Prosperidad 2a. Parte

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Comunidad Israelita BET ORR. Yehuda ben Israel

Vivir esta vida con éxito es más que ser

millonario, tener carros de lujo, casas

grandísimas, ser una estrella de Rock o

deportiva y o ser famoso.

Tener ese tipo de expectativas de la

vida es ser simplemente mediocre.

El plan de negocios perfecto que nos

ofrece la Torá, es que hace que todos

nosotros seamos cabeza y no cola.

Esto significa que si la vida es un

negocio tu serás el jefe y no

simplemente un empleado.

Hasta entonces dejaremos de vivir

nuestras vidas como un empleado.

Sin control de ella, sin la información

completa de cómo funciona la

empresa, con temor de que en

cualquier momento me despiden, o

queriendo yo mismo dejar la

empresa, recibiendo siempre órdenes y

sin saber porqué, pero simplemente las

obedezco.

Y por último, vivir mi vida esperando mi paga al

fin del mes, una paga que no siempre me

alcanza pero que no puede hacer nada para

cambiar, entonces vivo mi vida dependiendo de

todo aquello que no entiendo y no tengo ni la

más mínima injerencia en su funcionamiento.

Tratando de vivir de lo que la empresa (vida) me

da.

Sólo me queda conformarme con lo que la

empresa (vida) está dispuesta a darme. Y tratar

de ser feliz con esa paga.

Sentir felicidad y realización por ser millonario,

tener fama y poder en este mundo, tener carros

del año y vestuario costoso y de marca

reconocida, solo es el premio de consolación

que hace felices a los empleados de la gran

empresa llamada vida.

A nosotros los empresarios de la vida, nuestra

esperanza no está puesta en nuestro sueldo

mensual, pues este solo nos sirve para

mantenernos en la jugada, nuestro verdadero

objetivo está puesto en la repartición de las

utilidades al final del año. Esa si es una

recompensa para nosotros.

El hombre es una creatura hecha a imagen y

semejanza Divina, por lo tanto está en su

genética ser creador.

Es más, en la kabalá se enseña que venimos a

este mundo voluntariamente para poner en

práctica nuestra naturaleza creadora.

Ser creador se refiere a trabajar en el mundo de

las causas y no en el de las consecuencias, por

eso es que nos frustra tanto no poder hacer

cambios en nuestras vidas, porque eso atenta

contra nuestra naturaleza creadora.

Y no lograrlo sería el fracaso de nuestra

vida, pues para eso venimos a este mundo.

La Realidad está dividida en dos, una material y

otra espiritual, lo que vemos vrs lo que no

vemos.

La realidad espiritual es el mundo de las

causas, donde todo se gesta y se crea, la

realidad material solo es el mundo de las

consecuencias.

En otras palabras, la realidad espiritual es el

mundo de la gerencia general, dónde no hay

límites que limiten nuestra naturaleza creativa.

La realidad material es el mundo de los

empleados, donde todo es limitado, en donde

nadie comprende las disposiciones que se

tomaron en la gerencia general.

El mundo material que es el mundo de las

consecuencias, al que nuestros sentidos

perciben tan solo es el 1% de toda la Realidad.

El mundo espiritual, el que no vemos y es el

mundo de las causas es realmente el 99% de

toda la Realidad.

Lo que quiere decir que si nuestro objetivo de

vida se encuentra en el mundo material, solo

podremos satisfacer el 1% de nuestro deseo de

plenitud.

Pero si nuestro objetivo de vida está en el

mundo del 99% dependiendo de nuestra labor

como jefe podremos alcanzar mayor

satisfacción.

Esto no quiere decir, que si mi objetivo está en

el mundo espiritual seré un fracasado en el

mundo material.

Porque si soy buen jefe en el mundo

espiritual, el mundo de las causas, eso se

manifestará en el mundo de las

consecuencias, el mundo material.

Los que sí es cierto, que el mundo material, el

mundo del 1% dejara de tener tanta importancia

para mi vida, pues en entendido que no está allí

el negocio.

Pues es un mundo muy limitado, pues si quiero

alcanzar el éxito en él, no podré tenerlo todo al

mismo tiempo, pues para alcanzar el éxito en el

dinero, fama o carrera, tendré que sacrificar mi

paz interna, mi salud, mi matrimonio y hasta mis

hijos.

Rico es aquel que está feliz con lo que tiene.

Talmud.

Eso nos enseña que la cantidad no

importa, porque la cantidad es del mundo de lo

limitado, lo importante está en la

satisfacción, que pertenece al mundo

espiritual, al mundo de lo infinito.

En el mundo material donde todo es

limitado, esa limitante separa, pues por ser

limitado todos trabajan para ganárselo, pero si

Juan gana Pedro pierde. Todo lo que otro gane

es porque yo lo perdí.

Esa limitante hace que los objetivos de esta vida

separen en lugar de unir a las personas. Pues

todos ven a su prójimo como competidor.

Pero en el mundo de lo infinito, donde no hay

limitantes, todos podemos obtener todo, pues

hay para todos sin medida. La paz interna que

tengo la puede obtener cualquiera en igual

medida.

Entonces dejamos de vernos como

competidores, es más, el hecho de ambos

alcancemos lo mismo nos une.

Alcanzar el éxito en el mundo espiritual, el

mundo de lo infinito, no solo significa tener el

dinero necesario sino tener una vida para

disfrutarlo

Mat 6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué

beberemos, o con qué seremos vestidos?

Mat 6:32 Porque los gentiles buscan con afán todas esas

cosas, pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de

todas ellas.

Mat 6:33 Buscad, pues, primeramente el reino y la justicia de Él, y

todas estas cosas os serán añadidas.

Mat 6:34 Y no os afanéis por el mañana, porque el mañana se

preocupa de sí mismo. Basta a cada día su propio mal.

Mat 7:7 Pedid y se os dará, buscad y hallaréis,

llamad a la puerta y se os abrirá.

Mat 7:8 Porque todo el que pide recibe, y el que

busca halla, y al que llama a la puerta, se le

abre.

El valor de ser humano está fundamentado en el

mundo material en base a sus logros o lo que

tiene, y eso mismo define quien es.

¿Quién eres tú? Soy el doctor Ramírez

Soy el dueño del carro nuevo

Soy el gerente de la empresa

Etc.

Por eso es que las personas no puedes

alcanzar la felicidad cuando sus logros o

pertenencias no son tantas, pues su valor como

persona depende de eso.

Por eso es también que no soportan los

fracasos, pues la persona se queda sin valor

alguno y no tiene de dónde echar mano para

levantarse.

También por eso a las personas que tienen su

objetivo en el mundo material, les duele

dar, pues viven en un mundo limitado y como

sus vidas adquieren valor por lo que logran o

tienen, estarían entregando lo que ellos son al

dar.

Autor: Rabí Yehuda Berg

La kabalá nos dice que dar el diezmo del 10%

forma parte de la estructura del universo y que

se trata de una cuestión de ciencia y no de

religión.

Sorprendentemente, los pensadores más

revolucionarios de la moderna Teoría de las

Supercuerdas y los antiguo pensadores de la

kabala coinciden en el mismo número mágico.

El universo tiene 10 dimensiones, es decir, diez

niveles distintos de energía.

Decir que el universo tiene diez dimensiones es

otra forma de decir que existen diez versiones

de ti mismo. Una versión es el tú que existe aquí

y ahora, la persona a quien la compañía

telefónica envía las facturas; y luego existen

todos los “tú” potenciales que se vuelven

posibles a medida que adquieres niveles de

plenitud superiores y niveles de prosperidad

más profundos.

El universo es como un ascensor y tú puedes

elegir en qué piso deseas estar. Pero hay algo

más; la única forma de subirte a ese ascensor

es limpiando antes tu existencia del 1%

El décimo nivel es el renio del 1%, el mundo en

el que vivimos; y según la kabala, nadie es lo

suficientemente fuerte o espiritual para dominar

este reino. Es aquí donde caemos en las

trampas del Competidor (yatzer hará), donde

cada uno de nosotros posee ego y furia y lleva

dentro de sí mismo el residuo del daño que ha

causado a los demás. Todo eso debe limpiarse.

DAR EL DIEZMO DEL 10% ES LA FORMA DE

LIMPIAR EL RENO DEL 1%

Dando el diezmo estamos purificando la décima

dimensión y, una vez que lo logramos, podemos

subirnos en ese ascensor y dirigirnos a

cualquier otra dimensión.

El diezmo es la máxima paradoja del

universo, porque significa que cuanto más

quieras recibir, más tiene que dar, El 10% que

damos limpia el 90% restante.

Es como cuando tienes diez naranjas y una de

ellas se pudre; debes deshacerte de la naranja

podrida o te arriesgarás a que las demás

también se echen a perder.

El diezmo del 10% elimina la culpa y los

obstáculos en el camino hacia la verdadera

prosperidad.