Novela de la Revolución Mexicana

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NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Merced a la Revolución Mexicana, el país sufrió cambios políticos y económicos. En la literatura, música y pintura dejó huellas profundas de su intensidad.

Se entiende por novela de la Revolución Mexicana el conjunto de obras narrativas, de una extensión mayor a los cuentos populares, inspiradas en las acciones militares y populares, así como en los cambios políticos y sociales que trajeron consigo los diversos movimientos (pacíficos y violentos) de la Revolución Mexicana.

Algunas de las características más importantes que pueden encontrarse dentro del género son: Retrata las crónicas mexicanas

durante los sucesos históricos que acontecían.

Refleja cierta burla o ironía hacia el movimiento revolucionario.

Muestra el aspecto bélico de la revolución.

Hace constar las “desviaciones” que sin pausa y con prisa fueron desvirtuando el movimiento.

Son testimonios de personas que intervinieron directamente en el conflicto como soldados, secretarios o consejeros.

Generalmente, en sus narraciones los autores no se permiten el menor asomo de sentimentalismo.

Emplea un lenguaje coloquial. Presta especial interés a las figuras de Pancho

Villa y Emiliano Zapata. Pone atención a las vidas de los campesinos, y

en sentido más amplio, al indígena mexicano. Se advierte un marcado dejo de tristeza en

sus historias.

El género adopta diferentes formas…

El relato episódico que sigue la figura central de un caudillo.

La narración cuyo protagonista es el pueblo.

Otras veces, se prefiere la perspectiva autobiográfica.

Con menos frecuencia, hay relatos objetivos o testimoniales.

Según el ensayo de Seymour Menton: "La estructura épica de Los de abajo y un prólogo especulativo“, se presentan a los novelistas de la Revolución de acuerdo la edad que tenían cuando ocurrió el movimiento…

La generación creadora.

Incluye a los nacidos entre 1873 y 1890. Pasaron su infancia durante la dictadura pacífica y próspera de Porfirio Díaz, se entusiasmaron con los ideales de Francisco I. Madero y aplaudieron la caída del dictador.

Mariano Azuela, Los de abajo, Tribulaciones de una familia decente, La luciérnaga, El camarada Pantoja, Nueva burguesía, etc.

José Vasconcelos, Ulises Criollo, Los de Arriba en la Revolución.

Martín Luis Guzmán, El águila y la serpiente, La sombra del caudillo, Memorias de Pancho Villa.

José Rubén Romero, Mi caballo, mi perro y mi rifle, La vida inútil de Pito Pérez.

La segunda generación.

Nacidos entre 1891 y 1902, eran niños o adolescentes cuando comenzó el conflicto. Sus estudios fueron interrumpidos por la guerra y se formaron en los campos de batalla. Se identifican plenamente con la Revolución.

En esta etapa, López y Fuentes pasa del relato revolucionario a analizar el problema del indio. Y las obras de Mancisidor reflejan su ideología de izquierda.

Francisco L. Urquizo, Tropa Vieja, Fui soldado de levita, Memorias de campaña.

Gregorio López y Fuentes, Campamento, Tierra, Mi general, Indio.

Rafael F. Muñoz, ¡Vámonos con Pancho Villa!, Si me han de matar mañana..., Se llevaron el cañón para Bachimba.

José Mancisidor, La asonada, La ciudad roja.

Francisco Rojas González, La negra Angustias, El diosero.

Nellie Campobello, Cartucho, Apuntes sobre la vida militar de Francisco Villa.

Tercera generación.

Sus integrantes nacieron entre 1904 y 1914 y antes de llegar a la adolescencia la acción armada del conflicto ya había terminado.

Dice Menton que "con una técnica experimental y con un punto de vista más intelectual lograron colocar la Revolución Mexicana dentro de su perspectiva histórica".

Mauricio Magdaleno, El resplandor, La Tierra Grande, Cabello de Elote.

José Revueltas, El luto humano, Los errores, Los muros de agua.

Agustín Yáñez, Al filo del agua, Las tierras flacas, Oaxaca.

Cuarta generación.

Esta generación, formada por Rulfo y Arreola, constituye la excepción. Ni por su estilo ni por sus temáticas son escritores de la Revolución: ambos nacieron en 1918 en Jalisco, vivieron la guerra cristera, de 1926 a 1928, y el periodo de exaltación nacionalista de los primeros gobiernos revolucionarios

Juan Rulfo, Pedro Páramo, El llano en llamas, El gallo de oro.

Juan José Arreola, Confabulario, Tres días y un cenicero, La feria.

La última generación: los críticos de la sociedad.La forman escritores, nacidos entre 1925 y 1935, que ya no se sienten obligados a justificar la Revolución, en cambio, señalan los abusos y las injusticias de una sociedad engendrada por el movimiento.

Se dice que estos escritores ya no pertenecen a la corriente de la novela de la Revolución, sin embargo, algunas de sus obras se enfocan en temas posrevolucionarios como la protesta social o el indigenismo.

Rosario Castellanos, Oficio de tinieblas.

Carlos Fuentes, La muerte de Artemio Cruz, La región mas transparente.

Tomás Mojarro, Bramadero.

Vicente Leñero, Los albañiles.

Fernando del Paso, José Trigo.

Fuentes de información: BRUCE-NOVOA, Juan. La novela de la Revolución Mexicana: la

topología del final. Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. (2016). Recuperado de: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/hispania--12/html/p0000004.htm

“Profesora B”. Características de la Novela de la Revolución. El cafecito de la tarde. (2016). Recuperado de: http://elcafecitodelatarde.blogspot.mx/2013/03/caracteristicas-de-la-novela-de-la_25.html

GONZÁLEZ AGUILAR, Héctor. Novelistas de la Revolución Mexicana y sus obras. Suite 101. (2016). Recuperado de: http://suite101.net/article/novelistas-de-la-revolucion-mexicana-y-sus-obras-a31119#.Vv1bVeLhDIW

Novela de la Revolución. Enciclopedia de la Literatura en México. (2016). Recuperado de: http://www.elem.mx/estgrp/datos/49

Elaborado por:

Cruz Escorcia Sheila. García González Fabián Eduardo.Alumnos de la Escuela Nacional Preparatoria N. 5 “José Vasconcelos” (UNAM). Para Literatura Mexicana e Iberoamericana, profesora Rangel Mondragón Rosa María.