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Ciudad Obregón, Sonora. Abril de 2007.
TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE
LICENCIADO EN TECNOLOGÍA DE LOS
ALIMENTOS
PRESENTA
ABRIL MARINA CASTELO BARRÓN
“DIAGNÓSTICO DE LA COMPOSICIÓN CORPORAL DE JÓVENES UNIVERSITARIOS DEL INSTITUTO TECNOLÓGICO DE SONORA CAMPUS NÁINARI. AGOSTO-DICIEMBRE DE
2006”. ”
Dpto. de Biotecnología y Ciencias Alimentarias
DEDICATORIAS
A MI FAMILIA:
Por ser una familia inigualable, unida y por brindarme siempre su apoyo. A cada uno de ustedes que
forman parte de una base sólida en mi formación. Gracias.
A MIS PADRES:
Por ser grandes ejemplos de superación y admiración. Por enseñarme que uno siempre puede alcanzar
lo que se propone. Por ser maestros en mi vida y darme todo su apoyo, amor, y cariño.
A RAMÓN:
Por tu amor, comprensión, por estar conmigo en las buenas y en las malas. Porque le das sentido y
equilibrio a mi vida.
AGRADECIMIENTOS
A DIOS:
Por que me ha permitido llegar hasta esta etapa de mi vida.
A MI ASESORA:
Que estuvo constantemente ayudándome en la realización de este trabajo. Gracias por sus consejos,
por compartir experiencias y conocimientos.
A MIS MAESTROS Y REVISORES:
Porque de alguna manera fueron parte de mi formación profesional.
A MIS COMPAÑEROS (AS) Y AMIGOS (AS):
Por los que fueron más cercanos a mí, por los que no lo fueron tanto y por los que siguen siéndolo.
¡POR TI! Gracias por haber permitido convivir con todos y cada uno de ustedes, por que me dejan el
aprendizaje y la experiencia de la vida. De todo se aprende y les agradezco por estar a lo largo de mi
trayecto y haber dejado huella en ésta.
V
ÍNDICE
Pág. DEDICATORIA………………………………………………………………… i AGRADECIMIENTOS………………………………………………………… iii ÏNDICE DE TABLAS………………………………………………………….. vii ÍNDICE DE FIGURAS………………………………………………………… viii RESUMEN……………………………………………………………………… ix
I. INTRODUCCIÓN 1.1 Antecedentes…………………………………………………………... 1 1.2 Planteamiento del problema………………………………………….. 2 1.3 Justificación…………………………………………………………….. 3 1.4 Objetivos………………………………………………………………... 5 1.4.1. Objetivo general…………………………………………………. 5 1.4.2. Objetivos específicos……………………………………………. 5 1.5. Hipótesis………………………………………………………………… 5
II. MARCO DE LA INVESTIGACIÓN 2.1 Componentes del peso corporal…………………………………….. 7 2.1.1 Masa magra…………………………………………………….. 7 2.1.2 Tejido adiposo…………………………………………………… 8 2.2 Antropometría………………………………………………………….. 9 2.2.1 Índice cintura-cadera y circunferencia de cintura……………. 10 2.2.2 Peso corporal…………………………………………………….. 11 2.2.3 Índice de masa corporal………………………………………… 12 2.2.4 Pliegues cutáneos……………………………………………….. 13 2.3 Alimentación y su relación con el estado de salud………………… 13 2.4 Sobrepeso y Obesidad………………………………………………… 15 2.4.1 Causas del desarrollo de la obesidad…………………………. 16 2.4.2 Complicaciones relacionadas con la obesidad………………. 16 2.4.3 Indicadores antropométricos de obesidad……………………. 17 2.5 Desnutrición……………………………………………………………. 18 2.5.1 Causas de la desnutrición………………………………………. 19 2.5.2 Clasificación de la desnutrición………………………………… 20 2.5.3 Valoración antropométrica de la desnutrición………………… 21
III. MATERIALES Y MÉTODO
3.1 Lugar de estudio……………………………………………………….. 22 3.2 Participantes…………………………………………………………… 22 3.3 Indicadores antropométricos…………………………………………. 22 3.3.1 Talla, peso y cálculo del IMC……………………………………. 22 3.3.2 Grasa corporal (%GC)…………………………………………… 23 3.4 Índice cintura-cadera………………………………………………….. 25 3.5 Análisis estadístico……………………………………………………. 26
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN 4.1 Distribución por carreras y edad……………………………………... 27 4.2 Mediciones corporales………………………………………………… 28 4.3 Clasificación según el índice de masa corporal (IMC)…………….. 30
V
4.4 Grado de adiposidad………………………………………………….. 32 4.5 Relación del IMC con el grado de adiposidad……………………… 34 4.6 Indicadores de obesidad androide…………………………………... 37
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES LITERATURA CITADA……………………………………………………….. 43 ANEXOS……………………………………………………………………….. 49
vii
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla Pág.
1 Clasificación de sobrepeso y obesidad por IMC…………… 23
2 Puntos de corte de grasa corporal…………………………... 25
3 Puntos de corte de riesgo según la CC y el ICC………...... 26
4 Características antropométricas de universitarios………… 29
5 Categoría de adiposidad en universitarios……………….... 32
6 Indicadores antropométricos relacionados con obesidad androide en universitarios…………………………………...
38
viii
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura Pág.
1 Modelos de nivel molecular y sus respectivos componentes………………………………………………….
7
2
Distribución de los universitarios por carrera………………
27
3
Distribución de los universitarios por edad…………………
27
4
Clasificación de universitarios según su IMC……………...
30
5 Dispersión del porcentaje de grasa corporal por bioimpedancia según el IMC de los universitarios……….
35
6 Dispersión del porcentaje de grasa corporal por pliegues según el IMC de los universitarios………………………….
36
ix
RESUMEN El objetivo de este estudio fue diagnosticar la composición corporal de
universitarios del Instituto Tecnológico de Sonora Campus Náinari utilizando
indicadores antropométricos, para la evaluación del riesgo de enfermedades
crónico-degenerativas. Se evaluaron 73 alumnos, 36 mujeres (49.31%) y 37
hombres (50.6%), que participaron de manera voluntaria. La edad promedio fue
de 20.90+3.5 años. Según la clasificación del índice de masa corporal, el 25%
de mujeres y el 32.43% de hombres presentó sobrepeso; el 2.7% y el 6.8% fue
obesidad respectivamente. Se observó diferencia significativa por sexo
(p<0.05) en el peso (Kg) con 58.2+9.06 en mujeres y 75 +11.41 en hombres,
en estatura 1.59+0.04 y 1.70+0.05, el IMC (kg/m2) 23.01+3.86 y 25.75+4.22,
Bíceps (mm) 14.51+5.91 y 10.54+5.18, Tríceps (mm) 22.08+5.86 y 15.95+7.09
y densidad corporal (g/mm3) 1.02+0.008y 1.04+1.01 respectivamente. Al
realizar la correlación en el grado de adiposidad, se encontró mayor índice de
correlación del método de bioimpedancia con el índice de masa corporal, en
comparación con los pliegues cutáneos. Se encontró que un 8.30% de mujeres
y 8.10% tuvieron obesidad androide con circunferencia de cintura, mientras que
el 11.11% de mujeres y 13.51% de hombres fueron clasificados con obesidad
androide según el índice cintura-cadera. Comparando con la prevalencia
nacional para este grupo de edad, se observó que en nuestros sujetos hubo
menor prevalencia de sobrepeso y obesidad. Es necesario utilizar métodos
precisos para un diagnóstico de enfermedades crónico-degenerativas más
acertadas y disminuir su riesgo; de igual manera establecer programas
preventivos para evitar el incremento de padecer estas enfermedades en un
futuro.
Capítulo I INTRODUCCIÓN
I. INTRODUCCIÓN
1.1 Antecedentes En algunas regiones del mundo, entre las que está incluida América Latina, la
esperanza de vida al nacer continúa incrementándose; sin embargo, el consumo
de dietas altas en grasa, el tabaquismo y la vida sedentaria se vuelven más
comunes. Predominan las enfermedades no transmisibles, con una alta
mortalidad causada por enfermedades cardiovasculares ateroescleróticas, como
la enfermedad isquémica del corazón y las enfermedades vasculares
aterotrombóticas (ENS 2000).
En el último decenio se ha visto que el papel de la familia ha cambiado, de
manera que esto ha traído consecuencias importantes. El rol de la madre de
familia se ha transformado tanto, que la familia ha tenido gran descuido,
sustituyendo las comidas recién hechas, con alimentos procesados o “rápidos”.
Así también la tecnología ha impactado de gran manera en el comportamiento de
las personas, sobre todo de niños y jóvenes.
Existen niños y jóvenes que pasan horas sentados frente al televisor o a la
computadora, consumiendo todos los alimentos que se les antoje y cuando
menos lo piensan, su peso se ha incrementado tanto por falta de actividad física y
exceso de calorías consumidas. Unidas a los problemas de obesidad están las
enfermedades que han alarmado a los expertos y a la sociedad, ya que
enfermedades cardiovasculares o diabetes, se han catalogado como epidemias
actuales.
Capítulo I INTRODUCCIÓN
2
En nuestro país, en 1960, dentro de las primeras 10 causas de mortalidad general
se encontraban principalmente enfermedades infecciosas (gastroenteritis y colitis,
gripe y neumonía, tuberculosis y paludismo), y algunas crónicas (tumores,
bronquitis y cirrosis hepática). Para 1980, cinco enfermedades crónicas fueron
reportadas dentro de las primeras 10 causas de muerte en la población general,
las cuales son enfermedades del corazón, tumores malignos, enfermedad
cerebrovascular, cirrosis y otras enfermedades crónicas del hígado, y diabetes
mellitus, disminuyendo su peso las enfermedades infecciosas (SSA, 1994). En
1999, las enfermedades crónicas pasaron a ocupar los primeros lugares como
causas de muerte general: enfermedades del corazón, tumores malignos y
diabetes mellitus (1er, 2do y 3er lugar, respectivamente) (SSA, 2000).
Según la SSA (1993) en México, la prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 en
adultos, mayores de 20 años de edad, aumentó de 6.7% en 1993, a 7.5% en 2000
y se calcula que podrá llegar a 12.3% (11.7 millones) para el año 2025 (King y
col., 1998). Asimismo se estima que el incremento en la mortalidad por
enfermedad isquémica del corazón en América Latina, de 1990 a 2020, sea de
144% en las mujeres y de 148% en los hombres.
Aunado a estos factores de riesgo cardiovasculares modificables, se ha
establecido que el tabaquismo es un factor que contribuye a la presencia de
enfermedad coronaria y de otras cardiovasculares, además que la inactividad
física incrementa el riesgo de enfermedad coronaria. Al respecto, aunque no está
bien establecida su relación, se ha dicho que puede ser multifactorial, contribuye a
la obesidad, a alguna(s) dislipidemia(s) y a la resistencia a la insulina (ENS,
2000).
1.2 Planteamiento del problema ¿Cuál es la composición corporal de la población estudiantil del Instituto
Tecnológico de Sonora, Campus Náinari?
Capítulo I INTRODUCCIÓN
3
1.3 Justificación
Los cambios a través de la “modernización” de la dieta mexicana han afectado a
ciertos sectores de la población, en los que ya se puede observar lo que, por sus
dimensiones y por su rápido avance, podría considerarse como una verdadera
“epidemia” de obesidad y enfermedades cardiovasculares (Higuera y Larqué,
2000). Una persona obesa tiene muchas dificultades para poder llevar una vida
sana, ya que al incrementarse su masa corporal los problemas de salud empiezan
a aparecer, deteriorando su calidad de vida (Barajas y col., 1998).
Los jóvenes universitarios que tienen problemas de obesidad tienen una alta
probabilidad de padecer diabetes e hipertensión arterial, ya que estas dos
enfermedades están muy ligadas, según lo demuestra la investigación realizada
por Esqueda y col. (2000). Sus resultados, en 423 personas mayores de 20 años
de edad, indicaron que el 32% de la población estudiada tenía riesgo de
desarrollar diabetes y el 21.8% tenía una presión arterial elevada. A este tipo de
enfermedades se les debe dar gran importancia, ya que afectan a personas de
todas las edades, pero sobretodo poner énfasis a los niños y jóvenes, porque que
esto puede trascender hasta la edad adulta. Si existe el aumento en la incidencia
de enfermedades como la obesidad, la diabetes mellitus, las dislipidemias y la
hipertensión arterial, podría seguir ocasionando graves consecuencias en la salud
como enfermedades ateroescleóticas.
El estilo de vida de los sonorenses se caracteriza por su ingesta energética
elevada (Ortega y Valencia, 2002) y esto se refleja en las preferencias de los
jóvenes universitarios, que con una vida de estudiantes no llevan una
alimentación balanceada ni una actividad física adecuada. Muchos de los
estudiantes del Instituto Tecnológico de Sonora consumen alimentos en esta
institución por facilidad. Sin embargo, se puede mencionar que estudios
realizados en el comedor estudiantil indican que se proporcionan menús con un
alto contenido de nutrimentos y calorías, algunos de los cuales sobrepasan los
requerimientos diarios recomendados (Alvarado, 2003). Es por eso que pudieran
existir problemas de salud pudieran al estár en riesgo de contraer enfermedades
cardiovasculares.
Capítulo I INTRODUCCIÓN
4
Es por tal motivo que mediante este trabajo de investigación se trata de detectar
problemas de sobrepeso mediante medidas antropométricas, ya que estas
mediciones constituyen los métodos más útiles para estudiar la obesidad y sus
variables (Diéguez, 2002), y de esta manera realizar un diagnóstico a los jóvenes
universitarios.
Con la detección de estas problemáticas, los riesgos de padecer las
complicaciones de la obesidad en etapas futuras pueden disminuir gradualmente,
tomando las medidas necesarias para tratar de mejorar la situación en la que se
encuentra el universitario. De esta manera se podrá dar seguimiento con otro tipo
de investigaciones posteriores.
Fue importante la intención de esta investigación porque el grupo estudiado fue
una muestra característica de los jóvenes de la región, ya que representan a una
parte de la población de la universidad.
Este proyecto está dentro del Centro de Innovación y Desarrollo en Salud
(CIDeS), que en conjunto a otros proyectos como “Universidad Saludable” y
“Aplicación de programas encaminados a fortalecer la salud por medio de
actividad física y nutrición”, por mencionar algunos, es una filosofía de trabajo de
la Vicerrectoría Académica.
Cabe mencionar que tiene gran beneficio que el proyecto esté apoyado por la
institución, ya que de esta manera es factible poder alcanzar los objetivos
planteados. Causa satisfacción que se le dé la importancia a la realización de este
tipo de investigación, ya que esto ayudará tanto a los alumnos evaluados como al
plantel para poder darle seguimiento a proyectos futuros derivados del presente
estudio.
Capítulo I INTRODUCCIÓN
5
1.4. Objetivos Objetivo general Diagnosticar la composición corporal de universitarios del Instituto Tecnológico de
Sonora Campus Náinari utilizando indicadores antropométricos, para la
evaluación del riesgo de enfermedades crónico-degenerativas.
Objetivos Específicos
• Calcular la distribución de los sujetos según su edad y carrera de estudio,
para establecer un estimado de la proporción de los mismos.
• Calcular el índice de masa corporal (IMC) con la medición del peso y talla,
para la estimación de la prevalencia de obesidad.
• Evaluar el porcentaje de grasa corporal por medio de un equipo de
bioempedancia eléctrica y la medición de los pliegues cutáneos bicipital y
tricipital, para relacionarlo con el riesgo de sufrir enfermedades crónico-
degenerativas.
• Relacionar el IMC y el porcentaje de grasa a través de una gráfica de
dispersión, para la selección del método que correlacione mayormente con
el IMC.
• Utilizar el circunferencia de la cintura y el índice cintura/cadera a través de
la medición de los mismos, para la predicción de obesidad androide y
riesgo de enfermedades crónico-degenerativas.
1.5 Hipótesis
Si el 52.8% de jóvenes estudiantes universitarios evaluados presentaron
sobrepeso y obesidad entonces se puede considerar que esta prevalencia y el
riesgo de sufrir enfermedades crónicas es mayor a la reportada nacionalmente en
jóvenes de 20-29 años de edad (Olaiz, 2006).
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
II. MARCO DE INVESTIGACIÓN
2.1 Componentes del peso corporal
Higuera y Larqué (2000) comentan que la masa corporal está integrada por el
conjunto de tejidos, líquidos y minerales que componen el organismo, sin
considerar el agua corporal, que es relativamente constante. Dos componentes
del cuerpo tienen mayor participación en la variabilidad de la masa: los tejidos
muscular y adiposo. Desde esta perspectiva, la masa corporal es el resultado de
las experiencias recientes de nutrición y salud, y aún cuando muestra variaciones,
tiende a mantener una constancia relativa.
Parte de estos componentes o todos están sujetos a cambios normales como un
reflejo del crecimiento, el estado reproductivo, variaciones en los niveles de
ejercicio y los efectos del envejecimiento. El agua, que constituye hasta 60-65%
del peso corporal, es el componente más variable, y el estado de hidratación
induce a fluctuaciones de varios kilogramos. El músculo e incluso la masa
esquelética se ajustan en cierta medida para apoyar la carga cambiante de tejido
adiposo. Sin embargo, la verdadera pérdida de peso y el aumento excesivo en
éste se relacionan principalmente con un cambio en el tamaño de los depósitos
de grasa (Laquatra, 2001). El peso corporal está fuertemente relacionado con la
estatura, por lo que para hacer comparaciones entre sujetos, es necesario
considerar este factor.
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
7
En la figura 1 se muestran gráficamente algunos de los modelos que más
ampliamente han sido utilizados en el estudio de la composición corporal. El más
aceptado han sido los de nivel molecular; particularmente el modelo molecular
clásico de dos compartimentos es el cual considera solamente el compartimiento
de masa grasa y el compartimiento de masa libre de grasa. (Zepeda y col., 2002).
Figura 1. Modelos de nivel molecular usados ampliamente y sus respectivos componentes (Zepeda y col., 2002).
2.1.1 Masa magra El tejido no adiposo a menudo se describe en términos de masa corporal magra.
Las medidas de la masa libre de grasa o tejido desprovisto de toda la grasa
extraíble, sólo se determinan mediante el análisis directo de la carcasa, que
puede establecerse clínicamente. Es más alta en los varones, aumenta con el
ejercicio y es más baja en mujeres y en ancianos: es el principal factor que
determina la tasa metabólica en reposo (Laquatra, 2001).
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
8
Tejido adiposo
Hasta hace poco tiempo, la cuantificación de la masa grasa era un lujo en la
valoración clínica de la obesidad, pero en los últimos años el tejido que se
consideraba exclusivamente un almacenador energético ha pasado a convertirse
en un órgano endocrino más. Por lo tanto ahora más que nunca la correcta
determinación de la masa grasa es un tema de imperiosa actualidad (Tinahones,
2002).
La grasa, que es la reserva de energía primaria del organismo, se almacena como
triglicéridos en depósitos que constituyen el tejido adiposo. La cantidad de grasa
corporal apropiada para una mujer adulta fluctúa entre 20 y 25% del peso corporal
y casi 12% representan grasa esencial. En los varones, la grasa corporal
apropiada constituye 12 a 15% del peso corporal, alrededor de 3% de grasa
esencial. Esta última en individuos de uno u otro sexo incluye a la que es
almacenada en médula ósea, corazón y tejidos ricos en lípidos en el sistema
nervioso y es necesaria para el funcionamiento normal. La grasa almacenada es
la que se acumula en el tejido adiposo bajo la piel alrededor de órganos internos,
para protegerlos de traumatismos. La grasa corporal por debajo del nivel de la
esencial no es compatible con un buen estado de salud (Laquatra, 2001).
Según Diéguez y col. (2002) se pueden agrupar los métodos de determinación de
la masa grasa en dos tipos:
1.- Métodos que se basan en la determinación de un componente de los
diferentes tejidos, conociendo la relación entre dicho componente y la
composición corporal. Estos métodos reciben el nombre de descriptivos.
2.- Métodos que se basan en las diferentes propiedades de los tejidos. Estos
métodos se denominan mecánicos.
En esta investigación se utilizará un método descriptivo como lo es la
antropometría.
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
9
2.2 Antropometría El término antropometría se refiere a la medición de diversos atributos físicos del
cuerpo humano, tales como longitud y masa o variables fisiológicas del tipo de la
presión arterial (Higuera y Larqué 2000) y esto implica relacionarlas con las
normas que reflejan su crecimiento y desarrollo. Estas mediciones físicas son un
componente de la valoración nutricional (Hammond, 2001). Según Diéguez (2002)
la antropometría es el método más barato y accesible para determinar la
composición corporal desde el punto de vista clínico y en estudios
epidemiológicos donde se valora el grado de adiposidad.
Como menciona Tinahones (2002) las mediciones antropométricas constituyen
los métodos más útiles para estudiar la obesidad. Las variables antropométricas
que desde el punto de vista nutricio deben evaluarse son: talla, peso corporal,
índice de masa corporal, circunferencia de cintura, y porcentaje de grasa corporal
(Laguna, 2005). Los factores étnicos, los familiares, el peso al nacimiento y
ambientales afectan estas variables, por lo que deberán tomarse en cuenta al
valorar las medidas antropométricas.
Los datos antropométricos son más valiosos cuando reflejan medidas exactas y
se registran durante un periodo determinado y de esta manera se podrá
establecer un diagnóstico del grado de obesidad o sobrepeso del paciente
respectivamente (Hammond, 2001; Laguna 2005).
Algunos estudios, como los de valoración de la antropometría a los que se
someten atletas de alto rendimiento han publicado la validez de los parámetros
antropométricos, tales como altura, cadera, y medidas de cintura, pliegues
cutáneos, peso y la utilización de índices como el de masa corporal y el de
cintura-cadera (Garrido y col. 2004).
Existe amplia documentación acerca de que la abundancia de grasa visceral es
un fuerte predictor de enfermedades cardiovasculares y otras complicaciones
metabólicas de la obesidad tales como la diabetes no insulino dependiente o
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
10
diabetes tipo 2, evaluada a través del IMC y otros indicadores (Higuera y Larqué,
2000).
Numerosos estudios epidemiológicos y clínicos han diferenciado un fenotipo
caracterizado por obesidad central, en el cual la grasa se deposita
fundamentalmente en el tronco y poco en las extremidades. Este fenotipo se
acompaña de un mayor riesgo de morbilidad de las enfermedades crónicas más
prevalentes (Tinahones, 2002). Otros estudios han encontrado que una mayor
altura y un aumento del peso en adultos aumentan el riesgo del cáncer de pecho
(Tehard, 2002).
2.2.1 Índice cintura-cadera y circunferencia de cintura Los coeficientes entre perímetros aportan mucha información en el sentido que
pueden ayudarnos en la predicción de ciertas enfermedades. El índice cintura-
cadera o tronco-muslo valora la obesidad central. El más popular sin dudar es el
índice cintura-cadera (ICC). Numerosos estudios han demostrado que el ICC es
un factor de predicción independiente de trastornos metabólicos, como son la
resistencia a la insulina, la hiperlipidemia, la hipertensión y la aterosclerosis.
Incluso aquellos sujetos con un IMC normal, si el índice cintura-cadera es
elevado, presentan un alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Resultados
arrojados por un estudio realizado por McNeely y col. (2001) en japoneses
norteamericanos comprueban lo anterior.
Tinahones (2002) afirmó, después de una valoración de la mortalidad tras 20 años
de seguimiento en un estudio de París, que el grupo con más riesgo de morir por
cualquier causa y por cáncer era el compuesto por los pacientes con un IMC bajo
y un índice cintura-cadera elevado. A pesar de lo dicho anteriormente, Swinbum y
col. (2004) observaron que el índice cintura-cadera no se relacionaba con la grasa
visceral después de ajustar por edad y el IMC (Tinahones, 2002).
Por otra parte, la circunferencia de cintura tiene una correlación más fuerte con el
tejido adiposo visceral que el ICC, medida que está influenciada por otros
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
11
factores, además de la distribución de tejido adiposo regional, como lo es la
complexión y masa de músculo glútea (Lemieux y col., 1996).
La circunferencia de cintura se ha propuesto como una medición antropométrica
que provee información sobre los niveles de tejido adiposo visceral en la región
abdominal, el cual al acumularse en exceso, tiene un efecto deletéreo sobre el
metabolismo de glucosa y lípidos (Després y col., 2001). La circunferencia de la
cintura también se ha correlacionado fuertemente con causas de mortalidad en
los hombres y las mujeres de mediana edad (Bigaard y col., 2004).
En hombres la medición de circunferencia de cintura es de gran utilidad dada su
distribución corporal tipo “androide” de tejido adiposo primordialmente en el
tronco y el abdomen, sitio en donde se va a reflejar de manera importante la
pérdida de peso. En la mujer la distribución corporal es de tipo “ginecoide” ya que
el contenido de grasa corporal está distribuido de manera diferente en los glúteos
y muslos (Kaufer y col., 2001). La circunferencia de cintura es útil para identificar
el riesgo cardiovascular, pero quizá no sea una medición de utilidad para el
monitoreo de pérdida de tejido adiposo, debido a que en las mujeres la
localización de la pérdida de tejido adiposo no tiene un sitio en específico, sino
que su pérdida es ubicua (Bouchard y col.,1993). El punto de corte de
circunferencia de cintura para identificar riesgo cardiovascular en población
mexicana es mayor de 102 centímetros en hombres y de 88 centímetros en
mujeres (Laguna, 2005).
2.2.2 Peso corporal
El peso corporal habitual es una variable más útil que el peso corporal ideal para
quienes están enfermos. La comparación del peso actual con el peso corporal
habitual siempre permite valorar cambios en el peso. Un problema con el peso
corporal habitual es que depende de la memoria del paciente. El peso corporal
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
12
real refleja una medida de peso obtenida al momento del examen. Esta medición
está sujeta a la influencia de cambios en el estado de hidratación del individuo.
La pérdida de peso refleja una incapacidad inmediata para satisfacer los
requerimientos nutricionales y por tanto indica riesgo nutricional, a excepción de
cuando el interés mismo sea disminuir el peso, tal como en casos de sobrepeso u
obesidad. El porcentaje de la pérdida de peso en casos de desnutrición refleja en
alto grado la magnitud y gravedad de la enfermedad de un individuo. Al
determinar si el peso de un adulto es apropiado para su estatura, suele
compararse su peso con una norma de referencia (Hammond, 2001).
2.2.3 Índice de masa corporal El IMC resulta de dividir el peso del sujeto en kilogramos, por la estatura en
metros, elevada al cuadrado. Este índice fue concebido por Quetelet en el siglo
pasado y por su sencillez y utilidad se usa ampliamente. Como fue mencionado
anteriormente, de los componentes del cuerpo humano, el que varía más y que
por lo tanto influye más en la variabilidad del IMC, es el tejido adiposo (Higuera y
Larqué, 2000). Algunos autores indican que el IMC explica diferencias en la
composición corporal al definir el nivel de adiposidad de acuerdo con la relación
de peso a estatura, eliminando así la dependencia en la constitución (Hammond,
2001).
Históricamente, la obesidad se ha determinado comúnmente por medio del IMC.
Cuando el individuo tiene el IMC más bajo, su riesgo de desarrollar morbilidad
relacionado con la obesidad disminuye (Foxton, 2006). Por lo tanto el IMC es un
indicador aceptable de las variaciones entre los extremos de delgadez y
obesidad.
Sin embargo, la utilidad de IMC como medida de obesidad abdominal es
discutible, pues no puede distinguir entre la “masa grasa” y la “masa del músculo”.
Un deportista profesional que mide 1.78 m de altura y pesa 85 kg tendría un IMC
de 27, que indica que el individuo es obeso y está en un riesgo ligeramente
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
13
creciente. Pero en un deportista es poco probable tener la misma distribución de
la grasa del cuerpo que un individuo obeso que no ejercite y coma las porciones
de los alimentos con alto grado en grasas (Foxton, 2006).
2.2.4 Pliegues cutáneos
La medición del pliegue adiposo o pliegue cutáneo constituye un medio para
valorar la cantidad de grasa corporal que tiene un individuo. Es práctico en
circunstancias clínicas, aunque la validez depende de la exactitud de la técnica de
medición y la repetición de las mediciones en el tiempo. Esta medición basa los
estímulos de grasa corporal total en la suposición de que 50% de la grasa del
cuerpo es subcutánea. La exactitud disminuye conforme aumenta la obesidad
(Hammond, 2001).
La psicometría para la determinación de porcentaje de grasa corporal en sujetos
obesos tiene la limitación técnica de que los pliegues cutáneos en pacientes
obesos no se pueden pinzar de manera adecuada, esto debido al gran tamaño de
los panículos adiposos (Laguna, 2005).
2.3 Alimentación y su relación con el estado de salud
Salud es un concepto predominantemente social porque se vincula con las
costumbres, tradiciones, actitudes y juicios de valor de los diversos grupos de una
sociedad, y porque involucra la participación de todos los agentes de la
comunidad. Aunque la legislación mexicana no ofrece definiciones precisas sobre
esta materia, las autoridades han adoptado el concepto de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), el cual dice a la letra: “La salud no sólo es la ausencia
de enfermedad, sino un estado de completo bienestar físico y mental, en un
contexto ecológico-social propicio para su sustento y desarrollo. La salud
descansa en la esfera de prácticamente todas las interacciones, sociales y
culturales y es, con ellas, un componente sinérgico de bienestar social” (Barragán,
2000).
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
14
La salud está relacionada directamente con la alimentación, ya que el estado de
salud de una persona depende, principalmente, de la calidad de su nutrición. La
alimentación es un proceso que abarca desde la definición e implementación de
políticas que determinan la producción nacional de alimentos, incluidas la
exportación y la importación, hasta que estos alimentos estén disponibles en la
mesa familiar. La alimentación tiene, por lo tanto, una interrelación estrecha
prácticamente con todas las áreas del desarrollo del ser humano, actuando desde
antes del nacimiento y estableciendo límites a su potencialidad. De tal forma que
la salud en función de los alimentos puede ser definida como el desarrollo pleno
de las capacidades genéticas tanto en el plano físico como intelectual y de
comportamiento social. Es por esto, que según el tipo alimentación y a través de
las costumbres y hábitos, va a repercutir de manera positiva o negativa a la salud,
rendimiento y actividades cotidianas.
La mala nutrición por otro lado, es el estado que resulta de la disponibilidad
inadecuada de energía y nutrimentos en las células y tejidos del organismo,
causado por la ingestión inadecuada de alimentos en cantidad o calidad y por los
efectos de varias enfermedades. La mala nutrición que resulta del consumo
deficiente de alimentos o nutrimentos se conoce genéricamente como
desnutrición, mientras que la mala nutrición que resulta por el consumo excesivo
de alimentos conduce al sobrepeso o a la obesidad, ambos reconocidos como
factores de riesgo de varias enfermedades (Olaiz, 2000). La salud nutricional se
mantiene gracias a un equilibro entre la ingestión de nutrimentos y las
necesidades de los mismos (Dieguez e Yturriaga, 2002).
Gómez y Soler (2002) comentan que en la actualidad, el número de personas
obesas en el mundo iguala al de desnutridas, por consiguiente diversas
publicaciones han señalado aspectos importantes para el manejo nutricio del
paciente obeso (Klein y col., 2004; Cummings y col., 2002; Swinbum y col. 2004).
La dieta y la nutrición son muy importantes para promover la buena salud a lo
largo de toda la vida. Estos son factores determinantes de enfermedades, sobre
todo de las crónicas no transmisibles, y eso los convierte en componentes
fundamentales de las actividades de prevención. El problema de las
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
15
enfermedades crónicas está lejos de limitarse a las regiones desarrolladas del
mundo. Contrariamente a creencias muy difundidas, los países en desarrollo
sufren problemas cada vez más graves de salud generados por las enfermedades
crónicas. En cinco de seis regiones de la OMS, las defunciones causadas por las
enfermedades crónicas dominan las estadísticas de mortalidad.
Casi todos los países (de altos y bajos ingresos por igual) padecen actualmente
una epidemia de obesidad, si bien con grandes variaciones entre países y dentro
de los países. En los de bajos ingresos, la obesidad es más común entre las
mujeres de mediana edad, las personas de mayor nivel socioeconómico y las que
viven en comunidades urbanas. En los países más prósperos, la obesidad
también es común entre las personas de mediana edad, pero además su
prevalencia es cada vez mayor entre los adultos jóvenes y los niños (OMS, 2002).
2.4 Obesidad y sobrepeso
Según García (2004) y Börntorp (2001), la obesidad es una enfermedad
caracterizada por el balance positivo de energía y por el almacenamiento
excesivo de tejido adiposo en el organismo. Además produce un exceso de masa
corporal, lo cual tiene efecto adverso sobre la salud de la persona que la padece.
El sobrepeso es un estado en el cual el peso corporal sobrepasa un estándar
basado en la estatura. Es posible ser obeso y tener un peso dentro de los límites
normales de acuerdo con las tablas estándar, al igual que es posible tener
sobrepeso sin estar obeso. Sin embargo en la mayoría de las personas, el
sobrepeso y la obesidad tienden a ser paralelos entre sí. (Laquatra, 2001)
La obesidad se ha convertido en un problema de salud de la sociedad actual. No
en vano se aplica el término de “epidemia del siglo XXI” para definir la elevada
prevalencia de este fenómeno con importantes implicaciones sociales, sanitarias y
económicas. El descubrimiento de la obesidad como una enfermedad de
evolución crónica, de fácil diagnóstico, de gran morbilidad y de difícil tratamiento,
pone de manifiesto la importancia de esta enfermedad y la necesidad de su
profundo conocimiento (Diéguez e Yturriaga, 2002)
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
16
El aumento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad en los últimos diez años y
su magnitud en 1999 son preocupantes, dada la estrecha relación de estas
condiciones con las enfermedades crónicas degenerativas (ENN, 2000). Según
las encuestas de 1999, el 52.2% de las mujeres fueron clasificadas con
sobrepeso u obesidad; el 30.8% se clasificaron en sobrepeso y el 21.7% se
clasificaron como obesas. Se observa que la prevalencia en nuestro país se
encuentra entre las más elevadas del mundo (ENN, 2000).
2.4.1 Causas del desarrollo de la obesidad A través de la historia, los humanos han estado mejor adaptados a ganar peso
que a perderlo, a causa de que nuestra especie ha evolucionado bajo la constante
amenaza de falta de alimentos. El sistema de regulación de la composición
corporal ha estado dirigido a favorecer la expresión de genes que permitan el
máximo cúmulo de grasa a la selección de individuos eficientes en el depósito de
grasa y energía en los periodos de hambruna. El desarrollo del tejido adiposo es
una característica de las especies que no han tenido acceso permanente a los
alimentos. Los humanos han desarrollado evolutivamente mediante “genes
ahorradores” la habilidad para depositar grasa y así poder utilizarla durante los
periodos de privación de energía (Börntorp, 2001).
El cambio de estilo de vida que trae aparejada una mejoría de la salud y la
nutrición trae consecuencias poco positivas; destacan entre ellas, el consumo de
una alimentación hiperenergética y la disminución de los hábitos de actividad
física. Estos dos factores son los que subyacen a las cifras de obesidad y de
preobesidad (Higuera y Larqué, 2000).
2.4.2 Complicaciones relacionadas con la obesidad
Los adultos obesos corren el riesgo de desarrollar trastornos concomitantes, esto
es, otras enfermedades crónicas. Un 20% de aumento en el peso corporal
incrementa sustancialmente el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria,
trastornos de lípidos y diabetes mellitus no insulinodependiente. La obesidad
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
17
también se considera un factor de riesgo para artropatía, cálculos biliares, apnea
del sueño obstructiva y otros trastornos respiratorios (Laquatra, 2001).
Según Daniels y col. (1999) el concepto de síndrome X fue establecido y definido
como la asociación de varios factores de riesgo, como grasa visceral,
hipertensión, dislipidemia y resistencia a la insulina, siendo esta última el principal
precursor de la enfermedad aterosclerótica cardiovascular en adultos (Faith y
col., 2001).
Recientemente se ha acuñado el término de “síndrome metabólico cardiovascular”
(MCS) para describir la condición patológica presente en adultos que incluye parte
de distribución de grasa androide, resistencia a la insulina, hiperinsulinemia,
alteración de la tolerancia a la glucosa, dislipidemia e hipertensión (Daniels y col.,
1999). Quizá uno de los hallazgos más alarmantes y dramáticos de la última
década fue el enorme incremento de la diabetes tipo 2 en niños y adolescentes
(Dietz, 2001).
2.4.3 Indicadores antropométricos de obesidad
Algunos ejemplos de puntos específicos son los métodos de evaluación de
composición corporal e indicadores antropométricos, la evaluación dietética, el rol
de los factores ambientales y conductuales que favorecen el desarrollo de
obesidad, las dietas hipocalóricas y su composición nutrimental, las metas del
tratamiento, etc. (García, 2004).
La obesidad se caracteriza por su elevado porcentaje de masa grasa, y para la
práctica clínica o para estudios de población, la medición del peso en relación con
la altura es el método de elección recomendado por la OMS y este se basa en el
IMC. También la obesidad se ha calculado tradicionalmente a través del índice de
la circunferencia de la cintura y esta medición puede ser una manera más exacta
de identificar a gente con riesgo de la enfermedad cardiovascular. Los pacientes
que son obesos, particularmente son los que tienen abdomen obeso y exceso de
grasa visceral alrededor de los órganos en la cavidad peritoneal; esté en un riesgo
creciente de la enfermedad cardiovascular. (Foxton, 2006).
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
18
En estudios realizados en 1999 se pudo constatar que existe un incremento de
obesidad en nuestro país, basándose en el IMC. Las mujeres con IMC entre 25.0
kg/m2 y 29.9 kg/m2 se clasificaron como en sobrepeso y las que tienen el IMC
mayor o igual a 30 se clasificaron como obesas.
Se ha demostrado una relación significativa entre horas de visión de la televisión y
el IMC. De esta forma, ver la televisión se convierte en un círculo vicioso hacia la
obesidad, en el factor modificable más determinante de adiposidad: la inactividad
(menos gasto de energía) y la mayor exposición y consumo de alimentos
energéticos (mayor ingestión de energía) serían los principales responsables
(Gortmaker y col., 1996).
Hay pruebas contundentes de que los niveles moderados a altos de
acondicionamiento físico conllevan a un riesgo considerablemente menor de
enfermedad cardiovascular y mortalidad por todas las causas, y de que esos
beneficios se aplican a todos los grados del IMC. Además, un buen
acondicionamiento físico protege contra la mortalidad en todos los niveles de IMC
en los hombres con diabetes (OMS, 2002).
2.5 Desnutrición La desnutrición es un estado de déficit de energía, proteínas y otros nutrimentos,
que puede provocar alteraciones funcionales y empeorar el pronóstico clínico. Sus
consecuencias dependen de la edad, intensidad, duración y la posible
coexistencia de otros procesos fisiológicos o patológicos, pero en último extremo
conduce a la muerte del sujeto (Sanjuán y Olmos, 2002).
El término peso subnormal es aplicable a quienes se encuentran en 15 a 20% o
más por debajo de las normas de peso aceptadas. Dado que el peso subnormal
suele ser un síntoma de una enfermedad, deberá valorarse médicamente. Un
índice de masa corporal debajo de lo normal se relaciona con un mayor riesgo de
mortalidad (Laquatra, 2001).
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
19
En América Latina, en el decenio 1970/80, la denutrición protéico-calórica afectó
a 28 millones de niños menores de 5 años, o sea, más del 60% de la población
total en ese grupo de edad, y casi la quinta parte de ellos sufrían una forma
moderada y grave de desnutrición. Entre las deficiencias de micronutrimentos, la
prevalencia de bocio endémico por deficiencia de yodo varió entre el 10 y el 60%
en la población total de 10 países de América Latina, incluso la Argentina; las
anemias ferroprivas afectaron del 29 al 63% de las mujeres gestantes, casi al
30% de las mujeres de todas las edades y al 20% de los niños en edad escolar.
La hipovitaminosis A afectó del 5 al 45% de la población en general, y de las
enfermedades dentales por déficit del flúor fueron un importante problema (Gaón,
1987).
En México los resultados de la ENCA señalan que la frecuencia de delgadez en la
población urbana adulta de México fue de 1.5% y 1.6% para mujeres y hombres,
respectivamente (Higuera y Larqué, 2000).
2.5.1 Causas de la desnutrición
La desnutrición puede ser primaria o secundaria. La primaria tiene como causa la
falta de disponibilidad de alimentos en personas dependientes (niños, ancianos,
extrema pobreza). En adultos, la gran causa de desnutrición es secundaria a
alguna patología que produce un balance energético y/o proteico negativos.
Respecto al balance energético, el ser humano requiere alimentos que aportan
nutrientes con energía química que al ser oxidados proveen energía para las
funciones vitales y para el ejercicio físico. Por otra parte, respecto al balance
nitrogenado, este se refiere al balance de proteínas (ya que la mayor parte del
nitrógeno corporal está en los aminoácidos que componen las proteínas). Es muy
importante entender que un adulto sano no acumula proteínas, de tal manera que
si las ingiere en cantidades menores que sus requerimientos, estará en balance
nitrogenado (BN) negativo, que se traduce en un deterioro en su composición
corporal por disminución de su masa magra.
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
20
Así entonces, algunas condiciones clínicas frecuentes que son causas de
desnutrición son:
1. Anorexia (falta de apetito), derivada de trastornos psiquiátricos (depresión,
anorexia nervosa) o de enfermedades crónicas infecciosas o neoplásicas.
2. Enfermedades neurológicas que impidan una alimentación normal.
3. Patologías gastrointestinales que pueden producir obstrucciones (neoplasias)
o síntomas digestivos (diarreas crónicas, enfermedades inflamatorias
intestinales), malabsorción o enteropatías perdedoras de proteínas.
4. Síndromes hipercatabólicos graves que se acompañan de, hipermetabolismo,
especialmente el Síndrome de Respuesta Inflamatoria Sistémica (quemaduras
extensas, politraumatizados, infecciones severas) (Apuntes de Fisiopatología de
Sistemas, 2001)
2.5.2 Clasificación de la desnutrición Una vez consumada la valoración nutricional resultará evidente la magnitud de la
deficiencia nutricional. Se podrá clasificar entonces la desnutrición con base en
varios índices, como peso corporal, grasa corporal, reservas de proteína somática
y visceral, valores de laboratorio intensidad y evolución (Hammond, 2001).
La desnutrición moderna crónica se puede presentar como subnutrición, como
desnutrición secundaria o como mala nutrición; puede ser por carencia de
elementos esenciales, pero es habitual que aparezca en forma combinada (Gaón,
1987).
En la desnutrición leve o moderada, generalmente solo se observa una pérdida de
peso respecto al habitual, si bien la presencia de edemas puede enmascararla.
En la desnutrición grave se producen cambios marcados en la masa y la función
de todos los órganos vitales que disminuyen su capacidad de adaptación a
situaciones de estrés (Sanjuán y Olmos, 2002).
Capítulo II MARCO DE INVESTIGACIÓN
21
Dependiendo de la causa y del tiempo de evolución, la desnutrición puede ser
energética o proteica, aunque en la mayoría de los pacientes el cuadro es mixto.
a) Desnutrición energética: Se caracteriza por un balance energético negativo
de evolución prolongada (semanas a meses). Por su lenta progresión se
producen cambios endocrinos y metabólicos adaptativos a una ingestión
energética deficiente, tendientes a preservar las proteínas del paciente.
b) Desnutrición proteica: Se desarrolla por un balance negativo, especialmente
nitrogenado. También se denomina Kwashiorkor del adulto. Su evolución es
rápida, en días o semanas generalmente secundaria a una enfermedad
hipercatabólica (infección, trauma), algunas neoplasias y en pacientes
alcohólicos con mala ingesta de proteínas en su dieta.
c) Desnutrición Mixta: La mayoría de los pacientes desnutridos tienen una
desnutrición mixta con predominio ya sea energética o proteica en grados
variables de intensidad. (Apuntes de Fisiopatología de Sistemas, 2001).
2.5.3 Valoración antropométrica de la desnutrición. Con base en datos antropométricos, como el perímetro muscular del brazo y las
zonas adiposas, es posible determinar si realmente existe un peso subnormal que
ponga en riesgo la salud. La valoración de la adiposidad corporal es útil, sobre
todo al tratar un paciente que tiene trastornos alimentarios y necesita comenzar el
proceso de aceptación corporal (Laquatra, 2001).
Los pacientes con anorexia nerviosa tienen desnutrición proteica-energética que
se caracteriza por una depleción importante de las reservas de tejido adiposo y de
proteína somática. Estos enfermos cumplen con los criterios para diagnóstico de
marasmo. El análisis de impedancia bioeléctrica es un método accesible, pero no
fiable en la anorexia nerviosa debido a cambios en los compartimientos de los
líquidos intracelular y extracelular.
Capítulo III MATERIALES Y MÉTODOS
III. MATERIALES Y MÉTODO
3.1 Lugar del estudio. El presente proyecto se realizó en los laboratorios LV-700 del Instituto
Tecnológico de Sonora, Campus Náinari, con equipo proporcionado por el
Departamento de Biotecnología y Ciencias Alimentarias.
3.2 Participantes
Se realizaron mediciones antropométricas a jóvenes universitarios inscritos en el
semestre agosto-diciembre de 2006. Los sujetos evaluados fueron una muestra
no estadística total de 73 alumnos, 36 mujeres y 37 hombres que participaron de
manera voluntaria, con un rango de edad entre 18 y 32 años.
Participaron alumnos de diversas carreras, ya que se escogieron de manera
aleatoria; esto permitió que hubiera por lo menos un representante de casi el total
de las carreras ofrecidas en el instituto. Además las mediciones se realizaron con
la aprobación de la carta de consentimiento (anexo 1).
3.3 Indicadores antropométricos 3.3.1. Talla, peso y cálculo del IMC La medición de la talla y peso se llevaron a cabo en una báscula calibrada con
Capítulo III MATERIALES Y MÉTODOS
23
estadímetro marca Torino Plus con capacidad de 160 kg y 210 cm y precisión de
100 g y 0.5 cm. Se tomó la talla al sujeto sin zapato, colocando los pies paralelos
y con los talones unidos y las puntas ligeramente separadas, los glúteos, hombros
y cabeza en contacto con un plano vertical (plano Frankfort). El peso se tomó con
el sujeto colocado en la báscula en posición erguida, los brazos colgando
lateralmente y sin moverse, con el mínimo de ropa, según el procedimiento
descrito por la OMS
El índice de masa corporal se obtuvo de la relación de peso en kilogramos
dividido entre talla en metros elevada al cuadrado, y de esta manera se realizó un
diagnóstico de sobrepeso y obesidad (WHO, 1995) de acuerdo a la siguiente
clasificación.
Tabla 1. Clasificación de sobrepeso y obesidad por IMC.
IMC (kg/m2)
Bajo peso <18.5
Normal 18.5-24.9
Sobrepeso 25.0-29.9
Obesidad Tipo I 30.0-34.9
Tipo II 35.0-39.9
Obesidad extrema
Tipo III
≥40
OMS, 1995.
3.3.2 Grasa corporal (%GC) Bioimpedancia eléctrica. Este método consiste en predecir la composición
corporal basándose en la propiedad bioeléctrica del cuerpo humano de conducir
la corriente eléctrica (Diéguez e Yturriaga , 2002). Se utilizó un equipo de
bioempedancia “Body Logic pro”, marca OMRON modelo HBF-300.
En el equipo se introdujeron datos como peso (lb), talla (in), edad y sexo. Se tomó
en cuenta que el sujeto no portara anillos, relojes, esclavas ni nada metálico que
Capítulo III MATERIALES Y MÉTODOS
24
pudiera alterar el resultado, así como si había consumido grandes cantidades de
agua.
El alumno tomó los electrodos de cada lado cuidando abarcar los electrodos con
las palmas de las manos y los dedos. Después levantó los brazos de tal manera
que formara un ángulo de 90° y haciendo una ligera presión durante unos
segundos hasta escuchar un sonido que indica que los datos están listos; la
pantalla mostró el porcentaje de grasa corporal.
Pliegues cutáneos. Se utilizó un plicómetro calibrado Holtain LTD que
proporciona una presión constante de 10 g/cm2, cuya precisión es de 0.2 mm en
una escala de 0 a 48 mm. y se tomaron únicamente la medición de pliegues
tricipital y bicipital. Tomando como referencia el manual de antropometría (WEB),
el sujeto se colocó de pie en posición erguida con los brazos caídos y se marcó el
punto medio entre el acromion del omóplato y la cabeza del radio, mientras el
sujeto mantuvo el brazo flexionado 90 grados por el codo y con la palma de la
mano hacia la parte anterior del cuerpo, marcándose el sitio medio del brazo.
Posteriormente se tomó y elevó el pliegue subcutáneo utilizando el pulgar y el
índice, procurando no tomar tejido muscular. Las ramas del cáliper se colocaron
justamente en el punto medio del panículo por arriba de los dedos, se esperaron
dos o tres segundos y se realizó la medición tomando en consideración los
siguientes puntos:
Tricipital: Se midió en la cara posterior del brazo izquierdo.
Bicipital: Se midió el panículo vertical en la parte media frontal del brazo.
izquierdo, al mismo nivel que el panículo tricipital.
Para el cálculo de la grasa corporal a partir de la determinación de los panículos
adiposos se siguieron los pasos que a continuación se enlistan (Ávila-Rosas y
Tejero-Barrera, 2001).
§ Se sumaron los panículos adiposos correspondientes a bíceps y tríceps.
§ Se calculó el logaritmo de la sumatoria de los pliegues cutáneos.
§ Se calculó la densidad corporal (D) para cada de cada uno acuerdo a su
edad, con base en las ecuaciones de Durnin y Womersley (1974):
Capítulo III MATERIALES Y MÉTODOS
25
D = c – m (log ∑ pliegues cutáneos)
Por último se calculó el porcentaje de grasa corporal utilizando la ecuación de Siri
(1956):
% grasa corporal = 4.95 – 4.50 (100)
D
Después que se determinó el porcentaje de grasa se clasificaron según los puntos
de corte que se muestran en la tabla 2.
Tabla 2. Puntos de corte de grasa corporal
Fuente: OMS, 1995.
3.4 Índice Cintura-Cadera Se utilizaron el perímetro de la cintura y el ICC como indicadores de obesidad
central. El índice se calculó dividiendo el perímetro de la cintura entre el de la
cadera. (Ávila-Rosas y Tejero-Barrera, 2001). Para poder realizar las mediciones,
se tomó como referencia la sugerencia de la OMS que indica hacer la medición de
la circunferencia de cintura en el punto medio entre la costilla inferior y la cresta
ilíaca (Després y col., 2001). Se utilizó una cinta métrica marca GPM111 Seritex
no elástica con capacidad de 180 cm.
El individuo utilizó ropa muy delgada para garantizar un procedimiento adecuado,
de pie, con los pies juntos y el abdomen relajado, los brazos a los lados y el peso
repartido en forma equitativa entre ambos pies. Se identificó la parte más baja de
Normal Obesidad
Mujeres 18% -25% >25%
Hombres 12% - 20% >20%
Capítulo III MATERIALES Y MÉTODOS
26
las costillas, las crestas iliacas a nivel de la línea axilar media, y se realizó la
medición del perímetro de la cintura entres estos dos puntos (a la altura de la
cicatriz umbilical). El perímetro de la cadera se midió identificando el punto
máximo de los glúteos en el plano horizontal y sin comprimir la piel (Ávila-Rosas y
Tejero-Barrera, 2001). Se tomaron en cuenta los puntos de corte para analizar el
índice cintura-cadera (tabla 3).
Tabla 3. Puntos de corte de riesgo según la CC y el ICC.
Lim y col., 2000
3.5. Análisis estadístico
Se llevó a cabo un análisis estadístico descriptivo de las variables
antropométricas estudiadas, para lo cual primero se llevó un registro en el que se
introdujeron los datos (anexo 2). Después se creó una base de datos en el
programa Microsoft Excel 2000, y se calcularon porcentajes, medias y
desviación estándar. Además se analizaron las diferencias significativas de las
variables entre mujeres y hombres a través de un análisis de varianza usando el
programa StatGraph plus versión 5.1.
Obesidad Central
Indicadores Mujeres Hombres Circunferencia de cintura >88 cm >102 cm
Índice Cintura- Cadera >0.85 >0.90
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
4.1 Distribución por carrera y edad Se evaluaron 73 alumnos de distintas carreras del ITSON (anexo 3), de los cuales
el número más sobresaliente de esta muestra fueron de Licenciado en Tecnología
de los Alimentos (LTA) e Ingeniero Biotecnólogo (IB), con el 21% (n=15) y 19%
(n=14) respectivamente, de un total de 17 carreras (figura 2).
Carreras
1% 5% 1%
19%
1%
5%8%1%4%5%1%8%
1%8%
4%
21%3%
CPIELSIAIBLAETIILAMVZICLCELEIQLPSLCEFIISLTALGDA
Figura 2. Distribución de los universitarios por carrera.
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
28
La edad de los sujetos evaluados comprende de 18 a 32 años. Se puede observar
en la figura 3 que la mayor parte de los alumnos de la muestra contaron con una
edad de 21 años (34%), continuando los alumnos de 20 años de edad con un
23%.
EDADES
10%
14%
23%34%
3%7%
3% 1%1% 3% 1%
18 Años 19 años 20 años 21 años 22 años 23 años
24 años 25 años 26 años 27 años 32 Años
Figura 3. Distribución de los universitarios por edad.
4.2 Mediciones corporales En esta muestra se evaluaron 36 mujeres (49.31%) y 37 hombres (50.6%). En la
tabla 4 se presentan las características generales del promedio de los sujetos,
observando que en la edad no hay mucha diferencia significativa (p>0.05) entre
mujeres y hombres (21.19+2.33 y 20.70+2.35 años, respectivamente).
También se puede notar en la tabla 1 que la diferencia de peso entre mujeres y
hombres fue estadísticamente significativa (58.2+9.06 y 75+11.41 kg
respectivamente), siendo más elevado en el caso de los varones. De igual modo
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
29
las mujeres tienen estatura más baja que los hombres (1.59+0.04 y 1.70+0.05 m,
respectivamente).
Los datos obtenidos en la medición de bíceps y tríceps son lo contrario a los
anteriores, ya que las mujeres presentaron resultados más elevados que los
hombres, con 14.51+5.91 y 10.54+5.18 mm en bíceps y 22.08+5.86 mm y
15.95+7.09 mm en tríceps, en mujeres y hombres, respectivamente, con
diferencia estadísticamente significativa (p<0.05).
Tabla 4. Características antropométricas de universitarios.
Variable Mujeres Hombres n = 36 n = 37 %
Edad (años)
Peso (kg)
Estatura (m)
IMC(kg/m2)
Bíceps (mm)
Tríceps (mm)
Densidad corporal (g/mm3)
Grasa corporal pliegues (%)
Grasa corporal bioimpedancia (%)
49.31
21.19+2.33
58.2+9.06a
1.59+0.04a
23.01+3.86a
14.51+5.91a
22.08+5.86a
1.02+0.008a
32.41+4.12a
24.44+5.57a
50.6
20.70+2.35
75+11.41b
1.70+0.05b
25.75+4.22b
10.54+5.18b
15.95+7.09b
1.04+1.01b
23.06+6.2b
16.72+6.49b
a, b Los superíndices distintos por fila denotan diferencia significativa (p<0.05).
Además en la tabla 4 se puede observar que en la densidad corporal se obtuvo
diferencia significativa, en la cual las mujeres resultaron tener 1.02+0.008 g/mm3 y
los hombres 1.04+1.01g/mm3, por lo que de esta manera se obtuvo el porcentaje
de grasa corporal por pliegues cutáneos (32.41+4.12% y 3.06+6.2%
respectivamente) que también resultó con diferencia significativa (p<0.05).
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
30
Por último el porcentaje de grasa corporal a través del equipo de bioimpedancia,
que arrojó resultados de 24.44+5.57% en mujeres y 16.72+6.49% en hombres,
igualmente tuvo diferencia significativa (p<0.05).
4.3 Clasificación según el IMC. En la figura 4 se muestran los resultados obtenidos en cuanto a IMC distribuidos
por categoría, según su género. El 61.61% de esta muestra estuvo dentro de la
categoría de peso normal, que es la que sobresale entre todas las demás,
teniendo mayor porcentaje las mujeres (69.4%) que los hombres (54.05%). Esto
es superior a lo reportado por Olaiz y col. (2006) en jóvenes de 20-29 años de
edad nacionalmente, ya que indica que el 42.8% de mujeres y el 45.2% de
hombres mostraron un IMC adecuado.
2,7% 0%
69,4%
54,05%
25%
32,43%
0%
8,1%
2,7%5,4%
0
10
20
30
40
50
60
70
% d
e su
jeto
s
Bajo peso Normal Sobrepeso Obesidad I Obesidad II
Clasificación
%mujeres%hombres
Figura 4. Clasificación de universitarios según su IMC.
Los resultados de este estudio son similares a lo mencionado por Rivera y col.
(2006) en su análisis realizado en estudiantes de la Universidad Juárez Autónoma
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
31
de Tabasco, al evaluar a 274 estudiantes, de los cuales el 63% se mostraron
normales.
De igual manera, se puede afirmar que los resultados obtenidos en esta muestra
son similares a un estudio realizado por Pizzorno y col. (s.f.) sobre una población
de 272 jóvenes, en la que el 47% de los casos tuvo un IMC >20 y <25 kg/m2,
que es adecuado.
Los universitarios que tuvieron sobrepeso y obesidad fueron el 36.93% del total
de esta muestra. De esta manera, en la categoría de sobrepeso la representó un
porcentaje total del 28.75%, siendo menor las mujeres (25%) que los hombres
(32.43%). También en esta muestra, el 4.23% fueron casos extremos de
obesidad, en el que 2.7% de las mujeres mostraron obesidad grado II, y en los
hombres el 8.1% fueron obesidad grado I y 5.4% grado II. En el estudio realizado
por Rivera y col. (2006), menciona que los que presentaron sobrepeso y obesidad
conformaron el 36.5% de su muestra.
Sin embargo, a nivel nacional, Olaiz y col. (2006) reportaron que el 33.6% y el
34.6% de mujeres y hombres respectivamente tenían sobrepeso, además el
20.5% y 16.9% respectivamente tenían algún tipo de obesidad. Estos datos de
obesidad reportados nacionalmente son mayores a los obtenidos en este estudio
con universitarios.
Por otro lado, Mardueño (2002) realizó una investigación con 94 estudiantes
foráneos en el Instituto Tecnológico de Sonora de la carrera de Ingeniero
Biotecnólogo. Dicha evaluación dió como resultado que el 54.25% de lo sujetos se
clasificaron con un IMC dentro del rango normal y un 40% con sobrepeso y algún
tipo obesidad. Incluso reportó un 1.06% que se clasificó en obesidad grado III.
Las cifras obtenidas por mardueños (2002) son muy parecidas a las obtenidas en
nuestro estudio, tomando en cuenta que se realizaron en el misma institución;
esto indica que la prevalencia de alumnos con sobrepeso y obesidad solo ha
disminuido muy poco. De igual manera el promedio de universitarios que se
encuentran en el rango normal ha aumentado ligeramente.
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
32
En esta investigación se observó un 36.93% de jóvenes universitarios con
sobrepeso y obesidad, la cual es menor a la reportada por la Olaiz y col. (2006),
por lo que la hipótesis fue rechazada.
4.4 Grado de adiposidad Para la obtención del porcentaje de adiposidad de la muestra se utilizaron dos
distintos métodos y en ambos se obtuvo diferencia significativa (p<0.05),
mostrándose los resultados en la tabla 5.
A través de la utilización del equipo de bioimpedancia se observa en la tabla 5
que existe un mayor porcentaje de alumnos con nivel normal de adiposidad, tanto
en mujeres como en hombres (63.8% y el 81.08% del total de cada género
respectivamente). Esto es distinto a los datos obtenidos con las mediciones de
pliegues, que indican un porcentaje menor de categoría normal tanto en mujeres
(2.7%) como en hombres (35.13%). Por este método de pliegues cutáneos la
mayoría de esta muestra resultó categorizada como obesos (97.2% y 64.86% del
total de cada género, respectivamente).
Tabla 5. Categoría de adiposidad en universitarios.
Comparando estos resultados con los de Mardueño (2002) con universitarios del
ITSON, que indican que el 78.72% de mujeres y el 26.9% en hombres
mostraron exceso de grasa con la medición de los pliegues cutáneos, se puede
considerar que estas cifras han aumentado notablemente sobretodo en el caso de
los hombres al usarse la misma técnica, siendo ésta la medición de pliegues
Categoría n Bioimpedancia n Pliegues Mujeres Normal 23 63.8% 1 2.7% Obesos 13 36.1% 35 97.2%
Hombres Normal 30 81.08% 13 35.13% Obesos 7 18.91% 24 64.86%
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
33
Ya que se obtuvieron elevados porcentajes de obesidad en la medición de los
pliegues, es importante tomarlo como un factor de riesgo para otras
enfermedades. Tal como lo menciona Molano y col. (2006) en su estudio, en el
que resalta que medir los pliegues cutáneos, permitiendo determinar el porcentaje
de grasa que el individuo posee, es un predictor importante para una serie de
enfermedades que guardan relación con la diabetes, hipertensión arterial, la
hiperinsulinemia, la hipertrigliceridemia, todas relacionadas con el sobrepeso.
Los resultados de esta muestra se pueden comparar con lo registrado por
Martínez y col. (2005), en su estudio realizado con 49 jóvenes (35 mujeres y 14
hombres) con una media de edad de 21,9 ± 2,9 años de la Universidad Alfonso X
el Sabio de Madrid, quien utilizó igualmente un lipocalibre (plicómetro) para medir
los pliegues. En sus resultados muestra que los valores medios de % de grasa
corporal obtenidos (27.17+3.87% mujeres y 16.47+3.52% hombres) se
encuentran por debajo de los valores de riesgo cardiovascular según la SEEDO
(2000). En nuestro estudio, los porcentajes promedio de grasa corporal por sexo
presentados en la tabla 4 resultaron ser más elevados comparados con el caso de
Martínez (32.41+4.12% mujeres y 23.06+6.2% en hombres), teniendo por lo tanto
un riesgo más alto de sufrir enfermedades crónico-degenerativas
Por otra parte Moreno (2003) indica en su estudio que los resultados obtenidos en
el porcentaje de grasa por medio de la ecuación de Siri para el pliegue del tríceps
fue de 31,9±6,6% en mujeres frente a 23,3±6,4% en hombres (p<0.001) y el
porcentaje de grasa estimado mediante los cuatro pliegues fue de 31,8±7,6%
frente a 22,7±6,5% respectivamente (p<0,001). Podemos notar que aunque los
resultados de ambas variables son altos, son muy similares a los resultados
obtenidos en este estudio (ver tabla 4).
Los resultados obtenidos en nuestra investigación son similares en el caso del
promedio de IMC al obtenido por Román y col. (2003), cuyos sujetos evaluados
tuvieron un IMC promedio normal (24.76 ± 2.78 kg/m2). Sin embargo, en cuanto al
grado de adiposidad a través de bioimpedancia dicho estudio difirió de nuestros
resultados, ya que obtuvieron un promedio de grasa corporal normal de 12.24 ±
4.62%, mientras que nuestros universitarios presentaron promedios mayores
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
34
(24.44+5.57 y 16.72+6.49%, en mujeres y hombres, respectivamente). Así,
Román y col. (2003) concluyeron que el método de estimación de la composición
corporal por bioimpedancia eléctrica, resulta un buen predictor en relación con la
antropometría; con las ventajas de ser exacto, repetible, de fácil realización,
disminuye el error interobservador y es más rápido y aceptado.
Nuestros resultados también pueden ser contrastantes respecto a IMC al estudio
de Moreno (2003), que indica que tanto las mujeres como los varones estaban
más elevados de los rangos normales de IMC (25.4±5.4 y 26.7±3.8 kg/m2
respectivamente), mientras que el porcentaje de grasa obtenido por
bioimpedancia por dicho autor fue mayor en las mujeres que en los hombres (30.6
± 8.5% y 21.7 ± 7.1%; p<0.001). Este comportamiento fue similar al observado en
el porcentaje de grasa por bioimpedancia en la tabla 1 para nuestra población
(24.44+5.57 y 16.72+6.49% respectivamente). Al comparar se observa que
nuestros resultados son más bajos en ambos géneros ante los resultados de
Moreno; sin embargo este autor concluye que esta técnica es una alternativa
válida frente a la utilización de los pliegues cutáneos.
De igual manera, Ríos y Legorreta (2005) mencionan que se ha propuesto la
bioimpedancia eléctrica como una forma de medición válida de la proporción de
grasa corporal total, ya que ha mostrado ser un buen indicador de la ocurrencia
de cardiopatía isquémica.
4.5 Relación del IMC con el grado de adiposidad. En la figura 5 se muestra la dispersión de los valores del porcentaje de grasa por
bioimpedancia de acuerdo al IMC, en la que se puede observar una tendendica a
aumentar el porcentaje de grasa corporal obtenida por bioimpedancia conforme
aumenta el IMC.
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
35
R2 = 0,2505
0
5
10
15
20
25
30
35
40
15 18 21 24 27 30 33 36 39
IMC
% G
rasa
Bio
empe
danc
ia
Figura 5. Dispersión del porcentaje de grasa corporal por bioimpedancia según el IMC de los universitarios.
En la figura 6 se muestra la dispersión de los valores del porcentaje de grasa por
la medición de los pliegues cutáneos según el IMC. La dispersión indica que los
valores de grasa son más elevados que los normales comparándolos también con
el IMC y el índice de correlación fue menor.
Según Gómez y cols (2001) en su estudio, indica que esta técnica por pliegues
puede tener una elevada concordancia o correlación con el porcentaje de grasa
corporal obtenido a través de diversas técnicas como densitometría, DEXA y
métodos dilucionales.
Entre las ventajas que destaca Ibarra (2006) con respecto a la medición de
pliegues cutáneos, están que este método de medición de grasa es económico,
de fácil transporte, no invasivo y aplicable a gran número de individuos. Además
Castillo y col. (s.f.) mencionan que es relativamente rápido de realizar, no se ve
alterado por otros factores y tiene buena correlación con otros métodos más
precisos.
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
36
R2 = 0,1026
5
10
15
20
25
30
35
40
45
15 18 21 24 27 30 33 36 39IMC
% G
rasa
Plie
gues
Figura 6. Dispersión del porcentaje de grasa corporal por pliegues según el
IMC de los universitarios. A diferencia de los resultados obtenidos en esta muestra en la utilización de estas
dos técnicas, Gómez y col., (2001) mencionan que la utilización del equipo de
bioimpedancia para el porcentaje de grasa corporal obtenido tiene concordancia
con la medición de pliegues a través de la ecuación Siri-específica.
La falta de concordancia en los resultados de esta muestra en la utilización de
ambas técnicas, pudiera ser justificada por las desventajas que mencionan
Castillo y col. (s.f.) ya que en la obtención del porcentaje de grasa a través de los
pliegues, se puede mencionar que requiere de un entrenamiento profesional
previo.
A pesar de las ventajas que comentó Ibarra (2006), éste también indica entre sus
desventajas que la medición de pliegues cutáneos es un método laborioso, con
variabilidad interobservador, ya que es difícil que diferentes observadores
delimiten el pliegue del mismo modo. La técnica es difícil en obesos, en los que es
frecuente la presencia de edemas y en los que en ocasiones el tamaño del
pliegue delimitado es superior a la apertura de los brazos del lipocalibre. La
medición de pliegues no es útil en edad avanzada, donde la cantidad y
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
37
distribución de la materia grasa es diferente; hay diferencias en la distribución de
grasa superficial y profunda incluso en individuos con un porcentaje de adiposidad
similar.
Aunque algunos autores indican que para determinar el porcentaje de grasa
corporal es mejor método la utilización de pliegues frente al de bioimpedancia, en
esta muestra de universitarios no es posible concordar con eso. Con base a los
resultados y en las gráficas de dispersión podemos seleccionar el método de
bioimpedancia por su correlación mayor con el índice de masa corporal (IMC) con
un valor de R2 = 0.2505, en comparación la menor correlación de los pliegues
cutáneos (R2 = 0.1026); sin embargo, ambas correlaciones fueron bajas.
4.6 Indicadores de obesidad androide En nuestro estudio, tanto en el perímetro de cintura, de cadera y el ICC se
obtuvieron diferencias significativas por sexo, con p< 0.05. En la tabla 6 se indica
el promedio del perímetro de cintura tanto de mujeres como en hombres
(71.44+9.04 y 87.4+10.65 cm respectivamente) por lo que están dentro del rango
normal sin ningún riesgo de enfermedad. Sin embargo se encontró que un 8.30%
de mujeres y 8.10% de hombres evaluados en esta muestra estuvieron fuera de
los rangos, clasificándolos con obesidad androide.
De a cuerdo a lo reportado por Olaiz (2006), en cuanto a circunferencia de cintura
indica que las mujeres tuvieron un 40.5% y los hombres 14.1% de mayor riesgo
por obesidad tipo androide para este grupo de edad. Sin embargo el 68.1% de
mujeres y el 41.1% de hombres mostraron tener circunferencia de cintura
excesiva, reflejando un peligro mayor. De cualquier manera, estos datos
reportados son mucho mayores a los resultados en este estudio.
El promedio del ICC de mujeres y hombres (0.76+0.05 y 0.84+0.05
respectivamente) nos indica que se encuentra dentro de los límites normales,
aunque se obtuvo el 11.11% de mujeres y 13.51% de hombres clasificados con
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
38
obesidad androide. Esto difiere a los resultados de Mardueño (2002) quien indica
que las mujeres evaluadas en el ITSON que tuvieron obesidad androide fue más
elevado (19.14%) y en el caso de los hombres fue inferior (2.12%), comparado
con nuestro estudio.
Tabla 6. Indicadores antropométricos relacionados con obesidad central en universitarios.
a ,b Los superíndices distintos por fila denotan diferencia significativa (p<0.05)
Estos datos son contrarios a los reportados por Montalbán (2001) en su estudio
con 85 sujetos, los cuales tuvieron un ICC elevado y el 34.3% de los hombres
tenían riesgo de obesidad visceral (tomando como parámetro normal para dicho
autor un valor de ICC 1.00), frente a un 68% de las mujeres con riesgo de
obesidad visceral (tomando un valor normal de ICC 0.85). Respecto al valor
medio del perímetro de la cintura fue de 93.3±14.1 cm en mujeres y 100.2±11,5
cm en hombres, los cuales fueron mayores a los que se reportan en nuestro
estudio de 0.76+0.05 en mujeres y 0.84+0.05 en hombres.
Aunque en este estudio se dieron pocos casos de obesidad androide, es
necesario dar importancia a lo comentado por Ríos y Legorreta (2005) que
aclaran que muchas investigaciones prospectivas han mostrado que el exceso de
grasa en la parte superior del cuerpo tipo androide se correlaciona más
Variable Mujeres n = 36
Hombres n = 37
Perímetro cintura
% sujetos obesidad androide
71.44+9.04a
8.30% (3)
87.4+10.65b
8.10% (3)
Perímetro cadera 93.91+6.55a 100.25+7.26b
ICC
% sujetos obesidad androide
0.76+0.05a
11.11% (4)
0.84+0.05b
13.51% (5)
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
39
frecuentemente con aumento de la mortalidad, riesgo cardiovascular y
enfermedades metabólicas. El índice cintura-cadera es el más usado para
determinar la distribución regional de tejido adiposo, además, predice
subsiguiente diabetes tipo 2 en el hombre y enfermedad cardiovascular en
hombres y mujeres. En su estudio demuestra cómo la distribución de grasa
corporal, especialmente medida en la cintura, estima mayor prevalencia de
obesidad y riesgo cardiovascular
Por otro lado Moreno (2003) menciona que los resultados que obtuvo en su
estudio de 145 jóvenes, indican que el promedio de mujeres en cintura fue de
81.2+13.6 cm, mientras que el de los hombres fue de 95.1+10.9 cm. Dicho autor
hace mención que estos resultados son de utilidad tanto a nivel clínico como
epidemiológico.
La medición de la cintura y el índice de cintura-cadera (ICC) son indicadores que
pueden permitir la detección de obesidad central. Existe un riesgo de padecer
enfermedades crónico-degenerativas si el sujeto evaluado sobresale de los
rangos establecidos oficialmente, esto de acuerdo a lo mencionado por Montalbán
(2001), que indica que existe influencia del ICC sobre la obesidad androide.
La tendencia a adquirir enfermedades crónico-degenerativas se puede comparar
con un estudio realizado en Argentina por Gavilán y col. (2003) a sujetos menores
de 40 años, en los que el 56% presentaban el ICC elevado y los cuales ya
adquirían algún tipo enfermedad predisponente como diabetes, hipertensión
arterial, cardiopatía isquémica, entre otras.
Lo que mencionan Zuzunaga y Villarreal (2002), quienes analizaron únicamente
mujeres de 20-70 años, concuerda con lo mencionado en el párrafo anterior, ya
que el 82% de sus pacientes presentaban hipertensión arterial, diabetes mellitus y
circunferencia de cintura > 88 cm; mientras que el 80% de los casos con ICC >
0.85 tenían niveles de colesterol > 200 mg/dL. Dichos autores concluyen que los
obesos con más probabilidad de desarrollar hipertensión arterial esencial son
aquellos que tienen un patrón de distribución de tipo central, superior o androide,
independiente de su grado de obesidad, evidenciado, a través de un elevado ICC.
Capítulo IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN
40
También que se ha mostrado que un aumento del ICC (patrón androide),
correlaciona estrechamente con aumento de la glicemia e insulinemia basales,
triglicéridos y presión arterial.
Finalmente, se ha mencionado que últimamente se propone la medición del
perímetro abdominal para identificar gente con riesgo de enfermedades crónicas,
como hipertensión y colesterol elevado, con necesidad de manejo del peso
corporal.
Capítulo V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
V. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La muestra estuvo conformada principalmente por alumnos de las carreras de
Licenciado en Tecnología de los Alimentos e Ingeniero Biotecnólogo con un
promedio de edad de 20.90+2.35 años. El diagnóstico realizado en esta muestra
permitió la estimación de la prevalencia de sobrepeso y obesidad establecida con
el índice de masa corporal. Se determinó que el 69.4% de mujeres y el 54.05% de
hombres se clasificaron normal, mientras que el 25% en mujeres y 32.43% en
hombres fueron clasificados con sobrepeso, y el 2.7% de mujeres y 6.8% de
hombres con obesidad. Esto refleja que existe mayor prevalencia de normopeso y
menor de sobrepeso y obesidad en esta muestra de universitarios, lo cual difiere
de lo reportado por Olaiz y col. (2006) a nivel nacional para este grupo de edad.
La medición del porcentaje de grasa por el equipo de bioempedancia indicó que
existe un mayor número de sujetos que están dentro de lo normal, lo que coincidió
con los resultados de la medición del IMC. En el caso de la obtención del
porcentaje de grasa a través de la medición de los pliegues no existió
concordancia con el IMC. En nuestra población es preferible utilizar el método de
bioimpedancia que el plicómetro, ya que dio mayor correlación con el IMC, siendo
una de las limitantes el tener la experiencia necesaria para medir pliegues.
La medición de la cintura en los sujetos de esta muestra indicó que estaban
dentro de lo normal, solamente el 8.30% de hombres y el 8.10% de mujeres
fueron clasificados en la categoría de obesidad androide. De igual manera con el
ICC, que solamente el 11.11% de mujeres y 13.51% de hombres se clasificaron
con obesidad androide.
Capítulo V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
42
Estos resultados comprueban que la mayoría de los universitarios de esta
muestra fueron clasificados como normopeso, por todas las variables evaluadas
(excepto utilizando pliegues cutáneos).
A los universitarios que presentaron sobrepeso u obesidad se les debe prestar
más atención, ya que son éstos los que tienen riesgo de enfermedades crónico-
degenerativas en un futuro. Es recomendable la utilización de programas que
promuevan los buenos hábitos alimenticios dentro de la institución, para que los
alumnos puedan darse cuenta de las consecuencias que conlleva una
alimentación inadecuada. Así también, que los alumnos le den la importancia a su
peso corporal, dándoles a conocer la clasificación de este para que se den cuenta
de la gravedad del problema.
Igualmente realizar talleres o actividades en los que se dé ayuda o guías para
contrarrestar el problema de los universitarios que presentan sobrepeso y
obesidad. Incluso para los alumnos clasificados como normopeso pudiera ser de
gran ayuda en la prevención de diversas enfermedades causadas por el futuro
exceso de peso.
43
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.
49
ANEXO 1
INSTITUTO TECNOLÓGICO DE SONORA DEPARTAMENTO DE BIOTECNOLOGÍA Y CIENCIAS ALIMENTARIAS
CARTA DE CONSENTIMIENTO
Fecha: ___________
Yo, ______________________________________________________ he sido informada de que el objetivo del estudio titulado “Diagnóstico de la composición corporal de jóvenes universitarios del Instituto Tecnológico de Sonora Campus Náinari. Agosto-diciembre de 2006”, es evaluar mi estado de composición corporal para determinar si existe riesgo de enfermedades crónico-degenerativas.
Si decido participar en este estudio, acepto las indicaciones necesarias para lo siguiente: • Contestar preguntas como nombre, edad, carrera, matricula, etc. • Toma de peso y talla. • Toma de pliegues bicipital y tricipital. • Medición de cintura y cadera. • Toma del porcentaje de grasa a través del equipo de bioimpedancia. Los beneficios que obtendré al participar en este estudio serán: • Conocer mi estado de composición corporal. Finalmente se me ha explicado que mi participación es totalmente voluntaria y tengo derecho a recibir todas las explicaciones necesarias para comprender los procedimientos a los que seré sometido(a) y podré suspender mi participación en el momento que lo desee. Nombre y firma del participante
Nombre y firma del responsable del estudio
50
ANEXO 2
Observaciones: _______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Fecha:
No. de Control: Sexo: F__ M__
Nombre: Edad:
Matrícula:
Observaciones:
ANTROPOMETRÍA
Peso Estatur
a
IMC Pliegue
Tríceps
Pliegue
Bíceps
%grasa
pliegues
%grasa
bioimpedancia
Circunferencia
cintura
Circunferencia
cadera
ICC
Indicador
Diagnóstico
Recomendaciones
IMC
% grasa pliegues cutáneos
% grasa pliegues bioimpedancia
ICC
Diagnóstico de la composición corporal de jóvenes universitarios del Instituto Tecnológico de Sonora Campus Náinari. Agosto-diciembre de 2006”
REGISTRO
51
ANEXO 3
CARRERAS Lista de carreras del Instituto Tecnológico de Sonora que tuvieron participación en
este estudio.
Núm. de sujetos.
Siglas Nombre de la carrera
15 LTA Licenciado en Tecnología de Alimentos
14 IB Ingeniero Biotecnólogo
6 IQ Ingeniero Químico
6 LA Licenciado en Administración
6 LCEF Licenciado en Ciencias del Ejercicio Físico
4 IE Ingeniero Electrónico
4 II Ingeniero Industrial
4 LCE Licenciado en Ciencias de la Educación
3 IC Ingeniero Civil
3 ISS Ingeniero Industrial y de Sistemas
2 LGDA Licenciado en Gestión y Desarrollo de las Artes
1 LCP Licenciado en Contaduría Pública
1 LAET Licenciado en Administración de Empresas Turísticas
1 LSIA Licenciado en Sistemas de Información Administrativas
1 MVZ Médico Veterinario Zootecnista
1 LPS Licenciado en Psicología
1 LEF Licenciado en Economía y Finanzas
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