El Salmo 23

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Notas para un sermón basado en el Salmo 23, apropiado para al Día de Acción de Gracias. Visite www.drpablojimenez.com

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Notas homiléticas

para un sermón de ocasión especial

para el día de Acción de Gracias,

basado en el Salmo 23

por el Rev. Dr. Pablo A. Jiménez

El Salmo 23 es uno de los textos

bíblicos más conocidos. En el

mundo de habla hispana,

cualquier persona puede recitar

de memoria parte o todo el

salmo.

Queda claro que este

importante salmo combina dos

imágenes de Dios.

La primera imagen es la de Dios

como pastor. La segunda es la de

Dios como anfitrión.

“Jehová es mi pastor” es una

afirmación teológica

importante.

Indica que el salmista sabe

quién es Dios.

Empero, también es una afirmación psicológica importante.

El salmista no sólo sabe quién es Dios, también sabe quién es el mismo.

Dios suple de continuo las

necesidades materiales y

espirituales del creyente, a

quien no le falta “nada”.

Por todo esto, damos gracias a

Dios.

La primera imagen, pues, nos habla de Dios quien—al igual que un pastor—dirige a su pueblo; a un pueblo que necesita alimento, agua, protección, techo y sentido de dirección.

Dios es el anfitrión que ofrece el

banquete y el salmista—quien

nos representa a usted y a mi—

es el invitado de honor.

Un pastor y un anfitrión tienen

mucho en común, ya que ambos

tienen que ofrecer alimento,

agua, protección, techo y

sentido de dirección a cierta

parte de la población.

¿Quiénes han sido invitados al

banquete? Los “angustiadores”

del salmista.

¡Qué manera tan hermosa de

recalcar el cuidado divino!

Aunque ande en valle de sombra

de muerte,

no temeré mal alguno,

porque tú estarás conmigo.

tu vara y tu cayado me infundirán

aliento.

En el texto hebreo, la frase

“sombra de muerte”, que la

DHH traduce como “el más

oscuro de los valles”, se refiere

a la oscuridad de la noche.

La oveja depende totalmente

del pastor. Mientras mejor lo

conoce, con más seguridad

camina junto a su pastor.

Lo que quita el miedo de la

oveja no es la pericia del pastor,

sino la presencia.

El pastor tiene una vara y un

callado para sacar las ovejas de

aprietos.

El verbo que se traduce como

“infundir aliento” también

puede traducirse como

“consolar”.

Jesús, a quien 1 Pedro 5: 4

llama el “Príncipe de los

pastores” y Hebreos 13:20 llama

“el gran pastor de las ovejas”,

es nuestro pastor.

Hoy damos gracias a Dios por sus

cuidados y por Jesucristo.

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