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Un breve apunte sobre la segunda estrofa del poema del Jabberwocky Patricio Bravo A. [email protected] Estrofa original Traducción personal Beware the Jabberwocky, my son! ¡Cuídate del Jabberwocky, hijo mío! The jaws that bite, the claws that catch! fauces que muerden, garras que atrapan Beware the Jubjub bird, and shun Cuídate del pájaro Jubjub, y arranca The frumious Bandersnatch! del humeantifurioso Bandersnatch! - Lewis Carroll. Jabberwocky. En A través del Espejo y lo que Alicia encontró allí, segunda estrofa El Jubjub y el Bandersnatch parecen representar variedades de Snarks que Carroll desaprobaba especialmente. El primer nombre aludiría a las mujeres frívolas y parlanchinas [la palabra Jubjub es fonéticamente semejante a hubhub (bullicio, alboroto)], y el segundo a las rapaces, es decir, a las que sobre todo están interesadas en la fortuna de un hombre o en alcanzar una posición social a través de un buen matrimonio [esta otra palabra inventada por Carroll reúne band (banda), bandit (bandido) y snatch (agarrar, secuestrar)] . Ambos estereotipos solían frecuentar los balnearios en busca de un marido razonablemente rico. Esta interprtación está avalada por una carta que Carroll dirigió a la madre de Gertrude Chataway solicitándole permiso para dedicar 'El Snark' a su hija. Carrol había conocido a Gertrude, que entonces tenía ocho años, durante el verano de 1875 en Sandown, un balneario de la isla de Wight. Haciendo referencia al lugar donde transcurría

Un breve apunte sobre la segunda estrofa del poema del Jabberwocky

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Un breve apunte sobre la segunda estrofa del poema del Jabberwocky

Patricio Bravo [email protected]

Estrofa original Traducción personal

Beware the Jabberwocky, my son! ¡Cuídate del Jabberwocky, hijo mío! The jaws that bite, the claws that catch! fauces que muerden, garras que atrapan Beware the Jubjub bird, and shun Cuídate del pájaro Jubjub, y arranca The frumious Bandersnatch! del humeantifurioso Bandersnatch!

- Lewis Carroll. Jabberwocky. En A través del Espejo y lo que Alicia encontró allí, segunda estrofa

“El Jubjub y el Bandersnatch parecen representar variedades de Snarks que Carroll desaprobaba especialmente. El primer nombre aludiría a las mujeres frívolas y parlanchinas [la palabra Jubjub es fonéticamente semejante a hubhub (bullicio, alboroto)], y el segundo a las rapaces, es decir, a las que sobre todo están interesadas en la fortuna de un hombre o en alcanzar una posición social a través de un buen matrimonio [esta otra palabra inventada por Carroll reúne band (banda), bandit (bandido) y snatch (agarrar, secuestrar)] . Ambos estereotipos solían frecuentar los balnearios en busca de un marido razonablemente rico. Esta interprtación está avalada por una carta que Carroll dirigió a la madre de Gertrude Chataway solicitándole permiso para dedicar 'El Snark' a su hija. Carrol había conocido a Gertrude, que entonces tenía ocho años, durante el verano de 1875 en Sandown, un balneario de la isla de Wight. Haciendo referencia al lugar donde transcurría El Snark, Carroll escribió en esa carta lo siguiente: “El escenario se sitúa en una isla frecuentada por el Jubjub y el Bandersnatch”

Arturo Valledor de Lozoya, El Snark cazado, (ed. Bilingüe). Pág. 40.

Personalmente, y en mi humilde opinión, no comparto la idea de algunos analistas de este

poema en cuanto a revisar e intentar traducir y adaptar al castellano el nombre del Jabberwocky. La

razón de esta manera de pensar tiene un fundamento bastante sencillo: si bien las palabras de uso

corriente pueden ser traducidas, esta facilidad no debiese (y, de hecho, no se da siempre) ser extensiva a

palabras en las que el concepto no tiene un equivalente exacto en la lengua en que el término aterrizará.

Por ende, es comprensible que palabras y frases como beware y my son se traduzcan, pero el término

Jabberwocky no sólo no tiene correspondencia en nuestro idioma, sino que además, ni siquiera tiene

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correspondencia en otros términos en la lengua inglesa, al punto que dicha expresión se transformó a su

vez en un concepto para describir algo que no tenía denominación en dicho idioma. Por lo anterior, el

razonamiento será claro: ¿qué legitimidad tenemos nosotros para traducir a otro idioma un término que

no existe ni siquiera en el idioma de origen?. ¿alguien podría esperar con algún grado de seriedad

esperar dejarnos castellanizados el cafuné, la conocida saudade o el extremadamente suscinto

mamihlapinatapai que nos dejaron los Yaganes allá, en el último fin del mundo creyendo lograrlo con

algún grado de éxito?.

Carrol define en textos posteriores al Jabberwocky y a las otras criaturas nombradas en la

estrofa -el pájaro Jubjub y el Bandersnatch- más bien en términos conceptuales que en términos

cualitativos: nos habla más de cómo se comportan y cuáles son sus virtudes y defectos que de cuál es

su naturaleza física y características biológicas (si es que ambos conceptos pueden predicarse de

criaturas como éstas). ¿Qué es lo que conocemos hasta hora de la advertencia en tono profético que es

para Carroll la referencia a los tres mayores peligros del mundo de Alicia y, por ende, de su mundo

interior?. Sin pretender en caso alguno agotar la búsqueda, creo que la advertencia es muchísimo más

compleja que un simple disparate en el ya disparatado mundo en que se encuentra inserto.

Someramente sabemos que el Jubjub es un pájaro, pero -como se señalara con anterioridad- su

naturaleza física nos sirve de muy poco para individualizarlo. Esta es la descripción del propio Carroll

sobre esta ave:

“En cuanto a temperamento, el Jubjub es un pájaro peligroso puesto que vive en perpetua pasión su gusto por el vestir es enteramente absurdo va siglos por delante de la moda pero reconoce a todo amigo al que haya encontrado antes nunca parecerá sobornable y en las reuniones de caridad se queda en la puerta y recoge los donativos -aunque no los aporta-.”

Lewis Carroll, La caza del Snark. Cap. V (La Lección del Castor):

En base a la descripción anterior, veremos que el Jubjub es, ante todo, un ave de liderazgo, de

esa excentricidad que tienen y pueden permitirse sólo aquellos que van siempre adelante de los demás.

Pero además, y en base a lo que dice el autor en sus cartas, es también un ave de astucia, al punto de

que sabría ocultarla en su bullicio permanente, pero que no lleva consigo el peso de una mente

profundamente pensante. Sin embargo, debemos ser muy enfáticos -atendido el listado de

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características que nos deja Carroll- en que lo realmente determinante, lo que define al Jubjub y lo

separa de otras aves que hay en el mundo de Alicia es -antes que todo lo demás- su estado de perpetua

pasión. Los flamencos son coloridos, podrían ser astutos y hasta pueden ser exéntricos, tanto como se

pueda ser en ese mundo, pero viven para ser esclavos de otros. Es más: incluso aunque se sientan libres

en su mente y sueñen con volar y estar lejos, y aunque usen como último recurso el del agónico

Winston en 1984, (que sabía que, a pesar de todo, había un lugar donde nunca llegaría el Partido a

devorarlo), éstas y todas las demás aves carecen de algo que -hasta ahora- no sospechábamos que

tuviese tanta trascendencia en el mundo de Alicia: no están nunca en un estado de pasión, lo que hace

que sea el Jubjub entonces el llamado a ser clasificado como un ave de cuidado (¿será eso lo que hace

peligroso al pájaro Jubjub, su permanente estado de búsqueda, aunque sea en medio de un

ensordecedor bullicio?).

En cuanto al Bandersnatch, Carroll no lo describe con el detallismo del Jubjub, sino que lo

presenta casi como se presenta a un extraño, es decir, desde una circunstancia en específico:

“Y el banquero, movido por un coraje tan novedosoque fue objeto de comentario general,salió como un loco hasta perderse de vistaen su empeño por cazar al Snark.

Pero mientras lo buscaba con dedales y cuidado,un Bandersnatch rápidamente se le acercóy capturó al banquero, que de miedo chilló,porque sabía que era inútil escapar.

Le ofreció un gran descuento, también le ofreció un cheque(pagadero “al portador”) por valor de más de siete libraspero el Bandersnatch solamente estiró el cuelloy agarró de nuevo al banquero”.

Lewis Carroll, La caza del Snark. Cap. VII (El Destino del Banquero)

Como se puede apreciar, lo único que sabemos del Bandersnatch son dos cosas: la primera es

que puede estirar el cuello (lo cual en el fondo no nos está diciendo nada), y la segunda es que Carroll

lo describe en la estrofa como “humeantifurioso” (frumious), es decir como una criatura que más que

en perpetua pasión, está en permanente ebullición, en un matiz más agresivo que en el caso del Jubjub.

El autor en este sentido es específico al presentárnoslo en que ni su contextura física ni sus estados

mentales hacen de ésta una criatura peligrosa, sino más bien su búsqueda, que se concentra en

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naturaleza de fusión “banda-bandido-secuestrar” (términos que en inglés configurarán su nombre). El

Bandersnatch, por otra parte, es más que una bestia salvaje o que una fiera amenazadora, en realidad

puede ser presentada desde dos perspectivas: desde lo detallista, como una criatura que busca “devorar”

a otros; desde lo general, como la encarnación de la corrupción de la voluntad del ser que, pudiedo ser

racional y usar sus características para “vivir y dejar vivir” (como, de hecho, hacen todas las criaturas

en el mundo de Alicia), prefiere la búsqueda de su realización a través del parasitaje, de vivir a través

de otro que, o bien no sabe que está siendo utilizado, o bien no puede hacer nada al respecto

(convendría analizar a futuro en este punto la fuerte influencia que el Bandersnatch ejercerá

posteriormente en la Bruja Blanca de C.S. Lewis, en el Saruman en J.R.R. Tolkien y en los Dementores

en J.K. Rowling; figuras todas que, dentro de la literatura británica fantástica son criaturas cuyo pecado

es haber elegido voluntariamente hacer daño a seres que no pueden competir con ellos mediante el

parasitaje y la dominación).

Finalmente, el Jabberwocky es la única de las criaturas mencionadas en la estrofa cuyo nombre

indica su naturaleza: esta criatura puede ser entendida como la encarnación de la confusión, pero más

que eso, es la encarnación de la contundencia, del peso que la confusión y el estruendo inentendibles

ejercen en quenes sufren sus efectos provocando profundos sentimientos de desolación en los que se

internan en su misterio (esta contundencia y la consecuente desesperación que provoca el Jabberwocky

me recuerda tal vez la enorme frustración que provoca en personajes como el Principito, Calvin y

Hobbes, Mafalda y los niños de Peanuts el no poder entender el “blablablá” con que los adultos

interrumpen sus vidas muy a menudo). El Jabberwocky en este sentido, es un peligro interno, pues

viene de nuestra incapacidad para sobreponernos a aquello que nos genera confusión y, por tanto,

frustración (a diferencia del Jubjub y del Bandersnatch, que son amenazas que vienen de fuera del

individuo), lo que transforma además a esta criatura en la más peligrosa de las tres: aún tras un

profundo estado de pasión, aún siendo consumidos lentamente por otros, podemos elegir sentirnos en

paz, negar nuestras tribulaciones y estar aún en apariencia tranquilos, pero ¿quién puede conciliar el

sueño o el equilibrio en un estado de profunda desesperación como la que augura el Jabberwocky a sus

víctimas?; por ende, es también el único de estos tres peligros a los cuales podemos hacer frente, lo que

explica que sea ésta la criatura a la que podemos enfrentar mediante la espada Vorpal (cuya principal

característica, casualmente, es estar extraordinariamente afilada, como la astucia ulísea que deberíamos

emplear para salir de la mayor de las confusiones, el Jabberwocky que cada uno lleva en su mundo

interior).

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Entendidas así las cosas, revisar la estrofa del poema de Carroll se nos hace más sencillo, en

cuanto podemos intentar ahora “traducir” el mensaje en términos menos crípticos:

Cuídate de tus más dolorosas confusiones, hijo mío!,

porque te morderán y te triturarán si no empleas tu astucia

Cuídate de caer en permanente pasión al punto de vivir inflamado y ciego, y aléjate

de los seres que buscarán por siempre parasitarte para hacerte suyos!.