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Demencia senil (Causas, Síntomas, Tratamientos y Remedios)
La demencia senil no es una enfermedad específica, describe un grupo de síntomas que
afectan a la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales de forma tan grave que
interfieren con el desempeño diario de la persona afectada.
La demencia indica problemas con al menos dos funciones cerebrales, como la pérdida
de memoria y el deterioro del juicio o el idioma, así como la incapacidad para llevar a
cabo algunas de las actividades diarias, por ejemplo no poder realizar el pago de las
facturas o perderse durante la conducción de un auto.
Aunque en la demencia generalmente se produce la pérdida de memoria, este síntoma
por sí solo no significa que se tiene demencia. Existe cierto grado de pérdida de
memoria que es una parte normal del envejecimiento.
Existen muchas causas para los síntomas de demencia, siendo la enfermedad de
Alzheimer la causa más común de la demencia progresiva. Algunas causas de la
demencia pueden ser reversibles.
Más en; Demencia senil. Preguntas frecuentes.
Los síntomas de la demencia senil
Los síntomas de la demencia varían dependiendo de la causa, pero los signos y
síntomas más comunes incluyen:
Cambios cognitivos
Pérdida de la memoria
Dificultad para comunicarse o para encontrar palabras
Dificultad para realizar tareas complejas
Dificultad con la planificación y la organización
Dificultad con las funciones motoras y de coordinación
Desorientación
Cambios psicológicos
Cambios en la personalidad
Incapacidad de razonar
Conducta inapropiada
Paranoia
Agitación
Alucinaciones
Más en; ¿Vejez o algo más? Los 11 primeros síntomas de la demencia.
Cuándo consultar a un médico
Consulte a un médico si usted o un ser querido experimenta problemas serios de
memoria u otros síntomas de demencia. Algunas condiciones tratables pueden causar
síntomas similares a los de la demencia, por eso es importante que un médico
determine la causa exacta.
La enfermedad de Alzheimer y otros tipos de demencia empeoran con el tiempo. El
diagnóstico temprano le da una oportunidad al paciente para planificar su futuro,
mientras es capaz de seguir tomando decisiones.
Causas de la demencia senil
La demencia implica un daño de las células nerviosas en el cerebro, lo que puede
ocurrir en varias áreas del mismo. Puede afectar a las personas de manera diferente,
dependiendo del área afectada.
La demencia se puede clasificar en varios tipos, que son agrupados según las
características que tienen en común. Por ejemplo, qué parte del cerebro se ve afectada
o si empeoran con el tiempo (demencias progresivas). Algunas demencias, como las
causadas por una reacción a medicamentos o una infección, son reversibles con el
tratamiento.
Demencias Progresivas
Los tipos de demencias que no son reversibles y empeoran con el tiempo incluyen:
Enfermedad de Alzheimer. En las personas mayores de 65 años, la enfermedad
de Alzheimer es la causa más común de demencia. En general se pueden
desarrollar síntomas después de los 60 años, pero algunas personas pueden
padecer el inicio temprano de la enfermedad, a menudo como resultado de un gen
defectuoso.
Más en;
¿Cuál es la diferencia entre la demencia y la enfermedad de Alzheimer?
Enfermedad de Alzheimer(Causas, síntomas, tratamientos y remedios)
Aunque en la mayoría de los casos se desconoce la causa exacta de la enfermedad de
Alzheimer, en el cerebro de los pacientes se suelen encontrar placas y ovillos, formados
por grupos de la proteína beta-amiloide y por enredos fibrosos de la proteína tau,
respectivamente.
Ciertos factores genéticos también pueden aumentar la probabilidad de desarrollar la
enfermedad de Alzheimer, la cual generalmente progresa de forma lenta durante 8 a 10
años. Las capacidades cognitivas de la persona disminuyen poco a poco, con el tiempo
las áreas afectadas de su cerebro no funcionan correctamente, incluyendo las partes
que controlan la memoria, el lenguaje, el juicio y las habilidades espaciales.
Demencia vascular. La demencia vascular, que el segundo tipo de demencia más
común, se produce como resultado del daño cerebral por la reducción del flujo
sanguíneo o el bloqueo en los vasos sanguíneos que conducen al cerebro.
Más en; Demencia vascular. Todo sobre esta condición.
Estos problemas pueden ser causados por un accidente cerebrovascular, una infección
en una válvula del corazón (endocarditis) u otras condiciones vasculares.
Los síntomas generalmente comienzan de forma repentina, con mayor frecuencia en
personas con presión arterial alta o personas que han sufrido accidentes
cerebrovasculares y ataques al corazón en el pasado.
Existen diferentes tipos de demencia vascular, con diferentes causas y síntomas. La
enfermedad de Alzheimer y otras demencias pueden estar presentes al mismo tiempo
que dicha enfermedad.
Demencia con Cuerpos de Lewy. Este tipo de demencia afecta
aproximadamente al 10 por ciento de las personas con demencia, por lo que
también es una de las más comunes. La demencia con cuerpos de Lewy se vuelve
más común a medida que avanzamos en edad.
Los cuerpos de Lewy son masas anormales de proteínas que se han encontrado en el
cerebro de las personas con la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y
por supuesto en pacientes con la demencia en cuestión.
Sus síntomas son similares a los síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Algunas de
sus características únicas incluyen fluctuaciones entre la confusión y el pensamiento
claro (lucidez), alucinaciones visuales, temblores y rigidez (parkinsonismo).
Estos pacientes a menudo tienen una enfermedad llamada movimiento ocular
rápido, un trastorno en el comportamiento del sueño que consiste en actuar los
sueños.
Demencia frontotemporal. Este tipo de demencia tiende a ocurrir a una edad
más joven que la enfermedad de Alzheimer, por lo general entre las edades de 50
y 70 años.
Más en; Demencia frontotemporal. Todo sobre esta condición.
Es una enfermedad caracterizada por la descomposición (degeneración) de las células
nerviosas en los lóbulos frontales y temporales del cerebro. Estas áreas generalmente
están asociadas con la personalidad, el comportamiento y el lenguaje.
Los signos y síntomas de la demencia frontotemporal pueden incluir comportamientos
inadecuados, problemas de lenguaje, dificultad para pensar, concentrarse y problemas
de movimiento.
Al igual que con otras demencias, la causa exacta no se conoce, aunque en algunos
casos esta demencia se relaciona con ciertas mutaciones genéticas.
Más en; Todo sobre las causas de la demencia (cada tipo).
Otros trastornos vinculados a la demencia:
Enfermedad de Huntington. Esta enfermedad hereditaria hace que ciertas
células nerviosas en el cerebro y la médula espinal comiencen a consumirse. Los
signos y síntomas suelen aparecer tan pronto como a los 30-40 años. Las personas
afectadas pueden experimentar cambios de personalidad, como irritabilidad o
ansiedad.
La condición causa una severa disminución en las habilidades de pensamiento con el
tiempo, además de debilidad, dificultad para caminar y moverse.
Lesión cerebral traumática. Esta condición es causada por un traumatismo
craneal repetitivo, como los experimentados por boxeadores, futbolistas o
soldados.
Dependiendo de la parte del cerebro que está lesionada, esta condición puede causar
signos de demencia como la falta de coordinación, deterioro del habla, lentitud en los
movimientos, temblores y rigidez (parkinsonismo). Los síntomas pueden no aparecer
hasta muchos años después del trauma real.
Una persona que haya experimentado un solo traumatismo craneoencefálico podría
desarrollar la condición similar llamada demencia postraumática, que puede causar
problemas de memoria a largo plazo.
Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Este trastorno cerebral poco común suele
ocurrir en personas sin factores de riesgo. La condición puede deberse a una
anormalidad en alguna proteína, puede ser hereditaria o causada por la
enfermedad del cerebro o el tejido del sistema nervioso.
Los signos y síntomas suelen aparecer alrededor de los 60 años y en un principio
incluyen problemas de coordinación, de memoria, de pensamiento y con la visión. Estos
empeoran con el tiempo y pueden conducir a la incapacidad para moverse o hablar, a la
ceguera o al desarrollo de infecciones.
Enfermedad de Parkinson. Muchas personas con la enfermedad de Parkinson
eventualmente desarrollan síntomas de demencia.
Condiciones afines a la demencia que pueden ser revertidas
Algunas causas de demencia o síntomas similares a los de demencia pueden revertirse
con tratamiento.
Las infecciones y trastornos del sistema inmune. En ocasiones los síntomas
de demencia pueden ser el resultado de la fiebre u otros efectos secundarios de la
lucha inmune del cuerpo para erradicar una infección.
Las personas pueden desarrollar problemas en el pensamiento si tienen infecciones
cerebrales como la meningitis y la encefalitis, la sífilis no tratada, la enfermedad de
Lyme, u otras condiciones que comprometan al sistema inmune, como la leucemia.
La esclerosis múltiple que resulta del ataque por parte del sistema inmunológico hacia
las células nerviosas también puede causar demencia.
Problemas metabólicos y alteraciones endocrinas. Las personas con
problemas de tiroides, hipoglucemia, alteraciones en los niveles de sodio y calcio o
deterioro de la capacidad para absorber la vitamina B-12, pueden desarrollar
síntomas parecidos a la demencia u otros cambios en su personalidad.
Deficiencias nutricionales. Los síntomas similares a los de demencia pueden
ocurrir como resultado de no beber suficientes líquidos (deshidratación), no
obtener suficiente tiamina (vitamina B-1) y por no tener suficientes vitaminas B-6
y B-12 en la dieta.
Reacciones a los medicamentos. Los síntomas de demencia pueden surgir
como reacción a un medicamento o por una interacción de varios medicamentos.
Hematomas subdurales. Los hematomas subdurales son causados por el
sangrado y su acumulación en el área subdural del cerebro, entre las membranas
aracnoides y duramadre. Su presencia puede causar síntomas similares a la
demencia.
Envenenamiento. Los síntomas de demencia también pueden ocurrir como
resultado de la exposición a metales pesados como el plomo y a otros venenos
como los pesticidas. Del mismo modo pueden ocurrir en algunas personas que han
abusado del alcohol o de las drogas. Los síntomas pueden desaparecer después del
tratamiento, pero no siempre es así.
Los tumores cerebrales. La demencia rara vez puede resultar del daño causado
por un tumor cerebral.
Anoxemia. Esta condición, también llamada hipoxia, se produce cuando los
tejidos de los órganos no reciben suficiente oxígeno. Esto puede ocurrir debido al
asma severa, a un infarto de miocardio, a la intoxicación por monóxido de carbono
u otras causas. Cuando se ha experimentado una falta de oxígeno severa, la
recuperación puede tomar más tiempo. En esta fase pueden surgir síntomas como
problemas de memoria y confusión.
Hidrocefalia de presión normal. Esta condición causada por la presencia de
ventrículos dilatados en el cerebro, puede conducir a problemas para caminar,
dificultad urinaria y pérdida de memoria. Una cirugía de derivación, que lleva el
líquido cefalorraquídeo desde la cabeza hasta el abdomen o el corazón, puede
ayudar a eliminar estos síntomas.
Factores de riesgo
Existen muchos factores que eventualmente pueden conducir a la demencia. Algunos,
como la edad, no se pueden cambiar, pero otros se pueden manejar para reducir el
riesgo.
Factores de riesgo inalterables
Edad. A medida que envejecemos, el riesgo de desarrollar la enfermedad de
Alzheimer, la demencia vascular y otras demencias aumenta en gran medida,
sobre todo después de los 65 años. Sin embargo, la demencia no es una parte
normal del envejecimiento, o sea, puede aparecer en personas más jóvenes.
Historia familiar. Si se tienen antecedentes familiares de demencia, se tiene
mayor riesgo de desarrollar la condición. A pesar de esto, muchas personas con
antecedentes familiares nunca desarrollan los síntomas y otras personas sin
antecedentes familiares, lo hacen.
Cuando una persona tiene mutaciones genéticas específicas, está en riesgo
significativamente mayor de desarrollar ciertos tipos de demencia.
Síndrome de Down. Muchas personas con síndrome de Down desarrollan las
placas y ovillos en el cerebro que están asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
Algunos pueden desarrollar demencia.
Factores de riesgo que podemos controlar
El uso excesivo de alcohol. Las personas que consumen grandes cantidades de
alcohol pueden tener un mayor riesgo de demencia. Aunque los estudios han
demostrado que cantidades moderadas de alcohol pueden tener un efecto
protector, el abuso de esta sustancia es perjudicial.
La aterosclerosis. Esta acumulación de grasas y otras sustancias en y sobre las
paredes de las arterias puede reducir el flujo de sangre al cerebro y provocar un
accidente cerebrovascular y también causar demencia vascular.
Presión sanguínea. Varios estudios muestran que la presión arterial alta o baja
puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia.
Colesterol. Si una persona tiene altos niveles de colesterol malo, enfrenta un
mayor riesgo de desarrollar demencia vascular o enfermedad de Alzheimer. Los
investigadores continúan estudiando cómo el colesterol puede afectar a la
demencia.
Depresión. Aunque todavía no se entiende bien este fenómeno, se ha planteado
que la depresión duradera, sobre todo en los hombres, puede ser un indicio del
desarrollo de demencia.
Diabetes. Cuando se tiene diabetes, es posible que exista un mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad de Alzheimer y la demencia vascular.
Los altos niveles de estrógeno. Las mujeres que toman estrógeno y
progesterona años después de la menopausia pueden estar en mayor riesgo de
desarrollar demencia.
Los niveles de homocisteína en la sangre. Los niveles elevados de
homocisteína, un tipo de aminoácido producido por el cuerpo, pueden aumentar el
riesgo de desarrollar demencia vascular.
Obesidad. Tener sobrepeso u obesidad durante la mediana edad puede aumentar
el riesgo de desarrollar demencia cuando se es mayor.
Fumar. Fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades
en los vasos sanguíneos (vasculares).
Complicaciones de la demencia senil
La demencia puede afectar el funcionamiento de muchos sistemas del cuerpo y por
tanto, la capacidad de llevar a cabo las tareas del día a día.
Nutrición inadecuada: muchos pacientes con demencia finalmente reducen sus
comidas o dejan de comer y beber. Pueden olvidarse de comer o pensar que ya
han comido. Los cambios en el horario de las comidas o las distracciones de ruido
en su entorno pueden influir en esto.
A menudo, la demencia avanzada provoca la pérdida de control sobre los músculos que
se usan para masticar y tragar. Esto puede crear un riesgo de asfixia o aspiración de
alimentos en los pulmones. Cuando esto sucede, puede bloquearse la respiración y
causar neumonía.
También se pierde la sensación de hambre y con ella, el deseo de comer. La depresión,
los efectos secundarios de los medicamentos, el estreñimiento y otras condiciones
también pueden disminuir el interés por la comida.
Mala higiene. En las etapas de la demencia, de moderada a severa, la persona
suele perder su capacidad para completar de forma independiente las tareas más
básicas de la vida diaria. Ya no es capaz de bañarse, vestirse, cepillarse los
dientes, peinarse o usar el baño por su cuenta.
Dificultad para tomar los medicamentos. Debido a que la memoria se ve tan
afectada, recordar que debe tomar cierta cantidad de medicamentos y en
determinado momento, puede ser un reto.
Deterioro de la salud emocional. La demencia cambia el comportamiento y la
personalidad. Algunos cambios pueden ser causados por el deterioro real que
sucede en el cerebro, mientras que otros cambios de comportamiento y
personalidad pueden ser reacciones emocionales para hacer frente a la situación
actual. La demencia puede llevar a la depresión, agresión, confusión, frustración,
ansiedad, falta de inhibición y desorientación.
Dificultad para comunicarse. A medida que la demencia progresa, se puede
perder la capacidad de recordar los nombres de las personas y las cosas. Es
posible que el paciente tenga problemas para comunicarse con otros o comprender
a los demás. Esta dificultad puede provocar sentimientos de agitación, aislamiento
y depresión.
Los delirios y alucinaciones. La persona afectada puede experimentar delirios
en los que tiene ideas falsas acerca de otra persona o situación. Algunas personas,
especialmente aquellas que padecen demencia con cuerpos de Lewy, pueden tener
alucinaciones visuales.
Dificultades para dormir. Se puede experimentar dificultades para dormir, por
ejemplo, despertarse muy temprano en la mañana. Algunas personas con
demencia pueden tener el síndrome de piernas inquietas o movimiento ocular
rápido, un trastorno conductual del sueño que también puede interferir con el
descanso.
Desafíos de seguridad personal. Debido a la reducción en la capacidad para
tomar decisiones y resolver problemas, algunas situaciones del día a día pueden
representar problemas de seguridad para las personas con demencia. Esto incluye
conducir, cocinar, orientarse y manejar obstáculos.
Cómo prepararse para una cita médica
Lo más probable es que la persona afectada acuda primero a su médico de cabecera
cuando sienta preocupación acerca de la demencia. Lo más común es que más
adelante se le indique una consulta con el especialista del sistema nervioso (neurólogo).
Debido a que la consulta puede ser breve y porque a menudo hay mucho de qué
hablar, es muy buena idea prepararse de antemano. Aquí ofrecemos alguna
información para que sirva de ayuda.
Lo que puedes hacer
Esté al tanto de cualquier restricción previa a la cita. En el momento de hacer la
cita, asegúrese de preguntar si hay algo que deba hacer con antelación.
Anote los síntomas, incluidos los que pueden parecer ajenos a la condición.
Anote la información personal clave, incluyendo las principales tensiones o cambios
recientes de la vida.
Haga una lista de todos los medicamentos, vitaminas o suplementos que está
tomando.
Lleve a un familiar, amigo o cuidador, si es posible. A veces puede ser difícil
recordar toda la información proporcionada durante una cita médica.
Preparar una lista de preguntas también ayudará a sacar el máximo provecho de su
tiempo con el médico. Para la demencia, algunas preguntas básicas incluyen:
¿Qué puede estar causando mis síntomas?
¿Existen otras posibles causas para mis síntomas?
¿Qué tipo de pruebas son necesarias?
¿Es probable que la condición sea temporal o crónica?
¿Cuál es el mejor curso de acción?
¿Existen alternativas al enfoque principal?
¿Cómo puedo manejar la demencia y otros problemas de salud al mismo tiempo?
¿Hay alguna restricción?
¿Hay alguna alternativa genérica a la medicina que se prescribe?
¿Existen folletos u otro material impreso que pueda llevar conmigo a casa? ¿En
qué sitios web fiables puedo obtener más información sobre mi enfermedad?
Además de las preguntas que ha preparado con anterioridad, no dude en hacer otras
preguntas durante la cita cuando no entienda algo.
¿Qué esperar de su médico?
El médico probablemente hará una serie de preguntas importantes, como:
¿Qué síntomas está experimentando? ¿Está teniendo problemas con la búsqueda
de palabras, para recordar eventos o para centrar su atención? ¿Se ha sentido
perdido o ha desarrollado cambios en su personalidad?
¿Cuándo comenzaron los síntomas?
¿Los síntomas han sido continuos u ocasionales?
¿Qué tan grave son los síntomas?
¿Hay algo que mejore los síntomas?
¿Hay algo que empeore los síntomas?
¿Existen antecedentes familiares de demencia o condiciones relacionadas, como la
enfermedad de Parkinson o la enfermedad de Huntington?
¿Hay alguna actividad que haya tenido que suspender debido a la dificultad para
pensar?
Pruebas y diagnóstico de la demencia senil
La pérdida de memoria y otros síntomas de la demencia tienen muchas causas, por lo
que su diagnóstico y el de otras condiciones relacionadas puede ser un reto y requerir
varias citas médicas.
Para diagnosticar la enfermedad, el médico revisará su historia clínica, evaluará los
síntomas y llevará a cabo un examen físico. También puede ordenar una serie de
pruebas para diagnosticar la demencia y descartar otras condiciones.
Las pruebas cognitivas y neuropsicológicas
En estas pruebas, los médicos evalúan la función de pensamiento (cognitivas). Con
ellas se pueden medir las habilidades de memoria, orientación, razonamiento y juicio,
habilidades de lenguaje y de atención.
Son muy útiles para determinar si el paciente tiene demencia, qué tan grave es y qué
parte del cerebro se ve afectada.
Evaluación neurológica
En una evaluación neurológica, los médicos evalúan el movimiento, los sentidos, el
equilibrio, los reflejos y otras áreas. También se pueden diagnosticar otras condiciones.
Los escáneres cerebrales
Los médicos pueden ordenar exámenes cerebrales, como una tomografía
computarizada o una resonancia magnética, para comprobar si hay evidencia de
derrame cerebral o sangrado y descartar la posibilidad de un tumor.
Pruebas de laboratorio
Los análisis de sangre simples pueden descartar problemas físicos que afectan el
funcionamiento del cerebro, como la deficiencia de vitamina B-12 o una glándula
tiroides hipoactiva.
Evaluación psiquiátrica
Un psicólogo o psiquiatra puede evaluar si la depresión u otra condición psicológica es
la causa de los síntomas.
Tratamientos y medicamentos para la demencia
La mayoría de los tipos de demencia no se pueden curar. Sin embargo, los médicos
ayudan a manejar los síntomas mediante el tratamiento. Esto puede ayudar a retardar
o minimizar el desarrollo de los síntomas.
Medicamentos inhibidores de la colinesterasa: estos fármacos, incluyendo al
donepezil (Aricept), la rivastigmina (Exelon) y la galantamina (Reminyl), funciona
al aumentar los niveles de un mensajero químico involucrado en la memoria y el
juicio.
Los efectos secundarios pueden incluir náuseas, vómitos y diarreas. Aunque se utilizan
principalmente para tratar la enfermedad de Alzheimer, estos medicamentos también
pueden tratar la demencia vascular, la demencia en la enfermedad de Parkinson y la
demencia con cuerpos de Lewy.
La memantina: la memantina (Namenda) funciona mediante la regulación de la
actividad del glutamato. El glutamato es otro mensajero químico involucrado en las
funciones del cerebro, como el aprendizaje y la memoria. Un efecto secundario
común de la memantina es el mareo.
Algunas investigaciones han demostrado que la combinación de la memantina con un
inhibidor de la colinesterasa puede tener resultados beneficiosos.
Otros medicamentos: el médico puede recetar medicamentos para tratar otros
síntomas o afecciones, como el trastorno del sueño.
Terapia ocupacional: el médico puede sugerir la terapia ocupacional para ayudarle
a adaptarse a vivir con demencia. Los terapeutas pueden enseñarle a enfrentar y
manejar mejor la situación, así como algunas formas para adaptar los movimientos
y actividades diarias a medida que la condición progresa.
Terapias
Varios síntomas de la demencia y problemas de comportamiento pueden ser tratados
inicialmente utilizando enfoques no farmacológicos, tales como:
La modificación del medio ambiente. Reducir el desorden y el ruido puede ayudar a
que un paciente con demencia logre enfocarse y desenvolverse mejor. También
puede reducir la confusión y la frustración.
La modificación de las respuestas. La respuesta de un cuidador a determinado
comportamiento, como la agitación, puede hacer que empeore. Lo mejor es evitar
las acciones que corrigen e interrogan a una persona con demencia. Tranquilizar a
la persona y validar sus preocupaciones puede desactivar la mayoría de estas
situaciones.
La modificación de tareas. Dividir las tareas en pasos más fáciles y centrarse en el
éxito, no en el fracaso, puede ser de mucha ayuda. La organización y la rutina
durante el día, también ayudan a reducir la confusión en pacientes con demencia.
Más en; Tratamiento de la demencia para cada tipo y etapa.
Estilo de vida y remedios caseros para la demencia senil
Las personas con demencia experimentan la progresión de sus síntomas y problemas
de comportamiento con el tiempo. Los cuidadores pueden adaptar las siguientes
sugerencias a las situaciones individuales:
Mejorar la comunicación. Al hablar con el paciente se debe mantener el contacto
visual. Hable despacio en oraciones simples y no presione la respuesta. Presente
sólo una idea o instrucción a la vez. Use gestos, indicaciones y señale los objetos.
Fomentar el ejercicio. El ejercicio beneficia a todos, incluyendo a las personas con
demencia. Los principales beneficios del ejercicio incluyen la mejora de la fuerza y
la salud cardiovascular. Algunas investigaciones demuestran que la actividad física
puede retardar la progresión del deterioro en la función cognitiva de las personas
con demencia.
El ejercicio también puede disminuir los síntomas de la depresión, ayudar a retener las
habilidades motoras y crear un efecto calmante.
Fomentar la participación en juegos y actividades. Involucrarse en juegos que
hagan pensar y otras actividades similares puede ralentizar el deterioro mental en
las personas con demencia.
Establecer un ritual nocturno. El comportamiento a menudo empeora en la noche.
Trate de establecer rituales para acostarse que sean calmantes y alejen a la
persona del ruido de la televisión y de los familiares activos. Deje alguna luz
encendida durante la noche para evitar la desorientación.
Evite el consumo de cafeína durante el día, desaliente las siestas diurnas y ofrezca
oportunidades para hacer ejercicio. Todo esto ayuda a prevenir la inquietud nocturna.
Anime a mantener un calendario. Mantener un calendario de tareas puede ayudar
a su ser querido a recordar los próximos eventos, actividades diarias y los horarios
de medicación.
Planificar para el futuro. Desarrolle un plan con su ser querido donde se
identifiquen los objetivos de la atención en el futuro. Varios grupos de apoyo,
asesores legales, familiares y otras personas pueden ayudarle. Tendrán que
considerar las cuestiones financieras y legales, la seguridad, las preocupaciones de
la vida diaria y las opciones de cuidado a largo plazo.
Medicina alternativa para la demencia
Varios suplementos dietéticos, hierbas medicinales y terapias han sido estudiados para
su uso en personas con demencia. Como resultado se ha obtenido que algunos pueden
ser beneficiosos.
Los suplementos dietéticos, vitaminas y hierbas medicinales
Tenga precaución al considerar el consumo de suplementos dietéticos, vitaminas o
remedios a base de hierbas para retrasar el progreso de la demencia, especialmente si
está tomando otros medicamentos. Estos productos no siempre están regulados y las
afirmaciones sobre sus beneficios pueden no basarse en la investigación científica.
Algunas de las opciones de medicina alternativa para la enfermedad de Alzheimer y
otras formas de demencia que han sido estudiadas incluyen:
Vitamina E. Algunos estudios han demostrado que la vitamina E puede retardar la
progresión de la enfermedad de Alzheimer. Los médicos advierten que no se deben
tomar grandes dosis de vitamina E, ya que puede existir un mayor riesgo de
mortalidad, especialmente en personas con enfermedades del corazón.
Los ácidos grasos Omega-3. Los omega-3, un tipo de ácido graso poliinsaturado
que se encuentra en alimentos como el pescado y las nueces, pueden reducir el
riesgo de enfermedades del corazón, derrame cerebral y deterioro cognitivo leve.
Sin embargo, en algunos estudios, los ácidos grasos omega-3 no han disminuido
significativamente el deterioro cognitivo, de leve a moderado, en la enfermedad de
Alzheimer. Se necesita más investigación para entender si realmente benefician a las
personas con Alzheimer y otros tipos de demencia.
Coenzima Q10. Este antioxidante se produce naturalmente en el cuerpo y es
necesario para las reacciones celulares normales. Una versión sintética de este
compuesto, llamado idebenona, mostró algunos resultados positivos en pruebas
relacionadas con la enfermedad de Alzheimer. Se necesitan más estudios para
determinar las dosis seguras y beneficios potenciales de la coenzima Q10 para la
demencia.
Gingko. Los extractos de las hojas del árbol Ginkgo biloba tienen propiedades
antioxidantes y anti-inflamatorias que pueden proteger a las células del cerebro
contra la descomposición. Algunos estudios han demostrado que el ginkgo puede
retardar la progresión de los problemas de memoria en las personas con Alzheimer
u otros tipos de demencia.
Otras terapias
Las personas con demencia a menudo experimentan síntomas peores cuando están
frustradas o ansiosas. Las siguientes técnicas pueden ayudar a reducir la agitación y
promover la relajación en estos pacientes.
La musicoterapia, que se basa en escuchar música relajante.
La terapia con animales, especialmente con perros, para promover un mejor
estado de ánimo y comportamientos más tranquilos.
La aromaterapia, que utiliza aceites vegetales aromáticos para relajar al paciente.
La terapia de masajes
Afrontamiento y apoyo
Recibir un diagnóstico de demencia puede ser devastador para el paciente y sus seres
queridos. Se deben considerar muchos detalles para asegurar que quienes le rodean
están preparados para hacer frente a una condición impredecible y que cambia
continuamente.
A lo largo de la enfermedad, se puede experimentar una amplia gama de sentimientos.
Aquí están algunas sugerencias que el paciente puede intentar para ayudarse a sí
mismo y enfrentar su situación:
Aprenda todo lo que pueda acerca de la pérdida de memoria, la demencia y la
enfermedad de Alzheimer.
Escriba sobre sus sentimientos en un diario.
Únase a un grupo de apoyo local.
Obtenga asesoramiento individual o familiar.
Hable con un miembro de su iglesia u otra persona que le pueda ayudar con sus
necesidades espirituales.
Manténgase activo e involucrado, haga ejercicio y participe en actividades
indicadas para personas con pérdida de memoria.
Mantenga el contacto y pase tiempo con amigos y familiares.
Participe en una comunidad online de personas que estén viviendo experiencias
similares.
Encuentre nuevas maneras de expresarse, por ejemplo a través de la pintura, el
canto o la escritura.
Delegue la toma de decisiones en alguien de confianza.
Sea paciente consigo mismo.
Apoyar a alguien que padece la demencia
Se puede ayudar a una persona con demencia si la escuchamos, si la tranquilizamos
diciendo que aun puede disfrutar de la vida, si somos solidarios y positivos, haciendo
todo lo posible para ayudarla a mantener su dignidad y respeto propio.
La atención a una persona con demencia es física y emocionalmente exigente. A
menudo, el cuidador principal es un cónyuge u otro miembro de la familia. Los
sentimientos de ira y culpa, la frustración, el desánimo, la preocupación, la pena y el
aislamiento social son muy comunes en estos casos. Si es cuidador de una persona con
demencia:
Pida ayuda a amigos o familiares cuando la necesite.
Cuide su salud física, emocional y espiritual.
Aprenda todo lo que pueda sobre la enfermedad.
Haga preguntas a los médicos, trabajadores sociales y otras personas involucradas
en el cuidado de su ser querido.
Únase a un grupo de apoyo.
Infórmese sobre los servicios de apoyo y cuidado en su comunidad que puedan
proporcionarle descanso algunas horas durante la semana.
Prevención de la demencia senil
No hay opción definitiva para prevenir la demencia, aunque existen algunos pasos que
pueden ayudar. Se necesita más investigación en este sentido, pero se recomienda
hacer lo siguiente:
Mantener la mente activa y estimulada. Las actividades mentales, como puzzles y
juegos de palabras, pueden retrasar la aparición de la demencia y ayudar a
disminuir sus efectos.
Estar física y socialmente activo. La actividad física y la interacción social pueden
retrasar la aparición de la demencia y reducir sus síntomas.
Dejar de fumar. Algunos estudios han demostrado que fumar en la mediana edad y
la vejez puede aumentar el riesgo de demencia y de condiciones vasculares. Así
que dejar de fumar puede reducir su riesgo.
Controlar la presión arterial. La presión arterial alta puede conducir a un mayor
riesgo de desarrollar algunos tipos de demencia.
Estudiar y aprender cosas nuevas. Los investigadores creen que el estudio regular
puede ayudar al cerebro a desarrollar una sólida red de células nerviosas que
compensa el daño celular causado por la enfermedad de Alzheimer y la demencia.
Mantener una dieta saludable. Comer una dieta saludable es importante por
muchas razones, pero especialmente una dieta rica en frutas, vegetales y ácidos
grasos omega-3, puede promover la salud general y reducir el riesgo de
desarrollar demencia.
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