Tema 13

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TEMA 13. LAS DESIGUALDADES EN LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA

INDUSTRIA ESPAÑOLA

La característica más destacada de la distribución espacial de la industria española es el acusado desequilibrio existente entre los diferentes territorios.

España presenta una periferia industrializada, especialmente en el cuadrante del noreste, y una amplia área interior que es casi un desierto industrial en el que destacan algunos enclaves fabriles (Valladolid).

Estos desequilibrios retroalimentan otro tipos de desequilibrios como los demográficos, las infraestructuras, los equipamientos, el nivel de renta, el peso político... de las distintas regiones, al ser las actividades industriales uno de los factores que influyen en mayor medida en la organización del territorio

Aunque la población activa ha ido descendiendo desde 1975, debido a la terciarización de la economía española, el debilitamiento relativo de la aportación al PIB y al empleo del sector secundario no impide constatar varios hechos: el crecimiento de su producción, la vitalidad exportadora y el hecho de que este sector cimenta las bases que homologan a España con los países industriales.

En el año 2011 el sector industrial aporta el 28,4% del PIB español, pero sólo la construcción supone un 11,5%. Y el porcentaje de población activa se sitúa en el 21,4%, el 7,2% en la construcción.

La industrialización de un territorio está condicionada por una serie de factores que pueden clasificarse en:

-Naturales: materias primas y fuentes de energía.

  -Humanos: económicos, técnicos y

políticos.

Factores Naturales En España los yacimientos de minerales se encuentran

en el zócalo herciniano y en el reborde de las cordilleras; es decir, en el Macizo Galaico, en el sur de la Cordillera Cantábrica, en las penillanuras salmantinas y extremeñas, en los sistemas Ibérico y Bético y puntos como Cartagena o Baleares

Factores Naturales El desarrollo de la industria ligada a

las materias primas minerales es claro en lugares como Asturias, El Bierzo, Vizcaya, Alicante… Respecto a las materias primas vegetales y animales también encontramos relación con la industria. Harineras y azucareras en la Meseta, conserveras en La Rioja, Navarra y Murcia, industrias lácteas en Asturias y Galicia, etc

Factores Naturales Las fuentes de energía también están

ligadas a la localización industrial. El carbón ha condicionado la localización de la siderometalurgia en la cornisa cantábrica, las petroquímicas en áreas litorales como Tarragona, Cartagena, Algeciras, La Coruña… Las energías renovables o alternativas permiten una mayor dispersión en su localización

Los factores humanos De entre los factores humanos son los políticos

los que mayor poder determinante han tenido en los últimos años. En 1959 el gobierno de Franco inició el Plan de Estabilización económica y los siguientes Planes de Desarrollo que crearon los polos de Desarrollo y los polos de Promoción

Los polos de Desarrollo estaban orientados a desarrollar una

zona con tradición industrial, pero necesitada de impulso

Los polos de Promoción a promocionar un área sin tradición industrial. La consecuencia de esta política industrial fue

la consolidación de los desequilibrios entre campo-ciudad y regiones industrializadas y no industrializadas.

Los factores humanos La crisis de 1973 se empieza a notar en

1975 y no será hasta 1981 cuando se aborde una clara política industrial. A través de una serie de decretos se puso en marcha la “Reconversión industrial”, que se preveía que finalizase en 1986, aunque las empresas podían seguir recibiendo dinero hasta 1990.

Los factores humanos Los cambios introducidos por la

reorganización industrial y la revolución tecnológica que acompañó a la crisis industrial de los setenta han modificado la importancia de los factores de localización industrial. En la actualidad, ya no tienen tanto peso la proximidad a los recursos naturales (por el abaratamiento de los transportes de materias primas y la facilidad para el transporte de electricidad y gas natural) o la existencia de grandes mercados locales (priman los mercados globales).

En su lugar, adquieren importancia el acceso a la innovación y a la información, así como la disponibilidad de buenas infraestructuras de transporte (accesibilidad) y la presencia de mano de obra cualificada y el apoyo de los agentes sociales.

Estos nuevos factores de localización industrial han influido en las tendencias actuales de ubicación de la actividad industrial, produciéndose dos procesos antagónicos, pero simultáneos:

Por una parte, se produce un importante fenómeno de difusión de las actividades productivas tradicionales hacia los espacios periféricos (periferias metropolitanas, medio rural, etc.),

Debido a las deseconomías de congestión (encarecimiento del suelo y de la mano de obra, deterioro del medio ambiente...) y a que las mejoras tecnológicas permiten la descentralización de los procesos productivos.

El resultado es el traslado de industrias y empleos desde las grandes ciudades centrales hacia sus periferias, con especial preferencia por los principales ejes de comunicación.

Y por otra, se mantiene el proceso de concentración en las “áreas centrales” (las grandes aglomeraciones urbano- industriales) de los sectores nuevos (industrias punta) y de las actividades estratégicas (sedes sociales y funciones de dirección y gestión de las empresas).

Áreas industriales desarrolladas Los principales centros de la industria

española están constituidos por Madrid y Barcelona. Se caracterizan por su alta densidad industrial —que alcanza a veces niveles de saturación, y se expande por las principales carreteras, formando corredores industriales, su diversificación sectorial y por disponer de una gran dotación de transportes y comunicaciones, que las dan mayor accesibilidad y las hacen muy atractivas para las nuevas instalaciones industriales

Su evolución reciente está marcada por tendencias contrapuestas: 

Por una parte, han perdido tejido industrial por la reconversión de los sectores industriales maduros y el desplazamiento de la actividad productiva hacia espacios periféricos situados en sus márgenes, con la desaparición de numerosos establecimientos y empleos industriales

Pero por otra, han experimentado una revitalización industrial, debida a la implantación de los sectores de alta tecnología y de las sedes sociales de las grandes empresas nacionales y multinacionales, atraídas por las ventajas de su centralidad.

Se trata de actividades que generan mayor valor añadido, tienen mercados en expansión y empleos más cualificados y mejor remunerados. Ello ha favorecido una creciente terciarización de su industria, aumentando las ocupaciones relacionadas con tareas anteriores y posteriores a la producción (gestión, diseño, investigación, comercialización, servicios posventa...).

 

Este proceso ha supuesto la transformación del paisaje industrial, con la progresiva sustitución de la gran fábrica por nuevas construcciones para actividades terciarias (parques empresariales, oficinas) o residenciales, en muchos casos de gran calidad.

Madrid Por provincias ocupa un lugar

hegemónico en el panorama industrial español. Los factores que lo han hecho posible son: la centralidad política y administrativa (capitalidad), la acumulación de capitales externos, su importancia demográfica como mercado de trabajo y de consumo, el ser el principal nudo de comunicaciones del país y la existencia de centros de investigación e innovación tecnológica

MADRID Cuenta con una compleja industria muy

diversificada, esencialmente de carácter ligero: automóviles, maquinaria, electrodomésticos y aparatos eléctricos, química (farmacéutica), confección, alimentaria...

MADRID Los sectores de menor complejidad

tecnológica (metalurgia básica, madera y mueble, textil, confección, papel y artes gráficas) se extienden por la zona sur del área metropolitana (Villaverde, Getafe, Leganés, Alcorcón, Parla, Pinto, Fuenlabrada y Móstoles), con expansión hacia Toledo y Guadalajara.

Madrid Por el contrario, en las zonas norte

(Alcobendas, San Sebastián de los Reyes, Tres Cantos) y este (corredor del Henares), hay una mayor presencia de los sectores industriales dinámicos y de las industrias de alta intensidad tecnológica (industrias agroalimentarias, químicas ligeras o de electrónica), ya que cuentan con los factores de status, calidad urbanístico-ambiental y accesibilidad al aeropuerto de Barajas

Cataluña

Es la región con mayor producción industrial y la más antigua de las regiones industriales españolas.

Cataluña Cuenta con ventajas conectadas con los

factores de localización tradicionales: a su amplio mercado de trabajo y a la buena red de abastecimiento de materias primas se une una fuerte demanda local, y unas excelentes infraestructura la conectan tanto con los mercados nacionales como internacionales

Cataluña Al igual que Madrid acumula importantes

servicios financieros, de información y de innovación tecnológica.

Cataluña Su tejido industrial supera la especialización inicial

(textil) y alcanza una amplia diversificación: transformados metálicos (maquinaría y equipos mecánicos, automoción y transporte, aparatos eléctricos y electrónicos), química ligera y la textil (esta última ha sufrido una profunda reconversión

Cataluña Es también importante la presencia de

industrias con un elevado componente tecnológico y alto valor añadido

Barcelona La mayor concentración industrial se da un torno

a Barcelona, cuya malla industrial se prolonga a mayor distancia que la de Madrid: a partir de las grandes concentraciones de los vales del Llobregat y del Besós, la industria se difunde hacia el resto de Cataluña siguiendo los ejes de comunicación de la costa y del interior.

El Valle del Ebro y el “eje del Mediterráneo”, como líneas de claro dinamismo industrial. 

Entre las zonas industriales en expansión destacan los ejes del litoral mediterráneo y valle del Ebro. Estos ejes de desarrollo se explican por dos razones

Contar con una buena red de autopistas (autopista del Mediterráneo y autopista del Ebro) que los vertebran y conectan a los centros más importantes con las zonas más industrializadas de España y con los ejes dinámicos del sur de Europa.

La existencia de una base manufacturera previa: ciudades de tradición fabril y buena dotación de servicios (Valencia, Alicante), beneficiarias de la política de Polos de Desarrollo (Zaragoza, Logroño) o de un régimen foral favorable (Pamplona), junto a una industria rural dispersa (“industrialización endógena”), transformadora de los recursos del entorno (agroalimentaria –conserveras, vino, etc.– en el Ebro y Murcia) o relacionada con una antigua tradición artesanal (textil y cerámica valencianos, calzado –Elche y Manacor– y juguete alicantinos)

Este conjunto de condiciones ha atraído en los últimos años numerosas empresas multinacionales (Ford en Valencia, General Motors en Zaragoza, Volkswagen en Pamplona), que se suman a los traslados producidos desde otras áreas españolas para impulsar el desarrollo de estos territorio

La industria se encuentra muy dispersa sectorial y geográficamente, repartida por todo el territorio, con concentraciones industriales importantes en Valencia y Cartagena en el eje Mediterráneo, y en Zaragoza en el corredor del Ebro

Áreas industriales en declive Corresponden a espacios industriales de larga

tradición, afectados por la reconversión industrial, lo que los ha llevado a un agudo declive. Su localización se corresponde con las zonas industriales del Cantábrico (Asturias, País Vasco), así como algunos núcleos aislados (Ferrol, Bahía de Cádiz, Ponferrada, Cartagena

Galicia En Galicia los centros de El Ferrol y A Coruña, por

un lado, y Vigo-Redondela, por otro, se ven afectados por la recesión de los sectores en los que se hallaban especializados: naval, pesquero… Además esta comunidad no cuenta con una conexión de cierta entidad con el resto de las regiones por razones orográficas, históricas y sociales.

País Vasco El País Vasco, hasta hace poco incluido en esta

zona, comienza a constituirse como excepción por su creciente resurgir industrial, ligado a su posición en el eje en expansión del valle del Ebro, la mayor diversificación industrial y su inversión en I+D.

Las áreas industriales en declive se caracterizan por los siguientes rasgos

Eran zonas muy especializadas en sectores industriales maduros (metalurgia, petroquímica, construcción naval) afectados por la crisis, sin diversificación industrial que permita generar empleos alternativos.

Predomina la gran empresa y la gran fábrica, en bastantes casos de propiedad pública, y escasean las PYMEs, que son muy dependientes de las grandes empresas, de modo que se ven arrastradas por sus crisis.

El medio ambiente posee un notable deterioro (“paisajes negros”) por la abundancia de industrias altamente contaminantes y un crecimiento urbano desorganizado, con una elevada densidad de fábricas y almacenes, en ocasiones mezclados con áreas de vivienda. Este deterioro se acentúa ahora con solares y naves abandonadas (ruinas industriales). Su baja calidad ambiental hace que estos espacios resulten muy poco atractivos para la instalación de nuevas industrias

Consecuencias La desindustrialización de estas zonas

ha traído consigo un importante incremento de las tasas de paro, el declive demográfico por emigración y un carácter cada vez más periférico de estas regiones respecto a los centros decisorios y a las nuevas áreas industriales, a lo que colabora su deficiente accesibilidad respecto al resto de España y la Unión Europea.

Áreas de industrialización inducida y escasa.

En algunas áreas rurales se ha producido una industrialización endógena que aprovecha las producciones agrícolas, ganaderas o forestales propias del territorio

Características Estas industrias rurales suelen ser pequeñas y poco

capitalizadas, compiten en el mercado gracias a los bajos costes laborales. Su localización espacial es dispersa, aunque tienen mayor importancia en el litoral mediterráneo, algunas áreas de La Mancha y valle del Ebro y enclaves de gran tradición del interior (mueble en Medina del Campo).

Castilla y León y Castilla-La Mancha, pese a ocupar más de un tercio de la superficie nacional, apenas aportan el 10% de la producción industrial y aún tienen una notable dependencia del sector primario

Sin embargo hay disparidades provinciales, con algunos polos importantes. En Castilla y León existe un pequeño eje Tordesillas-Valladolid-Palencia, además de los núcleos de Burgos y Miranda de Ebro, éste vinculado a fenómenos de difusión desde el País Vasco

En Castilla-La Mancha, Guadalajara (Azuqueca) y Toledo (Talavera) son claro ejemplo de la expansión de Madrid, mientras que las comarcas orientales de Albacete (Almansa) se hallan ligadas al eje mediterráneo, quedando actualmente aislado y en declive Puertollano.

Andalucía y Extremadura casi duplican la población de ambas Castillas y reúnen una cuarta parte de la superficie nacional.

Aquí existen mayores contrastes entre, por un lado, una Andalucía rica con ámbitos industriales relevantes en Sevilla, Huelva, Cádiz y Málaga; una franja costera próspera en el sector servicios relacionado con el turismo; y por otro, un interior que, junto con Extremadura, tiene unas características propias de zonas deprimidas económicamente.

Los archipiélagos no destacan por su desarrollo industrial, estando alejados de los ejes principales de expansión. En cambio, sí destacan por su gran desarrollo en el sector servicios, sobre todo los relacionados con el turismo

TEMA 14 Importancia y significado de las actividades terciarias en España.

1. La heterogénea naturaleza del sector servicios

El sector terciario lo componen aquellas actividades económicas cuya finalidad no es producir bienes, sino prestar servicios para satisfacer necesidades del consumidor o de la producción de los sectores primario o secundario. Es, por tanto, un “cajón de sastre” donde se incluye lo que por exclusión no se puede encuadrar ni en el sector primario ni en el secundario

No obstante, las fronteras entre producción de bienes y prestación de servicios son cada vez menos claras: las actividades productivas se terciarizan (diseño, investigación, gestión de personal, comercialización, etc.) y la prestación de servicios suele necesitar instrumentos y equipos fabricados. Debido a estas interrelaciones entre los tres sectores, es cada vez más difícil establecer una separación rígida entre los mismos.

El sector terciario es, pues, un sector heterogéneo, que comprende actividades muy diversas (comercio, hostelería, actividades financieras, servicios públicos...), algunas de las cuales requieren una gran cualificación, mientras otras se basan en trabajos precarios y de baja remuneración

Se utilizan diferentes criterios para clasificar las actividades terciarias. Uno de los más utilizados es catalogar los servicios del siguiente modo

Servicios de producción Comprenden las actividades necesarias

para el funcionamiento de las empresas: seguros, asesorías, actividades financieras...

Servicios de distribución Su objetivo es hacer llegar a la población y a los

otros sectores económicos los bienes que necesita. Los más representativos son el transporte y el comercio.

Servicios sociales o colectivos

Se encargan de satisfacer las necesidades básicas de la población: educación, sanidad, administración. Aunque pueden ser privados, en la mayor parte de los casos son cubiertos la Administración

Servicios al consumo o personales

Cubren un amplio abanico de demandas de la población: ocio y cultura, servicio doméstico, hostelería, restauración, servicios personales...

2. El proceso de tercialización en España y sus causas

2. 1. La importancia del sector terciario en España El sector terciario tiene una gran trascendencia en la

estructura económica española, aportando en la actualidad cerca del 70% del P.I.B. y de la población ocupada española (da empleo a más de 12 millones de personas).

Esta tercialización es el resultado de un proceso que arranca fundamentalmente en los años sesenta, y que no ha sido lineal. Entre 1960 y 1975 el desarrollo económico es impulsado inicialmente por el sector industrial, con el sector primario en claro descenso.

Entre 1975-1985 la economía entró en época de recesión económica el proceso industrializador entra en declive y el sector terciario continua su tendencia al alza. A partir de 1985, con la expansión de la economía, los servicios y la construcción son los sectores de mayor empuje

Así pues, los tres sectores de la economía española muestran un distinto comportamiento: mientras que el primario es descendente, irregular el secundario (con alzas y bajas debidas a la coyuntura), el terciario registra un crecimiento sostenido.

No todos los sectores han crecido por igual. Los subsectores que más han crecido en España han sido los financieros y los ligados a la prestación de servicios especializados a empresa, así como el subsector público. Por otro lado, otras actividades han resultado más estáticas, con tendencia al descenso, como el transporte o el comercio al por menor.

En su conjunto, por tanto, la tercialización de la economía española ya es una realidad de importantes consecuencias. Así, si en el pasado la industria ha sido el motor fundamental del crecimiento urbano y de las relaciones entre ciudades, hoy lo es el desarrollo terciario, lo que supondrá una reorganización de la red urbana en la que las ciudades más dinámicas en las actividades terciarias asumirán un papel hegemónico.

2.2 Los factores determinantes de la tercialización

El aumento de la productividad de los sectores primario y secundario permite liberar mano de obra que se puede ocupar en el sector terciario

 

La evolución de la industria favorece la tercialización: el desarrollo industrial de los años 60 impulsó el crecimiento de sectores como los transportes y las finanzas, la crisis del 75 llevó a mucho parados al sector servicios y la industria moderna tiende a terciarizarse, incorporando nuevas tecnologías y demandando servicios a la producción.

El aumento del nivel de vida (renta familiar) de los españoles ha elevado la demanda de servicios destinados al consumo final (servicio doméstico, ocio, viajes, cultura...).

La organización industrial actual tiende cada vez más a una descentralización de los procesos económicos de las empresas, que recurren a unos servicios terciarios de diverso tipo –financieros, fiscales, seguros, diseño, creación de nuevos productos, publicidad, servicios postventa, asesoramiento económico...–, en estrecha relación con los procesos productivos.

El desarrollo de la administración se ha traducido en un aumento de personal, sobre todo en sanidad, enseñanza y personal encargado de gestión. Con el cambio político y la instauración del Estado de las Autonomías se produjo un aumento importante del número de funcionarios.

También hay que tener en cuenta el espectacular crecimiento del turismo en España desde mediados de los años cincuenta. El auge del turismo ha colaborado en el crecimiento de servicios como la hostelería, el comercio, los transportes, los bancos y las actividades relacionadas con el ocio y el tiempo libre…

 

La creciente incorporación de las mujeres al trabajo fuera del hogar, se realiza básicamente en este sector y ha impulsado ciertos servicios como las guarderías y la ayuda doméstica.

Este proceso, sin embargo, presenta diferencias espaciales en el grado de tercialización y en las ramas más especializadas. Los factores que generan estas diferencias son:

El volumen de población

El grado de urbanización

Los niveles de desarrollo y renta.

En el empleo la mayor tercialización se produce en las zonas de predominio turístico (Canarias, Baleares y Andalucía), Madrid, Ceuta y Melilla.

La menor en las comunidades con mayor peso del sector agrario ( se concentran en las grandes ciudades)

Su aportación al PIB es mayor en las zonas donde predominan los servicios más avanzados, que tienden a concentrarse en las grandes ciudades, como los servicios más cualificados a empresas, o en las zonas turísticas donde predominan los servicios al consumidor

3) El reciente cambio en el sector comercial

El comercio interior. Cuenta con más de 800000 locales y más de tres millones de trabajadores.

Desde fechas recientes ha experimentado profundos cambios en la oferta y la demanda que se han calificado como “revolución comercial”.

Los cambios en la oferta han sido la creciente diversificación de productos, la generalización de nuevas formas de venta y el uso de las nuevas tecnologías.

En la demanda ha crecido la capacidad de compra al aumentar la renta familiar, se ha diversificado la clientela, se producido una dispersión de los consumidores y se ha reducido la frecuencia de compra.

Los tipos de comercio interior son el mayorista y el minorista.

El comercio mayorista Compra los productos al fabricante o a otro

mayorista, los almacena y los vende al comercio minorista, no al consumidor. Se localiza en las periferias urbanas estratégicas respecto a las áreas productoras y consumidoras de mercancías. Las comunidades con mayor peso son Cataluña, Madrid y Andalucía

El comercio minorista Adquiere los productos al fabricante o al mayorista y

los vende directamente al consumidor. Se localiza en los bajos comerciales de las ciudades y en la periferia urbana. Las comunidades con mayor peso son Andalucía, Cataluña y Madrid.

Comercio tradicional El comercio integrado por locales pequeños, empresas

individuales o familiares y de equipamientos anticuados. La crisis puede provocar su cierre, su traslado a las periferias, junto a

las grandes superficies comerciales, lo que supone un vaciamiento del centro urbano o la adopción de nuevas formas como las franquicias o las alianzas de cooperación. Las ventajas de este comercio son el trato personal y la accesibilidad inmediata

Nuevas formas de venta Las nuevas formas comerciales son el autoservicio, las

grandes superficies comerciales y las nuevas fórmulas de venta. El autoservicio es un servicio de venta, donde el producto está al alcance del cliente.

Las grandes superficies comerciales son los locales de más de 2500 m2. Hay varios tipos:

Los hipermercados Responden a las nuevas necesidades de la demanda actual, a la

que satisface en un amplio radio urbano, periurbano e incluso rural. Este proceso se inició en España tarde y hoy depende

fundamentalmente del capital extranjero (particularmente francés), con una estructura empresarial cada vez más concentrada. Una de las tendencias en desarrollo es la especialización de las grandes superficies en ramas específicas: electrodomésticos, juguetes, madera, bricolaje...

Los centros comerciales Presentan una solución de compromiso entre las grandes

superficies y los pequeños establecimientos. En su estudiado diseño (que les ha llevado a ser denominados por algunos sociólogos como “nuevas catedrales del consumo”), al lado de los hipermercados –que actúan como locomotora y reclamo principal– se sitúan establecimientos comerciales de todo tipo: ocio (cines, recreativos), servicios personales (peluquería, cafeterías), pequeños establecimientos minoristas...

Las nuevas fórmulas de venta son la venta por catálogo, la tele-venta, la venta por máquina automática y la venta por internet.

Los factores que influyen en la localización del comercio son la existencia de un sistema de transporte y de un mercado de consumo. En España hay 101 áreas comerciales, un área comercial está constituida por el espacio geográfico cuya población se dirige preferentemente a una localidad importante para adquirir bienes que no sean de primera necesidad

La política comercial compete a las comunidades autónomas que deben acatar la normativa europea y los aspectos generales que regula el Estado. La Ley de Comercio (1996) reconoce la libertad comercial, de circulación de mercancías y de competencia y regula aspectos comerciales como la garantía posventa, rebajas y ventas especiales, etc… En los últimos años se tiende a una liberalización en muchos aspectos, como los horarios de apertura y cierre…

El comercio exterior Es el intercambio de productos y

servicios entre un país y el resto del mundo. Se llama exportación a la venta de productos nacionales en el extranjero e importación a la compra de productos extranjeros

En España ambas han experimentado un incremento desde 1960 debido a tres factores:

1. La apertura a la economía internacional desde 1959,

2. La entrada en la Comunidad Europea en 1986 3. La creciente incorporación a la economía global

en los años 90.

Las exportaciones han aumentado. El mayor valor corresponde a los bienes

de equipo, automóviles y alimentos. las comunidades que más exportan son

Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana

Las importaciones también han crecido Por la expansión de la demanda interna. Destacan los bienes de equipo, los productos

energéticos y los automóviles… Las comunidades que más importan son Madrid,

Cataluña y Andalucía.

BALANZA COMERCIAL La balanza comercial es deficitaria, excepto en

alimentación y automóvil. Desde 2004 este último también presenta un saldo deficitario. Los más acusados corresponden a Madrid, Cataluña y Andalucía

Las áreas de comercio exterior son Europa y el resto del mundo. Con Europa el comercio es el más importante, el 70% de las exportaciones y el 59% de las importaciones en 2007, con saldo deficitario

Con el resto del mundo destacan las importaciones de Asia (China) y los países de la OPEP, donde apenas exportamos. Le siguen el comercio con América, que tiende a reducirse, y con África. Con Oceanía es insignificante.

La política comercial exterior viene determinada por la UE y la OMC, tiende a la liberalización de los intercambios mundiales. El objetivo es favorecer las exportaciones mediante diversas medidas como la promoción exterior, los acuerdos comerciales con países prioritarios, el fomento de los créditos FAD y ayudas a la internacionalización de nuestras PYMES

Terciario público La implantación del Estado del Bienestar

ha incrementado el peso del sector público en la economía española. Este sector actúa de forma especial en el ámbito del terciario.

Las actividades que más han crecido son la administración pública y los servicios sociales En la administración pública la prestación de servicios y la implantación del Estado de las Autonomías han incrementado su aporte al PIB y al empleo. Desde 1978 se introduce un nuevo escalón en la administración pública: central o estatal, autonómica, provincial y local

El Estado del Bienestar supone que el Estado satisface las necesidades básicas de todos los ciudadanos, actuando en los sectores que consideramos más importantes para la sociedad. Así el Estado tiene una gran presencia y peso en ámbitos como la sanidad y la educación, pero también en servicios sociales como el desempleo, la dependencia… Además de que su presencia es exclusiva en el ámbito de la seguridad y protección ciudadana, como policía, ejército, protección civil, bomberos… En todos estos servicios el peso del sector público es elevado y repercute claramente en el empleo y la riqueza del país

Ya en la década de los sesenta y primeros años del setenta, con el desarrollo económico y las demandas sociales, se expansionan los sectores sanitario (red de hospitales), educativo (centros de enseñanza secundaria y universitaria) y asistencial.

EDUCACIÓN En la enseñanza, la implantación de la

escolarización obligatoria hasta los dieciséis años y la extensión de la educación infantil (LOGSE) se ha traducido en un incremento del número de alumnos escolarizados y, por consiguiente, de profesores. No obstante, la caída de la natalidad está invirtiendo el proceso.

SANIDAD El envejecimiento de la estructura demográfica

española ha provocado recientemente un cambio de prioridades desde la educación hacia la sanidad y la atención a la tercera edad. La mejora sanitaria se ha centrado en la creación de redes de atención primaria y la extensión de hospitales comarcales

 

5) Los desequilibrios territoriales en la tercialización

El proceso evolutivo en los últimos años, y en consecuencia la situación actual del sector terciario, dista de ser homogénea en todo el territorio español

En el último cuarto de siglo se ha asistido en todas las Comunidades Autónomas a un proceso de tercialización notable. En términos del PIB y del empleo todas las regiones presentan una clara hegemonía del sector servicios. Sin embargo, se pueden diferenciar diferentes tipos de regiones en función de su especialización terciaria, incrementándose las desigualdades en los sectores más especializados

Un primer grupo lo constituyen Madrid y Cataluña –y secundariamente el País Vasco–, especializadas en actividades financieras, servicios a las empresas y, en general, para la venta. Madrid también destaca en servicios de la Administración. Corresponde a las regiones rectoras de la economía nacional.

En otro grupo de Comunidades Autónomas dominan los servicios destinados al consumo (comercio, hostelería, transportes, bienes inmuebles). Así, Baleares y Canarias están especializadas en turismo y comercio; la Comunidad Valenciana en comercio y otros servicios destinados a la venta; el País Vasco, Navarra y Cantabria en transporte.

En el resto del territorio español dominan los servicios de consumo no destinados a la venta, frecuentemente de escasa cualificación, administrativos de segundo orden, comerciales de pequeño ámbito y asistenciales de carácter público, aunque a escala provincial existen excepciones, como en comarcas muy turísticas de Andalucía.

6) La organización del espacio urbano.

Las actividades terciarias ocupan y organizan en gran medida el espacio urbano. En la actualidad estas actividades superan los límites del CBD o centro administrativo y de negocios, y se difunden por casi todo el tejido urbano.

 

Así, mientras actualmente el pequeño comercio tradicional de los centros históricos, se halla en crisis, han surgido grandes superficies comerciales fuera del recinto propiamente urbano, junto a vías de circulación rápida.

 

Los servicios administrativos, sin embargo, manteniendo estrategias espaciales más conservadoras, ocupan el centro urbano y, en muchos casos, han rehabilitado para su uso edificios de gran valor histórico patrimonial.

si bien los servicios que requieren una prestación más directa a la población (“oficinas de cara al público”, como bancos, comercio de lujo o agencias inmobiliarias) se concentran en lugares céntricos(más accesibles y simbólicamente más representativos, como el paseo de La Castellana en Madrid o La Diagonal en Barcelona)) de la ciudad

las oficinas han experimentado, en general, una dinámica centrífuga debido al precio y a los problemas de accesibilidad, y ruidos del centro urbano. Las sedes sociales de las grandes empresas y las oficinas de las grandes compañías de servicios tienden paulatinamente a abandonar el centro de negocios de las ciudades para ubicarse en edificios funcionales junto a vías rápidas (carretera de la Coruña en Madrid)

Un buen exponente es el desarrollo de parques empresariales, con un tejido mixto de centros de producción de tecnología avanzada y de servicios innovadores, con buenos servicios de transporte y redes de comunicación, capacidad hotelera y un entorno moderno y agradable.