Presenta uno aprende

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Uno, el maestro, aprende

Uno aprende a que ellos, los niños aprenden de uno, los maestros.Y uno aprende a que ellos, los niños aprenden lo que uno es…

Aprende uno también a que ellos aprenden a ver la

vida como uno la ve…Y aprenden incluso a que la vida no es fácil, a pesar

de que uno, su maestro la hace ver fácil.

Uno aprende que el niño aprende de la frustración y el fracaso.Y también aprenden ellos, los niños, que el éxito es la fuerza de la voluntad y el tesón al emprender un camino.

Y aprenden a que cada uno tiene algo que hacer en este mundo, una capacidad unos talentos que saldrán a luz como el oro en las vetas de los socavones.

Y aprenden incluso a que el

sufrimiento, la angustia, la tristeza el llanto y las dificultades no son el fin sino el comienzo de una mañana llena de

esperanza.

Aprenden a aprender

de todos; del ruin, del

falso, del mendigo, del

ciudadano, del noble,

del sabio, del insensato,

del trabajador y del

infeliz.

Aprenden a que la guerra no es más que la expresión del instinto animal que debemos vencer en cada uno.

Aprenden los niños a que el juego no es más que la mejor expresión del instinto fraternal que debemos cultivar en cada uno.

Y uno, el maestro aprende que nuestra labor es el mejor símil de lo que hizo hace más de dos mil años el hijo del carpintero de Belén.

Y aprende uno que los niños

aprenden del hoy sin mirar el

pasado y sabiendo esperar el

mañana.

Aprenden los niños que mamá y papá no son palabras agudas, sino sentimientos, afectos, actos, protección, alimento, calor y a veces… soledad.

Aprende uno que los niños aprenden que

los números son símbolos que

representan aquello que quieren algún

día tener o algún día no poseer.

Aprende uno que los niños aprenden que la belleza de la flor es efímera como es la belleza.Aprenden también que el pájaro no es un animal vertebrado que vuela sino un mensaje de que Dios nos ha regalado un nuevo día.

Aprende uno que los niños aprenden a que la paz está donde cada uno de nosotros decidamos que está.Y uno aprende que el niño aprende a decir gracias cuando lo han mirado a los ojos, lo han visto a los ojos, lo han reconocido… lo han amado.

Y entonces uno enseñando, aprende de los niños,

razón por la cual la labor de enseñar a través del

tiempo se convierte en el más bello y sutil

engaño; el que debe aprender termina enseñando

y quien debe enseñar termina aprendiendo.

Por eso uno, el maestro tiene una tarea más que hacer cuando llega a la escuela, aprender de

aquellos niños…

GraciasY…¡ aprendamos de los niños !

Autor: Jaime García Arbeláez

Fotos tomadas de https://www.google.com.co