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UNIVERSIDAD INTERNACIONAL ISABEL I DE CASTILLA
GRADO CRIMINOLOGIA
(2013) HISTORIA DE LA CRIMINOLOGÍA Y TEORÍAS CRIMINOLÓGICAS
UNIDAD 1, ESTUDIO DE CASO
ALUMNO: Miguel Angel Mota Romera.
Etapas de la Criminología, creo que representa la etapa empírica la cual
sucedió antes de la invasión romana
La Criminología, tiene tres etapas por las cuales atraviesa hasta que llega a la
actualidad: todas ellas aplicadas a los cuerpos policiales del mundo entero aún
cuando su inicio se dio en Francia, las cuales podríamos explicar de la siguiente
manera:
Etapa empírica.- En la región de Tebas, en Egipto, se descubrió un papiro que
contenía el primer antecedente de acta informativa de robos de tumbas y las
medidas para tratar de evitarlos. Asimismo se conoce el caso de Daniel.
En ésta etapa, la brutalidad de las penas impuestas a los delincuentes eran
extremas hasta llegar a la mutilación y la muerte. Hasta éste momento fue muy
poca la confianza en los procesos intuitivos, inductivos y deductivos pues en
ocasiones eran alterados y mezclados con la magia y la religión. Como ejemplo de
ello está el Juicio de Sangre, en el que se decía que un cadáver sangraba
nuevamente al estar frente a su asesino, teoría manejada ampliamente durante la
edad media. Asimismo se llegaba a extremos tales como la leyenda del Cristo de
la Vega en donde se le toma juramento y declaración a un crucifijo.
Etapa equivoca.-Esta etapa se distingue porque la policía a pesar de sus
esfuerzos no logra tener el dominio de los malhechores, por lo que recurre
inicialmente al método del servicio de confidencias, “El soplón”, el cual obtenía
privilegios monetarios o de trato al señalar a los culpables de delitos mas graves
del cometido por ellos. Posteriormente se opta por tomar a delincuentes con cierto
dominio de zonas y gentes y nace una alianza e intercambio de servicios, entre la
policía y la delincuencia, ejemplo: En Francia Eugenio Vidoc, se le veía como Jefe
de la Policía luego Jefe de ladrones, según las alternativas de su vida, eran
entonces pues los policías “Delincuentes con Placas”
Etapa científica.- Señala que los elementos que integren el cuerpo de policía estén debidamente seleccionados y capacitados. En la selección se buscan la honorabilidad y las aptitudes física y mentales necesarias, para el desempeño de sus labores; y mediante la capacitación se les instruye en las disciplinas fundamentales de la investigación Criminalística. Es evidente que el constante abuso de los métodos antiguos, así como la constante fabricación de culpables por pago o por ignorancia que “confesaban” sus crímenes en intercambio con los verdaderos culpables, lleva a esta siguiente etapa donde la confesión solo es un indicador que se refuerza o se descarta en base a indicios materiales susceptibles de ser estudiados y reproducidos con cierta confiabilidad
Es un acierto irrefutable señalar a los médicos forenses los principales aportadores de métodos de estudio de la evidencia física. Esta aseveración se ve confirmada en la historia de la Criminología. Desde el siglo XVII facultativos ilustres se han venido ocupando del problema que la identificación de los delincuentes planteaba. Ellos, con sus observaciones, contribuyeron a resolverlo. Marcelo Malphigi (1665), describió los variados dibujos formados por las crestas papilares. J. A. Purkinje (1823) señala en su obra “Comentatio de Examine Tisiológico Organi Visuset Sietematis Cutanei”.
El valor identificativo de los dibujos papilares. Henry Faulds (1879), del hospital de Tsukiji, Tokio, afirmo que las impresiones dactilares eran un medio más seguro de identificación que la fotografía, en virtud de que los dibujos papilares no variaban durante toda la vida; además señalo el valor identificativo de las huellas dactilares encontradas en el lugar de los hechos. Los meritorios trabajos de Florence (1885), Frecon (1888) y Forgeot (1891), de la tradicional Escuela de Medicina Legal de Lyon, señalaron la necesidad de examinar las impresiones digitales en los casos de peritación judicial. Los anatomistas Feré, Testut y Varigni recomendaron determinados sistemas para clasificar las impresiones dactilares. Lecha Marzo, Eugenio Stockis y Rodríguez Ferrer apuntaron el uso de las impresiones palmares con fines identificativos. Otros sistemas de identificación fueron propuestos por los estudiosos de la Medicina, a saber: el Capdevielle, basado en la descripción del ojo y de la región orbitaria: el de A. Bert y de Ch. Vianny, fundado en las características de la cicatriz umbilical; el de Israel Castellanos el cual estableció la formula dentaria; el de Emilio Vellabrum, fundamentado en las características propias de las uñas; el de J. Yacoel, basado en las características del trazo electrocardiográfico; el de Salvatore Ottonlenghi, fundado en las características psicológicas de los individuos; finalmente el de Levenshon, fundamentado en las características de los roentgenogramas. También a los médicos forenses les corresponde el mérito de haber iniciado el examen de la evidencia física encontrada en el lugar de los hechos. El autor del voluminoso libro “Hsi Yuan Lu”, publicado en China, en 1248, recomendaba registrar e investigar minuciosamente el lugar del delito. Ambrosio Paré (precursor de la cirugía), Paolo Zocchia, Orfila, Devergie, Casper, Lacassagne, Hofmann, Brouardel , Thoinot, Balthazard., destacaron el valor reconstructivo e identificativos de los indicios. Podemos decir, con toda certeza, que los médicos forenses establecieron las bases científicas de la Criminología. Por este motivo se denomina a esta disciplina “hija predilecta de la Medicina Legal”. La necesidad de venir modificado los sistemas aplicados en la investigación Criminológica, es consecuencia de la evolución que el delito ha venido sufriendo; hecho apuntado en forma brillante por el distinguido criminólogo Alfredo Nicéforo en su excelente monografía “El delito y su Evolución en la Sociedad Contemporánea”, en la que señala “que el delito no desaparece, se transforma, se pasa de la criminalidad violenta, atávica o muscular, a la criminalidad astuta o cerebral”.
Por tanto sería anacrónico, en nuestros días, obtener la confesión mediante la tortura, en lugar de utilizar el polígrafo u otras técnicas que la psicología jurídica recomienda; aceptar el testimonio de un testigo sin tener conocimiento de su personalidad, pues el valor de una declaración sólo puede juzgarse conociendo quién la ha hecho; utilizar la lupa en vez de microscopio, en el examen de la micro evidencia; aplicar la “prueba de la parafina”, a fin de identificar la mano que hizo un disparo, en lugar del “Análisis por activación de Neutrones”.
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