Toca relax.pps

Preview:

Citation preview

¿Recuerdas aquellos programas de concursos en los que cada uno de los

participantes y ganadores de los diferentes segmentos eran puestos a

prueba en su deseo por conseguir más?

Por un lado el animador muestra los premios obtenidos, y les dice con toda

tranquilidad: "Si lo desean pueden retirarse con lo que ya tienen pero... (y acá es donde cambia la entonación)...

si prefieren pueden elegir el premio que está detrás de esa puerta".

El final lo sabemos todos, mientras algunos de los que eligen la puerta obtienen un mejor premio, otros se

llevan un fiasco y en lugar de retirarse con un amueblado de sala llegan a su casa cargando un florero con raíces

marchitas.

La falta de conocimiento de lo que hay tras la puerta brinda a los espectadores emoción, al participante nerviosismo e

indecisión.

¿Qué haría usted en caso de saber qué hay detrás de la puerta? La decisión sería más sencilla. La elección sería menos dubitativa. Elegir no sería complicado. Un previo aviso de lo que está tras la puerta nos anima a cruzarla o no.

En medio de la agitada vida que solemos

llevar, en el camino duro y complicado que nos toca transitar Jesús irrumpe y se muestra como La Puerta que nos permite acceder, no a un mundo ideal, sino a un mundo real en el que podemos vivir con total confianza y entereza que podemos vivir seguros, a salvo y reposadamente

Él revela con toda claridad lo que encontraremos al cruzar La Puerta, no esconde nada y nos garantiza un escenario mucho más excelente del que hemos alcanzado hasta ese momento con nuestro limitado esfuerzo.

Sin embargo, una característica especial posee la puerta "es estrecha"

¿La implicación? El paso por ella es individual, nadie puede elegir por usted, usted no puede elegir por nadie.

Atravesar por La Puerta es una decisión personal, disfrutar de los beneficios es una elección individual.