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FUNDACION DE LA
VILLA DE BALMASEDA
Una Obra escrita por:
GORKA LUZURIGA
2
ACTO PRIMERO.
DIEGO LOPEZ se encuentra sentado ante una gran mesa, comiendo.
Está con la vista ausente y pensativo. Junto a él, EL
NARRADOR, que extiende un papiro y se pone a leer.
NARRADOR
Estamos en Castro-Urdiales en 1199,
bajo el reinado de Alonso VIII, y ese
que come es DIEGO LOPEZ, hijo de D.
LOPE SANCHEZ DE MENA, SR. DE BORTEDO,
que ahora llega de cazar y no viene muy
contento.
Entra D. LOPE SANCHEZ con cara cansada y el cuerpo pesado, y
se dirige a una gran silla, donde se desploma.
DIEGO
Regresas pronto hoy. ¿No ha ido bien la
cacería?
D. LOPE
No, y no solo hoy. Ya son días los que
llevo sin cobrar una sola pieza… Es el
halcón, que está nervioso… Es como si
hubiera perdido el instinto.
D.DIEGO coge un trozo de fruta y come. Entra un criado.
CRIADO
… D. LOPE, ¿deseáis ya el almuerzo?
D. LOPE
No gracias, hoy estoy cansado y he
perdido el apetito. (Le despide con un
gesto de la mano)… Puedes retirarte… ya
te llamaré si te necesito.
D. LOPE come un poco más de fruta, pensativo, y habla otra
vez, tras una pausa.
D. LOPE
… Y a ciencia cierta sé que no es culpa
del halcón.
DIEGO
¿De quién sino?
3
D. LOPE
He visto en estos días muchos
transeúntes por la zona… Muchos más de
lo que es habitual… Tanto devoto
peregrino intimida al halcón y estropea
una buena cacería.
DIEGO se ríe.
DIEGO
… ¡¿Devotos peregrinos?!
D. LOPE le mira con cara de extrañeza.
D. LOPE
... ¿Acaso tiene gracia lo que he
dicho?
DIEGO sigue riendo.
DIEGO
Por supuesto que la tiene, padre. No
son devotos peregrinos, sino
comerciantes.
D. LOPE
¿Comerciantes?
DIEGO
Traen lana hacia Castro-Urdiales. ¿No
has oído que Flandes la demanda en
grandes cantidades?
D. LOPE
(Pensativo)…Comerciantes.
DIEGO
Así es, comerciantes... La industria
pañera en Flandes pasa por un momento
de gran prosperidad... y sigue
progresando.
D. LOPE
¿Y cómo es que yo, Sr. de Bortedo, no
conozco lo que ocurre en mi señorío?
DIEGO
Quizás sea que el Sr. de Bortedo pase
más tiempo pensando en la caza, que en
su propio señorío.
4
D. LOPE
¿Me estás recriminando, hijo mío?...
Creo que siempre he sido un gobernante
magnánimo y justo... No puedes
achacarme ningún descuido.
DIEGO
Por favor, padre… No tienes más que
mirar nuestras arcas. (Se levanta
mientras D. LOPE sigue sentado, cansado
pero atento)… No se llenan como
deberían. Con tanto comerciante
tendrían que estar desbordantes de
monedas.
D. LOPE
No doy crédito a lo que escucho… Mi
propio hijo en contra mía. (Mira al
techo, suspira y vuelve a mirar a
DIEGO)… Pues muy bien, gran sabio, te
permito que me corrijas y me digas en
lo que fallo.
DIEGO Sonríe y habla un poco exaltado.
DIEGO
El problema está en las rutas… Hay una
anarquía de caminos hasta que todos
llegan hasta Castro-Urdiales.
D. LOPE
¿Hay más de una ruta?
DIEGO
Los comerciantes transitan por los
caminos más fáciles. Necesitan agilizar
el transporte y buscan comodidad en el
viaje.
D. LOPE
Continua.
DIEGO
La solución estaría en centralizar esas
rutas… Hacer que los comerciantes
atraviesen un único punto en su
andadura.
D. LOPE parece más animado.
5
D. LOPE
… De esa forma lograríamos centralizar
el cobro por derecho de paso por el
señorío.
DIEGO
¡Exacto!... Y con eso conseguiríamos
que nuestra recaudación aumentara, y
nuestras arcas estuvieran boyantes de
monedas.
D. LOPE
Veo que lo tienes todo bien pensado…
Imagino que también habrás ideado la
forma de centralizar esas rutas que
llevan hacia Castro.
DIEGO
Así es… De todas las rutas, hay una en
concreto… La he estado observando y es
la más transitada… La antigua calzada
romana… Esa que viene de Herrera del
Pisuerga… Debemos encontrar en ella un
lugar adecuado, y una vez localizado,
fundar una villa.
D. LOPE
¿Fundar una villa?
DIEGO
Si. Otorgar libertades, privilegios…
Eso atraería nuevos pobladores, y por
descontado haría crecer el comercio en
el señorío.
D. LOPE Tiene lógica lo que dices. (Se levanta
pensativo)… Una villa. (Grita)¡PEDRO!
Se abre la puerta y aparece EL CRIADO.
CRIADO
¿Queréis ya el almuerzo, señor?
A D. LOPE le extraña esa pregunta.
D. LOPE
¿El almuerzo?... Traedme el mapa del
señorío.
6
CRIADO
Sí, señor.
D. LOPE
(A DIEGO)… Esa calzada romana… La
conozco.
DIEGO
Es el trayecto más fácil, y por tanto
el más transitado.
Se abre la puerta y entra EL CRIADO con un gran mapa, que
extiende sobre la mesa. D. LOPE señala el mapa extendido.
D. LOPE
... Esta es la vieja calzada romana.
DIEGO
Este lugar, padre.
D. LOPE
¿Qué lugar?
DIEGO
Aquí, donde se juntan los caminos para
vadear el río.
D. LOPE
¿Balmaseda?
DIEGO
Balmaseda.
D. LOPE
Es una aldea muy pequeña…
DIEGO corta a su padre.
DIEGO
… Pero servirá para nuestros
propósitos… Tiene ya lo imprescindible.
(Empieza a enumerar)… Herreros,
mesoneros; albergues y posadas para
comerciantes y peregrinos devotos de S.
Severino... Incluso los lugareños se
dedican al comercio... Es el lugar
perfecto.
D. LOPE
¿Es allí donde está la iglesia de S.
Severino?
7
DIEGO
Allí es… Padre, convirtámosla en villa.
¿Quién puede negarse a ello? Ganamos
nosotros, pero también ganan ellos.
D. LOPE habla mientras mira el mapa.
D. LOPE
La ubicación parece buena. Incluso es
fácilmente defendible.
DIEGO
¿No es acaso el lugar perfecto?
D. LOPE sonríe y mira a su hijo. Le da unas palmadas en los
hombros. DIEGO también sonríe. D. LOPE vuelve a gritar
llamando al CRIADO.
D. LOPE
¡PEDRO!
Entra el sirviente.
PEDRO
Decidme, señor.
D. LOPE
Quiero que se convoque a los vecinos de
Balmaseda… Que se envíe un comité que
anuncie que su señor tiene algo que
comunicarles... Quiero que tañan las
campanas de S. Severino como hasta
ahora nunca se había oído. (PEDRO hace
una reverencia y se retira)… Decidle al
escribano que venga. (PEDRO se vuelve
para escucharle) Es urgente su
presencia.
PEDRO
Como digáis, señor.
PEDRO se retira y aparece EL NARRADOR. Mientras habla, D. LOPE
y DIEGO permanecen quietos.
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NARRADOR
Ahora llegará el escribano, quien poco
se imagina la labor que va a emprender…
Van a convertir en villa a Balmaseda y
otorgarán un fuero, lo cual es menester
de grandes señores, y como tal,
conviene hacerlo bien, sin prisas y con
gran saber.
Se retira EL NARRADOR y entra EL ESCRIBANO.
ESCRIBANO
¿Me habéis llamado, señor?
D. LOPE
Así es, ESCRIBANO… Rápido, sentaros…
Tenemos mucho que hacer.
D. LOPE ayuda a retirar el mapa que estaba sobre la mesa, y EL
ESCRIBANO se sienta y se dispone a escribir.
ESCRIBANO
¿Y de qué se trata, señor?
D. LOPE
De la más noble misión, ESCRIBANO… De
dar fueros a una aldea, Balmaseda, y
convertirla en villa. Daremos pues el
fuero de Logroño, por gracia de las
victorias de su majestad Alonso VIII,
pues a quien tal fuero se concede,
también el título de villa adquiere…
Así que disponeros ya a escribir lo que
a partir de ahora diga. (D. LOPE adopta
un aire insigne)… En el nombre de Dios,
Hijo y Espíritu Santo, yo, LOPE
SANCHEZ, Sr. de Bortedo y de Balmaseda,
juntamente con la voluntad y consejo
de mi hijo DIEGO LOPE, hacemos esta
carta y otorgamos a Balmaseda fuero, y
con ello, el título de villa. (Hace una
pausa y mira a su hijo DIEGO)... ¿Qué
opinión te merece lo que he dicho?
DIEGO
(Asintiendo)… Extraordinario comienzo,
padre. Digno de un gran señor.
9
D. LOPE
… ¿No es acaso el que merece tan
ilustre privilegio?… Sin embargo mi
prudencia me impide continuar.
EL ESCRIBANO deja de escribir, y junto con DIEGO observan a D.
LOPE.
ESCRIBANO
¿A qué os referís?
D. LOPE
… Hemos de meditar con sobrada
diligencia que libertades y derechos
otorgar a la ya villa de Balmaseda…
¿Cual es la forma más idónea de
enriquecer el lugar, y por ende hacer
que todos los comerciantes pasen por
él?
DIEGO
Rebajemos los impuestos.
D. LOPE se irrita ante el comentario de su hijo.
D. LOPE
Por Dios Todopoderoso. ¿Te has vuelto
loco?… Me hablas primero de aumentar
nuestros ingresos, y ahora me vienes
con que reduzcamos los impuestos...
Realmente hijo, me desconciertas… Hay
veces que no te entiendo.
DIEGO
No me refiero a rebajarlos, sino a
eximirlos.
D. LOPE
¡¿EXIMIR…
D. LOPE es cortado por DIEGO con un gesto.
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DIEGO
Deja que me explique… Si eximimos
determinados derechos señoriales, es
cierto que por un lado perderíamos,
pero en realidad ganaríamos mucho más.
¿Acaso no te das cuenta que hay
impuestos ya obsoletos que no reportan
casi beneficios? ¿Qué sentido tiene
mantenerlos, si ahora con el fuero
podemos ganar más monedas sin tener que
cobrar viejos impuestos?… Piensa que
repercusión tendría en la villa si les
eximimos de determinadas tasas fiscales
y jurisdiccionales, o de algún otro
impuesto señorial… La voz correría como
el viento, y eso atraería más viajeros.
D. LOPE
(Pensativo)... Daría fama al lugar.
DIEGO
No solo vendrían comerciantes, sino
también nuevos pobladores que querrán
asentarse atraídos por tu gran
generosidad… Artesanos, campesinos,
posaderos… Aumentarían los servicios y
la calidad de vida del lugar… Piensa en
las consecuencias; ahora es una pequeña
aldea, pero con el tiempo, ¿en qué se
convertirá?
D. LOPE
Muy perspicaz, DIEGO, muy perspicaz.
Quitemos pues esos impuestos que en
nada nos benefician, ni a nosotros ni a
ellos.
ESCRIBANO
¿Escribo ya?
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D. LOPE
No, aún no… Aún hemos de concretar
todos los puntos de la carta, y además
quiero encontrar un lenguaje diáfano
que se adapte a la idiosincrasia del
lugar… Debemos utilizar términos claros
y concisos, que lleguen a todo el
mundo, y que cualquier persona pueda
comprender... Hemos de recordar que a
quienes dirigimos este manuscrito es a
gente de poco saber, y ello nos impide
ser retóricos en el momento de
escribir... Por ello, antes es menester
analizar punto por punto los términos
del fuero.
ESCRIBANO
¿Y habéis pensado ya que más poner?
DIEGO
Debemos favorecer tanto a comerciantes
como a campesinos, y a todos por igual.
D. LOPE
Esa es la intención del fuero, la
igualdad y la libertad.
Aparece nuevamente EL NARRADOR.
NARRADOR
… Y así continuaron días, discutiendo
entre ellos los términos del fuero…
Pero al final lo consiguieron, y un
buen día D. LOPE dictó al ESCRIBANO, un
glorioso final, en que siquiera olvidó
mencionar a su rey Alonso VIII.
D. LOPE
..."Yo, LOPE SANCHEZ, hago merced,
donación y gracia a estos, mis vecinos
de Balmaseda, de todos estos fueros
arriba escritos; fecha de la carta en
la era de 1237, LOPE SANCHEZ la fizo
escribir cuando se regocijaba la
victoria que ganó el rey D. Alonso, la
mandó hacer en Castro-Urdiales a 24 de
enero, sexta luna, día viernes.
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ACTO SEGUNDO
Una plaza repleta de gente. Unos mensajeros de D. LOPE hablan
a la muchedumbre.
NARRADOR
…Gran expectación se ha creado en la
aldea con la llegada de los emisarios
de D. LOPE... El Sr. DE BORTEDO ya se
acerca, cabalgando desde Castro hacia
la nueva villa, a anunciar la buena
nueva. ¿Qué pensarán los lugareños
sobre el fuero a Balmaseda?
EMISARIO
Venimos en nombre de D. LOPE SANCHEZ,
Sr. DE BORTEDO a convocaros en
asamblea, pues el gran señor ha dicho
que desea reunirse con vosotros para
tratar un asunto de suma importancia…
CAMPESINO
¿El Sr. DE BORTEDO vendrá aquí?
EMISARIO
Así es, y desea que estéis todos
presentes... Desde el campesino más
humilde hasta el comerciante más rico.
AUTORIDAD
¿Y a que se debe tal honor?
EMISARIO
Ya os he dicho que será él quien os lo
diga en persona. (Señala al CURA)...
Así que tañan las campanas como nunca
hasta ahora para anunciar en Balmaseda
la llegada del gran señor.
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NARRADOR
...Ya a lo lejos se divisa a D. LOPE en
su caballo. Junto a él DIEGO su hijo, y
EL ESCRIBANO... Llevan la Carta-Puebla
terminada, y ahora les espera el más
arduo trabajo: explicar en Balmaseda su
significado… Ya se escuchan las
campanas; ya se oye a la muchedumbre
asombrada ante tal acontecimiento. (La
gente murmura)... Murmurando y
observando esperan al gran señor. ¿Qué
será tan importante para que el Sr. DE
BORTEDO se desplace, y se olvide de la
caza para hablar al populacho?
ALDEANO #1
¡Por allí a lo lejos se acercan!
ALDEANO #2
Son tres en sus caballos.
AUTORIDAD
D. LOPE, DIEGO y EL ESCRIBANO.
CURA
¿Qué sentido tiene tanta parafernalia?
AUTORIDAD
Callad y mirad, que siempre estáis
protestando.
CURA
No protesto, es la verdad. No entiendo
para que viene. ¿Es qué ahora, de
repente, le importamos en algo?
AUTORIDAD
Aguardad, no seáis impaciente. Ya
habéis oído a los emisarios... Algo
importante tiene que contarnos.
CURA
Nada bueno, lo imagino... ¿Qué es lo
que mueve a un gran señor más que su
propio interés y su propia codicia?…
Más impuestos, ya veréis… Cualquier día
nos sacará los ojos para cobrar.
Aparecen D. LOPE, DIEGO y EL ESCRIBANO; caminan entre la
muchedumbre asombrada y se suben a un alto, donde D. LOPE, con
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gesto noble y magnánimo, hace que la muchedumbre se calle para
que él pueda hablar. Cesan de sonar las campanas.
D. LOPE
Soy D. LOPE DE MENA, Sr. DE BORTEDO, y
en el día de hoy vengo a este lugar a
celebrar con vosotros y a anunciaros
que yo, vuestro señor, os concedo el
título de villa y ordeno dar fuero a
Balmaseda.
La gente murmura, pero no hace ningún gesto que demuestre
alegría. Más bien parecen no haberse enterado de lo que
significan fuero y el título de villa. D. LOPE, DIEGO y EL
ESCRIBANO se miran entre ellos con gesto de incredulidad ante
la reacción tan fría de la gente.
D. LOPE
O mis ojos me engañan, o es que no veo
ente las gentes ningún viso de alegría.
DIEGO
No creo que comprendan que es fuero y
que es villa.
ESCRIBANO
Si me lo permitís, señor, quizás debáis
expresaros de un modo menos técnico.
D. LOPE adopta un tono de extrañeza.
D. LOPE
¿No entienden lo que digo?
ESCRIBANO
Me temo que no son tan versados como
vos.
D. LOPE
Comprendo ESCRIBANO… Seré más didáctico
en todo lo que diga.
ESCRIBANO
Por supuesto, señor.
D. LOPE se dirige al populacho.
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D. LOPE
… Habitantes de Balmaseda… Veo vuestras
caras repletas de perplejidad, lo que
me induce a pensar que no me habéis
entendido, y por tanto no sois
conscientes de lo que aquí ha ocurrido.
CURA
Yo creo haberos comprendido, sin
embargo me pregunto qué es lo que os ha
movido a dar a Balmaseda tan honroso
beneficio.
D. LOPE
Es mi deseo convertir a Balmaseda en un
punto del camino por el que
comerciantes y viajeros pasen de forma
obligada en su andadura a Castro-
Urdiales… Es por ello que yo os digo
que a partir de hoy a este lugar se
llame la villa de Balmaseda; y que
tenga para su bien un fuero que yo
mismo he redactado, con la ayuda de mi
hijo DIEGO y mi ESCRIBANO, en este
ilustre manuscrito.
CAMPESINO
... Perdonadme que os interrumpa, gran
señor, pero me gustaría preguntar qué
es eso de fuero y villa, que tanto nos
beneficia.
D. LOPE
Hacéis bien en preguntar, CAMPESINO, y
en tu derecho estás al hacerlo, pues no
en otra cosa consiste un fuero, que en
privilegios y derechos que os concedo,
pensando en vuestro bien y en el del
pueblo.
EL CURA habla a la AUTORIDAD.
CURA
Mal me huele tanto beneficio y tanto
privilegio.
AUTORIDAD
Lo suyo es protestar… Escuchemos a ver
que dice, y juzguemos cuando termine de
hablar si es verdad lo que promete.
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CAMPESINO #2
… Y esos privilegios y derechos,
¿suponen que os debemos pagar más
impuestos?
D. LOPE
Todo lo contrario, amigo mío. Pagareis
menos, ya que he decidido abolir gran
cantidad de impuestos.
Murmullos entre la gente.
CAMPESINO #3
¿Eso nos incluye a todos, o habrá como
siempre excepciones?
D. LOPE
A todos, por supuesto… Y no solo a los
aquí presentes, sino también a aquellos
que hayan de venir atraídos por el
fuero, sean de España o de cualquier
nación… Siempre que su intención no sea
otra que la de respetar la autoridad
del fuero... Y creedme, serán muchos
los que aquí lleguen.
PUTA
¿Tanta gente vendrá?… ¿Estáis seguro?
D. LOPE
Seguro estoy, bella dama.
CURA
(En general) ¿Ha dicho bella dama?...
Me ha parecido oír que ha dicho bella
dama.
Risas entre la gente. LA PUTA habla muy digna, pero ofendida.
PUTA
... Y eso ha dicho, PADRE ANSELMO… ¿O
es que la gota os ha hecho perder
también el oído?
D. LOPE
¿Qué es lo que ocurre?… No os sigo…
Creo que me he perdido.
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PUTA
Muy sencillo, gran señor... Mi problema
es que tengo un gran corazón que me
hace ser samaritana, y siempre que
alguno de estos puercos que hoy se ríen
me necesita, allí estoy, con gran
disposición a prestar ayuda.
D. LOPE
¿Sois curandera?
Todos ríen.
PUTA
Oh, no… Sólo me limito a calmar las
penas… Y parece que lo hago bien,
porque siempre que a mi recurren, se
marchan bien satisfechos.
D. LOPE
Entiendo.
PUTA
Por eso os preguntaba si estabais
seguro de que tanta gente nueva vendrá.
D. LOPE
Podéis estar tranquila, samaritana...
Tantos serán los que aquí lleguen, que
a ellos os tendréis que dedicar en
cuerpo y alma.
CAMPESINO #2
Si tanta gente vendrá, ¿quién protegerá
nuestras tierras de usurpadores y
extraños?
D. LOPE
No os preocupéis por vuestras tierras,
que en ella también he pensado… Nadie
os las quitará, porque habrá heredades
de sobra para que quien quiera
labrarlas, lo haga con libertad… Por
ello os digo, pobladores de Balmaseda,
que si en vuestro huerto o en vuestra
viña encontráis a algún hombre que os
haga daño u os perjudique, él os deberá
pagar cinco sueldos.
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CAMPESINO #1
... Pero son muchas monedas. ¿Por qué
tal cantidad?
D. LOPE
Porque nadie debe perturbar a quien
trabaje en libertad... Y más ahora que
antes, que todos pueden ser dueños de
su propia heredad, ya que a bien he
tenido de conceder licencia y autoridad
de poder comprar tierras donde vosotros
las queráis comprar... Y no solo esto.
Hay más: si alguno labrara alguna
heredad un año y un día sin que nadie
la reclamara como de su propiedad, esta
tierra será libre y ya nadie la podrá
reclamar porque pasará a ser propiedad
de quien la hubiera estado trabajando
con su sudor, por creerla libre de
dueño… Por ello, si después de ese
tiempo de un año y un día, apareciese
alguien que la reclamase como suya, por
su tardanza y descuido pagará sesenta
sueldos por el perjuicio.
Exclamaciones de asombro entre el gentío. DIEGO habla su
padre.
DIEGO
Padre, aún no les has dicho que pasará
con las tierras que están desiertas y
sin labrar.
D. LOPE
A eso iba, hijo mío… (Al gentío) Mi
hijo quiere que os diga que las tierras
desiertas que están en la villa, pueden
ser labradas por cualquiera, si no lo
han sido ya, pasando a ser propiedad de
quien las trabaje.
GANADERO
Señor, hay tierras sin labrar donde
siempre hemos llevado a las reses a
pacer... Y eso…
Le interrumpe D. LOPE.
19
D. LOPE
No os preocupéis, ganadero… Esas
tierras nadie las podrá ocupar...
Tenéis libertad de acudir donde quiera
que encontréis tierra óptima para
pacer. (Se dirige a todos en general,
alzando más la voz)… Recordad que la
villa es vuestra, y por ella os podéis
mover con libertad. Aprovechad de ella
sus recursos, como sus árboles y montes
para leña y construir vuestro hogar, o
sus ríos y aguas para regar...
Cualquier cosa de la villa, podéis
tomarla si la necesitáis sin ningún
tipo de compromiso... Eso sí, os pido
cierta moderación.
COMERCIANTE
¿Controlara su señoría que todo lo que
prometéis se cumpla?
D. LOPE
No seré yo en persona... Se nombraran
autoridades para ello. Gentes que
elegiréis vosotros de entre los
habitantes de Balmaseda. Gentes que
creáis capacitada para hacer cumplir la
ley, y que eviten cualquier delito,
para que así podáis vivir con la paz
que merecéis.
AUTORIDAD
¿Juzgareis de forma más severa que
hasta ahora, los delitos que se
cometan?
D. LOPE
No hablamos de severidad, sino de
justicia y ecuanimidad. No consentiré
abusos de autoridad; que hasta ahora sé
que ha habido por parte de jurados y
alguaciles, que entraban por fuerza, y
sin razón ni derecho, en casas de
Balmaseda para llevarse cosas sin la
voluntad de sus legítimos dueños... Si
por cualquier razón no legítima lo
siguen haciendo, les advierto que
quienes sean molestados por ellos,
podrán darles muerte sin pagar cantidad
alguna por el homicidio.
20
COMERCIANTE
Por fin alguien que les para los pies.
CAMPESINO
(Al COMERCIANTE) Si es verdad lo que
dice, no dudaré en blandir mi cuchillo
si intentan robarme otra vez.
D. LOPE
... No quiero tampoco que se declare
culpable a nadie, si no se demuestra
claramente y sin duda alguna que lo es.
Así quiero decir que si alguien es
autor de un homicidio, y se prueba que
lo es, que venga la autoridad y le
prenda hasta que de dos fianzas y pague
por el homicidio quinientos sueldos...
Pero si no se demuestra que él lo mató,
aunque aparezca muerto en su villa, no
pagará sueldo alguno por el homicidio
CURA
Esto empieza a gustarme… Parece justo,
D. LOPE.
D. LOPE
(Continua)… Asimismo, nadie tomará por
la fuerza prendas de la casa de un
poblador, y si lo hiciera, pagará
sesenta sueldos y se le obligará a
devolver lo sustraído. Lo mismo pagará
quien encierre a alguien en su casa… Y
si alguna persona amenaza a otra con un
cuchillo, que pierda el puño, a no ser
que fuera provocado y lo sacara para
defenderse.
CURA
Muy bien, muy bien, D. LOPE. Todo eso
está muy bien, pero a mí me preocupa la
lujuria y el desenfreno que se ha
apoderado de los habitantes de este
pueblo… ¿No ha llegado a sus oídos que
el diablo ha venido a Balmaseda en
forma de adulterio?
21
D. LOPE
No se alarme, padre… Su demonio
desaparecerá como ha venido, pues
quien cometa adulterio pagará sesenta
sueldos.
CURA
Por todos los santos del cielo, ¿sólo
eso?
D. LOPE
¿Acaso le parece poco?
CURA
Nada de nada para un lujurioso. (La
gente protesta) Los pecados de la carne
no se saldan con sueldos, sino con una
dura penitencia que ayude al
arrepentimiento.
DIEGO
¿Qué podemos hacer, PADRE ANSELMO, para
calmar su desasosiego?
EL PADRE ANSELMO adopta un tono inocente para hablar.
CURA
Quizás… D. DIEGO… Una ayuda… A S.
Severino... Quizás una ayuda pueda
calmar en algo mi ira y salvar de la
desdicha (Señala a todos los presentes)
a todos estos impíos.
El CURA sonríe humildemente.
DIEGO
¿Y cuanta ayuda necesitáis?
El CURA se encoge de hombros, como dando a entender que ellos
verán.
D. LOPE
Está bien, seré justo… ¿Os conformáis
si os damos las iglesias a los clérigos
de Balmaseda?
CURA
¿Darnos las iglesias?
22
D. LOPE
No solo a los que ahora son clérigos,
sino a los venideros... Para siempre...
Lo prometo.
CURA
Qué grande sois, Sr. DE BORTEDO, pues
con vuestras habéis conseguido aplacar
mi ira en un momento.
La gente se ríe.
D. LOPE
… Y desde ahora también mando que no se
dé tercio ni cuarto a ningún obispo,
arcipreste o arcediano… Tan solo se
dará lo mismo que se da en Bortedo: dos
sueldos por confirmación y bautismo.
CURA
No creo que le haga gracia esta
decisión al obispo.
D. LOPE
Si no está conforme, es su problema…
Nada tiene que decir él de mis
designios, ni de la forma de regir mi
señorío.
CURA
Veo que no conocéis al obispo.
D. LOPE
No es mi deseo enfrentarme a él, pero
lo haré si es necesario… De la misma
forma que me enfrentaré a aquellos
mercaderes que comercien con usura y en
nada faciliten la libre adquisición de
los bienes.
AUTORIDAD
He de reconocer que sois valiente, D.
LOPE… Realmente en nada teméis a la
enemistad y mala fama.
23
D. LOPE
No me interesa el prestigio, tan solo
el bienestar de mi gente, por eso no
permitiré en mi señorío mezquindades en
el comercio de bienes… Nadie podrá
aprovecharse de préstamos con usura, ni
de incrementar el precio de las
licencias de compra y venta, pues desde
hoy todos podrán comprar lo que deseen,
ya que concedo licencia libre para
ello.
LUGAREÑO
¿Y qué seguridad nos da tal libertad,
si los bienes que adquirimos no son de
quien los vende, sino que pertenecen a
otro a quien se los hurtó?
D. LOPE
Quien compró, devolverá el bien hurtado
a su verdadero dueño, recibiendo a
cambio lo que pagó por él; siempre que
el autentico propietario jure que él no
vendió ni donó el bien, sino que le fue
robado… Y yo como vuestro señor os
digo, que si alguien actúa en contra de
algún precepto de este fuero que os he
concedido… Que en nombre de Dios sea
maldito y descomulgado… Y que después
de la muerte, que como traidor sea
marcado por todos los demonios y el
diablo… (Vítores de alegría. D. LOPE
hace un gesto con la mano para que
calle la gente)… Y con todo lo que os
he dicho, pongo fin a la carta de
fueros, que hace villa a Balmaseda, y
que yo, D. LOPE SANCHEZ os la entrego
aquí y ahora, una vez redactada en
Castro-Urdiales por la mano de mi
ESCRIBANO, a 24 de enero, sexta luna,
día viernes.
Más vítores de alegría.
DIEGO
Padre, anunciemos ahora la elección del
ayuntamiento y del primer alcalde de
Balmaseda.
24
NARRADOR
... Todo el miedo de D. LOPE se ha
desvanecido, pues por fin ha conseguido
que en Balmaseda se comprenda lo que es
fuero y lo que es villa… Pero aún está
preocupado porque ahora ha de dominar a
todo este gentío, que entre risas y
alegrías van a tener que votar, quien
les ha de gobernar y hacer valer el
fuero, como alcalde de la villa.
25
ACTO TERCERO
Se escuchan unas campanas. La gente se acerca al lugar donde
D. LOPE está con su hijo DIEGO, EL ESCRIBANO, EL CURA y una
ANTIGUA AUTORIDAD, sentados todos en una mesa alargada.
NARRADOR
Suenan otra vez las campanas, y suenan
para llamar a toda la villa a votar… D.
LOPE les va a explicar que es lo que
van a hacer, pues es toda una novedad
poder elegir de entre ellos a una
autoridad.
D. LOPE
Habitantes de Balmaseda, os he hecho
reunir nuevamente para que podáis
ejercer, aquí y ahora, los derechos que
os he concedido… Llegó la hora de
elegir quien será vuestro alcalde y sus
ilustres ayudantes, quienes con la
ayuda de Dios os defenderán a vosotros
y al fuero.
LUGAREÑO
¿Y quiénes van a ser los que nos
gobiernen?
D. LOPE
Eso de vosotros depende… Desde ahora en
adelante vosotros los elegiréis de
entre los habitantes de la villa… Y esa
elección será cada uno de enero, para
poder evitar cualquier descontento.
LUGAREÑO #2
¿Y podemos elegir a cualquiera?
D. LOPE
A cualquiera de Balmaseda. Pero debéis
pensar con cautela cual será vuestra
elección, pues no todo el mundo es
válido para tan ilustre encargo de
velar por esta villa y por todos los
que en ella habitan.
LUGAREÑO #3
Yo ya sé a quién elegir.
26
DIEGO
Esperad, no tan aprisa. Primero hay que
elegir quienes son los candidatos, y de
entre ellos saldrán quienes hayan de
gobernar.
D. LOPE
Además, recordad que no solo está el
alcalde… También hay que elegir un
procurador, un tesorero y a los
regidores.
LUGAREÑO #3
¿Tanta gente para gobernar un solo
lugar?
D. LOPE
No es el numero lo que importa, sino
vuestro bienestar… Ya no tenéis que
pensar en Balmaseda como en una pequeña
aldea, sino como en un gran lugar, rico
por su comercio y noble por su
hospitalidad… Por eso es necesaria
tanta gente para gobernar, igual que en
las grandes ciudades, a las que
Balmaseda nada tiene que envidiar.
DIEGO
Además es la mejor forma para evitar
abusos en el gobierno… De manera que se
atribuirá a cada elegido una función en
concreto, y solo a él le competerá su
buena dirección y ejercicio.
EL CURA se dirige a la gente del pueblo.
CURA
Y ahora callad, borricos, que no
tenemos todo el día para escuchar
vuestras tonterías… Tenemos que elegir
al alcalde, así que dejad a D. LOPE que
hable, y escuchadle.
27
D. LOPE
Le he pedido al PADRE ANSELMO que
elabore una lista con los nombres de
los más capacitados para las labores de
gobierno… Mi ESCRIBANO la leerá varias
veces para que no haya ninguna
equivocación, y de entre todos los
nombrados, elegiréis a los que creáis
más competentes… Si bien, podréis
añadir a alguno más si creéis que lo
hemos olvidado… Una vez que hayáis
pensado quienes son los más
capacitados, cada uno de vosotros
elegiréis a dos de los candidatos por
cargo, y aquellos que más veces hayan
sido nombrados, serán los designados
libremente por vosotros, como los
dirigentes de la villa durante el año
presente.
DIEGO
Meditadlo con cautela, pues de vuestra
elección depende en gran medida el
destino de esta villa.
D. LOPE habla señalando a los que están sentados con él en la
mesa.
D. LOPE
Nosotros, los aquí presentes, seremos
los jueces del sufragio, y nos
aseguraremos que todo el proceso sea el
correcto.
Se escucha una voz desde lejos, escondida, no viéndose quién
es.
LUGAREÑO
Pues cuidado con ese cura, que es muy
trapichero.
Risas entre los del pueblo. D. ANSELMO se levanta indignado y
señala con el dedo a la gente.
CURA
¡Os he oído, mequetrefe! ¡No sois más
que un hereje que con seguridad
obtendrá su castigo de las manos del
Divino!
28
Le interrumpe D. LOPE.
D. LOPE
Sosiego, PADRE ANSELMO, no ha sido más
que una chanza sin mala intención.
CURA
En esta villa, D. LOPE, no hay más que
lenguas viperinas.
D. LOPE se dirige nuevamente al gentío.
D. LOPE
Dejad las bromas para luego y tomemos
en serio este evento. Actuemos como
hombres sabios, tal y como merece la
ocasión… Así que ahora, lugareños,
escuchad a mi ESCRIBANO, que os leerá
por dos veces seguidas la lista de
todos los que son candidatos.
El ESCRIBANO se pone en pie.
DIEGO
… Cuando por segunda vez sea leído el
manuscrito, meditareis vuestra
elección, pues recordad que solo podéis
votar a dos nombres por cargo.
D. LOPE
… A la tercera lectura, comenzareis la
votación… Levantareis la mano cuando
escuchéis los nombres de las personas
que a vuestro entender son las más
capacitadas para elegir el destino de
la villa… Comienza pues, ESCRIBANO, la
lectura de los candidatos.
Comienza a leer EL ESCRIBANO la lista, pero su voz es tapada
por la del NARRADOR.
29
NARRADOR
... Todos escuchan atentos lo que dice
EL ESCRIBANO, pues han comprendido por
fin la importancia de este acto… Ya van
por la tercera lectura y la gente
levanta las manos… Ya se van perfilando
los nombres de los escogidos… Ellos
tendrán el honor de ser los primeros en
hacer cumplir los privilegios
concedidos por el Sr. DE BORTEDO a la
villa de Balmaseda.
Mientras EL NARRADOR habla, se ven manos que se levantan, y
los jueces las cuentan y anotan los resultados.
D. LOPE
La votación ha concluido y ahora paso a
nombrar a los libremente elegidos. (Se
van acercando según se les nombra)
Alcalde de la villa: "…"; segundo
alcalde o procurador: "…", tesorero:
"…"; y finalmente los regidores, que
son: "…", "…" y "…". Y así, nosotros
como jueces, firmamos este manuscrito
dando fe de la veracidad de los nombres
elegidos, que serán quienes os
gobiernen hasta el próximo uno de
enero, cuando se repetirá nuevamente
todo este mismo proceso… (Vítores de
alegría. Se dirige al CURA) Ahora,
Padre, bendiga a estos hombres para que
Dios les guíe por el camino correcto en
esta nueva andadura.
EL CURA se acerca y los bendice uno por uno.
DIEGO
¡Y que ahora Balmaseda sea toda una
fiesta! Que corra el vino a raudales y
disfrutad pues, lugareños, de tan
trascendental momento.
La gente reunida empieza a dispersarse cantando y bailando. Se
quedan solo D. LOPE, DIEGO, EL ESCRIBANO, EL CURA, LA ANTIGUA
AUTORIDAD Y LOS ELEGIDOS. D. LOPE habla ya más relajado.
D. LOPE
Qué gran alivio, hijo mío, parece que
lo hemos conseguido.
30
DIEGO
Por supuesto que lo hemos conseguido.
Por fin todo ha acabado y podemos estar
tranquilos.
D. LOPE
No, aún no hemos terminado.
DIEGO se queda un momento en silencio mirando con extrañeza a
su padre.
DIEGO
¿Qué quieres decir con eso?… (Enumera
con los dedos de la mano) Villa, fuero
y nombrar autoridades… Es cuanto
habíamos proyectado.
D. LOPE
Te olvidas de algo importante, DIEGO,
la defensa de Balmaseda.
DIEGO
Creía que de eso ya habíamos hablado.
Tú mismo dijiste que era un lugar
fácilmente defendible.
D. LOPE
Y sigo diciendo lo mismo… Siempre y
cuando amurallemos todo el recinto de
la villa.
DIEGO
¡¿AMURALLAR BALMASEDA?! Realmente
padre, hay veces que pienso que has
perdido el raciocinio.
Se acerca D. ANSELMO.
CURA
… No es que comparta esa idea de
vuestro hijo, pero si me lo permitís,
os diré que me parece una locura
emprender tan magna obra en un lugar
como este, totalmente desconocido por
salteadores y bandidos.
31
D. LOPE
No penséis en ahora, sino en luego,
cuando entren y salgan las gentes, y la
villa esté en su apogeo… Será necesario
aumentar las medidas de seguridad. Pero
también es mi deseo el levantar las
murallas para delimitar Balmaseda, y
poder diferenciar a los villanos de los
no aforados.
AUTORIDAD
Yo creo que es una excelente idea.
Parece algo costosa, pero valdrá la
pena… Dará trabajo a la gente, y será
motivo de orgullo para los habitantes
de Balmaseda.
D. LOPE
Situaremos vigías en las almenas para
que oteen las lejanías; y soldados en
las puertas para que controlen las
entradas y salidas.
DIEGO
Pero además de los vigías, tenemos a
los propios villanos, que desde la
instauración del fuero pueden ir todos
armados.
D. LOPE
Ya había pensado en ello. Por eso no
habrá muchos soldados, porque si algo
le ocurriera a Balmaseda, serán sus
habitantes quienes por propia
iniciativa la defiendan.
CURA
Sigo admirando vuestro optimismo…
Confiar la defensa de Balmaseda a un
grupo de campesinos. Dudo que distingan
una azada de una espada. ¡Qué Dios nos
asista si algo ocurre!
D. LOPE
Yo les instruiré en el uso de las
armas, y seré la primera cabeza que vea
el enemigo en la batalla… Y si por
ellos muero luchando, mi alma puede
partir tranquila, porque mi hijo DIEGO
recogerá mi testigo.
32
Se escucha un ruido de un carromato que se acerca acompañado
de un pequeño séquito. Todos los presentes callan y miran.
CURA
¡Ay Dios, EL OBISPO!… ¿Tan rápido se ha
enterado de lo que aquí ha ocurrido?
D. LOPE
Vendrá a felicitarnos por lo que hemos
conseguido.
D. ANSELMO sonríe y mira a D. LOPE.
CURA
¿Veis como sois, D. LOPE, la persona
más optimista que se haya conocido?
Se para el carromato y baja EL OBISPO. EL PADRE ANSELMO corre
a su encuentro.
CURA
Ilustrísima, que gran honor vuestra
presencia. ¿Qué es lo que os trae por
Balmaseda?
En tono inocente, como si verdaderamente no lo supiera.
OBISPO
Dejaros de monsergas, PADRE ANSELMO,
sabéis muy bien la razón de mi venida
(Mira hacia los presentes)… ¿Quién es
ese D. LOPE DE MENA, que se ha creído
con bula para deshacer en la tierra los
designios ancestrales del hacedor?
D. LOPE da un paso al frente.
D. LOPE
Yo soy D. LOPE, ilustrísima.
OBISPO
¿Y cuál es la razón, Sr. DE BORTEDO,
que os ha llevado a desafiarme
modificando las Leyes Divinas sin antes
consultarme?
D. LOPE
Nadie os ha desafiado… Y nadie ha
modificado las Leyes Divinas.
33
OBISPO
No es lo que ha llegado a mis oídos.
Dicen mis emisarios que en este pueblo
se ha dicho que no sé de tercio ni
cuarto al OBISPO.
D. LOPE
Esas son en concreto mis palabras… Y he
dado orden de que se cumplan de manera
inmediata.
EL CURA mira hacia el cielo y hace la Señal de la Cruz. EL
OBISPO permanece mirando a D. LOPE con cara de pocos amigos, y
tras un rato de silencio, como asimilando lo dicho por D.
LOPE, prosigue.
OBISPO
Si me conocierais lo suficiente,
sabríais de antemano que puedo ser un
enemigo muy poderoso.
D. LOPE
No pretendo buscar vuestra enemistad.
EL OBISPO está visiblemente irritado.
OBISPO
¡Pues nadie lo diría con vuestro acto
de apostasía!… (Señala con el dedo)…
Vuestra actitud es herética, comparable
con la del más infame de los
sarracenos. Si continuáis con esta
actitud beligerante, no tendré otra
salida que la de descomulgaros. Y no
solo a vos, sino también al resto de la
villa.
D. ANSELMO habla al oído de D. LOPE.
CURA
Habla en serio, os lo juro… D. LOPE,
mucho es lo que habéis conseguido ya, y
estaros seguro de que a nadie le
importará que cedáis en este punto.
Empieza a acercarse la gente del pueblo, atraída por la
curiosidad.
OBISPO
Escuchad al PADRE ANSELMO. Sabe bien lo
que dice.
34
D. LOPE
No me intimidáis, ilustrísima… La
cobardía no es una de mis virtudes…
Nunca lo ha sido, y no pienso
retractarme en nada de lo que he dicho.
Vos sabéis como yo que nada podéis
hacerme, ni a mí, ni a mis gentes… Yo
soy el señor de estas tierras y solo yo
establezco sus leyes… No os puedo
reprochar el que hayáis venido, pues en
vuestro derecho estáis de luchar por
vuestros intereses… Y ahora que ya
conocéis mi postura, podéis optar por
quedaros a las celebraciones de la
villa, en donde se os agasajará como
merece vuestra posición; o marcharos de
Balmaseda lleno de rencor e ira.
OBISPO
Si esa es vuestra última palabra…
D. LOPE
Esa es.
EL OBISPO se vuelve a su séquito y les habla.
OBISPO
En marcha. (Antes de subir en su
carromato, se gira y habla a D. LOPE)…
Recordad que ahora sois mi más adverso
enemigo. Vigilad bien vuestras
espaldas. Os conviene ser precavido,
pues siempre estaré a la vuelta,
esperando el menor descuido.
Se sube a su carro y se marcha con su séquito. Vítores de
alegría en el pueblo.
AUTORIDAD
Sois un ejemplo a seguir. Vos y vuestra
valentía… Pero tened cuidado con él, os
lo recomiendo.
35
D. LOPE
En nada temo al OBISPO. Nada puede
contra nosotros, y el mismo lo sabe.
Por eso está rabioso y me ha convertido
en su enemigo… Y enemigo seré de
aquellos que intenten destruir el
fuero, y todo lo que el fuero significa
para los habitantes de esta villa.
CURA
Y ahora, D. LOPE, bebamos y celebremos
este gran día.
Vítores de alegría. Mientras todos celebran las fiestas
aparece nuevamente el narrador.
NARRADOR
Y aquí termina esta historia de D. LOPE
y Balmaseda. Dos nombres para siempre
unidos por la noche de los siglos… Para
siempre permanecerá en las mentes de
las gentes del lugar, la historia de
cómo un día, Balmaseda tuvo un fuero, y
por gracia de D. LOPE y su hijo DIEGO,
se convirtió en villa.
FIN
Gorka Luzuriaga. 1998