View
20.163
Download
0
Category
Preview:
DESCRIPTION
Presentación en imágenes de la historia de España durante el primer tercio del siglo XIX.
Citation preview
LA CRISIS DEL ANTIGUO
RÉGIMEN EN ESPAÑA
HISTORIA 2º BACHILLERATO
INTRODUCCIÓN
Se entiende por Antiguo Régimen a aquel cuyos pilares
básicos son la monarquía absoluta y la sociedad
estamental. Así, es un sistema político y social en el que
una minoría formada por los dos estamentos
privilegiados, nobleza y clero, posee el poder político.
Mientras, la burguesía, una minoría dentro del Tercer
Estado o Estado Llano que era el estamento no
privilegiado, soportaba las cargas fiscales y tiene gran
parte del poder económico. Esta burguesía, en auge en el
siglo XVIII, reclamó su participación en el poder político,
acabando a la larga con el poder absolutista del rey y con
la sociedad estamental.
INTRODUCCIÓN
La burguesía consiguió hacerse con el poder a través de
una seria de revoluciones que se iniciaron con la
independencia de los Estados Unidos (1776) y la
Revolución Francesa (1789). Dichas revoluciones se
prolongaron en la primera mitad del s. XIX en 1820, 1830
y 1848, difundiéndose el liberalismo político y económico
y la sociedad de clases.
INTRODUCCIÓN
De esta manera, el final del Antiguo Régimen está a
caballo entre el siglo XVIII y el XIX. En España un rey
incapaz, Carlos IV, no pudo evitar la invasión francesa, el
pueblo apoyó a su hijo, y el más violento enfrentamiento
opuso a los partidarios de las ideas liberales e ilustradas,
poco populares, y a los partidarios de la tradición y el
conservadurismo español (parte de Iglesia, nobleza y
pueblo). Durante el reinado de Fernando VII los
herederos de estas ideas y de esta lucha fueron los
liberales y los absolutistas respectivamente.
INTRODUCCIÓN
Con todo, entre 1808 y 1833 se produjo el desmoronamiento
del Antiguo Régimen en España, que vino dado por la
alternancia violenta en el poder de absolutistas y liberales, a lo
que se sumó la invasión francesa y la lucha contra la misma.
Toda esta larga transición del absolutismo al liberalismo tuvo
grandes costes humanos cuando se producía un cambio de
gobierno, dado el hecho de que ambas posturas negaban los
presupuestos ideológicos contrarios. Por tanto, este va a ser
un periodo de lucha sin cuartel entre ambas opciones
ideológicas al tiempo que se empiezan a sentar las bases para
un posible entendimiento. Así, este fue un periodo de suma
importancia que condicionará la evolución del país a lo largo
de todo el siglo XIX.
INTRODUCCIÓN
En este periodo se va a producir en España la quiebra del
sistema institucional con la quiebra de la monarquía
española, pasando por tres etapas:
De 1789 a 1808: Reinado de Carlos IV.
Carlos IV
INTRODUCCIÓN
De 1808 a 1814: España pasa por dos procesos de gran
trascendencia histórica:
La Guerra de la Independencia que es una guerra de liberación
nacional, factor de unidad frente al invasor francés, y equiparable a
otras europeas ante los planes y campañas de Napoleón.
La revolución liberal burguesa de las Cortes de Cádiz, primer
intento de transformación profunda de España, que pretende acabar
con el Antiguo Régimen y sentar las bases de una nueva sociedad y
organización política.
INTRODUCCIÓN
1814 a 1833: El reinado de Fernando VII supone el
triunfo de la reacción absolutista y la vuelta al Antiguo
Régimen, demoliendo toda la elaboración revolucionaria. El
eje de la vida política es la tensión entre absolutistas y liberales,
que luchan por alcanzar o conservar el poder e imponer sus
opuestas ideologías.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
En la noche del 17 al 18
de marzo de 1808 tuvo
lugar el “motín de
Aranjuez”, una
conspiración palaciega,
con un gran respaldo
popular, probablemente
organizada por el
heredero de la corona,
Fernando, en principio
para forzar la destitución
del favorito de su padre
Carlos IV, Godoy.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
La destitución de Godoy, el día 18, no puso fin al motín. Al día siguiente los amotinados exigían la abdicación de Carlos IV, cosa que se vio obligado a realizar en la figura de su hijo, Fernando VII, que salía del motín convertido en el nuevo rey de España.
Culminaba así el largo enfrentamiento mantenido por Fernando con sus padres y, sobre todo, con Godoy.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Después de una intensa búsqueda, Godoy es hallado en un desván envuelto en una alfombra. Escarnecido y golpeado, con la frente sangrando, será conducido a presencia de Fernando. «Aquella rara escena [nos cuenta el propio Godoy] comenzó con un silencio indefinible, suspensos, atendiendo y alargando el cuello los que llenaban agolpados la escalera y las entradas. Después lo rompió el príncipe y me dijo: Yo te perdono la vida. Yo le hice esta
pregunta:
Vuestra alteza, ¿es ya rey?
Todavía no –me respondió–, pero lo seré muy pronto». En efecto, aquella misma tarde Carlos IV abdicaba en su hijo.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Carlos IV había comenzado a reinar a la muerte de su padre, Carlos III, en 1788. Estaba casado con Mª Luisa de Parma. Era un hombre mucho más débil que su padre, políticamente inepto y muy dominado por su mujer, en quien delegó desde el principio toda actividad de gobierno.
Curiosidades históricas… Carlos III hubiera sido relativamente feliz de no
haberle preocupado tanto las crecientes muestras de imbecilidad que le daba su hijo y heredero. Por ejemplo, en una tertulia cortesana en la que se conversaba sobre esposas adúlteras, el príncipe, futuro Carlos IV, dejó caer:
-Nosotros los reyes, en este caso, tenemos más suerte que el común de los mortales.
-¿Por qué? -quiso saber su augusto y algo amoscado padre.
-Porque nuestras mujeres no pueden encontrar a ningún hombre de categoría superior con quien engañarnos.
Carlos III se quedó pensativo y luego sacudió la cabeza y murmuró con tristeza:
-¡Qué tonto eres, hijo mío, qué tonto!: ¡Las reinas también pueden ser putas!
Curiosidades históricas… Éste era Carlos IV, un infeliz grandón y brutote,
sonrosado y regordete, quizá un pelín feminoide, de mínima cabeza, ojos vacunos y enorme nariz borbónica. Hasta que sus obligaciones lo ataron al trono solía campar por las cocheras y cocinas de palacio, donde se sentía más cómodo que en los salones, y prefería departir en corrillos de criados y palafreneros antes que en tertulias y consejos de ilustrados.
Lo casaron con su prima María Luisa de Parma (de quien recibió el nombre la hierba luisa), seguramente la reina menos agraciada que ha tenido España, quizá hasta Europa, la cual le salió, además, ninfómana sin que sepamos a ciencia cierta la parte que cupo al monarca en los catorce hijos (y diez abortos) que tuvo.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
En 1792 Godoy se convirtió en el responsable de la política española, en medio del recelo de la Corte, que conocía que el origen de su ascenso se debía a las relaciones íntimas que mantenía con la reina.
Apoyado por parte de la alta nobleza, con el apoyo de la Iglesia, organizado en torno al príncipe de Asturias. Pronto se formó en la Corte un partido contrario a Godoy.
Curiosidades históricas…
El rey Carlos IV justificaba el meteórico ascenso de Manuel Godoy diciendo que su valido era descendiente de los godos, es decir, pariente suyo. Creía que ese apellido venía de “Godo soy”. El futuro Príncipe de la Paz había comenzado como simple guardia de Corps en 1784 y, gracias al favor del rey y de la reina María Luisa, era a los veinticinco años duque de Alcudia, capitán general, almirante de Castilla y estaba en posesión de la Orden del Toisón de Oro y de la Gran Cruz de Carlos III. Era además grande de España y poseía una inmensa fortuna. Faltaba muy poco para que fuera nombrado Príncipe de la Paz.
Curiosidades históricas…
Este Godoy era un jayán guaperas con
tendencia a la obesidad, que fue
amante semioficial de la reina toda la
vida. Es fama que la reina le echó el
ojo cuando era un simple guardia de
corps en palacio y lo encumbró hasta
el rango de príncipe de la Paz y valido
todopoderoso del rey. Fue un
civilizado menáge a trois: el rey salía de
caza todos los días para que Godoy
visitara los aposentos de la reina en su
ausencia.
Curiosidades históricas… Para mayor discreción y comodidad, el valido
utilizaba un pasadizo secreto. El caso es que, a pesar de lo claro que parece todo, diversos indicios inducen a sospechar que quizá el rey era tan imbécil que ignoraba el asunto del valido con su mujer, a no ser que pensemos que era un redomado farsante. En una ocasión comentó confidencialmente a la reina:
-¿Sabes lo que murmura la gente? Que a Manolito lo mantiene una vieja rica y fea.
La correspondencia íntima de la reina con Godoy está repleta de emotivos detalles, como corresponde a una pareja romántica. Le comunica, por ejemplo, que le ha bajado la regla, «la novedad, mis achaques mensiles».
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Fernando había sido un joven enfermizo, sin la fortaleza y el gusto por los ejercicios físicos de Carlos IV. Recibió poco afecto de sus padres, quienes no se preocuparon de que tuviese una buena educación, y creció con resentimiento por las atenciones que éstos reservaban para Godoy, nombrado sucesivamente príncipe, generalísimo y almirante.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
A los dieciocho años lo casaron con María
Antonia de Nápoles, quien decía de su esposo
que “no hace nada, ni lee, ni escribe, ni piensa”
y al que definía como “bueno, pero sin
instrucción ni talento natural, ni tan sólo
despierto”.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Europa vivía conmocionada por los acontecimientos de Francia:
La Revolución Francesa provoca horror en las monarquías absolutistas y una alianza internacional para derribarla, en la que interviene España.
El ascenso de Napoleón al poder y su intento de organización internacional (un mando único, Francia, como potencia principal rodeada de reinos satélites), afectan a toda Europa.
El obstáculo principal a estos planes era Inglaterra, que encabeza las coaliciones europeas contra Francia.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Debido a la política de
Godoy de mantener la
alianza con Francia,
España se vio
involucrada en una serie
de conflictos que no
interesaban a nuestro
país y que acabaron
arruinando a la hacienda
española.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Para vencerla, Napoleón va a involucrar a España, primero uniendo sus escuadras para destruir el poderío naval de Inglaterra, y posteriormente, haciéndole intervenir en el bloqueo continental, guerra europea que pretende cerrar todos los puertos europeos al comercio inglés, hasta destruir su economía.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Probablemente la derrota más grave ocurrió en 1805, en Trafalgar. Trafalgar supuso la destrucción de la Armada española, en una lucha sin provecho alguno para España, y el fin de nuestro país como potencia naval, haciendo imposible el mantenimiento del imperio de América.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
A finales de 1807, la
situación era caótica:
crisis demográfica,
hambre, subida de
precios, ruina del
comercio, bancarrota de
la hacienda. De todo se
responsabilizaba a Godoy,
pero también a los reyes
Carlos IV y María Luisa
por mantenerlo en el
poder.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
En esta situación, en el mes de octubre de 1807 Napoleón obliga a firmar al gobierno español el Tratado de Fontainebleau, por el que España permitía que un ejército francés atravesara territorio español rumbo a Portugal, tradicional aliado de Gran Bretaña que no cumplía el “bloqueo continental” decretado por el emperador.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Pero el ejército
francés no cumplió
lo acordado en el
Tratado: ocupó
ciudades que no
estaban en el
camino a Portugal
(Barcelona por
ejemplo)…
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
… y los incidentes
con la población
española aumentaban
cada día. De la inicial
curiosidad y simpatía
con que fueron
recibidos los
franceses, pronto se
pasó a la
desconfianza y el
temor.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Es en estas circunstancias
en las que, siguiendo el
ejemplo de la familia real
portuguesa, Carlos IV
pensó, aconsejado por
Godoy, en pasar a Sevilla
desde donde podría huir
hacia América. En Aranjuez
se produce el motín ya
comentado del que, como
hemos visto, Fernando VII
sale como rey de España.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
El 24 de marzo
Fernando VII entraba
en Madrid en medio
del júbilo general. La
ciudad estaba ya
ocupada por los
franceses.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Murat se negó a reconocer al nuevo
soberano, por lo que Fernando, que
necesitaba el apoyo de Napoleón,
quien había anunciado que viajaba hacia
España, decidió ir a recibirlo en
persona. Salió de Madrid el 10 de abril
y comprobó que todo el camino estaba
lleno de tropas francesas. El día 19
llegó a Irún y, ante las exigencias de
Napoleón, acabó dirigiéndose a Bayona,
en suelo francés.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
A los pocos días llegaron también a Bayona Carlos IV y su esposa y Godoy. Tienen lugar entonces unas negociaciones vergonzosas en las que Napoleón acaba consiguiendo la corona de España, que cede a su hermano José. Mientras tanto, en España, la guerra ya había comenzado.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
El levantamiento del 2 de mayo en Madrid comienza cuando los franceses disparan contra la multitud reunida frente al Palacio Real en un intento de evitar que los hijos pequeños de Carlos IV salieran rumbo a Bayona a reunirse con sus padres.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
A partir de ahí se
generalizaron las
luchas callejeras y el
levantamiento contra
los franceses; una lucha
en la que
exclusivamente
intervino el pueblo,
mientras las clases
pudientes se escondían
tras los cristales de sus
casas asustadas ante la
acción del populacho.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
La Carga de los Mamelucos, presenta las principales características de la lucha: profesionales perfectamente equipados (los mamelucos o los coraceros) frente a una multitud prácticamente desarmada; presencia activa en el combate de mujeres, algunas de las cuales pierden incluso la vida; presencia casi exclusiva del pueblo.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
El ejército español
permaneció al
margen, y sólo los
capitanes Daoíz y
Velarde tuvieron
el valor de
desobedecer las
órdenes y
sublevar el Parque
de Artillería.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Al anochecer la
resistencia había
cesado y Murat
pudo publicar su
famoso bando, con
el que iniciaba la
represión y dejaba
claro que a partir
de entonces él era
la máxima
autoridad en la
Península.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Si Murat pensaba que una dura
represión sofocaría cualquier intento de
nueva rebelión, se equivocó. La misma
tarde del día 2 el alcalde de Móstoles,
Andrés Torrejón, dictaba su famoso
bando llamando a las armas contra los
franceses. Por todas partes se tomaron
medidas para cumplir el bando de
Móstoles, y entre el día 22 y el 30 de
mayo casi todas las ciudades del
territorio se habían sublevado contra
los franceses.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
El levantamiento generalizado contra los franceses se convirtió en una prolongada y cruenta guerra de resistencia que duró seis largos años (1808-1813). La amplia y espontanea participación popular, el deseo de independencia, la defensa frente al invasor, el entusiasmo patriótico, el sentimiento antifrancés, la defensa del catolicismo fueron algunos rasgos que caracterizan la lucha contra los franceses.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
En el desarrollo de los acontecimientos bélicos distinguimos las siguientes fases:
Primera fase: desde mayo de 1808 hasta finales del mismo año. Abarca los meses iniciales de la guerra. Las tropas francesas, dirigidas por Muraty que sumaban casi 150.000 hombres, no son capaces de ocupar el país con rapidez y fracasan en sus intentos de conquistar las ciudades de Gerona, Zaragoza y Valencia.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Durante el asedio de Zaragoza, Agustina llevó a cabo la acción heroica que la hizo célebre. Habiendo caído heridos o muertos todos los defensores de la puerta llamada del Portillo, las tropas francesas se aprestaron a tomarla al asalto. Siendo la situación desesperada Agustina, que formaba parte de un grupo de mujeres que atendía a los numerosos heridos, consiguió disparar un cañón sobre las tropas francesas que corrían sobre la entrada aparentemente indefensa. Los asaltantes franceses, temiendo una emboscada, se batieron en retirada y nuevos defensores acudieron a tapar el boquete, defendiéndose la ciudad una vez más.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA La Batalla de Bailén tuvo lugar en
las proximidades de la localidad de Bailén (Jaén), el 19 de julio de 1808, y que supuso la primera victoria española frente a las tropas francesas en la guerra de la Independencia. El efecto de la victoria española en Bailén fue la desaparición de todo un cuerpo de ejército de las tropas invasoras (casi 18.000 hombres se rindieron), seguida de la salida del rey José I Bonaparte desde Madrid, en dirección a Vitoria, si bien lo más importante sería la nueva situación estratégica del conflicto, esto es, la demostración de que los franceses no eran invencibles, con lo cual se modificó desde entonces todo el planteamiento del mismo.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Segunda fase: finales de 1808 y primeros mese de 1809. Napoleón atravesó la frontera el 4 de noviembre al frente de sus mejores unidades. Ocupa Burgos, y a pesar de la resistencia de los españoles en Somosierra …
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
… Madrid se rindió el 4 de diciembre de 1808.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Napoleón prosiguió su campaña en enero marchando
hacia el Norte para interceptar al ejército inglés. La persecución llevó
a los ingleses a Galicia, donde fueron derrotados y obligados a reembarcar hacia Portugal. Pero entonces Napoleón tuvo que abandonar precipitadamente España, ante el inminente estallido de una nueva guerra en Austria.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Tercera fase: de 1809 a 1811. Desde 1809 en adelante la guerra entra en una fase de desgaste caracterizada por la imposibilidad para los franceses de dominar el territorio peninsular y por la hostilidad continua que sufren por parte de la guerrilla.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Dada su inferioridad militar ante el ejército invasor, los
españoles adoptaron una novedosa forma de combate, la
guerrilla, grupo formado por antiguos soldados del
ejército español más voluntarios civiles y hasta
bandoleros, que atacaban por sorpresa al enemigo en
acciones rápidas, valiéndose de su conocimiento del
terreno y de la complicidad de la población civil.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Los franceses dominaron las ciudades, pero el campo fue patrimonio de las partidas guerrilleras, extendidas desde 1809 por todo el territorio peninsular. Los objetivos de la guerrilla solían ser pequeñas guarniciones de retaguardia, caravanas de abastecimiento y soldados rezagados por cansancio o heridas. Nunca consiguieron los franceses liquidar las guerrillas, pues se dispersaban después de cada ataque en medio de la población civil, cuya represión indiscriminada no hizo sino aumentar el apoyo popular a las cuadrillas.
Curiosidades históricas…
Juan Martín Díaz, «el
Empecinado» (1775-1825), es
uno de los personajes más
significativos de la guerra de la
independencia. Como
guerrillero se ganó el respeto
de los generales de la
contienda y la admiración
popular.
Curiosidades históricas…
De temprana vocación militar (participó en la guerra del Rosellón entre (1793-1795), antes del 2 de mayo de 1808 ya había luchado contra intereses franceses y, tras algunos altercados con autoridades militares españolas, acabó combatiendo al mando de varios miles de guerrilleros, lo que le permitió poder enfrentarse a las tropas francesas en campo abierto. Castilla fue su ámbito más habitual de actuación.
Curiosidades históricas…
Cuando Fernando VII fue repuesto en
el trono de España, regresó a Madrid
del destierro el guerrillero Juan Martín,
“el Empecinado”. El monarca le
presentó a los personajes de la corte:
- Supongo que no conocéis a ninguno, dijo
Fernando VII.
El Empecinado replicó:
- En efecto, señor, no conozco a ninguno
de estos señores. No les he visto tomar
parte en la campaña contra el invasor a
quien al fin hemos echado.
Curiosidades históricas…
Convertido en un mito patriótico, sus convicciones liberales le comportaron cargos públicos durante el trienio liberal de 1820-1823 y represalias en los períodos absolutistas. Después de haber luchado contra Los cien mil hijos de San Luis y de un breve exilio en Portugal, regresó a España, donde fue detenido por el alcalde de Roa de Duero (Burgos), encerrado en una jaula y exhibido en la plaza de la localidad durante más de un año. Condenado a la pena capital, murió ahorcado en 1825 con la aprobación personal de Fernando VII.
Curiosidades históricas…
Empecinado era el apodo que se aplicaba a los habitantes de su pueblo natal, Castrillo de Duero (Valladolid), debido a las charcas y «pecinas» (lodo negruzco de aguas en descomposición) que existían en esa zona. Juan Martín Díaz no sólo aceptó el sobrenombre, sino que consiguió el permiso para usarlo en los documentos oficiales. Éste es el origen etimológico del verbo empecinarse que usamos como sinónimo de obstinarse.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Goya fue un testigo excepcional de la Guerra. Este conflicto influyó en su pintura, que pasó de mostrar un estilo amable a reflejar una visión sombría de la vida. En 1810 realizó su serie de grabados Los desastres de la guerra, un devastador relato pictórico sobre la sinrazón de la violencia. Este es sin duda el mejo reportaje gráfico sobre la Guerra de la Independencia.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Escenas que representan la brutalidad y la violencia
desatada por los franceses contra la población civil, sobre
todo contra las mujeres, víctima en este caso de la guerra.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Asalto guerrillero a una
patrulla francesa. La
violencia inaudita contra
el invasor queda patente
en este grabado. Aunque
aquí los franceses llevan
la peor parte. El grabado
es una protesta ante la
violencia sin sentido.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
La reacción francesa ante
el ataque de la guerrilla
no tiene otro fin que el
escarmiento. El
anonimato de la guerrilla
y la imposibilidad de
identificar a los
responsables del asalto al
ejército francés hace que
la represión sea ciega.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Los franceses responden a
los ataques guerrilleros
con una represión ciega e
indiscriminada. El grabado
vuelve a evidenciar la
inhumanidad de la guerra
y su crudeza con el gesto
del soldado que empuja el
hombro del ahorcado,
cuyo gesto resume todo el
horror y la violencia de la
guerra.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Las mujeres no sólo
víctimas de la guerra.
Ellas mismas pueden ser
fieras. La figura de la
mujer, que con el niño a
la cintura, atraviesa con
garrocha a un soldado
francés es bien expresiva.
La guerra es capaz de
convertir a las mujeres
(a cualquiera) en fieras
sanguinarias.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
En 1810 la guerra cambia de signo. A finales de 1809 los franceses derrotan a un ejército español en Ocaña que intentaba liberar Madrid. A comienzos de 1810, se lanzan a la conquista de Andalucía. La campaña de Soult fue rapidísima, obligando a la Junta Central a trasladarse precipitadamente a Cádiz. Allí, la llegada de refuerzos de Portugal y el control del acceso marítimo por la escuadra inglesa permitió a la ciudad resistir las acometidas francesas. Pero el resto de Andalucía pasó a estar bajo control de José I. 1810 marcó, así, el apogeo francés en España.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Fase final: durante los años 1812 y 1813. A partir de ahí comienza el declive francés. En marzo de 1811 los franceses abandonaron Portugal. En 1812 Wellington avanzó por el Sur, reconquistando Badajoz en marzo, y Salamanca, en junio y un mes después tuvo lugar la batalla de Los Arapiles, en la que la victoria inglesa abrió el camino hacia Madrid. José I huyó hacía Valencia, aunque aún pudo reorganizar sus tropas y contraatacar, volviendo a Madrid el 3 de noviembre.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Wellington fue el comandante de las tropas
inglesas en la península y jugó un papel
decisivo en la derrota francesa. Se
caracterizó por saber esperar y no
precipitarse en dar batallas inútiles contra
un ejército muy superior como era el
napoleónico. Utilizando Portugal como
base de operaciones, golpeaba en el
momento justo y se retiraba después a
esperar las acometidas de los franceses.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Tras el desastre de Rusia, Napoleón volvió a retirar otros 100.000 hombres para asegurar la defensa de Francia, dejando apenas otros 100.000 contra los casi 200.000 del ejército hispano-inglés. En mayo de 1813 Wellington emprendió la ofensiva final, y días después José I abandonaba definitivamente Madrid. El 21 de junio la batalla de Vitoria consumó la derrota francesa, y obligó a José I a cruzar la frontera.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Los españoles reaccionaron de manera
diferente ante el hecho consumado de la
invasión francesa. La mayoría de la
población, perteneciente a distintos
grupos sociales y opciones ideológicas
(tanto ilustrada como liberal), se opuso a
la ocupación y participó más o menos
activamente en las luchas contra el
ejército napoleónico. Pero una minoría
aceptó colaborar con las nuevas
autoridades: fueron los “afrancesados”.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Sus motivos fueron variados: desde los que pensaban que toda resistencia era inútil, hasta los que vieron en el cambio dinástico la oportunidad para emprender las reformas que España necesitaba, sin olvidar, desde luego, los ambiciosos y oportunistas, que actuaron movidos por su interés en el dinero o en la posibilidad de ocupar altos cargos en la nueva administración.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
El nuevo régimen político monárquico de José I
Bonaparte quedó diseñado -en teoría- por el denominado
Estatuto de Bayona, que fue elaborado por el entorno de
Napoleón y promulgado en esa ciudad francesa en julio
de 1808.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
En realidad, José I fue un
monarca siempre itinerante,
obligado a viajar
continuamente dependiendo
del desarrollo de las
operaciones militares, débil y
falto de autoridad, que nunca
logró ejercer el gobierno
efectivo de España porque las
decisiones más importantes
siempre las tomó su hermano
Napoleón.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
JOSÉ I BONAPARTE (1768-1844) era el hermano mayor de Napoleón, quien lo eligió para ceñir la Corona de España. La derrota de Bailen y la posterior entrada del propio Napoleón en España determinaron que no asumiera el gobierno efectivo hasta 1809. Intentó impulsar una legislación reformista, anticlerical y antinobiliaria, pero su condición de rey impuesto, las continuas interferencias de su hermano y de sus generales y la ocupación militar francesa impidieron que consiguiera un apoyo social importante.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
El 25 de mayo Napoleón dirigió a los españoles una proclama en la que exponía sus deseos reformadores: “Vuestra monarquía es vieja; mi misión se dirige a renovarla, mejoraré vuestras instituciones y os haré gozar de los beneficios de una reforma, sin que experimentéis quebrantos, desórdenes, ni convulsiones”. La ilustración muestra claramente lo que pensaron los españoles de estas pretensiones reformistas.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
La división provincial
de José I
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
De igual forma, José I nunca contó con el beneplácito popular
que pronto buscó un apodo para el monarca extranjero: “Pepe
Botella”. En Madrid será también conocido por "Pepe
Plazuelas" debido a su política constructiva, encaminada a
hacer de la capital una ciudad de perfecto diseño urbanístico.
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
Ya viene por la ronda
José I
con un ojo postizo
y el otro huero
Ya se fue por las ventas
el rey Pepino
con un par de botellas
para el camino
Pepe botella
baja al despacho
no puedo ahora
que estoy borracho
1. LA CRISIS DE 1808: LA GUERRA DE
LA INDEPENDENCIA
La mayoría de los españoles, por tanto, no vieron a Napoleón como un reformador, sino como un conquistador, y se opusieron, con más o menos intensidad, a la invasión francesa. El problema que se encontraron estos españoles fue la ausencia de una autoridad legítima, el “vacío de poder”: Carlos IV y Fernando VII habían renunciado al trono y se encontraban en Francia; José I Bonaparte era un rey francés; y las instituciones a las que Fernando había encomendado el gobierno cuando salió en dirección a Bayona, la Junta de gobierno y el Consejo de Castilla, aceptaron lo sucedido en esta ciudad (las “abdicaciones de Bayona”) y se dispusieron a colaborar con José I.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Es en esta situación de ausencia de poder, cuando los españoles se deciden a crear sus propias instituciones de gobierno. Surgen así por todo el país Juntas locales primero, luego provinciales, integradas por miembros de las clases privilegiadas y de la jerarquía eclesiástica, que no aspiraba a otro objetivo que el de la restauración de Fernando VII, pero junto a ellos había también otros hombres nuevos, partidarios de una reforma del estado.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Pronto se hizo evidente el grave problema de la inexistencia de una dirección política unificada que pudiera coordinar la lucha. Por esta razón se creó una Junta Suprema Central, que se instaló en Aranjuez el 25 de septiembre de 1808. Rápidamente se adoptaron dos tipos de medidas: las encaminadas a organizar la resistencia (mando militar, organización de cuerpos de ejército, fondos, conexión con mando portugués e inglés, suministros, etc.) y las dirigidas a la reorganización política.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Acosada por los desastres militares, la Junta hubo de retirarse a Sevilla y ceder el poder, a finales del mes de enero de 1810, a una regencia compuesta por cinco miembros. Antes de disolverse, sin embargo, la Junta dejó en marcha la convocatoria de Cortes, que la regencia respetó, y que acabaron reunidas en Cádiz, única ciudad no controlada por los franceses después de las campañas de 1810.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
En la mañana del 24 de septiembre de 1810 las «cortes extraordinarias de todos los reinos y dominios de España» abrieron sus sesiones en un teatro de la isla de León (San Fernando). No conocemos con exactitud las características de los diputados. Sabemos que a la disolución de las Cortes, su número ascendía a 223, de los cuales 90 eran clérigos, 56 abogados y 39 militares, y tan sólo ocho comerciantes.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
En el momento que refleja la presente gráfica, la suma total
es 296. Aunque es la situación momentánea de una sesión es
representativa de todo el período. El máximo de 308
diputados no se alcanzó en ninguna sesión. Cuando llegó la
disolución de las Cortes, el 14-septiembre-1813, reunidas ya
no en Cádiz, sino en Madrid, sólo había 223 diputados.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Diego Muñoz
Torrero
Conde de
Toreno
Agustín
Argüelles
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Más difícil es intentar agruparlos en “partidos”, que no
existían en la época. Pronto, sin embargo, se hizo evidente
la profunda división que existía entre los que sólo querían
apuntalar el viejo edificio del Antiguo Régimen, los que no
querían cambiar nada, los inmovilistas, los absolutistas o
“serviles” y aquellos que se empeñaron en poner en
marcha una reforma a fondo del país, los denominados
“liberales”, defensores del liberalismo, ideología heredera
de la ilustración, que procedente de Francia había llegado
a España en los últimos años del siglo XVIII.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
INMOVILISTAS
ABSOLUTISTAS
Innovadores
JOVELLANISTAS
(INTERMEDIO)LIBERALES
“DOCEAÑISTAS”
Conservadores Renovadores
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Los absolutistas o inmovilistas:
Forman el partido conservador.
Son defensores de la soberanía real y de la
sociedad estamental.
Defienden el Antiguo Régimen en el que el Rey
puede disponer libremente sin necesidad de
consultar a la nación.
Por lo tanto:
El Rey en su trono.
Los franceses en las fronteras y
El altar en su antiguo esplendor.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Los jovellanistas: Son antiguos reformistas y piensan que hay una
necesidad de reformas, pero respetando elementos del Antiguo Régimen (son un freno revolucionario).
Coincidían con los afrancesados en proclamar necesidad de reformas sin revolución, pero no aceptaban las renuncias de Bayona y por tanto no admitían a Napoleón y a José I.
Pensaban que una nación es una formación histórica, en la cual cada generación debe tener en cuenta la labor de la anterior y que el país contaba con una constitución, formada por las leyes tradicionales.
Como modelo de sistema político, tomaban el de Gran Bretaña y consideraban la necesidad de independencia poder judicial, así como la intervención de las Cortes (constituidas por los tres estamentostradicionales),en el gobierno y en la labor legislativa.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Los liberales: Pretenden un cambio total revolucionario:
Soberanía nacional.
Sociedad de clases con predominio de la burguesía y
La promulgación de una Constitución.
Coincidían con los jovellanistas en luchar contra el “usurpador” Napoleón pero defendían muchas de las ideas de la Revolución Francesa que el propio Napoleón estaba extendiendo por Europa y en este sentido eran partidarios del unicameralismo que los separaba de aquellos.
Como los jovellanistas, los liberales pertenecían a la intelectualidad y a la burguesía media, y aunque no marginaban totalmente las tradiciones políticas hispánicas, consideraban imprescindible recoger las bases de la reforma en una Constitución escrita.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
No había nada previsto acerca de los asuntos sobre los que ocuparse, cuando Diego Muñoz Torrero, un sacerdote extremeño que había sido rector de la Universidad de Salamanca, se levantó a hablar, y «expuso cuan conveniente sería decretar que las cortes generales y extraordinarias estaban legítimamente instaladas: que en ellas reside la soberanía; que convenía dividir los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial…».
Aceptado este planteamiento, que daba a las cortes las facultades del poder legislativo, comenzaron su labor.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
A lo largo de las discusiones en las
diferentes sesiones de las Cortes,
se impondrá la mayoría
liberal.
A todos les une la defensa de la
patria y los derechos de Fernando.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
En 1812 se completaba la primera constitución española. La llamada Constitución de Cádiz era un texto muy extenso, meticuloso, que fijaba con detalle todos los aspectos que los diputados consideraron esenciales. Tenía 384 artículos, agrupados en diez títulos. Se promulgó el 19 de marzo de 1812, en conmemoración de la fecha en que Fernando había subido al trono.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Estos son los rasgos principales de la Constitución: Soberanía nacional. El poder reside en la
nación, idea opuesta a la soberanía monárquica.
División de Poderes. Poder legislativo: Cortes Unicamerales.
Poder judicial: tribunales.
Poder ejecutivo: Rey, pero con importantes limitaciones: Sus órdenes deben ir validadas por la firma del
Ministro correspondiente.
No puede disolver las Cortes .
Veto suspensivo transitorio durante dos años, tras ello la decisión de las Cortes se convierte en ley.
Nombra a los ministros, pero estos deben ser refrendados por las Cortes (“doble confianza”).
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Estos son los rasgos principales de la Constitución:
Nuevo derecho de representación. La nación ejerce su soberanía mediante sus representantes en Cortes.
Complicado procedimiento electoral por sufragio universal masculino indirecto en cuarto grado. Derecho de voto: todos los hombres mayores de 25 años, que elegían a unos compromisarios que a su vez elegían a los diputados.
Igualdad de los ciudadanos ante la ley. Esto supuso el fin de los privilegios estamentales.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Estos son los rasgos principales de la Constitución: Se omite toda referencia a los territorios
con fueros, lo que equivalía a su no reconocimiento. No obstante, los regímenes forales de las provincias vascas y de Navarra no se derogaron explícitamente.
Reconocimiento de derechos individuales: a la educación, libertad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, a la libertad y a la propiedad.
El catolicismo es la única confesión religiosa permitida. La necesidad de contar con la colaboración del clero en la lucha contra los franceses explica este rasgo intolerante que choca con el espíritu avanzado de la constitución.
2. LA REV. LIBERAL: LAS CORTES DE
CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812
La Constitución se
completó con una
importante legislación
ordinaria: abolición de
la Inquisición, libertad
de imprenta, supresión
del régimen señorial,
eliminación de los
gremios, de La Mesta,
libertad de comercio,
de trabajo, de
fabricación…
Sabías que…
A comienzos del siglo XIX, el territorio actual de Castilla-La Mancha se vio afectado por la Guerra de la Independencia, que contribuyó a acentuar el retraso socioeconómico que la región arrastraba desde el siglo XVII.
Tras la invasión francesa y los hechos del 2 de mayo de 1808 en Madrid se constituyó en estas tierras la Junta de La Mancha, con el fin de defender los territorios españoles del ejército ocupante. A su paso hacia Andalucía, los franceses saquearon Toledo, Cuenca, Albacete, Talavera y otras ciudades castellano-manchegas.
Sabías que… En 1809 se libraron diversas batallas contra los
franceses: en Uclés (Cuenca), con graves pérdidas para los españoles, en Talavera(Toledo), donde el ejército francés fue derrotado gracias al apoyo inglés, y en Almonacid y Ocaña (ambas en Toledo), en que ganaron los franceses, lo cual dio a Napoleón el control del área central peninsular y le permitió avanzar hacia el Sur.
La actividad guerrillera fue constante en el territorio castellano-manchego. Destacaron las acciones dirigidas por Juan Martínez, el Empecinado, en Guadalajara y Cuenca, y las de Francisco Abad, conocido como Chaleco, en la provincia de La Mancha (que desapareció en 1833 con la formación de la de Ciudad Real).
Sabías que…
Castilla-La Mancha quedó en manos
francesas. Cuenca, Ciudad Real, Toledo y
Guadalajara pasaron a ser prefecturas
(divisiones administrativas), y Albacete, que
formaba parte de Murcia, se convirtió en
una de sus dos subprefecturas. A partir de
1812 en la fase final de la guerra, las tropas
francesas abandonaron Castilla-La Mancha.
La Constitución de 1812 contemplaba
medidas muy beneficiosas para una región
agrícola como la castellano-manchega.
3. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-
1833)
Fernando VII había sido
reconocido como Rey pero
apenas pudo reinar un mes ya
que se vio obligado a abdicar
junto con su padre, Carlos IV, en
Bayona. En 1814 comenzará su
reinado efectivo . Es recibido con
gran entusiasmo, “el deseado”, en
marzo de este año.
Curiosidades históricas … El príncipe Fernando despreciaba a su padre y
odiaba a su madre y a Godoy. ¿Por celos o por ambición de reinar? El caso es que, en su impaciencia por heredar el trono, se enredó en tratos secretos con los ingleses y preparó un golpe de Estado contra su padre. Cuando lo descubrieron, imploró el perdón paterno y, para demostrar la sinceridad de su arrepentimiento, delató a sus partidarios. El buenazo del rey lo perdonó.
Ya eran más de cien mil los soldados franceses acantonados en lugares estratégicos de España con el pretexto de ocupar Portugal. Había que ser muy lerdo para no advertir que Napoleón pretendía adueñarse del país. El plan del corso, según luego se supo, consistía en trasladar la frontera francesa al río Ebro y compensar a España de su pérdida con un trozo de Portugal.
Curiosidades históricas Godoy, alarmado por las tropas francesas que seguían
entrando en España, ya sin las formalidades del principio les vio las orejas al lobo y decidió enviar a los reyes a Sevilla, por si había que ponerlos a salvo en el extranjero. Agitadores a sueldo de Fernando, o vaya usted a saber de quién, soliviantaron a la plebe para que se amotinara e impidiera a los reyes abandonar su residencia en el Real Sitio de Aranjuez. Este "motín de Aranjuez" culminó con el asalto y saqueo de la casa de Godoy por el populacho o por el pueblo en armas, según se mire. El príncipe de la Paz, trémulo, se había ocultado un desván, detrás de la alfombra. Lo descubrieron y se salvó del linchamiento por los pelos, rescatado en el último momento por sus guardias de Corps. Carlos IV, aterrorizado, abdicó en su hijo Fernando, pero el amo virtual de España, el general francés Murat, lo obligó a firmar un decreto en el que anulaba su abdicación y recuperaba el poder. Es que Napoleón tenía otros planes.
Curiosidades históricas
El francés convocó en Bayona a la familia real. El rey, la reina, el príncipe y Godoy comparecieron prestamente abyectos y serviles, y representaron de buena gana la vergonzosa comedia que Napoleón les iba dictando: Fernando abdicaba en su padre; Carlos IV abdicaba en Napoleón, y éste, a su vez, traspasaba la corona de España a su hermano José Bonaparte.
El asunto parecía discurrir según el guión preparado por el corso cuando en Madrid surgió un imprevisto que lo echó todo a rodar. Cuando las tropas francesas sacaban del palacio real al infante Francisco de Paula para llevarlo a Francia estalló un motín popular. Era el dos de Mayo de 1809, el Dos de Mayo famoso…
Curiosidades históricas
… Mientras España se desgarraba, Fernando VII, su hermano y su tío, con un nutrido séquito de amigos y servidores, vivían por cuenta de Napoleón en el castillo de Valencay. Allí, el futuro rey de España entretenía sus ocios bordando y jugando al billar y a la lotería. También seguía, por la prensa y el correo, la marcha de la guerra de la Independencia y felicitaba a Napoleón por sus victorias sobre los españoles. Esto da idea de la catadura moral del individuo. Años después, Napoleón, en su meditativo exilio, se lamentaría de haberlo retenido en Francia: tenía que haberlo dejado en libertad para que todo el mundo supiese cómo era y desengañar a sus partidarios.
3. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-
1833)
El reinado de Fernando VII, durante sus casi 20 años de duración, supuso un continuo enfrentamiento entre los absolutistas, con el propio rey a la cabeza, y los liberales, lo que retrasó el asentamiento del Estado liberal en España y su consolidación, además de condicionar sus aspectos definitivos. Esta alternancia supone que se pueden establecer diversas etapas de gobierno, según el predominio ideológico fuera absolutista o liberal.
3. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-
1833)
En diciembre de 1813 Napoleón firmaba con Fernando VII el Tratado de Valençay, por el que este recuperaba en trono español y de las Indias, además de comprometerse de respetar a los afrancesados, pasar una pensión vitalicia a sus padres y firmar un tratado comercial con Francia. Mientras, las Cortes, ya en Madrid, aguardaban el regreso del rey para que jurara la Constitución, condición sine quanon para reconocerlo como rey y reconocer el Tratado de Valençay.
3. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-
1833)
Es restituido en la corona
española por parte de Napoleón
y su vuelta preparada por el
Consejo de Regencia, con un
itinerario que el Rey no cumplió.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Una vez terminada la guerra, Fernando VII cruzaba la
frontera y se dirigía a Valencia en medio del fervor
popular. Mientras, en Madrid, las Cortes lo esperaban para
que jurase la Constitución y aceptase el nuevo régimen
liberal.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Pero las circunstancias no favorecían a los liberales. En
Europa, las potencias vencedoras de Napoleón,
gobernadas por reyes absolutos, acordaron “restaurar” el
antiguo régimen y erradicar el liberalismo de todos los
rincones del continente europeo.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Es un intento de aniquilar la ideología y realizaciones
revolucionarias, una vuelta a la tradición.
Para mantener el Antiguo Régimen se utilizan nuevos
postulados de gobierno:
La represión en el interior
La ayuda mutua internacional para extinguir cualquier
intento revolucionario.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Se forma una alianza de monarcas cristianos absolutistas la Santa Alianza y un mecanismo internacional (“el sistema de Congresos”) que puede intervenir con expediciones armadas en las naciones en que surjan brotes revolucionarios.
En este ambiente reaccionario y contrarrevolucionario europeo se encuadra la reacción española dirigida por Fernando VII.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
En España, Fernando no estaba dispuesto a renunciar a sus prerrogativas de rey absoluto, y para ello contaba además con el apoyo de amplios sectores de la sociedad: diputados, oficiales del ejército, Iglesia, campesinos.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Su regreso es esperado por
todos los grupos sociales,
aunque no con los mismos
intereses ya que los liberales
esperan un rey constitucional
y los absolutistas un soberano
absoluto.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Conocedor de la ignorancia del pueblo español sobre el
funcionamiento de las Cortes de Cádiz y aprovechando
ese entusiasmo con que le reciben, pretende gobernar
como siempre, apoyado por:
El “Manifiesto de los Persas”.
Golpe de Estado del general Elio.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Los absolutistas suscribirán
un manifiesto “Manifiesto de
los Persas” (12 abril de
1814) en el que pedirán al
Rey la restauración del
Antiguo Régimen.
Pedían el restablecimiento de
la Monarquía absoluta, la
anulación de todo lo hecho
por las Cortes y la
convocatoria de Cortes
estamentales.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Ejército del general Elio da
un golpe de estado para
suprimir la Constitución y la
obra de las Cortes de Cádiz.
El 17 de abril, el general Elio
invita al monarca a recobrar
sus derechos, poniendo sus
tropas a disposición del
monarca y realizando el que
es probablemente el primer
pronunciamiento de la
historia moderna de España.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
En estas circunstancias, Fernando VII -a pesar de su carácter siempre indeciso, inseguro y corto de valor- tardó sólo dos meses en restablecer el absolutismo mediante un decreto (4 de mayo de 1814) que anulaba todas las leyes aprobadas por las Cortes de Cádiz y suprimía la Constitución de 1812. De esta forma, el rey recuperó todos los poderes, disolvió las Cortes e impuso el retorno al Antiguo Régimen.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Pero el intento de
instaurar en 1814 el
régimen que se había
hundido en 1808, era
insensato. La guerra
había dejado la economía
del país arruinada, una
situación financiera
caótica, y cambios
sociales difíciles de
ignorar.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
El rey Fernando VII y su gobierno
tuvieron que hacer frente, sin
embargo, a un objetivo imposible:
rehacer un país destrozado
por la guerra, con la agricultura
deshecha, el comercio paralizado,
las finanzas en bancarrota y
todas las colonias en pie de
guerra por su independencia, y
ello con los viejos métodos del
Antiguo Régimen.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
La inestabilidad política fue constante: en estos años desfilaron por el gobierno hasta treinta ministros distintos, nueve de ellos tan sólo en Hacienda. La razón no era sólo su mediocridad. Sus pretensiones de prolongar la existencia íntegra y sin modificaciones del viejo y agotado sistema del Antiguo Régimen resultaba inviable y únicamente agravó las dificultades.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Los partidarios del absolutismo aprovecharon el regreso de Fernando VII para deshacerse de sus enemigos políticos porque, como decía un periódico antiliberal, «el cuerpo de la nación tiene muchos miembros podridos y es necesario cortarlos sin compasión». Por ello, el rey desató una dura represión política al ordenar la detención y encarcelamiento, bajo la acusación de traición, de los diputados liberales y de todos los simpatizantes de esa ideología. Lo mismo ocurrió con los afrancesados, que se vieron forzados a huir del país.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
A pesar de las persecuciones y del escaso apoyo de la población, los liberales, respaldados por bastantes jóvenes oficiales dentro del Ejército, no dejaron de conspirar en la clandestinidad para hacerse con el poder e imponer sus ideas. Desde 1814, se repitieron los levantamientos armados con el propósito de arrebatar el poder absoluto a Fernando VII. Todas las sublevaciones, encabezadas por jóvenes militares liberales que habían ascendido con rapidez durante los años de la guerra de Independencia fracasaron. Así ocurrió con el general Francisco Espoz y Mina (en 1814)….
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
… con el general Juan Díaz Porlier (que
contaba sólo con 1.000 soldados y fue
ejecutado en 1815), con el general Luís
de Lacy (fusilado en 1817)…
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
… con el general Juan Van Halen (descubierto y arrestado en 1818) y con el coronel Joaquín Vidal (detenido y ejecutado en 1819).
Nuevamente, en enero de 1820, el teniente coronel Rafael Riego intentó otro golpe de Estado al frente de un destacamento de tropas que se encontraba acampado en las proximidades de Sevilla y Cádiz a la espera de ser embarcado hacia Argentina para combatir contra los independentistas hispanoamericanos.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Con la ayuda de Juan Álvarez Mendizábal, el 1 de enero de 1820 Rafael del Riego reunió un ejército e intentó tomar Cádiz. A pesar de su fracaso, las revueltas en el resto e España forzaron a Fernando VII a restaurar la Constitución de 1812. grabado del siglo XIX. Colección particular, Madrid.
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Proclama de Rafael del Riego (1820)
“España está viviendo a merced de un poder arbitrario y absoluto, ejercido sin el menor respeto a las leyes fundamentales de la Nación. El rey, que debe su trono a cuantos lucharon en la guerra de Independencia, no ha jurado, sin embargo, la Constitución […]
Es necesario, para que España se salve, que el rey jure y respete esta Constitución de 1812, afirmación legítima y civil de los derechos y deberes de los españoles, de todos los españoles, desde el rey al último labrador.”
3.1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Otros liberales militares y civiles se sumaron a la rebelión iniciada por Riego en Andalucía y el movimiento revolucionario se fue extendiendo lentamente a lo largo de las semanas siguientes por Galicia, Asturias, Murcia, Aragón, Cataluña y Navarra. Las tropas afines al rey fueron incapaces de reaccionar y el Palacio Real de Madrid llegó a ser asaltado por los liberales para presionar al monarca y vencer sus últimas resistencias.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Consciente de su debilidad,
Fernando VII aceptó el 7
de marzo la Constitución
de 1812, la juró el día 9 y
el 10 publicó un manifiesto
en que afirmaba:
“Marchemos francamente, y
yo el primero, por la senda
constitucional”.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
La etapa que va de 1820 a 1823 significó la primera oportunidad real de poner en práctica las reformas políticas publicadas por las cortes entre 1810 y 1814, y sirvió, por ello, para mostrar las limitaciones y dificultades de este proyecto que pretendía transformar la sociedad española sin perjudicar los intereses de la nobleza latifundista.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Con los liberales en el
poder se restableció de
nuevo la Constitución de
1812, y con ella las
libertades individuales de
asociación, de reunión, de
opinión y de prensa.
Regresaron los liberales
desterrados, se liberó a los
que estaban encarcelados y
se convocaron las Cortes.
España volvía a ser una
monarquía constitucional.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Además se aprobaron otras medidas: se promulgó el primer Código Penal moderno; se abolieron las aduanas interiores; se concedió la libertad de industria y se abolieron los gremios; se puso en marcha la desamortización de algunos bienes eclesiásticos; se abolieron de nuevo los señoríos, así como la Inquisición; se suprimieron los mayorazgos; se estableció por primera vez la enseñanza pública y gratuita; La Milicia Nacional fue reintroducida.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Durante el breve periodo del trienio existió siempre una fuerte tensión entre el rey Fernando VII y los nuevos gobernantes liberales, muchos de los cuales habían sido encarcelados años antes por decisión del monarca. Fernando VII intentó continuamente bloquear y entorpecer como pudo las reformas, mientras que los liberales obligaron en ocasiones al rey a firmar las leyes bajo amenazas. Además, Fernando VII mantuvo, desde 1821, contactos secretos con los monarcas absolutistas de la Santa Alianza solicitando su ayuda para recuperar el poder pleno.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
La crisis económica
continuó agravándose. El
endeudamiento estatal
continuó creciendo. Los
planes de los gobiernos
liberales, que confiaban en
los efectos positivos de la
liberalización económica
para generar mayor
desarrollo y riqueza, no se
cumplieron. El
descontento aumentó.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Entre los mismos liberales
aumentaron las
discrepancias. Pronto
surgió entre ellos una
división entre quienes
proponían una política
reformista moderada, que
fueron denominados
“doceañistas”, y un núcleo
avanzado que quería ir
más allá, los “exaltados”.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Los moderados o “doceañistas” habían contribuido en la elaboración de la Constitución de 1812.
Pretenden llevar a cabo reformas pausadas, prudentes (apoyo de la burguesía y parte de la nobleza).
Eran partidarios de la monarquía.
Querían la modificación de la Constitución de 1812 ( muy radical para el momento).
Tenían una tendencia elitista (deseaban la libertad por encima de la igualdad).
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Los “exaltados” o veinteañistas eran los
promotores de la sublevación de 1820:
Pretendían acelerar las reformas
inmediatamente para acabar con el
Antiguo Régimen.
Eran partidarios de la monarquía pero que
reconociera la soberanía nacional.
Defienden la Constitución de 1812.
Se les puede calificar de “demagogos”
porque insistían en la igualdad (aunque
siguen reconociendo la monarquía).
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
La legislación sobre
asuntos religiosos,
endureció aún más la
hostilidad y la propaganda
antiliberal y
anticonstitucional del clero
católico. En 1823, varios
obispos se vieron
obligados a expatriarse y
las relaciones del gobierno
con el Vaticano quedaron
completamente rotas.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Los absolutistas
también se
reorganizaron y en
sus intentos de
expulsar a los
liberales del país
organizaron
sublevaciones (como
la de la Guardia Real
de 1822)…
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
… y partidas guerrilleras, que tuvieron cierta fuerza en
Cataluña, donde llegaron a ocupar la ciudad de Seo de
Urgel.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
Las guerrillas vienen promovidas por el golpe de Estado de julio de 1822, en el que los liberales exaltados se hacen con el poder, creando en agosto de 1822 la Regencia absolutista de Urgel, compuesta por:
Bernardo Balmozo, redactor del Manifiesto de los Persas.
El Arzobispo de Tarragona.
El Barón de Eroles, guerrillero en la Independencia.
La Regencia de Urgel publica un manifiesto en el que declaran: “también nosotros queremos Constitución”, quieren unas Cortes representativas. Eran tradicionalistas-reformistas.
3.2. El Trienio Liberal o Constitucional
(1820-1823)
No fue la presión de estas guerrillas «apostólicas» la que puso final al gobierno liberal, sino una intervención militar extranjera. Los monarcas absolutos de la Santa Alianza, reunidos en 1822 en un congreso celebrado en la ciudad italiana de Verona, decidieron actuar en España para liquidar al gobierno liberal.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Así, un cuerpo de ejército formado por unos 125.000 soldados franceses -denominados los Cien Mil Hijos de San Luis- fue enviado por el rey Luís XVIII a nuestro país para ayudar a Fernando VII a recuperar su autoridad absoluta.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Las tropas francesas cruzaron los Pirineos, penetraron
por territorio vasco y llegaron a Madrid en sólo un mes
ante la completa pasividad de la población y la total
incapacidad de los liberales para oponer una mínima
resistencia armada.
Sabías que…
Tras tres años de gobiernos liberales, Fernando VII pidió ayuda a Francia para restablecer el absolutismo. Este ejército, que sería conocido como Los cien mil hijos de San Luis, logró su objetivo seis meses más tarde.
El llamamiento del rey apelaba a los acuerdos de la Santa Alianza, que unían a las principales monarquías de Europa en defensa del Antiguo Régimen. Así, el 7 de abril de 1823 entró en España una fuerza invasora que se conocería como Los cien mil hijos de San Luis. Este ejército estaba liderado por el duque de Angulema, hijo del futuro rey de Francia Carlos X. El grueso del contingente militar, comandado por el duque, entró en España bordeando los Pirineos occidentales, junto a la costa cantábrica, y emprendió el avance hacia Madrid sin resistencia alguna. Los veinte mil hombres restantes entraron por los Pirineos orientales en Cataluña, donde encontraron escasa oposición.
Sabías que…
Tras la toma de Madrid, el ejército francés prosiguió su marcha hacia Andalucía en persecución de los liberales, que se habían refugiado en Cádiz con Fernando VII como rehén. La ciudad fue sitiada y bombardeada sin éxito por los franceses, pero la situación desesperada de los cercados, sin posibilidad alguna de recibir refuerzos, les obligó a aceptar un pacto. Finalmente, el rey fue liberado a condición de que respetara las reformas liberales aprobadas en los años anteriores. Sin embargo, inmediatamente después de su puesta en libertad, Fernando VII se unió a los invasores y decretó la abolición de todo el cuerpo legal aprobado durante el trienio liberal.
Sabías que…
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Cuando Fernando VII volvió a gobernar con poderes absolutos, se entregó a la inmediata destrucción de todo lo realizado por los liberales durante el trienio. Introdujo nuevamente el diezmo y el mayorazgo, además de ordenar la devolución de todas las propiedades desamortizadas al clero. También dio instrucciones para invalidar y revisar todos los títulos académicos y las sentencias judiciales efectuadas entre 1820 y 1823. Además, fueron cesados todos los empleados públicos contratados durante esos años.
Desembarco de Fernando VII,
óleo de José Aparicio (1773-1838)
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Durante estos primeros meses, el rey desencadenó otra feroz represión. Rafael de Riego, Juan Martín Díez «El Empecinado», Mariana Pineda y otros muchos liberales son ejecutados; el exilio es el camino de muchos de los que habían vuelto de Francia convencidos de las bondades del Trienio Liberal (Goya será el más claro exponente) y la represión alcanza todos los rincones de la península.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Sabías que…
Mariana Pineda (Granada, 1804-1831) constituye un mito del liberalismo contemporáneo. La obra que le dedicó Federico García Lorca, casi un siglo más tarde de su muerte, la consagró definitivamente en la imagen popular de heroína española.
Con tan sólo dieciocho años, Mariana empezó a involucrarse en la defensa de un liberalismo que tenía un gran arraigo en su ciudad natal.
Durante la década ominosa (1823-1833), las autoridades sospecharon que la joven granadina estaba implicada en los preparativos revolucionarios que se organizaban desde Gibraltar, aunque no se encontraron pruebas para condenarla. También había indicios de que había colaborado en la huida de la prisión de su primo el capitán Fernando Álvarez de Sotomayor, destacado liberal sentenciado a la pena de muerte.
Sabías que…
En 1831, en un registro de su casa, se descubrió que había
confeccionado una bandera con el lema «Ley, Libertad e
Igualdad», lo que fue aprovechado para acusarla de
conspiración y encarcelarla. Tras intentar escapar, fue llevada al
convento de Santa María Egipciaca de Granada, convertido en
una cárcel para mujeres.
Finalmente, en un juicio lleno de irregularidades, fue condenada
a muerte por el simple hecho de haber mostrado su apoyo a la
implantación de un sistema constitucional en España. Cuando
supo de su sentencia proclamó: «El recuerdo de mi suplicio hará
más por nuestra causa que todas las banderas del mundo». Su
ejecución por el método brutal del garrote vil, en 1831, la
convirtió en una mártir.
Sabías que…
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Consciente el Rey, sin embargo, de la insostenible situación financiera del Estado y, sobre todo, la necesidad de realizar algunas mínimas modificaciones técnicas para modernizar y mejorar el sistema monárquico absolutista con intención de asegurar su supervivencia, entregó el poder a algunos ministros reformistas, que no consiguieron mejorar la situación del país.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Estas reformas fueron excesivas para los sectores más
absolutistas, que llegaron a recurrir a las insurrecciones
armadas para conseguir la vuelta total al Antiguo Régimen.
Algunas fueron tan graves, como la ocurrida en 1827 en
Cataluña, que obligaron a la intervención personal del rey.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
En 1828, los absolutistas más intransigentes ya estaban definitivamente decepcionados con Fernando VII, y se agruparon en torno al infante don Carlos María Isidro (hermano menor del rey) quien había demostrado ser un anti reformista y un teócrata convencido de que «lo primero era la gloria de Dios, el fomento y esplendor de su santa religión». Los ultras depositaban todas sus esperanzas en que el monarca no había tenido descendientes, estaba prematuramente envejecido -a pesar de tener menos de 50 años de edad- y poseía una pésima salud. En estas circunstancias, confiaban en que don Carlos conseguiría heredar el trono en un futuro próximo.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Los liberales, mientras tanto, parecían incapaces de
recuperar el poder, a pesar de las favorables condiciones
internacionales que supuso para ellos las revoluciones de
1830 en Europa. Todos sus pronunciamientos fracasaron.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Fernando se casó por cuarta vez con Mª Cristina de Nápoles. La boda entre Fernando y Mª Cristina se celebró el 9 de diciembre de 1929 en Aranjuez. Unos meses más tarde, el 3 de abril, apareció una Pragmática Sanción en la que se restauraba el orden sucesorio tradicional de Castilla, que permitía heredar a las mujeres. De esta forma, si Fernando obtenía descendencia de su cuarto matrimonio, aunque fuese mujer, no existía ningún impedimento para que pudiese suceder a su padre.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
A los diez meses de haber contraído matrimonio por cuarta vez, Fernando VII fue padre de una hija. El 10 de octubre de 1830, María Cristina dio luz a una niña, que sería en el futuro la reina Isabel II. El 30 de enero de 1832, nació otra hija a la que daría el nombre de Luisa Fernanda. De esta forma, la sucesión al trono por la línea directa quedaba salvada, si era posible superar los obstáculos que opondrían a esta sucesión aquellos que defendían los derechos del hermano de Fernando, el infante Carlos María Isidro.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Las protestas de don Carlos forzaron
a Fernando a exiliarlo a Portugal y a
intentar un tímido acercamiento a los
liberales, consciente de que sin su
apoyo su hija Isabel tendría muchas
dificultades para reinar en España.
3.3. La Década Absolutista u Ominosa
(1823-1833)
Esto no evitó, sin embargo, que a su muerte, en
septiembre de 1833, se desencadenase una guerra civil
entre los partidarios de don Carlos, los “carlistas”, los
más absolutistas, y los liberales partidarios de Isabel.
Curiosidades históricas… …A Fernando, cuando era todavía un doncel de dieciocho años, lo
habían casado con su prima hermana María Antonia Borbón Lorena, una chica menuda, más fea que guapa, rubia, de ojos claros, belfo austriaco, nariz borbónica y carácter dulce. Falleció de una tuberculosis galopante a los tres años de casados. Fernando, en el exilio de Valencay, intentó casarse por segunda vez con alguna sobrina de Napoleón, pero el emperador no se dignó acceder. A su regreso de Francia, ya rey y Deseado contrajo segundas nupcias con su sobrina carnal María Isabel Francisca de Braganza, hija de los reyes de Portugal, a la que llevaba diez años (su madre es la que no se le ve la cara en el retrato de Goya de la familia de Carlos IV). Ella era gorda, mofletuda, los ojos saltones y apagados, nariz grande y boca pequeña y torcida. En la verja de palacio amaneció un malvado pasquín liberal: Fea, pobre y portuguesa... ¡Chúpate esa!. Murió la pobre a los dos años, sin haber producido el ansiado heredero. Ya tenía el rey treinta y cuatro y comenzaba a preocuparle la falta de descendencia.
Curiosidades históricas…
Por eso no esperó ni siquiera un año para casarse de nuevo, y van tres, esta vez con su prima segunda (y al propio tiempo sobrina segunda) María Josefa de Sajonia. La chica, monilla y espiritual, sólo contaba dieciséis años y nadie le había explicado cómo se fabrican los niños. La primera noche en la alcoba real se llevó tal sorpresa ante los requerimientos de su bastísimo cónyuge que hizo aguas menores y mayores en la cama y Fernando, encalabrinado, montó un escándalo colosal, pero ni siquiera exhibiendo su regia ira logró que la testaruda alemana colaborara en la consumación del matrimonio. Tuvo que mediar nada menos que el Papa para que la chica, una vez instruida en los misterios de la vida y en los rudimentos de sus deberes conyugales, se entregara a los deseos de Fernando. Ni siquiera la intervención de tal alto mamporrero persuadió a la Providencia a bendecir aquel matrimonio con su heredero.
Curiosidades históricas…
Pasaban los años y la reina no tenía hijos a pesar de que todos los veranos la corte peregrinaba al balneario de Sacedón, otras veces a Solán de Cabras, a tomar las aguas que tenían fama de ser muy engendradoras.... Murió en 1829, a los veinticinco años de edad, sin haber traído descendencia. Fernando, cuarentón, baldado por la gota, pensó en casarse de nuevo. Necesitaba a todo trance un heredero... Esta vez prefirió una meridional, su sobrina María Cristina de Borbón, de veintitrés años, una napolitana alta, morena, de anchas cadera y nada mojigata. Hasta guapa era, si se le excusa la nariz familiar. El aventajado rey concibió una pasión senil, como consecuencia de la cual la nueva reina quedó preñada. De aquí saldría la futura Isabel II, el conflicto sucesorio, las guerras carlistas, los muñoneces, …
Sabías que…
El fenómeno del bandolerismo en España ya
existía con anterioridad al siglo XIX, pero fue
sobre todo a partir de entonces cuando se
extendió de forma generalizada a la mayor parte
del territorio y se convirtió en un problema grave
contra el que los monarcas tuvieron que emplear
una gran cantidad de recursos.
Sabías que…
En el imaginario colectivo, la figura del bandolero siempre tuvo un cariz romántico. Para el pueblo, los bandoleros eran hombres valerosos que «se echaban al monte» para robar al rico y dar al pobre. Una gran cantidad de leyendas populares gira en torno a estos bandidos, héroes populares que supuestamente se habían apartado de la sociedad para llevar una vida libre. Lo cierto, no obstante, es que una de las principales razones por la que estos hombres decidían abandonar las poblaciones para unirse a una partida de bandoleros, era porque tenían cuentas pendientes con la justicia. Ése era el caso de José Ulloa Navarro, «el Tragabuches», que después de haber sido matador de toros y contrabandista, en 1814 tuvo que huir a la serranía de Ronda tras haber asesinado a su amante y al sacristán con quien la descubrió siéndole infiel. Allí se unió a una de las partidas más temidas de la época: «los siete niños de Écija».
Sabías que…
Otro célebre bandolero andaluz, que vivió a caballo entre los siglos XIX y XX, fue Francisco Villaescusa Amuedo, conocido como «el Cristo». Los disfraces y engaños que empleaba en sus robos alcanzaron fama debido a su gran originalidad. En una ocasión se disfrazó de obispo para robar a un sacerdote, mientras en la puerta del lugar hacía guardia un par de carabineros.
Sabías que…
Con la intención de atajar un problema que se había
hecho endémico, especialmente en Andalucía, Fernando
VII formó un cuerpo de batallones especializados para
luchar contra los bandidos. Estos soldados fueron
conocidos como los «migueletes». Asimismo, durante el
reinado de Isabel II fue creada la Guardia Civil, la cual
tenía entre sus objetivos prioritarios la misión de acabar
con el bandolerismo.
Sabías que…
El relieve montañoso peninsular, propicio para tender emboscadas y ocultarse de los perseguidores, fue una de las razones que favorecieron el crecimiento significativo del bandolerismo y la extensión de las zonas afectadas por él a lo largo del siglo XIX. También influyó en ese proceso la pobreza generalizada de las zonas rurales del interior de la península, de donde salió la mayor parte de los bandoleros, así como la falta de intervención de las autoridades locales. Finalmente, otro factor que se debe tener en cuenta es la guerra de la independencia. Al acabar el conflicto, muchos de los guerrilleros que habían combatido contra los franceses optaron por permanecer en la montaña y se dedicaron al bandidaje. Estos antiguos combatientes conocían a la perfección el oficio, y eran conscientes de los beneficios que reportaba y de las dificultades que su neutralización entrañaba para las fuerzas del orden.
4. LA INDEPENDENCIA DE LA AMÉRICA
HISPANA
4.1. Las causas de la emancipación Diversas son las causas que van a desencadenar el proceso
emancipador o independentista en el Imperio Hispano en América: El malestar de las clases dirigentes criollas. Los criollos, descendientes de
los españoles ya nacidos en América, tenían buena parte del poder económico en las colonias, pero se veían postergados políticamente por los chapetones. Así, la mayoría de los ideólogos de la independencia fueron criollos, destacando Juan Pablo Viscardo (Carta a los españoles americanos) y Francisco de Miranda.
La influencia del pensamiento Ilustrado, tanto de Montesquieu como de Rousseau.
El ejemplo dado por las 13 Colonias inglesas en Norteamérica, que habían proclamado su independencia en 1776, obteniéndola en 1783.
El influjo de la Revolución Francesa de 1789.
El descontento creado entre los criollos por las reformas emprendidas por los Borbones a lo largo del siglo XVIII, sobre todo con Carlos III.
El vacío de poder creado en España en 1808, sobre todo a partir de las abdicaciones de Bayona. Esto fue el hecho que desencadenó el proceso emancipador.
4.2. El proceso de independencia La independencia de la América
hispana se produjo tras un largo conflicto entre 1808 y 1824, pudiéndose dividir en dos fases: 1808-1815. Durante estos años más
que a una guerra colonial lo que se produce es una guerra civil entre americanos, ya que estos se dividen entre su fidelidad a España y la rebelión. En 1808 se formaron, igual que en España, Juntas como las de Buenos Aires, Caracas y Quito. Si en principio defienden los derechos de Fernando VII, pronto se convierten en agentes del independentismo americano, apoyando la separación. Al mismo tiempo, en México se produce una revuelta social contra los españoles liderada por el cura Hidalgo, que se subleva con el “Grito de Dolores”.
4.2. El proceso de independencia
Reunión del
cabildo de
Montevideo en
septiembre de
1808, en la que se
decidió crear una
junta
4.2. El proceso de independencia 1815-1824. Entre 1814 y 1815 los
españoles logran restablecer su autoridad en toda América excepto en Argentina. Desde 1815 se asiste a una guerra colonial abierta, donde los americanos pasan a ser liderados por dos caudillos militares en diversas áreas: en Colombia y Venezuela Simón Bolívar y en Argentina y Chile José San Martín. Pese a la resistencia inicial hispana, los caudillos americanos lograrán ir imponiéndose poco a poco con victorias como las de Maipú en 1816. El golpe de gracia a la resistencia hispana vendrá dado en 1820 por la sublevación del coronel Riego en Cádiz, lo que facilita la labor de los independentistas. Al mismo tiempo, México se separaba de España en 1821 con el Plan Iguala. En 1824 las últimas tropas hispanas en Perú eran derrotadas en Ayacucho y en 1826 caía el último reducto hispano en el continente, el puerto peruano de El Callao. España pasaba a conservar sólo Cuba y Puerto Rico.
4.2. El proceso de independencia
Sabías que…
Simón Bolívar (Caracas,
Venezuela, 1783-San Pedro
Alejandrino, Colombia, 1830),
estadista y militar
sudamericano, llamado «el
Libertador», fue, junto con
San Martín, el gran líder de la
independencia de las colonias
sudamericanas.
Sabías que…
Después de diversas estancias en Europa, y de haber presenciado en París la coronación de Napoleón, que fomentó en Bolívar el ardor revolucionario e independentista, en 1806 volvió a Venezuela y empezó a conspirar para conseguir la independencia. Tras iniciarse el proceso emancipador, coincidiendo con la ocupación francesa de España, Bolívar y el general Miranda consiguieron que finalmente se proclamara en 1811 la independencia de Venezuela.
Sabías que…
A partir de aquel momento,
Bolívar asumió aún más
protagonismo hasta las derrotas
sufridas en 1814, que parecieron
indicar el fin de sus proyectos.
Retirado a Jamaica en 1815, acusó
al federalismo de ser el culpable
del fracaso, y propuso para el
futuro la formación de gobiernos
provisionales autoritarios y la
unión de las distintas repúblicas
latinoamericanas.
Sabías que… Más tarde emprendió nuevas
expediciones, y en 1819 consiguió la unión de Venezuela, Nueva Granada y Quito bajo la forma de república, con el nombre de Colombia. A continuación se encargó de la campaña del Perú, culminada con la batalla de Ayacucho (1824), que marcó prácticamente el final de la presencia española en América del Sur: el Alto Perú se proclamó independiente, adoptando el nombre de República Bolívar (la actual Bolivia). Pero las nuevas repúblicas no lograron la estabilidad deseada. Nombrado dictador de Colombia en 1828, no pudo evitar la secesión de Venezuela y renunció a su cargo en 1830, poco antes de morir.
Recommended