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El Club de Lectores
del
Instituto Nuestra
Señora de Fátima
Presenta…
Hace mucho, mucho tiempo, en una escuela lejana…
Había una biblioteca en donde sucedían cosas muy misteriosas. En este
lugar, se encontraba una puerta escondida que contenía un extraño
baúl cerrado bajo cinco llaves. Allí dentro dormía un libro que jamás
había sido abierto…
Una tarde, Juan fue a la biblioteca para leer su cuento favorito, cuando
lo abrió, cayó un mapa extraño. El mapa decía: “Si sigues mi camino
encontrarás cinco llaves mágicas…
Al mirar ese mapa, le resultó algo extraño… Y pensó cuál sería el camino
correcto para encontrar las cinco llaves mágicas, que lo conducirían
¿Quién sabe dónde?...
Juan se interesó en ese extraño mapa y comenzó a leer los caminos
posibles:
El camino de espejos recitadores; El camino de piedras encantadas
El camino de valles ardientes; El camino del olvido…
¿Cuál sería el correcto?...
Finalmente se decidió por el camino de Valles
Ardientes.
En ese camino se encontraban Monstruos de
lava, Serpientes ardientes y Dragones de Fuego.
Juan temblaba de miedo al conocer este tenebroso lugar, en el cual se
escondía la Primera Llave Mágica custodiada por un enorme dragón.
¿Cómo podría obtener dicha llave?...
Pensó y observó por mucho
tiempo al dragón, hasta que
este se durmió. Cuando el
dragón estuvo dormido, Juan
trató de caminar sin hacer
ruido, pero el dragón se
despertó igual y enfureció. En
ese momento, el niño
atemorizado, quiso
escapar, pero en su huida cayó
sobre una roca que se movió y
allí había un botón que él sin
querer presionó y justo
cuando el dragón lo estaba
por atrapar le cae encima una
gran jaula que lo encierra.
Juan aprovechó la
oportunidad, tomó la llave, y
continuó siguiendo las
aventuras que el mapa le
indicaría…
Feliz, pero cansado Juan, se
quedó dormido. El monstruo
se recostó sobre el tronco de
ese árbol porque no podía
subir por sus pesadas orejas.
Pasaron las horas y antes de
que llegara la noche oscura y
tenebrosa, como le tenía
miedo a las serpientes de ese
valle, regresó vencido a su
guarida.
Juan continuó la búsqueda con el mapa en la mano y se encontró con un
monstruo de lava enano, con brazos cortos y orejas gigantes.
Los dos se miraron, se enfrentaron y cada vez que el monstruo arrojaba
lava ardiente de su enorme boca, Juan daba altísimos saltos esquivando el
fuego. Hasta que de tanto saltar, el niño se trepó a un árbol y vio que
había una cueva entre las ramas con un nido abandonado, donde se
hallaba la llave número dos.
Al amanecer, Juan se
despertó, se levantó y con el
mapa y la llave número dos
continuó su camino, el mapa
le indicaba ir al fondo del mar.
Se dirigió hacia allí, cuando
llegó se sumergió en sus
profundidades, donde
encontró “Los espejos
recitadores” de los que salían
extrañas criaturas
marinas, que expulsaban un
líquido fétido, azulado y
pegajoso.
Para esquivarlo se subió a un
delfín que lo llevó a un lugar con
algas marinas
… y enredada en ellas estaba la llave número tres.
Con alegría de haber encontrado la llave número
tres, Juan le pide al delfín que salga a la
superficie, hacia la costa.
El delfín da un salto y mágicamente se convierte
en una piedra, esta se abre y dentro de ella había
una nota, un mapa y dos ostras. La nota decía:
¡Cuidado! El canto de las sirenas encantará tus
oídos. Algo tendrás que hacer para continuar tu
destino y poder encontrar el objeto perdido.
Juan abrió el mapa que indicaba cómo llegar al
lugar donde viven las sirenas. Se colocó las ostras
en los oídos y con valentía se tiró al mar.
Nadó y nadó hasta que se encontró una sirena y
decidió seguirla. Por fin llegó al refugio de las
sirenas, para que no lo vieran se ocultó tras unas
algas marinas y sin darse cuenta perdió las ostras
de sus oídos…el canto de las sirenas hizo
efecto, Juan se desmayó.
Luego de haber pasado varias horas desmayado
logró despertar.
Al abrir sus ojos vio que estaba en una cueva con
sirenas a su alrededor.
Juan observó con atención a una de las sirenas que
tenía la cuarta llave, colgada en su cuello. Juan ideó
un plan para quitarle la llave a la sirena, espero que
sea de noche para quitársela y huir.
Al llegar la noche logró sacarle la
llave, rápidamente, la sirena nadaba al paso de él, le
fue difícil nadar pero logró escapar de ella. Se
había escondido en unos arbustos.
Una vez que Juan se sintió a salvo, comenzó nuevamente su
caminata, cuando ya se sentía agotado y con ganas de abandonar su
búsqueda, pudo observar que a lo lejos se dibujaba en el horizonte un
enorme volcán. En ese momento recordó que en el mapa que lo conduciría a
las 5 llaves aparecía la figura de un enorme volcán. Entusiasmado, comenzó
a dirigirse hacia él. Cuando al fin pudo llegar a la base de este, comenzó a
seguir el camino que lo dirigía hacia la cumbre.
Cansado y con el sol constantemente sobre su cabeza, Juan llegó a la boca
de este viejo volcán que por suerte hacía varios años que estaba inactivo;
Y así, lentamente, comenzó a descender sin saber que se estaba
dirigiendo hacia el centro mismo de la tierra. Así, llegó a pisar
nuevamente suelo firme y comenzó una nueva caminata, pero esta vez en
el centro del viejo volcán.
Estaba todo oscuro, Juan
apenas podía ver delante
suyo, sentía mucho frío, de
pronto comienza a sentir sus
pies mojados y el camino poco
firme; es ahí cuando descubre
que delante suyo se presentaba
un gran y profundo lago. Juan
no podía creerlo, ¡Un lago en el
centro mismo de la tierra!.
Agudizó su vista y pudo ver
apenas que a lo lejos, del otro
lado del lago, se visualizaba un
pequeño resplandor, entonces
pensó:-“Seguramente allí está la
salida”. Con seguridad y
nuevamente entusiasmado, se
arrojó al lago y comenzó a
nadar tan rápido como
pudieron sus brazo. Luego de un
rato por fin llegó a la otra
orilla. A esta altura Juan estaba
ya sin aliento pero siguió su
caminata guiado por las ganas
enormes de encontrar la 5º y
última llave.
De repente, una espesa selva se presenta ante sus ojos.
Juan estaba fascinado por todo lo que fue
descubriendo en su viaje, jamás se hubiera imaginado
que dentro de un volcán podría haber una selva y
encima ¡tan grande!. Caminó, caminó y caminó con
gran esfuerzo pero esta vez guiado por un sonido
estruendoso que fácilmente percibían sus oídos….
Mayor fue su sorpresa cuando se dio cuenta que ese
sonido era producido por una gigantesca catarata que
se encontraba en el medio de esta espesa selva. ¡No
puedo creerlo!- dijo Juan ¡Esta catarata también
aparece en mi mapa! ¡Qué feliz soy! ¡Cada vez estoy
más cerca de encontrar la 5º llave. Entonces juan , se
dirigió exactamente detrás de la catarata
donde, según el mapa, se encontraba la llave tan
deseada.
Pero como nada le resultaba fácil a Juan, cuando llegó al lugar donde
estaba la última llave, ¡Se encontró con tres llaves!: una llena de
mermelada, otra toda untada de queso y otra de la cual colgaban un par
de ojos jugosos y pegajosos que quién sabe de quién eran. Junto a estas
tres llaves se encontraba una carta que decía: “Lee atentamente el
siguiente acertijo, resuélvelo y escoge la llave correcta.”
Importante: NO DUDES, PORQUE SI ELIGES LA LLAVE INCORRECTA TU
VIDA PERDERÁS.
Juan comenzó a temblar de miedo, no paraba de sudar, pensó en un
instante en abandonar su búsqueda y regresar a su casa…..pero ¿Justo
ahora?,¿Después de tantas pruebas ganadas?....-¡Noooo!- gritó Juan -¡Debo
hacerlo!
...Entonces tomó la carta en sus
manos y comenzó a leer: “Un chico
estaba durmiendo y lo despierta el
sonido del timbre, abre la puerta y
eran sus amigos que venían a
desayunar con él, entonces se
dirige hacia la heladera, y la abre
para preparar el desayuno, en ella
tenía: dulce de leche, mermelada de
arándanos, queso y miel. ¿Qué es lo
primero que abrió?”
-¡Qué difícil!- suspiró
Juan…pensó, pensó, pensó y
dudó, pero no podía equivocarse.
Entonces siguió pensando hasta
que gritó:-¡Los ojos! ¡Lo primero
que abrió fue sus ojos!. Entonces
feliz agarró la llave que tenía los
ojos colgando, y al instante las
otras dos llaves se desintegraron.
¡Qué felicidad! Juan había escogido
la llave correcta. ¡Ya tenía las cinco
llaves en su poder!, pero una nueva
duda llenó su ser…¡pero
ahora!...¿Cómo vuelvo a la
biblioteca?...
Muy feliz de tener en su poder las cinco llaves y muy
preocupado por regresar a la biblioteca, Juan decidió
mirar muy atentamente a su alrededor y caminar para
poder encontrar una salida. De pronto, encontró un
enorme portal circular con aspecto brillante. Impaciente
por ver lo que había detrás de aquel misterioso portal
decidió acercarse lentamente
Abrió la puerta y fue visualizando tres misteriosos
pasadizos: hacia su izquierda salía el sonido del
gruñido de animales, del medio se observaban
objetos brillantes y luminosos y de la derecha se oía
el sonido suave del cantar de distintas aves.
Juan sabía que tenía que tomar una buena decisión
ya que esta elección lo conduciría hacia la tan
deseada y esperada biblioteca en la cual se
encontraba el baúl que contenía el tan misterioso
libro mágico jamás nunca abierto.
Juan observó con mucha atención cada uno de los
pasadizos y se imaginó con qué se encontraría en
cada uno de ellos: enormes y feroces animales muy
hambrientos o un tupido bosque lleno de
luciérnagas e insectos molestos o una gran variedad
de pájaros con un paisaje multicolor.
Juan debía tomar una decisión. Cómo él ya se había
enfrentado a animales salvajes y feroces y había
atravesado un bosque, decidió transitar el camino
de las aves. Al entrar allí…
Juan comenzó a correr porque las aves lo
perseguían y lo picoteaban.
Corrió tanto que no vio un pozo y cayó rápidamente, muy
asustado, cerró sus ojos y cuando los abrió …se dio cuenta que
estaba en la biblioteca, sacó las cinco llaves, abrió el baúl y
dijo:- Guauuuuu!!!!!!!
¡El Libro Mágico!, ¡que grande es y que pesado!
Juan abrió lentamente el libro, comenzó a salir
de allí una luz brillante.
Cuando empezó a leer la
primer página, de repente
sintió que su cuerpo
temblaba y empezaba a
esfumarse lentamente y a
entrar al libro. Juan quedó
atrapado para siempre sin
poder salir de allí nunca
jamás.
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