Interioridad

INTERIORIDAD

Pregunté a la tierra. Y me dijo: “No soy yo”. Y todo lo que hay en la tierra me dijo lo mismo

Pregunté al mar, a los abismos. Y me dijeron: “No somos tu Dios. Busca por encima de nosotros

Pregunté al cielo, al sol, la luna y las estrellas. Y me dijeron: “Tampoco nosotros somos el Dios que buscas “.

Continué dialogando con las cosas que me rodean.” ….. Y me respondiron con un clamor inmenso:” El nos ha hecho”

Busca por encima de nosotros. Pregunté al viento. Y me dijo: “ Se engaña Anaxímenes. Yo no soy dios”. ( Conf. 10,6,9)

Todas las cosas sirven al alma a modo de recordatorio de aquella hermosura primera que abandonó por el pecado.( De Vera Rel.,39,72)

Cuando el hombre se divierte con lo que está fuera de él, descuidando su interior, se convierte en un pródigo que apacienta los puercos de sus vanidades.( Serm. 96, 2 ).

Entonces me volví hacia mi mismo. ( Conf. 10,6,9 )…Sal del escondite que te has fabricado a tus espaldas y colócate dentro de ti m ismo. Entra en el tribunal de tu conciencia y sé allí tu juez…lo que tenías a tus espaldas colócalo ante tu vista…Regresa a tu corazón.¿ Por qué huyes? y te pierdes lejos de ti?

¡ Vuélvete!. Regresa ¿A dónde? Regresa, primero, a tu corazón, tú que andas errabundo.¿ No te conoces a ti mismo y quieres conocer a tu Creador? Regresa a tu corazón y examina qué sientes cerca de Dios allí dentro donde tú eres su imagen. ( In Joan.18, 10 )

Explora y reconoce lo que hay dentro de ti. Desciende a tu interioridad. Baja a la cámara secreta de tu conciencia. Si te exilias a ti mismo ¿Cómo podrás acercarte a Dios?. ( In Joan.23, 10 )

El hombre debe reencontrar primero su propia identidad para que haciendo de ella un trampolín, pueda dar el salto y elevarse hasta Dios. (Retract.1,8,3 )

No huyas fuera. Vuélvete a ti mismo. En el interior del hombre habita la Verdad. Y si hallas que tu naturaleza es mudable, trasciéndete a ti mismo. (De vera rel. 39, 72 )

¿ Necesitas un templo para orar?. Ora dentro de ti mismo. Sé tú ese templo que buscas para que, habitado por Dios, Él te escuche a ti mismo. Dios te hizo, no quiere nada de ti fuera de ti mismo. (Serm. 330, 3 )

P. Mariano Luis, OSA

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