Pedantes, gramáticos y dómines

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Desde Aristófanes y Plauto, los maestros vienen configurando, bien a su pesar, una historia tragicómica donde, a menudo, su figura aparece ridiculizada con rasgos carnavalescos. Esta situación no ha variado mucho a lo largo de los siglos, y más bien parece una constante. Queremos ofrecer en esta contribución una pequeña historia de la comicidad, en clave carnavalesca, que aparece a lo largo de la historia de la literatura española en los retratos y recuerdos de los profesores de latín. Desde maestros locos que hablan en latín a los gallos (Vicente Espinel) hasta profesores que reciben motes de prostitutas, como “Enriqueta la colorada” (Rafael Alberti), el catálogo que recorreremos nos hará ver el lado sarcástico de una figura docente que ha configurado un imaginario propio y vivo hasta nuestros días.

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Pedantes, gramáticos y

dómines. Cuando nos reímos de nuestros maestros

Prof. Dr. Francisco García Jurado

Montaigne y los pedantes

“De la pedantería” (“Du pedantisme”, I, XXV):

Recuerdo que en mi infancia me desagradaba ver siempre en las comedias italianas un pedante chocarrero, y hallar que el sobrenombre de maestro no tenía mejor significado entre nosotros.

Pietro Aretino y los pedantes

El caballerizo (Il marescalco) (1533) de Pietro Aretino (Acto I. Escena IX):

Pedante.- Bona dies. Quid agitis, magister mi?

Caballerizo.- Perdonadme, maestro, que no os haya visto. Estoy fuera de mí.

Pedante.- Sis laetus.Caballerizo.- Hablad en cristiano,

os lo ruego, que no estoy para pensar en vuestras astrologías.

Erasmo de Rótterdam y los gramáticos

(Laus XLIX):(…) siempre famélicos y zarrapastrosos en aquellas escuelas suyas –en sus escuelas, he dicho, pero mejor hubiera sido decir en sus pensatorios, en sus ergástulos o en sus cámaras de tortura-, metidos entre rebaños de niños, envejecen por los esfuerzos, ensordecen a causa del griterío, se consumen entre el hedor y la suciedad.

Rabelais y los maestros

Luego le leyó el Donat, el Facet, el Théodoloet y el In Parabolis de Alanus, que eran los cuatro libros rudimentarios de las escuelas medievales; y en ello empleó trece años con seis meses y dos semanas (cap. XIV)

Bárbaros y tétricos

“Destrorsum heus sinistrorsum”, y desenvainando su alfanje de oro de cedazo, descolorido todo el rostro, iba con tanta furia contra el gallo como si fuera contra Morato Arraez diciendo a grandes voces: “Non te peto, piscem peto, cur me fugis, galle?” De la cual pedantería él quedó muy ufano y contento, y los que lo oyeron llenos de risa y burla. Yo me llegué, y le dije: “Mire, señor Licenciado, que por tener poca memoria los gallos, se les olvida el latín”. (Vicente Espinel)

La sordidez y el dómine

Era éste un hombre alto, derecho, seco cejijunto y populoso; de ojos hundidos, nariz adunca y prolongada, barba negra, voz sonora, grave, pausada y ponderativa; furioso tabaquista, y perpetuamente aforrado en un tabardo talar de paño pardo, con uno entre becoquín y casquete de cuero rayado, que en su primitiva fundación, había sido negro, pero ya era del mismo color que el tabardo. (Francisco José de Isla, Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas alias Zotes)

El pedante y el figurón

(…) es tan necio, como vano, y en el uso de las letrasincapaz, pues ha seis años, que estudiando se desvela,y ni aun Gramática sabe.(Diego de Cañizares, El

dómine Lucas)

Los motes

• -por la materia que se imparte (“Varrón” en Vives, “Don Gerundio” en Isla)

• -por la deformación del nombre propio (“Janotus” a partir de “Jano” en Rabelais)

• -por el aspecto físico (“Zancas-Largas” en Isla)

• -por algún defecto, tic o manía (“Cojo de Villaornate” en Isla)

-por la materia que se imparte (“Setis” en García Pavón)

-por la deformación del nombre propio (“Lanchetas” en Corpus Barga)

-por el aspecto físico (“Mur” en Pérez de Ayala, “Don Rodriguín” en Galdós, “Enriqueta la colorada” en Alberti)

-por algún defecto, tic o manía (“Chaveta” en Sender)

Conclusiones

Disfraces del maestro:

-Como dómine avaro y sórdido-Como figurón, o pedante fanfarrón

Sobrenombres, a la manera de máscaras

Pero, ¿quiénes son hoy los nuevos avaros y figurones?

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