Testificacion 04

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lecciones biblicas

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Lección 4 para el 28 de abril de 2012www.ministeriomenormiraflores.blogspot.com

“Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón” (2ª de Corintios 3:2-3)

Nuestra relación con Jesús se manifestará (incluso involuntariamente) en nuestro comportamiento y en la forma en que tratamos a los demás.

Las personas que nos rodean observan nuestro comportamiento y éste tiene una influencia sobre ellos, es un sermón silencioso y diario.

“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36)

Ser compasivos es ser conscientes de que, más allá de sus preocupaciones y sufrimientos, las personas que nos rodean necesitan de un Salvador para no perecer eternamente.

“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37-38)

Ser obreros no es labor de unos pocos, sino de todos nosotros.

Empatía es la capacidad de colocarse en lugar del otro. Pensar como él piensa, sentir como él siente. Ser conscientes de las necesidades del otro tal como él las ve, no pensando en lo que nosotros creemos que necesita. Esto se puede ver fácilmente en los ejemplos de Jesús y de Pablo.

“Me he hecho a los judíos como judío, para ganar a los judíos; a los que están sujetos a la ley (aunque yo no esté sujeto a la ley) como sujeto a la ley, para ganar a los que están sujetos a la ley; a los que están sin ley, como si yo estuviera sin ley (no estando yo sin ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo), para ganar a los que están sin ley. Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos” (1ª de Corintios 9:20-22)

Observa cómo Jesús actuaba de diferentes formas según las personas con las que trataba.

A la mujer samaritana

Le habló del agua de vida.

A los agricultores

Les habló de la siembra, la cosecha y el

tiempo.

A los pescadores

Les habló de peces, redes y

tormentas.

Jesús presentaba grandes verdades espirituales al identificarse con los problemas normales de la vida diaria, y quienes lo escuchaban aprendían de la

necesidad de sembrar las semillas del evangelio. Muchos de ellos hasta llegaron a ser pescadores de hombres.

Entre las personas que aún no conocen a Jesús como su Salvador personal se encuentran algunos de nuestros amigos y familiares.

A causa de nuestra relación más íntima con ellos, son los que más fácilmente podremos alcanzar. Por esta razón, Jesús indicó al ex-endemoniado gadareno: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti” (Marcos, 5: 19)

Por otro lado, debemos pensar en el difícil equilibrio entre “estar en el mundo” y “no ser del mundo”(Juan, 17: 11-19)

¿Hasta qué punto podemos comprometernos con nuestras amistades y familiares sin comprometer nuestras creencias? Una adhesión firme a nuestros principios marcará sin duda una diferencia.

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