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El sueño es un proceso diario, necesario para
mantener el equilibrio físico mental, emocional y el bien
estar de las personas.
• Podemos distinguir diferencias asociadas a la edad que afectan a todos los sujetos por igual y variaciones debidas a factores individuales (nutrición ,ejercicio físico,etc…
• En la evolución asociada a la edad aparecen diferencias cuantitativas y cualitativas. Un niño recién nacido duerme entre 16 y 20 horas. El bebé cada vez duerme más por las noches aumentando de esta forma la vigilia durante el día. A los 6 meses duerme unas 14 horas, la mayor parte por la noche, aunque todavía sigue haciendo dos periodos de sueño al día. A medida que el niño crece el número de horas que necesita dormir se va reduciendo y, la mayoría, no precisa dormir durante el día y si lo hacen es con siestas de poca duración.
•En el adulto medio el ciclo completo de sueño tiene una duración aproximada de 90 a 100 minutos. Por el contrario, en los bebés este ciclo tiene una duración aproximada de 47 minutos, y aumenta a 50 minutos entre los 3-8 meses de edad.
•En cuanto a la proporción de sueño profundo y sueño ligero, se sabe que el sueño profundo de un adulto ocupa el 80% del tiempo y el sueño ligero un 20%, mientras que en un niño el sueño ligero ocupa la mitad del tiempo que pasa durmiendo.
Al despertarnos el cerebro borra la memoria a corto plazo almacenada temporalmente en el hipocampo para predisponernos a seguir aprendiendo cosas nuevas.Además, todo aquello que consideramos importante de lo que hemos aprendido el día anterior pasaría a formar parte de otra región cerebral, completando así el proceso de aprendizaje.
ACOSTARSE TARDE O A HORAS VARIABLES AUMENTA LOS PROBLEMAS INFANTILES DE CONDUCTA
Acostarse a una hora regular es positivo para la salud y la conducta, especialmente en los niños, según un estudio realizado en el Reino Unido. Los investigadores han comprobado, a partir de datos de 10.000 niños, que aquellos que se iban demasiado tarde a dormir, o cada día a una hora distinta, mostraban más dificultades en el desarrollo.
Los horarios irregulares eran más comunes en la edad de tres años, con uno de cada cinco niños yendo a la cama en distintos momentos.
A la edad de siete años, más de la mitad de los niños iban a la cama regularmente entre las 19:30 y las 20:30. Los niños con más irregularidad o que se iban a la cama después de las 21:00 provenían de grupos socialmente más desfavorecidos.
Los investigadores recomiendan que los profesionales de la salud intervengan en este aspecto para mejorar la vida de sus pacientes.
•YOUSRA KLALOUSI IKADAOUAN
•NALLUA MOHAMED TALEB
•SUKAINA AHMED MOHAMED
•ARWA MOHAMED AHMED
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