
Los dobles monstruosos del primer capítulo están presentes en este caso y la violencia no
tiene más remedio que saciarse para llegar a la calma.
c. Violencia buena, violencia mala
En plena crisis, el individuo llega a un punto, en él cuál se considera capaz de clasificar la
violencia en buena o mala. Para el abordaje de este tema, primero, se le pidió al
entrevistado dar una definición de violencia; Mientras algunos la consideran como un acto
estrictamente físico, otros, incluyen dentro de ella, la violencia simbólica entendida desde
un simple apodo con finalidades ofensivas. Pero muchos de ellos incluyen la palabra
“justicia” dentro del significado dado: “personas tratando de hacer justicia por sus propios
medios”, incluso los mismos linchamientos se les define en la sociedad guatemalteca, como
actos de justicia a mano propia. La afirmación correcta sería venganza a mano propia, pero
las personas creen que a través de estos sacrificios, la justicia se impone, y con ello, la
normalización de la frase.
Luego, se realiza al entrevistado otra pregunta interesante ¿Hay casos donde se puede
justificar la violencia? Una pregunta directa que buscaba una respuesta directa, la cual fue
39
contestada no sin antes revestirse de enfoques humanitarios: “la violencia nunca va a ser
justificada, la verdad, no debería existir violencia”; otro entrevistado sin mucho análisis
dijo: “Sí, si voy en la calle con mi mama y viene un ladrón y le dispara y deja tirada el arma
yo lo mato”; otro de ellos luego de pensar por un momento afirmó: “Sereno, así como estoy
ahorita no. No hay justificación, yo creo que el ser humano es un ser racional que puede
canalizar bien las cosas. Si estuviera alterado, te diría que tengo toda la justificación del
mundo para hacer lo que a veces he hecho. Entonces, a final de cuentas, no sé”. De todas
las respuestas, la última parece apegarse a la teoría. Ya que como se vio en los “dobles
monstruosos”, en crisis, cuando la persona está alterada, realiza actos que en masa parecen
ser correctos, pero que individualmente, siempre se razonan, al punto de oponerse a estos;
el individuo es capaz de sacrificar para restaurar las relaciones humanas perdidas, pero en
tiempos de armonía, todo ello, no se asemeja a otra cosa que a un acto salvaje y brutal.
Aunque, no solo los entrevistados piensan de esta manera, ya que dentro de uno de los
relatos, un bombero entabla conversación con uno de los victimarios y le muestra su
inconformidad con el resultado del vapuleo: “…nos dijo, mucha y porque no los mataron
hombre, nosotros a ustedes les venimos a ayudar. A esos desgraciados se los hubieran
quebrado en lugar de llevárselos vivos…”.
La pregunta anterior, fue seguida de las reacciones ante dos casos: La Masacre ocurrida en
Petén18
y la paliza dada a un violador. Ante la cruel masacre de los campesinos
trabajadores, los entrevistados mostraban sus condolencias e indignación ante tal atrocidad
y severidad del castigo a estos inocentes: “es el colmo de la violencia, quién hace eso, cero
respeto por la vida”. Pero ante el segundo hecho, los que intentaron disfrazar de
humanismo su respuesta en torno a la justificación de la violencia, dejaron entrever la
realidad: “a esos violadores sí que los maten la verdad, no tiene nombre”; “yo sí justifico
eso porque si se lo llevan preso igual va a salir al poco tiempo de la cárcel, ahora eso ya no
funciona. La gente actúa por sus propios medios”; “…todo lo que es violaciones o
asesinatos a sangre fría para mí se merecen pena de muerte, no deberían de existir”.
Ante estas reacciones, llama la atención que en el caso de la Masacre en Petén se justifica,
haciendo mención al “cero respeto a la vida”. Y en el segundo caso, el respeto a la vida no
18
Prensa Libre, 16 de mayo del 2011 “Zetas asesinan a 27 jornaleros en Petén”.
40
es justificación válida, ya que como el mismo Girard afirma, se les tacha de inferiores,
inhumanos, bacterias que infectan la sociedad, y sobre estos, el respeto a la vida no tiene
cabida. En un momento, argumentan la imposibilidad de justificar la violencia y al otro, se
facultan para poder señalar a la vida indigna de ser vivida.
Se decidió incluir en la entrevista una pregunta relacionada al tiempo de cárcel dado al
presidenciable Giammattei, por haber sido Director de Penitenciarios en el tiempo que se
cometieron muertes extrajudiciales dentro del mismo. La mayoría de entrevistados,
independientemente de la culpabilidad de este, mostró inconformidad con el castigo dado a
una persona que al parecer, no cometió delito alguno. Al contrario, contribuyó a la
eliminación de las “lacras de la sociedad” y eso no debe ser castigado: “Supuestamente, él
estuvo por quemar una cárcel, por matar unos ladrones… no lo hubieran metido preso por
eso, porque yo siento que así es la única manera de parar a los que están en la cárcel
haciendo sus cosas”; “esa decisión no fue tan mala”; “Para mí está bien, solo si lo hubieran
hecho más bajo de agua… lástima que no hay una ley que pueda aprobar este tipo de
cosas… sino es así ¿cómo?, no es como que hayan otras soluciones”; “…con este tipo de
gente hay que tomar decisiones extremas.”
De acuerdo a la siguiente gráfica, mientras más fuertes las crisis, éstas estallan en cualquier
momento y por los detalles más mínimos:
Linchamientos
Año 2009, al 31 de Octubre
Frecuencia y porcentaje
Causa del linchamiento, presunción del linchado
F. %
Robo 27 33.33
Asalto 12 14.81
Homicidio 9 11.11
Otro 8 9.88
Secuestro 4 4.94
Violación 4 4.94
Lesionar o balear a una persona
3 3.70
Robo de vehículos 3 3.70
Estafa 2 2.47
Extorsión 2 2.47
41
Sicario 2 2.47
Abuso de menor 1 1.23
Conducción irresponsable 1 1.23
Inconformidad 1 1.23
Integrante de maras 1 1.23
Robo de menores 1 1.23
Total 81 100.00 Fuente: DEAI/PDH con datos de base hemerográfica.
Basados en la tabla anterior, a pesar que el entrevistado demuestra prioridad por castigar o
“ajusticiar” a quién mata o viola a mujeres y niños, la tabla muestra como lo primordial en
justificación de linchamientos se da a nivel de robos, doblando el número de casos
acaecidos por homicidio. Es decir, en crisis, el robo de un simple aparato telefónico es
razón suficiente para castigar con la eliminación de la vida misma.
La violencia, entonces, tiene dos sentidos diferentes, dos realidades opuestas. Conceptos
que no son más que construcciones ilusorias, no existen. Violencia es violencia, como
Girard lo ejemplificaba, es como si alguien luego de jugar en lodo, con lodo se limpiara.
Pero las crisis llevan al ciudadano a percibirla y clasificarla como justificable y no
justificable. En un momento critican la brutalidad de los linchamientos y al siguiente son
partícipes de ellos; condenan la muerte de inocentes, pero justifican la eliminación de
sujetos enemigos de la seguridad.
d. La ambivalencia de la Violencia
“Una realidad que no puedo comprender: cómo una región que se encuentra oficialmente
en una etapa de paz produce niveles de violencia superiores a lugares cómo Afganistán o
Irak… En clave común: se pasa muy fácilmente del “Dios le bendiga” al “te voy a matar
hijo de puta”19
y a la larga es una interesante reflexión que ayudará a mostrar un punto en
este momento: lo ambivalente que llega a ser el individuo respecto a la violencia.
La mayoría de entrevistados, en algunas ocasiones, unos más que otros remarcaban la idea
del pacifismo como característica fundamental de sus personalidades. Donde oraciones
relatando hechos violentos iban acompañados de un: “Pero yo soy tranquilo”. Varios
cerraban el discurso de la lista de cosas que los hacen enojar, con dicha frase. Al preguntar,
19
extraído del blog de David Martínez-Amador del periódico virtual, Plaza Pública
42
si volverían a participar en un linchamiento o vapuleo, un entrevistado nos afirmó: “Pues
no sé, como te digo, yo soy tranquilo, pero en ese ratito me deje llevar…”.
Tranquilidad, que de un momento a otro cambia drásticamente en el individuo: “Una vez
iba con mi mamá en el carro y un camionetero se nos empezó a meter, yo le empecé a sacar
la madre, pero igual, se nos metió”; “El primero de enero fuimos a la casa de unos cuates…
tal vez los tragos o que pero loqueo… y éramos sus amigos… y entre la discusión me
zampo un botellazo en la cabeza… nos echaron de ahí, y como a las 8am estaba en el
hospital… me pusieron puntos…”. Uno de ellos, menciona que un día camino a la
universidad, iba impuntual y para colmo de ello se topa con una manifestación, sumado al
estrés y enojo de la situación, un taxista le acelera en repetidas ocasiones en señal de que se
moviera, algo imposible entre el tráfico, “… y yo decía, ojalá me tope y cabal, atrás del
carro…. Me baje como la gran diabla y lo primero que hice fue sacarle la madre, yo afuera
del taxi y el señor va de apachar el seguro para que no abriera y yo va de patearle la
puerta… salga hijo de la gran puta, no ve que hay cola, bájese… [¿le hizo algo a tu
carro?]…fue topón, no fue nada más que el empujón… Pero igual yo esperando rematar
con alguien y don gracioso me hizo terminar de”. En relación al vapuleo uno de ellos se
expresa: “en el momento que chilero, vergueamos a dos cacos, pero después me sentí mal
porque a mí no me había hecho nada…”. La bendición y la maldición, lo bueno y lo malo
se alternan en cuestión de segundos ante cualquier situación presentada al individuo.
La violencia, de igual manera, está presente en el deporte, principalmente en los juegos o
“chamuscas” de football, donde todos los entrevistados reconocen haber tenido una pelea
con el equipo contrario: “…en Futeca… las cosas se empezaron a poner calientes con el
otro equipo, porque solo golpes daban, el delantero del otro equipo se le puso al brinco a
nuestro arquero y este no amago y de una vez se le dejó ir… y se metieron hasta los de la
banca”.
“Si he visto peleas, como más de diez, la más fuerte que vi fue en el Campo Marte, ahí son
equipo de 11… eran 11 contra 11 y se empezaron a dar… empezaron dos, de ahí llegó uno
de un equipo y otro del otro equipo y así, se daban patadas y todo… pararon por su cuenta,
cuando se cansaron, porque nadie se metió.” La violencia ha alcanzado aún los espacios de
recreación del joven guatemalteco, donde incluso una mala mirada es motivo suficiente
43
para empezar una pelea. Los Estadios se han convertido en lugares ideales para el
enfrentamiento entre aficionados de distintos bandos, “… en clásicos, no se sabe cómo va
a reaccionar el otro equipo, lo peor es la salida del Estadio”. Un mal arbitraje o bien, las
incomodidades con los resultados desembocan en fuertes enfrentamientos donde algunos
casos han terminado con heridos, enfrentamientos armados e incluso la muerte.
Y de esta manera, algunos mencionaron la presencia de peleas, violencia o temor en las
calles, las discotecas, el tráfico, los partidos de football, los eventos sociales, etc. donde
consciente o inconscientemente20
estos jóvenes pasan del “Dios te bendiga” al “te voy a
matar hijo de puta”.
4. Fase de Resolución: “Chivo Expiatorio”
a. Los Linchamientos
i. Crisis: Causalidad del linchamiento
Existe la necesidad de hacer una aclaración en este punto, haciendo referencia a las
investigaciones anteriores mencionadas en la introducción, sobre la causalidad de estos
fenómenos. Claramente se expuso, que no era de interés brindar una explicación causal de
los linchamientos, sin embargo, se encontró un punto muy importante que es necesario
tocarlo. Todos los linchamientos sí se encuentran bajo una misma explicación: La
existencia de crisis.
Tal y como Girard lo afirma en su teoría, la lógica de la violencia sacrificial es factible
únicamente si la sociedad, se encuentra inmersa en una crisis de cualquiera en su tipo, ya
sea natural, política, económica, etc. Esto se traduce en la existencia de linchamientos en el
país y su continuo aumento, por el hecho de todos ellos pertenecer claro está, a la crisis de
inseguridad existente en Guatemala desde hace ya varios años y que curiosamente se
practican con mayor intensidad a partir de 1996. Fecha en que los casos no se han
presentado de otra manera que en ascendencia. Lo que empieza como un acontecimiento en
las aldeas más remotas del país, se ha convertido en la norma de castigo en la ciudad
20
El término inconsciente se maneja en esta investigación de manera coloquial, es decir todo aquello que aún no llega a ser conocido de manera consciente o racionalizada.
44
capital. Con ello, el vapuleo o el linchamiento21
no solo ha aparecido en aldeas, colonias,
calles transitadas, sino también se ha efectuado en la Universidad de San Carlos de
Guatemala en diversas ocasiones. Incluso en el año 2010, las afueras de la Universidad
Rafael Landívar fue sede de un vapuleo protagonizado por estudiantes de este centro
educativo privado, como se relata con anterioridad.
Se encuentra en el informe del Procurador de los Derechos Humanos al año 2009, una tabla
que indica el número de casos de linchamientos acaecidos en el país.
Número de casos de linchamiento por año
Guatemala, 1 de Enero a 31 de Octubre de años 2004-2009
Casos de Linchamiento 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Número de casos 20 28 70 58 54 81
Fuente: DEAI/PDH con datos de base hemerográfica.
De los cuales, la mayor parte han tomado presencia en la ciudad de Guatemala. La
siguiente tabla, indica el número de casos por departamento:
Fuente: DEAI/PDH con datos de base hemerográfica.
21
Se hace la distinción de vapuleo y linchamiento, ya que algunos autores encuentran el linchamiento como la eliminación de la vida de la víctima, mientras el vapuleo lo deja con vida.
45
Adjunto a las estadísticas, varios testimonios de victimarios en otras partes del país, dan fe
de la similitud que tiene los casos de linchamiento o vapuleo, ya sea en la aldea más remota
o en un centro educativo privado.
Por ejemplo, en Jocotán, un victimario brinda el siguiente testimonio: “…estamos llenos de
ratas malditas. Unidos jamás seremos vencidos, ojo por ojo y diente por diente. Tomemos
la justicia por nuestra cuenta, saquemos a las ratas de aquí” (López García et al., 2009:
232). Otro testimonio, de un participante del mismo linchamiento aseguraba: “da lástima
pero hay que dar una lección” (López García et al., 2009: 248).
Tomás Sequic, uno de los linchadores [Camanchaj, Quiché] no dudaba en justificar: “lo
único que le puedo decir es que aquí tenemos mano dura y sabemos que la policía, los
derechos humanos y los jueces son unos corruptos” (López García et al., 2009: 272). Otro
linchamiento en Quiché, pero esta vez en Santa Cruz, evidenciaba el testimonio de otro
informante: “yo sentía piedad y yo lloré. Pero por otro lado doy gracias a Dios de que ellos
[linchadores] los quemaron”. (López García et al., 2009: 276)
También, tras el linchamiento en la Colonia 5 de Abril, un informante decía: “nadie dijo
que fuera algo bueno… pero esa fue la única manera de darles una lección”… (López
García et al., 2009: 286). En otra colonia de la capital, la Colonia Primero de Julio, luego de
un linchamiento, una mujer explicaba y justificaba: “Yo no voy a meterlo preso ¿para
qué?... ahí la sociedad que se encargue de ellos y la justicia… a todos estos mareros que
hay ahorita les inyectaría inyección letal, incinerarlos y meterlos en una cajita” (López
García et al., 2009: 360). Incluso, muchos de los vecinos de la colonia Primero de Julio,
desconfían del ejército y la policía, “Yo sacaría a esos huevones que están en los cuarteles
ahí engordando… a echar riata a las áreas marerísticas. Bueno, al que me traiga más
cabezas de mareros les vamos a dar un premio, vayan a matar a esos pisados” (López
García et al., 2009: 361).
Esto demuestra, que el linchamiento, independientemente de su causa, locación y nivel
social, se enmarca dentro de las mismas categorías que se han venido analizando hasta el
momento. De igual manera, se tiende a la generalización de desconfianza de la policía y el
sector justicia, como se analiza en el subtema, “Fantasía o Realidad”. Se visualiza la
46
existencia de los dos tipos de violencia, la buena y la mala, justificando la eliminación de la
“ratas malditas”, como la única manera de “darles una lección” y sobre todo, se deja notar
la ambivalencia en los individuos de sentir lástima por una víctima en un momento y luego
agradecerle a Dios por la quema de los mismos. En fin, en cada uno de ellos, se evidencia
la existencia de una crisis en Guatemala: la de inseguridad.
b. Los linchamientos como espectáculo: El papel de los
medios de comunicación
i. Más que terror… ¡Un show!
La repetición constante de los linchamientos en diversas partes del país, han hecho de este
un acto normal en sociedad, cuando de castigar a un culpable se trata. De ello, que los actos
violentos, en especial los linchamientos, o bien, el cadáver de la víctima en el suelo, se
asemejen a una obra de teatro trágica con los dos elementos esenciales de la misma: un
escenario y un público.
El escenario puede construirse de dos maneras: los escenarios durante la “acción” y los
escenarios previos a la “acción”. En varios departamentos del país, los escenarios durante
la acción, son donde el linchamiento se realiza en la plaza central, o en el corazón de la
comunidad:
En el vapuleo del sastre, José Tecú en Camanchaj, Quiché, la víctima relata: “…en el
camino al salón municipal iba pensando que en cuanto me dieran la oportunidad explicaba
todo…” (López García et al., 2009: 273). En el caso polémico y conocido de la niña Alba
Michelle, dan testimonio: “…el papa de una de ellas [la linchada] se había acercado a
donde la tenían amarrada, en el parque…” (López García et al., 2009: 248).
Ahora bien, los escenarios previos a la acción, se dan cuando en el lugar de los hechos
únicamente se encuentra el cadáver de la víctima. Este escenario, se delimita con la
formación de un círculo alrededor del asesinado, siempre dejando un espacio prudente entre
el cadáver y el resto de ciudadanos. Y en momentos donde la policía llega al lugar de los
47
hechos, el escenario es marcado estrictamente por la cinta amarilla que simboliza un alto al
paso.
Marta Sandoval publica en “El Periódico” lo siguiente: “Han asesinado a un taxista. Su
cuerpo quedó tendido en la calle a unos pasos de su vehículo. La Policía ya acordonó la
zona con una cinta amarilla que dice “escena del crimen”. La gente se agrupa alrededor, la
detiene ese pedazo de plástico.”22
ii. ¿Video o cámara?… ¡Sensacionalismo y
morbosidad!
Curiosamente, la multitud no queda conforme únicamente con presenciar el hecho, es
necesario, archivarlo en la memoria del teléfono, captarlo en cámaras de video. Este no es
el espacio para analizar a fondo la causalidad de esta actitud, por lo que únicamente se
expondrá dicho comportamiento.
La contemplación del suceso o del posterior cadáver es una constante: “la gente acudía en
procesión, en fila de a uno o a dos a ver el cadáver que yacía boca abajo sobre el charco de
agua, pasaban, la contemplaban [a la linchada] y se iban. Algunos incluso se reían.” (López
García et al., 2009: 250).
22
“¿Has visto un muerto? Por Marta Sandoval, publicado en El Periódico, Guatemala 29 de Agosto del 2010
48
Como se lee en el relato del vapuleo por alumnos de la URL, el hecho termina entre
aplausos, gritos de victoria y el cierre de varios teléfonos celulares que en su momento
captaron todo el suceso o bien partes del mismo. Y no conformes con ello, utilizan medios
de difusión como las redes sociales para compartir dicho acontecimiento, como lo es el
canal de YouTube, en el cual varios videos del vapuleo pueden apreciarse.
Ante este fenómeno, los medios de comunicación como la prensa y la televisión no tardan
en vender esa realidad contaminada de morbo. Las prensas amarillistas como Nuestro
Diario, no venden noticias, sino espectáculos; ofreciendo sangre más que información.
Pero, el punto más impactante se dio cuando el canal telecentro trece, por la noche del 2 de
octubre del año 2010, pasa en televisión abierta el momento exacto donde una turba, en
Patulul, Suchitepéquez, tiene capturada a cuatro hombres amarrados de las manos y
semidesnudos, captando el momento donde les rocían gasolina y les prenden fuego. Las
crudas imágenes, duran alrededor de cinco minutos, tiempo suficiente para que los
televidentes pudieran presenciar el hecho desde la comodidad de sus casas. Un video que
de igual manera, se encuentra en el canal YouTube, en internet, aunque bloqueado por el
excesivo contenido de violencia.
Luis Pedro Taracena afirma en López García et al. (2009: 402), “Hoy la prensa, más que la
ciencia es la voz autorizada al provocar atención y dar crédito. Una voz autorizada que, sin
embargo, está fuertemente sujeta a los determinantes de vender noticia y, por ende, a una
espectacularidad de la noticia, pero que también termina por aburrir y normalizar
imágenes”.
5. La Víctima sacrificial
a. El castigo físico como norma
Tal parece que la norma en los vapuleo/linchamientos se traduce en un castigo corporal que
tiende a la desfiguración del individuo. La cara, juega un papel muy importante, ya que al
ser esta terriblemente dañada, el carácter monstruoso “interno” se torna visible. Uno de los
entrevistados relataba: “Había uno que, como que era karateca y le zampo una patada en la
cara [al vapuleado]…”; Otro entrevistado contaba que incluso los alumnos que solo iban de
paso, aprovechaban para patearle la cara al ladrón, para luego retirarse.
49
La ascendencia de casos de linchamientos han repercutido en la intensidad de las torturas
hacia los mismos, como el desgarramiento de la ropa, pegar, patear, apedrear, chicotear,
machetear, lapidar, quemar con gasolina, y entre los nuevos: arrastrar atado a un vehículo
(López García et al., 2009).
Las siguientes tablas presentan la cantidad de heridos y fallecidos en casos de
linchamientos. En la segunda, se observa como el castigo se personaliza, mostrando
atención a una persona, la cual, por todos los medios, se buscará eliminar.
Heridos y fallecidos en linchamientos por año:
Guatemala, 1 de Enero a 31 de Octubre de años 2004-2009
Personas en linchamiento 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Heridos 33 44 90 74 103 94
Fallecidos 4 18 20 14 11 31
Total 37 62 110 88 114 125
Fuente: DEAI/PDH con datos de base hemerográfica.
Número de personas linchadas por cada caso presentado:
Guatemala, 1 de Enero a 31 de Octubre de años 2004-2009
Personas linchadas por caso 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Promedio
2004-2009
Número de personas 1.85 2.21 1.57 1.52 2.11 1.54 1.80
Fuente: DEAI/PDH con datos de base hemerográfica.
“Cuanto más degradado se presenta el cuerpo más lejos está la víctima delincuente del bien
que representa la comunidad” (López García et al., 2009: 282), los testimonios de los
entrevistados lo comprueban: “los de seguridad lo metieron a su garita… sino, sí lo
hubieran matado”; “…estaba todo sangrado y ya no se podía parar el chavo”; “uno de ellos
le estaba dando con un palo de escoba que encontró ahí tirado”; “Y empezó la fiesta de
patadas… llegó un motorista con un galón de gasolina y nos dijo, miren mucha quemémolo
que aquí tengo gasolina”; “…lo arrastramos contra la malla y empezó otra vez la
50
pateadera…”; “otro chavo… había sacado una especie de bate y lo empezó a agarrar en el
suelo. Otro cuate, fue a su carro a sacar una manopla, se la metió y lo empezó a agarrar.
Para no hacértela tan larga el chavo ya estaba medio inconsciente…”; “…al final vimos que
ya no reaccionaba… y no vimos que se moviera”; “lo jalé por atrás y lo agarré, cuatro
cuentazos, y el cuarto se lo pegue bien puesto que ahí quedo tirado”.
Lo importante es hacerlo sentir y asemejarlo a algo inferior a un ser humano, simbólica y
físicamente. Esta inferioridad simbólica, también es representada en el mismo vapuleo:
“…le quitamos los zapatos, lo amarramos de las manos y de los pies y lo dejamos puro
cochito ahí tirado.”; “…la mara le tiro chela en la cara, un chavo le escupió un chicle y
cabal le cayó en la boca”. La representación del bien y del mal, se concretizan en la
exaltación del cuerpo por una lado, y el deterioro y desfiguración del mismo, por el otro.
b. ¿Inocente o culpable?
Como la teoría lo indica, no es necesario comprobar la culpabilidad de la víctima que
posteriormente será sacrificada, el único elemento necesario es el consenso de la
comunidad. No hay pruebas contundentes que aseguren que la víctima a sacrificar sea la
correcta. De esto, que en algunas ocasiones, el linchado, termine siendo parte de un garrafal
rumor que enardece a la colectividad, y que a final de cuentas, termina siendo una mentira.
Como es el impactante caso del sastre José Tecú en el Quiché, quien es vapuleado, a raíz de
la tortura impuesta a otras víctimas que por decir un nombre, le mencionan: “Dijeron mi
nombre por decir algo; los estaban golpeando y a lo mejor pensaron que sí decían un
nombre los iban a dejar y el primero que se les ocurrió fue el mío”. (López García et al.,
2009: 272). Un ciudadano trabajador, quién en pleno linchamiento, es prendido en fuego
por un niño de 15 años, quemando la mayor parte de su cuerpo, a lo cual, sobrevive. Dos
meses más vivió Tecú en un infierno, en su lenta recuperación en el hospital. La periodista
Marta Sandoval lo visita, y al verlo se impacta al encontrar una pierna amputada e infectada
por las quemaduras, su brazo derecho convertido en un colgajo de carne fétida amarillenta,
un hueso expuesto y quemaduras sin vistas de recuperación (López García et al., 2009:
272). Tecú le aseguraba: “Yo voy a regresar allá a trabajar de sastre, porque yo ganaba
bien… [¿No tiene miedo?] No, yo creo que ellos se dieron cuenta ya de que yo no tuve
51
nada que ver”. Sin embargo, nunca tuvo la oportunidad de regresar, muriendo en la cama
del hospital.
Al igual que la turba que vapulea al sastre, los entrevistados, curiosamente, ignoran la real
culpabilidad de la víctima. Fiándose de la palabra de uno y otro, sin la seguridad de lo que
inicialmente pasó; sin cerciorase que la víctima que pateaban, escupían y pegaban podía en
algún punto ser parte de un rumor más de que una realidad. Los testimonios dan fe de ello:
“…iba para el Reducto… los tenían como unas 15 personas y les preguntamos y nos
dijeron, son ladrones”; “…nos dijo un chavo que habían agarrado a tres ladrones”; “llegó
un chavo corriendo y dijo, agarraron unos cacos abajo, sí dijimos, pero ni dos veces,
tiramos las chelas y corrimos para abajo…”.
Incluso, ninguno pudo constatar quien había sido exactamente la víctima de robo y que le
habían robado: “…lo que oí, pero no sé si es cierto, que los chavos trataron de quitarle el
teléfono a una chava…”; “…yo creo que fue a una chava que le intentaron robar, pero saber
ni que le robaron, ni quién era la chava”. Por ello, como Girard afirma, lo importante no es
ser culpable o inocente, sino revivir la armonía del grupo con el consenso de su sacrificio.
c. Perfil del “enemigo”
El primer escenario de la entrevista, se pintaba de la siguiente manera: “Vas caminando en
la calle y sentís que alguien te sigue y cuando volteas a ver… es una chava buenota ¿Qué
haces?” Pregunta recibida bajo risas y miradas seductoras que entre rostros sonrojados
contestaban: “Espero que pase y la miro”, “le sonrío y ya”, “desacelero el paso”. Seguida
de la pregunta importante, ¿Qué aspecto debería tener la persona para que sintás que te van
a robar? Y esta pregunta precisamente empieza a dar señales de la existencia del perfil de
las victimas sacrificiales de la sociedad guatemalteca o al menos, la de los participantes del
vapuleo.
De esta manera, la información proporcionada ayudó a encontrar el tipo de víctima
sacrificial para los estudiantes entrevistados: “No es tanto que sea un pobre, es más como
un muco y peor si le veo tatuaje”; “En lo físico no me fijo tanto porque ahora cualquiera te
puede robar… es más la mirada, si uno se pasa la calle, él también y te están viendo
mucho”; “…tendría que ser alguien entre unos 25 a 35 años, hay veces que los ladrones no
52
andan mal vestidos sino bien vestidos, lo único, más que todo te das cuenta en cómo te
miran”.
El primero tipifica al malo como “muco”, tatuado y pobre (en menor importancia). Otros,
dicen desconfiar de todos, aunque dentro de sus respuestas incluían el artículo “Él”,
brindándole al enemigo la característica de pertenecer al género masculino. El último, de
igual manera desconfía de todos, no así, les coloca dentro de un rango de edad. El “muco”
según el entrevistado “se reconoce en cómo está vestido, la planta que trae, usa pantalones
flojos y a veces son barbudos”. Fácilmente nos han construido un perfil de la víctima que
emana miedo:
“Muco” (pantalones flojos, algunos barbudos)
Tatuado
Pobre
Hombre
Edad 25-35
Ahora se compara el perfil anterior, con los rasgos físicos de los vapuleados por los
entrevistados, donde la descripción de los presuntos ladrones se mostraba de la siguiente
manera: “Se miraban así como de pueblo, no es por discriminar pero eran morenos y se
miraban pobres”; otro los describía así: “morenos delgados, no tan altos, como si vieras a
un chiclero, algo así… pantalones flojos, parecían mareros por su forma de vestir”; otro
mencionó “Eran morenos y el más grande tenía planta de marero, solo tenía pantalón y
zapatos… el mediano tenía un arete en la nariz y en la oreja y tenía el pelo como que
mohicano… el niño normal… lo que sí que los tres estaban shucos no se sí por la arrastrada
o porque así iban”.
Entre las respuestas en varios mencionaban “tienen planta de marero”, a lo que fue
necesario pedir una especificación de cómo es la planta de marero. Explicación que fue
imposible de describir por los mismos entrevistados, y entre muletillas y momentos de
silencio exclamaban “¿cómo describir? El pelo no lo tenía así de una manera no sé, mal
peinado… no se la verdad como decirte que tenía cara de marero pero sí era marero… un
53
marero siento yo, no les importa tanto su apariencia por lo tanto andan algo descuidados” y
otros aducían la planta de mareros a su forma de vestir.
La percepción que tienen los entrevistados sobre el aspecto de un criminal, anteriormente
descrito, no difiere de las características que poseían las víctimas del linchamiento: “Muco”
(pantalones flojos, ropa negra, algunos barbudos), tatuado, Pobre, hombre, Edad 25-35. La
diferencia es que en la parte del relato introducen la palabra marero, que apegado a las
descripciones dadas, fácilmente se puede ligar con la palabra muco; incluso también la
mención de la piel morena y la diferencia de edades.
El perfil del enemigo queda finalmente de la siguiente manera:
“Muco” o marero (pantalones flojos, ropa negra, algunos barbudos)
Tatuado
Pobre
Hombre
Edad 25-35; 15 en adelante
Piel Morena
d. Perfil del enemigo nacional
Rápidamente, se intentará a grandes rasgos la construcción de un perfil más amplio, con
testimonios de otros ciudadanos guatemaltecos, tipificados en libros. Partiendo de la tabla,
se interpreta una inclinación por el género masculino en términos de víctimas sacrificiales.
Proporción de heridos y fallecidos por género y por año:
Guatemala, 1 de Enero a 31 de Octubre de años 2004-2009 Personas en linchamiento 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Heridos sexo Femenino 8.11% 9.68% 20.00% 9.09% 2.63% 2.40%
Heridos sexo Masculino 81.08% 61.29% 61.82% 75.00% 87.72% 72.80%
Fallecidos femenino 0.00% 0.00% 4.55% 2.27% 0.00% 0.00%
Fallecidos masculino 10.81% 29.03% 13.64% 13.64% 9.65% 24.80%
54
Total 100.00% 100.00% 100.00% 100.00% 100.00% 100.00%
Fuente: DEAI/PDH con datos de base hemerográfica.
Como minoría de datos, se encuentra en Jocotán y Camotán, la creación de una lista de
sospechosos de tráfico de niños en la cual absolutamente todos los buscados eran mujeres, a
excepción de “Chepito” que era “hueco” (López García et al., 2009: 232).
De igual manera, se mantiene un estigma del indio, pobre y delincuente; estos son grupos
empobrecidos, entre ellos, campesinos, mujeres y jóvenes, “…que son especialmente
señalados según las circunstancias de orden sociopolítico” (López García et al., 2009: 369).
Un ciudadano de origen quetzalteco daba testimonio, Remigio: “… los mareros… la
mayoría son de origen indígena, los campesinos por allá viven bien, pero se vienen para acá
y se pierden”, otra mujer cercana a círculos militares expresa: “el indígena se arruina
cuando viene a la capital”… el estigma de los males en la colonia 1 de Julio, recae entonces
en estos jóvenes, foráneos, pobres e indígenas. (López García et al., 2009: 353).
De los tres testimonios anteriores, se encuentra una similitud con la construcción del perfil
del enemigo por parte de los entrevistados, al mismo, se le agregarían dos características
más:
“Muco” o marero (pantalones flojos, ropa negra, algunos barbudos)
Tatuado
Pobre
Hombre, mujeres en menor escala
Edad 25-35; 15 en adelante
Piel Morena
Indígenas
Las víctimas potenciales para el sacrificio son personas que pertenecen a grupos sociales
estigmatizados y que son marcados para ser eliminados dentro de un clima de
permisividad, en donde agentes del Estado, actuando con la aquiescencia del Estado,
arbitrariamente los ejecutan. Como bien lo afirma López García et al. (2009:32), para las
víctimas, cada día es un Estado de Emergencia.
55
Retomando las incógnitas formuladas al inicio de este capítulo, claramente se creó un
análisis incluyendo cada elemento presente en el mecanismo de la Teoría mimética. La
entrevista como instrumento predilecto, aportó la capacidad de mostrar lo que se encuentra
detrás de ese sacrificio humano en la sociedad guatemalteca. Por lo tanto, se remarca que la
causa de los vapuleos/linchamientos no es la falta de educación ni poderío económico, ya
que el mismo hecho realizado en una aldea departamental se llevó a cabo a manos de
jóvenes estudiantes de una universidad privada, colocándoles en un nivel socioeconómico
estable y en un nivel educacional superior. La violencia rezagada del conflicto armado
tampoco puede ser el causante, ya que los participantes nunca fueron testigos directos. En
fin, no se puede analizar cada caso de linchamiento/vapuleo a raíz de una causa general, lo
que sí se puede suponer es que cada uno de estos casos, independientemente de su locación,
tendrán la característica universal de provenir de algún tipo de crisis, y en el caso
guatemalteco: Una crisis de seguridad.
Lo más importante; Se logró la construcción de un perfil del sujeto amenazante para los
guatemaltecos. Un perfil que a grandes rasgos concuerda entre entrevistados, entre
participantes de otros linchamientos/vapuleos y entre la sociedad en general. Al
guatemalteco entonces, lo amenaza aquel hombre de tez morena que viste ropa negra y
floja, adorna su cuerpo con tatuajes, aretes o barbas, posee facciones indígenas y no cuenta
con recursos económicos para salir adelante. Algunos le llaman muco, shumo o marero, y
en algunos casos entre jóvenes se utiliza la palabra “chocochavo”, haciendo burla a ese
color de piel que los hace inferiores.
Son ellos, los jóvenes hombres y morenos de zonas rojas, esos tatuados y perforados por
todo su cuerpo quienes deben estar más alerta, porque en cualquier momento como cordero
a Dios, se le presentara en sacrificio por el bien de la comunidad. Ellos, son los que viven
en un constante Estado de Emergencia.
De este panorama artificialmente construido, alguien sale ganando. Ese Estado de
Emergencia en el cual viven los enemigos de los guatemaltecos es construido y/o reforzado
por otros actores que incursionan en esta parte del estudio: Los Políticos.
56
Capítulo III
De la Sociedad a la Política: De la Víctima Sacrificial al Hombre Sagrado
“Política y vida han pasado a entrelazarse de manera tan íntima, que no se deja analizar con facilidad”
(Giorgio Agamben, Homo Sacer)
“Toda sociedad -hasta la más moderna- decide cuáles son sus hombres sagrados”
(Giorgio Agamben, Homo Sacer)
Y la política, ¿Qué papel juega en este mecanismo? ¿Es la teoría mimética aplicable desde
el punto de vista político? ¿Las víctimas sacrificiales están presentes? ¿Existe un perfil
político del sujeto amenazante? Llegado a este punto, se maneja el supuesto de viabilidad
del proceso mimético en el caso guatemalteco, sin embargo, esto ha sido analizado
únicamente desde el punto de vista social. Será necesario por ello, investigar si la política
de alguna manera se relaciona con la violencia y las víctimas sacrificiales en sociedad.
De antemano, queda claro que la teoría mimética solo puede implementarse si dentro del
hecho analizado, a causa de una crisis, se encuentra un sacrificio a manos de un colectivo.
Debido a esto, los primeros tres niveles de la teoría pueden tomar lugar únicamente en
sociedad. Sin embargo, desde el punto de vista político, la fase de resolución que es el
“chivo expiatorio”, sí puede ser instrumentalizada en aras del poder. ¿De qué manera? Solo
en la forma en que la política entienda la dinámica de este fenómeno, podrá utilizarle como
instrumento de control sobre la misma sociedad. Es decir, cuando la sociedad llega al nivel
de crisis, entre tantos conflictos, la política tiene la capacidad de elegir el de mayor
beneficio institucional, atrayendo con ello el enfoque de todos los ciudadanos hacia un
conflicto en especial y sobre un tipo de “víctima” específica. Hipótesis que a lo largo de
este capítulo se intentará comprobar, insertando una nueva teoría que consolide dicha
postura. Giorgio Agamben y su propuesta del hombre sagrado será la explicación predilecta
para cumplir con esta finalidad.
57
Agamben, un filósofo italiano del Siglo XX, parte de la interrogante, ¿Está la nuda vida23
vinculada secretamente con el poder? Realizando para ello, una investigación que refiere la
posibilidad de confluencia del modelo jurídico-institucional y el modelo biopolítico del
poder. A pesar de partir del concepto de biopolítica24
de Michel Foucault, difieren en el
objeto de estudio. Será necesario aclarar las diferencias, antes de continuar con la teoría.
En primer lugar, Agamben problematiza la gubernamentalidad, es decir, la existencia de un
nivel donde se decida sobre la vida y la muerte de los sujetos, contrario a Foucault, que
supone que las teorías sobre el gobierno son abstracciones que merecen ser tenidas en
cuenta al encarnarse en los micropoderes. En segundo lugar, para Agamben, el derecho, la
legitimidad del poder, la ley, el factor esencial de su análisis, permite dar muerte de manera
impune a sujetos que han sido previamente marcados, siendo lo opuesto a Foucault, quién
encuentra mayor importancia en las normas sociales, ya que para este, lo fundamental no
son los principios del gobierno sino los poderes que se filtran en todas las capas sociales.
En fin, al filósofo italiano no le interesan las razones por las que la política se ha
despreocupado por la vida de sus ciudadanos, sino, conocer las implicaciones de la política
en la muerte de los mismos (Ugarte, 2006).
Teniendo claras las diferencias entre ambos autores, se continúa con la explicación de la
teoría. Para este autor, la política se moderniza en el momento en el cual, no solo el poder,
sino también el sujeto es tomado como parte del enfoque de interés, dándose con ello, una
politización de la vida biológica. Pero, para Agamben no se trata de la inclusión de la vida
en la política, tal y como lo expone Foucault, más bien, habla de un punto en el cual ambas
coinciden, entrando en una zona de indiferenciación. Esta zona, es el vínculo secreto al que
refiere la pregunta inicial del autor, identificándole como el estado natural del hombre o su
equivalente en política: estado de excepción25
.
El estado de excepción se transforma en una estructura política fundamental, convirtiéndose
de esta manera en la regla, donde la ley se presenta en su imposibilidad de ser ejecutada,
23
“La vida a quién cualquiera puede dar muerte pero es insacrificable del homo sacer” (Agamben, 2006: 18) 24
“Proceso a través del cual, en los umbrales de la vida moderna, la vida natural empieza a ser incluida, por el contrario, en los mecanismo y los cálculos del poder estatal” (Agamben, 2006: 11) 25
Estado en el cual, lo excluido no queda por ello, absolutamente privado de conexión con la norma; por el contrario, se mantiene en relación con ella en la forma de suspensión. (Agamben, 2006: 30).
58
convirtiéndose así, en una ley vigente pero sin significado. Para el filósofo italiano, una ley
que existe, pero no se aplica se confunde con la vida, y el soberano tiende a reunir derecho
y violencia26
, arriesgándose a entrar en esa zona de indistinción.
Teniendo la política un doble enfoque, la vida y el poder, Agamben, encuentra la existencia
entonces, de dos tipos de poder: el constituido y el constituyente. Siendo el primero, el que
se encuentra en sociedad, donde está presente la violencia que conserva el antiguo derecho.
El poder constituyente, por su lado, es el poder delegado por la constitución el cual se
traduce en poder soberano, donde la violencia establece el nuevo derecho. A pesar que los
dos poderes emanen del mismo contenido: violencia; el marco jurídico-institucional los
identifica, señala y penaliza en distintas vías. Es decir, un acto de violencia precedido por
un poder constituido se torna ilícito, contrario a un acto de violencia, precedido por un
poder constituyente que se transforma en lícito. Ejemplificando, lo que en sociedad es un
rito sacrificial no aceptado por el derecho, se convierte en una pena capital avalada por las
mismas leyes.
A pesar de que las dos se inclinan a la violencia, la violencia conservadora del derecho
debilita de manera indirecta por medio de la represión de las fuerzas hostiles, la violencia
creadora que está representada en ella. Es decir, la violencia aplicada por la ley, atenúa la
violencia presente en la sociedad. Se podría afirmar por ello, que la violencia soberana27
establece el derecho, ya que afirma la licitud de un acto que de otra manera sería ilícito, y al
mismo tiempo lo conserva, puesto que el contenido del nuevo derecho conserva el antiguo
(Agamben, 2006: 85-86).
1. Hombre Sagrado
Llegando con ello a la parte de vida y muerte, el individuo pasa a ser el centro de análisis,
un individuo al que Agamben le identifica como “homo sacer”: hombre sagrado28
. Este
hombre sagrado, es aquel a quién, el pueblo ha juzgado por un delito y a pesar de que no es
26
Platón entra en debate en la posible coincidencia de violencia y derecho que constituye la soberanía. (Agamben, 2006: 50) 27
Es sinónimo de violencia vigente en la ley. 28
Según la primera ley tribunicia, “si alguien mata a aquel que es sagrado por plebiscito, no será considerado homicida”, de aquí viene, que se suela llamar sagrado a un hombre malo e impuro (Agamben, 2006: 94).
59
lícito sacrificarle, quién le mate, no será condenado por homicidio (Agamben, 2006: 94).
Este hombre, se encuentra en la zona de indiferenciación, de la cual el autor genera dos
preguntas: Si la víctima es impura, ¿Por qué pueden matarle en sociedad sin contaminarse
ni cometer crimen? Y por el otro lado, si las leyes lo condenan a muerte, ¿Por qué no es
correcto darle muerte en la sociedad?
Ahora bien, a este “hombre malo”, ¿Qué excusa encuentra la comunidad para quitarle el
derecho de pertenecer a este mundo? La finalidad recae en extirpar ese mal de la tierra de
los vivos, “liberando a un ser vago y amenazante” (Agamben, 2006: 127). El hombre
sagrado se asemeja pues, a un hombre-lobo, un individuo mitad hombre mitad animal,
quien solo pertenece a medias a los dos mundos, por ende, esa mitad animal excusa su
sacrificio y la otra mitad humana imposibilita su muerte. Tal y como Hobbes afirma: “El
hombre es un lobo para el hombre”, supuesto sobre el que Agamben reflexiona, aseverando
que se trata de una condición en la cual cada uno es para el otro, nuda vida y homo sacer,
hombre y lobo, insacrificable y sacrificable. En fin, se habla de la existencia de un hombre
sagrado, una vida que se encuentra expuesta a una violencia sin precedentes.
2. Campo de Concentración
El creciente interés de la política sobre la vida ha legitimado y hecho necesario el dominio
total (Agamben, 2006: 152) creando un espacio absoluto, un espacio puramente biopolítico,
donde, entra tantas cosas, las declaraciones de los derechos del hombre, representan la
inserción de la nuda vida en el orden jurídico-político. Un lugar, donde el mismo
nacimiento se circunscribe inmediatamente dentro de un marco legal, transformando ese
nacimiento, en parte de una nación. Cada detalle mínimo de la vida humana se transforma
en diligencias políticas creando eso que llama: campo de concentración. Este, es un
territorio situado fuera del orden jurídico, pero no por eso externo a él, más bien, es un
territorio que se encuentra incluido dentro del marco-jurídico, pero en su forma de
suspensión.
Todo individuo que se encuentre dentro de un Estado de excepción, se encuentra asimismo,
dentro de un campo de concentración. Habiendo absorbido la política a la vida misma, esta,
es capaz de conceptualizar e identificar la vida sin valor, la vida indigna de ser vivida, la
60
cual se aplica a todos los individuos que, a consecuencia de enfermedades o heridas deben
ser considerados “perdidos sin posibilidad de curación” (Agamben, 2006: 175). Entonces,
si el soberano, quién decide sobre el Estado de excepción, dispone sobre la vida a dar
muerte sin cometer homicidio, en la época de la biopolítica, este supuesto se convierte en el
poder de decidir sobre el momento en que la vida deja de ser políticamente relevante
(Agamben, 2006: 180).
El soberano pues, ordena sobre el aspecto biológico del ser humano, convirtiendo los datos
naturales en objetivos políticos. De igual manera, este, ordena sobre el valor de la vida y
las instituciones como la policial, cumpliendo con el objetivo de la política: Cuidar la vida
y luchar contra el enemigo.
“El nacimiento del campo de concentración en nuestro tiempo… se produce en el momento
en que el sistema político del Estado-nación moderno entra en una crisis duradera y el
Estado decide asumir directamente entre sus funciones propias el cuidado de la vida
biológica de la nación” (Agamben, 2006: 222).
En conclusión, cuando la vida y la política se fusionan en la zona de indiferenciación, toda
vida se convierte en sagrada y toda política en excepción.
3. Girard y Agamben: Un diálogo teórico
Los puntos de partida en ambas proceden de enfoques distintos; para Girard, todo comienza
con un deseo que desencadena una serie de sucesos en sociedad. Para Agamben, todo
empieza, cuando la política opta por insertarse en la vida biológica. Se podría deducir de la
de la primera teoría, un interés por una explicación sociológica, y de la segunda, un interés
por una explicación política. Aun así, ambas culminan con un sujeto protagonista de sus
tesis centrales: un individuo al que se le da muerte.
a. Derecho y violencia, violencia y derecho
Las leyes y su aplicación por parte del poder judicial entran en discusión, al hacer mención
de la implicación de la violencia en estos. Ambos autores, defienden el hecho de apreciar la
ley como un principio de venganza, asimilando con ello, los ritos sacrificiales en sociedad
inscritos en la violencia, aunque los resultados parecen ser distintos.
61
Las normas en sociedad y las leyes del Estado se reproducen bajo la línea de la violencia,
mientras la primera intenta preservar el antiguo derecho, la segunda, intenta establecer el
nuevo derecho. La ley entonces, lejos de abolir la violencia, se la adjudica bajo el ala del
poder, para combatir a la misma. Sorprendentemente, existe una diferencia crucial, ya que
la violencia implementada a través de la ley, aleja la amenaza de la venganza. Contrario a
los pensamientos en torno al sistema de justicia estatal, este no impide la venganza, en
cambio, la racionaliza, consiguiendo aislarla, limitarla, manipularla sin peligro. La
violencia que clama la sociedad, se ofrece, pero bajo un sistema avalado por la ley, con
métodos planificados y controlados, evitando con ello, las explosiones de ira en las
comunidades.
Ambos autores hacen mención a la existencia de dos poderes: el constituyente y el
constituido de Agamben y el poder de las autoridades y de la multitud de Girard. Aunque
en distintas palabras, uno y otro descansan bajo una misma definición. El poder
constituyente es el poder de las autoridades delegado únicamente por el marco jurídico, el
poder constituido es el poder de la multitud, encontrando por ende, en sociedad.
En este punto, las tesis tienden a diferenciarse, ya que Agamben afirma que desde el
momento en que la política se inmiscuye en la vida biológica, el poder constituyente, se
adjudica la capacidad de combatir la violencia con más violencia. Es decir, desde el
nacimiento de la biopolítica, la violencia ha estado presente en la ley, disponiendo de
sacrificios “legales”. Contrario a ello, Girard expone que en términos generales, el poder
constituyente predomina sobre el poder constituido, y es solo en tiempos de crisis, cuando
el poder constituyente no tiene más remedio que doblegarse a la sociedad y cumplir con
sus demandas de presentar victimas al sacrificio (Girard, 2002: 154). Si la política ofrece
víctimas sacrificiales es porque la sociedad las clama, expone Girard, y Agamben insiste en
que la política ofrece víctimas sacrificiales porque esto, ya es parte de su rol.
b. Hombre Sagrado- Víctima Sacrificial
La víctima sacrificial es un individuo, enemigo de la sociedad que a través de rituales, se le
da muerte para restaurar la paz perdida; El hombre sagrado es un hombre “malo” el cual no
es lícito sacrificarle, pero quien le mate no será condenado por homicidio. Ambos
62
conceptos se manejan en ambos bandos: sociedad y política, aunque Girard remarque la
idea de estos en sociedad y Agamben exponga su utilización por parte de la política y la
ley.
La finalidad de la primera es preservar las relaciones humanas en la sociedad y la finalidad
de la segunda, es controlar aún la vida del ser humano, a través de la política. Ahora bien,
¿Por qué se sacrifica a este individuo? La respuesta concuerda en ambas posturas, es una
vida que impacta negativamente en el plano social y político y por ende, debe eliminarse.
Es este un individuo que se encuentra al margen de la ley y al margen de la comunidad, por
ello, resulta fácil matarle sin que existan culpables, ni castigos.
Para mentalizarse del bien que realizan si eliminan a esta víctima, la sociedad y la política
lo aprecian, no como un ser humano, sino como un monstruo o como un hombre-lobo. De
aquí, que la explicación de Girard asevere que lo que realmente desencadena la violencia,
es la capacidad de auto-convencimiento de que la víctima es un animal, un monstruo
(Girard, 2006: 129). Y Agamben, hace mención a la zona de indistinción con las fieras,
momento que se da, solo cuando la ciudad se disuelve.
Nuevamente, concuerdan en la idea de que estos individuos que eliminan, no son cualquier
persona, se les adjudica ciertas características como alguna enfermedad, herida o
minusvalía, en otras palabras, el individuo al que se le da muerte, es aquel que carece de
valor para aportar fluidez a la sociedad, es aquel que el único valor que posee se le
considera negativo tanto en el ámbito social como político. Sin una contribución a la
sociedad o a la política, este pasa a convertirse en el enemigo contra el cual hay que luchar.
Agamben propone la idea de ser esta zona de indistinción un estado de excepción, similar a
un campo de concentración. Este autor, certifica que el nacimiento del campo de
concentración se da cuando el sistema político entra en una crisis. Girard, afirma que previo
al sacrificio de la víctima, es necesario encontrarse en una crisis de cualquier índole, no
necesariamente política, donde las personas entran en una zona de indiferenciación.
Si se hace alusión al campo de concentración de Auschwitz, los judíos que ingresaban en
este, eran rapados, marcados y vestidos con pijamas de rayas. ¿No es esta una manera de
indiferenciar a las personas? De igual manera, Girard, asemeja simbólicamente los dobles
63
monstruosos a una fobia de la semejanza, donde al parecerse todos, cualquiera puede
tornarse culpable, y es este mismo miedo el que los arrastra a encontrar un chivo expiatorio,
al margen de la comunidad y de la ley, para salvar su vida, entre tantas otras cosas.
Se podría suponer, que el campo de concentración puede aparecer en cualquier lugar donde
justicia y venganza sean análogas, donde los individuos vivan bajo una ley que existe pero
no significa, donde los sacrificios sean la norma sin ser penalizados, donde este individuo,
esta víctima, este hombre sagrado se encuentre expuesto a una violencia sin protección
alguna.
Este proyecto político-social convierte a la víctima sacrificial en árbitro de todos los
conflictos y en encarnación de toda soberanía. En fin, se habla de un individuo socialmente
inaceptable y políticamente irrelevante.
El hombre sagrado, la víctima sacrificial, pasa a ser un individuo necesariamente malo,
negativo, monstruoso para que el sacrificio pueda darse; es decir, de alguna manera se les
considera enemigos de la paz y contra ellos hay que luchar. Como bien exclama Girard
(2005, 146), “entramos en el universo de los buenos y los malos, él único que no es
realmente familiar”.
Agamben y Girard hacen alusión a Carl Schmitt en el concepto de “buenos y malos”. Este
último, crea el concepto amigo-enemigo, un concepto predominantemente político. Aunque
difiere de Girard, indicando que el enemigo político no necesariamente tiene que ser malo
en el ámbito de la moral, o feo en términos estéticos, el enemigo, se cataloga simplemente
como algo extraño, algo diferente, siendo esto lo que posibilita realmente el conflicto.
Schmitt (1963: 17), tiene claro que los pueblos se agrupan de acuerdo a la contraposición
de amigos y enemigos. Este enemigo, claro está, se encuentra ligado a situaciones concretas
y reales, pero luego, pasan a convertirse en abstracciones puramente fantasmagóricas29
. La
única relación que mantiene con el bando de los “amigos” es la posibilidad real de que
estos últimos les maten.
29
Supuesto manejado por el mismo Girard y avalado con la tesis de Žižek mencionada en el capítulo II.
64
En tiempos de guerra, el enemigo fácilmente era reconocido por el hecho de portar un
uniforme que los identificaba bajo esa denominación: Enemigos políticos. En términos
análogos, la construcción de perfiles políticos que expresen el aspecto físico de ciertos
individuos, refuerzan en este, un monstruo inhumano, catalogado como enemigo,
justificando así, su exterminio. En la línea de la biopolítica planteada por Agamben,
Schmitt, supone que la política ha delegado en sí mismo una obligación enorme: la de
disponer sobre la vida de los seres humanos, dándole al pueblo una doble posibilidad, la de
matar y morir. Se mata a los individuos que se encuentren del lado enemigo por obstruir la
tranquilidad, la seguridad y el orden o se muere a manos del amigo, quien vela por el
bienestar y la paz de la comunidad.
Mientras la política exista, la posibilidad de determinar un enemigo interno estará presente,
siendo este la esencia de su existencia. La soberanía que faculta a la política excusando la
muerte de individuos en Agamben, es explicada en otras palabras por Schmitt (1963: 29),
“a través del poder sobre la vida física de las personas, la comunidad política se eleva por
sobre cualquier otra especie de comunidad o sociedad.” Por ende, si efectivamente existen
enemigos en determinado territorio, no habrá otra explicación que no sea política.
Será necesario evidenciar las respectivas teorías en la identificación de victimas
sacrificiales/hombres sagrados a lo largo de la historia guatemalteca para argumentar su
viabilidad en la práctica.
4. De la teoría a la práctica
Si la sociedad pone en práctica la ejecución de una víctima para restaurar la paz en la
comunidad, el Estado la utiliza para controlar e imponer soberanía a la sociedad. Para
muestra de ello, Guatemala no ha sido la excepción; históricamente encontramos el manejo
de chivos expiatorios, hombres sagrados legitimados a través de discursos, bajo un perfil
claro del enemigo del momento, y todos bajo una misma característica: legitimar la
violencia.
En el período de la Conquista, el discurso de seguridad inclinaba su postura hacia una
evangelización del indio con la finalidad de rescatarlo de las costumbres paganas en las que
se encontraba inmerso. La civilización debía llegar a América y a través de la religión
65
producen su sometimiento para desidentificarlo con sus raíces y en cambio implantarle
valores cristianos occidentales, todo ello para su seguridad y salvación espiritual. Los malos
tratos y la inferioridad adjudicada a los indios, eran justificables para los españoles.
Juan Ginés de Sepúlveda30
, ante la Corona Española, afirmaba que la inferioridad humana,
cultural, militar, etc. eran razones suficientes para darle un trato de menor categoría al indio
salvaje. Bajo la doctrina de la guerra justa y en contraposición a Bartolomé de las Casas,
defendía el trato “por la obligación de liberar a los indios inocentes de ser inmolados en los
sacrificios rituales ofrecidos a los ídolos” (Maestre, 2004). Su obra “Demócrates segundo”
afirmaba que solo los más sabios y prudentes podían gobernar a los ignorantes y rudos, es
decir, los españoles tenían el derecho de conquistar América, el deber frustrado de civilizar
a sus nativos y, como parte de este, el mandato expreso y legítimo del Papa para
cristianizarlos.
El período de independencia no diverge mucho del discurso anterior, el modelo de
asimilación, el modelo civilizador se mantiene vigente, donde la creación de un Estado-
Nación solo podía llevarse bajo una sola cultura, idioma y religión. Bajo el decreto del
Congreso Constituyente del 29 de octubre de 182431
, la política impulsa esta propuesta
asimilando o desapareciendo al indio dentro de la naciente nación mestiza.
Manteniendo este sistema durante la época colonial, también se justificó la opresión y
explotación del indio basado en conceptos puramente raciales. Bajo el repartimiento y la
encomienda se dejó notar lo que Martínez Peláez (1979) titula: “La Patria del Criollo”,
30
Filósofo, teólogo, cronista y traductor del griego al latín, uno de los principales exponentes del humanismo del Siglo XVI y del Renacimiento. Basado en la teoría de la guerra justa para excusar las acciones de los españoles contra los indios. 31
“El Congreso Constituyente del Estado de Guatemala, considerando que debe ser uno el idioma nacional, y que mientras sean tan diversos cuanto escasos é imperfectos los que aún conservan los primeros indígenas, no son iguales ni comunes los medios de ilustrar á los pueblos , ni de perfeccionar la civilización en aquella apreciable porción del estado, ha tenido á bien decretar y decreta: 1. Los párrocos, de acuerdo con las municipalidades de los pueblos, procurarán por los medios más análogos, prudentes y eficaces, extinguir el idioma de los primeros indígenas. 2. Probando los mismos párrocos haber puesto en uso con buen éxito, en todo ó en parte, cuanto estuvo en sus facultades para el cumplimiento del anterior artículo, se tendrá por el mérito más relevante en la provisión de curatos” Citado en la CEH, 2006 pg. 29, a su vez tomado de Jorge Skinner-Klée, Legislación indigenista de Guatemala, 2ª. Edición, Instituto Indigenista Interamericano, México, 1995, pg. 20.
66
donde esta no fue en modo alguno oportunidad de inclusión al indio, más bien este último
sirvió como elemento de consolidación de la “patria guatemalteca”.
Por mencionar otro período, está el de la época liberal, como el período del discurso anti-
indio, donde el chivo expiatorio, el hombre sagrado continúa siendo el mismo pero bajo
otras justificaciones. La economía agraria y la cultura finquera predominante de esa época
cercioraba la mano de obra en sus tierras con la obligatoriedad del trabajo indígena,
tipificando como delincuencia la negativa de este a trabajar forzosamente en las fincas
cafetaleras. Creando con ello, un ambiente de “legalidad” donde la propia constitución le
otorgaba al indígena menos derechos y más obligaciones. Para muestra de ello, en abril de
1944, el presidente Jorge Ubico aprueba el decreto 2795 sobre la “exención de
responsabilidad criminal a los finqueros” para brindar inmunidad al finquero que en sus
propias tierras asesinara campesinos (CEH, 2006). Incluso, en el área ch’orti’, solo los
ch’orti’ tenían que trabajar forzosamente sin pago ni comida, en proyectos tanto privados
como públicos (López García et al, 2009: 67) y la práctica de la ley fuga se convirtió en
una herramienta de control político y de limpieza social para brindar seguridad ciudadana.
Como bien lo afirma Girard y Agamben, aplicado a este discurso, el sistema judicial y el
sacrificio terminan ejerciendo las mismas funciones, facultando al primero con el
monopolio absoluto de la venganza.
Es a partir de la contrarrevolución que se tomará mayor interés en esta investigación por los
discursos de seguridad predominantemente políticos. Luego de los diez años de primavera,
que finalizan abruptamente en 1954, la política anti-arbencista promocionada por Estados
Unidos entra en acción y el discurso de seguridad se torna anti-comunista. Este discurso se
mantiene vigente de 1954 a 1963, calificando como enemigo a todo aquel que se le
encontrara sospechoso de apoyar la ideología comunista. Dentro de esta “guerra
ideológica”, lo agrario era también sinónimo de comunismo. La ley promulgaba la
protección de la nación contra este enemigo, derogando con ello, la Constitución de 1945,
luego, creando el Estatuto Político de la República de Guatemala hasta que finalmente entra
en vigor la Constitución de 1956, vigente hasta 1963. Bajo las leyes establecidas en esta
nueva Constitución, se encuentra la Ley preventiva penal contra el comunismo, la pena de
muerte para comunistas, el Comité Nacional de Defensa contra el comunismo, el artículo 6
67
que facultaba al jefe del ejecutivo para expatriar o impedir el ingreso al país a comunistas y
por último el decreto 48 que constaba en suprimir las organizaciones políticas, sindicales y
culturales por relacionarse éstas con el comunismo. En este período, las mismas leyes
legitimaban la violencia contra el enemigo del momento, y la pena de muerte para estas
víctimas no era más que el sacrificio ritual practicado en sociedad.
Rafael Carrera, bajo la asistencia del embajador Puerifoy, nombró a José Bernabé Linares,
jefe de la policía secreta bajo Ubico, como jefe de la “seguridad nacional”, creando
inmediatamente una lista de 72,000 comunistas, de los cuales de 9-14,000 fueron arrestados
y de 2-5,000 asesinados, especialmente campesinos de oriente (López García et al., 2009).
Como claramente lo menciona la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (2006: 69),
“El rasgo característico de este momento no siempre fue la muerte del opositor, sino la
creación de un clima social de inseguridad generalizada. El efecto fue el miedo: miedo a ser
denunciado, a perder el empleo, a no poder retornar al país, a participar en política, a
organizarse para exigir derechos. En fin, a funcionar fuera del marco de una sociedad
democrática de derecho, por la existencia de un régimen de excepción permanente”. La
misma CEH lo menciona, “Régimen de excepción permanente”, siendo esta aquella zona
de indiferenciación donde la ley avala la violencia y la muerte al “hombre comunista
sagrado”.
Tras el golpe de Estado de Ydígoras Fuentes, el ejército llega a controlar el poder en su
totalidad y con ello el discurso de seguridad se modifica nuevamente, pasando este a
convertirse en el “Discurso de seguridad anti-guerrillera” el cual tendrá una duración de
1964 a 1977. Con la ayuda permanente de los Estados Unidos, la Doctrina de Seguridad
Nacional entra en vigencia y la guerrilla pasa a ser el enemigo interno. El modelo contra-
insurgente es adoptado y la represión proviene directamente del ejército. La Constitución se
rehace en el año de 1965 por un gobierno militar, gobernando Peralta Azurdia en un
permanente Estado de Sitio. Bajo la misma modalidad, Arana Osorio gobierna por más de
un año en Estado de Sitio con toque de queda (1971-1972).
Esta nueva estrategia política combinaba acciones psicológicas y en casos necesarios,
acciones bélicas, donde de forma premeditada se confundió la lucha armada con la
oposición democrática. Cualquier inconveniente contra el gobierno expresado
68
públicamente, se relacionaba directamente con la guerrilla y por ende debían ser
eliminados. Para respaldar el discurso del nuevo enemigo interno, la política militar con la
ayuda estadounidense promovió campañas de desinformación, información,
adoctrinamiento, preparación ideológica e incluso optaron por el involucramiento de la
sociedad civil en la estrategia contrainsurgente, como formas de aceptación social. Con
ello, en 1966 se crearon los “Escuadrones de la Muerte”.
La construcción del enemigo la manejó la política sobre bases ideológicas desplazando la
identidad étnica. El Ejército contraatacaba a la guerrilla, sin embargo el resultado conseguía
ser una matanza entre indígenas, con la única diferencia de estar en bandos opuestos. Esta
modalidad construyó dos tipos de actores: los indígenas buenos, leales a la nación, contra
los indígenas traidores, comprometidos con el gran mal: la subversión. De esta manera se
consiguió que los jóvenes se vieran como soldados antes que como indígenas, y con ello
estuvieran dispuestos a matar a personas de su mismo grupo étnico (López García et al.,
2009: 105).
El principal problema de este discurso se encuentra en un problema social que reconoce
Girard en su teoría, y es el tipo de víctima a inculpar. Es decir, el sacrificio desemboca en la
paz de la comunidad sí y solo si la víctima no cuenta con nadie que defienda su causa.
Contrario a ello, en el discurso proveniente del ejército, el enemigo catalogado como el
opositor democrático: el guerrillero, forma un frente y pelea de vuelta, desencadenando el
ciclo de violencia en lugar de encadenarlo, empezando un conflicto armado interno que
duraría aproximadamente 30 años.
Para 1978, el discurso político que venía arrastrando la figura comunista y luego
guerrillera, se enfoca en el área rural, específicamente en los indígenas como enemigos del
Estado modificando nuevamente el discurso, al cuál en esta investigación se le denominará:
“Discurso de Seguridad anti-indígena” vigente hasta 1990. Donde el ejército mata a todos
los que posiblemente estén vinculados a la guerrilla, incluidos ancianos, mujeres y niños.
Bajo los gobiernos de Lucas García y Ríos Montt, la política de aldeas arrasadas se
implementa no solo con ataques a la guerrilla, sino también al movimiento social y a la
población en las áreas de fuerte presencia guerrillera. Pero para ello, el gobierno también
69
involucra a sociedad civil con la creación de Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), para
proteger al ciudadano y al Estado de este “enemigo”. Siendo el creciente apoyo de la
población civil hacia la guerrilla, la que permite justificar la eliminación del pueblo
indígena, especialmente en el altiplano.
El proyecto de Ríos Montt, consolida una represión contra el pueblo indígena bajo el
argumento de ser estos, parte de la guerrilla. El portavoz de Ríos Montt, Francisco Bianchi
lo afirma en una entrevista: “Los guerrilleros conquistaron muchos colaboradores
indígenas, entonces los indígenas eran subversivos, no. ¿Y, como se lucha en contra de la
insurgencia? Netamente, tendría que matar a los indígenas porque ellos, estaban
colaborando con la subversión” (CEH, 2006: 240). De igual manera, el propio Ríos Montt
indicaba: “Naturalmente, si una operación subversiva existe donde los indígenas están
involucrados con la guerrilla, los indígenas morirán…” (CEH, 2006: 241).
El racismo operó como política ideológica, pasando de la represión selectiva a la represión
colectiva, provocando a su paso etnocidio. Desde 1978 a 1983, las estadísticas señalan más
de 200,000 entre muertos confirmados y desaparecidos, 626 aldeas masacradas y más de 1
millón y medio de refugiados y desplazados (Casaús, 2008 : 57). Según la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico (2006) el 83% de estas víctimas eran indígenas.
Dentro de los planes de campaña se implementaron: “Ceniza 81”, “Victoria 82”32
, “Firmeza
83”, “Reencuentro Institucional 84”, “Estabilidad Nacional 85”, “Consolidación 86”,
“Fortaleza 87”, “Ofensiva del Pueblo 89” y “Avance 90”, todos ellos con el objetivo de
acabar con el enemigo interno, que en esos tiempos se tradujo en el indígena con la
justificación de formar parte de la guerrilla.
El nuevo marco jurídico de 1985 promueve las elecciones de 1986, ganando Vinicio
Cerezo. Gobierno que a pesar de ser el primero electo democráticamente, continua con las
censuras y persecuciones hacia muchos de los miembros y líderes de las organizaciones
sociales que en ese momento se habían autorizado para su reorganización. Aunque su
32
Este plan respondía a la estrategia “contrainsurgente” del Estado por erradicar a la guerrilla implantando el terror y la muerte entre la población rural y civil, antes llamada Operación Ceniza. (Lopez et al, 2009: 140).
70
discurso se aleja cada vez más de la orientación “guerrillera-indígena”, las represiones
continuaron pero en menor escala.
Con el tiempo, la derivación criminal acrecentó su visibilidad en la transición política y el
“Estado dejó paulatinamente de ser su trinchera” (Torres-Rivas, 1998: 74), con ello en
1991, Serrano Elías maneja el “Discurso de Seguridad contra el Delincuente Común”, sin
dejar de lado el conflicto armado aún existente, aunque sin fuerza, para la creación de los
discursos de paz. Bajo Serrano y De León Carpio se especializan en contraatacar esta mafia
de contrabandistas, narcotraficantes y asesinos que ampliaron su redes delictivas con el
robo de autos y de furgones, secuestros, asaltos bancarios, así como también se dan las
prácticas ligadas a la impunidad y la corrupción estatal (CEH, 2006: 285). Las “Fuerzas de
Tarea” como Hunahpú, se dedicaron a “limpiar” las calles de delincuentes callejeros. Para
1994, Casa Alianza reportó 13 ejecuciones extrajudiciales en contra de niños de la calle,
convirtiéndose en el peor de los años de la violencia en contra de la población infantil
(López García et al., 2009).
En 1996, tras la firma de los Acuerdos de Paz, se crea un nuevo discurso de seguridad en
pro de la “limpieza social”. El Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y Función del
Ejército en una Sociedad Democrática (AFPC) firmado dentro de los Acuerdos de Paz,
estimula la creación de la Policía Nacional Civil33
y la carrera policial. De igual manera, en
el mismo año se reforma el código penal al artículo que instituye la “Usurpación agravada”,
buscando con ello que la toma de tierras con carácter de protesta social se considerara
delito.
Las expectativas del proceso de paz eran ambiciosas al tener como objetivo lograr
efectivamente “la paz” tras treinta años de conflicto, que dejaron a su paso pérdidas
humanas devastadoras y niveles de violencia y represión desbordados. Sin embargo, esto no
cesó, visibilizando a su paso, otro “tipo de violencia”. Como bien lo dijo la comisionada de
la ONU para DDHH, Louise Albour34
: “Sin pretender ser cínica, podría decir que los
Acuerdos de Paz quitaron la ideología a la violencia, pero no la adicción a la violencia
33
Su fundamento jurídico se encuentra en el Decreto 11-97 del Congreso de la República. 34
Entrevista realizada por Prensa Libre el 3 de junio del 2006
71
como forma de vida” (citado en López et al, 2009: 22). Una premisa evidenciada por los
sucesos que fueron desencadenándose posteriormente.
Tras la firma, se notificaron agresiones contra los defensores de los DDHH, reportándose
más de 105 asesinatos, incluido Monseñor Gerardi, y aproximadamente 1,400 agresiones
contra estos (López García et al., 2009: 373). De igual manera, el fenómeno de los
linchamientos surge justo a partir del 1996, después de la Firma de la Paz.
Ante la precariedad estatal en el tema de seguridad pública, en 1999, el Ministerio de
Gobernación bajo la Orden General no. 11-99 del Boletín Oficial de la PNC35
acuerda la
organización de la sociedad civil en Juntas Locales de Seguridad (JLS). Estas se definían en
dicho boletín como:
“un conglomerado de vecinos de una población en que existe Policía Nacional Civil con el
objeto de prestar su colaboración para mejorar la seguridad ciudadana… tiene como misión
proporcionar apoyo, formación y acercamiento entre la Policía Nacional Civil y los
habitantes de la República, con el objetivo de brindar seguridad ciudadana… [En las JLS, la
población coadyuva a] velar por la vida, seguridad y bienes de las personas, garantizar la
seguridad pública…”.
Las consecuencias de delegar en la misma población la responsabilidad de su propia
seguridad, desencadenó la aplicación de castigos al “criminal” en manos de civiles,
desembocando en linchamientos en varios departamentos de Guatemala, los cuales, como
se mencionó con anterioridad, surgen después de los Acuerdos de Paz, pero en este punto
son liderados por las JLS, incluso por los propios alcaldes municipales. Acorde al Informe
del Procurador de los Derechos Humanos 2009, se tienen registradas denuncias en contra
de autoridades comunitarias por la forma arbitraria en que aplican la justicia en la
comunidad.
El enemigo político, en este punto, no solo es presentado en el altar para su sacrificio, sino
también se deja en manos de la población para que sean enjuiciados por los mismos
ciudadanos. Es decir, la institucionalización del chivo expiatorio se convierte en hombre
sagrado, regresando parcialmente a manos de la comunidad. Los “Escuadrones de la
35
Boletín Oficial PNC No. 10-1 de Octubre de 1999, artículo 1 y 2. Guatemala, 2009.
72
Muerte” de los 60, las “Patrullas de Autodefensa Civil” de la década de los 80, se
convierten en el Siglo XXI, en “Juntas Locales de Seguridad”, todas organizadas con
población civil para enfrentar al enemigo del momento. La CEH (1999, citada en López et
al, 2009) indicaba que a las PAC, “… como en muchos otros lugares, todos los varones de
la aldea fueron obligados a hacer turnos con garrote- no les dieron armas de fuego-, a
participar en actos de represión contra sus propios vecinos, tomando el doble carácter de
víctimas y victimarios.” El caso actual, no difiere mucho del panorama pintado hasta este
momento, ya que los varones de la comunidad (aunque ya existe una participación de la
mujer en los patrullajes nocturnos) conforman turnos para cuidar de su vecindario, y a pesar
que a través de la creación de las JLS se les delega “garantizar la seguridad pública”, las
armas se las proporcionan los mismos vecinos.
Durante el gobierno de Portillo, la política se fortalece en su faceta policíaca represiva
como parte de la nueva doctrina de seguridad pública, implementándose con mayor fuerza
después de los acontecimientos del 9/11. Facilitando la creación nuevamente del enemigo
interno, con la diferencia que ahora el enemigo ya no era comunista y guerrillero; los
terroristas eran las maras, los líderes sociales y los defensores de los Derechos Humanos.
Los que en algún momento fueron parte de las PAC, Escuadrones de la Muerte,
Paramilitares, etc. se convierten en parte de grupos armados, agencias de seguridad privada
y participantes militares en funciones policiales (López García et al., 2009).
Para el año 2003, fuentes policiales afirman la existencia de 14,000 pandilleros en el país y
con ello, Guatemala sigue el ejemplo de sus vecinos combatiendo al “enemigo” con el
llamado “Plan de Control de Pandillas Juveniles” o bien “Plan Escoba”. Esta iniciativa
promulgaba las operaciones policiales en su lucha por controlar las pandillas en ciertos
sectores y el único perfil manejado para la identificación del pandillero era el tatuaje y la
manera de vestir. El joven “pandillero” era detenido primordialmente por sospecha, en otras
palabras las detenciones se llevaban a cabo no por lo que el joven hacía, sino por la
apariencia personal y su similitud con la pandilla o mara (joven, hombre, pobre). Así
mismo, la PNC responsabilizaba a las pandillas juveniles de por lo menos el 70% de los
actos delictivos en el país (Rodríguez y Pérez 2005: 80 citado en López García et al., 2009:
318).
73
La Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos (UDEFEGUA)
presentaba la siguiente gráfica:
Fuente: UDEFEGUA, 2008
En ella, se reportan agresiones contra el liderazgo de coordinadoras del movimiento
campesino, convirtiéndose el año 2005 en un dato represivo contra este. Bajo una
investigación más minuciosa, UDEFEGUA encontró justamente que en ese año se propició
el impulso de grandes megacultivos, proyectos hidroeléctricos, entre otros. Además, se
observaba que el mayor número de violaciones cometidas en este año se concentraban en el
departamento de Alta Verapaz e Izabal con el 54% de las agresiones; regiones definidas
como “estratégicas” por capitales nacionales y transnacionales para el impulso de los
cultivos de caña de azúcar y palma africana, utilizadas para la creación de etanol (López
García et al., 2009: 384).
En el año 2006, la Policía Nacional Civil emite un informe denominado “Maras en
Guatemala 2006” bajo el cual, construyen el “perfil del marero” y su contenido es
publicado:
Personas que oscilan entre los 13 y 25 años
Su “forma de vestir” los diferencia de los demás
Tienen problemas psicológicos
Su único objetivo es cometer delitos ilegalmente organizados
Causan psicosis en la sociedad
“Son terroristas” con la ideología
0
5
10
15
20
25
30
35
40
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008
Ataques sufridos por campesinos, 2000-2008, Guatemala
74
Afín a las características anteriormente descritas, el 42% de las víctimas de ejecuciones
extrajudiciales entre enero del 2007 y la primera quincena del 2008 fueron jóvenes entre los
11 y 25 años de edad (López et al, 2009: 380). Un comunicado de CALDH (2008)
registraba 21,994 detenciones de jóvenes de las cuales 2,142 eran mujeres y 19,852
hombres. La visión predominante sobre los malos se asociaba a los mareros los cuales se
definían de “portación ilegal de aspecto”. En febrero del 2006, “el 63% de las víctimas
tenían antecedentes policiales, pero el resto de los casos sólo pertenecían a un estigma
generalizado que se ha generado sobre quién deber ser eliminado” (López García et al.,
2009: 379). Apegado a este enemigo “marero”, en el mismo año el discurso se acompaña
de una campaña de calcomanías que se leían “Yo apoyo la limpieza social”, la cual jamás
llegó a investigarse para identificar el promotor de dicha campaña y penalizarle (López
García et al., 2009: 376).
Se observa finalmente, que la víctima sacrificial presentada por Girard, es utilizada en la
política bajo la denominación de hombre sagrado de Agamben, concluyendo que a pesar de
sus particularidades, ambas encajan en la base de la investigación: la muerte de un
individuo al que se le considera enemigo (político y social). La teoría mimética y la teoría
de la biopolítica de Agamben se acoplan para explicar el manejo de la violencia sacrificial
y la existencia de un perfil del enemigo creado por la sociedad así como por la política.
La correlación de ambas explicaciones se consigue a nivel teórico y en la segunda parte de
este capítulo, se ejemplifica en los discursos políticos de la historia guatemalteca. Donde la
política aún bajo diversas denominaciones propias de la época, ha manejado el perfil de un
enemigo, que acorde a los intereses del momento, va modificando sus discursos. Sin
embargo, el enemigo se ha mantenido bajo el perfil general del “indígena, pobre, de piel
oscura” insertando en la actualidad a un nuevo personaje “el joven marero”.
En otras palabras se identifica históricamente, a una víctima sacrificial, a un hombre
sagrado creado por la política para el control de la sociedad, y sacrificada por la sociedad
para la paz de sus miembros.
75
Capítulo IV
“Se vende violencia sacrificial a cambio de su voto”
“Y así cuando el jefe del demos, contando con una multitud totalmente dócil, no sabe abstenerse de la sangre de los
hombres de su tribu… ¿No será necesario que perezca necesariamente a manos de sus enemigos, o bien que se haga
tirano y que de hombre se transforme en lobo?”
(Giorgio Agamben, Homo Sacer)
“Solo la eficacia social de esta violencia colectiva puede explicar un proyecto político ritual que no solo consiste en
repetir incesantemente el proceso, sino en tomar la víctima propiciatoria como árbitro de todos los conflictos, en
convertirla en una auténtica encarnación de toda soberanía”
(René Girard, La Violencia y Lo Sagrado)
“Los autócratas no mueren, no porque ellos sean eternos, que afortunadamente no lo son,
sino porque nosotros con nuestros miedos, inseguridades, angustias, los recreamos, los
reproducimos, los agrandamos, cuando en el fondo no son más que tigres de papel, como el
mago de Oz que tras la figura, no se esconde más que un pobre diablo, con un micrófono
que lo hace más grande y más fuerte… Su discurso siempre es apocalíptico y paranoico,
siempre hay un enemigo externo que nos está amenazando y pone en peligro nuestro
valores, nuestra familia, nuestros negocios, nuestra patria o nuestro futuro y, por eso,
tenemos que estar unidos y debemos sacrificarnos en aras de la patria, la nación, el negocio
o la familia. Siempre estamos amenazados por alguien o por algo y por eso tenemos que
callar y aguantar. El enemigo externo varía según los tiempos y las circunstancias, unas
veces serán los liberales, otras los conservadores en el siglo XIX, otras veces será la iglesia
o los comunistas, ahora son los terroristas internacionales, los narcotraficantes o las
corporaciones internacionales que nos quieren quitar nuestras empresas y atentan contra
nuestros principios de unidad familiar o nuestra unidad nacional. Siempre hay algún
enemigo externo que requiere nuestro silencio, nuestro voto o nuestro apoyo
incondicional”. Así, Marta Casaús desnuda la realidad del autócrata, y aunque no es este el
tema principal de la investigación, resalta de este personaje, la utilización de un
instrumento como mecanismo de control: la existencia del enemigo.
Ahora bien, lo mencionado por Casaus avala la hipótesis que se maneja en este estudio,
intentando responder a la incógnita: ¿Utiliza el marketing político la violencia sacrificial en
76
sus discursos de seguridad? ¿Estos discursos de seguridad manejan la construcción de un
sujeto amenazante?
Sistemáticamente, se estudiará el marketing político en los discursos de seguridad de
Guatemala en la campaña electoral del año 2007, específicamente, se analizará a los tres
partidos punteros de esas elecciones: Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), Partido
Patriota (PP) y la Gran Alianza Nacional (GANA), reduciendo el análisis a dos periódicos
guatemaltecos: Prensa Libre y Nuestro Diario. Como discurso de seguridad, se catalogó
cualquier noticia apreciada en alguno de los dos diarios que se relacionara con los partidos
arriba mencionados.
La modalidad limitó la búsqueda de mayo a noviembre del año mencionado. A través de
constantes visitas a la Hemeroteca y capturar el contenido de los documentos interesantes
en fotos, se analizaron dichas imágenes, se clasificó la información de interés para este
estudio, manejando finalmente la información contenida en 150 artículos de prensa. Esto
fue lo que se encontró:
En mayo, el TSE da el aval para arrancar con la campaña política oficial, orden que desde
el año 2005 había sido infringida con la puesta de las primeras vallas de UCN, seguidas del
resto de partidos políticos que en el 2006, habían introducido sus propias vallas
publicitarias. Los días de mayo incursionaron con la presentación oficial de sus candidatos
y sus respectivos compañeros de fórmula: Álvaro Colom, un ingeniero, presentaba a Rafael
Espada como su candidato a la vicepresidencia; Este último, un doctor de renombre
caracterizado por su especialidad en operaciones de corazón. Otto Pérez Molina, General
del Ejército, presentaba a Ricardo Castillo Sinibaldi como compañero de fórmula; Más
conocido como un empresario exitoso y presidente del IRTRA. Por último, Alejandro
Giammattei, doctor, presentaba a Alfredo Vila, abogado y secretario de la presidencia en el
gobierno de Berger, como su vicepresidenciable.
Las primeras giras se acompañaban de los claros discursos de seguridad que ofrecían:
Álvaro Colom, candidato presidencial de la UNE, reflejaba la imagen de un hombre serio y
77
formal, en su mayoría utilizaba pantalones de vestir beige y camisa blanca, intentaba
transmitir tranquilidad, paz y por medio de estos, deseaba ofrecer seguridad. Sus manos
juntas simbolizaban la paloma como central en su campaña, introduciendo el lema:
“Esperanza para todos”, invocando a la emotividad y remarcando la idea de esperanza, fe y
confianza. Una vez posicionado aquel mensaje, se centraba en promesas de solidaridad
adjunto a un plan de cinco meses para lograr brindar seguridad y ocho meses para disfrutar
de una seguridad total (2007, Mayo 8: Prensa Libre).
Otto Pérez Molina, candidato del PP, se introducía bajo el lema “Mano dura para combatir
la delincuencia” apelando a una fuerza enérgica capaz de vencer el mal. El objetivo era
explotar su carácter y su carrera de General en el ejército para hacer énfasis en sus mensajes
de seguridad. Vestía camisa naranja arremangada y jeans, brindando una imagen de
trabajador, a quién siempre le acompañaba la mano derecha empuñada como símbolo
central de su campaña. Su discurso de seguridad descansaba en la idea de hablar del tema
que más afecta a la sociedad: violencia. Sus propuestas de seguridad incluían un apoyo a la
pena de muerte, así como la aplicación de Estado de Sitio en zonas rojas: “Y no nos
temblará la mano para hacerlo, porque lo primero será la seguridad y verán resultados…
que tenga temor el criminal, que sepa que por medio de la ley se defenderán los DDHH del
pueblo” (2007, Junio 13: Prensa Libre).
Alejandro Giammattei, candidato presidencial de la GANA, remarcaba el hecho de
“Seguridad Total” afirmando: “Creo en una Guatemala más justa, más honesta y más
segura; Creo que los buenos somos más”. Al candidato se le veía con camisa blanca
arremangada y jeans azules, nunca faltaba verlo alzar su brazo apuntando al cielo mientras
articulaba el “Dios bendiga Guatemala” (2007, Junio 10: Prensa Libre). Los analistas del
momento le catalogaban como un discurso de derecha, como el del PP, mezclado de
elementos populistas como los de la UNE, en fin, se presentaba este como el discurso más
ambiguo de todos (2007, Mayo 8: Prensa Libre).
Los ataques entre partidos se hicieron notar, Espada, vicepresidenciable de la UNE, atacaba
al PP bajo el lema “No necesitamos manos duras sino corazones fuertes” (2007, Mayo 7:
78
Prensa Libre). Pérez Molina, en defensa, hacía uso de la frase “Mano dura acompañada de
un gran corazón” (2007, Mayo 8). En fin, el paquete de promesas había salido al
mercado…
El viernes 25 de mayo, Prensa Libre publica la primera encuesta electoral a cargo de Vox
Latina, la cual traducía las primeras propuestas en intenciones de voto. Colom se
posicionaba en el primer lugar con el 20.6%, seguido de Pérez Molina con el 11.4% y en un
tercer lugar aparecía Giammattei con el 7.1%. Sus estrategias para ese momento encajaban
en perfiles distintos: Colom conseguía tener mayor aceptación entre indígenas, ser favorito
entre personas de escasos recursos y menor escolaridad, así como con una mayor
aceptación en la región norte. Pérez Molina era el preferido entre mayores de 56 años y
entre personas con un sueldo mayor a los $200 mensuales, así como el preferido de los
ladinos. Y Giammattei, lograba una aceptación por parte del joven universitario y personas
con más recursos, específicamente mujeres y ladinos (2007, Mayo 25: Prensa Libre).
Junio se inauguraba con el primer Campo Pagado de Alejandro Giammattei en Nuestro
Diario (2007, Junio 3), relacionado al tema de turismo. Este espacio terminaba exaltando la
frase “Giammattei, un presidente confiable”. Oficialmente, no había transcurrido un mes de
campaña autorizada y los ataques entre candidatos parecían agudizarse. Colom,
aprovechaba el “pasado oscuro” de Pérez recordando el conflicto armado, invitando a no
votar por asesinos. La “mano aguada” de Colom se convertía en el objetivo de Pérez, al
remarcar la falta de carácter que reflejaba dicho candidato. Giammattei no parecía atacar
directamente a algún candidato en especial, únicamente continuaba afirmando: “Los buenos
somos más” y que con su llegada se acabaría la fiesta de corruptos, narcos y pandilleros
(2007, Junio 4: Prensa Libre).
El 27 de junio, Vox Latina publicaba la segunda encuesta en ambos diarios matutinos:
Prensa Libre y Nuestro Diario. Ello reflejaba que Colom se encontraba con el 20.75%,
Pérez Molina con un 12.25% y Giammattei con un 8.17%, los tres primeros lugares se
mantenían. Curiosamente en esos días, la crisis de violencia en el transporte público se
desborda y la muerte de pilotos incrementa considerablemente. Colom y su partido no
79
tardan en aseverar que estos hechos sangrientos obedecen a una campaña electoral para
beneficiar a cierto candidato (refiriéndose a Otto Pérez Molina). Pérez Molina a su vez,
cataloga estos hechos como una campaña negra para desestabilizarlos por su ascendencia
en las encuestas, el Ministerio Público finalmente concluye que no hay pruebas que liguen
al PP con las muertes.
A pesar de que los ataques verbales continúan en el mes julio, Colom opta por resaltar el
tema de solidaridad y evitar continuar con los enfrentamientos. Por su parte, Pérez Molina
prosigue con los insultos, esta vez atribuyendo al candidato de la UNE el descalificante de
“cobarde”. Giammattei evitando el confrontamiento, mantiene su discurso apelando el voto
de las madres solteras y de los campesinos, utilizando una nueva frase “los buenos contra
los malos” (2007, Julio 2). A finales de mes, Vox Latina publica una tercera encuesta en
ambos diarios, la intención de voto le aporta a Colom el 21.33%, a Pérez Molina el 14.42%
y a Giammattei el 8.17%, dentro de las estadísticas incluían una pregunta referente al
principal problema de Guatemala, a la cual el 70.8% de la población aseguraba ser la
inseguridad, delincuencia y violencia.
Colom, utilizaba el discurso de seguridad para reforzar otros discursos como el del hambre
por ejemplo: “Un estómago vació es propenso a la violencia” (2007, Agosto 12: Prensa
Libre). Y utilizando nuevamente el tema del conflicto armado repetía frases como “No
tengo cadáveres en el armario”, haciendo alusión nuevamente a Pérez Molina y su
participación en este. Giammattei por su lado, se le escuchaba con frases nuevas
“Combatiré la inseguridad con decisión”; “No habrá seguridad sin justicia” aunque ningún
slogan de seguridad claro que lograra posicionarse en la mente de los votantes.
Las propuestas de seguridad seguían manteniéndose apegados a sus slogans: UNE
remarcaba la convicción de que el efecto se percibiría en 4 meses, realizable a través de
ataques estratégicos e inteligencia estratégica. Pérez continuaba apostándole a un Estado de
Excepción con la asignación de fuerzas de tarea especiales para disminuir el crimen en
zonas rojas, siendo uno de los mejores métodos para atacar el accionar de pandillas
juveniles, así como entrarle al narco con “mano dura”. Giammattei, utilizaba de plataforma
80
su experiencia como Director de Penitenciarios para hablar de seguridad. Entre sus
propuestas incluía como los otros dos, la depuración de la PNC y el apoyo de la CICIG para
luchar contra el narco (2007, Agosto 20).
Una semana antes de las votaciones, el miércoles 5 de agosto, en ambos diarios se publica
la última encuesta electoral a cargo de Vox Latina, la cual coloca a ambos candidatos con
un empate del 31.7% (UNE), 31.8% (PP). Al día siguiente, UNE publica en ambos diarios
un campo pagado con las encuestas de CID-GALLUP, firma de opinión pública, la cual
afirma que Colom continuaba en la delantera. Esa semana acompañada de cierres de
campaña, los candidatos aprovechan para desacreditar a su rival por última vez: “No
tenemos pasado oscuro… votar por mano dura es no tener memoria histórica y aceptar más
puñetazos de violencia y dolor que nos han gobernado por 50 años” afirmaba Colom. Eso
no es cierto descalificaba Pérez Molina y aunaba a ello la frase “estoy convencido que con
mano dura, cabeza y corazón este cambio se puede lograr”. En esta ocasión, Giammattei,
aprovechó la oportunidad para pedir a los ciudadanos que no votaran por narcos (UNE) ni
por el pasado oscuro del país (PP), “Cualquiera que llame a la violencia no es una opción
conveniente” (2007, Septiembre 7).
Las elecciones se realizaron el 9 de septiembre y el lunes 10 se leía en los titulares: “UNE
(28.04) y PP (24.59) a segunda vuelta”. Giammatei, fuera de la contienda publica un último
campo pagado en agradecimiento a todo aquel creyó que “los buenos son más” (2007,
Septiembre 15: Prensa Libre; Septiembre 17, Nuestro Diario). Le siguen cartas de
agradecimiento de PP y UNE en campos pagados respectivamente.
La segunda vuelta se tiño de severos ataques verbales contra el contrincante. La seguridad
se acentúo en la estrategia de la UNE, acompañado de continuos ataques a Pérez Molina:
“Le voy a mandar los diez mandamientos porque ya ha violado como seis”; “Mientras veía
el cuerpo de mi tío (Colom Argueta), Otto Pérez Molina era el del Estado Mayor
Presidencial de Romeo Lucas” (2007, Septiembre 24: Prensa Libre).
81
Luego, una nueva encuesta en la segunda vuelta aparecía bajo el título “Pérez aventaja a
Colom”, brindándole al candidato del PP una intención de voto de 54.4% y a Colom un
45.6%. Algo interesante se publica en esta nueva encuesta, primero se preguntaba
nuevamente cual era el principal problema de Guatemala, a lo que el 63% de la población
respondió que la delincuencia. Luego, la pregunta giraba en ¿Cuál era la principal
propuesta del Partido Patriota? El 67.3% de los encuestados contestó que era la seguridad y
combatir la delincuencia. Cuando la misma pregunta era realizada en torno al candidato de
la UNE, nadie era capaz de identificar claramente los ofrecimientos de Colom, lo que fue
reflejado en sus respuestas: “otros” respondía el 30% de encuestados, seguido de “no sabe”
con un 21.6%, “crear empleo” un 18.3% y el tema de seguridad se colocaba en cuarto lugar
con un 14.2%.
A partir de ese momento, UNE emite diversos campos pagados a lo largo del mes de
octubre con un total de 9 en “Nuestro Diario” y 7 en “Prensa Libre”, aunque tocando
diversos temas, la mayoría se acompañaban del slogan: “La violencia se ataca con
inteligencia”.
Con los días, los discursos agudizaban sus ataques: Colom se refería a Otto como cobarde y
asesino, remarcando la imposibilidad de retroceder al pasado. “Nuestro plan es diferente
porque hace propuestas para el trabajo comunitario e incluye a toda la sociedad”; “Mano
solidaria y justa, recuerden a los desaparecidos”. De Otto Pérez Molina se leía la certeza de
que Colom era financiado por el narcotráfico, “el único fracasado es Colom”; “No vote por
la mano aguada”. Todo ello, se cerró con la última encuesta de Vox Latina el miércoles 31
de octubre que ponía a UNE 47%-48% y al PP con 53%-52%. Tal parecía que Otto Pérez
obtendría la victoria.
Finalmente, las elecciones de la segunda vuelta se realizan y los resultados proclaman al
próximo candidato a la presidencia: Álvaro Colom del partido de la UNE con un porcentaje
de 52.77%.
82
A continuación se presentan algunos de los campos pagados publicados en estos diarios36
:
(2007, Mayo 19: Prensa Libre)
(2007, Mayo 24: Prensa Libre)
(2007, Junio 4: Prensa Libre)
(2007, Junio 21: Nuestro Diario)
36
Se incluyen únicamente los campos pagados competentes al estudio.
“Tu esperanza es mi compromiso”;
“Por eso, Álvaro Colom tiene un plan de gobierno de conciliación
para Guatemala…”
“Él sí sabe como enfrentar y resolver los grandes problemas
nacionales”
“Un mejor futuro para todos”
“Vota con mano dura”
¡SE PUEDE LOGRAR!
“Los malos se van a ir al bote”
“Un Presidente Confiable”
83
(2007, Junio 24: Nuestro Diario)
(2007, Julio 9: Prensa Libre)
(2007, Agosto 6: Prensa Libre)
(2007, Septiembre 3: Prensa Libre)
“Porque los guatemaltecos quieren tener Un Presidente Confiable”
“Porque los buenos somos más”
“Juntos un futuro mejor para todos”
“Dejemos atrás el pasado y el miedo, construyamos
juntos un futuro mejor para todos”
“Para lograr el cambio que necesitamos, vota por la
paz y la democracia de Guatemala”
84
(2007, Agosto 13: Prensa Libre)
(2007, Agosto 20: Prensa Libre)
(2007, Agosto 27: Prensa Libre; Agosto 29, Nuestro Diario)
(2007, Septiembre 3: Prensa Libre)
“Para devolverle la paz a Guatemala no sólo hay
que ser firmes hay que ser inteligentes”
“… los criminales estarán en prisión”
“Es hora de vivir en paz”
“Juntos con Colom cambiaremos la amenaza por la
esperanza. Es hora de vivir en paz.”
“Porque los buenos somos más este 9 de
septiembre…”
“LOS BUENOS SOMOS MÁS”
85
(2007, Octubre 5: Prensa Libre)
(2007, Octubre 29: Prensa Libre)
El último día de campaña Colom publica un campo pagado el cual incluía la frase:
(2007, Septiembre 7: Prensa Libre)
“Acabemos con la cultura del miedo y
hagamos de Guatemala la nación
grande, próspera y digna que todos
merecemos”
“La violencia se enfrenta con Inteligencia”
“Vida, Desarrollo y Paz”
“El hombre que enfrentará La Violencia con
Inteligencia”
86
En aras del día de la independencia, Partido Patriota publica un campo pagado:
(2007, Septiembre 15: Nuestro Diario)
Colom, apegado aún más al discurso de seguridad, reiteraba la necesidad de inteligencia,
ahora con un slogan renovado (En segunda vuelta).
(2007, Septiembre 18: Prensa Libre; Septiembre 19: Nuestro Diario)
(2007, Octubre 17: Prensa Libre)
¿Cree que para reducir la violencia se
necesita…?
Inteligencia 60%
Mano Dura 28%
Ninguna de las dos 12%
“Hace 186, un grupo de patriotas que amaba a
su país, cambió el rumbo de la historia. Gracias a
ti y a tu voto, esto está a punto de repetirse.
FELICIDADES GUATEMALA”
“La Violencia se enfrenta con Inteligencia”
“El presidente que nos UNE”
87
Otto Pérez Molina por su parte, publicó en octubre 5 campos pagados en Prensa Libre y 5
en Nuestro Diario, sus campos pagados se apegaban más a cartas dirigidas a la población y
encuestas que demostraban su rápido ascenso en las encuestas. Los más importantes al
estudio fueron los siguientes:
(2007, Octubre, 3: Prensa Libre)
(2007, Octubre 30: Prensa Libre)
Luego de un breve recuento de la campaña electoral 2007, se retoman las preguntas
iniciales del capítulo: ¿Utiliza el marketing político la violencia sacrificial en sus discursos
de seguridad? ¿Estos discursos de seguridad, construyen un perfil del sujeto amenazante?
Lo anterior, es toda la información recopilada presentada en forma de relato, ahora
proseguimos al respectivo análisis de cada campaña electoral.
De la campaña electoral 2007, el tercer lugar en la intención de voto lo mantuvo el partido
de la Gran Alianza Nacional (GANA). Su estrategia de marketing en términos de
seguridad, optaba por posicionarse como “el líder de todos los buenos”. La gente,
posiblemente se identificaba con el calificativo de “bueno”, y lograba reconocimiento para
“Otto Pérez Molina adelante en encuesta,
GRACIAS GUATEMALA”
“SEGURIDAD”
“No más delincuencia. Vamos a retomar el control”
88
con el candidato y de esta manera deseaba incluirse en ese equipo donde “los buenos somos
más”. Pero, para pertenecer a un bando, es necesaria la existencia de uno contrario, es decir,
si me califico como bueno es porque necesariamente, en el otro equipo hay un “malo”.
Bajo el discurso de seguridad, Giammattei intentaba posicionarse como el bueno de la
sociedad, quién iba a ser capaz de combatir a ese malo, a esa amenaza que inunda de miedo
a los ciudadanos. Ese malo se mantuvo en el discurso como el joven pandillero, el
narcotraficante y el corrupto, más nunca se presentó una idea de cómo estos “malos” se ven
físicamente, al menos no en los dos medios escritos analizados.
Curiosamente, su plataforma electoral despega con la imagen general que los ciudadanos
tenían al momento sobre él: su papel como Director de Penitenciarios. La noticia que
resaltaba, era la toma de Pavón, en el cuál, bajo su dirección dan órdenes para retomar el
control de dicha cárcel, el problema de ello, se centraba en el hecho de sospechar que la
toma de Pavón no fue más que una excusa para llevar a cabo más de cinco muertes
extrajudiciales, lo equivalente a una limpieza social.
Ahora bien, su discurso de seguridad pretendía hacer alusión a ese hecho como ejemplo de
que “Un bueno como Giammattei, sí sabe como brindar SEGURIDAD TOTAL”, este
mensaje posiblemente era captado por la sociedad como una buena obra de aquel candidato
que lo único que realizaba era la eliminación de aquel malo, políticamente irrelevante y
socialmente inaceptable. El mensaje dirigido al inconsciente del sujeto, intentaba crear una
percepción en este, de que todo malo iba ser eliminado por aquel candidato, de la misma
manera que lo había realizado cuando tuvo la oportunidad. La última parte de las
entrevistas lo evidencia:
La percepción de los participantes del vapuleo, de entrada, dejaba claro que Giammattei
“era bueno”, su figura era la encarnación del buen político y quizás el único bueno de los
presidenciables. Al hacer mención de su posible complicidad detrás de las muertes
extrajudiciales de algunos reclusos, los entrevistados no tardaban en exaltar dicha acción,
no concebían la idea de ser este un problema, ¿Por qué habría de ser un problema, si ésta es
la única forma de parar a los que están en la cárcel haciendo cosas malas? Se preguntaban
89
los mismos entrevistados, concluyendo en que la decisión no había sido tan mala después
de todo. Bajo el respaldo de sabios dichos, uno de ellos aseguraba “Hierba mala nunca
muere” y “Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza” y por ello aseguraba que no
había mejor decisión que eliminar a ese enemigo social que nunca cambiaría. El único
problema que encontraba era la falta de discreción por parte de Giammattei a la hora de
sacrificar a aquellas víctimas, a aquellos hombres sagrados. Si no es así, entonces ¿cómo?
Con este tipo de gente es necesario tomar medidas extremas aseguraba otro entrevistado. Y
así, fácilmente, la gente lograba identificarse con el discurso de seguridad de Giammattei y
el Caso Pavón como su referencia de acción: La comunidad quería sacrificios, y el partido
GANA bajo la lógica del bueno y el malo, los ofrecía sigilosamente.
El segundo lugar de la campaña electoral, lo mantuvo el General Otto Pérez Molina y su
partido: Partido Patriota. De entrada, la denominación “General” generaba entre los
votantes una percepción de seguridad y temor al mismo tiempo. Seguridad, por el hecho de
pertenecer a un ejército nacional, y por ende, tener la preparación de ataque al enemigo. Es
decir, jurídicamente, se le catalogaba según el artículo 244 de la Constitución de Guatemala
como “una institución destinada a mantener la independencia, la soberanía y el honor de
Guatemala, la integridad del territorio, la paz y la seguridad interior y exterior”, bajo está
lógica, ya ganaba una parte de votantes. Sin embargo, la otra fase del término “General”,
traía a colación los trágicos recuerdos del conflicto armado, las masacres en diversas aldeas
y la participación del ejército en estos hechos, aunado a la segura participación del General
Pérez Molina en el Estado Mayor Presidencial durante el conflicto armado, específicamente
en el gobierno de Lucas García. Este público era el que tenía que convencer.
De entrada, la campaña se percibía con un contenido muy violento pero ideal para la
situación del momento: crisis de inseguridad. Se presentaba a un general del ejército con
una mirada infalible que al hablar, reflejaba carácter; Todo ello, acompañado de un puño, y
la frase “Mano dura” como símbolo central del partido. Ahora bien, si unimos a un General
del Ejército con una mirada retadora y un puño, fácilmente se construye en el inconsciente
del ciudadano, al candidato perfecto para combatir el crimen o más bien, para eliminar a
cualquier criminal. Esto, lo colocaba como el segundo favorito en las encuestas de Vox
90
Latina, como bien se afirma: “En el escenario de la política se producía una lucha simbólica
o en los imaginarios por el control de la violencia… ante la violencia la gente reclama
mano dura; autoritarismo, pena de muerte, militarización” (López et al, 2009: 264).
Para suavizar y humanizar un poco aquella estrategia con alto contenido violento, fue
necesario introducir el lema “Mano dura, cabeza y corazón”, así como la constante defensa
de aquellos ataques de otros candidatos que continuamente recordaban aquel pasado
sangriento para desacreditarle. Sus propuestas de seguridad concretas, giraban en torno a la
implementación de estados de sitio focalizados, específicamente en zonas rojas. Tal y como
Agamben lo menciona, la zona de indiferenciación es ese espacio que jurídicamente se le
denomina estado de excepción, y es en estos, donde se encuentra el hombre
sagrado/víctima sacrificial. Traducido a las propuestas de Otto Pérez Molina, esa víctima
sacrificial se encuentra entonces en las zonas rojas, donde acorde a la Ley de orden público,
(tipifica los distintos estados de excepción); En un estado de sitio no solo se suspenden las
garantías constitucionales, sino también se le confiere a las autoridades militares el derecho
de detener a toda persona “sospechosa” de conspirar contra el gobierno así como “repeler o
reprimir por los medios preventivos, defensivos u ofensivos que fueren adecuados a las
circunstancias, cualquier acción, individual o colectiva, que fuere contraria a las
disposiciones, acuerdos u ordenanzas dictadas para el restablecimiento de la normalidad”37
.
En pocas palabras, cualquier persona tipificada dentro del perfil de chivo expiatorio y que
viviera en zonas rojas, podía ser violentada e incluso matada bajo el aval jurídico sin
cometer crimen alguno. Nuevamente viene la incógnita, ¿Cómo es físicamente esta persona
“sospechosa” mencionada por la ley? Lo cual, en las dos prensas analizadas, no se
encontró mucho al respecto.
La pena de muerte también se modelaba como propuesta principal del PP, decía estar a
favor de aplicarla, ya que en los tiempos actuales se convierte en un disuasivo para que los
delincuentes y el crimen organizado dejen de actuar con libertad (2007, Junio 13).
Entonces, las muertes y castigos que ocurren en sociedad, es decir los linchamientos y
37
Artículo 19 inciso A y B.
91
vapuleos, son ofrecidos por el Partido Patriota bajo otras denominaciones, el linchamiento
ilegal de la víctima, llega a convertirse en la pena capital políticamente aceptada (Girard,
2006: 68). Las propuestas de seguridad de Otto Pérez Molina, no son más que momentos de
violencia planificados para evitar erupciones de violencia descontrolados, colocándole en
permanente estadía en los primeros lugares.
Por último, se presentaba en el primer lugar a Álvaro Colom con el Partido de la Unidad
Nacional de la Esperanza, UNE. La lógica en esta línea, supondría un mayor ofrecimiento
de violencia para así justificar su victoria en las elecciones, sin embargo, contrario a lo
esperado, es el que menos violencia ofrece de los tres candidatos en la campaña. Si esto es
correcto, los supuestos manejados en este estudio o son erróneos, o bien hay una estrategia
mucho más interesante de fondo; la segunda opción es la que se va a desarrollar.
El símbolo de su campaña es una paloma modelada al juntar ambas manos, apelando
constantemente a la solidaridad con su lema “Vida, desarrollo y Paz”. Utilizando la teoría
mimética como referencia, se debe recordar que Girard hacía mención de las crisis como
problemas sociales, no por el hecho de ser crisis como tal, sino por el impacto negativo que
esto causa en las relaciones sociales, llevándoles a un punto de ruptura. Bajo esta línea
entonces, cabe deducir que lo más importante para el ciudadano, no es en sí resolver la
crisis, sino recuperar los lazos sociales perdidos. En el caso guatemalteco entonces, lo
primordial no es resolver de fondo la crisis de inseguridad, sino encontrar un candidato con
la capacidad de ofrecer la restauración de las relaciones humanas que a raíz de la crisis, se
han deteriorado y Colom parecía prometer eso que los ciudadanos anhelan.
Sus slogans, juegan con la emotividad del ciudadano y sus deseos más íntimos: recuperar
los lazos sociales rotos. Su discurso toca el tema de profundidad apelando a ese sentimiento
de comunidad que esta deteriorado, por lo que en repetidas ocasiones se lee “Tu esperanza
es mi compromiso”, “Juntos con Colom cambiaremos la amenaza por la esperanza, Es hora
de vivir en paz”, “Un mejor futuro para todos”. El discurso promete traer paz en términos
grupales y alejar la amenaza, esto se traduce, en el establecimiento de las relaciones
92
humanas gracias a la eliminación de percibir al otro como malo, como lobo. La comunión
del grupo está siendo vendida como propuesta electoral.
Aunado a ello, crea el slogan más representativo de la campaña: “La violencia se combate
con inteligencia”. Esta es la frase más interesante, la cual termina por destruir el discurso
del Partido Patriota. La Mano Dura y la percepción de solucionar la violencia con más
violencia son sustituidas estratégicamente por eliminar la violencia con inteligencia. Es
decir, la UNE y el manejo de su discurso de seguridad, desnuda y evidencia toda la
violencia que ofrece su contrincante. Y, si nuevamente se recuerda la teoría mimética,
Girard hace una mención muy importante en torno al inconsciente: La teoría mimética
funciona si y solo sí, esta descansa en el inconsciente de las personas.
El discurso de seguridad de Colom, persigue la tarea de hacer consciencia de las
barbaridades que ofrece el General como propuestas, las que, presentadas desde otra
perspectiva, probablemente se perciben en algunos casos como inapropiadas o “salvajes”.
Esto, de igual manera se constata en las encuestas, donde se identifica un cambio de
percepción cuando las preguntas de violencia se presentan directa o indirectamente:
Cuando el tema violencia se disfrazaba y se presentaba de manera indirecta, absolutamente
todos se inclinaban a su uso, pero cuando directamente se le preguntaba al entrevistado si
existían momentos donde la violencia podía justificarse la mayoría aseguraba que no y
reprendía tales hechos. Es decir, el significado de violencia puede tener aceptación si no
existe algo o alguien que concientice ese panorama.
Esto es curioso, aún cuando en la segunda vuelta, Vox Latina en una de las encuestas,
realizaba una pregunta interesante: ¿Cuál es la principal propuesta en ambos candidatos?
Refiriéndose al Patriota, el 67.3% de los encuestados aseguraba que era la seguridad y
combatir la delincuencia, la propuesta se percibía clara y consistente. Pero al formular la
misma pregunta en relación al candidato de la UNE, la gente no tenía la menor idea de cuál
era la principal propuesta de Colom. La respuesta “otros” obtenía el mayor porcentaje con
el 30%, seguido del “no sabe” con un 21.6%, en tercer lugar situaban la creación de empleo
con un 18.3% y solo un 14.2% de los entrevistados percibía ofrecimientos de seguridad. La
93
UNE no ofrecía nada claro, pero lideraba las encuestas, hecho que solo podía explicarse
desde el punto de vender el deseo más abstracto de los ciudadanos: solidaridad y
consolidación de las relaciones sociales. Propuesta que evidentemente nadie identificaría
por ser esto, parte de un mecanismo inconsciente, como ya se ha repetido anteriormente. Y
el slogan de seguridad, más que posicionarse como propuesta, su principal objetivo era
desnudar la cruel y violenta campaña del opositor. La lógica mimética había sido
descubierta por la UNE o al menos eso daban a conocer, y su puesta en práctica finalmente
le había brindado la victoria.
“En la construcción ideológica, la violencia política ha encontrado en Guatemala un
excelente medio para recrearse, en particular porque a través de él se va erigiendo un
constructo de legitimidad. Dicha legitimidad sirve de argumento para quién hace uso de
ella, pero que además, tiene la intención de interiorizarla… el Estado más que resolver,
parece gestionar este medio o indefensión colectiva en favor del nuevo status quo y sus
beneficiados” (López García et al., 2009:19). En fin, lo principal en campañas electorales,
específicamente en términos de seguridad es evidenciar la existencia de un malo que
recibirá castigo. Al llevar esta premisa al límite, el objetivo será personificar a ese malo,
enemigo, etc., en el candidato contrincante por medio de ataques y descalificativos. Está
claro que en tiempos de crisis, los sacrificios se venden, y ante ellos, no hay alma que se
resista, a menos que alguien tenga la capacidad de evidenciar esta lógica, ya que una vez
desnuda la propuesta, ésta carece de sentido común. La violencia sacrificial, claramente se
presenta en los discursos de seguridad de las campañas políticas como ya se analizo. Ahora
bien, ¿Qué pasa con la construcción del perfil del sujeto amenazante de la sociedad
guatemalteca en dichos discursos?
Sí se constata el manejo de un sujeto amenazado y un sujeto amenazante, el cual se
mantuvo apegado a los tres discursos partidistas, más no se encontró la construcción de un
claro perfil físico del enemigo. Se esperaba que similar al perfil construido por los
linchadores/vapuleadores, los discursos de seguridad le construyeran un rostro a ese sujeto
amenazante, pero permaneció la ausencia de características físicas de este. Cabe resaltar
que los respectivos discursos analizados sí identifican al malo en sociedad: narcotraficante,
94
corrupto y joven pandillero como los más mencionados, siendo esta, la descripción mas
apegada al rostro del malo. De ello, solo se puede rescatar la característica de “joven” que
acorde a las propuestas de seguridad del PP, se encuentra en los estados de sitio. Se habla
entonces, del joven que se encuentra viviendo en las zonas rojas y por ende, carece de
recursos económicos para desarrollarse, este el chivo expiatorio.
Es importante mencionar que el hecho de no encontrar perfiles de victimas
sacrificiales/hombres sagrados en la política, no significa que no existan. La unidad de esta
investigación reducía el estudio únicamente a dos diarios: Prensa Libre y Nuestro Diario. El
primero como un diario más familiar, ideal para cualquier miembro, el segundo, como un
diario amarillista, que consigue posicionarse entre las personas con menor capacidad de
lectura, así como una inclinación hacia la recepción de noticias a través de fotografías y
letras más grandes. Se especula que quizá la construcción del sujeto amenazante no era
necesaria al ser publicada en medios escritos, debido a las noticias de las cuales se rodeaba
el discurso, el campo pagado, etc., que en repetidas ocasiones fotografiaba mareros,
muertes, narcos. Por lo que los discursos dentro del diario escrito se convertían en un
complemento de lo que la prensa ofrecía a los lectores. La importancia de mantener viva
una amenaza parecía modelarse como una estrategia muchos más importante que crearle un
rostro a esa amenaza.
En fin, la violencia sacrificial se vende como estrategia de marketing político y el
ciudadano la compra inconscientemente a través de su voto.
95
Capítulo V
CONCLUSIONES
“Dos hechos temporalmente distantes. Un hecho A no produce otro hecho B siguiendo un camino lineal de causa-efecto,
sino que sólo lo prefigura. O sea, que en vez de empezar la interpretación por el hecho A, se parte de B a fin de
reinterpretar A captando todo su significado, que aparece plenamente en B”
(René Girard, Los Orígenes de la Cultura)
Los linchamientos y vapuleos han incrementado, tal parece que se encuentran a la orden
del día y los discursos de marketing político han logrado comprender la lógica de la
violencia sacrificial, tal parece que juegan con el imaginario del linchador/vapuleador.
Inicialmente fueron planteadas preguntas de investigación con el fin de encontrar
similitudes entre el imaginario de los linchadores/vapuleadores y los discursos sobre
seguridad inscritos en las estrategias del marketing político. Esta lógica investigativa, fue
evidenciándose a lo largo del estudio, y cada sección cumplió con la finalidad requerida
para comprobar si efectivamente existían dichas similitudes. A continuación el aporte de
cada capítulo.
El capítulo I debía abordar desde una perspectiva teórica ¿cómo se desarrolla la violencia
sacrificial en un vapuleo/linchamiento? ¿Qué uso les da la sociedad a las víctimas
sacrificiales? El enfoque teórico de René Girard, “Teoría Mimética”, revela que detrás del
sacrificio de una víctima existe un deseo individual que al no saciarse, entra en conflicto
con un segundo individuo. La lucha por obtener lo deseado convierte la relación en
rivalidad, transformando el objetivo únicamente, en evitar que el otro gane. Este mismo
modelo se replica en otros miembros, hasta que todos en la comunidad son rivales de todos
los demás. Los lazos sociales se encuentran rotos y sus miembros son incapaces de poder
confiar en el prójimo. Por ello, para evitar esa continua “escalada de violencia recíproca”,
la comunidad, consensua la posibilidad de encontrar un culpable y sacrificarle para
recuperar la paz perdida, aunque el castigo para sus homicidas, jamás llega. Lo interesante
de esta teoría, es que la muerte de la víctima no soluciona la crisis, a pesar de que promete
restituir los lazos sociales.
96
Respecto a la víctima sacrificial, es la base central de la comunidad en tiempos de crisis.
Sin sacrificio, la comunidad entraría a una guerra total y la eliminación de todos sus
miembros. Ahora bien, la víctima se escoge con cautela, con ello, se culpa a un individuo
que cumpla con la siguiente característica: discapacidad física o social, de ahí que el
culpable sea un marginal de la comunidad. Esto es en términos generales, pero cada
sociedad, posee un perfil más específico de sus víctimas sacrificiales.
El capítulo II, pretendía aplicar los elementos teóricos mencionados, a un caso concreto de
linchamiento, y de esta manera responder a las incógnitas, ¿puede el caso analizarse desde
la teoría mimética? ¿Es factible identificar el proceso previo al vapuleo? ¿Existe un perfil
del sujeto amenazante que conlleve a la victima sacrificial en la sociedad guatemalteca?
Con la utilización de la entrevista como instrumento primordial, se analizo el vapuleo
“Caso Reducto”. El análisis refleja como elemental, la existencia de una crisis, que en el
caso guatemalteco, es de inseguridad.
Por otro lado, sí fue posible identificar el proceso previo al vapuleo, dentro del cual el
entrevistado reflejaba un constante estado de alerta en todos los espacios existentes: casa,
trabajo, universidad, tráfico, centros sociales y espacios de recreación. Incluso, se evidencia
la existencia de un plano inconsciente en el momento en el cual se ejecuta a la víctima o al
menos se intenta realizarlo. Es este mismo entrevistado, el que tiene la convicción de saber
quién es el culpable del constante miedo que le acecha. Sí, el entrevistado, tal y como la
teoría lo predice, le tiene un rostro y un perfil específico a su víctima sacrificial.
Esa víctima de recambio, ese chivo expiatorio es el joven del género masculino, de tez
morena, de rasgos indígenas, tatuado y/o perforado, de vestimenta oscura y floja, en
algunos casos con barba y en todos los casos, con pocas posibilidades de desarrollo
económico. A él, cuando se tenga la oportunidad se le dará muerte en sociedad sin nadie
que les castigue ni reproche por ello.
97
En el capítulo III, la teoría de la biopolítica de Agamben dialoga con la teoría de Girard,
encontrando puntos comunes y así analizar la violencia sacrificial en la política partidaria,
respondiendo ¿Qué papel juega la política en este mecanismo? ¿Es la teoría mimética
aplicable desde el punto de vista la política? ¿Las víctimas sacrificiales están presentes?
¿Existe un perfil del sujeto amenazante construido por la política? Agamben, partiendo de
sus planteamientos teóricos de biopolítica, afirma la existencia de violencia sacrificial en la
política, avalada por las normas jurídicas. Los hechos sociales de sacrificio impregnados de
ilegalidad más no castigo, de igual manera se presentan en la política bajo una permisividad
de la ley. La política, se ha inmiscuido tanto en la vida del ciudadano, que su papel pasó a
convertirse en identificar la vida indigna de ser vivida. Es decir, la política, no solo controla
la seguridad de sus miembros sino también su vida y muerte.
La víctima sacrificial permanece presente en ambos abordajes teóricos, para Girard se
presenta como el chivo expiatorio y para Agamben como el hombre sagrado (homo saccer).
Y bajo la misma modalidad, se le da muerte a un individuo, en términos sociales para la paz
de sus miembros y en términos políticos, para el control de la sociedad.
En términos históricos puede comprobarse la existencia de violencia sacrificial en la
política, al haber evidenciado su presencia a través de acciones concretas a lo largo de la
historia guatemalteca: Época liberal, época conservadora, gobierno contrarrevolucionario,
conflicto armado, Firma de la Paz, actualidad. En todo momento, se promueve la existencia
de una amenaza para la sociedad: el indio, el comunista, el guerrillero, el indígena,
inyectando a sus integrantes de miedo, miedo que es útil, para moldearlos en pro de los
objetivos fundamentales de la política del momento: Un sujeto amenaza, el miedo invade y
la política controla.
Y por último, en el cuarto capítulo se respondió a las preguntas, ¿Utiliza el marketing
político la violencia sacrificial en sus discursos de seguridad? ¿Estos discursos de seguridad
manejan la construcción de un sujeto amenazante? A través del análisis hemerográfico, se
evidencia la existencia de violencia sacrificial en el plano del marketing político. Los
98
partidos políticos de la Guatemala actual, se mueven bajo esta modalidad: ofrecer una
víctima para el sacrificio.
Como se evidenció durante la campaña electoral 2007, donde los discursos de seguridad de
UNE, PP y GANA, contenían esa violencia sacrificial. Entre ellos, algunos presidenciables
se modelan como buenos, pero entonces, ¿a quién presentan como el malo?; Ofrecen mano
dura y proponen la pena de muerte ¿aplicada contra quién?; Se presentan como generales
del Ejército, ¿con que finalidad? Formulan un plan de seguridad con estados de excepción
focalizados, que para Agamben, no serían más que campos de concentración,
¿implementados donde? Continuamente se hace referencia a un sujeto que amenaza la
sociedad, parece importante saciar el principal problema del guatemalteco: la inseguridad.
Y a la orden del día, hay diversas propuestas para escoger, todas contenidas bajo un alto
índice de violencia sacrificial, aunque los ciudadanos no lo saben aún.
Sorprendentemente, mejor que presentar víctimas al sacrificio, la UNE, partido victorioso
en el 2007 ofrece una propuesta más interesante y menos violenta: sustituir las promesas de
víctimas sacrificiales por promesas de solidaridad y certeza de restaurar las relaciones
sociales perdidas. A fin de cuentas, esto es lo que más desean los ciudadanos: recuperar la
confianza en el prójimo que a causa de la crisis se ha perdido. Tal parece que de manera
consciente o inconsciente, el partido ganador logra entender la lógica de fondo de la teoría
sacrificial e introduce su mejor oferta. Oferta que las personas jamás descifraron, ello
evidenciado en una de las encuestas electorales donde ninguno parecía entender que le
ofrecía la UNE, pero de igual manera, seguía teniendo aceptación.
Esto nos lleva a resaltar una de las cosas más importantes de esta investigación: La lógica
de esta teoría se maneja en el inconsciente del ciudadano. La violencia sacrificial se acepta
como ya se ha mencionado, en el inconsciente, pero cuando se revela su intención,
conscientemente el individuo parece rechazarle evidenciando lo violento de ella.
En general, un sujeto amenaza a la sociedad y hay que eliminarlo; una propuesta política
evidencia la amenaza latente y hay que adquirirla. Una analogía se ha creado: La turba
99
lincha a un sujeto amenazante y nadie es procesado: La política impone pena de muerte a
un individuo amenazante y nadie es juzgado. Esto no significa que el linchamiento pueda
ser considerado como una pena capital, la finalidad es pues, evidenciar la misma lógica de
presentar una víctima al sacrificio por el “bien de la comunidad”, así como la inexistencia
de castigo a las partes que realizan los respectivos actos. Las propuestas políticas entonces,
se convierten en violencia sacrificial. La diferencia crucial descansa en la lógica de
encontrar en la violencia sacrificial de la política, resultados distintos a los resultados de la
violencia sacrificial en sociedad.
Tal parece que las propuestas de violencia sacrificial manejadas por la política, aunque
inscritas bajo la misma lógica de la violencia sacrificial en sociedad, parecen ser más
efectivas para la comunidad. Es decir, en tiempos de crisis, la violencia sacrificial tomará
presencia, pero si la política la ofrece antes que sus mismos miembros la ejecuten, tiene la
posibilidad de controlarlos. En fin, si la política ofrece esa violencia que la sociedad clama,
se evitan las explosiones de violencia descontroladas y se sustituyen así con momentos de
violencia planificados. La intención de este estudio no es resaltar el impacto positivo o
negativo de los discursos de seguridad en el individuo, sino únicamente de evidenciar lo
que continuaba permaneciendo en el inconsciente del guatemalteco. Pero tal parece, que las
propuestas de violencia sacrificial políticas parecen ser más eficientes en ese sentido.
Las crisis por ello, facilitan las estrategias de los discursos de seguridad. Mientras más
crisis, habrá más violencia sacrificial y mientras esta última exista, los partidos políticos
tendrán estrategias perfectas para ganar adeptos. Solamente les es preciso, identificar un
tipo de amenaza para correr la voz e impregnar miedo en los individuos, para luego
modelarse como los salvadores de los problemas acaecidos. Si hay crisis, existe una gran
probabilidad que se realicen sacrificios y si estos últimos existen, hay una gran probabilidad
de que el marketing político manipule con ello al ciudadano. Tal parece que el objetivo
primordial del discurso político es evidenciar una amenaza más que construir un perfil del
amenazante.
100
Al hablar de la construcción del imaginario de los linchadores/vapuleadores en torno al
sujeto amenazante, esto no necesariamente se relacionaba con la idea de proveerle un rostro
al enemigo, sino mantener la idea misma de la amenaza y la crisis en un estado permanente.
Sí se identifica la creación de un perfil físico del sujeto amenazante por parte de la sociedad
guatemalteca, sin embargo, contrario a ello, el marketing político en los diarios analizados
del 2007, no presentaban indicios de pintarle una cara a la amenaza. Probablemente,
consideraban innecesario caracterizar a ese sujeto malo, en un diario rodeado de noticias
amarillistas, sanguinarias, que mostraban imágenes del que mataba, extorsionaba, robaba,
violaba, etc. Más importante que esto, parecía la idea de esparcir miedo para así ofrecer
seguridad. Crean una necesidad para luego ofrecer la mejor manera de saciarlo.
Esto no significa que la construcción de rostros que amenazan, sean inexistentes en la
política. Se recomienda así, que como estudio complementario a esta investigación, se
analice el marketing político en términos de seguridad de la campaña electoral del año
2011, para luego realizar una comparación con este estudio y emitir nuevas conclusiones.
Siendo esto, sumamente iluminador para el área de investigación.
También es necesario reiterar, que no se encontró una relación causal en ambas, ya que el
ofrecimiento de propuestas inscritas en la violencia sacrificial no causa los sacrificios en
sociedad o viceversa. Hablamos pues, de una relación instrumental donde la misma victima
sacrificial se encuentra como factor constante en el imaginario del linchador/vapuleador y
los discursos de seguridad de los partidos políticos; es decir, encontramos que los partidos
políticos instrumentalizan esas expresiones de violencia sacrificial mediante sus estrategias
de marketing de seguridad. El estudio concluye finalmente, en la existencia de una
correlación del imaginario de los linchadores/vapuleadores con las estrategias de marketing
político. Dejando claro que sin una crisis de seguridad en Guatemala, las propuestas de
marketing que esparcen la existencia de una amenaza, no tendrían sentido alguno.
Y aunque inicialmente, se remarcó el desinterés por acuñarle una nueva causalidad a los
fenómenos de linchamientos/vapuleos, la misma investigación arrojó un dato muy
interesante, que es importante mencionar. Cada linchamientos acaecido, se enmarca dentro
101
de un marco general de crisis existente. En el plano guatemalteco, los linchamientos en
términos generales son producto de la existencia de una crisis de inseguridad.
Esta investigación de igual manera, pretendió llevar a la consciencia lo que permanecía en
el inconsciente, desnudando esa lógica sacrificial que existe en sociedad y que
instrumentaliza el marketing para lograr su cometido: ganar votantes. Leído este estudio, la
percepción de linchamientos/vapuleos y ofertas sacrificiales en tiempos electorales, no será
la misma. Se da por concluido entonces, que el elemento simbólico común entre el
linchador/vapuleador y los discursos del marketing político no es más que la violencia
sacrificial inscrita en estos.
En definitiva, es necesario comprender que el término vapuleador/linchador es un término
que le compete a todos, no por el hecho de ser un actor constante en sociedad, sino porque
cualquiera en sociedad, puede ser uno de ellos. Y ¡Cuidado!, porque ni su intelecto, ni su
posición económica ni nada podrá salvarlo de pasar de víctima a victimario en un instante.
Sé es un linchador/vapuleador en potencia y… Sí, los discursos de seguridad del marketing
político han jugado con su anhelo más grande en este mundo: sacrificar una víctima.
102
Capítulo VI
Bibliografía
Agamben, G. (2006). Homo Sacer: El Poder Soberano y la Nuda Vida. Valencia, España:
Pre-Textos.
Bonaparte, M. (1973). Apreciaciones Psicoanalíticas y Antropológicas Aplicadas a la
sociología en Psicoanálisis y Ciencias Sociales. Fondo de Cultura Económica. México DF.
Calderón, P. (2009). Teoría de conflictos de Johan Galtung. Revista de Paz y Conflictos,
(2ed), pp. 60-81. Universidad de Granada. Granada, España.
Casaús, M. (2008). Genocidio: ¿La máxima expresión del racismo en Guatemala?. F&G
Editores. Guatemala.
CEH. (2006). Guatemala: Causas y orígenes del enfrentamiento armado interno. (2ed).
F&G Editores. Guatemala.
Ferrigno, M. (1998). El Estado Democrático de derecho frente al conflicto social: Foro
Taller linchamientos: Diagnóstico y búsqueda de soluciones. Flacso. Sololá, Guatemala.
Fuentes, A. (2006). Subalternidad y violencia colectiva en México y Guatemala. Revista
Venezolana de Sociología y Antropología. Universidad de los Andes. Mérida, Venezuela
Vol. 16. (46), 415-428.
Girard, R. (2002). El Chivo Expiatorio. (2ed). Editorial Anagrama. Barcelona, España.
Girard, R. (2005). La Violencia y lo Sagrado. (4ed). Editorial Anagrama. Barcelona,
España.
Girard, R. (2006). Los Orígenes de la Cultura: Conversaciones con Pierpaolo Antonello y
Joao Cezar de Castro Rocha. Editorial Trotta. Madrid, España.
Hobbes, T. (1940). Leviatán, o la materia, forma y poder de una república, eclesiástica y
civil. Fondo de Cultura Económica. España.
Locke, J. (1969). Ensayo sobre el gobierno civil. Ediciones Juan Bravo. Madrid, España.
López, C. (1999). De seguridad y sociedad civil en tiempos de paz: Los Linchamientos.
Guatemala.
López, O. (2000). Todos los Santos Cuchumatán y el linchamiento de los turistas.
Universidad Rafael Landívar. Guatemala.
103
López et al. (2009). Guatemala: Violencias Desbordadas. Universidad de Córdoba.
Argentina.
Maestre, A. (2004). “Todas las gentes del mundo son hombres”: El gran debate entre Fray
Bartolomé de las Casas (1474-1566) y Juna Ginés de Sepúlveda (1490-1573)). Vol. 21.
Revista Complutense. Universidad Complutense de Madrid. España.
Maquiavelo, N. (2004). El Príncipe. Ediciones Leyenda. México.
Martínez, O. (2007). Análisis sociopolítico de los linchamientos ocurridos en San Marcos,
período 1994-2004. Universidad de San Carlos de Guatemala. Guatemala.
Martínez, S. (1979). La Patria del Criollo: Ensayo de Interpretación de la realidad colonial
guatemalteca. (5ed). Editorial Universitaria Centroamérica (EDUCA). Costa Rica.
Masaya, V. (2003). Agenda para la superación de la violencia y los linchamientos en las
organizaciones sociales y partidos políticos, en el contexto del proceso electoral. Dirección
General de Investigación, Programa Universitario de Investigación de Estudios de
Coyuntura. Universidad de San Carlos de Guatemala. Guatemala.
Mendoza, C. y Torres-Rivas, E. (2003a). Linchamientos: Barbarie o justicia popular.
Flacso. Guatemala.
Mendoza, C. y Torres-Rivas, E. (2003b). Violencia Colectiva en Guatemala: Una
aproximación teórica al problema de los linchamientos. Flacso. Guatemala.
Mendoza, C. (2004a). Alternativas teóricas para explicar el fenómeno de los linchamientos.
Apuntes de Economía y Política. (3), no. 18. Universidad Francisco Marroquín. Guatemala.
6-7.
Mendoza, C. (2004). Linchamiento y falta de acceso a la justicia. Instituto de Estudios
Interétnicos. Universidad San Carlos de Guatemala. Guatemala.
Mendoza, C. (2005). Structural causes and diffusion processes of collective violence:
Undesrtanding lynch mobs in post-conflict Guatemala. Tesis de Maestría. University of
Notre Dame, Indiana.
Mendoza, C. (2007). Ausencia del Estado y Violencia Colectiva en tierras mayas: Una
aproximación cuantitativa al fenómeno de los linchamientos en Guatemala (1996-2002).
Flacso. Guatemala.
Mendoza, C. (2008). Linchamientos en México y Guatemala: Reflexiones para su análisis
comparado. Revista El Cotidiano, no. 152, noviembre-diciembre, 43-51.
104
MINUGUA. (2000a). Los linchamientos: Un flagelo contra la dignidad humana.
Guatemala.
MINUGUA. (2000b). Programa educativo para la prevención de linchamientos. Guatemala.
MINUGUA. (2002). De enero de 1996 a diciembre del 2001: La misión de verificación de
las Naciones Unidas en Guatemala. Guatemala.
MINUGUA. (2003). Los linchamientos: un flagelo que persiste. Guatemala.
PNUD. (2010a). Guatemala: Hacia un Estado para el Desarrollo Humano 2009-2010.
PNUD. (2010b). Informe sobre Desarrollo Humano para América Central 2009-2010: Abrir
Espacios a la seguridad ciudadana y el desarrollo humano.
Porras, G. (2009). Las Huellas de Guatemala. F&G Editores. Guatemala.
Schelling, T. (1964). La estrategia del Conflicto: “El temor recíproco a un ataque por
sorpresa. Editorial Tecnos. Madrid, España.
Schmitt, Carl. (1963) El concepto de lo político. Sin editorial.
Torres-Rivas, E. (2003). Linchar en democracia. Flacso. Guatemala.
Turner, R. (1974). “The public perception of protest” en Social Conflict: Readings in rule
structures and conflict relationships. (pp. 505-518). Northwestern University. Lexington,
Massachussetts.
Ugarte, J. (2006). Biopolítica: Un análisis de la cuestión. Revista, Claves de razón práctica.
(No. 166). Madrid, España. 76-82.
Van Rillaer, J. (1978). La agresividad humana. Editorial Herder. Barcelona, España. 69-163
Zambrano, M. (1988). Persona y Democracia: La Historia Sacrificial. Editorial Anthropos.
Barcelona España.
Zibardo, P. (1974). “Anonimity and destruction in the real world” en Social Conflict:
Readings in rule structures and conflict relationships. (pp. 59-91). Northwestern University.
Lexington, Massachussetts.
Žižek, Slavoj. (2005) El acoso de las Fantasías. (2ed). Siglo Veintiuno Editores. México
D.F.
105
Fuentes Hemerográficas
Blas, Ana Lucía. (2007, 13 de agosto). Decisión 2007: En la recta final irán por indecisos.
Prensa Libre, pp. 4-5.
Blás, Ana Lucía. Rodríguez, Luisa. Seijo, Lorena. (2007, 31 de octubre). Segunda vuelta
sería cerrada. Prensa Libre, pp. 2-3.
Castillo, Eddy. Mazariegos, Byron. Salazar, Elías. (2007, 9 de julio). Intensifican
campañas: Mitines, giras y caravanas. Nuestro Diario, pp. 4-5.
Castillo, Eddy. (2007, 28 de agosto). Álvaro Colom Caballeros ¿Cómo gobernaría al país?.
Nuestro Diario, pp. 4-5.
Castillo, Eddy. (2007, 25 de octubre). Colom solo en debate. Nuestro Diario, pp. 8.
Castillo, Eddy. Salazar, Elías. (2007, 10 de septiembre). A segunda vuelta: Colom y Pérez
encabezaban esta madrugada la elección. Nuestro Diario, pp. 2-4.
Castillo, Eddy. (2007, 30 de agosto). Alejandro Giammattei: ¿Cómo gobernaría al país?.
Nuestro Diario, pp. 4-5.
Cereser, Leonardo. (2007, 10 de junio). Decisión 2007: Ofrecimientos de Campaña. Prensa
Libre, pp. 6.
Decisión 2007: A segunda vuelta.. (2007, 10 de septiembre). Prensa Libre, pp. 1-2.
Del Cid, Jorge. (2007, 23 de julio). Colom visita Alta Verapaz, Otto Pérez en la capital.
Nuestro Diario, pp. 4-5.
Escobar, F. González, R. (2007, 21 de septiembre). Decisión 2007: ExPAC apoyarán a
Pérez Molina. Prensa Libre, pp. 5.
González, Francisco y Rodríguez, Luisa. (2007, 8 de mayo). Seguridad del Estado para
Candidato presidencial. Prensa Libre, pp. 4-5.
González, Francisco. Montenegro, Gustavo. (2007, 13 de junio). Decisión 2007: Entrevista
a Otto Pérez Molina, Presidenciable del Partido Patriota. Prensa Libre, pp. 5-6.
106
González, F. Rodríguez, M. Seijo, L. (2007, 29 de junio). Decisión 2007: Ejecutivo intenta
calmar ánimos. Prensa Libre, pp. 3.
González, Francisco. (2007, 24 de octubre). Colom es un fracasado, no me preocupa.
Prensa Libre, pp. 4-5.
González, Francisco. Orantes, Coralia. (2007, 29 de octubre). Ataques e insultos se lanzan
candidatos presidenciales. Prensa Libre, pp. 2-3.
Gran Alianza Nacional. (2007, 22 de junio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 53.
Gran Alianza Nacional. (2007, 6 de julio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 72.
Gran Alianza Nacional. (2007, 9 de julio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 57.
Gran Alianza Nacional. (2007, 24 de julio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 37.
Gran Alianza Nacional. (2007, 15 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 39.
Gran Alianza Nacional. (2007, 19 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 9.
Gran Alianza Nacional. (2007, 20 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 63.
Gran Alianza Nacional. (2007, 27 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 76.
Gran Alianza Nacional. (2007, 27 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 84.
Gran Alianza Nacional. (2007, 29 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 53.
Gran Alianza Nacional. (2007, 3 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 15.
Gran Alianza Nacional. (2007, 4 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 35.
Gran Alianza Nacional. (2007, 7 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 29.
Gran Alianza Nacional. (2007, 16 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 7.
Gran Alianza Nacional. (2007, 30 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 30.
Gran Alianza Nacional. (2007, 3 de junio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 31.
107
Gran Alianza Nacional. (2007, 14 de junio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 29.
Gran Alianza Nacional. (2007, 21 de junio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 41.
Gran Alianza Nacional. (2007, 9 de julio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 29.
Gran Alianza Nacional. (2007, 27 de julio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 23.
Gran Alianza Nacional. (2007, 19 de agosto). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 25.
Gran Alianza Nacional. (2007, 20 de agosto). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 19.
Gran Alianza Nacional. (2007, 26 de agosto). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 27.
Gran Alianza Nacional. (2007, 29 de agosto). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 43.
Gran Alianza Nacional. (2007, 3 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 45.
Gran Alianza Nacional. (2007, 17 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 19.
Grupo Política y Poderes. (2007, 29 de septiembre). Decisión 2007: Otto va a la cabeza.
Prensa Libre, pp. 2-5.
Lara, Julio. (2007, 26 de septiembre). Policías matan a 5 jóvenes. Prensa Libre, pp. 4-5.
Marroquín, H. Loarca, C . y Cardona, O. (2007, 7 de mayo). A la caza de votantes. Prensa
Libre, pp. 5.
Mazariegos, Jorge. (2007, 25 de mayo). Aumentan los indecisos. Nuestro Diario, pp. 2-5.
Mazariegos, Jorge. (2007, 27 de junio). Colom y Pérez Molina son los punteros. Nuestro
Diario, pp. 2-3.
Mazariegos, Jorge. (2007, 25 de julio). Álvaro Colom sigue, Otto acorta la distancia.
Nuestro Diario, pp. 2-5.
Mazariegos, Jorge. (2007, 22 de agosto). Colom continúa primero: Otto Pérez sube tres
puntos en agosto. Nuestro Diario, pp. 2-5.
108
Mazariegos, Jorge. (2007, 29 de septiembre). Pérez aventaja a Colom”. Nuestro Diario, pp.
4-5.
Méndez, Claudia y Rodríguez, Luisa. (2007, 8 de mayo). Decisión 2007: Mercado de
Promesas. Prensa libre, pp. 4-5.
Menocal, Carlos. (2007, 2 de julio). Cartilla Política de Ofertas. Prensa Libre, pp. 4.
Osorio, Jéssica. (2007, 11 de mayo). Inscritos primeros dos binomios en el Registro de
Ciudadanos. Prensa Libre, pp. 4.
Osorio, Jéssica. Paxtor, Edwin. (2007, 29 de julio). Punteros Enfrentados. Prensa Libre, pp.
10.
Osorio, Jéssica. Cereser, L. (2007, 15 de octubre). “Colom ofreció mano solidaria y justa”;
“Otto Pérez evita roces y hace ofrecimientos”. Prensa Libre, pp. 4-5.
Palencia, Gema. (2007, 22 de octubre). Del otro candidato lo que brota es sangre. Prensa
Libre, pp. 5.
Partido Patriota. (2007, 21 de mayo). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 25.
Partido Patriota. (2007, 28 de mayo). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 21.
Partido Patriota. (2007, 4 de junio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 25.
Partido Patriota. (2007, 6 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 20.
Partido Patriota. (2007, 29 de junio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 27.
Partido Patriota. (2007, 7 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 13.
Partido Patriota. (2007, 10 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 11.
Partido Patriota. (2007, 3 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 15.
Partido Patriota. (2007, 30 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 15.
Partido Patriota. (2007, 2 de noviembre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 9.
109
Partido Patriota. (2007, 22 de mayo). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 45.
Partido Patriota. (2007, 23 de mayo). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 43.
Partido Patriota. (2007, 4 de junio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 27.
Partido Patriota. (2007, 29 de junio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 23.
Partido Patriota. (2007, 7 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 5.
Partido Patriota. (2007, 15 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 37.
Partido Patriota. (2007, 16 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 37.
Partido Patriota. (2007, 17 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 3.
Partido Patriota. (2007, 23 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 3.
Partido Patriota. (2007, 30 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 7.
Partido Patriota. (2007, 31 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 47.
Partido Patriota. (2007, 2 de noviembre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp. 33.
Patrulleros de la Noche. (2007, 22 de julio). Prensa Libre, pp. 2-3.
Propuestas ante inseguridad. (2007, 20 de agosto). Prensa Libre, pp. 3-5.
Rodríguez, Luisa y Villalobos, Roberto. (2007, 7 de mayo). Decisión 2007: Colom y
Espada están confiados en la victoria. Prensa Libre, pp. 6.
Rodríguez, Luisa. (2007, 12 de mayo). Colom: Ya todo lo que podían decir, lo dijeron.
Prensa Libre, pp. 4.
Rodríguez, Luisa. Menocal, Carlos y Seijo, Lorena. (2007, 25 de mayo). Decisión 2007: La
encuensta “Aumentan los Indecisos”. Prensa Libre, pp. 2-3.
Rodríguez, Luisa. Marroquín, H. (2007, 4 de junio). Decisión 2007: Entre ataques y
ofrecimientos. Prensa Libre, pp. 4-5.
110
Rodríguez, Luisa. (2007, 12 de agosto). Decisión 2007: Buscan voto de indígenas: Ofrece
plan integral. Prensa Libre, pp. 4-5.
Rodríguez, Luisa. (2007, 26 de septiembre). Decisión 2007: Alianzas y señalamientos.
Prensa Libre, pp. 6.
Rodríguez, Luisa. González, Francisco. (2007, 7 de octubre). Decisión 2007: “Pérez
miente y es cobarde”; “Narcos financian a la UNE afirma Pérez”. Prensa Libre, pp. 6.
Rodríguez, Luisa. (2007, 8 de octubre). Decisión 2007: UNE promete recuperar territorio y
dar seguridad. Prensa Libre, pp. 4-5.
Ruano, Wendy. (2007, 10 de junio). Candidatos presidenciales a la venta. Prensa Libre, pp.
16-17.
Ruano, Wendy. (2007, 7 de septiembre). Decisión 2007: Las últimos diretes y promesas.
Prensa Libre, pp. 2-3.
Ruano, Wendy. (2007, 24 de septiembre). Decisión 2007: “Le voy a enviar los 10
mandamientos”. Prensa Libre, pp. 4-5.
Sáenz, Edgar. (2007, 18 de octubre). Azotan a esposos señalados de estafa. Prensa Libre,
pp. 39.
Salazar, Elías. (2007, 29 de agosto). Otto Pérez: ¿Cómo gobernaría al país?. Nuestro
Diario, pp. 4-5.
Salazar, Elías. (2007, 1 de agosto). GANA pule detalles: Presenta candidatos. Nuestro
Diario, pp. 10.
Salazar, Elías. (2007, 17 de mayo). Binomios Presidenciales: Giammattei y Vila reciben
credenciales. Nuestro Diario, pp. 4-5.
Sandoval, Julieta. (2007, 27 de mayo). Decisión 2007: Bajo la lluvia en Patulul; Ofreció
Mano Dura con sus propios funcionarios; Huehuetenango es lugar estratégico: Giammattei.
Prensa Libre, pp. 4-5.
111
Sandoval, Julieta. (2007, 28 de mayo). Decisión 2007: Buscan voto de expatrulleros. Prensa
Libre, pp. 6.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 4 de mayo). Campo Pagado. Prensa Libre, pp. 71.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 11 de mayo). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
21.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 22 de mayo). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
31.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 24 de mayo). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
27.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 28 de mayo). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
21.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 11 de junio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
29.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 12 de junio). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
11.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 6 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
53.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 13 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
53.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 20 de agosto). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
63.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 3 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 7.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 4 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 7.
112
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 5 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 7.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 6 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 7.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 7 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 11.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 15 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 52.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 18 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 20.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 26 de septiembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 43.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 5 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
9.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 8 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
9.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 15 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
57.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 17 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
11.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 21 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
19.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 28 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
13.
113
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 1 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp.
42.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 16 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 27.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 17 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro
Diario, pp. 27.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 19 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro
Diario, pp. 11.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 26 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro
Diario, pp. 29.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 6 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 25.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 7 de septiembre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 3.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 31 de agosto). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 6.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 8 de agosto). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp.
37.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 10 de junio). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp.
33.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 28 de mayo). Campo Pagado. Nuestro Diario, pp.
23.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 1 de noviembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 9.
114
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 29 de octubre). Campo Pagado. Prensa Libre, pp.
47.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 2 de noviembre). Campo Pagado. Prensa Libre,
pp. 31.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 19 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 31.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 25 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 27.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 26 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 24.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 28 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 25.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 29 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 29.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 30 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 33.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 31 de octubre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 24.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 1 de noviembre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 23.
Unidad Nacional de la Esperanza. (2007, 2 de noviembre). Campo Pagado. Nuestro Diario,
pp. 24.
Vox Latina. (2007, 22 de agosto). La encuesta: UNE y PP acortan distancia. Prensa Libre,
pp. 2-3.
Vox Latina. (2007, 5 de septiembre). La Encuesta: Empatados. Prensa Libre, pp. 1-2.
115
Vox Latina. (2007, 5 de septiembre). Colom y Pérez empatan. Nuestro Diario, pp. 4-5.
Recommended