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Artículo publicado en el Anuario 2007 de la Soc. Criadores de Corriedale
MEJORAR LO PROCREOS OVINOS: un objetivo tan posible como impostergable
Gustavo Garibotto Carton1; Gianni Bianchi Olascoaga1 y Victoria Gestido Barone2
Introducción
El rubro ovino en el Uruguay ha sido, desde sus comienzos, sostén fundamental de la economía de
los predios ganaderos e importante pilar de sectores industriales urbanos exportadores, contribuyendo
generosamente al PBI y en la generación de divisas. A lo largo de su historia ha sufrido los embates de
períodos de crisis y aprovechado coyunturas favorables que lo fueron modelando y que -en gran medida-
explican su evolución.
A partir de la década de los ´90 el rubro se vio sumergido en una crisis sin precedentes que llegó a
cuestionar su viabilidad y -por tanto- la propia permanencia en el sector de un número importante de
ganaderos que, por diversas razones (edáficas, económicas, culturales, etc.), encuentran en el ovino su
principal ingreso.
No obstante, no es la primera vez que el rubro se vio amenazado por coyunturas desfavorables que,
al igual que en el pasado, obligan a cambios productivos hasta encontrar un nuevo equilibrio que le de cabida
en el esquema ganadero del país. En la actualidad, el desafío mayor está vinculado con la competencia (y/o
complementación) exitosa de los ovinos con otros rubros: ganadería vacuna, cultivos (que no incluyen
rotación con pasturas) y forestación. En este contexto, y entre otros agentes, el sistema nacional de
generación y transferencia de tecnología juega un rol preponderante en dicha evolución con la búsqueda y
difusión de alternativas tecnológicas que hagan viable la explotación comercial de la especie ovina.
Importancia de los procreos
La posibilidad de mejorar los procreos ovinos tiene una larga y sólidamente fundamentada lista de
argumentos, que van desde las propias características de la especie ovina, hasta la disponibilidad de
conocimientos y tecnologías (muchas de ellas generadas en el país) sobre los principales aspectos de la
fisiología reproductiva, la nutrición, el manejo, la mejora genética y la sanidad de los ovinos. Este conjunto de
conocimientos ha permitido alcanzar, y superar, valores del 100% de señalada en sistemas experimentales y
reales de producción. Sin embargo, y más allá de fluctuaciones anuales, el porcentaje de señalada de la
majadas uruguayas, lejos de mostrar signos de recuperación, se ha mantenido constante durante las últimas
décadas, siendo necesario prácticamente encarnerar dos ovejas para obtener un cordero vivo en la señalada.
Esta situación, preocupante por sí misma, se ve agravada por dos factores fundamentales. Por un
lado, el descenso ocurrido en el stock y su efecto en el número de vientres encarnerados y, por otro lado el
aumento de la extracción al influjo de la orientación más “carnicera” que parece haber llegado al país para
quedarse definitivamente. Ambos elementos, sumados a la tonificación de los precios internacionales de la
lana, fundamentan la imperiosa necesidad de elevar los indicadores reproductivos como forma de capitalizar
la coyuntura favorable y devolverle protagonismo al rubro.
1 Ingenieros Agrónomos. Depto de Producción Animal y Pasturas. EEMAC.
2 Bach. Ayudante de Investigación. Depto de Producción Animal y Pasturas. EEMAC
Nutrición y genética
Nadie discute que para que un alto mérito genético se exprese requiere de una adecuada
alimentación, ni que una adecuada alimentación (en general costosa) es mejor capitalizada por una buena
genética. Los matices pueden comenzar cuando se intenta cuantificar ese potencial genético, definir esa
buena alimentación o asignar a cuál de esos factores obedece un determinado resultado.
En ese sentido, cuando se habla del potencial genético de la raza mayoritaria del país, suele caerse
en la generalización de asumir la existencia de un único potencial o, lo que es lo mismo, que una mejora del
ambiente tendrá un efecto único y similar siempre que se trate de ovejas Corriedale. La realidad, sin
embargo, pocas veces refrenda esta afirmación, aunque no siempre es posible observar este hecho a nivel
de productor.
El objetivo de esta nota es poner en evidencia esa situación en base a los resultados reproductivos
obtenidos en la majada EEMAC (n=519) en el ejercicio 2006 con ovejas y borregas Corriedale puras (n=341)
y cruza Milchschaf x Corriedale (n=42); Île de France x Corriedale (n=34); Texel x Corriedale (n=33); Dohne
Merino x Corriedale (n=30) y Poll Dorset x Corriedale (n=39). Conviene señalar que las 341 ovejas Corriedale
puras se componen por 146 hembras de la majada Corriedale experimental de la EEMAC y 195 hembras
(majada Corriedale comercial) recibidas en febrero de ese año en el marco del Convenio entre la EEMAC y la
Sociedad de Criadores de Texel. En efecto, con el propósito de realizar una adecuada evaluación de los
reproductores Texel, fue necesario aumentar la matriz Corriedale de la Estación, para lo cual se contó con la
colaboración de la Sociedad de Criadores de Corriedale en la persona del Dr. Emilio Mangarelli
(Establecimiento “Selva Negra”) quien aportó las hembras necesarias. Las ovejas llegaron a la EEMAC a
principios de marzo, momento a partir del cual fueron manejadas en conjunto con la majada de la Estación
(flushing pre-encarnerada). En el Cuadro 1 se resumen los principales aspectos del manejo nutricional de la
majada desde la encarnerada hasta el embarque de los corderos.
Cuadro 1. Manejo nutricional: base forrajera y carga promedio.
Mes Evento Base forrajera Carga (animales/ha)
Mar – Abr Flushing y encarnerada TR y Achicoria; TB, Lotus y
Raigrás 5- 6 ovejas
May –Jun Gestación temprana y
media Avena y campo natural 10 ovejas
Jul – Ago Pre-parto y parto Avena, raigrás, praderas
viejas, CNM y CN 5-6 ovejas
Set –Dic Lactancia y destete Lotus y Raigrás; TR y
Achicoria y TB 10 ovejas con sus corderos
Ene -Mar Recría/engorde Lotus y TB;TR y Achicoria;
Soja 30 y 48 corderos
Como se observa, excepto durante las primeras etapas de gestación, la majada fue manejada sobre
diversos tipos de mejoramientos forrajeros con cargas medias a altas. Esta alimentación preferencial es la
que permitió llegar con pesos vivos a la encarnerada –promedio de ovejas puras y cruza- de 60 kg.
Obviamente, este peso fue consecuencia simultánea de la alimentación y del biotipo. Las hembras más
pesadas fueron las cruza Poll Dorset (74,4 kg) e Île de France (72,1 kg) y las más livianas las Corriedale
puras (54,2 kg).
Sin embargo, es interesante señalar cómo –a pesar de que todas las hembras recibieron el mismo
manejo- las ovejas Corriedale de la majada comercial pesaban 13 kg menos que sus similares de la majada
experimental (48,6 vs 61,6 kg; ovejas Corriedale puras comercial y experimental, respectivamente). Si bien no
es posible inferir si la diferencia es genética, ambiental o una combinación de ambas, el hecho es que ovejas
de una misma raza, que recibieron el mismo manejo nutricional presentaron pesos vivos muy disímiles a la
encarnerada, diferencia que se mantuvo también en la post encarnerada. De todas formas, sin perjuicio de
las eventuales diferencias genéticas entre ambas majadas, no caben dudas que la alimentación jugó un papel
relevante. En ese sentido, si bien es cierto que todas las ovejas recibieron la misma alimentación durante el
período de evaluación, no es menos cierto que muy seguramente provienen de “historias nutricionales”
diferentes. Que las ovejas de la majada experimental hayan recibido desde su nacimiento (y aun antes) un
status nutricional muy superior al que reciben en promedio las ovejas en el país, puede ser un elemento
adicional en la explicación de los resultados. Cualquiera sea la causa –y en la medida que el peso vivo a la
encarnerada es una variable de importancia en la explicación del desempeño reproductivo- resulta claro el
potencial de mejora de la raza Corriedale.
En el Cuadro 2 se presentan los componentes del desempeño reproductivo obtenidos en el año 2006.
Además de presentar el desempeño del conjunto de ovejas encarneradas en ese año (Columna “TODAS”),
se presenta por separado el desempeño del Corriedale comercial, del experimental y de las ovejas cruza. En
este último caso, dado el bajo número relativo y/o edad de algunos de los biotipos, se optó por presentar un
promedio ponderado para el conjunto de las hembras cruza.
Cuadro 2. Desempeño reproductivo de la majada de la EEMAC (año 2006)
Considerando la información de toda la majada, y tal cual fuera mencionado al comienzo de este
trabajo, es posible obtener valores de señalada cercanos al 100% cuando a la especie se le brindan las
Corriedale Majada TODAS
(%) Comercial (n= 195)
Experimental (n= 146)
Cruza (n = 178)
(n= 519)
Fertilidad 74 92 84 83
Prolificidad (únicos, mellizos y
trillizos)
124 (77, 22 y 1)
143 (60, 36 y 4)
158 (48, 45 y 7)
142 (61, 35 y 4)
Parición 92 132 134 118
Supervivencia 88 84 81 84 Señalada 81 111 108 99 Destete 78 108 106 96 Distocia 5 6 7 6
Fertilidad
Oveja Parida
Oveja Encarnerada
Prolificidad
Cordero Nacido
Oveja Parida
Parición
Cordero Nacido
Oveja Encarnerada
=
X
Parición
Cordero Nacido
Oveja Encarnerada
Señalada
Cordero Vivo
Oveja Encarnerada
=
Supervivencia
Cordero vivo
Cordero Nacido
X
condiciones ambientales para expresar su potencial reproductivo. De hecho, la señalada del año 2006 estuvo
más de 30 puntos porcentuales por encima del promedio histórico nacional (67 – 70%). No obstante, la
señalada promedio de la EEMAC esconde diferencias considerables producto del biotipo y origen de los
animales. La majada Corriedale comercial, si bien también mostró valores de señalada superiores a los del
promedio nacional, estuvo 30 puntos porcentuales por debajo de los de la majada Corriedale experimental y
cruza (81 vs 111 y 108%, majada Corriedale comercial vs Corriedale experimental y promedio de cruzas,
respectivamente). Nuevamente, no es posible discernir a qué se debe la diferencia entre ambas majadas
puras, pero resulta revelador que la señalada de la majada Corriedale experimental no difirió de la del
promedio de las cruza. Este hecho tiene la doble lectura de, por un lado, poner de manifiesto el potencial
reproductivo del Corriedale y, por otro lado, de ser un llamado de atención ante propuestas indiscriminadas
de cruzamientos maternales (hembras F1): no necesariamente el cruzamiento dará un mejor resultado. El
éxito dependerá –en primer término- de la correcta elección del biotipo paterno para la generación de la
hembra cruza. De hecho, en este caso, únicamente las ovejas cruza Milchschaf mostraron una señalada
(127%) significativamente superior a la del Corriedale experimental, en concordancia con resultados
anteriores de este Grupo de Trabajo.
Otro elemento de incidencia en el resultado final de cualquier empresa ovina es constituido por el
porcentaje de corderos destetados, en tanto representa la culminación del proceso de cría comenzado con la
encarnerada varios meses antes. Resulta sorprendente cómo -a pesar de la importancia de este indicador-
generalmente no es manejado por los productores. No obstante, estimaciones realizadas a partir de datos
censales y declaraciones juradas permiten afirmar la existencia de cuantiosas pérdidas productivas entre la
señalada y el destete (o el embarque). Probablemente, en el sistema extensivo de producción predominante
esté el origen de estas pérdidas y -en gran medida- resida también la explicación de la dificultad de su
adecuada cuantificación. Pero que las pérdidas no estén cuantificadas no significa que éstas no sobrevengan.
Sin embargo, no es imperioso que deban acontecer, tal cual surge de la información presentada en el Cuadro
1 para cualquiera de los biotipos y orígenes reportados cuando se les brindaron las condiciones ambientales
adecuadas
Contrariamente a lo que aún sostienen algunos productores, cabe destacar la importancia de la
prolificidad (corderos nacidos/oveja parida) en la explicación del resultado reproductivo. Ello pone de relieve
la importancia que tiene la oveja mellicera si se pretenden mejorar los procreos ovinos: la única forma de
obtener señaladas cercanas o superiores al 100 % es teniendo una proporción importante de hembras que
paran mellizos. En la información presentada, mientras que en la majada Corriedale comercial el 23% de los
partos fueron múltiples, en el Corriedale experimental casi el doble de los partos fueron múltiples (40%). La
importancia de los partos múltiples (mellizos, fundamentalmente) radica, por un lado, en que rara vez la
mortandad de los mellizos es igual -o superior- al doble de la de los únicos (circunstancia en la que se
“empataría”) y, por otro lado, en que el crecimiento de los corderos múltiples es apenas inferior que el de un
cordero único (Cuadro 3).
Cuadro 3. Efecto del tipo de nacimiento sobre el desempeño de corderos Corriedale y cruza.
Únicos (n = 264)
Mellizos (n = 298)
Trillizos (n = 48)
Peso al nacer (kg)1 5,3a 4,7b 4,2c
Mortalidad (%) 15b 16b 38a Ganancia diaria al destete (g/día)
2 330a 286b 299b
Peso vivo al destete (kg)2 38,0a 33,2b 34,0b
1: Media de mínimos cuadrados corregida por genotipo paterno, materno y sexo del cordero.
2: Media de mínimos cuadrados corregida por genotipo paterno y materno, sexo y edad del cordero
Letras distintas dentro de fila difieren estadísticamente (p≤0,01).
Como es sabido, la herramienta más importante para reducir la principal causa de muerte neonatal de
corderos (que es la conjunción de hambre y frío, por lo que se la denomina complejo inanición – exposición),
es que nazcan con un peso vivo adecuado, en tanto ha sido claramente establecido que por debajo de los 3,5
kg la mortalidad se incrementa de manera exponencial. De la misma forma, un excesivo peso al nacer está
asociado a un incremento en la frecuencia de partos distócicos, que no sólo comprometen la vida del cordero
sino también la de la madre. Por esa razón, es conveniente referirse a un rango óptimo de peso al nacer, que
puede ser ubicado entre los 3,5 y 5,5 kg de peso vivo. En la información presentada, si bien existen
diferencias estadísticas en el peso al nacer de corderos únicos, mellizos y trillizos, éstas no revisten
importancia productiva por encontrarse dentro del rango “óptimo”. Prueba de ello, son los bajos valores de
mortandad reportados para corderos únicos, mellizos y aun para los trillizos. No obstante, dado el bajo
número de animales en esta categoría, la información debe ser manejada con precaución, sobre todo si se
toma en consideración que en los partos trillizos, además del peso al nacer, existen otros factores
determinantes de la supervivencia del cordero vinculados con aspectos de manejo y de comportamiento
materno.
Como fue mencionado, para que no convinieran partos con mellizos la mortalidad de éstos debería
ser superior al doble de la registrada en los partos simples. Recién a partir de ese “punto de equilibrio” el
mayor número de corderos nacidos mellizos no podría compensar esa mayor mortalidad. Afortunadamente,
aun en condiciones extensivas sobre campo natural, rara vez se registran diferencias tan importantes en la
mortalidad de corderos únicos y mellizos. Las pérdidas potenciales en esos casos obedecen más a una baja
proporción de partos múltiples que a una elevada mortandad de corderos mellizos. Si la mortandad entre
únicos y mellizos es similar, como ocurrió en el ejercicio evaluado, aunque resulta obvio, equivale a decir que
cada oveja de parto múltiple habrá dejado el doble de corderos (o el triple) que aquella de parto simple.
Por otro lado, si bien es cierto que corderos nacidos de parto múltiple tendrán al destete un menor
peso vivo que sus similares nacidos únicos –producto de la menor ganancia diaria que manifiestan- los
quilogramos totales de cordero destetado por madres de parto múltiple supera con creces al de aquellas con
parto simple (38,0 vs 66,4 kg de cordero destetado, ovejas de parto único y mellizo, respectivamente, Cuadro
3).
La producción eficiente de carne ovina descansa en 2 pilares básicos: número de corderos y
crecimiento de los mismos. Simplificando un poco, se trata de producir muchos corderos y que éstos ganen
muchos quilos en poco tiempo con el menor costo posible. En relación con el primer punto, la información
discutida señala claramente las posibilidades de mejora de los coeficientes reproductivos nacionales y pone
de manifiesto el enorme potencial de la raza mayoritaria del país. Sobre el segundo componente, y desde una
óptica netamente carnicera, interesa conocer la contribución de los diversos biotipos maternos como madres
en sistemas de cruzamiento terminal. En el Cuadro 4 se presenta el desempeño de corderos cruza (Texel,
Poll Dorset y Southdown) hijos de madres Corriedale puras o híbridas.
Cuadro 4. Desempeño de corderos cruza (Texel, Poll Dorset y Southdown), según biotipo materno
1: Media de mínimos cuadrados corregida por genotipo paterno, carnero (raza paterna), tipo de parto y sexo del cordero.
2: Media de mínimos cuadrados corregida por genotipo paterno, carnero (raza paterna), tipo de parto, edad y sexo del cordero.
Letras distintas dentro de fila difieren estadísticamente (p≤0,001).
Corriedale Majada Comercial Experimental Cruza
Peso al nacer (kg)1 4,3b 4,8a 4,8a
Ganancia diaria al destete (g/día)2 274b 299a 309a
Peso vivo al destete (kg)2 31,6b 34,9a 35,5a
Al igual que lo discutido en relación con el tipo de parto, si bien existen diferencias en el peso al nacer
en la descendencia de las diferentes madres evaluadas, éstas carecen de implicancias prácticas por estar
dentro del rango referido como “óptimo”. Esto es: no vivirá (o morirá) más un cordero por pesar 4,3 kg en
lugar de 4,8 kg. Por su parte, juzgados en conjunto, los valores de ganancia diaria y de peso vivo al destete
son considerablemente superiores a los comúnmente registrados en condiciones comerciales, máxime si se
considera que le destete ocurrió con 99 15 días de edad promedio. Nótese que en el peor de los casos, con
poco más de 3 meses de edad, el promedio de la “corderada” está por encima de los 30 kg de peso vivo,
haciendo muy fácil (y rápido) alcanzar los requisitos del operativo cordero pesado.
Pero también es importante detacar en este apartado que el hecho de que la madre sea cruza no
necesariamente significa un incremento en la velocidad de crecimiento o el peso vivo al destete de su
descendencia. En efecto, y en forma análoga a lo discutido con relación al desempeño reproductivo, una
oveja Corriedale pura puede destetar corderos de peso vivo igual (o superior) al de una hembra cruza. Con
esto se quiere significar que los beneficios de una madre F1 no serán por el sólo hecho de ser una F1, sino
que dependerá de la correcta combinación de los genotipos que la compongan.
Consideraciones finales
La raza Corriedale en el Uruguay es responsable de la mayor parte de la lana y de la carne de
cordero exportadas, situación que seguramente se mantendrá, al menos, en el mediano plazo. Por esa razón,
y ante un escenario en el que parecen predominar más amenazas que oportunidades para el rubro, recae
sobre la raza la gran responsabilidad de liderar el proceso de reconstitución de la ovinocultura nacional. De lo
apropiado de las decisiones tomadas dependerá en gran medida el futuro de la especie en el país.
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