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cementerio de barcos ANTONIO MALDONADO MUÑOZ

Cementerio de Barcos, Antonio Maldonado (primeras páginas)

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ISBN: 978-84-16164-42-4

cementerio de barcos

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uñoz

Antonio MAldonAdo Muñoz

Si nuestras vidas son los ríos que llevan al mar, los sentimientos son barcos soplados

por un sólido recuerdo que se han de hundir con el paso del tiempo. Además de éstos elementos supremos, el amor, la sociedad y una mitología particular plasman imágenes y radiografías dentro de estas páginas abandonadas por el autor en busca de ojos donde encontrar distintas aventuras.

  

Antonio Maldonado Muñoz  (Valdepeñas,  1982)  es licenciado  en  Historia  y  profesor  titulado  de  español como  lengua  extranjera.  Desde  niño  comenzó  a transitar por el camino de las letras en Villamanrique (Ciudad Real), donde se hallan sus raíces. Actualmente se  resiste  a  formar  parte  de  la  llamada  “Generación perdida”  en  Madrid.  Allí  suele  acudir  a  recitales  en los  bares  literarios.  Tras  la  publicación  de  El paseo del cancerbero (2011),  su  primer  libro  de  poesía,  ha participado en varias revistas y antologías.

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CEMENTERIO DE BARCOS© Antonio Maldonado Muñoz© de la imagen de cubiertas: Pedro Crespo CotillasDiseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico La Calle

Iª edición

© Editorial La Calle, 2016.

Editado por: Editorial La Callec/ Cueva de Viera, 2, Local 3Centro Negocios CADI29200 Antequera (Málaga)Tel.: 952 70 60 04

Correo electrónico: [email protected]: www.editoriallacalle.com

Reservados todos los derechos de publicación en cualquier idioma.

Según el Código Penal vigente ninguna parte de este ocualquier otro libro puede ser reproducida, grabada en algunode los sistemas de almacenamiento existentes o transmitidapor cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico,reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorizaciónprevia y por escrito de EDITORIAL LA CALLE;su contenido está protegido por la Ley vigente que establecepenas de prisión y/o multas a quienes intencionadamentereprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria,artística o científica.

ISBN: 978-84-16164-42-4Depósito Legal: MA-341-2016

Impresión: PODiPrintImpreso en Andalucía – España

Nota de la editorial: Editorial La Calle pertenece a Innovación y Cualificación S. L.

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Antonio MAldonAdo Muñoz

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Editorial La Calle

Antequera 2016

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A Cristina y Mari, por apretarme la soga de la vida.

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PRÓLOGO

I

Bienvenidos al Servicio de Petición de Cita con la poesía de Antonio Maldonado Muñoz. Con carácter preventivo he de informarte que según el

Comité Ejecutivo de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y la Secretaría de Estado del Centro Nacio-nal de Inteligencia (CNI), es recomendable antes del «Introito» en el poemario, escuchar el «Réquiem» previo a la «Mitología encenagada», pero solo justo antes del entierro y del exilio con aires de tergal de los «Veintiún gramos exiliados» y de sus «Treinta» abriles sin mayos en un «Cementerio de barcos» don-de descansará en la «Maldita mar», «que se lleva los ríos y deja afluentes de lágrimas».

Después, obviamente, de haber leído y echado «Tierra en la cabeza», advierto que es por culpa de «Un conejo en la boca del zorro».

En cambio, se desconocen las causas del fallecimiento, muer-te o defunción de su «Pobre poesía», que en ningún momento oculta en «Cuando muere un poeta». Y eso, no es todo, con total descaro te invita a no llorar en la alegría de deshojar margaritas sobre los «Cipreses asombrados» que un día le despertaron con dolor ajeno y decidió que «los problemas eran charcos» necesarios para la «Supervivencia» y, todo ello, porque al parecer siempre

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fue un tipo «Duro de saber». Y, en su condición invita, en el caso de no encontrar el amor, a que «Pintemos el amor».

En fin, que la poesía de Antonio Maldonado Muñoz o «Quien-quiera que seas» tal vez fue a causa de sus malas compañías en los bares de poesía donde le conocí, que se evidencian en una «Implosión» de bombillas en comas etílicos en barras de «Cuarto vacío» de «Ciudades» como «Roma» o «Madrid», donde nada es imposible cuando las habita la soledad, y en las que precisamen-te es la nieve en un zapato y barro en la otra suela, según propia acusación en «Maniquís en los escaparates de dos aceras», y posterior ratificación en sede judicial, donde con arrojo y valentía «No tienen miedo», y nos confiesa a hurtadillas, detrás del cerco de una ventana que «yo sí tengo miedo, lo reconozco». Y, al igual, que todos los valientes con miedo opta por no marcar la tecla opcional 0 de la cobardía, todo lo contrario, su reconocimiento lo inspira a pulsar la tecla 2 y nos alienta con una palmadita en la espalda que «pocos animales hay tan destructores / como la cobardía / donde cabalga quien teme andar».

Y, a pesar de su modesta excusatio propter infirmitatem, no nos queda claro el sabor que experimenta bebiendo en probetas de laboratorios los elixires de la vida, el amor y la muerte, antes de su descanso en el «Cementerio de barcos».

Por lo tanto, te invito a descubrirlo página a página, verso a verso y, en especial, en el poema «Yo también fui llama» y en el baile impúdico del «Blues de la medianoche», donde nos invita de forma insolente a soltarnos y a jugar. Y lo bueno es que lo reco-noce, cuando confiesa en «Siderales» que el amor es una ciencia sin ensayo.

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Por último, añadir que hasta aquí puedo dar datos de la evi-dencia reputada de Antonio, que además, oculta muchas más cosas en el presente poemario que tienes a una distancia aproximada de treinta y cinco centímetros de tus ojos.

Hay muchísimo más, pero el tiempo y el espacio son tiranos, de modo que advertido quedas de la peligrosidad del escritor Antonio Maldonado Muñoz de profesión poeta y si alguien tiene algo contra él, deberá vérselas conmigo.

¡Bienvenidos, pasen a su casa transparente y lean!

Miguel Rollón

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I. RÉQUIEM

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MI VOZ POÉTICA

Mi voz poética es un erizo atropelladoen mitad de la carretera. No logró cruzar, no llegó donde quería.

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POBRE POESÍA

Pobre poesía, dama que se arrastra en una calle con todas las puertas cerradas. Diosa venida a menos, pena me dan sus musas cuando las oigo llorar al ver como la ignoran.Señora que trabaja de luna a luna, osada fiera de ávida voz, monja prófuga con la libertad por horizonte. Esposa que se arrancó el cinturón de castidad y a zancadas huye.Respira tristeza la más frágil de las artesen busca de hombros que la alivien. Amazona de senos magullados donde se cobijan tanto glorias como incultos, arden las entrañas de quienes la amaron al vestirla con letras durante centurias.Pobre poesía… y pobre de mí por cruzarme en su camino.

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CUANDO MUERE UN POETA

Cuando muere un poeta terminó su espera. La vida ejerce su venganza y sus palabras son niñas huérfanas sin saber dónde acudir.

No deja mejor herencia de los escritos que un día mancharon sus dedos.Su saber —siempre inconcluso— pasa a manos de la arqueología al hacer de sus hojas espátulas.

Cuando muere un poeta hay quien llora, alguien se alegra porque desaparecey en el campo nace una margarita que deshojarán las manos del amor.

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EL MANDIL DE LA ABUELA

El mandil de la abuela está arrugado en los confines de un sofá solitario. Lleva días con dolor de ausencia, padece la incertidumbre de quien huele lo peor de mañana.Se cobija al amparo de un cojín con quien comparte recuerdos, soledad y el temor a perderla para siemprecon la condena de verla en imágenes fugaces cuando la pena dé paso a la muerte.

**

No quiso cumplir ochenta y tres. Pensar en los ochenta y cuatro, ochenta y cinco o los noventa era abrupto.Calló su voz de madre primigenia contra un acantilado de quebrantahuesos y su lejanía florece allí desde que cerró los ojos para segar las espinas arraigadas en sus entrañas cuando él se fue.

A Juan y Mª Reyes

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NANA PARA UN ÁNGEL MUDO

Duerme, duerme niña sin voz. Ya pasa el dolor.Tus padres rompen la tierra para abrazarte.Mecen tu largo sueño quinientos pájaros desnudos para suavizar el sendero.Terminaron los vahos de chinas en las rodillas.

Duerme en los manantiales donde buceabasla impaciencia ante el canto de tu alma, melodía intacta de recién parida por la muerte, vieja traicionera con zancadillas al precipicio.

Duerme, duerme tu ayer callado.Se abren tus oídos más allá de las ondas, bailas al son de los suelos rotos por tus piesy el mundo tiene un nombre sonoro.

Duerme tu pálida boca de luz, cuenta al fuego de las estrellas el silencioso verbo de tu vida.

A Mª Jesús Parrilla

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II. MITOLOGÍA ENCENAGADA

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TITANIC INTERIOR

Cada cuerpo contiene un Titanic con su rumbo fijoy un ingente iceberg a la deriva, desafiante,movido por corrientes internas,empujado por el viento que nos rodea.

Agarrado de una mano al destino y de la otra al azar,vulnera intenciones al agravio cada vez que aborda al transatlántico nuestro coloso de hielo.

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CUARTO VACÍO

Hay jacintos y maletas en un cuarto vacío, los lápices de colores se afanan en ser baldosas y las sillas miran boquiabiertas. La puerta suma cerrada minutos, horas, días… una eternidad para el pomo sin ser acariciado.

Una bombilla en coma se cree la reina del lugar, nadie mira hacia arriba desde que no brilla. Las paredes pierden color por momentos, sus cuadros suicidas buscan quien les contemple y el suelo lucha por conservar las últimas pisadas.

Nada es imposible donde habita la soledad.

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III. TIERRA EN LA CABEZA

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DONDE CABALGA QUIEN TEME ANDAR

Pocos animales hay tan destructores como la cobardía, donde cabalga quien teme andar.

Avanza a través de sus pezuñas manchadas por el barro con que se cuece la carne de héroe, busca el camino más largo, da vueltas en vano con tal de no aparecer y reta, sin intención, al azar y al destino.

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LA SOMBRA DE LA IGNORANCIA

Un vaso se llena con lo que debería tragar cada boca puerca.

El sueño de la razón produce monstruosy apuñalan a mordiscos tras las cortinas de haces de luz.

La sombra de la ignorancia ensancha una atmósfera sin aire.Asfixian las sensaciones sus polutas manos cargadas por dromedarios sedientos.Olvidaron la necesidad de beber, de abrir los ojos, de sentir como el girasol al desplegar sus hojas.

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IV. UN CONEJO EN LA BOCA DEL ZORRO

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TU SILENCIO ES UN MONSTRUO

El teléfono ya no abraza tu voz,ondas de papel ruedan por el campocomo tirabuzones de un ángel roto.

Tu silencio es un monstruo y me devora a base de repetir tus últimas palabras hasta la locura mientras mi mente se aparta de mí, en búsqueda y captura de algún sonido tuyo.

Mis oídos son desiertos abrasados por un viento que ya no soplay confunde voces, lugares y momentos con colores en la escala de la felicidad.

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DESPUÉS DEL ÚLTIMO BESO

El tiempo se mezcla como hojas escritas en un cuaderno roto, todas las hazañas se reducen a un cuadro difuminado y el olor a vida es musgo en la nariz.

Los perros viejos no ríensi les falta un diente, sus ladridos son madera en la hoguera. El humo, elixir de melancolía, invade las grietas de las flacas paredes. Quienes las habitan tiritan de frío.

El reloj a cero volvió a hacerse perenne para contar cada nuevo segundo más uno, imposible de olvidar.

El último beso fue la aguja que cosió lo que hoy es cicatriz.

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