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AGRADECIMIENTOS
A DIOS
Fuente de toda sabiduría y dador de vida. Por amarte tanto tal y como soy y por
los dones que me ha concedido.
A MI MAMA
Rejina Méndez de López. Ella despertó en mi infancia grandes sueños, me apoyó
y me enseñó a tomar decisiones, para alcanzar mis metas.
A MIS HERMANOSPadre Mario; José Lisando; Marco Tulio y Pedro A..
A MIS HERMANASMarta Angélica (Tita); María Carmelina; Rosa del Carmen y Berta Marina.
A MI CONGREGACIONPor darme al oportunidad y el apoyo económico en el logro de mis sueños.
A LA COMPAÑÍA DE JESÚSPor su testimonio de vida en entrega al servicio de la humanidad.
AL LICENCIADO SAUL ANLEUPor compartir con nosotros su experiencia de fe y llenar mis expectativas con sus
cursos bíblicos.
A LA LICENCIADA MARÍA DE LA LUZ ORTIZPor inducirnos a la investigación y búsqueda del conocimiento.
7
A LA FACULTAD DE TEOLOGIA DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDIVARPor darme la oportunidad de integrarme al gremio de los estudiantes de Teología.
A MIS COMPAÑEROS DE LICENCIATURA EN TEOLOGÍAJean Claude, Olguita, José Luis Merino, Sarita, Fernando y a todos por ser mis
compañeros por brindarme su amistad, su apoyo y por su espíritu de lucha y
esfuerzo como estudiantes de Teología.
8
INDICE
CONTENDIOS PÁGINA
RESUMEN 10
INTRODUCCION 11
CAPITULO I
RASGOS DISTINTIVOS DEL EVANGELIO DE SAN MARCOS 13
1.1 Autor, fecha y composición del Evangelio de Marcos 13
1.2 Estructura literaria y contenida del Evangelio de Marcos 17
1.2.1 Estructura del Evangelio según Taylor 17
1.2.1.1 Prólogo 17
1.2.1.2 Comienzos del Ministerio de Jesús en Galilea 17
1.2.1.3 Culminación del Ministerio de Jesús en Galilea 17
1.2.1.4 Ministerio de Jesús en Jerusalén 18
1.2.1.5 Cesarea de Filipo. Viaje a Jerusalén 19
1.2.1.6 Ministerio de Jesús en Jerusalén 20
1.2.1.7 La Pasión y Resurrección de Jesús 20
1.2.1.8 Muerte de Jesús en Jerusalén 21
1.3 Género Literario del Evangelio de Marcos 21
1.4 Contenidos del Evangelio de Marcos 22
CAPITULO II
LA LLAMADA AL SEGUIMIENTO DE JESUS EN EL EVANGELIODE MARCOS 262.1 La vocación de los primeros discípulos 28
2.1 El seguimiento a Cristo de los Apóstoles y de la Iglesia 32
9
2.3 La alegría de ser discípulos y misioneros de Jesucristo 39
2.4 Estar con Él 41
2.5 La llamada de Jesús en servicio de los demás es actual 42
CAPITULO III
IMPLICACIONES DEL SEGUIMIENTO A JESUS 49
3.1 Un encuentro con el Cristo de la Fe 49
3.2 Arrepentimiento y conversión, signos de las implicaciones del
Seguimiento de Cristo 51
3.3 La Fe y la fidelidad en seguimiento a Jesucristo 56
3.4 La formación permanente del discípulo que sigue a Jesús 57
3.5 El encuentro con Jesucristo 58
3.6 Una llamada urgente 59
3.7 Llamada a vivir el desprendimiento 60
3.7.1 En relación consigo mismo 62
3.7.2 En relación con los demás 64
3.7.3 En relación con los bienes materiales 64
3.8 La comunidad lugar del seguimiento de Jesús 66
3.8.1 Con el grupo 67
3.9 Implicaciones en la formación de los discípulos 68
3.10 Fascinados y desconcertados a su vez 70
CONCLUCIONES Y RECOMENDACIONES 71
BIBLIOGRAFIA 76
10
RESUMEN
El presente trabajo de investigación titulado “Movimiento Discipular en el
Evangelio de San Marcos”, tiene como objetivo volver a las fuentes (textos
vocacionales) y al aporte de la Iglesia en (Cf. EN y Aparecida) para establecer las
características que constituyen el perfil del discípulo misionero, para invitar a otros
jóvenes a optar por Cristo, dando una respuesta de fe en coherencia con la
llamada a la santidad.
Se realizó el trabajo desde el método de la consulta bibliográfica. Cada uno de los
capítulos desarrolla diferentes aspectos de la llamada/respuesta,
discipulado/misión que los primeros discípulos dieron a Jesús al sentirse
convocados para estar con Él, pertenecer a su comunidad y ser enviados a la
misión.
Entendemos que por el bautismo, todos los cristianos participamos de la vida de
Jesús, el enviado del Padre; y que la Iglesia tiene la misión de rescatar al ser
humano y llevarle a vivir la experiencia del encuentro con Cristo. Motivados por
Jesús y siguiendo el ejemplo de los primeros discípulos, también nosotros
estamos llamados a realizar la misión de anunciar la Buena Noticia, haciendo
presente el Reino que ha sido proclamado por el mismo Jesús.
Partiendo de la exigencia de ser discípulos de Jesús y enviados por Él a la misión,
se presentan las implicaciones del seguimiento, la praxis de la fe, como primera
exigencia de la misión, y del testimonio de vida que arrastra más que las palabras.
Esta investigación es una propuesta que pretende ser una invitación al
seguimiento de Cristo como sacerdotes, religiosas/religiosos y laicos
comprometidos, al servicio de los demás. Invitación a vencer los obstáculos y
rechazar las falsas seguridades que les ofrece la sociedad actual para vivir en la
confianza que Dios nos da como centro de nuestras vidas.
Las conclusiones presentan aspectos fundamentales que han de tenerse en
cuenta: la formación adecuada, la conversión y la integración a la comunidad
orante, como lugar de seguimiento y del encuentro con el Resucitado.
11
INTRODUCCION
El presente trabajo intenta establecer los fundamentos bíblicos y las implicaciones
del seguimiento y del ser discípulo de Jesús de Nazaret. También reconocer las
características de la llamada y la respuesta que desde la fe dieron los primeros
discípulos, según el Evangelio de Marcos. En este sentido, se considera
importante actualizar los contenidos del tema para proponer un encuentro
personal con Jesús, como también un proceso de conversión en servicio a los
demás.
La intención parte de la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto los discípulos de
nuestros días han logrado comprender y asimilar las implicaciones que conlleva
el seguimiento de Jesús de Nazaret?
Para desarrollar y fundamentar el trabajo se empleó el método de consulta
bibliográfica. El documento base es el Evangelio de Marcos, y se consultaron los
siguientes libros: Los doce y otros seguidores de Jesús en el Evangelio de
Marcos, de J. Mateos; Discipulado que transforma el modelo de Jesús, de Ogden
Gregory J; El Dios que llama, experiencia bíblica de la Trinidad en la Vocación, de
Jesús Luzaraga; La vocación, seguimiento y servicios, de Joan Busquets; Una
comunidad lee el Evangelio de Marcos; El Nuevo Comentario Bíblico de San
Jerónimo, de Brown, Raymundo E; Hogar y Taller de García, José Antonio s.j. La
llamada de Jesús de James, D.G. Dunn; las Huellas del Maestro, de Mazariegos,
L. Emilio; El Evangelio según San Marcos de Taylor, Vicent. Y otros que escriben
sobre el tema.
La investigación se limitó a presentar datos sobre el autor, fecha, género literario y
la estructura del evangelio de Marcos. Asimismo, se desarrolló el tema de la
llamada, el seguimiento y discipulado; de los cuales se da a conocer las
implicaciones de dicha respuesta.
Se consultó los documentos del Concilio Vaticano II y la Conferencia Episcopal
Latinoamericana en Aparecida para apoyar las implicaciones del seguimiento a
12
Jesús y el servicio al Reino de Dios en nuestro tiempo. La estructura es la
siguiente:
Capítulo primero. Rasgos distintivos del Evangelio según San Marcos. En este
capítulo se presenta una síntesis de los comentarios de algunos teólogos que se
han dedicado a investigar y escribir sobre el Evangelio marquense. Los autores
afirman que el evangelio de Marcos lleva el nombre el mismo autor, coinciden con
la fecha y la composición del documento. También se habla de la estructura,
género literario y contenidos del mismo.
El capítulo segundo. La llamada al Seguimiento de Jesús en el Evangelio según
San Marcos. Ofrece un resumen sobre la vocación y misión de los primeros
discípulos. La vocación al servicio del Reino de Dios que desemboca en el
servicio de los demás y las características de la llamada de Jesús, y de la
respuesta de sus seguidores.
Capítulo tercero. Implicaciones del Seguimiento de Jesús. Centra la atención
sobre la importancia de comprender las implicaciones del seguimiento como
discípulos del Maestro de Maestro. La persona que ha sido convocada por Jesús,
da el paso a la experiencia de un proceso de conversión, y su vida está orientada
desde una centralidad en Jesucristo y su propuesta de salvación. Es decir, desde
un seguimiento maduro y proyectivo de la fe en fidelidad y perseverancia.
13
CAPITULO I
RASGOS DISTINTIVOS DEL EVANGELIO DE SAN MARCOS
1.1 Autor, fecha y composición del evangelio de Marcos.
Marcos (Marcus), era uno de los nombres comunes en el idioma latín; se cree que
Marcos, del segundo evangelio, sea el mismo Juan Marcos que se menciona ocho
veces en el Nuevo Testamento. Se sabe que era pariente de Bernabé (Col. 4,10)
y la referencia a 1Pedro 5,12-13 indicaría que se convirtió por medio de la
predicación del apóstol Pedro. La tradición de la Iglesia primitiva atribuye
unánimemente a San Marcos, discípulo de Pedro, el segundo evangelio.
Brown, ss. Raymond E. (Pg. 59-60), afirma que el testimonio más antiguo respecto
al autor del segundo evangelio es el de Papías de Hierápolis, quien a comienzos
del siglo II, cita y comenta otro testimonio aún más antiguo.
Acostumbraba a decir esto el Presbítero: cuando Marcos actuó como
intérprete de Pedro, puso cuidadosamente por escrito, aunque no con
orden, todo cuanto éste recordaba de lo que hizo y dijo el Señor (Mally,
Edward J. s.j.)
Papías escribe: Marcos, habiéndose convertido en intérprete de Pedro, escribió
rigurosamente las palabras y los milagros de Jesús durante su ministerio público.
Fundamentándose en la declaración de Papías, y en los aportes de otros
historiados y escritores cristianos, el evangelio se atribuyó tradicionalmente a
Marcos, el intérprete de Pedro, escrito en Roma tras la muerte del apóstol. (Cf. 64
d.C).
Por otra parte, se habla de un acuerdo casi universal de que el Evangelio de
Marcos, es el más antiguo de los cuatro. Igualmente, la declaración de Irineo de
14
que Marcos compuso su evangelio después de la partida de Pedro, indicaría una
fecha no anterior del año (68 d. J.C)
Vicent Taylor (1887-1968), (Pg. 51), especialista en el aspecto teológico del N.T, e
interesado en la trilogía centrada en la persona de Cristo Thc, Names of Jesús
(1953), The life and Ministry of Jesús (1954) y The Person of Chisti in New
Testamento Teaching (1958), como hijo de su tiempo y de su ambiente, anclado
en la teoría de las dos fuentes (Marcos y Q) y fundamentalmente condicionado por
la historia de las formas afirma, que el evangelio marquense fue escrito por el
mismo Marcos, identificándolo como el ayudante de Pedro. Dice a continuación:
Así reza el testimonio de la primitiva comunidad cristiana, a partir de la
tradición de Papías y el contenido del mismo Evangelio de Marcos que
coincide cuando atestigua la relación de Marcos con Pedro.
De acuerdo con el testimonio de Papías tal como lo presenta Eusebio en
su libro Historia Eclesiástica; III 39-15: el presbítero dijo: Marcos como
intérprete de Pedro, ha escrito con exactitud los dichos y hechos de Jesús.
Desde este punto de vista, el oficio de Marcos era el de intérprete. Explica
que Marcos no fue ni oyente ni discípulo de Jesús, sino dependía de Pedro.
Los dos están asociados continuamente, desde el principio al fin. Aclara
que la firme tradición que relaciona a Marcos con Pablo no debilita esta
opinión, al contrario las pruebas estudiadas ponen de manifiesto que las
obligaciones de Marcos eran administrativas. Según este mismo autor,
alude que la fecha en que Marcos escribió el Evangelio, se ubica en los
años 60-70 coincidiendo con San Irineo.
Otros testimonios más tardíos como es el prólogo antimarcionita a Mc;
Irineo, Tertuliano, Clemente de Alejandría, Orígenes y Eusebio pueden
depender de Papías, pero el hecho de que este evangelio, cuyo autor era
15
un personaje sin relieve fuera universalmente aceptado como obra suya
puede tomarse como indicio de lo bien fundada que estaba la tradición.
En este contexto, el evangelista es identificado con el Juan Marcos. Según la
tradición se reafirma la identidad de Marcos y la fecha en que fue escrito el
evangelio.
Todos coinciden en que el evangelio según San Marcos lleva el nombre del autor.
San Irineo, por ejemplo, en su libro Contra las Herejías afirma que el evangelio fue
escrito después de la muerte de Pedro y la de Pablo. Se cree que el evangelio de
Marcos es el más antiguo de los cuatro.
Los especialistas en Sagrada Escritura consideran que el Evangelio se escribió
entre los años 65-75 d. C. Este evangelio fue escrito para los cristianos gentiles
de las comunidades que estaban amenazadas por la persecución romana, lo cual
coincide con la Roma de los tiempos del Emperador Nerón.
Por su parte, Monseñor Estévez, dice que el Evangelio de San Marcos es un texto
creador debido a que el autor siempre va a la esencia de las cosas. Marcos es
desafiante. Para comprender su evangelio hay que leer entre líneas. En su
Evangelio, los discípulos no lucen muy bien: huyen, son torpes, no entienden. En
pocas palabras dice Marcos, no sean como estos, concluye el Obispo.
En cuanto al lugar de composición, se cree que fue escrito probablemente en la
Iglesia de Roma y para esa misma Iglesia, debido a que tiene a su favor el
testimonio del prólogo antimarcionita, el de Irineo, de Clemente de Alejandría.
1.2 Estructura literaria y contenido del Evangelio de Marcos
En relación a la estructura literaria y contenido, seguimos a Taylor (Pg. 123), quien
hace el siguiente comentario:
16
Cuando Marcos puso por escrito su obra utilizó las secciones anteriormente
examinadas, narraciones concretas en orden a establecer las grandes
divisiones de su Evangelio (Pág. 108).
Trazando así las líneas generales de una narración, por el conocimiento que tenía
de los sucesos, dio cabida a las colecciones breves de episodios diversos y a un
material catequético con el que él y sus lectores estaban familiarizados.
Como lo expresa Loysi, toda esta amalgama de milagros e instrucciones es
únicamente una colección de recuerdos cuya secuencia no está regida por ningún
principio riguroso histórico. En nuestros días se sabe que la obra de Marcos
responde a un plan. Los intentos de estructurarlo son variados y todos
iluminadores, aunque parciales.
Según el mismo Taylor, el evangelio se abre con una breve introducción (Mc. 1, 1-
13), el cual narra la predicación de Juan Bautista, el Bautismo y las tentaciones
de Jesús, como preludio a la narración del Ministerio en Galilea.
La narración del Ministerio de Jesús se divide en dos grandes partes: La primera
comienza con el sumario de 1,1-14ss, que sintetiza el tema fundamental del
mensaje de Jesús y cuenta cómo llegó a Galilea predicando el Reino de Dios,
después de que Juan fue encarcelado. Esta termina con la deliberación de los
fariseos y herodianos en 3,6. La segunda, se inicia con el sumario 3,7-12, pero no
es fácil de determinar dónde termina. Muchas razones abogan por 6,13. El
ministerio en Galilea culmina con el rechazo en Nazaret y con la misión de los
Doce. Las dos narraciones que siguen, los temores de Herodes (6,14) y la muerte
de Juan (6, 17-29), constituyen una especie de interludio que lleva a la cuarta
parte que comienza en 6, 14; se extiende hasta 8, 26 y trata principalmente del
Ministerio de Jesús fuera de Galilea. La parte quinta parte (8,27) narra el viaje a
Jerusalén; y la sexta, (11,1-13, 37), el ministerio de Jesús en ese lugar. La última
parte (14, 1-16, 8) es la historia de la Pasión, muerte y Resurrección de Jesús.
Que se convierte en el punto culminante hacia el que camina todo el Evangelio.
17
1.2.1 Estructura del Evangelio según Taylor (Pg. 122-128)
1.2.1.1 Prólogo (1,1-13)1. Título 1,1
2. Juan Bautista 1,1-8
3. Bautismo de Jesús 1,9-11
4. La tentación 1,12-13
1.2.1.2 Comienzo del Ministerio de Jesús en Galilea (1,14. 8,33)A. Jesús y las multitudes (1,14- 3,6)
1. Introducción (1,14-20)
- Sumario de la predicación de Jesús 1,14-15
- Vocación de los primeros discípulos 1,16-20
2. Autoridad de Jesús (1,21- 3,5)
- Enseñando y sanando 1,21-45
- Disputando con los fariseos 2, 1-3 5
- La vocación de Leví 2,13
B. Jesús y los suyos (3, 7-6,6ª)
1. Introducción (3,7-19).
- Sumario de los milagros de Jesús 3,7-12
- Institución de los Doce 3, 13-19ª
1.2.1.3 Culminación del Ministerio de Jesús en Galilea (3,7- 6,13)1. Sumario: la multitud junto al lago 3,7-12
2. Elección de los doce 3,13-19
- Acusaciones contra Jesús 3,19b-35
3. Temores de la familia de Jesús 3,19b-21
4. Confabulación con satanás 3,22-26
5. Sentencias sobre el hombre fuerte y la blasfemia 3,27-30
6. Verdadero parentesco de Jesús 3,31-35
- Enseñanza en parábolas 4,1-34
18
7. El sembrador 4,1-9
9. Finalidad de las parábolas 4,10-12
10. Interpretación dela parábola del sembrador 4,13-20
11. Sentencias sobre la luz “nada escondido” 4,21-25
12. La semilla que crece en secreto 4,26-29
13. El grano de mostaza 4,30-32
14. Sobre el uso de las parábolas 4, 33s
a. Relatos de milagros 4,35-5,4315. La tormenta en el lago 4, 35-41
16. El poseso de Gerasa 5,1-20
17. La hija de Jairo 5,21-24.
18. La hemorroisa 5, 25-34
19. Jesús rechazado en Nazaret 6,1-6ª
20. Misión de los doce 6, 6b-13
1.2.1.4 Ministerio de Jesús fuera de Galilea (6,14-8,26)1. Intermedio (6, 14-2)
2. Recelos de Herodes 6,14-16
3. Muerte de Juan Bautista 6,17-29
- Primera multiplicación de los panes y sus
consecuencias 6,30-7,37
4. Vuelta de los discípulos 6,30-34
5. Multiplicación de los panes 6, 35-44
6. Travesía del lago 6,45-52
7. Desembarco en Genesaret 6,53-56
- La impureza (7,1-23)
8. Lavarse las manos 7,1-8
9. El sorban 7,1-13
- Jesús se retira a la región de Tiro (7,24-37)
10. Sentencias sobre la impureza 7,14-23
11. La mujer sirofenicia 7,24-30
19
12. Curación de un sordomudo 7,31-37
- Segunda multiplicación de los panes, viaje Dalmanuta
y regreso a Betzaida 8,1-26
13. Multiplicación de los panes 8,1-10
14. Petición de una señal del cielo 8, 1,13
15. El misterio de los panes 8, 14,21
16. Curación de un celo 8,22-26
1.2.1.5 Cesarea de Filipo. Viaje a Jerusalén (8,27-10,52)- Mesianismo y sufrimiento 8,26-9,29
1. Declaración de Pedro y primer anuncio de la pasión 8,27-33
2. Necesidad de llevar la cruz, sacrificio, venida del Reino 8,34
3. La transfiguración 9,2-8
4. Bajada del Monte 9,9-13
5. El niño epiléptico 9,14-29
6. Viaje a través de Galilea 9,30-507. Segundo anuncio de la pasión 9,30-32
8. Verdadera grandeza 9,33-37
9. El exorcista desconocido 9,14-29
10.Sentencias sobre el escándalo, la renuncia y la sal 9,42-50
11.Viaje a través de Perea y Judea 10,1-3112.Divorcio y adulterio 10,1-12
13.Los niños 10,13-16
14.El rico y la vida eterna 10,17-22
15.Dialogo sobre las riquezas 10.23-27
16.La recompensa 10,28-31
17.Tercera instrucción sobre cristología y discipulado 10,32-45
18.Curación del ciego Bartimeo 10,46-52
1.2.1.6 Ministerio de Jesús en Jerusalén (11, 1-13,37)1. Acontecimientos precedente4s 11,1-325
20
2. Entrada en Jerusalén 11,1-11
3. Maldición de la higuera 11,12-14
4. Purificación del templo 11.15-19
5. La higuera seca. Sentencias sobre la fe y la oración 11.20-25
a. Enseñanzas de Jesús en Jerusalén 11,27-12,44
6. Autoridad de Jesús 11,27-33
7. Parábola de los viñadores homicidas 12,1-12
8. El tributo al César 12.13-17
9. La Resurrección 12, 18-27
10.El primer mandamiento 12,28-34
11.El Hijo de David 12,35-37
12. Inventiva contra los escribas 12,37-40
13.La ofrenda de la viuda 12,41-44
b. El discurso apocalíptico 13,1-3714.La destrucción del templo 13,1s
15.Pregunta de cuatro discípulos 13, 3s
16.Advertencias contra los embaucadores, la guerra 13,5-8
17.Sentencias sobre la persecución 13, 9,13
18.El execrable devastador 13,14-20
19.Advertencias contra los falsos mesías y profetas 13,21-23
20.Venida del Hijo del Hombre 13,28-37
21.Sentencias y parábolas sobre al vigilancia 13, 28-37
1.2.1.7 La Pasión y la Resurrección de Jesús (14, 1-16,8 (9-20)1. Acontecimientos que culminan en la detención 14,1-52
2. Complot de los sacerdotes 14,1s
3. Unción en Betania 14,3-9
4. Traición de Judas 14, 10s
5. Preparativos para la pascua 14, 12-16
6. Anuncio de la traición 14, 17-21
7. La Última Cena 14, 22-25
21
8. Anuncio de la negación de Pedro 14, 26-31
10. Getsemaní 14, 32-42
11. Detención de Jesús 14, 43-52
1.2.1.8 Muerte de Jesús en Jerusalén (15,1-47)1. Proceso ante Pilato 15, 1-15
2. Crucifixión y muerte 15, 16-47
3. Burla 15, 16,20
4. Crucifixión 15, 21-32
5. Muerte de Jesús 15, 33-39
6. Entierro 15, 40-47
7. La tumba vacía 16,1-8
8. Epílogo (Finales posteriores) 16, 9-20
Marcos escribe el evangelio para que los miembros de su comunidad profundicen
y abracen la fe. Por eso les muestra cómo las tradiciones sobre Jesús se
relacionan con la fe en el significado salvífico de la cruz y la resurrección. De esta
manera el evangelista los preparó para que afrontaran la persecución y
resistieran la tentación del mundo en que vivían.
1.3 Género Literario del Evangelio de Marcos
Es también Vicent Taylor quien ha escrito sobre el estilo del Evangelio de Marcos,
y hace referencia a Moulton, II 1-34, dice:
El Evangelio de Marcos está escrito en un griego sencillo y popular que
representa sorprendentemente afinidades con la lengua hablada, tal como
aparece en los papiros y en las inscripciones. Difiere de las obras maestras
de la prosa ética, e incluso del lenguaje más culto de algunos pasajes del
Evangelio de Lucas, Hechos de los Apóstoles, de la carta de Santiago, de
las dos cartas de Pablo y de las epístolas a los Hebreos. Afirma que el
22
Evangelio se escribió en griego con un elemento arameo, cuya existencia
no puede ponerse en duda. Lo único cuestionable es su amplitud y su
carácter. Pero el Evangelio no resulta una composición literaria
cuidadosamente articulada, sino una obra popular condicionada por la
tradición existente de la época.
El relato escrito por Marcos quiere contar una historia que acontece en Palestina,
que tiene como protagonista principal a Jesús de Nazaret. En este sentido, las
lagunas geográficas y ante todo cronológicas, impiden pensar que se trata de una
crónica o de una biografía en el sentido moderno de los términos. Por otra parte,
los datos están estructurados en función de la tesis inicial (1,1), de las diversas
respuestas y de la evolución de los discípulos. Se trata, pues, de un relato al
servicio de una tesis, es decir, de una historia interpretada teológicamente. Esta
manera de escribir tiene ciertas afinidades con la historia helenista, pero su
verdadera fuente de inspiración es la historia teológica del Antiguo Testamento.
1.4 Contenido del Evangelio de Marcos
El relato de Marcos sobre el ministerio de Jesús está orientado hacia la acción. No
contiene largos párrafos de enseñanza, y el autor narra los eventos de forma
concisa, pasando rápido de una escena a otra. El Jesús de Marcos es un Cristo
que está constantemente en acción sanando, sacando demonios, confrontando a
sus opositores, enseñando. Así lo afirma D.A. Garzón y D.J.M. (Pg. 115-117). La
narración está estructurada en seis párrafos y dividen el relato en seis secciones:
preliminares al ministerio (1,1-13); Primera parte del ministerio en Galilea (1, 16-
3,6); Segunda parte del ministerio en Galilea (3, 13-5,43); La fase final del
ministerio en Galilea (6, 7-8,26); El camino de gloria y sufrimiento (8, 27-10,52);
Ministerio final en Jerusalén (11, 1,-13,37)
El evangelio inicia con la obra de Juan Bautista, la Introducción o el Prólogo, (Mc
1,1-15), presentando la problemática que enfrentó Juan para preparar el camino a
23
Jesús. Luego de que Juan es apresado, Jesús inicia su actividad pública con el
siguiente anuncio: se ha cumplido el plazo y se ha acercado el Reino de Dios,
convertíos y creed en el evangelio, (Mc. 1,15).
El núcleo de la teología de Marcos es el mismo que el de Jesús, el Reino de Dios.
Jesús enseñaba el Reino de Dios mediante las parábolas, pero su vida era
realmente la Parábola del Reino por excelencia. El mensaje de Marcos consiste
en proclamar que aquel que quiera comprender el Reino debe mirar a Jesús, el
Sanador; el Maestro, el Crucificado y Resucitado.
Pero además se encuentra en la primera parte (1,16-8,26) el llamado de Jesús a
sus discípulos Pedro y Andrés, Santiago y Juan (1,16-20) y el inicio de su
actividad en Galilea y regiones limítrofes. El énfasis principal del Evangelio de
Marcos está centrado en el Reino de Dios como algo futuro, inminente, y como
una comunidad en la que se cumple la voluntad de Dios. Jesús anuncia que el
Reino de Dios está al alcance de la mano de todos; declara que algunos de sus
oyentes no morirán antes de ver que el Reino ya haya llegado.
En el evangelio se lee que en ocasiones los discípulos se desconcertaban al ver
las acciones de Jesús, (Mc 4, 41). Jesús criticaba la falta de fe de sus oyentes,
incluso de los mismos discípulos (4, 40), pese a que les daba el poder para
expulsar los espíritus inmundo (6,7-13). Así mismo les daba instrucciones sobre
el sentido de los panes (Mc 6,52).
El l evangelio narra la curación del ciego de Betzaida (Mc 8,22-26), una escena
que está estrechamente ligada a la confesión de fe de Pedro, porque trata de una
iluminación: en el ciego una visión natural y en Pedro, una visión de fe.
La confesión recae en la persona de Jesús, el Maestro a quien se sigue, es la
respuesta a la interrogante sobre quién es Jesús. Esta pregunta se presenta al
inicio del evangelio. La confesión de fe es incipiente, porque le faltan elementos
esenciales: muerte y resurrección, por lo cual Jesús irá revelando a los discípulos
24
progresivamente, en privado, a través de las prolepsis o anuncios de lo que va a
suceder en Jerusalén.
La segunda parte (Mc 8,31-15,39), se encuentra la sección del camino que
comienza Jesús con sus discípulos de Galilea a Jerusalén (8,31-10,52). Se
intensifica el concepto de seguimiento (cf.8, 34; 9,38; 10,28.32.52), el cual se
caracteriza por la enseñanza que Jesús imparte a sus discípulos (Mc 9,31), como
preparación a la misión.
En el camino Jesús les va revelando sus enseñanzas y profecías sobre el
sufrimiento, la muerte y la resurrección del Hijo del Hombre (Mc 8,31; 9,31; 10,32-
34). En la mayor parte del texto, cuando Jesús les enseñaba está a solas con sus
discípulos.
Seguidamente y de manera excepcional, se acentúa la incomprensión de los
discípulos; para ellos resulta difícil entender que el Mesías debe sufrir; de igual
manera les resulta difícil asimilar lo que significa resucitar de entre los muertos
(Mc 9,10). Por lo anterior, se percibe que el evangelio revela a Jesús, esperando
que los apóstoles aprendan a superar lo que pueda impedir el debido seguimiento,
sobre todo en lo referente al camino que implica renuncia y cruz.
En Jerusalén (11,1-16,8), después de debatir con las autoridades religiosas y de
dar a conocer a sus discípulos lo que está por venir (cap. 13), Jesús es arrestado
a causa de un acuerdo entre los jefes de los sacerdotes y los ancianos, y por la
traición de uno de sus discípulos (14,10-11.43-45).
Ante esta situación los apóstoles abandonan a Jesús (Mc 14,50), y Pedro le niega
(14,66-72), como lo negaría cualquier cristiano ante la persecución. Mientras los
discípulos huyen, el relato presenta a las mujeres siguiendo a Jesús de manera
radical: ellas le acompañan al pie de la cruz y lo preparan para su muerte (14,3-9);
están presente cuando él muere (15,40-41.479), van al sepulcro el primer día de la
25
semana para embalsamarle el cuerpo (16,1-29), y son las primeras que reciben la
Buena Noticia de que Jesús ha resucitado (Mc 16,69).
En el epílogo (16,1-8), el texto refuerza el relato de la resurrección. Reafirma el
hecho de que las mujeres van de madrugada al sepulcro, el primer día de la
semana, y la piedra estaba removida. El cuerpo no estaba, un joven les dice:
No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha
resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron. Pero id a decir
a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le
veréis, como os dijo. Allí lo veréis, tal como os dijo, (Mc 16,7-12).
26
CAPITULO II
LA LLAMADA AL SEGUIMIENTO DE JESÚS EN ELEVANGELIO DE MARCOS
Para comprender el sentido de la vocación y las implicaciones del seguimiento de
Jesús, es necesario que la persona reconozca si es o no importante y cómo puede
repercutir en su vida. El reconocimiento necesariamente parte de la experiencia
personal, para aceptar o rechazar libremente la invitación al seguimiento de Cristo.
Se espera que la respuesta que se dé a Cristo sea meditada, el resultado de un
proceso de reflexión, el cual continuará toda la vida. Este proceso implica que la
persona sea capaz de profundizar en el conocimiento de los relatos evangélicos y
en los documentos de autores reconocidos, documentos de la Iglesia debido a que
las interpretaciones y orientaciones sobre las enseñanzas de Jesús deben
enmarcarse en la responsabilidad y estar debidamente fundamentadas en la
Palabra de Dios.
De acuerdo con Busquets, J. (Pg. 62-63), el estudio ayuda a esbozar la
reconstrucción de los hechos evangélicos porque allí se encuentra el origen de los
relatos vocacionales; también sitúan la llamada de Jesús en el contexto de las
experiencias de fe y encuentro con el Señor en la oración. Otro aspecto
importante es la libertad de la persona para escuchar, aceptar y responder desde
una vocación específica, porque tanto la llamada como el seguimiento no se
imponen es una invitación en libertad. El autor se basa en el texto de (Mc 10, 21)
en que Jesús le dice al joven:
Si quieres ser perfecto, ve vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres;
así tendrás un tesoro en los cielos. Luego ven y sígueme.
27
En este sentido el evangelio enfatiza la importancia de la llamada y lo que significa
estar con Él para siempre, y ser enviado a la misión. Estar preparados para el
envío es estar preparados para ser proclamadores de Buenas Nuevas del Reino
(Mc 1,16-18).
Según Mateos, J. (Pg. 44), la llamada, envío y la misión se relacionan
estrechamente. Son acciones que se vinculan y son inseparables. Afirma que la
llamada de los discípulos tiene como objetivo el seguimiento para la misión.
Con base en lo anterior se comprende que el seguimiento a Jesús no tiene sentido
si no es para el servicio del Reino iniciado por Jesús y delegado a sus discípulos.
De ahí que para seguir a Jesús la persona deberá identificarse con Él, superando
las inquietudes, fruto de la superficialidad, y reconocer lo que constituye, lo que es
sentimiento a través de un discernimiento, para que la decisión de seguir a Jesús
sea una respuesta responsable, fruto de la madurez humana y espiritual en
unidad y compromiso de fe por la oración.
Recientemente se han hecho estudios que revelan la importancia de la formación
de los misioneros, indican la necesidad de la integración de estos elementos,
humanos, espirituales y psicológicos para que en libertad se pueda asumir el
compromiso implicado en el seguimiento de Jesús. Es una urgencia la
actualización de los contenidos de la formación de los candidatos. Esta integración
ayudará a desempeñar las funciones primordiales para alcanzar los objetivos
propuestos para la misión. Los maestros/formadores insisten en la esencialidad
de la formación, considerando que es fundamental para la misión en forma seria y
dinámica como respuesta a la iniciativa del Señor, por el Espíritu que actúa en
nosotros.
A continuación los rasgos de la llamada que presenta el evangelio de Marcos en
circunstancias concretas.
28
2.1 La vocación de los primeros discípulos
Durante su vida pública Jesús no aparece solo, en su actividad discipular y
profética, y como maestro va acompañado de un grupo de discípulos. El
evangelio de Marcos revela que la vocación de los apóstoles y primeros discípulos
de Jesús ocupa un lugar importante. El tema de la vocación y seguimiento no es
preocupación únicamente Marcos, sino también de los sinópticos. (Mc 1,16-20, Mt
4,18-22 y Lc. 5,1-11)
Con relación a la forma y el momento de llamar a los discípulos, Marcos dice que
Jesús supo aprovechar los encuentros de la vida cotidiana, así como durante las
conversaciones amistosas. A otras personas las llamó directamente por su propio
nombre, lo que puede significar confianza y cercanía. A los llamados, Jesús los
formó, para que también ellos pudieran formar a otras generaciones para el
servicio pastoral y evangelizador de todos los tiempos y épocas. La persona
bautizada es consagrada a Dios por la entrega efectiva que Dios hace de su
Espíritu; es decir, el bautismo implica la llamada a vivir el profetismo, el sacerdocio
y el reinado de Jesús.
Por su parte Trigo, P. (Pg. 21-28), presenta la vocación como una elección y un
llamado a la santidad. Indica que todo cristiano es consagrado a Dios y seguidor
de Cristo:
Todos somos llamados a la perfección de vida, de actitudes y
comportamientos. En el cristianismo no hay vocaciones de tropas y
vocaciones de selectos. Pero cada uno es llamado a la santidad según su
propia vocación. Esta interpretación parte de los siguientes textos del
evangelio de Marcos.
Se constata este pensamiento al confrontar los textos vocacionales de Marcos:
1, 16-18: <<Bordeando el mar de Galilea, vio a Simón y Andrés, el hermano
de Simón largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les
dijo: Venid conmigo, y os haré llegar a ser pescadores de hombres. Al
29
instante, dejando las redes le siguieron. Mientras Jesús pasaba por la orilla
del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las
redes en el mar, pues eran pescadores>>.
1, 19-20: <<Caminado un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo
y a su hermano Juan; estaban también en la barca arreglando las redes; y
al instante los llamó. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con
los jornaleros, se fueron tras Él>>.
2, 13-14: <<Salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a él, y
él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentido en el despacho de
impuestos, y le dice: Sígueme. Él se levantó y le siguió>>.
3, 13-19: <<Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron junto a él.
Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con
poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el
nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de
Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno;
a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo,
Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó>>.
8, 34-38: <<Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame. Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda
su vida por mí por el Evangelio, la salvará. Pues ¿de qué le sirve al
hombre ganar el mundo entero sí arruina su vida?>>
Los textos anteriores indican entre otros aspectos, que Marcos relaciona el
seguimiento de Cristo con la opción en libertad para tomar la cruz. Es una
decisión compleja que no deberá aceptarse a la ligera por las implicaciones que
conlleva. Entre otras, la renuncia a los sentimientos contrarios al amor y un
cambio de los intereses egoístas y mezquinos por actitudes e interés por el bien
30
común, el servicio y el esfuerzo por vivir el paradigma cristiano que revela el
evangelio.
Marcos indica que los grandes obstáculos que enfrenta el discípulo tienen como
causa principal son el miedo y la vergüenza. El miedo de perder la vida por la
causa del Reino, un martirio fruto de la entrega generosa y comprometida con la
justicia que defiende a los más desprotegidos de la tierra. Y la vergüenza de
sentirse marginados debido a que se es signo de contradicción por la vivencia de
los valores cristianos.
Con respecto a las similitudes entre los primeros discípulos y los discípulos
actuales podrían evidenciarse las siguientes: la experiencia misericordiosa del
amor de Dios, fuerza que impulsa a perseverar en el camino de seguimiento; un
camino marcado por la cruz, la renuncia, la entrega sin esperar nada a cambio;
aspectos que dan un sentido a la vocación en seguimiento de Cristo pobre. Una
renuncia que genera paz, gozo y esperanza en medio de las adversidades.
En este sentido el camino de la cruz se identifica con el poder del amor; es decir,
la persona descubre y vive su identidad a través de la entrega generosa y
compasiva, participando del gozo en la promesa del Reino de Dios que trasciende
hasta la vida eterna.
Con relación a la búsqueda de la identidad cristiana, también se reconoce que es
un proceso permanente y constante que se descubre por experiencia personal.
Durante este proceso de búsqueda la persona atravesará por momentos de
incertidumbre y confusión, tanto por su condición y naturaleza humana como por
la influencia y presiones del contexto social que le rodean. Algunas causas de las
confrontaciones se deben a la inversión de valores y creencias contrarias al amor.
El amor es el fundamento de la vida e identidad cristiana; del amor se derivan
otras condiciones necesarias para el seguimiento y la misión como, la
autenticidad, valor y decisión radical de hacer realidad el compromiso, la
compasión, la fraternidad y solidaridad, entre otros.
31
De ahí que el seguimiento a Cristo se convierte en un reto que demanda
coherencia entre lo que se anuncia y la propia vida. Se corre el riesgo de perder
de vista los objetivos evangélicos, constituyéndose en otros retos; entonces es
necesario reflexionar y autoevaluar honesta y constantemente el ser y hacer
cristiano y la respuesta de fe desde los valores del Reino. Una evaluación que se
deriva del cómo, el dónde y el cuándo el anuncio misionero es Buena Noticia de
Jesucristo; también la actualización de los contenidos de la evangelización que
deben responder a las necesidades de la humanidad, iluminando la problemática
actual que necesitan de conversión.
Una respuesta que ayudará a clarificar y continuar en la misión, según la voluntad
de Dios, por lo tanto, deberá discernirse en oración con la gracia del Espíritu
Santo que gime; porque aunque la persona desee buscar a Dios y ofrecer su vida
al servicio del Reino, ya sea por amor o necesidad particular, es únicamente por
iniciativa y generosidad de Dios que sigue llamando e invitando al seguimiento y al
servicio en la Iglesia. Con relación a la llamada, la Palabra enseña cómo Dios
llama en diferentes momentos y circunstancias, de la vida cotidiana, allí donde el
ser humano está presente con su propia realidad.
Mc 1, 15 relata la decisión de Jesús de ir a Galilea a proclamar la Buena Nueva
después de la aprensión de Juan el Bautista:
El tiempo se ha cumplido, el reino de Dios está cerca, conviértanse y crean
en la buena nueva.
El texto indica puntualmente y de forma categórica la urgencia de la conversión
que prepara para participar en el reinado y ser parte de los seguidores de Jesús.
La novedad del anuncio radica en que la llegada del Reino será inminente, con la
característica de la conversión, que añade Marcos. De ahí la interpretación de
dejar el viejo tejido familiar, el trabajo y los intereses personales para disponerse a
vivir la radicalidad del evangelio y de la misión.
32
Una característica de la llamada de Jesús es la invitación a perseverar en su
seguimiento; así lo han comprendido muchos hombres y mujeres que han
escuchado la Palabra con atención, y han aceptado las consecuencias optando
libremente para ser del grupo de los discípulos de Jesús. Han dado una
respuesta en fidelidad a pesar de las dificultades de la misión y de las
persecuciones por la justicia. Pero no todos los invitados aceptan inmediatamente
el llamado, algunos responden probablemente al final de su vida y están aquellos
que dan la vuelta. La llamada de Jesús no es igual para todos; es decir, llama
algunos para estar con él en la misión itinerante, otros con su familia y a otros en
la comunidad. A continuación algunos ejemplos.
En Marcos (1,19-20), podemos constatar el hecho de que Jesús ha llamado a los
primeros discípulos al inicio de la misión pública y la ubica junto al lago de Galilea.
Llama a dos parejas de hermanos:
Pedro y Andrés, Veníos detrás de mí y os haré pescadores de hombres.
Ellos dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron. Asimismo a
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, ellos, dejando a su padre Zebedeo
en la barca con los jornaleros, se fueron tras él.
En esta escena la llamada es sorprendente. Veníos detrás de mí, equivale a
dejarlo todo y seguirlo. La relación entre Jesús y los nuevos llamados crea una
nueva situación que es vital en orden a participar en la misión. En este sentido las
claves esenciales de toda vocación son: la elección por parte de Jesucristo, la
llamada explícita, que implica dejarlo todo; el seguimiento a la Persona de Jesús y
la capacidad de integración a un nuevo grupo para la misión.
2.2 El seguimiento a Cristo de los Apóstoles y de la Iglesia
Con relación al significado de vocación y misión Monbourquette, J. (Pg. 21-23),
nos acerca a la etimología de las palabras, ayudándonos a tener una mejor
comprensión de su sentido:
33
La Misión remite a una orientación inscrita en el ser de cada persona con
vistas a una acción social. El termino misión (latín misio y missus) significa
enviado e indica un impulso, un estímulo interior de orden emotivo.
La vocación (latín vocatus, llamado) tiene que ver con el modo auditivo,
remite a una llamada que procede del fondo de uno mismo.
Esta inclinación se conoce como vocación personal natural de cada ser humano;
es decir, la vocación-misión es la disposición que define a la persona en su
búsqueda de realización personal, por la cual el ser humano vive la experiencia de
convertirse en servidor de sus hermanos más necesitados. Esta entrega de amor
le da identidad y sentido a su ser en comunidad. Misión, vocación y visión
expresan según él una misma realidad, aunque remitan a diversos modos de
percepción. Expresa el carácter de la vocación/llamada que procede del Ser
Superior y la define con estos términos:
Misión: del latín misio y missus, significa enviado; indica a su vez un
impulso. Es un estímulo interior de orden emotivo.
Vocación: del latín vocatio, significa llamado y expresa el modo o
forma de escuchar la llamada; remite a una llamada que procede del
fondo de uno mismo.
Visión: del latín visio o visus, es lo que ha sido visto y pertenece al
modo visual.
El conocimiento de los conceptos presentados es una ayuda para que las
personas que elijan seguir a Jesús tengan la certeza de una elección que se
manifestará a través de la propia vida, mediante un desarrollo pleno e integral de
la persona. Los estados de vida se catalogan como: vocaciones al matrimonio, al
sacerdocio, a la soltería en servicio a los demás; y a la vida religiosa integrándose
a una comunidad de vida al servicio de la Iglesia, compartiendo la misma vocación
y misión desde los mismos valores.
34
Para identificar la vocación y saber elegir el estado de vida, la persona discernirá
buscando luz sobre la voluntad de Dios en su vida. Discernir es la capacidad
espiritual fundamental para aprender a conocerse y, al mismo tiempo, para
diferenciar de dónde proviene la llamada recibida y hacia dónde apunta la
vocación.
Dicha vocación se concretiza cuando los dones, las virtudes y los talentos
recibidos se ponen al servicio de los demás mediante la praxis; con lo cual se
busca hacer el mayor bien a los demás.
El teólogo Prat, R. (Pg. 84), va más allá de una visión histórica porque sus aportes
orientan y ubican la acción evangelizadora de la Iglesia en la praxis. El autor
aborda el tema de la misión como la tarea de todo cristiano, quien por el bautismo
se convierte en discípulo de Jesús y desarrolla sus capacidades en función de la
misión:
La misión de los bautizados, consiste en el anuncio de la novedad de
Jesucristo más con la vida que con la palabra.
Refiriéndose a la misión de la Iglesia, Prat, R (Introducción Págs. 12-13), agrega
que la liberación de las personas y de la comunidad es parte de la misión que
recibe, la cual realizará hasta el final de la historia. El autor se basa en el
documento La Misión de la Iglesia en el mundo actual, referida en la Exhortación
Apostólica de Pablo VI Evangelii Nuntiandi (No. 1), para afirmar que la Iglesia tiene
el deber de liberar al mundo de la diversidad de esclavitudes y cautividades que le
oprimen. Asimismo del compromiso que adquieren todos los bautizados en la
comunidad eclesial:
Que cada bautizado y la comunidad eclesial hemos sido enviados a realizar
un encargo que tiene su origen en el que nos ha enviado: Jesucristo.
El encargo de Jesús es anunciar la liberación de los cautivos.
Prat define la Iglesia de la siguiente manera:
35
La Asamblea de los incorporados a Jesucristo por el bautismo, organizados
en una comunidad, visible y espiritual al mismo tiempo, y dotados de
carismas y ministerios. Una comunidad que se origina en la Pascua.
Como la misión se realiza en el mundo con su realidad concreta, se entiende el
mundo como la realidad misma de las personas, de la comunidad humana y de la
historia. Una historia de hombres y mujeres sin distinción de razas, color o
posición social. Una comunidad que se desarrolla en las interrelaciones, los
ambientes y las estructuras colectivas que configuración a la humanidad. Una
historia en diálogo con la situación del pasado y del presente con miras al futuro.
Dice también Prat, J. (Pg. 13)
Esta experiencia del seguimiento de Jesucristo, se refiere a la vivencia del
encuentro interpersonal entre los cristianos, en la comunidad eclesial, con la
Persona de Jesucristo encarnado, muerto y resucitado, revelador de Dios
Padre y dador del Espíritu. Cada generación eclesial ha de vivir esta
experiencia del encuentro con Cristo con autenticidad y originalidad.
Por su parte Mosher, J. (Pg. 2-3), toma el aporte de los Obispos en Aparecida,
Brasil, para analizar el carácter definitivo y único de la misión. Afirma que el
seguimiento y la misión se fortalecen con el ejemplo de Jesús, que al inicio de su
ministerio, formó una comunidad de discípulos con la misión de anunciar la Buena
Noticia, porque él lo es, en lugares concretos, es decir, en diferentes pueblos y
contextos sociales diferentes.
En tiempos de Jesús los grupos sociales se estructuraban en base a la cultura
judía: en sus leyes, normas, y tradiciones fuertemente arraigadas en el judaísmo,
ya que era la religión lo que marcaba la vida del pueblo. Pese a la fuerza de la
cultura, los discípulos daban testimonio de amor y solidaridad fraterna, promovían
el diálogo con los diferentes grupos sociales y religiosos.
La amplitud y universalidad del mensaje de Jesús no agradó a las autoridades
judías, tampoco el proceder de enfrentar las consecuencias con su vida.
36
Los jefes de los sacerdotes y todo el Consejo Supremo querían la
muerte de Jesús. Buscaban testigos contra él, pero no los encontraban
(Mc 14, 55).
Mosher agrega, que a pesar de las dificultades que encontraron los misioneros en
el tiempo de Jesús, la misión continuó. Por lo tanto, debe actualizarse el espíritu
misionero teniendo como modelo a Jesús y el testimonio de los Apóstoles. El
anuncio de la Buena Notica acerca a los hombres con Dios y entre sí, como
hermanos. Esto supone por parte de los misioneros el conocimiento de la
realidad, de los nuevos retos y desafíos a los que tendrá que enfrentarse en la
actualidad, como las causas del pluralismo religioso que predominan en la
sociedad. De no ser así, el mensaje no tendría el impacto de ser Buena Noticia
para todos. El misionero es invitado a continuar la misión de Jesús, participando
en la misión de la Iglesia.
De ahí se comprende que la misión requiere nuevos métodos, nuevas formas y
nuevo ardor (EN No.70-84), con la finalidad de proponer otras alternativas de
evangelización. Esto se logrará cuando en la Iglesia todos los bautizados,
escuchen el llamado y respondan participando en la misión de Cristo. La Iglesia
es a la vez evangelizada y evangelizadora. En esto consiste la riqueza y el vigor
de todos los bautizados incorporados en la tarea de hacer nuevos discípulos para
la Iglesia.
Refiriéndose a la misión, afirma Mosher, que Iglesia y misión se fundamentan en
el principio de la Encarnación de Jesucristo y se vinculan a la receptividad a los
valores del mundo. Por fidelidad a su Señor la Iglesia da al mundo lo que recibe
de él; todo don recibido ha de estar orientado a la iluminación de los
acontecimientos humanos, y en clave del Reino de Dios que se establece en unas
relaciones nuevas entre personas y de todos con Dios en la perspectiva del amor.
La Iglesia asimila los valores evangélicos trascendentales presentes en la historia,
descubre desde la fe, las huellas de la creación de Dios y de la Salvación de
Cristo que se encarna en nuestra realidad al hacerse uno con nosotros. A tal
37
punto que sólo realizando este doble movimiento la Iglesia será voz del evangelio
y voz de la humanidad ante Dios.
De la experiencia del amor de Jesucristo nace su identidad y su razón de ser, la
Iglesia conserva la fuerza y actualización de Pentecostés para continuar su misión
en el mundo. En otras palabras, el testimonio eclesial prepara el terreno para un
anuncio explícito del nombre, la doctrina, la vida y las promesas del Reino,
contenido en el misterio de Jesús de Nazaret.
El anuncio es efectivo y fecundo al ser escuchado, si la persona lo acepta y
asimila mediante la adhesión del corazón. Una adhesión que comprende y
compromete el yo profundo, lugar de las grandes decisiones y del cambio en
profundidad, el cual se conoce como la conversión a Dios.
Mc. 3, 13-19 específica la vocación de los primeros discípulos y la conformación
del grupo por decisión de Jesús:
Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron junto a él. Instituyó a
los Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder
de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre
de Pedro; a Santiago, el de Zebedeo, y a Juan, el hermano de Santiago, a
quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés,
Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el
cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó.
Del texto anterior se extraen los puntos relevantes:
La llamada: Jesús llamó a los que él quiso. La iniciativa es de
Jesús, él llama para estar con él y para enviarlos a la misión.
La respuesta: los que fueron llamados por sus nombres se
acercaron a Jesús. Se trata de una respuesta activa y libre de parte
de los discípulos para el seguimiento.
38
La elección: Jesús eligió a doce y les nombró Apóstoles. Con ellos
inició un proceso de acompañamiento vocacional.
La amistad: Como en todo grupo humano, es importante la
cercanía, la acogida y el respeto. Entre ellos y el Maestro se da una
doble experiencia: intimidad y envío. Vivir en compañía de Jesús y
estar bajo su dirección en el inicio de la misión es fundamental. Es
un tiempo de aprendizaje, posteriormente les envió a comunicar lo
que habían vivido y experimentado junto a él y a los hermanos en
comunidad.
Misión evangelizadora: una misión que tiene doble vertiente,
alcanzar la madurez de la fe para comunicar la Buena Nueva con la
palabra y el testimonio de vida; también para enfrentar y luchar
contra el mal y erradicarlo del mundo; para combatir la inclinación al
pecado, fruto de las injusticias y desigualdades.
De Mc 16, 15 se intuye que lo prioritario para Jesús fue la formación de sus
discípulos, en preparación para la misión. Ellos debían proclamar el Reino como lo
hiciera Jesús, continuar lo que él hizo durante su vida pública, instaurar el Reino
de Dios. Jesús realizó siempre la voluntad del Padre, rescatando a la oveja que
se había perdido. Dice:
Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando
la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia
en el pueblo.
La misión apostólica se fundamenta en el mandato de Jesús: id por todo el mundo
y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. Siendo la esencia del anuncio
Jesús Resucitado, presentarlo en todos los ambientes para ser la esperanza de su
pueblo y devolverle la vida, reconciliando al mundo hundido en el pecado y la
esclavitud.
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Jesús histórico ahora el Cristo de la fe, presente en la historia de cada persona, es
invitación a seguirlo para estar con él y para ser enviados al mundo actual con
toda su realidad, para sanarlo y santificarlo. Porque la Iglesia es santa si cada
cristiano es santo. Jesús que conoce la condición humana, asocia a su proyecto a
otros que en colaboración directa con él asumen el compromiso implicado en la
llamada discipular.
Literalmente se lee en Mc 1,18: al instante, dejando las redes, le siguieron. Libres
de toda atadura, emprenden una nueva experiencia de vida. Una respuesta
inmediata sostenida por la fe en la persona de Jesús que se hace promesa,
compañero y Maestro. Esta invitación es válida y significativa para los nuevos
discípulos. A ejemplo de los primeros cristianos, han de poner toda su confianza
en el Dios de la vida, por la fe y en seguimiento de Cristo y en su Palabra; han de
ser capaces de superar las limitaciones personales, y de vencer los miedos, para
emprender un seguimiento que da sentido a su existencia y ayudar a los demás a
encontrar la razón de su ser, como una partícula colocada en el inmenso universo.
Supone crear un proyecto personal y comunitario a la luz del evangelio y de
acuerdo a las exigencias de nuestro tiempo que espera de nosotros ese
testimonio de fe.
2.3 La alegría de ser discípulos y misioneros de Jesucristo
La alegría como actitud de vida, hunde sus raíces en la vocación y el seguimiento
de Cristo. Así lo expresan los obispos en Aparecida (No. 28-29):
Ser cristiano no es una carga sino un don. La alegría que hemos recibido
en el encuentro con Jesucristo, a quien reconocemos como el Hijo de Dios
Encarnado y Redentor, deseamos que llegue a todos los hombres y
mujeres heridos por las adversidades; deseamos que la alegría de la Buena
Noticia del Reino de Dios, de Jesucristo vencedor del pecado y de la
muerte, llegue a cuantos yacen al borde del camino, pidiendo compasión.
La alegría del discípulo no es un sentimiento egoísta sino certeza que brota
40
de la fe. Los discípulos se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que
habían hecho y lo que habían enseñado (Mc 6,30) El Nuevo Comentario
Bíblico San Jerónimo NT (Pg. 36) subraya la participación de los discípulos
en el ministerio del maestro, el entusiasmo de la gente y la compasión de
Jesús.
De acuerdo con la definición de Aparecida, conocer a Jesucristo es la base de la
alegría y se logra a través del encuentro personal con él, una alegría que debe ser
compartida y anunciada como regalo de Dios. Alegría hecha anuncio como se lee
en (Mc. 6, 7-13):
Y recorría los pueblos del contorno enseñando. Y llama a los Doce y
comenzó a enviarlos de dos en dos. Les ordenó que nada tomasen para el
camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino:
Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas.
De allí nace la auténtica alegría. En el seguimiento a Cristo, la persona descubre
la valía de su ser en servicio de los demás, en ocuparse de sus hermanos.
Mediante la compasión y la misericordia el hombre descubre al hermano que se
esconde detrás de cada realidad. Por eso, quien responde a la llamada, no busca
únicamente la perfección de su vida, sino cómo estar en conexión con los demás
hermanos formando comunidad de vida en el amor de Dios. En este sentido, la
gratuidad en el servicio es otra de las características de la misión según Mt. 10,8
gratis lo recibisteis dadlo gratis; por la gratuidad el cristiano comparte
generosamente con los demás, los dones y su propia persona. Es parte del amor
que impulsa a la donación y con ella se pueden superar los rasgos del egoísmo.
Hemos de utilizar todos los medios al alcance para compartir con los bienes
recibidos con respeto, libertad y perseverancia caritativa.
Por lo tanto, ser llamado implica servir en la verdadera alegría del reino anunciado
y realizado por Jesús, en una práctica coherente. En la actualidad se enfatiza en
41
la extensión del Reino, a través del seguimiento en misión-praxis apostólica. Es
más, la misión es tarea de todos los bautizados y de acuerdo a los distintos
carismas.
2.4 Estar con Él
El sentido de la vida cristiana y con ella la identidad de la misión de los Apóstoles
se relaciona con el deseo profundo de estar con Jesús. Mateos, J. (Págs. 43-44),
afirma que identidad y misión se vinculan estrechamente y están en relación con la
lógica de la llamada y el compromiso por la misión. Se refiere al sentido de estar
con Cristo en relación de intimidad y la gratitud al ser llamados para seguirlo. La
identidad se experimenta en el encuentro personal con el Señor a través de la
oración y de la práctica sacramental, especialmente de la Eucaristía y de la
reconciliación, que vincula e identifica con el Maestro. Jesús también vivió esta
experiencia en los encuentros con su Padre a través de la oración, en ella se
fortalecía y discernía la misión como se lee en Mc 1, 35: Jesús oraba de
madrugada, en lugares tranquilos y en soledad, cuando todavía estaba de noche.
A ejemplo de su Maestro, el discípulo que quiere vivir y proyectarse en nombre de
Dios en la misión, está invitado a experimentar la alegría del encuentro personal
con su Señor, y a asimilar el compromiso de llevar la Buena Nueva a otros lugares
donde Dios no es conocido ni proclamado.
El Concilio Vaticano II (GS No.19), refiere que no basta anunciar la Buena Nueva
sólo de palabra, es importante en primer lugar el testimonio de vida. Por
naturaleza el ser humano está inclinado hacia Dios y le busca. Por tal razón, a
ejemplo de Jesús que se fortalecía en el encuentro con su Padre en la oración, el
discípulo que busca al Señor recibirá la fuerza espiritual y humana para poder así
salir a anunciar lo que ha vivido, su propia experiencia espiritual.
42
2.5 La llamada de Jesús en servicio a los demás es actual
El poder de convocatoria en la llamada de Jesús, se caracteriza por la autoridad y
la fuerza de sus palabras. Actualmente los cristianos comprometidos por su fe,
también se reúnen por la misma fuerza y autoridad vivida desde Jesús y con él.
Por ella son llamados a formar comunidades y continuar la misión de anunciar el
Reino de Dios en nombre del resucitado.
Mateos, J. (Págs.64-65), comenta el texto de Mc 1,16-20; 2, 13-14 de la siguiente
manera:
La convocación es, pues, un acto que se ejerce con autoridad divina, esta
autoridad presente en Jesús explica el asombro del pueblo que lo escucha.
También ve el carácter definido de la llamada. La autoridad de Jesús se
refleja en la petición que hace a los primeros discípulos a dejar todo.
El pueblo que ve actuar y hablar a Jesús, ve no sólo la autoridad con que se dirige
a las multitudes y a sus discípulos, sino además el carácter de la llamada (Mc
1,16-20). Jesús exige dejar las seguridades como el como el significado de las
redes, padres e hijos para dirigir los esfuerzos al seguimiento/misión, superando
las barreras sociales. Los que más atrae la admiración de Jesús es la autoridad de
sus palabras, que despiertan la fe y la confianza.
En los evangelios generalmente no se encuentran explicaciones acerca de la
autoridad de Jesús, pero el testimonio y los signos de la presencia de Dios fueron
evidentes en sus obras. Las actuaciones de Jesús confirmaban la veracidad de su
predicación, especialmente en la praxis amorosa, manifestada a Dios y a los
necesitados de su tiempo. Como Jesús, el discípulo es testigo del Reino a través
del servicio, transmite con su vida lo que ha visto y oído; por lo tanto, tiene la
capacidad de convocar al seguimiento de Jesús.
43
La vida religiosa se distingue entre otros aspectos por la radicalidad del
seguimiento a Cristo. Sin embargo no pretende convertirse en exclusividad o
monopolio del Evangelio. Con relación a la radicalidad del Evangelio Matura,
(Págs. 57-58), recuerda que cuando los discípulos fueron enviados para anunciar
la Buena Nueva no llevaban más que lo exclusivamente necesario. Porque la
llamada de Jesús implica prontitud y confianza. Es un don que exige decisión y
compromiso, pero también renuncia. Equivale a vivir en total dependencia de
Dios.
Mt. 8, 18-22 narra el llamado de Jesús a un hombre, que le pide: Señor, déjame ir
primero a enterrar a mi padre. Jesús dice: Sígueme, y deja que los muertos
entierren a sus muertos. Tú sígueme.
Jordán Chigua, M. (Pg. 73-74), hace el siguiente comentario que viene bien ante la
exigencia de la llamada:
Enterrar a los muertos era y es una obra de caridad y una necesidad. Era
algo que en el ambiente judío era bien visto.
Literalmente no lo entendemos como un desprecio contra la obligación familiar, en
contra de la caridad cristiana. El autor hace la siguiente afirmación:
El mensaje es la exigencia y urgencia de anunciar el reino, de seguir al
Maestro proponiendo otras necesidades. Por eso Jesús afirma: nadie que
pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el reino de Dios.
no es un desprecio contra la familia, sino que la prioridad es el anuncio del
reino, hay que ver el horizonte, la meta y caminar hacia ella.
Dejar que los muertos entierren a sus muertos, nos habla de un doble
sentido: el espiritual y el material. No podemos quedarnos anclados en lo
que ya no tiene vida. Se acentúa que el seguidor no tiene derecho a poner
condiciones. Como lo hacen muchos que ponen exigencias de la vocación
44
traicionando la originalidad del mensaje cristiano que es asumir la luz de la
fe, lo que el señor nos indique.
Jesús exige lo que nadie simplemente humano puede exigir y promete, lo
que nadie simplemente humano, puede prometer. Por sus exigencias, en
su seguimiento y por sus promesas, va mostrando Jesús quién es Él, dice
Ramón Ángel Cifuentes Grez S.J. en su libro La Identidad de Jesús.
Jesús también fue educado en este sistema, por ello tiene autoridad para acentuar
la importancia de una vida nueva, que implica el desprendimiento de las
costumbres y tradiciones de la época, renunciar a todo lo que impide el
seguimiento en fidelidad a la misión, como mandato de Jesús al final del evangelio
de Marcos, (cf. 16,20). Se subraya que el sentido de la vocación conlleva el
servicio a los demás, como se lee en los relatos evangélicos sobre la
reconstrucción de los hechos en el contexto de la cultura y de las tradiciones
judías. La finalidad es actualizar el sentido de la llamada en el seguimiento de
Jesús, de acuerdo a las necesidades de la Iglesia en el mundo actual.
En esta misma línea Saravia, J. (pág. 2), se detiene a presentar las diferencias
entre los tipos de relación discipular, los cuales ayudarán a analizar y evaluar si el
seguimiento desde la vida comunitaria y religiosa está verdaderamente en función
del servicio a los demás. Por esta razón se refiere a través de los siguientes
aspectos:
Cercanía y movimiento. ¿Qué significa para el joven de hoy el
seguimiento al que llama Jesús? En primer lugar una relación de cercanía a
alguien que llama. Para los llamados equivale a un movimiento que acerca
al discípulo con el Maestro, al amigo con el amigo. Jesús actualiza su
llamada para estar con él, y para enviar a hacer nuevas todas las cosas
mediante el anuncio de un mensaje de salvación.
45
Contra el inmovilismo. El seguimiento supone un comportamiento. Se
puede comprender que la búsqueda de seguridad y la comodidad llevan al
inmovilismo, a la dependencia del pasado, al miedo a los riesgos y a la
debilidad teniendo como consecuencia la intolerancia religiosa. Afirma que
ante el inmovilismo es importante la conversión, el cambio de mentalidad,
para seguir a Jesús con todas las consecuencias.
Aclara que la finalidad de Jesús respecto de la formación que dio a los discípulos,
estaba orientada a la preparación para el servicio en función de los demás. Estos
objetivos diferían de las formas de los maestros judíos. Jesús no reforzó la
tradición recibida como las prohibiciones sobre pureza e impureza, y no citó a
rabinos anteriores para que sus palabras tuviesen autoridad. Y sucedió que
cuando acabó Jesús estos discursos quedaban asombrados de su doctrina,
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas, (Mc 1,
22). Las palabras de Jesús tenían fuerza propia, al margen de toda tradición
interpretativa de la Ley que conectaba a los maestros actuales con el mismo
Moisés. Otra diferencia que revela la llamada de Jesús, es porque se convierte en
invitación general a la conversión, como preparación a la llegada de Dios, la
llamada de Jesús es en forma personal.
Por lo tanto, se trata de un nuevo modelo de relación discipular que la
acostumbrada por los maestros de la Ley; la relación entre maestro y discípulo era
fundamental, el pilar sobre el cual se asienta la tradición rabínica que más tarde
dio lugar al Judaísmo tal como se conoce hoy.
De frente a la llamada de Jesús al seguimiento, Guijarro, (Pg. 5-6), aclara que esta
llamada no fue algo absolutamente novedoso. Porque existían diversos modelos
de discipulado y el hecho de que un maestro o profeta invitase a otros a seguirle
era relativamente frecuente. Sin embargo la novedad radica por la forma, los
objetivos y las implicaciones de la llamada:
En el tiempo de Jesús era conocida la experiencia vocacional. Las
semejanzas entre la llamada de Jesús y la de Elías es notable (invitación
46
personal, ruptura familiar, misión), pero en la llamada de Jesús se
encuentran novedades significativas como vinculación personal a él,
radicalización de las exigencias. En general se puede decir que la llamada
de Jesús no fue algo novedoso. Jesús asumió elementos de esos modelos
culturales pero con elementos nuevos en su forma de llamar cuyos efectos
perduraban en las primeras comunidades cristianas. Los rasgos son la
clave para comprender el significado y el alcance de la llamada de Jesús.
Es importante resaltar que el seguimiento que propone Jesús hunde sus raíces en
la llamada que Dios hace a participar desde su vida, de su aparente fracaso y de
su gloria. Jesús actualizó la llamada de Dios a la salvación dada al pueblo de
Israel, quien había experimentado poco a poco la cercanía y comunión con Dios
en todo momento, durante la alegría y el gozo, como también durante las
experiencias de dolor y fracaso. Ahora Jesús actualiza y realiza personalmente
esta invitación desde el compromiso de la conversión y en el servicio a los demás.
Respecto a la experiencia de Dios, Guijarro afirma que Jesús, al llamar al
seguimiento revela a Dios como Padre misericordioso, que perdona, acompaña y
libera de las esclavitudes institucionalizadas y de los que las producen. Marcos
12,26 recuerda la importancia de poner la confianza en el Dios de la vida: Yo soy
el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Por lo tanto, el seguidor
de Jesús es la persona que por amor sirve, acompaña y colabora compasiva y
misericordiosamente en la liberación del hermano, porque ha conocido el sentido
de ser cristiano.
El pueblo que ve actuar y hablar a Jesús, no solamente ve la autoridad con que se
dirige a las multitudes y a sus discípulos, sino además el carácter universal de la
llamada (cf. Mc 1,16-20). Jesús pide que dejen algunas seguridades donde ellos
ponían su esperanza como, las redes y las barcas, y seguir la misión con él. Los
Apóstoles intentaron superar las barreras sociales que prevalecían en su tiempo,
como la exclusión de los pobres, de las mujeres y los enfermos por el testimonio
de Jesús. El testimonio y la autoridad en sus palabras despertaban la fe y la
confianza en Jesús.
47
Por su parte el documento de Aparecida (No. 129-131) habla sobre la novedad de
la llamada de Jesús:
El llamamiento que hace Jesús, el Maestro, conlleva una gran novedad. En
la antigüedad, los maestros invitaban a sus discípulos a vincularse con algo
trascendente, y los maestros de la Ley les proponían la adhesión a la Ley
de Moisés. Jesús invita a encontrarnos con Él y a que nos vinculemos
estrechamente a él, porque es la fuente de la vida y solo él tiene palabras
de vida eterna. En la convivencia cotidiana con Jesús y en la confrontación
con los seguidores de otros maestros, los discípulos pronto descubren dos
cosas del todo originales en la relación con Jesús. No fueron ellos los que
escogieron a su Maestro fue Cristo quien los eligió. De otra parte, ellos no
fueron convocados para algo como era la costumbre (purificarse, conocer y
prenderse la Ley), sino para Alguien, elegidos para vincularnos
íntimamente a su persona (Mc. 1,17; 2,14). Jesús los eligió para para que
estuvieran con él y enviarlos a predicar (Mc 3,14) Para que lo siguieran con
la finalidad de ser de Él y formar parte de los suyos y participar de su
misión.
De lo anterior se comprende que la iniciativa de llamar es de Jesús y tiene como
finalidad entrar en relación de amistad y cercanía, de cambio y disponibilidad, para
hacerles partícipes de su misión con lo cual permite participar de su vida y
motivaciones.
Mc 10,21 indica que además de los Doce Apóstoles, Jesús llamó a otras personas
para que se adhirieran a su proyecto. Uno de ellos fue el hombre rico a quien le
pide que le siga. El relato indica que Jesús le pide como condición dejar todo,
vender sus bienes y dárselo a los pobres. Dejar las seguridades que proceden de
las posesiones, implica poner libremente la confianza Dios fuente de toda
seguridad. De ahí que seguirle equivale a vivir en actitud de conversión, de
acogida a la salvación personal desde la fe y coherencia de vida, según las
exigencias del evangelio, porque no se puede servir a dos señores.
48
Asimismo Mc.5, 18 presenta a un hombre endemoniado que vivía en la región de
Gerasa, quien después de ser liberado le pide a Jesús ir con él. El texto narra que
Jesús no se lo permite, sino que lo envía a los suyos diciéndole:
Vete a tu casa, con los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo
y que ha tenido compasión de ti. Él se fue y empezó a proclamar por la
Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban
maravillados.
Veamos que seguir a Jesús implica liberarse de todas las ataduras que provienen
del mundo materialista que esclaviza. Dios libera misericordiosamente a los que
están en cautividad y prepara para ir en pos de la misión.
49
CAPITULO III
IMPLICACIOENS DEL SEGUIMIENTO A JESUS
3.1 Un encuentro con el Cristo de la Fe
Las personas que en un momento determinado de su vida han sido convocadas
por el Señor a emprender el camino en seguimiento, sea como laico
comprometido, religiosa/religioso o presbítero, juntamente con la llamada han sido
conscientes que al dar un sí en seguimiento asumen las implicaciones que
determinan el discipulado como hombre y mujeres de fe. Así lo han afirmado los
autores expresando con el ejemplo de las personas que a lo largo de la historia
fueron capaces de vivir de acuerdo a las exigencias del Reino, dando testimonio
de una fe sólida que compromete su ser y hacer en servicio de los demás. No
pocos han llegado al martirio en defensa de la fe, y son para las nuevas
generaciones ejemplo que nos dicen cómo se vive y se sirven en función del
Reino, sin poner condiciones ni exigir nada a cambio.
El autor García J. (Pg. 16) ha aportado lo siguiente:
Allí donde el hombre es problema, el evangelio es llamada. La comunidad
que brota del seguimiento radical de Jesús es invitada en cada uno de sus
miembros a desterrar de sí, la orientación acumulativa con respecto a las
personas y a las cosas. Seguir a Jesús, haber sido llamados, convocados y
enviados por él, es vivir de la experiencia de que, quien gana su vida, la
pierde.
Al referirse a las características del seguimiento agrega:
No hacen falta alforjas ni dos túnicas para el camino y que hay más gozo en
dar que en recibir. A la petición hecha por Santiago y Juan (Mc 10,37),
Jesús da tres respuestas: un lugar en el reino exige sufrimiento (Mc 10, 38-
39); no es potestad de Jesús determinar la posición en el reino venidero
50
(10,40); el liderazgo en la comunidad de Jesús significa servicio (Mc 10, 41-
45).
Ravasi G. (Pg. 271-272) amplía este aporte al afirmar que:
Para alcanzar este nivel Cristo no exige únicamente la pobreza o la
renuncia sino que él quiere que el discípulo use sus bienes para aliviar a
los que sufren, saciar a los hambrientos, transformar la vida social.
Pone el acento en la donación y el amor. A Jesús no le basta el camino de
pobreza espiritual como creen algunos, por el contrario exige que el discípulo
camine por la vía de la caridad. Pobreza y amor célibe son, dos formas de
existencia no posesiva que se instalan en el punto preciso del hombre en que está
tentado a perderse a sí mismo.
De aquí se puede comprender que el seguimiento se caracteriza por la libertad
tanto en la elección /respuesta como en el estilo de vida que se elija de frene a las
exigencias del evangelio y de las realidades de nuestra sociedad. En este sentido
la alegría y el gozo son el fruto de una entrega en generosidad.
Por otra parte Juliá, E. (Pgs. 10-18), afirma que seguir a Jesús es hacer un
camino de fe, él encuentra algunas características e implicaciones importantes
que parten de los encuentros personales con Cristo.
La fe de la cananea es el colirio que emplea Cristo para abrir los ojos a los
apóstoles, mostrándoles la fe de la humanidad dolorida que espera un día
su predilección, su palabra, su presencia.
Asimismo Blanco J. M. (Pg. 71-77) comenta:
Ninguna mujer halló en Jesús tanto rigor y tanto obstáculo como la mujer
siro-fenicia, especialmente el de acercarse a Jesús. Marcos aprecia mejor
el tono al presentar a Jesús diciendo a la mujer que se le concede el favor
por lo que ha dicho. Aclara que este no es un relato de milagro, el punto
culminante del episodio no lo marca el milagro o la sentencia de Jesús, sino
51
las palabras de la mujer. El relato es único. Ella comenzó a gritar diciendo:
ten compasión de mi Señor, Hijo de David, mi alma está cruelmente
atormentada. Es la humildad la que comienza, que sostiene, y la que
corona la Oración: sin ella se empieza mal; no se persevera, y no se
obtiene cosa alguna. Jesús la despide y ella encuentra en casa a su hija
libre. Pero recibe el elogio y la gracia que tanto pedía.
La actitud de esta mujer es un ejemplo de encuentro con Jesús en la fe y de
apertura a la voluntad de su Señor.
3.2 Arrepentimiento y conversión, signos de las implicaciones delseguimiento a Cristo
Según Galileo, S. (9-14; 40-44), la conversión y el arrepentimiento son
características implicaciones que determinan el seguimiento a Cristo:
El seguimiento a Jesús se relaciona con el verbo convertirse, en griego
tiene dos significados dominantes: el principal es cambiar de opinión y de
este se deriva el secundario que es lamentar o sentir arrepentimiento;
agrega el autor, el término usado por Jesús exigía algo más que un mero
cambio de opinión y una muestra de arrepentimiento. El concepto
arrepentimiento más específicamente judío (diferente del griego) era mucho
más radical. En hebreo equivale a darse la vuelta, girarse, pero la mejor
traducción es convertirse, entendida en su sentido literal: girarse.
En este sentido agrega Galileo, S. (41-42):
Seguir a Cristo implica la decisión de someter todo a otro seguimiento sobre
la tierra. Hablar de seguimiento es hablar de conversión, de venderlo todo,
en la expresión evangélica, con tal de adquirir esa perla y ese tesoro
escondido que constituye el seguir a Jesús.
52
De esta manera se ve que la propuesta de Jesús de anunciar el Reino de Dios y
servir a los demás, se convierte en un valor superior a otros valores. Nada es
comparable con la alegría de ser discípulos seguidores de Cristo; de ahí la
necesidad y búsqueda de convertir el corazón a Dios.
Deja entrever la intencionalidad de Jesús, quien llamaba a vivir en un estado de
conversión permanente. La Palabra de Dios invita a comprender este deseo de
Jesús, hacer de la conversión una actitud que en humildad se reconozcan las
debilidades e inclinaciones al mal. Todos los días somos llamados a convertirnos
de corazón, de mente y de actitudes incoherentes de vida, para acercarnos al
ideal que nos presenta el Evangelio. Estas llamadas pueden ser a través de los
acontecimientos, en épocas y situaciones distintas, como la conversión de Pablo.
Pablo inicia su proceso de conversión a partir del encuentro con Jesús resucitado,
(cf. Hch 9), para él la presencia de Jesús, concentra en sí misma, todo el
significado de la conversión, para él la conversión se define por la llegada de
Jesús, enfatiza la necesidad de convertirse al Señor con sinceridad de corazón.
Por su parte Dunn, J. (Pg. 50-55) hace la siguiente afirmación:
La conversión a Jesucristo según Pablo significa, la superación de toda la
preparación al viejo testamento. La conversión encierra un sentido
cristocéntrico.
Por ello el seguimiento a Cristo implica que la persona asuma una forma concreta
de ser y vivir, aceptando la conversión como regla de vida. Jesucristo es el
referente en la búsqueda de una vida nueva, el centro de las decisiones y de las
grandes opciones de vida.
Uno de los ejemplos que permiten comprender el sentido de la conversión en el
seguimiento es que el Hijo de Dios, no vino a ser servido sino a servir; no vino a
buscarse a sí mismo sino a los pecadores y a ser el servidor de todos.
Asimismo Saravia, J. (Pg. 1) hace la siguiente aportación:
53
El sentido fundamental del seguimiento se da en la maduración de la fe y la
verdadera relación con Jesús.
Si se vincula fe madura, relación personal con Jesús y el proceso de conversión,
probablemente los frutos de la evangelización mediante el anuncio del Reino sean
abundantes. Se requiere de una madurez en la fe que se fortalezca en el
encuentro diario con Jesús por la lectura, meditación y vivencia del evangelio.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta algunas consideraciones como, la
necesidad que tiene el ser humano de los signos, para interpretar algunos
acontecimientos. La naturaleza y la creación nos permiten descubrir qué
comunica Dios; que nos revela. El ser humano va descubriendo poco a poco las
formas de proceder de Dios en la vida de las personas y en el acontecer histórico.
La conversión y el seguimiento implican también exigencias como perder la vida
por la causa de Jesús (Mc. 8,35) Porque quien salvar su vida, la perderá; pero
quien pierda su vida por mí y por el evangelio, la salvará. El discípulo de Cristo,
dispuesto a caminar tras sus huellas, aprende a discernir las situaciones
complejas y los acontecimientos determinantes de la vida. Reflexiona sobre lo
que haría Jesús en esta o aquella situación. El seguidor de Cristo, dócil al Espíritu
morirá a los criterios del mundo la venganza y el resentimiento, la envidia y el
egoísmo, para elegir lo que esté conforme con el amor.
De esta manera el seguimiento a Cristo estará siempre a punto de empezar, como
la novedad y consecuencia de la conversión y la búsqueda de la voluntad de Dios
en la propia vida.
En este caso quien escucha la palabra y sigue a Jesús aprende que la palabra
de Dios, provoca algo en él, especialmente un deseo de acercarse y encontrarse
con Jesús. Lo dispone interiormente para aceptar la propuesta de Jesús.,
sabiendo que dicha promesa está relacionada con las implicaciones de un
seguimiento y le fortalece en la fe.
Citando a Juan 8,12 nos encontramos con la promesa que Jesús hace a sus
discípulos, que estaría con ellos siempre. Esto es válido para los nuevos llamados
54
que optan por Cristo en un seguimiento de su Persona. El que me sigue no
caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida. Se trata de un llamado
coherente con un ideal de vida.
Jesús les anticipa a sus discípulos sobre la suerte que les espera, como
implicaciones de su seguimiento:
Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser
reprobado por los ancianos los sumos sacerdotes y los escribas, ser
matado y resucitar a los tres días (Mc 8,31. Les decía: El Hijo del hombre
será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de
haber muerto resucitará(Mc 9,31). Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo
del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas; le
condenarán a muerte y le entregaran a los gentiles, y se burlarán de él, le
escupirán, le azotaran y le mataran, y a los tres días resucitará, (Mc 10,33-
34).
Les explicaba la forma en que iba a padecer y morir. Por consiguiente los
discípulos no pueden esperar algo distinto a la suerte de Jesús de Nazaret y es
este Jesús del evangelio de Marcos el objeto de su seguimiento. Creyeron en él
aceptando su propuesta y lo siguieron. Desde ese momento lo acompañan y lo
siguen camino a Jerusalén, comparten con El su propia vida porque Jesús
comparte con ellos su ser Dios.
Schillebeeckd, E. (Pg.12), comenta:
Los discípulos también fallaron en el seguimiento de Jesús: lo
abandonaron en el momento más difícil e incurrieron en la falta de fe que
Jesús tantas veces les había reprochado.
Se nos hace un fuerte cuestionamiento invitándonos a repensar y revisar nuestro
seguimiento de Jesús; es decir, seguir a Jesús es un camino de fidelidad y
perseverancia aun en las dificultades que conlleva la vida y la misión en servicio
del Reino.
55
Sin embargo, los discípulos no siempre respondieron con lucidez, por una parte
aceptaron el reto rápidamente, sin comprender las implicaciones de ser
seguidores de Cristo, especialmente el camino de la cruz. Por otra parte, están
aquellos seguidores que como Pedro, después de comprender las consecuencias,
negaron ser amigos de Jesús; porque no logran entender que su Maestro tenía
que sufrir y morir en la cruz.
Marcos presenta a las mujeres que siguieron a Jesús como ejemplo de fidelidad y
valentía. Ellas permanecieron al pie de la cruz y en la resurrección fueron testigos
del Resucitado (Cf. Mc. 15,40-41). Ante el sepulcro vacío las mujeres son las
primeras en ir de prisa a anunciar que Jesús, el Señor no estaba en el sepulcro.
Como ellas los cristianos estamos llamados a testimoniar a Jesús. Especialmente
quienes hemos hecho una opción más radical, no podemos obviar el dolor y la
cura. Ante las dificultades, incomprensiones, persecuciones, la enfermedad y la
muerte, hay que perseverar con fidelidad.
En este sentido el Espíritu de Dios fortalece e ilumina al seguidor para que confíe
en Dios y no pierda de vista el sentido de la misión. El discípulo está llamado a
avanzar siempre en un seguimiento fiel, actualizando y haciendo presente a Jesús
a través de la historia, pues Jesús les había dicho:
Vayan por todo el mundo y proclamen la buena Nueva a toda la creación.
El que crea y sea bautizado e salvará, el que no crea se condenará (Mc 16,
15).
Por su parte Castillo, J. Ma. (Pg. 1), afirma:
Si los grupos y comunidades siguen a Jesús, si anuncian el reino de Dios a
los pobres; si buscan que todos especialmente las mujeres vivan su
dignidad de hijos de Dios, si tiene la valentía de decir la verdad, si en ese
seguimiento se realiza la conversión del opresor, si tienen entrañas de
misericordia, si hacen todo porque así lo hizo Jesús, entonces están
creyendo en Jesucristo.
56
Es una manera de cuestionarnos sobre nuestro seguimiento a Jesús, invita a
revisar y tomar conciencia sobre las razones que motivan el ser y hacer de
quienes nos decimos ser seguidores de Jesús.
3.3 La Fe y la fidelidad en el seguimiento a Jesucristo
Como ya se ha dicho el seguimiento a Cristo conlleva diferentes implicaciones,
entre ellas la fe del discípulo para aceptar y continuar la obra de Cristo en el
mundo. (Mc 1,15) dice, El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca;
convertíos y creed en la Buena Nueva. Es decir, que la recepción del Reino de
Dios que llega con Jesús, necesita de la fe de los discípulos.
De ahí se comprende la importancia de la fe, para participar y anunciar el Reino de
Dios en el mundo. De lo contrario no será creíble la predicación sobre el Reino, si
quien lo anuncia no cree. Puede decirse entonces, que la fe la primera implicación
de la respuesta a la llamada de Jesús, porque ayuda a continuar la misión pese a
los desafíos y consecuencias del anuncio del Reino.
Funn, J (Pgs. 49-52), especifica el significado del arrepentimiento en dos sentidos
opuestos: el sentido negativo como el alejarse de…mientras que el significado de
creer es más positivo, dirigirse a… En sintonía con lo que Jesús espera de los
cristianos que pongan su confianza en Él.
Una fe así tienes las siguientes connotaciones: fe significa confianza en la
fiabilidad en Dios, fe significa fidelidad; fe que reconoce que con Jesús se ha
abierto a nuevas oportunidades (cf. Mc 5, 27-28); es una fe que persevera, que
toma argumentos de Jesús, que no acepta un no por respuesta (cf. Mc 10,47-48);
es una fe abierta con firmeza al alcance de la gracia de Dios. La llamada de Jesús
a la fe es un llamado a reconocer el reinado de Dios y hacer su voluntad.
Desde allí se entiende que sólo después de la experiencia pascual, los discípulos
llegaron a comprender y creer en el Hijo de Dios. Para quien emprende el
seguimiento, Jesús, debe ser prioridad absoluta.
57
3.4 La formación permanente del discípulo que sigue a Jesús
El discípulo es alguien no acabado, es un ser humano deseoso de algo más, de
seguir un ideal de vida, que le pide permanecer en actitud de apertura y de
cambio, asumiendo un proceso de formación y de actualización permanente para
responder a las nuevas exigencias que la histórica y la realidad de nuestros
pueblos le presentan. Vivimos en un mundo cambiante que exige respuestas
rápidas y convincentes, por eso Jesús nos ofrece un modelo de vida siempre
actual y convincente para el hombre de Hoy. Como seguidores suyos, no
imitadores, debemos mirar su ejemplo en la misión.
El modelo de Iglesia que encontramos en el Nuevo Testamento, es una Iglesia
donde todos los miembros tienen un ministerio afirma Ogden, G.J (Pg. 33-43). Se
trata de un modelo de Iglesia en que todos los bautizados tienen un puesto y una
misión según los carismas personales.
Por eso nos presenta las características más importantes del discípulo suyo.
Ministros activos: Las Escrituras presentan una Iglesia llena de ministros
activos, la realidad es que la mayoría de los miembros de la Iglesia son
inactivos.
El discipulado afecta a todas las áreas de la vida: en las Escrituras
vemos que el discipulado afecta a todas las áreas de la vida; la realidad es
que muchos cristianos han delegado su fe a la esfera privada personal.
La contracorriente: Los textos bíblicos nos describen a la comunidad
cristiana como una fuerza que va contracorriente. En la historia de
salvación tenemos muchos mártires que han entregado su vida por la
justicia. Una comunidad de no conformidad, un cuerpo cuyo estilo de vida
es una alternativa contra cultural a los valores de la sociedad dominante.
58
Un organismo escogido y esencial: en que Cristo habita. Jesús da
continuidad a su Encarnación habitando en su pueblo.
Personas que hablan de su fe: Somos un pueblo que nos avergonzamos,
nos encogemos frente a la idea del testimonio personal. Nos avergüenza
hablar de lo que somos y en qué creemos.
Hay que ser un discípulo: se requiere de un compromiso radical de
alinear la propia vida con el evangelio. Antes de pedir a otros que lo sean,
será necesario tener la propia vida en orden.
Líderes capaces de despertar en los demás la pasión por el Reino:Hombres y mujeres que no hablan mucho, pero su estilo de vida dice algo.
Invitando al seguimiento de Jesús y optando por el servicio del Reino.
Recordemos que Jesús se reunía con ellos y les explicaba las escrituras y los
prevenía de las dificultades que en la misión se les iban a presentar. No tengan
miedo les decía a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. El papa
Juan Pablo II repetía estas palabras al dirigirse al mundo y especialmente los
jóvenes.
3.5 El encuentro con Jesucristo
El sentido del seguimiento sólo puede ser descubierto mediante el encuentro con
Cristo, en Él está el origen de toda llamada. En este encuentro con Jesucristo se
da una renovación constante y se llega al testimonio de vida, porque tiene en la
base el anuncio del kerigma y la acción misionera de la comunidad, es decir, por el
primer anuncio, que es el hilo conductor de un proceso que culmina en la
madurez cristiana, el discípulo llega a identificarse con Cristo y a compartir esta
experiencias con sus hermanos.
59
Partiendo de que es Jesús el que llama estar con Él, los llamados buscan al Señor
en sus diversas formas de hacerse presente, especialmente en su Palabra, en los
sacramentos y en los acontecimientos de cada día. Dice Medellín:
No basta ser profesionales, hay que aprender a vivir.
La identificación con Jesús es una de las dimensiones del seguimiento y las
implicaciones son un estilo de vida, unas actitudes, unas opciones y la práctica de
del amor a los demás. Esta es una práctica que viene del mismo Jesús que es el
modelo de todo seguimiento y de toda opción de vida en servicio de los demás.
Según Puebla el seguimiento de Jesús como consecuencia del encuentro con Él,
consiste en continuar el mandato de Jesús en favor de los necesitados. El
seguidor de Jesús haciendo un discernimiento de los acontecimientos, puede
descubrir desde la fe, la voluntad de Dios para su vida y para una proyección que
responsa a los signos de los tiempos, pues en la historia y en la realidad donde
Dios manifiesta su voluntad.
3.6 Una llamada urgente
Marcos 1,15 indica que la llamada de Jesús es seria, formal y urgente. Es un
criterio válido para comprender la llamada de Jesús a su seguimiento en el
presente y el futuro de la Iglesia.
Asimismo en (Mc 8,34) se lee:
Si alguno quiere venir en pos mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y
sígame.
En este sentido, la respuesta que demos a la llamada al servicio del Reino, tiene
una vitalidad que le llega del mismo Señor que nos ha llamado y enviado. La
orientación de la vida humana se pone en juego, se decide si la vida está
determinada por la pregunta acerca de lo que Dios quiere o por lo que cada uno
escucha de sus propios intereses. Pero frente a la invitación al servicio como
60
discípulos de Jesús la respuesta no puede ser postergada. Si logramos
comprender que ser llamado no es un privilegio sino compromiso, nuestra opción
por Cristo en el seguimiento discipular recuperaría el impacto y la credibilidad.
Optar por Cristo equivale a recorrer el camino de la conversión, como actitud de
vida y este cambio no es posible sino desde la búsqueda sincera del Señor en la
oración personal y vida comunitaria. Por ello, el discípulo ha de buscar siempre el
querer de Dios en su vida personal y en la acción que realiza en función de los
hermanos; prestando oído a las voces y a los signos de los tiempos; Haciendo una
presencia dinámica en la comunidad local.
3.7 Llamada a vivir el desprendimiento
Para los oyentes de Jesús el verbo arrepentirse tiene dos significados: en griego
es cambiar de opinión y de este se deriva el segundo que es lamentar o sentir
remordimiento.
La conversión a la que llama Jesús pide algo más que un cambio de opinión y una
muestra de arrepentimiento. Esta era la llamada de Jesús, regresar al Dios
misericordioso y esta es la misma llamada de Jesús para los cristianos de hoy.
Por ello, la mejor traducción en el sentido usado por Jesús significa girarse, dar la
vuelta a Dios. Este era el grito del Bautista en el desierto: invitando a un bautismo
de conversión y perdón de los pecados (Mc. 1,4).
En los evangelios, encontramos diferentes llamadas al arrepentimiento y al cambio
de vida, por ejemplo los diálogos de Jesús con el joven rico (Mc. 10,17-32) Frente
a la llamada de Jesús a la conversión solo vale una respuesta, darse la vuelta.
Jesús había dicho a sus discípulos:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día, y sígame, (Lc 9, 23).
61
Dunn J. (Pg. 47) refiere:
El seguimiento al que llama Jesús es costoso porque hace que uno se
pregunte: ¿cuáles son los valores verdaderos de la persona, cual es la
verdadera felicidad?
El autor propone que el ideal de todo seguidor de Jesús es alcanzar la edad
adulta, justo con la independencia, el poder, la responsabilidad y la máxima
posibilidad de autosatisfacción. Por esta razón la llamada a la fe y al seguimiento,
es también un llamado al reconocimiento de la realidad del reinado de Dios, de su
ultimidad; sabiendo que Él es la realidad que se esconde tras toda realidad.
Convertirse es la respuesta inicial de quien ha escuchado a Jesús con
admiración, de quien cree en la acción del Espíritu y se decide ir tras él,
cambiando su forma de pensar y de vivir, aceptando la cruz de Cristo, consciente
de que morir al pecado es alcanzar la vida. En el bautismo y en el sacramento de
la reconciliación, se actualiza para nosotros la redención de Cristo.
El seguimiento como discipulado es más que una cercanía física a Jesús, se
refiere a una adhesión a su persona y a su proyecto, identificándose con él. Un
segundo elementos lo constituye el hecho de ser enviados a proclamar lo que se
ha visto y oído, con el mismo espíritu que animó a Jesús en su vida pública y en
su misión.
Se trata pues, de vivir la experiencia del desprendimiento y de una renuncia de
uno mismo, de las situaciones, las personas y las cosas para entregarse a la
causa de Jesús. La renuncia que pide el Señor consiste en apropiarse de estas
palabras dichas por Jesús: busca primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo
demás se les dará por añadidura.
62
3.7.1 En relación consigo mismo
Para el discípulo, Jesús es la prioridad absoluta. La Persona de Jesús prevalece
sobre todas las cosas como la familia, trabajo y bienes temporales. Cuando se
sigue a Cristo todo ocupa su lugar a partir del mismo Cristo.
Jesús y el Reino de Dios son el motivo y el sentido de la vida de todo discípulo
suyo. Más en el seguimiento muchas veces se encuentran situaciones
imprevisibles. Citando a Mateo encontramos el texto que dice:
Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; más el Hijo del
hombre o tiene donde recostar su cabeza (8,20).
Por lo anterior se deduce que en el seguimiento a Cristo habrá de negarse a sí
mismo, estar dispuesto a perder la vida (Mc 8,34) como lo hicieron los primeros
discípulos de Jesús en algunas ocasiones.
Asimismo Mc 10,35ss narra la controversia entre los discípulos de Jesús por
obtener los primeros puestos, el texto refleja la intención implícita del ser humano
que busca el poder o subir de categoría para sentirse más seguro e importante.
Ellos le respondieron, concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a
tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís.
¿Podréis beber la copa que yo voy a beber, o ser bautizados con el
bautismo con que yo voy a ser bautizado?
De ahí que el desprendimiento de los apegos que impiden ser libre para el
seguimiento se conoce como rupturas. Las rupturas que el discípulo está llamado
a hacer por Jesús y por el evangelio (Mc 8,35), son los rasgos más importantes y
distintivos del radicalismo evangélico: la entrega a Jesús, la fe en él y la fidelidad
en el seguimiento.
Asimismo, Mc 6, 7-13 lo explica de la siguiente manera:
Quien no renuncie a todo cuanto posee, no puede ser discípulo. Quien
sigue de este modo a Jesús, es enviado en misión, pero esta misión de
63
anunciar la Buena Noticia y llamar a la conversión debe realizarse en el
más absoluto despojo material y en la tota entrega a Dios y al servicio de
los hombres. El seguimiento de Jesús, exige reconocer la primacía de
Jesús, Matura T. (Pg. 32).
La ruptura necesariamente significa negar o negarse, no debe confundirse con el
descuido personal hasta arriesgar la salud o la vida. El verbo que está a la base
de «negarse» significa, literalmente, no reconocerse, sentirse extranjero.
Subrayando la exigencia de no reconocerse más en aquello que se ha sido hasta
ahora, indica un cambio radical en la propia vida, una ruptura con el hombre viejo,
para nacer al hombre nuevo, hasta poder decir con Pablo: No vivo yo, es Cristo
quien vive en mí (cf. Gál 2,20). Negarse a sí mismo. Lleva consigo una especie de
descentramiento: si antes el centro lo ocupaba el proprio yo, ahora pasa a ser
ocupado por la persona de Jesús. Matura T. (25-40), lo entiende como la
conversión a Dios.
La ruptura y el negarse a sí mismo para ser seguidor de Cristo se compara con el
grano de trigo, que muere para poder dar fruto. Esta forma de morir ha de tener
una razón de ser y una motivación: Jesús y el Evangelio. En esta motivación está
la gran novedad del morir del discípulo en relación con las exigencias por el Reino
de Dios, lo cual no se confunde con autoestima baja o signos de autodestrucción.
Una segunda exigencia es: cargue con su cruz. Esta expresión literalmente
significa levantar la propia cruz; en Marcos 13, 9-13 se lee Seréis condenados y
odiados por todos. Este rechazo y esta condena surgirán en el seno de la misma
familia, (Mc. 13,12) Además surge entre Jesús y el seguidor una relación cercana
y al mismo tiempo en libertad para que la persona decida qué tan cerca y
comprometido está con Cristo y su causa, de ahí la frase: quien no está con
Jesús, está contra él (cf. Mt 6,24)
64
3.7.2 En relación con los demás
Según Mc 10,42-45 el discípulo debe hacerse pequeño y esclavo, servidor de
todos. La ocasión para tal enseñanza se la ofreció una petición egoísta de los hijos
de Zebedeo. Jesús, tomando como ejemplo la praxis de los jefes de los pueblos,
que buscan el poder, responde categóricamente: No ha de ser así entre vosotros;
antes, si alguno de vosotros quiere ser grande, sea vuestro servidor; y el que
quiere ser el primero, que sea vuestro esclavo.
En este sentido, el discípulo al igual que el Maestro, no está en medio de los
demás para ser servido, sino para servir, como lo presenta (Mc 10,45) Este dicho
de Jesús no expresa un simple deseo, sino que manifiesta una condición, sine qua
non, para construir la comunidad de discípulos.
En la comunidad cada uno ha de ser servidor de todos. Y este servicio ha de ser
diaconal o sea servidor, es decir, concreto, y dependiente, como el que realizan
los esclavos: sin pretender privilegios cuando se hace lo necesario en el servicio;
es una manera de adelantarse a las necesidades. Según la lógica de Jesús, quien
sirve es el que realmente ejerce autoridad. Por otra parte, seguir esta lógica lleva
a desterrar de la comunidad y de cada uno de sus miembros la búsqueda egoísta
y equivocada de poder, para convertirla en alegría de servicio, según Mc 10,14;
asimismo como indica el evangelista en Mc 23, 8-12 a rechazar el poder y los
puestos honoríficos.
3.7.3 En relación con los bienes materiales
El desprendimiento de los bienes materiales, implica poner la confianza en la
providencia y la misericordia de Dios. Se explica que seguirle es vivir en actitud
de acogida a la salvación que Jesús nos ofrece desde la fe y la coherencia de
vida, según las exigencias evangélicas, es la lógica. Dejarlo todo por el Señor, no
se puede servir a dos señores. Explícitamente, significa vivir en actitud de
pobreza y libertad, a ejemplo de Jesús que escogió vivir la pobreza en radicalidad.
65
El desprendimiento-renuncia al yo egoísta, va acompañado de la renuncia a lo
mío. Todo el que quiera seguir a Jesús ha de optar por el género de vida del Hijo
del hombre, quien no tuvo dónde reclinar su cabeza (cf. Mt 8,20).
La renuncia a los bienes y a las riquezas aparece en los Evangelios como
condición esencial para ser discípulo y al mismo tiempo como consecuencia y
manifestación de la voluntad de caminar tras las huellas de Jesús.
La separación pone de manifiesto la nueva situación del discípulo. Éste crea un
vacío en torno a sí, cortando las raíces que le mantenían unido a sistemas de
seguridad de cara al futuro. El discípulo es un hombre nuevo. Debe, por tanto,
renunciar a su pasado. Separándose del padre, el discípulo abandona la
seguridad del ambiente vital y afectivo, dejando las redes y la barca, el discípulo
deja cualquier forma de seguridad que le viene del ejercer un oficio. De este modo,
el discípulo es un hombre expuesto al vendaval de un futuro lleno de incógnitas.
El desprendimiento lleva a la opción por Cristo; es decir, el discípulo deja todo
por el Todo, acercándose a Jesús, para descubrirlo como el gran tesoro;
entonces la alegría del hallazgo lo lleva a dejar todo, porque Jesús llenas sus
aspiraciones. El discípulo se sitúa en lo esencial, supera lo que le estorba y
disfruta de un gozo pleno, sintiendo la necesidad de proyectarse hacia una
hermosa realidad.
De esta manera se llega a comprender que el discípulo no puede dedicarse de
lleno a la misión si no se siente plenamente libre de las riquezas o de otros
vínculos y seguridad que no son Cristo, pues éstas son absorbentes y acaparan el
corazón humano (cf. Mt 6,24). La riqueza produce fascinación que sofoca la
Palabra (cf. Mc 4,18-19).
Para el seguimiento de Jesús los discípulos deberán liberarse de toda
preocupación terrena, pues sólo así podrá dedicarse al servicio del Evangelio.
Desde el primer momento el discipulado se caracteriza por el desprendimiento de
las cosas materiales, para un seguimiento en libertad y en función de los demás.
66
3.8 La Comunidad lugar del seguimiento de Jesús
No puede haber vida cristiana sino en comunidad: en las familias, las parroquias,
las comunidades de vida consagrada, las comunidades de base, otras pequeñas
comunidades y movimientos. Mazariegos, E. (Pg. 58) escribe:
El seguimiento de Jesús tiene una fuerte exigencia; el encuentro se hace
luego comunidad. Porque Jesús llama a seguirle desde una comunidad,
donde el vacacionado hará proceso de superación, de conversión, de
maduración. La comunidad es el lugar del encuentro de los llamados, de los
convocados, de los que quieren hacer de Jesús el centro de sus vidas. Un
Jesús que centra la vida desde el centro de la comunidad que es El mismo.
También Garrido J. (Págs. 581-589), presenta su punto de vista ofreciéndonos una
ampliación valiosa sobre el tema de la comunidad. Afirma que:
La comunidad es signo de la presencia de Cristo Resucitado en medio de los
suyos. En la comunidad cristiana se celebra la fe y se y se reflexiona sobre el
modo de vida en familia, la sociedad, la cultura, la ciencia, la política.
Como los primeros cristianos, que se reunían en comunidad, el discípulo participa
de la vida de la Iglesia y en el encuentro con los hermanos, viviendo el amor de
Cristo en la vida fraterna solidaria. En este ambiente de acogida, de servicio, de
valoración y proyección apostólica, el discípulo es acompañado por la comunidad
y por los pastores para la madurez espiritual.
En relación al estilo de vida de la comunidad (cf. Mc 9, 35), el que quiera ser el
primero que sea el último y el servidor de todos. En actitud de servicio, el
discípulo ve la situación del otro, y se hace cargo del hermano más necesitado;
ayuda a llevar las cruces como consecuencia del seguimiento en libertad.
Recordemos como Jesús en la Última Cena lavó los pies de los discípulos en
señal de humildad y abajamiento total. De manera que todo aquel que quiera ser
discípulos de Jesús deberá poner en práctica todas estas enseñanzas de su
67
Maestro. Hasta lavar los pies a sus hermanos. No se es discípulos mientras no
se viva a ejemplo de Jesús y sus exigencias.
3.8.1 Con el grupo
En el seguimiento a Jesús el grupo se convierte en fortaleza, los hermanos
ayudan a vivir según el modelo de las primeras comunidades cristianas. El
seguimiento ya es comunidad y servicio. Jesús llama a seguirle desde una
comunidad. En ella se hará proceso de conversión y maduración de la fe. Quien
tenga miedo a vivir la experiencia comunitaria, no ha comprendido uno de los
dimensiones del seguimiento. La comunidad es el lugar del encuentro de los
llamados, de los convocados, de los que quieren hacer de Jesús el centro de sus
vidas. Jesús centra la vida de sus seguidores en una comunidad humana.
Hombres con cualidades pero también con limitaciones, pero dispuestos a
formarse y responder a Jesús viviendo según la propuesta de vida de su Maestro.
En esta comunidad Jesucristo es el centro, que incluye y une a las personas de
todas las edades, donde se comparte y también se respeta el derecho de cada
uno. Tiene el estilo de vida de Jesús y los lineamientos del evangelio. Una
comunidad que necesita de cada uno y sobre todo de la salvación del Señor
Jesús.
En estas comunidades prevalece la alegría de los bienaventurados del evangelio,
los que han dejado todo por mí y me siguen, ellos ya reciben el ciento por uno por
su fidelidad en medio de las persecuciones, su fe trasciende hasta la vida eterna
(cf. Mc 10, 28-31).
Mc 8, 31 afirma como Jesús exige que sus discípulos participen de su vida. Estar
con Él desde lo cotidiano, acompañarlo en su predicación a un pueblo; participar
de sus alegrías y tristezas; orar permanentemente con Él; a tal punto ver e
interpretar los signos de los tiempos; escuchar sus parábolas y recibir las
explicaciones en privado.
68
Todo esto, constituye un aprendizaje y un configurarse con Cristo, una tarea
nunca acabada; porque los viejos moldes de pensamiento e intereses personales
y de grupo les impiden comprender el estilo mesiánico del Siervo Sufriente de
Jesús. Jesús en el evangelio marquense tomó distancia para dedicarse a la
formación de discípulos, sus discípulos.
3.9 implicaciones en la formación de los discípulos
En el comienzo del seguimiento la formación de los candidatos está en primer
orden, entendida como opción fundamental por la Persona de Jesús, que espera
una respuesta radical, fundamentada en los valores evangélicos que llevados a la
práctica constituyen un estilo de vida, un modo de ser y de relacionarse con el
Señor, con los hermanos en comunidad y con el mundo al modo de Jesús.
Ogden, G. (págs. 32-43) comenta:
En nuestros días estamos más preocupados por la cantidad de personas que
se asocian a la Iglesia y a las congregaciones y seminarios, que por la
calidad de vida y la proyección de los miembros.
La vida en seguimiento de Cristo se caracteriza más por el ser que por el hacer.
En este sentido la misión es el fruto del ser, es decir, la principal preocupación
debería centrarse en la base, en una formación adecuada donde el principiante
logre comprender que comprometerse con el Reino implica comprometerse con la
Iglesia de Cristo y para siempre. Jesús no acepta el sí y el no la vez. Pero se
espera una respuesta en libertad de conciencia y por vocación. Esto es lo
fundamental del seguimiento.
Ron, B y Purvis J. (Pg. 183), comenta:
La formación como proceso necesita estar fundamentalmente
contextualizado por medio de las relaciones en vez de la transmisión de
datos. El discipulado no es algo que hacemos con alguien sino algo que
podemos ser con una persona.
69
Una formación que tenga por principio lo humano, centrada en la Persona de
Jesús y en el grupo que sigue al Señor. La formación abarca todas las áreas de
la vida de la persona que se encuentra en disposición de asumir un proceso de
formación, que transforma lo humano para participar de lo divino, es decir de la
vida en Cristo.
Mendoza de M. Lloyd y Wilma proponen los siguientes aspectos que deberán
tomarse en cuenta en la formación:
Un deseo de crecer espiritualmente: No podemos ofrecer lo que no
tenemos. El discípulo deberá caracterizarse por ser una persona que
vive y proyecta la esperanza. Que centra su vida en Jesucristo y
orienta su vida y su actuar desde el descubrimiento de Cristo en la
oración. En otras palabras un ser espiritual.
Una actitud de aprendiz dispuesto a que otro lo entrene: se
necesita que esté abierto a que otro lo discipule. A medida que el
proceso de ser discípulo avanza, se encontrará con la necesidad de
abrir todos los campos de su vida al escudriño del Espíritu a través de
la Palabra de Dios.
Disponibilidad: por muchos que desee crecer, no será posible
ayudarlo si no está disponible al discipulador. El discipulado consiste
no sólo en enseñar sino en entrenamiento práctico y en aprender a vivir
del Evangelio.
Tendrá que darle cuentas a su menor por su progreso: Se espera
que los participantes incorporen en sus vidas diarias los principios que
están aprendiendo.
Un discípulo dispuesto a discipular: se refiere a la importancia de
concentrarse en unos pocos para alcanzar las multitudes después.
70
3.10 Fascinados y desconcertados a su vez
Los discípulos de Jesús quedaron fascinados al conocerlo y escucharlo en sus
conversaciones con sus discípulos y en sus discursos. Descubren en Él la
bondad para con todos, la autoridad de su palabra y la seguridad con que se
conduce en todo su ser y actuar. Pero algunos estaban desconcertaban ante sus
enseñanzas, sus actitudes frente a las autoridades, porque él no soportaba las
incoherencias y las injusticias.
De la misma manera Jesús sigue cautivando a las personas de nuestro tiempo,
aceptamos su invitación al seguimiento y conocemos las exigencias de la misión.
Sabemos que es lo necesario y que nos sobra a la hora de realizar la misión que
nos ha encomendado.
La gente sencilla lo sigue y se adhiere a su Persona, pero también hay otros que
están desconcertados por la autoridad de su palabra. Es un hombre sin título,
originario de una tierra olvidada, lo llaman Nazareno. Sus padres son José y
María, gente sencilla y conocida del pueblo. Además le acompaña un grupo de
hombres que no poseen nombre para la sociedad.
Por tal razón, el que lo sigue se siente motivado por Él y por el Reino, lo reconoce
como su Maestro, se deja conducir y enseñar. Jesús es el Maestro y sigue
haciendo resonar su voz, invita a su seguimiento, a dejar todo y ser generoso para
ir tras Él. Sigue buscando colaboradores a quienes les pide dejar familia,
proyectos personales, dejar los miedos y seguridades para encontrar en Él toda la
seguridad necesaria. Jesús tiene un programa de vida que ofrecer y un camino
por descubrir. La mies es mucha ha dicho y los trabajadores pocos.
Se cierran los capítulos de esta tesis con el anhelo de que todos los bautizados
llamados al seguimiento de Jesús de Nazaret, vivan la experiencia del discipulado
y asuman el compromiso de ir por el mundo en anuncio del Reino, poniendo al
servicio de todos los dones que han recibido gratuitamente.
71
CONCLUSIONES
Hay unanimidad en el testimonio de los Santos Padres de la Iglesia sobre el
origen del evangelio de Marcos, ellos afirman que el Evangelio lleva el
mismo nombre de su autor.
El autor del evangelio de Marcos fue fiel intérprete de del Apóstol Pedro, de
él obtiene la información que le fue útil para la construcción del evangelio.
Sin embargo afirmación explícita procede de Papías de Hierápolis al
principio del siglo II d. C. después de la muerte de Pedro es el momento en
que Marcos empieza a escribir aproximadamente en el año (64 d.C)
El objetivo de Marcos era presentar a Jesús como el Hijo de Dios y el
Mesías, el Señor. El Jesús de Marcos es el enviado del Padre para ser
Buena Nueva para la humanidad. Jesús es el Dios con nosotros, el que
nos hace partícipes de su proyecto y continuadores de su misión discipular.
Solo en él se explica y da sentido a su seguimiento.
En el evangelio de Marcos, Jesús inicia la misión con los discípulos que él
escogió y llamó para que le acompañaran. El texto los identifica como los
Apóstoles y los amigos cercanos de Jesús. Posteriormente les envió a la
misión.
El testimonio del llamado de Jesús en el evangelio de Marcos es válido
para todos los cristianos que escucha la Palabra de Dios y responden con
fidelidad a la llamada del Señor para el servicio del Reino.
El encuentro personal con Cristo también es una invitación al seguimiento.
La llamada al seguimiento siempre es por iniciativa de Jesús con la cual los
cristianos inician el proceso de conversión a Dios y el deseo de servir a los
demás.
72
Los autores consultados para fundamentar el presente trabajo, coinciden en
que el seguimiento a Cristo es la respuesta del hombre a la llamada. La
llamada de Cristo por amor, se convierte en vocación cristiana, ideal de vida
y también en servicio a los demás.
La fe en Jesús, la viven los cristianos cuando al aceptar su llamada, se
comprometen a llevar la Buena Noticia del Reino de Dios, además son
dóciles al Espíritu Santo, ya que es quien cumple las promesas de
Jesucristo.
Una nueva visión sobre la llamada, el seguimiento y la misión ayudará a
comprender que nuestra misión es hacer realidad en la historia el sueño de
Jesús, que en el mundo, en las familias, y en cada ser humano crezca la
semilla de la fe hecha camino de conversión y lucha por la justicia.
Los frutos de la vocación cristiana induce a los llamados y elegidos por el
Señor, a dar testimonio de fidelidad y perseverancia, que la praxis sea en
base a los valores del Reino, sea signo de la alegría y paz por el encuentro
personal con Cristo resucitado, y construya fraternidad en la comunidad
cristiana.
La oración y los sacramentos, principalmente la Eucaristía y la
Reconciliación que se viven en la comunidad, congregan en la fe y la
unidad para fortalecer el testimonio de vida.
73
RECOMENDACIONES
Reflexionar a la luz del evangelio de Marcos, sobre el sentido que tiene la
vocación y misión del seguimiento a Cristo, para las personas de vida
consagrada a Dios.
Analizar las causas y consecuencias de la deserción a la vida religiosa y
sacerdotal, que con mayor frecuencia hombres y mujeres han decidido
hacer en los últimos años. Para el análisis es importante considerar la
humildad y claridad, sencillez, y valentía, para afrontar las
responsabilidades y prevenir falsas culpabilidades.
Se recomienda cuidar exhaustivamente los nombramientos de los
formadores. Para su elección se considera indispensable conocer el perfil y
las capacidades del candidato, con lo cual se intenta prever si la persona
será capaz de desempeñar esta responsabilidad.
El discernimiento para elegir formadores tomará en cuenta los siguientes
aspectos: madurez humana, psicológica, emocional y espiritual.
Capacitación escolar y académica; formación y actualización teológica y
eclesial, asimismo identificación con el carisma y misión de la orden a la
que pertenece.
Posteriormente a la elección se recomienda la continuidad de su formación
y actualización, esto incluye conocimiento de la realidad del contexto donde
vive y realiza su tarea, con ello tendrá una visión amplia y optimista frene a
la realidad de donde vienen los nuevos candidatos al discipulado.
La institución religiosa dirigida por personas debidamente capacitadas en
todas las áreas, podrán revisar y actualizar los planes de formación, para
74
que respondan a las principales necesidades, retos y desafíos que
enfrentan las comunidades de vida religiosa actualmente.
Entre las consideraciones y los lineamientos más urgentes a tomar en
cuenta están, enfrentar las consecuencias de un mundo cambiante de
manera acelerada, entre otras razones, por el efecto de la tecnología y los
medios masivos de comunicación social. Por el secularismo, la
indiferencia, el materialismo, y el relativismo que causa inversión de
valores. El valor y la dignidad humana se ha relativizado frente a lo material
y el mercantilismo.
Finalmente es importante asumir que la responsabilidad también es
nuestra, y que la elección de los nuevos candidatos no deberá ser
condicionada por los sentimientos y los ayes, la madurez que demanda la
vida religiosa es tan importante como esencial de parte de los formadores
como de los formandos, porque se trata de una responsabilidad vital para
la vida.
75
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