7. #Compasión por los Perdidos

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Todos alguna vez en nuestra vida hemos

salido de casa y hemos reflejado una

parte de la historia del joven pródigo.

Lamentablemente, nos hemos alejado de Dios y le hemos ocasionado dolor y sufrimiento a

nuestro Padre.

EL HIJO QUE ESTABA PERDIDO, ESTABA

MUERTO

“Porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido y es hallado”.

Lucas 15:24

Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era

muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado.

Lucas 15:32

Hay algunas iglesias que predican que “no

importa lo que hagas y cómo vives, no has

perdido nada, sigues siendo hijo de Dios”.

“Llegará el día cuando volverás a sus brazos”.

Las estadísticas muestran que Brasil es el país más religioso de América del Sur. El 90% dice ser cristiano. Tiene

el mayor número de católicos que cualquier país en el mundo, y las

iglesias evangélicas más grandes de Latinoamérica.

“Cristo no puede compartir un corazón dividido; el pecado y Jesús nunca están en sociedad. […] Si el alma es santificada por

la verdad, odia y resiste el pecado” (TM 160).

“Cualquier hábito o práctica que pueda inducir a pecar y atraer deshonra sobre

Cristo, debe ser desechado cueste lo que costare”… (DTG 406).

EL HIJO QUE ESTABA PERDIDO, VUELVE

EN SÍ

Esta parábola muestra un ejemplo perfecto de

conversión verdadera. La conversión de Pablo siguió este modelo.

Grandes predicadores del siglo XX

experimentaron el modelo de conversión

del pródigo.

Este es el motivo que Jesús tenía para dar la Parábola del Hijo Pródigo. Para darnos un retrato de la conversión. En ninguna otra

parte se da una descripción tan detallada de cómo sucede una conversión. Las etapas de

este modelo son las siguientes:

El hijo quería ser independiente de su padre;1

Él había recibido su herencia temprano, antes de la muerte

de su padre2

Cuando “todo lo hubo malgastado”. Ahora no había nada que satisficiera su hambre.

3“volviendo en sí” (Lucas 15:17). O

como expresa una traducción moderna: “Él volvió a sus sentidos

cabales”.

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¡Qué necio había sido! Él era como una

persona loca que iba de un pecado a otro.

Solamente el Espíritu Santo puede hacer que

un pecador vuelva a sus sentidos y

comience a pensar sabiamente sobre su

vida, y sobre su destino eterno.

“Volviendo en sí” – cuando volvió a sus

sentidos cabales. Esta es la primera señal de que la gracia de Dios está operando en tu

vida.

Por otra parte, a veces este cambio

viene muy gradualmente, muy

despacio.

Es posible que quieras hacer un esfuerzo para venir a Jesús. Piensas que tus

amigos disfrutan de una linda vida cristiana y tú no. Ya te

cansaste de esto. Es ahora el momento de caer

sinceramente delante de Dios y decirle lo que vives. Tienes que estar dispuesto a dejar

todo, incluso los cerdos y los algarrobos que te alimentan.

El Padre espera que en un momento vuelvas ‘en

ti’ y a sus brazos. Él podría ir a buscarte y

traerte a la fuerza, pero te sentirías obligado a

amarlo; y así no funciona el amor.

“No le dirigió reproches, sino que con la más tierna

compasión y piedad, por el hecho de que a causa de su

propia conducta pecaminosa había atraído tantos

sufrimientos, se apresuró a darle pruebas de su amor y su

perdón” (1JT 3016.2).