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BREVE PRESENTACIÓN
Iniciar este libro no fue tarea fácil, es mucho lo que se puede decir de una
ciudad, por ejemplo, que es un ser vivo que sufre nuestro abandono y nuestra
mala forma de pensar, que es además una criatura letárgica que consume lo que
se le brinda y añora lo que deja olvidado en el anaquel de los recuerdos.
Mi ciudad es una dama temperamental que sufre el embate del tiempo de la
forma más estoica posible y se brinda amorosa como una madre ante el
crecimiento a veces desconsiderado de sus hijos. Mi ciudad es la esposa
abnegada que aguarda en el hogar. Este poemario posee 41 poemas inéditos y de
autoría propia que comparto con todos aquellos que viven como mis hermanos en
esta mi ciudad.
Con mis mejores deseos:
Autora
DE PERSONAJES, PAISAJES Y OBJETOS
LA ESPECIE HUMANA
Que tenue y ligera se encuentra
la especie humana, tanto que
prisionera de su propia vanidad
se halla sometida a los rigores
de la visión ilusoria de una
realidad abrumadora de dolor
y de esperanza.
Sobre la geografía se ubican
ciudades de acero y concreto,
de cartón, sueños y viento, como
ermitaños cuerpos que amontonados
esperan a que caiga sobre sus glorias
y monumentos el azote de los tiempos.
En un parpadeo todo
lo levantado por el hombre a muerto.
EL AMANECER
Sobre los techos oxidados
de las viviendas aún en silencio,
con llamaradas de fuego
se cubren los cielos.
Las nubes apacibles
no se resisten, van
del gris al naranja intenso,
mientras una brisa congelada
se cuela renovada en cada aposento.
Todos despiertan a la nueva luz,
dorada, silenciosa, estimulante,
que autoritaria quiebra los cristales
con fríos rayos de fuego, el amanecer
despega entonces los cuerpos
aún tibios de sus mullidos lechos.
MI CASA
Esta es mi casa, es real, tangible
está aquí y yo estoy en ella,
este es mi nuevo hogar, mi cobijo
aunque las paredes corroídas
de viejas se estén cayendo.
Arreglos, pintura, trabajo y anhelo
un par de cortinas que den la bienvenida
a la corriente fresca que me visita
un lugar donde depositar mis sueños
Esta es mi casa, cuantas esperanzas
bajo este techo mi vida se arraiga,
arriba otras personas viven,
otras personas en su propia casa
A mí no me importa
estas cuatro paredes me bastan
LA ÚLTIMA PARADA
En la necrópolis esperan aquellos,
quienes como nosotros habitaron
estos yermos, nos esperan pacientes
en sus moradas blancas, todos en óbito silencio.
Será la última parada, inesquivable
para nosotros habitantes de campos
asfaltados, de una ciudad bulliciosa,
violenta y palpitante, civilización ordinaria
Flores custodian los sepulcros,
estatuas pálidas prestan callado consuelo,
coro armonioso en sequito acuerdo
para la última parada de nuestros cuerpos.
PAYASOS
Bufones callejeros,
artistas improvisados
disfrazados van de calle a calle,
así ganan aplausos, y tal vez
unos cincos haciendo malabares.
Bufones espontáneos
entre círculos apretados
de públicos ingenuos,
hábiles , amistosos,
ridículos , graciosos,
entre pirueta y adivinanza
sacan carcajadas
a fuerza de gansada
EL INDIGENTE
Desde mi casa blanca
de abandono decorada
cúpula azul, sobre
muros de desesperanza,
mi hogar construido
con todo lo que desecha la gente,
y yo de terciopelo vestido,
de terciopelo empobrecido,
desde mi casa blanca
de abandono decorada.
Indigente por nombre
Indigente por raza,
despreciable despojo
de la especie humana,
desde mi casa blanca
de abandono decorada.
AÚN TENGO FUERZAS
Un hombre de pelo escaso,
con su mochila al hombro
recorre los barrios en busca de trabajo.
Carga sus herramientas a cuestas
tocando puertas, su grito desesperado.
Pinto casas, arreglo jardines, reparo cosas
de puerta en puerta el va clamando
aún tengo fuerzas, se oye su llamado.
Cualquier trabajo le basta,
cualquier trabajo aún por poca paga,
cualquier trabajo alcanza.
Su familia lo espera con la plena confianza
de que algo hoy ha encontrado.
Aún tengo fuerzas, aún tengo ganas,
mis manos viejas y cansadas no le temen al trabajo,
de puerta en puerta, de barrio en barrio su grito desesperado.
CIUDAD CARCELERA
Por las calles recorre taciturno entre el bullicio,
todas parecen iguales, todas están llenas de vicios.
Aceras y callejuelas sirven bien de carceleras,
mientras más desea huir, más a la ciudad se aferra.
Prisionero de tecnologías, de cómodas cercanías,
añora los claros ríos y añora las castas praderas.
Por las calles cual fantasma vaga penante
de una vida más tranquila, de una vida más serena
aquí se ahoga en melancolía entre el asfalto y la desidia,
aquí lo ahoga la ciudad carcelera
AQUELLOS GUERREROS
Pasillos hartos de gentes en espera,
camillas, medicinas, amigos, familiares
paciencia a prueba de enterezas apenas llevaderas.
Corredores blancos, expedientes y remedios
para males humanos, para males ajenos,
para cuidarnos están Aquellos Guerreros,
escudos voluntarios contra el dolor
de nuestros cuerpos
Y si en nuestra impotencia humana
ante la voluntad del cielo,
perdiéramos la batalla frente
al dolor de los nuestros
Aquellos Guerreros de blanco atuendo
les darán consuelo.
LA PALOMA
Acogida a su sombra pasea una paloma,
de cornisa a cornisa camina y se asoma,
diez metros hacia el suelo, quince o veinte
calcula desde su azotea ardiente,
sus alas fuertes prometen sostenerle.
Allá en el suelo, están las doradas semillas,
la instan como lo hace la muerte a quien
imprudente la invita, pero sus alas están rotas,
ya no pueden sostenerle, en picada cae,
choca su cuerpo contra el suelo ardiente.
HOMBRES QUE CONSTRUYEN PUENTES
Piedra a piedra se tienden a nuestros ojos,
caminos sobre aguas, sobre aires
caminos artificiales de negro fondo.
Son los hombres, constructores de ciudades,
y de puentes constructores incansables.
Piedra a piedra se construyen nuevos paisajes,
se crean madrigueras, se desplazan los habitantes.
Son los hombres invasores, conquistadores
se apoderan de todo, se apoderan dominantes
de otros hombres, de otras ciudades.
Entonces vienen sobre el verde
y fuerzan el gris inerte de su vicio.
BAJO UN CIELO DE PAZ
Oh noble patria,
bajo un cielo de paz he nacido,
es tu bandera la mía,
es tu escudo mi abrigo.
Oh noble tierra,
de hijos labriegos,
de hijos sencillos.
Lauro imponente en generoso terreno.
Eres tú, madre amorosa,
madre abnegada,
alimento seguro me llena el alma,
bajo un cielo de paz mi alivio.
Oh tierra, oh suelo, oh patria,
bajo un cielo de paz he nacido.
11 DE ABRIL, ES EL DÍA DE JUAN
Es el día de Juan, la ciudad
lo festeja con tambores, banderas y desfiles,
con comidas bailes y carteles.
Hoy no se habla de otra cosa,
es el día de Juan, la ciudad
lo vive y revive su acto valiente,
la ciudad lo vive y celebra su laurel
que le arrebató la vida como a todos los héroes.
Su valor brilla aún luciente, que ante
la esclavitud lo hiera levantarse cual
blasón de un pueblo independiente.
Es el día de Juan, por su sangre
el sacrificio de un hijo,
el sacrificio de un valiente.
Es el día de Juan, la ciudad
lo festeja, lo vive y revive su acto valiente.
RECUERDO Y OLVIDO
Viejos erguidos sobre sus arrugadas piernas
con las barbas crespas de sus ramas añejas.
Ante ellos florea el paisaje que antaño cubierto fuera
de enrojecidos cafetales, hoy bajo piedras y caminos.
Los ancianos los guardan desde su memoria,
custodian celosos el fruto de los sembradíos perdidos.
Hoy son ciudades, hoy son caseríos.
El pasado es pasado, el pasado es recuerdo y olvido.
EN LA CUSPIDE II
Desde la alta torre el soberano observa,
sobre el mar de cristales en hierros fundidos,
palpa con su primer rayo las azoteas,
toca delicado las cornisas enmohecidas,
tienta con sus dedos el grisáceo suelo suspendido,
desde la cúspide de su trono observa
como despierta su reino por la oscuridad adormecido.
Desde lo más alto el claro dorado manosea
veloz y certero cada edificio. Anda por las calles,
hurga las vitrinas y acaricia las paradas de autobuses
abarrotadas de testigos arrancados a fuerza de sus nidos.
Y la brisa helada viene tras él, como guarda espaldas
le sigue con sigilo, viene y acaricia , tienta y toca
envidiosa de todos sus dominios.
LA GRAN BESTIA URBANA
La gran bestia urbana reposa sobre la meseta,
lánguida y extendida sobre su vientre asfaltado,
con su boca abierta devora hombres y sueños,
sus muros son dientes afilados , de argamasa erigidos .
La gran soberana como joya entre las montañas
nada se escapa a su voraz apetito, devora golosa,
con su boca gigantesca las pasiones de los individuos .
La gran bestia urbana retoza golosa y avorazada
sobre su nido, mientras el mundo continua expedito
hacia un futuro cada vez más indeciso
Cuando la noche alcanza por fin los altos edificios
la gran bestia durmiente yace paciente a la espera
de un nuevo día y de nuevos vicios.
LA CAPITAL
La capital es un laberinto
de metal y cementos retorcidos
parece inmóvil, pero es
un organismo vivo que
crece como lo hacen todos,
crece y decae a su propio ritmo.
La capital acuna cariñosa,
envuelve voluntariosa,
como despreocupada madre
de hombres, mujeres y niños.
La capital es un huerto
de ilusiones y de promesas
TRABAJO DE OFICINA
Ingobernable sobre la tierra el gran monolito
espera cada mañana con las puertas abiertas.
Sus ocupantes entran, saturados en
fragancias de verano, calores sofocantes
combatidos solo por los aires acondicionados.
Traen matinales conversaciones, chismes
Traen jarras de café para despertarlos.
Ya los puestos están listos, sobre las sillas
hay descanso, sobre los escritorios prestos
sus elementos de trabajo.
UN DÍA EN MI VECINDARIO
(ROMANCE)
Cuantas cosas pasan,
en mi vecindario;
las personas caminan
de un lado al otro
con sus cabezas ocupadas,
los niños corren
con sus manos enlazadas,
un balón repica
sobre la calle enlosada,
la mañana avanza.
En ese vaivén de todas
las cosas que pasan,
un gato descansa
y una mujer apresurada
cuenta las monedas,
su hijo cuelga,
cuelga de su falda.
Todas estas cosas pasan,
el panadero con su hogaza
alimenta desayunos acelerados
cada mañana.
En tanto una pareja pelea
es una pareja que ya no ama,
el día desfila, nada lo para.
La tarde también se presenta,
con sus almuerzos y sus descansos,
las madres sirven en cada plato
lo que con amor prepararon,
los hijos y los esposos
lo consumen sobre manteles blancos.
El día camina, sin zapateos ni mascaradas,
Los chiquillos juegan
ajenos al ruido de los carros,
colitas de caballo
y ruedas de bicicletas
completan el gran espectáculo.
Para la noche,
cuando los maridos llegan
en sus vehículos cansados
cada familia se reúne
en cada casa de mi vecindario.
LLUVIA DE CIUDAD
Cuando llueve la ciudad entera se estremece,
huele a aceite, a motores, a ropas mojadas
a carreras hacía refugios improvisados.
En baño gris de helados vientos que traen
consigo pequeñísimas gotas de rocío, agolpadas
esperan las gentes bajo decoradas marquesinas.
Claras sombrillas sostienen el paso, de aquellos
que no pueden detenerse y corren en común estampida.
Cuando llueve la ciudad entera se estremece,
huele a aceite, huele a hombre, huele a vida.
CIUDAD INDIFERENTE
La ciudad está indiferente,
de apatía lo ha llenado todo,
desde el día en que te has ido,
como un niño estoy perdido,
y recurro a viejas cajas
de recuerdos sometidos.
Busco en tu ropa vacía el abrazo
persigo en tu perfume la estampa
de tu beso dormido, necesito
que me lleves de la mano
La cuidad está indiferente, sigue
creciendo, subyugando, consumiendo
mientras yo te sigo llorando.
CICLO PERPETUO
Hace tiempo que el verde ha huido
en busca de mejores prados,
aquí todo es frío, opaco
como una lápida que por el largo tiempo
ha sido acariciada.
La vida es pues un privilegio vago,
que de pequeña semilla surge,
crece y madura y regresa a la tierra
para volverse pequeña.
El verde ha buscado un nuevo hogar,
nuevas llanuras, nuevas montañas;
pero ya no tiene a donde ir.
Porque la vida es ciclo perpetuo
de cosas que surgen, crecen
y luego desaparecen.
BLASÓN
La flor, el ave y el ciervo
saludan solemnes al blasón
extendido y majestuoso
sobre cada tico corazón.
El árbol y la carreta acompañan
en pomposo festejo
con libertad y comparsa
la celebración.
Una patria entera aplaude
el triunfo en la batalla es
Blasón que se ondea firme,
soberano sobre cada plaza.
Una patria entera clama
con libertad y comparsa la celebración.
CIUDAD EN LLAMAS
Desde mi ciudad en llamas te saludo
con el vuelo de cada paloma que anida
airosa este cielo, mientras en el extremo
opuesto las sombras decrecen despidiéndose
pesarosas de cada rincón por ellas cubierto.
En lo más alto del muro construido
con fríos hierros, te doy la bienvenida
a mi espacio vacío, a mi mundano secreto,
perfiles encendidos por dorados destellos.
Aquí me levanto arrogante sobre sus bloques,
grises inertes de vidrios incrustados y te saludo
con la imperiosa necesidad de demostrarte
que este espacio es mío y es tuyo mientras
las palomas levantan su vuelo.
DE SITUACIONES
SOCIALES,
EMOCIONALES E
INDIVIDUALES
PERDICIÓN
Aquí estoy,
vicio y odio traigo por bandera
sobre las aceras calientes
de una ciudad indiferente.
Droga y violencia doy a quien fiel
me siga hasta la muerte.
Aquí estoy,
la vida te exijo, nada a cambio doy.
prostitución y pobreza recibirán tus hijos
como recompensa.
Pero no sufras, que por breves
instantes en alucinantes irrealidades
podrás refugiarte de la crueldad
de tus hermanos, de la indignación
de tus padres y de la desaprobación
de una sociedad exigente y asfixiante.
Aquí estoy,
vicio y soledad traigo como obsequio,
a quien por voluntad propia o por falta
de entereza ante la vida misma
se declare en vencimiento.
CALLEJERA
Vaga por la calle a oscuras
falda corta, blusa sobre la barriga,
su figura de polilla marchita.
Su cartera es su único pasatiempo
bailando samba con el viento,
mientras recorre de nuevo el terreno
Su profesión condenada, antigua, envilecida
Su figura de polilla marchita
vida y remordimientos la acompañan.
FURCIA DE TIEMPO COMPLETO
Morbosos pensamientos, muestras de sensaciones
investidas de cálidos besos dados tras cortinas,
en callejones, en cuartos secretos.
Un pago por un beso, por las caricias, otro por los te quieros,
aquí cada palabra, cada gesto tienen su precio
pelandusca descarada corrupta hasta los huesos,
PROSTITUTA
Soy María, Ana, Lucrecia, no importa,
si tú pagas, soy quien tú quieras
soy tu novia, tu esposa, tu esclava,
si tú pagas, soy quien tú quieras.
No tengo censuras para ti,
si tú pagas haré lo que tú quieras,
hoteles, callejones, donde sea,
si tú pagas lo haré donde tú quieras.
Soy Miranda, Sofía, no tengo nombre,
no importa, soy quien tú quieras,
si tú pagas, harás de mi lo que quieras,
si tú pagas, no tengo alma, ni decencia.
DELINCUENCIA
Temor dominante que merodea impune
por suburbios humanos, conquistador
invisible de generalísimos criterios.
Es este el clamor en todo un pueblo,
vandalismo, destrucción, pecado y silencio,
animal armado con violentos movimientos.
Creador de demonios, de nefastos mortales,
sembradores de odios , de tristezas y de resarcimientos.
ABANDONO
Infeliz, te llamo a ti que después
de tomar de mí lecho su calor,
ternura y fuego, me dejas hoy.
A ti está despreciable poesía,
para un corazón en plena amargura,
luto forzoso de horas confiadas
que zanjaron su propia muerte.
PROTESTA
Libres de servidumbres
marchan por las calles abiertas,
protestantes humildes, manifestantes
contra avaricias descaradas.
Camuflajes políticos de poderosos
influyentes que por la ley atropellan
con falso afecto la esperanza de quienes
en su liderazgo confiaron ingenuos.
Libres de mayordomías, las gentes
llenan estas calles antes vacías,
reúnen frente a magno edificio,
uno, cientos, miles de manifestantes
CHOQUE
Apasionado beso de hierros contraídos,
amantes irreflexivos, su inesperado encuentro
En unión involuntaria las bestias de acero,
sobre el asfalto negro dejan sus cuerpos deshechos
Aquí reposan sus restos aquí tumbados
en hoto sentimiento, es unión maquinal
que destroza hasta los huesos
EL QUE HUYE
El que huye
a la ciudad pierde su retorno,
queda como amargo mortero
de edificios y estaciones
El que huye
se inventa mil razones, pero
ninguna satisface el abandono
de aquellos viejos montes
El que huye
escoge su destino, a la suerte deja
su propia suerte, el monte llora su olvido,
el que huye llora su monte
PAGO
He de pagar por tu sexo,
si quieres con monedas de corales.
tornados vacíos donde
la sed y el hastío
nos hacen beber de cuerpos fríos
secretos humedales.
He de consultar tu precio
tu compañero innombrable,
pago por tu sexo,
libre, escandaloso y disfrazado,
lujurioso compañero
de cómplices momentos.
CONFESIONES
Por mi piel han pasado
un rey, diez Don Juanes,
cien bufones y mil artistas
En mi boca solo quedan
los restos agotadas de
sus falsas lisonjas
Por mi cuerpo y mi boca
he muerto yo cada día
Por mi piel han pasado
en procesión profana
el yerro de mis mentiras
Por mi propia mano
he muerto ya cada día
DONCELLEZ
Ayuntamiento prendido en calores poseídos
de la boca llena de ósculos queda para siempre
por sublime acatamiento el cadáver deshecho
de mi pudor y tu jadeo, despojo desmesurado
tu desidia y mi desasosiego.
Es este contacto un claro desacato a toda honradez,
a toda moral puritana de decencias anticuadas.
Y en pleno contacto, la unión de dos cuerpos
que retan al orden ya establecido por antiguo decreto,
de mi doncellez solo queda un cadáver desecho.
EN EL ESCENARIO DE TU CUERPO
Tu invitación ha llegado
a la magna presentación,
en el escenario de tu cuerpo
teatro de risas, rencores y llantos.
Por actores mis dedos,
por actrices tus labios,
y sobre el telón de tu lecho,
teatro de risas, jadeos y cantos.
Aquí declaro por reparto,
el debut de tu sexo,
la ópera de mis manos,
en escenario de tu cuerpo,
teatro de risas, sudores y abrazos.
DEL TIEMPO, EL AMBIENTE Y EL
CLIMA
HURACAN
Contra ventanales cubiertos
con tablones de madera, el huracán
se estrella con toda su fuerza.
Brama embrutecido de cólera,
sobre los techos y bajo los puentes,
vocifera violento entre árboles
rompeolas y fuentes.
Busca en la ciudad desierta
que insensata invade su costa hiriente,
en un segundo borra de ella
todo rastro humano, toda huella de gente.
PALABRAS QUE SON SEMILLAS
Arrojé a la tierra mis palabras,
cual semillas que brotan en el alma,
las arrojé para que germinaran,
como germina en los hombres la esperanza.
Hoy busco esas semillas,
esas semillas que son palabras,
yo las arrojé para que germinaran
como germina en los hombres la esperanza.
DESPERTAR DE NUEVOS TIEMPOS
Yo te regalo mi Paz,
cógela amigo entre tus dedos,
siente su sabor dulce,
vamos,
huele su aroma fresco.
Yo te presto mi tranquilidad,
abrázala hermano,
siente su cálido pecho,
vamos,
mírate en sus ojos compasivos.
Yo te traigo medicina,
techo y consuelo,
ven compañero,
a la luz de un nuevo día,
al despertar de nuevos tiempos.
BIOGRAFÍA DE LA AUTORA
Tiquicia Vargas, nace en mayo de 1975, es la hija mayor del matrimonio de Ana Virginia
Ulate y Álvaro Rojas. Sus estudios primarios transcurren entre 1982 y 1987 y los secundarios entre
1988 y 1993, completando con éxito su nivel de Bachiller.
Sus estudios universitarios los realiza en La Universidad de Las Ciencias y el Arte de Costa
Rica obteniendo el grado de Licenciada en Educación con Énfasis en I y II Ciclos. Actualmente
dedica su tiempo a escribir y a su familia.
Contacto:
tiquiciavargas@gmail.com
Su sitio web:
INFUSIÓN DE LETRAS PARA ALMAS DESPROLIJAS
http://tiquiciavargas.blogspot.com/
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