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El germen de la locura CoRRESF0NDENCTA (194s-1970) Yasunari Kawabata-Yukio Mishi ma Traducción de Liliana Ponce Emecé. Barcelona, 2OO4 257 páginas, 16,50 euros "C y^"T1,?r*:::ff; preso de angustia, tengo B uT- presión de estar en el vacio, de ño tener ningún apoyo. Cautivo de esta soledad cargada de an- gustia, no Puedo dormirme tranquilo. EsPero que venga un amigo, pero el amigo no viene. Desde lo más Profundo maldigo a mis brazos hechos Para abra- zar. Querría deshacerme de mis manos. Abolir el acto de to- car. En este estado, encon- trarme con usted me seria in- soportable. Pues de entrada us- ted percibiría este fuego que me quema>. Escritas en 1946' estas palabras ardientes dirigi- das por un Mishima de aPenas veinte años a un Kawabata que to dobla en edad Y que estaba considerado Ya entonces como el escritor PrinciPal del JaPón contemporáneo, Podrian mos- trar algún asPecto de una rela- ción intensa Y rodeada de mati- ces que no son fáciles de caPtar' La oicuridad se intensifica ala hora de asomarse al misterio de la vida y de la obra de estos dos grandes creadores litera- rios y a Ia relación que mantu- vieron a lo Iargo de más de treinta años. Perplejidad La edición original de la co- rrespondencia realizada Por Saeki Sho-ichi (1977) fue tradu- cida directamente al francés por Dominique Palmé Para Al- Uin Vtichel (2000) Y de ahí ha sido vertida al castellano en la presente edición; eI texto el es: pañol se aleja de manera fatal de un original jaPonés cuYa Ie- yes internas son la sutileza, la elusión y la dificultad concep- tual. La lengua literaria ni- pona se encuentra desde el fi- nal siglo XIX en una trepidante evolución Y en ella se mezclan diversos sistemas de notación asi como la confLuencia al me- nos de tres estilos: el estilo in- telectual de influencia china, el estilo lírico de la tradición Pa- bun, que se remonta a la gran literatura femenina del siglo X (del Romance de Genii a la obra de Sei ShÓnagon) Y lo que Po- driamos denominar el estilo moderno, Próximo a Ia lengua de uso corriente Y a la gtamá- tica japonesa actual. Cualquier versión de un texto jaPonés re- quiere conocimientos filológi' Léase espec¡almente la carta de Mishima del 4 de agosto de 1969: una bella elegía en la que sólo se explica su vida, ya enferma, a la luz de una tradición que le llevará a la muerte un acercamiento Paciente, desde Ia propia lengua, a un magma literario fluctuante Y esencialmente esquivo. Nada tiene de extraño Por tanto que la lectura de estas cartas deje al lector sumido en una cierta perplejidad. Y me temo que no és algo que se arregla leYéndo- las dos veces ni recurriendo a unas notas que no acaban de enfrentarse con lo esPecifica- mente poético. Fuerza Y vi$or En Ia CorresPondencia se descubre Primero a un joven Mishima emPeñado en agradar a un Kawabata aI que escribe numerosas cartas iniciales de las que no conocemos su con- testación. Se va aPareciendo el maestro, obsesivamente ron- dado por el disciPulo, que reco- noce én este una fuetzaY un vi- gor del que, como los viejos me- iodeadores de La casa de las bettas durmientes, Kawabata pretende nutrirse. Se reflejan, a través de breves notas, aPa- rentemente insignificantes' años de resPetuosa amistad Y ayuda mutua, teñidas no obs- tante por las sombras crecien- tes de Ia desconfianza Y la iro- nía. Por último, asoma su feo rostro esa vertiginosa atrac- ción por el vacío que lleva en si eI germen de la locura Y de Ia autodestrucción final de ambos. Decía el Poeta contemPorá- neo Takako, en un famoso haiku, que <Un ramo de glici- nas / pesa en la mano enferma / demasiado>. Mishima se sui- cidó por eI ritual sekePPu en 1970, poco desPués de que le fuera otorgado eI Premio Nobel a Kawabata. El maestro se quitó la vida dos años desPués con toda discreción en su casa de Zushi, frente al mar. Fueron éstos los gestos Postreros de una comunicación intensa en- tre y con las voces de los muertos de la tradición japo- nesa a la que tanto amaban. Lé- ase especialmente la carta de Mishima del 4 de agosto de 1969: una bella elegía en Ia que sólo se exPlica su vida, Ya en- ferma, alaluz de un tradición que le llevará a la muerte. So- ólarot contra el rostro del porta los vientos de una civili- iación que suprime Ia Polari- dad vida Y muerte como una forma de suPerar la angustia existencial. Algo que se refleja con suma Precisión en la dia- Iéctica luz-sombra con la que se ha alumbrado una estética de la brevedad Y del fulgor Pero también del animismo Y del en- gaño. E .C L (¡) (D <

Created Date 5/24/2012 5:00:10 PM

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El germen de la locuraCoRRESF0NDENCTA (194s-1970)

Yasunari Kawabata-Yukio Mishi ma

Traducción de Liliana Ponce

Emecé. Barcelona, 2OO4

257 páginas, 16,50 euros

"C y^"T1,?r*:::ff;

preso de angustia, tengo B uT-presión de estar en el vacio, de

ño tener ningún apoyo. Cautivode esta soledad cargada de an-gustia, no Puedo dormirmetranquilo. EsPero que venga unamigo, pero el amigo no viene.Desde lo más Profundo maldigoa mis brazos hechos Para abra-zar. Querría deshacerme demis manos. Abolir el acto de to-

car. En este estado, encon-trarme con usted me seria in-soportable. Pues de entrada us-

ted percibiría este fuego queme quema>. Escritas en 1946'

estas palabras ardientes dirigi-das por un Mishima de aPenas

veinte años a un Kawabata que

to dobla en edad Y que estabaconsiderado Ya entonces comoel escritor PrinciPal del JaPóncontemporáneo, Podrian mos-trar algún asPecto de una rela-ción intensa Y rodeada de mati-ces que no son fáciles de caPtar'La oicuridad se intensifica alahora de asomarse al misteriode la vida y de la obra de estosdos grandes creadores litera-rios y a Ia relación que mantu-vieron a lo Iargo de más detreinta años.

PerplejidadLa edición original de la co-

rrespondencia realizada PorSaeki Sho-ichi (1977) fue tradu-cida directamente al francéspor Dominique Palmé Para Al-Uin Vtichel (2000) Y de ahí hasido vertida al castellano en lapresente edición; eI texto el es:

pañol se aleja de manera fatalde un original jaPonés cuYa Ie-

yes internas son la sutileza, laelusión y la dificultad concep-tual. La lengua literaria ni-pona se encuentra desde el fi-nal siglo XIX en una trepidanteevolución Y en ella se mezclandiversos sistemas de notaciónasi como la confLuencia al me-nos de tres estilos: el estilo in-telectual de influencia china, elestilo lírico de la tradición Pa-bun, que se remonta a la granliteratura femenina del siglo X(del Romance de Genii a la obrade Sei ShÓnagon) Y lo que Po-driamos denominar el estilomoderno, Próximo a Ia lenguade uso corriente Y a la gtamá-tica japonesa actual. Cualquierversión de un texto jaPonés re-quiere conocimientos filológi'

Léase espec¡almente la

carta de Mishima del 4

de agosto de 1969: una

bella elegía en la que

sólo se explica su vida,

ya enferma, a la luz de

una tradición que lellevará a la muerte

un acercamiento Paciente,desde Ia propia lengua, a unmagma literario fluctuante Y

esencialmente esquivo. Nadatiene de extraño Por tanto que

la lectura de estas cartas dejeal lector sumido en una ciertaperplejidad. Y me temo que noés algo que se arregla leYéndo-las dos veces ni recurriendo a

unas notas que no acaban deenfrentarse con lo esPecifica-mente poético.

Fuerza Y vi$orEn Ia CorresPondencia se

descubre Primero a un jovenMishima emPeñado en agradara un Kawabata aI que escribenumerosas cartas iniciales de

las que no conocemos su con-testación. Se va aPareciendo elmaestro, obsesivamente ron-dado por el disciPulo, que reco-noce én este una fuetzaY un vi-gor del que, como los viejos me-iodeadores de La casa de lasbettas durmientes, Kawabatapretende nutrirse. Se reflejan,a través de breves notas, aPa-

rentemente insignificantes'años de resPetuosa amistad Y

ayuda mutua, teñidas no obs-

tante por las sombras crecien-tes de Ia desconfianza Y la iro-nía. Por último, asoma su feorostro esa vertiginosa atrac-ción por el vacío que lleva en sieI germen de la locura Y deIa autodestrucción final deambos.

Decía el Poeta contemPorá-neo Takako, en un famosohaiku, que <Un ramo de glici-nas / pesa en la mano enferma/ demasiado>. Mishima se sui-cidó por eI ritual sekePPu en1970, poco desPués de que lefuera otorgado eI Premio Nobela Kawabata. El maestro sequitó la vida dos años desPués

con toda discreción en su casade Zushi, frente al mar. Fueronéstos los gestos Postreros de

una comunicación intensa en-tre sí y con las voces de losmuertos de la tradición japo-nesa a la que tanto amaban. Lé-ase especialmente la carta de

Mishima del 4 de agosto de1969: una bella elegía en Ia que

sólo se exPlica su vida, Ya en-ferma, alaluz de un tradiciónque le llevará a la muerte. So-

ólarot contra el rostro delporta los vientos de una civili-iación que suprime Ia Polari-dad vida Y muerte como unaforma de suPerar la angustiaexistencial. Algo que se reflejacon suma Precisión en la dia-Iéctica luz-sombra con la quese ha alumbrado una estéticade la brevedad Y del fulgor Perotambién del animismo Y del en-gaño.

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