Busquemos en la vida josé rodríguez peláez

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BUSQUEMOS EN LA VIDAJosé Rodríguez

Peláez

“¿Por qué buscar, entonces,entre los muertos al que vive?

”En otra Pascua mi reflexión acabó titulada“¿Quién nos removerá la piedra?”.

Y hoy, el calendario me trae de nuevo,parecidos pensamientos,

sobre la ineficacia de la preocupación.Aunque para muchos parece imposible

liberarse de su tortura.

Siempre repite su presencia, cuando aceptamos como real

la apariencia de un problema. Los ojos de las buenas mujeres

certificaron la clausura del sepulcro con el rodar de la roca.

Y ahora,un doloroso interrogante acompaña todas sus

acciones.Preparan diligentes los aceites y perfumes

mortuorios.Madrugan,

pasada la obligación del descanso sabático.Se apresuran, noche aún, por un camino carente de

luz.

Pero siempre con la temerosa pregunta:¿Cómo retirar la piedra?

Ellas solas no suman la fuerza suficiente.“¿Qué hacer?” Se repiten una y otra vez,como auténticas imágenes de la duda y la

ansiedad.Su pena es inconsolable.

La muerte del Maestro ha enterrado sus esperanzas…

en una sepultura más difícil de abrir.Me identifico con esa comitiva femenina.

La experiencia de tantos días oscuros me lo facilita.

También yo he sufrido confusos torbellinos de pensamientos en torno de “algo” sin vida o realidad.

Y todo, ¿por qué?Por poner a un lado la Verdad ya declarada.

“Destruid este templo,y yo lo reconstruiré en el tercer día”

(Juan 2:19)

Que yo me traduzco:“Creéis que es posible acabar con lo real.

Pero yo en el día de la luz os lo descubriré intacto”.

Los problemas pertenecen al ejercicio de las Matemáticas, pero no son propios de la Vida.

Aparecen como fantasmas cuando velamos la Verdad.

Cuando buscamos vida en la muerte. (Lucas 24:5)

Huérfanos de la Palabra al ignorarla, los sentidos físicos se convierten en la

práctica en guía y conciencia exclusiva.

Entonces el horizonte se cubre de pruebas y se diseñan estrategias tan difíciles como inútiles.

Surge la preocupación, que es miedo maquillado.

Y el temor, que es negar a Dios. Sólo la resignación actúa de bálsamo

como una anestesia que nos adormece.

Pero todo se esfuma, sin dejar huella si nos aferramos a la Buena Noticia:

“Sólo es el Bien infinito”. Así no habría noche ni angustias,

ni preguntarnos más “cómo entrar en los sepulcros”

para “mejorar” un cuerpo mortal.

Porque vivificar la muerte es imposible.Sobra preguntarse por la piedra,

por los obstáculos.Dejemos de buscar en los sepulcros.Porque nada puede encerrar la Vida.

Nada puede impedirla. Ella es Todo,

y en Ella nunca hay muerte.y en Ella nunca hay muerte.

(P) Rodríguez Peláez, José CS www.rodriguezpelaezcs.org