Cuento Trini 7º

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Lucano, el grande, estaba sentado sobre un cajón demanzanas que alguien había olvidado en la pistamayor del circo.Dos hombres lo acompañaban. Ambos eran delgados.Ambos tenían el cabello oscuro y ondulado. Narizrecta uno, nariz recta el otro. Ojos oscuros y ojososcuros. Uno tenía un hoyuelo en medio del mentón;el otro también. Un metro con setenta y trescentímetros de estatura, cuarenta y cinco centímetrosde hombro a hombro.Los dos hombres, idénticos desde antes de nacer,aguardaban junto a Lucano para conocer a la nuevaasistente del acto de magia. La anterior los habíaabandonado sin aviso, y hubo que buscar con urgenciauna reemplazante.

cuando la reemplazante apareció en la pistavestida con traje de escena: zapatos rojos, mediasnegras con rombos, traje ceñido. Más su cabellolánguido y rubio.

Definitivamente, Margarita no era un nombreapropiado para un acto artístico de tal importancia. - ¡Ya está! Es cuestión de decirlo en francés - Lucanohabló con el acento apropiado -: ¡Marguerite! Desdeahora te llamarás Marguerite.Y así, con Margarita convertida en Marguerite,comenzó el ensayo.- Veamos qué se puede hacer

el gran acto de magia.Lucano y Marguerite entraron a escena tomados de lamano. Cuando la joven recorrió la pista con paso ágil ylos brazos en alto, Lucano se dio la razón a sí mismo"El arte se esconde en los sitios menos pensados".

- ¡Eh, Lucano! -. El murmullo se hizo grito -. Nosomos tontos.- Ese no es el mismo hombre- protestó una mujer.- ¡Claro que no es el mismo! - afirmó un hombresentado en la primera fila.- ¡No es el mismo, no es el mismo! - cantaron losniños.- ¡Eh, Lucano!, no somos tontos...

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