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RYLIE IGLESIA DE CRISTO
Editor: Ramiro Carrales
Tel. 214-632-1474.
ramirocarrales62@gmail.com
Vol. 1 Num. 4 Octubre. del 2013
Servicios.
Domingo 10:00 a.m. y 5:00 p. m.
Miercoles. 7:00 p.m.
10240 Rylie Rd. Dallas, Tx 75217
Tema Central: El Pecado
Que es Pecado? ¿Qué es pecado? Esta es la primer pregunta de nuestro tema y es de suma importancia que aprendamos muy bien su respuesta veamos algunos significados de esta palabra (1) Según el Dic-cionario secular (a) Culpa (b) Falta (c) Transgresión (d) Infracción (e) Caída (f) Desliz (g) Vicio (h) Libertinaje (i) Transgresión de la ley divina. (2) Según el Diccionario bíblico (a) Acciones con que los seres humanos se rebelan contra Dios (b) Dejarse llevar por el poder del mal (c) Actitud de rebelión contra Dios (d) Lo opuesto a la justicia y rectitud moral (e) Falta de comunicación con Dios. Según la Biblia (a) Violación a la ley de Dios (1 Juan. 3:4) (b) Sa-ber hacer lo bueno y no hacerlo (Sant. 4:17) (c) Todo lo que no vine de una fe o creencia sincera y honesta y verdadera es pe-cado (Rom. 14:23) (d) Los malos pensamientos (Mat. 5:28) (e) rechazar la ley cuando esta nos lleva a obedecer a Cristo en nues-tra vida (Gal. 3:24-25) Nos dice que la ley ha sido nuestro ayo pa-ra llevarnos a Cristo. Y cuando no obedecemos estamos en pe-cado, por rechazar ese grande y maravilloso sacrificio de Cristo hecho por nosotros en la cruz. (f) No leer y estudiar la Biblia (1 Tim. 4:13) Todo lo antes mencionado es pecado ante nuestro Di-os y cuando hacemos estas cosas estamos dejado de servir a Di-os y comenzamos a servir al diablo, y lo más triste es que muchas veces no nos damos cuenta de nada hasta que ya estamos muy lejos de nuestro Dios. Prep por: Ramiro Carrales ramirocarrales62@gmail.com
¿QUIÉNES ESTÁN EN PECADO?
Jesús Martínez
El pecado es algo descrito en las Escrituras como una enfermedad (Isaías 1:5-6). Pero desafortunadamente no
muestra los síntomas físicos que una enfermedad literal causa, y esto le hace difícil al afectado, saber que está
en pecado.
Antes de dar una contestación a nuestra pregunta debemos saber ¿Qué es pecado? Y ver que dice la Bib-
lia. El apóstol Juan nos deja muy en claro lo que el pecado es cuando nos dice en 1 Juan 3:4, que el pecado es
infracción de la ley de Dios. Ahora podemos saber que cuando pecamos quebramos la ley de Dios, y esto es lo
que es pecado, cuando nuestras acciones son en contra de la voluntad de Dios. Veamos unos ejemplos de que
tan fácil le es al hombre pecar. Por ejemplo, Santiago 4:17 nos dice que si sabemos hacer lo bueno, pero no lo
hacemos, entonces pecamos. Luego el apóstol Juan nos dice que “toda injusticia es pecado” (1 Juan 5:17). En-
tonces podemos ver que nos es fácil caer en el pecado. Nuestro Señor Jesucristo dijo que todo el que hace pe-
cado, esclavo es del pecado (Juan 8:34). El apóstol Pablo lo reafirmo (Romanos 6:16). Pecado es quebrar la ley
de Dios (hacer lo que es contrario a su voluntad); pecado es saber lo que es bueno (delante de Dios) y no hacer-
lo; pecado es no hacer lo que es justo (lo que Dios manda y como Él lo manda). Ahora podemos tener una idea
clara de lo que es pecado, ya que Dios nos muestra claramente en su Palabra lo que el pecado es.
Ahora la repuesta a nuestra pregunta ¿Quiénes están en pecado? Dejemos que sea Dios el que conteste
nuestra pregunta. Pablo nos dice que todo hombre ha caído de la gracia de Dios (Romanos 3:9-12, 23; 5:12; Gá-
latas 3:22), y esto por causa de su pecado. Notemos por favor algo importante, Pablo nos está diciendo que no
hay un hombre en esta tierra que no haya pecado. El proverbista concuerda con lo dicho por el apóstol Pablo
(Proverbios 20:9). El hombre que esta sin Cristo, está en pecado, y ahora podemos ver que no hay cosa que él
pueda hacer por limpiar su propio pecado (Jeremías 2:22). Cuán importante es que entendamos este punto,
pues hay quienes piensan que al compararse con su otra persona, ellos no son tan malos. Cristo nos presenta el
ejemplo entre dos hombres. Estos están en el templo orando a Dios, el religiosos da gracias a Dios por no ser
como el publicano y se empieza, mientras que el publicano, no quiere ni mirar al cielo y sólo le pide a Dios que le
perdone. Cristo dice: “Os digo que éste (el publicano) descendió a su casa justificado antes que el otro (el faris-
eo)… (Lucas 18:9-14 énfasis del autor). El Señor Jesucristo nos dice que si no nos arrepentimos, todos tendremos
el mismo fin (Lucas 13:2-5). Hemos visto que el pecado es quebrar la Ley de Dios, y vimos que TODO hombre ha
quebrado la Ley de Dios; por lo tanto todo hombre que está muerto en su pecado (Efesios 2:1; Colosenses 2:13).
Pablo muestra la condición del hombre sin Cristo, cuando escribe en Efesios 2:11-12, diciendo que el hombre se
encuentra lejos de Cristo, sin esperanza y sin Dios en este mundo. ¿Quiénes están en pecado? Todo hombre que
esta sin Cristo, y que no ha recibido el perdón de sus pecados a través de la obediencia al evangelio (Romanos
1:16; 1 Corinitos 15:1-4; Romanos 6:3-4; Hechos 2:37-38) están en pecado.
¿Quiénes no están en pecado?
Willie A. Alvarenga
La respuesta a esta pregunta la tiene la Biblia, y por esta razón, usted y yo debemos abrir sus páginas para conocer
quiénes son los que no están en pecado. Primeramente deseo establecer y aclarar que en ninguna forma estoy argu-
mentando que los Cristianos no pecan. La Biblia establece que los Cristianos sí están propensos a pecar. Note lo
que el Apóstol Juan escribió, “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad
no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiar-
nos de toda maldad” (1 Juan 1:8-9). También escribió el siguiente pasaje, “Hijos míos, estas cosas os escribo para
que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).
El hermano de Jesús, Santiago, también escribió un pasaje donde muestra que los Cristianos si pecan. Note lo que
dijo, “Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el
que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pe-
cados” (Santiago 5:19-20). Una exegesis cuidadosa de cada uno de estos pasajes revela cómo la Biblia muestra
que los Cristianos, si se descuidan, serán culpables de practicar el pecado.
La Palabra de Dios enseña que los Cristianos no pecan. Sin embargo, es imperativo aclarar que el Cristiano
no peca pero en un sentido continuo, es decir, que el Cristiano viva continuamente en la práctica del pecado. Note
lo que el Apóstol Juan también enseñó en los siguientes textos, “Todo aquel que permanece en él, no peca; todo
aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido”, “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado,
porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar; porque es nacido de Dios” (1 Juan 3:6, 9). La
gramática de estos dos pasajes nos ayuda a entender que el Cristiano no peca continuamente.
Todos los que permanecen en Cristo y viven una vida fiel no se encuentran en pecado. La simiente es la
Palabra de Dios, y ésta palabra, cuando es guardada en nuestros corazones y la ponemos en práctica, nos ayuda a
no pecar contra Él. El salmista David escribió lo siguiente, “En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar
contra ti” (Salmo 119:11). Los Cristianos son aquellos que han sido lavados de sus pecados con la preciosa sangre
de Cristo (Efesios 1:7; 1 Pedro 1:18-20; Hechos 22:16; 2:38). Dios quita nuestros pecados cuando obedecemos el
evangelio de Su Hijo.
Un estudio cuidadoso de la Biblia revela que pecado trae condenación al hombre que lo practica. Sin embargo, en
cuanto a los Cristianos se refiere, es decir, los que están en Cristo, el Apóstol Pablo dice lo siguiente, “Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús” (Romanos 8:1). Los que practican el pecado
están en las tinieblas; sin embargo, el Apóstol Pablo argumenta que los Cristianos son hijos del día, “Porque en
otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” (Efesios 5:8). También
escribió lo siguiente a los santos en Tesalónica, “Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos
de la noche ni de las tinieblas” (1 Tesalonicenses 5:5).
¿Quiénes no están en pecado? La respuesta, como ya hemos observado, es clara. Todos los Cristianos que viven
una vida fiel en Cristo Jesús son aquellos que no están en pecado, ni en condenación de pecado. Tales son conoci-
dos como santos y fieles en Cristo Jesús (Efesios 1:1). Todos aquellos que no han obedecido el evangelio de Cris-
to se encuentran en pecado. El Apóstol Juan mismo dijo, “El que cree (obedece) en el Hijo tiene vida eterna; pero
el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él” (Juan 3:36; cf. Romanos 8:1).
Porque no debemos pecar?
Primero veamos que significa pecado: trasgresión voluntaria de preceptos religiosos, cosa que se
aparta delo recto y justo, o que falta a lo que es debido, príncipe de los Ángeles rebeldes eres el pe-
cado. (diccionario Real Academia Española)
El mundo dice es un pecado chiquito, o uno grande déjeme le recuerdo que pecado es pecado y como
pudiéramos decirle a alguno de nuestros nietos o hijos echarle una mentirilla blanca para que se calle
y que no de lata bueno mentira es mentira y por lo tanto es pecado,
Un deseo carnal condujo a un adulterio y después a un asesinato esto paso al rey David como se le
llama a todo esto PECADO!!
1ra de Corintios 6: 17-20 dice: 6:17 Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.
6:18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; más
el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual ten-
éis de Dios, y que no sois vuestros?
6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro
espíritu, los cuales son de Dios.
El pecado nos aparta del señor, el pecado no tiene cabida en lo santo, nosotros no debemos pecar
por que la Biblia la palabra de Dios dice que somos santos y tenemos que perseverar por ese premio
prometido por el señor Apo2:10 siempre a todas horas no nomas el domingo y el miércoles que
sucederá si en el rato de pecado en eso momento de satisfacción para el cuerpo nos viene el fin de
nuestra vida o venga el señor como vamos a descuidar una salvación tan grande Heb:2:1-4
Cuando venimos a la obediencia al cambio de vida y de tradiciones y empezamos nuestra vida cristia-
na ese viejo hombre que éramos tenemos que estar seguros de que haiga un desprendimiento total,
ahí ocasiones de que nos persigue el viejo hombre o traemos algún pedazo arrastrando y tendemos a
hacer cosas que le satisfacen al cuerpo y nos olvidamos de lo espiritual y algunas veces parece que
nunca hicimos ese cambio y termina ganado lo carnal.
No debemos pecar por que somos la luz de este mundo tenemos que reflejar luz doquier, estar en co-
municación constante con nuestro padre celestial pidiendo guía, apoyo, bendición, paciencia,
sabiduría, fortaleza, estar siempre alerta a las asechanzas del diablo, recuerde el pecado apesta ante
nuestro padre Dios.
Dios los bendiga, firmes y adelante, mejor la luz que las tinieblas, no le hace que tan bonito se lo pin-
ten o usted lo vea, investigue primero si lo que está a punto de hacer lo separa de la justicia, de la re-
alidad, de la voluntad Dios, no pierda una eternidad de gozo por un rato de nada.
Emilio Bustamante. 214-837-6839 Iglesia de Cristo en Ferris Texas y Wilmer Texas.
¿Quién nos hace pecar?
Lo interesante de esta pregunta, es porque el hombre la mayoría de las veces acostumbra echarle la culpa a to-
dos excepto a sí mismo, de las consecuencias negativas de un acto equivocado. Sin embargo, observaremos
que cada uno es responsable de sus decisiones y tendremos que dar cuenta de las mismas a nuestro Creador.
Para poder comprender esto, iniciaremos considerando 1Juan 3:4 “…el pecado es infracción de la ley.”
Así que, todo el que no cumple con los mandamientos de Dios y la Ley de Cristo está cometiendo pecado. Pe-
ro esto es una decisión individual.
Sin embargo, nos damos cuenta que el enemigo del hombre Satanás usando la astucia seduce, engaña al
hombre y lo hace entrar en tentación para hacerlo transgredir la ley de Dios. Lucas 4:13 “el diablo hubo acaba-
do toda tentación” 1 Pedro 5:8 “vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a
quien devorar.” Pero también puede utilizar a los hermanos para ser piedra de tropiezo Romanos 14:13; ade-
más, se levantan falsos profetas y maestros para desviarnos de la verdad de Dios. Mateo 24:11, 24; utilizando
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error Efesios 4:14; y escu-
chando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios 1 Ti. 4:1; porque hay aún muchos contumaces, ha-
bladores de vanidades y engañadores que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que
no conviene Tito 1:10,11. Considerando estos pasajes, nos damos perfectamente cuenta de que hay muchas
personas que nos pueden tentar a desobedecer la voluntad de nuestro Dios, sin embrago, siempre la decisión
de pecar será personal e individual.
Observemos con detenimiento Santiago 1:12-16 inicia con la bienaventuranza para todo aquel que sopor-
tando la tentación, resiste la prueba, ya que su galardón será la corona de Vida que sea prometido a todos los
que aman a Dios (por consiguiente le obedecen Juan 14:21). Porque cada uno tomará la decisión de dejarse o
no seducir o atraer por su intenso deseo que no es conveniente, ni acepto a la voluntad de Dios. Si decidimos
ser arrastrados por este deseo y lo consumamos damos a luz el pecado y por consiguiente la muerte, ya que es-
te pecado nos separa de Dios, porque a Él no le agrada el pecado. Por lo cual, no podemos culpar a Dios, por
que Dios no tienta a nadie, ni puede ser tentado por el mal. Volvemos a remarcar que la decisión es del hom-
bre. El V. 16 excelentemente termina diciendo “No erréis”, la decisión en todo momento está en nuestras ma-
nos, ya que somos lo suficiente capaces de distinguir entre el bien y el mal, entre hacer la voluntad de Dos o
no, de querer esforzarnos para alcanzar la corona de la vida o hacerla a un lado por la desobediencia y el peca-
do.
¿Quién nos hace pecar? La respuesta la tenemos cada uno de nosotros en nuestro proceder, ya que Dios me
dio todo para estar a su lado 1Ti, 2:4 “el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conoci-
miento de la verdad.” La Visión de Dios es que el hombre esté con Él para siempre. Y con esto deseo añadir
los siguientes pasajes: “Fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir” 1 Corintios
10:13; “El Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del
juicio” 2 Pedro 2:9.
Reflexionemos en que cada uno es responsable de lo que hayamos hecho sea bueno o malo ante Dios 2 Cor
5:10, recordemos y mentalicémonos día a día: “Yo y sólo yo soy responsable” de si peco o si practico el peca-
do, independientemente de que el enemigo este al acecho buscando hacerme caer 1 Pedro5:8. El deseo de un
servidor es que cada uno de nosotros, no busquemos a quien culpar si no estamos practicando el verdadero
cristianismos, mas bien esforcémonos a hacer la voluntad de Dios y no olvidemos nunca que somos siervos y
que sólo agradamos a nuestro Señor que nos compró con su propia sangre, para que formáramos parte de su
Iglesia. Su Hno. Enrique Morales
IglesiadeCristoenWaterview@yahoo.com Tel. 214-597-1870
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Las Consecuencias del Pecado
Por: Obed Rodríguez
Cuantas lágrimas y cuantos pesares nos podríamos evitar si pensáramos seriamente en las consecuencias
de nuestros actos. Si aquel hombre que engaño a su esposa y fue infiel a la mujer de su juventud se detuviera
un momento antes de cultivar esa relación pecaminosa con una mujer extraña y destruir su hogar quizás hubie-
ra podido evitar muchas tristezas para muchas personas.
Lo mismo ocurre con el homicida, con el ladrón y con todos los demás pecados. Si pensaremos en las
consecuencias en lugar de pensar en el placer momentáneo, nos evitaríamos terribles dolores. Satanás ha sido
muy astuto en hacernos olvidar las consecuencias del pecado al cometerlo. El hombre comete el error de per-
mitir que el deseo y la concupiscencia produzcan en él una falta a la voluntad de Dios y no mide las conse-
cuencias de sus acciones en un futuro inmediato o lejano.
El caso de David con Betsabé es un claro ejemplo de esta frecuente situación (2 Samuel 11). David per-
mitió que su deseo carnal lo dominara al observar a Betsabé bañarse no pensó en lo que esa hora en ese día
significarían para él y su familia. Eventualmente a raíz de ese momento, David toma a Betsabé y comete adul-
terio, ella resulta encinta, David tiene que mentir y formular un plan para cubrir su pecado y en su desespera-
ción comete más pecados al grado de matar a su amigo y uno de sus valientes, Urías Heteo. La última conse-
cuencia de este pecado es la muerte de su hijo. Su arrepentimiento puede verse en el Salmo 51:9-12
Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y
renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación…
Pablo se refiere a este comportamiento como a vivir en la carne y hace un contraste enorme entre vivir
para la carne y vivir para el espíritu (Romanos 8:4). Siendo que el cristiano conoce la diferencia entre estas
dos clases de vida debería entonces ejercitarse más en poder evitar llegar a ese punto de no retorno. El punto
al cual llegamos gradualmente cada que dejamos que la concupiscencia conciba en nuestros corazones y per-
mitimos un acercamiento mayor al pecado hasta el punto en que es más difícil evitarlo. El estudiar la Biblia
nos ayuda a ver los ejemplos en las vidas de aquellos hombres y mujeres que no se detuvieron a pensar en la
consecuencia isa de sus actos. Podemos ver el caso de Acán al tomar de lo maldito (Josué 7) o el caso de la
mujer de Lot al no pensar en la consecuencia de mirar atrás y menospreciar la salvación que Dios le había da-
do (Génesis 19) y muchos otros casos en los que podemos reflexionar antes de cometer los mismos errores. El
principal motivo de por qué pensar en las consecuencias del pecado es entender que la mayor de las conse-
cuencias del pecado es la separación eterna de Dios. El infierno es la más grave consecuencia de el pecado. Y
los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de con-
denación. Juan 5:29 Dios permita que podamos tener la fuerza necesaria para detenernos un momento y pensar
en las consecuencias de nuestro pecado antes de cometerlo y desistir.
Anunciós
Sábado 9 de Noviembre del 2013
Conferencia biblica en Brown Trail
Para información llamar al Hno.
Willie Alvarenga: 817-681-4543
Peticiones
Orar por:
Orar. Por. Irma y Andres Pérez Jr.
Por. Señor Tulio Sánchez, por salud
Señor David Sánchez, por su salud
Hna. Gladys Ramirez
Hna. Rita Reyes, por su salud.
Hna. Suyapa Arias, por su salud
La Niña Rosita Gonzalez , por salud
Por. La obra en Ferris Tx.
Hna. Rebecca Miranda, por su salud
Hna. Raydene Bean, por su salud
Hna. Rosy Padilla, por su salud
Hna. Maryluz Hernandez, por su salud
Hna. Teresa Reynol, por su salud
Hno. Eliud Gamez, por su salud
Hno. Frank Alexander, por su salud
Hno. Xavier Sanchez, por su salud
Por. El Señor Jose Maradiga, por salud
Hno. Francisco Lara, por su salud
Orar por : Laura Torres por su salud
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