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Un abogado suscrito a un periódico, demandó a su director porque el diario no había publicado ningu- na información referente a un asunto de interés para el jurista, y que había sido noticia de importancia en otros medios de comunicación. Esto sucedió en 1972 en España. El demandante argüía que la prestación a la que se había comprome- tido el periódico no era la de entregarle una determinada cantidad de papel impreso, sino la de proporcionarle información.1 Eliminado lo anecdótico, este ejemplo sirve para caracterizar la demanda de la sociedad por una informa- ción completa, oportuna y veraz, sobre aquello que le incumbe. ¿Cuántos juicios podríamos entablar a los medios de comunicación colectiva por faltar a este deber al no informar sobre asuntos de interés personal y social? Más aún, ¿cuánto trabajo tendrían los jueces si acusáramos a los medios por manipula- ción y amañamiento de lo que infor- man? Pero la información es solo una parcela del proceso entero de la comu- nicación. UN DERECHO FUNDAMENTAL La comunicación es un derecho fundamental del hombre. Es el derecho y la característica que lo identifica co- mo el único ser que tiene la capacidad de comunicarse racionalmente. Eulalio Ferrer establece la diferencia entre co- municación e información diciendo: "Subrayamos que la información es for- ma y la comunicación contenido. Hilo, la una; urdiembre la otra. Si una perte- nece a la escala cuantitativa de la mate- mática, la otra entra en la escala cuali- tativa de la semántica. La información es lenguaje lineal y la comunicación lenguaje integral. Vertical, una; hori- zontal, otra"2 La comunicación es un proceso so- cial que logra y perfecciona la realiza- ción de la persona y facilita la conviven- cia comunitaria al permitir un diálogo de informaciones, vivencias y valores, inmerso en la solidaridad y en la creati- 38

-Comunicación y Derechos Humanos

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38 Andrés León, ha realizado estudios en cien- cias sociales, comunicación y economía. Es director del Centro de Documentación de CIESPAL. 39 40

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Un abogado suscrito a unperiódico, demandó a sudirector porque el diariono había publicado ningu-

na información referente a un asunto deinterés para el jurista, y que había sidonoticia de importancia en otros mediosde comunicación. Esto sucedió en 1972en España. El demandante argüía que laprestación a la que se había comprome-tido el periódico no era la de entregarleuna determinada cantidad de papelimpreso, sino la de proporcionarleinformación.1 Eliminado lo anecdótico,este ejemplo sirve para caracterizar lademanda de la sociedad por una informa-ción completa, oportuna y veraz, sobreaquello que le incumbe. ¿Cuántosjuicios podríamos entablar a los mediosde comunicación colectiva por faltar aeste deber al no informar sobre asuntosde interés personal y social? Más aún,¿cuánto trabajo tendrían los jueces siacusáramos a los medios por manipula-ción y amañamiento de lo que infor-man? Pero la información es solo unaparcela del proceso entero de la comu-nicación.

UN DERECHO FUNDAMENTALLa comunicación es un derecho

fundamental del hombre. Es el derechoy la característica que lo identifica co-mo el único ser que tiene la capacidadde comunicarse racionalmente. EulalioFerrer establece la diferencia entre co-municación e información diciendo:"Subrayamos que la información es for-ma y la comunicación contenido. Hilo,la una; urdiembre la otra. Si una perte-nece a la escala cuantitativa de la mate-mática, la otra entra en la escala cuali-tativa de la semántica. La informaciónes lenguaje lineal y la comunicaciónlenguaje integral. Vertical, una; hori-zontal, otra"2

La comunicación es un proceso so-cial que logra y perfecciona la realiza-ción de la persona y facilita la conviven-cia comunitaria al permitir un diálogode informaciones, vivencias y valores,inmerso en la solidaridad y en la creati-

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vidad. Estas son fundamento del mayorde los derechos: el derecho a la pleni-tud de la vida, tanto para las personascomo para las sociedades.

América Latina es un continenteincomunicado. Sus casi 600 millonesde habitantes están parcelados en nacio-nes, estados, regiones, subregiones. Estaparcelación histórica es fruto de guerrasfratricidas instrumentadas por quienesnecesitan nuestra división. En nuestrosdi'as, se fracciona también el continente,con una comunicación colectiva ideolo-gizada y dirigida a un modelo aislacio-nista y unilateralmente vinculado conlas fuentes del poder económico y po-Iftico.

Para mantener esta situación se hanfortalecido, en forma limitada, los lla-mados medios tradicionales de comuni-cación: prensa escrita, cine, radio y tele-visión. Afirmo que se han fortalecidolimitadamente, ya que podemos regis-trar ciertos parámetros en su desarrolloque pueden crear un espejismo de sufi-ciencia, si no son analizados respectode su contexto geográfico, humano ycultural.

América Latina y El Caribe editanel 6,4o/o de los periódicos que circu-lan en el mundo. Consumen el 6,3o/odel papel periódico, en 1200 diarios,con un tiraje de 33 millones de ejem-plares destinados casi exclusivamentea la zona urbana alfabetizada.

Los datos estadísticos sobre cine se-ñalan un hecho interesante. Los paísesnorteamericanos anglo-parlantes y los deAmérica Latina y El Caribe consumen,respectivamente, el 8,3o/o de la produc-ción mundial. La escasa producciónde nuestro continente (240 largometra-jes en 1985) permite inferir que lo quese distribuye a los espectadores de las9000 salas existentes, es exactamentelo que produce y vende los EstadosUnidos.

En 1965 había en América Latina yEl Caribe 3.470 trasmisores. En 1983,eran ya más de 5.300. Este medio porsu desarrollo tecnológico, su demandade mínima infraestructura y sus costosbaratos, ha permitido que se convier-tan en emisores instituciones, cuyos fi-nes y objetivos son diferentes a los de laempresa comunicacional o de la indus-tria cultural. Tal el caso de iglesias,organismos sindicales, centros educati-vos y otras agrupaciones. El públicoradio-oyente se incrementó en el mismoperíodo (1965-1983) de 34 a más de327 millones. La radio es el medio decomunicación de mayor cobertura yefecto sobre el público.

El gran "boom" continental y mun-dial es el de la televisión. En los añosmencionados, pasó de 250 estacionestransmisoras —entre canales originalesy repetidoras— a 1400, y de 8 a más de50 millones de televidentes. Es impor-tante anotar que la televisión es el me-dio más favorecido por las inversionesy avances tecnológicos de los últimosaños3.

Con un criterio priviligiador de da-tos económicos y estadísticos y respec-to a las sociedades postindustrialesconsideradas el modelo, podríamos con-cluir que somos sociedades caracteriza-das por un proceso relativamente acele-rado de desarrollo, y por lo tanto,más o menos bien informadas. Sin em-bargo, el valor de América Latina y ElCaribe, no es meramente estadístico.Su valor es el ser una sociedad emergen-te, con un pasado histórico que tras-ciende y con un conjunto de aportesque, pese a estar inmersos en el mundode los pobres y quizás por ello mismo,han sido capaces de sobrevivir a la do-minación. Más aún, surgen hoy con unmensaje mestizo que se impone en elmundo cada vez más tecnificado delaño 2000.

DERECHOS HUMANOS YCOMUNICACIÓN ALTERNATIVA

Precisamente en esta región latinoa-mericana y caribeña, la comunicaciónadquiere nuevas dimensiones. Se haconvertido en la principal propulsora ydefensora de los Derechos Humanos,y de manera especial de los derechossolidarios de nuestros pueblos. Preten-demos mantener esos derechos por en-cima de un sistema comunicacionalimpuesto que no permite a los grupossociales ejercerlos, ya que obedece acriterios e intereses ideológicos tradi-cionales. La vigencia del Derechos ala comunicación demanda la existen-cia de esa sociedad auténticamente de-mocrática, que actualmente pretende-mos construir con nuestra mítica capa-cidad de creación. Ella nos ha permiti-do presentar sistemas comunicativospropios que se oponen a los dominan-tes y extraños.

Este sistema comunicacional ha re-cibido muchos nombres: comunicaciónhorizontal, alternativa, popular, cultu-ral, etc., pero puede ser identificadapor ciertas características definitorias.La de alterar el papel aristotélico delos tres elementos bases del proceso decomunicación, cuando busca la presen-cia de un emisor que no sea ausentista

y dominante, sino íntimo a la mismarealidad comunicacional, o cuando elmensaje debe dejar de ser decidido yestructurado por otros, o cuandoreivindica para el receptor el derecho aescoger lo que prefiere, con una acti-tud crítica que supere la postura mera-mente pasiva impulsada por la comu-nicación vertical.

Fernando Reyes Matta ratifica estecriterio: "...cuando la comunicación al-ternativa emerge, solo puede hacerlocon un propósito que va más allá de lamera perspectiva comunicacional: debeser una expresión de un proyecto his-tórico de cambio, de resistencia cultu-ral y de construcción solidaria."4

En otras palabras, la comunicación al-ternativa hace posible el ejercicio delderecho a la comunicación en cuantoproceso educativo que permite lograrla participación comunitaria y, por lotanto, la formación de una sociedadauténtica, libre y justa. Esta sociedadcoincide con los valores y metas delTercer Mundo, conjunto de pueblostan ricos en manifestaciones humanís-ticas y tan pobres en términos de laeconomía mundial.

No se debe olvidar que los DerechosHumanos, y entre ellos el Derecho a laComunicación, han sido permanente-mente negados y conculcados por lasociedad dominante, unas veces utili-zando la brutalidad de un sistema paradestruir física y moralmente al hombre,y otras, las más, con el poder político yeconómico para desviar la informaciónnecesaria, manipular las conciencias,sumir al hombre en sueños doradosajenos a su realidad, despertar temores ycrear enemigos artificiales.

La sociedad dominante que así haprocedido tradicionalmente, no está dis-puesta a permitir la emergencia de unnuevo mundo que altere sus programasy objetivos. Ella busca elementos dedefensa y los ha encontrado en el usode los medios tradicionales y en eldesafío que significa la tecnologíapropia de un mundo que se aproxima asu tercer milenio cristiano. Ante estarealidad se debe preguntar: ¿Dóndequeda el derecho a la vida, a la libertad,a la seguridad, cuando los genes yprocesos de concepción, el número y

Andrés León, ha realizado estudios en cien-cias sociales, comunicación y economía.Es director del Centro de Documentaciónde CIESPAL.

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las características de los nacimientos,pueden ser manipulados por los intere-ses de los grupos dominantes? Esto noes un ataque a ningún criterio limitati-vo de la natalidad, sino la manifestaciónde un peligro inminente de que quienesmanejan la tecnología biogenética y sondueños del poder político y económi-co, son también quienes controlan lacomunicación, y tienen entonces la capa-cidad de diseñar una sociedad sometidaque responda únicamente a sus obje-tivos.

"Nadie estará sometido a esclavitudni a servidumbre", dice el artículo 4de la Declaración Universal. Sin embar-go, ¿acaso no somete a la esclavitud delconsumismo y de modelos ideales elrefuerzo de los medios de comunica-ción a estos valores? Todos los días yen todas partes, se presentan denun-cias y protestas sobre uso de "tortu-ras, penas y tratos crueles, inhumanosy degradantes"; pero la nueva tecno-logía produce sofisticados formatospara esa tortura y ese trato inhumano.Cuando el público es bombardeado in-cesantemente por una publicidad alie-nante y una orientación de sus formasde pensamiento que ni siquiera le de-jan tiempo suficiente para calibrar la

fiere ver los simples enlatados, antesque trabajar en el procesamiento y asi-milación de un texto de literatura,ciencia o política. La nueva tecnolo-gía, tal cual es actualmente transmitiday utilizada, está produciendo una dis-torsión estética y moral, con la presen-cia del monstruo como protagonista,de lo mecánico sobre lo intelectual,de lo superfluo antes que lo trascen-dente, de lo arbitrario sobre lo libre.

Es claro que una nueva sociedadplanetizada está en formación: la so-ciedad civil va transformándose en otradonde imperarán los servicios, los datos,los conocimientos computarizados, elmanejo de la informática y el dominiodel cerebro electrónico, mientras se de-jará de lado lo que para ella resulteun obsoleto sentido de lo humano.

La nueva sociedad en proceso de es-tructuración será una sociedad dondelos Derechos Humanos, la cultura delos pueblos, las ideas de patria y reli-gión, los sentimientos, las ideologíaspolíticas, deberán someterse a otraclase de intereses que, a lo mejor, supe-rarán incluso a los de los propietariose inventores de las máquinas, pararesponder específicamente a los deaquellos instrumentos automatizados.

comunicación recibida, cabe preguntar-se: ¿Cómo ejercer el derecho a la liber-tad de pensamiento, de conciencia, de'religión, y peor aún el de la libertad deopinión y de expresión?

Una de las funciones propias del es-quema comunicacional es la de educar.Resulta, con todo, cada vez más noto-ria la presencia de un proceso antiedu-cativo impuesto por los medios masivos.Así, mientras más libros se editan, me-nos personas mantienen su predisposi-ción a leer, ya que los medios audiovi-suales copan el tiempo de ocio y confor-man una mentalidad facilista que pre-

DERECHOS HUMANOS EIDENTIDAD CULTURAL

Hasta aquí, he presentado un panora-ma de la comunicación en relación conlos Derechos Humanos, y como dere-cho solidario de las personas y de lasociedad. El cuadro no es positivo.Permite, sin embargo, ver sus característi-cas y las líneas generales de la activi-dad futura, en los términos utilizadospor el Seminario de Periodistas Lati-noamericanos sobre Derechos Humanosy Nuevo Orden Mundial de la Informa-ción: "A través del Derecho a la Comu-nicación se genera una síntesis formado-

ra de la conciencia colectiva donde elpueblo oprimido asume su propia iden-tidad. Por ello, el Derecho a la Comuni-cación se transforma en "derecho a ser"entendido como la búsqueda permanen-te de los valores propios más distinti-vos de las culturas y de los pueblos",Y continúa: "Si bien el derecho a lacomunicación es reconocido en cuerposnormativos, tanto nacionales como in-ternacionales, existe una enorme distan-cia entre los textos que los proclaman ysu vigencia real. La correspondenciarigurosa entre ambos se deberá alcan-zar por medio de un diálogo social igua-litario, creativo, y plural". Más aún,según este texto "Existe en AméricaLatina un sistema predominante quecrea polos de poder y condicionantespolíticos, que impiden en la prácticael ejercicio de este derecho a las grandesmayorías y da a unos pocos la posibili-dad de usurparlo, en su exclusivo bene-ficio". Por todo esto, los periodistasreunidos en el Seminario concluyen que"Por ello, la lucha por el ejercicio ple-no del derecho a la comunicación debealcanzar también el ejercicio de todosaquellos derechos —a expresarse, a o ;

nar, a reunirse, a organizarse, a ¡nformar, a ser informado—_ que son partede un mismo concepto'..5

DEMOCRATIZAR LACOMl * r

Coincidiendo con toe1? lo anterior,la acción hacia el futuro debe estar en-cauzada en (a línea de la democratiza-ción de ias combnicaciones, que respetela diversidad cultural e ideológica yaun la diversidad de intere<:";= contra-puestos. Para que esto sea posiole esnecesaria una democratización de lasociedad, en la que deoen eliminarselas vertientes de dominación de ciasey las diferencias socio-económicas, parapermitir la creación de un marco con-ciencial amplio y, consecuentemente,un ambiente de igualdad y de respeto.

Ayer fueron las organizaciones de lostrabajadores y los movimientos estu-diantiles los que promovieron estasideas. Su acción ha dado frutos y hoyvemos que los partidos políticos, lasiglesias, las organizaciones campesinas,los intelectuales forman, hasta interna-cionalmente, frentes comunes para dete-ner la masificación colectiva con que elmundo tecnológico nos amenaza y de-fender el conjunto de derechos huma-nos permanentemente agredidos. Estaacción se ha manifestado en las pro-puestas de un Nuevo Orden Internacio-nal de la Información y de la Comuni-

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cación, y en los procesos ¡nvestigativosde nuestras realidades, ya que solamenteconociéndonos mejor, podremos serrealistas en nuestros trabajos y no teó-ricos de una imagen impuesta.

En esta línea CIESPAL ha orientadogran parte de su esfuerzo, buscandodetectar y documentar la realidad co-municacional de América Latina, encuanto a las cantidades disponibles demedios tradicionales y a su impactodentro de nuestra sociedad; también haestudiado el pensum universitario y hacontribuido a la formación de profesio-nales, no solo en el campo científico,sino en el campo de la integración hu-mana; ha investigado las amplias posibi-lidades y formas de la comunicaciónalternativa para poder impulsar su usocomo mecanismo vivencial de recupera-ción de la conciencia histórica y de lavalorización cultural; y, ahora, tambiénse encuentra recuperando y analizan-do el material para enfrentar el fenó-meno de las nuevas tecnologías presen-tes al aproximarse el tercer milenio.

Hay otra actividad indispensable parala formulación de una sociedad demo-crática, y esa actividad es la capacita-ción. Capacitarnos es descubrir nues-tras potencialidades y saber utilizarlas;es integrar crítica y conscientementela tecnología moderna a nuestros pro-cesos; es saber no solamente qué debe-mos hacer y qué queremos producir,sino cómo hacerlo. Tenemos ejemplosde lo que América Latina puede ofre-cer: literatos que revolucionaron losmoldes tradicionales y se han impuestocon reconocimiento general; teorías po-líticas, económicas y sociales que handespertado la responsabilidad del mun-do y le han hecho replantear su mismahistoria; cineastas capaces de presentarestéticamente los problemas humanosy colectivos, con éxito en la mentali-dad de los espectadores; produccionestelevisivas que al exportar un géneroauténticamente latinoamericano, la te-lenovela, han sido capaces no solamentede superar la vulgaridad e inconsisten-cia tradicional, sino de imponer unacalidad que se refleja en cualquierencuesta de sintonía. Y así músicos,poetas, deportistas, teorías, estilos, etc.,que son ahora ejemplos y que debenser expresiones totales, normales ycontinuas.

Concretamente, al hablar de Comu-nicación y Derechos Humanos, en rela-ción con todos estos elementos, tene-mos que observar que aquellos que he-mos catalogado como alternativos, hanservido para crear la oportuna resisten-

cia y salvaguardar los valores étnico-cul-turales. Los que conocemos como me-dios de comunicación tradicionales a lavez que han mantenido el sistema delcual dependen, empiezan a registrarfisuras a través de las cuales se hapodido filtrar parte de la realidad.Los mecanismos propios de la nuevatecnología, hasta ahora reforzadores delsistema, no han sido capaces de cerrar

Hay un primer paso y este es el de crearconciencia sobre el más básico de losderechos, el que Clerencio Neotti lla-maba el Derecho a ser oído. "El Ter-cer Mundo —afirmaba Neotti— cons-tituye dos tercios de la humanidad, yhasta ahora el otro tercio, que detentael poder económico e informativo, nonos escucha."6

Es de esperar que él mundo nos es-

esas brechas, ni de detener la acción delos profesionales de la comunicacióncomprometidos con sus pueblos.

De allí que toda conciencia, todainvestigación, toda recuperación docu-mental, toda capacitación y toda pro-ducción, deben estar orientadas areemplazar el campo de la denuncia.Lamentablemente hasta ahora ha sidonecesario vivir de la denuncia, que esbuena y si es oportuna, mejor, y que sehace indispensable como expresión quelogra, a veces, superar problemas aisla-dos y salvar vidas y sociedades, peroque corre el peligro de cansar, por serrepetitiva, si no va acompañada de otrasacciones. La situación de los DerechosHumanos, a veces sale ya de las primeraspáginas de los periódicos y de los prin-cipales informativos audiovisuales, por-que ha dejado de ser noticia, y conse-cuentemente, ha dejado de ser mercan-cía capaz de incidir en la venta de unespacio o de un tiempo informativo.

El desafío está en sumar a la denun-cia, la acción. El uso de los componen-tes antes mencionados puede permitirque cada hecho sea visto como un esla-bón en la dura cadena dominante deviolencia institucionalizada que sufrenlas naciones latinoamericanas. Es indis-pensable investigar, documentar, anali-zar y proyectar la situación, utilizan-do medios, alternativos y tradicionales,limitados a grupos vecinales o unlver-salizados por las modernas tecnologías.

Por algo se tiene que comenzar.

cuche, que se escuche a sí mismo entodas las latitudes, en todas las nacio-nes, en todos los estratos sociales y entodas las conciencias. Para ello es nece-sario que los latinoamericanos conven-cidos de nuestros derechos, de los dere-chos personales y solidarios, dejemoslas actitudes derrotistas y enfrentemoscon fe el desafío de impulsar los mediospropios de nuestras culturas, con orgu-llo de ellos; que hagamos productos bue-nos que puedan ingresar en la competen-cia del mercado masivo. Sabemos quesomos capaces y que, sin temor a lonuevo, enfrentemos la nueva fronterade la ciencia para con todo- ese instru-mental decir presente a la historia yganar nuestro derecho al futuro.

NOTAS

1.- Ver La Información como Derecho deJosé María Desantes, Ed. Nacional, Madrid,1974, pp. 23-24. 2.- Eulallo Ferrer, "De laInformación a la Comunicación", Cuadernosde Comunicación, México, 4, enero, 1979,p. 25. 3.- Todos los datos citados corres-ponden al Anuario de la Unesco, 1985.4.- Fernando Reyes Matta, "Comunicación,Participación y Ruptura: Dimensiones Alter-nativas", UNDA-AL Comunicación: Estu-dios y Documentos, Buenos Aires 3, agosto,1983, p. 19. 5.- Documento Final del Semi-narlo de Periodistas Latinoamericanos: De-rechos Humanos y Nuevo Orden Mundial dela Información, Quito, 23 de abril - 2 de ma-yo de 1982. 6.- Clerencio Neotti, Citadopor José Marques de Meló en "Los NuevosRumbos de la UCLAP', Chasqui, Quito,no. 3, abril-Junlo, 1982BJ

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