Cuando parece que Dios desoye nuestras plegarias Quiere que creamos y esperemos contra toda...
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Cuando parece que Dios Cuando parece que Dios desoye nuestras plegarias desoye nuestras plegarias Domingo 20º del Tiempo Ordinario - Ciclo Domingo 20º del Tiempo Ordinario - Ciclo A A Quiere que creamos y esperemos contra toda esperanza humana. or: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net r: P. Sergio A. Córdova LC | Fuente: Catholic.net Primera Lectura: Primera Lectura: del libro del profeta Isaías (56, 1. 6-7): del libro del profeta Isaías (56, 1. 6-7): Salmo Responsorial: Salmo Responsorial: Sal 66,2-3.5.6.8 Sal 66,2-3.5.6.8 R/. R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben Evangelio: Evangelio: san Mateo (15, 21-28): san Mateo (15, 21-28): Segunda Lectura: Segunda Lectura: de la carta san Pablo a los romanos (11, 13-15. 29-32) de la carta san Pablo a los romanos (11, 13-15. 29-32) domingo, 17 de agosto de 2014 domingo, 17 de agosto de 2014
Cuando parece que Dios desoye nuestras plegarias Quiere que creamos y esperemos contra toda esperanza humana
Meditación del Papa Francisco Jesús alabó mucho la fe de la hemorroísa, de la cananea o del ciego de nacimiento y decía que quien tenga fe como un grano de mostaza puede mover montañas. Esta fe nos pide dos actitudes: confesar y confiar. Sobre todo confesar. La fe es confesar a Dios, pero el Dios que se ha revelado a nosotros, desde el tiempo de nuestros padres hasta ahora; el Dios de la historia. Y esto es lo que todos los días recitamos en el Credo. Y una cosa es recitar el Credo desde el corazón y otra es hacerlo como papagayos. Creo, creo en Dios, creo en Jesucristo, creo... ¿Yo creo en lo que digo? ¿Esta confesión de fe es verdadera o la digo de memoria porque se debe decir? ¿O creo a medias? ¡Confesar la fe! ¡Toda, no una parte! Y esta fe guardarla toda, como ha llegado a nosotros, por el camino de la tradición: ¡toda la fe! ¿Y cómo puedo saber si yo confieso bien la fe? Hay un signo: quien confiesa bien la fe, y toda la fe, tiene la capacidad de adorar, adorar a Dios. Nosotros sabemos cómo pedir a Dios, cómo dar gracias a Dios, pero adorar a Dios, ¡alabar a Dios es más! Solamente quien tiene esta fe fuerte es capaz de la adoración. (Cf. S.S. Francisco, 10 de enero de 2014, homilía en Santa Marta).
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Cuando parece que Dios desoyeCuando parece que Dios desoye
nuestras plegariasnuestras plegarias Domingo 20 del Tiempo
Ordinario - Ciclo ADomingo 20 del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Quierequecreamosyesperemoscontratodaesperanza humana. Autor: P.
Sergio A. Crdova LC | Fuente: Catholic.netAutor: P. Sergio A.
Crdova LC | Fuente: Catholic.net Primera Lectura:Primera
Lectura:del libro del profeta Isaas (56, 1. 6-7):del libro del
profeta Isaas (56, 1. 6-7): Salmo Responsorial:Salmo
Responsorial:Sal 66,2-3.5.6.8Sal 66,2-3.5.6.8 R/.R/.Oh Dios, que te
alaben los pueblos, que todos los pueblos te alabenOh Dios, que te
alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben
Evangelio:Evangelio: san Mateo (15, 21-28):san Mateo (15, 21-28):
Segunda Lectura:Segunda Lectura:de la carta san Pablo a los romanos
(11, 13-15. 29-32):de la carta san Pablo a los romanos (11, 13-15.
29-32): domingo, 17 de agosto de 2014domingo, 17 de agosto de
2014
Conducir a los extranjeros a mi monte santo. Primera
lecturaPrimera lectura Lectura del libro del profeta Isaas (56, 1.
6-7):Lectura del libro del profeta Isaas (56, 1. 6-7):
EstodiceelSeor:"Velenporlos derechosdelosdems,practiquen
lajusticia,porquemisalvacinest apuntodellegarymijusticiaa
puntodemanifestarse.Alos extranjerosquesehanadheridoal
Seorparaservirlo,amarloydarle culto,alosqueguardanelsbado
sinprofanarloysemantienenfieles amialianza,losconducirami
montesantoylosllenardealegra enmicasadeoracin.Sus
holocaustosysacrificiossern gratosenmialtar,porquemitemplo
sercasadeoracinparatodoslos pueblos". Palabra de Dios! Te alabamos
Seor!Palabra de Dios! Te alabamos Seor!
SalmoSalmo 66,2-3.5.6.866,2-3.5.6.8 R/.R/.Oh Dios, que te
alaben los pueblos, que todos los pueblos te alabenOh Dios, que te
alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben
ElSeortengapiedadynosbendiga, iluminesurostrosobrenosotros;
conozcalatierratuscaminos, todoslospueblostusalvacin.R/.
Quecantendealegralasnaciones, porquerigeselmundoconjusticia,
rigeslospueblosconrectitud ygobiernaslasnacionesdelatierra.R/.
OhDios,quetealabenlospueblos, quetodoslospueblostealaben.
QueDiosnosbendiga; queletemanhastalosconfinesdelorbe.R/.
Dios no se arrepiente de sus dones ni de su eleccin. Segunda
lecturaSegunda lectura Lectura de la carta san Pablo a los romanos
(11, 13-15. 29-32):Lectura de la carta san Pablo a los romanos (11,
13-15. 29-32): Hermanos: Tengo algo que decirles a ustedes, los que
no son judos, y trato de desempear lo mejor posible este
ministerio. Pero esto lo hago tambin para ver si provoco los celos
de los de mi raza y logro salvar a algunos de ellos. Pues, si su
rechazo ha sido reconciliacin para el mundo, qu no ser su
reintegracin, sino resurreccin de entre los muertos? Porque Dios no
se arrepiente de sus dones ni de su eleccin. As como ustedes antes
eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con
ocasin de la rebelda de los judos, en la misma forma, los judos,
que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasin de que ustedes
alcanzaran la misericordia de Dios, tambin ellos la alcanzarn. En
efecto, Dios ha permitido que todos cayramos en la rebelda, para
manifestarnos a todos su misericordia. Palabra de Dios! Te alabamos
Seor!Palabra de Dios! Te alabamos Seor!
R/. Aleluya, aleluya. Jess predicaba la buena nueva del Reino y
curaba a la gente de toda enfermedad. R/. Mujer, qu grande es tu
fe! Lectura del santo evangelio segn san Mateo (15,21-28):Lectura
del santo evangelio segn san Mateo (15,21-28): En aquel tiempo,
Jess se retir a la comarca de Tiro y Sidn. Entonces una mujer
cananea le sali al encuentro y se puso a gritar: "Seor, hijo de
David, ten compasin de m. Mi hija est terriblemente atormentada por
un demonio". Jess no le contest una sola palabra; pero los
discpulos se acercaron y le rogaban: "Atindela, porque viene
gritando detrs de nosotros". l les contest: "Yo no he sido enviado
sino a las ovejas descarriadas de la casa de Israel". Ella se acerc
entonces a Jess y, postrada ante l, le dijo: "Seor, aydame!". l le
respondi: "No est bien quitarles el pan a los hijos para echrselo a
los perritos". Pero ella replic: "Es cierto, Seor; pero tambin los
perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos".
Entonces Jess le respondi: "Mujer, qu grande es tu fe! Que se
cumpla lo que deseas". Y en aquel mismo instante qued curada su
hija. Palabra de Dios! Te alabamos Seor!Palabra de Dios! Te
alabamos Seor!
OracinOracin Mi fe, frente a las dificultades, se debilita,
cuando debera crecer. Humildemente recurro a ti, Seor y Padre mo,
suplicando la intercesin de san Jos, para que esta oracin me ayude
a aumentar mi fe, acrecentar mi esperanza y, sobre todo, sea el
medio para crecer en mi caridad, en mi amor a Ti y a los dems.
PeticinPeticin Seor, hazme un testigo fiel de mi fe!
Meditacin del Papa FranciscoMeditacin del Papa Francisco Jess
alab mucho la fe de la hemorrosa, de la cananea o del ciego de
nacimiento y deca que quien tenga fe como un grano de mostaza puede
mover montaas. Esta fe nos pide dos actitudes: confesar y confiar.
Sobre todo confesar. La fe es confesar a Dios, pero el Dios que se
ha revelado a nosotros, desde el tiempo de nuestros padres hasta
ahora; el Dios de la historia. Y esto es lo que todos los das
recitamos en el Credo. Y una cosa es recitar el Credo desde el
corazn y otra es hacerlo como papagayos. Creo, creo en Dios, creo
en Jesucristo, creo... Yo creo en lo que digo? Esta confesin de fe
es verdadera o la digo de memoria porque se debe decir? O creo a
medias? Confesar la fe! Toda, no una parte! Y esta fe guardarla
toda, como ha llegado a nosotros, por el camino de la tradicin:
toda la fe! Y cmo puedo saber si yo confieso bien la fe? Hay un
signo: quien confiesa bien la fe, y toda la fe, tiene la capacidad
de adorar, adorar a Dios. Nosotros sabemos cmo pedir a Dios, cmo
dar gracias a Dios, pero adorar a Dios, alabar a Dios es ms!
Solamente quien tiene esta fe fuerte es capaz de la
adoracin.(Cf.S.S.Francisco,10de
enerode2014,homilaenSantaMarta).
ReflexinReflexin No te ha pasado alguna vez que, cuando has
rezado con mucho fervor por una necesidad particular o por una
intencin que llevabas muy en el alma, pareciera que Dios no te hace
caso? Cuando ha estado muy enferma tu mam, un hijo, tu esposo o
cualquier ser querido, y has pedido a nuestro Seor que les devuelva
la salud, y parece que no te escucha; o cuando has tenido un
problema especial de cualquier ndole personal, familiar o
profesional y, despus de encomendarte a Dios, no te han salido las
cosas como t queras; cuando alguno de tus mejores amigos ha sufrido
un accidente o una operacin grave y no ha salido adelante...
Podramos multiplicar los casos hasta el infinito, y tal vez a veces
constatamos lo mismo: parece que nuestro Seor se hace un poco el
sordo y tarda en responder a nuestras peticiones... Verdad que es
una experiencia que ocurre con cierta frecuencia en nuestra vida? Y
si Cristo nos prometi atender nuestras plegarias "Pedid y
recibiris, buscad y hallaris, tocad y se os abrir" por qu entonces
Dios acta as con nosotros? San Agustn tambin se lo pregunt en ms de
una ocasin. Y sabes qu respuesta encontr? "Dios afirma que ya
conoce nuestras necesidades antes de que se las expongamos,
pretende que, por la oracin, se acreciente nuestra capacidad de
desear, para que as nos hagamos ms capaces de recibir los dones que
nos prepara. Sus dones son muy grandes y nuestra capacidad de
recibir es pequea e insignificante. Y por eso, cuanto ms fielmente
creemos, ms firmemente esperamos y ms ardientemente deseamos este
don, ms capaces somos de recibirlo". Por tanto, lo que Dios
pretende con ese modo de actuar es que se dilate nuestra capacidad
de desear y de recibir los dones que nos promete. Adems, l escucha
siempre nuestras plegarias, y yo estoy totalmente convencido de
ello. Lo que ocurre es que no siempre nos concede las cosas que le
pedimos o no las hace como nosotros pretendamos. l es infinitamente
ms sabio que nosotros y, como buen Padre, nos da aquello que es ms
oportuno para nuestras almas. San Pablo nos dice, en efecto, que
"nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene" (Rom 8, 26). Nadie
tildar de cruel a una madre que no da a su nio pequeo el cuchillo
que le pide, aunque slo quiera jugar un poco sin pretender hacer
ningn mal a nadie....
Ms an, lo que quiere Dios es aumentar nuestra fe en l, nuestra
confianza y nuestro amor incondicional a su Persona. Quiere que
creamos y esperemos contra toda esperanza humana; que sigamos
confiando en l, en su omnipotencia y en su amor misericordioso,
incluso cuando ya no se ve ningn remedio humano posible. Y
precisamente entonces es cuando se revelar con ms evidencia la
grandeza de su poder y nos daremos cuenta de que ha sido Dios quien
nos ha dado todo libre y gratuitamente, slo porque l es
infinitamente bueno con sus criaturas. Al prolongar nuestra espera,
desea probar cun grande es nuestra fe y nuestra confianza en l; y
que le demostremos que, a pesar de todas las dificultades, le
amamos por encima de todas las cosas, nos conceda o no lo que le
pedimos. Finalmente, una condicin indispensable para que nuestras
splicas sean autntica oracin cristiana y no una especie de chantaje
contra Dios es que siempre busquemos en todo su santsima voluntad.
As nos ense Jess a orar y as lo decimos todos los das en el
Padrenuestro: "Hgase, Seor, tu voluntad, en la tierra como en el
cielo..." Un ejemplo maravilloso de esto que estamos diciendo lo
encontramos en el Evangelio de este domingo. Jess se retira un poco
de Galilea y hace una brevsima incursin por las regiones de Tiro y
Sidn, ciudades paganas. Y he aqu que una mujer cananea le sale al
encuentro y se pone detrs de l, pidindole a gritos literalmente que
cure a su hija enferma. Y qu nos dice el Evangelio? Que Jess "no le
respondi ni palabra". Demasiada indiferencia!, no? Pero no acaba
todo aqu. Son sus propios discpulos los que, viendo al Maestro
impertrrito, le suplican que la atienda. Pero no se lo piden por
compasin, sino para que deje de gritar detrs de ellos. Qu vergenza
que una "loca" los venga siguiendo con esos gritos!... Pero Jess
vuelve a darles otra aparente negativa: "No he sido enviado sino a
las ovejas descarriadas de la casa de Israel". Y nuevamente
silencio.
La mujer llega corriendo y se postra a los pies de nuestro
Seor, pidindole que tenga piedad de ella: "Seor, socrreme". Una
oracin brevsima, llena de dolor, de fe y de inmensa confianza. Es
la splica desgarrada de una madre. Pero Cristo, con su respuesta,
parece ignorarla. Seguramente se estara haciendo una grandsima
violencia interior, pues conocemos su infinita misericordia. Pero
tena que llevar hasta el fin la fe de esta mujer para dejarnos una
leccin tan importante. Si ella no hubiese tenido la fe y la
humildad que tuvo, se habra marchado furiosa y escandalizada del
Maestro. "No est bien le responde el Seor echar a los perros el pan
de los hijos" ya que l haba sido enviado a curar primero a los
hijos de Israel. Pero la mujer no se da por ofendida y persevera en
su oracin de splica. Sus maravillosas palabras, de una humildad y
de una confianza conmovedoras, son dignas de ser grabadas no ya en
una lpida de bronce, sino en el fondo de nuestros corazones:
"Tienes razn, Seor; pero tambin los perrillos se comen las migajas
que caen de la mesa de sus amos". Y es entonces cuando nuestro Seor
prorrumpe en un grito de jbilo y de admiracin ante la grandeza de
alma de esta mujer, que ni siquiera era del pueblo elegido: "Mujer,
qu grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas". Y en aquel
momento nos narra el Evangelio qued curada su hija. La fe de esta
mujer venci todos los obstculos y conquist el corazn de Jesucristo.
sta es la leccin de hoy: slo con la fe, la humildad, la confianza y
la perseverancia en nuestra oracin, a pesar de todas las
dificultades -como la mujer cananea es como penetramos hasta el
corazn de Dios y slo as es como el Seor escucha nuestras
plegarias.
PropsitoPropsito En las dificultades de este da, hacer un acto
de fe y pedir con confianza la ayuda de Dios. Dilogo con
CristoDilogo con Cristo Seor, slo con la fe, la humildad, la
confianza y la perseverancia en nuestra oracin, a pesar de todas
las dificultades como la mujer cananea es como penetramos hasta el
corazn de Dios y slo as es como escuchas nuestras plegarias..