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juandiegomez2862
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Carta de Berlioz sobre el cuarto movimiento (“La Tempestad”)
de la Sinfonía Pastoral de Beethoven.
“Me desespero tratando de emitir una idea acerca de esta pieza
prodigiosa. Uno tiene que oírla para tratar de concebir el grado de
sublimidad que la pintura musical puede alcanzar en manos de un
músico como Beethoven. Escuchen esos ventarrones cargados de
lluvia, esos sordos rugidos de los contrabajos, el agudo silbido del
Piccolo, anunciando la terrible tempestad que se avecina. La
tormenta se aproxima, irrumpe; un inmenso estallido cromático que
inicia en los instrumentos agudos se precipita hacia las
profundidades de la orquesta, se anuda a los contrabajos y se
arrastra entre ellos para ascender de nuevo silbando como un viento
que arrasa con todo a su paso”.
Luego los trombones irrumpen mientras el trueno de los timpani
redobla con violencia; esto no es ya ni lluvia ni viento, esto es un
cataclismo aterrador, el fluir de la grandeza, el fin del mundo.
Cubran sus caras, grandes e inmortales poetas. Su lenguaje
convencional, tan puro y armonioso, no puede competir con el arte
de los sonidos. Su gloria ha sido derrotada! Ustedes no conocen lo
que hoy llamamos melodía, armonía, asociación de timbres
diferentes, colores instrumentales, modulaciones, conflictos entre
sonidos que primero combaten entre sí y después abrazan
nuestros oídos sorprendidos, nuestros extraños acentos que
resuenan con las profundas e inexploradas regiones de nuestra alma!