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EL OTOÑO DE LA VIDA
Alabanza a la Madurez
Un exhorto para disfrutar de los mejores años de nuestra existencia
(No apto para menores de 50 años)
Textos y fotografías deFrancisco Arámburo Salas
Fotos tomadas en California, Baja California y Utah
Música: Candilejasde Charles Chaplin
¡Adiós a la Juventud!
Indudablemente la juventud es una edad doraday recordada siempre con nostalgia. Es una breve época
inolvidable, romántica, vibrante, emotiva y feliz.
Es una dichosa etapa creadora y vigorosa
en la cual todo es fresco y novedoso, como una
vaporosa nube en el firmamento con
destellos de color de rosa.
PERO....
...hay que reconocer que esa misma
juventud tan alabada, tan cantada y suspirada,
es también una época llena de luchas, de preocupaciones,
de negros nubarrones, muchas veces de privaciones
y nunca exenta de incertidumbres, celos, zozobras,
competencias, temores, rivalidades y ansiedades.
Es como una regata en la cualhay que estar compitiendo constantemente para lograr un ansiado trofeo.
= EL GRAN CAMBIO =
Afortunadamente tanto en la naturaleza como en los seres humanos, “despues de la tempestad
viene la calma.” Y quizá lo mejor de la juventud... es que ya pasó.
Lo cierto es que sin saber cuándo, ni poder definir con exactitud una edad determinada (para unos antes y para otros
después), en cierto punto impreciso de la vida llega ese lapso en que todo aminora su marcha y se detiene, posándose
suavemente, sin prisas, dentro de nosotros mismos.
Foto: Cumbres de Palmira
Es como una hoja que llevasuavemente la corriente
Esta etapa, queridos amigos,
es la MADUREZ
¡Pues que sea bienvenida!
El cauce se transforma en una corriente de paz que se mueve lentamente, casi
sin sentirlo, hacia esa infinita grandeza, profunda e incomensurable, que es elfinal de todos los viajes y adonde van
a parar todos los ríos: el mar
Veamos: la madurez no es exactamente el mediodía
de la vida, ni la tarde, ni la noche. Más bien yo diría
que es ese impreciso momento que llega sigiloso con
las primeras horas del día, abarcando esos instantes
brumosos y volátiles que se disuelven poco a poco al
ser tocados por los emergentes rayos del sol:
LA MADRUGADA
Y algo extraordinario: Ahora no nos inquietan las modas ni los cambios que
experimentan las nuevas generaciones, ni nos mortifican ni afectan las nuevas corrientes o costumbres, pues nosotros
no estamos obligados a cambiar ni a iniciar nuevas modalidades.
Nosotros, mal que bien, por lo menos llegamos a la recta final.Y éso está como para celebrarlo.
Nuestra edad es ya suficiente justificación para mantenernos al margen, aunque sin desentendernos
de lo básico y lo esencial.
¡Ya la hicimos!
Al llegar la madurez cesan las dudas y las incertidumbres. Ya no es necesario hacer tareas ni
desvelarse estudiando, correr tras el autobús por las mañanas, presentar agobiantes exámenes, pasear a la
novia o preocuparse por conseguir empleo.
Definitivamente lo que íbamos a ser, ya lo somos.
Y lo que no íbamos a ser, ya no lo fuimos… ni lo
seremos. No a estas alturas. De éso no hay duda.
¿Entonces para qué preocuparnos?
La edad de los impulsos arrebatados, pues,ya ha terminado. Atrás quedaron angustias,
zozobras, indecisiones y dudas. ¡Y qué bueno!Si esta es la madurez... pues bienvenida madurez.
Para los que “cruzamos la frontera” y estamos al otro lado, colocados sobre esta amplia, tranquila y bien ventilada
terraza, ya no hay carreras, nerviosismos, competencias, prisas, luchas ni duelos a muerte. Nuestro sitio está en el
palco, no en el ruedo. O por lo menos, detrás de la barrera.
HOY es aquel futuro del cual
estábamos tan temerosos AYER.
Y ya ven, todo salió bien.
Después de todo... ¡aquí estamos!
Ya no hay que seguir posponiendo más las cosas,
ni hacer planes inalcanzables “para el futuro,”
pues para nosotros, óiganlo bien...
El futuro ya está aquí
La conclusión entonces es que, como en la madurez ya no
hacemos planes a largo plazo (ni debemos), es necesario que
se empiecen a ver YA los resultados de todo aquello para
lo que antes trabajamos, planeamos, ahorramos
y nos preparamos a lo largo de la vida.
¡El tiempo apremia!
De manera que ya no esperen más. Mientras gocen de relativa
buena salud y puedan moverse fácilmente todavía; mientras puedan
comer y beber de todo y disfrutar de los atractivos de la vida,
aprevéchenlos. Abran ya sus botellas de coñac francés y usen sus
vajillas de Bavaria y sus cubiertos de plata, pues ¿para cuándo los
están guardando? Podría meterse un ladrón y vaciarles la casa,
¿y de qué les sirvió haber guardado todo por tanto tiempo?
Que no tengamos que decir después
“Qué temprano se nos hizo tarde”
Tampoco esperen ya ningún mañana brillante y glorioso, singular y
perfecto. Si iban a comprarse “algún día” una lancha, una moto, un
camper, una cámara digital, una computadora, y pueden hacerlo (y
les gusta), ¡pues cómprensela ya!
Este es el momento preciso, no pierdan tiempo.
Y si estuvieron haciendo planes toda la vida para
realizar algún viaje a Europa, a las Cataratas del
Iguazú, a Hawaii, a Alaska, a China o a la
Patagonia, pues antes de que otra cosa
suceda, como una
devaluación, una operación
repentina o un infarto...
¡VÁYANSE YA!
¿Qué esperan?
En lo personal, y por lo que a mi respecta, ciertamente descubrir el
arribo de la madurez me ha fascinado y me llena de gozo. Estoy
gratamente impresionado. ¡Nunca imaginé que fuera así!
Con inusitado asombro descubro día a día
nuevas sorpresas y satisfacciones
que nunca soñé que existieran.
Al sentirnos en paz con los demás
y con nosotros mismos,
recordamos la sabia reflexión
de Amado Nervo, quien
lo resumió así:
“Vida: nada me debes.Vida: nada te debo.Vida: estamos en paz.”
Una realización deFrancisco Arámburo Salas
faramburo@aramburosuites.com
F I N
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